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Luigi Onnis - Neurociencias

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Si la psique es el reflejo del cuerpo.

Una nueva alianza


entre neurociencias y psicoterapia
Luigi Onnis*
“Hay más razón en tu cuerpo
que en tu mejor sabiduría”
F. Nietzsche (Así habló Zaratustra)

“El alma respira a través del cuerpo y el


sufrimiento, se inicie en la piel o en
una imagen mental, ocurre en la carne”
A. Damasio (El error de Descartes)

RESUMEN
El autor subraya cómo los recientes e importantes desarrollos de las
neurociencias permiten, hoy, una plena reintegración de la unidad
mente-cuerpo, proponiendo la mente como ligada no sólo al sustrato neural
del cerebro, sino a todo el cuerpo, como mediador de los intercambios y de las
conexiones con el mundo exterior. Además, algunos significativos
descubrimientos de las neurociencias, como la naturaleza esencialmente
“relacional” de la mente, la “memoria implícita” y, en particular, las “neuronas
espejo”, dan soportes neurofisiológicos y confirmaciones a muchas adquisiciones
experimentales y clínicas de la psicología del desarrollo y de la psicoterapia,
relativas a la importancia del “conocimiento relacional implícito”
y de los lenguajes analógicos y metafóricos, a la empatía en la relación
terapéutica y a la dinámica del cambio terapéutico.
El autor toma en consideración estas implicaciones con particular referencia
a la psicoterapia sistémica y subraya cómo, a la luz de estas consideraciones,
se puede hablar hoy de “nueva alianza” entre neurociencias y psicoterapia
Palabras clave: Unidad mente-cuerpo, neurociencias, memoria implícita,
neuronas espejo, psicoterapia sistémica, lenguajes analógicos, empatía, relación
terapéutica, cambio terapéutico.

* Profesor de Psiquiatría y Psicoterapia Universidad “La Sapienza”, Roma.Director Didáctico IEFCOS


(Roma), Presidente IEFCOSTRE (Cagliari)

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2 SUMMaRy
The author underlines how the recent important developments of neurosciences,
today allow a full re-integration of the mind-body unity, proposing mind as
linked not only to the brain neuronal structure, but to the total body, as mediator
of the exchanges and connections with the external world.
Moreover some meaningful neurosciences discoveries, as the nature essentially
“relational” of mind, the “implicit memory” and particularly the “mirror
neurons” give neurophisiological supports and confirmations to many
experimental and clinical issues of developmental psychology and psychotherapy,
concerning the importance of the “implicit relational knowledge” and the
analogical and metaphorical languages, the empathy in therapeutic relationship,
the dynamics of therapeutic change.
The Author take into account these implications with a particular reference to
systemic psychotherapy and underlines how, in the light of these considerations,
We can speak today about a “new alliance” between neurosciences and
psychotherapy.
Key Words: Mind-body unity, neurosciences, implicit memory, mirror neurons,
systemic psychotherapy, analogical languages, empathy, therapeutic relationship,
therapeutic change.

1. Introducción: reconocimiento de la “identidad” del


Unidades Recuperadas sujeto. Pero este lugar de identifica-
ción ya contiene el principio de la se-

E
l discurso sobre la relación paración porque como conciencia de
mente-cuerpo, y sobre las im- sí, la psique, comienza a pensarse en sí
plicaciones que derivan de ello y, por tanto, a separarse de la propia
para la psicoterapia, se tiñe hoy de corporeidad (Galimberti, 1983).
connotaciones particulares porque, y entonces el cuerpo es reducido a
también como consecuencia del re- “objeto”, a pura agregación de órga-
ciente y extraordinario desarrollo de nos: es con esta mirada “objetivadora”
las neurociencias, ha vuelto prepoten- que la ciencia médica ha afrontado
temente a escena la exigencia de una habitualmente el cuerpo y sus mani-
concepción unitaria del ser humano. festaciones, impidiéndose, así, la posi-
En realidad, toda la cultura occi- bilidad de explicar sus fenómenos,
dental, desde Platón y Descartes hasta más que como meros accidentes bio-
la ciencia moderna, se ha construido lógicos, en que es inexorablemente
sobre fragmentaciones y dicotomías, dejada fuera la relación del cuerpo
comenzando por aquella fundamen- con el mundo y, por tanto, con las
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tal entre alma y cuerpo. Esto ha ocu- modalidades de su vivir (Onnis,


rrido porque, desde la filosofía griega, 1985).
la psique ha representado el lugar del Pero en los últimos quince años,

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una imponente cosecha de datos pro- Descartes, no tiene nada de especula- 3
venientes, en particular, de las investi- tivo, sino que se basa en la atenta ob-
gaciones realizadas en el campo de las servación de pacientes con daños
neurociencias, ha provocado una ver- neurológicos en un particular sector
dadera revolución científica que ha del cerebro, en los cuales la pérdida de
vuelto a proponer la necesidad de la la capacidad de decisión iba acompa-
superación de aquellas separaciones y ñada por una llamativa alteración de
dicotomías entre psique y soma, ya no la facultad de tener sentimientos.
sobre la base de abstractas valoracio- Emoción, sentimiento y regula-
nes de principio sobre la “inescindible ción biológica, lejos de ser antagonis-
unidad psicosomática del individuo”, tas o intrusos en el mundo de la ra-
sino sobre la base de documentadas zón, tienen, por el contrario, un papel
evidencias científicas. en el funcionamiento de la mente hu-
No obstante, cuando se reexamina, mana, que se nutre de ellos y, a través
en esta perspectiva, la relación cuer- de ellos, arraiga en el cuerpo y en sus
po-mente, es preciso también re-inte- relaciones con el ambiente.
rrogarse sobre cuál es el sentido que se He aquí por qué Damasio puede
quiere atribuir al concepto de mente. aún afirmar que “los procesos fisioló-
La “mente” se asocia, de forma habi- gicos que nosotros llamamos ‘mente’
tual, a las facultades intelectivas supe- derivan de un conjunto estructural
riores, al pensamiento, a lo que llama- y funcional, más que sólo del cere-
mos “razón”. Pero, en el hacerse de la bro: únicamente en el contexto de
razón –escribe Damasio (1995), uno la interacción de un organismo, es
de los autores que más ha contribuido decir, de todo el cuerpo, con el am-
a esta revolución científica–, coope- biente, se pueden comprender ple-
ran tanto las regiones cerebrales de namente los fenómenos mentales”

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
nivel “alto”, como aquellas de nivel (Damasio, 1995, p. 24).
“bajo”; de la corteza prefrontal, pues, Se puede notar cuánto se acerca
hasta el hipotálamo y a la médula esta concepción científicamente fun-
alargada. En el edificio neural de la dada a la valoración anticipadora que
razón, los niveles más bajos son los Bateson (1984) había propuesto del
mismos que regulan la elaboración de concepto de “mente”, considerándolo
las emociones y de los sentimientos, como el resultado de un “continuum
junto con las funciones somáticas ne- circular soma-psique-ambiente”.
cesarias para la supervivencia del or- Pero, sobre todo, pone en eviden-
ganismo. a su vez, estos niveles man- cia la centralidad del cuerpo, en cuan-
tienen relaciones directas y mutuas to sede de emociones y vía de co-
con casi todos los órganos del cuerpo: nexiones con el ambiente, en la
éste es puesto así directamente en el in- constitución del indispensable marco
terior de la cadena de operaciones que de referencia para los procesos neura-
generan las conquistas más altas del ra- les que nosotros advertimos como
zonamiento, de la decisión y, por ex- mente.
tensión, del comportamiento social y de “Cuando se habla de cerebro y de
la creatividad (Damasio, 1995, p. 20). mente –escribe aún Damasio–, no es
Esta concepción de Damasio, por habitual hacer referencia a los organis-
la cual es lícito hablar del error de mos. Frente a la evidencia de que la

