Libro La Situación de La Seguridad
Libro La Situación de La Seguridad
Libro La Situación de La Seguridad
seguridad y la
justicia 2009-2014
Entre expectativas de cambb iio manoo dura
militar y treguas o,
pandilleras
Coordinadora y Editora
Jeannette Aguilar
Equipo de investigación
Jeannette Aguilar
Laura Andrade
Adilio Carrillo
Amparo Marroquín
Rina Montti
Iris Tejada
Olga Vásquez
Las opiniones expresadas en este documento son de absoluta responsabilidad de los autores y
no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la agencia que colaboró con el
financiamiento de la publicación.
Índice iii
Índice
Agradecimientos..................................................................................................................... vii
Presentación............................................................................................................................ ix
Prólogo .................................................................................................................................... xiii
Introducción ........................................................................................................................... xix
Aspectos metodológicos............................................................................................xxiii
Resumen Ejecutivo...................................................................................................xxvii
Acrónimos y siglas.....................................................................................................173
Índice de gráficos, tablas, figuras, cuadros, imágenes, esquema................................175
ANExOS
Referencias bibliográficas...........................................................................................201
vi Índice
Agradecimientos
Por desgracia, aquella ilusión no logró materializarse. A pesar de que los Acuerdos
de Paz pusieron fin a la guerra civil e iniciaron un proceso hacia un respeto de los
derechos humanos, civiles y políticos, no lograron un cambio en las estructuras
socioeconómicas del país que posibilitara una nueva sociedad. Ciertamente, se han
dado algunos avances importantes hacia la consolidación de la democracia, pero la
violencia no ha cesado y el Estado ha sido incapaz de garantizar el derecho a la vida de
los ciudadanos. Mientras se cerraba el capítulo de la guerra civil con la
desmovilización de las fuerzas enfrentadas y la entrega de armas por parte de la
guerrilla, nacía una nueva forma de violencia, que ha terminado cobrando gran
cantidad de víctimas y a la fecha es uno de los más graves flagelos de nuestra sociedad.
Los Acuerdos de Paz y el nuevo orden político surgido de estos tampoco lograron
cambiar las condiciones de vida de la mayoría de la población. Una gran parte de los
salvadoreños sigue luchando a diario por la supervivencia, enfrenta serias limitaciones
económicas y apenas tiene oportunidades y esperanzas de un mejor porvenir. A lo largo
de estos años, decenas de miles de compatriotas han decidido abandonar el país en pos
de un mejor futuro, aun a costa de la separación familiar y el riesgo permanente de la
deportación. Pero algo ha cambiado: si en las dos últimas décadas la emigración estuvo
motivada principalmente por un afán de mejora económica, en los años recientes cada
vez pesa más el deseo de huir de la violencia y la delincuencia.
x Presentación
La paz —afirma Juan Pablo II— es un bien indivisible. O es de todos o no es de nadie. Sólo
es posible alcanzarla realmente y gozar de ella, como mejor calidad de vida y como desarrollo más
humano y sostenible, si se asume en la práctica, por parte de todos, una “determinación firme y
perseverante de empeñarse por el bien común”.1
Las instituciones que surgieron de los Acuerdos de Paz, y que debían garantizar la
plena vigencia del Estado de derecho, no han estado a la altura de lo esperado. Ni la
Fiscalía General de la República, ni la Policía Nacional Civil, ni el sistema judicial han
sido capaces de luchar eficazmente contra el crimen y garantizar la aplicación de una
pronta y debida justicia. Estas instituciones se han caracterizado por su debilidad, por
permitir la impunidad. Incluso, han sido infiltradas por el crimen organizado y la
corrupción. La ineficacia de su trabajo queda ampliamente demostrada en el segundo
capítulo del documento del Iudop.
En los primeros años de la posguerra, cuando comenzó este fenómeno, a las pandillas
no se les dio la importancia y atención requeridas; no se les quiso abordar con políticas
de prevención que en aquel momento hubieran podido desarticularlas con facilidad y sin
tensiones excesivas. Como reacción a la consolidación de estos grupos, cuando su presencia
y complejidad problemática ya eran innegables, se aplicaron políticas de mano dura que
provocaron un efecto claramente contrario al pretendido. Estas políticas llenaron las
cárceles de pandilleros, sí, pero eso trajo un fortalecimiento y radicalización de sus
líderes, un incremento de la criminalidad y la extensión del control pandilleril por todo el
territorio nacional.
Con el cambio en las jefaturas del área de seguridad, se dejó a un lado la Política
Nacional de Justicia, Seguridad y Convivencia recién aprobada, en la que se otorgaba
un importante papel a la prevención de la violencia y el delito, para pasar a aplicar
estrategias muy arriesgadas, como la tregua entre pandillas y la remilitarización de la
seguridad pública. A pesar de las críticas de una buena parte de la sociedad por la poca
transparencia del proceso y por la supuesta otorgación de privilegios carcelarios a los
líderes de las pandillas, la tregua se tradujo en una inmediata y drástica disminución de
los homicidios. Pero estos volvieron a repuntar poco antes de la elección presidencial
de febrero de este año, lo que mostró la poca sostenibilidad de la medida a mediano
plazo.
En El Salvador, la violencia se ensaña en los pobres. Son ellos los más afectados
por la criminalidad, los que viven más inseguros en sus casas, calles y comunidades.
Pobres son en su mayoría las víctimas de la delincuencia; pobres son en su mayoría los
que llenan a tope las cárceles de nuestro país. Mientras los poderes ocultos, los grandes
líderes del crimen organizado, siguen sin ser investigados y viven cómodamente
protegidos por la ineficiencia del sistema de seguridad y justicia, y por sus socios en la
esfera política.
La UCA, desde su fundación, ha optado por estar al lado de los débiles y los pobres
de El Salvador. A lo largo de su historia, ha trabajado por la justicia y la equidad en la
sociedad, teniendo como horizonte las necesidades de las mayorías populares. En esta
misión se
xii Presentación
Prólogos
Recibo con agrado este estudio a cargo del Instituto Universitario de Opinión Pública
de la UCA, que examina los desafíos que enfrenta el nuevo gobierno de El Salvador en
materia de delincuencia y violencia y que evalúa las debilidades y problemas en la
policía, los centros penales, la Fiscalía General, y el sistema judicial.
El informe destaca dos problemas que han sido de especial preocupación para mí –
uno es el riesgo de volver a poner a la Fuerza Armada a cargo de la seguridad pública;
y el otro, la multiplicidad de problemas en la Fiscalía General para investigar y
procesar eficazmente los casos.
El presente informe aborda además los pasos positivos que se han dado en el
sistema penitenciario y considero que la PNC, pese a sus problemas, está llena de
buenos oficiales que pueden, con un buen liderazgo, hacer una verdadera diferencia
para el pueblo de El Salvador. Espero que el nuevo Gobierno tome en cuenta las
recomendaciones del presente informe, y dé pasos para la construcción de instituciones
que sean efectivas y puedan asumir el control de la delincuencia y mejorar la seguridad
y protección de los ciudadanos y las ciudadanas de El Salvador.
Me da especial gusto ver que este informe surja de un instituto de la UCA. Conocí
al Padre Ellacuría, y a los demás jesuitas que ayudaron a hacer de la UCA una
institución que proporcionara el liderazgo intelectual y la visión de un El Salvador más
democrático, más justo y solidario. Dicha visión hace falta en la actualidad – para que
la generación emergente de líderes salvadoreños pueda ayudar a edificar a las
instituciones que construyan un El Salvador mejor, más seguro, y más justo; para que
puedan hacer del sueño prometido en los Acuerdos de Paz una realidad. Considero que
la UCA puede ayudar a proporcionar dicha visión, y que este informe es una
contribución importante.
James P.
McGovern Miembro del Congreso de los
Estados Unidos
Cámara de Representantes
2 de septiembre de
2014
Prólogo 15
s
La firma de los Acuerdos de Paz marcó un hito histórico en El Salvador. Este hecho
dio fin a doce años de conflicto armado y le apostó a un nuevo modelo de seguridad
pública para el país. Los Acuerdos separaron constitucionalmente las funciones de la
policía (seguridad pública) y las Fuerzas Armadas (defensa nacional). A su vez,
ordenaron la disolución de la vieja policía y su sustitución por una nueva fuerza
policial en reconocimiento de las graves violaciones a los derechos humanos
perpetradas por las viejas fuerzas de seguridad y su visión militarista dictaminada por
su sumisión a las Fuerzas Armadas. De este nuevo cuerpo fueron excluidos miembros
de la antigua Policía Nacional. Los acuerdos le asignaron a la Policía Nacional Civil
una nueva doctrina civilista y democrática, construida en torno a la investigación
criminal y orientación de policía comunitaria.
El estudio ofrece un examen de las medidas adoptadas en los últimos años para
fortalecer el sistema de justicia, al mismo tiempo que resalta los continuos problemas
que enfrenta el sistema, los riesgos de corrupción y la tentación de miembros del poder
legislativo de querer tomar control cuando jueces independientes emiten decisiones
importantes, pero políticamente controversiales. A través del estudio del manejo de la
persecución e investigación criminal, el informe deja claro los serios problemas que
continúa enfrentando la Fiscalía General de la República en su capacidad para
investigar, procesar y llevar casos ante los tribunales.
Por el contrario, el informe describe, a pesar de las dificultades, los avances reales
logrados en el sistema penitenciario. Si bien el sistema enfrenta serios desafíos
(continúa siendo el país con la tasa más alta de sobrepoblación carcelaria), el sistema
penitenciario ha logrado avances importantes en el combate a la corrupción y el control
del sistema, y ha logrado expandir medidas alternativas al encarcelamiento y crear
programas modestos de rehabilitación y reinserción.
Geoff Thale,
Director de
programas
Washington Office on Latin America (WOLA)
Adriana Beltrán,
Coordinadora del Programa de Seguridad Ciudadana
Washington Office on Latin America (WOLA)
Introducción
Este escenario se ha visto agravado en los años recientes por el amplio control
territorial y poblacional que ejercen los grupos delincuenciales en diversas zonas del
país, y por el creciente uso de complejas modalidades criminales que generan zozobra y
miedo entre la población. Las prácticas de desmembramientos y mutilación de los
cuerpos, el control extorsivo de la población, la desaparición de personas y los nuevos
flujos de desplazamiento forzado, son algunas de las expresiones que ha adoptado la
vorágine de la violencia criminal en el país. En este contexto, la inseguridad se ha
convertido en un fuerte reconfigurador de la vida nacional y en la mayor fuente de
preocupación ciudadana (Iudop, 2009-2013).
Además de los elevados costos humanos que provoca, el sufrimiento y los efectos
psicosociales en las víctimas, y su impacto negativo en la convivencia y el tejido social,
la violencia criminal representa para el país una elevada carga económica. Según el
Banco Mundial (2011), los costos directos de la criminalidad alcanzan los 2,010 millones
de dólares, es decir el 10.8% del PIB anual. Estos costos equivalen a la suma del gasto
público de salud y educación como porcentaje del PIB en 2011. A la vez, uno de los
efectos más perversos de la violencia y la criminalidad es la erosión de la legitimidad
de las instituciones y de los valores esenciales de la democracia (Aguilar, 2012).
xx Introducción
¿Cuáles son algunos de los desafíos que enfrentan actualmente las autoridades en el
análisis y en la medición de la criminalidad?, ¿cuál es el nivel de efectividad de las
instancias responsables de la persecución y sanción penal?, ¿a qué obedeció el giro
estratégico del Gobierno de Funes respecto al enfoque y la política de seguridad
inicialmente planteada?,
¿qué tanto se comprometió la seguridad y gobernabilidad futura con las decisiones
tomadas durante el Gobierno de Funes en la conducción de la seguridad?, ¿cuál es el
estado actual del
Introducción xxi
sistema penitenciario? Estas son algunas de las preguntas que buscan ser respondidas a
lo largo del informe, a fin de aportar a la comprensión de la situación actual de la
inseguridad y a la búsqueda de caminos para encarar algunos de sus principales
desafíos.
Una de las hipótesis de la que partió el estudio fue que el giro en la conducción de
la seguridad, en relación al enfoque inicialmente propuesto durante la administración
de Funes, obedeció a la influencia de grupos de poder fáctico, quienes buscaron
asegurar el control del aparato de seguridad para garantizar su impunidad y
salvaguardar la viabilidad de sus intereses. Otra de las hipótesis inicialmente planteadas
es que el estamento militar aprovechó la inédita situación de un presidente sin base
partidaria para ganar mayor protagonismo, recuperar el control de la seguridad pública
y conseguir la legitimidad política para perfilarse como actores imprescindibles en la
estabilidad de la nación.
Jeannette Aguilar
Directora
Instituto Universitario de Opinión
Pública
Aspectos metodológicos
Técnicas de investigación
Las entrevistas
La entrevista mixta o semiestructurada es una de las técnicas de investigación
cualitativa a través de la cual la persona que investiga obtiene información oral y
personalizada sobre las valoraciones, opiniones, conocimientos, actitudes y
experiencias que el entrevistado tiene sobre un tema concreto. Si bien las preguntas
son abiertas, la entrevista semiestructurada implica un trabajo previo de
establecimiento de categorías temáticas de interés que orientan el diseño de los guiones
de entrevistas. Es un tipo de entrevista que permite combinar la espontaneidad en la
formulación de preguntas y la guía de una estructura preconcebida; esto es lo que
permite generar relaciones entre temas e hipótesis diversos, por lo que requiere una
gran atención por parte del entrevistador o entrevistadora (Corbetta, 2010).
24 Aspectos metodológicos
Para diseñar las guías de entrevista y precisar su contenido, se construyó una matriz
de categorías y subcategorías temáticas derivadas de las principales variables de interés
de la investigación. En un primer momento, se contó con cinco grandes ejes temáticos
que luego fueron reestructurados para dar paso a lo que fue el índice temático de este
informe. Si bien los guiones de entrevista respondieron a las principales categorías y
subcategorías priorizadas, algunos contenidos específicos abordados variaron en
función de la experticia y el conocimiento particular de la fuente entrevistada.
La selección de los entrevistados se hizo de forma dirigida, con base a dos criterios:
su experticia sobre el tema y su participación y conocimiento de la gestión de la
seguridad pública durante la administración Funes. En virtud del derecho de reserva de
la fuente, y con el fin de resguardar la identidad de los entrevistados, a excepción de
dos casos, se decidió no citar la identidad de las fuentes. Para efectos de aportar validez
al análisis de los datos expuestos, se procedió a triangular la evidencia recabada, de tal
forma que solo se consideró la información que fue suficientemente validada por las
diferentes fuentes.
Recolección documental
La técnica de investigación documental “es el proceso sistemático de indagación,
recolección, análisis e interpretación de información o datos en torno a un determinado
tema” (Alfonso, 1995, citado por Morales, 2003, pg.2), a través de información de
carácter impresa, digital y audiovisual. Durante la etapa de investigación, se recopiló y
revisó un amplio número de documentos oficiales relativos a las gestiones de la
seguridad y justicia formuladas durante el pasado quinquenio entre los que se incluyen
políticas, planes estratégicos y operativos, estrategias, leyes, decretos y otros documentos
institucionales relativos al tema.
Esto tuvo como objetivo descifrar las tendencias e ideas primordiales que los
principales periódicos nacionales situaron en la opinión pública, en torno a estos dos
temas.
Para ello, a lo largo de un año un equipo de trabajo compiló y analizó 322 notas
periodísticas publicadas por los periódicos El Diario de Hoy, Contrapunto, Colatino, La
Prensa Gráfica, El Mundo y El Faro. De estas, se analizaron 149 notas sobre Munguía
Payés publicadas entre junio de 2009 a diciembre de 2012 y 173 referentes al tema de
pandillas y tregua, producidas en noviembre de 2011, y los meses de marzo y
noviembre de 2012. Para facilitar el análisis de las notas, se diseñaron fichas que
sistematizaron aspectos como las fuentes consultadas en la nota, los principales
atributos asignados al tema u actor que abordó la nota, las fotografías y la consistencia
entre títulos y contenido de las notas, entre otros aspectos.
El informe señala además que las armas de fuego están presentes en alrededor del
70% de los asesinatos producidos en el país y que las principales víctimas de
homicidios siguen
xxviii Resumen ejecutivo
siendo los hombres jóvenes. No obstante esta tendencia, las tasas de homicidios de
mujeres han experimentado en la última década, un abismal crecimiento. Entre 2003 y
2011 las tasas de homicidios de mujeres pasaron de 7.4 a 19.1 muertes por cada
100,000 mujeres. Esta tasa constituye una de las más altas a nivel mundial.
Un dato revelador del giro adoptado por el Gobierno de Funes es el incremento del
253% de efectivos militares en labores de seguridad durante el primer año de gestión,
un aumento sin precedente en el período de posguerra. Asimismo, el presidente amplió
facultades y competencias del ejército en otros ámbitos como la seguridad penitenciaria
y seguridad fronteriza y autorizó su participación en planes de seguridad del sistema de
transporte público, de seguridad en centros educativos y en diversas tareas disuasivas y
de persecución del delito, sin supeditación a la policía. Con ello se le otorgó un amplio
nivel de discrecionalidad al sector militar que llegó progresivamente a tomar control de
la seguridad de otras áreas claves como el Aeropuerto Internacional, Aduanas y
Fronteras, y Migración y Extranjería, entre otros. A la vez, el presupuesto asignado al
ramo de la Defensa Nacional en
xxx Resumen ejecutivo
Todo esto configuró un escenario propicio para que el estamento militar cobrara
una relevancia sin precedentes y se posicionara ante la opinión pública como un sector
imprescindible para resolver los problemas de criminalidad del país, en el cual la
negociación con las pandillas jugó un rol clave. Estas decisiones provocaron graves
distorsiones y un fuerte debilitamiento en la institucionalidad de la seguridad pública,
particularmente en la PNC, al mezclar enfoques contrapuestos, interrumpir los procesos
de profesionalización iniciados y dar marcha atrás a la depuración de los malos
elementos policiales iniciados por las anteriores autoridades, lo cual genera efectos
adversos y contraproducentes en la cultura institucional que toma tiempo revertir.
El estudio concluye con una serie de recomendaciones, entre las que se destacan la
implementación de la Política de Justicia, Seguridad y Convivencia, la adopción de
reformas institucionales orientadas a favorecer que las entidades responsables de la
persecución del delito y de la investigación y sanción penal funcionen como un sistema
integrado, la articulación de un sistema unificado de estadísticas criminológicas que
generen datos confiables y homologados, la ampliación de la cobertura de los
programas de reinserción social iniciados con la población penitenciaria y el desarrollo
institucional del modelo de policía comunitaria, en el marco de un trabajo interagencial
de gestión de la seguridad, entre las más importantes.
Capítulo 1.
La incidencia delincuencial registrada
De acuerdo a los registros oficiales, entre 1990 y 2013 han sido asesinadas en El
Salvador un poco más de 73,000 personas, cifra cercana a las muertes que se calculan
ocurrieron durante el pasado conflicto armado. Estos datos han situado recurrentemente
a El Salvador entre el grupo de los países más violentos del globo. Hasta el 2011, El
Salvador figuró como el segundo país con la mayor tasa de homicidios por cada
100,000 habitantes del hemisferio, después de Honduras. Aunque no se trata de
ninguna novedad, dado que históricamente El Salvador ha registrado tasas superiores a
la media latinoamericana, es paradójico que en el período de establecimiento de la paz,
las muertes violentas hayan alcanzado tal magnitud y el fenómeno delincuencial haya
adoptado complejas dinámicas y expresiones criminales.
1 Para los años inmediatamente posteriores al conflicto armado, no se cuentan con datos suficientemente
confiables, debido a la ausencia de registros estadísticos sistemáticos. En estos años, los datos utilizados
fueron los producidos por la Fiscalía General de la República. Para el período 2003-2008 se han utilizado
datos del IML y para el período 2009 y 2013 los producidos por la mesa técnica de los homicidios, a
excepción de los correspondientes a 2010, que corresponden al IML, dado que durante un tiempo se
interrumpió el esfuerzo de homologación de las instituciones integradas en la mesa tripartita.
Gráfico 1.1.
Tasa de homicidios por cada 100,000 habs. El Salvador, 1990-2013
15 0
138.2
13 0
117.4
90
69.8 71.270.3
70 63 64.6 64.8
57.3
48.7 51.9
50
41.5 39.7
36
30
10
19901996 200420062008 20102012
1994200320052007200920112013
Las estadísticas oficiales disponibles muestran que, aunque las muertes intencionales
han mostrado fluctuaciones a lo largo de dos décadas de transición, las tendencias han
mostrado en general una elevada magnitud. Los datos de homicidios durante los
primeros años del posconflicto exhibían tasas que alcanzaron las 138 muertes por cada
100,000 habitantes. Si bien existen dudas respecto a la confiabilidad de estas
estadísticas, particularmente las reportadas por la fiscalía para los años 1994 y 1996
(Cruz y otros, 2000), estos datos constituyen uno de los pocos registros oficiales
existentes sobre muertes violentas durante los primeros años del posconflicto.
Tabla 1.1.
Número y tasa de homicidios, 2009-2013
Al aumento de los asesinatos, se han sumado una serie de atentados contra policías,
ataques armados contra unidades del transporte público y declaratorias de toques de
queda por parte de grupos delincuenciales en diferentes municipios del país. De
acuerdo al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, solamente entre enero y junio de
2014, se
registraron 120 ataques armados y enfrentamientos entre policías y pandilleros
(Castillo, 2014). Esto ha generado entre la población un clima de elevada
incertidumbre y zozobra.
Un dato que debe ser considerado en el análisis de las muertes violentas de los
últimos años es el creciente grado de brutalidad y barbarie utilizado por los
perpetradores en la ejecución de muchos de los crímenes, que se expresa en las
recurrentes prácticas de mutilación, decapitación, lapidación e ignición de los cuerpos,
así como en los signos de tortura y de sufrimiento infringido a las víctimas antes de su
muerte.
Algunos elementos a considerar en torno a las repentinas fluctuaciones de las muertes violentas
Ciertamente existen dudas respecto a las repentinas fluctuaciones a la baja o al alza que
han experimentado las muertes violentas en ciertos períodos, que difieren de las
tendencias de prevalencia anual registradas en las series históricas de homicidios y que
no parecen obedecer al impacto de alguna política en particular.
De igual manera sucedió en el 2009 con el hallazgo de todos estos cementerios y fosas
clandestinas, en donde se comenzaron a descubrir casos, incluso el de Tonacatepeque, con un modo muy
particular que era el de estrangulación, a la persona la ponían a hacer su propia fosa y dentro de
la fosa la estrangulaban con el cincho, con una manta, con un alambre que iban torciendo hasta
estrangularlo. A partir de allí se empieza a dar cierta presencia de modalidad de las fosas
clandestinas… (Experto en Seguridad 2).
A la vez, las cifras oficiales de homicidios de 2009 se vieron nutridas por una
creciente ola de asesinatos que generó alarma entre la población. El promedio mensual
de homicidios pasó de 264 en 2008 a 365 en 2009. En este contexto, la alternancia en
el control del Ejecutivo se produjo en medio de una fuerte crisis de seguridad y de un
clima de incertidumbre. Aunque es difícil agotar una explicación que contemple todas
las posibles variables que pudieron incidir en esta alza, es importante considerar,
además de los factores que ordinariamente inciden en las tasas de mortalidad, el influjo
de la manipulación deliberada de las tendencias de homicidios durante el período de
transición política.
Existen cada vez más indicios de que la reducción de las muertes violentas que
reflejan las cifras oficiales en estos últimos años podría ser ficticia, es decir, no estar
revelando
la magnitud de la violencia letal que está ocurriendo en el país. En función de ello, los
parámetros de estimación de las muertes violentas en el país deberían revisarse, además
de establecer mecanismos y protocolos especiales para esclarecer estos casos. Esta
situación plantea nuevos desafíos para las instituciones encargadas de realizar la
investigación criminal y exige mayores capacidades técnico-científicas tanto para la
localización e identificación de las víctimas, como para la investigación y sanción de
estos hechos.
Tradicionalmente, los principales blancos de muertes violentas en el país han sido los
hombres entre los 15 y 35 años. Hasta inicios de la década pasada, un poco más del
90% de todas las víctimas de homicidios registrados en el país correspondía a hombres,
mientras que las víctimas femeninas representaban menos del 10% de los asesinatos. Si
bien es cierto, los hombres siguen siendo el grupo de mayor riesgo de violencia letal,
desde mediados de la década pasada, en el contexto de agudización de la violencia
mortífera se produjo un crecimiento progresivo de muertes violentas de mujeres del
que no se tiene precedente en la historia reciente. En los últimos años, las víctimas
femeninas alcanzan alrededor del 15% del total de homicidios ocurridos en el país y
más del 60% de estas muertes ocurren regularmente en los departamentos de San
Salvador, La Libertad, Sonsonate y Santa Ana.
Gráfico 1.2.
