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Avance Del Capítulo I

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Universidad de Lima

Facultad de Derecho

Carrera de Derecho

“RELACIÓN ENTRE LA SOBREPOBLACIÓN


CARCELARIA, EL PARADIGMA JUDICIAL
DE ENCARCELAMIENTO Y LA
VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL
EN LIMA EN EL AÑO 2018”
Tesis para optar el Título Profesional de Abogado

Wendy Carolina Pérez Mercado

Código 20131021

Asesor

Jorge Luis Salas Arenas

Lima – Perú
CAPÍTULO I

Marco normativo internacional sobre la vigilancia electrónica personal

Este capítulo tiene como objetivo presentar de manera descriptiva y general cómo se
encuentra regulada la vigilancia electrónica personal en otras latitudes: Estados Unidos
de Norteamérica, Canadá, Europa y América Latina.

ii
LA VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL EN LATINOAMÉRICA

La vigilancia electrónica personal en Latinoamérica es de corte similar, por ello, en el


desarrollo de las instituciones penitenciarias de cada legislación, se estudiará su
naturaleza jurídica, su finalidad, sus requisitos, la asunción del costo, entre otros, para,
posteriormente, resaltar sus afinidades y diferencias más llamativas.

iii
1) La vigilancia electrónica personal en Brasil

a) Antecedentes

La problemática de costos, en relación al mantenimiento del sistema penitenciario, el


perfeccionamiento de técnicas de control y la superación de los límites de la prisión
fueron los factores que motivaron la creación de los primeros proyectos de Ley que
avizoraban la determinación del rastreo de presos en Brasil[ CITATION Urq14 \l
10250 ].

Sin embargo, más de tres años antes de la aprobación de la primera ley que instituye y
regula la medida en el país (Ley Federal N°12,258, 2010), la vigilancia electrónica ya
se había implementado en varios estados de Brasil 1, pese a que la Constitución
determinara que solo la Unión era responsable de legislar sobre Derecho Penal
(artículo 22, inciso I y 24, inciso I de la Constitución Federal)[ CITATION Urq14 \l
10250 ].

Ahora bien, la medida fue promulgada el 15 de julio de 2010 por la Ley N°12.258, la
misma que modificó a la Ley de Ejecución Penal, Ley N°7210 de 1984, señalando que,
a discreción del Juez, el monitoreo electrónico procedía en caso de salida temporal en el
régimen semiabierto y arresto domiciliario2. Lo antes expuesto, se desprende de la
modificación que introdujo la Ley al artículo 146-B de la Ley N°7210.

1
Como en el Estado de São Paulo, en donde la adopción de la vigilancia electrónica de los
presos se ha estudiado desde 2007. São Paulo, Rio Grande do Sul y Pernambuco aprobaron el monitoreo
electrónico de prisioneros en 2008, mientras que el Legislativo de Río de Janeiro otorgó la garantía en el
2009. Mato Grosso do Sul y Paraíba - quien fue el primer estado en realizar pruebas - tuvieron debates en
el legislativo en progreso. Alagoas y Distrito Federal también han llevado a cabo sus pruebas, que
siempre se realizan con prisioneros que aceptan participar en el experimento. Sin embargo, en 2010, la
Ley no. 12,258 / 2010 entra en vigencia, regulando el monitoreo electrónico en todo el país. [ CITATION
Pim18 \l 10250 ]
2
Artículo 146-B del Código Penal Brasilero
iv
Posteriormente, ampliando el alcance de las hipótesis autorizadas para usar el
monitoreo electrónico de prisioneros, se promulgó la Ley N°12.403 de mayo de 2011,
la que modificó el artículo 319, punto IX, del Código de Procedimiento Penal
estipulando al monitoreo electrónico como una medida cautelar que puede usarse en el
proceso penal.

En ese orden de ideas, se observa que el monitoreo electrónico es la última opción


enumerada en dicha disposición legal, esto indica que se debe aplicar, de forma
subsidiaria y residual a las otras modalidades legalmente previstas, como un
instrumento para contener el encarcelamiento y reducir el alto número de detenidos en
prisión preventiva (Consejo Nacional de Justicia, Resolución 213, 2015). En otras
palabras, se ordena solo el monitoreo electrónico cuando no encaje una medida cautelar
menos estricta como alternativa a la prisión y no como alternativa a la
libertad[ CITATION Pim18 \l 10250 ].

Por lo tanto, el monitoreo electrónico, como medida cautelar, se estableció como una
forma de garantizar el progreso del proceso penal, pudiendo, asimismo, reemplazar a la
prisión preventiva3, ello según lo establecido en el artículo 282, inciso 6° del Código de
Procedimiento Penal, el que señala que “la prisión preventiva será determinada cuando
no sea posible sustituirla por otra medida cautelar”. En otras palabras, el monitoreo
electrónico podía prevenir la prisión preventiva cuando se demostrase que es
desproporcional[ CITATION Urq14 \l 10250 ].

Aunado a lo anterior, de acuerdo con la referida Ley, el uso del monitoreo electrónico,
así como las otras medidas cautelares a que se refiere el artículo 319° del CPP, se puede
hacer de forma aislada o acumulativa4, es decir, la medida puede o no combinarse con
las otras medidas cautelares previstas en los incisos del I a VIII de dicho artículo.

3
La que se estipuló como último recurso y que sería solo aplicable a aquellas
personas que han cometido delitos punibles, cuyas penas excediesen los 4
años[ CITATION Pim18 \l 10250 ],
4
Artículo 281 inciso 1 del CPP.
v
En ese sentido, la Ley N°12.403/2011 trajo una decisión completa sobre el instituto de
medidas cautelares, ya que el juez contaría con la oportunidad de aprovechar otras
posibilidades además del encarcelamiento y la libertad provisional, siendo la prisión
reservada para situaciones de extrema necesidad[ CITATION DaC17 \l 10250 ].

b) Naturaleza jurídica

Coincidimos con Cruz Bottin cuando afirma que la naturaleza jurídica del monitoreo
electrónico es el de una medida fiscalizadora, cuando se hace referencia al régimen
semiabierto y al arresto domiciliario; a una medida cautelar personal, que reemplaza a
la prisión preventiva, cuando se cumplen ciertos requisitos y a una medida cautelar de
carácter autónomo, de cariz excepcional.[ CITATION Cru10 \l 10250 ].

En línea con lo indicado, Da Cunha sostiene que el monitoreo electrónico tiene la


naturaleza de una medida cautelar autónoma (según lo estipulado en el artículo 319
inciso IX del CPP) y de una medida cautelar sustitutiva de la prisión preventiva (según
lo establecido en el artículo artículo 282 inciso 6° del CPP)[ CITATION DaC17 \l
10250 ]

En ese sentido, Cruz Bottin aduce que el monitoreo electrónico como medida cautelar
autónoma sería otra medida de seguridad que actuaría sobre aquellos ciudadanos que, a
pesar de perturbar el proceso de alguna manera, responden con libertad, ya que el Poder
Judicial entiende que el encarcelamiento sería desproporcionado o irrazonable. De otra
manera, en relación al monitoreo electrónico como medida cautelar sustitutiva de la
prisión preventiva, señala que la puede sustituir si se presentan los requisitos para la
aplicación de la prisión preventiva, es decir, de aquellas situaciones identificadas en el
artículo 312 del Código de Procedimiento Penal. [ CITATION Cru10 \l 10250 ].

Asimismo, el mencionado autor destaca que el monitoreo electrónico siempre ha de ir


combinado con otras medidas restrictivas, las que imponen limitaciones a los derechos
fundamentales, como la intimidad y la libertad, por lo que debe seguir parámetros y
principios que involucran medidas como la subsidiariedad y la
proporcionalidad[ CITATION Cru10 \l 10250 ].

c) Objetivo

Los objetivos del monitoreo electrónico pueden ser los siguientes: asegurar la
permanencia del individuo en un lugar determinado; las restricciones, ya que se asegura

vi
que el individuo no frecuente ciertos lugares o no se acerca a ciertas personas,
especialmente testigos, víctimas y coautores; y la vigilancia, que permite el control y
monitoreo de todos los actos realizados por el penado[ CITATION Rod11 \l 10250 ].

d) El monitoreo electrónico y la protección ante la violencia doméstica,


violencia contra la mujer

En función a la Ley N°11.340/2006, también conocida como la Ley Maria da Penha,


se crean mecanismos para frenar la violencia doméstica y familia contra la mujer.
Desde esa óptica, la aplicación de medidas de protección de emergencia tiene como
objetivo garantizar la protección de las mujeres rápidamente, en base a mecanismos
preventivos, es decir, cautelares. Al igual que con las medidas cautelares distintas de la
prisión, las medidas de protección de emergencia se pueden aplicar solas o de forma
conjunta, pudiendo ser adoptadas por el juez en cualquier etapa procesal y, teniendo
como propósito, garantizar la protección de las mujeres y otros miembros de la familia
en situación de violencia[ CITATION Pim18 \l 10250 ].

Siendo ello así, el monitoreo electrónico cuando se aplica, de forma acumulativa, con
las medidas de protección de emergencia, tiene como objetivo ampliar la protección de
las mujeres en situaciones de violencia doméstica y familiar. Así, el equipo de
monitoreo individual (tobillera) utilizado por el perpetrador de violencia permite
rastrear su geolocalización en tiempo real a través de sistemas de información. Para
este propósito, se crean áreas de exclusión a las que el sujeto no ha de ingresar para
preservar la integridad física y psicológica de la víctima.[ CITATION Pim18 \l 10250
].

e) Procedencia

El monitoreo electrónico, como medida de precaución que no sea el encarcelamiento,


debe aplicarse únicamente a las personas acusadas de delitos intencionales punibles con
un máximo de cuatro años de prisión o condenados por otro delito intencional, en una
sentencia final e inapelable. Salvo lo dispuesto en el artículo I del artículo 64° del
Código Penal de Brasil5, así como a las personas que cumplen con las medidas de
protección urgentes acusadas de un delito que involucra violencia doméstica y familiar

5
Artículo 17° inciso I de la Ley 12.403.
vii
contra mujeres, niños, adolescentes, ancianos, enfermos o discapacitados 6, siempre
excepcionalmente, cuando no encaja otra medida de precaución menos estricta.

f) Aplicación

Luego, de ello, en el año 2017, se promulgó la Resolución 5/2017 del Consejo Nacional
de Política Criminal y Penitenciaria, mediante esta se estableció la política de
implementación de monitoreo electrónico en el contexto de medidas de protección de
emergencia, procedimientos de investigación, conocimiento criminal y procedimientos
de ejecución penal. Hay elementos y detalles relevantes presentados en la Resolución,
como los siguientes:

Según la Resolución 5/2017, la supervisión realizada mediante el monitoreo electrónico


se trata en función del posible detenido y en sustitución efectiva de la privación de
libertad, especialmente cuando se aplica como una medida de precaución distinta del
encarcelamiento de acuerdo con los términos del artículo 319, IX, del Código de
Procedimiento Penal (Artículo IX agregado por la Ley 12.403 / 2011). Aún así, se
regula que, incluso con la provisión del uso de equipos de monitoreo electrónico como
medida de precaución diferente de la prisión, su uso en esta circunstancia solo debería
ocurrir en casos de estricta necesidad, excepcionalmente, dada la perspectiva de libertad
provisional sin la restricción antes mencionada, o la aplicación de una medida de
precaución que no sea la prisión menos onerosa[ CITATION Pim18 \l 10250 ].

Además de indicar cautela en la aplicación del monitoreo electrónico, dando preferencia


a otras medidas menos severas, al especificarse la aplicación de la medida dentro del
alcance de las medidas de protección de emergencia y en el proceso penal de
conocimiento, la Resolución mencionada destaca la excepcionalidad en la aplicación de
la vigilancia en el caso de las medidas cautelares, resaltando que su necesidad debe
verificarse y justificarse demostrando la inaplicabilidad de la concesión de libertad
provisional, con o sin fianza, y la insuficiencia o insuficiencia de las otras medidas
cautelares distintas de la prisión[ CITATION Pim18 \l 10250 ].

g) Costo

El penado, que se encuentre sujeto al regimen semiabierto o domiciliario paga por el


uso del dispositivo electrónico. No obstante, cuando se trate de personas de bajos
ingresos, el Estado será el que asuma el costo[CITATION Con19 \l 10250 ].
6
Ídem. Inciso II)
viii
h) Comentario

Estamos de acuerdo con la manera en que se encuentra regulado el monitoreo


electrónico en Brasil, en el extremo de que se le regula como una medida excepcional y
no como el cajón de sastre de la prisión preventiva, ello sobre la base de que es una
medida que limita ciertas libertades y que, para su otorgamiento, se debe justificar su
necesidad. Adicionalmente, consideramos que lo más resaltante es el tratamiento
especial que reciben las víctimas de violencia doméstica y familiar (sobre todo en un
contexto como el actual, en el que se ejerce tanta violencia contra la mujer y los
integrantes del grupo familiar) al determinarse el monitoreo electrónico como una
medida que acompaña a una medida de protección de emergencia, con la finalidad de
asegurar que el sujeto activo del delito no vuelva a generar un perjuicio, sea físico o
psicológico.

2) La vigilancia electrónica personal en Colombia

a) Antecedentes

Colombia es uno de los países de Latinoamérica en donde mejor se ha aplicado el


sistema de vigilancia electrónica personal, así su incorporación se pretendió con la
presentación del proyecto de Ley estatutaria en abril de 2004, siendo el fiscal Luis
Camilo Osorio quien presentó el proyecto, con la intención de que se modifique la Ley
65, Código Penitenciario y Carcelario:

“Teniendo en cuenta que es obligación del INPEC vigilar la ejecución


de las penas sustitutivas y atendiendo que las unidades de custodia y

vigilancia no son suficientes para cubrir íntegramente tal servicio, el


proyecto acepta las innovaciones de la ciencia y contempla como
mecanismo de supervisión las seguridades electrónicas”[ CITATION
Uni12 \l 10250 ]

Adicionalmente, se determinó que el juez podría establecer la vigilancia electrónica


personal para la prisión domiciliaria; no obstante ello,
el proyecto no procedió a regularse como Ley estatutaria y, en su lugar, la vigilancia

ix
electrónica fue acogida en el artículo 9° del Decreto N°2636 de 2004 como una pena
sustitutiva de prisión (modificando, de esta manera la mencionada Ley N°65).

Así las cosas, en el referido artículo 9° del Decreto N°2636 se estipulaba que en los
delitos cuya pena impuesta no superase los cuatro años de prisión, respecto de los que
no procediera la prisión domiciliaria, el juez de ejecución de penas, podría sustituir la
pena de prisión por la de vigilancia por medio de mecanismos de seguridad electrónica,
previa solicitud del condenado; si se cumplía a cabalidad requisitos como que el penado
no tuviese otros antecedentes penales, salvo que se tratase de delitos culposos o con
pena no privativa de la libertad; que el condenado suscriba un acta de compromiso,
prestando una caución que garantice el cumplimiento de las restricciones a la libertad
de locomoción que implicase la medida; que el condenado repare los perjuicios
ocasionados a la víctima de la conducta punible, cuando estos hayan sido tasados en la
respectiva sentencia condenatoria, salvo que se demostrase la incapacidad económica
del penado; que el incumplimiento de las obligaciones impuestas en el acta de
compromiso de lugar a la revocación de la medida por parte del Juez de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad.

Ahora bien, es importante que resaltemos que, recién con la Ley N°906 de 2004, Ley
con la que se expide el Código de Procedimiento Penal, se regula la seguridad
electrónica como una medida de aseguramiento no privativa de la libertad, ello según lo
mencionado en el artículo 307° inciso B numeral 1 de la referida norma.

b) Finalidad

El motivo que justificaba la implementación del dispositivo electrónico era el


hacinamiento que padecían los centros penitenciarios en Colombia. En ese sentido, con
la finalidad de mejorar la problemática subyacente al sistema penitenciario, se ideó la
incorporación de la medida de seguridad con vigilancia electrónica, otorgándose, de
esta manera, un trato más digno a los penados[ CITATION Uni12 \l 10250 ].

c) Condiciones

Posteriormente, con la expedición de la Ley de Convivencia y Seguridad Ciudadana, la


Ley N°1142 de 2007, se establecieron limites, requisitos y exigencias para aplicar la
vigilancia electrónica, creándose un marco que beneficiaría a los reclusos y que

x
establecería a la misma como una medida autónoma que pueda sustituir la prisión
domiciliaria7.

Asimismo, con la Ley N°1142 se consagró la posibilidad de establecer la obligación de


someterse al mecanismo a quien se le sustituía la detención preventiva en
establecimiento carcelario por la del lugar de residencia, previo cumplimiento de los
presupuestos señalados para ser beneficiario del sustitutivo[ CITATION Fre15 \l
10250 ]

7
“ARTÍCULO 27. El artículo 314 de la Ley 906 de 2004, quedará así:

Sustitución de la detención preventiva. La detención preventiva en establecimiento carcelario


podrá sustituirse por la del lugar de la residencia en los siguientes eventos:

1. Cuando para el cumplimiento de los fines previstos para la medida de aseguramiento sea
suficiente la reclusión en el lugar de residencia, aspecto que será fundamentado por quien solicite la
sustitución y decidido por el juez en la respectiva audiencia de imposición, en atención a la vida
personal, laboral, familiar o social del imputado.

2. Cuando el imputado o acusado fuere mayor de sesenta y cinco (65) años, siempre que su
personalidad, la naturaleza y modalidad del delito hagan aconsejable su reclusión en el lugar de
residencia.

3. Cuando a la imputada o acusada le falten dos (2) meses o menos para el parto. Igual derecho
tendrá durante los seis (6) meses siguientes a la fecha de nacimiento.

4. <Aparte subyarado CONDICIONALMENTE exequible> Cuando el imputado o acusado


estuviere en estado grave por enfermedad, previo dictamen de médicos oficiales.

El juez determinará si el imputado o acusado deberá permanecer en su lugar de residencia, en


clínica u hospital.

5. Cuando la imputada o acusada fuere madre cabeza de familia de hijo menor o que sufriere
incapacidad permanente, siempre y cuando haya estado bajo su cuidado. En ausencia de ella, el padre
que haga sus veces tendrá el mismo beneficio.

La detención en el lugar de residencia comporta los permisos necesarios para los controles
médicos de rigor, la ocurrencia del parto, y para trabajar en la hipótesis del numeral 5.

