Seleccion Afectos Madre Josefa PDF
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3X2186
£353
MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL
BIBLIOTECA DE CULTURA COLOMBIANA
Darío Achury V alenzuela
10 INTRODUCCIÓN
3: COMENTARIO
Hace la autora una breve consideración en torno del
verso de Job Post tenebras spero lucem 1
: sea, que al . O
alma que padece esperando en el Señor, la más profun-
da noche le parece luz de alborada; que tales padeci-
mientos son fugaces y pasan pero, en cambio, la ocasión
;
AFECTO 4<?
1
Job., 17, 12.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 43
1
Apoc, 3, 7.
2
Ps., 83.
3
Juan, 14, 2.
44 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
4: COMENTARIO
Este Afecto es una continuación del Afecto 2°, y al
igual que éste versa su tema sobre la presencia de Cristo
en el Sacramento de la Eucaristía. Los nombres con que
1
Ps., 149, 5.
2
Lucae, 8, 23-24.
8
Cant., 5, 2.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 45
Cronología. —La
autora no hace en este Afecto alu-
sión a un hecho concreto —
excepto el relacionado con
los sermones del cultilatino predicador de marras —
que dé pie para establecer su cronología.
AFECTO 5?
1
I. Reg., 1, 8.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 47
5: COMENTARIO
El motivo de este Afecto es la aflicción que siente
Francisca a causa de no haber podido ver a su confesor
cierto día en que lo esperaba. A
este mismo hecho se
refiere la autora en el libro de Su Vida (XIII, 116), si
bien con mayor precisión " un día, como hubiera
: . . .
1
Ps., 44, 3.
2
Ps., 44, 12.
48 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Apéndice del I volumen de los Afectos: "El Editor", pá-
gina 345, ed. de 1956, Bogotá.
2
Esta última fecha la da la nota marginal puesta por la
autora al final de esa primera parte. "Hasta aquí el año de
16, ahora es el de 24", Afectos Espirituales, I, 341, n. (a), ed.
Bogotá, 1956.
Análisis —3
50 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
AFECTO 6?
1
I. Petri, 5, 9.
a
Ps., 60, 4.
3
Matt., 4, 10.
52 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
6: COMENTARIO
Inicia este Afecto Sor Francisca diciendo habérsele
representado en cierta ocasión la imagen de una perso-
na vestida con hábito religioso navegando en el mar
sobre una cruz formada por dos espadas, una de las
cuales simbolizaba la ira y la otra la concupiscencia. La
cruz así formada era imagen de la mortificación a la
vez que de una nave, a la cual debe asirse el alma para
su salvación. Si nos atenemos a esta explicación del
símil, la persona que navega sobre esa cruz, cuyos tra-
vesanos son las espadas de lo irascible y concupiscible,
debió ser la misma Sor Francisca pero si tenemos en ;
1
Afecto 59 , p. 46 de esta edición, y Su Vida, XIII, 116.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 53
Cronología. —
Del contexto de este Afecto se deduce
que él fue escrito algún tiempo después de haber pro-
fesado, en 1696, aproximadamente.
1
Afecto 69 , p. 51 de esta edición.
54 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
AFECTO 7<?
1
Ps., 11, 6.
3
Apoc, 17, 4.
3
Ps., 68, 9.
56 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Jerem., 51, 6
2
Jacob., 2, 19.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCION 57
decem millia? 1
. ¿No es de quien los salmos cuentan
tantas maravillas? Oh, Señor, haga yo en tu presencia
memoria de tus maravillas; alumbra mis ojos para que
no duerman en la oscuridad y sombra de muerte; tiem-
ble en la presencia que hace temblar las columnas del
cielo. Si tuviera fe, tuviera firme en Ti mi esperanza,
conociendo en mi visita mi salud, y las cosas que son
para mí paz. O si yo te preguntara y entendiera: Quis
es tu qui venisti ad me curare vulnera mea? ¡Oh, cómo
en nada dudara; oh, cómo te bendijera y diera gracias,
Padre de mi señor Jesucristo, que no ya por tu Apóstol,
sí por tu mesmo hijo, igual a Ti, Dios mío, te dignaras
curar mi enfermedades! ¡Oh alma mía, ten fe y sana-
rás! Tu fe te hizo salva, hecha está tu salud y tu re-
medio. Aprende de la hormiga: antes que vengan las
lluvias, busca el grano con que te sustentes; ¿por qué
agravas tu corazón? Busca a tu Dios, dilata tus labios
pidiéndole misericordias, pues ya tiene prometido que
los llenará. ¡Oh, si lo oyeras: 2 non erit in te deus re-
cens, ñeque adorabis deum alienum Mira que los ídolos !
1
I. Reg., 18, 7.
2
Ps., 80, 10.
3
Eccli., 31, 9.
58 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
7: COMENTARIO
—
Locus amoenus. La fe se le representa a Sor Fran-
ciscacomo un inmenso campo de grande hermosura,
oreado por suaves aires y por donde discurre un arroyo
de aguas diáfanas y en donde crecen árboles frutales y
1
Ps., 30, 13
2
Eccli., 31, 9.
3
Isai., 42, 14.
1
Job., 24, 13.
:
—
Pastor y oveja. Luégo dice Sor Francisca que los
sentimientos que en este Afecto 7? expone le fueron
inspirados por los elementos naturales que estructuran
su descripción del paraje ameno de la fe. Jesús apare-
ce entre ellos como pastor que apacienta el rebaño de
sus almas. El campo de la fe se muestra cercado y el
demonio rondando en torno de él para buscar a quién
1
E. R. Curtius: Literatura europea y Edad Media latina,
I, 280. (Ed. F. de C. E., México, 1955)*.
60 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
—
Pastor fuerte. Ahora Jesús es el pastor nazareno,
fuerte en la pelea, que acude a los gemidos y llamamien-
tos de su oveja cuando el lobo se apresta a devorarla.
