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Diagnóstico Ambiental DEL Sector Costero Quibú-Almendares, Municipio Playa, LA Habana, Cuba

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Centro de Investigaciones Marinas

Universidad de La Habana

DIAGNÓSTICO AMBIENTAL
DEL SECTOR
COSTERO QUIBÚ-
ALMENDARES,
MUNICIPIO
PLAYA, LA
HABANA, CUBA

Tesis presentada en opción al Título Académico de


Máster en Manejo Integrado de Zonas Costeras

Autora: Lic. Elizabeth Dayana Curra Sánchez

Tutores: Dra. Ana María Suárez Alfonso


Dr. Eduardo Salinas Chávez

La Habana, 2016
Centro de Investigaciones Marinas
Universidad de La Habana

DIAGNÓSTICO AMBIENTAL
DEL SECTOR COSTERO
QUIBÚ- ALMENDARES,
MUNICIPIO PLAYA, LA
HABANA, CUBA

Tesis presentada en opción al Título Académico de


Máster en Manejo Integrado de Zonas Costeras

Autora: Lic. Elizabeth Dayana Curra Sánchez

Tutores: Dra. Ana María Suárez Alfonso


Dr. Eduardo Salinas Chávez

La Habana, 2016
DEDICATORIA

A mis padres y a mi

abuela, por la confianza que siempre

tuvieron en mí.

i
Deseo agradecer:
A mi familia y en especial a mis padres, a mi abuelita, a mis
tíos Carlos y Tony y mis tías por el amor, la comprensión, el
apoyo y la confianza brindada durante toda mi carrera.
A mis tutores Ana María Suárez Alfonso y Eduardo
Salinas Chávez por su tiempo, paciencia y dedicación en la
elaboración
de este
trabajo. Al Centro de Investigaciones
Marinas.
A los profesores de la Facultad de Geografía por su
colaboración y consejos, especialmente a todos los que me
brindaron su ayuda, su tiempo y cooperación y en especial al
departamento
administrativo de la
Facultad. A mi tío Evelio Balado por haber sido mi
inspiración para el estudio de esta carrera y por sugerirme
esta línea de
investigación
. A todos mis
amigos en especial Luis David, Javier, Lourdes, Mey, y a todos
mis compañeros de clase por el ánimo que me
brindaron
. A todos los
institutos, centros y personas que me facilitaron
información.
A todos los que de una forma u otra hicieron posible
la preparación de esta Tesis y que contribuyeron a mi
crecimiento
como
persona,
Muchas
Gracias
RESUMEN
La zona costera del municipio Playa, entre los ríos Quibú y Almendares,
por largo tiempo ha sufrido los efectos de la urbanización acelerada y el
uso inadecuado de sus recursos, muchas veces sin tener en cuenta sus
potencialidades y sus limitaciones, lo que junto a dificultades económicas
y el deterioro en la planificación y el manejo integrado de la zona costera,
afectan la calidad de los paisajes del área. Por esto surge la necesidad de
caracterizar, determinar y evaluar el estado ambiental de la zona con el
propósito de proponer soluciones para mejorarlo. Para ello se parte de la
delimitación, clasificación y cartografía de los paisajes y la elaboración de
la matriz de impacto según la metodología de Conesa. En las unidades
del paisaje, se analizaron la vulnerabilidad y las respuestas a la actividad
humana, mediante el empleo del coeficiente de transformación
antropogénica y se identificaron los impactos ambientales que se generan
o que existen, no solo como consecuencia de los procesos naturales sino
también por la urbanización existente. Se concluye que continúan los
aportes sostenidos de materia orgánica en todo el litoral; se confirma la
influencia negativa de las aguas de los ríos en la calidad de las aguas
costeras en la zona de estudio, siendo las zonas estuarinas cercanas a la
desembocadura de los ríos las de peores condiciones ambientales. Los
impactos han ocurrido durante largo tiempo y el medio se ha adaptado a
la mayoría de ellos en busca del equilibrio y por tanto los efectos actuales
se consideran moderados.

Palabras clave: paisaje, impactos ambientales, coeficiente de


transformación antropogénica, manejo integrado costero.

Título condensado: DIAGNÓSTICO AMBIENTAL, MUNICIPIO PLAYA, LA


HABANA
ABSTRACT
The coastal area of Playa municipality, located between Quibú and
Almendares river, has long suffered the effects of rapid urbanization and
inadequate use of resources, often without regard to its potentials and its
limitations, which together with difficulties and deteriorating economic
planning and integrated management of the coastal zone, has affected the
quality of the landscapes of the area. Thus arises the need to
characterize, evaluate and determine the environmental status of the area
in order to suggest ways to improve. For it is part of the definition,
classification and mapping of landscapes and the development of the
impact matrix according to the methodology of Conesa. In the landscape
units, responses to human activity and vulnerability were analyzed by
using the coefficient of anthropogenic transformation and environmental
impacts generated or that there were identified not only as a result of
natural processes but also by the housing estate. It is concluded that the
contributions continue sustained organic matter to the entire coastline; the
negative influence of river water quality of coastal waters in the study area
is confirmed, being estuarine areas nearby the river mouths the worst
environmental conditions. The impacts that occurred have long caused an
adaptation of the medium to most of them in search of balance and
therefore the current effects are considered moderate.

Keywords: landscape, environmental impacts, coefficient of anthropogenic


transformation, integrated coastal management
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN.......................................................................................................1
CAPÍTULO I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.............................................................8

I.1. Reseña histórica del área de estudio................................................8

I.2. Marco teórico-conceptual...................................................................9


I.2.1 Generalidades de la zona costera...................................................9
I.2.2. Manejo Integrado de la Zona Costera (MIZC)..............................12

I.3. Definición de paisaje y unidades de paisaje en las investigaciones


ambientales................................................................................................14

I.4. Métodos de análisis del paisaje.......................................................17

I.5. Importancia del diagnóstico y las evaluaciones de impacto


ambiental para el MIZC..............................................................................18

I.6. Los Sistemas de Información Geográfica como herramienta para


los estudios ambientales..........................................................................19

I.7. Marco Legal........................................................................................21


CAPÍTULO II. MATERIALES Y MÉTODOS...........................................................23

II.1. Generalidades de los métodos de investigación empleados......23

II.2. Localización y caracterización del área de estudio......................24

II.3. Delimitación de la zona costera y la zona de protección en el


sector de estudio.......................................................................................28

II.3. Identificación y cartografía de las unidades de paisaje...............29

II.4. Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN).................31

II.5. Usos y conflictos..............................................................................31

II.6. Identificación y cartografía de los principales problemas


ambientales................................................................................................32

II.7. Matriz de impactos...........................................................................33

II.8. Propuesta de medidas.....................................................................33


CAPÍTULO III. RESULTADOS................................................................................35
III.1. Delimitación de la zona costera y la zona de protección en el
sector de estudio.......................................................................................35

III.2. Caracterización y cartografía de las unidades de paisaje..........37

III.3. Análisis del coeficiente de transformación antropogénica (KAN)


................................................................................................................. 43

III.4. Usos y conflictos de uso................................................................45

III.5. Principales problemas ambientales identificados.......................49

III.6. Análisis de la matriz de impacto....................................................53


III.6.1 Descripción de los principales impactos que se repiten en las tres
unidades de primer orden.........................................................................54

III.7. Medidas preventivas, correctivas o de mitigación de impactos


que se proponen.......................................................................................57
CAPÍTULO IV. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS...........................................59

IV.1. Delimitación de la zona costera y la zona de protección...........59

IV.2. Las unidades de paisaje y el Coeficiente de Transformación


Antropogénica (KAN)................................................................................60

IV.3. Usos y conflictos de la zona costera............................................61

IV.4. Principales problemas ambientales y su cartografía..................66

IV.5. Valoración de la matriz de impactos.............................................71

IV.6. Valoración de las medidas correctivas y de mitigación.............73


CONCLUSIONES....................................................................................................74
RECOMENDACIONES...........................................................................................75
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................76
ANEXOS..................................................................................................................85
Indice de figuras y tablas

Figura 1. Esquema de la investigación......................................................23


Figura2.LocalizacióndelsectorcosterodeestudioQuibú-Almendares. 26
Tabla 1. Índices diagnósticos para la clasificación de las unidades de
paisaje.........................................................................................................30
Figura 3. Delimitación de la zona costera y la zona de protección del
sector costero de estudio comprendido entre el río Quibú y el Amendares.
................................................................................................................. 27
Figura 4. Mapa de Unidades de Paisaje del sector costero Quibú-
Almendares................................................................................................36
Figura 5. Usos del suelo en el sector costero Quibú-Almendares............36
Figura 6. Coeficiente de transformación antropogénica (KAM) para las
unidades de paisaje del sector costero Quibú-Almendares............................42
Tabla 2. Usos para el sector costero Quibú-Almendares..........................46
Figura 7. Matriz de interacciones de usos del sector costero Quibú-
Almendares................................................................................................48
Figura 8. Principales problemas ambientales en el sector costero Quibú-
Almendares................................................................................................44
Figura 9. Principales problemas ambientales en las unidades de paisaje
del sector de estudio...................................................................................49
Figura 10. Matriz de impactos del sector costero Quibú-Almendares......53
Tabla 3. Importancia de los impactos en las unidades de paisaje............56
INTRODUCCIÓN

La zona costera por sus características y atributos presenta una gran


vulnerabilidad a los cambios, tanto naturales como antrópicos, que pueden
no corresponderse con su estructura, funcionamiento y evolución. Esta
alberga algunos de los ecosistemas terrestres y marinos más sensibles
como son los manglares, ciénagas, playas, pastos marinos y arrecifes de
coral. Ellos constituyen defensas naturales contra los huracanes, ascenso
del nivel del mar, el cambio climático y otros. Los ecosistemas y la zona
costera en general, producen innumerables bienes y servicios ambientales,
de los cuales dependen las comunidades costeras y la economía de muchos
países; y que está relacionado con la buena calidad ambiental de estos.

Aproximadamente el 65 % de las ciudades del mundo están localizadas en


la zona costera, por lo que además de los factores naturales extremos y
esporádicos, la urbanización y los problemas que ella acarrea son los
principales impactos que deteriora la zona costera. El área de estudio
ubicada en el municipio Playa de la provincia La Habana está sometida a la
mayoría de estos impactos.

El proceso actual del cambio climático global y sus efectos adversos en los
sistemas costeros, resaltan la importancia del conocimiento detallado del
comportamiento de la dinámica costera y sus vulnerabilidades, para la
búsqueda de soluciones sostenibles y un manejo integrado eficiente.

Muchos investigadores consideran el diagnóstico ambiental y las


evaluaciones de impacto ambiental como un primer paso importante para
desplegar las medidas, desarrollar la planificación e implementar y llevar a
cabo el manejo integrado de la zona costera. Este diagnóstico permite
evaluar el estado natural, económico y social del área de estudio (Sorensen
et al., 1992; Barreto, 1999; Gallo y Sejenovich, 2002; Barragán, 2003; Caso
et al., 2005; Cortés et al., 2007; Cortés et al., 2010; Areces-Mallea et al.,
2011; Ruíz-Sinoga y Delgado-Peña, 2012).

1
Se ha estudiado intensamente y a nivel mundial la identificación de los
problemas ambientales de la zona costera y sus posibles soluciones. Scura
et al. (1992), Clark (1996), Sorensen y Brandani (1997) y Cicin-Sain y
Knecht (1998) consideran que los principales problemas ambientales de la
zona costera están relacionados fundamentalmente con el deterioro de los
recursos pesqueros por la sobrepesca; la amenaza a la diversidad biológica
marina por factores antrópicos y climáticos; la degradación de las zonas
costeras por el desarrollo industrial, el turismo y la urbanización no
controlada, la contaminación marina por desechos domésticos e industriales
desde fuentes terrestres; la sobreexplotación de algunos recursos costeros
(petróleo y áridos); y la expansión de la transportación marítima y la
violación de las reglamentaciones. Dichos autores también trabajan en la
solución de estos problemas y, sobre todo, de la contaminación costera y
marina que es considerada uno de los problemas ambientales más serios
que afronta hoy en día la humanidad y que trasciende límites políticos-
administrativos.

Los problemas antes mencionados coinciden con los de las zonas costeras
cubanas y, específicamente, en el municipio Playa. En esta zona se han
identificado los principales problemas ambientales al realizar un
levantamiento general del estado actual del medio físico (o natural) y el
socioeconómico. Se encontró que la calidad ambiental urbana y de la zona
litoral del municipio es baja, sobre todo por problemas de contaminación del
agua (fluvial y marina), la erosión costera, la afectación a la vegetación
costera y a la fauna asociada a ella, la vulnerabilidad ante la ocurrencia de
eventos meteorológicos extremos, la sobrepesca, la presencia de vectores y
roedores por la existencia de microvertederos, el deterioro o inexistencia de
una red eficiente de alcantarillado, las dificultades con la disponibilidad de
agua potable, las afectaciones a la estética del paisaje, los residuales
líquidos y sólidos como consecuencia de los desechos domésticos e
industriales, la existencia de actividades ilícitas, la presencia de barrios y
focos insalubres, entre otros (Campos et al., 2001; Rodas et al., 2004; Mateo
et al., 2008; Carmenate, 2009, Cabrera et al., 2010; Reyes et al., 2014;
Rivas, 2015).

Por su importancia y el estado actual en que se encuentra el sector costero


de estudio y ante su vulnerabilidad a los eventos meteorológicos extremos y
los problemas ambientales que presenta, este ha sido objeto de diversas
investigaciones, las cuales sirven de antecedente a este trabajo y
proporcionan una visión del estado ambiental del municipio Playa en
general. Carmenate (2009) y Rivas (2015), realizaron el diagnóstico
ambiental de diferentes sectores costeros del municipio Playa con vistas al
manejo integrado y además identificaron los problemas ambientales, los
usos y conflictos y delimitaron la zona costera del área. Resultan de interés
los proyectos de evaluación, control y monitoreo ambiental que se llevaron a
cabo por diferentes instituciones como el Instituto de Oceanología (IDO),
Centro de Ingeniería y Manejo Ambiental de Bahías y Costas (CIMAB), el
Instituto de Geografía Tropical (IGT) y el Instituto de Geofísica y Astronomía
(IGA) entre otros. Algunos se realizaron en sectores específicos del
municipio Playa, otros en todo el litoral de la provincia La Habana y unos
más específicos en el sector de estudio. Todas estas investigaciones tenían
como objetivo principal y común evaluar el estado ambiental del territorio,
identificar los impactos y problemas ambientales así como diagnosticar la
calidad ambiental de este, para valorar el grado de deterioro o vulnerabilidad
y proponer soluciones que mejoren el estado, la calidad y uso del área.

El proyecto CACHA (Calidad Ambiental de la Zona Costera al Oeste de


Ciudad de la Habana) de Rodas et al. (2004) consistía en evaluar el estado
del litoral de las playas del oeste de La Habana, a partir de un estudio
ambiental que utilizó los indicadores siguientes: comunidad coralina,
macroalgas mesolitorales, fauna asociada los quitones, organismos
microbiológicos, comunidad fitoplanctónica, calidad química y el estado de
las playas, mediante los cuales se demostró un gran deterioro de las playas
del litoral.
Para la caracterización de la calidad de las aguas marinas en la zona de
estudio, resulta de interés el trabajo realizado por Gómez y Beltrán (2013),
en el cual se evaluó el sector de la zona marino-costera de La Habana,
comprendido entre el poblado de Santa Fe y la desembocadura del río
Cojímar. También está el informe científico técnico de Reyes et al. (2014),
en el cual se realizó el seguimiento de las condiciones ambientales del litoral
noroeste de la ciudad de La Habana.

Campos et al. (2001) y Rivas et al. (2003), realizaron investigaciones


relacionadas con la evaluación y/o caracterización ambiental del municipio
Playa y su zona litoral dentro de las cuales se incluye la problemática del
área de estudio.

Otros trabajos más específicos realizados en las playas del Oeste, están
relacionados con los cambios en las playas y la dinámica costera a largo
plazo y abordan el estado y el retroceso de la línea de costa en dichas
playas en un período de 80 años, confirmando los cambios en la línea de
costa, ya sea por erosión o acumulación como consecuencia fundamental
del proceso de urbanización del área. Sosa, Rivas y Guerra (2004); Sosa et
al. (2012); Curra-Sánchez (2012) y Rivas et al. (2012).

Mateo et al. (2008) y Mateo et al. (2011), abordaron la temática sobre el


ordenamiento ambiental y organización espacial del litoral de La Habana y
específicamente del municipio Playa.

Los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo realizados en el sector en


los últimos años por diversas entidades del municipio, reflejan entre otros
aspectos las zonas susceptibles a las inundaciones por fuertes lluvias o
penetraciones del mar, debido a la ocurrencia de eventos meteorológicos
extremos y las condiciones del territorio, sanitarios y otros desastres
naturales (Agencia de Medioambiente (AMA) 2005; Arcos y Fors, 2005;
Pérez-Ozorio et al., 2005). Muchos de los resultados de estas
investigaciones sirvieron de base para el presente trabajo.
A pesar de todo lo mencionado antes, hasta la actualidad no se ha llevado a
cabo ningún estudio de manejo integrado costero específico en el sector de
estudio.

Estos y otros trabajos aportaron información valiosa sobre las características


físico-geográficas y socioeconómicas del municipio para la presente
investigación, además de que se emplearon algunas de las metodologías
que en ellos se utilizaron.

