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Arica, veinte de octubre de dos mil veinte.

VISTO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que, don Mauricio Gallardo Farías, abogado, por la demandada,
Aguas del Altiplano S.A., en causa RIT O-113-2020, RUC N° 204027620-6, del
Juzgado de Letras del Trabajo de Arica, en procedimiento de aplicación general por
despido improcedente y cobro de prestaciones, caratulado “CEJAS RIVERA, JORGE
con AGUAS DEL ALTIPLANO S.A.”, dedujo recurso de nulidad en contra de la
sentencia definitiva de veintiuno de agosto del año en curso, por la cual se rechazó la
excepción de caducidad de la acción opuesta por su representada, y se acogió la
demanda por despido improcedente de la causal contemplada en el inciso primero del
artículo 161 del Código del Trabajo, condenando a la demandada a pagar al actor la
suma de $ 3.698.548, correspondiente al 30% del recargo legal de la indemnización
por años de servicio, más el reajuste y los intereses establecidos en el artículo 173
Código citado.
Funda su arbitrio procesal, invocando como causal principal la prevista en la
parte final del inciso primero del artículo 477 del Código del ramo, esto es, haberse
dictado la sentencia con infracción de ley que ha influido sustancialmente en lo
dispositivo del fallo, denunciando la del artículo 168 del Código del Trabajo y el
artículo 8 de la Ley N° 21.226; y en subsidio, la estatuida en la letra b) del artículo 478
del citado cuerpo legal, es decir, haberse dictado la sentencia con infracción
manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de la
sana crítica, específicamente, el principio de la lógica de no contradicción.
Respecto de la primera causal de nulidad, el recurrente reprocha el haberse
rechazado la excepción de caducidad opuesta a la demanda, la que se asiló en que a
la fecha de interposición de la demanda, el 27 de abril de 2020 se encontraba vencido
el plazo de sesenta días hábiles contemplado en el inciso primero del artículo 168 del
Código del Trabajo, dado que, si bien el término se suspendió con ocasión del
reclamo administrativo tramitado ante la Inspección del Trabajo, desde el 27 de enero
hasta el 19 de febrero de 2020, siguió corriendo el 20 de febrero hasta su vencimiento
el 16 de abril de 2020.
Pero el Juez a quo, en el considerando vigésimo primero fundó el rechazo de la
referida excepción en base a lo previsto en el artículo 8 de La Ley N° 21.226, que
establece un régimen de excepción para los procesos judiciales, en las audiencias y
NTPPHFJRNC