Porque Cristo es el amparo del huérfano y desvalido.
Cuando se le llama en medio de la angustia, se yergue
y acude presuroso a proteger a quien le invoca. Como
en el Salmo (11, 6), cuando los malvados rondan al
justo para oprimirlo, el Señor se levanta airado al oír
sus gemidos y va en su auxilio para darle la salud que
él tánto desea! Cuánto pueden lo que Sor Francisca
llama "cariños de Dios".
Alma desamparada. —
El desamparado es el predilecto
del Señor, cuya felicidad deben envidiar, no sólo los se-
rafines, sino los poderosos de la tierra, los que siguen
tras de la mujer apocalíptica que en sus manos lleva
la copa rebosante de abominaciones y en su frente el
nombre de Babilonia: Magna mater fornicationum et
abominationum terrae (Ap., 17, 4-5 ). Y para asemejarse
en algo al justo que escogió como mejor parte el ser
despreciado, debe el alma desnudarse de sus pasiones,
ser extraña para sus hermanos y ajena para los hijos
de su madre, como dice el salmista (Ps., 68, 9). Sólo
así, desasiéndose de todo y renunciando a todo, podrá
imitar a Cristo, que conoció y supo del desamparo total
como ninguna otra criatura del cielo y de la tierra. Y
Noche oscura. —
Cuando Francisca conoce que si el
mundo fuera un campo de abrojos y en medio de la
noche lóbrega rondara el alma para llegar a los pies de
Cristo, tánto empeño y empresa tan ardua serían nada
comparados con el premio que la espera, le parece que
al escribir lo que en este conocimiento se le ha dado,
está escribiendo su propio juicio y sentencia. Implora
entonces al Señor para que, cuando viniere a juzgarla,
use con ella de su misericordia y no le desampare, aun-
que al intentar curarla no sane, como la Babilonia del
profeta (Jr., 51, 9).
—
Arrobamiento. Cuando dice que ha comprobado ante
Jesús Eucarístico que carece de toda virtud fe, espe- :
Alma desamparada. —
Ahora torna Sor Francisca a
uno de temas iniciales de este Afecto: al del alma
los
que vive en desamparo, presa en su desvalimiento y
gemidora en su miseria y por quien el Señor dice
"Ahora habré de levantarme para darle la salud que
implora" (Ps., 11, 6). El Señor al desamparado lo pro-
tege y pone a seguro del linaje de los hombres de li-
sonjero labio y doble corazón, que unos a otros se dicen
falsedades, mientras que las palabras de Yahveh son
puras y sin escoria, como la plata por el crisol siete
veces refinada.
—
Hacedor de maravillas. Vuelve ahora a encarecer las
maravillas del Señor, tomando pie en el versículo del
Eclesiástico, que dice, a propósito del rico que fue ha-
llado íntegro y que en pos del oro no se extravió
"¿Quién es para que le alabemos? Porque ha hecho
entre su pueblo cosas de maravilla" (Ecli., 31, 9). Y
este
tan gran hacedor de portentos es el Señor, lumbre que
da vida, guía de descarriados, roca y fortaleza y peña
de refugio, como dice el salmista. Quien haga memoria
de todos sus pasos de Dios humanado, desde el pesebre
hasta el Calvario, no podrá menos de admirar sus ma-
ravillas. El que se irguió después de haberle el mundo
olvidado como a muerto y que llegó a ser como vaso
roto, es el mismo a quien todos rinden hoy tributo por
las maravillas que ha obrado.
—
Cordero y guerrero. Sor Francisca reitera luégo el
tema de Cristo como cordero, cordero que marcha si-
lencioso al sacrificio y que en su espléndida generosidad
se da como alimento aun a aquellos que tienen el alma
mancillada. Pero cordero que un día, al decir de David,
se erguirá como un héroe, como el guerrero que arderá
en su ardor combativo, que dará gritos y alaridos y se
:
—
Estructura temática. Agrupando los temas conteni-
dos en este Afecto y especificando el acento o tono pre-
dominante en cada uno de ellos, pastoral o bucólico,
épico, elegiaco, etc., tendremos el siguiente cuadro
1 y 2Bucólicos
: Predominio de oboes, flau-
o Pastorales. tas y arpa.
3,4,8, 11 y 12: Epicos. Predominio de los cobres, tu-
bas, trompetas y trombones.
5 y 10: Elegiacos. Predominio de las cuerdas:
violas y cellos.
6 y 9 : Dramáticos. Combinación de cuerdas y
cobres : cellos, contrabajos,
trompetas y trombones.
7 y 13 : Líricos. Predominio de violines.
Cronología. —
Finalmente, desde el punto de vista
cronológico, el tiempo en que hubiera sido escrito este
Afecto podría adscribirse al mismo año en que fueron
escritos los Afectos anteriores, o sea a 1696, teniendo
en cuenta la continuidad temática que en todos ellos se
observa.
AFECTO 8?
1
Ps., 115, 15.
2
Ps., 90, 11.
3
Ps., 42, 3.
66 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Luc, 24, 35.
3
2 ? ed.
y Los pasajes que aquí van entre [ 1 faltan en la 1
(Bogotá, 1843).
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 67
1
Ps., 1, 3.
2
Ps., 100, 7.
3
Ps., 138, 8.
68 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Ps., 122, 2.
8
Ps., 10, 14.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 69
1
Cant., 1, 12.
70 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Cant., 3, 4.
1
Math., 17. 4.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 71
1
Ps., 118, 82.
3
Job., 7, 20.
72 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Ps., 118, 83.
3
Ps., 2.
8
Ps., 123, 8.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCION 73
1
Ps., 101, 5.
'
J
Jacob., 4, 6.
3
Matt., 11, 25,
4
Judith., 9, 6.
