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Estudios de Turismo en Cuba

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LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS DE TURISMO EN CUBA

Luego de 1976, año en que se reorganizaron los Organismos de la Administración Central del Estado
(OACE) y se creó el Ministerio de Educación Superior (MES), sobrevino una etapa de consolidación
de las universidades y sus procedimientos formativos, prestándose especial atención a la distribución
nacional de las carreras universitarias.

Los estudios universitarios de turismo en Cuba comenzaron en la entonces Sede Universitaria de


Matanzas, que en ese momento se transformó en Centro Universitario (independiente ya de la
Universidad de La Habana) y, años más tarde, se constituiría en la hoy Universidad de Matanzas
“Camilo Cienfuegos”(UMCC). En la búsqueda de carreras que representaran al perfil del desarrollo
de la provincia (teniendo a Varadero en ella) se convino por las autoridades competentes (nacionales
y de la provincia) en la creación de la carrera Economía del Turismo. El modelo que sirvió de base
fue la carrera homóloga que se brindaba en la Universidad de Varna, Bulgaria. La URSS no
priorizaba al turismo en esa época ni tampoco los estudios universitarios regulares al respecto,
aunque había un buen número de investigadores (ante todo de Economía) que trabajaban en esta
temática y que también fueron aprovechados para iniciar la experiencia cubana. Entre 1983 y 1985
culminaron sus estudios aproximadamente 300 egresados de todo el país (becados en la universidad
matancera, mayoritariamente), dado que era una carrera de carácter nacional y única para todo el
país.

El enfoque principal de esta carrera –en una etapa donde las propias actividades científicas del
turismo estaban recibiendo un impulso teórico que permitiera nuevos avances (trabajo que no ha
culminado totalmente hasta hoy, incluso a escala internacional) –, se encaminaba a la creación de un
sentido económico del profesional para la visión del sector en su conjunto en la economía nacional y,
específicamente, para las actividades de desarrollo y comercialización. Su falta de proyección en
acciones específicas para la organización de los servicios, unido al criterio de que era un
economista, a menudo confundía a los que radicaban las plazas de empleo para estos profesionales
en actividades como contadores de unidades y empresas, cuando su preparación era
insuficientemente evidente para los fines propuestos.

En 1984 se hizo un análisis nacional de los contenidos de las carreras universitarias en la búsqueda
de perfiles más amplios de los graduados, que permitiera una mayor flexibilidad en sus ubicaciones
(recordando que es responsabilidad estatal el otorgamiento de un empleo a cada egresado de la
educación superior cubana). En el análisis de las carreras económicas se consideró conveniente
buscar un economista general y, con ello, se suprimieron los estudios de Economía del Turismo
como carrera universitaria. Sin embargo, la posibilidad que brindaba para la superación universitaria
del personal en funciones dentro de las entidades turísticas fue tronchada con la misma decisión. De
ahí que, en 1986, el Instituto Nacional de Turismo (INTUR) y el Ministerio de Educación Superior
(MES) acordaron crear la Licenciatura en Gestión Hotelera, pero solo en la modalidad de cursos para
trabajadores. Por un análisis similar al del perfil amplio y sin la consideración de que era solo una
carrera para la titulación de graduados de nivel medio del sector, esta licenciatura murió casi al nacer
pues se mantuvo durante solo un curso y se desvió a los estudiantes hacia otras carreras
económicas.

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Esta situación cambiaría un tanto por la prioridad otorgada al desarrollo turístico de Cuba por el
Gobierno Revolucionario a partir de 1988 y, especialmente, desde 1990 cuando comienza la etapa
de crisis económica denominada “período especial en tiempos de paz”.

La atención prioritaria al desarrollo turístico posibilitó la reestructuración del sistema formativo en


general para los trabajadores con la creación del Sistema de Escuelas de Hotelería y Turismo
(FORMATUR) y su incorporación paulatina a la impartición de cursos y diplomados de postgrado. De
la década de los años 90 hasta los inicios del nuevo siglo se han desarrollado alrededor de cuarenta
diplomados de postgrado, y al menos, tres maestrías vinculadas con actividades del sector turístico.
Dentro de éstas, la de mayor vinculación directa o propia del sector ha sido la Maestría en Gestión
Turística, aprobada en 1997, desarrollada en cuatro (4) universidades del país (UH, UCLV, UMCC y
UhO).

Luego de desvanecerse la posibilidad (en 1987) de calificar masivamente a los trabajadores del
sector y existir un volumen apreciable de personas sin titulación universitaria (alrededor de 50 000),
pero con nivel medio superior vencido, se presentó nuevamente el problema de crear una carrera
propia para el sector turístico. La primera idea fue que solo existiera como educación para
trabajadores, pero finalmente se consideró prudente implementarla como el resto de las carreras
universitarias, incluyendo los cursos regulares diurnos (CRD) para estudiantes del Sistema Nacional
de Enseñanza. Asimismo, se evaluaron varias experiencias internacionales en modelos formativos
(entre ellas se destacan las de España y México) y algunas variantes de modelos de países
anglosajones y de Suiza. Además, se consideraron los puestos de trabajo específicos del sector
turístico cubano, aprobados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y las ideas de nuevos
empleos (o ampliación de los existentes) en las futuras condiciones del desarrollo turístico de Cuba.