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4 mente brota de la actividad de las neu- Uno de los objetivos de este escrito
ronas, sólo se discute de éstas, como si su es poner en relieve, precisamente,
funcionamiento pudiera ser indepen- cómo, en el momento en que se pue-
diente del resto del cuerpo. Pero, a me- de finalmente encontrar la unidad,
dida que estudiaba los trastornos de la durante demasiado tiempo perdida,
memoria, del lenguaje y de la razón entre mente y cuerpo, se hace posible
presentes en numerosos seres humanos recuperar también otra unidad: aque-
afectados por lesiones cerebrales, cada lla entre psicología, psicoterapia y
vez más se me imponía la idea de que neurociencias.
la actividad mental, tanto en sus aspec- Si, a partir de los generosos, pero
tos más sencillos como en los más eleva- no realizados, intentos de Freud en el
dos, requiere sea al cerebro, sea al resto Proyecto de una psicología (1895),
del cuerpo. Este último, en mi opinión, las neurociencias han sido largamente
proporciona al primero mucho más que consideradas como “antagonistas” de
un mero apoyo y una modulación: pro- las disciplinas de la psique, a causa
porciona la materia básica de las repre- también del predominio, en ambos
sentaciones cerebrales. El alma respira campos, de una epistemología reduc-
a través del cuerpo, y el sufrimiento, se cionista, hoy, al contrario, parecen
inicie en la piel o en una imagen men- crearse finalmente los presupuestos
tal, ocurre en la carne” (Damasio, para una “nueva alianza” entre neuro-
1995, p. 25). ciencias y psicoterapia.
Las palabras y las documentadas En el transcurso del artículo inten-
experiencias de Damasio no podrían taremos subrayar algunos de los as-
evidenciar de manera más clara los pectos de la nueva alianza.
nexos inseparables entre mente y En primer lugar, describiremos de
cuerpo. Otras importantes investiga- manera necesariamente sintética, los
ciones desarrolladas sobre estos nexos principales elementos surgidos de las
en el campo de las neurociencias lle- investigaciones de las neurociencias y
van a nuevas confirmaciones, abrien- discutiremos, luego, sus implicacio-
do nuevos horizontes explicativos. nes para la psicología, en particular la
a ellas intentaremos aludir en este sistémica.
artículo, poniendo de relieve cómo,
en el momento en que afrontan el de- 2. Las neurociencias
licado problema de los procesos men- y el estudio de la mente
tales, las neurociencias atraviesan te-
rritorios habitualmente cultivados Las investigaciones recientes sobre los
por la psicología y por la psicoterapia, procesos mentales han sido enorme-
aportándoles, esta vez, temas que no mente facilitadas y alentadas por las
están en disonancia con aquellos de nuevas técnicas de neuroimagen (en
las demás disciplinas, sino que pare- particular, la Resonancia Magnética
cen, más bien, ofrecer contribuciones Funcional o fMRI: Functional Mag-
de confirmación y dar apoyo neuro- netic Resonance Imaging), que han
biológico a evidencias clínicas y resul- permitido el estudio de la actividad
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tados empíricos de la psicología del del cerebro en vivo.


desarrollo, la infant research y la diná- Un elemento transversal a muchas
mica del proceso psicoterapéutico. investigaciones, y de gran significa-

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do, consiste en la evidencia de que la bre. a partir de estos datos, sobre la 5
psicoterapia induce cambios estruc- modalidad de “almacenamiento esta-
turales en el cerebro, estimulando la ble de los recuerdos”, Kandel distin-
formación de nuevas conexiones si- gue en el hombre dos tipos de memo-
nápticas. La palabra, pues, y cierta- ria:
mente todos los componentes emo- – una es la memoria implícita, que es
cionales que la acompañan, induce esencialmente una memoria afecti-
modificaciones bioquímicas en el ce- va y emocional, ligada a percepcio-
rebro, influencia que tradicionalmen- nes somáticas. Tiene su sede en el
te era reservada sólo a los fármacos. sistema límbico y, en particular, en
¡La “palabra como fármaco”, pues! la amígdala que acompaña el apren-
(véase Kandel, 1999). aquello que dizaje del niño desde el nacimiento,
los psicoterapeutas, conscientes del y es la única posible durante los pri-
poder curativo de la palabra, siempre meros dos años de vida; se llama
han sostenido, pero que ahora tiene implícita porque no se asocia con la
una documentada evidencia, que sus- conciencia de recordar;
trae a la psicoterapia de aquella crítica – la otra es una memoria explícita, que
de “inconsistencia científica”, respec- es, en cambio, la memoria declarati-
to de la farmacoterapia, a la que ha va y semántica; elabora informacio-
sido a veces sometida. nes que implican al hipocampo,
Pero veamos más específicamente, una estructura integradora cerebral
aunque a grandes rasgos, las principa- que se conecta con la corteza y cuya
les direcciones de investigación. maduración sólo se produce en tor-
no al 18º mes de vida; por eso, ella
a) Las investigaciones de Kandel y Le
se desarrolla en el niño sólo después
Doux: la “memoria implícita”
de los dos años y está asociada a la

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
Eric Kandel, premio Nobel de Medi- experiencia subjetiva consciente de
cina en 2000, ha orientado sus estu- recordar.
dios, sobre todo, a los procesos de Sobre estos temas vuelve Le Doux
aprendizaje y de memorización. (1998, 2003), que en sus estudios
a través del estudio de las respues- sobre el “cerebro emotivo”, evidencia
tas a estímulos nociceptores induci- cómo la memoria implícita está in-
dos en moluscos marinos, Kandel dis- fluida esencialmente por aconteci-
tingue una memoria a corto plazo y mientos y experiencias emocionales,
una a largo plazo, y evidencia que el cuyo recuerdo, que es un recuerdo
paso de la una a la otra no es provoca- afectivo, gobierna la conducta sin un
do solamente por la repetición pro- conocimiento explícito de la expe-
longada del estímulo y, por tanto, del riencia y de los aprendizajes pasados.
simple “refuerzo” de las conexiones Estos recuerdos afectivos están fuera
neuronales ya existentes, sino por el de la esfera de la conciencia porque
hecho de que se activa la formación están almacenados, bajo la forma de
de conexiones sinápticas del todo redes asociativas, en estructuras sub-
nuevas. Este fenómeno, aunque a ni- corticales, en particular la amígdala,
veles de complejidad mucho mayores, que es, dice Le Doux, “el corazón
es verificable también en el cerebro de emotivo” del cerebro. Ella es la sede
los mamíferos superiores y del hom- de la memoria implícita que, única