5
Ps., 113, 5.
Análisis —4
74 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
8: COMENTARIO
—
El grano muerto. Se inicia este Afecto con el des-
arrollo del tema "el grano muerto", o sea la simiente
que el sembrador arrojó en el surco para que germinara
y fructificara, pero que se malogró, o porque cayó en
la vera del camino y vinieron los pájaros y se lo co-
mieron, o porque cayó en un pedregal, o porque cayó
entre espinos (Cf. Mt., 13, 3-9; Mr., 4, 1-9 y Le, 8,
4-8). Como se sabe, esta parábola del sembrador es una
de las ocho llamadas parábolas del reino de Dios, ex-
puestas cierto día por Jesús, desde una barca, ante un
numeroso concurso de gente que le oía desde la ribera.
Jesús mismo, ante el reclamo de sus discípulos porque
se expresaba en lenguaje parabólico ante un auditorio
de ruda y bronca mentalidad, se encarga de explicar el
significado de la parábola del sembrador en los térmi-
1
Ps., 8, 4.
2
Al
llegar a este punto, hay en el ms. Gómez Restrepo una
nota de Sor Francisca que dice "Para su confcsor.-Y\ m. Hasta
:
Una
parábola trunca. —
Influida acaso por el estilo de
las parábolas del reino de Dios, en cuya lectura y con-
sideración andaría embebida por entonces, Francisca
escribe, a su modo, una parábola, que podría denomi-
narse "la parábola del pan dorado", imitación un tanto
desabrida de la parábola cristiana de los obreros lla-
mados a trabajar en la viña (Mt, 20, 1-16) pero para ;
—
El alma, hija pródiga. El alma debe confiar —
con-
tinúa Sor Francisca —en el Señor con la esperanza de
recoger las migajas del pan que caen de su mesa y
con la fe del hijo pródigo, quien, después de haber
disipado su hacienda en locos y vanos placeres, regresa
al hogar paterno a pedir, no lo que antes se le diera en
abundancia, sino un mendrugo de pan tan sólo. Por
este regreso hay fiesta en la casa del cielo, donde se
tañen la cítara y la zampoña y se hacen danzas, porque
el alma pródiga estaba muerta y revivió, estaba perdida
El alma desfallece. —
Al llegar a este pasaje del Afec-
to 8?, dice Sor Francisca que se siente descaecer y que
el aliento le falta para proseguir (p. 69). Sin embargo.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 79
Temor —
a la cruz. Todo hombre es ignorancia y con
él su alma, pues con frecuencia ésta ignora el camino
que transita, y como Pedro, en la tarde del Tabor, se
siente inclinada a exclamar: "Señor, agradable cosa
es estarnos aquí" (Mt., 17, 4). Es decir, que el alma,
llevada por un impulso subconsciente, teme la cruz lo —
mismo que Pedro —
y pide permanecer en el monte de
la transfiguración, olvidando que allí Moisés y Elias
trataron con Jesús del tránsito que éste iba a realizar
en Jerusalén (Le, 9, 31), e ignorando o fingiendo igno-
rar que la luz del Tabor irradia hacia el calvario.
—
Otro símil musical. Para dar a entender con mayor
claridad los sentimientos que en ese momento embargan
su alma, Sor Francisca apela, una vez más, a un símil
musical, que es, otrosí, como un recuerdo de su expe-
riencia juvenil en el aprendizaje del órgano. "Y no ad-
vierte (el alma) que ha de aprender la música que le
1
Su vida, LIV, 349, n. 1.
80 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
enseña el amor
divino, sino que se queda oyendo, al
modo que que aprenden se embelesan en oír tocar
los
y pierden la atención a aprender, no miran a donde pone
las manos el maestro, porque no quieren el trabajo de
aprender, sino el gusto de oír" (p. 71).
—
El temor a la cruz, nuevamente. Así, el alma por
andar en su deleite, dice que no quiere el cielo, porque
el quererlo presupone trabajos, penalidades y afliccio-
nes. Pero cuando le llega el momento de padecer, gime
y se deshace en llanto. Es así como también apenas co-
mienza ella a deleitarse en la música del salterio, que
es Cristo, en cuanto que esa música le significa que el
Señor está enclavado en la cruz, herido, atormentado y
padeciendo, entonces esa alma "pierde las consonancias
de la música y disuena del salterio". Pues cuanto el
alma desea, en realidad, es sólo su propio gusto y con-
veniencia. De ahí que sea necesario que el Señor acuda
a corregirla con el rigor de su disciplina, enseñándole
cuán amargo y eterno es el fin de la vida breve que se
pasó en deleites y goces livianos. Con lo cual Sor Fran-
cisca retorna a uno de los temas iniciales de este Afec-
to 8?, o sea, el de la enseñanza mediante el rigor, el de
la corrección en orden a la salvación eterna (p. 65).
—
En el reino de la contradicción. Cierra luego el ex-
tenso período en que ha venido declarando estas con-
sideraciones, mociones y reflexiones de su alma —su-
mida en un mar de contradicciones — con algunas excla-
maciones de sentido no menos contradictorio. Se duele,
en efecto, Sor Francisca de no poder vivir sin Cristo
y de no poder retenerlo consigo. Pídele que huya a los
montes, llevándosela, y al mismo tiempo le insta, su-
plicante, que la abandone pero que se lleve su corazón,
sus afectos y su alma, dejándola sola con sus angustias
y tribulaciones.
—
Eslabonamiento. Para describir tan hondo senti-
miento de su propio abandono, entrégase Sor Francis-
ca a una hábil faena literaria de eslabonamiento, que
consiste en encadenar versículos completos o fragmen-
tados de los Salmos, singularmente algunos del Sal-
mo 188, que tratan de la práctica de la ley divina, de tal
manera que forman frases y aun períodos de sentido
cerrado. Veamos, a guisa de ejemplo, cómo Francisca
realiza esta paciente manipulación de artesanía literaria.
