Gnecco-Dias-Crítica de La Razón Arqueológica PDF
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Compilado por:
Cristóbal Gnecco
Adriana Schmidt Dias
Gnecco Cristóbal y Schmidt Dias Adriana.
Crítica de la razón arqueológica: arqueología de contrato y capitalismo. / Cristóbal Gnecco y
Adriana Schmidt Dias, (Compiladores). – Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e
Historia, 2017.
ISBN: 978-958-8852-41-6
306.36 SCDD 20
Ernesto Montenegro
Director general
Marta Saade
Subdirectora científica
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, por ningún
medio inventado o por inventarse, sin permiso previo por escrito del icanh.
Arqueología y capitalismo
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crítica de la razón arqueológica
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Arqueología de contrato, megaminería
y patrimonialización en Argentina
Ivana Carina Jofré
Introducción
minería transnacional o minería a gran escala, con el propósito de mostrar de qué ma-
nera la arqueología de contrato (ligada a los proyectos megamineros a gran escala) for-
ma parte, a través de su participación activa en los procesos de patrimonialización de
lugares de memoria, de una compleja red de actores hegemónicos que contribuyen a la
institucionalización y naturalización de un modelo global neoextractivista de desarro-
llo (Alimonda 2011). La producción arqueológica es un discurso científico-técnico con
impacto social y cultural, puesto al servicio de la megaminería, que enlaza seguridad,
territorio y población (Antonelli 2012). A partir de estos antecedentes, mi trabajo abor-
da la intervención cultural de la megaminería en San Juan, en el centro-oeste coordille-
rano de Argentina; en esa provincia hoy operan 43 proyectos mineros en distintas fases
de trabajo. El caso de estudio está centrado en el norte de la provincia de San Juan,
en el departamento Iglesia. Allí se asientan los proyectos de extracción de oro y plata
más grandes de la región: Veladero y el controversial proyecto minero transnacional
Pascua-Lama (Pascua del lado chileno, en la provincia de Huasco; Lama del lado argen-
tino, en San Juan), operados por la transnacional canadiense Barrick Gold Corporation.
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crítica de la razón arqueológica
Los conflictos económicos, ecológicos y culturales son parte de una dinámica relacio-
nada, imposible de pensar por separado, cuya historia encuentra un punto de partida y
de imbricación en la diferencia colonial (Escobar 2011). Los mitos de la universalidad del
pensamiento europeo y de su superioridad cultural siguen teniendo vigencia y siguen
siendo los rasgos sobresalientes del sistema mundial del colonialismo moderno en el si-
glo xxi (Dussel 1992; Escobar 2011). Los procesos de patrimonialización arqueológica a
los que asiste la arqueología —como eficaz productora de narrativas patrimonialistas—
se llevan a cabo en el campo de luchas hegemónicas por la instauración de significados
que construyen una realidad sobre los pilares históricos de la colonialidad-modernidad.
La manera como operan estas luchas hegemónicas responde a relaciones de escisión
constitutiva entre particulares y universales (Laclau 2004). El compromiso colonial de la
universalidad del discurso hegemónico del patrimonio es un “lugar vacío inerradicable”.
No es una condición a priori o una lista de los particularismos compartidos que deben ser
unificados; paradójicamente, es la ausencia de ese contenido compartido lo que constitu-
ye la promesa de universalidad. Los procesos de patrimonialización en el contexto trans-
nacional megaminero no solo se desarrollan en luchas hegemónicas; también obedecen a
conflictos de distribución cultural cuya raíz histórica se encuentra en el nacimiento del
colonialismo / colonialidad a finales del siglo xv. La estrecha relación entre la minería y
el orden cultural dominante representado en el patrimonio cultural es clara y evidente.
Mientras el patrimonio es un producto de la modernidad que involucra la invención (o
intervención) de la tradición para la consolidación de las comunidades imaginadas como
nuevos Estados-nación, la minería está ligada a la emergencia, la constitución y los ava-
tares políticos del colonialismo / colonialidad, contracara negada y oscura del orden mo-
derno (Dussel 1992): “El desarrollo histórico de la minería moderna emerge, a la vez, como
producto y como medio de producción clave del sistema de relaciones de poder que con-
forman y caracterizan el mundo moderno” (Machado 2011:141. Cursivas en el original).