En todos los eventos el beneficiario suscribirá un acta en la cual se compromete a permanecer


en el lugar o lugares indicados, a no cambiar de residencia sin previa autorización, a concurrir ante las
autoridades cuando fuere requerido y, adicionalmente, podrá imponer la obligación de someterse a los
mecanismos de control y vigilancia electrónica o de una persona o institución determinada, según lo
disponga el juez.

El control del cumplimiento de la detención en el lugar de residencia estará a cargo del Inpec,
el cual realizará un control periódico sobre el cumplimiento de la detención domiciliaria y reportará a
xi
En línea con lo indicado, mediante el artículo 50° de la mencionada norma, se añade el
artículo 38A al Código Penal, el mismo que establece cuáles son las condiciones
necesarias para que el Juez de ejecución de penas y de medidas de seguridad ordene el
sistema de vigilancia electrónica, durante la ejecución de la pena, como sustituto de la
prisión. En tal sentido, la norma establece que la pena impuesta en la sentencia no debe
exceder los ocho (8) años de prisión, a menos que se trate de delitos como el genocidio,
delitos contra el Derecho Internacional Humanitario, desaparición forzada, secuestro
extorsivo, tortura, desplazamiento forzado, tráfico de migrantes, trata de personas,
delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales, extorsión, concierto para
delinquir agravado, lavado de activos, terrorismo, financiación del terrorismo y
administración de recursos relacionados con actividades terroristas y delitos
relacionados con el tráfico de estupefacientes. Asimismo, determina que la persona no
ha de haber sido condenada por delito doloso o preterintencional dentro de los cinco (5)
años anteriores.

Adicionalmente, se señala que el desempeño personal, laboral, familiar o social del


condenado ha de permitirle concluir seria, fundada y motivadamente al Juez de que el
penado no colocará en peligro a la comunidad ni evadirá el cumplimiento de la sanción.

Aunado a lo anterior, se exige el pago total de la multa que se le imponga al penado,


además de que los daños que se hayan ocasionado con el delito sean reparados, dentro
del plazo que fije el Juez y que se garantice, mediante caución, el cumplimiento de una
buena conducta, el no incurrir en la comisión de delitos o contravenciones mientras
dure la ejecución de la pena, el cumplir con las restricciones a la libertad de locomoción
que implique la medida, el comparecer ante quien vigile el cumplimiento de la
ejecución de la pena cuando fuese requerido para ello, las cuales deberán constar en un
acta de compromiso:

la Fiscalía sobre sus resultados para que si se advierten violaciones a las condiciones impuestas por el
Juez se puedan adoptar las correspondientes acciones”.

xii
Cabe señalar que el incumplimiento de las obligaciones impuestas en el acta de
compromiso dará lugar a la revocatoria de la medida sustitutiva por parte del Juez de
ejecución de penas y medidas de seguridad.

No obstante lo anterior, es importante remarcar que la referida Ley tuvo como correlato
ampliar la pena para ciertos delitos, circunstancia que generó que se considerasen
delitos hechos que antes no lo eran, además de no permitir beneficios ni subrogados
penales a las personas que hubieran sido condenadas por delitos dolosos o
preterintencionales dentro de los 5 años anteriores. Desde esa perspectiva, se creía que
la Ley terminaría por agravar la situación carcelaria en Colombia. En ese contexto, se
decide que ya no era suficiente la reglamentación de la Ley, sino que era mandatorio su
efectiva aplicación[ CITATION Uni12 \l 10250 ].

Por ello, en enero de 2008, se reglamentó la Ley N°1142, mediante el Decreto N°177,
el mismo que ampliaría el beneficio a los sindicados, imputados o acusados a quienes se
buscaba proteger sus derechos fundamentales. Así, con la promulgación de dicho
Decreto se llevó a cabo la regulación de la implementación del sistema de vigilancia
electrónica personal, indicándose, en su artículo 9°, que se aplicaría transitoriamente y
como parte de esta primera fase en los distritos judiciales de Armenia, Bogotá,
Manizales y Pereira., empezando su implementación a más tardar el día primero (1°) de
julio de 2008. Asimismo, para la realización de lo antes dicho, se había asignado un
presupuesto de 15.000 millones para llevar a cabo actividades previas tales como la
capacitación del personal del INPEC; sin embargo, esas metas no se cumplieron, debido
a que el pago por el contrato de arrendamiento (por un valor de $39.756.963.497
millones de pesos), firmado entre el gobierno y la empresa de servicios públicos de
Manizales, Gestión Energética S.A–Gensa ESP se realizó solo hasta noviembre de
2008, ello porque no se contaba con los recursos para la aplicación del sistema de
vigilancia electrónica, como se planificó por parte del Ministerio del Interior y de
Justicia, pues la cantidad de presos representaba doscientas veces el personal que podía
hacerse cargo de ellos, según estadísticas de SISIPEC.

Es ante ese fallido intento que se expidió el Decreto N°3336 de 2008, mediante el que
se reduce la aplicación del sistema de vigilancia electrónica al distrito judicial de
Bogotá, de manera que se utilice solo esa zona como escenario del plan piloto. No
obstante lo anterior, la efectiva aplicación del sistema se realizó recién el 6 de febrero

xiii
de 2009, “siendo el primer beneficiario un hombre condenado a 48 meses de detención
domiciliaria por comprar 16 CD´s piratas de música”8.

La implementación del sistema de vigilancia electrónica incidió en la disminución del


hacinamiento carcelario (siendo 2959 las personas que contaban con un dispositivo
electrónico al 31 de diciembre de ese año). Dado ese resultado, se prosiguió a expedir
una serie de decretos (Decreto N°1316 de 2009, Decreto N°4940 de diciembre de 2009)
con los que terminaríase por implementar el sistema de vigilancia electrónica a nivel
nacional.

d) Exclusiones

Mediante el artículo 3° de la Ley N°1453 de 2011, se estableció una serie de


exclusiones a la utilización de la vigilancia electrónica, para los casos que recaiga sobre
delitos de competencia de los jueces penales del circuito especializados particularmente
en relación con tráfico de migrantes; acceso carnal o actos sexuales con incapaz de
resistir; violencia intrafamiliar; hurto calificado y agravado; estafa agravada; uso de
documentos falsos relacionados con medios motorizados hurtados; fabricación, tráfico y
porte de armas de fuego o municiones de uso personal; fabricación, tráfico y porte de
armas y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas, y peculado por
apropiación. Posteriormente, se ampliaron las exclusiones a los delitos de tráfico de
menores de edad; uso de menores de edad para la comisión de delitos; usurpación y
abuso de funciones públicas con fines terroristas; fabricación, tráfico y porte de armas y
municiones de uso privativo de las fuerzas armadas; fabricación, tráfico y porte de
armas de fuego, municiones o explosivos, y delitos contra la administración pública.
[ CITATION Cab15 \l 10250 ]

En ese sentido, el Estatuto Anticorrupción, Ley N°1474 de 2011, modificó el beneficio


de la vigilancia electrónica, al excluir de subrogados penales a los sentenciados por
delitos contra la administración pública, estafa y abuso de confianza que recaigan sobre
los bienes del Estado, utilización indebida de información privilegiada, lavado de
activos y soborno transnacional. Así mismo, también modificó la lista de delitos
excluidos de la medida de sustitución de la detención en centro carcelario por detención
domiciliaria. Incluyó en la lista de delitos excluidos: el enriquecimiento ilícito, soborno

8
“Hoy Sale El Primer Preso Con Vigilancia Electrónica” . en: El Tiempo. 6 de Febrero de 2009
xiv
transnacional, interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin
cumplimiento de requisitos legales y el tráfico de influencias.[ CITATION Cab15 \l 10250 ]

Por otro lado, en el mencionado artículo se hace hincapié a la situación en que el juez al
momento de ordenar la sustitución deberá tener en cuenta el núcleo familiar de la
persona y su lugar de residencia, añadiendo que la persona sometida a vigilancia
electrónica podrá solicitar la redención de pena por trabajo o educación ante el Juez de
ejecución de penas y medidas de seguridad, de acuerdo a lo señalado en el Código
Penitenciario y Carcelario.

En línea con lo señalado, quienes se encuentren en detención preventiva en


establecimiento carcelario bajo el régimen de la Ley 600 de 2000 podrán ser
destinatarios de los sistemas de vigilancia electrónica, previo cumplimiento de los
presupuestos establecidos en el artículo 314 de la Ley 906 de 2004.

e) Situaciones en las que procede el sistema de vigilancia electrónica

En Colombia, existen tres supuestos en los que procede aplicar la vigilancia electrónica:

a) Como mecanismo de vigilancia de la detención preventiva en el domicilio del


imputado: Conforme a lo establecido en el artículo 314° de la Ley 906 de 2004,
Código de Procedimiento Penal, la detención preventiva
en establecimiento carcelario podría sustituirse por la del lugar de residencia :1)
Cuando para el cumplimiento de los fines previstos para la medida de
aseguramiento sea suficiente la reclusión en el lugar de residencia, aspecto que
será evaluado por el juez al momento de decidir sobre su imposición; 2) Cuando
el imputado o acusado fuere mayor de sesenta y cinco (65) años, siempre que
sus circunstancias personales, la naturaleza y modalidad del delito hagan
aconsejable su reclusión en el lugar de residencia; 3) Cuando a la imputada o
acusada le falten dos (2) meses o menos para el parto. Igual derecho tendrá
durante los seis (6) meses siguientes a la fecha de nacimiento. 4) Cuando el
imputado o acusado estuviere en estado grave por enfermedad, previo dictamen
de médicos oficiales. El juez determinaría si el imputado o acusado debe
permanecer en su lugar de residencia, en clínica u hospital; 5) Cuando la
imputada o acusada fuere madre cabeza de familia de hijo menor o que sufriere
incapacidad permanente, siempre y cuando haya estado bajo su cuidado. En
xv
ausencia de ella, el padre que haga sus veces tendrá el mismo beneficio.
Adicionalmente, la Ley 1709 de 2014, art. 22, en su parágrafo estableció que la
detención preventiva puede ser sustituida por la detención en el lugar de
residencia en los mismos casos en los que procede la prisión domiciliaria. En
estos casos se aplica el mismo régimen previsto para este mecanismo sustitutivo
de la prisión. Con esto se tiene, que la detención preventiva en lugar de
residencia tiene los mismos requisitos que la prisión domiciliaria, y se aplicará
todo lo relacionado a la prisión domiciliaria.

En línea con lo antes mencionado, según lo señalado en el artículo 25° de la Ley


N°1709 de 2014, el mismo que adicionó el artículo 38D a la Ley N°599 de
2000, la ejecución de la medida de prisión domiciliaria se cumplirá en el lugar
de residencia o morada del sentenciado, excepto en los casos en que esta
pertenezca al grupo familiar de la víctima. De otra manera, el juez podrá
ordenar, si así lo considerase necesario, que la prisión domiciliaria se acompañe
de un mecanismo de vigilancia electrónica. El juez podrá autorizar al condenado
a trabajar y estudiar fuera de su lugar de residencia o morada, pero en este caso
se controlará el cumplimiento de la medida mediante un mecanismo de
vigilancia electrónica.

b) Como medida de aseguramiento no privativa de la libertad: Como bien


mencionamos anteriormente, el Código de Procedimiento Penal, en su artículo
307° literal B numeral 1° señala como una de las medidas de aseguramiento no
privativas de la libertad la obligación de someterse a un mecanismo de
vigilancia electrónica[ CITATION Cab15 \l 10250 ].

Aunado a ello, el artículo 315° del mismo cuerpo de leyes consagra que las
medidas de aseguramiento no privativas de la libertad proceden por delitos cuya
pena principal no sea una pena privativa de la libertad, o por delitos
querellables, o cuando el mínimo de la pena señalada en la ley no exceda de
cuatro (4) años, satisfechos los requisitos del artículo 308°, se podrá imponer
una o varias de las medidas señaladas en el artículo 307 literal B, siempre que

xvi
sean razonables y proporcionadas para el cumplimiento de las finalidades
previstas[ CITATION Cab15 \l 10250 ].

c) Como mecanismo de vigilancia, control y ejecución de la prisión domiciliaria: el


sistema de vigilancia electrónico aplica para los casos de condenados que han
sido beneficiados con la prisión domiciliaria, siendo el juez quien, a su criterio,
pudiese ordenar, que esta medida se acompañe con un dispositivo
electrónico[ CITATION Cab15 \l 10250 ].

f) Naturaleza jurídica

Se destaca que en Colombia se ha implementado la vigilancia electrónica no solo como


mecanismo de vigilancia de la detención domiciliaria del imputado, sino también su
autonomía como pena y como medida de aseguramiento.

Al respecto, cabe hace las siguientes precisiones:

Primero, que la detención domiciliaria es una medida cautelar de carácter personal, que
se auxilia de un dispositivo electrónico como mecanismo de vigilancia, siendo,
entonces, necesario que el penado cumpla los requisitos ya referidos en el artículo 314°
del Código de Procedimiento Penal[ CITATION Fre15 \l 10250 ].

Segundo, la vigilancia electrónica como pena. A través de la Ley N°1142 de 2007 es


que se regula al sistema de vigilancia electrónica en ese sentido, pues se le introdujo
como pena sustitutiva de la pena de prisión, en tal sentido, la modificación consistió en
adicionar el artículo 38A, creando en dicho artículo la vigilancia electrónica como
pena[ CITATION Fre15 \l 10250 ].

Esta norma mereció pronunciamiento de constitucionalidad, siendo pertinente señalar


que se declaró condicionalmente exequible sobre la base que, de demostrarse, la
incapacidad económica del penado, el impago de la multa no sería óbice para que se
ordene la pena sustitutiva de vigilancia electrónica. Cabe señalar que, posteriormente,
este artículo fue modificado por el artículo 3º de la Ley N°1453 de 2011,
manteniéndose en esencia, su ámbito de aplicación y requisitos. Según lo anterior, una
vez cumplidos los requisitos era procedente la sustitución de la pena de prisión por la de
vigilancia electrónica, tornándose así en una nueva forma autónoma de pena en el
sentido de que no depende de otra para su ejecución[ CITATION Fre15 \l 10250 ].
xvii
No obstante, mediante la Ley N°1709 de 2014 se deroga el artículo 38ª de la Ley N°599
de 2000. De esta forma, daría la impresión de que la vigilancia electrónica habría
desaparecido del ordenamiento como pena autónoma; sin embargo, dicha desaparición
podría ser aparente, pues si se realizaba una interpretación sistemática con el Código
Penitenciario se podría colegir que, en su artículo 29B se establece que la vigilancia
electrónica tiene el carácter de pena sustitutiva de la pena de prisión, en otras palabras
se reemplaza una pena por otra[ CITATION Fre15 \l 10250 ].

En resumen, la vigilancia electrónica como pena se originó con una modificación a la


Ley N°65 de 1993, Código Penitenciario, mediante el artículo 9° del Decreto N°2636
de 2004, con el que se agregó el mencionado artículo 29B. Posterior a ello, por medio
de una modificación al Código Penal, Ley N°599 de 2000, la que se concretó con la Ley
N°1142 de 2007, se implementó el artículo 38A, con el que también se regulaba a la
vigilancia electrónica como pena[ CITATION Fre15 \l 10250 ].

Desde ese punto de vista, podemos apreciar que se tenían 2 caminos que permitían
utilizar la vigilancia electrónica como pena. El código penal en su artículo 38A -hoy
derogado-, hablaba de pena impuesta no superior a 8 años de prisión y otros requisitos
adicionales. Por otro lado, el Código Penitenciario en su artículo 29B –aún vigente-
habla de pena impuesta no superior a 4 años de prisión y otros requisitos adicionales
diferentes a los requisitos adicionales del Código Penal. En ese sentido, una persona
condenada, antes de la derogación del artículo 38A tenía la posibilidad de que se le
sustituya la pena de prisión por la de vigilancia electrónica, sea por la vía del Código
Penitenciario (en la medida de que su pena no superase los 4 años de pena privativa de
libertad y se siguieran las condiciones estipuladas.) o por la del Código Penal (en la
medida de que la pena de prisión no excediera los 8 años y se cumplieran ciertos
requisitos)[ CITATION Fre15 \l 10250 ].

Tercero, como medida penal en sí misma, su aplicación deriva en medidas de


aseguramiento no privativas de libertad, lo que significa que el sistema electrónico se
aplica durante el desarrollo del proceso[CITATION Lol16 \l 10250 ]. Como hemos
indicado con anterioridad, la vigilancia electrónica se encuentra regulada como tal en el
artículo 307° de la Ley N°906 de 2004, siendo entonces la vigilancia electrónica una
medida autónoma dentro del género de medidas de aseguramiento y no solo eso, sino
que su autonomía también se predica dentro de su grupo de medidas de aseguramiento

xviii
no privativas de la libertad y ello se corrobora con la situación en la que el Juez podrá
imponer una o varias medidas de aseguramiento, conjunta o indistintamente, según el
caso, adoptando las precauciones necesarias para asegurar su cumplimiento. Si se
tratare de una persona de notoria insolvencia, no podrá el juez imponer caución
prendaria (esto último se encuentra regulado en el citado artículo 307°).[ CITATION
Fre15 \l 10250 ]

Como se observa, la norma faculta al juez para imponer una o varias medidas de
aseguramiento (privativas de la libertad o no) conjunta o indistintamente, según
considere pertinente.

g) Costo

Conforme a lo estipulado en el artículo 27 de la Ley N°1709 de 2014, se adicionó el


artículo 38F a la Ley N°599 de 2000, mediante el que se estableció que el costo del
brazalete electrónico, cuya tarifa sería determinada por el Gobierno Nacional, sería
asumido por el beneficiario, de acuerdo a su capacidad económica, salvo que se
demuestre fundadamente que el beneficiario carece de los medios necesarios para
costearlo, en cuyo caso estará a cargo del Gobierno Nacional.

h) Comentario

Somos del parecer de que la regulación de la vigilancia electrónica en Colombia es


restrictiva, según lo regulado en el artículo 3° de la Ley N°1453 de 2011, además, de lo
establecido en la Ley N°1474, en lo referente a que no procede la vigilancia electrónica
cuando se trate de condenados a delitos contra la administración pública, estafa y abuso
de confianza que recaigan sobre los bienes del Estado, utilización indebida de
información privilegiada, lavado de activos y soborno transnacional, siendo ello
perjudicial, pues la finalidad de la implementación de la medida es reducir el
hacinamiento carcelario que padecen los centros penitenciarios en este país.