Con este fin transcribimos a continuación la página 71,
en su parte final, y la 72 casi en su totalidad, del pre-
sente volumen de los Afectos Espirituales. Encerrare-
mos entre paréntesis las citas pertinentes del texto bí-
blico, de que ella se sirve en cada caso para construir
sus cláusulas, cuidando de poner en cursiva dicho texto
para distinguirlo de las palabras o breves frases que
Sor Francisca acuña de propia minerva para coordinar
y dar, hasta cierto punto, un sentido unitario a las citas
bíblicas así concatenadas
1
El original de la Vulgata: quia factus sum sicut uter in
patina, tradúcelo Sor Francisca así: "que soy hecha como el
animalito pequeño en la lluvia", mientras que Bover y Cantera
lo traducen : "pues, aunque hecho pellejo puesto ,al humo", y
Cipriano de Valera "porque estoy como odre al humo".
:
2
El original de la Vulgata dice: Tribulationcs coráis mei
tnultftlicatap sunt. Sor Francisca traduce arbitrariamente.
3
Traducción acomodaticia del versículo Ego autrm consii-
tutus sum rcx ab eo super Sion montan sanctum chis: "pero
yo tengo puesto a mi rey sobre Sión en su santo monte".
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 83
—
Análisis. Tenemos aquí, pues, 28 citas de los Sal-
mos, eslabonadas por conjunciones copulativas, adversa-
tivas, condicionales y causales (y, aunque sí, pues, etc.).
En algunos casos el texto bíblico se ve ampliado por
palabras o expresiones sinónimas que pretenden refor-
zar el significado del original "lazos y sogas", "des-
:
—
Complacencia en la propia humillación. Levántase
ahora el alma a la medianoche para alabar al Señor y
sus justos juicios (Ps., 118, 62) y entiende que ellos
se ciernen por sobre todo juicio humano, y que para
conocer tales dictámenes bien le ha venido que Él la
humillara (Ps., 118, 71). Luégo, con frase antitética,
muy propia del estilo de Santa Teresa, dice que su alma
conoce que no conoce los inescrutables testimonios del
Señor y sus caminos, complaciéndose en su propia hu-
millación.
—
El temor de Dios, principio de la sabiduría. Dásele
a entender, además, que la vida de la gracia santificante
es luz de la fe divina que brilla en las tinieblas, y que
éstas la desecharon (Jo., 1, 6). Ordena a su alma que
debe participar con júbilo en el temor de Dios, princi-
pio de la sabiduría (Ps., 110, 10), que no tiene fin.
A propósito de tal principio y fin, se enzarza nuestra
monja en un galimatías que no poco le hubiera envidia-
do aquel don Feliciano de Silva, de quien tan donosa
burla hace don Miguel de Cervantes en uno de los ca-
pítulos de la historia de su famoso hidalgo "Gózate en
:
Recapitulación. —
Distintos son los sentimientos ex-
presados en este Afecto 8?, que, por la diversidad de
temas que en su curso se van suscitando, nos da la
sensación de incoherencia, incoherencia que es sólo apa-
rente. Recapitulando los distintos temas que lo integran,
el sentido e intención de este Afecto pueden compen-
diarse así la gracia ha caído en el alma de Sor Fran-
:
Jesús. —
S. F. de la C. He visto el papel, y cada día
me alegro más de la determinación que tomé, pero dirá
que esto es a costa de sus temores y vergüenza. No im-
porta. Ofrezco a N. S. este holocausto, pues así lo pro-
mete en su papel, amando, padeciendo y obedeciendo.
"En este traslado que envío ahora, tengo dos dudas
la una es que en la tercera hoja, a la mitad, en un ren-
glón a que corresponde en el margen una cruz, dice
estas palabras porque empezaba ya a amanecer; y sa-
:
1
Cf. Su vida, XXXII, 226.
2
Véase p. 94, n. 2 de la presente edición.
88 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Mt. 9, 5 y Mr. 2, 5.
3
Mr. 2,7 y Le. 5,21.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCION 89
1
Cf. Afecto 95 Q volumen I, p. 304
, "El, como mi salterio
:
AFECTO 99
1
Luc, 12, 49.
a
Apoc, 1, 26.
8
Ps., 25, 2.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 91
1
Cant., 4. 6.
2
Luc, 24, 29.
:!
1
Job., 4, 6.
-
Marci., 15, 30.
;
Ps., 17, 6.
1
1
Cant., 2, 16.
94 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
TROZO AISLADO 2
; DESPEGO DEL MUNDO.
¿No echa de ver que es lástima gastar el tiempo en
pensamientos inútiles? ¿Que se puede en él amar a
Dios? ¿Cuánto piensa que ha de vivir? Cristo dijo:
Módico, et iterum módico. San Juan: jam ultima hora
est. San Pablo: praeterit enim figura hujus mundi; qui
habent, tamquam non habentes sint et qui f lent, tam- :
3
dentes, etc. .
Ubi est Deus tuus, quis est dilectus tuus, quo dilectus
declinavit.Santa Teresa: que lo que hacen o tienen los
bienaventurados viendo la esencia divina, hemos nos-
otros en el Sacramento. San Pablo: nostra conversatio
5
in coelis est.
1
Ps., 68, 9.
2
del copista, señor A. M. de Castillo y Alarcón "Pa-
Nota :
9: COMENTARIO
Inicia este Afecto Sor Francisca diciendo al Señor
que por obediencia a sus rigurosos preceptos está dis-
puesta a transitar por los ásperos caminos de su ley,
conformándose en un todo a sus palabras "¿ Pensáis :
"
—
Labios corno espadas". Parece casi seguro que Sor
Francisca tuvo en cuenta para la elaboración de este
pasaje los abundantes textos bíblicos en que se da, bajo
distintas formas expresivas, el que bien pudiera lla-
marse tópico de "labios como espadas". Citamos a con-
tinuación algunos de estos textos:
Dios".