Lo novedoso del presente trabajo, es que el sector de estudio escogido entre


los ríos Quibú y Almendares es el único que se analiza, a partir de las
unidades de paisaje que en él se encuentran. Las investigaciones en el área
se realizaron por sectores o tramos costeros pero no sobre unidades de
paisaje, por lo que se dejaba un poco disminuida la visión geográfica
integradora, que se debe tener en cuenta como base del Manejo Integrado
de las Zonas Costeras (MIZC). Además la metodología principal utilizada se
apoya en el uso de las imágenes satelitales y mapas topográficos y
temáticos; también utiliza las herramientas de los Sistema de Información
Geográfica (SIG), poco empleadas en el sector, para integrar y analizar la
variedad de información y datos recopilados; con esto se pudieron obtener,
por primera vez los mapas de unidades de paisaje, de uso del suelo y de los
problemas ambientales presentes en dichas unidades, que aportan una
visión espacial y completa de los problemas ambientales del área, teniendo
en cuenta las bases del Manejo Integrado de las Zonas Costeras (MIZC).

Para un exitoso Manejo Integrado de las Zonas Costeras (MIZC) lo primero


es, conocer las potencialidades de la zona, sus características físicas, socio-
económicas, los problemas ambientales y los usos y conflictos de la misma,
ya que el objetivo principal del MIZC, es proteger los recursos naturales
existentes en estas áreas, mediante el aprovechamiento óptimo de los
mismos. Si no se tiene un conocimiento sobre la dinámica, tanto natural
como social y del estado ambiental del área, no habrá una interrelación
exitosa entre los actores, la naturaleza, la ciencia y todas las instituciones
relacionadas con el desarrollo de la zona costera y no se podrá tener una
valoración integrada de la zona, para determinar las prioridades de acciones
a nivel local, regional y nacional que permita resolver los conflictos.

El MIZC eficiente debe ser la meta de todo país o región que quiera
preservar los valores y beneficios de la zona costera, logrando una
interrelación equilibrada entre el componente social, económico y natural.
Esto no es posible sin estudios previos como los diagnósticos ambientales o
las evaluaciones de impacto. De ahí la importancia de los resultados de esta
investigación, que contribuirán al mejor uso y aprovechamiento de los
recursos de la zona costera, tanto por la comunidad que ahí vive, como por
la administración municipal y las empresas que forman parte del desarrollo
de la zona, de esta forma se cumplen los lineamientos de la nueva política
económica y social del país, que promueven el desarrollo local y el manejo
integrado y sostenible de los recursos.

De acuerdo a los antecedentes encontrados, se determinó que el problema


del sector costero Quibú- Almendares estriba en que se desconoce su
estado de degradación, así como los conflictos generados por el mal uso de
la zona. Esto constituye una limitante para su manejo integrado sobre la
base de las unidades de paisaje.

Objetivo General:

Realizar el diagnóstico integral de los principales problemas ambientales que


inciden en el sector costero desde el río Quibú hasta el Almendares en el
municipio Playa y proponer soluciones para su manejo integrado.

Objetivos específicos:

 Delimitar, clasificar y cartografiar las unidades de paisaje de la zona


costera en el área de estudio.
 Caracterizar las condiciones naturales, económicas y sociales; los
problemas e impactos ambientales, y los principales usos y conflictos
de uso de esta zona costera.
 Proponer medidas para la solución de los problemas e impactos
ambientales y de los conflictos de uso identificados.

La tesis quedó estructurada en una Introducción, cuatro capítulos,


conclusiones, recomendaciones, bibliografía y un anexo. En la Introducción,
sobre la base del análisis de los principales antecedentes, se propone el
tema, se define el problema y se declaran los objetivos. El Capítulo I, es la
Revisión bibliográfica, dónde se hace la búsqueda y análisis de los trabajos
realizados hasta la fecha que tienen relación con el presente trabajo y se
definen los conceptos y aspectos que se abordan. En el Capítulo II, se
presentan las herramientas y metodologías empleadas para cumplir con los
objetivos y el problema planteado. El Capítulo III está constituido por los
Resultados que se han obtenidos mediante la metodología y las
herramientas empleadas que se explican con el auxilio de 10 figuras y tres
tablas. Y en el Capítulo IV es donde se discuten los resultados y se realizan
comparaciones entre estos y los de otros trabajos, que apoyan o confirman
la veracidad y relevancia de lo obtenido. Por último se presentan las
Conclusiones y Recomendaciones de la investigación realizada. A
continuación aparece la Bibliografía consultada y citada en el texto y los
Anexos que contienen, más información sobre las metodologías empleadas
y tablas que enriquecen el trabajo, también están el total de los impactos
encontrados.
CAPÍTULO I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

I.1. Reseña histórica del área de estudio

El área de estudio ubicada en el municipio Playa, fue una zona propicia para
el asentamiento aborigen por su proximidad a la costa y a los ríos
colindantes. (Durand-Galano et al., 2006).

En 1576 se proporcionó la primera merced de tierra a Bartolomé Hernández


en Jaimanitas y años más tarde, en 1584 se le otorgó al Regidor Melchor
Rodríguez otro terreno al este del río Almendares, con la condición de
construir una canoa para cruzar el río de orilla a orilla, sin costo, a todo el
que lo solicitara. Esto representó la primera vía de comunicación directa con
la Villa de San Cristóbal de La Habana a través del “Camino de la Chorrera”,
hoy Calzada de Puentes Grandes (Durand-Galano et al., 2006).

El uso masivo de este litoral se remonta al año 1864, cuando se inauguró la


Calzada de Marianao (hoy calle Línea) a la Playa y se creó un
establecimiento para facilitar el cambio de ropa de los bañistas. Sin
embargo, la afluencia de público se consolidó con la inauguración, en el
siglo XIX, de la glorieta de Los Pocitos, una ruta de ómnibus, la vía férrea
Habana-Marianao y un ramal de vía Marianao-Playa en el año 1883. Todo
esto estimuló el desarrollo urbano de la zona sobre todo del litoral norte,
donde se encontraban enclavados algunos balnearios, centros deportivos,
clubes privados, casinos, restaurantes y cabarets; los cuales eran de uso
exclusivo de la burguesía cubana. Así surge el turismo en la zona, que va a
generar nuevas fuentes de empleo. La cantidad de bañistas fue mayor en el
1891, año en que las familias habaneras adineradas decidieron radicarse
permanentemente en Marianao. Los pobres y los negros solo tenían acceso
a la playa la Puntilla en Santa Fe y a La Concha en la playa de Marianao
(Durand-Galano et al., 2006).
En el siglo XX ocurrieron importantes cambios que facilitaron y mejoraron el
proceso de urbanización en la región como por ejemplo: 1903 se inauguró la
primera línea de tranvía con la ruta Vedado-Marianao, el puente de hierro
sobre el río Almendares en 1910, en 1917 se fundan la avenida Roosevelt
(Gran Boulevard) que unió la actual avenida 51 con la Playa de Marianao, la
Quinta Avenida en 1930, entre otras.

En 1959 el Gobierno Revolucionario declaró el carácter público de las playas


de Marianao y a partir de entonces gran parte de la población de la ciudad
las eligió como opción de veraneo. También ocurrieron transformaciones en
los consejos populares ubicados en el litoral. Por ejemplo: se otorgaron
casas; en 1961 son nacionalizados los clubes y balnearios de la alta
burguesía y convertidos en círculos sociales obreros. Se comienzan a
desarrollar con énfasis, los usos comerciales, gastronómicos, de hospedaje
y oficinas de negocios de una manera acelerada. Muchos de estos usos se
mantienen o se han incrementado hasta la actualidad en el municipio.

Progresivamente la intensa ocupación del litoral fue degradando sus


condiciones naturales (Sosa, Rivas y Guerra, 2004).

I.2. Marco teórico-conceptual

I.2.1 Generalidades de la zona costera

Cada país o región define y establece los límites de su zona costera según
sus particularidades y la normativa legal existente. También hay variedad de
criterios entre los investigadores para dicha zona.

Zenkovich (1967), considera la zona costera de los océanos, mares y los


grandes acuatorios interiores, como el escenario de la interacción entre la
hidrosfera, la litosfera, la biosfera y la atmósfera. Esta interacción da lugar a
diversos y complejos procesos cuyas fuentes de energía son, en lo esencial,
el oleaje y las mareas; cuyo resultado es, a corto o largo plazo, el modelado
de la zona costera.
Según Clark (1992), es la interface entre la tierra y el mar que se extiende
hacia la parte continental y marítima dependiendo de los objetivos y
necesidades.

Cicin-Sain and Knecht (1998), definieron a la zona costera como un proceso


continuo y dinámico a través del cual se toman decisiones racionales para el
uso sostenible, desarrollo y conservación de las áreas costeras y sus
recursos.

La zona costera es el área que se extiende desde las planicies costeras


hasta los bordes exteriores de las plataformas continentales, coincidiendo
aproximadamente con la región que ha sido inundada y expuesta
alternativamente durante las fluctuaciones del nivel del mar en el período
cuaternario tardío (Vallega, 1999).

Aunque pueden existir diferentes definiciones científicas y jurídicas de la


zona costera, se utilizará la que está vigente en el país y que aparece en el
Decreto Ley 212, Gestión de la Zona Costera, con fecha agosto del 2000.
Que según el artículo dos del decreto, la define como: “la franja marítimo-
terrestre de ancho variable, donde se produce la interacción de la tierra, el
mar y la atmósfera, mediante procesos naturales. En la misma se
desarrollan formas exclusivas de ecosistemas frágiles y se manifiestan y
regulan las relaciones particulares económicas, sociales y culturales. Incluye
entornos como playas, estuarios, marismas, acantilados, lagunas costeras y
la plataforma submarina”.

En el artículo cuatro se definen los límites interiores de la zona costera


atendiendo a la estructura y configuración de los distintos tipos de costa y el
límite exterior hacia el mar, el cual se considera que es el borde de la
plataforma insular del territorio, establecido regularmente a profundidades
entre 100 y 200 metros.

En el artículo 5.1 de este decreto se define y establece la zona de protección


como: el espacio terrestre y marítimo aledaño a la zona costera que
amortigua los efectos negativos de las acciones antrópicas y cuyos límites
se establecen en dependencia de la tipología establecida en el artículo
cuatro.

El límite de la zona de protección para las terrazas bajas, las costas


acantiladas y las desembocaduras de los ríos, se establece con una anchura
mínima de 20 metros, medidos a partir del límite hacia tierra de la zona
costera. El resto de los sectores que no coincida con los tipos de costa antes
mencionados será de una anchura mínima de 40 metros medidos a partir del
límite hacia la tierra de la zona costera.

En estos momentos, lo más actual sobre el Manejo Integrado de Zonas


Costeras, en Cuba (González-Díaz, 2015, Coord.), permite tener una
integración de los conceptos principales referidos a esta zona.

Salabarría et al. (2015), definen la zona costera como “la franja marítimo-
terrestre de ancho variable, donde se produce la interacción de la tierra, el
mar y la atmósfera, mediante procesos naturales. En estas se desarrollan
formas exclusivas de ecosistemas frágiles y se manifiestan relaciones
particulares económicas, sociales y culturales”, procede posteriormente a
determinar el elemento más decisorio en tal definición, los límites de esa
zona. Aunque se apoya en el Decreto-Ley 212 para definir la zona costera y
sus límites, también plantea algunos vacíos que deja esta como por ejemplo:
que no define al Manejo Integrado de la Zona Costera (MIZC) en el contexto
cubano, ni establece sus principios, lo cual además de desorientar a los
actores sociales y no colmar sus expectativas, deja sin lineamientos básicos
que informen no solo del Decreto-Ley 212, en sí, sino a todas las
disposiciones jurídicas relevantes para el MIZC. La definición cubana de
zona costera no hace alusión a acciones administrativas, ni a límites de
jurisdicción alguna (estatal, provincial, municipal), sino se atiene a factores
geográficos sin hacer referencia a parámetros especiales, por el contrario,
declara que es variable y no define el vocablo en torno a la cuestión
patrimonial, sino a las relaciones de tipo económicas, sociales y culturales
de cada sitio. Tampoco se tiene muy claro el principio del manejo basado en
ecosistemas que define, entre otros principios, que: “Los ecosistemas deben
ser manejados dentro de los límites de su funcionamiento”. A pesar de los
problemas que presenta el Decreto-Ley 212, lo cierto es que con él, el
marco legal del MIZC en Cuba se ordenó, siendo un instrumento jurídico con
alto rango normativo.

En toda investigación referente a la zona costera y su manejo integrado, es


importante que queden bien establecidos los límites físicos de la misma, ya
que esto es uno de los primeros y principales desafíos que sufre el Manejo
Integrado de Zona Costera.

I.2.2. Manejo Integrado de la Zona Costera (MIZC)

El MIZC ha tenido una serie de definiciones, entre las que cabe resaltar la
definición de:
Knecht y Archer (1993) consideran que el MIZC tiene varios propósitos:
 Analizar las implicaciones del desarrollo, los usos conflictivos y las
interrelaciones entre los procesos físicos y las actividades humanas.
 Promover los vínculos y la armonización entre las actividades
costeras y oceánicas de los sectores.
Según Post y Lundin (1996) el manejo costero integrado, por lo regular, se
centra en tres metas:
 Superar los conflictos asociados con el manejo sectorial.
 Preservar la productividad y la diversidad biológica de los
ecosistemas costeros.
 Promover una asignación equitativa y sostenible de los recursos
costeros.
Cicin-Sain and Knecht (1998) consideran que el MIZC es un proceso
continuo y dinámico a través del cual se toman decisiones para el desarrollo
y uso sostenible, así como la protección de las zonas y los recursos costeros
y marinos.
Según el Centro de Información, Gestión y Educación Ambiental (CIGEA,
2009) se considera además, un proceso de gestión integrada, que unifica al
gobierno, la comunidad, la ciencia y a los distintos intereses económicos,
con el fin de lograr la conservación de los recursos naturales y el desarrollo
económico de la zona costera.

El marco teórico-conceptual del MIZC en Cuba está basado, en primer lugar


en la política ambiental cubana; el marco jurídico establecido y las
características y condiciones existentes en el país. A partir de la Cumbre de
Río en el año 1992, en Cuba, como en otros países de la región, se
produjeron importantes cambios legales e institucionales dirigidos a
establecer e implementar la política ambiental nacional, dentro de las cuales
la gestión de las zonas costeras representó desde ese momento un tópico
de interés, lo que se manifiesta en la política ambiental del país que
tempranamente reconoce en su primera Estrategia Ambiental Nacional,
aprobada en el año 1997, la necesidad de gestionar de manera integrada las
zonas costeras por el valor económico y natural que tienen, necesitan de la
adopción de medidas para la conservación y restauración y definir sus usos
legales, por lo que se establece en el país el Sistema de Manejo Integrado
Costero (Salabarría et al., 2015).

Los principios que rigen, orientan y caracterizan la gestión o manejo


integrado de la zona costera, definen el enfoque integrado de estos, que a
su vez están estrechamente relacionados con los principios del desarrollo
sostenible. Entre los que se encuentran los propuestos por Barragán (2003):
la equidad social, la compatibilidad ecológica, la viabilidad económica, la
coherencia espacial y la permanencia en el tiempo de los recursos para el
disfrute de las presentes y futuras generaciones (Salabarría et al., 2015).

El manejo y la planificación comprensiva de las áreas marinas son


esenciales para mantener, a largo plazo, la integridad ecológica, la
productividad y el beneficio económico de las regiones costeras. Por ello, el
MIZC ha tomado auge a nivel internacional en los últimos 15 años, como un
importante proceso de gestión ambiental especialmente en los países
insulares, por las actividades que coinciden y se desarrollan en la zona
costera. Cuba no se encuentra exenta de esto y en los últimos años se
trabaja en distintos regiones del país, profundizándose en las bases
conceptuales y operativas del MIZC (Pérez-Montero et al., 2015).

El adecuado MIZC es sumamente importante para Cuba por la alta


vulnerabilidad del archipiélago a los eventos hidrometeorológicos extremos y
los efectos del cambio climático como el ascenso del nivel del mar; todos
ellos provocan un incremento en las afectaciones al medio ambiente. A lo
anterior se suman las presiones provenientes de políticas de desarrollo que
contribuyen a degradar el entorno. De ahí la importancia de los programas y
planes del MIZC, los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo y las
evaluaciones de impactos (Pérez-Montero et al., 2015).

I.3. Definición de paisaje y unidades de paisaje en las investigaciones


ambientales

La definición de paisaje es compleja de establecer debido fundamentalmente


a la multitud de aspectos que engloban; y a que su estudio y empleo admite
gran cantidad de enfoques. Existen varias definiciones de paisaje según el
enfoque de la investigación y la percepción del autor, por ejemplo Salinas y
Quintela (2000), Mateo (2008 y 2011) entre otros, definen al paisaje como:

“Un sistema espacio-temporal, complejo y abierto, que se origina y


evoluciona justamente en la interface naturaleza-sociedad, en un constante
intercambio de energía, materia e información, donde su estructura,
funcionamiento, dinámica y evolución reflejan la interacción entre los
componentes naturales (abióticos y bióticos), técnico-económicos y socio-
culturales” (Mateo, 2008).