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6 posible hasta los dos años de vida, ciente no reprimido, pre-verbal, pre-
proporciona la base para aprendizajes simbólico que se asocia, en particular,
sucesivos y, al ser plástica, puede mo- con las primeras experiencias vitales.
dificarse en el transcurso de la vida. Las investigaciones sobre la memo-
Este tipo de memoria se justifica filo- ria implícita proporcionan, por últi-
genéticamente con experiencias de mo, una base neurobiológica para
supervivencia de la especie: las co- aquel “conocimiento relacional im-
nexiones subcorticales –vía baja– en- plícito” que los estudios de la infant
tre amígdala y tálamo (centro de dis- research y los psicólogos del desarro-
tribución de los estímulos sensoriales) llo (véanse, en particular, las teoriza-
son, en efecto, más veloces y directas, ciones de Stern) estiman tan esencial
aunque producen respuestas menos en las primeras experiencias interper-
precisas que las corticales –vía alta–, sonales del niño (comenzando por
que son más elaboradas y refinadas, aquellas ligadas a los modelos de ape-
pero más lentas: ellas permiten, pues, go), que son la base para la construc-
escribe Le Doux, “comenzar a respon- ción de su mundo interior.
der a estímulos potencialmente peli-
b) Los estudios de Edelman:
grosos antes de saber exactamente de
el “presente recordado”
qué se trata. Esta vía directa podría
estar en el origen de respuestas emoti- También Edelman, premio Nobel de
vas que, en el momento, no compren- Medicina de 1972, concentra su aten-
demos” (Le Doux, 1998). ción en el problema de la memoria.
Una vez que el recuerdo está alma- Para Edelman (1991), la memoria
cenado en la memoria implícita es ne- no debe ser concebida como un archi-
cesario, para que reaparezca, que las vo en el que son depositados recuer-
redes asociativas a las que está conec- dos organizados y codificados: es de-
tado alcancen un cierto nivel de acti- cir, ellos no existen bajo una forma
vación, como ocurre en el caso de la integrada, como rastros significativos
representación, incluso pasado el que deberían ser conservados.
tiempo, de experiencias emocionales Más bien, las investigaciones mues-
análogas y de suficiente intensidad. tran que existen fragmentos de recuer-
Quisiera proponer de inmediato do y que la integración de los frag-
algunas breves consideraciones sobre mentos se produce en el momento de
los datos de estas investigaciones so- la re-memorización en el presente,
bre las que volveré más adelante. asumiendo connotaciones particula-
Ellas, ante todo, ponen de relieve la res en relación al contexto interactivo
centralidad de las emociones como en juego en aquel momento.
verdadero puente de unión entre bio- Es en este sentido que podemos
logía e influencias ambientales, entre afirmar que la memoria reside en las
expresiones somáticas y procesos cog- interacciones interpersonales. y es en
nitivos, entre naturaleza y cultura. este sentido que podemos sostener
Proponen, además, una posible in- con Edelman que, paradójicamente, es
terpretación de la actividad mental el presente y no el pasado el que esta-
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inconsciente, que amplía la del in- mos siempre concentrados en recono-


consciente freudiano, como lugar de cer y recordar (“el presente recordado”).
la represión, y la extiende a un incons- Es evidente, entonces, que si las re-

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cientes investigaciones sobre la me- vida, del desarrollo de las actividades 7
moria autobiográfica (véanse tam- mentales del niño y de las estructuras
bién Neisser y Vinograd, 1988; neurales relativas. En este sentido,
Rosenfeld, 1988) sugieren que casi Siegel habla de la “mente relacional”.
todos los recuerdos son reconstruidos Estas investigaciones proporcio-
bajo la influencia del contexto presen- nan datos de evidencia científica a
te en el cual son reclamados, de ello una anticipadora intuición de Bate-
debe deducirse, como subraya eficaz- son (1984), que había concebido la
mente Stern (2006a, trad. it.) que “la mente como una “metafunción” or-
memoria se produce en la interfaz en- ganizadora de todos los procesos vi-
tre lo intrapsíquico (representación) y tales, que se alimenta de relacionali-
una interacción presente”, y que, en dad con el ambiente en una continua
consecuencia, es en el intercambio di- dinámica de interinfluencias recípro-
námico entre “intrapsíquico” e “inte- cas. y, una vez más, por lo que se re-
ractivo” que deben buscarse las raíces fiere a la psicoterapia, sobre la que
de los procesos mentales. volveremos más adelante, también
Esto vuelve a proponer la dimen- estos estudios remiten a un proceso
sión, casi diría la “extensión”, relacio- terapéutico esencialmente fundado
nal de la actividad de la mente y pre- en el intercambio relacional entre
anuncia un tema esencial sobre el que “mentes que se encuentran” (aron,
regresaremos más adelante: cuánto 2004).
favorece aquel contexto interactivo
d) Las investigaciones de Damasio:
que es la relación terapéutica, con la
una nueva síntesis entre emociones
intensidad emocional adecuada, la
y racionalidad
“presentificación” de los recuerdos y
permite su reelaboración. ya hemos aludido, en la introducción,

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
a las investigaciones de Damasio, su-
c) Las investigaciones de Siegel: la
brayando cómo evidencia cuánto las
“mente relacional”
emociones son un nutriente esencial
Sobre los aspectos relacionales de la de la racionalidad y anclan, por tanto,
mente insisten también las investiga- la mente en una inseparable relación
ciones de Siegel, que proceden del con el cuerpo, en su totalidad, y con el
presupuesto fundamental de que la ambiente.
mente emerge de las interacciones en- El “error de Descartes”, para Dama-
tre procesos neurofisiológicos y rela- sio, fue sobre ordenar la mente a la
ciones interpersonales. regulación de las funciones neurobio-
Estas investigaciones han dado lógicas, sin tener en cuenta cuánto,
vida a una aproximación científica circularmente, éstas influyen y ali-
muy sugestiva, conectada con el cam- mentan la mente misma. y es por eso
po de la psicoterapia y de las ciencias que, en la lógica cartesiana, la Razón
relacionales, y conocida bajo el nom- permanece separada del cuerpo.
bre de “neurobiología interpersonal”.
e) Las investigaciones de Rizzolatti:
Desde esta perspectiva, pues, las re-
las neuronas espejo
laciones interpersonales desarrollan
una función esencial en la orienta- El grupo de investigadores del Insti-
ción, desde las fases más precoces de tuto de Neurofisiología de la Univer-