actuaciones judiciales, y para los plazos y ejercicio de las acciones que indica, por el
impacto de la enfermedad COVID-19 en Chile, aplicando dicha norma en los
siguientes términos: “Que, por Decreto Supremo N° 104, de 18 de marzo de 2020, del
Ministerio del Interior, se declaró estado de excepción constitucional de catástrofe, por
calamidad pública, con motivo de la enfermedad del coronavirus 2019 o Covid-19, en
el territorio de Chile, prorrogado por Decreto Supremo N° 269 del 16 de junio último,
circunstancia que generó restricciones propias de dicho estado de excepción, dando
origen a la Ley N° 21.226, que establece un régimen jurídico de excepción para los
procesos judiciales, en las audiencias y actuaciones judiciales, y para los plazos y
ejercicio de las acciones que indica, por el impacto de la enfermedad Covid-19 en
Chile, estableciendo derechos procesales a favor de las partes.
En efecto, y conforme al artículo 8, de la citada ley, se dispone que durante la
vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe, es decir desde el 18 de
marzo último, en un periodo de tiempo aún vigente, el ejercicio de las acciones
laborales se entenderán prorrogados los plazos de prescripción y de caducidad
respectivos hasta cincuenta días hábiles contados desde la fecha de cese del estado
de excepción constitucional señalado.
Consecuentemente, y tratándose de un derecho a favor del actor, y que el
plazo de caducidad de su acción comprende el periodo de vigencia del referido
estado de excepción constitucional, aún vigente, en este caso ha optado por
presentar la denuncia y demanda subsidiaria en esta oportunidad y no esperar el
plazo otorgado por la referida ley, y por tanto su arbitrio procesal está entablado en
tiempo”.
Acota el recurrente que tal razonamiento y su consecuente decisión infringe el
artículo 168 del Código del Trabajo por preterición o falta de aplicación y, a su vez,
contraviene el artículo 8 de la Ley N° 21.226 por falsa aplicación, dado que el
demandante reconoció en su libelo de demanda, de manera expresa y espontánea,
que su acción estaba sujeta al plazo de caducidad establecido en el artículo trascrito
precedentemente, al sostener que: “b) Caducidad: En cuanto a la caducidad del
artículo 168 del Código del Trabajo y teniendo en cuenta que mi desvinculación se
produjo el día 10 de enero de 2020, debo hacer presente que, habiéndose formulado
reclamación ante la Inspección Provincial del Trabajo de Iquique, el plazo para
interponer la acción de despido vence el día 27 de abril de 2020”.
Sin embargo, al evacuar el traslado conferido respecto de la excepción de
caducidad, en la que se evidenció el error en el cómputo del plazo de 60 días hábiles
y su suspensión, el demandante intentó desconocer lo declarado en la demanda,
invocando la prórroga de plazos establecida en el artículo 8 de la Ley N° 21.226,
reconociendo por cierto que dicha norma extendía los términos de caducidad y
prescripción “hasta cincuenta días hábiles contados desde la fecha en que cese el
estado de excepción”, y que no se refería a la conducta de su parte en la presente
NTPPHFJRNC

causa, esto es, el hecho de haber interpuesto su acción durante la vigencia de la


cuarentena decretada por la autoridad sanitaria en la comuna de Arica.
Agrega el recurrente que, conforme a lo expuesto, se hace necesario saber
cuál es el sentido del artículo 8 de la Ley N° 21.226, para así desentrañar si le
beneficia o no al demandante el derecho contemplado en tal disposición.
En efecto, dicha normativa se dicta en el contexto de la pandemia por
Coronavirus que nos aqueja como sociedad chilena y tiene, entre otros objetos,
procurar evitar que los derechos de las personas puedan verse afectadas por las
restricciones a la libertad ambulatoria y eventuales afectaciones al derecho de salud,
para lo cual contempló una serie de medidas que debe implementar la Corte
Suprema, y por otro lado, estableció ciertos derechos que benefician a las personas
para evitar que se vean perjudicadas sus intereses.
En este contexto es que se dispuso la prórroga los plazos de prescripción y
caducidad de las acciones laborales, pudiendo las partes ejercerlas hasta 50 días
después de terminado el cese del estado de excepción y sus prórrogas. Sin embargo,
el demandante claramente renunció a dicho beneficio, al presentar deliberadamente la
demanda el día 27 de abril del 2020, renuncia que es plenamente válida por
aplicación de lo previsto en el artículo 12 del Código Civil, y no queda sujeta a la
irrenunciabilidad establecida en el artículo 5°, inciso segundo, del Código del Trabajo,
toda vez que dicha norma sólo se aplica mientras esté vigente la relación laboral, cosa
que no ocurre en este caso.
Conforme a lo expuesto, y en virtud de la presunción de conocimiento de la ley,
el actor no podía ignorar que estaba facultado para presentar su demanda después
del cese del estado de excepción constitucional, pero aun así decidió presentarla el
día 27 de abril de 2020, amparándose expresamente en el plazo de caducidad
previsto en el artículo 168 del Código del Trabajo, cuya aplicación intentó desconocer
luego de que esta parte opusiera la respectiva excepción de caducidad.
Agrega el recurrente que resulta pertinente remitirse a la “Teoría de los Actos
Propios”, constructo doctrinario y jurisprudencial que ha sido aplicado reiteradamente
por nuestros Tribunales Superiores de Justicia para resolver conflictos de naturaleza
laboral, en el entendido que esta rama del derecho no puede considerarse aislada del
resto del ordenamiento jurídico general y de los principios generales que rigen el
derecho chileno, especialmente en lo que respecta al principio de buena fe, que está
reconocido expresamente como directriz del procedimiento laboral en el artículo 425
del Código del Trabajo. En ese sentido, la Excelentísima Corte Suprema ha sostenido
que “resulta útil recurrir a la denominada Teoría de los Actos Propios, basada en la
noción que a nadie le es lícito ir contra sus propios actos anteriores que expresan la
voluntad del sujeto y define su posición jurídica en una materia determinada y que se
funda, en último término, en el principio más general de la buena fe, la que,
ciertamente, tiene plena cabida en el ámbito laboral de que se trata, pues como
NTPPHFJRNC