Aunque la colonialidad es la supresión sistemática de culturas subordinadas (el en-
cubrimiento del otro detrás de modelos creados por la experiencia moderno-colonial),
también es condición de posibilidad en sus márgenes (Comaroff y Comaroff 2013). En la
formación de conocimientos fronterizos (Mignolo 2003) existe el potencial de convertir
los lugares de articulación en proyectos alternativos. Allí también es posible una plura-
lidad de configuraciones socioculturales (Escobar 2011). Esto es lo que representan los
procesos de contrapatrimonialización de lugares de la memoria indígena en el contexto
transnacional de la megaminería.
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
1 Prats (2005:18-19) sostiene que los procesos de patrimonialización comprenden dos tipos de
construcciones sociales o formas de representación del patrimonio, distintas pero complementarias.
La primera, la sacralidad de la externalidad cultural, es “un mecanismo universal, intercultural, fá-
cilmente reconocible, mediante el cual toda sociedad define un ideal cultural del mundo y de la exis-
tencia y de todo aquello que no cabe en él, o lo contradice”. La segunda, la puesta en valor o activación
patrimonial, depende del Estado, pero está determinada por negociaciones entre distintos actores de la
comunidad “en la medida en que existe en la sociedad una previa puesta en valor jerarquizada de de-
terminados elementos patrimoniales, fruto normalmente de procesos identitarios, no necesariamente
espontáneos, pero que pueden comportar un alto grado de espontaneidad y consenso previo” (Prats
2005:20). La activación patrimonial comporta un discurso; por eso es una representación hegemónica
del patrimonio donde intervienen la ciencia y la tecnología como epistemologías modernizantes.
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crítica de la razón arqueológica
Megaminería en Argentina
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
forma de vetas y se extraía mediante procedimientos manuales. Ahora los metales son
escasos en el mundo. Los reservorios existentes solo contienen metales dispersos en la
roca (grandes cerros y montañas) en forma de pequeñas partículas que deben ser sepa-
radas del mineral que lo contiene (se los llama minerales de baja ley). Para separar el oro
de la roca o mineral se dinamitan montañas enteras, reduciéndolas a pequeñas rocas que
luego son volcadas en una sopa química para lixiviar (separar) el metal de la roca. Este
proceso químico se denomina “lixiviación cianurada”. Estos nuevos proyectos mineros
utilizan tecnologías de alto impacto ambiental porque producen una fuerte depredación
de los paisajes explotados; producen cuantiosos pasivos ambientales que contienen sus-
tancias químicas altamente tóxicas y persistentes en el entorno natural (cianuro, ácido
sulfúrico, mercurio) y gravemente dañinas para la salud humana, animal y vegetal; y
porque requieren enormes cantidades de agua potable para disolver o separar (lixiviar
en diques de cianuro a cielo abierto) los metales contenidos en la roca; y necesitan sufi-
ciente “energía eléctrica” para poner en funcionamiento sus faraónicas obras de infraes-
tructura. Estos procedimientos fueron prohibidos en varios lugares del mundo, entre
ellos Republica Checa (2000); Nueva Gales del Sur, en Australia (2000); Alemania (2002);
algunos condados del estado de Colorado, en Estados Unidos; el estado de Montana, en el
mismo país (1998); y Costa Rica (2002) (Colectivo Voces en Alerta 2011).
La megaminería está destinada a la extracción de minerales para la producción de
commodities (productos primarios) como oro, cobre y plata. En Argentina, especial-
mente en la provincia de San Juan, los proyectos megamineros se ubican en el cordón
andino, a grandes alturas sobre la línea de glaciares, justo donde se originan los cursos
de agua dulce que alimentan las cuencas habitadas por las comunidades humanas de la
región. A partir del alto impacto previsto por estos proyectos, sobre todo a raíz de un pro-
yecto de Barrick Gold por el cual la empresa pretendía “reubicar glaciares” en la línea
de frontera coordillerana, debió expedirse una ley específica (resistida por las empresas
y buena parte del sector político) para la protección de glaciares y ambientes periglacia-
res (Ley Nacional 26.639). Los movimientos sociales han denunciado que estos mega-
proyectos mineros utilizan cantidades extraordinarias de agua dulce y de energía que
superan los límites de consumo de las poblaciones locales (Svampa y Antonelli 2009;
Colectivo Voces de Alerta 2011). El alto consumo de agua por parte de estos proyectos
en Chile y Argentina ha disminuido la disponibilidad de agua para consumo humano y
riego agrícola en vastas regiones de ambiente desértico y semidesértico en estos países;
también ha desestabilizado las economías sociales de base agrícola y ganadera, lo que
llevó en el 2014 a la “declaración oficial de la emergencia hídrica en la provincia de
San Juan”.