Tasa de homicidios por cada 100,000 mujeres, 2003-
2013
25
20 19.1
18.2
17.4
Tasa por 100,000 mujeres
15 13.7
12.3
10.8 10.8
9.7
10
8.2
7.4
6.5
0
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
El repunte más significativo del período analizado se registró en 2011, con una tasa
de
19.1 muertes por cada 100,000 mujeres, año en el cual las víctimas femeninas
representaron cerca del 15% del total de muertes violentas. Esta alza coincide con el
abismal aumento experimentado por los homicidios en general. Un año más tarde, las
muertes violentas de mujeres reportaron un notable declive, que se mantuvo hasta el
2013 en el que se registró una tasa de 6.5 por cada 100,000 mujeres, considerada la
más baja de la década. Aún con este importante descenso, esta cifra duplica la tasa de
muertes violentas de mujeres en las Américas, calculada en 3.7 por cada 100,000 mujeres
(UNODC, 2013). Es preciso señalar que la evolución de las tasas de homicidios de
mujeres ha sido concomitante al comportamiento de los homicidios en general.
Tabla 1.2.
Número y tasa de homicidios según género, 2009-2013
Además del crecimiento del número de mujeres asesinadas en los últimos años, es
notorio en muchos casos, el grado de barbarie y la saña utilizada por los perpetradores
para cometer estos hechos (Martínez y Meléndez, 2013), además de signos de haber
sido abusadas sexualmente. La tendencia al alza del número de víctimas femeninas y
las características advertidas en estas muertes dieron lugar a que la legislación nacional
haya incorporado la categoría de feminicidios, para distinguir las muertes de mujeres
por razones de su condición de género, respecto a otro tipo de asesinatos.
Sin embargo, aunque el país cuenta con la Ley Especial Integral para una Vida
Libre de Violencia para las Mujeres, que reconoce explícitamente dicho delito (Arts. 45
y 46), las entidades encargadas de investigar los hechos no utilizan procedimientos ni
protocolos especiales para abordar el caso como un feminicidio3. Debido a ello y con el
fin de minimizar las resistencias de los aplicadores de justicia que “prefieren utilizar la
figura de homicidio
3 La tipificación penal en El Salvador determina que la muerte de una mujer será calificada como feminicidio,
siempre y cuando el asesinato se realice por motivos de menosprecio por la sola condición de ser mujer.
agravado”, en mayo de 2014 la Comisión de la Mujer y de Igualdad de Género de la
Asamblea Legislativa y la CSJ acordaron la creación de tribunales especializados para
juzgar los feminicidios (Quiñónez, 2014).
Por otro lado, los asesinatos contra hombres siguen exhibiendo tasas bastante
elevadas. Al examinar los datos del último quinquenio, la tasa más alta se registró en
2009, con 130.5 muertes por cada 100,000 hombres; mientras que la más baja se
registró en 2012 y 2013, con 77 muertes por cada 100,000 hombres. Aún con esta
reducción, la tasa de víctimas masculinas es casi tres veces mayor que el promedio en
América, estimado en 29.3 por cada 100,000 hombres (UNODC, 2013).
Gráfico 1.3.
Número de homicidios por rango de edad, 2009-2013
(N= 17,850)
7
Número de homicidios (en miles)
3
<09 10-1920-2930-3940-49 >50Indeterm.
Fuente:
2 Instituto de Medicina Legal
1
El grupo etario más afectado fue el de los jóvenes entre 20 y 29 años, los cuales
representan el 34% del total de víctimas registradas en el período. El número de
muertes disminuye sensiblemente después de esta edad, aunque ya no sigue la marcada
tendencia decreciente registrada en las series históricas conforme envejecen. Otro dato
sobre el que merece llamar la atención es el elevado número de víctimas en las que no
fue posible establecer su edad (531). Estos casos alcanzaron su número más elevado en
el 2012, en que el 7.9% de todas las víctimas mortales fue registrada con edad
indeterminada.
Gráfico 1.4.
Número de homicidios por rango de edad, 2013
(n=2,499)
500
400
Número de homicidios
300
200
100
0
Fuente: Instituto de15-19
<-1 1-9 10-14 Medicina
20-24 25-29 Legal
30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 >65 Nd
Gráfico 1.5.
Homicidios según área geográfica, 2009-2013
En porcentajes
70
Urbana Rural
60
50
20 52.9 53.1
56.7 47.1
30 50.9 49.1 54.3
43.3
Fuente: PNC
Aunque estas variaciones en las tendencias de mortalidad de las zonas geográficas
se han visto influidas por las modalidades de abandono u ocultamiento de los cadáveres
en zonas boscosas o lejanas a las ciudades, no puede dejar de señalarse el notorio
incremento de la criminalidad en algunas zonas rurales en el país. El desplazamiento de
algunas clicas y otros grupos delincuenciales hacia zonas rurales del país y las
fluctuaciones en las rutas de tráfico de droga parecen estar provocando brotes de
violencia en ciertas regiones. La situación de criminalidad, incertidumbre y zozobra
que viven actualmente muchas zonas rurales del país viene a agravar la situación de
pobreza y vulnerabilidad en la que se encuentra la mayoría de pobladores de estas
regiones del país. Esto ha llevado en algunas zonas a que se produzcan desplazamientos
colectivos de familias y comunidades (Rivas, 2014; Beltran, 2014).
Tabla 1.3.
Número y porcentaje de homicidios por departamento, 2009-2013
Al traducir los datos anteriores a tasas de homicidios por cada 100,000 habitantes a
nivel departamental, las tendencias generales se mantienen. El siguiente mapa muestra
que para el 2009 los departamentos que registraron tasas superiores a las 80 muertes
violentas por cada l00,000 habitantes fueron Sonsonate (100.6), La Libertad (89.9), Santa
Ana (83.9) y San Salvador (86), en contraste con el departamento de Morazán, que
registró la tasa más baja, inferior a los 20 homicidios por cada 100,000 habitantes.
figura 1.1.
Tasa de homicidios por departamento, 2009
Para el 2010, el único departamento con tasas mayores a 81 por cada 100,000 fue
Sonsonate (88.1); le siguen La Libertad (79.8) y San Salvador (77.5) que, si bien
registraron disminuciones respecto al año anterior, mantuvieron tasas arriba de los 70
homicidios por cada 100,000 habitantes. Morazán siguió registrando la tasa más baja
con 20.4 personas asesinadas por cada 100,000 habitantes.
figura 1.2.
Tasa de homicidios por departamento, 2010
En 2011, Sonsonate registró la tasa más alta del pasado quinquenio, con 109.6
personas asesinadas por cada 100,000 habitantes, seguido por San Salvador, con 83.5 y
San Vicente, que se ubicó como el tercer municipio con la tasa más elevada de muertes
violentas a escala nacional con 80.6 por cada 100,000 habitantes, dos veces más alta
que la registrada un año atrás. Aunque para este año Morazán siguió reportando la tasa
más baja, exhibió un importante incremento en relación a los últimos dos años.
figura 1.3.
Tasa de homicidios por departamento, 2011
figura 1.4.
Tasa de homicidios por departamento, 2012
Tabla 1.4.
Número de armas matriculadas, 2006-2011
Gráfico 1.6.
Porcentaje de homicidios cometidos con armas de fuego, 2003-2013
100
90
78.5 79.2 80.2
80 78.1
75.9 74
73.7
71.1 69.8
70 67.2
61.9
En porcentajes
60
50
40
30
20
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
10
Fuente:
0
Instituto de Medicina Legal
Un análisis más detallado del tipo de arma utilizada en los asesinatos cometidos en
el pasado quinquenio muestra algunos hallazgos interesantes, que suelen ser más
visibles al examinar el quiebre producido en 2012 con el considerable descenso de
homicidios. Al
examinar el período 2009 y 2011, se advertía una reducción progresiva en la
prevalencia de muertes provocadas por armas de fuego, en contraste con el
considerable aumento de muertes producidas por armas blancas que para estos años
estuvo cerca de duplicarse4.
Tabla 1.5.
Número y porcentaje de homicidios según tipo de arma utilizada, 2009-2013
Si bien en los últimos años del quinquenio, las muertes cometidas con armas
blancas representaron alrededor de la tercera parte de los homicidios, este aumento
parece estar más asociado a la menor contribución que ahora tienen las armas de fuego
en la tasa de mortalidad general, que al aumento en el número de muertes causadas por
objetos corto punzantes. Es decir que, en la reducción de los homicidios reflejada a
partir de 2012, cobraron un importante peso las muertes causadas por armas de fuego,
dado que fueron estas las que experimentaron la mayor disminución en relación a otras
modalidades de asesinato. Un elemento importante a considerar en las modalidades
utilizadas en los últimos años es la frecuente combinación de armas de fuego, blancas e
incluso objetos contundentes para provocarle la muerte a las víctimas, lo que
complejiza aun más la investigación de hechos.
Las pandillas han sido señaladas reiterativamente por las autoridades como las
principales generadoras de hechos de criminalidad en el país. Aunque no existen cifras
oficiales que
4 Se toman como armas blancas, objetos cortantes, corto contundentes, corto punzantes, objetos contundentes
y punzantes.
respalden esta afirmación, es innegable que estas se han configurado en importantes
actores de la violencia. Estas agrupaciones han experimentado una constante
transformación y una compleja recomposición orgánica y territorial, que las ha orientado
hacia la corporativización (Aguilar, 2010). Ello se ha traducido en un mayor ejercicio de
la violencia simbólica e instrumental, la articulación de extensas redes que ejercen un
amplio control territorial, en el establecimiento de mayores vínculos con la
criminalidad organizada y su incursión en diversos mercados ilegales. En la última
década, además de los asesinatos motivados por las tradicionales disputas entre los
miembros de pandillas, las pandillas han incursionado cada vez más en los negocios
del sicariato, la extorsión y la distribución de drogas.
En los últimos años, muchos de los ataques perpetrados por las pandillas no están
focalizados solo hacia la pandilla rival, sino hacia otros actores como las bandas y
delincuentes no organizados, ciudadanos y miembros de su propia pandilla, que puedan
representar una amenaza a sus negocios. Esto ha llevado a generar una violencia más
generalizada y ubicua (Aguilar, 2010). Información producida por la Unidad de
Investigación y Tratamiento de la Información (UCATI), de la Subdirección de
Investigaciones de la PNC, con base al resultado de la investigación de los casos del
último quinquenio, revela que en años recientes se han incrementado significativamente
los asesinatos atribuidos a las pandillas.
Los datos policiales muestran que entre 2009 y 2010 los homicidios atribuidos a
pandillas rondaban el 11%, dato que corresponde con el comportamiento de años
anteriores. Sin embargo, esta tendencia cambió drásticamente en 2011, año en el que el
número de asesinatos responsabilizados a esos grupos superó el millar. Esto representó
el 26.5% de las muertes a nivel nacional y un crecimiento porcentual del 157%
respecto al año anterior.
Gráfico 1.7.
Número y porcentaje de homicidios atribuidos a pandillas,
según PNC, 2009-2013
801
1,154
460
30.9%
458 449 26.4%
18.4%
10.4% 11.3%
Un primer aspecto a destacar es que, aun cuando estos datos adolezcan de una
subestimación, pues están referidos a los casos que han sido esclarecidos y no a los que
están en proceso de investigación, reflejan una abismal diferencia con las cifras
manejadas por las autoridades en los medios de comunicación. En todo caso, las
propias cifras oficiales basadas en las investigaciones policiales cuestionan los
principales argumentos utilizados por el ex ministro Munguía Payés para justificar la
tregua, quien señalaba que más del 90% de las muertes violentas eran responsabilidad
de las pandillas5.
Sin embargo, al traducir las muertes anuales registradas a tasas por 100,000
habitantes, la mortalidad por accidentes de tránsito en El Salvador ha experimentado
una moderada reducción respecto a hace una década. Para el período 2009-2013 la tasa
promedio de muertes por accidentalidad vial fue de 17 por cada 100,000 habitantes, la
cual corresponde al promedio del continente americano (OMS, 2013), en contraste con
la tasa de 23.7 muertes por cada 100,000 que se reportaba diez años atrás (PNUD,
2005).
5 El ex director de la PNC, Carlos Ascencio, al referirse a los homicidios en 2010, señalaba que los atribuidos
a pandillas no superaban el 40%, mientras el subdirector de investigación, Augusto Cotto, en diciembre de
2011 declaró en varias oportunidades a la prensa que, según las indagaciones policiales, entre enero y
noviembre de 2011, los pandilleros habían cometido el 29.8% de los homicidios, en un momento en el que el
ex ministro Munguía Payés afirmaba insistentemente a la opinión pública que de acuerdo a sus cálculos los
pandilleros eran responsables del 90% de los homicidios. Véase Ávalos (2012), “¿Quién comete los
homicidios en el país?”
Tabla 1.6.
Número y tasa de muertes por accidentes de tránsito, 2009-2013
En los últimos años, este fenómeno ha cobrado visibilidad, tanto por el aumento de
los avisos o denuncias de personas desaparecidas, como por los recurrentes casos en los
que la persona reportada como desaparecida es posteriormente hallada muerta.
Funcionarios de Medicina Legal e incluso el ex director de la PNC, Rigoberto Pleités, han
coincido en señalar que existe una alta probabilidad de que las personas desaparecidas
hayan sido asesinadas (Iraheta, 2013) y que sus restos permanezcan escondidos en algún
cementerio clandestino (López, 2012), lo que apunta a considerar la hipótesis de que
detrás del aumento de las desapariciones podrían estar los homicidios que se están
ocultando y que no pasaron a formar parte de la estadística oficial.
Esto cobra particular relevancia en un contexto en el que los grupos criminales han
adoptado diversas modalidades de ocultamiento de los cadáveres, lo cual dificulta la
rápida identificación de la víctima, complejiza el esclarecimiento de los hechos y enmascara
la realidad delincuencial. A la vez, la desaparición de una persona puede ser antesala de
graves delitos como el abuso sexual, la trata de personas o el tráfico de órganos, algo
que no es remoto en una región fuertemente asediada por las redes transnacionales de
delincuencia organizada.
De acuerdo a información provista por la PNC, entre 2009 y 2013 las denuncias de
personas desaparecidas captadas en sede policial pasaron de 436 a 1,140 lo que
representó un aumento del 161%. La tendencia a la alza se advirtió a partir de 2010,
alcanzando su mayor crecimiento en 2012, con 1,682 denuncias; mientras que en 2013
fueron consignadas 1,140 denuncias. Esta tendencia se mantuvo en los primeros cuatro
meses de 2014. Entre el 1 de enero y 30 de abril se reportaron en sede policial un total
de 533 denuncias, es decir, un promedio de cuatro denuncias diarias. Estos datos dan una
idea de la gravedad que este fenómeno ha alcanzado en los últimos años.
Gráfico 1.8.
Denuncias de personas desaparecidas registradas en la PNC, 2009-2013
1,800
1,600
Número de denuncias
1,400
1,200
1,682
1,000
600 1,140
970
800
400
558
200 436
0
2009 2010 2011 2012 2013
Tabla 1.7.
Situación de las denuncias de desaparecidos según PNC, 2012
En otros casos, la policía minimiza o trivializa los hechos, señalando que pudieron
haber escapado con sus parejas, algo que argumentan con mayor frecuencia cuando se
trata de una mujer desaparecida, lo cual no solo revictimiza a la víctima, sino que
impide la actuación oportuna de las autoridades (Urquilla y otros, 2012). La postura de
restar importancia a las desapariciones fue sostenida reiteradamente por el ex ministro
de Justicia y Seguridad Munguía Payés, debido a que el debate sobre las desapariciones
ensombrecía la publicitada reducción de los homicidios registrada a partir de 2012.
Por otra parte, como sucede con cualquier otro delito, hay una serie de casos que no
llegan a instancia policial, dada la desconfianza o el temor de los familiares a
denunciar, especialmente cuando los familiares han sido amenazados o se trata de
jóvenes vinculados a pandillas, por lo que se impone la necesidad de generar un
sistema de información interinstitucional que integre datos procedentes de distintas
fuentes. El abordaje efectivo de cualquier fenómeno delincuencial parte del
conocimiento de su dimensión, sus patrones y modalidades, lo que requiere de registros
más confiables e integrados.
Tabla 1.8.
Reportes de desaparecidos según el IML, 2011-2012
Además, tenemos una variable que es un problema para nosotros, y es que muchas veces
a esas exhumaciones no nos llaman, porque llaman al señor Ticas [de la FGR], lo cual es
un problema porque él no es perito, altera evidencia, no es idóneo, él es ingeniero en
informática (Experto en Seguridad 2).
Las autoridades del IML señalan que sería deseable que esta base de ADN pueda
ser complementada con las bases que manejan instituciones como la Asociación Pro-
búsqueda o la extinta Oficina de Tutela Legal sobre las desapariciones ocurridas
durante la guerra. Esto obedece a que sus autoridades admiten estar preparándose para
apoyar investigaciones que puedan abrirse sobre casos de desapariciones forzosas que
ocurrieron durante la guerra, ante un eventual fallo de inconstitucionalidad de la Ley de
Amnistía.
Nosotros no somos políticos, pero nos estamos preparando por si la tregua falla, Dios quiera
que no, y también por si los diputados o quien sea, declaran sobre la amnistía de la guerra, nos
estamos preparando para eso, no podemos tocar nada de la guerra porque hay una
amnistía […] pero si en algún momento determinado se quita, pues tenemos ya los contactos y
las bases […] ya hacemos ADN, por ejemplo acabamos de encontrar el esqueleto de un
combatiente de la guerrilla que era de Opico, lo encontramos con su uniforme…a ese le
tomamos el ADN y lo guardamos (Experto en Seguridad 2).
El esfuerzo de depuración de los reportes de desaparecidos, iniciado en los últimos
años, es visto por las autoridades del IML como el primer paso para poder avanzar
posteriormente hacia un sistema que les permita hacer cruces con osamentas, ropa y
otras evidencias encontradas en las exhumaciones. Se prevé que la base de datos de
ADN pueda ser puesta a disposición de la policía y otras instituciones vinculadas a la
investigación del delito.
De concretarse esta iniciativa, el país podría contar con una valiosa herramienta de
apoyo para la identificación e investigación de los casos de víctimas de desapariciones
en el país, que además de esclarecer los hechos y aplicar la justicia, ayude a los
familiares a procesar los duelos irresueltos, así como restituirles el derecho a la verdad
y a la reparación. Los familiares de personas desaparecidas deben enfrentarse, por lo
general a tiempos prolongados de incertidumbre al desconocer durante largo tiempo el
paradero de su ser querido.
Las agresiones sexuales y la violencia intrafamiliar son hechos de gran afectación que
generan diversos y alarmantes impactos en las víctimas y la sociedad en su conjunto.
Pese a ello, muchos de estos delitos no llegan a denunciarse, ya sea por vergüenza,
miedo a represalias o porque han sido naturalizados por la sociedad patriarcal y por el
vínculo de las víctimas con el agresor. Debido a ello, las estadísticas concernientes a
estos delitos adolecen de un importante subregistro.
1.4.1.Delitos sexuales
5,000
4,000 3,766
Número de reconocimientos
3,382 3,491
3,248
2,945
3,000
2,000
1,000
0
2009 2010 2011 2012 2013
Un dato que no debe pasarse por alto es que las niñas y mujeres siguen siendo el
grupo de mayor riesgo a la violencia sexual, aun cuando las víctimas masculinas han
comportado un progresivo crecimiento en los últimos años. Un poco más del 80% de
las víctimas de agresión sexual reconocidas por el IML en el último lustro son personas
del sexo femenino.
Al desagregar los rangos de edad de las víctimas de agresión sexual reportados por
el IML durante 2013, el 54.8% de todas las víctimas tiene entre 0 y 14 años. En este
grupo, el rango entre los 10 y 14 años es el más afectado por estas agresiones, seguido
del segmento entre los 15 y 19 años, lo que confirma la alta vulnerabilidad de las niñas,
niños y jóvenes frente a la violencia sexual.
Gráfico 1.10.
Víctimas de agresiones sexuales reconocidas por el IML
según género y grupo etario, 2013
(n=3,491)
1200
MujeresHombres
800
600
400
200
Gráfico 1.11.
Relación de víctimas con el agresor sexual, 2013
(n=2,793)
Pareja,
ex pareja 23.5% Familiar
11.2%
Padre,
padrastro 11.6%
Otros 0.5%
Desconocidos
Conocidos 19.4%
33.8%
Fuente: Instituto de Medicina Legal
El siguiente cuadro expone cifras de violaciones sexuales registradas por la Unidad
de Análisis y Tratamiento de la Información (UCATI), de la Subdirección de
Investigaciones de la PNC, la FGR y el IML. No se incluyeron registros de denuncias de
violaciones sexuales del Centro de Operaciones y Servicios (COS), de la PNC, debido
a que sus reportes periódicos solo incluyen a víctimas mayores de edad, lo que dificulta
la comparabilidad. En el caso del IML los datos están referidos a reconocimientos
médicos.
Tabla 1.9.
Registro de denuncias y reconocimientos médicos de violaciones
sexuales, 2009-2013
Reconocimientos
Año Denuncias
médico-legales
PNC fGR IML
2009 2,074 3,328 2,260
2010 2,495 3,167 1,992
2011 2,287 3,540 1,992
2012 2,589 Nd 1,913
2013 Nd 3,599 1,972
Fuente: PNC (UCATI), FGR e IML
Una primera consideración sobre estos datos es la enorme discrepancia en las cifras
manejadas por las distintas instituciones, que rondan en algunos casos diferencias
cercanas al 50% y las divergencias en las tendencias exhibidas por tales fuentes en el
último quinquenio. El número más alto de denuncias anuales de violaciones lo registra
la FGR.
Tabla 1.10.
Sentencias de casos de violaciones sexuales, 2011-2012
En enero del 2012 entró en vigor la Ley Especial Integral para la Vida Libre de
Violencia para las Mujeres, la cual constituye una importante herramienta en materia
de prevención, erradicación y sanción de diversos tipos de violencia contra las mujeres.
Esta ley tiene como objetivo “establecer, reconocer y garantizar el derecho de las
mujeres a una vida libre de violencia, por medio de políticas públicas orientadas a la
detección, prevención, atención, protección, reparación y sanción de la violencia contra
las mujeres” (Art. 1).
Tabla 1.11.
Registros de denuncias y reconocimientos médicos de violencia intrafamiliar
según diversas fuentes, 2009-2013
Denuncias de Reconocimientos
Año violencia intrafamiliar médicos y egresos hospitalarios
Egresos fallecidos
PNC Isdemu fGR IML
MINSAL MINSAL
2009 2,137 6,711 2,330 3,127 24 -
2010 2,107 4,889 2,151 2,762 37 -
2011 1,982 4,303 2,327 2,851 32 -
2012 3,001 4,333 Nd 3,643 49 -
2013 3,052 4,530* 2,638 3,979 156 6
Fuente: PNC (UCATI para los años 2009-2011 y COS para 2012-2013); Isdemu,
FGR, IML y Ministerio de Salud
* Datos preliminares provistos por el Isdemu
Según información del Isdemu, entre 2009 y 2013 fueron atendidas un total de
24,766 víctimas de violencia intrafamiliar. Al cierre del período, los casos atendidos
experimentaron una reducción del 32.5%. Caso contrario se advierte en las denuncias
captadas en sede policial y fiscal, las cuales crecieron en un 30 y 13.2%,
respectivamente.
Tabla 1.12.
Número y porcentaje de egresos de la red hospitalaria del MINSAL por Violencia
Intrafamiliar según género, 2009-2013
Las lesiones por causa externa es uno de los delitos contra la vida e integridad que deja
diversas secuelas físicas y psicológicas en las víctimas, cuando estas logran sobrevivir.
Para el Estado, la atención médica-hospitalaria de lesionados por armas de fuego y
armas blancas representa un elevado costo, especialmente cuando se trata de lesiones
de gravedad, que requieren de
intervenciones quirúrgicas y tratamientos especializados durante algún tiempo. De
acuerdo al MINSAL, en 2009, el promedio de estancia hospitalaria de un lesionado por
arma de fuego rondaba los siete días, mientras que el de arma blanca es de
aproximadamente cuatro días. Un estudio realizado por Mesares en 2004, sobre los
costos médico-hospitalarios de las lesiones producidas por armas de fuego, estimaba
que el costo promedio de hospitalización de un herido alcanzaba los US$3,418.87
(PNUD, 2005).
A juzgar por las tendencias advertidas en las cifras reportadas para el período
analizado por las fuentes institucionales consultadas, los delitos de lesiones
experimentaron un moderado aumento. Al cierre del período analizado, el IML reportó
un incremento de reconocimientos del 20%, mientras que las denuncias en sede policial
crecieron en un 13.4% y las conocidas en la FGR en un 4.6%.
Tabla 1.13.