reiteradamente lo ha decidido esta Corte, la legislación laboral no puede considerarse


en forma aislada del ordenamiento jurídico general, que regula las vinculaciones que
generan los sujetos del derecho”.
Añade que, conforme a la citada teoría, puede concluir que la conducta
desplegada por el actor durante el procedimiento no es legítima, puesto que partió
reconociendo la vigencia del artículo 168 del Código del Trabajo, pero tras ser
confrontado con su error en el cómputo del plazo de caducidad de dicha norma, optó
por recurrir a la norma especial establecida en el artículo 8 de la Ley N° 21.226 para
revivir una acción fenecida, conducta de suyo antijurídica que, finalmente, fue avalada
por el Tribunal al rechazar la excepción respectiva opuesta por esta parte, incurriendo
en las siguientes infracciones legales:
A) Infracción del artículo 168 del Código del Trabajo, en lo referente al plazo de
caducidad de 60 días hábiles establecido en su inciso primero, y en lo referente a la
extensión de la suspensión regulada en el inciso final de dicha norma: Esta infracción
se produce por preterición o falta de aplicación por cuanto, el propio demandante
planteó en su libelo que ese era el término aplicable a su acción de reclamo por
despido improcedente, y sobre esa base esta parte alegó que había sido interpuesta
en forma extemporánea al contestar la demanda, de tal manera que para resolver la
excepción opuesta el sentenciador debió aplicar lo previsto en el citado artículo, en
cuya virtud habría concluido que efectivamente operó la caducidad alegada, máxime
si se considera que el actor no controvirtió el correcto cómputo del plazo planteado
por esta parte.
B) Infracción del artículo 8 de la Ley N° 21.226: Esta infracción se produce por
falsa aplicación, vale decir, por haber sido invocada para resolver una cuestión distinta
a la regulada en dicha norma, pues la prórroga de plazos prevista en ella tiene
aplicación una vez que haya cesado el estado de excepción constitucional, hipótesis
que no se ha configurado en la especie, pues el actor interpuso su demanda durante
la vigencia de dicho estado, sin alegar impedimento alguno para haberla deducido
dentro del plazo de caducidad previsto en el artículo 168 del Código del Trabajo, que
por cierto él mismo invocó en la demanda.
Por ello, la infracción de ley alegada ha influido sustancialmente en lo
dispositivo del fallo, por cuanto, si se hubiese aplicado el artículo 168 del Código del
Trabajo para resolver la excepción de caducidad opuesta, entonces habría rechazado
la demanda por haber sido deducida en forma extemporánea, ya que al 27 de abril de
2020 el término de 60 días hábiles estaba vencido, considerando por cierto el período
de suspensión durante la tramitación del reclamo administrativo. En cambio, al aplicar
erróneamente lo establecido en el artículo 8 de la Ley 21.226, validando con ello una
conducta del demandante absolutamente contradictoria y vulneratoria del principio de
buena fe procesal, el Tribunal decidió rechazar dicha excepción, irrogando a esta
parte un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad del fallo impugnado,
NTPPHFJRNC

pues terminó acogiendo una acción que estaba fenecida.