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crítica de la razón arqueológica
Casi una década después de la aparición de las “leyes de primera generación”, que en-
marcan hasta hoy los beneficios otorgados por el Estado a las empresas transnacionales,
estas últimas reforzaron su lenguaje comunicacional invocando el principio jurídico de
responsabilidad ante terceros (compromiso de no daño) y su compromiso filantrópico
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
corporativo con las necesidades y deseos de las comunidades bajo explotación para “la
buena gobernanza” (Antonelli 2009). El concepto propagandístico empresarial mine-
ro difundido como responsabilidad social empresarial (rse) forma parte del declarado
“cambio cultural” propuesto por las empresas “para responder, proactivamente, a la más
que negativa reputación de la industria en el mundo y a la creciente conflictividad y
resistencia a esta explotación” (Antonelli 2009:77). Esto se desprende del informe del
proyecto “Minería, minerales y desarrollo sustentable” (mmds), realizado por el Instituto
Internacional para el Ambiente y el Desarrollo y promovido por el Internacional Council
on Minerals and Metals (icmm). En el informe se reconoce a la megaminería como una
actividad perjudicial para el medio ambiente y se proponen cambios discursivos para
referirse a estas desventajas como “desafíos” de la actividad. Argentina, a través de la
Cámara Argentina de Empresarios Mineros (caem), adhirió a estas nuevas políticas de
gestión minera al sumarse al icmm después de su creación en el 2001. Para implementar
estos nuevos diseños político-sociales estratégicos, la corporación minera internacional
recurrió a un conjunto de ong para fortalecer el modelo democrático requerido para la
sustentabilidad de la minería. En esta red internacional de organizaciones convocadas
se encuentra, por ejemplo, el Grupo de Diálogo Latinoamericano, con sedes de trabajo
en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Chile. Estas organizaciones contrata-
das (entre las cuales también se incluyen universidades nacionales y privadas como la
Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Católica Argentina) operan en el
ámbito de la investigación, haciendo estudios socioantropológicos de los actores que van
a integrar en el nuevo diálogo minero, identificando y utilizando estratégicamente sus
fortalezas y debilidades como información clave en esta nueva “construcción de consen-
sos” que apelan a los discursos de la diversidad multicultural y a la interculturalidad
como principio práctico facilitador de las intervenciones sociocomunitarias de la nueva
minería. Este “diálogo” apropia los discursos de los derechos humanos en favor de los
consensos legitimadores de la megaminería y en el orden democrático vigente a escala
global. Quedar fuera del “diálogo megaminero” representa, entonces, un desacato al or-
den democrático de la sociedad de derecho. Sobre esta base se aprobaron algunas leyes
contrarias a los derechos ciudadanos reconocidos constitucionalmente en la Argentina,
entre ellas la Ley Antiterrorista Argentina sancionada en el 2007 y modificada en el
2011. Esta ley fue puesta en vigencia por recomendaciones del Grupo de Acción Finan-
ciera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales (gafi) y utilizada por el Estado-nación
argentino y sus provincias como herramienta jurídica para legalizar las represiones a los
reclamos de los movimientos sociales y étnicos movilizados contra los proyectos extrac-
tivistas / neocoloniales, cobrándose a la fecha ya varios muertos y procesados.