Por otro lado, nos parece reprochable que sea el beneficiario con el brazalete
electrónico quien asuma su costo, pues no todas las personas cuentan con la capacidad
económica de poder solventarlo, situación que resulta discriminatoria para aquellos que,
finalmente, no contando con los medios económicos, no se beneficien con la imposición
de la vigilancia electrónica.

xix
3) La vigilancia electrónica personal en Chile

En la normativa penal de la República de Chile, se consagra la vigilancia electrónica


personal bajo el nombre de “monitoreo telemático”, siendo este introducido en su
legislación el 27 de junio de 2012, mediante la Ley N°20.603, la misma que modifica la
Ley N°18.216, publicada el 14 de abril de 1983, que incorpora al sistema de ejecución
de penas dos medidas alternativas: la reclusión nocturna y la libertad vigilada.

A efectos de entender de qué manera está regulado el monitoreo telemático en esta


legislación, procederemos a explicar, brevemente, su regulación y sus antecedentes
normativos.

El 27 de junio de 2012, se publicó la Ley N°20.603, la misma que modificó a la Ley


N°18.216 en el sentido de que sustituye el encabezado de esta última por el siguiente:
“Establece penas que indica como sustitutivas a las penas privativas o restrictivas de
libertad” y sustituye el artículo 1° por el que se muestra a continuación:

"Artículo 1°.- La ejecución de las penas privativas o restrictivas de


libertad podrá sustituirse por el tribunal que las imponga, por alguna de
las siguientes penas:

a) Remisión condicional.

b) Reclusión parcial.

c) Libertad vigilada.

d) Libertad vigilada intensiva.

e) Expulsión, en el caso señalado en el artículo 34.

f) Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.

No procederá la facultad establecida en el inciso precedente ni la del


artículo 33 de esta ley, tratándose de los autores de los delitos
consumados previstos en los artículos 141, incisos tercero, cuarto y
quinto; 142, 361, 362, 372 bis, 390, y 391, N° 1, del Código Penal, salvo
en los casos en que en la determinación de la pena se hubiere
considerado la circunstancia primera establecida en el artículo 11 del
mismo Código.

xx
En ningún caso podrá imponerse la pena establecida en la letra f) del
inciso primero a los condenados por crímenes o simples delitos
señalados por las leyes números 20.000, 19.366 y 18.403. No se aplicará
ninguna de las penas sustitutivas contempladas en esta ley a las
personas que hubieren sido condenadas con anterioridad por alguno de
dichos crímenes o simples delitos en virtud de sentencia ejecutoriada,
hayan cumplido o no efectivamente la condena, a menos que les hubiere
sido reconocida la circunstancia atenuante prevista por el artículo 22 de
la ley Nº 20.000.

Tampoco podrá el tribunal aplicar las penas señaladas en el inciso


primero a los autores del delito consumado previsto en el artículo 436,
inciso primero, del Código Penal, que hubiesen sido condenados
anteriormente por alguno de los delitos contemplados en los artículos
433, 436 y 440 del mismo Código.

Para los efectos de esta ley, no se considerarán las condenas por crimen
o simple delito cumplidas, respectivamente, diez o cinco años antes de la
comisión del nuevo ilícito."

Al respecto, Díaz Mirada comenta que es un notable avance la modificación introducida


a la ley N°18.216 por la ley N°20.603 pues se modificó su denominación, ya que ya no
se regula a las penas como medidas alternativas, sino como penas sustitutivas, dando
con ello la precisión de que se está frente a una sanción y no ante un
beneficio[ CITATION Día13 \l 10250 ].

En la misma línea, la normativa aumentó el catálogo de penas sustitutivas e incorporó,


entre otras modificaciones, en su título III, los artículos 23 bis y 23 octies, los mismos
que regulan el monitoreo telemático de penados. Ahora bien, antes de proseguir con el
desarrollo de los referidos artículos, es importante señalar que hacemos alusión al
artículo 1° de la Ley, pues este establece penas para las que se puede aplicar el
monitoreo telemático: la reclusión parcial y la libertad vigilada intensiva.

a) Sobre la reclusión parcial

En la referida Ley N°20.603, se define a la pena de reclusión parcial como el encierro


en el domicilio del condenado o en establecimientos especiales, durante cincuenta y seis

xxi
horas semanales9. La reclusión parcial podrá ser diurna, nocturna o de fin de semana,
conforme a los siguientes criterios: 1) La reclusión diurna consistirá en el encierro en el
domicilio del condenado, durante un lapso de ocho horas diarias y continuas, las que se
fijarán entre las ocho y las veintidós horas, 2) La reclusión nocturna consistirá en el
encierro en el domicilio del condenado o en establecimientos especiales entre las
veintidós horas de cada día hasta las seis horas del día siguiente y 3) La reclusión de fin
de semana consistirá en el encierro en el domicilio del condenado o en establecimientos
especiales, entre las veintidós horas del día viernes y las seis horas del día lunes
siguiente10.

Bajo esa óptica, el juez ordenará la ejecución de esta pena en el domicilio del penado,
estableciendo como mecanismo de control de la misma el sistema de monitoreo
telemático, salvo que la Gendarmería de Chile informe que no es posible
implementarlo, debido a ciertas complicaciones técnicas. En tal caso, entendido como
excepcional, se podrá decretar otros mecanismos de control similares, en la forma que
determine el tribunal.

La reclusión parcial podrá ordenarse cuando la pena privativa o restrictiva de libertad


que se impusiere no excediera los tres años; cuando el penado no hubiese sido
condenado anteriormente por crimen o simple delito, o lo hubiese sido a una pena
privativa o restrictiva de libertad que no excediere de dos años, o a más de una, siempre
que en total no superasen dicho límite. Ahora bien, es importante remarcar que no se
consideraran las condenas que se han cumplido diez o cinco años antes, respecto de la
comisión del nuevo delito; sin embargo, si dentro de los diez o cinco años anteriores a
la comisión del nuevo crimen o simple delito, le hubieren sido impuestas dos
reclusiones parciales, no será procedente la aplicación de esta pena sustitutiva11.

Asimismo, cuando existieren antecedentes laborales, educacionales o de otra naturaleza


similar que justificaren la pena, así como si los antecedentes personales del condenado,
su conducta anterior y posterior a la comisión del delito y la naturaleza, modalidades y
móviles determinantes del mismo permitieren presumir que la pena de reclusión parcial
lo disuadirá de cometer nuevos ilícitos12.

10
Artículo 7° de la Ley 20.60.3
11
Artículo 8° incisos a) y b) de la Ley 20.603
12
Ídem, inciso c).
xxii
En base a lo expuesto, cabe mencionar que la alusión al verbo “podrá”, en el caso de la
reclusión parcial, ilustra la facultad del juez de ordenar la vigilancia de esta pena
mediante el monitoreo telemático, lo que quiere decir que puede darse el caso en que no
se ordene este mecanismo de supervisión[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

b) Sobre la libertad vigilada intensiva

A efectos de definir lo que se entiende por libertad vigilada intensiva, es necesario


precisar lo que se entiende, en primer término, por libertad vigilada.

Así, según el artículo 14° de la referida Ley, se entiende por libertad vigilada al
sometimiento del penado a un régimen de libertad a prueba que tenderá a su reinserción
social a través de una intervención individualizada, bajo la vigilancia y orientación
permanentes de un delegado. Siendo, entonces, procedente cuando la pena privativa o
restrictiva de libertad que se impusiere fuere superior a dos años y no excediere de tres
o, cuando se tratase de alguno de los delitos contemplados en el artículo 4° de la Ley
N°20.000, que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, o
cuando se refiriese a los incisos segundo y tercero del artículo 196 del Decreto con
fuerza de ley N°1, de 2009, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, que
fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley de Tránsito, y la pena
privativa o restrictiva de libertad que se impusiere fuere superior a quinientos cuarenta
días y no excediere de tres años.

Sin perjuicio de lo antes expuesto, es menester señalar que, en los dos supuestos
anteriores, han de cumplirse con las condiciones establecidas, también, para el caso de
la reclusión parcial.

En alusión a la libertad vigilada intensiva, Morales Peillard señala que esta tiene como
modelo la experiencia estadounidense, pues, a partir de los años 80, este país se enfocó
en buscar sanciones intermedias, que intensificaran las medidas de supervisión del
penado[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

Tomando en cuenta lo anterior, la norma define a la libertad vigilada intensiva como la


sujeción del condenado al cumplimiento de un programa de actividades orientado a su
reinserción social en el ámbito personal, comunitario y laboral, a través de una
intervención individualizada y bajo la aplicación de ciertas condiciones especiales.

c) Procedencia
xxiii
La libertad vigilada intensiva solo puede ser aplicada en los supuestos contemplados en
la letra b) del artículo 15 bis de la Ley N°20.603, es decir, cuando se trate de delitos
cometidos en el contexto de violencia intrafamiliar, o en los que se atentare contra la
indemnidad sexual[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

En concreto, los delitos regulados en el Código Penal, respecto de los cuales procede el
control de la libertad vigilada a través del monitoreo telemático son los delitos
cometidos en contexto de violencia intrafamiliar: amenazas (artículos 296 y 297),
parricidio (artículo 390), homicidio simple y calificado (artículo 391), castración
(artículo 395), otras mutilaciones (artículo 396). lesiones graves y menos graves
(artículos 397, 398 y 399), delitos contra la indemnidad sexual, estupro (artículo 363),
abuso sexual agravado por la introducción de objetos (artículo 365 bis), abuso sexual
(artículo 366), abuso sexual respecto de persona menor de 14 años (artículo 366 bis y
366 quáter), participación en la producción de material pornográfico en que hayan sido
utilizados menores de 18 años (artículo 366 quinquies), facilitación o promoción de la
prostitución de menores de edad (artículo 367), facilitación o promoción de la entrada o
salida del país para el ejercicio de la prostitución (artículo 367 bis), obtención de
servicios sexuales de menor de 18 años y mayor de 14 años (artículo 367 ter), tráfico de
personas (artículo 411 bis)[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

Ahora bien, al ordenar la pena sustitutiva de libertad vigilada o de libertad vigilada


intensiva, el tribunal impondrá al condenado que resida en un lugar determinado, el que
podrá ser propuesto por el condenado, debiendo, en todo caso, corresponder a una
ciudad en que preste funciones un delegado de libertad vigilada o de libertad vigilada
intensiva. La residencia podrá ser cambiada en casos especiales calificados por el
tribunal y previo informe del delegado respectivo; además de lo anterior, el penado ha
de estar sujeto a la vigilancia y orientación permanentes de un delegado por el período
fijado, debiendo el condenado cumplir todas las normas de conducta y las instrucciones
que este le imparta respecto a educación, trabajo, morada, cuidado del núcleo familiar,
empleo del tiempo libre y cualquiera otra que sea pertinente para una eficaz
intervención individualizada. Aunado a lo anterior, el penado ha de ejercer una
profesión, oficio, empleo, arte, industria o comercio, bajo las modalidades que se
determinen en el plan de intervención individual.

xxiv
Sin perjuicio de lo antes expuesto, la legislación establece que se decreten una o más de
las siguientes condiciones para los condenados a esta pena: a) Prohibición de acudir a
determinados lugares; b) Prohibición de aproximarse a la víctima, o a sus familiares u
otras personas que determine el tribunal, o de comunicarse con ellos; c) Obligación de
mantenerse en el domicilio o lugar que determine el juez, durante un lapso máximo de
ocho horas diarias, las que deberán ser continuas, y d) Obligación de cumplir programas
formativos, laborales, culturales, de educación vial, sexual, de tratamiento de la
violencia u otros similares.

Estas particularidades de la libertad vigilada intensiva constituyen, sin duda, una de las
fórmulas con las cuales el legislador buscó imprimir el carácter "intensivo" de esta
libertad vigilada, de manera tal que se distinga de la libertad vigilada simple [ CITATION
Mor131 \l 10250 ].

En esa misma línea, la Ley indica que el Estado, a través de los organismos pertinentes,
promoverá y fortalecerá especialmente la formación educacional, la capacitación y la
colocación laboral de los condenados a la pena sustitutiva de libertad vigilada y a la de
libertad vigilada intensiva, con el fin de permitir e incentivar su inserción al trabajo,
además de que el delegado deberá facilitar el acceso del condenado a la red de
protección del Estado, particularmente, en las áreas de salud mental, educación, empleo
y de desarrollo comunitario y familiar, según se requiera13.

d) Sobre el monitoreo telemático

Entrando al análisis de la regulación, encontramos que el inciso primero del artículo 23


bis define el monitoreo telemático como "toda supervisión por medios tecnológicos de
las penas establecidas por esta ley” Señalándose que dicho control podrá utilizarse para
la supervisión de las penas de reclusión parcial y de libertad vigilada intensiva14.

De lo anterior se desprende que no se asocia la tecnología al control y ubicación a


distancia del penado. En tal sentido, la noción entregada por la ley supone, no solo la
tecnología de localización, sino también cualquier otor tipo de supervisión
tecnológica[ CITATION Mor131 \l 10250 ]

13
Artículo 18 de la Ley 20.603.
14
Inciso 2 del artículo 23 bis de la Ley 20.603.
xxv
Sin embargo, para efectos de su adecuado entendimiento, es importante tener en cuenta
lo dispuesto en la Ley N°20.603, con las regulaciones contenidas en el "Reglamento de
monitoreo telemático de condenados a penas sustitutivas a las penas privativas o
restrictivas de la libertad", aprobado mediante el Decreto Supremo N°515 del 3 de
agosto de 2012. Así, el artículo 3 de la mencionada norma hace la distinción entre
sistema de monitoreo y dispositivo o mecanismo de monitoreo telemático, a efectos de
ofrecer una definición más completa de la medida[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

Desde esa óptica, se entiende por dispositivo o monitoreo telemático al aparato que,
junto al sistema de monitoreo, permite localizar a una persona determinada y, por
sistema de monitoreo, a aquel que permite la localización del penado, dentro de las
zonas de cobertura permitidas en los sistemas de comunicación que se emplean.

e) Monitoreo telemático bilateral

El monitoreo telemático bilateral hace alusión a que la víctima lleve consigo un


dispositivo de control para su protección 15, en ese sentido, la medida debe acompañarse
con una prohibición de aproximarse a la víctima, sus familiares u otras personas que
determine el tribunal, puesto que el objetivo del monitoreo telemático bilateral es
proteger a la víctima o a sus familiares[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

Por otro lado, si se considera pertinente que la víctima porte un dispositivo de control
para su protección, el tribunal requerirá, en forma previa a su entrega, su
consentimiento. En cualquier caso, la ausencia de dicho consentimiento no obstará a
que el tribunal pueda imponer al condenado la medida de monitoreo telemático16.

f) Naturaleza jurídica

Como hemos señalado con anterioridad, la reforma a la Ley N°18.216, por la Ley
N°20.603 dio una nueva configuración a las alternativas bajo el rótulo de “penas
sustitutivas”, buscando dar cuenta de su contenido punitivo y de que se trata de
sanciones[ CITATION Mor19 \l 10250 ].

Teniendo claro ello, podemos concluir que, si bien es cierto las penas sustitutivas son,
en efecto, penas, el monitoreo telemático en Chile no recibe tal tratamiento, pues, del

15
Letra b) del artículo 17 ter de la Ley 20.603.
16
Inciso tercero del artículo 23 bis de la Ley 20.603
xxvi
análisis de la norma que regula su implementación, se desprende que se ordena para
vigilar al penado sujeto a reclusión parcial o libertad vigilada intensiva, en otras
palabras, es una medida complementaria que sirve para supervisar el cumplimiento de
una pena.

g) Información

Es importante destacar que la información obtenida en la aplicación del sistema de


monitoreo telemático solo podrá ser utilizada para controlar el cumplimiento de la pena
sustitutiva de que se trate. Sin perjuicio de lo anterior, podrá ser utilizada por un fiscal
del Ministerio Público que se encontrare conduciendo una investigación en la cual el
condenado sometido a monitoreo telemático apareciere como imputado.

En línea con lo indicado, el que, conociendo, en razón de su cargo, la información


relacionada al monitoreo telemático, la revelare indebidamente, será sancionado con la
pena prevista en el inciso primero del artículo 246 del Código Penal17.

h) Punición

El penado sujeto al sistema de control de monitoreo telemático que, dolosamente


arrancare, destruyere, hiciere desaparecer o, en general, inutilizare de cualquier forma el
dispositivo, responderá por el delito de daños, de conformidad con lo establecido en los
artículos 484° y siguientes del Código Penal, sin perjuicio de lo dispuesto en los
artículos 25 y 27 de la Ley18.

i) Costo

17
Artículo 23 quinquies de la Ley 20.603.
18
Artículo 23 sexies de la Ley 20.603
xxvii
El pago de la instalación, mantenimiento y utilización de los dispositivos de control
telemático serán siempre gratuitas para las personas afectas al sistema de monitoreo
telemático19.

j) Del incumplimiento y el quebrantamiento

Las penas sustitutivas, como la reclusión parcial y la libertad vigilada intensiva, para
estos efectos, se considerarán quebrantadas por el solo ministerio de la ley, dando lugar
a su revocación, si durante su cumplimiento el condenado hubiese cometido un nuevo
crimen o simple delito y fuere condenado por sentencia firme.

k) Reemplazo de la pena sustitutiva y las penas mixtas

- Del reemplazo de la pena sustitutiva

Una vez cumplida la mitad del período de observación de la pena sustitutiva respectiva,
y previo informe favorable de Gendarmería de Chile, el tribunal, de oficio o a petición
de parte, podrá reemplazar la pena a) en caso la pena sustitutiva que se encontrare
cumpliendo el condenado fuere la libertad vigilada intensiva, podrá sustituirla por la
libertad vigilada; b) En caso que la pena sustitutiva que se encontrase cumpliendo el
condenado fuese la libertad vigilada, podrá reemplazarla por la remisión condicional20.

Cabe señalar que, cuando a un penado se le hubiese sustituido la libertad vigilada


intensiva por la libertad vigilada, solo podrá reemplazarse esta última por la remisión
condicional si se contare con informe favorable de Gendarmería de Chile y el
condenado hubiere cumplido más de dos tercios de la pena originalmente impuesta.