En breve plazo – y utilizando varias sesiones de trabajo de una primera Comisión Nacional de
Carrera (CNC) ya hoy reestructurada –, se elaboró un primer plan de estudios, con el que comenzó
en marzo de 2003 la Enseñanza a Distancia Asistida (EDA) -- con ayuda de medios y por encuentros
con profesores del MINTUR--, solo para trabajadores seleccionados del propio sistema. El curso
regular diurno (CRD) comenzó en septiembre de 2003 en 4 Universidades (UH, UMCC, UNICA y
UhO) y el 20 de Septiembre de 2004 en la UCLV que hoy ya cuenta con cinco promociones de
egresados. El plan de estudios presenta como características principales las siguientes:

 Una carrera que tiene personalidad propia y no busca aplicaciones de otras profesiones al
turismo para evitar solapamientos principales con graduados de otras profesiones que son
también ubicados en el sector turístico (economistas, contadores, ingenieros industriales,
geógrafos y otros).
 La práctica profesional como un pilar principal de la formación.
 El conocimiento del idioma inglés en sus aspectos principales y de un segundo idioma en sus
aspectos básicos.
 Encaminar a los profesionales al perfil más amplio posible en cuanto a las actividades del
turismo, los viajes y la hospitalidad.
 Utilizar la informatización de modo aplicado en cada materia a impartir.

En sus inicios en Cuba esta carrera se desarrolló, como excepción, bajo el auspicio del Centro de
Estudios Turísticos, entonces perteneciente a la Facultad de Contabilidad y Finanzas de la UH. En

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julio de 2008 se creó la Facultad de Turismo en la Universidad de La Habana (UH), de conjunto con
la graduación de la primera cohorte de estudiantes.

El plan de estudios aprobado y las modificaciones sujetas a dictámenes, han ido en el sentido del
perfeccionamiento y mejor acople con las necesidades de las entidades empleadoras, esto es,
elevando la pertinencia social de la carrera y sus resultados. Es menester apuntar aquí que -
actualmente -- el turismo no se considera una ciencia, dado que tiene objeto propio, pero no métodos
propios. Paralelamente, su transversalidad científica está en pleno desarrollo a escala
internacional (la carrera nació en los años 70, por lo que no tiene ni 50 años de existencia a escala
mundial). Estas razones han hecho que las actividades turísticas y del sector de la hospitalidad sean
relativamente novedosas a escala internacional y en Cuba. Además, no se ha contado con un
organismo rector (MINTUR) que haya dado suficiente prioridad al desarrollo científico-profesional de
sus actividades. Muestra de ello es que ni siquiera tienen una dirección de ciencia y técnica en el
organismo.

Todavía hoy no se reconoce de modo suficiente que los enfoques de la carrera de Turismo son más
progresistas y adelantados que la propia práctica profesional en Cuba, particularmente en la escasa
prioridad al desarrollo de destinos turísticos, al crecimiento de los atractivos para visitantes y en la
aplicación de técnicas matemáticas, estadísticas y en la informatización de la gestión en general. En
breve, el cumplimiento de los Lineamientos aprobados en el VI Congreso de nuestro PCC hará variar
estas carencias tanto en el organismo rector como en las entidades que se ocupan de estas
actividades económicas. Esta realidad ha incidido en las variaciones en el plan de estudios y en
ubicación laboral de los egresados.

A pesar de lo anterior, el claustro de la carrera en la UCLV (aceleradamente constituido) ha ido


consolidándose con la incorporación de egresados de la propia carrera y de profesores que han
salido de la práctica del sector para incorporarse a la docencia.

En cuanto a la preparación integral de los estudiantes de turismo en la UCLV, debemos señalar que
se ha logrado un sentido de pertenencia revolucionaria y hacia la propia carrera. Los estudiantes que
ingresan a nuestra carrera tienen altos índices docentes, como regla. Y por ello, el trabajo lo
encaminamos hacia su formación integral con un perfeccionamiento continuo de nuestro accionar.

Todo el trabajo de la carrera se ha desarrollado por la filosofía de equipo en la dirección,


enfatizándose en la labor política ideológico, y su correspondiente integración a todas las áreas de
resultados claves, además de un sistema de control y gestión de los procesos sustantivos que
satisface las exigencias actuales.

Es necesario señalar que los problemas de infraestructura han incidido negativamente en la


organización y mejor aprovechamiento del tiempo del claustro y los estudiantes (por la dispersión de
lugares de trabajo, reuniones, clases, etc.). Sin embargo, las limitaciones materiales nunca han sido
un obstáculo para el desarrollo de la carrera y, muy por lo contrario, han servido de acicate a
estudiantes y profesores para incentivar la creatividad en la búsqueda de soluciones a los problemas.

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