El paisaje puede estar formado por dos grandes componentes; uno que
describe la secuencia sobre el territorio del conjunto roca-relieve-suelo, cuya
tasa de cambio en el tiempo es baja o muy baja; y el otro, que describe el
dominio bioclimático y de uso del suelo, que se caracteriza por un gran
dinamismo a varias escalas temporales (Bocco, 2009, Coord.). Ambos
componentes pueden estudiarse por separado en bases de datos
geográficos automatizadas (en el marco de un Sistema de Información
Geográfica)

La definición de paisaje depende de una amplia gama de elementos, tanto


bióticos como abióticos, de actuaciones humanas y de modificaciones
naturales o artificiales de la superficie terrestre (Aguiló et al., 2004).

Existen numerosas definiciones de paisaje, que han evolucionado hasta


determinarlo y centrarlo como un valor estético, como un recurso y como
una combinación de elementos físicos, bioecológicos y humanos, según
Muñoz-Pedreros (2004). Si se considera al paisaje como el escenario de la
actividad humana, cualquier acción artificial repercute inmediatamente en los
factores perceptuales. El paisaje puede identificarse como el conjunto de
interrelaciones derivadas de la interacción entre geomorfología, clima,
vegetación, fauna, agua y modificaciones antrópicas (Muñoz-Pedreros,
2004).

Todas estas definiciones tienen como idea central que el paisaje está
conformado por el entorno natural y la interacción del hombre con este.

Autores como Jardi (1990), Aguiló et al. (2004), Mateo et al. (2008), Mateo
(2011), en sus textos definen ¿qué son? las unidades de paisaje y las
unidades ambientales y exponen los indicadores y las metodologías para la
identificación, los límites o establecimiento, el análisis y trabajo con dichos
conceptos.

Jardi (1990), denomina a las unidades de paisaje, como la franja analizada


por la Geografía y sometida a un proceso dinámico de factores endógenos y
externos (naturales y humanos) en el que se puede definir un conjunto de
equilibrios dinámicos (estables e inestables) que constituyen un aspecto,
una fisionomía, en lo que se podría denominar unidades de paisaje.
La unidad de paisaje es la mínima unidad cartografiable que permite
representar espacialmente los principales componentes de un ecosistema
(estructural y espacialmente), donde el punto de partida es la delimitación
geomorfológica. Además, un mapa de unidades de paisaje es compatible
con otros modelos de segmentación del territorio; por ejemplo, unidades de
paisaje localizadas al interior de cuencas o municipios o como es el caso en
las zonas costeras (Bocco, 2009, Coord.).

En el caso de la definición de unidades ambientales se plantea, según


Mateo (2008), que al comienzo de los trabajos de planificación ambiental, las
unidades ambientales se tomaban como resultado de la superposición de
mapas analíticos, o sea, teniendo en cuenta exclusivamente una visión
factorial del medio ambiente. Esta visión ha sido sustituida en los últimos
años por una conceptualización más subjetiva. En este sentido, el interés
fundamental ha estado en dos direcciones (Mateo, 2008):

 Por una parte, considerar a la percepción como elemento


fundamental a la hora de determinar la representación social de la
población sobre su entorno.
 Por otra parte, tener en cuenta las condiciones ambientales de vida
de la población, que incide en su confort, calidad de vida, salud, entre
otros.
Los paisajes geográficos o geosistemas como categoría científica de
carácter transdisciplinario, son sistemas espacio-temporales complejos y
abiertos, integrados por elementos naturales y antrópicos, condicionados
socialmente, que modifican las propiedades de los paisajes naturales
originales, los cuales poseen una estructura, funcionamiento, dinámica y
evolución particulares, que les confieren propiedades de integridad, límites
propios y se constituyen en una asociación de objetos y fenómenos que
están en constante y compleja interacción y movimiento; presentando una
jerarquización al interior de sus componentes, constituyéndose así en
verdaderos espacios naturales que las sociedades transforman para
producir, habitar, vivir y soñar (Ramón y Salinas, 2012).

Trabajos como los de Ramón et al. (2009) y Salinas y Ramón (2013)


proponen a partir del empleo de las herramientas presentes en los Sistemas
de Información Geográfica (SIG), una metodología para la confección de
mapas de paisaje con un enfoque topológico, que se basa en la distinción de
geocomplejos de carácter local, formados por la interacción de los
componentes naturales y la acción humana, que se caracterizan por poseer
rasgos particulares. El procedimiento metodológico que se describe para la
delimitación de las unidades de paisajes, se realiza con las herramientas de
análisis espacial presentes en el software ArcGIS. Esta metodología permite
que una vez delimitadas las unidades de paisaje se puedan realizar otros
análisis como la evaluación de impactos ambientales, y determinar y
delimitar los problemas ambientales, entre otros estudios.

I.4. Métodos de análisis del paisaje

Existen trabajos que utilizan diferentes coeficientes como: índices de erosión


potencial, coeficiente de fraccionamiento, coeficiente geoecológico, cálculo
del Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN), para conocer y
evaluar el estado ambiental y determinar los problemas que tienen algunas
territorios, utilizando como base las unidades de paisaje y como herramienta
los Sistemas de Información Geográfica (SIG). Primero se determina y
cartografían las unidades de paisaje mediante diversos enfoques según
Mateo (2011), después se caracterizan dichas unidades y se les aplican
diferentes coeficientes o índices. Para esta investigación será el Coeficiente
de Transformación Antropogénica (KAN) para conocer y evaluar el estado
ambiental, la capacidad de carga y el grado del impacto antropogenético
sobre las unidades de paisaje. (Lomas-Barrié et al., 2005; Ramón et al.,
2011; Mateo, 2011).
I.5. Importancia del diagnóstico y las evaluaciones de impacto
ambiental para el MIZC

El diagnóstico ambiental y las evaluaciones de impacto ambiental son vistas


como un primer paso importante antes de desplegar medidas, desarrollar
una planificación o en este caso, antes de implementar y/o llevar a cabo el
manejo integrado de una zona costera determinada. Ellas permiten
diagnosticar o evaluar el estado físico, natural o socioeconómico del área,
país, región o cualquiera que sea el objeto, y a su vez nos da un criterio
preliminar del impacto negativo o positivo que una acción está teniendo
sobre el objeto de estudio. Estos estudios permiten identificar y localizar los
problemas que hay y proponer soluciones o medidas de mitigación.

Autores como: Sorensen et al. (1992), Barreto (1999), Campos et al. (2001),
Gallo y Sejenovich (2002), Caso et al. (2005), Carmenate (2009) y Rivas et
al. (2009), entre otros, que han desarrollado trabajos de evaluación o
diagnóstico ambiental donde se emplean metodologías, herramientas e
indicadores socioeconómicos, físico-químicos y microbiológicos variados, de
acuerdo al objeto de estudio, las características del mismo, su finalidad y
otros elementos de interés, resaltando la eficiencia de estas investigaciones
antes de ejecutar cualquier acción, porque permiten evaluar y tener un
control de los problemas o impactos y el grado o estado de degradación, en
que se encuentran en este caso, las unidades ambientales o de paisaje de la
zona costera o cualquiera que sea el objeto a diagnosticar.

El objetivo de estas investigaciones es hacer un análisis preliminar o


precedente que permita dar soluciones o tomar medidas que reviertan o
atenúen las situaciones que impactan negativamente, también es
considerada como una herramienta que se puede aplicar en varias etapas
(antes, durante o al final) del proyecto o del desarrollo del manejo del área,
como instrumento para controlar o perfeccionar los programas o acciones
que se llevan a cabo, teniendo siempre como base un desarrollo sostenible
de los recursos para lograr un equilibrio entre el medio natural y
socioeconómico.

La elaboración del Diagnóstico Ambiental, se considera como primera etapa


del diseño e implementación de la Agenda Local 21 que permitirá un
desarrollo sostenible, en este caso de la zona costera. Siguiendo los criterios
establecidos en el Programa Ciudad 21, por Diagnóstico Ambiental se debe
entender el análisis sistematizado y objetivo de la realidad ambiental de un
territorio, que permita obtener la imagen de su situación ambiental en el
momento de su elaboración. Este análisis tiene como foco principal de
atención el medio urbano, las personas que habitan en él y las interacciones
con su entorno natural más próximo. En este documento se explica la
metodología general y se exponen algunos indicadores que se pueden
utilizar para realizar el diagnóstico ambiental, muchos de los cuales se
pueden aplicar a la zona costera.

I.6. Los Sistemas de Información Geográfica como herramienta para los


estudios ambientales

Muchos estudios sobre el medio ambiente, el paisaje o los recursos


naturales han estado frenados muchas veces por la falta de recursos, el
difícil acceso a las áreas, la escala de trabajo, la escasez de presupuesto, la
movilidad, la cantidad de personal o el volumen de información. Pero hoy en
día con la llamada era de las tecnologías y las comunicaciones estos y otros
problemas no son impedimento para que la comunidad científica desarrolle
investigaciones. Ciencias naturales como la Biología y la Geografía se ven
muy favorecidas con el desarrollo de los Sistemas de Información
Geográfica (SIG) que permiten tratar con eficacia grandes cantidades de
datos, se ahorra tiempo y recursos para realizar investigaciones sobre los
componentes naturales y socioeconómicos en cualquier parte del mundo. Lo
que permite un conocimiento mucho más profundo sobre el objeto o los
objetos de investigación.
Otra de las ventajas de los SIG es que podemos cartografiar la información y
trabajar con varias capas de datos con una localización bastante precisa del
área o el objeto de estudio, lo que permite hacer un análisis más completo y
abarcador con un costo más bajo, sin necesidad de ir al lugar y lo puede
hacer una sola persona o investigador.

El principal objetivo del trabajo de Priego-Santander et al. (2008) fue poner a


disposición de un público especializado (o semi especializado) herramientas
técnicas y metodológicas de la cartografía digital para ser utilizadas en los
procesos de elaboración de los programas de Ordenamiento Ecológico del
Territorio (OET), para que los resultados obtenidos al final del proceso
cumplan con un estándar mínimo de calidad y rigor científico.

Los recursos naturales se han clasificado tradicionalmente como renovables


y no renovables, según su tasa teórica de regeneración en el tiempo. Más
recientemente, se ha optado por una diferenciación temática (recursos
bióticos y abióticos), ligada al aprovechamiento y conservación, y a la oferta
de bienes y servicios ambientales. En este contexto, resultan clave las ideas
de inventario, localización en el territorio y cambios en el tiempo.

La cartografía de los recursos naturales sirve a estos propósitos de manera


insustituible; con el advenimiento de la tecnología digital aplicada al
inventario de recursos y a la preparación de mapas, esta tarea se ha
desarrollado de forma exponencial (Priego-Santander et al., 2008).

Autores como González-Díaz (2001), Ramón y Salinas (2012) y Salinas y


Ramón (2013), entre otros, muestran la utilidad e importancia que tiene el
uso de los SIG en cualquier investigación relacionada con los recursos
naturales, en temas como la elaboración y análisis de mapas de paisaje, el
manejo costero, los cambios en la dinámica costera, ordenamiento territorial
o cualquier otro trabajo de esta índole, donde el empleo de esta herramienta
facilite los resultados.
I.7. Marco Legal

El Manejo Integral de la Zona Costera requiere de un sistema normativo que


vele por el cumplimiento y control de las acciones que se producen en la
zona costera para lograr un desarrollo equilibrado entre el medio natural y el
socioeconómico.

Cuba ha brindado una significativa atención al mar y sus costas (de donde
obtiene una importante fuente de recursos), como parte de la estrategia
nacional para la protección del medio ambiente y los recursos naturales.

La política ambiental cubana parte del concepto de que la gestión ambiental


constituye un proceso de medición entre los intereses y conflictos
económicos, sociales y ambientales, que se realiza a través de acciones del
hombre, desde la sociedad, para la sociedad, con iniciativa positiva sobre el
medio ambiente (Ripoll-Salcines et al., 2015).

En 1995 se definieron las bases de un sistema jerárquico de regulaciones


ambientales, se emitieron un conjunto de resoluciones ministeriales, tales
como: las relativas a la Evaluación de Impacto Ambiental, la Inspección
Ambiental Estatal y la aplicación del Procedimiento de Información y
Consentimiento Previo a determinados productos químicos objeto de
comercio internacional, al tiempo que se comenzaba la elaboración de
proyectos sobre los desechos peligrosos, la protección de la capa de ozono,
la diversidad biológica y las áreas protegidas (Baisre et al., 2003).

Como parte de la Agenda 21, fueron propuestas las bases para una
Estrategia Nacional de MIZC en 1998, la cual contenía aspectos
fundamentales para la comprensión y consecuente implementación de este
proceso; sin embargo, la referida estrategia no llegó a cristalizar. Aun así, al
amparo de las sucesivas Estrategias Ambientales Nacionales (EAN 2000-
2007 y EAN 2007-2010), varios tramos de las zonas costeras del país han
sido declaradas bajo régimen de manejo en sus diferentes categorías. La
EAN (2011-2015) reconoce expresamente la necesidad de la contribución de
la política ambiental al desarrollo sostenible; aunque no se pronuncia
expresamente en cuanto al MIZC (Ripoll-Salcines et al., 2015).

Los términos jurídicos y organizativos que rigen y controlan las múltiples


actividades que se llevan a cabo en las zonas marinas y costeras en Cuba,
se basan fundamentalmente en la Ley No. 81 del Medio Ambiente del año
1997. Dicha Ley aborda, entre otros temas, la política y la gestión ambiental,
el comercio y el uso de los recursos, advierte sobre la responsabilidad de las
instituciones y de las personas en la prevención y solución de los problemas
ambientales, entre otros aspectos.

También están otras normativas legales como: Ley de Pesca, emitida en


1996; Decreto-Ley 201 del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (1999) y el
Decreto-Ley 212 del año 2000 de Gestión de la Zona Costera. Esta última
contiene las disposiciones mediante las que se delimitan la zona costera a
partir de las características físico-geográficas de la costa y se regulan las
acciones para garantizar la protección, el uso sostenible de ella y su zona de
protección.

Además de estas leyes también están las Normas que son instrumentos
legales, cuyo cumplimiento es sumamente importante para el Manejo
integrado y los usos de la zona costera. Porque ellas tienen como objetivo
principal regular la calidad de las aguas terrestres desde un punto de vista
higiénico-sanitario, económico, ambiental, social, estético y cultural; evitar la
contaminación de todas las clases de aguas establecidas, entre otros
aspectos, con el fin de preservar la salud humana. Ejemplo de estos
instrumentos legales son: la Norma Cubana 22-1999 que regula los Lugares
de Baño en Costas y en Masas de Aguas Interiores. Requisitos Higiénico
Sanitarios, también está la Norma Cubana TS 360: 2004 Vertimiento de
Aguas Residuales a La Zona Costera y Aguas Marinas - Especificaciones,
entre otras leyes y normas.
CAPÍTULO II. MATERIALES Y MÉTODOS

II.1. Generalidades de los métodos de investigación empleados

Para llevar a cabo el diagnóstico ambiental del área de estudio se siguió el


esquema de trabajo que se muestra a continuación (Figura 1).

Figura 1. Esquema de la investigación.


Para la delimitación de la zona costera se utilizó el Decreto-Ley 212 (GOC,
2000) y el estudio titulado Evaluación de riesgos e informe final del estudio
de penetraciones del mar en los municipios costeros de Ciudad Habana
(Arcos y Fors, 2005).

Para identificar los principales problemas ambientales del área y obtener los
datos de las variables empleadas en el trabajo, se hizo una amplia revisión
bibliográfica y recorridos por el área donde se hicieron observaciones y
entrevistas no estructuradas a los pobladores y a científicos de diferentes
entidades que tienen relación con la investigación. El Instituto de
Planificación Física suministró información sobre los barrios insalubres, los
cambios en el uso del suelo e información cartográfica. La Maqueta de La
Habana facilitó información sobre los cambios en el uso del suelo, los
problemas ambientales de la zona y el estado general de las viviendas y la
Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de Playa, proporcionó
la información demográfica.

Para la caracterización del área, la información geológica se tomó de


Peñalver et al. (2008); la geomorfología, el clima, los tipos de suelo y la flora
y fauna se obtuvo del Nuevo Atlas Nacional de Cuba (1989) y los recorridos
de campo; para la información de la parte sumergida se utilizó González-
Díaz et al. (2010); el patrón de circulación del litoral se tomó de Rodas et al.
(2004); la caracterización socioeconómica se hizo a partir de los datos
ofrecidos por la ONEI (2012) y el catastro de Cuba del 2013, brindado por el
Instituto de Planificación Física (IPF).

II.2. Localización y caracterización del área de estudio

El área de estudio está ubicada (Figura 2) en el sector costero del municipio


Playa, perteneciente a la provincia de La Habana. Dicho municipio tiene un
área aproximada de 35,81 km² que corresponde con el 5% del área total de
la antigua provincia Ciudad de La Habana y aproximadamente 12 km de
zona costera. El área de estudio limita por el oeste con la margen del río
Quibú y por el este con el río Almendares, al sur por la calle 7ma y al norte
con la cota de profundidad de 15 metros. Comprende tres de los Consejos
Populares del municipio, Cubanacán-Náutico, Ampliación de Almendares y
Miramar, con una población de 56 615 habitantes en total (según datos de la
ONEI, 2012). Las principales actividades socio-económicas son
fundamentalmente del sector terciario (los servicios y el comercio). Dentro
de los principales usos y funciones de la zona están: residencial y otras
instalaciones y el turístico-recreativo. En el territorio se encuentran, la
mayoría de las residencias del cuerpo diplomático, inmobiliarias, Centro de
Negocios y una buena parte de los hoteles de la Ciudad. También tiene
servicios especializados y una parte de la industria biotecnológica y
farmacéutica.
Figura 2. Localización del sector costero de estudio Quibú-Almendares.