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8 sidad de Parma, dirigido por Giaco- 2006) sólo imitando y reproduciendo
mo Rizzolatti, realiza, a principios de en mi cuerpo, tu acción.
los años noventa, un descubrimiento He aquí por qué Gallese llama efi-
de extraordinaria importancia para la cazmente a este proceso “simulación
comprensión de los procesos menta- encarnada” (“embodied simulation”)
les: el de las neuronas espejo (“mirror (véanse Gallese, 2005a; Gallese et al.,
neurons”). 2006).
Estas neuronas, que fueron origi- Pero hay otros importantes fenó-
nalmente descubiertas en la corteza menos en los que está implicado este
premotora de los macacos (Rizzolatti sugestivo mecanismo de la simula-
et al., 1996; Gallese et al., 1996), se ción encarnada, hecha posible por las
activan tanto cuando se efectúan ac- neuronas espejo.
ciones orientadas a un fin, como El primero concierne a la com-
cuando se observan las mismas accio- prensión lingüística: en contra de la
nes efectuadas por otros (en este caso, hipótesis tradicional de que el signifi-
obviamente, se asocia la inhibición cado de una expresión lingüística es
del acto motor). comprendido gracias a la activación
Posteriores estudios neurofisioló- de representaciones mentales simbó-
gicos, realizados con métodos experi- licas, investigaciones experimentales
mentales diversos (en particular, la demuestran que la comprensión lin-
fMR, Resonancia Magnética funcio- güística se funda en mecanismos “en-
nal) han demostrado que también el carnados”, es decir, ligados al cuerpo.
cerebro humano está dotado de un En el sentido de que las mismas es-
sistema de neuronas espejo, localiza- tructuras nerviosas que presiden la
do en las regiones corticales parieto- organización de la ejecución motora
pre-motoras, con dos funciones fun- de las acciones, desarrollan un papel
damentales: controlar la ejecución de también en la comprensión semántica
las acciones y, sobre todo, permitir su de las expresiones lingüísticas que las
comprensión: el aprendizaje y la com- describen (Glember y Robertson,
prensión de las acciones del otro, se 2000; Gallese y Lakoff, 2005).
producen, pues, a través de un proce- El segundo fenómeno concierne al
so de imitación. reflejo de las emociones y de las sensa-
No sólo esto: datos experimentales ciones ajenas, que tiene, como vere-
demuestran que las mismas cadenas mos mejor más adelante, implicacio-
de las neuronas espejo están involu- nes esenciales para la psicoterapia. Las
cradas, además de en el reconocimien- investigaciones sobre las neuronas es-
to de la acción del otro, también en el pejo muestran que cuando observa-
“porqué” de la acción, es decir, en la mos la expresión facial de otro y dedu-
intención que la ha motivado. Estos cimos un particular estado afectivo
procesos “cognitivos”, no sólo están (por ej., de disgusto o de placer) “su
estrechamente conectados (contra emoción es reconstruida, experimenta-
cuanto afirmaba la ciencia cognitiva da y, por tanto, comprendida directa-
clásica), sino que se basan ambas en mente a través de una simulación en-
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circuitos “como si”: pueden compren- carnada que produce un estado corporal
der el sentido y las intenciones de lo compartido por el observador” (Gallese
que haces (véase Rizzolatti, Sinigaglia, et al., 2006). Se trata de ese fenómeno

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que Rizzolatti llama “resonancia visce- de los gestos de los demás, de mis gestos 9
romotora” (2006) y Goldman y Sripa- y de mis intenciones comprensibles en el
da (2004) “resonancia no mediada”. contexto de otras personas. Es como si
Cuando observamos, pues, un es- la intención del otro habitase en mi
tado emocional del otro, por ej., un cuerpo y la mía en el suyo”.
rostro doliente, podemos compren-
derlo porque nos ensimismamos en él 3. Implicaciones Para La
y este ensimismamiento consiste en el Psicoterapia Sistémica
hecho de que también nosotros com-
partimos, en nuestro cuerpo, su mismo Pero ¿cuáles son las implicaciones
dolor. de estos importantes descubrimien-
Esto significa, escribe Gallese, que tos, realizados en el campo de las
“experimentamos un específico estado neurociencias, para la psicoterapia
de consonancia intencional, que genera sistémica? Son múltiples y todas de
una cualidad particular de familiari- gran interés. Trataremos de tomar en
dad con los demás individuos”, porque consideración las principales.
“a través de un estado funcional com-
a) La función insustituible de la
partido por dos cuerpos diversos que,
relación
sin embargo, obedecen a las mismas re-
glas funcionales, ‘el otro objetual’ se No hay duda de que de las neurocien-
convierte, en cierta medida, en otro sí cias llegan confirmaciones documen-
mismo” (Gallese et al., 2006). tadas de una de las tesis básicas de la
ya parece evidente cómo estos me- psicoterapia sistémica: la importancia
canismos de “simulación encarnada”, y la función insustituible de la rela-
mediados por las neuronas espejo, re- ción.
presentan la base neurofisiológica La relación, en la orientación sisté-

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
esencial, por un lado, de la intersubje- mica, no sólo es un nivel esencial de
tividad y, por el otro, de la empatía, cualquier acto comunicativo, sino
aunque no agotan su complejidad. también la matriz contextual de cual-
Pero volveremos a continuación quier atribución de significado y de
sobre estos conceptos. cualquier proceso mental.
Por ahora, quisiéramos subrayar La concepción de la mente pro-
cómo estos sugestivos descubrimien- puesta por Bateson (1984) no sólo la
tos neurocientíficos, que evidencian arraiga en el cuerpo, como principio
la importancia del encuentro con el organizador de todas las funciones
otro como base para la activación de del sistema-organismo, sino que la co-
los procesos mentales, confirman las necta, a través de redes relacionales
intuiciones de los autores de las co- complejas, al ambiente, con el que los
rrientes de pensamiento de inspira- nexos circulares son tan imprescindi-
ción fenomenológica. bles que, para dicho autor, contra las
Bajo este perfil, es significativo concepciones tradicionales, la unidad
cuanto escribe Merleau Ponty en la de supervivencia no es el organismo,
Fenomenología de la percepción sino el organismo en su ambiente
(1945): “La comunicación y la com- (Bateson, 1976).
prensión de los gestos se produce a través La matriz relacional del aprendiza-
de la reciprocidad de las intenciones y je y, más en general, de los procesos

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10 cognoscitivos, que no pueden pres- con los deseos, pensamientos, acciones o
cindir de la referencia a un contexto creencias de los demás. Sin esto no hay
interpersonal, son otros conceptos de lenguaje, ni moralidad, ni conciencia.
fondo de la orientación sistémica. Sabemos algo sobre la mente humana
También Laing (1968), que, sin sólo cuando interactuamos, porque ella
embargo, no es un autor estrictamen- no existe si no interactuamos” (D.
te sistémico, sino de múltiples inspi- Stern, 2006b, p. 31).
raciones culturales, de la fenomeno-
b) La importancia del “conocimiento
logía al psicoanálisis, había afirmado
relacional implícito”
hace ya cuarenta años, que “la bioquí-
mica de un ser humano es altamente Pero estas interacciones que activan
sensible a las circunstancias sociales e los procesos mentales y, como se ha
interpersonales”. visto, son su estímulo y nutrición, no
Los descubrimientos de las neuro- se desarrollan sólo dentro del registro
ciencias nos ofrecen la imagen de un de la conciencia, sino que abarcan esa
hombre biológicamente predispuesto amplia área de experiencias y de
para la intersubjetividad y la relacio- aprendizajes, por así decir, “incons-
nalidad. cientes”, que los psicólogos del desa-
El sistema de las neuronas espejo rrollo llaman “conocimiento relacional
–escribe Rizzolatti– “muestra cuán implícito”.
arraigado y profundo es el vínculo que a él hacen referencia, por citar sólo
nos une a los demás, o sea, qué extrava- algunos ejemplos, los modelos opera-
gante es concebir un yo sin un nosotros” tivos internos del apego de Bowlby
(Rizzolatti, Sinigaglia, 2006, p. 4). (1973), las “tramas relacionales” de
No sólo las actividades mentales Traverthen (1993) y los “esquemas
básicas, sino también el nacimiento del ser con” de Stern (1995).
de la conciencia, necesitan una trama Por lo que concierne a la orienta-
de relaciones. “La conciencia empieza ción sistémica, la dimensión implícita
–afirma Damasio– cuando el cerebro atraviesa, en general, toda la relacio-
adquiere el poder de contar una histo- nalidad, porque es propio de esta
ria sin palabras, que se desarrolla den- aproximación distinguir, en cada acto
tro de los confines del cuerpo, la histo- comunicativo, un nivel de contenido
ria de la vida que marca el tiempo y de que es declarativo y explícito, y un ni-
los estados del organismo vivo, estados vel de relación que se define preferen-
que son continuamente alterados por temente con el lenguaje no verbal,
el encuentro con objetos y aconteci- analógico y emocional.
mientos del ambiente” (Damasio, En los períodos precoces del desa-
2000, p. 47). rrollo, al menos hasta los 18 meses, el
y, en la vertiente de la psicología niño usa exclusivamente el conoci-
del desarrollo, Daniel Stern se mues- miento relacional implícito, a través
tra aún más decidido al subrayar la de la experiencia interactiva que reali-
dimensión relacional de los procesos za con las figuras significativas de re-
mentales: “Las neurociencias demues- ferencia (véase Stern, 1995).
Redes, Julio 2011

tran –escribe Stern–, que no existe la Estos datos de aprendizaje, que co-
mente humana sola. La mente huma- rresponden esencialmente a recuer-
na es creada gracias a la interacción dos emocionales y afectivos, son al-

