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Historia de La Farmacia

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El relato cronológico de los acontecimientos y de los hechos dignos de memoria, constituyen la historia.

La Farmacia como ciencia y profesión es parte de la historia y como tal, está llena de acontecimientos
significativos en su proceso de evolución que ameritan de su narración.

Describiremos brevemente el aspecto concerniente a la docencia en relación a la profesión.

Lo que le da sustentación y piso a los estudios de Farmacia y donde la semilla comienza a germinar es el
Protomedicato, institución creada por el Imperio Español con fecha 14 de mayo de 1777. En este momento
se menciona la visita a Boticas y como se le confería licencia a los practicantes después de un examen de
conocimientos.

El Protomedicato en el año 1827 es sustituido por la Facultad Médica, creada por el Libertador. Simón
Bolívar, llega al Rectorado de la Universidad Central de Venezuela su primer Rector, el Dr. José María Vargas.

Esta Facultad revalidaba y otorgaba Títulos a los Boticarios extranjeros, visitaba e inspeccionaba las Boticas y
vigilaba todos los aspectos de la práctica farmacéutica. Esta facultad reconocía a los farmacéuticos que
habían obtenido su grado en Europa, no así a los Nacionales.

En su plan de estudios aparece la asignatura "Materia Médica y Farmacia".

El 1 de julio de 1874, la Universidad Central de Venezuela inició un programa sobre Historia Natural


obligatorio para los aspirantes a ejercer la farmacia. Merece destacarse tal curso ya que podríamos
considerarlo como el primer plan de estudios, que debía ser cursado por los estudiantes de Farmacia
durante tres años.

La Facultad Médica comienza su decadencia y es sustituida por el Consejo de Médicos en el año 1883, donde
no se mencionan los estudios de Farmacia, ni siquiera dentro de los de Medicina.

En el año 1883 se produce un decreto donde se cita por primera vez la asignatura "Legal y Toxicología", la
cual se enseñaba en los estudios de Medicina.

Hasta finales del siglo XIX no existió en Venezuela enseñanza universitaria de la Farmacia.

Con fecha 30 de junio de 1894, (Primera Ley de Farmacia) se crearon las Facultades de Farmacia
"dependientes de las de medicina" en todas las Universidades del País y se confiere el Titulo de Doctor en
Farmacia. Fue este un triunfo rotundo de la Farmacia Venezolana. El plan de estudios estaba constituido por
nueve materias y se graduaban en cuatro años.

El 17 de diciembre de 1894, se instala la Facultad de Farmacia en la  Universidad Central de Venezuela,


siendo su primer Presidente el Farmacéutico Dr. Víctor Ramón Feo. 

En el año 1904, y de acuerdo al código de Instrucción Pública, queda solamente una escuela de Farmacia,
dependiente de la Facultad de Medicina, y ésta concede el Titulo de Farmacéutico.

En 1941, el Congreso Nacional eleva de nuevo las Escuelas de Farmacia al rango de Facultades y autoriza a la
Escuela a otorgar el Titulo de Doctor. Fecha importante donde se logra la reinstalación de la Facultad,
satisfaciendo así una sentida aspiración de la comunidad Farmacéutica luego de muchos años de lucha. Los
estudios se efectúan en 4 años, para obtener el titulo de Farmacéutico y de cinco años para obtener el de
Doctor en Farmacia, siendo su primer Decano el Dr. Félix Lairet.
En el año 1946, se crea la Facultad de Farmacia y Química con dos Escuelas, la de Química y la de Farmacia.

En el año 1953, la Ley de Universidades incluye entre las Facultades Universitarias a la Facultad de Farmacia,
en lugar de Facultad de Farmacia y Química.

En el Reglamento de la Facultad de Farmacia creado el año 1960, donde se establece la creación de


menciones, de las cuales una debe seleccionarse para cursarla como obligatoria.

En el año 1969, se adopta un plan de estudios por semestre, con un total de diez semestres. Es un pensum
orientado a preparar a los estudiantes que ejercen en la Facultad de una manera integral.

En el año 1999, el Consejo de la Facultad aprueba el nuevo currículo, con el objeto de transformar y
modernizar la carrera de acuerdo a las nuevas tendencias del ejercicio profesional. El nuevo pensum
establece que las asignaturas obligatorias deben garantizar la formación básica y profesional integral del
Farmacéutico. Nuevamente se vuelve al sistema por año, hemos visto de manera muy breve como han
evolucionado los estudios de Farmacia en Venezuela.
Historia de la farmacia

Doctor y farmacéutico. Das Buch des Lebens por Marsilius Ficinus, Florencia 1508.

Farmacopea empleada para almacenar los ingredientes usados en la elaboración de los remedios para
enfermos, antes de la llegada de los medicamentos modernos entre finales del s.XIX y principios del s.XX

La historia de la farmacia como ciencia independiente es relativamente joven. Los orígenes de la


historiografía farmacéutica se remontan al primer tercio del s. XIX que es cuando aparecen las primeras
historiografías que si bien no toca todos los aspectos de la historia farmacéutica son el punto de partida para
el definitivo arranque de esta ciencia.

Hasta el nacimiento de la farmacia como ciencia independiente, existe una evolución histórica, desde la
antigüedad clásica hasta nuestros días que marca el curso de esta ciencia, siempre relacionada con la
medicina.

La antigüedad clásica[editar]

En el tercer milenio antes de Cristo se inicia el desenvolvimiento simultáneo en: India, Mesopotamia, Egipto
y China. Entre los fármacos que se utilizaron están: el ruibarbo, el opio y la ephedrina sínica.

En el caso de India estuvieron influenciados por la filosofía védica, por lo que la botánica tenía una función
prominente y se crearon el SOMA y el KUSA. De acuerdo con la filosofía budista, los remedios eran dulces
(acónito, jengibre, lino…).

En Mesopotamia existen testimonios del uso y preparación de medicamentos de más de cuatro mil años. De
hecho en la cultura babilónica-asiria están los primeros indicios del uso de fármacos y detectaron la
peligrosidad y dosificación de las sustancias administrándoselas a esclavos. Utilizaban ungüentos a base de
planta haoma para una bebida sagrada, belladona contra los espasmos o excrementos humanos como
curativos. Los sumerios llevaron a cabo las primeras operaciones farmacéuticas (desecación, pulverización,
molienda, prensado, filtración, decantación, etc) y propusieron formas farmacéuticas como pomadas,
lociones, cataplasmas, enemas, infusiones, vinos, emplastos…

En Egipto códices como el Papiro Ebers, describen la sintomatología y la prescripción para una enfermedad,
así como los principios activos de plantas, animales y minerales, los alimentos que los contienen (leche, vino,
miel…) y la formulación y preparación de medicamentos. Además, establecían unas pautas de
administración de los medicamentos, a saber de uso interno (tisanas, decocciones, maceraciones, píldoras…)
y de uso externo (cataplasmas, ungüentos, emplastos, colirios, pomadas, inhalaciones…). Las enfermedades
más comunes eran las oftálmicas, parasitarias y enfermedades de bajo vientre que se trataban con
supositorios, enemas o laxantes. Los procedimientos torácicos se trataban con inhalaciones y las
enfermedades de la piel con ungüentos. Como herramientas de trabajo usaban molinos de mano, morteros,
tamices fabricados con papiro, balanzas, y para la conservación: recipientes de barro, vidrio, alabastro y
serpentina, así como cajas de madera.

