Fenómenos Ondulatorios
Fenómenos Ondulatorios
Fenómenos Ondulatorios
ONDULATORIOS
Ondas Transversales
En las ondas transversales, el desplazamiento del medio es perpendicular a la
dirección de propagación de la onda. Una ola en un estanque y una onda en una
cuerda son ondas transversales que se visualizan fácilmente.
Ondas bidimensionales
Una onda bidimensional es aquella que se propaga en las dos dimensiones de un plano. A
este tipo de ondas también se les denomina superficiales. Un ejemplo típico de una onda
que se propaga en un estanque con agua.
Ondas tridimensionales
¿Por qué personas ubicadas en diferentes lugares pueden escuchar el sonido emitido por una
misma fuente? Esto se debe a que el sonido se propaga en las tres dimensiones espaciales.
Cuando una onda cumple dicha condición, hablamos de una onda tridimensional. La luz también es
un ejemplo de onda tridimensional. Por esta razón es posible iluminar completamente una
habitación utilizando una sola fuente luminosa.
El periodo
El período corresponde al tiempo que transcurre entre dos pulsos consecutivos o al tiempo que
tarda en producirse un ciclo completo (observa la imagen de la derecha). En un movimiento de
vaivén, como el de un péndulo, el período corresponde al tiempo en que tarda este en realizar una
oscilación completa, es decir, en ir y volver. El período se mide en segundos (s).
La frecuencia
La frecuencia representa el número de ciclos que se producen en una onda por unidad de tiempo.
Matemáticamente, se expresa como:
f = ciclos / tiempos
En el SI la frecuencia se mide en hertz (Hz), donde
1 Hz = 1/s = s–1
La frecuencia y el período son magnitudes que están muy relacionadas, dado que, si una aumenta, la
otra disminuye, y viceversa. Es por esta razón que son inversamente proporcionales. Así, su
relación se modelada la siguiente manera:
La rapidez de propagación
rapidez es un concepto que indica la razón de cambio entre la distancia recorrida y el
tiempo empleado en hacerlo. En el caso de una onda, si se considera un ciclo, la distancia
recorrida es su longitud de onda (λ), mientras que el tiempo que tarda en hacerlo es el
período (T). La rapidez de propagación de una onda se expresa de la siguiente manera:
v = λ/T
Como λ se mide en metros (m) y T en segundos (s), la rapidez de la onda
se mide en m/s. Si consideramos que la frecuencia es f = 1/T, entonces la
expresión anterior se puede escribir de la siguiente forma:
v = λ ⋅ T/1 v=λ⋅f
Idea básica
Una onda se refleja (rebota al medio del cual proviene) cuando topa con un obstáculo
que no puede traspasar ni rodear.
La reflexión no actúa igual sobre las altas frecuencias que sobre las bajas. La longitud
de onda de las bajas frecuencias es muy grande (pueden alcanzar los 18 m), por lo
que son capaces de rodear la mayoría de obstáculos; en cambio, las altas frecuencias
no rodean los obstáculos por lo que se producen sombras detrás de ellos y rebotes en
su parte delantera.
Para estudiar el fenómeno de reflexión, se debe definir una línea imaginaria denominada
normal (N), que es perpendicular a la superficie de separación entre ambos medios y se
encuentra en el mismo plano que el frente de ondas incidente (observa el esquema de la
derecha). Si imaginamos que dicho frente incide sobre la superficie en un ángulo αi
respecto de la normal, entonces el frente de onda reflejado formará un ángulo αr
respecto de la línea normal.
Energía reflejada
Energía
incidente Energía disipada generalmente en
calor
Energía absorbida
Cuando una onda viajera, como la luz, el sonido o una onda sísmica, pasa de un medio a
otro con densidad diferente, experimenta un cambio en su velocidad de propagación y,
por consiguiente, en su dirección (siempre que el ángulo de incidencia sea distinto de 0°).
Si la onda incide en un ángulo αi sobre una interfaz (superficie que separa dos medios de
diferente densidad), entonces experimenta un cambio en su dirección (observa el
esquema de la derecha). La variación en la dirección de la onda es representada por el
ángulo de refracción αR, el que se mide respecto de la normal (N). Es importante
mencionar que, durante la refracción, la frecuencia de la onda se mantiene constante; así,
para que su velocidad varíe, debe cambiar su longitud de onda (recuerda que v = λ ⋅ f).
Todos los cuerpos tienen una frecuencia de vibración propia de cada estructura,
por ello cuando recibe estímulos de una fuente ondulatoria externa de la misma
frecuencia o muy próxima, su amplitud de oscilación aumenta considerablemente.
En el caso de los instrumentos musicales es muy bueno este efecto, porque
permite amplificar el sonido, como por ejemplo la caja de resonancia de la guitarra,
este efecto también se observa al vibrar el parche de una caja o bombo.
Los ultrasonidos de baja intensidad se utilizan para detectar posibles fallas en el espesor de
materiales sólidos.
Los ultrasonidos de muy alta intensidad permiten realizar soldaduras metálicas y modelado de
figuras (ver imagen de la derecha)
La rapidez del sonido y la
temperatura
En sólidos y líquidos, la rapidez del sonido no experimenta variaciones significativas cuando la
temperatura aumenta o disminuye. Sin embargo, en los gases la rapidez del sonido varia de
manera considerable al cambiar la temperatura. Esto se debe a que, al aumentarla temperatura de
un gas, las partículas que lo conforman se mueven con mayor rapidez y en todas las direcciones, lo
que incide directamente en el desplazamiento de una onda sonora a través de él. Se ha
demostrado, experimentalmente, que la rapidez desunido en el aire que respiramos es una
función de la temperatura, cuyo modelo matemático esta dado por:
v = 331 ⋅ √1+____T__
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Espectro audible
El espectro audible está formado por las audiofrecuencias. El oído humano está
capacitado para percibir sonidos cuya frecuencia se encuentran entre los 20 Hz y 20.000
Hz y transformarlo en sensaciones auditivas. Estos límites no son estrictos y depende de
factores biológicos como la edad, algunas enfermedades, o malformaciones del oído.
Los infrasonidos son aquellos que se encuentran con una frecuencia por debajo de los 20
hz, en cambio los ultrasonidos se encuentran sobre los 20.000 Hz.
Según la imagen podemos encontrar tres zonas en función de la frecuencia, pues el
espectro no es estrictamente cuadrado.
1. Zona de frecuencias bajas o tonos graves: corresponde a los sonidos cuyas
frecuencias se encuentran entre los 20 Hz y los 256 Hz. En esta zona, sonidos de
gran intensidad no son percibidos por la mayoría de la población.
2. Zona de frecuencias medias o tonos medios: corresponde a los sonidos cuyas
frecuencias se encuentran entre los 256 Hz y los 2 kHz. A esta zona pertenece el
tono fundamental y los armónicos de la mayoría de los sonidos. El rango de
intensidades percibido por el oído humano en esta zona es mayor que en la de
tonos graves.
3. Zona de frecuencias altas o tonos agudos: comprende los sonidos con frecuencia
entre los 2 kHz y 20 kHz. Es la zona con mayor rango de intensidad percibida.
La intensidad acústica se define como la cantidad de energía trasportada por una onda
sonora en la unidad y tiempo y de superficie, o la potencia por unidad de superficie, la
cual se mide en watt/m²
En cambio, la intensidad sonora se mide en decibel, (dB) y es definida con una escala
logarítmica no sólo porque el intervalo de intensidades a las que resulta sensible el oído es
inmenso, sino también porque la sensación de fuerza sonora tiene una dependencia
logarítmica con la intensidad.