Acolite arbitrari quia pacem venerim mittere in te-
rram: non veni pacem mittere, sed gladium. Veni enim
separare hominem adversas patrem suum et filiam
adversas matrem suam (Mt, 10, 34-35) "No penséis :
Análisis —5
98 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
—
Tema del lirio entre espinas. Sigue el alma al amado
llevando su cruz con las fuerzas que le da el amor, pa-
reciéndole entonces breve el camino y el peso ligero.
Pídele luégo a su Señor, así confortada, que la con-
duzca a la cima de los padecimietnos, y con la esposa
de El Cantar de los Cantares le suplica que asciendan
ambos al monte de la mirra y al collado del incienso
(Cn., 4, 6), donde él apacienta entre lirios (Ib., 2, 16;
6, 3), cercado de espinas (Ib., 2, 2).
—
La tarde de Emaús. Sor Francisca señala el tránsito
de este paisaje idílico, todo claridad y sosiego, a otro
de tonos crepusculares, evocando el pasaje evangélico
de San Lucas donde se refiere la aparición de Jesús a
dos de sus discípulos en el camino de Emaús, después
de la resurrección. Declina el día y las sombras comien-
zan a descender del alto cielo. Cleofás y su amigo ins-
tan al Señor a que se quede con ellos, que aún no le
habían reconocido, pues ha comenzado a anochecer.
Acepta Cristo la invitación, y "puesto a la mesa con
ellos, tomando el pan, lo bendijo, y después de partirlo
se lo daba. Entonces a ellos se les abrieron los ojos y
le reconocieron" (Le, 24, 29, 31). Otro tanto le acon-
tece al alma que, después de haber conferido largamen-
te y a espacio con el Señor en el camino de las tribu-
laciones, ignora aún quién le ha acompañado, hasta que
Él, a la hora del crepúsculo vespertino, fracciona el pan
para compartirlo con ella, y ésta, deslumhraba, reconó-
cele entonces.
Silencios de alma. —
Cuando el alma calla, escucha
dentro de serena e íntima concordancia de la mú-
sí la
Súbita transición. —
Sor Francisca corta aquí intem-
pestivamente su discurso para referir lo que oyó y sin-
t'ó entonces, por considerarlo muy oportuno. Dice que
cuando estaba pensando en cómo debería obrar una
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 101
pusieron aquí
se ve claramente en su redacción: "No
para consuelos sino para amar y pa-
decer. .¿De qué se aflige?, ¿de que es mala?
Los temas que en este "trozo aislado" se enuncian
apenas, son
AFECTO 109
1
Ad Román., 8, 29.
106 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Matth., 25, 6.
2
Matth., 5, 16.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 107
10: COMENTARIO
Presa de una de las muchas crisis de desaliento que
le sobrevinieron en el tiempo en que escribía su obra,
Francisca, haciendo un esfuerzo sobrehumano, se so-
brepone a su desánimo y toma la resolución de prose-
guir escribiendo sus Afectos Espirituales, más que todo
por "hacer la voluntad de Dios en obedecer" (p. 104).
Refiere Sor Francisca al comienzo de este Afecto 10?,
cómo, atormentada por las muchas tentaciones y lazos
que le tendía el maligno, estuvo, cierto día, a punto
de salir dando voces por los patios y claustros del con-
vento, pero que al querellarse en su oración matinal, al
1
Marc, 10, 48.
2
Ps., 1, 3.
108 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
—
Lengua como cuchillo. Vuelve Sor Francisca al tó-
pico de "labios como espadas" cuando, para decir que
es el Señor quien defiende al justo de las acometidas
de sus enemigos, parafrasea el versículo 4° del Salmo
63, donde se les describe como a hombres "que amo-
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 109
—
Parábola de las vírgenes. Otra paráfrasis hace a
continuación Sor Francisca: la de la parábola de las
diez vírgenes, según el texto de San Mateo (25, 1-13).
Inspirándose en el capítulo 32 del Exodo, que trata
de pacto del pueblo de Israel con Jehová
la violación del
y de la adoración del becerro de oro, establece Sor
Francisca un breve símil entre la peregrinación de los
israelitas por el desierto y la del alma por el yermo de
las tribulaciones, concluyendo con las palabras de San
Mateo, según las cuales, los justos son la luz del mundo :
—
Todo tiene su tiempo. Dice con El Eclesiastés que
toda cosa tiene su tiempo y sazón. Luego comenta que
el verdadero artesano es el que practica su oficio y no
se limita a la teoría. En cuanto a los secretos del co-
razón humano, sólo Dios los conoce y sólo Él puede
gobernarlo y dirigirlo, porque sabe el tiempo de la
siembra, de la poda y la cosecha, mientras que el alma
— ignorante de tal arte y toda ciencia —
es incapaz de
gobernarse, y si lo intentara, ciega como es, caería en
el abismo.
La única ciencia clara, eficiente y provechosa es amar
a Dios y su gobierno providencial. Su ciencia es luz
que ilumina el camino del hombre para que éste no se
extravíe de la senda que a su Dios conduce, y es tam-
bién impulso y acicate para que el hombre corra y vuele
hacia el Eterno y no se detenga ni arraigue en la tierra
árida de las pasiones como el árbol infructuoso que se
marchita lejos de las corrientes de las aguas que dan
vigor, vida e inmarcesible lozanía.
110 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
Cronología. —
No hay datos que permitan colegir el
año exacto en que fue escrito este Afecto.
AFECTO 11^
1
III. Reg., I, 2.
8
Ps., 127, 3.