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crítica de la razón arqueológica
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
nidades del área afectada, sus historias locales y sus modos particulares de entender la
historia y producir memorias.
c) Los eia son evaluados con muy bajos estándares de calidad científica para favore-
cer procesos de evaluación estatal flexibles y favorables a la liberación de áreas para la
explotación minera.
d) Es notable la formación y el fortalecimiento de pequeños grupos corporativos de
investigadores arqueólogos (locales y mayormente externos), favorecidos por estas polí-
ticas de Estado y en razón de sus contrataciones con empresas privadas. Esta situación
favorece las rivalidades y competencias negativas en el campo del trabajo científico,
cada vez más tendiente a la profesionalización de las arqueologías funcionales a los
modelos de desarrollo vigentes. En la provincia de San Juan, la arqueología de contrato
asociada a los proyectos megamineros suele emplear a los profesionales de la arqueo-
logía que, ideológicamente, se posicionan como “opositores a los procesos de reemer-
gencia indígena” y a “los movimientos sociales ecologistas antimineros”. Dado que en
la provincia hay muy escasos arqueólogos y antropólogos —de título o profesión—, es
cada vez más común la contratación de profesionales externos recomendados por la
cartera de contactos de las empresas consultoras o de las propias empresas mineras.
Por ese motivo, los eia realizados para proyectos megamineros en San Juan avalan y
promueven teorías antropológico-arqueológicas de discontinuidad étnica y extinción
aborigen, antaño al servicio de la política de exterminio indígena operada por el Esta-
do-nación a finales del siglo xix y comienzos del siglo xx. Hoy en día estas narrativas
científicas son espacios retóricos fundamentales para legitimar los nuevos modos de
expropiación que representa el modelo neoextractivista megaminero.
e) Como derivado de la forzada ausencia de proyectos e investigaciones arqueológicas
independientes, o no, ligados a la arqueología de contrato, existe un notable acrecenta-
miento de la ficción proteccionista que pone a las empresas megamineras en el papel de
mecenas protectoras del patrimonio arqueológico local (Jofré, Biasatti y González 2010;
Jofré, Galimberti y Biasatti 2010). Los medios de comunicación propagan noticias que
ligan a las empresas y al Estado provincial en prácticas de activación patrimonial en
lugares de memoria dentro y fuera de las zonas de afección minera o por medio de ac-
tividades de formación en convenio con instituciones educativas locales. Esto es parte
del programa provincial de “desarrollo sustentable” que presenta a la “minería como
actividad sustentable” y a las “empresas como socialmente responsables”.
f) Las situaciones anteriores son efecto, sobre todo, de la autoexclusión del Estado de
su rol protector del patrimonio provincial (impuesto a través de su aparato jurídico, Ley
6.801). El Estado provincial delega en las empresas la responsabilidad sobre los costos
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crítica de la razón arqueológica
2 Véase http://www.conflictosmineros.net/contenidos/9/7236
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
Impacto Ambiental (dia); los estudios arqueológicos suelen integrar estos informes pu-
blicados, pero de manera editada. Los informes completos presentados por las empre-
sas consultoras contratadas por las empresas megamineras no son publicados y no son
accesibles. Las solicitudes de estos informes en las administraciones de control estatal
provincial usualmente se apilan en cajones y rara vez son contestadas. Las cláusulas de
confidencialidad contravienen las legislaciones provinciales y nacionales que declaran
al patrimonio arqueológico bien de interés común (cfr. Jofré, Galimberti y Biasatti 2010).
j) En la provincia de San Juan no se implementan las declaraciones internacionales de
derechos humanos para pueblos originarios, ratificadas por Argentina, y que establecen
el respeto a las diversidades culturales y la consulta previa, libre e informada como con-
dición necesaria antes de la ejecución de estos proyectos. Los mecanismos de consulta a
las comunidades locales, indígenas o no indígenas, solo se realizan al comienzo de los
proyectos y en ningún caso cumplen el requisito que establece el carácter previo, libre e
informado (cfr. Claps 2011). Los eia en la provincia avalan esta situación puesto que no tie-
nen en cuenta, y niegan, las objetivaciones nativas, los lugares de memoria indígena y los
paisajes culturales activamente presentes en las construcciones de las subjetividades lo-
cales, en torno a las cuales conviven miradas del mundo diferentes de las construcciones
modernas propias del aparato científico-técnico desplegado para su estudio y análisis.