- De las penas mixtas

La norma establece que el tribunal, sea a petición de parte o a iniciativa propia, podrá
ordenar la interrupción de la pena privativa de libertad y podrá reemplazarla por el
régimen de libertad vigilada intensiva, previo informe de la Gendarmería de Chile,
siempre y cuando la sanción que se le impone al penado fuere de cinco años y un día de
presidio o reclusión mayor en grado mínimo u otra pena inferior; siempre que al
momento de discutirse la interrupción de la pena privativa de libertad, el penado no
tuviera otra condena por crimen o simple delito; siempre que el penado hubiese

19
Artículo 23 septies de la Ley 20.603
20
Artículo 32 de la Ley 20.603.
xxviii
cumplido al menos un tercio de la pena privativa de libertad efectiva y siempre que el
condenado hubiese cumplido un comportamiento “muy bueno” o “bueno” en los tres
bimestres anteriores a su solicitud21.

A diferencia de otros supuestos de procedencia de la libertad vigilada, en estos casos los


infractores han de haber cumplido una parte de la pena privativa de libertad,
permiténdoseles, en la medida que cumplan con las condiciones antes expuestas, de
optar por un régimen como el de la libertad vigilada intensiva, sea con la supervisión
del monitoreo telemático o de un delegado[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

Cabe mencionar que en caso el tribunal dispusiere la interrupción de la pena privativa


de libertad, reemplazándola por el régimen de libertad vigilada intensiva, esta deberá
ser siempre controlada mediante monitoreo telemático y su aplicación será conforme al
plazo que dure la nueva pena.

De otra manera, los condenados que fueren beneficiados con la interrupción de la pena
privativa de libertad no podrán acceder al reemplazo de la pena sustitutiva.

l) Objeto

Según lo estipulado en el Decreto N°515, el monitoreo telemático tiene por objeto


supervisar, a través de medios tecnológicos, el cumplimiento de la obligación de un
condenado de permanecer en un determinado lugar, durante cierta cantidad de horas o
de no aproximarse a una persona o lugar determinado.

m) Duración

En la referida norma se menciona que el monitoreo telemático se aplicará por un plazo


igual al de la duración de la pena sustitutiva que se imponga. Al respecto, Morales
Peillard menciona que ello es excesivo por los siguientes motivos: 1) porque la
existencia de proporcionalidad es propia de la ejecución de una pena y no de una
medida de control, como es el caso del monitoreo telemático; 2) a propósito de la pena
mixta, la medida es más cuestionable, pues con la normativa aprobada, pudiere un
penado condenando a cinco años y un día de pena privativa de la libertad, al que se le
hubiere concedido la pena mixta, estar más de tres años sujeto al monitoreo telemático,
situación que resulta preocupante, pues como se ha observado en otras latitudes
(Inglaterra y Gales, Canadá, Holanda) no se aconseja que su aplicación sea por un

21
Artículo 23 bis A de la Ley 20.603.
xxix
periodo tan extenso, pues se pierde el efecto disuasivo de la medida; 3) no se establecen
criterios que definan la necesidad de control telemático, panorama que resulta,
igualmente, alarmante, ya que los sujetos que podrían acceder a una pena mixta son
aquellos que no son clasificados de alto riesgo, al contrario, son aquellos que tienen un
buena o muy buena conducta, de manera que podrían ser vigilados de otra
manera[ CITATION Mor131 \l 10250 ].

n) Vigencia

Cabe hacer presente que la Ley N°20.603 postergó su entrada en vigencia, considerando
una implementación gradual de la misma a contar de la fecha de la dictación de su
reglamento con fecha 27 de diciembre de 2013[CITATION Mor19 \l 10250 ].

o) Comentario

En base a todo lo expuesto, podemos concluir que el control telemático en la legislación


chilena no recibe el tratamiento de una pena, muy por el contrario, se usa como
instrumento de vigilancia de la misma, situación que a nuestro entender puede ser
preocupante, pues la regulación que rige para su eventual aplicación no protege del todo
al potencial usuario, ya que no se establecen criterios más claros de cuándo debe usarse
el control telemático de penados. Asimismo, consideramos que la normativa es bastante
restringida, ya que el límite de la pena impuesta para que proceda la aplicación del
monitoreo electrónico es de 5 años, procediendo su aplicación únicamente para un
grupo de delitos (según hemos indicado anteriormente). No obstante lo señalado,
resaltamos el correcto actuar del Estado al asumir el costo del monitoreo telemático,
ello sobre la base de que es un despropósito que sea el condenado quien asuma el pago
de la medida que se le impone para cumplir su pena, sobre todo porque resultaría
discriminatorio que, en razón de su posición socioeconómica, solo algunos puedan
beneficiarse de la vigilancia electrónica en medio libre.

En igual sentido, destacamos la incorporación del monitoreo telemático bilateral por ser
una de las medidas que busca proteger, justamente, a la parte más damnificada con la
comisión del injusto penal (sea la propia víctima o sus familiares), con la finalidad de
controlar que el agresor no vuelva a generarles un malestar (sea físico o psicológico).

xxx
4) Vigilancia electrónica personal en México

a) Antecedentes

Según Hernández Flores, para hablar de vigilancia electrónica personal en México,


tenemos que tener en consideración, primero, sus antecedentes normativos, en estricto,
el cambio de modelo de readaptación a reinserción social de los penados, siendo,
entonces que esta situación vela por la protección de la dignidad humana, ello sobre la
base de que se le da la posibilidad al sentenciado de llevar un proceso en libertad,
previo a la conclusión de su sentencia, auxiliándose para ello de la tecnología de los
dispositivos electrónicos[ CITATION Her16 \l 10250 ].

En México, esta medida aparece a partir de la década del 2000 y años subsecuentes,
siendo la motivación de su incorporación el animus de descongestionar las prisiones,
queriendo con ello mejorarse la gestión penitenciaria. Siendo ello así, procederemos a
describir la regulación de la localización electrónica a nivel federal y, posteriormente,
comentaremos, brevemente, de qué manera se regula en algunos estados de esta
federación[ CITATION Her16 \l 10250 ].

b) Naturaleza jurídica

La vigilancia electrónica, en el ordenamiento mexiquense, recibe el tratamiento de una


medida cautelar y de una alternativa en la ejecución penal[ CITATION Her16 \l
10250 ]. Nos explicamos, brevemente.

En México, se encuadra al Ministerio Público de la Federación como una de las


entidades más importantes para el desarrollo de la investigación y consigna ante los
tribunales, siendo ello así, entre sus atribuciones se encuentra la de solicitar, ante los
órganos jurisdiccionales, la restricción de las comunicaciones a los inculpados y
sentenciados por delincuencia organizada, salvo el acceso a su defensor, y la imposición
de medidas de vigilancia especial a los mismos 22. Ahora bien, aquella facultad que
ostentan los fiscales se ve reforzada con la implementación del Código Nacional de
Procedimientos Penales [en adelante, “CNPP”], el que en su artículo 155° establece que
el Ministerio Público puede solicitar una serie de medidas cautelares, estando entre ellas
la localización electrónica.

22
Artículo 4° de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República
xxxi
En ese sentido, en el nuevo modelo acusatorio mexicano, con el afán de velar por el
respeto al principio de presunción de inocencia, regulado en el artículo 20° apartado B
de la Constitución Federal y del artículo 13° del CNPP es que se regula la utilización de
la vigilancia electrónica como medida cautelar.

Por otro lado, el CNPP regula, también, medidas de protección, las que protegen a las
víctimas u ofendidos del delito durante el desarrollo del proceso, manteniendo, en ese
sentido, la distancia respecto del autor del delito. Veamos.

En el artículo 137° del CNPP, se enumeran las formas de proteger a los sujetos pasivos
del delito. Así, se ordena la restricción del sujeto activo del delito de acercarse al sujeto
pasivo o de invadir su privacidad. Se señala, también, que se mantengan condiciones de
vigilancia con el sujeto activo y/o pasivo y la posibilidad de modificación de las
medidas

Cabe resaltar lo que menciona Hernández Flores, en el sentido de que no existe


limitante para ordenar la utilización de la vigilancia electrónica en los sujetos activos o
pasivos del delito, pues puede ordenarse que se instale un dispositivo electrónico a la
víctima u ofendido, con la finalidad de que se lleve un mejor monitoreo por parte de los
cuerpos policiales. Conforme al artículo 139° del CNPP, esas medidas durarán 60 días,
permitiéndose su extensión por 30 días más[ CITATION Her16 \l 10250 ].

Ahora bien, es en el inciso XII del artículo 155° del CNPP donde se localiza la
regulación principal de la utilización de la vigilancia electrónica, señalándose que, a
solicitud del Ministerio Público, de la víctima u ofendido, el juez podrá ordenar al
imputado la medida cautelar de colocación de localización electrónica.

En línea con lo antes mencionado, Hernández Flores considera que se pueden emplear
las nuevas tecnologías, en la modalidad de vigilancia electrónica, para la suspensión
condicional del proceso, lo que significa que el juez de control, antes de que se decrete
el auto de apertura del juicio oral, podrá conceder la suspensión condicional,
proponiendo, desde ese punto de vista, una serie de medidas a llevarse a cabo, que
acarreen el sobreseimiento del proceso y la conclusión de la acción penal[ CITATION
Her16 \l 10250 ].

xxxii
En relación a la vigilancia electrónica es muy importante mencionar el contenido del
artículo 153° fracción X del Código Militar de Procedimientos Penales, que contempla
la posibilidad de que se ordene como medida cautelar la colocación de localizadores
electrónicos, cuando a solicitud del Ministerio Público, de la víctima u ofendido, el juez
de control lo ordene[ CITATION Her16 \l 10250 ].

De otra manera, la Ley Federal para la Protección a Personas que intervienen en el


Procedimiento Penal, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 8 de junio de
2012 destaca la importancia de proteger a sujetos que podrían verse afectados durante el
proceso penal, ofreciéndoseles, por tanto, una serie de medidas para asegurar su
protección. Así, en el artículo 15° de la presente Ley se observa quienes son los sujetos
destinatarios: víctimas, ofendidos, testigos, testigos colaboradores, peritos, policías,
Ministerio Público, funcionarios judiciales, además de los familiares de las personas
cercanas a los mencionados[ CITATION Her16 \l 10250 ].

Teniendo en cuenta aquella finalidad, el artículo 18° de la mencionada norma establece


algunos tipos de medidas a implementarse, comprendiendo a la vigilancia electrónica,
la que es solicita por el Ministerio Público “(…) c) La utilización de procedimientos
mecánicos o tecnológicos que permitan la participación de la persona a distancia y en
forma remota (…)”.

En el Código Penal Federal, el artículo 24° del Código Penal Federal se establecen las
penas y las medidas de seguridad, contemplándose a la vigilancia electrónica en lo
referente a “y las demás que fijen las leyes”. Al respecto, vale acotar, como ya se
mencionó anteriormente que, la implementación de los dispositivos electrónicos no
constituye una pena, sino una medida adicional, siendo, en ese sentido, una pena
accesoria, secundaria o una auxiliar adjunta de medidas preventivas en la ejecución
penal[ CITATION Her16 \l 10250 ].

c) Aplicación

Según Hernández Flores, la Ley que establece las normas mínimas de readaptación de
sentenciados regula que los internos en los penales pueden sujetarse al monitoreo
electrónico, en su calidad de condenados, pues el hecho de que se encuentren reclusos
en un penal de alta seguridad no es óbice para que se puedan fugar, siendo el artículo 6°
de la Ley de Normas Mínimas la que establecería la interrupción de las

xxxiii
comunicaciones y cualesquiera medidas especiales de seguridad, que sean
necesarias[ CITATION Her16 \l 10250 ].

En tal sentido, el autor señala que la vigilancia electrónica procede, también, para el
caso de los condenados, cuando ellos representen un peligro para la seguridad o riesgo
para la formalización y conclusión del procedimiento.

La Ley Nacional de Ejecución Penal, de fecha 16 de junio de 2016, expone, en su


articulado, que el objetivo de esta nueva legislación consiste en que la ejecución penal
no se limite al tema de la pena y medidas de seguridad, sino que, durante el
procedimiento, se preste atención a la manera en la que se aplican las medidas
cautelares, en este caso la prisión preventiva, precisando que, podría aplicarse, de
manera simultánea, el monitoreo de dispositivos electrónicos[ CITATION Her16 \l
10250 ].

Para el caso de las personas que hayan cometido delitos de delincuencia organizada, el
artículo 37 fracción II establece que, como medida de seguridad al interior de los
centros penitenciarios, podría considerarse el monitoreo electrónico.

Otro de los aspectos que contempla esta nueva Ley de Ejecución Penal es lo referente a
los denominados beneficios penitenciarios, que son susceptibles de aplicarse con la
operación de monitoreo electrónico. Veamos.

Según el artículo 136° de esta Ley, el Juez de Ejecución “podrá conceder a la persona
sentenciada el beneficio de libertad condicionada bajo la modalidad de supervisión
con o sin monitoreo electrónico”.

En la misma línea, el artículo 137° establece los requisitos para la obtención de la


libertad condicionada, estableciendo que la Autoridad Penitenciaria tendrá bajo su
responsabilidad la adquisición, mantenimiento y seguimiento de los sistemas de
monitoreo electrónico y solo cuando las condiciones económicas y familiares del
beneficiario lo permitan, este cubrirá el costo del dispositivo.

Por otro lado, Hernández Flores señala que la localización electrónica cumple un rol
fundamental en los delitos en materia de secuestro, sea como pena o como medida,
puesto que procede su aplicación hasta por los cinco años posteriores a la liberación del
penado, situación que evidencia que el poder punitivo del Estado interviene de manera
ex post al cumplimiento de la pena, según lo estipulado en el artículo 12° de la Ley

xxxiv
General para prevenir y sancionar los delitos en materia de secuestro[ CITATION
Her16 \l 10250 ].

Rodríguez-Magariños es de la idea de que nos encontramos frente a un tipo de medida


de seguridad que se determina en función al grado de peligrosidad del sujeto activo del
delito, siendo que puede funcionar como una medida post penal, cuando se impone en
adición a una pena o, como una medida post delictual, cuando el cumplimiento de la
media sea posterior al de la pena[ CITATION Her16 \l 10250 ].

Sin perjuicio de lo señalado, somos de la idea de que esta norma es criticable, pues el
poder punitivo del Estado vulnera derechos y libertades de las personas que han
cumplido ya su pena, siendo, por ende, reprochable que se prive de su libertad a ex
sentenciados[ CITATION Her16 \l 10250 ].

Habiendo descrito la regulación de la localización electrónica a nivel federal,


procederemos a comentar, escuetamente, cómo es que se regula en algunos estados de
México.

Al respecto, Barros Leal invoca como antecedentes ejemplificativos del monitoreo


electrónico en el sistema penal mexicano a las normas generales siguientes:

“l.-Reglamento para el programa de monitoreo electrónico a distancia


sobre reos del Estado de Chihuahua, del 27 de agosto del 2003;

2.- Reglamento para el otorgamiento del beneficio de reclusión


domiciliaria mediante Programa de Monitoreo Electrónico a Distancia
para el Distrito Federal, del 14 de agosto del 2006;

3.- Reglamento para el otorgamiento del beneficio de libertad


condicionada al sistema de localización y rastreo para el Estado de
México del 28 de mayo del 2008(…)”[ CITATION Agu18 \l 10250 ].

d) A nivel estatal

- Chihuahua

Conforme a lo anterior, en el Estado de Chihuahua, se implementó la Vigilancia


Electrónica a partir del año 2003, con el objetivo de mejorar los sistemas de vigilancia
de los sentenciados que hayan obtenido el beneficio de la libertad preparatoria o
condena condicional, pudiendo ser beneficiados los internos que hayan cumplido el 25

xxxv
% de su condena y que hayan sido recomendados por el Centro de Reinserción Social
CTI. Precisándose que los delitos por lo que hayan sido sentenciados sean de orden
común, además de contar con un domicilio fijo con energía eléctrica, cobertura
telefónica fija y de celular, además de manifestar su voluntad por escrito. El costo del
dispositivo electrónico es asumido por el penado y, en el caso de detenido preventivos,
es asumido por el Estado[ CITATION Agu18 \l 10250 ].

Asimismo, según el artículo 34° del Decreto N°691/06, que regula la Ley de Ejecución
de Penas y de Medidas Judiciales, el sistema de monitoreo electrónico es una medida
cautelar, que ha de ser solicitada por Ministerio Público, quien deberá basar su pedido
en un Dictamen Técnico que elaborará la Fiscalía.

Desde ese punto de vista, en este estado se regula la localización electrónica como una
medida que asegura el cumplimiento del beneficio de libertad preparatoria o condena
condiciona; además, se le regula como una medida cautelar, que debe ser solicitada por
el fiscal.

- Distrito Federal

Por otro lado, en el Distrito Federal, se regula la reclusión domiciliaria, mediante el


programa de monitoreo electrónico a distancia, pudiéndose establecer a través de un
MODEM y un grillete electrónico, modalidad que se adicionó en la Ley de Ejecución
de Sanciones Penales del D.F el 9 de junio de 2006. En ese sentido, se trata de un medio
que sirve para ejecutar la sanción penal en tanto el sentenciado alcance el beneficio de
tratamiento preliberacional, siendo entonces la respuesta a la necesidad de disminuir un
tanto la sobrepoblación que aqueja a los centros penitenciarios del D.F[ CITATION
Por15 \l 10250 ].

En línea con lo anterior, el 14 de agosto de 2006, se publica en la Gaceta Oficial del


D.F el reglamento para la regulación de la reclusión domiciliaria mediante el programa
de monitoreo electrónico. Así, en el artículo 39° Ter del reglamento se establecen una
serie de requisitos para que se ordene, consecuentemente, el beneficio de reclusión
domiciliaria con monitoreo electrónico, como que su pena no sea menor a siete ni
superior a diez años , que se haya reparado el daño causado a la víctima, que se haya
prestado consentimiento por escrito, y que se cubra el costo del uso del dispositivo
electrónico.

xxxvi
Vale tener en cuenta que en dicho programa se cumplen tres etapas: La readaptación
Familiar (con duración de uno a quince días), la de Cumplimiento Laboral
(incorporación al empleo manifestado en su solicitud al beneficio), y la de Vigilancia
(el beneficiado demuestra su estabilidad laboral para elaborar su cronograma de
entradas y salidas).