En China la medicina se basa en el pensamiento del Taoísmo, con su objetivo fundamental es la inmortalidad
al parecer relacionado no solo con la longevidad sino también el vivir en armonía con la naturaleza o en la
búsqueda del progreso personal y colectivo. El primer libro chino sobre plantas, el Shennong Bencao Jing,
compilado durante la dinastía Han, pero que data de una fecha muy anterior, lista 365 plantas medicinales y
sus usos —incluyendo ma-huang, el arbusto del que se obtuvo originalmente la Efedrina.

Pedanio Dioscórides Anazarbeo

En Grecia y Roma (desde el siglo IV a. C. al año 476 d. C) se inicia la medicina racional con Alcmeón de
Crotona hasta la medicina posterior con Galeno. En este período se hace notar la influencia religiosa, no
existía la figura del farmacéutico como tal, pero aparece la farmacia Galénica.

Galeno da las bases técnicas para la preparación de las principales formas farmacéuticas y se conocen los
primeros auxiliares de la medicina: Rizotomos, Farmacopolos, los picmentarios y los ungüentarios. Se
distinguen igual que en Egipto los fármacos de uso externo (pomadas, esparadrapos, ungüentos…) y los de
uso interno (infusiones, decocciones, fermentaciones…) y se descubre la “terra sigillata”, que permite crear
pastillas preparadas con la base de una arcilla blanca, el bolus alba, y empastadas con sangre de cabra. Es
también en la Antigua Grecia donde surgen importantes grupos de expertos en plantas medicinales como
Dioscórides y el botánico Teofrasto.1

Pero fue en 754 en Bagdad donde los árabes establecen las primeras farmacias, siendo reguladas por los
abásidas en el siglo IX.2

Se considera a Avicena como el padre de la farmacología, y es quien consolida la separación de la farmacia y


la medicina en el medio oriente, siendo los árabes los encargados de esta separación. Además, Avicena
describió varias formas farmacéuticas para administrar los medicamentos: papelillos, tabletas, jarabes,
polvo, ungüentos, baños aromáticos, aceites, tinturas, gotas medicinales, laxantes, lavativas, etc.

En América Precolombina la medicina consistió en una mezcla de practicas empíricas y mágicas de acuerdo a
la concepción del mundo y de las creencias religiosas de cada pueblo. Los Muiscas, como lo incas, contaban
con herbolarios, y como los Aztecas, usaron el baño de orina. El listado de plantas americanas medicinales es
largo, pero es ínfimo si se relaciona con el potencial biológico de regiones como la Amazonia que cuenta con
80.000 especies vegetales .Aparece la figura del Chaman o el hombre encargado de conectar la parte
terrenal con la espiritual invocando espíritus, con el poder de predecir sucesos y ejercer practicas curativas.3

Edad Media (476-1453)[editar]

Libro árabe de medicinas simples del De Materia Medica de Dioscórides. Cumin & dill. c. 1334. Por Kathleen
Cohen en el Museo británico de Londres.

En un principio Bizancio conserva en fase de esterilidad la ciencia grecorromana, mientras que la civilización
árabe conserva la ciencia griega, pero haciendo aportaciones y transmitiéndola al occidente. En este período
se tienen los primeros indicios de la existencia de Farmacias como lugar físico en que se dispensan
medicamentos. Es en 1221 cuando se tiene constancia de la primera farmacia de Europa, creada por los
frailes dominicos en el convento de Santa María Novella en Florencia (Italia). Estos frailes cultivaban hierbas
y plantas y elaboraban medicinas y ungüentos para la enfermería del convento, pero no venderían al público
hasta cuatro siglos después, cuando en 1658 tras el éxito de elaboraciones como Agua della Regina, Olio da
bagno ó Aqua di lavanda, deciden abrir el establecimiento que de hecho hoy día permanece en el mismo
lugar y abierto, aunque tras 1866 propiedad del estado. Pero realmente el primer establecimiento abierto al
público se sitúa en Tallin (Estonia), que desde el momento que se crea el laboratorio, se decide poner a
disposición del público los medicamentos elaborados, esto es en 1422, que ya llevaban dos siglos
funcionando los frailes de Florencia, pero aún no habían abierto al público.

En el año 1240, Federico II Hohenstaufen emperador del Sacro Imperio Romano Germánico promulgó un
Edicto (Edicto de Salerno) por el cual se decreta la separación entre los oficios de médico y farmacéutico.4 y
también se publica el "Medici Speciali" (Venecia, 1252), primer estatuto dedicado a regular el mercado
farmacéutico. 5

Los médicos practicaban una terapéutica que se basaba en el Galenismo y observaciones simples hechas por
Dioscórides. Los estudios comparativos realizados entre Dioscórides y los textos árabes de materia médica,
indican que solo una cuarta parte provienen de Grecia, la mayoría son de origen persa, hindú, árabe y
egipcio con el mayor número de medicamentos procedentes de las tradiciones persa e hindú, en segundo
lugar la medicación mesopotámica y en tercer término aparecen los medicamentos griegos.6

El Real Colegio de Boticarios de la Ciudad y Reino de Valencia fue fundado en 1441, considerado el más
antiguo del mundo, con plenas competencias administrativas y legislativas. Los boticarios de Valencia fueron
los primeros del mundo que elaboraron sus medicamentos, con los mismos criterios que actualmente se
exigen en las farmacopeas oficiales.7

Renacimiento (1453-1600)[editar]

Dispensación de medicamentos (Tacuina sanitatis, siglo XIV)

Controversias pharmacopales (Miguel Martínez de Leache, 1688)

Se inicia la ciencia moderna con la recuperación del mundo clásico. Además Vesalio, Paré y Paracelso hacen
nuevas aportaciones a la anatomía humana, la cirugía y la química, respectivamente. Se inventan nuevas
formas farmacéuticas como extractos sólidos o tinturas líquidas, evolucionan las farmacias y los boticarios y
se descubren nuevos fármacos, pero también se abusa de los “remedios secretos”.8

La primera obra de farmacia impresa en España "Antidotarium" fue publicada en Valencia en 1495, que
había sido escrita en el siglo XIII por el valenciano Arnau de Vilanova (Vilanova del Grao, Valencia 1240). Las
primeras farmacopeas oficiales impresas en España y en el mundo hispánico, fueron las "Officina
Medicamentorum" valencianas de 1601 y 1698. 9

Se publica el “Recetario Florentino” (Florencia, 1498), considerado la primera farmacopea del mundo. 10 En
España la primera fue la "Concordia Apothecariorum Barchinonensium", publicada por el Colegio de
Boticarios de Barcelona en 1511. 11

Barroco (1600-1740)[editar]

Nace la ciencia moderna, gracias a las aportaciones de Bacon, Descartes y Galileo Galilei. En medicina
destaca el nacimiento de la filosofía moderna y en terapéutica el auge de la yatroquímica (utilización de la
química para hacer medicamentos). Aparecen diversas farmacopeas y la farmacia deja de ser un arte.

