Análisis Del Fraude de Parmalat
Análisis Del Fraude de Parmalat
Análisis Del Fraude de Parmalat
Hasta donde se sabe, el fraude se ha cometido con medios muy sencillos: control de
la correspondencia de los auditores, comprobantes bancarios falsificados con
escáner y fotocopiadora y cambios de domicilio social, para no tener que cambiar de
auditor, como exigido por la ley italiana, lo que facilitó engañar al auditor tradicional,
que seguía haciendo su trabajo con la indiferencia nacida de la confianza ganada a
partir de documentación uniforme e históricamente falsa. Si se confirman las cifras
de la falsificación del balance, estamos hablando de más de 10 mil millones de
euros de activos inexistentes, compensados con la misma cantidad de préstamos
bancarios, obligaciones y fondos propios perdidos por todos los que han confiado en
la empresa. La empresa había falsificado sus balances durante 15 años, al parecer
con la complicidad de un grupo de bancos nacionales e internacionales (según los
fiscales que investigan el caso), que ayudan a ocultar pérdidas y disimular
inversiones con esquemas complejos y una estructura estable de ejecutivos. leal a
Tanzi, que reinaba en estilo patriarcal.
El caso Parmalat tiene similitudes obvias con Enron, pero también hay diferencias
significativas. Por ejemplo, a diferencia de Enron, Parmalat es un grupo con fuertes
raíces industriales y activos materiales que generan ingresos y ganancias. La
participación de los auditores, que están más cuidadosamente involucrados en la
contabilidad del grupo italiano, también parece ser diferente. Pero al igual que el
gigante estadounidense, plantea la preocupante cuestión de si existen suficientes
controles institucionales en los mercados para prevenir el fraude a esta escala.
Enron y Parmalat parecen estar sugiriendo que los accionistas no están protegidos y
que las medidas cautelares o reglas más restrictivas que generalmente se imponen
después de los hechos tienen como objetivo principal tranquilizar a los inversores.
Como en el caso de Enron, el escándalo de Parmalat expuso la supervisión ineficaz
del grupo y la falta de controles contables. Examina a Deloitte Touche, quien
supervisó los estados financieros consolidados de Parmalat, y Grant Thornton,
quien audita varias subsidiarias del grupo. Otra coincidencia son los dos trágicos
saldos de estos escándalos, tanto en Enron como en Parmalat, asistente de todo
director de finanzas que se ha suicidado.