En mérito a la causal principal de nulidad desarrollada precedentemente,
corresponde que el Tribunal de alzada invalide la sentencia definitiva impugnada y, a
su turno, dicte la correspondiente sentencia de reemplazo, acogiendo la excepción de
caducidad de la acción conforme a lo previsto en el artículo 168 del Código del
Trabajo, desestimando en definitiva la demanda por despido improcedente deducida
en forma extemporánea.
Y en relación a la causal subsidiaria, el recurrente señala que el vicio se
configura en el razonamiento empleado para resolver el despido del actor sería
improcedente, porque el sentenciador no puede desatenderse de los principios
lógicos, de las reglas de la experiencia ni de los conocimientos científicos al resolver
el conflicto sometido a su decisión, que en la especie radicó principalmente en
establecer la procedencia de la causal de despido invocada por Aguas del Altiplano
S.A., consistente en “necesidades de la empresa, establecimiento o servicio”,
establecida en el artículo 161, inciso primero, del Código del Trabajo, la que fue
comunicada al actor mediante carta de fecha 10 de enero de 2020, cuyos
fundamentos de hecho fueron reproducidos en el considerando decimocuarto del fallo
impugnado, en los siguientes términos: “reestructuración de la dotación de la empresa
como consecuencia del cierre de la laguna correspondiente al Plan Integral de Alto
Hospicio, aprobado por Resolución de Calificación Ambiental N°59, de fecha 20 de
junio de 2018, emitida por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de
Tarapacá, lo que ha hecho necesario realizar algunos cambios del personal que
trabaja en las distintas instalaciones o infraestructura sanitaria destinada a la
producción de agua potable y disposición de aguas servidas, determinándose que,
como consecuencia de dicho proceso, los servicios que prestaba en dichas
instalaciones o infraestructura serán asumidos por otro trabajador, y como
consecuencia de ello, se hace necesario su desvinculación de la empresa".
Al respecto, el Tribunal resolvió que había sido invocada en forma
improcedente, y acogió en consecuencia la demanda intentada, condenando a mi
representada al pago del 30% de recargo establecido en el artículo 168, letra a) del
Código del Trabajo, según se expresa en el apartado III.- de la parte resolutiva de la
sentencia.
5.- En la especie, el razonamiento empleado en el fallo impugnado vulnera el
principio de no contradicción que informa las reglas de la lógica, en cuya virtud se
sostiene que “si dos juicios se contraponen, implica que ambos no pueden ser
verdaderos, porque una misma cosa no puede ser dos cosas a la vez”.
Este vicio se advierte, en primer lugar, en el considerando decimoséptimo, el
que reproduce.
Señala el recurrente que la contradicción alegada se evidencia en que el
sentenciador afirma que la decisión de cerrar las lagunas de tratamiento de aguas
NTPPHFJRNC