h) Los informes de los eia alimentan la ilusión de que es posible controlar y supervi-
sar los impactos ambientales-socioculturales de estas monstruosas obras extractivas
en la cordillera (Colectivo Voces en Alerta 2011; Jofré, Galimberti y Biasatti 2010). Ali-
mentan la fantasía de que los estudios científicos y el control estatal sobre estas obras a
gran escala en sus distintas fases (exploración, construcción, explotación y cierre de la
mina) están orientados a cuidar los intereses de la ciudadanía y no los de las empresas
que, a menudo, por no decir siempre, coinciden con los intereses estatales, porque el
objetivo generalizado de los actuales gobiernos en Suramérica es adoptar un modelo de
desarrollo neoxtractivista y reconvertir las economías locales a medida y deseo de la
economía global del capital financiero. La ciencia y la tecnología están al servicio de
este nuevo proyecto de modernización / neocolonial. Así lo ha demostrado el rol desem
peñado por las universidades nacionales y privadas y las agencias de promoción cientí-
fica y tecnológica a través de las discusiones suscitadas, por ejemplo, por la aceptación
3
de los fondos mineros de ymad repartidos a las universidades nacionales.
3 Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (ymad), explotados desde 1994 por Minera
Alumbrera, un proyecto extractivo en el que participan varias multinacionales.
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crítica de la razón arqueológica
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
4 Al emplear el término hago alusión a la definición de Segato (2007) del cuerpo “no blanco”
como aquel que posee la marca del indio o del negro, una marca de desposesión, la huella de su
subordinación.
5 La capacocha era uno de los rituales públicos incaicos más importantes. En este participa-
ban los súbditos de las cuatro partes del imperio para dar ofrendas a las huacas. En un momento de
la historia del Tawantisuyu las capacochas incorporaron sacrificios humanos.
6 Véase el documental Hijos de la montaña, dirigido por el realizador sanjuanino Mario Ber-
tazzo, con asesoramiento y asistencia de dirección del Colectivo de Arqueología Cayana (Jofré et
al. 2011), https://www.youtube.com/watch?v=_44PhWHN9RQ
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crítica de la razón arqueológica
que hicieron extensivo a “todas las culturas y momias del Departamento Iglesia”. Los
alumnos recrearon en el texto un diálogo imaginario con “la momia” que yacía en la
heladera del museo en Rawson; también llevaron a cabo su teatralización en una trans-
misión radial de un programa emitido localmente. Ese diálogo significativo expresa
el proceso de contrapatrimonialización activado en la devolución de una identidad al
sujeto museificado (cosificado). El pedido de regreso a su lugar de entierro ritual, en el
cerro El Toro (hoy dentro del pedimento minero concedido a Barrick Gold), intenta es-
tablecer un nexo de cohabitación y copresencia en un mismo tiempo-espacio entre los
niños y el joven momificado, una condición que permite reconocer este proceso como
una narrativa posabismal (Santos 2010). El diálogo es el espacio contemporáneo en el
que transcurre el encuentro porque los sujetos pronuncian el mundo transformándo-
lo (Freire 2002) y disipan la alterización en la que se funda la patrimonialización del
cuerpo del indio. La espacialización de la memoria, su territorialización efectuada en
la constitución de los lugares de la memoria, habilita un espacio-tiempo de convergen-
cia contemporánea de las identidades del presente y del pasado. Allí las prácticas y los
agentes se identifican con un territorio común.
A partir del 2006 los docentes y los alumnos de la escuela realizaron, con el Colectivo
de Arqueología Cayana, distintas actividades orientadas a fortalecer este pedido en el
7
ámbito social local, nacional e internacional . La demanda por la restitución del joven
del cerro El Toro fue incluida en uno de los ocho puntos del petitorio presentado por la
comunidad indígena warpe del territorio del Cuyum, en colaboración y con el aval de
arqueólogos y organizaciones sociales e indígenas, a la Universidad Nacional de San
Juan (Jofré 2012, 2014a, 2014b). El petitorio solicita la aplicación de la Ley Nacional
25.517, recientemente reglamentada, que protege y regula el derecho de los pueblos ori-
ginarios a demandar la restitución de cuerpos humanos considerados antepasados y
ancestros. Este documento se afirma sobre una demanda por la restitución de los cuer-
pos al territorio, evadiendo la posibilidad de que el Estado, a través de la ciencia, eje-
cute estas restituciones de cuerpos humanos como una manera velada de intercambiar
“cuerpos por territorios”. La comunidad warpe afirma así que, desde la cosmovisión
7 El reclamo por la restitución del cuerpo del joven del cerro El Toro fue avalado por el voto
mayoritario de los arqueólogos y antropólogos convocados en el Plenario de la IV Reunión de Teo-
ría Arqueológica de América del Sur en el 2007 en Catamarca. Un año después este apoyo fue
ratificado en el Plenario del IV Congreso Mundial de Arqueología celebrado en Dublín, Irlanda.