26
El área de estudio se divide en dos sectores: emergido y sumergido. El
emergido se caracteriza por el desarrollo fundamental de la formación
Jaimanitas compuesta por rocas carbonatadas del Neógeno-Cuaternario.
También se pueden encontrar depósitos holocénicos marinos, en pequeños
sectores de playas y depósitos holocénicos palustres, que se encuentran
bordeando la línea de costa y cerca de la desembocadura de los ríos
(Peñalver et al., 2008).

Desde el punto de vista geomorfológico el territorio pertenece a la llanura


costera septentrional. El tipo de relieve que predomina en el litoral noroeste
de La Habana son las llanuras de origen marino, abrasivas y abrasivo-
acumulativas, muy planas, bajas y carsificadas, de edad holocénica (Nuevo
Atlas Nacional de Cuba, 1989). El tipo de costa que predomina es rocosa o
costa activamente erosiva.

El clima es relativamente uniforme, cálido con brisas, predominan los vientos


o
de dirección este-noreste; temperatura media anual de 25 C, con un
período lluvioso (media de 1400 mm) y uno menos lluvioso (con una media
entre 400 y 600 mm). (Nuevo Atlas Nacional de Cuba, 1989).

En cuanto a los suelos es necesario señalar que la mayor parte del sector de
estudio está urbanizado por lo que una aproximación del tipo de suelo
existente en la zona según el Nuevo Atlas Nacional de Cuba (1989), son los
suelos Ferralíticos rojo y Rendzina roja y negra, poco desarrollados.

Presencia de vegetación dispersa, con áreas verdes y la fauna está


representada fundamentalmente por aves y reptiles.

En el sector sumergido se encuentra una terraza con tres biotopos


fundamentales: el primero se caracteriza por un fondo rocoso, con
numerosas oquedades y grietas ocupadas fundamentalmente por
Echinometra sp. y es el más afectado por la acción constante del oleaje y el
que recibe el impacto antropogénico principal; el segundo es un fondo
rocoso poco accidentado, con parches de arena, que en el sector oeste está

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surcado por el paleocauce del río Quibú; el tercero, sobre el escarpe de la
terraza (veril), presenta un fondo rocoso inclinado, con parches de arena y
con numerosos accidentes que sirven de refugio a diversas especies de
peces y otros organismos marinos.

II.3. Delimitación de la zona costera y la zona de protección en el sector


de estudio

Para delimitar la zona costera se utilizaron las herramientas de los SIG, en


este caso el ArcGis versión 10.3 y los mapas topográficos digitalizados y
georreferenciados del área de estudio a escala 1:25 000. Además se realizó
el polígono de la zona marino costera siguiendo con las disposiciones
establecidas en el Decreto-Ley No. 212 (GOR, 2000), en el cual los límites
de la misma se definen atendiendo a la estructura y configuración de los
diferentes tipos de costa, señalados en el artículo 4 de dicho decreto-ley.

El límite hacia tierra en el sector costero de estudio resultó difícil y complejo


de realizar por el alto grado de antropización que existe. Por lo que el límite
del área se estableció según el inciso f de dicho artículo que plantea que
(GOR, 2000): en los sectores de la zona costera que, por causas naturales o
artificiales, no sea posible la identificación de los tipos descritos en los
incisos anteriores, el límite hacia tierra se extiende 20 metros a partir de
donde hayan alcanzado las olas de los mayores temporales conocidos o
cuando lo supere, la línea de pleamar máxima equinoccial.

La zona de máximo nivel de penetración del mar establecida, para este


trabajo es hasta donde llegó la penetración del mar del mayor temporal que
se tienen registros oficiales hasta el momento, que fue el huracán Wilma en
octubre del 2005, propuesto por el Atlas de Inundaciones Costeras por
penetraciones del mar en Ciudad de La Habana. Causas y Consecuencias,
elaborado por el Instituto de Meteorología (Pérez-Ozorio et al., 2005) y la
Evaluación de riesgos e informe final del estudio de penetraciones del mar
en los municipios costeros de Ciudad Habana (Arcos y Fors, 2005) que se
basa en los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) realizados
para el municipio Playa (Agencia de Medio Ambiente (AMA), 2005).

El límite exterior (hacia el mar) de la zona costera quedó definido por la


profundidad de 200 m para todo el sector, según el ya mencionado Decreto–
Ley 212 y se trabajó hasta la cota de profundidad de 15 m.

La zona de protección se delimitó según el artículo 5.1 para el inciso f,


donde la anchura mínima es de 40 metros medidos a partir del límite hacia
tierra de la zona costera.

II.3. Identificación y cartografía de las unidades de paisaje

Para la cartografía de las unidades de paisaje se emplearon las


herramientas del SIG como la superposición de mapas y el análisis espacial
del relieve. Se combinaron los mapas con la información topográfica
(batimetría y el mapa topográfico) y temática (catastro de uso del suelo).
Para ello se utilizó el software ArcGis versión10.3 y la metodología
propuesta por Ramón y Salinas, 2012; Salinas y Ramón, 2013, para la
identificación, clasificación y cartografía de los paisajes a escalas detalladas
mediante el empleo de los SIG.

Para la elaboración del mapa de paisaje fue necesario tener en cuenta los
conceptos o definiciones siguientes:

Para los intereses de esta investigación se va a trabajar con la definición de


paisaje propuesta por Ramón y Salinas (2013) ya mencionada con
anterioridad.

Localidad: unidades morfológicas mayores de la división horizontal de los


paisajes, que constituyen combinaciones o agrupaciones de comarcas con
una misma estructura geólogo-geomorfológica y un mismo complejo de
mesoformas del relieve (Ramón y Salinas, 2012).

Comarca: corresponde a una mesoforma del relieve siendo homogéneas por


el predominio de un mismo tipo genético de relieve, condiciones
homogéneas de altimetría y pendiente y condiciones semejantes de uso del
suelo (Ramón y Salinas, 2012).

Los índices diagnósticos empleados para la delimitación y clasificación de


las unidades de paisaje en el sector de estudio se muestran en la Tabla 1:

Tabla 1. Índices diagnósticos para la clasificación de las unidades de


paisaje.

Unidades Índices diagnósticos Ejemplos

Localidad Asociación de 2- Llanura litoral abrasivo-


determinados tipos acumulativa baja (0 a 10m) plana
genéticos de relieve y (0 a 5o) sobre calizas arrecifales
determinados complejos organógenas carsificadas con
litológicos suelos poco desarrollados, con uso
residencial, instalaciones y parches
de vegetación secundaria.

Comarca Predominio de un mismo 2.1 Superficie baja (0 a 5m) plana


tipo genético de relieve, (0 a 2o) de la primera terraza
condiciones homogéneas con uso residencial y otras
de altimetría y pendiente y instalaciones.
condiciones semejantes de
uso del suelo.

Fuente: Elaborado por la autora.

A partir de aquí se obtuvo un mapa con las unidades de paisaje siendo


identificadas tres unidades superiores o de primer orden (localidades) que
son: 1- Marina, 2- Terrestre y 3- Fluvio-terrestre y 8 unidades de segundo
orden consideradas como comarcas (Figura 2).

También se elaboró el mapa con los principales usos del suelo en el sector
costero Quibú-Almendares, con las herramientas de SIG y la información del
Catastro de Cuba del Instituto de Planificación Física (IPF) con fecha de
mayo del 2013 (Figura 3).

II.4. Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN)

El análisis de los paisajes se realizó mediante la determinación del


Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN), por ser esta un área
urbanizada y este coeficiente se adapta mejor a las necesidades de la
investigación, para determinar cuantitativamente la carga antropogénica a la
que están sometidas los paisajes del área. Este coeficiente va dirigido a
estudiar los problemas de la modificación y transformación antrópica de los
paisajes, el análisis de los impactos geoecológicos y la dinámica
antropogénica (Mateo, 2011) y se calcula según la expresión:

Formula1

Donde (r) es el rango de transformación antropogénica de los paisajes del


tipo “i” de utilización; (p) el porciento del área afectada de la unidad; (q) el
índice de profundidad de la transformación del paisaje; (n) cantidad de
individuos correspondientes a los tipos de utilización en los límites de la
unidad de paisaje analizada. Con esta expresión se calcularon los valores de
KAN para cada unidad de orden superior de los paisajes (localidades), el
índice se dividió (atendiendo al análisis de otros casos de estudio donde ha
sido aplicado ese índice) en dos rangos de significación, los valores por
debajo de 2,95 fueron clasificados como bajos y por encima de 2,95 se
clasificaron como altos (Anexo 1).

II.5. Usos y conflictos

Los usuarios y usos de la zona costera objeto de estudio, se identificaron a


partir del método propuesto por Chircop (1997), los recorridos por el área y
la información recopilada. Se confeccionó una tabla que incluye los
principales usos existentes. La taxonomía de usos permite categorizar y
clasificar los usos humanos de la zona costera, además, posibilita entender
las relaciones entre los usos y permite la representación general de lo que
sucede en el área de estudio.

Se elaboró una matriz de Uso contra Uso para determinar los conflictos,
siguiendo la metodología propuesta por Cicin-Sain y Knecht (1998).

II.6. Identificación y cartografía de los principales problemas


ambientales

Los principales problemas ambientales fueron identificados a partir de los


resultados de los trabajos llevados a cabo en los últimos años por diferentes
autores como: Rivas et al. (2004), Rodas et al. (2008), González-Díaz
(2010), Valdés et al. (2011) y Rodas (2012) entre otros. Así como varios
recorridos por el área, mediante los cuales se observaron in situ la existencia
de los mismos y además se contó con la opinión de vecinos de la zona.

Para la cartografía de los problemas ambientales detectados primero se


seleccionaron los problemas que se podían representar espacialmente, para
esto se utilizaron las herramientas del SIG ArcGis, la base topográfica del
área a la que se les superpusieron los mapas temáticos, todo a escala 1:25
000. Por ejemplo para la ubicación de los microvertederos se utilizó la
información brindada por la Dirección del Municipio de Higiene de Playa y
los recorridos por el área. Para la ubicación de los arrecifes deteriorados,
que no son otros que los que se encuentran en áreas contaminadas, que
presentan problemas de enfermedades, bajo cubrimiento coralino y
mortalidad, se empleó la información brindada por la tesis de González-Díaz
(2010), Perera (2012) y los informes científicos de Rodas et al. (2004) y
Rodas et al. (2008), todos daban la localización de los puntos de muestreo.

Para los valores de calidad de agua, coliformes y estreptococos fecales se


emplearon los datos de las estaciones de muestreo y las metodologías que
brindaban los trabajos de Rodas et al. (2004); Rodas et al. (2008) y Gómez y
Beltrán (2013). El informe de Gómez y Beltrán (2013), propone para hacer el
análisis de la calidad ambiental del agua, la utilización de un Índice de
Calidad del Agua (ICA), desarrollado por CCME Water Quality Index (CCME
WQI, 2003) de Canadá y que fue adoptado recientemente para Cuba (Anexo
2). La información del barrio insalubre “El Romerillo” y sobre las
inundaciones fueron dadas por el IPF de Playa, los informes de (Arcos y
Fors, 2005) y los estudios de PVR realizados por la Agencia de Medio
Ambiente (2005), respectivamente.

II.7. Matriz de impactos

Una vez identificados los problemas ambientales y las acciones que pueden
causar impactos según la información recopilada, la observación en el
campo y la opinión de expertos y pobladores, se procedió a la confección y
análisis de la matriz de impacto. Esta se elaboró usando la propuesta
metodológica de Conesa (2006), para las unidades de primer orden. Se
utilizó una escala cualitativa de compatible, moderado, severo o crítico para
valorar el efecto del impacto; según su naturaleza (negativos o positivos), su
intensidad (baja, media, alta o muy alta), la extensión (puntual, parcial o
extenso), el momento (largo o mediano plazo, inmediato o crítico), la
persistencia (fugaz, temporal o permanente) y la reversibilidad (corto plazo,
medio plazo, irreversible) de dichos impactos (Anexo 3). El análisis
cualitativo se hizo a partir de la fórmula:

II.8. Propuesta de medidas

Las medidas se confeccionaron teniendo en cuenta los resultados obtenidos,


así como el estado actual del sector, los usos y conflictos, y los problemas e
impactos ambientales identificados. También se tuvo en cuenta las
violaciones de la legislación ambiental vigente y la insuficiente educación
ambiental desarrollada en la zona.

Para la elaboración de las medidas se tomó como base los trabajos de


Campos et al. (2001), Sosa, Rivas y Guerra (2004), Cabrera et al. (2009),
Carmenate (2009), Barragán (2010), Gómez y Beltrán (2013), Rivas (2015)
que tenían la experiencia acumulada en otros sectores costeros.
CAPÍTULO III. RESULTADOS

III.1. Delimitación de la zona costera y la zona de protección en el


sector de estudio

La zona costera en el sector de estudio tiene una longitud aproximada de 7


km. Está limitada en su parte marina por la isobata de 200m y en el sector
terrestre por el límite máximo alcanzado por las penetraciones del mar en la
ciudad de La Habana, según los reportes para el Huracán Wilma, mayor
temporal registrado oficialmente (Figura 3).
Figura 3. Delimitación de la zona costera y la zona de protección del sector costero de estudio comprendido
entre el río Quibú y el Amendares.

36
III.2. Caracterización y cartografía de las unidades de paisaje

Según la información recopilada para la elaboración y análisis del mapa de


paisaje del área de estudio fue posible identificar a nivel local tres unidades
de paisaje de primer orden (localidades), que se distribuyen indistintamente
en el área (Figura 4) y que a su vez están constituidas en total por ocho
unidades de orden inferior o de segundo orden (comarcas):

1- Unidad de paisaje marina: Llanura marina abrasivo- acumulativa


aterrazada de 0 a 15m de profundidad, inclinada de 0-15º, sobre rocas
carbonatadas, con parches de pastos marinos.

Esta localidad ocupa toda la franja externa del área de estudio y está
limitada al norte por la isobata de 15 metros que coincide con el veril (parte
baja) y al sur por la costa rocosa emergida o terraza seboruco y aparece
cortada al oeste por el paleocauce del río Quibú. Está constituida por rocas
carbonatadas (calizas y calcarenitas) de la formación Jaimanitas del
Neogeno-Cuaternario. Su superficie está constituida por rocas y sedimentos
de arena gruesa o fina. Sobre ella se desarrollan parches de pastos marinos
(Thalassia testudinum Banks ex König y comunidades de invertebrados
bentónicos sésiles (corales, esponjas y gorgonias), como ejemplos de
corales se observan Acropora palmata (Lamarck, 1816), Siderastrea siderea
Ellis & Solander, 1786 y Montastraea cavernosa Linnaeus, 1766 (González-
Díaz, 2010) La localidad está constituida por tres comarcas que son:

1.1 Superficie abrasivo-rocosa (-10 a -15m) de pendiente muy fuerte (8 a


15º) y presencia de comunidades coralinas.

1.2 Superficie abrasivo-acumulativa rocosa (0 a -10 m), con pendiente media


de 0 a 8º y con parches de arena y pastos marinos.

1.3 Paleocauce en forma de “V” formado por calizas arrecifales


organógenas carsificadas con fondo plano arenoso (0 a-15m) y con
pendiente de (0-15º).

37
2- Unidad de paisaje terrestre: Llanura litoral abrasivo- acumulativa baja (0 a
10m) plana (0 a 5º) sobre calizas arrecifales organógenas carsificadas con
suelos poco desarrollados, con uso residencial, instalaciones y parches de
vegetación secundaria.

Está constituida por una superficie baja sometida a la influencia del oleaje de
tormenta en el sector más al norte. Limitada por los valles fluviales del río
Quibú y Almendares al oeste y este, respectivamente. Representa la unidad
del paisaje más difundida y extensa dentro del área de estudio. Ocupa toda
la 1ra terraza marina de la formación Jaimanitas constituida por calizas
arrecifales organógenas carsificadas, con suelos Ferralícos rojo y Rendzina
roja y negra, poco desarrollados, con restos de vegetación de costa arenosa
y rocosa muy modificada y vegetación secundaria. Se caracteriza por la
irregularidad de sus contornos debido en gran parte a la antropización con
uso residencial e instalaciones. La localidad está dividida en cuatro
comarcas:

2.1 Acantilados activos bajos de 0 a 2,5m.

2.2 Superficie baja (0 a 5m) plana (0 a 2º) de la primera terraza con uso
residencial y otras instalaciones.

2.3 Superficie baja (2,5 a 5m) ligeramente inclinada (2 a 5º) de la primera


terraza, con uso residencial y otras instalaciones.

2.4 Superficie alta (5 a 10m) de la primera terraza plana (0 a 2º) con uso
residencial.

3- Unidad de paisaje fluvio-terrestre: Valles fluviales sobre rocas


carbonatadas cubiertas por depósitos aluviales y suelos arcillosos
hidromórficos con uso residencial, otras instalaciones y parches de
vegetación secundaria.

Se caracteriza por una litología de rocas carbonatadas cubiertas por


depósitos aluviales. Es una zona que se inunda con facilidad por las
intensas lluvias. Los suelos son pardos arcillosos hidromórficos, la
vegetación es principalmente secundaria en forma de parches. Su uso es
fundamentalmente residencial y de otras instalaciones. La localidad presenta
una sola comarca:

3.1 Plano de inundación del rio con uso residencial y otras instalaciones.
Figura 4. Mapa de Unidades de Paisaje del sector costero Quibú-Almendares.