Registro de denuncias y reconocimientos médicos de lesiones, 2009-2013
Reconocimientos
Año Denuncias
médico-legales
PNC fGR IML
2009 3,811 11,280 5,050
2010 3,964 9,830 4,155
2011 3,690 9,806 9,030
2012 4,228 Nd 6,161
2013 4,322 11,799 6,061
Fuente: PNC, FGR e IML
Tabla 1.14.
Número y porcentaje de lesionados por arma de fuego y arma corto punzante atendidos
por el MINSAL, 2009-
2012
Ingresos por arma de fuego
Año
fallecidos Egresos con vida Total
Hombres Mujeres Total % Hombres Mujeres Total %
2009 313 33 346 15.7 1,638 220 1,858 84.3 2,204
2010 298 50 348 16.6 1,505 247 1,752 83.4 2,100
2011 284 49 333 16.7 1,457 208 1,665 83.3 1,998
2012 166 26 192 13.3 1,110 144 1,254 86.7 1,446
Total 1,061 87% 158 13% 1,219 15.7 5,710 87.5% 819 12.5% 6,529 84.3 7,748
Las cifras muestran además que el 87.1% de lesionados tanto por armas de fuego
como por armas blancas son hombres, lo cual tiene que ver con su mayor participación
en las dinámicas de la violencia, tanto en su condición de víctimas como de
victimarios. Sin embargo, los datos sugieren algunas tendencias interesantes cuando se
examina el grupo de mujeres lesionadas: el 45.8% de las mujeres atendidas fueron
ingresadas por lesiones con arma de fuego. Asimismo, el 92% de las muertes de
mujeres ocurridas en el período analizado estuvo asociado a una lesión por arma de
fuego, mientras que en el caso de los hombres, esta
7 El MINSAL proveyó estadísticas para los años 2009 y 2013; sin embargo, debido a que los datos
concernientes a 2013 eran abismalmente distintos a la tendencia de años anteriores, se decidió utilizar para el
análisis los datos del período 2009-2012.
causa representa el 86% de los fallecimientos. Estos datos indican que, aunque las
víctimas femeninas de lesiones siguen siendo cuantitativamente inferiores a los
hombres, la letalidad de las lesiones provocadas por armas de fuego parece ser mayor
entre las mujeres, respecto a la que exhiben los hombres.
Dado que estas estadísticas están referidas únicamente a casos atendidos en la red
hospi- talaria pública nacional, no se dispone de información de lesionados atendidos
en clínicas y hospitales privados. No hay certeza de que todos los casos atendidos en
los servicios privados de salud sean reportados a las autoridades. En la actualidad existe
regulación expresa que estipula la obligación a los establecimientos de salud tanto
públicos como privados de reportar a las instancias competentes los casos que atienden
y son el resultado de un hecho delictivo; sin embargo el Código Penal (CP) ante la
omisión de esta obligación solo impone una sanción muy leve, la pena de multa (Art.
312 inciso 2° CP).
Existen además otros delitos que generan un elevado impacto social y económico entre
la población, tanto por sus costos directos como por los efectos en el capital humano y
social. Dado el nivel de organización que han logrado los grupos delincuenciales y el
control territorial que ejercen en las comunidades, muchos ciudadanos optan por no
denunciar debido al temor a represalias. A la vez, la desconfianza y la percepción de
ineficacia e inoperancia del sistema de justicia suele alimentar el círculo vicioso de la
impunidad. El siguiente cuadro reúne registros de denuncias de algunos delitos más
relevantes contra la vida e integridad física y la propiedad, captados en sede policial.
A juzgar por los datos reportados por la PNC, los delitos graves como las amenazas
y otros contra la propiedad como los hurtos, los robos y las extorsiones siguen
exhibiendo una elevada incidencia. Sin embargo, la evidencia disponible derivada de
las denuncias muestra que, a excepción de las amenazas y los secuestros, el resto de
delitos analizados habrían disminuido. La mayor reducción se advierte en los delitos de
extorsión, cuya incidencia ha disminuido en un 31.3% respecto a 2009, seguido de los
robos, que cayeron en un 15.1%.
Uno de los factores que han incidido de forma importante en el clima de criminalidad
que ha afectado al país es la ineficacia del sistema de justicia. Durante largo tiempo, la
impunidad ha prevalecido sobre la consecución de la justicia para la cual,
constitucionalmente, está organizado el Estado (Art. 1 Cn.), lo que ha operado como un
importante perpetuador de la delincuencia. La debilidad de las instituciones del sistema
de seguridad y justicia en El Salvador ha sido una constante a lo largo de la historia
reciente del país. Si bien luego de la firma de los Acuerdos de Paz el país avanzó en la
reforma del sistema de justicia y se han desarrollado desde entonces diferentes
esfuerzos para su modernización, la administración de justicia enfrenta aún severos
problemas y grandes desafíos.
A corto plazo se verán los problemas, porque nos estamos metiendo a aplicar el código sin estar listos
(Ulises de Dios Guzmán, ex magistrado de la CSJ, citado en Ávalos y Membreño, 2011).
A solo cinco días de haber entrado en vigencia el nuevo código, la CSJ solicitó
reformas en las que se pretendía eliminar la realización de las vistas públicas en sedes
de Paz y transferirlas a los Tribunales de Sentencia, alegando falta de recursos, así
como la incorporación de algunas “precisiones” requeridas por el Órgano Judicial para
la aplicación
La persecución del 39
delito
1 Se le denomina así al Derecho Procesal.
del mismo (Vásquez, 2011). Al cierre de este informe, estas propuestas de reforma aún
no han sido aprobadas por la Asamblea Legislativa.
En mayo de 2014 surgió otra propuesta de reforma, esta vez, a iniciativa del partido
Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), el cual propuso la modificación al Art.
331 CPP, en el cual se establece la eliminación de la detención provisional en aquellos
casos de homicidio en los que se compruebe la legítima defensa (Gómez, 2014); esta
reforma fue aprobada en julio del mismo año (Pérez, 2014).
Las dificultades para su entrada en vigor y las sucesivas reformas a esta nueva
legislación procesal penal son una muestra de la improvisación y de la falta de una
visión estratégica que ha caracterizado a las instituciones responsables de administrar
la justicia en el país. A tres años de su aplicación, esta normativa no parece haber
mejorado la eficacia en la persecución del delito.
Pese a la derogación del Decreto 743, los intentos de desarticular la actual Sala de
lo Constitucional continuaron durante los siguientes años. En abril de 2012, la
Asamblea Legislativa nombró un nuevo presidente de la CSJ y reestructuró la Sala de
lo Constitucional, excluyendo a Belarmino Jaime como miembro de la misma. En junio, la
Asamblea Legislativa creó una comisión ad hoc para investigar la supuesta ilegalidad en
la elección de dos de los magistrados que conforman esta Sala (Soriano, 2012), la cual
fue declarada inconstitucional meses después por la misma Sala (Ávalos y Morán,
2012).
Otra controversia que hizo tambalear la aplicación de la justicia penal del país, no
tanto por haber causado una crisis institucional, sino por haberse aplicado valoraciones
de orden constitucional en sedes judiciales con competencia en materia penal, fue el
desconocimiento por parte del entonces juez Quinto de Instrucción, Samuel Lizama,
del ex director de la PNC, General Francisco Salinas, en febrero de 2012. El Juez
Lizama, basándose en el principio de independencia judicial, anuló dos procesos
penales argumentando que el nombramiento de Salinas como director de la PNC era
inconstitucional pues un militar en “retiro” no puede estar al frente de una institución
que de acuerdo a la Constitución debe ser conducida por un civil2. Este juez adujo
además que el nombramiento de Salinas constituía un “fraude de etiqueta” y “fraude a
la Constitución” al habérsele otorgado la condición de retiro para que accediera a la
función pública policial (Marroquín, 2012).
El proceso penal salvadoreño está configurado como un sistema procesal mixto, lo que
significa que “la persecución del delito no puede ser exclusiva de los particulares […] y el órgano
que juzga en ningún caso puede ser el mismo que acusa […]” (Ostos, 2009, pg. 42). En este
sentido, la legislación vigente4 ha pretendido reafirmar “el carácter prosecutor del delito” 5,
rol que constitucionalmente le corresponde a la Fiscalía General de la República (Art.
193 n° 4, Cn.), además de garantizar que la “administración de justicia sea más rápida y
efectiva”6 al definir al Órgano Judicial, como el único ente del Estado con la competencia
de imponer penas (Art. 172 inc. 1°, Cn.). El proceso penal salvadoreño se desarrolla en
tres grandes fases:
Investigación administrativa
Posterior a las modalidades de denuncia antes señaladas, se inicia una nueva fase
denominada investigación administrativa que es potestad de la FGR. Esta fase tiene
como objetivo determinar la falsedad o veracidad de la información y recolectar los
elementos probatorios necesarios que respalden una futura acusación fiscal. De acuerdo
a la ley, el auxiliar fiscal tiene a su cargo la dirección de la investigación, la cual es
desarrollada por los investigadores de la PNC, quienes realizan todas las experticias
supeditados al auxiliar fiscal.
Esta fase puede concluir de dos formas: con un requerimiento fiscal, el cual
constituye el acto procesal a través del cual el auxiliar fiscal solicita al juez competente
el inicio del
4 La Asamblea Legislativa aprueba el nuevo Código Procesal Penal el 22 de octubre de 2008, dicha normativa
fue publicada en el Diario Oficial el 30 de enero de 2009, pero entró en vigencia hasta el 1° de enero de
2011, luego de tres prórrogas.
5 Considerando II, Código Procesal Penal.
6 Considerando III, Código Procesal Penal.
7 La FGR posee 20 oficinas regionales en todo el territorio nacional. Para ampliar, disponible en Sitio Web
Oficial de la Fiscalía General de la República en: http://www.fiscalia.gob.sv/index.php/nuestras-oficinas-
fiscales-en-el-pais/
8 La omisión de esta obligación se encuentra regulada en el Art. 312 del Código Penal. El caso más común de
estos avisos especiales es el de los médicos de la red nacional de salud.
proceso penal, luego de concluir las diligencias iniciales de investigación, o cuando el
auxiliar fiscal encargado manda a archivar la causa.
Fase judicial
Con la presentación del requerimiento fiscal ante el juez, se inicia la activación del
aparataje judicial para la resolución del caso. El proceso en sede judicial transita
inicialmente por un Juzgado de Paz, para luego pasar a un Juzgado de Instrucción y
finalmente a un Tribunal de Sentencia. Así, el Juzgado de Paz es el que conoce
liminarmente del hecho y decretará las medidas que estime convenientes para remitir o
no el caso a la siguiente fase (Art. 300 CPP); y según corresponda, remite las
actuaciones al Juez de Instrucción, quien tiene a su cargo una serie de actos procesales,
con la finalidad de que todos los elementos de prueba de cargo y descargo sean
recabados en cumplimiento de las leyes y la Constitución, a fin de preparar la vista
pública (Art. 303 CPP).
Con el sobreseimiento definitivo se da por concluido el juicio sin una sentencia que
esclarezca a profundidad los hechos atribuidos al supuesto culpable, es decir, sin conocer el
fondo del requerimiento fiscal. Una de las razones por las que se decreta el
sobreseimiento definitivo es
9 Los requisitos de procesabilidad son condiciones especiales que se configuran como impedimentos formales
al libre ejercicio de la acción penal, por lo que su efecto jurídico es la suspensión del proceso hasta que dicho
impedimento u obstáculo se vea superado. Para ampliar, véase Sentencia N° CFP-14-2002-B, Corte
Suprema de Justicia en Corte Plena, de fecha: 11 de junio de 2003. Máximas 4, 5 y 6. Disponible en:
http://www.jurisprudencia.gob.sv/VisorMLX/Documento/Documento.aspx?Data=EKPSe/ddIaeu4ZU6+Iajt
V4GUHQCwS+qb3XNaG/eIiIcIfj1ogPjmNN/oaOl7XFQ2qrSQ2kFkmdlsxiSh4OZhKFo0VlC8yiUb2O6y+z
FETD40A8rFw0C3ci2JOCwtgKGqS+4jsLRnFR2T2leo4BIz1I32hgOxVhCvj+eeKF7i05iCfFv3U+XOPsH3vY
yTAoneA== (Corte Plena, 2003).
cuando se ha cumplido el plazo que fue otorgado por el juez al auxiliar fiscal, para que
este incorporara nuevos elementos de convicción que pudieran sustentar la acusación.
Finalizado este plazo y ante la inactividad fiscal, se da por concluido el proceso penal de
una forma anormal, pues la forma normal será siempre la sentencia definitiva (Arts. 31
numeral 14 y 350 CPP).
La vista pública puede ser conocida por un Tribunal pluripersonal, es decir, tres
jueces de sentencia; un tribunal de jurado10, conformado por un juez y un jurado
integrado por cinco personas, las cuales serán elegidas a través de un sorteo con base
en el Registro Electoral (Art. 404, CPP); y un Tribunal de Sentencia unipersonal, es
decir, un solo juez de sentencia que dirige y valora toda la vista pública. Las decisiones
o resoluciones que se dicten en cada una de estas sedes judiciales pueden ser revisadas
a través de los mecanismos de impugnación que la legislación determina. Los medios
de impugnación más relevantes son el recurso de Apelación y el de Casación. Ambos
son conocidos por jueces diferentes que no se encuentran dentro del esquema arriba
descrito, sino que, en el caso de la Apelación es conocida por una Cámara con
competencia en materia penal11 y en el caso de la Casación, por la Sala de lo Penal, de
la CSJ12.
10 La aplicación del tribunal de jurado es prácticamente inexistente pese a que es reconocido
constitucionalmente y desarrollado de forma clara en la ley secundaria (Código Procesal Penal), pero las
condiciones de inseguridad del país han imposibilitado la aplicación de esta clase de tribunal. En 2013, de
las sentencias pronunciadas en delitos de acción pública y privada por los Tribunales de Sentencia, solo el
2.8% fueron dictadas por un jurado.
11 Las Cámaras de segunda instancia con competencia en materia penal conocen de los asuntos penales
procedentes de los juzgados de primera instancia (Paz, Instrucción y Tribunales de Sentencia) y de los
Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena del país (Art. 57 Ley Orgánica Judicial y Art.
51 CPP).
12 La Sala de lo Penal es el máximo tribunal de administración de justicia en un proceso penal ordinario; su
competencia está determinada por el artículo 55 de la Ley Orgánica Judicial y el Artículo 50 del CPP.
Respecto del Recurso de Casación Penal no se constituye como tercera instancia debido a que en él no hay
posibilidad de valorar la prueba y solo se conoce de las infracciones a disposiciones legales ocurridas en el
proceso penal que no fueron advertidas en las instancias anteriores; la principal labor de la Sala de lo Penal,
en este caso, es velar por la debida aplicación de la Ley en los casos concretos que se le plantean.
La siguiente tabla expone información sobre las sedes judiciales competentes para
conocer los casos penales y la cantidad de jueces asignados. Se han incluido los
juzgados de primera instancia mixtos, que también tienen competencia en materia
penal. Como puede verse, los Juzgados de Paz, seguidos de los Juzgados de Sentencia e
Instrucción, son los que cuentan con mayor número de sedes y, por tanto, concentran a
la mayoría de juzgadores. Asimismo, existe en general correspondencia entre las sedes
judiciales y el número de jueces asignados, a excepción de los Tribunales de Sentencia,
que están conformados por tres jueces (Art. 58 CPP).
Tabla 2.1.
Número de sedes judiciales y jueces competentes en materia penal
a nivel nacional, según orden jerárquico por especialización, 2013
13 Según datos proporcionados por la Dirección de Planificación Institucional de la CSJ, a partir del 1 de enero
del 2015, los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena aumentarán, debido a la
conversión de cinco sedes judiciales de Tránsito a Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la
Pena, en los departamentos de San Salvador, La Libertad, Sonsonate y San Miguel.
juzgadores asignados a esos municipios (ver anexo 2). La saturación de casos es por lo
general mayor en los municipios con más alta densidad poblacional, donde suele ser
mayor el volumen de expedientes a la espera de ser resueltos.
Gráfico 2.1.
Tasa porcentual de acumulación en Juzgados de
Paz en materia penal, 2009-2013
En porcentajes
100
80
97.5 99
87.7 92.3
40
63.2
60
20
Por otra parte, las mayores demandas ciudadanas en materia penal están
relacionadas con los delitos de acción pública, es decir, aquellos hechos delictivos en
los que necesariamente se requiere la actuación de la FGR para la persecución de oficio
de los mismos, como el homicidio, la extorsión, el secuestro, la violación, entre otros
(Art. 17 inc. 1° CPP) y de los delitos de acción pública previa instancia particular, es
decir, aquellos que requieren de la solicitud expresa de la víctima para que la FGR
actúe e inicie las diligencias pertinentes para juzgarlos, entre los que se incluyen las
lesiones y las amenazas (Art. 27 CPP).
1º- Defender los intereses del Estado y de la sociedad; 2º- Promover de oficio o a petición de
parte la acción de la justicia en defensa de la legalidad; 3º- Dirigir la investigación del delito con la
colaboración de la Policía Nacional Civil en la forma que determine la ley; 4º- Promover la
acción penal de oficio o a petición de parte […].
Lo que quieren dejar amarrado los sectores del poder económico es a las instituciones que
tienen que ver con la posibilidad de que a ellos se les persiga. Las grandes fortunas que se han
acuñado aquí han sido a partir de evadir impuestos, de traficar con drogas o blanqueo de
dinero. Ese tipo de cosa no se puede hacer sin estar en las esferas más altas del poder (Mirna
Perla, citada en Freedman, 2009).
Regularmente, la elección del Fiscal General ha sido parte del perverso reparto de
cuotas de los partidos, lo que ha llevado en diversas oportunidades a dilatar su
nombramiento por falta de un acuerdo mayoritario entre las fracciones legislativas. En
2009, la entidad estuvo cinco meses sin titular (Flores, 2009 y Arauz y Baires, 2009).
La misma situación se repitió en 2012, cuando la elección del actual fiscal ocurrió con
más de dos meses de atraso (Chavarría, 2012). Al ser cuestionado por la prensa sobre
este asunto, el presidente de la Asamblea Legislativa afirmó que la elección de este
funcionario, en esa época, no era una prioridad para el legislativo (Chávez, 2012). La
práctica de mantener acéfala a la institución responsable de dirigir la investigación
penal en el país durante el período en el que corresponde una nueva elección ha puesto
en alto riesgo, en diferentes momentos, la seguridad jurídica y la aplicación de la
justicia en el país.
La Fiscalía fue preparada para servir al crimen organizado. ¿Cómo es posible que la Fiscalía
va realizar investigaciones si es actualmente un colador de todos sus trabajos de investigación, y lo
que se dice y hace, en menos de media hora, lo saben bufetes de abogados y otros funcionarios... y
terminamos con que las investigaciones les permiten a otros, especialmente a los criminales,
anticiparse a las diligencias (Citado en Gutiérrez y Pérez, 2000).
En 2005, Douglas Barclay, ex embajador de los Estados Unidos en El Salvador, se
refería a la inoperancia mostrada por la FGR en las investigaciones sobre el caso de
corrupción y narcotráfico en el que está involucrado el ex diputado Roberto Carlos
Silva Pereira, acusado de narcotráfico.
Aunque la oficina del Fiscal General no impidió las investigaciones, su incapacidad para buscar
de manera oportuna las órdenes de detención y de cateo riguroso restringieron las operaciones
policiales contra el tráfico de estupefacientes14 (Citado en Baires, 2011).
Durante la actual administración del fiscal Martínez, aún con la entrada en vigencia
de la Ley de Acceso a la Información Pública, la institución limitó la entrega de
información correspondiente al año 2013, alegando que no se disponía de estadísticas
confiables anteriores a su gestión, lo que restringe, en algunos casos, el análisis
comparado.
[…] el Sistema de Información y Gestión Automatizada del Proceso Fiscal cuenta con
información confiable a partir del 1 de enero 2013. Entonces estadísticamente no se puede
hablar sobre una reducción o aumento […] en El Salvador ya que no hay una cifra con la
cual comparar (Citado en Vásquez, 2013).
La siguiente tabla muestra información estadística del trabajo fiscal relativa a los casos
conocidos anualmente por la FGR para el período 2006-2011, los casos archivados y el
porcentaje de casos que concluyeron en archivo entre 2006 y 2009. Durante el período
analizado, se advierte que la afluencia de casos iniciados anualmente en sede fiscal
supera los cien mil. Estos incluyen las denuncias que son remitidas por la PNC y los
casos que llegan directamente a la FGR. Los datos muestran que en 2007 se registró un
aumento del 5% de casos iniciados respecto al año anterior y luego un descenso
progresivo a partir de 2009, que alcanzó su cifra más baja en 2011, con un poco más de
107,000 casos. Entre 2006 y 2011, se registró una reducción de casos conocidos en
sede fiscal del 6.2%.
Porcentaje de casos
Casos archivados
Casos iniciados en la archivados respecto a
Año fGR por la fGR
los iniciados
2006 114,202 95,725 83.8%
2007 120,024 97,510 81.2%
2008 120,910 100,014 82.7%
2009 119,797 99,379 82.9%
2010 113,841 Nd Nd
2011 107,095 Nd Nd
Fuente: FGR
Sin embargo, al contrastar los casos iniciados con el total de casos archivados
anualmente por parte de la FGR, se advierte que más del 80% de los casos inicialmente
conocidos por esta entidad fueron archivados. Los archivos pueden ser definitivos o
administrativos. El archivo definitivo de un caso, procederá cuando el fiscal se
encuentre ante una de las circunstancias que están reguladas en el Código Procesal
Penal, entre ellas, el no haber individualizado al presunto responsable de un delito o a
la imposibilidad de contar con suficientes elementos de prueba para incriminarlo (Art.
293 CPP). La decisión de archivar un caso trae aparejada la obligación del auxiliar
fiscal de justificar las razones de su archivo, así como la notificación a la víctima y al
presunto sospechoso.
Gráfico 2.2.
Registro de archivos definitivos y
administrativos en sede fiscal, 2006-2009
Archivos definitivos Archivos administrativos
29,780 31,323
Número de casos archivados
32,996 37,303
Fuente: FGR
Como puede advertirse, para el período del que se disponen datos, más de sesenta
mil casos que ingresaron anualmente a esta institución, fueron enviados al archivo
definitivo por la FGR, lo que anula la posibilidad de continuar con la investigación.
Esto significa que un 55% del total de casos iniciados por la FGR durante 2006 a 2009
han sido descartados por un archivo definitivo durante la etapa de investigación
administrativa, lo que ya es un parámetro de las deficiencias del trabajo fiscal
advertidas desde el inicio de la investigación.
Tabla 2.3.
Número de casos iniciados en FGR, requerimientos fiscales
y entradas en la CSJ, 2006-2012
Como ha sido advertido con anterioridad, existe una abismal diferencia entre los
casos inicialmente conocidos durante la etapa administrativa y los que se traducen en
un requerimiento fiscal, debido a que más del 80% de los iniciados fueron archivados,
ya sea
administrativa o definitivamente. A su vez, como puede verse en los datos expuestos,
no todos los requerimientos fiscales avanzan en investigaciones judiciales.
Tomando como base la información provista para 2006, en el que la FGR conoció
inicialmente 114,202 casos y emitió 61,086 requerimientos fiscales, 53,116 casos
quedaron sin avanzar en sede administrativa. Del total de 61,086 requerimientos
presentados, 51,951 fueron conocidos en sede judicial, lo que significa que 9,135 no
avanzaron en investigaciones judiciales. Al contrastar los casos iniciados por la FGR
para este mismo año, con los que ingresaron al Órgano Judicial, un total de 62,251
casos no llegaron a judicializarse, es decir el 80.7% de los que ingresaron inicialmente
a sede fiscal. Esta tendencia se profundizó para los años siguientes. En 2009, la cifra de
los que no pudieron ser conocidos en sede judicial creció a 74,345 casos, aun cuando
durante este año la carga de trabajo inicial en la FGR se redujo, tendencia que se
mantuvo en los dos años siguientes.
De acuerdo a información provista por la CSJ para los años 2009 y 2013,
anualmente se registra un elevado número de casos en los que el proceso penal
concluye mediante un sobreseimiento definitivo, mientras que los que concluyeron en
sentencias definitivas siguen siendo un número bastante reducido. Un análisis de la
información correspondiente al 2009, (único año en el que dispone de información más
completa), indica que de un total de 46,468 requerimientos fiscales, 33,727 (es decir el
72.6% de estos) concluyeron con un sobreseimiento definitivo, ya sea por
cumplimiento de plazo o decretado en virtud de lo estipulado por el Art. 350 del
Código Procesal Penal15. Solo 6,251 casos, es decir, el 13% de los requerimientos
fiscales concluyeron con una sentencia definitiva en las diferentes sedes judiciales (Paz,
Instrucción y Sentencia).