Ilustración (1740-1800)[editar]

Se produce en Francia el movimiento llamado enciclopedismo, que preconizaba la divulgación del saber al
pueblo y que todos lo aprendieran. Se dan además los primeros pasos de la revolución industrial y se inicia
la medicina preventiva por introducción de la vacuna.

Emerge el vitalismo inicio en Francia siguiendo la teoría de especie morbosa, la nosotaxia more botánico que
consiste en la clasificación de las enfermedades según el modelo botánico en clases, genero y especies
donde acepta la fuerza sanadora de la naturaleza.12
Romanticismo (1800-1848)[editar]

Pasteur da un nuevo concepto de enfermedad: la microbiología médica. Se desarrolla la higiene pública y


medicina social. Nace así la farmacología experimental y la química moderna que desarrolla el estudio de los
gases y la Química Orgánica.

Positivismo (1848 y 1914)[editar]

Antigua farmacia Balvey en Cardedeu

Se continúa desarrollando la medicina experimental, se identifican agentes patógenos causantes de


enfermedades y su erradicación mediante vacunas. En terapéutica se desarrolla la quimioterapia sintética.
Aparecen los inyectables, A. Wood inventa la aguja hipodérmica; Parvas la jeringa; Limousin las ampollas de
vidrio, cachets, bolsas de oxígeno y goteros; y Denouel los extractos fluidos, tabletas y cápsulas.

John Newport Langley desarrolla trabajos sobre la relación del Sistema Nervioso y los fármacos: Inicio de la
farmacodinámica.

Edad Contemporánea (1914-actualidad)[editar]

Se crea una nueva disciplina: terapéutica experimental. Se desarrollan además los fármacos, como principal
recurso médico. Y llega el auge de la bioquímica y la biología molecular con la revolución tecnológica
aplicada a la medicina y el desarrollo de la industria farmacéutica.

Los farmacéuticos en la primera mitad del siglo XX que enseñaban Farmacia en las facultades solían tener
dobles licenciaturas: Farmacia-Ciencias Naturales (botánica), Farmacia-Ciencias Químicas (esta era la más
frecuente por el alto contenido de materias comunes) aunque también había farmacéuticos dedicados a la
galénica. Estos farmacéuticos estudiaron con el plan de 1886 (que duró 50 años). La licenciatura constaba de
cinco cursos: el preparatorio que se cursaba en una Facultad de Ciencias y se estudiaba Ampliación de Física,
Mineralogía y Botánica, Química general y Zoología.

Primer curso de Farmacia.- Instrumentos y aparatos de Física aplicados a la Farmacia, Mineralogía Aplicada,
y Zoología Aplicada.

Segundo Curso de Farmacia.- Botánica descriptiva y determinación de plantas medicinales, Química


Inorgánica aplicada a Farmacia.

Tercer Curso de Farmacia.- Materia farmacéutica vegetal, y Química Orgánica aplicada a la Farmacia.

Cuarto Curso de Farmacia.- Análisis Químico y en particular de los alimentos, medicamentos y venenos, y
Farmacia práctica o galénica, Legislación relativa a la Farmacia, y Prácticas de Materia animal, mineral y
vegetal.
Curso de Doctorado.- Se estudiaba Química biológica con su análisis, e Historia crítica de la Farmacia y
Bibliografía farmacéutica.13

Era obligatorio realizar prácticas para obtener el doctorado y defender una tesis de investigación.

Los farmacéuticos de 1890 estaban perfectamente informados de todos los acontecimientos que
revolucionaron a la ciencia de la Farmacia (el avance de la Química y la aparición de la Medicina Preventiva)
con las aportaciones de científicos como Edward Jenner (padre de la microbiología e inmunología que vivió
en el siglo XIX), Louis Pasteur (que generalizó los experimentos de Jenner sobre vacunación). Químicos
relevantes como Claude Louis Berthollet (n. 1748, médico que se dedicó a la química), Antoine Lavoisier
(ordenó la Química para que pudiera desarrollarse posteriormente), John Dalton y Jöns Jacob Berzelius (las
dos grandes figuras de la química moderna), el avanzado a su época Dmitri Mendeléyev (autor del sistema
periódico natural de los elementos químicos, la tabla periódica que sigue vigente en nuestros días) y Gregor
Mendel (padre de la genética).

Botica medieval.

Desde finales del XIX el farmacéutico avanzado tiene detrás del mostrador, no una rebotica amable y
acogedora, capaz de albergar agradables tertulias más o menos científicas, sino un auténtico laboratorio
químico-farmacéutico donde puede con toda solvencia preparar nuevos medicamentos. Otros
farmacéuticos se salen de la oficina de farmacia para crear laboratorios independientes. Posteriormente
será la industria farmacéutica la que prepare los nuevos medicamentos relegando la actividad galénica de
los farmacéuticos de Oficina de Farmacia a una importante decadencia durante el siglo XX.

La química era fundamentalmente química orgánica aplicada a la Farmacia y la botánica era una
farmacognosia y fitoquímica. Tuvo un enorme impulso la Química Biológica por varios farmacéuticos que
fueron pioneros en incorporarla y desarrollarla en sus planes de estudios como curso obligatorio de
doctorado (antes que los químicos, biólogos e incluso médicos).

Historia de la farmacia en España[editar]

En la España de la II república la Bioquímica fue protagonizada e impulsada por farmacéuticos y médicos


españoles (incluso a nivel mundial).14

Farmacéuticos dedicados a la Botánica[editar]

Pius Font i Quer (n. Lérida, 1888) profesor de Botánica de la Universidad de Barcelona, farmacéutico que fue
director del Instituto Botánico en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, sufrió exilió interior tras la
guerra civil y produjó gran parte de su obra estando encarcelado. Al salir permaneció en España.

José Cuatrecasas Arumí (n. 1903, Camprodón, Gerona) con una sólida formación alemana, y que fue
profesor de Farmacia Práctica (Farmacia Galénica). Realizó una inmensa labor científica en el exilio y antes
de la guerra fue director del Jardín Botánico de Madrid. Durante la guerra civil (1936-1939) fue farmacéutico
jefe del Hospital de sangre instalado en el casino de Madrid por la república.