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macenados en aquella que, como acceder a la elaboración de la con- 11
hemos visto, los neurofisiólogos defi- ciencia.
nen como “memoria implícita”, que Por lo que concierne más específi-
tiene su sede neurobiológica en los camente a la psicoterapia sistémica,
núcleos subcorticales y, en particular, esta perspectiva permite, quizá, nue-
en la amígdala. vas hipótesis interpretativas sobre
Pero la memoria implícita, que es aquellos aspectos latentes y profun-
la única posible en las fases iniciales dos de la vida afectiva familiar (una
del desarrollo infantil, continúa fun- especie de “inconsciente familiar
cionando también después de la ad- compartido”) que se conocen con el
quisición del lenguaje y, por tanto, nombre de nivel de los “mitos fami-
después de la aparición de la memoria liares” (véase Onnis et al., 1996).
explícita. Hoy se da un mayor relieve a este
He aquí por qué, hoy, sobre la base nivel mítico, cemento emotivo pro-
de estas evidencias neurocientíficas, fundo de la familia, a la luz de los de-
sabemos que el conocimiento relacio- sarrollos epistemológicos del pensa-
nal implícito se desarrolla en paralelo miento sistémico (véase Onnis, 1994,
con el conocimiento explícito y, jun- 2007).
tos, crecen sobre vías autónomas du- Podemos estimar que experiencias
rante el resto de la vida. no elaboradas a nivel consciente de-
“Ahora nos hemos percatado –escri- positan sus recuerdos afectivos en la
be Stern– de que el conocimiento implí- memoria implícita (amígdala), pero
cito es una de las más vastas áreas de que el conocimiento relacional implí-
conocimiento que tenemos e incluye cito, que en este caso es compartido
todo lo que ocurre de importante, sea por todos los miembros de la familia,
emocionalmente, sea socialmente, entre requiere la intervención de neuronas

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
las personas. Nosotros lo considerába- espejo que activen un mecanismo de
mos un conocimiento más primitivo res- reflejo cruzado de las emociones y de
pecto del conocimiento explícito, ahora los estados mentales de los otros.
pensamos que es un conocimiento igual- Se pone en ejecución un conoci-
mente, pero diversamente, rico.” (Stern, miento relacional implícito compar-
2006b, p. 29). tido (véase Stern, 1998), también en
Esta concepción proyecta nueva esa experiencia particular que es la re-
luz sobre el concepto de inconsciente lación terapéutica, permitiendo a tra-
que, siguiendo las teorías freudianas, vés de “momentos de encuentro” ese
es el “lugar de la represión”, el produc- “algo más” que es el elemento que,
to de un proceso de represión que las para Stern, activa la acción transfor-
defensas ponen en funcionamiento mada en terapia.
en relación a aquello que “no es tole- Pero más adelante volveremos so-
rable que aflore a la conciencia”. bre estos aspectos.
La memoria implícita y el conoci-
c) La utilidad del lenguaje implícito
miento relacional implícito muestran
en psicoterapia
que existe también un “inconsciente
no reprimido”, en que se depositan Es una evidencia clínica corriente en
emociones, experiencias y recuerdos, el campo de la psicoterapia qué eficaz
sencillamente porque no han podido es, a veces, el uso terapéutico de len-

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12 guajes implícitos que saltan la media- abiertas a los afectos y a las emocio-
ción de la palabra o, en cualquier caso, nes. además, bajo el perfil psicológi-
del pensamiento lógico y arriban más co (Ricoeur, 1986), la metáfora tera-
directamente a la esfera emocional. péutica, captando más directamente
Es muy conocida, por ejemplo, la los valores emocionales, se acerca al
eficacia de la metáfora o, por lo que plano afectivo, en gran medida in-
concierne más específicamente a la consciente, de los individuos: a este
psicoterapia sistémica, la utilidad de nivel pre-verbal e inconsciente la me-
aquellos objetos metafóricos que Cai- táfora tiene, por su poder “evocativo”
llè y Rey (2005) llaman “objetos fluc- (y no explicativo), la ventaja de hacer
tuantes”, o, aún, del método elabora- alusión sin pretender explicarlo y ex-
do por nuestro grupo de investigación plicitarlo, abriendo espacios para que
llamado de las “Esculturas del Tiem- pueda emerger de manera más libre y
po Familiar” (E.T.F.), en que la des- creativa (Onnis, 1996, 2006).
cripción de las familias a nivel verbal Éstas son las habituales explicacio-
es completamente sustituida por una nes lingüísticas y psicológicas sobre el
representación del todo analógica y funcionamiento de la metáfora y, más
no verbal que cada uno de los miem- en general, de los lenguajes implícitos
bros propone en el espacio de consul- en psicoterapia.
ta (véanse Onnis et al. 1990, 1994; Pero hoy deducimos de las neuro-
Onnis, 1992, 1996, 2004). ciencias indicaciones esenciales tam-
Las imágenes que emergen de ello bién para la comprensión de los
son a menudo extraordinariamente mecanismos neurofisiológicos que
sugestivas por la intensidad emocio- subyacen a estos procesos.
nal y por los significados implícitos Sabemos que existe una memoria
que proponen. y es igualmente suges- implícita en la que se depositan re-
tivo que, después de la experiencia de cuerdos y rastros mnésicos fuerte-
la “Escultura” los miembros de la fa- mente emocionales y afectivos, liga-
milia puedan expresar, de forma ver- dos a las percepciones corporales: he
bal explícita, una primera reelabora- aquí por qué la activación de esta me-
ción de las vivencias emotivas que moria puede ser facilitada por el uso
han sido suscitadas por la representa- de lenguajes capaces de sintonizarse
ción analógica. con sus características, es decir, len-
Pero ¿por qué estos métodos que guajes que utilicen la emocionalidad
usan lenguajes metafóricos e implíci- y la corporeidad.
tos son eficaces? El cerebro humano tiene una ex-
Hasta ahora se han propuesto ex- traordinaria capacidad, afirma Rizzo-
plicaciones lingüísticas y psicológi- latti de “resonar ante la percepción de
cas. Bajo el perfil lingüístico, la metá- los rostros y de los gestos ajenos y, codifi-
fora, como afirma Lotman (1986), cándolos inmediatamente en términos
actúa “como punto de unión”, de in- visceromotores, proporciona el sustrato
terfaz entre dos lenguas, el lenguaje neural para una coparticipación empá-
lógico del pensamiento racional y el tica” (Rizzolatti y Sinigaglia, p. 182).
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lenguaje analógico de la imaginación aquí, de nuevo, vuelve a ser esen-


y de la afectividad, y tiende, por tan- cial la función de las neuronas espejo,
to, a hacer circular comunicaciones que registran y reflejan todos los com-