15 El Art. 350 del Código Procesal Penal establece que el juez podrá dictar sobreseimiento definitivo en los siguientes
casos:
a) cuando resulte con certeza que el hecho no ha existido o no constituye delito o que el imputado no ha
participado en él; b) cuando no sea posible fundamentar la acusación y no exista razonablemente la posibilidad de
incorporar nuevos elementos de prueba; c) cuando el imputado se encuentra exento de responsabilidad penal, por
estar suficientemente probada cualquiera de las causas que excluyen ésta, salvo los casos en que corresponde el
juicio para la aplicación exclusiva de una medida de seguridad y, d) cuando se declare extinguida la acción penal
o por la excepción de cosa juzgada.
Tabla 2.4.
Número de requerimiento fiscales, sobreseimientos
y sentencias definitivas decretadas en sede judicial, 2006-201316
Gráfico 2.3.
El tránsito de los casos conocidos por las entidades de justicia, 2009
119,797
120,000
105,000 99,379
90,000
Número de casos
75,000
60,000
46,46845,452
45,000
33,727
30,000
15,000 6,251
0
CasosCasos Requerimientos Casos Sobreseim. Sentencias
iniciados archivados fiscalesiniciados definitivos definitivas
FGRFGRCSJ
16 En este consolidado solo se han considerado las dos causales de sobreseimiento señaladas por su directa
vinculación con la eficiencia de la labor fiscal en todas las sedes judiciales.
2.5. La demanda judicial en el procedimiento penal común
Esta sección está dedicada a analizar las solicitudes que instruye el Órgano Judicial y
su evolución a través de las diferentes fases del procedimiento penal común u ordinario
durante el período 2009-2013. Para ello, se han tomado como base los registros
estadísticos del sistema judicial.
Tabla 2.5.
Registro de procedimientos penales iniciados según clasificación, 2009-2013
Procedimientos penales
Año Total
Común Acción Privada Sumario faltas
2009 44,892 282 Nd 278 45,452
2010 39,884 290 Nd 284 40,458
2011 25,111 230 6,497 114 31,952
2012 25,365 295 6,143 137 31,940
2013 23,008 252 5,156 114 28,530
Total 158,260 1,349 17,796 927 178,332
Fuente: Dirección de Planificación Institucional de la CSJ
Procedimiento Común
Sobreseimiento
Año Casos En fase definitivo porAperturas Sentencia
iniciados cumplimiento a juicio definitiva
de instrucción de plazo
2009 44,892 12,980 20,766 6,094 4,365
2010 39,884 12,402 12,855 6,464 4,891
2011 25,111 13,558 16,977 5,908 4,552
2012 25,365 14,314 10,996 6,660 5,016
2013 23,008 13,495 11,146 6,791 4,957
Total 158,260 66,749 72,740 31,979 23,781
Fuente: Dirección de Planificación Institucional de la CSJ
Respecto a los procesos que concluyeron con una sentencia (23,781), en el 56.1% de
estos se pronunció una sentencia condenatoria, mientras que en el 36% de estos procesos
los imputados fueron absueltos; en el 7.9%, el juez dictó sentencias mixtas o medidas de
seguridad17.
Tabla 2.7.
Número de sentencias definitivas dictadas por
Tribunales de Sentencia en procedimiento común, 2009-
2013
18 En este cálculo no se incluyen las sentencias que decretan medidas de seguridad y mixtas.
Gráfico 2.4.
Procedimientos comunes prescritos en todas
las sedes judiciales, 2009-2013
50,000
32,276 32,741
29,836
30,000
20,000
10,000
2009 2010 2011 2012 2013
Tabla 2.8.
Carga laboral y sentencias dictadas en sedes judiciales especializadas, 2011-
2013
A juzgar por las cifras a las que se tuvo acceso en las diferentes etapas de
investigación, un elevado volumen de casos recibidos por la FGR no progresa a la fase
de instrucción, debido a la débil sustentación de argumentos y pruebas por parte de
fiscales y policías. Esto ha obedecido históricamente a la débil capacidad técnica de
investigación de los operadores, que se expresa en un uso excesivo de la prueba
testimonial. Ello se traduce en el reiterado uso de los testigos criteriados para
fundamentar la acusación.
Gráfico 2.5.
Porcentajes de los que otorgan mucha confianza a la Fiscalía
General (en perspectiva histórica)
20
16.9
15
13.6 13.6
12
En porcentajes
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Confianza en la FGR
20 La pregunta formulada por el Iudop es: “Podría decirme, ¿cuánta confianza tuvo durante este año en la Corte Suprema
de Justicia?”
Gráfico 2.6.
Porcentajes de los que otorgan mucha confianza a
la Corte Suprema de Justicia (en perspectiva
histórica)
20
15 14.4
En porcentajes
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Confianza en la CSJ
50
20122013
40
En porcentajes
30
10
9.3 11.9 12.2 13.7
0
Mucho Algo Poco Nada
Estas valoraciones deben ser de preocupación para las autoridades del Órgano
Judicial, como de todos los jueces, mandos medios (ya sean gerenciales o
administrativos) del Órgano Judicial, fiscales y policías, en cuyas manos está la
aplicación de la justicia en el país. Aun cuando la reforma judicial y la modernización
del sistema de justicia fue una apuesta de los Acuerdos de Paz que demandó un
importante despliegue de esfuerzos e inyección de recursos, la pronta y cumplida justicia
sigue siendo una aspiración de la sociedad salvadoreña.
62 La situación de la seguridad y la justicia 2009-2014
Capítulo 3.
La conducción de la seguridad
durante el Gobierno del cambio
“Lo nuevo que no terminó de nacer y lo viejo que no termina de morir”
(Gramsci).
Este capítulo reúne información relativa a las políticas de seguridad impulsadas durante
la administración Funes, en el que se destacan los esfuerzos iniciales por avanzar en la
implementación de reformas institucionales dirigidas al establecimiento de un modelo
de seguridad democrática e integral y los tropiezos enfrentados. Una segunda sección
expone el proceso de remilitarización a que fue sometida la seguridad pública y el
juego político que permitió a los militares recuperar nuevamente el control del aparato
de seguridad, en una coyuntura inédita de un presidente sin base partidaria. Se exponen
además los severos riesgos que para la institucionalidad democrática y los avances de
fortalecimiento institucional tuvo la remilitarización en el país.
Este capítulo concluye con una sección dedicada a señalar las consecuencias que
estas decisiones han producido en la institucionalidad democrática y la seguridad en el
país.
Con el triunfo electoral del FMLN, en marzo de 2009, fue nombrado como ministro
de Justicia y Seguridad Manuel Melgar, miembro orgánico del FMLN y ex comandante
guerrillero, quien años atrás se había desempeñado como presidente de las Comisiones
de Seguridad Pública y Defensa de la Asamblea Legislativa. Durante la campaña
presidencial de 2009, Melgar estuvo a cargo de la agenda del entonces candidato
presidencial, Mauricio Funes, y luego del triunfo electoral, formó parte del equipo de
transición en el área de seguridad del nuevo Gobierno.
El gabinete de seguridad
Sin embargo, con el paso del tiempo, la participación de las diferentes instituciones
y funcionarios en el gabinete fue variando; por ejemplo, se excluyó a la presidenta del
CNSP y al titular de la Dirección General de Migración y Extranjería. Se decidió que
a algunos funcionarios solamente se les convocaría para temas específicos. Al respecto,
fue cuestionable la exclusión del CNSP, que había sido una de las principales
instituciones estatales que ejecutó programas de prevención social de la violencia.
Por ejemplo, el propio Hato tenía reuniones con jefes operativos de la Policía, eso no es lo
usual, un ministro no tiene porqué involucrarse en acciones, ni medidas operativas, porque la
dirección superior, tanto de una empresa como de una institución, es tomar decisiones estratégicas y
hacerlas ejecutar, pero lo que son las conducciones operativas, las acciones operativas, no
corresponden a la dirección superior, entonces peor todavía, porque el secretario de Asuntos
Estratégicos se involucraba en cosas operativas y no atendía las grandes políticas (…) (Experto
en Seguridad 17).
Esta situación cambió luego de la salida del ministro Melgar a finales de 2011. Con
el nombramiento del general Munguía Payés como titular de la cartera de seguridad,
este asumió la conducción del gabinete de Seguridad y se decidió que el secretario de
Asuntos Estratégicos no participaría más en el mismo.
Funcionarios del ramo de seguridad consultados señalan que desde el inicio fue
evidente el conflicto entre estas dos perspectivas. Aseguran que era notoria la excesiva
injerencia del sector militar en el tema de la seguridad y su insistencia en que se
otorgara a la Fuerza Armada mayores atribuciones en este campo. Aunque en un primer
momento muchas de las propuestas del sector militar eran claramente inaceptables para
los demás miembros del gabinete, con el paso del tiempo, varias de ellas fueron
gradualmente consideradas debido a que el entonces ministro de la Defensa, general
Munguía Payés, comenzó a tener cada vez mayor influencia en el presidente Funes. La
cúpula militar presentó por su lado varias propuestas al presidente para controlar el alza
de homicidios y el auge delincuencial, al margen de lo formulado por el gabinete de
seguridad. El presidente, por su parte, comenzó a expresar públicamente que no
descartaba considerar algunas de estas propuestas para contener la ola de criminalidad.
El gabinete de prevención
1 Un análisis más detallado de los discursos que se construyeron en torno al rol de los militares en la seguridad
se encontrará en el capítulo especial de este informe.
institucionalidad pública vinculada a la prevención de la violencia. El GNPV estuvo
integrado por el MJSP, la Secretaría de Inclusión Social, la Subsecretaría de Desarrollo
Territorial y Descentralización, el CNSP, la Dirección Nacional de Juventud, la PNC y
el Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (Fisdl).
Aunque este equipo tuvo un perfil menos público que el gabinete de seguridad,
logró avanzar en la definición de lineamientos y enfoques conceptuales sobre el tema
de prevención y en la formulación de una primera versión de la Estrategia Nacional de
Prevención de la Violencia (ENPV).
El primer eje corresponde al Control y Represión del delito, que contiene cinco
estrategias centradas en impulsar un nuevo modelo policial, más moderno, democrático
e incluyente, orientado a brindar seguridad a la población, que eleve la capacidad de
respuesta ante la violencia mediante el fortalecimiento de las capacidades para la
investigación científica y la inteligencia policial, a la vez de potenciar la coordinación
interinstitucional.
El segundo eje, Prevención social de la violencia y del delito, incluyó seis estrategias
encaminadas a prevenir y reducir los factores de riesgo y las causas desencadenantes de
la violencia y la delincuencia, a través de la dinamización de los recursos y
potencialidades de la comunidad, con vistas a generar una convivencia social más
armónica, mayor participación ciudadana y mecanismos pacíficos de resolución de
conflictos.
El tercer eje, Ejecución de las medidas y penas, rehabilitación y reinserción social, reúne
siete estrategias que buscan aplicar un nuevo modelo de ejecución de penas y medidas
que garanticen el orden y la seguridad, el control de los centros penitenciarios,
intermedios y de menores, bajo un enfoque de derechos humanos y de respeto a la ley.
Todo ello con el fin de favorecer los procesos de rehabilitación y reinserción social de
la población interna.
El cuarto eje es la Atención a víctimas que, con dos estrategias, busca potenciar
procesos de reparación social e involucrar la participación de diversas instituciones en
la atención a víctimas de delitos en las esferas administrativas y judiciales.
Sin embargo, luego de las rondas de consulta convocadas por el presidente Funes al
inicio de su gestión, la política fue progresivamente dejada de lado, tanto en el discurso
como en las acciones adoptadas por el ramo de seguridad. No hubo reuniones
posteriores para informar los avances de la política ni rendir cuentas de su
implementación.
[…] realmente esta política se quedó en el primer eje, en la represión y se quedó haciendo,
prácticamente lo que venía haciendo los Gobiernos anteriores, de hecho fue a partir de este
Gobierno que en el mismo 2009 se incorporó a la Fuerza Armada en tareas de seguridad
pública. Pero la represión fue casi lo único que se hizo (Experto de Prevención 5).
[…] lo que pasa es que ustedes saben que en las políticas unas cosas son los enunciados, el
documento de la política, pero una política si no tiene planes de acción, es decir, la
operativización de la política, entonces, queda a la discrecionalidad de las instituciones en el
Estado. Entonces, que creo que es lo que ha pasado. Se logró construir un documento digamos
teórico, una visión estratégica de cómo se tenía que enfocar el tema de la seguridad pública en
el país, pero no se operativizó. Entonces, se cayó en las respuestas mediáticas […] (Experto de
Seguridad 12).
Había una parte de esa política que podía ser ejecutada sin necesidad de más presupuesto, otras
necesitaban mayor apoyo financiero, pero había una parte que se podía ejecutar; pero se decidió
optar por medidas que en el gabinete iban surgiendo, entonces era ya una decisión de la dirección
superior, que le apostaban a algo en lo que creían y no probablemente, en lo que estaba
realizado, por la vía del plan de justicia y seguridad (Experto de Seguridad 1).
Si bien el CNSP no ejercía desde hacía mucho tiempo su mandato de ente asesor
del Ejecutivo, y se había dedicado a la ejecución de programas de prevención social de la
violencia a nivel local, en opinión de algunos consultados, el Gobierno pudo haberlo
revitalizado para que retomara su rol de Consejo Asesor de Seguridad, a fin de que
orientara estratégicamente al Ejecutivo en este ámbito, en vez de crear nuevas entidades
como el gabinete de seguridad.
[…] una cosa que sí ha sido preocupante fue el desmantelamiento del Consejo Nacional de
Seguridad Pública, con todo, este consejo tenía grandes debilidades y había perdido su concepción
original para lo que fue creado, pero en realidad no se concibe en un estado democrático la
ausencia de un Consejo
Nacional de Seguridad Pública, o sea un ente colegiado que apoye al presidente o a los
ministros encargados a tomar decisiones estratégicas (Experto en Seguridad 3).
El problema es que no se comprendió cuál es el sentido de esta ley. Esta ley tiene componente
punitivo que establece la reforma del articulo 345 del Código Penal referente a las agrupaciones
ilícitas y este remite a la ley especial para determinar la ilicitud de las maras (Experto en
Seguridad 8).
En esta misma línea, una fuente policial consultada afirma que la PNC puede
perseguir a estos grupos independientemente de esta ley, pues basta con aplicar el
delito de asociaciones ilícitas. Señalan que inicialmente la policía hizo un esfuerzo por
incorporar en su trabajo de investigación, las diligencias requeridas por la Ley de
Proscripción, el cual se vio interrumpido con el surgimiento de la llamada “tregua”.
Otro de los temas que las nuevas autoridades de seguridad plantearon inicialmente para
mejorar la seguridad del país fue la necesidad de articular los subsistemas de
inteligencia existentes en el Estado, que hasta ese momento habían funcionado de
forma dispersa, en lo que se denominó “La comunidad de inteligencia”. El propósito de
esta instancia fue integrar el trabajo del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE),
que depende directamente del presidente de la República, el Centro de Inteligencia
Policial (CIP), unidad dependiente de la Dirección General de la PNC, la Inteligencia
Penitenciaria, de la DGCP y, la inteligencia militar, que funciona en el Ministerio de la
Defensa Nacional, a fin de producir información integrada y oportuna para prevenir
amenazas a la seguridad.
También hubo casos como los que se comentaban con la OIE, en la que el ejército se llegaba a
meter a las oficinas de la OIE, las desmantelaba, sacaba a la gente, sometía a interrogatorios,
decomisaba papeles y cosas de la OIE. O sea que el ejército incluso llegó a alterar el
funcionamiento normal del Organismo de Inteligencia del Estado (Experto en Seguridad 17).
Esta decisión no dejó de sorprender, incluso a las mismas autoridades del Gobierno
de Estados Unidos que habían comprometido su apoyo técnico y financiero en la
creación de esta comisión. Funcionarios involucrados en el impulso del proyecto
señalan que el cambio de decisión obedeció a las presiones públicas y privadas que
ejercieron partidos como Arena y GANA, militares y otros grupos de poder
conservadores. Estos grupos se opusieron a la creación de esta comisión utilizando los
viejos argumentos de las consecuencias de “abrir las heridas del pasado”, aun cuando
no se había definido si se incluirían casos del período del conflicto armado (EDH,
2011; EF, 2010).
Una de las instituciones en las que cifraron las mayores expectativas de cambio, dada
su importancia estratégica en el ramo de la seguridad y el deterioro doctrinario e
institucional que había experimentado desde su creación, fue la PNC. A su llegada, las
nuevas autoridades de seguridad encontraron una corporación policial descapitalizada en
términos de equipamiento y recursos, funcionamiento interno y capacidades técnicas y
operativas, a la vez de confirmar que la corrupción había permeado a diversos
miembros de la corporación, sin distinción de su nivel jerárquico y procedencia
ideológica.
Es preciso señalar que el Plan Estratégico de la policía fue elaborado antes que la
Política Nacional de Seguridad, lo que obedecía a la mayor claridad de las autoridades
policiales respecto a las acciones que se debían tomar para fortalecer el trabajo policial.
Para viabilizar
la implementación del PEI, la PNC formuló el Plan Operativo Batalla por la Paz,
mediante el cual se operativizaron los lineamientos y las acciones plasmadas a nivel
estratégico, así como una serie de planes, políticas y documentos de trabajo que
recuperaban conceptualmente los principios doctrinarios con los que surgió la PNC.
Batalla por la Paz es el plan operativo de la PNC, que derivó del Plan Estratégico
Institucional 2009-2014, el cual tuvo como objetivo general establecer una política
coordinada de trabajo a nivel local, a fin de reducir la violencia y la incidencia
delincuencial, con la participación de las instituciones públicas y privadas, y de la
ciudadanía. En términos sustantivos, este plan propuso la sustitución del modelo
policial tradicional, basado en el uso reactivo de la fuerza, cuya operatividad ha estado
históricamente centralizada en la sede policial, y por tanto alejada de las demandas
ciudadanas de seguridad, por un modelo de trabajo comunitario (PNC, 2009).
El Consejo Técnico de la PNC, que se constituyó como una instancia asesora del
director, formuló además diversos instrumentos técnicos para facilitar la
implementación operativa de la política de trabajo comunitario, entre ellos manuales de
formación en policía comunitaria, guías metodológicas para la elaboración de
diagnósticos locales, así como diversas fichas y formatos de informes de patrullajes y
cartillas de contactos ciudadanos y recolección de información de las patrullas.
Aunado a ello, un elemento externo que dificultó el avance del enfoque comunitario
fue la falta de consolidación de los Consejos Municipales de Prevención que estarían
integrados por las fuerzas sociales e institucionales del municipio. Al inicio de la
gestión Funes, se conformaron más de 200 comités locales con la participación de las
comunidades y los Gobiernos locales, pero muchos de ellos no continuaron
funcionando debido a que no hubo seguimiento sistemático de parte del Ejecutivo para
garantizar la implementación de la Estrategia Nacional de Prevención, ni la asignación
de los recursos necesarios para poner en marcha los planes formulados. A la vez, hubo
dificultades para integrar y armonizar el trabajo entre el nivel municipal, departamental
y nacional. Un ejemplo de ello fueron los casos de Gabinetes de Gestión Departamental
que entorpecían o entraban en competencia con el trabajo de los Comités Municipales.
Para otros, el respaldo que le otorgaron los generales Munguía y Salinas al enfoque
de policía comunitaria respondió al interés de agradar al Gobierno de Estados Unidos,
que ha
definido entre las metas del Plan de Acción Conjunto El Salvador-Estados Unidos,
Asocio para el Crecimiento, el desarrollo de un enfoque de policía comunitaria3.
¿Por qué hoy todo el mundo, hasta los generales, están hablando de cumplir? Porque hoy sí hay
un beneficio de que se cumpla; a pesar de que hay argumentos para decir que están mintiendo y
lo que se está diciendo son cosas para quedar bien […] para agradar. Y no saben ni siquiera
cómo dirigirlo. Para comenzar, que no lo entienden. Pero es lo de moda y es lo que podría
asegurarles estar visibles, dispuestos y estar serviles al Asocio para el Crecimiento de los
Estados Unidos, no de [toda] la cooperación internacional, sino la Cooperación de los
Estados Unidos (Experto en Seguridad 18).
3 La Meta 9 de Asocio para el Crecimiento está dirigida a “apoyar a la PNC para fortalecer su orientación al
servicio como una forma de prevención de la violencia y control efectivo del crimen, con un enfoque en
construir las capacidades de liderazgo dentro de la fuerza policial y un enfoque en mejorar las relaciones
entre la policía y las comunidades”.
4 La misión principal de la IGPNC es la de “controlar y supervisar los servicios operativos y de gestión de la
Policía Nacional Civil en el marco constitucional y en consideración a las demandas sociales, con irrestricto
respeto a los Derechos Humanos para contribuir a una actuación policial eficaz y a la conducta ética de los
(las) policías (IGPNC, s/f).
A finales de 2009, la Inspectoría General había iniciado investigaciones
disciplinarias contra 1,456 miembros de la policía, entre los que figuraban 216 oficiales
señalados por su posible participación en hechos delictivos. Entre este grupo, se
encontraban 14 altos mandos policiales (Valencia y Araúz, 2009), algo que marcó un
precedente, dado que en el pasado habían sido escasas las investigaciones contra altos
mandos policiales, aun cuando se conocían diversos casos de jefaturas e incluso de ex
directores o subdirectores presuntamente vinculados a grupos delictivos y actos de
corrupción.
Estos 216 casos fueron remitidos a la FGR para su judicialización, al tiempo que la
IGPNC recomendó la inhabilitación de estos oficiales. Sin embargo, hasta hoy se
desconoce el curso que siguieron tales investigaciones en sede fiscal. Dado que estas
investigaciones involucraron jefaturas de alto nivel, como el ex director policial
Ricardo Meneses y los comisionados Pedro González, Godofredo Miranda y Douglas
Omar García, entre otros, estos procesos cobraron connotación pública. A estos
oficiales se les señalaba de haber colaborado y favorecido a un grupo de
narcotraficantes que ha operado en la zona oriental del país, conocidos como los
Perrones (Valencia y Arauz, 2009), algo que había sido señalado desde 2008 en una
publicación de La Prensa Gráfica.
5 El Coronel Almendariz fue señalado por la Comisión de la Verdad de ser el comandante de una tropa que
asesinó a la médica española, Begoña García, durante el conflicto armado y de encubrir este asesinato.
Sin embargo, varios casos prescribieron debido a que los instructores policiales a
cargo no realizaron las investigaciones, y en otros casos, la Fiscalía no avanzó en la
investigación penal, lo que permitió que algunos de estos oficiales fueran reinstalados
posteriormente en sus puestos. Al margen de ello, la creación de esta comisión
legislativa para interferir con el trabajo de la IGPNC dejó claro que algunos oficiales
señalados por sus vínculos con estructuras delincuenciales cuentan con el respaldo y la
protección de funcionarios públicos y partidos políticos, algo que históricamente ha
obstaculizado la depuración policial y favorecido la impunidad en esta y otras
instituciones públicas.
Si bien se reconoce que inicialmente había una decisión política del ministro de
Justicia y Seguridad Pública y del director de la PNC de perseguir la corrupción
policial, en muchos casos existió falta de firmeza en la estructura de dirección de la
PNC de ese momento, para destituir oportunamente a los malos elementos, así como
negligencia y poca colaboración de las jefaturas para avanzar en la investigación de los
casos. También se señala que, en varios casos, los policías a quienes se encargó la
investigación de otros oficiales no avanzaron en las diligencias, e incluso archivaron
los expedientes, dejando con ello que el tiempo pasara y los procesos disciplinarios
prescribieran.
Entonces, de qué servía que en diciembre el personal que estaba vinculado al área de talleres
[mecánico], donde hay una gran corrupción y hay una compra de repuestos y tanta cosa […]
logra que lo destituyan, hay informes, hay inspecciones que se hacen y como no se puede ir por
la vía penal ni disciplinaria, caduquémosle el contrato y lo despiden. Entonces, este fulano es
familiar de un subdirector, habla con otros y dicen que en diciembre lo despiden, pero en enero
lo recontratan. ¿Qué sentimiento queda? Hago que se haya quemado la gente: denunciando, dando
información, testimoniando, para que llegara otra vez. Es la impunidad (Experto en Seguridad
21).
Al respecto, los intentos por depurar la PNC también han enfrentado obstáculos
relacionados con el espíritu de cuerpo o con el llamado código de silencio
característico de las corporaciones policiales, especialmente cuando se trata de un
sistema disciplinario en el que policías investigan a otros policías. Para el caso, si bien
algunos oficiales están de acuerdo en la investigación de los casos, tienen la percepción
de que la inspectora Navas tenía prejuicios con los oficiales de la PNC, mientras era
más permisiva con el personal del nivel básico.
El error anteriormente es que hubo una especie de acoso hacia oficiales y se sintió, lo que se
comentaba es que ella iba a defender a capa y espada a nivel básico, como que iba prejuiciada
con los oficiales, si alguien anda en malos pasos pues investiguémoslo y aunque anden en malos
pasos debe practicársele el debido proceso. No generalizar, “todos los oficiales son malos” y
ella como que tenía ese prejuicio (Experto en Seguridad 5).