— ;;
40: COMENTARIO
—
Tema y desarrollo. Sor Francisca, leyendo el capí-
tuloIV del Eclesiástico, ha topado con una sentencia
que luego ha quedado resonando en su mente y en su
alma. Sor Francisca ha recordado, y recuerda todavía,
tal sentencia, y suscita ella en su alma inefables senti-
mientos de consuelo, paz y gozo, a pesar de no entender
cabalmente su sentido o significado. Se trata del ver-
sículo Nec coneris contra ictum fluvii (Ecli., 4, 32),
(y no te opongas al curso del torrente), que muy libre-
mente, y con cierto sutil toque de humor, pudiera tra-
ducirse por el refrán "no nades contra la corriente"
:
1
Nueva Revista de Filología Hispánica, año 1, N9 1, julio-
septiembre de 1947, págs. 43-77.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 351
AFECTO 41?
1
Nahum., 1, 7, et seq.
352 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
El manuscrito original trae, en este punto, la siguiente
nota de la V. M. del Castillo para su confesor
"Padre de mi alma, y todo mi amparo en esta vida No sé :
41: COMENTARIO
—
Proemio. Pasa Sor Francisca por una tribulación
que ella no acierta a entender ni menos aún a explicarse.
Cuando le parece que ya va a pasar, recuerda las pa-
labras — leídas un día al acaso —
con que Nahum, el
elcosí, inicia su profecía en que pondera el poder de
Dios, consuela y reanima a Judá y vaticina la suerte que
le espera a Nínive, la opresora. Conviene subrayar aquí
algunas de las calidades estilísticas de la profecía de
Nahum, antes de entrar en materia. Este es uno de los
libros más representativos de la literatura hebraica por
la originalidad de su estilo, por la impresionante auda-
cia de su colorido verbal. Insólito es el empleo que el
profeta elcosí hace de las formas del verbo. Variados
y dinámicos son su metro y ritmo. Tan tensa es la vi-
bración de su estilo, que aun a través de la traducción
en lengua castellana se percibe ella claramente.
Sor Francisca recuerda, al parecer, esta página por
su estilo impresionista, y porque descubre cierta simi-
litud entre éste y el suyo, y más que todo porque el
tema del preámbulo profético viene muy a propósito
con las congojas y penalidades que a la sazón la con-
turban y atormentan.
versión castellana
:
v. 2.
— "Dios celoso de su honra y vengador
es Yah-
veh.Vengador es Yahveh, e iracundo, vengador es
Yahveh de sus adversarios y se enfurece contra sus
enemigos.
v. 3.
— "Yahveh
es paciente y grande en poder, mas
dejar no deja a nadie impune (y no tendrá al culpado
por inocente) :
v. 7.
— "Bueno Yahveh, y un refugio en día
es es el
de la tribulación, conoce a quienes en Él confían.
v. 8.
— "Mas cony inundación impetuosa causará exter-
minio en sus adversarios, tinieblas perseguirán a los
que contra Él se rebelan.
v. 9.
— "¿Qué tramáis
contra Yahveh? Él va a pro-
ducir completo estrago, no se levantará dos veces la
tribulación" (Expl. porque una sola basta para ani-
:
quilarlo).
—
Segunda parte. Empleando el texto original unas
veces, apelando otras a sus acostumbradas paráfrasis
sucintas, o traduciendo, las más, y a su modo un tanto
libre, el mismo texto, Sor Francisca expone en la se-
gunda parte de este Afecto su pensamiento fundamen-
tal : no debe temer el alma que confía en Dios porque
éste la ampara y defiende de sus adversarios. Cita a
356 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
Impetración. — Entre
la segunda y la tercera parte de
este Afecto, interpolaSor Francisca una especie de ora-
ción o jaculatoria en la que pide al Señor la sostenga
y conforte en el día de su tribulación, tomando como
Dase el versículo 7.
Conclusión. —
Al Señor sólo agrada la criatura que
con el corazón humilde espera de Él, confiando todo en
su omnipotencia, sabiduría, amor y santo temor.
Desarrollo. —
El proceso de este Afecto se desarrolla,
pues, en tres planos paralelos que convergen todos a
una misma conclusión. Prima en todo el capítulo la for-
ma exclamativa sobre la simplemente discursiva o ex-
positiva. Por este aspecto se asimila mucho a la forma
empleada por Santa Teresa de Jesús en el libro de sus
F.xclamaciones del amor divino.
Nota final. —
La causa de la tribulación a que la autora
alude comienzo de este Afecto, la explica Sor Fran-
al
cisca en la carta que ella dirige a su padre espiritual y
que se reproduce, en forma de nota, al final del mismo
sljccto (pág. 353 ), cau^a que parece no haber sido
otra que los celos con una compañera de claustro por
haber recibido ésta del entonces confesor de Sor Fran-
cisca, algunos obsequios, tales como chocolate y olanes.
Llega a tanto su tribulación y mortificación por estos
agasajos, que pregunta, en el colmo del desánimo, a su
confesor, si no sería bueno que ella quemara sus es-
critos.
Ahora bien, la nota 1
que aparece al final del Afec-
to 33?, del t. li, p. 93 (y que debiera ir más bien al
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 357
1* Quién era
el confesor de Sor Francisca en ese
entonces : P. Juan Manuel Romero, que es quien
el
suscribe la carta reproducida en dicha nota;
AFECTO 42?
1
I. Petri, 4, 8.
2
Marci., 10, 14.
8
Ps., 67, 31.
*
Jonae., 4, 7.
6
Al margen dice: "Esto fue la noche que murió la Chana.
Año del 14".
;
1
Dan., 2, 32-35.
8
Ps., 142, 5.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 361
1
Marci., 8, 24.
2
Ps., 4, 9.
3
Ps., 90.
Análisis —16
362 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
1
Ps., 125, 5.