40
El mapa de uso del suelo muestra una visión espacial de los usos
principales del área en cada unidad de paisaje y como estos usos influyen
o acrecientan algunos de los problemas ambientales en dichas unidades
(Figura 5).

41
Figura 5. Usos del suelo en el sector costero Quibú-Almendares.

42
III.3. Análisis del coeficiente de transformación antropogénica (KAN)

Para cada tipo de uso del suelo se le fija un determinado rango según
diversos autores y tomado de Mateo (2011), fueron asignados para el
coeficiente de transformación antropogénica del paisaje (ri) en la formula los
siguientes valores: forestales (áreas con restos de bosque y matorral)- (1),
cultivos agrícolas- (2), construcciones residenciales- (3) e instalaciones- (4).

El índice de profundidad de transformación del paisaje (q), se determinó por


usando las opiniones de un grupo de expertos mediante la asignación de un
“peso” a cada uno de los tipos en la transformación de la unidad de paisajes
dadas. Proponiéndose los índices siguientes: forestal- (1,1), cultivos
agrícolas- (1,2), construcciones residenciales y viales- (1,3) e instalaciones-
(1,4). El resto de las variables como el porciento del área y la cantidad de
individuos correspondientes a los tipos de utilización fueron determinadas
por la autora, según las características propias de cada unidad de paisaje
(Anexo 1).

Los valores de KAN obtenidos para cada unidad de paisaje de primer orden,
a partir de los coeficientes y pesos asignados fueron: 0,28 para la unidad de
paisaje marina; 4,01 para la unidad de paisaje terrestre y 4,58 para la unidad
de paisaje fluvio-terrestre; es decir, bajo para la primera y alto para las otras
dos (Figura 6).

43
Figura 6. Coeficiente de transformación antropogénica (KAM) para las unidades de paisaje del sector costero
Quibú-Almendares.

44
III.4. Usos y conflictos de uso

En la Tabla 2 se presenta el resultado de la Taxonomía de Usos del sector


costero de estudio, donde se considera el inventario de los mismos y se
realiza su clasificación.

45
Tabla 2. Usos para el sector costero Quibú-Almendares
Uso de Extractivos Vivos Pesca 1 Artesanal
recursos Agricultura 2 Urbana
No Vivos Conservación 3 Áreas verdes
extractivos
No uso Aditivos Fijos Infraestructura 4 Red vial
de de transporte
recursos 5 Tendido telefónico y
eléctrico
Comunicación y
señalizaciones 6 Señalizaciones
viales
Infraestructura 7 Espigón y muro
costera 8 Edificaciones
particulares y
estatales
Recreación 9 Parques
10 Cines
11 Centros de baile
12 Centros de visitas
13 Centros y parques
deportivos
Turismo 14 Hoteles
15 Círculos sociales
Gastronomía 16 Cafeterías y
restaurantes
privados
17 Cafeterías y
restaurantes
estatales
Comercio 18 Kioscos
19 Tiendas
20 Gasolineras con
kioskos
Móviles 21 Vertimiento de
residuales
Disposición de domésticos
desechos o 22 Vertimiento de
residuales residuales
industriales
23 Microvertederos
No Aditivo Científicos Estudios e 24 Tesis, monitoreos y
investigaciones proyectos
Tiempo 25 Natación
libre Actividades de 26 Buceo
esparcimiento y 27 Festividades
culturales 28 Cultos religiosos
Fuente: Elaborada por la autora a partir del método propuesto por Chircop (1997).
Es importante destacar la distinción que se lleva a cabo entre el uso de los
recursos y no uso de los recursos, así como en su función, o sea, si son
usos extractivos y no extractivos (usos de los recursos) y aditivo o no aditivo
(no uso de los recursos).

Se identificaron un total de 13 usos principales, los cuales se subdividieron


en 28 subusos o actividades. De los usos de los recursos, dos se
consideraron como extractivos, ambos relacionados con organismos vivos.

El no uso de los recursos, se clasificaron en aditivos y no aditivos incluyendo


en los primeros los fijos con siete usos y los móviles con uno. De los no
aditivos contamos con dos tipos de usos: uno científico y de estudios y uno
de tiempo libre, asociado a las actividades de esparcimiento y culturales.

Aunque se identificaron un total de 13 usos, en la matriz solo se refleja la


interacción de ocho de ellos por ser considerados los más significativos
(Figura 7).

En la matriz de interacción entre los usos, el 43% no interaccionan entre sí;


el 30% representa conflicto para los usos de fila I; un 11% representa
interacciones beneficiosas para ambos usos y solo el 2% de las
interacciones son del tipo conflictivo para ambos usos de la fila I y la
columna J.
Agricultura
Extractivos urbana
Pesca artesanal −
Infraestructura
− −
Transportación Red Vial
Infraestructura Edificaciones y
− − ˅
Costera viviendas
Hoteles − − ˅ −
Turismo Círculos
− − ˅ − −
Sociales
Cafeterías y
restaurantes O O ˅ O ᴖ ᴖ
privados
Gastronomía
Cafetería y
restaurantes − − ˅ O ᴖ ᴖ x
estatales
Comercios Kioscos − − ˅ O ᴖ ᴖ x −
Vertimiento de
residuales − ˅ − − ˅ ˅ ˅ ˅ ˅
domésticos
Desechos Vertimiento de
residuales − ˅ − − ˅ ˅ ˅ ˅ ˅ −
J industriales
Microvertederos ˅ − − − ˅ ˅ ˅ ˅ ˅ − −
Actividades de
Círculos Sociales

Tiempo Libre esparcimiento y − − − − O O O O O ˄ ˄ ˄


culturales
Pesca artesanal
Agricultura urbana

y restaurantes

Microvertederos
Vertimiento de residuales

Desechos ctividades de esparcimiento


Vertimiento de residuales
Cafeterías y restaurantes
Red Vial
Edificaciones y viviendas

Leyenda industriales
domésticos

X Conflictivorecíproco

y culturales
privados
Hoteles

estatales

kioscos

O Beneficio recíproco
Cafetería

˄ Conflictivapara uso J
˅ Conflictiva para uso I
Gastronomía
Infraestructura Costera

ᴖ Beneficio para uso J


Infraestructura Transportación.

Comercio
Uso de recursos Extractivos

Tiempo Libre
Turismo

ᴗ Beneficio para uso I


─ No interacción

I
Figura 7. Matriz de interacciones de usos del sector costero Quibú-
Almendares.
Fuente elaborado por la autora a partir de la metodología propuesta por
Cicin-Sain y Knecht (1998).
III.5. Principales problemas ambientales identificados

Entre los principales problemas ambientales identificados en la zona de


estudio se encuentran (Figura 8):

1. Contaminación de las aguas superficiales y marinas, por el deficiente


manejo de los residuales líquidos y sólidos domésticos e industriales.
2. Vulnerabilidad de la zona costera ante la influencia de eventos
hidrometeorológicos extremos como inundaciones por fuertes lluvias,
penetración del mar o crecida de los ríos.
3. Presencia de microvertederos.
4. Deficiente control y vigilancia de las afectaciones al medio ambiente
por parte de las autoridades pertinentes.
5. Afectación o alteraciones a la estética del paisaje natural por la
urbanización.
6. Deforestación de las márgenes de los ríos para la construcción de
viviendas.
7. Modificaciones a las pendientes y al drenaje superficial y subterráneo
natural de las aguas de escorrentía.
8. Pérdida o deterioro de la vegetación costera y la fauna asociada a
ella.
9. Deterioro del estado de los arrecifes como consecuencia de la
contaminación existente en el área.
10.Cambios en la composición de la ictiofauna: disminución de la talla,
cantidad y variedad de individuos (o especies) debido a la
contaminación y a la pesca ilícita.
11.Deficiencia en la cobertura de los programas de educación ambiental.
12.Presencia de barrios insalubres.
Figura 8. Principales problemas ambientales en el sector costero Quibú-Almendares.

50
Los principales problemas ambientales que se pudieron cartografiar, permitió
tener una visión espacial de los mismos en cada una de las unidades de
paisajes y sobre la imagen satelital lo que posibilitó tener una visión más
completa de en qué parte del sector de estudio se encuentran y como
afectan el área urbanizada.

Se observa que en todas las unidades de paisaje (primer orden) hay


problemas ambientales, por ejemplo en la unidad I (marina) encontramos los
arrecifes deteriorados y presencia de coliformes y estreptococos fecales con
valores por encima de lo estipulado en la Norma Cubana 22:99; en el caso
de la unidad II (terrestre) tenemos la presencia de microvertederos, de un
barrio insalubre llamado El Romerillo y la vulnerabilidad a la penetración del
mar por eventos meteorológicos extremos. Hay que señalar que a simple
vista se observa que coincide la ubicación de la mayor concentración de
microvertederos, con la mayor cantidad de puntos con presencia de
coliformes y estreptococos fecales por encima de la norma y la cercanía del
barrio insalubre lo que indica que puede haber una relación estrecha entre
los tres, siendo el último la causa que más influye en la abundancia y
permanencia de los otros (Figuras 8 y 9).

51
Figura 9. Principales problemas ambientales en las unidades de paisaje del sector de estudio.

52
En la unidad de paisaje III (fluvio-terrestre) la cual se localiza en las
márgenes de los ríos Quibú y Almendares entre los problemas detectados
está la vulnerabilidad ante la penetración del mar por eventos
meteorológicos extremos y la calidad del agua en las estaciones ubicadas
en la desembocadura es clasificada como pobre, porque las condiciones se
alejan generalmente de los niveles deseables y el índice de calidad reflejan
un deterioro significativo del agua (Gómez y Beltrán, 2013).

III.6. Análisis de la matriz de impacto

La matriz resultante de la identificación y evaluación de los impactos (Figura


10) muestra que se detectaron 122 impactos en toda la zona de estudio, 101
se clasificaron como negativos, 20 como positivos y uno como
indeterminado. De ellos 17 se encuentran en la unidad de paisaje I, 88 en la
unidad de paisaje II y 17 en la unidad de paisaje III. Los principales impactos
ambientales o los que se consideraron de mayor importancia según la
metodología utilizada se presentan en la Tabla 1, donde la más alta
categoría que se obtuvo fue la de impacto moderado.

Principales acciones que generan impactos 1-Redes de alcantarillado


Leyenda ineficiente o inexistente. 2-Vertimiento de residuales sólidos y líquidos
domésticos. 3-Oferta de servicios estatales. 4-Oferta de servicios no estatales.
5-Presencia de instalaciones y viviendas en mal estado constructivo. 6-
Vertimientos de residuos industriales (acciones transfronterizas). 7-Transporte
urbano. 8-Generación de basura y microvertederos. 9-Desarrollo de agricultura
urbana. 10-Presencia de áreas verdes. 11-Pesca. 12-Eventos meteorológicos
extremos. 13-Insuficiente conciencia y educación formal y ambiental de la
Figura 10. Matriz de impactos del sector costero Quibú-Almendares.
53
III.6.1 Descripción de los principales impactos que se repiten en las tres
unidades de primer orden

Todas las unidades de paisaje de primer orden están afectadas por varios
impactos pero a continuación solo haremos referencia a los principales
impactos que se repiten en las tres unidades y que obtuvieron las
clasificaciones más altas de acuerdo su importancia en moderados y
severos.

En la unidad de paisaje marina I, el vertimiento de residuales sólidos y


líquidos domésticos (Tabla 3, 2-I; 2-VI) afecta la calidad del agua de mar y a
los arrecifes coralinos presentes en el área. Los vertimientos de residuos
industriales (Tabla 3, 6-I; 6-VI) consideradas acciones transfronterizas,
porque ocurren fuera del área de estudio, pero que sus efectos llegan hasta
la zona costera también afectan la calidad del agua de mar y la biota marina.

En la unidad de paisaje terrestre II la red de alcantarillado ineficiente o


inexistente (Tabla 3, 1-IX; 1-XIX) afecta negativamente la estética del paisaje
y la higiene de la ciudad. Mientras que el vertimiento de residuales sólidos y
líquidos domésticos (Tabla 3, 2-IX; 2-XIX) afecta la estética del paisaje y la
higiene de la ciudad. Los vertimientos de residuales industriales (acciones
transfronterizas) (Tabla 3, 6-IX; 6-XIX) afectan negativamente la estética del
paisaje y la higiene de la ciudad. La generación y acumulación de basura y
microvertederos (Tabla 3, 8-IX; 8-XI; 8-XIX) afectan negativamente la
estética del paisaje, el bienestar psicológico de las personas y la higiene de
la ciudad. La insuficiente conciencia y educación formal y ambiental de la
población (Tabla 3, 13-XIX) impacta negativamente la higiene de la ciudad.
Por otro lado como impactos positivos en esta unidad tenemos las ofertas de
servicios no estatales que tienen un auge importante en esta zona y la
presencia de áreas verdes (Tabla 3, 4-XI; 10-XI) todo esto influye en el
bienestar psicológico de las personas.

En la unidad de paisaje fluvio-terrestre III, el vertimiento de residuales


sólidos y líquidos domésticos (Tabla 3, 2-II; 2-VII) y los vertimientos de
residuos industriales (Tabla 3, 6-II; 6-VII) (acciones transfronterizas) impacta
negativamente la calidad del agua superficial y la biota fluvial.

El diagnóstico ambiental de las tres unidades de paisaje de primer orden del


sector costero ubicado entre el río Quibú y el Almendares arrojó que todas
las unidades tienen su estado ambiental deteriorado, siendo las más
afectadas por la contaminación y las más vulnerables ante eventos
hidrometeorológicos extremos las unidades II y III. Estos impactos tienen
una larga historia y han persistido en el tiempo y en el espacio, el medio,
tanto natural como social ha convivido con ellos. Los efectos actuales de
dichos impactos se consideran entre moderados y severos (Anexo 3 y 4).
Tabla 3. Importancia de los impactos en las unidades de paisaje
Imp Nat. Int Ext. Mom. Per. Rev. Clas.
Unidad I Marina
2-I Neg. A Exte C Per. Med Sev
2-VI Neg. A Pun. Me Per. Med Sev
6-I Neg. A Exte C Per. Med Sev
6-VI Neg. A Pun. Me Per. Med Sev
Unidad II Terrestre
1-IX Neg. B Pun. In Te. C Mod.
1-XIX Neg. M Pun. In Te. C Mod.
2-IX Neg. M Pun. Me Per. C Mod.
2-XIX Neg. M Pun. Me Per. C Mod.
4-XI Pos. M Pun. C Per. C Mod.
6-IX Neg. M Pun. C Per. Med Mod.
6-XIX Neg. M Pun. C Per. Med Mod.
8-IX Neg. A Pun. In Te. C Mod.
8-XI Neg. M Pun. In Te. C Mod.
8-XIX Neg. A Pun. C Te. C Mod.
10-XI Pos. M Pun. C Per. Med Mod.
13-XIX Neg. M Par. In Per. Med Mod.
Unidad III Fluvio-terrestre
2-II Neg. A Exte C Per. Med Sev
2-VII Neg. A Pun. C/Me Per. Med Sev
6-II Neg. A Exte C Per. Med Sev
6-VII Neg. A Pun. C/Me Per. Med Sev
Nota: Los números en la primera columna son los impactos identificados para cada unidad de paisaje,
que son caracterizados posteriormente. Imp.= Impactos por Unidad de Paisaje; Nat= Naturaleza
(Neg.= Negativo, Pos.= Positivo); Int.= Intensidad (B= Baja, M= Media, A= Alta); Ext.= Extensión
(Pun.= Puntual, Par.= Parcial, Exte=Extenso); Mom.=Momento (plazo) (In= Inmediato, C= Corto, Me=
Mediano, Largo= L); Per.= Persistencia (Per.= Permanente, Te.= Temporal); Rev.= Reversibilidad
(plazo)(C= Corto, Medio=Med, Irreversible=Irr); Clas.= Clasificación (Mod.= Moderado, Sev.=Severo).
III.7. Medidas preventivas, correctivas o de mitigación de impactos que
se proponen

