Maria en El Dogma P. - PANIZO
Maria en El Dogma P. - PANIZO
Maria en El Dogma P. - PANIZO
ST 98 (2010) 883-893
sal terrae
MARÍA EN EL DOGMA 885
Así sucede, por ejemplo, con este título tan querido por la Iglesia Or-
todoxa y que aparece ya en la famosa antífona «Bajo tu amparo nos
acogemos, Santa Madre de Dios» (Sub tuum praesidium), del siglo III
(en Egipto), mientras que la Tradición latina occidental prefería hablar
de la «maternidad divina», con cierto riesgo de malentender las inten-
ciones de los padres de Éfeso (431); aunque una mala comprensión de
María como «madre de Dios» podría derivar en un cierto monofisismo
que acentuara en exceso la divinidad de Cristo en detrimento de su hu-
manidad. Lejos de ambos riesgos, la verdadera intención del Concilio
de Éfeso es conservar en el mismo título de la theotókos la confesión
cristológica. Como dice el primer anatematismo de Cirilo: «Si alguno
no confiesa que Dios es según verdad Emmanuel, y que por eso la san-
ta Virgen es madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de
Dios hecho carne), sea anatema» (DH 252). Lo que quiere decir es que
«María no es madre de Dios porque él comience a existir naciendo de
ella, ni porque María, en cuanto criatura, dé origen a su Creador, que
sería puro panteísmo o politeísmo, sino que el Verbo toma de las en-
trañas de María el principio de su ser encarnativo»5. María es madre de
Dios porque da a luz a un hombre que es el Logos divino «nacido se-
gún la carne», comprometiéndose «en una hora histórica y concreta a
servir en cuerpo y alma a la humanización del Logos de Dios en el
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886 PEDRO RODRÍGUEZ PANIZO
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ese “nexo que reúne entre sí los misterios” (DH 3016), dentro del con-
junto de los Misterios de Cristo, desde la Encarnación hasta su
Pascua».
4. Asumpta (Asunción)
62,12: «Se les llamará “pueblo santo” y “rescatados del Señor”, y a ti te lla-
marán “Buscada”, “Ciudad no abandonada”».
22. A. MÜLLER – D. SATTLER, «Mariología», 804.
23. H. KESSLER, Sucht den Lebenden nicht bei den Toten. Die Auferstehung Jesu
Christi, Echter Verlag, Würzburg 2002, 359: «Nicht wo der Himmel ist, ist
Gott, sondern wo Gott ist, ist der Himmel».
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MARÍA EN EL DOGMA 893
248 págs.
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