servidas habría sido adoptada en forma espontánea por su representada, sin que
hubieren mediado presiones externas por parte de la autoridad competente o de la
comunidad que residía cerca de dichas instalaciones y que, por lo tanto, se trataría de
una medida adoptada por iniciativa propia de Aguas del Altiplano S.A. para perseguir
sus intereses empresariales. Sin embargo, en el mismo considerando el Tribunal
declara “saber” que el cierre de dichas lagunas tuvo su origen en “el crecimiento de la
comuna de Alto Hospicio, y la inquietud de sus habitantes”, afirmación que da cuenta,
de manera categórica, que la decisión adoptada por su representada no fue
espontánea, sino que fue provocada por intereses comunitarios externos a su
operación comercial, debiendo en consecuencia proyectar el cierre de tales
instalaciones con estricto apego a la normativa ambiental y sanitaria, pues de haber
adoptado una postura pasiva frente a dicha contingencia lógicamente se habría
expuesto a la clausura u otra medida de apremio por parte de las autoridades
comunales y/o sanitarias, o bien a manifestaciones por parte de quienes residían en
sectores aledaños a tales instalaciones, que a raíz del crecimiento poblacional
terminaron emplazadas en un sector residencial de la comuna de Alto Hospicio.
A mayor abundamiento, en la sentencia impugnada se advierte una segunda
contradicción, al decidir que el despido del actor no estaba lo suficientemente fundado
porque durante la relación laboral prestó servicios en instalaciones distintas a las que
fueron cerradas, tal como se indica en el considerando decimoctavo, que transcribe.
Al respecto, el recurrente señala que, si bien el demandante efectivamente
prestó servicios como Técnico Operador, principalmente en instalaciones de la Planta
“El Carmelo”, ubicada en la comuna de Pozo Almonte, y que las lagunas de
tratamiento de aguas servidas estaban ubicadas en la comuna de Alto Hospicio, ello
no se traduce en la inexistencia de todo “vínculo real y efectivo entre las labores
relacionadas con el agua potable y las actividades de la Planta de tratamiento de
aguas servidas cerrada”, ya que en el mismo considerando se reconoce que tanto las
actividades de producción de agua potable como las de deposición de aguas servidas
son gestionadas por don Juan Pablo Vial López, quien declaró como testigo en su
calidad de Jefe del Departamento de Producción y Depuración en la Región de
Tarapacá, lo que da cuenta que las referidas actividades efectivamente tenían un
vínculo en la estructura de la empresa, pues los trabajadores de producción, como el
demandante, y de depuración, como quienes laboraban en las mentadas lagunas,
responden a una misma Jefatura de Departamento, y por lo mismo fue ésta quien
debió implementar la reestructuración indicada en la carta de despido, que también
generó las desvinculaciones de otros dependientes de Aguas del Altiplano S.A., a los
que se refiere el considerando vigésimo cuarto de la sentencia.
Por lo expuesto, las infracciones de las normas sobre apreciación de la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica aparecen de manifiesto en el fallo impugnado,
y han influido sustancialmente en lo dispositivo del mismo.
NTPPHFJRNC

En efecto, las contradicciones detalladas precedentemente pueden verificarse


mediante la simple lectura de los considerandos decimoséptimo y decimoctavo que
transcribió.
Por otra parte, de haberse efectuado un razonamiento coherente con las
distintas afirmaciones contenidas en dichos apartados, se habría llegado a la lógica
conclusión que el cierre de las lagunas de tratamiento de aguas servidas no fue una
decisión arbitraria o autónoma de Aguas del Altiplano S.A., sino que fue el punto
cúlmine de una iniciativa de la comunidad de Alto Hospicio, avalada por las
autoridades y organizaciones competentes, que al momento de concretarse -conforme
a lo establecido en la resolución de calificación ambiental - generó una
reestructuración en la dotación de su representada que se desempeñaba en las
distintas instalaciones destinadas a la producción de agua potable y disposición aguas
servidas, tal como se indica en la carta de despido, cuya justificación resulta evidente.
En consecuencia, de no haberse incurrido en los vicios reclamados, el Tribunal habría
declarado la procedencia de la causal de “necesidades de la empresa” invocada por
su representada, rechazando en definitiva la demanda intentada.
Pide que, en definitiva, se declare:
A) Que se acoge el presente arbitro por haberse configurado la causal principal
invocada conforme a lo previsto en el artículo 477, inciso primero, del Código del
Trabajo, vale decir, por haberse dictado la sentencia con infracción de ley que ha
influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, al rechazar la excepción de
caducidad de la acción opuesta sin aplicar lo dispuesto en el artículo 168 del mismo
texto legal, e invocando para tal efecto el artículo 8 de la Ley 21.226 que no era
aplicable en la especie, procediendo en consecuencia con la anulación del fallo
impugnado, y la dictación de la correspondiente sentencia de reemplazo en que se
acoja dicha excepción conforme a lo establecido en el artículo 168 del Código del
Trabajo, desestimando en definitiva la demanda por despido improcedente deducida
en forma extemporánea, con costas.
B) En subsidio a lo anterior, que acoja el presente arbitrio por la causal del
artículo 478, letra b) del Código del Trabajo, esto es, por haber sido pronunciada con
infracción manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las
reglas de la sana crítica al declarar la improcedencia del despido del demandante,
anulando el fallo impugnado, y se dicte la correspondiente sentencia de reemplazo en
que se declare que los hechos detallados en la carta de aviso de despido justifican la
aplicación de la causal establecida en el artículo 161, inciso primero, del citado texto
legal, rechazando en definitiva la demanda intentada, con costas.
SEGUNDO: Que, respecto de la causal principal de nulidad, por la cual se
denuncia la infracción del artículo 168 del Código del Trabajo y del artículo 8 de la Ley
N° 21.226, al rechazarse la excepción de caducidad de la acción opuesta por la
demandada y recurrente, es necesario tener presente que el artículo 8 de la Ley N°
NTPPHFJRNC