 Implementar y controlar las medidas de mitigación, los sistemas de


vigilancia y control ambiental, así como estimular las investigaciones
encaminadas a la rehabilitación de los ecosistemas marinos, costeros
y fluviales, que incluya profundizar en los estudios sobre la fauna,
flora y vegetación en la zona de estudio.
 Dar seguimiento a las estructuras de las comunidades de peces y
organismos bentónicos una vez comenzadas las actividades de
limpieza de los ríos y de la zona costera.
 Eliminar los restos de espigones y otras construcciones en la costa
que interfieren con la dinámica litoral y así contrarrestar los problemas
de erosión. Los restos de las demoliciones se colocarán fuera de la
zona costera en lugares destinados para tal fin.
 Se propone gestionar el financiamiento para la reparación o un nuevo
sistema de tratamiento de residuales en la comunidad costera que
garantice la calidad del agua que será dispuesta al cuerpo receptor
(río-mar). Esta acción podrá ser realizada por las diferentes vías con
las cuales hoy dispone la dirección del país, como los llamados
“proyectos de colaboración”.
 Realizar un reajuste en el ciclo de recogida de los desechos sólidos
urbanos que realiza la Empresa de Servicios Comunales tanto para la
comunidad como para el litoral, así como el número de contenedores
necesarios para este fin de acuerdo a su disponibilidad.
 Dar seguimiento a la propuesta del plan de la economía realizada por
las fábricas y empresas que realizan la deposición final de sus
residuales a las aguas de los ríos, para garantizar que al menos se
esté realizando la solicitud del presupuesto para la inversión en la
construcción de un adecuado sistema de tratamiento de residuales
que deberá cumplir con los parámetros establecidos en la NC
27:2012 y NC 521-2007 según corresponda.
 Cada entidad identificada como fuente contaminante presentará a la
autoridad ambiental cuando lo solicite, los resultados del laboratorio
que avalen la calidad del agua de los sistemas de tratamiento una vez
puesto en funcionamiento, así como de la fuente de abasto en caso
que corresponda.
 Mantener la realización de las inspecciones a la base de pesca que
garantice el cumplimiento de las medidas indicadas. El manejo de los
desechos de la limpieza de pescados se realizará de acuerdo a la
legislación ambiental vigente.
 Debe ser fortalecido el sistema de inspectores ambientales en los
territorios y con los especialistas capacitados de las instituciones del
país, no sólo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente,
con el objetivo de fortalecer la vigilancia más focalizada de las
actividades delictivas que ocurren en la zona costera.
 Incentivar tanto a funcionarios como directivos a cumplir y hacer
cumplir con la legislación vigente en materia de mejoramiento
ambiental.
 Realizar coordinaciones con entidades estatales, organizaciones de
masa, organizaciones políticas y otras con el fin de promover y
realizar actividades de educación ambiental, formal y de salud para
fomentar y mejorar el cuidado de la zona costera.
 Coordinar entre las entidades pertinentes la creación y expansión de
las áreas verdes o cobertura forestal en los solares yermos.
 Se propone realizar investigaciones que vayan encaminadas a
evaluar las potencialidades reales de uso, con vistas a desarrollar un
manejo integrado eficiente del paisaje de la zona costera de estudio.
 Instrumentar a escala urbana soluciones ingenieriles y arquitectónicas
que minimicen el impacto de las inundaciones costeras (fluviales,
pluviales o por penetración del mar).
CAPÍTULO IV. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

IV.1. Delimitación de la zona costera y la zona de protección

Para delimitar la zona costera en el área de estudio, según el Decreto-Ley


212, artículo 4, el inciso que corresponde o que más se aproxima al tipo de
costa y las características del sector es el f) para la zona costera en sectores
urbanos como es el caso del municipio Playa. El cual sigue siendo
insuficiente porque no incluye indicadores claros para clasificar la zona
costera en tipos de costa como (duna, laguna, acantilado u otros) si no que,
hay que remitirse a estudios o informes previos que digan o reporten
explícitamente o cartografíen el alcance máximo de las olas de los mayores
temporales conocidos o el alcance de las penetraciones del mar en dichos
temporales o en su defecto, los valores registrados de la línea de pleamar
máxima equinoccial.

En resumen, lo planteado por el inciso f) del Decreto-Ley 212, es poco


específico para áreas con tal grado de urbanización, incluso en las riberas
de los ríos y donde son casi inexistentes las formaciones vegetales.

La zona costera del sector de estudio quedó delimitada a pesar de que el


Decreto-Ley 212 vigente resulta ambiguo para su delimitación ya que los
límites para la zona costera en áreas muy urbanizadas como esta no están
claros o no son precisos en ese decreto.

De acuerdo con el criterio de varios especialistas (Viera, 2009; Carmenate,


2009 y Rivas, 2015) (especialistas del CITMA, de la Maqueta de La Habana
y de otras instituciones), también se considera necesario e importante
incorporar la variable riesgo correspondiente al escenario del límite máximo
de inundaciones costeras por penetración del mar, fuertes lluvias o
inundaciones fluviales, así como su persistencia, junto con la vulnerabilidad
del área y teniendo en cuenta su clasificación según la altura de las olas en:
moderadas, ligeras o fuertes.

Otro factor importante a tener en cuenta sería un escenario para el cambio


climático y la conveniencia en áreas como la zona de estudio, fuertemente
antropizada; es decir, si este límite tanto de la zona costera como de la zona
de protección que se establece en estos momentos en el Decreto-Ley 212
para la zona antropizada será suficiente ante la elevación del nivel medio del
mar producto del cambio climático en las próximas décadas.

Entre las medidas que se pueden tomar y que actualmente se están


valorando para darle solución a este problema es la revisión del Decreto Ley
212 por una comisión de especialistas, la actualización de los estudios sobre
la valoración de las vulnerabilidades y los riesgos de las áreas costeras,
entre otros.

Por lo que para la zona costera del área de estudio se define la delimitación
del borde terrestre a partir del valor de penetración máxima del nivel del mar
para un escenario específico.

IV.2. Las unidades de paisaje y el Coeficiente de Transformación


Antropogénica (KAN)

En los últimos años, se han comenzado a aplicar las técnicas y los


procedimientos de los “Estudios y Evaluaciones de Impacto Ambiental” a los
paisajes, vistos como geosistemas (Mateo, 2011) unido a otras
metodologías o indicadores tradicionales para determinar el estado
geoecológico y los problemas ambientales en los paisajes.

Se utilizó el enfoque histórico-antropogénico para el análisis de los paisajes


mediante el Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN), porque los
paisajes del área de estudio se encuentran altamente antropizados por ser
una zona urbana; lo cual justifica que el coeficiente de KAN diera alto en las
unidades de paisaje 2 y 3 donde los principales usos son el residencial (con
un 73 % y 51 % respectivamente) y otras instalaciones o inmuebles (con un
19 % y 45 %, respectivamente).

Según Mateo (2011) el coeficiente de transformación antropogénica oscila


entre 0 y 10; siendo altos aquellos valores por encima de 4.00, rango en el
que se encuentra los valores de KAN en los trabajos de Lomas-Barrié et al.
(2005); Ramón et al. (2011) y los de esta investigación, que dieron altos para
las unidades de paisaje 2 y 3 que son las que reciben mayor cantidad de
impactos negativos, lo que indica, que una gran extensión del territorio ha
perdido sus características naturales o están muy deterioradas por la
antropización. Según Mateo (2011) “a medida que es mayor el área del tipo
de utilización de la naturaleza dado, es mayor el grado de transformación de
la unidad de paisaje por la actividad humana, y mayor la tensión o stress
geoecológico local o regional.”

El cálculo del coeficiente de transformación antropogénica, puede ser un


elemento a considerar para proponer el grado de la transformación óptima
de las funciones paisajísticas en un territorio dado, es decir, para determinar
la capacidad de carga de un paisaje o los umbrales ambientales para una
actividad dada. En general, se considera que a medida que se acrecienta el
valor del KAN, mayor deberá ser la atención que se debe prestar a las
medidas dirigidas a usar racionalmente los paisajes.

IV.3. Usos y conflictos de la zona costera

El sector costero de estudio es empleado para varios usos, tanto por


residentes como por no residentes del área. Los principales usos son:

Pesca artesanal: Algunos pobladores de la zona desarrollan este tipo de


pesca y destinan el producto a su alimentación y en otras ocasiones lo
comercializan incurriendo en una venta no regulada de las capturas.

Conservación: Existen áreas como el paseo de 5ta avenida; el Parque


Monte Barreto que la empresa de comunales es la encargada de su
mantenimiento y conservación porque forman parte del ornato de la ciudad,
son áreas verdes que entre otras funciones son lugares de esparcimiento
para la población de la zona y otros visitantes.

Agricultura urbana: Dado que el área está muy urbanizada la agricultura


urbana ocupa espacios reducidos como son, los patios privados de algunos
pobladores y pocas hectáreas de terrenos que pueden ser estatales y de
cooperativas (por ejemplo, los organopónicos de 5ta y 44; 5ta y 110 entre
otros), destinados principalmente a la siembra de hortalizas que utilizan para
su consumo y la venta.

Infraestructura de transporte: Constituida fundamentalmente por las redes


viales que existen en la zona costera, las cuales permiten la conexión entre
diferentes sitios presentes en la misma y entre los diferentes Consejos
Populares.

Comunicación y señalización: Incluye todas las señales del tránsito, así


como los tendidos telefónicos y eléctricos.

Infraestructuras costeras: Edificaciones y viviendas presentes en la zona de


estudio, tanto particulares como estatales, así como espigones o muros.

Recreación: En la zona existen áreas o centros que contribuyen a la


recreación de los residentes y no residentes de la zona, por ejemplo los
parques (parque de diversiones La Isla del Coco, parques infantiles y otros),
los cines (Cine de Miramar), centros de baile (3ra y 60, las discotecas de los
hoteles, El Amelia, La Cecilia y otros); centros educativos y de promoción
cultural (el Acuario Nacional de Cuba, la Maqueta de La Habana, la Casa de
las Tejas Verdes) y centros o parques deportivos como el Eduardo Saborít.

Turismo: En el sector de estudio se encuentra un gran número de los hoteles


de la ciudad y varios círculos sociales obreros, son utilizados por usuarios
extranjeros y nacionales. Entre los servicios que brindan está el hospedaje,
la recreación, los servicios gastronómicos y comerciales. También hay otros
centros que brindan otros servicios que contribuyen a fomentar el turismo en
el área.

Gastronomía: Representada por cafeterías y restaurantes tanto privados


como estatales.

Comercio: Está representado por kioscos, gasolinera con kioskos (como el


de 5ta y 92; 5ta y 120 entre otros) y tiendas (como La Puntilla, 5ta y 42, el
supermercado de 3ra y 70, la tienda El Náutico y otras existentes en el
área).

Desechos: Este uso está dado por la disposición final de contaminantes


tanto sólidos como líquidos en la zona costera, que llegan por los ríos, el
drenaje pluvial, las alcantarillas y otras vías que pueden ser de origen
industrial o doméstico. Se destaca también la presencia de microvertederos
constituidos por escombros, envases plásticos, latas, bolsas de nylon, cajas
de cartón y otros desechos.

Estudios e investigaciones científicas: Diferentes instituciones y centros


como la Facultad de Geografía, el Centro de Investigaciones Marinas, el
CIMAB, el Instituto de Oceanología, el Instituto de Geografía Tropical y el
Instituto de Geofísica y Astronomía, entre otros, han desarrollado y
desarrollan proyectos de investigación en la zona costera del municipio
Playa y en el sector de estudio.

Recreacionales y culturales: Relacionado fundamentalmente con el uso de la


zona costera y las playas de los círculos sociales para el baño y otras
actividades recreativas. Se emplea además la zona costera para la
socialización, actividades deportivas, el buceo y también con fines
contemplativos y religiosos.

La taxonomía de usos y la matriz de usos corroboró los resultados


anteriores, que demuestran el alto grado de urbanización de la zona y su
repercusión en la zona costera, planteamiento que es descrito y analizado
por otros autores como Campos et al. (2001), Rodas et al. (2004), Rivas,
(2005), González-Díaz, (2015) y otros.

Autores como González-Díaz (2015) plantea que los principales conflictos en


las zonas costeras de Cuba y que están presentes en el área, están dados
por: el uso o no uso de un determinado recurso, entre los usuarios;
competencia por el espacio; efectos negativos de un uso sobre otro; efectos
negativos sobre la diversidad biológica y los ecosistemas; interacciones
negativas entre instituciones a distintos niveles (local, regional y nacional).

Con este análisis se trata de enfocar por igual los dos ambientes que se
unen en la zona costera, el marino y el terrestre, así como los elementos
naturales, económicos y sociales, para tener una visión más integradora de
la situación del sector de estudio. Lo que resulta sumamente importante ya
que según Cicin-Sain y Knecht (1998) las matrices de usos son una
herramienta muy útil como punto de partida para los tomadores de
decisiones, pues les permiten comprender la complejidad e interacción entre
los diferentes usos y recursos en un área costera. Aunque a veces las
interacciones entre los elementos de la naturaleza pueden ser más
complejas, que solo dos elementos interactuando.

La matriz de usos arrojó un total de 78 interacciones entre los usos, de estos


el 43% no interaccionan entre sí; el 30% representa conflicto para los usos
de la fila I; un 11% representa interacciones beneficiosas para ambos usos;
los conflictos para los usos de la columna J representan el 3%; un 7%
representa interacciones beneficiosas para los usos de la columna J y un 2%
de las interacciones son del tipo conflictivo para ambos. El análisis de la
matriz de uso contra uso permitió comprobar que la mayor parte de los usos
de la zona costera no interaccionan entre sí.

Sin embargo existen interacciones del tipo conflictivo (para uno de los usos),
dentro de las cuales se destaca el vertimiento de residuales sólidos y
líquidos de origen industrial y doméstico, así como los microvertederos, por
ser las actividades que más afectan al resto de los usos que se desarrollan
en el área, incidiendo negativamente sobre los recursos naturales, tanto
bióticos como abióticos.

Los usos que más se benefician entre si son el residencial (edificaciones y


viviendas) con el comercio y la gastronomía y el turismo (hoteles y círculos
sociales) con las actividades de esparcimiento y culturares.

Resultados similares fueron obtenidos por Carmenate (2009) y Rivas (2015)


durante el análisis de los usos y conflictos en otros tramos costeros del
municipio Playa, contiguo o dentro del área de estudio.

También es de interés destacar el análisis de los dos casos de interacción


conflictiva para ambos que se establecen entre las cafeterías y restaurantes
privados y estatales, las cuales ofertan líquidos y alimentos, pero que a
veces difieren en precios, variedad o calidad. Este conflicto se basa
fundamentalmente en la competencia que se establece entre ambos
sectores en la obtención de ganancias, fruto de la venta de dichos productos
a los usuarios en la zona. Lo mismo pasa con el segundo caso de
interacción conflictiva entre los kiscos de la zona y los restaurantes y
cafeterías privadas, aunque los primeros además de ofrecer productos de
aseo, limpiezas y otros, también ofrecen galletas, helados, refrescos, jugos
entre otros, coincidiendo las ofertas de ambos, estableciéndose así una
competencia.

Aunque a veces algunos resultados pueden diferir de las de otros


investigadores como Carmenate (2009), porque en este trabajo el área de
estudio fue más grande y en la matriz de usos se aumentó el detalle y se
incluyó lo que es beneficioso para un uso o para el otro, es decir, se
generalizó menos. También hay que tener en cuenta, la percepción de cada
investigador de qué considera o no más importante y finalmente los
intereses de la investigación y la información recopilada. Por ejemplo,
Carmenate (2009) considera que la interacción entre la pesca artesanal y las
fuentes terrestres de desechos son conflictivos, pero no se especifica para
cual. En este trabajo primero se establece que la interacción será conflictiva,
por ejemplo para los hoteles y círculos obreros sociales y se especifica con
que uso, que en este caso es con el uso industrial y doméstico por el
vertimiento de residuales.

Según Areces-Mallea et al. (2010) para llevar a cabo un proceso de


ordenamiento ambiental deben conjugarse tres premisas: voluntad política
de ejecución, un basamento jurídico de apoyo y la existencia de instituciones
con competencia para su desarrollo. Sugieren estos autores que, el
planeamiento espacial marino se asienta en paradigmas similares a los de la
gestión o el manejo integrado de zonas costeras y que debe ser: adaptativo,
participativo, estratégico y anticipatorio.

Si se tienen en cuenta las premisas y paradigmas anteriores comprendidos


dentro de las medidas propuestas en los resultados y siguiendo lo planteado
por autores como Scura et al. (1992) y Sorensen y Brandani (1997) de la
importancia de la relación entre el ambiente costero, el marino y la actividad
del hombre, es posible llevar a cabo un sistema de manejo integrado de la
zona costera de forma equilibrada.

IV.4. Principales problemas ambientales y su cartografía

Los principales problemas ambientales identificados en la zona de estudio


resultan ser similares a los encontrados en otras zonas costeras del planeta
y en Cuba según trabajos como Miranda-Vera (2003), OCDE/CEPAL (2005),
Martínez-Iglesias (2009), Cortés et al. (2010) y Secretariat of the Convention
on Biological Diversity (2012) entre otros.

Estos problemas tienen asociadas causas y efectos; muchos de ellos se


interrelacionan con otros. A continuación se da una breve explicación de
cada uno de los problemas identificados y su reflejo en el área de estudio.

La contaminación en el sector se debe fundamentalmente a la escasez de


recursos, en este caso para construir fosas en las viviendas carentes de
estas, el mal manejo de los residuales sólidos y líquidos (domésticos e
industriales) y la falta de conciencia ambiental. Se debe tener en cuenta que
los ríos que limitan el área de estudio y que desembocan en la zona costera
tienen su nacimiento en otros territorios, por lo que muchos de los
vertimientos de desechos vienen de aguas arriba.

De acuerdo a la metodología de CCME Water Quality Index (CCME WQI,


2003) de Canadá propuesta en el informe de Gómez y Beltrán (2013) se
encontró que en las estaciones de muestre ubicadas en los ríos Almendares
y Quibú, la calidad del agua clasificó como pobre porque las condiciones se
alejan generalmente de los niveles deseables y los índices de calidad
obtenidos reflejan un deterioro significativo del agua. Debido,
fundamentalmente a los vertimientos industriales y domésticos mencionados
anteriormente.

