Texto - Manifiesto de España Con Honra
Texto - Manifiesto de España Con Honra
Texto - Manifiesto de España Con Honra
" Españoles: La ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia, con la Armada anclada en su
puerto (...) niega su obediencia al gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal intérprete de
los ciudadanos (...) y resuelta a no deponer las armas hasta que la Nación recobre su soberanía,
manifieste su voluntad y se cumpla. (...) Hollada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio por la
amenaza y el soborno, (...) muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de la
inmoralidad; tiranizada la enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España de hoy. Españoles, ¿quién
la aborrece tanto que no se atreva a exclamar: "Así ha de ser siempre"? (...) Queremos que una
legalidad común por todos creada tenga implícito y constante el respeto de todos. (...)
Queremos que un Gobierno provisional que represente todas las fuerzas vivas del país asegure el
orden, en tanto que el sufragio universal echa los cimientos de nuestra regeneración social y política.
Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con el concurso de todos los liberales,
unánimes y compactos ante el común peligro; con el apoyo de las clases acomodadas, que no querrán
que el fruto de sus sudores siga enriqueciendo la interminable serie de agiotistas (especuladores) y
favoritos; con los amantes del orden, si quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases de la
moralidad y del derecho; con los ardientes partidarios de las libertades individuales, cuyas aspiraciones
pondremos bajo el amparo de la ley; con el apoyo de los ministros del altar, interesados antes que
nadie en cegar en su origen las fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la aprobación,
en fin, de la Europa entera, pues no es posible que en el consejo de las naciones se haya decretado ni
decrete que España ha de vivir envilecida. (...) Españoles: acudid todos a las armas, único medio de
economizar la efusión de sangre (...),no con el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia de
la ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada.
¡Viva España con honra!
Los años sesenta europeos son críticos (1866, crisis generalizada), pero en España se añade la
secular tradición agraria, que frenaba el cambio. Una serie de malas cosechas obligaron a reducir las
exportaciones y originaron la carestía de los alimentos y la hambruna. A esta crisis de subsistencia se
unió la crisis en la industria textil, por la falta de algodón originada por la
Guerra de Secesión de Estados Unidos; y en los ferrocarriles, que derivó en quiebras de sociedades y
la crisis en el sector financiero, que repercutiría en una mala situación de la
Hacienda Pública, que como solución parcial, incrementaría la presión fiscal. Todo ello acabó
generando un profundo malestar general, que lleva a una crisis social en todos los estamentos.