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ponentes implícitos involucrados en puede permitir también un salto de 13
la relación terapéutica (gestuales, mí- nivel: y la memoria implícita puede
micos, emocionales), aspectos sobre abrirse, al menos en ciertos aspectos,
los que regresaremos, pero que, cuan- a una memoria explícita y más cons-
do se trabaja con la familia, implican ciente. Esto está demostrado por los
enredos aún más estructurados y comentarios verbales sobre las pro-
complejos. pias vivencias emocionales que los
Retomemos brevemente el razona- miembros de la familia están en con-
miento sobre el método de las Escul- diciones de proponer después de la
turas del Tiempo Familiar: ellas son representación de la escultura.
un instrumento privilegiado para ha- No sé si este repentino afloramien-
cer aflorar, a través de los escenarios to de estados emotivos a un nivel de-
representados, la dimensión “mítica” clarativo consciente, podría conside-
de la familia; esto no sorprende por- rarse el equivalente de un “insight”
que, como se ha dicho con anteriori- (aunque no hay duda de que éste pue-
dad, los “mitos familiares”, cemento de emerger de una “relación compar-
emotivo de la familia, están preferen- tida implícita” como demuestra Stern
temente inscritos en la memoria im- (1998) a través de los “momentos de
plícita. encuentro”).
Pero lo que es sorprendente es la Pero me parece que hay presupues-
coherencia de la “narración implícita”, tos, psicológicos, relacionales y ahora
que se hilvana a través de la sucesión también neurofisiológicos para no
de las distintas esculturas, como si una considerar demasiado aventurada la
verdadera y profunda “sintonización” hipótesis de que permitir a la familia
afectiva las atravesara y las uniera. un uso apropiado (y naturalmente
Una posible clave interpretativa guiado) de lenguajes implícitos y me-

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
nos viene aún de la función de las tafóricos es, en ciertos aspectos, una
neuronas espejo, cuyo mecanismo de forma de autoterapia: en efecto, se ac-
reflejo involucra, aquí, no sólo a la re- tivan reflejos múltiples y cruzados en
lación terapéutica, sino también a la los que cada uno no se limita a reflejar
relación entre los miembros de la fa- al otro, sino que introduce también
milia. algo distinto y nuevo: lo cual es la
Como si esa capacidad del cerebro base del cambio terapéutico.
de “resonar ante la percepción de los
d) La empatía y la “resonancia” en la
gestos y de los rostros ajenos”, de la que
relación terapéutica
habla Rizzolatti, permitiera un mu-
tuo compartimiento de afectos (lo La centralidad de la relación terapéu-
que no excluye, naturalmente, dife- tica, como vehículo esencial de proce-
rencias de imágenes) y activase esos sos transformadores que implican
mismos “reflejos cruzados” que, en tanto al paciente como al terapeuta,
tiempos lejanos han llevado a la for- es, desde hace tiempo, objeto de re-
mación, dentro de la memoria implí- flexiones en el campo de la psicotera-
cita, de los mitos familiares. pia.
Pero, a veces, la experiencia intensa La orientación sistémica evidencia
y compartida hecha posible por los su importancia a través de ese signi-
lenguajes implícitos usados en terapia ficativo desarrollo epistemológico

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14 (véase Onnis, 1994) que marca el Pero si la empatía es una compo-
paso del concepto de “sistemas obser- nente esencial de la alianza terapéuti-
vados” a aquel de “sistemas observan- ca, aunque no la agote, ¿cuáles son los
tes o auto-observantes” (de la “pri- mecanismos neurofisiológicos que la
mera cibernética” a aquella que Von hacen posible?
Foester –1987– llama “cibernética También bajo este perfil, el sistema
de segundo orden”): el observador es de las neuronas espejo parece tener
partícipe de su campo de observación un papel esencial.
y lo influye, así como el terapeuta es Ellas, como se ha dicho, son el siste-
parte integrante del “sistema en tera- ma neuronal a través del cual se pro-
pia” (individuo, pareja o familia) des- duce el reflejo no sólo de las acciones,
de el momento en que lo encuentra y sino también de las emociones y de los
constituye con él un sistema más am- estados afectivos del otro: aquí el con-
plio que comprende y transforma a cepto de “simulación encarnada”, pro-
ambos. puesto por Gallese (2005b, 2006), es
Pero, definida la inevitable circula- particularmente significativo porque
ridad de la relación terapéutica, ¿cuá- alude a fenómenos para los cuales el
les son las cualidades esenciales que observador no sólo se “ensimisma” en
pueden consolidarla, y convertirla en los sentimientos del otro (dolor, ale-
una “alianza terapéutica” abierta a po- gría, ira o disgusto), sino que los expe-
tencialidades transformadoras? rimenta directamente, a través de las
Muchas experiencias clínicas indi- neuronas espejo, en su propio cuerpo,
can, ahora, proviniendo transversal- los inscribe en la propia “carne”.
mente de distintos sectores de la psi- Estos mecanismos de “simulación
coterapia, que tales cualidades no encarnada” que están en la base de la
consisten sólo en la corrección de las empatía, son también el fundamento
técnicas terapéuticas utilizadas, en la de la intersubjetividad. Ésta parece
validez de las interpretaciones, en la corresponder a una especie de predis-
adecuación de las respuestas del pa- posición innata del hombre, porque
ciente, sino en ese “algo más” del que interesantes investigaciones muestran
habla Stern (1998, 2004), que consis- que ya pocas horas después del naci-
te en el contacto emotivo entre tera- miento los recién nacidos son capaces
peuta y paciente, en lo que llamamos de reproducir los movimientos de la
empatía. a menudo, ella es canalizada boca y el rostro de los adultos que los
por lenguajes relacionales implícitos, miran (véase Meltroff y Moore, 1997,
que hacen circular más fácilmente 1998). Este proceso intersubjetivo,
mensajes afectivos: “El nivel más pro- que tiene muchas analogías con los
fundo de los acontecimientos psicodiná- conceptos de “reflejo materno” de
micos –afirma Stern– es el nivel de las Winnicott (1967) y de “sintoniza-
pequeñas interacciones entre las perso- ción afectiva” de Stern (1987) conti-
nas, lo que ellas hacen con sus cuerpos, núa y se expande durante toda la vida.
con el tono de las palabras, con las ca- Volviendo a la relación terapéutica,
ras, y cualquier interpretación y narra- la intersubjetividad y la empatía, he-
Redes, Julio 2011

ción de la vida de las personas no puede chas posibles por mecanismos de “si-
prescindir de estos aspectos” (Stern, mulación encarnada” mediada por las
2006b, p. 33). neuronas espejo, crea condiciones