Objetivo

El objetivo del sistema penitenciario de la República mexicana sobre el cumplimiento


carcelario es que la libertad televigilancia garantice la readaptación del condenado a su
medio familiar y laboral, y se destacan los supuestos en los que, si se permite la salida
del domicilio, principalmente por razones de trabajo, recuperación de la salud y citas de
la administración penitenciaria mexicana23.

- Estado de México

i) Sobre la reclusión domiciliaria

En el estado de México se aprobaron determinadas reformas al Código Penal, la Ley


Orgánica del Poder Judicial, y la Ejecución de Penas Privativas y Restrictivas de la
Libertad, con la finalidad de disminuir la sobrepoblación de los Centros Estatales de
Prevención y Readaptación Social, por lo que se estableció el beneficio de reclusión
domiciliaria mediante el programa de monitoreo electrónico a distancia, como un medio
para ejecutar la sanción penal, hasta en tanto se alcance algún beneficio de prelibertad,
remisión parcial de la pena o libertad condicional.

En tal sentido, las disposiciones generales para otorgar el beneficio de reclusión


domiciliaria mediante la utilización de mecanismos electrónicos están normadas en el
Reglamento para el Otorgamiento del Beneficio de Reclusión Domiciliaria, a través del
programa de monitoreo electrónico a distancia por medio de un brazalete electrónico
para la ciudad de México, señalándose, según lo estipulado en su artículo 5° que
quienes podrán beneficiarse de la reclusión domiciliaria son las personas que hayan sido
sentenciadas al cumplimiento de una pena corporal, debidamente ejecutoriada, por
delitos de orden común, salvo los contemplados en el artículo 42° de la Ley de
Ejecución de Sanciones Penales para el Distrito Federal.

23
Numeral X del artículo 39 Ter del Reglamento.
xxxvii
Cabe resaltar que, entre las obligaciones establecidas al beneficiario con reclusión
domiciliario, se establece que el cuidado del dispositivo electrónico se asegure con un
monto como caución o fianza en caso de destrucción, total o parcial, y pérdida tanto del
dispositivo electrónico de monitoreo como el componente base.

Finalmente, quienes pretendiesen acceder como beneficiarios de dicha ley deberán


cumplir con requisitos como ostentar sentencias mayores de siete años y menores de 10
años, contar con aval afianzador, etc.

ii) Sobre el beneficio de libertad condicionada

En el Estado de México, se promulgó, el 28 de mayo de 2008, el Reglamento para el


otorgamiento del beneficio de libertad condicionada al sistema de localización y rastreo
para el Estado de México.

De las condiciones más destacables de la norma, se encuentra la asunción del costo del
dispositivo electrónico por el beneficiado 24, que cuente con línea telefónica
convencional fija en el domicilio en que se realizará el monitoreo, además de contar
con línea de celular25. El pedido se realiza de oficio o por parte del interno 26, teniendo
este último que contar con un aval que garantice el cumplimiento de sus obligaciones27.

Al igual, que en D.F se establece 3 etapas en el programa: Readaptación familiar,


cumplimiento laboral y vigilancia28.

Exclusiones:

La norma establece que no podrá beneficiarse de la libertad condicional al sistema de


localización y rastreo la persona que haya sido sentenciada por los delitos de secuestro,
homicidio doloso con modificativas que lo califiquen o lo agraven, violación y robo que
se califique como grave29.

e) Comentario
24
Inciso I del artículo 10°. Reglamento publicado en la Sección Cuarta de la Gaceta del
Gobierno del Estado de México, el miércoles 28 de mayo de 2008.
25
Inciso II del artículo 10. Ídem.
26
Artículo 12°. ídem
27
Artículo 28°. Ídem
28
Artículo 23°. Ídem
29
Artículo 11°. Ídem
xxxviii
En los Estados Unidos Mexicanos, la localización electrónica se regula conforme a la
ley del estado en el que se encuentre el penado; no obstante ello, consideramos
fundamental comentar que la localización electrónica se regula, principalmente, como
medida cautelar y medida de seguridad, buscando de esta manera proteger a la víctima
u ofendido con el delito. Asimismo, a nivel federal la implementación y manutención
del mecanismo lo asume el estado, situación que varía cuando entramos a analizar la
legislación de los tres citados estados (Chihuahua, D.F y Estado de México). Asimismo,
nos parece particularmente positivo que tanto la normativa del D.F como la del Estado
de México hayan dividido el programa de monitoreo telemático en 3 etapas: de
readaptación familiar, de cumplimiento laboral y de vigilancia, puesto que es una
manera de incentivar con mayor ahínco la resocialización del penado. Por último,
somos de la consideración de que la legislación mexiquense es poco clara en determina
cuándo se debe de aplicar la localización electrónica, pues no se precisa acabadamente
para qué tipos de delitos procede, generando ello confusión en su aplicación.

5) La Vigilancia electrónica en Argentina

a) Antecedentes

Antes de empezar con el desarrollo de la regulación del dispositivo de control en


Argentina (siendo esta la denominación que recibe esta medida en la tierra que vio
nacer a Jorge Luis Borges) es importante aclarar que, al ser una República Federal,
integrada por un Estado Nacional y 24 jurisdicciones (constituidas estas últimas por 23
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), y no pudiendo, por cuestiones de
espacio desarrollar la legislación de todas las jurisdicciones, procederemos a describir la
normativa del Estado Nacional y la de la provincia de Buenos Aires, por ser estas las
legislaciones más resaltantes.

b) Estado Nacional

Conforme a lo establecido en La Ley de Ejecución de la Pena Privativa de Libertad,


Ley N°24.660 del 8 de julio de 1996, modificada por la Ley N°27375 del 28 de julio de
2017, procede el acompañamiento o la colocación de un dispositivo electrónico cuando

xxxix
se trate de la concesión de salidas transitorias, de semilibertad, de libertad condicional,
del arresto domiciliario y de la libertad asistida. Nos explicamos, brevemente.

- Respecto a la salida transitoria

La salida transitoria es una medida que forma parte del periodo de prueba que se le
impone a un penado30, pudiendo establecerse en función a un periodo de tiempo 31, por
un motivo32 o por el nivel de confianza33 depositado en el sujeto, siendo siempre
supervisada por un profesional del servicio social34.

En ese sentido, la salida transitoria constituye el primer paso en el tránsito de preparar


al interno para su reinserción a la sociedad, cuidando de que esta sea gradual, de manera
tal que se logren los objetivos de la pena[ CITATION Fig18 \l 10250 ].

Siendo ello así, para que se conceda la salita transitoria o se incorpore al régimen de
semilibertad se requiere que el sujeto esté comprendido en alguno de los siguientes
tiempos mínimos de ejecución: a) cuando se trate de penas superiores a 10 años, tener
un año desde el ingreso al periodo de prueba, b) cuando se trate de penas mayores a 5
años, tener 6 meses desde el ingreso al periodo de prueba, c) cuando se trate de penas
menores a 5 años, tomar en cuenta el lapso de tiempo desde el ingreso hasta el periodo
de prueba.

Asimismo, el penado no debe tener causa abierta donde interese su detención o tener
otra condena pendiente, total o parcialmente 35. Además, ha de tener una conducta
ejemplar o el grado máximo susceptible de ser alcanzado, según el tiempo de
internación, tomándose en consideración un año a partir de la petición de la medida 36.
De igual manera, para la concesión de las salidas transitorias o la incorporación al
régimen de semilibertad deberá merituarse la conducta y el concepto durante todo el
período de condena, debiendo ser la conducta y el concepto del interno, durante al
menos las dos terceras partes de la condena, cumplidos al momento de peticionar la

30
Artículo 15° literal b) de la Ley N°24.660.
31
Artículo 16° numeral I). Ídem
32
Ídem. Numeral II)
33
Ídem. Numeral III)
34
Ídem
35
Numeral II) del artículo 17°. Ídem
36
Numeral III). Ídem.
xl
obtención de los beneficios. Adicionalmente, el penado no ha de encontrarse
involucrado en los supuestos del artículo 56 bis de la Ley37.

Ahora bien, según lo señalado en el artículo 19° de la Ley será el juez competente o el
juez de ejecución quien decida la imposición de la salida transitoria y el régimen de
semilibertad, pudiendo, al implementar sus concesiones, exigir el acompañamiento de
un empleado o la colocación de un dispositivo electrónico de control.

- Respecto a la semi libertad

Según lo estipulado en el ya mencionado artículo 19° de la norma a comentar, la


semilibertad, aplicable para las personas que no se encuentren comprendidas en las
excepciones del artículo 56 bis, permite que el condenado trabaje fuera del centro
penitenciario, sin supervisión continua, en condiciones similares a las de la vida libre,
incluyendo salario y seguro social, pero teniendo que regresar al alojamiento asignado
al final de cada jornada38.

- Respecto de la libertad condicional

37
Es decir, no ha de haber sido sentenciado por el delito de homicidio agravado
(artículo 80° del Código Penal) ni delitos contra la integridad sexual (artículos 119°,
120°, 124°, 125°, 125 bis, 126°, 127°, 128° primer y segundo párrafos y 130° del
Código Penal) ni por la privación ilegal de la libertad coactiva (causándose
intencionalmente la muerte de la persona ofendida, según lo estipulado en el artículo
142 bis, anteúltimo párrafo del Código Penal, ni tortura seguida de muerte (artículo 144
ter, inciso 2 del Código Penal) ni delitos previstos en los artículos 165° y 166° inciso 2
del Código Penal ni secuestro extorsivo (si se causare la muerte de la persona ofendida,
conforme a los supuestos previstos en el artículo 170°, antepenúltimo y anteúltimo
párrafos del Código Penal) ni por los delitos previstos en los artículo 145 bis y ter del
Código Penal ni por casos en que sea aplicable el artículo 41 quinquies del Código
Penal. Tampoco por financiamiento de terrorismo (artículo 306° del Código Penal) ni
por los delitos previstos en los artículos 5°, 6° y 7° de la Ley 23.737 ni por los delitos
contenidos en los artículos 865°, 866° y 867°.

38
Artículo 23° Ídem.
xli
La libertad condicional constituye el último estadío del periodo de progresividad del
régimen penitenciario39. Así, este beneficio permite que el condenado recupere su
libertad antes del vencimiento de la pena, en la medida que cumpla con ciertas
condiciones (Artículo 13° del Código Penal)[ CITATION Fig18 \l 10250 ].

Tomando en consideración lo expuesto, el legislador, al implementar la concesión de la


libertad condicional, exigirá la utilización de un dispositivo electrónico de control40.

- Respecto a la prisión domiciliaria

La prisión domiciliaria es un beneficio penitenciario que se otorga, en el cumplimiento


de la pena impuesta al interno enfermo, cuando la privación de su libertad, en el centro
penitenciario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no

correspondiere su alojamiento en un centro hospitalario 41; también, se le concede al


interno que padezca una enfermedad incurable o en periodo terminal 42, al interno
discapacitado, cuando la privación de su libertad en el establecimiento carcelario sea
inadecuada por su condición, implicándole un trato indigno, inhumano o cruel43.
Igualmente, se concede el arresto domiciliario al interno mayor de setenta años 44, a la
mujer embarazada45 y a la madre de un niño menor de cinco años o de una persona con
discapacidad a su cargo46. Considerándose que, al implementar la concesión de este
beneficio, se exigirá un dispositivo electrónico de control47.

- Respecto a la libertad asistida

La libertad asistida permitirá al condenado, siempre que su condenada no se encuentre


incluida en el ya mencionado artículo 56 bis y sin la accesoria del artículo 52° del
Código Penal, el egreso anticipado y su reintegro al medio libre tres (3) meses antes del

39
Artículo 12° literal d). Ídem.
40
Artículo 28. Ídem.
41
Artículo 32 literal a). Ídem.
42
Ídem. Literal b)
43
Ídem. Literal c)
44
Ídem. Literal d)
45
Ídem. Literal e)
46
Ídem. Literal f)
47
Artículo 33°. Ídem.
xlii
agotamiento de la pena temporal48. El juez de ejecución o juez competente deberá
denegar la incorporación del condenado a este régimen si se encontrare comprendido en
las excepciones del artículo 56 bis49. Aunado a lo anterior, el juez de ejecución o juez
competente deberá denegar la incorporación del condenado a este régimen cuando
considere que el egreso puede constituir un grave riesgo para el condenado, la víctima o
la sociedad50. Considerándose que, al implementarse la concesión de la libertad asistida,
se exigirá un dispositivo electrónico de control51.

c) Naturaleza jurídica

Como bien podemos apreciar, la legislación regula al dispositivo de control como una
herramienta que permite supervisar el correcto devenir del beneficio que se imponga
(sea la salida transitoria, la semilibertad, la libertad condicional, la prisión domiciliaria
o la libertad asistida), en otras palabras, la tecnología cumple una función de vigilancia
de la medida impuesta y no el de una pena o de una medida cautelar, pues siempre es
accesoria al beneficio que se determine.

d) Buenos Aires

Buenos Aires ha sido el primer lugar en Latinoamérica en implementar el monitoreo


electrónico para la vigilancia de penados. Así, el sistema de monitoreo electrónico en la
provincia de Buenos Aires empezó a funcionar en diciembre de 1997.[CITATION
DiT \l 10250 ].

No obstante lo anterior, la medida se implementó sin contar con un respaldo legal


correspondiente, siendo recién en 1998 que los jueces apoyados en los artículos 159° y
163° de la Ley N°11922, Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires (en
adelante, “CPPBA”) comenzaron a usar con más confianza y de manera más
significativa el monitoreo electrónico.

e) Procedencia

48
Artículo 54°. Ídem.
49
Ídem.
50
Ídem.
51
Ídem.
xliii
Ahora bien, el 10 de febrero de 2009 se publicó la Ley N°13943, la misma que
modificó los artículos 159° y 163° del CPPBA en el siguiente sentido:

Con la modificación al artículo 159° se permitió imponer medidas alternativas a la


prisión preventiva cuando el imputado fuese mayor de setenta (70) años; cuando
padeciere de una enfermedad incurable en período terminal; o cuando se tratare de un
mujer en estado de gravidez o con hijos menores de cinco (5) años, siempre que el
peligro de fuga o entorpecimiento probatorio pudieran ser razonablemente evitados por
una medida menos gravosa o por alguna técnica o sistema electrónico o computarizado
que permitiese controlar que no se excedan los límites impuestos a la libertad de
locomoción.

En línea con lo indicado, con el artículo 163° del mencionado cuerpo de leyes se
estableció la posibilidad de que el juez de garantías pudiese imponer, de oficio, fuera de
los supuestos enumerados en el artículo 159°, la atenuación de la medida de coerción,
ordenando para ello 1) prisión domiciliaria con el control o vigilancia que se indique, 2)
encarcelamiento con salida laboral y/o salida periódica para afianzar vínculos familiares
y 3) el ingreso a una institución educativa o terapéutica, sea pública o privada, siempre
que, de un análisis de los hechos, de las condiciones personales del imputado y de otras
circunstancias se presumiera que el peligro de fuga o entorpecimiento probatorio es
factible de evitarse por aplicación de una medida menos gravosa para el imputado.

- Sobre el programa de asistencia de personas bajo vigilancia electrónica

El 26 de junio de 2015, mediante la Resolución N°1587/08, se resolvió instrumentar el


mecanismo de vigilancia electrónica de arrestos domiciliarios, creándose el programa
de asistencia de personas bajo vigilancia electrónica. En tal sentido, el programa
supervisaría el desenvolvimiento del mecanismo de vigilancia electrónica respecto de
personas para los que la autoridad judicial impusiere arresto domiciliario, teniendo
como objetivos a los siguientes: a) la realización de acciones que contribuyan a mitigar
el impacto negativo de la privación de la libertad y que promuevan una mayor
integración de la persona en la sociedad, b) la realización de informes técnicos de
viabilidad para la implementación del mecanismo de vigilancia electrónica, c) la
coordinación con la autoridad judicial competente a los fines de la implementación y
desenvolvimiento del mecanismo, d) la articulación con los involucrados en las distintas
etapas procesales, con la finalidad de alcanzar el correcto funcionamiento del

xliv
mecanismo de vigilancia electrónica, e) la realización de la supervisión integral del
mecanismo de vigilancia electrónica, f) la elaboración de datos estadísticos sobre el
funcionamiento y efectividad de la medida.

Asimismo, se aprobó, mediante la mencionada resolución, el Protocolo de Actuación


para la Implementación del Mecanismo de Vigilancia Electrónica de Arresto
Domiciliario. Así, en una primera etapa de implementación, el referido mecanismo se
destinaría a personas adultas condenadas o procesadas por la justicia penal nacional o
federal, que se encuentren privadas de libertad y en condiciones de acceder al arresto
domiciliario, siempre y cuando tengan un domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y los siguientes partidos de la provincia de Buenos Aires: Avellaneda, General
San Martín, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Morón, San Isidro, Tres de Febrero
y Vicente López.

En línea con lo indicado, el 23 de marzo de 2016, se ordenó la Resolución N°86/2016,


mediante la que se extendió el ámbito de delimitación poblacional y geográfica del
Programa, de modo tal que alcance, también, a las personas privadas de libertad en
condiciones de acceder al arresto domiciliario, que tengan domicilio dentro de la
República Argentina, conforme a las condiciones de los requerimientos judiciales y las
posibilidades materiales de cada jurisdicción. A su vez, se instauró un protocolo de
actuación para la implementación del mecanismo de vigilancia electrónica del arresto
domiciliario.