21.226, dice: “Durante la vigencia del estado de excepción constitucional de


catástrofe, por calamidad pública, declarado por decreto supremo Nº 104, de 18 de
marzo de 2020, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, y el tiempo en que este
sea prorrogado, si es el caso, se entenderá interrumpida la prescripción de las
acciones por la sola presentación de la demanda, bajo condición de que esta no sea
declarada inadmisible y que sea válidamente notificada dentro de los cincuenta días
hábiles siguientes a la fecha del cese del referido estado de excepción constitucional,
y el tiempo en que este sea prorrogado, si es el caso, o dentro de los treinta días
hábiles siguientes a la fecha en que la demanda fuere proveída, lo que suceda último.
No será aplicable lo dispuesto en el inciso anterior para el ejercicio de las
acciones penales.
Asimismo, no aplicará lo dispuesto en el inciso primero de este artículo para el
ejercicio de las acciones laborales y de competencia de los juzgados de policía local,
en cuyo caso se entenderán prorrogados los plazos de prescripción y de caducidad
respectivos, hasta cincuenta días hábiles contados desde la fecha de cese del estado
de excepción constitucional de catástrofe, por calamidad pública, declarado por
decreto supremo Nº 104, de 18 de marzo de 2020, del Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, y el tiempo en que este sea prorrogado, si es el caso.
Durante la vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe, por
calamidad pública, a que se refiere el inciso primero, la presentación de la demanda
podrá realizarse sin necesidad de acreditar el cumplimiento de la mediación previa
obligatoria, o cualquier otra exigencia, cuyo cumplimiento se torne difícil de satisfacer,
en razón de las restricciones impuestas por la autoridad o de las consecuencias
provocadas por la emergencia sanitaria, como es el caso de la reclamación y la
conciliación del artículo 497 del Código del Trabajo.
TERCERO: Que, el inciso tercero del reproducido artículo 8, dice claramente
que respecto de las acciones laborales y de competencia de los juzgados de policía
local, se entenderán prorrogados los plazos de prescripción y de caducidad
respectivos, hasta cincuenta días hábiles contados desde la fecha de cese del estado
de excepción constitucional de catástrofe, por calamidad pública, declarado por el
Decreto Supremo N° 104 de 18 de marzo de 2020, del Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, y el tiempo en que este sea prorrogado, si es el caso.
En consecuencia, el plazo de caducidad de la acción por despido injustificado,
indebido o improcedente, o en el que no se haya invocado ninguna causal legal,
establecido en el artículo 168 del Código del Trabajo, de sesenta días hábiles
contados desde la separación del trabajador, suspendido conforme a lo previsto en el
inciso final del mismo precepto legal, en virtud de lo estatuido en el artículo 8 de la Ley
N° 21.226, se entiende prorrogado hasta cincuenta días hábiles contados desde la
fecha de cese del estado de excepción constitucional (lo que aún no ha ocurrido).
CUARTO: Que, la redacción de la demanda, a juicio de esta Corte, en la
NTPPHFJRNC

