Tema 38.
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1. INTRODUCCIÓN
2. JUSTIFICACIÓN LEGAL
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3. PRINCIPIOS GENERALES DE EVALUACION EDUCATIVA
La evaluación educativa debe cumplir, en nuestro sistema educativo, los
siguientes principios, según el Ministerio de Educación y Ciencia (1986):
Ser consecuente con los objetivos y finalidades de los distintos niveles y ciclos
educativos, extenderse a todo el sistema, realizarse de forma continua, acoger
la pluralidad de valores que aportan los distintos agentes de la comunidad
educativa, cumplir funciones de regulación activa del sistema, proporcionar
información continuada, objetiva y suficiente, y ser realizada por los propios
agentes y sistemas externos.
Han sido diversos los autores que han intentado ordenar o sistematizar la
literatura sobre evaluación, mediante la elaboración de clasificaciones de los
principales enfoques evaluadores. Pérez Gómez (1983) clasifica los modelos
de evaluación en dos grandes paradigmas: paradigma cuantitativo y paradigma
cualitativo.
El paradigma cuantitativo ha sido el que ha dominado la investigación y la
práctica evaluativa. Las características de este enfoque son: se basa en la
búsqueda y creencia de la objetividad evaluadora; exige la cuantificación de las
observaciones, por lo cual utiliza el método hipotético- deductivo; dentro de él
se agrupan metodologías y procedimientos de evaluación que requieren de la
medición de los fenómenos educativos, el énfasis se pone en los productos o
resultados de la enseñanza; y, por último, la evaluación se concibe como un
proceso tecnológico en el que el evaluador se encarga de comprobar en qué
medida se han alcanzado los objetivos propuestos.
El paradigma cualitativo tiene las siguientes características: se basa en que la
educación, y con ella la evaluación, no pueden considerarse como procesos
tecnológicos desligados de la esfera de valores; cada fenómeno educativo es
algo único; el énfasis de la evaluación no se pone en los productos o resultados
del proceso educativo, sino en éste mismo proceso de enseñanza-aprendizaje,
intentando captar la singularidad de las situaciones concretas; se da pluralidad
de metodologías y de gran flexibilidad en el uso de distintos métodos; y, por
último, en este enfoque el objetivo de la evaluación consiste en comprender la
situación objeto de estudio y obtener información para valorar.
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conlleva las funciones de diagnóstico, es decir, de disponer de información
significativa y suficiente para valorar la calidad del proceso educativo; la función
de orientación para valorar el trabajo realizado y reconducirlo hacia las metas
previstas; y la función de motivación, que considera que solo si el alumno
conoce sus avances y dificultades podrá participar motivado en el aprendizaje.
La final se centra en determinar el grado en que se han conseguido los
objetivos en el proyecto educativo. Esta finalidad conlleva las siguientes
funciones: control o valoración del aprovechamiento que se basa en la
calificación final expresada en notas, diploma y títulos que certifican si el
alumno está o no capacitado en determinados aprendizajes; promoción, como
valoración final apreciando el logro de las capacidades previstas y los
resultados del aprendizaje; acreditación de años cursados, calificaciones
obtenidas, orientaciones no prescriptivas y confidenciales; y, por último,
certificación de estudios realizados, historial académico, rendimiento global y
orientaciones.
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7. LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO EDUCATIVO
9. CONCLUSIÓN