- Sobre la asignación prioritaria de la vigilancia electrónica

Aunado a lo antes comentado, el 13 de septiembre de 2016 se expidió la Resolución


N°808-E/2016, mediante la que se aprobó el Protocolo para la asignación prioritaria del
dispositivo electrónico de control, en el marco de la implementación del Programa de
Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica. Dicho Protocolo tendría por
finalidad fijar un orden preferencial y no excluyente de asignación de dispositivos que
asegurasen la incorporación al Programa de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia
Electrónica de colectivos de personas que se encuentren en condiciones de
vulnerabilidad. Siendo el orden de prioridad en cuanto a la atención de las solicitudes
para formar parte del Programa el siguiente: 1) mujeres embarazadas, 2) madres de
niños menores de cinco años o de una persona con discapacidad que tengan a su cargo,
3) madres de niños entre cinco y diez años, siempre que la autoridad judicial

xlv
competente considere razonable otorgar el arresto domiciliario como excepción a lo
previsto normativamente, d) interno que padezca de una enfermedad incurable en
periodo terminal, e) penado enfermo, cuando la privación de la libertad en el
establecimiento penitenciario impida su recuperación o un tratamiento adecuado y no le
corresponda internarse en un centro hospitalario, f) interno discapacitado, cuando la
privación de libertad en el establecimiento carcelario es inadecuada, pues implica un
trato indigno, inhumano o cruel, g) cuando el interno sea mayor de setenta años, h)
cuando el interno sea considerado por el organismo técnico-criminológico como de baja
peligrosidad y/o se encuentre transitando el último tercio de su condena-cuando otro
beneficio le hubiere sido denegado-, siempre que la autoridad judicial competente
considere razonable otorgar el arresto domiciliario como excepción a lo previsto
normativamente. Asimismo, i) cuando el interno/a pertenezca al colectivo LGBT y j)
otros casos considerados por los jueces intervinientes.

- Sobre la violencia doméstica, la prisión domiciliaria y la vigilancia


electrónica

Mediante la Resolución N°1283 del 27 de noviembre de 2019, se aprueba el Protocolo


de Actuación de la Dirección de Asistencia a Personas bajo Vigilancia Electrónica ante
Casos de Violencia Doméstica en el Ámbito Doméstico, debido a que en las
intervenciones de los equipos psicosociales, que acompañan a las personas que cumplen
prisión domiciliaria con monitoreo electrónico, se ha apreciado que al menos un 25% de
las mujeres sujetas a esta medida ha manifestado ser víctima de violencia de género en
el ámbito doméstico y ha requerido intervención en situaciones, tanto de urgencia como
de emergencia. Es así que, se tornó necesario establecer este protocolo, en aras de
mejorar la atención y acceso a la justicia de los casos de violencia de género en el
ámbito doméstico que atraviesan las mujeres y personas del colectivo LGTB+ que
cumplen detención domiciliaria bajo vigilancia electrónica[CITATION Mic \l 10250 ]

Cabe resaltar que el presente protocolo será de aplicación para los equipos técnicos
psicosociales y los equipos que monitorean los dispositivos electrónicos de la Dirección
de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica, ante casos de Violencia de
Género en el Ámbito Doméstico[ CITATION Mic \l 10250 ], de manera tal que tomen las
medidas necesarias ante situaciones que representan una emergencia, como ante

xlvi
situaciones que no y, con ello, se brinde la protección jurídica adecuada a las mujeres y
a las personas del colectivo LGTB+.

f) Costo

La Provincia de Buenos Aires solventa totalmente el costo de instalación y


mantenimiento del beneficio[ CITATION Ara14 \l 10250 ]

g) Comentario

La regulación de la vigilancia electrónica en Argentina llama nuestra atención, primero,


porque establece un programa de asistencia para personas a las que la autoridad judicial
hubiese ordenado arresto domiciliario con vigilancia electrónica, estableciendo, a su
vez, un orden de preferencia para aquellas personas que se encontrasen en situaciones
de vulnerabilidad. Lo antes expuesto, a nuestro entender, es digno de imitar, pues en
este país, en función a las características y condiciones del sujeto, es que se establece la
medida que contribuya, no solo a la resocialización, sino también a la protección del
beneficiado.

Asimismo, consideramos que otra arista importante a comentar es la implementación


del Protocolo de Actuación de la Dirección de Asistencia a Personas bajo Vigilancia
Electrónica ante Casos de Violencia Doméstica en el Ámbito Doméstico, ya que, lo que
se busca es brindar protección al sector de la población que es más propenso de sufrir
violencia de género: las mujeres y los integrantes de la comunidad LGBT+, que
cumplen su condena en arresto domiciliario.

Lo antes expuesto resaltan el avance de la política criminal en la legislación argentina,


en el extremo de que brinda protección a personas que, cumpliendo su condena, se
encontrasen en condiciones de vulnerabilidad.

6) La vigilancia electrónica en Panamá

a) Antecedentes

Debido a la situación de hacinamiento que aquejaba a las cárceles panameñas es que,


mediante la Resolución N°65-2005, se implementó el Plan Piloto para la aplicación del
Sistema de Localización Telemático, a través de un Brazalete de Monitoreo Electrónico
(en adelante, “el Sistema”), con una duración de tres (3) meses, en el Primer, Segundo y
Tercer Circuito Judicial de Panamá. Posteriormente, el 31 de mayor de 2006, mediante
xlvii
Resolución N°27, el Plan Piloto se amplió, por un plazo de cinco (5) meses, a partir del
1 de septiembre de 2006, estableciéndose que el Sistema garantizaría el cumplimiento
de las medidas cautelares aplicadas por los agentes de instrucción, permitiendo, de esta
manera, al sindicado permanecer en su ámbito social, familiar y laboral, situación que
favorecería la indemnización de las víctimas del delito, con plena garantía de los
derechos humanos.

Asimismo, la referida Resolución N°27 determinaba aplicar el mencionado sistema a


aquellos sindicados beneficiados con medidas cautelares, consistentes en la obligación
de mantenerse recluidos en su propia casa, habitación o establecimiento de salud, según
sea el caso y cuando se conceda permiso laboral y escolar complementados en los
artículos 2127, ordinal d) y 2136 del Código Judicial.

b) Procedencia

Por último, la Resolución señalaba cuáles son los criterios para la aplicación de medidas
cautelares con la utilización del brazalete electrónico, siendo entonces que se aplique a
los siguientes sujetos:

1) el sindicado primario, que quisiera participar voluntariamente en el programa y fuese


consciente de las obligaciones que ello implicaba; 2) el enfermo cuyo estado de salud
no pudiese ser atendido bajo indicaciones médicas en el centro penitenciario; 3) la
mujer embarazada y madre con niños dentro de los primeros seis (6) meses de edad, con
excepción de aquella que representare peligrosidad contra el niño o lactante; 4) el
privado de libertad, al que se le ordenase casa por cárcel y que no fuese potencialmente
peligroso; 5) el sindicado por delito susceptible de fianza por excarcelación, notificando
a la víctima de la decisión que se adoptare; 6) el sindicado que contare con permiso
laboral y 7) el sindicado que contare con permiso escolar.

Luego de ello, se expidió la Resolución N°9 de 26 de febrero de 2008, la que amplió el


Plan Piloto (12) meses, en el Primero, Segundo y Tercer Circuito Judicial de la
Provincia de Panamá, con la finalidad de que se evalúe su implementación a nivel
nacional.

xlviii
En línea con lo antes expuesto, mediante la Ley N°63 del 28 de agosto de 2008, se
incorporó, al Código Procesal Penal, el artículo 224°, el que estableció en su inciso 9 la
colocación de localizadores electrónicos como un tipo de medida cautelar personal. De
igual manera, en el mencionado cuerpo de leyes, se estableció que, en los delitos de
violencia doméstica, delitos contra la libertad sexual, maltrato a personas menores de
edad, lesiones personales y trata de personas, así como en los delitos donde se pueda
ver afectada la seguridad personal de la víctima, el Fiscal, el Juez de Garantías, el Juez
Municipal o el Tribunal de Juicio podrían ordenar que el presunto agresor utilice el
brazalete electrónico con receptor en la víctima, durante el desarrollo del proceso,
conminándolo a que no se acerque a la víctima a menos de doscientos metros. Desde
esa óptica, cada vez que se incumplía esa orden, ordenarían la detención provisional del
imputado, hasta por un lapso de treinta días. Tomando en cuenta que la víctima sería
siempre informada del riesgo que implicaba para su vida el acercarse a menos de
doscientos metros del presunto agresor, todo ello según lo establecido en el artículo 333
inciso 2 de la referida Ley.

Adicionalmente, mediante la Resolución N°3 de 7 de enero de 2009, se decidió ampliar


el referido Plan Piloto, para garantizar el cumplimiento de las medidas cautelares,
distintas a la prisión preventiva, hasta el 31 de diciembre. Aunado a ello, mediante la
Resolución N°46 de 29 de diciembre de 2009 se determinó implementar de manera
permanente el Programa de Sistema de Localización Telemática a través del uso del
Brazalete Electrónico de Monitoreo, de manera tal que se garanticzara el cumplimiento
de las medidas cautelares.

Mientras tanto, el Ministerio Público de Panamá, encargado de la emisión de las


mencionadas Resoluciones, solicitó la asistencia de UNODC ROPAN 52 en el proceso de
ampliación de la utilización de brazaletes electrónicos en el país, con la finalidad de que
se le proporcione los recursos necesarios para la adquisición de nuevos brazaletes. Ello
incluyó u pedido especial a efectos de que se implemente un programa de protección a

52
Oficina Regional para Centroamérica y el Caribe en Panamá (UNODC
ROPAN)
xlix
las víctimas (en especial las víctimas de violencia doméstica) como posibles
beneficiarias del brazalete de monitoreo electrónico[ CITATION UNO13 \l 10250 ]

Luego de ello, mediante la Ley N°82 del 24 de octubre de 2013, la misma que adopta
medidas de prevención contra la violencia en las mujeres y reforma el Código Penal
para tipificar el femicidio y sancionar los hechos de violencia contra la mujer, se
modifica el artículo 333° del Código Procesal Penal en el siguiente extremo:

“Artículo 50. El numeral 2 del artículo 333 del Código Procesal Penal
queda así:

Artículo 333. Medidas especiales de protección a la víctima de


violencia doméstica y otros delitos.

(…)

2. Ordenar que el presunto agresor por violencia doméstica


utilice cualquier instrumento de seguridad con receptor en la
víctima, mientras dure el proceso, conminándolo a que no se
acerque esta menos de doscientos metros. En el caso de que se
incumpla esta orden, se ordenará la detención del presunto
agresor mientras dure el proceso. Ante la imposición de esta
medida, la víctima será siempre informada del riesgo que implica
para su vida el acercarse a menos de doscientos metros del
presunto agresor (…)”.

Del citado artículo se desprende que el legislador ha establecido las condiciones en las
que la Autoridad puede utilizar un brazalete electrónico, ya que establece medidas
especiales de protección a la víctima de violencia doméstica, por las cuales puede
ordenar que el presunto agresor utilice cualquier instrumento de seguridad con receptor
en la víctima, mientras dure el proceso, ordenando a que no se acerque a ella a menos
de doscientos metros. En la misma línea, dispone que con la sola denuncia de un hecho
de violencia contra una mujer o de varias que pueda constituir delito, la autoridad
competente pueda dictar las medidas de protección según el caso[CITATION Com16 \l
10250 ].

c) Naturaleza jurídica

l
Como bien hemos indicado, la vigilancia electrónica en Panamá tiene la naturaleza
jurídica de una medida cautelar personal, ello según lo estipulado en el artículo 224
inciso 9 del Código Procesal Penal. Asimismo, tiene la calidad de una medida especial
de protección, en los casos de violencia doméstica, según lo establecido en el artículo
333 inciso 2 del mismo cuerpo de leyes.

d) Finalidad
El sistema de vigilancia electrónica es una alternativa de desprisionalización, cuyas
ventajas principales para la Administración de Justicia y el Sistema Penitenciario se
verán reflejadas en el descongestionamiento de los centros carcelarios y en la
disminución de los costos de atención en la población interna, en otras palabras, lo que
se busca con la implementación de esta tecnología es deshacinar los centros
penitenciarios y economizar los costos de manutención penitenciaria.

Opinión Técnica Consultiva No. 002/2013, dirigida al Ministerio Público y al


Ministerio de Gobierno de Panamá

La Opinión Técnica Consultiva No. 002/2012 fue emitida por la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (siendo sus siglas en inglés “UNODC”)
con el afán de responder la solicitud oficial del Gobierno de Panamá, a través del
Ministerio Público y el Ministro de Gobierno, a efectos de brindar apoyo en la
extensión del uso del brazalete electrónico en el país y determinar si este tipo de
vigilancia electrónica también sería aconsejable para los países en vías de desarrollo,
como Panamá[ CITATION UNO13 \l 10250 ].

Desde esa perspectiva, UNODC ROPAN señaló que tanto los Estados Miembros y, en
especial, el Gobierno de Panamá debían dar prioridad a los detenidos en prisión
preventiva para la utilización de los brazaletes de monitoreo electrónico [ CITATION
UNO13 \l 10250 ].

Siendo ello así, UNODC ROPAN estableció criterios que habrían de seguirse para
establecer el uso del brazalete electrónico, entre ellos destacan los siguientes:

h) Implementar un plan piloto

li
i) Establecer la competencia de cada autoridad estatal que intervenga en el programa.
j) Definir los objetivos que se buscan lograr con la aplicación del monitoreo electrónico.

Al respecto, UNODC ROPAN señala que el monitoreo electrónico puede ser empleado
en los siguientes casos: (1) por razones humanitarias, (2) para reforzar el arresto
domiciliario, (3) para disminuir el hacinamiento carcelario, (4) para proporcionar un
tratamiento especial a las personas privadas de su libertad con necesidades especiales,
(5) para supervisar el cumplimiento de permisos de trabajo y de estudio, y (6) para
proteger a las víctimas o testigos. Dependiendo del caso, el Gobierno será capaz de
lanzar sus políticas institucionales en el tema, la definición de las competencias, los
criterios y las tecnologías a utilizar.

k) Establecer criterios para la selección de la población objetivo que participará en el


programa. Así, han de fijarse criterios subjetivos y objetivos para la selección de los
posibles participantes en el programa.
En el caso de los brazaletes electrónicos, UNODC ROPAN sostiene que dichos criterios
han de estar alineados con el rol que esta medida alternativa busca cumplir en el sistema
nacional de justicia penal. Adicionalmente, señala que, para los casos en que se
pretenda utilizar los brazaletes electrónicos como un medio para proteger a las víctimas
y testigos, se deben desarrollar protocolos con la finalidad de dar preferencia a las
víctimas más vulnerables[ CITATION UNO13 \l 10250 ].

Asimismo, señaló que Los Estados Miembros debían priorizar el uso de los brazaletes
electrónicos para las siguientes poblaciones:

1. Los detenidos (procesados y condenados) que sufren de una enfermedad grave


que no pueda ser tratada adecuadamente en los centros penitenciarios, los
ancianos (de acuerdo con las legislaciones nacionales), las personas que
padezcan discapacidades graves (en caso de que sus condiciones de salud sean
totalmente incompatibles con la vida en la cárcel), y las mujeres embarazadas o
madres de niños menores de un año de edad.
2. Basándose en el principio de intervención mínima y de presunción de inocencia,
los Estados deben priorizar el uso del brazalete electrónico como medida
alternativa para la prisión preventiva tomando en cuenta la gravedad del delito.

lii
3. Para los reclusos condenados, se debe dar prioridad a los que han cometido
delitos menores (de acuerdo con la legislación nacional). En estos casos, los
brazaletes electrónicos deben utilizarse para reforzar el arresto domiciliario (a
través de la tecnología RF), permisos de trabajo y de estudio (tecnología GPS) o
incluso en el período de pre-libertad[ CITATION UNO13 \l 10250 ].

Opinión Técnica Consultiva No. 009/2013, dirigida a las Defensas Públicas y


Sistemas Penitenciarios de los países participantes en el “II Encuentro de Defensas
Públicas y I Encuentro de Sistemas Penitenciarios de Iberoamérica” y al
Ministerio Público de la República de Panamá

La Opinión Técnica Consultiva ofrece ciertos criterios en lo referente a la aplicación de


la tecnología del brazalete electrónico como medida de protección para los casos de
violencia doméstica, cuando la mujer sea víctima, además de ofrecer ciertas directrices
en el uso de la mencionada tecnología, para los casos en que la mujer sea quien ostente
la calidad de procesada o condenada.

a) Víctimas

Así, UNODC ROPAN consideró que la aplicación de los brazaletes de monitoreo


electrónico como medida de protección para los casos de violencia doméstica debía
tener en cuenta inicialmente la necesidad de contar con una tecnología GPS, ya que esta
última permitía que se le de a la víctima un dispositivo similar a un celular para que
pueda recibir información continua sobre la posición del usuario del brazalete (el
supuesto agresor). La falta de cobertura por la red telefónica en áreas rurales también
debería ser tomada en consideración por los gobiernos antes de implementar un plan
piloto de brazalete electrónicos de monitoreo.

Es importante resaltar que antes de seleccionar la tecnología para el programa de


brazaletes electrónicos de monitoreo, el país debía contar con un protocolo de actuación
para la protección de las víctimas de violencia doméstica.

En ese sentido, UNODC ROPAN consideró que, antes de implementar un plan piloto
para la utilización de los brazaletes electrónicos de monitoreo como medida de
protección en los casos de violencia doméstica, los Estados habían de llevar a cabo una
serie de condiciones, entre las que se encuentran las siguientes: el verificar la relación
costo-beneficio a largo plazo para garantizar la inversión inicial necesaria para la

liii
construcción de una central de monitoreo que cuente con el software y hardware
adecuados; aprobar una reglamentación que establezca el uso del brazalete electrónico
de monitoreo como una medida cautelar de carácter personal y señalar la autoridad
estatal responsable para implementar el programa de brazaletes electrónicos; coordinar
una ruta crítica interna y externa para la protección de las víctimas de violencia
doméstica, donde el brazalete electrónico de monitoreo esté contemplado como una de
las alternativas de protección; indicar que la ruta interna deberá contar con una etapa de
investigación interdisciplinaria, que evalúe los riesgos sufridos por las víctimas y
recomiende la aplicación del brazalete electrónico conforme a las necesidades de cada
caso y, por último, señalar que la ruta externa deberá contemplar el trabajo
interinstitucional necesario para implementar esta tecnología.

b) Victimarias

Además, esta Oficina Regional se posicionó de forma favorable para que los brazaletes
electrónicos de monitoreo sean dirigidos, prioritariamente en los siguientes casos:

Por un propósito humanitario, los brazaletes de monitoreo electrónico debían utilizarse


para los detenidos (procesados y condenados) que sufriesen de una enfermedad grave
que no pueda ser tratada adecuadamente en los centros penitenciarios (por ejemplo, el
cáncer y las últimas etapas del SIDA), las personas adultas mayores (de acuerdo con las
legislaciones nacionales), las personas que padecieren de discapacidades graves (en
caso de que sus condiciones de salud sean totalmente incompatibles con la vida en la
cárcel), y las mujeres embarazadas o madres de niños menores de un año de edad.

