La Noche Boca Arriba
La Noche Boca Arriba
La Noche Boca Arriba
Lo han vendado y está en una cama con fiebre en un estado de sopor, como
consecuencia del accidente y de los medicamentos; entonces, se adormece y tiene
un sueño. Sueña curiosamente que es un indio mexicano de la época azteca, que
está perdido entre las ciénagas y se siente perseguido por una tribu enemiga que
lo quieren sacrificar. Se despierta repetidas veces al principio aliviado pero luego
confundido, las últimas veces tratando de evitar esa pesadilla...
La segunda historia se intercala con la primera porque es el supuesto sueño.
Describe un episodio de la guerra florida en donde un indio azteca es perseguido
por una tribu enemiga, los motecas, aunque el huye y lucha por su vida, al final
es capturado, atacado y arrastrado hacia la gran pirámide. Allí un sacerdote lo
espera con un puñal, para sacrificarlo ya que éste era un rito de esta tribu.
Análisis
Dos historias se entrecruzan: en una el protagonista tiene una
accidente con la moto y agoniza en el hospital hasta morir; en la
otra, es un joven moteca en guerra con los aztecas que termina
siendo sacrificado. Ambos personajes, que son el mismo, se
proponen como dobles. Aunque la aventura en la jungla se
plantea desde el comienzo como una pesadilla, como un producto
de la fiebre y las medicaciones, en el desenlace, el personaje
termina aceptando que su historia en el hospital era el verdadero
sueño, y que lo real era ser sacrificado por el aborigen azteca.
La ambigüedad entre ambos espacios y tiempos recorre todo el
relato. Una vez más vemos tránsitos entre distintas zonas como el
modo espacial que tiene Cortázar de presentar la fantasía. Desde
el comienzo, el personaje atraviesa un zaguán, un espacio
intermedio por definición -entre el afuera y el adentro de una
casa. El personaje reflexiona sobre el momento del accidente y
describe esa ocasión como un tránsito hacia otro espacio. Después
del accidente comienzan las dislocaciones, primero en los demás y
luego en él mismo: escucha “voces que no parecían pertenecer a
las caras suspendidas sobre él” (2016:146) y luego gritos que
termina reconociendo como suyos. La disociación crece mientras
avanza la narración.