La vulnerabilidad de la zona costera ante la influencia de eventos


hidrometeorológicos extremos como inundaciones por fuertes lluvias, la
penetración del mar o la crecida de los ríos. Existen sectores del área que
son vulnerables a sufrir daños por la acción de eventos meteorológicos
extremos como las fuertes tormentas tropicales y los frentes fríos,
ocasionando inundaciones por penetraciones del mar en las zonas más
bajas y en la desembocadura de los ríos Quibú y Almendares, así como
inundaciones por fuertes lluvias. La persistencia de estos eventos en el
tiempo ocasiona un gran daño y esto se debe a las modificaciones en las
pendientes naturales, en el drenaje superficial y subterráneo natural de las
aguas de escorrentía como consecuencia de las construcciones urbanas, los
movimientos de tierra, la deforestación; la inexistencia o el mal estado de la
red de alcantarillado y el poco mantenimiento de la misma. Esto ha traído
como resultado, la evacuación de cientos de personas, pérdidas de bienes
particulares y sociales, transformaciones en el perfil de la costa, muerte de la
vegetación que existe en varios metros a la redonda y salinización de
terrenos fértiles, entre otras, ocasionando el deterioro (muchas veces
irreversible) de los suelos.
La presencia de microvertederos por la deficiencia o las dificultades en los
sistemas de recogida y disposición de los desechos y la falta de educación y
conciencia ambiental de la población. Lo que trae entre otras consecuencias
la proliferación de vectores, de enfermedades y el deterioro del paisaje.
Estos se ven con más frecuencia en el sector oeste del área.

El deficiente control y vigilancia de las afectaciones al medio ambiente por


parte de las autoridades pertinentes. Existen irregularidades y violaciones de
las regulaciones, tanto por los organismos estatales como por el sector
residencial, con un limitado control urbano. Este problema es consecuencia
directa de una deficiente gestión ambiental. Están los mecanismos e
instrumentos que regulan dichas actividades, sin embargo la aplicación de
los mismos no ha sido efectiva. Lo que está dado por la falta de personal en
las instituciones responsables de llevar a cabo dichas actividades, así como
la insuficiente logística para realizar las inspecciones y los controles. Todo
esto tiene un efecto directo en el incremento de la vulnerabilidad de la zona
costera (AMA, 2005).

El barrio insalubre El Romerillo merece especial atención por su posición


geográfica, ya que se encuentra en una zona muy significativa por su
cercanía a la 5ta avenida, que provoca un alto contraste urbanístico entre el
barrio y las instalaciones que lo rodean, además de que es una zona muy
transitada. El Romerillo incide en el deterioro de la imagen urbana y la
calidad del medio ambiente a partir de las afectaciones provocadas por la
disminución de las condiciones de habitabilidad e inexistencia o insuficiencia
de la infraestructura técnica. El informe del Instituto de Planificación Física
del municipio Playa (IPF, 2010) corrobora lo planteado y expone las causas
que son, el mal estado de las viviendas, la aglomeración de personas en las
mismas, insuficiencia de las redes de acueducto cuyo servicio no ofrece la
garantía adecuada, por inestabilidad en las fuentes y el mal estado técnico
de las redes; no existe red de alcantarillado, y la solución son las fosas, cuya
limpieza y escombreo no es periódico; la red de drenaje pluvial existente,
sólo está vinculada a la avenida 5ta resultando insuficiente y sin la
capacidad adecuada, provocando inundaciones en algunas zonas.

Es válido señalar también que en los últimos años se han realizado muchos
trabajos como el Atlas de Inundaciones Costeras por penetraciones del mar
en Ciudad de La Habana. Causas y Consecuencias, elaborado por el
Instituto de Meteorología (Pérez-Ozorio et al., 2005) y la Evaluación de
riesgos e informe final del estudio de penetraciones del mar en los
municipios costeros de Ciudad Habana (Arcos y Fors, 2005) que se basa en
los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) realizados para el
municipio Playa (AMA, 2005), tras la experiencia alcanzada por las
autoridades pertinentes, se ha creado un plan de contingencia contra
desastres naturales liderado por la defensa civil y los órganos de gobierno,
con el fin de minimizar las pérdidas económicas y de vidas humanas, lo cual
ha sido un logro para el país.

La afectación o alteraciones a la estética del paisaje natural por la


urbanización. Se deforestan las áreas para construir casas, viales, y toda la
infraestructura necesaria. Dichas afectaciones se mejorarán a medida de
que sean retirados de la zona costera los restos de muros y los cimientos de
antiguas edificaciones Este problema se relaciona mucho con los problemas
de deforestación de las márgenes de los ríos para la construcción de
viviendas, lo que implica que estas casas sean vulnerables por las propias
características del terreno y porque cuando el río aumenta su caudal o nivel
por lluvias puede arrastrar las casas ubicadas en esta área, esto es
consecuencia de un crecimiento urbano acelerado y desordenado. El otro
problema es la modificación de las pendientes del terreno y el drenaje
superficial y subterráneo natural de las aguas por movimientos de tierra y la
deforestación para las construcciones urbanas, y en muchos casos como
resultado de deficientes estudios topográficos en el trazado de numerosas
obras de construcción, lo que origina graves alteraciones a los cursos
naturales de las aguas superficiales. Este fenómeno se observa en la
avenida 3ra donde se encuentra la Casa Central de las FAR, los hoteles
Comodoro y Meliá Habana. Esto coincide con los problemas y análisis
realizados por Mateo et al. (2008) y Rodas (2008).

La pérdida o deterioro de la vegetación costera y la fauna asociada a ella.


Mucha de la vegetación propia de la zona costera ha sido deforestada o está
muy deteriorada como consecuencia de la antropización, también ha sido
sustituida por otras como la casuarina, lo que tiene repercusiones para la
fauna asociada a ella.

Otro problema son los arrecifes deteriorados; se consideró así a todos


aquellos arrecifes que en menor o mayor medida según la información
presentada por Rodas (2008), González-Díaz (2010) y Perera (2012); tenían
alguna incidencia de enfermedad o daño, cubrimiento coralino bajo,
mortalidad antigua, blanqueamiento o decoloración parcial y se encuentran
en zonas contaminadas. Dichos informes también hablan de una mejoría de
los mismos con relación a otros años y según González-Díaz (2010), los
arrecifes con mayor vulnerabilidad a la contaminación son los ubicados
cerca de la zona costera o de la desembocadura de los ríos por recibir de
forma directa los efectos de los contaminantes y desechos vertidos a la zona
costera. Esto se puede apreciar en las Figuras 8 y 9.

Los arrecifes deteriorados según autores como González-Díaz et al. (2003),


Rodas (2004), González-Ontivero y de la Guardia (2008), González-Díaz
(2010) son consecuencia de la contaminación existente en el área por los
vertimientos industriales arrastrados por los ríos y los desechos domésticos,
que ocasionan bajo cubrimiento coralino, blanqueamiento de las colonias y
además, hacen más difícil el proceso de recuperación de las mismas. Dichos
trabajos también coinciden en que hay una mejoría de los arrecifes con
relación a otros años.

Debido a la contaminación y a la pesca ilícita, han ocurrido cambios en la


composición de la ictiofauna, disminución de la talla, cantidad y variedad de
individuos y/o especies (Aguilar et al., 2007; Cabrera-Páez et al, 2008).
En el sector de estudio, existen grupos que desarrollan la educación
ambiental como es el Acuario Nacional de Cuba entre otros sin fines de
lucro, enmarcados en comunidades específicas por ejemplo, el proyecto
Acualina (Corvea, 2007). Aun así, la deficiencia en la cobertura de los
programas de educación ambiental es otro de los problemas identificados,
porque a pesar de estos esfuerzos resulta insuficiente la cantidad y
frecuencia, ya que no abarca a toda la población residente, ni todos los
problemas medulares existentes en el área. No obstante, las actividades
mencionadas resultan de importancia ya que contribuyen a elevar la
conciencia ambiental en muchos de los habitantes, lo cual repercutirá
favorablemente en el cuidado del medio ambiente de la zona.

Resulta interesante destacar que los residentes del área perciben muchos
de los problemas ambientales que han sido identificados y en ocasiones
hasta conocen las fuentes, pero no tienen interiorizado que pueden hacer
algo para contrarrestar o disminuir los efectos de los problemas que son
ocasionados por ellos. Este hecho coincide con los resultados de trabajos
como el de Amaya-Vásquez (2015), el cual hace un análisis de las
encuestas realizadas a varios pobladores, sobre la percepción ambiental
que tienen de la zona.

IV.5. Valoración de la matriz de impactos

Todos los impactos tienen relación directa o indirecta unos con otros. Por
ejemplo, las inundaciones de las calles por fuertes lluvias afectan la estética
del paisaje y la higiene de la ciudad y tienen entre otras causas, la ineficiente
o inexistente red de alcantarillado del área que no permite que el agua
superficial escurra además de que el drenaje natural de la zona también fue
afectado por las construcciones urbanas. A esta cadena de impactos se le
suma que esa agua pluvial que corre arrastra la basura de los focos y
microvertederos de la zona y la deposita en otros lugares o la lleva hasta el
mar o los ríos afectando también la higiene y estética del paisaje y la calidad
del agua, ya que jabas de nylon, cartón, grasas, tierra, pomos, botellas,
plásticos y otros desechos terminan flotando en la superficie del agua o en el
fondo del río o del mar colindante.

La generación de basura y los microvertederos es un problema importante


en la zona, ya sea por la ineficiencia en los servicios de comunales en
cuanto a la frecuencia de recogida de basura, la falta o insuficiente cantidad
de contenedores o la falta de conciencia y educación formal y ambiental que
tienen las personas, que además botan la basura y los escombros en
cualquier lugar, pintan las casas con grafitis, no tienen cuidado de dañar la
propiedad pública, y sobre todo no reconocen que el problema es de todos
no solo del estado. Todo esto impacta negativamente en la percepción y
estética del paisaje y la higiene de la zona.

En informes científicos revisados como los de Gómez y Beltrán (2013) y


Reyes et al. (2014) se identifican la contaminación físico-química y
bacteriológica del agua del litoral del municipio como un problema ambiental
importante, ya que caracterizan la calidad de la misma entre pobre y
marginal en determinados puntos de muestreo.

Existe un consenso en casi todos los trabajos revisados hasta el momento


de que todos los contaminantes que se introducen al medio marino o fluvial,
afectan a corto o largo plazo la calidad del agua y la biota de ambos medios.
Según los informes técnicos de Gómez y Beltrán (2013) y Reyes et al.
(2014) se han incrementado los valores, con relación a años anteriores
donde también se han analizado estos indicadores de calidad del agua. Esto
confirma una vez más el impacto negativo que tienen los vertimientos
domésticos e industriales en la calidad de las aguas de los ríos y a su vez en
la desembocadura y las aguas marinas del área de estudio (Aguilar y
González-Sansón, 2007; González-Díaz, 2010; Perera, 2012; Gómez y
Beltrán, 2013; Reyes et al., 2014).

Los impactos negativos de los vertimientos de residuales domésticos e


industriales a la biota marina y fluvial también son significativos, sobre todo
para algunas especies que son más sensibles que otras. En la
desembocadura de los ríos Quibú y Almendares es donde más deteriorado
se encuentran y donde también los afecta el cubrimiento por algas en mayor
grado, por el aporte de nutrientes. (González-Díaz et al., 2003; González-
Ontivero et al., 2007; González-Ontivero y de la Guardia, 2008; Martínez,
2009; González-Díaz, 2010; Perera, 2012).

La ictiofauna en esta zona (desde el río Almendares hasta la calle 80,


porque del río Quibú no se tienen datos exactos), también está muy
degradada según varios autores, (Aguilar y González-Sansón, 2002; Aguilar
y González-Sansón, 2007; Cabrera-Páez et al., 2008), no hay peces de
interés comercial y las especies que hay son pequeñas y la diversidad ha
disminuido respecto a otros años. Además, estos autores señalan que entre
las causas principales del deterioro de la ictiofauna no están solamente la
sobrepesca y los factores naturales, sino también los residuales albañales
no tratados y la contaminación que llegan de tierra. Esto es corroborado por
los pobladores de la zona.

Los impactos han persistido durante largo tiempo y el medio convive con
ellos, por ejemplo los corales no han dejado de existir, por lo menos las
especies más fuertes o flexibles (González-Díaz, 2010 y Perera, 2012), han
encontrado la forma de adaptarse o sobrevivir al igual que la ictiofauna
(Aguilar y González-Sansón, 2007), no quiere decir esto que no estén muy
deterioradas con cambios en la composición, cantidad y diversidad de
especies, pero siguen presentes en el área realizando sus funciones.

IV.6. Valoración de las medidas correctivas y de mitigación

Las medidas propuestas son una variante para tratar de darle solución a los
problemas ambientales y tienen como fin mitigar, atenuar o prevenir los
impactos que se generan en la zona costera y que son en su mayoría de
origen antrópico, otros autores proponen medidas semejantes en sus
sectores de estudio con igual fin (Campos, 2001; Sosa, Rivas y Guerra,
2004; Carmenate, 2009; Barragán, 2010; Gómez y Beltrán, 2013).
CONCLUSIONES

1. Todas las unidades de paisaje presentan deterioro ambiental. Los


impactos evaluados en ellas han persistido en el tiempo; según los
resultados de la matriz de impacto, sus efectos se consideran
entre moderados y severos en la actualidad.
2. Los principales impactos ambientales identificados en las unidades
de paisaje son: la afectación a la flora y la fauna marina; el
deterioro de la calidad higiénico-sanitaria de la zona y la afectación
a la calidad de las aguas marinas y terrestres.
3. El 38% de los usos del sector costero tienen interacciones de tipo
conflictivo y los que más afectan son el industrial y el doméstico.
Estos vierten residuales líquidos y sólidos que perjudican al resto
de las actividades que se desarrollan en la zona costera.
RECOMENDACIONES

 Es necesario incorporar en el Decreto-Ley 212 de la zona costera la


variable riesgo, correspondiente al escenario del límite máximo de
penetración del mar por eventos meteorológicos extremos y el
escenario de vulnerabilidad al cambio climático.
 Implementar las medidas propuestas para mitigar los impactos y
problemas ambientales con el objetivo de facilitar el manejo integrado
de la zona costera.
 Divulgar los resultados de este trabajo y otros estudios e
investigaciones a todos los interesados de la comunidad y a los
tomadores de decisiones en las diferentes instancias del gobierno
local y municipal.
 Aumentar la conciencia ambiental de los residentes del sector de
estudio estimulándolos con la divulgación de este y otros trabajos
realizados y haciéndolos participe de las medidas y decisiones que se
tomen.
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ANEXOS

Anexo 1. Cálculo del Coeficiente de Transformación Antropogénica (KAN)


Tabla 1. Cálculo de KAN
U.P. 1er oreden ri q Cobertura Área (m2) % área por U.P KAN I KAN II KAN III
I 3 1.3 3.9 Construcciones residenciales 36056.21 1.617383187 0.2760853 4.0145117 4.5760038
I 4 1.4 5.6 Otras instalaciones 84795.66 3.803701908
II 1 1.1 1.1 Forestal 346550.06 7.189113181
II 2 1.2 2.4 Cultivos agrícolas 27186.92 0.563987335
II 3 1.3 3.9 Construcciones residenciales 3527263.32 73.17238736
II 4 1.4 5.6 Otras instalaciones 919483.82 19.07451192
III 1 1.1 1.1 Forestal 13115.73 3.33130799
III 3 1.3 3.9 Construcciones residenciales 202434.03 51.41689419
III 4 1.4 5.6 Otras instalaciones 178161.35 45.25179528

Leyenda
U.P. 1er oreden- unidades de Paisaje de primer orden
ri- rango de transformación antropogénica de los paisajes del tipo “i”
q - índice de profundidad de transformación del paisaje
n-cantidad de individuos correspondientes a los tipos de utilización en los límites de la unidad de paisaje
analizada
% área por U.P.- porciento de área por unidad de paisaje

KAM =∑i=1 (ri*pi*q)n/100

Media Aritmética=(∑KAM)/3
Los que están por encima de 2,95 se clasifican como altos
Los que están por debajo de 2,95 se clasifican como bajos

Fuente: Elaborado por la autora.

Anexo 2. Índice de Calidad del Agua (ICA)

El informe de Gómez y Beltrán (2013) propone una novedosa metodología para


analizar la calidad ambiental del agua por estaciones, la utilización de un Índice de
Calidad del Agua (ICA), el cual se desarrolló a partir de los resultados de los
análisis y se calculó para cada estación de muestreo. Este índice fue desarrollado
por CCME WQI (2003), empleando un calculador digital. Para este fin ellos
seleccionaron siete de los indicadores (salinidad, temperatura, oxígeno disuelto,
DBO5, amonio, fósforo total e hidrocarburos del petróleo), los cuales se evaluaron
teniendo en cuenta los límites de calidad establecidos.

Se seleccionó el índice propuesto por CCME Water Quality Index (CCME WQI,
2003) de Canadá, ya que el mismo es flexible respecto al tipo y número de
indicadores que serán incluidos en los análisis. Este índice fue adoptado
recientemente para ser usado de forma común por varios países de Latinoamérica
y el Caribe, entre ellos Cuba (Gómez y Beltrán, 2013).

De forma muy resumida, el índice CCME WQI se basa en la estimación de tres


factores:

F1 (Alcance): Número de indicadores que fallaron al menos una vez en cumplir


con la norma aplicada. En el presente trabajo se incluyeron siete indicadores, de
los cuales cinco presentaron esta situación: salinidad, temperatura, DBO 5, amonio
y fósforo total.
F2 (Frecuencia): Número de muestras individuales que fallaron en cumplir con la
norma aplicada. La distribución por estaciones de las muestras que no cumplieron
con las normas

F3 (Amplitud): Magnitud en que los resultados se apartaron de los objetivos de la


norma. Este factor se determina en tres pasos que son más complejos de resumir.