Ahora bien, dentro del universo de mujeres privadas de libertad, es igualmente posible
establecer criterios que prioricen a determinados grupos de mujeres, en especial: (1) las
mujeres madres y embarazadas; (2) las mujeres encarceladas por delitos menores; y (3)
las mujeres mayores, con enfermedades graves o discapacidades que imposibiliten la
vida en la cárcel.

Dentro de cada uno de los subgrupos anteriormente mencionados, UNODC ROPAN


resaltó que las mujeres debían tener acceso prioritario a las medidas alternativas al
encarcelamiento, incluyendo el uso del brazalete, las mujeres privadas de libertad que
cumplían prisión preventiva.

Adicionalmente, UNODC ROPAN expuso que las mujeres con bebés o hijos/as
pequeños y embarazadas debían ser consideradas de forma prioritaria para participar en
liv
el programa de brazalete electrónico de monitoreo como forma alternativa a la cárcel.
Prefiriéndose, según el caso, imponer sentencias no privativas de la libertad a las
embarazadas y las mujeres que tengan niños a cargo, considerándose imponer
sentencias privativas de la libertad si el delito es grave o violento o si la mujer
representa un peligro permanente, pero teniendo presente el interés superior del niño o
los niños y asegurando, al mismo tiempo, que se adopten disposiciones apropiadas para
el cuidado de esos niños.

También, sostuvo que las mujeres privadas de libertad que cumpliesen pena por delitos
menores debían poder beneficiarse de este programa.

En línea con lo antes expuesto, señaló que, en función de un animus humanitario, se


debía incluir, de forma prioritaria, en el programa de brazaletes electrónicos a las
mujeres privadas de libertad adultas mayores, a las que sufren una enfermedad grave
que no pueda ser tratada adecuadamente en los centros penitenciarios (por ejemplo, el
cáncer y las últimas etapas del SIDA) o las que padecieren discapacidades graves (en
caso de que sus condiciones de salud sean totalmente incompatibles con la vida en la
cárcel).

Por último, preciso que es importante que las mujeres privadas de libertad extranjeras,
en especial aquellas que se encuentren dentro de las poblaciones prioritarias, tengan la
oportunidad solicitar su participación en el programa de brazaletes
electrónicos[CITATION UNO131 \l 10250 ]

Comentario
Somos de la opinión de que una de las aristas más destacables en base a lo expuesto son
las Opiniones Consultivas emitidas por UNODC ROPAN como respuesta a los
cuestionamientos que ha realizado el Estado de Panamá, en lo referente a la aplicación
de los brazaletes electrónicos, ello sobre la base de que han contribuido a que se
establezcan directrices que permitan a los Estados Miembros diseñar sus respectivas
legislaciones, en aras de brindar un mejor tratamiento jurídico a los penados.

7) La vigilancia electrónica personal en el Perú

a) Antecedentes

El 19 de enero de 2010, se publicó en el Diario Oficial El Peruano la Ley N°29499,


Ley que reguló por primera vez la vigilancia electrónica personal y que incorporó el
lv
artículo 29-A al Código Penal, modificando el artículo 52° del Código Penal, el Decreto
Legislativo N°635 y los artículos 135° y 143° del Código Procesal Penal, así como el
Decreto Legislativo N°638, los artículos 50°, 52°, 55° y 56° del Código de Ejecución
Penal y el Decreto Legislativo N°654. Al respecto, es importante comentar que todas
estas disposiciones legales constituyen antecedentes del Decreto Legislativo N°1322, el
que regula en la actualidad la vigilancia electrónica personal y que fue publicado el 6 de
enero de 2017 en el Diario Oficial El Peruano.

Ahora bien, ante la necesidad de establecer flujos de procedimientos para una adecuada
implementación y aplicación de la vigilancia electrónica personal, los representantes del
sistema de administración de justicia elaboraron protocolos específicos de actuación
interinstitucional, mediante el Decreto Supremo 008-2016-JUS de 21 de julio de 2016 y
protocolos de ejecución, mediante la Resolución Ministerial N°163-2016-JUS de 11 de
julio de 2016[ CITATION Mil191 \l 10250 ].

En ese sentido, se elaboraron 8 protocolos de actuación interinstitucional para la


aplicación de la vigilancia electrónica personal en diferentes estadios procesales y
penitenciarios, siendo estos los siguientes: a) en la audiencia de prisión preventiva; b)
en la audiencia de cesación de la prisión preventiva; c) por conversión de pena en el
juicio oral o audiencia de lectura de sentencia; d) por conversión de pena en la
terminación anticipada; e) por conversión de pena a través de la conclusión anticipada
del juicio oral; f) por conversión de pena en vía de ejecución; g) por beneficio
penitenciario; h) para la revocación del mecanismo[ CITATION Mil191 \l 10250 ].

No obstante lo antes mencionado, se advierte que desde la publicación de la Ley


N°29499 en el 2010 hasta la colocación del primer dispositivo electrónico el 21 de julio
de 2017 transcurrieron 7 largos años [ CITATION Mil191 \l 10250 ]. Dado ese
contexto es que se estableció una implementación progresiva que vaya por fases,
iniciándose con un plan piloto, según lo estipulado en las Disposiciones
Complementarias del Decreto Legislativo N°1322, en el que se indicó que “el
calendario oficial inicia con un plan piloto en un distrito judicial ubicado en el
Departamento de Lima o en la Provincia Constitucional del Callao, que reúna las
condiciones técnicas de viabilidad para su adecuada implementación (…)”.

Asimismo, la fecha de inicio del Plan Piloto estuvo determinada por lo señalado en el
reglamento del mencionado Decreto Legislativo, de esa manera, en el artículo 4° del

lvi
Decreto Supremo N°004-2017-JUS se establece que “la entrada en vigencia de la
implementación del Plan Piloto se encuentra condicionada a la conclusión del proceso
de implementación de todos los mecanismos logísticos y tecnológicos para la eficaz
aplicación de la vigilancia electrónica personal (…)”.

Desde esa óptica, una vez concluida la implementación, se dio inició al plan piloto el 21
de julio de 2017, con la colocación del primer dispositivo electrónico a una interna del
establecimiento penitenciario de Chorrillos Comunes, quien había sido privada de su
libertad por la comisión del delito de estafa y a quien se le dictó una pena privativa de
libertad de 6 años[ CITATION Mil191 \l 10250 ].

No obstante lo anterior, a diciembre de 2018 solo 15 personas están siendo


monitoreadas bajo la utilización de este dispositivo electrónico, ello debido a diversos
problemas asociados con el plan piloto: la reticencia de los jueces para conceder este
tipo de medida, la insolvencia económica de los potenciales beneficiarios, el retardo
para señalar la fecha de audiencia y la obtención de las copias certificadas de las
sentencias y los antecedentes judiciales[ CITATION Mil191 \l 10250 ]. Con la finalidad
de revertir esta problemática, el 15 de mayo de 2018 se publicó en el Diario Oficial El
Peruano el Decreto Supremo N°006-2018-JUS, mediante el que se aprueba el
Calendario Oficial para la Implementación Progresiva de la Vigilancia Electrónica
Personal en los distritos judiciales de Lima Sur, Lima Norte, Lima Este, Callao y
Ventanilla.

b) Finalidad

La finalidad de la vigilancia electrónica personal, según lo dispuesto en el Decreto


Legislativo N°1322 es contribuir con la disminución de los niveles de hacinamiento en
los establecimientos penitenciarios, además de disminuir los costos de las medidas
penales como el internamiento y efectivizar las medidas cautelares o los beneficios
penitenciarios que se dicten, buscándose con ello reducir la reincidencia de aquellos que
son monitoreados53.

c) Definición y modalidades

Según el Decreto Legislativo N°1322, la vigilancia electrónica personal es un


mecanismo de control que tiene por finalidad monitorear el tránsito tanto de procesados

53
Artículo 2° del Decreto Legislativo N°1322
lvii
como de condenados, dentro de un radio de acción y desplazamiento, teniendo como
punto de referencia el domicilio o lugar que señalen estos54.

Asimismo, en el artículo 6° del reglamento del mencionado Decreto Legislativo,


Decreto Supremo N°004-2017-JUS del 9 de marzo de 20017, se observa 2 modalidades
de vigilancia electrónica: a) dentro del domicilio y b) con tránsito restringido. Veamos

l) Vigilancia electrónica dentro del perímetro del domicilio.

Se establece que el beneficiario no podrá salir del perímetro de su domicilio o lugar


señalado, donde cumplirá la medida, pudiendo restringir ciertas áreas del mismo, para
lo cual se le colocará previamente un dispositivo electrónico consistente en un
brazalete, una tobillera o el que fuere aplicable, en el cuerpo del procesado o
condenado.

m) Vigilancia electrónica personal con tránsito restringido

Esta modalidad le permite al beneficiario desplazarse por rutas, sujetas a ciertos


parámetros, tiempos y horarios que determine el Juez sobre la base del informe de
verificación técnica emitido por el INPE. Adicionalmente, le concede al beneficiario la
posibilidad de desplazarse a establecimientos de salud, centro de estudios, centros
laborales u otros lugares que han sido previamente programados y autorizados por el
juez.

Tras una lectura de la norma reglamentaria, se puede observar un vacío en la misma, ya


que no se menciona la posibilidad de que una persona que se rige bajo la modalidad del
perímetro de domicilio pueda acceder eventualmente al tránsito restringido, sea por un
motivo laboral o educativo[ CITATION Mil191 \l 10250 ].

d) Naturaleza jurídica

Según lo dispuesto en el Artículo 1° de la Ley N°29499 se define a la vigilancia


electrónica personal de la siguiente manera:

“Artículo 1.- La vigilancia electrónica personal: la vigilancia


electrónica personal es un mecanismo de control que tiene por
finalidad monitorear el tránsito tanto de procesados como
54
Artículo 3°. Ídem.
lviii
condenados, dentro de un radio de acción y desplazamiento,
teniendo como punto de referencia el domicilio o lugar que señalen
estos.

Para el caso de procesados, la vigilancia electrónica personal es una


alternativa de restricción del mandato de comparecencia que será
dispuesta por el juez de oficio o a petición de parte, a fin de
garantizar la permanencia de los mismos en el proceso.

Para el caso de condenados, la vigilancia electrónica personal es un


tipo de pena, aplicable por conversión luego de impuesta una
sentencia de pena privativa de la libertad, que será dispuesta por el
juez a fin de garantizar el cumplimiento de la pena y la
resocialización del condenado.

Para el caso de condenados que obtengan los beneficios


penitenciarios de semilibertad o liberación condicional, la
vigilancia electrónica personal es un mecanismo de monitoreo que
será impuesta por el juez, a solicitud de parte, a fin de garantizar el
cumplimiento de la pena y la resocialización del condenado (…)” [El
énfasis es agregado].

Asimismo, en el artículo 29-A del Código Penal se señala que la vigilancia electrónica
personal es una pena y la forma en la que esta se ha de cumplir.

De lo antes expuesto, se desprende que la vigilancia electrónica se regula como una


alternativa de las reglas de conducta que se imponen al mandato de comparecencia,
como una pena por conversión y como un mecanismo de monitoreo para los
condenados que obtengan los beneficios penitenciarios de semilibertad o libertad
condicional.

Al respecto, somos de la opinión de que la vigilancia electrónica personal, según lo


señalado en el artículo 1° de la referida Ley, es una pena que depende de la
determinación de una pena privativa de libertad, ello sobre la base de que es una pena
que se aplica por conversión. Asimismo, en base a lo mencionado en el artículo 29-A
del Código Penal, tiene la calidad de ser una pena autónoma, pues su aplicación no
depende de la existencia de otra pena.

lix
Adicionalmente, la vigilancia electrónica personal constituye un mecanismo de
fiscalización del cumplimiento de los beneficios de semilibertad y libertad condicional,
siendo entonces que el juez puede disponerla como regla de conducta.

En relación con lo anterior, Giuliana Loza cuestiona si en el caso de condenados que


obtengan semilibertad o libertad condicional la vigilancia electrónica personal
constituye una regla de conducta. Si fuera así, cree que se debió incorporar como tal en
el artículo 58° del Código Penal, de lo contrario ¿Qué sería?, pues la ley solo dice que
es un mecanismo de monitoreo o mecanismo de control de la pena (según las
modificaciones a los artículos 50° y 55° del Código de Ejecución Penal), no
atribuyéndole otra condición. No obstante, indica que su incumplimiento causa el
mismo efecto que el de las reglas de conductas, es decir, la revocatoria, sea de la
semilibertad o de la libertad condicional (conforme a las modificaciones de los artículos
52° y 56° del Código de Ejecución Penal)[ CITATION Loz10 \l 10250 ].

Lo mencionado por Giuliana Loza nos hace preguntarnos si es que, en efecto, en vez de
ser únicamente un mecanismo de control para los beneficios penitenciarios como la
semilibertad y la libertad condicional, la vigilancia electrónica personal es, también, un
beneficio penitenciario, ello sobre la base de que el incumplimiento de sus reglas de
conducta tiene como correlato el mismo efecto que el de las reglas de conducta que
regulan los beneficios penitenciarios de semilibertad y libertad condicional: la
revocación. Pareciera que la respuesta es evidente.

Con la finalidad de esclarecer las dudas, procedemos a citar lo referente a la naturaleza


jurídica de la vigilancia electrónica personal, según lo establecido en el Acuerdo
Plenario N°02-2009/CJ-116 del 19 de septiembre de 2019:

“(…)3.°Según el artículo 1 del Decreto Legislativo N°1322, la vigilancia


electrónica personal-[en adelante, “la Ley”]-se concibe 1. Como una
pena, aplicable por conversión, según lo estipulado en el ya
mencionado artículo 29-A° del Código Penal, según la Ley N°29499 es
un tipo de pena aplicable por conversión. Según el artículo 8.1 del
reglamento de la Ley es un sustitutivo penal o subrogado penal, en
tanto instrumento de despenalización y de flexibilización del rigor de
las decisiones punitivas del Estado [PRADO SALDARRIAGA,
VÍCTOR: Medidas Alternativas a la pena privativa de libertad y el

lx
anteproyecto de 2008/2009. En: Gaceta Penal & Procesal Penal, Tomo
XII, Lima, 2010, p. 49]. 2. Como una restricción para la medida de
comparecencia-alternativa a la prisión preventiva-(artículo N°288,
apartado 5 del Código Procesal Penal, según el Decreto Legislativo
N°1229). 3. Como un beneficio penitenciario o propiamente como un
mecanismo de monitoreo que se acompaña a los beneficios
penitenciarios de semilibertad o libertad condicional (artículo 53 del
Código de Ejecución Penal, según el Decreto Legislativo N°1296)
(…)”

“(…)

4.°La vigilancia electrónica personal tiene una naturaleza múltiple, para


facilitar las opciones en libertad del sistema penal. Es una medida que
restringe la libertad deambulatoria y, como tal, puede concebirse
mayormente como una medida restrictiva de la libertad-salvo si se trata
de una radicación en un lugar determinado sin opciones de salida, que
se convertirá en una pena privativa de libertad atenuada o en una
restricción del arresto domiciliario, solo apta para evitar el desarraigo
del penado o imputado y, además, su fuga-.

5.°Vista como una pena, la vigilancia electrónica personal tiene


ventajas en materia de prevención general e incluso especial. No es
desocializadora ni produce contagio carcelario, y a aplicarse de modo
continuo el condenado recibe cortas pero intensas descargas punitivas
que no le perturban sus relaciones con su familia y la
sociedad[ conforme: MORILLAS CUEVAS-BARQUÍN SANZ: La
aplicación de las alternativas a la pena de prisión en España, Servicio
de Publicaciones Defensor del Pueblo-Universidad de Granada,
Madrid, 2013, p.401]. Luego no solo se trata de disminuir el
hacinamiento carcelario ni de reducir la reincidencia, como alude el
artículo 2 de la Ley-tal es el objetivo principal e inmediato de la
reforma: deshacinamiento de los centros penitenciarios [USCAMAYTA
CARRASCO,WILFREDO: La vigilancia electrónica personal: su
aplicación y consecuencias. En Revista Lex, Universidad San Antonio

lxi
Abad del Cusco, número 17, año XIV, 2016-I. p.183], sino que también
apunta a otros fines. Incluso, conforme a los artículos 13 del Decreto
Supremo 004-2017-JUS, de 9 de marzo de 2017, y 8-A.3 del Decreto
Supremo 006-2018-JUS, de 9 de marzo de 2017, de 15 de mayo de 2018-
en adelante, el Reglamento-, la perspectiva preventivo especial se
refuerza, tratándose de esta pena convertida, al ofrecer al penado la
participación en las actividades y/o programas que promuevan una
adecuada reinserción social. Por tanto, amén de propiciar el
descongestionamiento carcelario, el Estado persigue una mejora
sustancial en los niveles de vida, sobre todo en el proceso de
socialización del sujeto infractor de la norma penal, como se precisa e
la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley de la Materia.

6.° La Ley (artículo 3.1) define la vigilancia electrónica personal como


“[…] un mecanismo de control que tiene por finalidad monitorear el
tránsito tanto de procesados como de condenados, dentro de un radio de
acción y desplazamiento, teniendo como punto de referencia el domicilio
o lugar que señalen estos”. Por tanto, se trata de una medida (pena
convertida-sustitutivo penal o subrogado penal-o restricción específica
de la comparecencia, según el caso) que se articula como un control
continuado mediante medios tecnológicos que permita
simultáneamente al penado o imputado una limitada libertad de
desplazamiento espacial. Señala, al respecto, el artículo 9, segundo
parágrafo, literal f) de la citada Ley, que el radio de acción y
desplazamiento del dispositivo electrónico tiene “[…] como punto de
referencia el domicilio o lugar señalado por el penado o imputado”; y
de ser el caso, para su desplazamiento “[…] debe establecer las rutas,
parámetros de desplazamiento, periodo de tiempo y horarios. Siempre
que contribuya a la reinserción o disminuya el peligro procesal”. Los
radios de acción y desplazamiento pueden ser dos: (i) dentro del
perímetro del domicilio-luego, en este caso, funciona como una medida
de control para el cumplimiento efectivo del arresto domiciliario-; y, (ii)
como tránsito restringido, entre otros que defina el juez, a
establecimientos de salud, centros de estudios, centros laborales y otros

lxii
lugares que han sido previamente programados y judicialmente
autorizados (artículo 6 del Reglamento).