Ad Coloss., 2, 14.
3
Ad Hebrae., 6, 6.
:
42: COMENTARIO
Por su redacción, este Afecto parece una especie de
diario en elque Sor Francisca iba registrando, a me-
dida que los experimentaba, los sentimientos y afectos
que en su alma suscitaban algunos incidentes de su vida
mística, tales como hablas, sensaciones, súbitas ilumi-
naciones, representaciones o visiones intelectuales, etc.
Este registro comprende once estados de alma que
ella se esfuerza por comunicar en términos asequibles
a la razón humana, mediante símbolos o metáforas o
por medio de palabras tomadas de diversos pasajes de
la Escritura. Numerándolos, reseñaremos sucintamente
tales estados de alma, conservando el orden en que la
autora los fue registrando
1
San Juan de la Cruz, Avisos y sentencias, ed. Séneca,
México, 1942, página 1054.
364 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
ral, al- tropel de los toros con los becerros de sus pue-
blos" (Ps., 67, 31), figurando en el desmandado rebaño
de toros y fieras, el tumulto de las pasiones que cercan,
bramando y rugiendo, al alma indefensa. Pídele tam-
bién que consuma su corazón en el fuego del amor di-
vino para recrearlo luégo, y que dé rectitud a su e s-
píritu, renovándolo y purificándolo en la llama de la
tribulación, porque "toda carne es hierba, y toda su
gloria como flor del campo" (Is., 40, 6; Eccli., 14, 18;
I Pt., 1, 24). A propósito de tánta vanidad y fugacidad
Y
a propósito de melancolía, dice Santa Teresa que
es gran tormento para el alma que se ve favorecida con
gracias extraordinarias de lo alto dar con confesores
poco experimentados e inseguros que todo lo revocan
a duda, particularmente cuando notan en esa alma algu-
nas imperfecciones que juzgan ellos incompatibles con
tales mercedes sobrenaturales, sólo propias de natura-
lezas angélicas, y atribuíbles, en su sentir, a tentaciones
del demonio o a accesos de melancolía. Con todo, Santa
Teresa no deja de reconocer cierta razón a los temores
de dichos confesores, puesto que, a su modo de ver, es
la melancolía una dolencia casi universal que causa
innumerables estragos en las almas, valiéndose de ella
el demonio para traer al mundo males sin cuento. Mas
el reconocimiento de todo esto no obsta para que la ilus-
tre doctora considere al mismo tiempo que constituye
inmensa tribulación para el alma devota que, consciente
y temerosa de tales ardides del demonio, acude a su con-
fesor en busca de consejo y remedio y encuentra en él
un juez implacable quien, al reprocharla y condenarla,
aumenta sus temores y tormentos y así, cuando es ob-
;
1
Moradas, "Moradas Sextas", cap. I, 122-123, ed. Clás. Cast.
2
Cf. Afecto 34 9 , p. 292, en Afectos Espirituales, ed. 1962.
3
"Moradas Sextas", cap. III, 134-135, ed. Clás. Cast. cit.
368 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
AFECTO 43<?
43: COMENTARIO
—
Preámbulo aclaratorio. Este Afecto está escrito en
forma de epístola dirigida a quien llama ella " Padre de
mi alma", persona esta que bien podría identificarse con
el P. Francisco de Herrera, el primero en animarla a
que pusiese por escrito los sucesos y accidentes de su
vida espiritual. Dícele Sor Francisca a su confesor en
este Afecto epistolar que luégo de haber escrito las
mociones de su alma, sentimientos y deliquios puntual-
mente referidos en el Afecto anterior, le sobrevino aque-
lla mortificación ocasionada por la noticia que le diera
la misma persona agasajada por su confesor con al-
gunos presentes, entre ellos unos "olanes, en que ve-
nía envuelto el cacao", y honrada al propio tiempo con
la comisión de algunos encargos que singularmente le in-
teresaban a su Paternidad. Al tratar del Afecto 41? nos
referimos al contenido de esta misiva, reproducida en
nota de pie de texto. El Afecto 42? parece redactado con
base en los sentimientos de pesadumbre y desasosiego
espiritual que en el alma de la autora suscitara el hecho
puntualizado en dicha misiva, dirigida a uno de sus con-
fesores. Sin embargo, dice ahora Sor Francisca que
el asunto del Afecto 42? es anterior a la mencionada
epístola, cuando todo en él parece indicar lo contrario.
Este punto dudoso queda aclarado si se explica dicho
Afecto como una reacción inmediata, a pesar de las apa-
riencias en contrario, de la escritora ante la infortunada
nueva recibida, pero trasladada al dominio de lo pura-
mente espiritual, al paso que el Afecto 43? es una reac-
ción mediata, operada en el campo de los sentimientos
personales de la autora y expresada en la forma episto-
lar, directa y explícita, que, en cierto modo, ah sustituir
el lenguaje del alma por el muy humano de la honrilla
herida, tiende a traducir en términos concretos las mo-
ciones del ánimo, veladas y atenuadas por el idioma mís-
tico que es propio de los Afectos Espirituales, mociones
que en sí constituyen el tema esencial del Afecto 42?.
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 375
—
Dudas e incertidumbres. Veamos cuál fue esa reac-
ción mediata, a pesar de lo que afirma Sor Francisca,
o sea, que la carta fue escrita la víspera del día en que
escribió este Afecto 43 Q : una gran tempestad se levanta
en su alma al enterarse de que su confesor agasajaba con
paternales presentes a otra monja, cuando ella, por ser
hija espiritual predilecta de Su Reverencia, se creía
acreedora de un trato preferencial. Esta perturbación,
harto sensible, viene a confirmarla en su temor de no
estar aún desasida por entero de su apego a las cria-
turas y de no estar exenta todavía de los defectos pro-
venientes de la propia estimación. Todo aquel día lo pasó
Sor Francisca en angustias, sobresaltos y dudas. Llega,
en efecto, hasta dudar de que las gracias y mercedes
especiales que ha recibido durante la oración, proven-
gan de Dios. Como aprovechada discípula de Santa Te-
resa, sabe de sobra Sor Francisca que algunos de esos
favores, tales como hablas o deliquios, pueden prove-
nir de Dios, del demonio o de la propia imaginación.