Alberto Chalmera Tomás que junto con el anterior modernizaron las enseñanzas en la Facultad de Farmacia
de la Universidad Central de Madrid.

Alfredo Carabot de Porras (La Carraca, Cádiz, 1908 - Barcelona, 1985) profesor ayudante de materia
farmacéutica vegetal (farmacognosia) muy orientado a la fitoquímica que acabó exiliándose a Cuba y
Venezuela donde fue profesor de Botánica y Farmacognosia en la Facultad de Farmacia de la Universidad de
los Andes en Mérida, Venezuela.

Joan Solé i Plà (n. 1874, Barcelona) que se exilió a Colombia en 1939 donde fue director del laboratorio de
Fisiología y profesor de Botánica en la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad del Atlántico en la
ciudad de Barranquilla.

Farmacéuticos dedicados a la Bioquímica y Alimentos[editar]

José Giral Pereira (n. 1879, Santiago de Cuba) en 1936 era Catedrático de Química Biológica (Bioquímica) en
la facultad de Farmacia de Madrid. Una asignatura obligatoria para el doctorado en Farmacia y además
optativa para el doctorado en Ciencias Químicas, Ciencias Naturales y Medicina. Tuvo una intensa actividad
académica y política junto a Manuel Azaña durante la II república española. Se formó en química orgánica en
París. Realizó una fructífera carrera en México.

Faustino Cordón, (n. 1909, Madrid) se licenció en Farmacia y debido a la guerra civil tuvo que dejar los
estudios de doctorado, fue encarcelado tras la guerra civil, pero los retomaría durante la dictadura. Se
doctoró en bioquímica. Trabajó de farmacéutico en empresas farmacéuticas españolas de renombre en
áreas como la inmunología y dirigió el Instituto de Biología Aplicada de Madrid desde los 70. Fue un
pensador de la Biología Evolucionista.

Farmacéuticos dedicados a la Química[editar]

Antonio Madinaveitia Tabuyo (n. 1890, Madrid) de formación química muy sólida, fue alumno de Richard
Willstätter (premio nobel de química 1915) en Zúrich y Berlín. Estudió ingeniería química en Zúrich y
Farmacia en la Universidad de Barcelona donde se doctoró en Química Biológica (todos los doctorados en
farmacia en aquella época lo eran en Química Biológica). Fue catedrático de química orgánica farmacéutica
de la facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid. Fue director del laboratorio de química de la
Residencia de Estudiantes. Se exilió a México donde fundó el Instituto de Química de la UNAM.

Francisco Giral González (n. 1911, Salamanca). Catedrático de química orgánica farmacéutica de la
Universidad de Santiago de Compostela en 1936. Era licenciado y doctor en Farmacia y en Química. Formado
con Antonio Madinaveitia Tabuyo y por su propio padre José Giral Pereira, se acabó formando en Alemania
bajo la tutela del que fuera premio Nobel de Química Richard Kuhn. Se exilió a México. Inició la cátedra de
química heterocíclica que comenzó a funcionar en la carrera de Química- Farmacia-Biológica (equivalente a
Farmacia). Innovó en aspectos académicos como el seminario inter-facultativo de medicamentos
reuniéndose los grupos de Química Farmacéutica (Farmacia) con los de Farmacología (Medicina) dando
excelentes resultados tanto docentes como de investigación.

José Vázquez Sánchez (n. 1902, Benaguacil, Valencia), fue un farmacéutico integral que destacó tanto en
Química Orgánica Farmacéutica como en Botánica (fue profesor ayudante de Antonio Medinaveitia Tabuyo).

Juan Medinaveitia Jungerson (n. 1929, Madrid) fue ayudante de su padre y en el exilio se formó en
Inglaterra. Tuvo una brillante carrera en la poderosa industria farmacéutica británica. Investigó sobre la
hialuronidasa.
Enrique Moles Ormella (n. 1883, Gracia, Barcelona) fue doctor en Farmacia que se dedicó a la Química
Inorgánica y a la Química-Física. Se formó con premio nobel W. Ostwald en Alemania y en Suiza. Fue
catedrático de Química Inorgánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid y director del
Instituto Nacional de Física y Química. Su producción científica fue excelente. Encarcelado al intentar volver
a España tras la guerra civil fue condenado a muerte y luego a cadena perpetúa de la que salió en libertad en
1943. Se refugió en la industria farmacéutica (laboratorios IBYS) como asesor técnico de la sección de
Química Farmacéutica hasta su muerte.

Farmacéuticos dedicados a la Farmacia Galénica[editar]

Cesar Pi Suñer Bayo (n. 1905, Rosas, Gerona) estudió Farmacia y se especializó en bioquímica en Alemania.
Se exilió a México. Trabajó en laboratorios farmacéuticos en Farmacia Galénica. No pudo trabajar junto a su
padre, Augusto Pi Suñer en el prestigioso Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Barcelona debido a la guerra civil.

Francisco Carreras Reura (n. 1896, Mahón, Menorca). Fue representante español de la comisión consultiva
de opio y otras drogas en la sociedad de naciones de Ginebra. Se exilió a Colombia donde participó en el
intento de los farmacéuticos republicanos españoles de controlar el problema de la coca a nivel mundial. En
aquel momento era incipiente y luego adquiriría dimensiones catastróficas, aún sin solución.

Julio Colón Manrique fue un alto cargo en la Farmacia Militar republicana. Se exilió a México. Activo
colaborador del diccionario UTEHA.

Miguel de Garganta Fábrega (n. 1903, Olot, Gerona). Farmacéutico del Hospital Militar de Vallcarca,
Barcelona. Se exilió a Colombia.

Ricardo Martín Serra (n. 1907, Figueras, Gerona) fue un farmacéutico militar durante la guerra civil que
emigró a República Dominicana donde trabajó en temas de Farmacia Galénica.

Juan Xirau Palau (n. 1903, Figueras, Gerona), farmacéutico profesor de la Escuela Politécnica de Figueras.
Tras el exilio fue a México donde trabajó en laboratorios farmacéuticos como galénico.

Antonio Madinaveitia Jungerson (n. Madrid, 1913). Farmacéutico graduado en Madrid se trasladó a México
en 1939 y trabajó como galénico en laboratorios mexicanos y suizos.

José Garreta Sabadell farmacéutico catalán acogido como profesor de la Universidad de Panamá.

Ceferino Sánchez creció en Cartagena y le reclamó su padre en el exilio en Pánama. Se formó en la Facultad
de Farmacia de Panamá y se especializó en Estados Unidos en Farmacología. Hizo una gran labor docente e
investigadora en la Facultad de Farmacia de Panamá. Es sin duda un caso singular.

