Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Como Aguilas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

TEXTO: Isaías 40:31

"Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas,
correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán".
¿Has notado que a la gente no le gusta "esperar"? A mí no me gusta esperar, lo confieso,
pero ¿A quién le gusta esperar? ¿Quién piensa que "es mejor esperar"?
Investigando encontré un estudio muy interesante, "Durante toda la vida, el ser humano
promedio pasa seis meses esperando en los semáforos, ocho meses abriendo correo, un
año buscando objetos extraviados, aunque las mamás somos expertas en eso, dos años
respondiendo infructuosamente llamadas telefónicas, y cinco años haciendo cola". Y lo
peor es que, entre más tenemos que esperar, más nos irritamos.
El punto es que todos gastamos mucho tiempo de la vida esperando, y realmente no nos
gusta. Pero, ¿por qué? Una razón puede ser que se nos ha enseñado a esperar las cosas
¡para ahora mismo! En esta era tecnológica nos gusta la "gratificación inmediata".
Pero creo que el problema es más profundo. Creo que no nos gusta esperar porque no
tenemos mucha confianza en lo que nos traerá el mañana. No nos gusta estar en la "sala
de espera" del hospital, porque no estamos seguros del resultado de nuestra visita.
¡Cuando las cosas están fuera de nuestro control, detestamos esperar! Sin embargo
nuestra lectura de hoy nos trae una promesa hermosa cuando esperamos en Dios
TEXTO: Isaías 40:31

"Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las
águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán".
Quiero contarles que en este tiempo de confinamiento Dios ha estado trabajando en eso
de la espera conmigo, a esperar en su tiempo, a esperar en su provisión a descansar en
él, por eso el tema del esperar lo predico con propiedad, es un tema que me gusta mucho.
Les cuento el contexto: El profeta Isaías le está hablando al pueblo de Israel, que era
tan impaciente como nosotros, y no estaba dispuesto a esperar en Dios ni a hacer lo que
Dios le decía, razón por la cual muchas veces habían abusado de su posición de gracia,
de ser un pueblo bendecido y escogido por Dios. A menudo habían creído que 'merecían'
el favor de Dios, por lo cual tenían derecho a actuar bajo sus propias condiciones y
deseos, y en su propio tiempo. No sólo eran impacientes, sino que también eran
desobedientes. Impaciencia, trae desobediencia, trae decisiones precipitadas... todas
esas cosas van de la mano.
Leamos una vez más el texto
TEXTO: Isaías 40:31

"Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas,
correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán".
Me pareció muy interesante esto y es que la Biblia compara al ser humano con diferentes
animales. Una, de muchas otras comparaciones, es que Dios nos compara con las
águilas.
El águila es un ave muy particular. Tiene la capacidad de volar y anidar en las alturas.
Su vuelo es majestuoso y sublime por sobre todas las cosas. Su visión del es muy
aguda.
Y me encanta esto porque dice Dios nos da la capacidad de levantar alas como las
águilas, Eso significa que tú y yo tenemos la capacidad, dada por Dios de estar sobre los
problemas, no debajo. Sobrevolarlos y no ser aplastados por ellos.
La condición es esperarlo a Él. “los que esperan a Jehová”.
A pesar de que sabemos esto, muchas veces, nos hacemos la siguiente pregunta…
¿realmente vale la pena esperar? ¿Vale la pena esperar cuando todo parece
incierto? Y la respuesta depende de en quién esperamos. Debido a nuestro pecado, a
nuestra humanidad, muchas veces esperamos las cosas equivocadas, o esperamos en
las personas equivocadas. Entonces, para muchos, esperar significa decepción,
desilusión, o pérdida. Es por ello que la lectura para hoy nos llama a una vida en la que
nuestra esperanza y confianza son puestas sólo en Dios. Isaías no sólo nos anima a
esperar con confianza y obediencia por fe como pueblo de Dios, sino que literalmente une
las palabras "esperar y confiar".
¡Podemos esperar con alegría, expectativa y esperanza en Dios, porque podemos confiar
en él!
Siguiendo con El águila enfrenta, en un momento de su vida, la decisión de seguir
viviendo o de entregarse a una agónica muerte. El ave debe enfrentar su
rejuvenecimiento. Salmos 103:5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
Es un periodo muy difícil y doloroso. Se esconde en el hueco de algún peñasco. Y allí
comienza a sacarse con su pico y garras las plumas envejecidas y pesadas, que son un
lastre para realizar vuelos.
Luego con su pico se arranca las garras que ya están desgastadas y sin poder de agarre.
Termina su proceso golpeándose contra la peña para sacarse el pico viejo y desafilado.
Queda en un estado de vulnerabilidad absoluta. Solo depende de su creador. Pocos días
después comienzan a crecerle nuevas, livianas y muy delicadas plumas. También sus
garras se renuevan, y por último le crece un nuevo poderoso y afilado pico.
Si pudiéramos preguntarle ¿Cómo la está pasando?
Nos respondería quejándose del dolor que le causa todo ese proceso. Seguro que
hablaría del hambre que está pasando por no poder cazar. Manifestaría lo solo que se
siente y cuán lejos está de su propósito.
Lo curioso aquí es que él Águila sabe que al culminar este proceso recuperará su vigor.
Sabe que una vez más podrá desarrollar esos vuelos únicos y magistrales. Sabe que
volverán las cacerías asombrosas que lo caracterizan. Sabe que tendrá nuevas fuerzas.
Dios diseñó el sufrimiento para rejuvenecerlo, él Águila sabe que al culminar este proceso
recuperará su vigor.
Esperar en el Señor requiere a veces pasar por el fuego y seguir confiando que Dios nos
llevará a través de esas dificultades y luego levantaremos alas como las águilas.
Esperar en el Señor requiere tener confianza en lo que esperamos y saber que Dios
cuidará de nosotros. Y luego correremos y no nos cansaremos, caminaremos y no nos
fatigaremos.
La razón por la que muchos cristianos no pasamos las pruebas de fuego de su fe, es que
muchos están hoy día en bancarrota espiritual. Cuando vienen las pruebas, no hay fe y
confianza en Dios para sacar fuerzas de porque:
No hemos pasado tiempo orando.
No hemos pasado tiempo estudiando.
No hemos ayunado.
Y no hemos esperado en el Señor.
Somos propensos a ver el dolor y el sufrimiento como destructivo y no podemos verlo
como un proceso de fortalecimiento. Satanás quiere que suframos y su objetivo es
destructivo.
En cambio, Dios, al esperarlo a Él, hace que la prueba se transforme en nuestro
rejuvenecimiento.
Nuevas fuerzas vendrán a los que esperan a Jehová “levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”
El dolor, la soledad, el hambre, el despropósito son reales… pero… el rejuvenecimiento
es el objetivo divino. Dios siempre gana y aunque el Diablo quiera destruirte, Dios quiere
que levantes alas como el águila y vueles aún más alto. Quiere que andes en las alturas
que Él diseño para ti.
Si queremos tener nuevas fuerzas, levantarnos como las águilas debemos aprender la
importante lección de esperar en el señor.
No olvidemos que el tiempo del señor es perfecto y que el aún espera con paciencia que
la humanidad vuelva su corazón a él y crea que él es el hijo de Dios, nuestro salvador.
El mismo es el modelo de la paciencia.
Aprendamos de él, aprendamos a vivir en el presente con esperanza, sin cansancio ni
fatiga.
Con la certeza de que Dios cumple sus promesas.
Aprendamos a ser fieles y esperar sin importar las circunstancias.
Si estás atravesando una situación agobiante que te absorbe, llega el tiempo que podrás
volver a levantarte con ganas y vigor para seguir adelante. El Señor quitará de tu vida lo
que te hace desfallecer y multiplicará tus fuerzas.

“Dios mío, hoy recibo tus fuerzas que eliminan mi cansancio, aumentan mi vigor y quitan
el agotamiento que me desalienta. Recuperaré toda fuerza perdida y multiplicarás mi vigor
para luchar. Sin ti soy débil, pero con tu presencia soy más que vencedor; lo creo y
declaro en el nombre de Jesús. Amén”

También podría gustarte