que el demandante, en cuanto a la caducidad, señala que “el plazo para interponer
la acción de despido vence el día 27 de abril de 2020”, carece de toda relevancia
para los efectos que nos ocupa, puesto que la ley es la que estableció el plazo
para interponer la acción en cuestión, el que no puede ser limitado por las partes,
y la referida afirmación no tiene relación con la teoría de los actos propios, que
más bien dice relación con las cuestiones fácticas y no con las interpretaciones
jurídicas de las normas legales.
QUINTO: Que, en virtud de lo expuesto precedentemente, corresponde
desestimar la referida causal de nulidad.
SEXTO: Que, en relación a la causal de nulidad formulada en forma
subsidiaria de la anterior, a saber, el haberse dictado el fallo con infracción
manifiesta de las normas sobre apreciación de la prueba conforme a las reglas de
la sana crítica, la que se asila en la vulneración del principio de la lógica de la no
contradicción, al haberse acogido la demanda por haberse despedido al actor
invocando en forma improcedente la causal de término del contrato de trabajo
prevista en el inciso primero del artículo 161 del Código laboral, porque a pesar
que se afirma por el sentenciador que cerrar las lagunas de tratamiento de aguas
servidas habría sido adoptada en forma espontánea por la empresa, sin que
hubieren mediado presiones externas por parte de la autoridad competente o de la
comunidad que residía cerca de dichas instalaciones y que, por tanto, se trataría
de una medida adoptada por iniciativa de la demandada para perseguir sus
intereses empresariales, se declara por el Juez a quo “saber” que el cierre de
dichas lagunas tuvo su origen en el crecimiento de la comuna de Alto Hospicio, y
la inquietud de sus habitantes, por lo que la decisión de la empresa no fue
espontánea sino provocada por intereses comunitarios externos a su operación
comercial, debiendo proyectar el cierre de tales instalaciones con estricto apego a
la normativa ambiental y sanitaria, porque de lo contrario se habría expuesto a la
clausura u otra medida de apremio por parte de la autoridad comunal y/o sanitaria,
o por manifestaciones de los habitantes del sector en que están dichas
instalaciones, que a raíz del crecimiento del sector residencial de Alto Hospicio
terminaron quedando emplazadas en el referido sector residencial.
SÉPTIMO: Que, primeramente, el Juez a quo, en el motivo decimosexto
señala que, “conforme surge de la carta de despido, es la restructuración de la
empresa derivada del cierre de la laguna conforme al Plan Integral de Alto
Hospicio, aprobado por Resolución de Calificación Ambiental N° 59, de 20 de junio
de 2018, de la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Tarapacá.”, que
“se refiere a la calificación ambiental del proyecto “Cierre Lagunas Plan Integral
Alto Hospicio y modificación PTAS Playa Brava”, y de acuerdo a tal documento fue
NTPPHFJRNC