Historia contemporánea de la farmacia en España[editar]

Estudios universitarios[editar]

En la primera mitad del siglo XX los farmacéuticos españoles llegaron a alcanzar niveles muy elevados en
campos como la Botánica y la Farmacognosia, la Bioquímica y la Nutrición, la Química Orgánica y la Farmacia
Galénica. El máximo interés para los farmacéuticos españoles fue sin duda la Química Biológica (Bioquímica)
donde fueron líderes en su implantación en los planes de estudio de Farmacia (y más tarde de Ciencias
Químicas, Naturales y Medicina). Sin embargo, el golpe de estado militar y la posterior guerra civil española
(1936-1939) truncaron con las posibilidades de desarrollo de la Farmacia Española. Muchos de los
farmacéuticos exiliados contribuyeron a mejorar el nivel científico farmacéutico de no pocos países
latinoamericanos.15
Los farmacéuticos españoles no se interesaron demasiado, durante la primera mitad del siglo XX, por
disciplinas como la Farmacología experimental, que de hecho era incipiente en aquella época. La
farmacología sí que fue una disciplina que tuvo un gran desarrollo junto con la fisiología en las facultades de
Medicina. Fue decisivo el impulso que le dio a la misma don Teófilo Hernando Ortega (n. 1881, Torreadrada,
Segovia) catedrático de terapéutica de la facultad de Medicina de Madrid y Juan Negrín, fisiólogo de
prestigio y personaje político de la II República Española y la guerra civil. Varios médicos farmacólogos
brillantes se tuvieron que exiliar a otros países (Estados Unidos, México, etc). Se considera a Teófilo
Hernando el padre de la Farmacología clínica española. Se exilió a Francia pero volvió a España para ejercer
la medicina clínica aunque nunca volvió a ejercer la docencia.

En 1944 hubo una reestructuración de los planes de estudio de Farmacia dando lugar a un plan de seis años
(al igual que los licenciados en Medicina) aunque luego en 1965 volvió a ser de cinco años. Se consolidaba
una carrera con una sólida base científica (se introduce la asignatura de Química Farmacéutica separada de
la Química Orgánica de primeros cursos, la Microbiología y la Higiene, la Fisiología Vegetal y se considera a la
Bioquímica como troncal y no sólo de curso de doctorado).16

La Farmacia española no empezaría a recuperarse hasta bien entrada la década de los años 60, bien por el
exilio exterior o el interior de sus protagonistas.

En el año 1973 se introduce la Farmacología (se llamaba Farmacodinamia), la Toxicología, la Fisiología y la


Biofarmacia y Farmacocinética (en algunas Facultades se daba en lugar o con el nombre de Farmacia
Galénica Especial) en el plan de estudios de Farmacia. No obstante, durante la década de los 60 algunos
farmacéuticos ya se habían especializado en Farmacología (destacan nombres como Joaquín del Río,
Francisco Zaragozá y otros) que han desarrollado fructíferas carreras científicas en instituciones vinculadas al
CSIC o a la Universidad en el área de la Farmacología. Por otra parte, varios profesores de Farmacia se
convierten en líderes académicos de las enseñanzas de la Farmacocinética y Biofarmacia (José María Plá
Delfina, José Doménech Berrozpe, Rafael Cadórniga, etc...). Se ponen las bases para el desarrollo científico
de la Farmacia Hospitalaria y la Farmacia Clínica. Un farmacéutico que tuvo gran influencia política en el
desarrollo de la Farmacia durante la democracia fue Juan Manuel Reol Tejada (fue el primer Director
General de Farmacia del Ministerio de Sanidad en un gobierno democrático y farmacéutico muy activo en la
Real Academia de Farmacia y miembro del Club de Roma). Uno de los grandes impulsores de la Farmacia
Clínica en los Hospitales fue Joaquím Bonal (que fue Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Sant Pau i
Santa Creu de Barcelona y Director General de Farmacia y Productos Sanitarios). Distinguidos profesores de
Farmacia y Tecnología Farmacéutica (nombre actual de los Departamentos de Farmacia Gálénica) como por
ejemplo Alfonso Domínguez-Gil Hurlé lideran la aplicación de la Farmacocinética y Biofarmacia a la práctica
de la Farmacia Hospitalaria, dotando de alto contenido científico a la práctica de la misma. Los
farmacéuticos entraban de lleno en áreas de la Farmacología hasta entonces poco exploradas por ellos.

Facultad de Farmacia de Vitoria (Álava - España)

Como iniciativa propia y con el impulso del Profesor Eduardo L. Mariño, Catedrático de Farmacia Galénica,
en el BOE de 1993 aparece por primera vez, en la Universidad de Barcelona, dentro de los planes de estudios
homologados la asignatura "Farmacia Clínica y Farmacoterapia", para ser cursada por todos los alumnos de
la Licenciatura de Farmacia. En el plan de estudios de 1.998 se generaliza la Farmacia clínica como
asignatura de pregrado, así como la troncalidad de asignaturas como Anatomía humana, Fisiopatología
humana, Genética molecular e Inmunología y se potencian la Farmacología, Farmacia Galénica (incluida la
Biofarmacia), y la Química Farmacéutica. Además, se introduce un período de prácticas tuteladas de seis
meses de duración en Servicios de Farmacia Hospitalaria u Oficinas de Farmacia (acreditadas) el cuál sirve
aplicación e introducción a la práctica de la Farmacia Clínica y/o la Atención Farmacéutica.

Por tanto, ya desde 1.973, y sobre todo desde la década de los 90, los farmacéuticos reciben una sólida base
biomédica para conocer bien el efecto de los medicamentos sobre el organismo y el del organismo sobre los
medicamentos manteniendo el conocimiento sobre los medicamentos en si mismos.

Hacia finales del s.XX varios farmacéuticos despuntan en áreas relacionadas como la Bioquímica y Biología
Molecular (Joan Massagué, Julio Rodríguez Villanueva), la Microbiología (Rafael Sentandreu, César
Nombela), la Biología celular y molecular (Juan Carlos Izpisúa, José Ramón Naranjo), la Farmacología
Experimental (Fernando Gago, Julio Cortijo, Eva Delpón) entre muchos otros y en la Política Sanitaria
(Federico Mayor Zaragoza).

Tanto en áreas biomédicas relacionadas como la Bioquímica, la Biología Celular, la Biología Molecular y la
Microbiología (donde la carrera de Farmacia, sobre todo a partir de los años 70 prepara excelentemente a
los farmacéuticos) como en las Ciencia y Práctica Farmacéuticas (la Farmacología, la Biofarmacia y
Farmacocinética, la Tecnología Farmacéutica y la Farmacia clínica) un nutrido grupo de farmacéuticos
alcanzan niveles profesionales muy destacados.