[…] por ejemplo, el ministro les concedió probablemente demasiados espacios a la policía para
que se auto depurara, para que se fortaleciera ella sola y eso no es posible, ni fue posible,
porque ningún cuerpo de poder se puede depurar solo, en un nivel de penetración tan grande
como pueden tener esas instituciones, sino que se debe de hacer desde afuera, porque ellos solos no
son capaces, es como que se dijera al ejército “depúrese…” hay que depurarlo desde afuera y cuando
la institucionalidad tiene una idea en común, pero aquí en este caso, la Fiscalía en poder de Arena
y GANA, la Asamblea dividida y la Policía más o menos en el control de un partido, o con la
posibilidad de tener, teóricamente, la intención de llegar al fondo (Experto en Seguridad 1).
Otra de las metas trazadas por las nuevas autoridades de la policía al inicio de la
gestión fue el fortalecimiento de las capacidades investigativas y de inteligencia
criminal, como herramientas claves para la persecución del crimen organizado y la
prevención de las amenazas y riesgos a la seguridad.
Durante larga data, la policía contó con un incipiente sistema de inteligencia que no
respondió a las demandas y necesidades institucionales de persecución criminal. Con
este propósito, se articuló un sistema de inteligencia criminal, que funcionó bajo la
coordinación de la Subdirección de Investigaciones y que se materializó en la Unidad
de Análisis y Tratamiento de la Información (Ucati). A la vez, se reestructuró el Centro
de Inteligencia Policial (CIP), como una unidad de apoyo a la investigación criminal.
Esta unidad realiza pesquisas iniciales y procedimientos de indagación de posibles
riesgos a la seguridad.
Durante los dos primeros años de gestión, la PNC empezó a realizar importantes
incautaciones de droga y dinero y avanzó en la investigación de algunas estructuras del
crimen organizado, algunas de ellas con conexiones con personas del poder político.
Uno de los casos más sonados fue el decomiso de cerca de 15 millones de dólares en
efectivo localizados en barriles enterrados en diferentes zonas rurales del país, lo cual
superaba a las incautaciones realizadas en la última década (Dalton, 2010). Fuentes
policiales aseguraron que se trataba de dinero procedente del tráfico internacional de
drogas. En 2011, la Policía
incautó 500 kilos de cocaína en alta mar, estimados en 12.5 millones de dólares, así
como 125 barriles de precursores químicos usados en el procesamiento de
metanfetaminas, cuyo valor comercial superaba los 250 millones de dólares.
[…] se empezó a hacer un esfuerzo. Entonces, salió todo aquel tema de los barriles, que estaba
ligado a un esfuerzo y estrategia por llegar a los delitos del crimen organizado, donde hay niveles de
participación de gente con poder político. De eso, se hizo también un esfuerzo y creo que fue
bastante tímido, pero son cambios, había voluntad política de darle respuesta a eso, no porque
se quisiera, sino porque era una demanda ciudadana (Experto en Seguridad 12).
Otro de los avances logrados durante este primer período fue la formulación de la
Política Institucional de Equidad e Igualdad de Género de la PNC 2011-2021, cuyos
principios rectores son la Igualdad de Derechos, la Equidad de Género y la Igualdad de
Oportunidades y de Resultados. El objetivo de esta política fue institucionalizar el
enfoque de equidad e igualdad de género en todo el quehacer de la PNC, a través de 12
líneas estratégicas que atienden el ámbito de los servicios, actuaciones y
procedimientos policiales y el de la gestión administrativa y operativa interna (PNC,
2011).
Sin embargo, muchas de las condiciones internas en las que labora el personal del
nivel básico no cambiaron sustancialmente. Si bien se reconocen los esfuerzos por
ofrecer mejores condiciones al personal policial, que se tradujeron en la mejora de
equipos, medios de transporte y comunicación, otros aspectos como los salarios, las
condiciones infrahumanas en las que laboran y sobreviven los agentes, las extenuantes
jornadas laborales que sobrepasan las 12 horas y el régimen de disponibilidad, se
mantuvieron durante la administración de Ascencio.
El problema es que los recursos mínimos para el funcionamiento de cualquier unidad policial no
se han resuelto. No se cumplió la expectativa de la campaña ni de la toma de posesión o en el
traspaso de mando que hizo Mauricio Funes cuando nombró a Carlos Ascencio diciendo que no
iba a haber ningún policía que durmiera en el suelo. Y siguen existiendo lugares donde están
descuidadísimas las condiciones donde están desempeñando sus funciones el personal; no digamos
sobre ese régimen de disponibilidad y el pago del bono de alimentación, que se retrasó y que ha tenido
miles de complicaciones (Experto en Seguridad 15).
Un policía del nivel básico tiene un salario nominal de 425 dólares y recibe un
bono mínimo de alimentación de 100 dólares que sirve para sufragar las necesidades de
alimentación durante los días que el personal policial se mantiene en régimen de
disponibilidad. Este régimen es en la práctica un semi acuartelamiento, pues el policía
se desvincula por varios días de su familia y su comunidad. En función de los roles de
servicio asignados al personal, el esquema de acuartelamiento puede variar: cinco días
en disponibilidad y dos de descanso; seis días de disponibilidad y tres de descanso o 24
horas trabajadas y 48 horas descansadas, entre otros.
Los jefes tenemos una habitación con aire acondicionado, sin zancudos, con lo básico, pasamos
informados, sin hacinamiento porque estamos solos. Pero a los agentes los ponemos en una mal
llamada cuadra, que antes las cuadras eran para los caballos, del ejército heredamos ese
nombre también, que son dormitorios donde tenemos hasta 80 personas, con hacinamiento, con
poca higiene, con camas inadecuadas, colchones inadecuados, con plagas de zancudos, con escasez
de agua, son condiciones deplorables. Nosotros esperábamos que cuando el doctor Ascencio estaba se
llegara a quitar esto, pero no se quitó, llega el general y se mantiene igual, a veces la gente
después de las 12 horas de trabajo no le trabaja igual, es mejor dejar unas 8 horas bien
trabajadas (Experto en Seguridad 5).
Por otra parte, en términos de formación inicial, entre 2009 y 2014 la ANSP logró
graduar 16 nuevas promociones, de las que egresaron 5,719 policías, lo que permitió
alcanzar una plantilla policial de 23,371 elementos (MJSP, 2014b). Con ello, el
Gobierno logró la meta establecida relativa al número de policías requerido para reforzar
la seguridad al final del quinquenio. Al respecto, es pertinente señalar la importancia de
mantener el balance requerido entre el crecimiento cuantitativo de la corporación, la
calidad de la formación inicial ofrecida y el correspondiente refuerzo presupuestario, a
fin de no deteriorar tanto los procesos de formación como las condiciones laborales bajo
las cuales los policías desempeñan su función.
Otro de los aspectos positivos impulsados durante este período en la ANSP ha sido
la formación de más del 70% de la plantilla policial en la filosofía y la doctrina de
policía comunitaria. Si bien hay cuestionamientos en torno a la implementación
práctica del modelo comunitario, se reconoce el énfasis formativo que se le ha dado a
este ámbito. También durante este período, la ANSP adoptó una Política Institucional
de Igualdad y Equidad de Género, a partir de lo cual se ha promovido una mayor
participación de mujeres en la formación inicial, continua y especializada de la
academia policial. La política plantea además indicadores de género en los procesos de
convocatoria y selección, en la gestión del conocimiento y en los mecanismos de
organización, funcionamiento y cultura institucional (ANSP, 2011).
La piedra angular de la reforma política de los Acuerdos de Paz y uno de los acuerdos
más álgidos de la mesa de negociación política fue precisamente la separación de las
funciones de defensa y seguridad pública y el impulso de la reforma policial que dio
origen a la creación de la PNC como el único cuerpo policial responsable del
mantenimiento de la paz interna (ONU, 1992).
Gráfico 3.1.
Efectivos militares asignados a la seguridad
pública, 2006-2014
12,000
11,200
10,000
Número de efectivos militares
8,200 8,200
8,000
4,000
1,975
2,000 1,432
897
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
A la vez, 1,000 soldados fueron asignados a 62 puntos ciegos fronterizos con el fin
de perseguir el contrabando de mercaderías, el tráfico de drogas, de armas y personas
(Dalton, 2010). Si bien el resguardo de las fronteras es parte del mandato constitucional
de la Fuerza Armada, la ley no le da a la institución armada facultad para perseguir
delitos fiscales. Aunado a ello, dado que los controles fronterizos han estado plagados
de corrupción, lo que han favorecido históricamente el contrabando y la evasión fiscal,
los bajos salarios de los soldados y su falta de formación en estos ámbitos, los hacen
más proclives a ser corrompidos por contrabandistas.
En la base de esa decisión, está la convicción de que la capacidad, entrega y disposición del
Soldado salvadoreño, es imprescindible para comenzar a superar el problema de la inseguridad
en nuestra patria […] Ustedes la Fuerza Armada, con sus 186 años de história, representan
la tradición, representan las raíces firmes de nuestra sociedad, los valores de servicio, disciplina y
respeto que nuestro país necesita. Todos esos valores, la disciplina, el honor, la lealtad, aunque les
parezca paradójico, les convierten en una pieza clave para el cambio que estamos formando, porque
cuanto más sólidas y fuertes
8 Este cálculo se ha hecho tomando como base el primer incremento de efectivos autorizado por la
administración Funes en agosto de 2009.
sean nuestras raíces, nuestras convicciones, nuestros valores, más preparados estaremos para cambiar
(Presidencia de la República, 2010).
[…] Esta participación extraordinaria de la Fuerza Armada debe ser un esfuerzo sostenido
y profundizado en el tiempo, para que dé sus mejores frutos (Presidencia de la República,
2010).
En junio de 2011, Funes prorrogó por un año más el decreto ejecutivo que
autorizaba la participación de la Fuerza Armada en otros ámbitos de la seguridad, con
lo que el involucramiento de las milicias en el combate delincuencial estaba asegurado
hasta mediados de 2012. A la vez, fue cada más evidente la presencia y operatividad
militar en acciones de patrullaje, requisas a personas, registros de vehículos,
detenciones e incautaciones, en las áreas urbanas y rurales, sin supeditación a la PNC.
Diferentes medios periodísticos publicaron además que desde 2011 miembros del
Comando Especial Antiterrorista (CEAT), de la Fuerza Armada participaban como
agentes encubiertos en autobuses, junto a unidades élites de la PNC, en los planes de
seguridad en el sistema de transporte público (Flores y Santos, 2012). La asignación
del personal policial y militar a los autobuses representó un gasto mensual de más de
$15,000 al mes, recursos que salieron del presupuesto de la policía (Flores y Ayala,
2012). Los agentes encubiertos del CEAT fueron asignados al circuito de buses que
circunda el Municipio de Soyapango, una zona con alta presencia de pandillas.
Tabla 3.1.
Presupuesto asignado a la Defensa Nacional y a tareas de Seguridad
Pública, 2009-2013 (en $US)
16,000
Número de efectivos militares en servicio activo
11,831 12,103
12,000 11,524
9,101
8,554 8,682
8,000 7,426
4,000
2006200720082009201020112012
50 PNC FAES
En porcentajes
40
30
20
Nosotros trabajamos en las comunidades y recuerdo que cuando salió el ejército, eso fue al principio
de la nueva administración, una de las áreas en las cuales estábamos trabando ya era en las
comunidades Iberias y sí fue radical el cambio con la llegada de ellos en el sentido que
comenzaron a producirse una serie de medidas de fuerza, que eran ya atentatorias de los
derechos humanos y podría ilustrarle con diferentes ejemplos de casos evidentes de tortura, de
maltrato, de uso excesivo de la violencia (Experto de Prevención 1).
Los miembros de la PNC también son señalados reiteradamente por diversas
violaciones contra la vida, la integridad física y la libertad, especialmente contra los
residentes de zonas vulnerables. Sin embargo, de acuerdo a algunos entrevistados, la
policía lo hace de forma más vedada, mientras que los miembros de la Fuerza Armada
ejercen los abusos abiertamente.
La policía es un poco más fina, para hacer las violaciones de derechos humanos, generalmente
lo hace en las noches; el soldado lo hace a cualquier hora, no le importa si lo está viendo la
gente; el policía lo hace cuando no los ven, generalmente en la noche o cuando llegan que
encuentran a un grupo de jóvenes en algún sector que no hay mucha gente (Operador de
Prevención 2).
Yo creo que en los anales de la historia, cuando se revise el período de Mauricio Funes va a
quedar registrado que él fue el que militarizó nuevamente la seguridad pública y yo creo que esto es
un problema central, es un problema de modelo, es decir, en todo el mundo donde hay
democracia los modelos de seguridad pública son civiles, es decir, en manos de civiles está la
dirección y la operación, ahí viene todo un sofisma de argumentar que ya no son militares porque
están en retiro y toda esa manera engaña tontos que tienen de jugar con eso (Experto en
Seguridad 4).
En términos de la relación de Funes con el partido que llevó al poder, esta decisión
representó un revés al FMLN, que marcó una mayor ruptura. Con estas designaciones,
Funes no solo arrebató al FMLN una importante cuota de poder en el Gobierno, sino
que favoreció
9 El 30 de mayo de 2011, el general Munguía Payés firma la orden general Nº 06/11, en la que se transfirió a
“situación de retiro”, lo que lo dejaba habilitado para competir en las elecciones presidenciales de 2014.
la recuperación del aparato de seguridad por parte de los militares, algo que habían
perdido hace dos décadas. Simbólicamente representó una derrota para el FMLN, al
contravenir una de sus principales conquistas en la mesa de negociación y a nivel
institucional, lo que supuso comprometer el futuro de la institución más importante
surgida de los Acuerdos de Paz.
Pienso que la mitad, un poco más de la mitad fue el bloqueo que sufrieron ellos. Ascencio y
Melgar. Pero la otra mitad fue debilidad de ellos y debilidad del partido. Porque quien hubiera
seguido una contabilidad de cerca tenía que ser el partido. Porque eran sus cuadros (Experto en
Seguridad 14).
Otros señalan que con esta y otras decisiones tomadas por el Ejecutivo, las
diferencias entre el FMLN y Funes llegaron a un punto en el que el partido tenía la
opción de confrontar directamente y retirarse, o asumirlas y mantenerse, pero
prefirieron aceptar muchas de las decisiones, en virtud de sus intereses electorales.
[…] al final la decisión que tomaron ellos fue mantenerse, a pesar de las diferencias. Yo supongo
que privaron más sus intereses políticos electorales, en el sentido de tener todavía participación en
una maquinaria del Gobierno, que le permitiera asentar a sus estructuras, que le permitiera
expanderse y mantener, aunque no absoluto pero sí algún control dentro del ejecutivo, con la idea de
regresar después, hacer su propio Gobierno, como es su pretensión (Experto en Seguridad
17).
El asunto es cómo ese viraje estratégico es expresado en la toma de decisiones; porque a nivel
político saben que el Gobierno este, no es un Gobierno del FMLN, el Gobierno es de
diferentes grupos de poder, que se han distribuido para poder gobernar este país. Entonces, ahí,
prácticamente, en este país eso es lo que pasa. Un grupo de poder asume la seguridad pública
(Experto en Seguridad 12).
Se sabe que el tema de la seguridad pública es un ejercicio de poder, es una cosa muy
importante y los grupos de poder instrumentalizan las instituciones para poder proteger sus intereses,
porque usted sabe todo lo que se maneja en la seguridad pública (Experto en Seguridad 12).
Al ser consultado sobre los cambios durante el período que fungía como ministro
de Justicia y Seguridad Pública, Munguía Payés señaló que no existen diferencias
sustanciales entre su gestión y la del ex ministro Melgar, salvo en la concepción, el
mayor énfasis y el tratamiento que se le ha dado a las pandillas, a las que considera el
principal problema de la violencia en el país. En virtud de ello, su principal estrategia
ha sido controlar la guerra entre las pandillas para luego apostarle a la prevención y
rehabilitación. Ello explica el apoyo “facilitador” a la tregua entre pandillas y su
posterior etapa de pacificación.
Quizá fue la concepción que yo creo que a través de mi experiencia que tuve como ministro
de la Defensa, en apoyo a la seguridad pública y mi experiencia de ir a visitar barrios y
colonias donde se estaban dando la mayor parte de crímenes, pude constatar que el mayor
generador de violencia aquí era la pandilla. […] Y lo otro es que sabiendo eso, definimos
nosotros la estrategia que debíamos de seguir, para incidir en la disminución de los crímenes
y esto es que había que parar la guerra entre las pandillas, porque si no parábamos la guerra
entre las pandillas, muchas cosas no tenían sentido […] Entonces, yo creo que esa concepción
pudiera marcar una diferencia en cuanto a cómo solucionar el problema (David Munguía
Payés, en entrevista personal realizada el 11 de marzo de 2013).
Al respecto, algunos análisis señalan que colocar a las pandillas como el enemigo
único ha tenido como propósito justificar la tregua entre pandillas, que se convirtió,
durante la gestión de Munguía al frente del MJSP, en la principal política de seguridad.
Al igual que en el pasado, con este discurso se corre el riesgo de solapar bajo las
pandillas otros graves problemas de seguridad como el crimen organizado y los delitos
de cuello blanco. Respecto a ello, algunos entrevistados sostienen que se trata de un
modelo de política unidimensional en el que el problema de la seguridad se ha reducido
a las pandillas y a los homicidios, en virtud de lo cual los parámetros de efectividad se
circunscriben principalmente a la disminución de los homicidios.
[…] ese modelo basado, además, en una condición unidimensional, en la cual la única
dimensión en varios aspectos que se toma es en tema de los autores de los delitos: las
pandillas, es la única dimensión, no hay delincuencia común, no hay narcotráfico, no hay
crimen organizado, lo único que hay es delincuencia por pandillas. Es unidimensional porque lo
único que hay de delitos son homicidios, no robos, no hurtos, las extorsiones… cuando en el discurso
oficial se habla, es homicidios, entonces la tarjeta de presentación es “hemos disminuido los
homicidios” (Experto en Seguridad 4).
Una de las primeras acciones impulsadas por los generales fue asegurar el control
de los aparatos de inteligencia del Estado. En el caso del OIE, luego de la salida de
Eduardo Linares en diciembre de 2011, fue nombrado como director de forma interina
Simón Molina Montoya, un coronel retirado, que ha manejado un equipo de
inteligencia al servicio del general Munguía, además de haber sido parte de su grupo de
asesores en el Ministerio de la Defensa Nacional (Arauz y Valencia, 2012). Diversas
fuentes entrevistadas señalan al coronel Molina Montoya como un hombre clave en la
negociación con las pandillas.
[…] ellos solos se han ido moviendo, a acumular poder a través del control de diferentes
instituciones, aunque directamente no les fue otorgado de esa manera. Por ejemplo, si bien les
fue otorgada la seguridad del presidente, pero no les fue otorgada la función de vigilar a otras
instituciones del estado, o competir con la OIE, al final la OIE prácticamente está al poder de los
militares, aunque tienen una cabeza formal que es el director, el director es civil, pero toda la
estructura fue desarmada y asumida por los militares (Experto en Seguridad 22).
En el caso del MJSP, con la llegada del general, fue notoria la designación de
militares, ex militares y personas allegadas al general Munguía. En la práctica, el
MJSP pasó a ser administrado por coroneles, en quienes recayeron decisiones de orden
técnico en áreas para las cuales no han sido formados, como la seguridad pública,
migración y extranjería, sistema penitenciario, y prevención social de la violencia,
entre otros.
Yo creo que esa política es una declaración de buenas intenciones, que verdaderamente en el lenguaje
de los operadores de la política pública, que sería el ministro de justicia y seguridad pública, el
jefe de la policía, no existe. Usted puede revisar desde que tomó posesión David Munguía
Payés… yo creo que si se hace un análisis de contenido de todos los discursos que ha hecho, en
ningún momento se ha referido a la política, a pesar de que él la firma (Experto en Seguridad
4).
Yo creo que el rol que está desempeñando en este momento es el rol que debe de desempeñar,
apoyar a la Policía Nacional Civil en donde la Policía Nacional Civil lo necesite. Y hasta hoy, en
las 30 y pico zonas de mayor incidencia delincuencial, en los centros penales y sus alrededores y en las
fronteras. Yo creo que eso es lo que la Fuerza Armada tiene que hacer, llenar algunos vacíos que
no los podemos cubrir nosotros con la Policía Nacional Civil, porque tendríamos que tener una
plantilla de casi el doble o el triple y no la tenemos (David Munguía Payés, en entrevista
personal el 11 de marzo de 2013).
Fuentes consultadas consideran que muchas de las asignaciones a los puestos bajo
la dirección de Salinas se hicieron discrecionalmente y no con base a criterios de
experiencia, especialización y profesionalización; algo que se había buscado regular
durante la administración Ascencio.
Se creó normativa interna que diera cierta estabilidad. Vaya, por ejemplo, de que al asumir una
jefatura, iba a tener la estabilidad de desarrollar ahí todo un proyecto; mínimo dos años. Pero la
experiencia que yo conocí es que las políticas de instituciones policiales es: el primer año, es de
entrenamiento; el segundo, de implementación; y, el tercero, para transmitir los conocimientos. Por
otro lado, que la gente que llega tenga el perfil idóneo para el puesto, que esté capacitado. Pero
alguno que va para medio ambiente, tiene una especialización en finanzas y es todo contrapuesto.
Vaya, eso se había corregido; ahora ya no. Aparte que esas estructuras cuestionadas que podían tener
vínculos delincuenciales, se están volviendo a reorganizar (Experto en Seguridad 21).
¿Por qué los cambios? Bueno, los cambios son normales. Cuando una persona asume una nueva
responsabilidad, en una oficina o en una oficina pública, uno quiere trabajar con gente en quien
tenga un poco más de confianza, que no solamente sea una persona capaz, sino en quien
tenga un poco más de confianza. Y el problema de la llegada de militares en situación de retiro
provoca algunas tensiones al interior de la policía y ansiedades; porque a nosotros se nos
relaciona mucho con la mano dura, con disciplina férrea, con imposición, con autoritarismo,
inclusive. Entonces, yo creo que algunos mandos policiales pensaron que íbamos a llegar nosotros,
así, de esa manera. Y como ya habían manifestado, algunos, su inconformidad por la llegada de
nosotros, no íbamos a trabajar, seguramente,
en forma armónica y coordinada. Entonces, lo mejor era hacer algunos cambios, entonces, decidimos
hacer algunos cambios dentro de la misma policía. Y esa fue la razón de los cambios (Munguía
Payés, en entrevista personal el 11 de marzo de 2013).
Los cambios de jefaturas que generaron más alarma fueron las asignaciones de
oficiales señalados por sus presuntos vínculos con estructuras de crimen organizado,
en áreas estratégicas para la corporación, que habían sido marginados por la anterior
administración de la policía. En la práctica, esto no solo significó dar marcha atrás a
los esfuerzos de depuración realizados por la IGPNC bajo la dirección de Zaira Navas,
sino la legitimación y reivindicación de oficiales seriamente cuestionados por las máximas
autoridades policiales.
10 La subdelegación de Panchimalco fue lanzada en noviembre por el general Munguía como modelo exitoso
dentro del plan comunidades seguras, a su llegada al MJSP. El esquema de intervención incluyó un amplio
despliegue de fuerzas especiales y miembros de unidades élites de la PNC (Flores, 2011). Sin embargo, la
incidencia delincuencial y la presencia de pandillas en este municipio continuó en los siguientes años
(Membreño, 2012).
Fueron llevados a los Tribunales Disciplinarios pero en esos mismos tribunales los absolvieron.
O por decirle otra cosa, se archivaron los casos en la misma gestión. O sea, dos cosas esenciales.
Señalamientos pudo haber habido y por esa razón fueron investigados. Entonces, nunca fueron
sancionados por ningún Tribunal Disciplinario y por esa razón han salido absueltos (Carlos
Linares, en entrevista personal el 13 de marzo de 2013).
[…] Datos así, estadísticos de eso así, no los poseemos. En eso estamos trabajando.
Obviamente, es muy importante. Pero es una cuestión que no han dejado esa base [de datos]
acá y por eso estamos tratando de construirlo, o por lo menos de dejarlo […] (Carlos
Linares, en entrevista personal el 13 de marzo de 2013).
Mire, fíjese que así, una que yo diga –“híjole, cómo cometen esta falta”- pues no le podría
asegurar, porque son infinidad de cuestiones; unas ni faltas son. No llegan pero ni a falta
leve, pero lo quieren hacer faltas graves o faltas muy graves o hasta faltas leves. Qué le quiero
decir con esto, que hay hechos que no son constitutivos de nada (Carlos Linares, en
entrevista personal el 13 de marzo de 2013).
Una actitud similar expresó cuando se le consultó sobre los mecanismos internos
para prevenir y sancionar la infiltración del crimen organizado dentro de la corporación
policial, aduciendo que la investigación de delitos le corresponde a la FGR, por lo que
no es competencia de la IGPNC establecer si alguien de la corporación tiene
participación en estructuras delictivas.