la propia empresa Aguas del Altiplano S.A., la que sometió al Sistema de


Evaluación de Impacto Ambiental el referido proyecto;…”. Por ello, el
sentenciador, en el raciocinio decimoséptimo dice que fue la empresa la que
decidió el cierre de una de las instalaciones, las lagunas aireadas N° 3 y N° 4, de
la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas de Alto Hospicio, y que obtuvo el
permiso, sin que se haya visto enfrentada a una prohibición de funcionamiento, a
una clausura, a un cierre forzado, y a ninguna otra medida de fuerza impuesta por
organismo público alguno que la llevara a terminar con su operación, como se
plantea en la contestación de la demanda.
Más adelante, el sentenciador señala que debido a ello, la empresa
aumentó la capacidad de tratamiento de la Planta de Aguas Servidas Playa Brava,
más el ajuste del emisario submarino Playa Brava, es decir, en un sector distinto, y
que por ello, planificó esa obra y la desarrolló sin imposición externa alguna.
Y en cuanto a que se trató de una contingencia ajena a su voluntad en base
a que el Plan Integral Alto Hospicio fue impulsado por organizaciones ciudadanas
y formalizado por la autoridad respectiva para regularizar el crecimiento urbano de
la comuna, a base de la publicación que menciona, donde se indica que debiera
dejar de operar entre marzo de 2016 y el año 2018, vuelve a señalar que el plan
fue presentado por la empresa y visado por la autoridades respectivas, y que la
Agrupación Acción Ciudadana lideró las movilizaciones para obtener el cese del
funcionamiento del recinto. Por ello concluye que la alegación de la empresa
empleadora de estar compelida al cierre de la Planta de aguas servidas en la
comuna de Alto Hospicio, no resulta ser cierta, sino que respondió a los propios
fines y objetivos de la empresa, como parte de sus negocios.
Entonces, las conclusiones del Tribunal obedecen a la obligación del
sentenciador de analizar y decidir las alegaciones efectuadas por la demandada al
contestar la demanda.
OCTAVO: Que, el motivo decimoctavo, el Juez a quo se refiere al caso
particular del demandante, al que se le indicó en su carta de despido, por
necesidades de la empresa, que lo fue la reestructuración de la dotación como
consecuencia del cierre de una laguna y del Plan Integral de Alto Hospicio de la
Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Tarapacá, siendo necesario
realizar cambios del personal que trabaja en las distintas instalaciones o
infraestructura sanitaria destinada a la producción de agua potable y disposición
de aguas servidas, determinándose que los servicios que prestaba serán
asumidos por otro trabajador (considerando primero), el sentenciador señala que
el actor se desempeñaba en el cargo de Técnico Operador, con las funciones de
supervisor de todas las obras y faenas que la empresa mantiene en la Región de
NTPPHFJRNC

Tarapacá, pero únicamente en el sector de la Pampa, que comprende las


localidades de Pozo Almonte, Pica, Matilla, Huara, y otras, todas del área o sector
interior de dicha Región, por lo que concluye que el actor en el ejercicio de sus
labores y el área de trabajo asignada, no tuvo relación alguna con la Planta de
tratamiento de aguas servidas de Alto Hospicio, y por el contrario se trataba de un
área de trabajo disímil, contrapuesta a la suya, no existiendo un vínculo real y
efectivo entre las labores relacionadas con el agua potable y las actividades de la
Planta de tratamiento de aguas servidas cerrada. Y en cuanto a la alegación de la
demandada, en el sentido que la generación de agua potable como el tratamiento
de aguas servidas dependen del mismo Departamento, y que el cierre de la Planta
de Alto Hospicio generó la restructuración de todo ese Departamento, en su
conjunto, no es razonable, y que tal relación, en último caso, no fue probada.
NOVENO: Que, por lo expuesto precedentemente, será desestimada
también esta causal de nulidad, por no haberse vulnerado el principio de la lógica
denunciado por el recurrente.
Por las anteriores consideraciones, normas legales citadas, y lo dispuesto
en los artículos 474 y 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de nulidad
deducido por don Mauricio Gallardo Farías, abogado, en representación de la
demandada, en contra de la sentencia dictada por el Juzgado de Letras del
Trabajo, de veintiuno de agosto de dos mil veinte, la que, consecuentemente, se
declara que no es nula.
Regístrese, notifíquese y comuníquese por la vía correspondiente.
Redacción del Ministro, señor Marcelo Urzúa Pacheco.
Rol N° 69-2020 Laboral-Cobranza

Marcelo Eduardo Urzua Pacheco Pablo Sergio Zavala Fernandez


MINISTRO MINISTRO
Fecha: 20/10/2020 11:50:10 Fecha: 20/10/2020 10:48:11

Jose Elider Delgado Ahumada


MINISTRO
Fecha: 20/10/2020 11:05:59
NTPPHFJRNC
Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Arica integrada por los Ministros (as) Marcelo Eduardo Urzua P., Pablo
Sergio Zavala F., Jose Delgado A. Arica, veinte de octubre de dos mil veinte.

En Arica, a veinte de octubre de dos mil veinte, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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