Servicios farmacéuticos[editar]

En 1919 se reguló la venta de las especialidades farmacéuticas y cinco años más tarde se decidió
desregularlas. Ello provocó fuertes enfrentamientos entre detractores y defensores de que la oficina de
farmacia era la única adecuada para vender medicamentos. Este debate se ha reabierto en la actualidad.

La oficina de farmacia pasa a convertirse en una pequeño comercio donde prima la venta de productos
sobre la actividad profesional del farmacéutico. Ello ha llegado a evidenciar una desproporción enorme
entre la capacitación y formación científica del farmacéutico en relación con su actividad oficinal.

Otra evidencia de la crisis profesional de la Farmacia es el hecho, más tarde, en 1967 algunos pioneros de la
farmacia hospitalaria, como por ejemplo José María Suñé y Ruiz Jarabo, intentaron regularizar la presencia
de farmacias en todos los hospitales, ello provocó una reacción en contra del Consejo General de Colegios
Oficiales de Farmacéuticos de la época. Ya en los 70 finalmente, se exigió por ley la creación de los servicios
farmacéutico jerarquizados en los hospitales de la seguridad social.17

Ante tal situación profesional de la Farmacia los Colegios Oficiales de Farmacéuticos ejercieron y ejercen una
presión en conseguir que la oficina de farmacia sea considerada como un elemento clave en la cadena de
valor del medicamento (hasta hoy en día el farmacéutico de oficina ingresa un porcentaje de los
medicamentos que vende; a diferencia de los farmacéuticos hospitalarios que son asalariados (estatutarios)
al igual que los médicos hospitalarios).

Estanterías de una oficina de farmacia.

Posteriormente, en la década de los 80-90, se ha regulado más el carácter asistencial del farmacéutico de
oficina de farmacia y hoy en día ha conseguido unos estándares aceptables, en parte por el desarrollo de la
Atención Farmacéutica en el ámbito de la Farmacia Hospitalaria. La Farmacia Hospitalaria representaría a
partir de la década de los setenta, cuando se generalizó la presencia de Servicios de Farmacia en los
hospitales españoles, un enorme empuje cualitativo a la actividad profesional del farmacéutico
desarrollándose sus vertientes más sanitarias como la información de medicamentos, la educación al
paciente, la farmacovigilancia, la monitorización de niveles plasmáticos de fármacos (aplicación de la
farmacocinética que se estudiaba de forma generalizada en las facultades de Farmacia) y su potente
influencia en la racionalización del consumo de medicamentos en el ámbito hospitalario a través de la
selección de fármacos y la compra directa de ellos por parte de los hospitales (ahorrándose el sistema
sanitario el margen de distribuidores y de oficinas de farmacia; y no pagando nada el paciente por los
medicamentos hospitalarios). La Farmacia clínica es reconocida como la principal actividad de los servicios
de farmacia hospitalaria y se adapta hacia la Atención Farmacéutica que se implantaría en las actuales
oficinas de farmacia. La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ejerce un fuerte influencia en la
política farmacéutica en las últimas décadas del s.XX incrementando la calidad de la farmacoterapia y
alcanzando cotas insospechadas, unas décadas antes, de uso racional de los mismos en los hospitales
españoles. De forma complementaria, la clásica Farmacia Galénica (con un alto contenido de Biofarmacia y
Farmacocinética) recobra un protagonismo especial a finales del s.XX como necesidad de encontrar nuevas
formas farmacéuticas capaces de administrar las nuevas terapias biológicas (proteínas, genes, células, etc...).

Industria farmacéutica[editar]

Artículo principal: Industria farmacéutica

La industria farmacéutica española, a finales del s.XIX y principios del s.XX probablemente debido a la
decadencia económica y social no pudo recuperar el terreno perdido que otros países habían ganado
(Francia, Alemania, Inglaterra) con el desarrollo de una potente industria farmacéutica. EL único laboratorio
de la postguerra civil que tenía un buen nivel científico y empresarial era el Instituto de Biología y
Sueroterapia (IBYS). Durante la época franquista España era un mercado con muchas posibilidades de
expansión para la industria farmacéutica internacional y nacional pero el nacionalismo imperante propugnó
una expropiación, en los años 50, de las grandes multinacionales alemanas existentes en el país antes la
guerra civil. Surgieron de esta forma CEPA, Explosivos y Cros, y el Instituto Español de Farmacología (IEF)
vinculado al recién creado Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Esta estrategia no dio
resultado científico ni empresarial, salvo el impulso académico del IEF en el ámbito de la fisiología. La falta
de inversión en investigación y las políticas entre multinacionales y la patronal (farmaindustria, recién
creada) y la Administración Española convirtieron a España en un mercado para comercializar
medicamentos pero en detrimento de todo atisbo de investigación científica y farmacéutica.
Forma farmacéutica: cápsulas.

Los años 1950 a 1970 son más bien anémicos en cuanto a ciencia farmacéutica se refiere (con la posible
excepción de los farmacéuticos dedicados a la Química, ya que durante la primera mitad del s. XX había una
excelente escuela de químicos españoles; destacan nombres como Enrique Gutiérrez Ríos y Manuel Lora-
Tamayo o a la Bioquímica como Manuel Losada Villasante o Ángel Santos Ruiz). Posteriormente,
Farmaindustria sí apoyaría el desarrollo y la investigación de las grandes multinacionales en España (la
industria es muy sensible al entorno regulador y se adapta rápidamente).18 Tanto las grandes empresas
farmacéuticas (esta época es la de mayor esplendor de las multinacionales como centros de producción
masiva de medicamentos) como las nacionales (originadas en su mayoría por farmacéuticos
emprendedores) empleaban a farmacéuticos como responsables de la producción y desarrollo de
medicamentos.

Futuro

Las áreas de mejora son una correcta planificación de estudiantes en las facultades, una más clara estrategia
y objetivos de las Facultades de Farmacia, y un mayor desarrollo de la Atención Farmacéutica en la Oficina
de Farmacia y otros ámbitos. A principios del s.XXI la Farmacia en España se acerca a la Medicina desde una
especialización profunda y científica en todas las ciencias farmacéuticas (incluida la farmacología) con
múltiples e interesantes campos de aplicación práctica profesional (hospitales, atención primaria,
administración sanitaria, industria farmacéutica, centros de investigación y docencia universitaria y en las
oficinas de farmacia).

Los constantes cambios tecnológicos han originado una serie de agencias internacionales como la EMA, FDA
o la OMS en donde farmacéuticos, médicos y otros científicos trabajan en equipos para evaluar y controlar
posibles riesgos sanitarios en la población, ampliando así el área de servicios farmacéuticos.