Cuadro 3.2.
fragmento de entrevista con el Inspector Carlos Linares
Hay otro tema vinculado a estos señalamientos, que se refiere a señalamientos que
apuntan a que algunos oficiales de la PNC podrían estar involucrados en actividades
u operaciones del crimen organizado, ¿qué investigaciones ha realizado la
Inspectoría en ese sentido?
Sí, pero es una falta disciplinaria muy grave contemplada en la Ley Disciplinaria
Policial; investigar esa conducta es competencia de la Inspectoría…
Linares: Sí, pero yo no le puedo decir que x o y persona está relacionada con el
crimen organizado si la fGR no ha dicho que realmente hay una investigación
de crimen organizado y que por ende esos policías comenten delito…
Entonces, ¿en su gestión no han llegado reportes de este tipo?
Entonces su salida es relativa, pueden salir las cabezas, pero sus extensiones van a seguir ahí.
Hasta que llegue alguien que vaya a romper esas estructuras y las del crimen organizado, también,
que siguen ahí y ya estaban, cuando llegamos nosotros algunas redes salieron, pero otras
todavía estaban ahí y operaban de manera reservada y no se logró ejecutar las decisiones, o llevar a
ejecución, las decisiones que teóricamente debían de realizarse, es decir de romper todas esas
redes (Experto en Seguridad 21).
1 En entrevista concedida al periódico digital El Faro, publicada el 2 de enero de 2012 (Valencia y otros, 2012).
112 La situación de la seguridad y la justicia 2009-
2014
Este apartado aborda en una primera parte la situación actual del sistema penitenciario,
para luego desarrollar algunas de las iniciativas más relevantes impulsadas durante el
último lustro en el sistema penitenciario salvadoreño.
Gráfico 4.1.
Evolución de la población penitenciaria en El Salvador, 1999-2013
30,000
26,848
25,471
24,000 21,032
Número de internos
17,677
18,000
12,525
11,451
12,000 9,679
6,793
6,000
0
19992001200320052007200920112013
Al examinar este crecimiento en períodos, podemos advertir que entre 1999 y 2003
la población penitenciaria creció en 4,658 internos, lo que representó un incremento del
68.6%. Entre 2004 y 2008, período caracterizado por la implementación de la política
Súper Mano Dura, la población penitenciaria creció en 7,624 reos, es decir un aumento
del 62.2%. El 88% de este incremento correspondió a miembros de pandillas, lo que
evidencia el impacto que las políticas anti maras tuvieron en el crecimiento de la
población penitenciaria.
Gráfico 4.2.
Comparativo de tasas penitenciarias por 100,000
habs. en América Latina, 2011
Bolivia 107
Brasil 253
Colombia 193
Costa Rica 238
Chile 311
Ecuador 107
El Salvador 322
Guatemala 84
Honduras 154
México 203
Nicaragua 134
Panamá Paraguay 378
Perú 109
R. Dominicana 172
Uruguay
212
267
300
0100200 400 500
Tabla 4.1.
Población penitenciaria, capacidad instalada y densidad del sistema
penitenciario El Salvador, 2009-2013
…creer que usted va a resolver a garrotazos o llenando las cárceles, que ya no caben; esa es otra
bomba de tiempo y ojalá no pase lo que pasó en Honduras […], desde esa lógica ya teníamos
20,000 presos, y esa ya era sobrepoblación; y ahora tenemos 28,000. ¿Por qué? Porque sigue la
lógica esa, que han arrestado a todo el mundo (Experto en Seguridad 14).
Gráfico 4.3.
Situación jurídica de la población penitenciaria, 2009-2013
100
PenadosEn proceso
80 77.6
74
71
64.8 65
En porcentajes
60
40 35.2 35
29
26
22.4
20
0
2009 2010 2011 2012 2013
Fuente: DGCP
24,000
19,767
18,957 19,121
18,379
Número de internos
18,000
12,000
6,000
72.1%
73.1%
70.6% 70.4%
0
2011 2012 2013 2014
Fuente: DGCP
* Incluye información hasta abril de 2014
12,000 11,383
Número de internos
9,000
7,574
6,000
5,043
3,000
1,889
681
43 235
0
18-2526-3536-4546-5556-6566-75>76
Grupos de edad
Fuente: DGCP
Tabla 4.3.
Adolescentes y jóvenes en Centros de Internamiento del ISNA y Centros Intermedios, 2006-
2013
Aunque invariablemente los hombres siguen siendo mayoría entre la población privada
de libertad, las tasas de encarcelamiento de mujeres han experimentando un aumento
exponencial en los últimos años. Concomitante al aumento acelerado de la población
carcelaria, se ha registrado un crecimiento de las tasas de encierro de mujeres. Entre
2005 y 2013, las mujeres adultas privadas de libertad crecieron en un 252% al pasar de
600 a 2,524. El siguiente cuadro ilustra el comportamiento de la población
penitenciaria por sexo en el período 2005-2013.
Tabla 4.4.
Número y porcentaje de población penitenciaria según género, 2005-2013
Total población
Año Hombres % Mujeres %
penitenciaria
2005 11,894 95.2 600 4.8 12,494
2008 17,496 93 1,315 7 18,811
2009* 19,328 91.9 1,704 8.1 21,032
2010 21,700 90.6 2,260 9.4 23,960
2011 23,055 90.5 2,416 9.5 25,471
2012 24,386 90.2 2,647 9.8 27,033
2013 24,324 90.6 2,524 9.4 26,848
Fuente: DGCP, diversos años
* Incluye información hasta julio de 2009
Gráfico 4.6.
Evolución de la población pandillera en el sistema penitenciario, 2003-2013
12,000
10,799
10,458
9,583
9,000 8,699
Número de pandilleros
7,555
6,694
6,000 5,412
3,489
3,053
3,000
0
2003 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Vemos que el mayor porcentaje de reincidencia -eso todavía, he pedido que me lo saquen pero
todavía no lo tengo el dato-, es que los pandilleros salen y vuelven a ingresar, pero la mayor,
más o menos de manera empírica, son por asociaciones ilícitas; entonces, ese es un enfoque de
persecución policial y eso es lo que al final ha terminado abultando la población penitenciaria,
porque buena parte de ellos están por esta figura (Experto en Seguridad 7).
Las pandillas son consideradas una población particularmente difícil por los
operadores del sistema, dadas sus dificultades para seguir reglas, su alto consumo de
drogas y sus patrones comportamentales, que en las condiciones actuales de
hacinamiento y sobrepoblación del sistema penitenciario ha llevado a producir diversas
crisis2. Los crecientes conflictos y purgas surgidas al interior de la Mara Salvatrucha y
del Barrio 18 en las cárceles, que han dado como resultado un aumento de los
pandilleros disidentes, obligó al sistema penitenciario a reubicarlos en otros penales o
en sectores dentro de los recintos carcelarios, para salvaguardar sus vidas.
6,000
MSPandilla 18 Ex MSEx 18Otras
5,000
Número de pandilleros
4,000
3,000
2,000
1,000
0
2009 2010 2011 2012 2013
Tabla 4.6.
Pandilleros recluidos según género y situación jurídica, 2013
Situación
Hombres Mujeres Total
jurídica
7,582 486 8,068
Penados
(77.7%) (65.4%) (76.8%)
2,181 257 2,438
Procesados
(22.3%) (34.6%) (23.2%)
9,763 743 10,506
Total
(92.9%) (7.1%) (100%)
Fuente: DGCP
Además de la alta tasa de reincidencia, una característica común entre los
pandilleros que ya han sido condenados, son las elevadas penas que deben purgar, no
solo debido a su historial delictivo y a su perfil criminológico, sino a los agravantes
contemplados por la legislación penal en el caso de delitos cometidos por pandilleros.
Ha sido habitual, desde el período de las manos duras, que en los procesos penales
contra pandilleros los fiscales recurran a atribuirles un concurso de delitos para
garantizar su detención, lo que deriva en condenas más elevadas. Un estudio realizado
por el Iudop en 2006 con pandilleros en cárceles, encontró que el tiempo promedio de
condena entre el grupo entrevistado era de
15.5 años y que las penas oscilaban entre 1 y 96 años, por lo que en varios casos
estaban purgando condenas mayores a los 75 años que establecía como pena máxima el
Código Penal vigente (Aguilar, 2007).
Los principales delitos por los que los pandilleros son detenidos son los homicidios
y las extorsiones, a diferencia de hace una década en que se les procesaba generalmente
por delitos menos graves como robos y riñas. Aunque las extorsiones no son ejecutadas
exclusivamente por pandilleros, desde mediados de la década pasada, estas se han
convertido en la principal modalidad delictiva utilizada de forma corporativa por la
pandilla para la generación de recursos de su organización (Aguilar, 2007).
Muchas de las extorsiones son planificadas y dirigidas desde las cárceles, con el
apoyo de amplias redes en las que participan pandilleros, sus familias y otros actores en
el exterior. Estos recursos son utilizados para mejorar la capacidad logística de la
pandilla, el pago de defensores de los líderes detenidos, ayudar financieramente a las
viudas y huérfanos en la pandilla, así como para cubrir necesidades de alimentación e
higiene de los que se encuentran recluidos.
Entonces, que haya fuentes de trabajo, que son tan importantes para los jóvenes. Porque muchos
jóvenes y la mayor parte de jóvenes que están en las pandillas, el producto, el dinero que
obtienen a través de las actividades delincuenciales se lo reparten entre ellos y están sosteniendo
bastantes hogares; porque la pandilla, en el interior, es una organización social y comunitaria
también…de ahí ellos sostienen a los que están en la cárcel, sostienen a las viudas, sostienen a
la familia de los miembros de pandillas […] (Experto en Seguridad 13).
Esto explica la importancia estratégica que ha cobrado para las redes de corrupción
que orbitan en torno al sistema penitenciario el trasiego de celulares, chips y cargadores
de teléfonos y muestra el impacto que el aumento de la población pandillera ha tenido en
el surgimiento de nuevos mercados de tráfico de objetos ilícitos al interior de las
cárceles.
Nosotros en (el penal de Ciudad) Barrios… Sacábamos 80 celulares y cada vez que nosotros
sacábamos más, se ponía más caro introducir un celular…
(Douglas Moreno, citado por Andréu y Ayala, 2010).
Si bien es cierto que la mayoría de prisiones en el país carecen de condiciones
dignas y ofrecen una deficiente calidad de vida a los internos, las cárceles destinadas
para pandilleros presentan por lo general condiciones de habitabilidad más deplorables
respecto al resto, no solo debido a sus elevados niveles de hacinamiento, producto del
continuo ingreso de pandillas a las cárceles, sino al abandono sistemático y deliberado
por parte del Estado. Esto se ha expresado a lo largo de los años en un menor nivel de
inversión pública en estas cárceles, mayor deterioro de la infraestructura y precariedad
de los servicios básicos, altos niveles de insalubridad, menor presencia de personal
técnico y mayor ausencia de programas de rehabilitación y reinserción.
Tabla 4.7.
Evolución presupuestaria del MJSP y de la DGCP, 2009-
2013 (en US$)
Tabla 4.8.
Asignación presupuestaria para el rubro de alimentación, 2009-
2013 (en US$)
Entre 2009 y 2013, el monto diario asignado por interno para alimentación pasó de
US$1.87 a US$2.46. En los últimos cinco años, la DGCP ha alimentado a los privados
de libertad con un promedio diario de US$2.10 por interno. Esta cantidad cubre los tres
tiempos de comida básicos.
Estos datos ofrecen una idea de la calidad de alimentación que recibe la población
interna. De hecho, la precariedad de la alimentación y la mala calidad de los productos
utilizados han sido quejas constantes de los internos, aun cuando se trata de un servicio
contratado por la DGCP a la empresa Alimentos Prácticos, S.A. de C.V. (Aliprac),
quien durante varios años ha proporcionado la alimentación para toda la población
privada de libertad (DGCP, s/f).
Con la llegada del nuevo Gobierno en 2009, DGCP propuso al MJSP las líneas
generales para la formulación de la política penitenciaria, que forma parte de la Política
Nacional de Justicia, Seguridad Pública y Convivencia, la cual está basada en un
conjunto de conocimientos, métodos y estrategias fundamentadas en la Constitución, la Ley
Penitenciaria y otros instrumentos internacionales, que buscan humanizar y hacer más
seguro y eficaz el sistema penitenciario. Esta política denominada “La Carretera de
Oportunidades con Justicia y Seguridad”, contiene cinco componentes: justicia, atención a
las necesidades de los internos para garantizar su bienestar físico y psicológico, orden para
garantizar una convivencia segura de los internos y el personal penitenciario, reducción del
hacinamiento carcelario y seguridad. Estos componentes se desarrollan en 26 líneas de
acción (DGCP, 2011).
Una de las premisas de las que partieron las nuevas autoridades penitenciarias en 2009,
luego de aproximarse al estado en que se encontraban las cárceles del país, es que para
poder implementar la reforma penitenciaria deberían ordenar el sistema, reformar la
institucionalidad y recuperar el control de las prisiones, que por larga data han estado
controladas por amplias redes de corrupción y estructuras del crimen organizado. Esto
llevó a las autoridades de la DGCP a impulsar una extensa depuración del personal de
custodios, equipos técnicos y personal administrativo en las diferentes cárceles del país,
así como a desarrollar nuevos procesos de formación del personal penitenciario.
Uno de los negocios más lucrativos que operan hoy día en el sistema penitenciario y
que ha desplazado al tráfico de droga, debido a la creciente demanda por parte de los
internos, es el tráfico de celulares. El acceso a celulares ha permitido a muchos internos
ordenar y planificar asesinatos, secuestros, extorsiones y otras actividades delictivas en
coordinación con redes criminales que operan desde el exterior. Estos objetos son
ingresados tanto por visitas como por el propio personal administrativo y de seguridad de
las cárceles. Las requisas y controles de seguridad han permitido detectar el ingreso y la
tenencia de celulares en las diferentes penitenciarías del país, incluyendo la cárcel de
Máxima Seguridad de Zacatecoluca. En el caso de esta última, es claro que los celulares
y otros objetos prohibidos no pueden ingresar sin la ayuda del personal penitenciario, ya
que los internos no tienen contacto físico con los visitantes.
El Estado se complica, por ejemplo con la comida, yo siempre he dicho que ellos mismos [Los
reos] deberían hacer la comida y que les dejen que las familias les lleven comida; pero no se los
permiten, sin embargo, el mismo sistema les vende droga, se ha adueñado de las tienditas. Te
ponen bloqueadores de celulares y los mismos guardias los tapan para que puedan hablar; y al
parecer ellos mismos venden tarjetas y celulares. […] Mira, muchas de estas familias, a
veces las mamás, van a traer la renta con su pañolito blanco en su cabeza: en la Biblia lo
meten [Lo que recogen de la renta]... y hasta pastores, pues, que entran celulares [a los
Centros Penales]… O sea, hay cosas que deben cambiar en este sistema penitenciario, todo
mundo aquí sabe que todo el sistema de la seguridad penitenciaria es corrupto, y como ganan
bajos salarios, siempre los van a corromper […] En navidad, cualquiera se
rebusca por su aguinaldo, yo voy, llevo dos celulares… [¿Y esos se los pagan dentro o a fuera?]
No, adentro se los pagan, [¿para sacar esa plata de nuevo es complicado?] No, porque son los
guardias los que hacen eso, entonces así les llevas droga (Operador de prevención y
rehabilitación 2).
Tabla 4.9.
Personal destituido de la DGCP, 2009-2013
Agentes de seguridad Personal administrativo
Año
Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total
2009 28 3 31 25 15 40
2010 178 24 202 49 36 85
2011 101 20 121 4 1 5
2012 56 15 71 10 14 24
2013 6 2 8 0 0 0
Total 369 64 433 88 66 154
Fuente:
DGCP
La depuración de elementos corruptos afectó intereses de grupos de poder,
vinculados a las tradicionales redes de negocios lícitos e ilícitos en las cárceles, que no
se reducen al personal penitenciario o a los internos. El despido de personal
penitenciario, entre los que se encontraban directores y subdirectores de varios penales,
así como la no renovación de los contratos de otro buen número de empleados por
“pérdida de confianza”, provocó una serie de recursos de impugnación, demandas en
materia laboral y presiones políticas hacia las autoridades penitenciarias para que
dieran marcha atrás a algunas destituciones.
Hemos depurado más de 700 personas. […] Con el problema de que cada día tengo más
sentencias de los juzgados de lo laboral ordenando reinstalo o pagos de indemnizaciones. [¿Qué
están haciendo en estos casos?] Yo he dado instrucción al equipo jurídico que interpongan los
recursos de amparos ante la Sala. No hemos tenido el acompañamiento judicial porque la mayor
parte de los casos de remoción o destitución, los jueces de lo laboral se están echando hacia atrás,
pero nosotros no estamos recontratando a nadie (Experto en Seguridad 7).
No se puede asegurar que los jueces que fallaron a favor de los elementos
penitenciarios destituidos sean parte de las redes de corrupción que opera en el sistema
penitenciario, pero el sistema judicial ha enfrentado históricamente serios problemas de
corrupción. Resulta llamativo además que algunos diputados hayan recurrido a utilizar
sus influencias para evitar la destitución de varios de estos elementos, e incluso hayan
citado en varias oportunidades al entonces director de Centros Penales, Douglas
Moreno, para interpelarlo por tales destituciones.
Una de las dificultades que las autoridades enfrentaron, al realizar una depuración
masiva del personal penitenciario, fue no contar con el personal suficiente ni
adecuadamente formado para sustituir de forma inmediata a los cesados. Las
autoridades apostaron por la gradual incorporación de nuevos elementos que egresarían
de la escuela penitenciaria,
luego del proceso de formación. Sin embargo, el vacío de personal en las cárceles debía
ser resuelto en el corto plazo, dados los problemas de seguridad que el déficit de
personal podría generar en un sistema penitenciario como el salvadoreño. Para ello, en
junio 2010 las autoridades penitenciarias recurrieron a un plan de contingencia que
supuso echar mano de miembros de la Fuerza Armada para reforzar la seguridad
perimetral de las cárceles y controles de ingresos y egresos de los visitantes.
Para ofrecer respaldo legal a esta decisión política, la Asamblea Legislativa emitió
el decreto “Disposiciones Transitorias sobre la participación de la Fuerza Armada en
Tareas de Control y Seguridad Penitenciaria”, que supuso una reforma a la Ley
Penitenciaria. Aunque este decreto establecía que el presidente de la República podría
recurrir a la utilización de la Fuerza Armada y de la PNC para la colaboración en el
control y seguridad de los cárceles del país, únicamente se dispuso del uso de militares,
bajo la justificación de que disponer de personal policial para estas actividades, le
restaría operatividad a la PNC.
Otro vacío de esta medida fue que no se estableció plazo alguno de vigencia de la
misma, con lo que quedó a discrecionalidad de las autoridades establecer el periodo de
duración, aun cuando se definió como un recurso excepcional y temporal (Asamblea
Legislativa de El Salvador, 2010). Este decreto legitimó el rol de la Fuerza Armada en
el control de los Centros Penales, en un contexto en el que el Gobierno de Funes había
otorgado a las milicias mayor protagonismo en el ámbito de la seguridad pública. Bajo
este decreto fueron asignados 1,500 soldados a la seguridad periférica, garitones y
registros de ingresos de visitas de 11 penales que albergaban pandilleros.
Si bien las autoridades penitenciarias señalaron que el retiro de los militares de los
penales obedeció a que ya se contaba con nuevos elementos de la seguridad
penitenciaria que asumirían el control interno de las cárceles y a las denuncias por
abusos y violaciones a
los derechos humanos por parte de miembros del ejército, fue llamativo que esto
ocurrió un mes después de que el Gobierno empezara a otorgar concesiones en las
cárceles a algunos pandilleros en el marco de la llamada tregua. De hecho, Carlos
Mojica, uno de los líderes de la Pandilla 18, en declaraciones a la prensa expresó que el
retiro de militares era parte del pliego de demandas que habían solicitado al presidente
a inicios de la tregua (Escalante y López, 2012).
La formación del nuevo elemento penitenciario y otros esfuerzos por controlar la corrupción
Tradicionalmente, los internos siempre se han resistido en participar en los programas impulsados por
el sistema penitenciario, ya que se han sentido, simplemente utilizados por las autoridades y
nunca o rara vez, estas acciones se traducían en algún beneficio o incentivo penitenciario; sin
embargo, esta nueva filosofía de ver a los internos como sujetos de cambios, mostrando que son
capaces de construir un mejor mundo, y que además pueden obtener incentivos que les ayuden en
la reinserción y en el cumplimiento de sus condenas de forma anticipada, ha dado resultados muy
positivos, en términos de la participación y aceptación de los privados/as de libertad (Experto
en Seguridad 7).
Para la habilitación de las granjas se han dispuesto de amplios terrenos fuera de los
Centros Penales, donde los internos viven. Durante el día realizan trabajos
eminentemente agrícolas, como siembra de hortalizas, verduras y legumbres, con el
acompañamiento y supervisión de tutores de la DGCP.
Principalmente son personas que puedan estar en semilibertad; y por otro lado, también
tratamos de responder a los perfiles, porque, incluso, lo tomamos como trabajo terapéutico y lo
primero que necesitamos es sacar al interno del letargo, porque ha pasado 10 años sin mayor
actividad física. Cuando empezaban a trabajar, les daba temperatura (Experto en Seguridad
7).
[¿Por qué el énfasis en la reinserción laboral se ha quedado en el ámbito agrícola?] Ahí tenemos
dos valoraciones sobre ese tema: 1) Porque viene una gran oportunidad en términos de análisis de
negocios empresariales, el 90% de las frutas, verduras y legumbres que consumimos es importada;
2) Porque es lo que teníamos, es decir, como no tenemos presupuesto, nos toca adaptarnos a lo
que hay… Nos dieron unas manzanas de tierra. [Pensando que por el perfil de esta población,
hay pocas posibilidades de que cuando salgan de prisión puedan volver a usar esas herramientas]
Al contrario, por lo que entiendo yo, es que están muy motivados a ir hacia fuera, y con el
convenio de Alba Alimentos, se ha hecho una oferta de abrir una línea de crédito blando para que
estas personas cuando estén fuera, si quieren seguir haciendo esa actividad, puedan acceder a
crédito para que puedan desarrollar el agro (Experto en Seguridad 7).
Dado que se trata de un proyecto para internos en fase de confianza que deben
reunir un determinado perfil, el número de beneficiarios no es elevado. Hasta 2013 los
participantes alcanzaban las 384 personas. En 2012, participaron en este proyecto 113
mujeres y 67 hombres, mientras que para 2013 ingresaron 124 hombres y 92 mujeres.
Su implementación ha significado para muchos reclusos, la oportunidad de acceder a
ciertos beneficios, que
anteriormente eran difíciles de lograr. De acuerdo a las autoridades, el nivel de
reincidencia en la etapa piloto ha sido cero. A la vez, su participación en el programa
ha ayudado a muchos a obtener su libertad condicional. Esto ocasiona que el número
de participantes en las Granjas penitenciarias fluctúe casi a diario, lo que permite dar
oportunidades a otros reos e ir descongestionando paulatinamente al sistema
penitenciario.
Antes para que le dieran la libertad condicional era un acto de purgatorio para un montón, iban
hasta diez veces y nunca se las daban; ahora no, a la gente que está en la granja, por ejemplo,
vemos que de repente teníamos 110, nos baja a 75, y qué pasó -les digo-: ya les dieron la liberad
los jueces (Experto en Seguridad 7).
Consiste en hacer uso de las capacidades y saberes de los propios internos, para
ponerlos a disposición de la formación de sus pares mediante actividades como la
enseñanza de inglés o la alfabetización. Con ello, se busca aprovechar las habilidades
que existen entre la población interna, para el beneficio de sus compañeros, además de
incrementar la autoestima del que decide colaborar con proyectos colectivos. No se
cuenta con datos sobre la implementación de este componente.
Trabajo penitenciario
Algunos Centros Penales ya están produciendo, al por mayor, artículos para almacenes o
negocios grandes en el país, muchas de estas actividades no son de conocimiento de la
población porque los empresarios que colaboran prefieren mantenerse en al anonimato para
evitar por prejuicios de la sociedad, que en términos de negocio, pudiera afectar las ventas de
los productos que sus empresas ofrecen (Experto en Seguridad 7).
[…] en Mariona hay un taller con la capacidad de mantener ocupado a seiscientos internos; y
antes eran seiscientos desde las 8:00 am hasta las 4:30 pm. Entonces, que si en vez de hacer
ocho horas de trabajo efectivo, pero en lugar de que sea a un grupo, se involucran tres grupos
de tres horas. Usted comienza a ver que esto también tiene algún tipo de justicia, porque antes
¿quiénes eran los que tenían la plata? Los del taller, pues si son los que trabajan; y dos, a los
que hacen las mesitas o haciendo algo, lo dejamos a la deriva, a la buena de Dios (Experto
en Seguridad 7).
