Apendicitis Micro
Apendicitis Micro
Apendicitis Micro
El apéndice difiere del colon porque tiene una capa uniforme de músculo longitudinal en la
muscular externa (f g. 17-30 y lámina 63, pág. 672). El rasgo más obvio del apéndice es la
gran cantidad de nódulos linfáticos que se extienden dentro de
la submucosa. En muchos adultos, la estructura normal del
apéndice desaparece y el órgano se llena con tejido cicatrizal
fibroso. La obstrucción del orificio de comunicación entre el
apéndice y el ciego, en general debido a
cicatrices, produce acumulación de moco
viscoso o materia fecal que se introduce
en la luz del apéndice proveniente del
ciego y puede causar apendicitis
(inflamación del apéndice). El apéndice
también es un sitio común de aparición
de carcinoide, un tipo de tumor que se
origina a partir de las células
enteroendocrinas de la mucosa de
revestimiento
Apendicitis congestiva o catarral
cuando ocurre la obstrucción del lumen apendicular se acumula la secreción mucosa y
agudamente distiende el lumen. El aumento de la presión intraluminal produce una
obstrucción venosa, acúmulo de bacterias y reacción del tejido linfoide, que produce un
exudado plasmoleucocitario denso que va infiltrando las capas superficiales. Todo esto
macroscópicamente se traduce en edema y congestión de la serosa y se llama apendicitis
congestiva o catarral.
Apendicitis flemonosa o supurativa
la mucosa comienza a presentar pequeñas ulceraciones o es completamente destruida
siendo invadida por enterobacterias, coleccionándose un exudado mucopurulanto en la luz
y una infiltración de leucocitos neutrófilos y eosinófilos en todas las túnicas incluyendo la
serosa, que se muestra intensamente congestiva, edematosa, de coloración rojiza y con
exudado fibrino-purulento en su superficie; si bien aún no hay perforación de la pared
apendicular, se produce difusion del contenido mucopurulento intraluminal hacia la cavidad
libre.
Apendicitis gangrenosa o necrótica
cuando el proceso flemonoso es muy intenso, la congestión y rémora local y la distensión
del órgano producen anoxia de los tejidos, a ello se agrega la mayor virulencia de las
bacterias y a su vez el aumento de la flora anaeróbica, que llevan a una necrobiosis total. La
superficie del apéndice presenta áreas de color púrpura, verde gris o rojo oscuro, con
microperforaciones, aumenta el líquido peritoneal, que puede ser tenuamente purulento con
un olor fecaloideo.
Apendicitis perforada
cuando las perforaciones pequeñas se hacen más grandes, generalmente en el borde
antimesentérico y adyacente a un fecalito, el líquido peritoneal se hace francamente
purulento y de olor fétido, en este momento estamos ante la perforación del apéndice. Toda
esta secuencia debería provocar siempre peritonitis, si no fuera porque el exudado fibrinoso
inicial determina la adherencia protectora del epiplon y asas intestinales adyacentes que
producen un bloqueo del proceso que, cuando es efectivo, da lugar al plastron apendicular,
y aun cuando el apéndice se perfore y el bloqueo es adecuado, dará lugar al absceso
apendicular, éste tendrá una localización lateral al ciego, retrocecal, subcecal o pélvico y
contiene una pus espesa a tensión y fétida.
Cuando el bloqueo es insuficiente o no se produce, como en el niño que presenta epiplon
corto, la perforación del apéndice producirá una peritonitis generalizada, que es la
complicación más severa de la apendicitis
Procedimiento histológico
Su pared tiene 4 capas:
Mucosa
Submucosa
Muscular externa
Serosa.
En la mucosa encontramos: epitelio, corion y muscular de la mucosa. El epitelio es
cilíndrico simple denominada columnar o prismático con abundantes células
caliciformes (productoras de moco), células neuroendocrinas, células madres
regenerativas y células M que captan péptidos desde la luz y los presentan
a los linfocitos.
Debajo del epitelio se encuentra la lámina propia o corion con abundante
MALT diseminado y formando folículos linfoides, en cuyos centros germinales se
encuentran macrófagos, algunos de ellos con cuerpos apoptósicos. En la profundidad del
corion está la muscular de la mucosa.
La submucosa está formada por tejido conjuntivo laxo muy vascularizado con pequeños
ganglios de neuronas motrices parasimpáticas y delgados nervios mielínicos y
amielínicos.
La muscular externa está formada por músculo liso unitario o visceral
ricamente inervado; entre las capas musculares se encuentran pequeños ganglios
parasimpáticos.
La adventicia está formada por una membrana serosa compuesta por epitelio escamoso
simple que descansa sobre una delgada capa de tejido conectivo laxo.
Histológicamente la apendicitis aguda se presenta de esta manera.
fases
La inflamación aguda del apéndice es una de las emergencias quirúrgicas más comunes.