 » Historia » Historia de la Farmacia

El inicio de la farmacia y la medicina sin duda fue el mismo y de la mano han seguido hasta hoy. No se sabe
quién se convirtió en el primer brujo, chamán, hechicero, curandero  o similar, ya que las primeras personas
dedicadas a tratar los problemas de salud de sus semejantes recibían ese nombre. Sus funciones sanadoras
aglutinaban especialidades diversas que iban desde la preparación de curas o la cirugía más salvaje hasta
danzas variadas para ahuyentar a los malos espíritus. Con el tiempo, estas “especialidades” se fueron
separando, pero en muchos casos, y durante muchos siglos, médico y farmacéutico fueron una misma cosa.
Ya en la Edad Antigua conviene destacar los esfuerzos que nuestros compañeros sanitarios de la época
realizaron en el seno de civilizaciones tan importantes como la surgida en India, que desarrolló la
medicina Ayurveda nueve siglos antes de nuestra era y que hoy día sigue utilizándose. Utilizaban
medicamentos como la coloquíntida o el cannabis, que eran elaborados y guardados exclusivamente por
individuos pertenecientes a la casta de los brahmanes.  El libro Susruta samjitá data del  siglo VI a. C. y
describe remedios vegetales (¡700 plantas!), animales y minerales  para su uso medicinal, algo impresionante
si tenemos en cuenta que la primera farmacopea occidental no aparece hasta el Renacimiento.
En Egipto contaron con su propio dios-farmacéutico: Anubis. Según la mitología egipcia la diosa Isis
cultivaba plantas medicinales y transmitió a sus hijos, los dioses Horus y Anubis, sus inquietudes y
conocimientos, convirtiéndose ambos en los proveedores de medicamentos del resto. Su trabajo era
supervisado por Thot, dios de la sabiduría, escritura, música…y creador de la medicina, también llamado, lo
que son las cosas,Pha-ar-maki. La medicina y la farmacia se enseñaban a los sacerdotes en las “casas de vida”
de los templos. Allí, en las llamadas Asi-t, los sacerdotes denominados urma preparaban y almacenaban los
medicamentos.
En Grecia se tomaron el tema farmacéutico bastante más en serio, al menos en el ámbito de la mitología. La
ciencia griega bebía de la egipcia y la babilónica, pero también lo hizo de sus creencias. Idearon un
compendio de deidades para casi todo, incluyendo por supuesto la salud. Así, encontramos a Hecate o
Pharmakis, diosa de la magia y experta en plantas medicinales, Apolo y Artemis, con poderes curativos,
Asclepios/Esculapio, hijo de Apolo y dios médico por excelencia que transmitió sus saberes a sus hijas,
destacando Hygea, personificación de la salud y la higiene y Panacea, asociada con los remedios infalibles.
Por cierto, la copa y la serpiente que usamos como símbolo de nuestra profesión tiene su origen en Hygea.
Para Hipócrates, las enfermedades son causadas por un desequilibrio entre los cuatro humores del cuerpo
(bilis, atrabilis o bilis negra, sangre y flema) y los medicamentos debían restablecer dicho equilibrio. Aparece
personal especializado en la preparación de medicamentos como los pharmacópolas, que comercializaban
plantas medicinales, los rizótomos, que las recolectaban y asclépides, que suministraban remedios en los
asclepiones de los templos a los médicos. En los alipterion de los gimnasios los medicamentos eran
preparados y dispensados por el gimnasiarca. He aquí la primera farmacia del mundo accidental.
Roma continuó la senda marcada por los griegos y llevó la cultura clásica a su máximo esplendor. Médico y
farmacéutico seguía siendo lo mismo. Dioscórides escribe Materia Médica, Andrómaco lleva a la fama
su Triaca Magna y Galeno, que creía que los medicamentos debían producir un efecto contrario al síntoma de
la enfermedad, los prepara él mismo en su gabinete.
Pedacio Dioscórides

En la Edad Media el retroceso en las ciencias y las artes fue brutal. El culto a lo divino como herramienta de
curación siguió vigente con el cristianismo, destacando santos como S. Cosme (cirujano) y S. Damián
(médico-farmacéutico), habitualmente representados juntos y patronos de la medicina y la farmacia. Sin duda,
la máxima expresión de la relación salud-divinidad se dio en esta época. Había casi tantos “santos-
medicamento” a los que rezar como enfermedades, y si eras un privilegiado hasta podías hacerte con una
reliquia de alguno de ellos, un remedio infalible. Se siguieron utilizando las antiguas teorías médicas de
griegos y romanos, ya que eran considerados el summum de la civilización occidental, siendo Bizancio donde
más esplendor alcanzaron.
Los reductos culturales por antonomasia fueron los monasterios y conventos. En estas plazas fuertes del saber
se mantuvieron vivas las artes heredadas de Grecia y Roma. Muchas órdenes religiosas tenían en sus recintos
boticas, las primeras del S. IX, normalmente asociadas a hospitales, en las que los monjes boticarios
preparaban medicamentos y cultivaban plantas medicinales en el huerto anexo.
Sin duda, los únicos que se salvaban en Europa de la siega cultural que supuso la caída del Imperio Romano,
fueron los musulmanes asentados en el sur del continente desde el año 711. Se mostraron abiertos a las teorías
científicas tanto de la antigüedad como del momento sin importar su procedencia. Las desarrollaron y
mejoraron alcanzando cotas del saber nunca vistas en Europa hasta el Renacimiento gracias a personajes
como Avicena. Se crearon los grabadines, códigos que describían la correcta elaboración de medicinas, las
materias primas empleadas y las tarifas para los pacientes. Se escribieron numerosas obras sobre
medicamentos, como la “Colección de medicamentos y elementos simples” de Ebn-Beitar, con más de mil
referencias. Introdujeron en España, entre otras cosas, la famosa triaca, los albarelos y la destilación.
Algunos autores consideran que los árabes fueron los que crearon la farmacia como profesión independiente
(abrieron la primera en Bagdad).
Esta separación entre la profesión médica y la farmacéutica se hizo oficial en Europa en 1240 en virtud al
documento firmado por Federico II de Alemania. Es la Carta Magna de la profesión e indicaba las normas que
los farmacéuticos debían cumplir, regulaba la preparación de medicamentos y sus precios.
En el Renacimiento la cosa empieza a mejorar al evolucionar el pensamiento. Todo, salvo la religión, se
empezó a cuestionar en el mundo de la ciencia. Un claro ejemplo lo encontramos en el suizo Paracelso, que
ataca las teorías de intocables como Galeno. Implanta el concepto de yatroquimia, que defiende la química
como terapia, dando un empujón crucial a la farmacia, hasta entonces basada casi en su totalidad en remedios
vegetales.
El farmacéutico renacentista ve reconocida su labor, realiza estudios propios que son examinados por
el Tribunal del Protomedicato y profundiza en la farmacia como ciencia, realizando todo tipo de estudios y
publicaciones (Dusseau, Lespleigney, Melich, etc). De hecho, aparece la primera farmacopea en 1498,
el Recetario Florentino. Las farmacias se enriquecen con las nuevas materias primas surgidas de la química y
las traídas de América. Se organizan utilizando elementos propios de la farmacia como el botamen. Surgen
eminentes boticarios como los alemanes Besler, y Tabernaemontanus, grandes botánicos, al igual que su
colega belga Coudenberg (introductor de la piña en Europa). Ralla, también aleman, destila el eter.