Vinieren de quien vinieren, dice la doctora del Carmelo,
no hay ningún mal en darles o no crédito, si es que
tales demostraciones se tienen como simple dádiva o
como reconvención por faltas propias, y aun cuando ellas
provinieren de Dios, no por eso ha de tenerse en más
quien las escuchare, ya que el Señor habló, y no poco,
a los fariseos, porque lo que importa es el modo como
se saque provecho de tales dones de la gracia divina.
—
La lección de Santa Teresa. Supone Sor Francisca
que las mercedes especiales recibidas en la oración, no
proceden de Dios, por cuanto que su alma queda des-
pués de recibirlas sumida en un gran desconsuelo e in-
certidumbre. No ignora tampoco la Hermana Francisca
Josefa las enseñanzas de Santa Teresa sobre el particu-
lar, según las cuales, los indicios o señales que puede
tener el alma para saber que las hablas o visiones pro-
vienen de Dios, manifiéstanse de modo diverso en pri-
:
—
Retorna la paz. Todo aquel día lo pasó en ascuas
Sor Francisca. Muévenle guerra, desasosiegos, contra-
dicciones y angustias. Con la noche le vuelven lentamen-
te la tranquilidad, la paz y la serenidad, como si alguien
musitara a su oído "mientras más desnuda llegares,
:
—
Joyas y piedras preciosas. Pero no sólo vestiduras
le regala el Señor sino también aderezos de joyas pre-
ciosas una guirnalda de esmeraldas, símbolo de "la co-
:
—
Un ángel le habla. En llegando aquí, la Hermana
Francisca titubea y la frase ya no le sale ni límpida ni
fluida: balbucea, y la sintaxis le juega más de una mala
pasada. Recóbrase luégo un tanto y sigue por la ancha
ruta de los símiles obvios, que de tan obvios y sólidos
se han convertido en tópicos de la literatura mística.
Es así como nos muestra la caridad de Dios como pedre-
ría preciosa resguardada en el fondo de un a iva recu-
bierta, como las del Cid, con la arena de las tribulacio-
nes, padecimientos y sacrificios. Llevada por esta eufo-
ria metafórica, dialoga Francisca con su ángel de la
guarda, y luégo le parece ver al Señor con una guirnal-
da de fastuosa pedrería también, y que Él le enseña
para revelarle su esencia divina y eterna, su "ser sim-
plísimo y permanente". Por su parte, el ángel la hace
partícipe de su gozo, diciéndole que está (le tiesta "por-
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 379
—
Sucesos de su vida. Al oír hablar de muerte, su
recuerdo, remontando el manadero del tiempo, la lleva
a revivir aquel sueño y aquella escena que tan porme-
norizadamente nos relata en el capítulo de Su XXIV
Vida (pp. 172-173), escena y sueño en que se le mos-
tró el cuerpo muerto de una monja que había sido aba-
desa del convento de Santa Clara, ceñidas de rosa las
sienes, una mano sobre el pecho y laxa y caída la otra.
Dos meses después de haber tenido Francisca esta vi-
sión, murió la madre abadesa.
Cabe también conjeturar al respecto que la frase
,,
"acordándose de la hermana que murió pudiera tomar-,
—
Desquite a lo divino. Es curioso observar en todo
cuanto queda escrito, cómo la simple anécdota de los
olanes y del teobroma, conviértese en la pluma de Sor
Francisca en una "categoría" trascendental que rezuma
—
—
Retorna el sosiego. Pero este risueño intermedio dura
tan sólo un momento. Sor Francisca vuelve presto a lo
suyo, a su modo de decir connatural y exclusivo. no Y
duda de los efectos que en su alma dejan estos tratos
íntimos con Dios efectos de sosiego, de paz, de inefable
:
Cronología. —
Valen para este Afecto, en cuanto a su
cronología, los datos aducidos al tratar de precisar la
SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCIÓN 381
AFECTO 44«?
1
Job., 10, 20.
382 ANÁLISIS CRÍTICO - AFECTOS ESPIRITUALES
44: COMENTARIO
19 Recuerda Sor Francisca cuánto no debe a su Señor
desde los días de su infancia, y para ponderar tantos
beneficios recibidos, pone en labios de Cristo un breve
discurso a su criatura dirigido, en el que él se los re-
cuerda, recuenta y representa, y concluye diciéndole
que siempre ha sido cuidado suyo el transmitirle su
voluntad por intermedio de los siervos o confesores que
le ha dado para su guía y consuelo.
Se percibe al oído,
Que alegra de los huesos
Aún lo más escondido.
* * *
Al monte de la mirra
He de hacer mi camino,
Con tan ligeros pasos,
Que iguale al c engatillo.
Debálsamo es mi amado 1
,
Apretado racimo
De las viñas de Engadi,
El amor le ha cogido.
De su cabeza el pelo,
Aunque oro fino,
ella es
Difusamente baja
De penas a un abismo.
El rigor de la noche
Le da el color sombrío,
Y gotas de su hielo
Le llenan de rocío.
May
¡ay! que si sus luces
De fuego y llamas hizo,
Hará dejar su aliento
El corazón herido.
45: COMENTARIO
Este Afecto es el único que Sor Francisca escribió
en verso. Se trata de un romancillo en cuartetas en que
predomina el heptasílabo de rima asonante y consta
de 16 estrofas. Tiene como título el de "Deliquios del
Análisis — 17