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Arqueología de contrato, megaminería y patrimonialización en Argentina
originaria, el territorio entiende una visión abarcativa de la tierra y de los seres que en
ella habitan: “Somos territorio, el territorio lo es todo, el territorio es nuestra vida”.
En muchas de nuestras conversaciones los pobladores de Malimán y Colanguil conta-
ron la historia de expropiación, dominación e injusticia de los pueblos indígenas en el
presente; desde esas narrativas se identificaron con la marca de subordinación de estos
cuerpos. Ellos también me interpelaron como “alguien con saber y por lo tanto con po-
der” para interceder ante quienes tienen el poder de cambiar las condiciones materiales
de existencia de sus comunidades, presuntamente destinadas a desaparecer. En esta
contrapatrimonialización de los lugares de memoria estos pueblos se resisten a desapa-
recer, a ser otro monumento arqueológico de discontinuidad. En su pronunciamiento
están produciendo memorias de insubordinación. Estos lugares de memoria indígena,
lugares “dominados” (Nora 1984), expropiados / apropiados como mercancías para la
explotación minera, están siendo insubordinados, es decir, están siendo construidos
como memorias localizadas de insubordinación y en ese acto performativo están agen-
ciando territorios.
Como corolario de estas memorias de insubordinación producidas por las narrativas
de aboriginalidad, en el 2011 las comunidades diaguitas del valle del Huasco, en Chile,
presentaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con-
tra el proyecto Pascua Lama de la empresa Barrick Gold, por graves daños ambientales
en territorios indígenas ancestrales, entre los cuales se incluyen la afectación de los gla-
ciares Toro 1, Toro 2 y Esperanza, la contaminación de cursos de agua y la afectación de
lugares de memoria considerados sagrados. Entre esos lugares reconocidos por las co-
munidades diaguitas como sitios sagrados se encuentra el santuario de altura del cerro
El Toro (Yáñez y Molina 2012). En el 2012 la Corte de Copiapó acogió la demanda pre-
sentada por cinco comunidades diaguitas contra este proyecto megaminero, hecho que
derivó, a comienzos del 2013, en una orden judicial de paralización total de las obras de
construcción del proyecto Pascua Lama del lado chileno. Este hecho también afectó el
proyecto del lado argentino (en el departamento Iglesia), hasta la actualidad. Estos he-
chos significaron un fuerte revés en las inversiones de la empresa minera transnacional
en la región y expusieron públicamente —por primera vez de manera masiva— la con-
taminación y los atropellos de estos proyectos; también demostraron la fuerza poten-
cial de contrapeso que representan las comunidades y organizaciones indígenas de la
región. Por eso las empresas mineras emprendieron un fuerte trabajo de reconversión y
apropiación de estas comunidades y de sus líderes y referentes, a fin de lograr la licencia
social para sus emprendimientos, sin prescindir, por supuesto, de la ayuda de abogados
y antropólogos. Del lado argentino, en la provincia de San Juan, la paralización de las
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crítica de la razón arqueológica
obras del megaproyecto minero Pascua Lama, originada por la orden judicial de la Cor-
te de Copiapó en Chile, sumada a la mala racha financiera de la Barrick Gold en los úl-
timos años, debido a malos manejos internos de la empresa y a la baja del oro en la bolsa
internacional de valores, significó el despido de más de dos mil trabajadores, contrata-
dos directa o indirectamente por la empresa, y la desestabilización político-social de
una economía reprimarizada fuertemente dependiente del mercado financiero global.
Hoy la “realidad megaminera” deja ver los hilos detrás de la marioneta y las promesas
del oro se desvanecen entre las fantasías del desarrollo moderno extractivista.
Agradecimientos
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