La mayor parte de materiales que se utilizan en los talleres son financiados con
préstamos del BID y el BCIE, así como con donaciones de ONG y de algunos países. A
pesar que algunas ONG ofrecen donaciones para la implementación de los talleres, su
participación en los programas de reinserción y rehabilitación es poca. Recientemente,
la Iglesia católica, a través de Cáritas y algunas Iglesias evangélicas tienen una mayor
presencia en los penales.
Las medidas judiciales de Medio abierto permiten que las personas cumplan una pena
que no implique privación de libertad. Se trata de medidas alternas a la cárcel dictadas
por los Jueces
de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena que son cumplidas en lugares
distintos a la cárcel, por delitos cuyas penas no superen los tres años. La verificación y
control del cumplimiento de estas medidas y de las reglas de conducta establecidas por
los jueces están a cargo del Departamento de Prueba y Libertad Asistida (Depla), de la
Corte Suprema de Justicia.
Las penas alternativas que el Código Penal salvadoreño establece (Art. 74) y que
con mayor frecuencia se utilizan, son los trabajos de utilidad pública, el arresto de fin
de semana y el arresto domiciliario. Los trabajos de utilidad pública, consisten en que
las personas deberán realizar jornadas semanales de trabajo de forma gratuita de
acuerdo a sus capacidades, edad y estado de salud, en una institución pública o en una
entidad privada sin fines de lucro, durante el período que dura la pena. En el arresto de
fin de semana la persona debe permanecer confinada durante fin de semana en algún
lugar -que no debería ser una cárcel o un centro penitenciario- por un número de horas
y días establecidos por el Juez de vigilancia, mientras que en el arresto domiciliario, la
persona condenada deberá cumplir la pena en su casa.
[…] Para la ejecución de estas sanciones, perfectamente, se pudieran realizar convenios con
diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales; no obstante esta necesidad, los
programas funcionan por buena voluntad, en donde cada agente, asistentes, jefes del Depla, tienen
conversaciones bilaterales con los encargados de las instituciones. Es de esta manera que logran que
las organizaciones reciban a las personas, bajo su responsabilidad, es decir, las funciones de
establecimiento de acuerdos o convenios con otros organismos no cuentan con un protocolo de
actuación, mas bien, está supeditado a las buenas relaciones que los empleados del Depla puedan
tener con otras instancias (Experto en Seguridad 9).
Otra de las dificultades que enfrenta el Depla es que no cuenta con alianzas o convenios
para el desarrollo de sus programas, lo que hace más complejo el proceso de ubicación de personas
beneficiarias, principalmente cuando estas tienen conductas antisociales y generan problemas en las
instituciones en las que son asignadas. Una dificultad mayor resulta el tratar de ubicar a jóvenes
pertenecientes a pandillas, ya que la mayoría de instituciones tienen casi por norma, no recibir a
pandilleros, por experiencias desagradables vividas en el pasado donde han sido objeto de
extorsión o amenazas. Esto último pone un reto aun mayor para el Depla (Experto en
Seguridad 9).
Capítulo Especial.
Discursos de la prensa escrita salvadoreña en torno
a la figura del general Munguía Payés y a la tregua
entre pandillas
Amparo Marroquín1 y Olga Vásquez2
A partir de las notas periodísticas publicadas en los principales periódicos del país, este
texto se propone reconstruir el proceso del involucramiento de la Fuerza Armada en las
tareas de seguridad pública a partir de la figura del general David Munguía Payés y del
tema de la tregua entre pandillas. Interesa identificar las tendencias e ideas principales
que la prensa escrita sitúa en la opinión pública respecto a los temas en cuestión. Se
revisaron 322 notas publicadas desde el mes de junio de 2009 hasta mayo de 2012. Los
periódicos revisados son: Diario El Mundo (DEM), La Prensa Gráfica (LPG), El Diario
de Hoy (EDH), y Co-Latino (CL); y los periódicos digitales Contrapunto (Co) y El
Faro (EF).
“Nuestrademocraciaseencuentraacechadaporlasfuerzasoscurasdelnarcotráficoyelcrimen
organizado” afirmó Mauricio Funes en su discurso de toma de posesión, el 1 de junio
de 2009. “El rostro más dantesco del crimen organizado” -aseguró refiriéndose al
narcotráfico- “ha crecido en el mundo como hidra de varias cabezas”. Según Funes,
para combatir dicha “plaga”, el Estado debía definir políticas internas rígidas para el
control del delito y reforzar los órganos de seguridad. Había que dar todo el “apoyo a
los buenos policías” y castigar con rigor a “aquellos pocos que se desvíen de su función
y se vuelvan cómplices de estos criminales”.
El Salvador sigue siendo algo parecido a un puzle. Las autoridades manifiestan que por su
país transita muy poca cocaína debido a la carencia de una costa atlántica y a que presenta muy
pocas ventajas sobre los países más al norte. También es cierto que El Salvador es el país con
mayor densidad de población en la región, lo que reduce las oportunidades de utilizar pistas de
aterrizaje clandestinas y zonas remotas de desembarco marítimo. Los datos de radar sugieren que
muy pocos envíos provienen directamente desde Suramérica a El Salvador. Aún así, debido al
hecho de que colinda con Honduras y Guatemala, parece probable que atraviese el país más
cocaína de la que algunas veces se declara. Esto lo sugiere la inclusión de El Salvador en la
lista de los Principales Países de Tránsito de Ilícito de Droga del Gobierno de los Estados
Unidos, en septiembre de 2011(Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito, 2012).
En el mismo discurso del recién electo presidente Funes, ese circuito de “terror y
de miedo” no solo era generado por el narcotráfico sino también por esos otros grupos
territoriales: “las pandillas y bandas integradas por menores, no por eso menos
peligrosas”. Ante la impunidad de las pandillas, que transformaban barrios y
comunidades en territorios libres para sus delitos, el presidente ofreció “luchar día tras
día, para imponer la ley y el orden en este submundo de anti-ley e inhumano”. Ese
mismo día, el presidente anunció que el general David Munguía Payés3 sería el titular
del Ministerio de la Defensa4 y Manuel Melgar5, como titular del Ministerio de Justicia y
Seguridad Pública.
3 Militar clave en el movimiento “Amigos de Mauricio”, apoyó a Funes en su carrera por la presidencia. En
julio de 2009, el presidente Funes le concedió el ascenso a general de Brigada, grado que le había sido
negado durante el Gobierno de Armando Calderón Sol.
4 Según establece la Ley Orgánica de la Fuerza Armada de El Salvador, la misión fundamental del ministro de
la Defensa Nacional es asesorar al presidente en lo relativo a la defensa nacional.
5 Ex comandante guerrillero y miembro del FMLN. Según el periódico El Faro, su nombramiento como
ministro resultó no grato para Estados Unidos, pues Melgar fue comandante de la organización PRTC que
perpetró una masacre en la Zona Rosa en la que el blanco fue un grupo de marines estadounidenses.
Tabla 1.
Muestra seleccionada para el análisis
No. de
No. de notas
notas Munguía Payés
Periódico fechas revisadas pandillas y tregua fechas revisadas Total
El 10 de junio de 2009, en una entrevista publicada por LPG el general afirmó que
“ninguna policía puede investigar 300 muertes al mes”. Según Munguía Payés, las
capacidades de los organismos de seguridad pública en El Salvador habían sido
sobrepasadas por la delincuencia y en una situación de tal crisis, la colaboración de la
FAES en tareas de seguridad pública estaba más que justificada: “No es una misión de
la Fuerza Armada, pero nosotros lo vamos a cumplir con eficiencia y con empeño en la
medida de que el presidente de la República y comandante general de la FAES lo
ordene”. Según señaló el ministro, la Constitución facultaba al presidente para “utilizar
la FAES en actividades de seguridad pública cuando hay una crisis, o las capacidades
de los organismos de seguridad pública han sido sobrepasados por la delincuencia”. La
nota de LPG se dedica únicamente a reproducir el discurso de las fuentes oficiales sin
contrastar con alguna voz crítica a estas medidas.
A partir de junio de 2009, varias de las notas publicadas por LPG situaron de manera
constante el discurso del general Munguía Payés que señalaba la incapacidad de la
policía para controlar la delincuencia, la expresión inmediata de ello se reflejaba en el
alto índice
de homicidios y extorsiones6. Si bien algunas notas mostraban voces disonantes ante la
participación de la FAES en tareas de seguridad pública7, la cobertura de este período se
caracterizó, en la mayoría de los medios estudiados, por visibilizar las propuestas
planteadas por el general Munguía Payés: elaborar un plan a fin de reducir los índices
delincuenciales y de narcotráfico en el país con acciones que irían más allá de patrullajes
conjuntos entre la Fuerza Armada y la Policía8. Una de las notas anunció que la “FAES
trabajaría zonas cercadas por delitos” (LPG, 13 de agosto de 2009), en varios municipios
y colonias que estaban rebasados por los indicadores de homicidios y extorsiones, a los
que no ingresaba la policía. Ante esta situación, “la cúpula militar” había presentado tres
propuestas al presidente Mauricio Funes cuyo objetivo era “darle un papel más
protagónico al Ejército en labores de seguridad pública”.
6 Dos datos que interesa destacar, pues, en efecto el 2009 fue un año violento: por un lado, la tasa de
homicidios en 2009 era de 71.2 por cada cien mil habitantes, significativamente más alta con respecto a
2008, que fue de 51.9 y 2007, que fue de 57.3. Por otro lado, frente a ello, las notas de pandillas en
periódicos nacionales que en 2005 representaban un promedio de 2.5 notas por día en LPG y EDH, pasaron
en 2009 a un promedio de 11.6 notas diarias publicadas en esos medios, es decir, la cobertura noticiosa se
multiplicó por cuatro. El 3 de enero de 2010, el periódico digital El Faro pública una nota con el siguiente
titular: “2009 el año más violento desde 1992”.
7 Como la declaración por parte del ex viceministro de Defensa, Marco Antonio Palacios Luna, quien advirtió
que la Fuerza Armada no debía hacer el trabajo de la policía. Esta declaración fue publicada por LPG en la
nota del 14 de junio de 2009, que inicia señalando “El inminente apoyo de la inteligencia militar de la Fuerza
Armada para labores de seguridad pública correspondientes a la Policía Nacional Civil (PNC) podría
constituirse en un riesgo para la defensa nacional”.
8 Que ya se habían realizado en las administraciones de Francisco Flores y Antonio Saca.
148
148 Lasituación
La situación de
delalaseguridad
seguridady la justicia
y la 2009-
justicia 2009-2014
2014
Para mediados de septiembre, la cifra de asesinatos diarios había llegado a 16 según
los periódicos. Cuando se les preguntó sobre los avances en las investigaciones sobre
estos crímenes, tanto el ministro de Justicia y Seguridad Pública como el director de la
Policía dijeron estar satisfechos pero coincidieron en que era “necesario que la PNC se
mantenga en constante depuración para evitar más nexos de agentes con las pandillas”
(“PNC liga crímenes al narcotráfico”, LPG, 16 de septiembre de 2009). En la misma
línea, el ministro de Defensa, David Munguía Payés, mencionó la posibilidad de usar el
aparato de inteligencia del Estado para la investigación del delito, como complemento
al trabajo que desarrolla la División de Investigación de la Policía Nacional Civil
(“Evalúan usar OIE en investigación”, LPG, 16 de septiembre de 2009).
En octubre de 2009, las notas periodísticas de LPG visibilizaron las propuestas del
general Munguía Payés en torno a la posible ampliación de las facultades de la Fuerza
Armada para el combate de la delincuencia (“FAES presentará tres propuestas a
Funes”, LPG, 13 de octubre de 2009). Aunque, de nuevo, dieron espacio a voces
críticas como las de la Procuraduría de los Derechos Humanos (“PDDH pide reevaluar
apoyo del Ejército”, LPG, 15 de octubre de 2009), la constante fue la idea de que, tanto
la PNC como la Fiscalía estaban “rebasadas en la capacidad de investigar los
principales delitos en el país: homicidios y extorsiones”. Pocos días después, LPG
publicó una nota en la que se informaba que el Procurador para la Defensa de los
Derechos Humanos, Oscar Luna, avalaba el trabajo conjunto del Ejército y la PNC.
Este cambio de parecer sucedió luego de que el procurador se reuniera con el ministro
de la Defensa. El periódico también informó que Munguía Payés había tenido “una
encerrona con el ministro de Seguridad, Manuel Melgar, y el presidente de la
República, Mauricio Funes”, al respecto de la cual ni el ministro de Seguridad ni el
director de la policía quisieron dar detalles (“PDDH avala trabajo conjunto ejército y
PNC”, LPG, 18 de octubre de 2009).
El 1 de junio del 2011, David Munguía Payés ocupó de nuevo los titulares, esta vez
con el anuncio de haber pedido su retiro de la Fuerza Armada. A partir de ese
momento, pasaba a formar parte de las reservas militares y, como destacó El Faro, en
su noticia del 7 de junio (“ministro de Defensa se envía a retiro y queda habilitado para
optar a Presidencia”), su retiro lo habilitaba para presentarse como candidato en la
contienda presidencial del 2014.
Así también se pronunció Carlos Rivas, pastor general: “ante todo, no debe ser un
militar o un ex guerrillero, ni tener filiación partidaria; pero debe contar con el respaldo
político tanto de los partidos como del movimiento social” (“Los varios ministros de
Seguridad que necesita el país”, DEM, 18 de noviembre de 2011). El 18 de noviembre
los periodistas Oscar Martínez y Sergio Arauz informaron que “un grupo de jefes
policiales pretende renunciar si Munguía Payés toma el Ministerio de Seguridad”.
También informaron que en la PNC “hay quienes dicen saber que el presidente también
ha decidido relevar al director, el comisionado Carlos Ascencio, pero todas las fuentes
coinciden en que su problema no son tanto las destituciones sino los relevos”. Así
inició un tercer momento en el discurso periodístico.
La llegada del general
En una entrevista realizada desde este medio al juez Levis Orellana, vicepresidente
de la Asociación de Magistrados y Jueces de El Salvador, este señaló que “una ley que
dictamine la cárcel a una persona por el mero hecho de pertenecer a una pandilla es
inaplicable y asegura ser consciente de que este criterio les valdrá a él y a sus colegas –
de nuevo- el mote de solapadores de mareros” (“La sola pertenencia a una pandilla no
es delito”, El Faro, 26 de julio de 2010). Esta ley marca un primer momento en el
discurso que se ha identificado en la muestra estudiada respecto de las pandillas.
A pesar de las críticas, la ley fue sancionada por el presidente Funes y publicada el 10
de septiembre en el Diario Oficial. El 18 de septiembre de 2010, LPG anunciaba en su
titular que “Ley de Proscripción de Pandillas entra en vigor a partir de hoy”, la nota
utilizó como fuentes al fiscal general Romeo Barahona; al director de la PNC, Carlos
Ascencio; al ministro de Justicia y Seguridad Pública, Manuel Melgar; al viceministro
de Justicia y Seguridad Pública, Henry Campos; y al presidente Mauricio Funes. Todas
las declaraciones que se recogen son a favor de la aplicación de dicha ley que, según se
señala, prioriza la investigación policial y no las redadas masivas. Con todo, la nota
coloca un adjetivo para dicha ley: “polémica” y asocia su nacimiento directamente con
“la indignación generalizada por la quema de un microbús con sus pasajeros adentro.
Esto sucedió en el municipio de Mejicanos, al norte de San Salvador, y habría sido
perpetrado por siete pandilleros, según dijo la PNC. De ese fatídico 20 de junio en
Mejicanos han pasado 91 días”.
Imagen 1.
El 2 de noviembre, una nota del DEM reportaba que el mes de octubre había
cerrado con 382 crímenes cuyos victimarios y víctimas eran “en su mayoría miembros
de pandillas”,
de nuevo la fuente es oficial, el Subdirector de la PNC, comisionado Mauricio Ramírez
Landaverde. En algunos casos incluso no existe una fuente y las notas hablan de
“Presuntos pandilleros”, “al parecer vinculados a la pandilla”, “la zona es peligrosa por
la presencia de pandilleros”. Como ya se señaló anteriormente, el 23 de noviembre el
general David Munguía Payés asumió como ministro de Justicia y Seguridad Pública.
Tabla 2.
Muestra de notas vinculadas a pandillas en noviembre de 201110
Titular de opinión y
Periódico Titular de noticias
editoriales
-“Diez detenidos por ser de maras en sur de la
capital”, 25 de noviembre de 2011.
El Diario de Hoy -“Asesinan a madre de un investigador de la
(EDH) PNC en Santa Tecla”, 25 de noviembre de
2011.
-“Matan a minusválido en La Libertad”, 25 de
noviembre de 2011.
-“El hacinamiento también mata”, 20 de
Contrapunto (Co)
noviembre de 2011.
- “Jóvenes, pandillas, exclusión”, 27 de
noviembre de 2011.
-“Imponen condenas de 136 años a implicados
en masacre de Mejicanos”, 9 de noviembre de
2011.
Co-Latino (CL) - “PNC sigue trabajando dice Comisionado
Ascencio”, 12 de noviembre de 2011.
-“Ministro de Justicia analiza pedir más apoyo
a la FAES”, 25 de noviembre de 2011.
-“Munguía Payés declara la guerra al crimen”, 29
de noviembre de 2011.
-“FBI:Pandillasdentrodelejército
estadounidense”. 1 de noviembre de 2011.
-“66 años para responsables de masacre en Mejicanos”, 9 de noviembre -“Hay de 2011.queforzarala
-“Atacan a joven cuando salía del templo cristiano”, 11 deanoviembre
clandestinidad de 2011.
las pandillas,
-“PNC: orden para matar a niñas salió
La Prensa de una cárcel”,
Gráficasacarlas 15 de noviembre
del pasaje” (Franciscode 2011.
-“C. Penales: pandillas se purgan en cárceles”, 22 de noviembre de 2011.
(LPG)Bertrand Galindo). 2 de
noviembre de 2011.
10 No se han colocado todas las notas de la muestra, sino aquellas que muestran las diferenciaciones discursivas
que interesa situar.
Titular de opinión y
Periódico Titular de noticias
editoriales
- “El acoso de los pandilleros
a estudiantes y maestros, pone
en riesgo el futuro de aquellos
-“Supuestos pandilleros asesinan a maestra”, 4
que quieren una mejor vida”,
de noviembre de 2011.
(Álvaro Cruz Rojas, editor
-“Prueba científica y tecnológica incrimina a
jefe, “Poniendo en peligro el
los extorsionistas”, (la nota informa que “4
futuro”, 4 de noviembre de
clicas de la MS y la 18 están señaladas de
2011).
participar en delitos transnacionales”), 8 de
El Mundo (DEM) noviembre de 2011. -“¿Dónde están seguros los
niños y adolescentes? Ni
-“Enjuician mareros por masacre en
siquiera en las escuelas e
Mejicanos”, 4 de noviembre de 2011.
institutos porque hasta ahí han
-“Lunes darán fallo contra mareros por
llegado las pandillas” (“Una
masacre”, 5 de noviembre de 2011.
niñez sofocada por la
- “Condenas de 66 años por masacre de 17
violencia”, Álvaro Cruz Rojas,
personas”, 9 de noviembre de 2011.
15 de noviembre de 2011).
- “Una sociedad extorsionada
y resignada”, Álvaro Cruz
-“¿Por qué mataron al estudiante?”, 6 de Rojas, 16 de noviembre de
noviembre de 2011. 2011.
El faro (Ef) -“No se invierte en prevención, pero la
represión tampoco se hace bien”, 10 de
noviembre de 2011.
-“Las maras trastocan la matemática del
fútbol”, 28 de noviembre de 2011.
11 Este término es poco recomendable pues hace alusión a un genérico que en la misma nota se explica que no
existe pues la Pandilla Barrio 18, una de las dos protagonistas de la nota, no se concibe como “mara”.
12 La primera explicación señalaba que el traslado se había hecho, a petición del obispo castrense, Fabio
Colindres, que lo habría solicitado por razones humanitarias; LPG publicó una negativa de Colindres al
respecto de estas afirmaciones del ministro, aunque posteriormente el obispo se desmintió. La segunda
explicación indicaba que las oficinas de Inteligencia del Estado identificaron un plan de fuga masiva que
involucraba la posesión, por parte de los pandilleros encarcelados, de 24 cohetes law que no fueron nunca
identificados. La tercera versión se refería a la disposición de la Ley Penitenciaria que deja a discreción de
las autoridades trasladen a los reos de las prisiones de máxima seguridad una vez que han cumplido el 10%
de las condenas.
y señaló al ex guerrillero, Raúl Mijango, como el otro negociador que había intervenido.
La nota señala además que Colindres “aclaró sin embargo que este pacto no es la única
razón que explica el drástico descenso en el número de homicidios -de un promedio de
14 diarios a una media de 5- que se ha registrado en el país durante los últimos 10 días.
También lo atribuye al excelente trabajo del ministro de Seguridad y Justicia, el general
David Munguía Payés”.
Tres días después, EDH publica una nota titulada “Hablan las maras. Cabecillas
reafirman pacto entre sí”, en donde, sin hacer ningún alusión a las notas publicadas por
EF, señalan que “A este periódico fue entregado el miércoles 21 de marzo un
documento en el cual los voceros nacionales de Mara Salvatrucha MSX3 y Pandilla 18
explican el proceso que ha llevado a ambas organizaciones a decretar un cese de
hostilidades en la guerra entre ellos. Según el Ministerio de Justicia y Seguridad
Pública, esta guerra interna ha sido la causante del 90% de la elevada tasa de
homicidios que el país ha sufrido en los últimos 10 años. Esta tesis parece confirmada
por la drástica baja en la tasa de homicidios que experimenta el país desde el día 9 de
marzo que entró en vigencia esta tregua”. El periodista Paolo Lüers aparece
identificado en las fotografías hablando con los pandilleros. Otra nota de este medio del
mismo día utilizar el titular “Quieren ser escuchados” para referirse a los pandilleros y
señalar la importancia de la tregua. EDH mantendrá esta visión en las notas publicadas
por Paolo Lüers; sin embargo, posteriormente, una serie de notas y columnas de
opinión que cuestionan el proceso se irán abriendo paso en los diferentes medios
consultados.
El debate que se generó sobre la credibilidad de la tregua estuvo matizado por las
imágenes y opiniones que señalaban el proceso como “un milagro”, una verdadera
“conversión”, una “intervención divina”. Las fotografías utilizadas por los medios eran
elocuentes, sobre todo a raíz de la celebración del rito de una misa católica en el penal
de Ciudad Barrios, que fue presidida por el Nuncio apostólico. La imagen 2 ilustra el
tipo de manejo de imagen y visibilidad que se dio a estos procesos de conversión
religiosa.
Imagen 2.
Una opinión similar apareció en EDH el 29 de marzo de 2012, con el titular de “El
engaño más extraordinario de las pandillas” en donde el columnista Carlos Ponce
señalaba que “el Gobierno, después de aprovecharse de la Iglesia Católica,
cobardemente ha marcado distancia del acuerdo de las pandillas y, por lo tanto, esta
asumirá sola las nefatas consecuencias que auguran las características de la situación.
El proceso que se ha iniciado se debe de revertir antes que el daño sea irreparable”.
Tabla 3.
Declaraciones del ministro de Justicia y Seguridad a propósito de las pandillas y la tregua
En un país en donde las cifras oficiales han sido en muchos momentos una
aproximación a los fenómenos, la prensa escrita reprodujo datos en los que los
homicidios seguían a la baja mientras que las extorsiones, los robos, las violaciones y
otros delitos subían o bajaban a voluntad según la fuente consultada. El balance sobre
el proceso no tuvo un consenso en la cobertura, una nota que analiza los elementos
positivos y negativos que se vislumbraban fue la publicada por EF el 19 de septiembre
de 2012, en una bitácora del periodista Roberto Valencia que señaló cuatro nuevas
características de la vida de los barrios a raíz de la negociación de las pandillas (“La
tregua en el bajo mundo, EF, 19 de septiembre de 2012). La presentación de nuevos
análisis no cambió mucho hasta que en noviembre de 2012 el Gobierno anunció la
creación de municipios “santuarios”, en donde el proceso de pacificación se concretaría
en territorios específicos. Sin embargo esto no es ya parte de la muestra seleccionada y
debe ser abordado en posteriores aproximaciones.