Finalmente se aplica una fórmula matemática que implica un tipo de sumatoria de


estos tres factores y se obtiene el índice CCME WQI para cada estación de
muestreo.
El CCME Water Quality Index (CCME WQI, 2003) propone la siguiente escala
para la categorización del índice:
 Excelente: Índice entre 95 - 100. Ausencia virtual de deterioro. Condiciones
muy cercanas a las prístinas.
 Bueno: Índice entre 80 - 94. Grado menor de deterioro. Condiciones que
rara vez se alejan de los niveles deseables.
 Aceptable: Índice entre 65 - 79. Deterioro ocasional. Algunas veces las
condiciones se alejan de los niveles deseables.
 Marginal: Índice entre 45 - 64. Deterioro frecuente. Las condiciones se
alejan con frecuencia de los niveles deseables.
 Pobre: Índice entre 0 - 44. La calidad del agua casi siempre presenta
deterioro. Las condiciones se alejan generalmente de los niveles deseables.

Anexo 3. Metodología para hacer la matriz de importancia de los impactos.

Una vez identificados los problemas ambientales y las acciones que pueden
causar impactos, se procedió a la confección y análisis de las matrices de impacto
y de importación, con algunas modificaciones de acuerdo a los intereses de la
investigación. Las cuales se elaboraron siguiendo con la metodología internacional
expuesta en la Guía Metodológica para la Evaluación del Impacto Ambiental de
Conesa (2006), con algunas modificaciones de acuerdo a los intereses de la
investigación, con el objetivo de identificar y evaluar cualitativa y cuantitativamente
dichos impactos.

Una vez que se tienen identificadas las acciones y los factores del medio que,
serán impactos, se elabora la matriz de importancia que permitirá obtener una
valoración cualitativa al nivel requerido por una evaluación de Impacto Ambiental
simplificada.

Se caracteriza el efecto según una serie de atributos de tipo cualitativo, tales como
naturaleza (N), intensidad (I), extensión (EX), momento (MO), persistencia (PE),
reversibilidad (RV), recuperabilidad (MC), periodicidad (PR), sinergia (SI),
acumulación (AC) y efecto (EF). Para esta investigación se emplean los 6
primeros, porque se considera que son suficientes para cumplir con el objetivo
propuesto y según la propia metodología son los que no pueden faltar.
A continuación se describen solamente el significado de las variables/atributos
antes mencionados que van a ser empleadas y que conforman la ecuación tipo de
una matriz de valoración cualitativa o matriz de impacto.

Naturaleza (Signo): hace alusión al carácter beneficioso (+) o perjudicial (-) de las
distintas acciones que van a actuar sobre los distintos factores considerados.
Pueden existir algunos casos en que sea previsible pero difícil de calificar o sin
estudios específicos (dc ó +/-) que reflejen efectos cambiantes difíciles de
predecir.

Intensidad (I): grado de incidencia de la acción sobre el factor, en el ámbito


específico en que actúan. El valor más alto en el rango de valoración (12) indica
una destrucción total del factor en el área y el valor 1 indica una afección mínima,
el resto reflejan situaciones intermedia.

Extensión (EX): Se refiere al área de influencia teórica del impacto en relación con
el entorno de estudio. Si la acción tiene un efecto localizado, se considera que el
impacto tiene un carácter Puntual (1). Si por el contrario, el efecto no admite una
ubicación precisa dentro del entorno, teniendo una influencia generalizada, el
impacto será Total (8).

Momento (MO): Plazo de manifestación del impacto alude al tiempo que transcurre
entre la aparición de la acción y el comienzo del efecto sobre el factor del medio
considerado. Cuando el tiempo transcurrido sea nulo, el momento será inmediato,
si es inferior a un año, corto plazo, asignándole en ambos caso un valor de (4). Si
es un período de tiempo que va de 1 a 5 años, medio plazo (2), y si el efecto tarda
en manifestarse más de cinco años, largo plazo, con valor asignado (1).

Persistencia (PE): tiempo que, supuestamente, permanecería el efecto desde su


aparición, a partir del cual el factor afectado retornaría a las condiciones iniciales
previas a la acción por medios naturales, o mediante la introducción de medidas
correctoras. Si dura menos de un año se considera que la acción produce un
efecto fugaz (1). Si dura entre 1 y 10 años, temporal (2); si el efecto tiene una
duración de más de 10 años se considera efecto permanente (4). La persistencia
es independiente de la reversibilidad.

Reversibilidad (RV): posibilidad de reconstrucción del factor afectado, es decir, la


posibilidad de retornar a las condiciones iniciales previstas a la acción por medios
naturales, una vez aquella deja de actuar sobre el medio. Si es acorto plazo se le
asigna valor (1), si es medio plazo (2) y si el efecto es irreversible se le asigna el
valor (4).
Tabla 2. Importancia de los impactos

Después de caracterizar el efecto según su naturaleza, magnitud, extensión,


reversibilidad, etc., de forma cualitativa. Una vez que los impactos son analizados
se valoran y con eso se determinar su importancia y significación, a través de la
siguiente formula y rangos:

Formula 2
Rangos
Intensidad compatible = 0 - 10
Intensidad Moderado = 11 - 21
Intensidad Severo = 22 - 32
Intensidad Crítico = mayores de 33

Una de las escalas de valoración más utilizada para clasificar los impactos es:
(esta escala puede emplearse también sin llegar a darle valor a los impactos solo
con tener en cuenta la naturaleza, intensidad, momento extensión, etc. pero sin
darles valores a estos.)
– Compatible: carencia de impacto o recuperación inmediata
– Moderado: recuperación rápida
– Severo: necesita adecuación de prácticas de protección
– Crítico: magnitud superior al umbral aceptable. Se produce una pérdida de
la calidad ambiental sin posibilidad de recuperación incluso con medidas.
Tabla 3. Clasificación de los impactos
Imp Nat. Int Ext. Mom. Per. Rev. Clas.
Unidad I Marina
2-I Neg. 4 4 4 4 2 30 Sev.
2-VI Neg. 4 1 2 4 2 22 Sev.
6-I Neg. 4 4 4 4 2 30 Sev.
6-VI Neg. 4 1 2 4 2 22 Sev.
Unidad II Terrestre
1-IX Neg. 1 1 4 2 1 12 Mod.
1-XIX Neg. 2 1 4 2 1 15 Mod.
2-IX Neg. 2 1 2 4 1 15 Mod.
2-XIX Neg. 2 1 2 4 1 15 Mod.
4-XI Pos. 2 1 4 4 1 17 Mod.
6-IX Neg. 2 1 4 4 2 20 Mod.
6-XIX Neg. 2 1 4 4 2 20 Mod.
8-IX Neg. 4 1 4 2 1 21 Mod.
8-XI Neg. 2 1 4 2 1 15 Mod.
8-XIX Neg. 4 1 4 2 1 21 Mod.
10-XI Pos. 2 1 4 4 2 20 Mod.
13-XIX Neg. 2 2 4 4 2 20 Mod.
Unidad III Fluvio-terrestre
2-II Neg. 4 4 4 4 2 30 Sev.
2-VII Neg. 4 1 2 4 2 22 Sev.
6-II Neg. 4 4 4 4 2 30 Sev.
6-VII Neg. 4 1 2 4 2 22 Sev.

Anexo 4. Clasificación de los principales impactos de la zona costera de estudio


Unidad I marina
2-I El vertimiento de los de residuales sólidos y líquidos domésticos que llegan a la
zona costera, ya sea porque son arrastrados por los ríos Almendares y Quibú o
del vertido directo de las casas que están en el litoral y llegan a la zona costera,
impactan negativamente la calidad sanitaria del agua de mar de esa zona, con una
intensidad alta y extensa, porque comienza en un y se expande; esto se
manifiesta a corto plazo por la frecuencia del vertimiento y las propiedades
depuradoras del agua salada que hacen que se demore en obtenerse grandes
concentraciones. Es un impacto permanente hasta que no se detengan los
vertimientos, pero la reversibilidad puede ser a mediano plazo, gracias a las
propiedades del agua de mar y la eficiencia de las medidas que se tomen. Se
clasifica de importancia severa.
2-VI El vertimiento de residuales sólidos y líquidos domésticos impacta
negativamente la biota marina, sobre todo la salud de los arrecifes coralinos
presentes en la zona, por lo que el impacto se considera de intensidad alta, su
extensión es puntual; se ha manifestado a mediano plazo, la persistencia ha sido
permanente y la reversibilidad puede ser a mediano plazo si se toman las medidas
adecuadas. Se clasifica de importancia severa.
6-I Los vertimientos de residuos industriales se consideran acciones
transfronterizas, porque se salen del área de estudio, además en el caso de los
ríos vierten sus aguas residuales varias industrias, pero no se posee información
actualizada de los contaminantes presentes y del volumen de las descargas, pero
por la magnitud del impacto que llega hasta la zona costera afectando la calidad
del agua de mar, se consideró como un impacto negativo con una intensidad alta,
extenso ya que viene río arriba el impacto se está analizando en la
desembocadura y la zona costra cercana a esta; se manifiesta a corto plazo, es
permanente mientras no se tomen las medidas correctivas y su reversibilidad
puede ser a mediano plazo. Se clasifica de importancia severa.
6-VI Los vertimientos de residuos industriales (acciones transfronterizas)
provenientes de las industrias localizadas río arriba afectan la biota marina por los
efectos que estos contaminantes o compuestos le provocan al medio donde
habitan las especies y a ellas mismas en su organismo, reproducción y funciones
naturales. Por lo que se considera un impacto negativo de intensidad alta,
extenso, con un tiempo de manifestación a mediano plazo ya que tiene que pasar
tiempo para que se noten los efectos como la disminución de la cantidad y
diversidad de especies; la permanencia del efecto es constante aunque la
reversibilidad puede ser a mediano plazo. Se clasifica de importancia severa.
Unidad II Terrestre
1-IX Las redes de alcantarillados ineficientes o inexistentes en la mayor parte de la
zona de estudio contribuyen a que cuando llueve mucho o muy seguido las calles
y aceras se inunden y el agua corra como ríos por estas lo que provoca
afectaciones a los viales, la casas, la vegetación, arrastra la basura, puede
ocasionar hasta accidentes, entre otros problemas, por lo que se considera un
impacto negativo para la estética del paisaje, con una intensidad baja, es puntual
porque ocurre fundamentalmente en las zonas bajas y con problemas en el
alcantarillado, se manifiesta de manera inmediata pero temporal; su reversibilidad
es a corto plazo cuando se limpien las alcantarillas o se tomen otras medidas. Se
clasifica de importancia moderada.
1-XIX Las redes de alcantarillados ineficientes o inexistentes afectan la higiene de
la ciudad, porque cuando llueve el agua corre por las calles y aceras y arrastra la
basura, depositándola en cualquier lugar, creando pequeños vertederos,
deteriorando los viales, se acumula agua en los baches y huecos, los que se
convierten en focos de mosquitos, en fin contribuye a la proliferación de vectores y
enfermedades. Se considera un impacto de naturaleza negativa con una
intensidad media, se extiende puntualmente y se manifiesta inmediatamente, para
resultar un impacto temporal y reversible a corto plazo, por lo que se clasifica de
importancia moderada.
2- IX El vertimiento de residuales sólidos y líquidos domésticos afectan la estética
del paisaje, porque el agua de los ríos cambia de color; el olor cerca de las zonas
de vertido no es agradable y atrae mosquitos, moscas y otros vectores. Se
considera un impacto de naturaleza negativa con una intensidad media, que se
extiende puntualmente y se manifiesta a mediano plazo, lo cual da como resultado
un impacto permanente y reversible a corto plazo. Se clasifica de importancia
moderada.
2- XIX El vertimiento de residuales sólidos y líquidos domésticos afecta la higiene
de la ciudad, porque contribuye a la proliferación de vectores y estos a su vez
pueden ocasionar enfermedades, además de provocar malos olores. Se considera
un impacto de naturaleza negativa con una intensidad media, el cual se extiende
puntualmente y se manifiesta a mediano plazo, para resultar así un impacto
permanente, pero reversible a corto plazo. Se clasifica de importancia moderada.
4-XI Las ofertas de servicios no estatales tiene un auge importante en esta zona;
predominan los servicios de cafeterías, bares, discotecas, peluquerías,
impresiones, fotografías y otros, que influyen positivamente en el bienestar
psicológico de las personas, por la diversidad y calidad de muchos de estos
servicios, que además atraen a clientes no solo de la zona sino de otros lugares y
municipios. Esto se considera un impacto de naturaleza positiva con una
intensidad alta que se extiende parcialmente y se manifiesta a corto plazo, para
resultar un impacto permanente y reversible a corto plazo. Se clasifica de
importancia moderada.
6-IX Los vertimientos de residuos industriales (acciones transfronterizas) afecta
negativamente la estética del paisaje, porque daña la visualidad al ver la basura, el
cambio de coloración del agua y hasta los olores. Se considera un impacto de
naturaleza negativa con una intensidad alta, que se extiende parcialmente un poco
más allá de la zona donde ocurre el vertimiento o donde ocurre el impacto y se
manifiesta a corto plazo, para resultar un impacto permanente y reversible a
mediano plazo y se clasifica de importancia moderada.
6-XIX Los vertimientos de residuos industriales (acciones transfronterizas) afectan
negativamente la higiene de la ciudad, sobre todo las zonas cercana a la
desembocadura de los ríos Almendares y Quibú y las márgenes de los mismos.
Se considera un impacto de naturaleza negativa con una intensidad alta, que se
extiende puntualmente y se manifiesta a corto plazo, para resultar un impacto
permanente y reversible a mediano plazo y se clasifica de importancia moderada.
8-IX La acumulación de basura en microvertederos afecta la estética del paisaje,
porque afecta la visualidad y la percepción negativa de las personas, al ver la
basura regada en las esquinas, con moscas y otros vectores. Por lo que se
considera un impacto de naturaleza negativa con una intensidad alta, que se
extiende puntualmente y se manifiesta inmediatamente, para resultar un impacto
temporal, siempre y cuando funcione apropiadamente la recogida de basura y
reversible a corto plazo. Se clasifica de importancia moderada.
8-XI La generación de basura y microvertederos afecta el bienestar psicológico de
las personas. Ya que genera un stress y una incomodidad tener los vertederos en
la esquina o enfrente de la casa o edificio, que provoca malos olores y además la
preocupación de las enfermedades que pueden ocasionar los vectores que dicha
basura atrae. Por lo que se considera un impacto de naturaleza negativa con una
intensidad media, se extiende puntualmente y se manifiesta inmediatamente, para
resultar un impacto temporal y reversible a corto plazo. Se clasifica de importancia
8-XIX La generación de basura y microvertederos impacta la higiene de la ciudad.
Por lo que se considera un impacto de naturaleza negativa con una intensidad
alta, se extiende puntualmente y se manifiesta a corto plazo, para resultar un
impacto temporal y reversible a corto plazo, por lo que se clasifica según su
importancia en moderado.
10-XI La presencia de áreas verdes impacta positivamente el bienestar psicológico
de las personas, embellece el entorno y la percepción de los pobladores sobre el
medio, muchas de estas áreas verdes son parques que contribuyen al
esparcimiento y relajamiento de las familias de la zona y de los alrededores. Por lo
que se considera un impacto de naturaleza positiva con una intensidad alta, de
extensión puntual y se manifiesta a corto plazo, para resultar un impacto
permanente e irreversible. Se clasifica de importancia moderada.
13-XIX La insuficiente conciencia y educación formal y ambiental de la población
impacta negativamente la higiene de la ciudad, porque las personas botan basura
en cualquier lugar, maltratan los árboles, los parques, vierten basura en el río o el
mar, botan los escombros en cualquier lugar, y otras series de acciones que
impactan el medio. Por lo que se considera un impacto de naturaleza negativa con
una intensidad media, extensión parcial y se manifiesta inmediatamente, para
resultar un impacto permanente y reversible a mediano plazo. Se clasifica de
importancia moderada.
Unidad III Fluvio-terrestre
2-II El vertimiento de residuales sólidos y líquidos domésticos impacta
negativamente la calidad del agua superficial. Se considera un impacto de
naturaleza negativa con una intensidad alta, extenso y se manifiesta a corto plazo,
para resultar un impacto permanente y reversible a mediano plazo, por lo que se
clasifica según su importancia en severo.
2-VII El vertimiento de residuales sólidos y líquidos domésticos impacta
negativamente la biota fluvial. Por lo que se considera un impacto de naturaleza
negativa con una intensidad alta, extensión puntual y se manifiesta a mediano
plazo, para resultar un impacto permanente y reversible a mediano plazo y se
clasifica de importancia severa.
6-II Los vertimientos de residuos industriales (acciones transfronterizas) impacta
negativamente el agua superficial. Por lo que se considera un impacto de
naturaleza negativa con una intensidad alta, extensa y se manifiesta a corto plazo,
para resultar un impacto permanente y reversible a mediano plazo, lo que lo
clasifica según su importancia en severo.
6-VII El vertimiento de residuos industriales (acciones transfronterizas) impacta
negativamente la biota fluvial. Por lo que se considera un impacto de naturaleza
negativa con una intensidad alta, extensión puntual y se manifiesta a mediano
plazo, para resultar un impacto permanente y reversible a mediano plazo y se
clasifica de importancia severa.

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