Carne de momia

Llegados al S.XVII, los farmacéuticos tienen un papel indiscutible en el ámbito de la ciencia, y comienzan a
dedicarse a la química con  más interés. Abundan las publicaciones científicas escritas por farmacéuticos,
comienzan a introducirse en las academias y asociaciones científicas, adquieren nuevos roles como
formadores, investigadores o en puestos de reciente creación como Boticario Mayor del Rey o Boticario
Mayor del Ejército. La oficina de farmacia se desarrolla separando la zona de atención al público del
laboratorio y utilizando materias primas cada vez más fiables. Se introduce la quina, la ipecacuana, el bálsamo
del Perú, etc. Los farmacéuticos del Barroco fueron los grandes impulsores del uso de productos químicos
como medicamentos, a lo que los médicos de la época se oponían, burlándose de ellos abiertamente. Esto deja
claro la mentalidad que los boticarios, como hombres de ciencia que eran, tenían en un periodo de la historia
complejo, en el que chocaban las nuevas teorías con la Iglesia y con lo establecido (que se lo digan a Galileo
Galilei).
También se mantenían remedios de toda la vida, como la triaca, la carne de momia…no se borran siglos de
ignorancia así como así. Como novedad terapéutica aparecen los enemas, que arrasaron sobre todo entre las
clases altas. El caso es que su aplicación era responsabilidad del farmacéutico (que manía nos tenían los
médicos), pero delegaban en sus ayudantes y se limitaban a supervisar el evento.
Los boticarios franceses destacan en este siglo como los alemanes en el anterior. Beguin descubre la acetona,
Seignette el tartrato sódico potásico, Glaser el nitrato y sulfato potásicos, Le Fevre el acetato mercúrico e
inventa el oleómetro. Glaubero (éste es alemán) descubre el acetato potásico y el cloruro de etilo. El español
Juan Salvador y Bosca crea el primer herbario de la flora nacional.
Por fin llegó el S.XVIII y La Ilustración, una época dorada. La yatroquímica sigue ganando terreno (ácido
bórico, mentol, etc). Se extiende el uso de los albarelos, de uso exclusivo farmacéutico, surgen más academias
científicas, como la Nacional de Medicina, fundada en la rebotica del ilustre boticario José Hortega o la de
Ciencias de Barcelona, fundada también en una rebotica, la de Francisco Sala. Nace el Colegio de
Farmacéuticos de Madrid muy a pesar del colectivo médico, que quería controlar a los farmacéuticos, que
publica farmacopeas, imparte formación, crea un laboratorio de química, y curiosamente, prepara en exclusiva
la triaca.
Siguieron apareciendo nuevos fármacos, muchos traídos de América, como la causia. Otros se recuperaron de
tiempos pasados, como el aceitede ricino y se usaron junto con los más modernos, como el aceite de hígado
de bacalao. Sin duda el arsenal terapéutico mejoró, pero se seguían utilizando panaceas, como el elixir de
larga vida, patentado en Inglaterra.
Laboratorio S.XVIII

En España, Carlos III divide el Protomedicato en tres Audiencias, correspondientes a la medicina, la cirugía y
farmacia, logrando así la profesión una independencia que siempre buscó. Insignes farmacéuticos aportaron
sus conocimientos a las ciencias españolas. Jaime Salvador y Pedrol fue el botánico más famoso del país, Gil-
Francisco Boulduc descubre el sulfato sódico, Félix Palacios introduce la yatroquímica, Casimiro Gómez
Ortega promueve la botánica y descubre diversos géneros y especies.
En el resto de Europa también brillan los farmacéuticos. Proust enuncia su “Ley de las Proporciones
Definidas”, Scheele descubre, entre otros, el oxígeno, el nitrógeno y la glicerina, Vauquelin el cromo, Hoeffer
el ácido bórico, Böttger el caolín, Newmann aisla el timol, Rouelle (pionero de la bioquímica y maestro de
Proust y Lavoisier) definió las sales, los Rose descubren el bicarbonato sódico y el niobio, etc.
Wenzel publica su ley cuantitativa de la acción de las masas y Jeoffroy la ley fundamental sobre la afinidad.
Sloane funda el Museo Británico en Londres (no todo van a ser descubrimientos).
Llegados a este punto espero que a nadie le quepa la menor duda de la influencia que los farmacéuticos han
tenido en la ciencia.

Balanzas

Con la llegada del S.XIX, los avances de la profesión farmacéutica son imparables y la historia de la
Farmacia se consolida. La tecnología permite la fabricación de nuevos equipos de laboratorio (pipetas
automáticas, centrifugadoras, molinos, etc) y la preparación de nuevas formas farmacéuticas, como los
comprimidos, cápsulas, inyectables y supositorios. Aparecen los primeros medicamentos industriales. No
dejan de publicarse obras sobre temas de farmacia y la enseñanza se imparte en facultades de farmacia
independientes.
Las farmacias se modernizan y van perdiendo elementos que hasta entonces formaban parte de su
idiosincrasia, como los albarelos, ahora sustituidos por tarros de porcelana. Nuevos y más precisos
instrumentos ocupan el laboratorio. Adoptan como símbolo una esfera de cristal  llena de un líquido,
normalmente rojo o verde, que colocaban en los escaparates para identificar el local como farmacia.
Siguen apareciendo nuevos fármacos como la morfina, aislada por el farmacéutico Serturner o la cafeína, por
los farmacéuticos Pelletir y Caventou, que también aislaron la quinina y la estricnina entre otros. Muchos
ilustres compañeros aportaron su granito de arena: Parmentier difunde con éxito la patata en Francia para
combatir la hambruna, Buchner descubre la parafina, Courtois el yodo, Soubeiran el cloroformo, Serullas el
yodoformo, Balard el bromo, Stromeyer el cadmio, Oersted el aluminio, Döbereiner el acetaldeído, Walker
las cerillas de fricción, Guibourt la cumarina, Ambrosioni el azúcar en la sangre de los diabéticos, Bussy el
magnesio y el berilio, Klaus el rutenio etc.
En el S.XX queda plenamente definido el papel del farmacéutico como profesional en todos sus ámbitos de
actuación, desde el sanitario al investigador, desde el docente al militar. Es el siglo en el que se desarrollan los
medicamentos industriales a la par que los farmacéuticos de la industria, y aparecen nuevos conceptos en el
ejercicio de la profesión, como la distribución, la sanidad ambiental, etc. Aparecen los sistemas sanitarios
como la Seguridad Social, que involucra definitivamente al profesional farmacéutico como agente de salud.

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