3. Conclusiones
La tercera hipótesis era que la cobertura periodística ha mantenido una imagen más
bien positiva del incremento de efectivos militares en el ámbito de la seguridad pública y ha
tendido en la gran mayoría de los casos a reproducir el discurso oficial que sitúa la
presencia militar como una estrategia que mina el control territorial de las pandillas y
que por consiguiente permite que la sociedad salvadoreña se desenvuelva con
tranquilidad en sus espacios de vida cotidiana. En general, la manera como el discurso
periodístico se ha aproximado al despliegue de la Fuerza Armada en tareas de
seguridad ha sido muy positivo, como lo ha mostrado la tesis de Karla Sofía Zamora,
que revisa el caso de LPG y muestra cómo hay una reproducción de la visión de
legítima defensa del ejército a la patria en tareas de seguridad ciudadana (2014). La
Fuerza Armada continúa en este país como una institución de mucha credibilidad, junto
a los medios de comunicación, y esta confianza ha sido determinante en la manera
como las y los salvadoreños se sitúan ante la opinión pública.
162 La situación de la seguridad y la justicia 2009-
2014
Capítulo 6.
Consideraciones generales y recomendaciones
Sin embargo, los históricos problemas de registro de las fuentes institucionales, que
se traducen aun hoy día en dificultades para consensuar un dato oficial unificado de
homicidios, junto a las recurrentes prácticas de ocultamiento y desmembramiento de
las víctimas que complican su localización e identificación, dan lugar a presumir que
los datos oficiales de muertes violentas podrían no estar reflejando la magnitud de la
violencia letal que está ocurriendo actualmente en el país.
Hoy como hace dos décadas atrás, se siguen encontrando serias discrepancias en
las estadísticas de casos que sobre una misma etapa del proceso registran las diferentes
instituciones involucradas en la aplicación de la justicia penal. Por ejemplo, son
preocupantes las diferencias encontradas entre el número de requerimientos fiscales
reportados por la FGR versus los casos conocidos por la CSJ. La ausencia de
estadísticas consistentes y comparables entre las instituciones del sistema de seguridad
y justicia limita el análisis de la demanda del sistema, la evaluación de su desempeño y
de su capacidad de respuesta ante las exigencias ciudadanas.
Otro de los obstáculos experimentados por el actual sistema penitenciario son las
limitaciones presupuestarias que enfrenta. Aunque durante este quinquenio se
incrementó de forma importante los recursos financieros asignados al sistema
penitenciario, estos se vuelven insuficientes en virtud del constante flujo de internos
que ingresan al sistema, versus el menor nivel de egresos. Las limitaciones
presupuestarias ponen en riesgo la continuidad de las reformas impulsadas durante el
pasado quinquenio.
Finalmente, es importante mencionar que aunque las reformas han sido positivas,
necesitan ampliarse y profundizarse con enfoques que consideren las necesidades
particulares de grupos como las mujeres o los ancianos al interior del sistema
penitenciario. Asimismo, es fundamental evaluar objetivamente el impacto que en estas
reformas han tenido las medidas y los procesos impulsados durante la llamada tregua
entre pandillas, a fin de adoptar las
medidas correctivas pertinentes, en el marco del sistema legal y del enfoque de derecho
que rige la actual política penitenciaria.
6.2. Recomendaciones
1. Formulación de un plan de trabajo interagencial de las instituciones del sistema de justicia penal.
Se recomienda que las entidades vinculadas a la persecución del delito adscritas a los
tres Órganos de Estado junto a la FGR, inicien bajo el liderazgo de sus titulares un
proceso de discusión y evaluación a fondo de las dificultades de coordinación que
enfrentan en las diferentes etapas del proceso de investigación. En función de los
problemas identificados, se sugiere la formulación de un plan interagencial que defina
los mecanismos legales, técnicos u operativos que permitan reducir las dificultades de
articulación entre las distintas instituciones que intervienen en la persecución del delito,
a fin de facilitar que funcionen bajo un esquema de sistema efectivamente integrado. Es
fundamental que el plan defina además indicadores de eficacia del trabajo de las
distintas instituciones y en función de ello, los órganos de Estado, definan presupuestos
basados en resultados, así como reformas orientadas a cualificar el trabajo de las
instituciones.
2.Impulsar una reforma legal e institucional en la FGR que permita mejorar su eficacia, su
transparencia y su coordinación con las otras entidades del sistema de justicia. La Fiscalía
General de la República es la institución que tiene el mandato de ejercer la dirección de la
acción penal, por tanto su rol es clave en la aplicación de la justicia en el país. Sus
deficiencias técnicas, sus problemas de coordinación interinstitucional y de gestión
interna, junto a su limitado presupuesto y a su poca transparencia y rendición de cuentas
derivan en una limitada efectividad, que en el contexto actual de violencia y criminalidad
se convierte en un factor perpetuador de impunidad.
8. Regular mediante una normativa especial y reformas institucionales el funcionamiento del sistema
de inteligencia del Estado y sancionar la existencia de aparatos de inteligencia clandestinos. En la
actualidad, el país carece de un marco regulador que defina y limite con precisión el
marco de actuación de las entidades responsables de realizar inteligencia para el
Estado. Al respecto, se hace necesaria la adopción de normativas y reglamentos que
definan las funciones y competencias del Organismo de Inteligencia del Estado, los
órganos de inteligencia militar y el CIP, además de establecer mecanismos de
regulación y control relativo al manejo y uso de la información y códigos de conducta
de los miembros que integran esos organismos. Asimismo, es fundamental establecer
regulaciones y mecanismos de fiscalización del funcionamiento de agencias privadas
de inteligencia y de otros aparatos de inteligencia que funcionan de manera
discrecional al servicio de intereses sectoriales, que eventualmente podrían representar
una amenaza a la seguridad y estabilidad del Estado.
13. Disponer de los recursos, capacidades y condiciones institucionales para el desarrollo efectivo del
modelo de policía comunitaria. Su desarrollo efectivo requiere un proceso de reforma
institucional respecto a los enfoques, la mística de trabajo predominante y el desarrollo de
un nuevo modelo de gestión y planificación de prestación del servicio policial. Supone
además trabajar procesos orientados a de-construir los paradigmas autoritarios y
centralizados de trabajo, que permitan fomentar el cambio cultural y actitudinal en todos
los niveles de la corporación. Es importante considerar además que un modelo policial
comunitario no será efectivo sino se inserta en los esfuerzos o planes nacionales de
prevención de la violencia, que integre el trabajo de las diferencias agencias tanto
públicas como privadas, que intervienen en los territorios.
15. Implementar una política de atención integral a las mujeres privadas de libertad y a sus hijos e
hijas. En los últimos años la población femenina interna ha crecido significativamente, lo
que ha agravado sus condiciones al interior del sistema penitenciario. En función de ello,
se requiere la implementación de una política de atención integral a las mujeres y a sus
hijas e hijos, que responda a sus necesidades particulares, en función de su condición de
género, a fin de reducir su vulnerabilidad al interior del sistema y favorecer las
condiciones para su reinserción social.
18. Reducción del número de efectivos de la Fuerza Armada de El Salvador y retiro progresivo
de las tareas de seguridad. En función de la separación de funciones entre la seguridad
pública y la defensa nacional y del carácter excepcional de la participación de la Fuerza
Armada en la seguridad pública establecido en la Constitución, es importante reducir
progresivamente el número de elementos asignados a estas tareas, a fin de no mezclar
los roles y los mandatos de instituciones como la PNC y la Fuerza Armada. A la vez,
en coherencia con lo planteado en los Acuerdos de Paz, es importante continuar con el
proceso de reducción de efectivos militares y del gasto militar en el país, en un
contexto en el que se impone la necesidad de priorizar la inversión de recursos en áreas
estratégicas del Estado.
Otras recomendaciones
20.Realizar un inventario de bienes inmuebles nacionales que se encuentran subutilizados para transferirlos
a algunas instituciones del ramo de seguridad. Instituciones como el Ministerio de Justicia y
Seguridad Pública gasta anualmente millones de dólares en el alquiler de inmuebles para el
funcionamiento de las sedes policiales en el territorio nacional. Al respecto, el Estado
cuenta con numerosos inmuebles que se encuentran subutilizados y que podrían adecuarse
a la demanda de estas instancias. En este orden, se recomienda retomar la propuesta
sugerida por Naciones Unidas en el marco de los Acuerdos de Paz, de transferir a la PNC
y a otras entidades del MJSP, previo análisis de la infraestructura, todas aquellas
instalaciones militares que se encuentran subutilizadas.
Acrónimos y siglas
GRáfICAS
Gráfica 1.1. Tasa de homicidios por cada 100,000 habs. El Salvador, 1990- 3
Gráfico 1.2. 2013.....
Tasa de homicidios por cada 100,000 mujeres, 2003-2013 ..................... 7
Gráfico 1.3. Número de homicidios por rango de edad, 2009-2013 ........................... 9
Gráfico 1.4. Número de homicidios por rango de edad, 2013 ..................................... 10
Gráfico 1.5. Homicidios según área geográfica, 2009-2013 .......................................... 11
Gráfico 1.6. Porcentaje de homicidios cometidos con armas de fuego, 2003- 17
Gráfico 1.7. 2013..
Número y porcentaje de homicidios atribuidos a pandillas
según PNC, 2009-2013 ................................................................................. 19
Gráfico 1.8. Denuncias de personas desaparecidas registradas en la PNC, 2009- 22
2013 de agresiones sexuales reconocidas por el IML, 2009-2013........
Gráfico 1.9. Casos 27
Gráfico 1.10. Víctimas de agresiones sexuales reconocidas por el IML
según género y grupo etario, 2013 .............................................................. 28
Gráfico 1.11. Relación de víctimas con el agresor sexual, 2013...................................... 28
Gráfico 2.1. Tasa porcentual de acumulación en Juzgados de Paz en materia
penal, 2009-2013 ............................................................................................ 46
Gráfico 2.2. Registro de archivos definitivos y administrativos en sede
fiscal, 2006-2009............................................................................................. 50
Gráfico 2.3. El tránsito de los casos conocidos por las entidades
de justicia, 2009 .............................................................................................. 53
Gráfico 2.4. Procedimientos comunes prescritos en todas las sedes
judiciales, 2009-2013...................................................................................... 57
Gráfico 2.5. Porcentajes de los que otorgan mucha confianza a la
Fiscalía General de la República .................................................................. 59
Gráfico 2.6. Porcentajes de los que otorgan mucha confianza a la
Corte Suprema de Justicia ............................................................................ 60
Gráfico 2.7. Confianza de la población en la efectividad del Sistema
de Justicia, 2012-2013.................................................................................... 61
Gráfico 3.1. Efectivos militares asignados a la seguridad pública, 2006-2014............ 90
Gráfico 3.2. Efectivos militares en la Fuerza Armada, 2006-2012...............................
93 Gráfico 3.3. Porcentaje de los que otorgan mucha confianza
ciudadana a la PNC y a la FAES.................................................................. 95
Gráfico 4.1. Evolución de la población penitenciaria en El Salvador, 1999-2013.....113
176 Índice de gráficos, tablas, figuras, cuadros, imágenes,
esquema
Gráfico 4.2. Comparativo de tasas penitenciarias por 100, 000 habs.
en América Latina, 2011 .................................................................................... 114
Gráfico 4.3. Situación jurídica de la población penitenciaria, 2009-2013.................... 118
Gráfico 4.4. Número y porcentaje de internos entre los 18 y 35 años, 2011-2014 120
...
Gráfico 4.5. Población penitenciaria según rangos de edad, 2013 ............................... 120
Gráfico 4.6. Evolución de la población pandillera en el sistema
penitenciario, 2003-2013............................................................................... 124
Gráfico 4.7. Número de pandilleros en el sistema penitenciario
según afiliación, 2009-2013 .......................................................................... 126
TABLAS
CUADROS
ESqUEMAS
1 Esta carga laboral está relacionada solo para juzgados de paz, solo para la materia penal y solo para procesos
penales comunes de adultos.
2 Población total por municipio obtenida de las Proyecciones de población para el año 2013 del VI Censo de
Población y V de vivienda 2007.
3 Esta celda corresponde a la sumatoria de los procesos penales que quedaron pendientes del año anterior y los
ingresados durante 2013.
4 Los procesos pendientes de resolución hacen referencia a aquellos que aún están dentro de los plazos legales,
pero a su vencimiento requerirán de la actividad fiscal para su continuación o están esperando la conclusión
de cierto plazo para resolver el caso según corresponda.
5 La tasa porcentual de acumulación es parte de los indicadores de gestión judicial y es el resultado de la
sumatoria de los procesos ingresados, más los que se encuentran en trámite al inicio de cada periodo menos
los egresos de ese mismo año divididos entre los procesos en trámite al inicio del periodo multiplicados por
100.
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Sonsonate 2 72,158 451 102 117.2
Acajutla 1 54,091 141 11 91.7
Armenia 1 35,948 138 24 120
Caluco 1 9,716 27 5 125
Cuisnahuat 1 13,368 33 2 100
Izalco 1 74,419 273 42 100
Juayúa 1 25,467 116 22 137.5
Nahuizalco 1 50,818 165 20 83.3
Sonsonate
Nahulingo 1 11,074 43 7 77.8
Salcoatitán 1 5,839 18 4 80
San Antonio del Monte 1 31,188 84 13 108.3
San Julián 1 19,790 77 19 90.5
Santa Catarina Masahuat 1 10,620 25 7 233.3
Santa Isabel Ishuatán 1 10,573 19 5 125
Santo Domingo 1 7,349 17 4 100
Sonzacate 1 30,711 114 21 123.5
San Salvador 15 290,269 3,437 950 64.1
Aguilares 1 23,553 100 14 56
Apopa 1 163,140 545 87 78.4
Ayutuxtepeque 1 42,919 187 33 106.4
Cuscatancingo 1 78,141 210 43 126.5
Delgado 3 129,246 416 72 73.5
El Paísnal 1 15,080 51 7 50
Guazapa 1 25,889 105 14 53.8
Ilopango 1 123,293 376 124 107.8
San Salvador Mejicanos 2 148,234 498 107 95.5
Nejapa 1 32,668 106 10 111.1
Panchimalco 1 46,141 185 41 128.1
Rosario de Mora 1 13,534 58 12 66.7
San Marcos 2 70,262 423 101 84.9
San Martín 2 91,467 354 115 132.2
Santiago Texacuangos 1 21,802 83 25 178.6
Santo Tomás 1 28,706 132 30 107.1
Soyapango 4 275,138 781 153 66.8
Tonacatepeque 1 121,303 270 70 81.4
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Santa Tecla 3 134,285 398 67 77.9
Antiguo Cuscatlán 1 39,688 136 31 96.9
Ciudad Arce 1 69,119 211 25 227.3
Colón 2 117,546 368 76 69.7
Comasagua 1 12,839 58 9 64.3
Chiltiupán 1 11,796 32 4 80
Huizúcar 1 16,148 43 2 20
Jayaque 1 12,091 41 11 110
Jicalapa 1 5,671 17 2 50
La Libertad 1 39,589 945 1124 161.9
Nuevo Cuscatlán 1 8,021 58 17 158.5
La Libertad
San Juan Opico 1 83,285 189 28 58.3
Quezaltepeque 2 56,181 201 63 112.5
Sacacoyo 1 14,038 45 7 87.5
San José Villanueva 1 16,352 69 11 57.9
San Matías 1 7,698 22 4 100
San Pablo Tacachico 1 21,915 52 9 75
Talnique 1 9,160 10 4 133.3
Tamanique 1 15,119 69 10 71.4
Teotepeque 1 13,429 29 5 83.3
Tepecoyo 1 15,532 18 2 28.6
Zaragoza 1 28,196 316 179 83.3
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Chalatenango 2 31,322 276 28 65.1
Agua Caliente 1 8,689 44 2 28.6
Arcatao 1 2,861 33 4 200
Azacualpa 1 1,136 10 1 33.3
Cancasque 1 1,716 19 2 66.7
Citalá 1 4,270 53 2 28.6
Comalapa 1 3,031 23 2 50
Concepción Quezaltepeque 1 6,871 40 7 175
Dulce Nombre de María 2 5,187 57 2 66.7
El Carrizal 1 2,553 15 1 0
El Paraíso 1 12,078 66 3 60
La Laguna 1 4,113 47 28 103.7
La Palma 1 13,379 78 6 37.5
La Reina 1 10,214 40 4 80
Las Flores 1 1,502 14 2 200
Las Vueltas 1 847 5 0 0
Chalatenango Nombre de Jesús 1 4,637 28 3 300
Nueva Concepción 2 30,649 96 12 100
Nueva Trinidad 1 1,512 13 0 0
Ojos de Agua 1 3,840 17 0 0
Potonico 1 1,509 3 1 100
San Antonio de la Cruz 1 1,836 7 1 0
San Antonio los Ranchos 1 1,671 12 1 50
San Fernando 1 2,826 12 0 0
San Francisco Lempa 1 857 3 0 0
San Francisco Morazán 1 4,137 17 0 0
San Ignacio 1 9,515 56 1 50
San Isidro Labrador 1 2,714 5 0 0
San Luis del Carmen 1 1,120 3 0 0
San Miguel de Mercedes 1 2,595 12 1 33.3
San Rafael 1 4,504 27 5 166.7
Santa Rita 1 6,614 30 3 150
Tejutla 2 14,628 151 6 9.5
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Cojutepeque 2 54,981 333 53 81.5
Candelaría 1 10,943 63 20 133.3
El Carmen 1 14,888 60 12 70.6
El Rosario 1 4,661 16 4 100
Monte San Juan 1 11,224 53 9 45
Oratorio de Concepción 1 3,899 20 5 62.5
San Bartolomé Perulapía 1 9,082 35 7 63.6
San Cristóbal 1 9,207 41 13 92.9
Cuscatlán
San José Guayabal 1 9,354 47 10 62.5
San Pedro Perulapán 1 49,799 187 28 71.8
San Rafael Cedros 1 19,724 81 13 72.2
San Ramón 1 6,988 24 8 88.9
Santa Cruz Analquito 1 2,804 31 8 100
Santa Cruz Michapa 1 13,755 62 9 50
Suchitoto 2 24,541 97 19 82.6
Tenancingo 1 6,666 26 7 77.8
Sensuntepeque 2 44,092 186 22 75.9
Cinquera 1 1,481 10 1 0
Villa Dolores 1 6,868 40 6 66.7
Guacotecti 1 6,576 24 3 75
Cabañas Ilobasco 2 70,223 322 26 45.6
Jutiapa 1 6,723 19 4 400
San Isidro 1 8,346 41 9 90
Tejutepeque 1 7,968 34 8 72.7
Victoria 1 13,225 68 10 50
San Vicente 2 57,394 508 145 114.2
Apastepeque 1 19,838 130 16 53.3
Guadalupe 1 5,886 35 6 31.6
San Cayetano Istepeque 1 5,685 34 3 50
San Estebán Catarina 1 5,925 39 10 71.4
San Ildefonso 1 8,143 33 11 64.7
San Vicente San Lorenzo 1 6,524 42 14 140
San Sebastián 2 15,361 63 14 87.5
Santa Clara 1 5,571 35 7 77.8
Santo Domingo 1 7,173 39 19 146.2
Tecoluca 2 25,803 133 20 117.6
Tepetitán 1 3,989 23 3 42.8
Verapaz 1 6,728 45 10 76.9
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Zacatecoluca 2 67,672 328 55 101.8
Cuyultitán 1 6,129 15 1 50
El Rosario 1 19,427 145 18 25.3
Jerusalén 1 2,698 13 7 350
Mercedes la Ceiba 1 632 10 0 0
Olocuilta 1 32,867 108 24 80
Paraíso de Osorio 1 2,832 12 5 125
San Antonio Masahuat 1 4,333 13 2 33.3
San Emigdio 1 2,953 15 2 40
San Francisco Chinameca 1 7,686 27 5 125
San Juan Nonualco 1 18,041 81 18 100
La Paz
San Juan Talpa 1 7,949 44 9 69.2
San Juan Tepezontes 1 3,739 18 2 200
San Luís Talpa 1 25,835 171 28 90.3
San Luís la Herradura 1 21,663 124 13 39.4
San Miguel Tepezontes 1 5,347 25 1 25
San Pedro Masahuat 1 27,177 156 31 77.5
San Pedro Nonualco 1 9,312 74 14 93.3
San Rafael Obrajuelo 1 10,440 65 7 63.6
Santa María Ostuma 1 6,084 25 6 150
Santiago Nonualco 1 41,528 210 26 76.5
Tapalhuaca 1 3,885 5 2 0
San Miguel 4 247,119 1359 75 36.1
Carolina 1 8,825 13 0 0
Ciudad Barrios 2 27,955 85 5 71.4
Comacarán 1 3,304 11 1 50
Chapeltique 1 11,487 48 3 50
Chinameca 2 23,270 76 3 75
Chirilagua 1 20,710 73 2 66.7
El Tránsito 1 19,995 100 5 100
Lolotique 1 16,202 68 0 0
Moncagua 1 25,518 66 2 100
San Miguel
Nueva Guadalupe 1 10,155 30 2 0
Nuevo Edén de San Juan 1 4,068 13 0 0
Quelepa 1 4,325 27 7 140
San Antonio del Mosco 1 5,737 6 1 0
San Gerardo 1 6,033 12 1 0
San Jorge 1 9,782 34 0 0
San Luis de la Reina 1 5,744 32 0 0
San Rafael Oriente 1 14,339 37 1 0
Sesori 1 10,711 42 2 200
Uluazapa 1 3,523 17 0 0
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
Usulután 3 79,568 503 121 90.3
Alegría 1 12,413 32 1 100
Berlín 2 17,958 67 8 80
California 1 2,813 29 0 0
Concepción Batres 1 12,675 52 9 81.8
El Triunfo 1 7,554 16 0 0
Ereguayquín 1 6,332 30 5 83.3
Estanzuelas 1 9,333 31 8 114.3
Jiquilisco 2 50,386 269 46 109.5
Jucuapa 2 19,753 61 6 60
Jucuarán 1 13,571 38 7 87.5
Usulután Mercedes Umaña 1 14,005 54 3 100
Nueva Granada 1 7,949 21 3 150
Ozatlán 1 13,154 46 5 100
Puerto el Triunfo 1 18,691 79 13 1118.1
San Agustín 1 6,326 23 4 200
San Buenaventura 1 4,881 13 1 0
San Dionisio 1 5,313 12 3 100
San Francisco Javier 1 5,385 20 2 66.7
Santa Elena 1 18,363 69 28 254.5
Santa María 1 12,258 45 6 160
Santiago de María 2 19,311 96 16 100
Tecapán 1 8,052 35 2 50
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
San Francisco Gotera 2 25,303 222 11 84.6
Arambala 1 1,910 14 0 0
Cacaopera 1 11,969 75 3 60
Corinto 1 17,324 88 17 188.9
Chilanga 1 11,261 41 2 0
Delicias de Concepción 1 5,853 29 1 100
El Divisadero 1 8,604 61 0 0
El Rosario 1 1,363 7 0 0
Gualococti 1 4,229 20 0 0
Guatajiagua 1 13,488 42 1 0
Joateca 1 4,739 24 0 0
Jocoaitique 1 3,062 44 3 150
Jocoro 1 11,330 53 1 50
Morazán
Lolotiquillo 1 5,675 42 1 50
Meanguera 1 8,813 41 0 0
Osicala 1 10,375 68 1 50
Perquín 1 3,610 29 4 133.3
San Carlos 1 5,048 63 2 28.6
San Fernando 1 1,970 6 0 0
San Isidro 1 3,250 14 2 200
San Simón 1 12,198 53 1 50
Sensembra 1 3,267 30 2 0
Sociedad 1 12,565 46 0 0
Torola 1 3,358 14 0 0
Yamabal 1 4,989 18 2 200
Yoloaiquín 1 4,092 17 3 150
Número Procesos ingresados Procesos
de Total de y reportados al Pendientes de Tasa
Departamento Municipio Juzgados Población inicio de período Resolución4 porcentual de
de Paz en por durante 20133 durante de 2013 acumulación
Municipio Municipio2 2013 5
La Unión 2 36,454 322 27 71
Anamorós 1 15,891 55 3 150
Bolívar 1 4,435 16 1 50
Concepción de Oriente 1 9,018 26 1 0
Conchagua 1 43,455 150 10 166.7
El Carmen 1 13,268 58 4 80
El Sauce 1 6,731 21 1 100
Intipucá 1 8,347 35 0 0
Lislique 1 15,091 48 2 0
La Unión
Meanguera del Golfo 1 2,646 8 0 0
Nueva Esparta 1 10,300 35 1 100
Pasaquina 1 17,312 87 3 300
Polorós 1 10,592 41 0 0
San Alejo 1 18,241 86 4 133.3
San José Las Fuentes 1 3,107 12 0 0
Santa Rosa de Lima 2 31,006 214 8 27.6
Yayantique 1 7,863 31 1 50
Yucuaiquín 1 7,319 23 0 0
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la DPI-CSJ y de Proyecciones de población para el año
2013 del VI Censo de Población y V de vivienda 2007
An
Anexo 3. s
Ejes, estrategias y líneas de acción de la Política Nacional de Justicia,
Seguridad Pública y Convivencia
193
194
Anexo 4.
Descripción de las leyes, políticas y planes promulgados en materia de seguridad durante el Gobierno de Mauricio
funes
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