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por las que la mente de cada uno “se pueda convertirse no en hándicap, 15
siente sentida por la mente del otro” sino en una oportunidad transforma-
(Siegel). dora.
El verbo “sentir” tiene aquí un sig- Pero no hay duda de que también
nificado absoluto y no puede ser sus- ella, como el intercambio empático,
tituido por el verbo “pensar”. hunde sus raíces en la afectividad y en
En efecto, el proceso que se pone los sustratos neurales que la gobier-
en ejecución es, ante todo, exquisita- nan; activa la “memoria implícita”
mente emocional y depende, como (véase sobre estos aspectos el intere-
escribe Rizzolatti, “del compartimien- sante trabajo de anne Chouhy,
to de las respuestas visceromotoras que 2008), pero también la función de las
concurren para definir las emociones” neuronas espejo. y es probable que “el
(Rizzolatti y Sinigaglia, 2006, p. 180). efecto umbral” del que habla Elkaim
Este mecanismo básico es esencial. (1989), es decir, el nivel de intensidad
“Es posible –escribe aún Rizzolat- emocional necesario para que la reso-
ti–, que las emociones puedan ser com- nancia aparezca y coincida con la
prendidas también sobre la base de producción de esa “resonancia visce-
una elaboración reflexiva de los aspec- romotora” básica, a la que hace refe-
tos sensoriales conectados a sus manifes- rencia Rizzolatti.
taciones. Pero esta elaboración, tomada Una vez más los procesos psicoló-
por sí misma, es decir, sin ninguna re- gicos o relacionales y los fenómenos
sonancia visceromotora, queda al nivel neurofisiológicos se correlacionan y
de una “pálida” percepción, carente de se entrecruzan.
cualquier genuino colorido emotivo”
e) Una nueva concepción del cambio
(ibid., p. 181).
terapéutico
El concepto de “resonancia visce-

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
romotora” de Rizzolatti remite a otro Durante mucho tiempo se han consi-
concepto de “resonancia”, aquel que derado factores esenciales del cambio
en psicoterapia sistémica (véase en en psicoterapia sobre todo los conec-
particular Elkaim, 1989) se refiere a tados con la elaboración cognitiva y el
un fenómeno de ampliación de ele- incremento de los niveles de concien-
mentos similares y comunes a los di- cia, en la estela de la tesis fundamental
versos sistemas de interacción que, del psicoanálisis freudiano de que el
por cuanto se refiere a la relación tera- objetivo del proceso terapéutico era
péutica, pueden ser representados, en poner en claro la conciencia en la os-
terapia, por el terapeuta y por la fami- curidad del inconsciente y de la repre-
lia, cada una con el propio bagaje sión.
afectivo que deriva de las historias También por lo que se refiere a la
personales y de las respectivas fami- psicoterapia sistémica ha prevalecido,
lias de origen. La “resonancia” como durante mucho tiempo (cuando la
evocación compartida de vicisitudes “primera cibernética aún separaba al
emocionales similares, nace, por tan- ‘observador’ del observado”), una “teo-
to, en la intersección de múltiples ni- ría instructiva del cambio” que, como
veles sistémicos. advierte oportunamente G. Ruggiero
Ella requiere un trabajo de elabora- (2007), proponía actitudes terapéuti-
ción cognitiva y emotiva para que cas animadas por una especie de “ma-

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16 nía de la acción” en la que parecían tiendo, también bajo el perfil
perderse los espacios del silencio y los biológico, esos fenómenos de reflejo
tiempos de la escucha. que están en la base de la empatía, ca-
Pero la profunda renovación epis- nal esencial de los acontecimientos
temológica que ha atravesado, en los transformadores. Pero, para que éstos
últimos veinte años, todo el campo puedan producirse, no es suficiente el
de la psicoterapia ha modificado no- simple reflejo: es necesaria la intro-
tablemente estas concepciones en las ducción de algo “nuevo” que pueda
corrientes “relacionales” e “intersub- mejorar y modificar la percepción del
jetivas” del psicoanálisis y en las Ego del otro.
orientaciones sistémicas inspiradas Este proceso, como subrayan Ga-
en paradigmas constructivistas y au- llese, Migone y Eagle (2006), tiene
to-referenciales. analogías con cuanto ocurre en la re-
En estas direcciones, se hace factor lación madre-hijo. Si la madre refleja
y vehículo esencial de cambio la rela- o imita fielmente el comportamiento
ción terapéutica que, como se ha del hijo es probable que no facilite su
mencionado, se abre a componentes crecimiento y su capacidad de regula-
empáticos, emocionales y afectivos, ción afectiva y de asignar significados
que entonces son mediados preferen- a los propios estados mentales. El re-
temente por lenguajes implícitos. flejo debe añadir algo al estado prece-
Stern (1998, 2004), bajo este per- dente. Con toda probabilidad, este
fil, valoriza como “lugar” de cambio proceso –escriben los autores–, se
lo que él llama “relación emotiva im- produce también en la terapia, don-
plícita” en que lo que tiene una real de, idealmente, el terapeuta no refleja
eficacia transformadora va más allá de literalmente los estados mentales del
las técnicas (aunque no prescinde de paciente, sino que da respuestas em-
las técnicas) y concierne a la capaci- páticas congruentes que le permiten
dad emocional de “estar con” el otro encontrarse a sí mismo y, al mismo
en el “momento presente” de la rela- tiempo, le facilitan el reflejo para trans-
ción. formar la experiencia. (Gallese et al.,
También en la psicoterapia sisté- 2006).
mica, la valoración de los aspectos Estas consideraciones tienen múl-
empáticos de la relación entre tera- tiples evidencias clínicas. Para volver
peuta y sistema familiar se liga, como a Stern y a su concepción del cambio
se ha dicho, a la experiencia de la uti- terapéutico, como fruto de una “rela-
lidad de lenguajes analógicos que, por ción implícita compartida”, es plausi-
un lado, vehiculizan flujos emociona- ble que los “now moments” de los que
les a través de la relación terapéutica, él habla como acontecimientos ines-
y, por otro, activan la creatividad de la perados e inhabituales que perturban,
familia en la búsqueda compartida de desestabilizan y “calientan” particu-
soluciones de cambio. larmente el momento presente, crean-
También en estos procesos, de evi- do presupuestos para el cambio, si son
dencia clínica, se puede formular la oportunamente captados por el tera-
Redes, Julio 2011

hipótesis de que la estructura neurofi- peuta y por el paciente (Stern, 1998,


siológica de las neuronas espejo desa- 2004), correspondan precisamente a
rrolle una función esencial, permi- la introducción de elementos nuevos

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e imprevistos en los recíprocos refle- de neuroimagen, al final del proceso 17
jos que se entrecruzan en la relación psicoterapéutico.
terapéutica. No podemos, entonces, dejar de
análogamente, en la psicoterapia compartir la hermosa metáfora con
sistémica, cuando se utilizan métodos que Giuseppe Ruggiero (2006) defi-
y lenguajes analógicos (por ej., las ne la función del terapeuta sistémico:
“Esculturas del Tiempo Familiar” de crear una “sinapsis entre mente y cora-
las que se ha hablado), la intervención zón”, aunque en realidad (y esto no
del terapeuta, que es una actuación hace más que reforzar los procesos de
siempre metafórica y emplea en gran integración) en la mente palpita ya el
parte las metáforas propuestas por la corazón.
familia, introduce, no obstante, tam-
bién elementos metafóricos nuevos 4. Valoraciones críticas
que activan transformaciones ante
todo en el modo con que el sistema a la luz de las consideraciones hasta
familiar “se siente” a sí mismo (y cada aquí desarrolladas, parece evidente el
uno de los miembros “se siente” en la gran relieve de los recientes descubri-
relación con los demás dentro del sis- mientos de las neurociencias, que dan
tema familiar) y, posteriormente, en unidad a los procesos mentales, ins-
el modo de ver el sentido de la reali- cribiéndolos en sus sustratos neuro-
dad experimentado. biológicos. Ellos hacen posible, pues,
Pero sustancialmente, en este pro- como se decía al principio, la supera-
ceso de reflejo, el terapeuta introduce ción de los antagonismos entre neu-
algo nuevo y distinto que pone en rociencias, por un lado, y psicología y
movimiento un proceso de cambio, psicoterapia por el otro, establecien-
pero es la familia la que busca en su do entre ellas, como lógica conse-