Apendicitis aguda
tardía
EI cambio más temprano, mostrado en la microfotografía (a), es
la ulceración (U) de la mucosa, con un exudado (Ex)
inflamatoria fibrina purulento agudo en la superficie y un
exudado purulento (P) dentro centro del abdomen.
Conforme la condición progresa, la inflamación se extiende a
través de todas las capas de la pared del apéndice, y la ulceración
mucosa se hace más extensa. Esta situación se ilustra en la
microfotografía (b)de la luz.
Ahora quedan
pocas glándulas
(G) mucosas
originales intactas, y grandes
cantidades de neutrófilos
han infiltrado la submucosa
(SM) y la capa muscular
(M) hasta la serosa (S). donde
se está empezando a
formar exudado fibrinoso
(F) en un punto de la
superficie peritoneal. Esta
peritonitis, que afecta al
peritoneo parietal en la
fosa iliaca derecha, es
responsable de las
manifestaciones clínicas
clásicas de
la apendicitis aguda, con
localización del dolor en esa
zona abdominal. EI
exudado peritoneal se
extiende
con frecuencia para cubrir
la mayor parte de la
superficie serosa del apéndice
y el meso apéndice, a
pesar de que el punto en
el que la inflamación
extiende a través de la pared
apendicular permanece bien
localizado. A gran aumento, la
microfotografía (c) muestra el
infiltrado inflamatorio agudo
en la capa muscular de la
pared del apéndice; el
infiltrado inflamatorio está
construido principalmente
por
neutrófilos (N).
Las fibras musculares (M)
lisas están separadas por
edema inflamatorio. La
inflamación continuada e
intensa de la pared
apendicular conduce con
frecuencia a una necrosis
extensa de la capa muscular
apendicular gangrenosa,
que predispone a la
perforación del apéndice
con peritonitis más
generalizada. Esta
característica se puede
apreciar en
la microfotografía (d), donde
la capa muscular (M) es
identificable hasta el punto
donde ha experimentado
necrosis (N). La perforación
del apéndice es inminente
y, casi con toda seguridad, se
producirá en este lugar.
El pus (P) que [llena la luz
pasara a la cavidad peritoneal,
para producir una peritonitis
más grave y extensa de
naturaleza infecciosa. En
ausencia del tratamiento
apropiado
pueden acontecer
complicaciones de la
perforación. que incluyen
absceso peri
apendicular, absceso
subdiafragmatico, septicemia,
shock y muert
La inflamación aguda del
apéndice es una de las
emergencias quirúrgicas más
comunes.
EI cambio más temprano,
mostrado en la
microfotografía (a), es la
ulceración (U) de la
mucosa, con un exudado (Ex)
inflamatoria fibrina purulento
agudo en la superficie y un
exudado purulento (P) dentro
de la luz. En esta fase, el
paciente puede experimentar
el
dolor vago en el centro del
abdomen.
Conforme la condición
progresa, la inflamación se
extiende a través de todas las
capas
de la pared del apéndice, y la
ulceración mucosa se hace
más extensa. Esta situación se
ilustra en la microfotografía
(b)
Ahora quedan pocas glándulas (G) mucosas originales intactas, y grandes cantidades de
neutrófilos han infiltrado la submucosa (SM) y la capa muscular (M) hasta la serosa (S).
donde se está empezando a formar exudado fibrinoso (F) en un punto de la
superficie peritoneal. Esta peritonitis, que afecta al peritoneo parietal en la fosa
iliaca derecha, es responsable de las manifestaciones clínicas clásicas de la apendicitis
aguda, con localización del dolor en esa zona abdominal. EI exudado peritoneal se
extiende con frecuencia para cubrir la mayor parte de la superficie serosa del
apéndice y el meso apéndice, a pesar de que el punto en el que la inflamación
extiende a través de la pared apendicular permanece bien localizado. A gran aumento, la
microfotografía (c) muestra el infiltrado inflamatorio agudo en la capa muscular de la pared
del apéndice; el infiltrado inflamatorio está construido principalmente por
neutrófilos (N).
Las fibras musculares (M) lisas están separadas por edema inflamatorio. La
inflamación continuada e intensa de la pared apendicular conduce con frecuencia
Apendicitis aguda establecida a una necrosis extensa de la capa muscular apendicular
gangrenosa, que predispone a la perforación del
apéndice con peritonitis más
generalizada. Esta característica se
puede apreciar en la microfotografía
(d), donde la capa muscular (M) es
identificable hasta el punto donde ha
experimentado necrosis (N). La
perforación del apéndice es inminente
y, casi con toda seguridad, se
producirá en este lugar.
El pus (P) que [llena la luz pasara a la
cavidad peritoneal, para producir una peritonitis más grave y
extensa de naturaleza infecciosa. En ausencia del tratamiento
apropiado pueden acontecer complicaciones de la
perforación. que incluyen absceso peri apendicular, absceso subdiafragmatico,
septicemia, shock y muerte.
Apendicitis gangrenosa