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
interior y descubre los recursos para cuencia de la recuperada unidad entre
elegir, de manera autónoma y creati- cuerpo y mente, una nueva alianza.
va, las direcciones de la propia trans- Baste pensar, por dar sólo un ejem-
formación. plo, en fenómenos como el “reflejo”,
Hay una magnífica metáfora de que tiene una tradición en el campo
Karl Jaspers, que describe espléndida- de las disciplinas psicológicas y psico-
mente esta situación: “Cuando admi- terapéuticas, de las teorías de Winni-
ramos el esplendor de una perla nunca cott (1967), a la psicología del Ego de
pensamos que ella nace de las enferme- Kohut (1986), de las concepciones de
dades de la concha”. y la perla, esta ex- Lacan (1936) al psicoanálisis inter-
traordinaria capacidad de la mente subjetivo.
humana de producir procesos autote- Pues bien, estas teorizaciones y las
rapéuticos, tiene, plausiblemente, no experiencias clínicas que las acompa-
sólo evidencias clínicas, sino también ñan encuentran hoy una extraordina-
correlaciones neurofisiológicas: en ria verificación: en un sustrato neural
efecto, la plasticidad del cerebro está que activa, bajo el perfil biológico,
en condiciones de producir la forma- exactamente la misma función: las
ción de nuevas sinapsis (Kander, neuronas espejo.
1999, 2008) que comienzan a ser do- La recuperación, sobre la base de
cumentables, a través de las técnicas datos científicos, de un principio uni-

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18 tario de integración parece, entonces, sentido de que el segundo implica al
evidente. primero, pero no al revés. Además, la
Pero aquí es preciso estar crítica- compasión depende de otros factores,
mente atentos a evitar el riesgo de aparte del reconocimiento del dolor:
deslizarse de nuevo “en las trampas del por ejemplo, de quién es el otro, de qué
reduccionismo”. Haber descubierto los relaciones tenemos con él, del hecho de
mecanismos neurofisiológicos bási- que estemos más o menos en condicio-
cos que subyacen a algunos procesos nes de ponernos en su pellejo, que ten-
mentales, no significa que la mente se gamos más o menos intención de hacer-
agote en ellos, no debe inducir a sub- nos cargo de su situación emotiva, de
estimar la complejidad de la mente, y sus deseos y de sus expectativas”. (Rizzo-
a estimar irrelevantes las influencias latti y Sinigaglia, 2006, p. 181). Tam-
de la historia existencial de las perso- bién por cuanto se refiere al concepto
nas, como tampoco de los contextos sistémico de resonancia en psicotera-
socio-culturales. pia está claro, como hemos discutido
Integrar no significa homologar o anteriormente, que ella responde a
reducir; significa introducir otras una base neurobiológica sin la cual
complejidades. no se verificaría el reflejo, pero no se
Para volver al razonamiento sobre agota en ella, enriqueciéndose con
la empatía, es verdad que ella no po- componentes emocionales que pro-
dría verificarse sin la esencial función vienen de la historia de las personas y
de las neuronas espejo, pero esta fun- de los sistemas interpersonales. He
ción no agota ni justifica todo lo que aquí por qué los recientes y sugesti-
está implicado en la complicidad em- vos descubrimientos de las neuro-
pática, porque ésta depende también ciencias no sólo no autorizan ningu-
de la calidad y de la “historia” de la re- na simplificación de los procesos
lación. mentales, sino que plantean, aún con
Es el mismo Rizzolatti, el descubri- mayor evidencia, y esta vez sobre una
dor de las neuronas espejo, quien con- base unitaria, exigencias de integra-
sidera críticamente este aspecto. Él ción; e integración significa apertura
escribe: “La comprensión inmediata, hacia la complejidad. y también hacia
en primera persona, de las emociones nuevos desarrollos de la investiga-
de los otros hecha posible por el meca- ción. “Un objetivo de la investigación
nismo de las neuronas espejo, represen- futura –afirma Gallese– será determi-
ta el prerrequisito necesario para ese nar cómo la simulación encarnada,
comportamiento empático que subyace que se basa en la experiencia y es proba-
en gran parte de nuestras relaciones in- blemente el mecanismo más antiguo
terindividuales. Compartir a nivel vis- desde un punto de vista evolutivo, pue-
ceromotor el estado emotivo de otro es de ser el fundamento de formas más
algo, no obstante, distinto de experi- sofisticadas y más lingüísticamente me-
mentar una implicación empática en diadas de nuestra capacidad de inter-
relación a él. Por ejemplo, si vemos una pretar los comportamientos ajenos en
mueca de dolor, no por eso somos auto- términos de estados mentales. Una po-
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máticamente inducidos a experimen- sibilidad es que los mecanismos de si-


tar compasión. Esto ocurre a menudo, mulación encarnada sean cruciales en
pero los dos procesos son distintos, en el el curso del largo proceso de aprendiza-

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je exigido para hacerse completamente entre cuerpo y psique, la de haber de- 19
competentes en el uso de las actitudes vuelto al cuerpo su más pleno y noble
proposicionales. La narración de his- significado de “casa del alma”.
torias, a la que estamos expuestos des- Confirmando las extraordinarias
de la primera infancia juega verosí- intuiciones anticipatorias de la filoso-
milmente un papel importante en este fía fenomenológica. Es extremada-
proceso de adquisición (Gallese et al., mente significativo cuando escribe ya
2006, p. 539). en 1945, en Fenomenología de la per-
Los descubrimientos científicos cepción, Merleau-Ponty: “El cuerpo,
abren, pues, amplios escenarios de in- en la medida en que tiene patern com-
vestigación de los procesos mentales, portamentales, es ese extraño objeto que
precisamente porque reconocen su usa sus partes como un sistema general
complejidad, aún caracterizada por de símbolos en el mundo, a través de los
vastas zonas de sombra y de misterio cuales en aquel mundo nosotros, en con-
(véase Damasio, 2000). secuencia, podemos ‘estar en casa’, ‘com-
prenderlo’ y encontrarle significado”.
5. Conclusiones Objeto de todas las negatividades
en la tradición dualista y dicotómica
Pero, más allá de esta estimulante de la cultura y de la ciencia moderna,
perspectiva de nuevos desarrollos y de el cuerpo recupera, en esta perspecti-
investigaciones futuras, nos parece va, su valor y el individuo recupera su
que la enorme importancia del proce- integridad.
so científico en curso, al que hemos “Quizá, después de haber considera-
dedicado las reflexiones de este artí- do cómo se puede producir conciencia
culo, consiste en el hecho de que se ha en ese trocito de carne al que llamamos
alcanzado una adquisición esencial: cerebro –escribe Damasio (2000)–,

Luigi Onnis. Si la psique es el reflejo del cuerpo. Una nueva alianza entre neurociencias y psicoterapia.
la de haber recompuesto definitiva- veneraremos la vida y respetaremos
mente la unidad largamente perdida más, y no menos, a los seres humanos”.

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