7.° La vigilancia electrónica personal se aplica, como pena, al


momento de dictarse sentencia o con posterioridad a la imposición de
una pena firme-que propiamente, mediante un incidente de ejecución-,
y como medida de coerción personal tanto (i) inmediata-de inicio-(ii)
cuanta mediata, es decir, ya impuesta-específicamente, de prisión
preventiva, vía cesación de la misma-. No necesariamente se impone en
la sentencia condenatoria al fijarse la pena o directamente como una
comparecencia restrictiva, salvo que en autos consten cumplidos los
presupuestos y medios de prueba documentales que lo permitan y
hubieran sido materia de debate-que el juez, planteadas por las partes,
siempre debe promover. Así se desprende de lo estatuido en el artículo
8.1 del Reglamento para el caso de la pena y en el artículo 7.2 del
Reglamento.

Por tanto, de un lado, se suscita un incidente secuencial una vez


culminen los alegatos finales o un incidente de ejecución penal luego de
expedida la sentencia firme; y, de otro lado, un incidente de revocatoria
o cesación de la prisión preventiva por la de vigilancia electrónica
personal o un planteamiento alternativo y directo al momento de
definirse la medida de coerción personal”.

“(…) 2. VIGILANCIA ELECTRÓNICA PERSONAL COMO


MEDIDA DE COERCIÓN PERSONAL

9.°Según el artículo 6. Literal a), de la Ley, la vigilancia electrónica


personal se erige: 1. Como una alternativa (i) a la medida de prisión
preventiva impuesta-ya ejecutada o pendiente de ejecución-
(reformarla, vía cesación de la prisión preventiva, por un mandato de
comparecencia restrictiva con la imposición de la restricción de
vigilancia electrónica personal), o (ii) a las propias restricciones ya
aplicadas para cambiarlas, total o parcialmente, por aquella. 2. Como
una opción directa de comparecencia con restricciones, en caso
consten en autos la prueba documental y demás exigencias previstas

lxiii
por la Ley y el Reglamento. En todo caso, es de aplicación el artículo
288, inciso 5, del Código Procesal Penal, según el Decreto Legislativo
1229, de 25 de septiembre de 2015, por lo que se configura, siempre,
como restricción típica de la comparecencia desarrollada por el artículo
287 del citado Código.

Es obvio, desde esta concepción normativa, que la vigilancia electrónica


personal tiende a disminuir las medidas privativas de libertad o de
encarcelamiento preventivo. Como tales, resultan compatibles con la
tutela del proceso. Por tal razón, su finalidad se dirige a garantizar la
permanencia del imputado en el proceso [conforme: LOLI
PRUDENCIO, LUCY LILIAN: Obra citada, p.58] (…)”.

“(..) 10.°El artículo 7 del Reglamento, que regula el procedimiento de la


vigilancia electrónica personal para los procesados estipula que, en
efecto, esta medida procede como una alternativa a la prisión preventiva
por comparecencia restrictiva o por cesación de la prisión preventiva.
Debe aclararse, sin embargo, que la cesación de la prisión preventiva
(artículo 283 del Código Procesal Penal) está referida a presos
preventivos que están sufriendo el encarcelamiento o aquellos que
tienen dictado en su contra mandato de prisión preventiva pero que o
han sido capturados o puestos a disposición de la justicia. No hace
falta, para la cesación de la prisión preventiva, que el imputado se
encuentre sufriendo efectivo encarcelamiento preventivo; solo es
necesario que la autoridad judicial haya dictado un mandato firme de
prisión preventiva (…)”.

En base a lo expuesto en el Acuerdo Plenario, podemos concluir que la manera de


interpretar la naturaleza jurídica de la vigilancia electrónica personal es la siguiente:

Tiene la calidad de pena, por conversión como autónoma; de beneficio penitenciario,


así como de un mecanismo que acompañe a un beneficio penitenciario, de medida de
coerción personal autónoma y como alternativa a la prisión preventiva y, finalmente,
como alternativa de las reglas del mandato de comparecencia.

e) Supuestos especiales de aplicación

lxiv
Según el apartado 15° del mencionado Acuerdo Plenario, la vigilancia electrónica
personal, en su calidad de medida cautelar personal, procede dentro del proceso especial
de terminación anticipada o en la conclusión anticipada del juicio oral y en un proceso
especial de colaboración eficaz.

f) Principios orientadores de la aplicación de la vigilancia electrónica personal

Los principios que orientan la aplicación de la vigilancia electrónica personal son los
que citamos a continuación:

a) Proporcionalidad

Tomando en cuenta las condiciones de mínima o mediana lesividad del hecho delictivo,
las condiciones personales del agente que permitan prever una reinserción social más
efectiva en el medio libre, frente a internamiento es favorable la concesión de la
vigilancia electrónica personal a fin de evitar la prisionización, favoreciendo con ello la
resocialización55.

b) Individualización

El juez, al momento de disponer la medida, establece las reglas de conducta y la


modalidad de vigilancia electrónica personal según las condiciones personales,
familiares y sociales de cada beneficiario56.

c) Eficacia

La aplicación de la vigilancia electrónica personal, a través del seguimiento y


monitoreo oportuno del beneficiario, permite asegurar el cumplimiento eficaz de las
medidas cautelares personales, la condena y los beneficios penitenciarios.

De igual manera, es importante resaltar que en la aplicación de la vigilancia electrónica


personal se tienen en cuenta las disposiciones establecidas en la Constitución Política
del Perú, los tratados y estándares internacionales, así como las demás normas sobre la
materia57.

55
Artículo 3° del Decreto Supremo N°004-2017-JUS literal a)
56
Ídem. Literal b)
57
Ídem. Literal c)
lxv
g) Requisitos para la aplicación del dispositivo de vigilancia electrónica
personal

Según el artículo 5° del Decreto Supremo N°004-2017-JUS, se requieren de tres


presupuestos para poder acceder a la utilización de la vigilancia electrónica personal.
Veamos.

En relación a los presupuestos técnicos, el legislador ha dispuesto como requisito la


disponibilidad por parte del Estado de los dispositivos electrónicos, ello con la finalidad
de que los potenciales beneficiarios puedan acceder a la vigilancia electrónica personal
y no sean víctimas de una situación como la que aconteció en Colombia, en la que pese
a que los jueces dictasen resoluciones favorables para el uso del dispositivo electrónico,
no había disponibilidad de los mismos. De igual forma, en el mencionado precepto se
menciona que es menester contar con un informe favorable de verificación técnica
emitido por el INPE.

En lo correspondiente a los presupuestos jurídicos, los solicitantes han de reunir los


requisitos establecidos en el artículo 5 del Decreto Legislativo N°1322.

Por último, en lo que respecta a los presupuestos económicos, el reglamento del


Decreto Legislativo N°1322 señala que el beneficiario asumirá, según sus condiciones
socioeconómicas, los costos del servicio de vigilancia electrónica personal, salvo que
por orden judicial sea exonerado total o parcialmente de dicho pago. Empero, mediante
Resolución Ministerial N°0133-2019-JUS de 5 de abril de 2019 se ordena derogar la
Directiva denominada "Disposiciones Procedimentales para el Financiamiento del
Servicio de la Vigilancia Electrónica Personal en el Marco del Plan Piloto establecido
por el Decreto Legislativo N°1322", aprobada mediante la Resolución Ministerial
N°179-2017-JUS y se decide adoptar la Directiva N°001-2019-JUS, denominada
"Directiva para normar el financiamiento de la vigilancia electrónica personal” en la
que se estipula en sus Disposiciones Generales lo siguiente:

“6.1. El costo del servicio de vigilancia electrónica personal es asumido


por el/la beneficiario/a que acceda al mismo

6.2. No obstante, lo señalado en el numeral precedente, de acuerdo a los


informes socioeconómicos que expidan las áreas competentes del INPE,
el/la juez, de manera excepcional, puede exonerar al/la beneficiario/a de
dicho pago.
lxvi
6.3 El incumplimiento de los pagos que correspondan al/la
beneficiario/a conlleva la revocatoria de la medida y su posterior
internamiento en un establecimiento penitenciario.

6.4 La STCEICPP se encarga del monitoreo de la VEP y emite una


evaluación técnica luego de aprobado el Calendario Oficial para la
implementación del Decreto Legislativo N°1322 a nivel nacional”

En línea con lo indicado, el artículo 7.2 de la mencionada Resolución señala lo


siguiente:

“7.2. De los costos

7.2.1. El INPE, bajo responsabilidad de los/las directores/as de los


establecimientos penitenciarios y establecimientos de medio libre,
difunde entre la población penitenciaria la información relacionada con
el costo del servicio de VEP y demás aspectos legales y procedimentales
necesarios para acceder a dicha medida. De la misma manera, el INPE
hace pública dicha información a través de su portal institucional.

7.2.2 Para la implementación de esta medida, el costo del servicio de la


VEP asciende al importe diario que se establezca en el contrato de
prestación vigente, siendo que el/la interno/a beneficiario/a abona el
40% del importe diario, con excepción de aquellos casos de
exoneración parcial o total dispuesto por el/la juez/a. La diferencia es
cubierta con cargo al presupuesto del Pliego del INPE.

7.2.3 En atención a la información contenida en el informe


socioeconómico, el/la juez decide sobre la solicitud de exoneración
presentada por el/la interno/a postulante a la VEP. La decisión judicial
puede disponer la exoneración o el rechazo de la solicitud formulada.

7.2.4 El INPE asume el costo del servicio de la VEP del/la beneficiario/a


que haya sido exonerado/a por el/la juez al/la interno/a”.[El énfasis es
agregado].

En base a lo expuesto, se puede apreciar que se ha producido una modificación en lo


que respecta al financiamiento de la vigilancia electrónica personal debido a que en la
actualidad es el potencial beneficiario quien tendría que pagar el 40% del precio total.

lxvii
Sin embargo, somos de la consideración de que es el Estado quien debería asumir la
totalidad de los costos del servicio, ya que condicionar el acceso al dispositivo
electrónico constituye un trato discriminatorio para aquellas personas que no cuentan
con los medios económicos suficientes para solventar el pago mensual del grillete
electrónico.

En línea con lo indicado, resaltamos lo establecido en la Opinión Técnica Consultiva


N°002/2013 en la que UNODC ROPAN señala que los gobiernos han de “garantizar
que el uso de brazaletes electrónicos no representará ningún costo para los posibles
beneficiarios, teniendo en cuenta que la gran mayoría de las personas privadas de
libertad son de escasos recursos y lamentablemente, suelen estar en condiciones
precarias en las cuales sus derechos se pueden ver violentados”.

Por ello, esta exigencia podría desembocar en un trato desigual entre empleados y
desempleados, privilegiando a los mejor posicionados social y económicamente, por lo
que cabe preguntarse si no se trata de una específica sanción de clase, que podría
evitarse bien renunciando al pago si el sujeto no en condiciones de sufragarlo (situación
que si se ha regulado en nuestra legislación) o bien utilizando otra estrategia como el
emplear al condenado[ CITATION Igl06 \l 10250 ] o bien determinar la cuantía a
asumir por cada persona monitorizada en función a su poder adquisitivo.

También, se podría asignar un domicilio de acogida a las personas que no cuentan con
casa propia, ya que según el artículo 7° del Decreto Legislativo N°1322 es necesario
que el potencial beneficiario indique el domicilio o un lugar determinado en el que
cumplirá la medida.

Si la admisión en un programa de vigilancia electrónica personal se condiciona a que el


participante tenga la obligación de pagar una parte del coste del programa de control, y
además que se disponga de unas mínimas condiciones socioeconómicas de estabilidad
se estaría introduciendo una diferenciación no pronunciada en el momento de
determinación de la pena. Esta situación acarrearía consigo una vulneración al principio
constitucional de igualdad.

De igual manera, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos [en adelante, “la


CIDH”] considera que la aplicación de esta medida puede resultar discriminatoria
cuando no se encuentra al alcance de personas que por su situación de pobreza o por los
bajos recursos que perciben, no pueden acceder a ella. Al respecto, en relación con la
lxviii
aplicación de la fianza –medida cuya implementación presenta desafíos similares a la
vigilancia electrónica– la CIDH ha recomendado a los Estados tomar las medidas
necesarias a fin de asegurar que su aplicación se adecue a criterios de igualdad material,
y no constituya una medida discriminatoria hacia personas que no tienen la capacidad
económica de consignar dichos montos. Por ello, y atendiendo a estándares que esta
Comisión ha señalado en materia de fianza, en caso de fijarse un costo por el uso de los
dispositivos electrónicos, las autoridades deben justificar debidamente la determinación
de la cantidad que se fije en el caso concreto. En casos en que se ha comprobado la
incapacidad de pago de la persona procesada, la Comisión reitera que los Estados
deberán necesariamente utilizar otra medida de aseguramiento no privativa de la
libertad[ CITATION CID17 \l 10250 ].

En consecuencia, es evidente que la exigencia económica constituye una medida


discriminatoria respecto a los condenados más desfavorecidos por carecer estos de
recursos económicos suficientes y tengan, por ello, que cumplir su pena en el régimen
tradicional, situación de desventaja frente a quienes si cuentan con las condiciones
óptimas para poder acceder al sistema de control electrónico[CITATION Igl19 \l 10250
].

Procedencia de la vigilancia electrónica personal


La vigilancia electrónica personal procede en los siguientes casos:

a) Para el caso de los procesados, cuando la imputación se refiera a la presunta


comisión de delitos sancionados con una pena no mayor a ocho (08) años.

b) Para el caso de los condenados, que tengan impuesta una sentencia condenatoria de
pena privativa de libertad efectiva no mayor a ocho (08) años58.

Supuestos de improcedencia

No podrán acceder a la vigilancia electrónica personal los procesados y condenados por


los delitos tipificados en los artículos 107, 108, 108-A, 108-B, 108-C, 108-D, 121, 121-
B, 152, 153, 153-A, 170 al 174,176-A,177, 200, 279, 279-A, 279-B, 279-F, 296 al 297,
307, 317, 317-A, 317-B, 319, 320, 321, 325 al 333, 382, 383, 384, 387, 389, 393, 393-
A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400, 401 del Código Penal; por los delitos
cometidos como miembro o integrante de una organización criminal o como persona

58
Artículo 5° del Decreto Legislativo N°1322.
lxix
vinculada o que actúa por encargo de ella, conforme a los alcances de la Ley N°30077;
por los delitos tipificados en el Decreto Ley N°25475 y sus modificatorias59;

Asimismo, tampoco procede para aquellos que tengan la condición de reincidentes o


habituales; o cuando su internamiento sea consecuencia de la revocatoria previa de
alguna pena alternativa a la privativa de libertad, beneficio penitenciario, reserva de
fallo condenatorio, suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad o
conversión de penas en ejecución de condena60.

Al respecto, es importante señalar lo estipulado en el Acuerdo Plenario N°02-2019/CJ-


116 de 10 de septiembre de 2019, en el que se señala lo siguiente:

“13° El literal c) del apartado 1 del artículo 5 de la Ley incorpora


excepciones puntuales en función a determinados delitos, lo que podría
explicarse por razones de prevención general dada la gravedad de los
mismos, la alarma social por su comisión y los bienes jurídicos
lesionados o puestos en peligro. Empero, lo que permite dudar de su
corrección jurídica sería que, en pureza, incorpora presunciones iure
et de iure, de suerte que los intervinientes en esos delitos, pese a que se
les puede imponer una pena no mayor de ocho años de privación de
libertad-expresión de su mediana gravedad, de por sí son peligrosos y
no cumplirían las reglas de seguridad que esta institución consagra-
criterio último que solo funcionaría, en el caso concreto, si se concluye
que la reinserción social no será más efectiva en medio libre o huiría o
se involucraría en obstaculizar la actividad de esclarecimiento del
proceso penal, que el propio artículo 3.1 literal a), a contrario sensu,
consagra como eje del principio de proporcionalidad de la medida, y
que el literal b) de ese precepto afirma como pauta fundamental de
individualización de la medida.

14°Desde la perspectiva individual se requiere que el imputado no tenga


la condición de reincidente o habitual y que con anterioridad no se le
haya revocado una pena privativa de libertad no efectiva o un beneficio
penitenciario, así como que tenga arraigo laboral, familiar y social, tal

59
Ídem.
60
Ídem. S
lxx
como se desprende del artículo 5-A del Reglamento. En consecuencia, se
entiende que si estos presupuestos se presentan, unidos al delito
atribuido, respecto del que existe sospecha fuerte de comisión, y siempre
que no estén en la lista de delitos inexcarcelables a través de la
vigilancia electrónica personal, así como que reúnan las condiciones de
arraigo correspondiente, el juez deberá conceder esta medida”.

De todo lo expuesto, podemos apreciar que se regula como límite para poder
beneficiarse del uso de la vigilancia electrónica personal que la pena a ser estipulada
por el Juez Penal sea máxima de 8 años. No obstante, como bien se señala en el referido
Acuerdo Plenario, los Jueces Supremos han realizado la precisión de que la pena de los
8 años obedece a la pena fijada por el Juez (pena in concreto) y no a la consecuencia
establecida en el tipo penal (pena in abstracto) , de manera que la exclusión de los
delitos que aparecen en el inciso c) del artículo 5.1 de la Ley N°29499 no ha de ser tan
tajante, pues podría darse el caso de que, habiéndose cometido una infracción de la
magnitud de los delitos que aparecen en tal inciso, el Juez, por diversas razones, fije una
condena que calce dentro del supuesto de la Ley, siendo posible, de esta forma, que el
procesado o condenado pueda beneficiarse del grillete electrónico[ CITATION
Pér191 \l 10250 ].

h) Supuestos de prioridad

Los supuestos de prioridad se encuentran regulados en el artículo 5.2. del Decreto


Legislativo N°1322, los que a continuación se pasarán a detallar:

a) Las personas mayores de sesenta y cinco años.

b) Las personas que tengan enfermedad grave, acreditada con pericia médico legal.

c) Las personas que tengan discapacidad física permanente que afecte sensiblemente su
capacidad de desplazamiento.

d) Las mujeres gestantes.

e) Las mujeres con hijos(as) menores a tres años.

f) La madre o padre que sea cabeza de familia con hijo (a) menor de edad o con hijo(a)
o cónyuge que tenga discapacidad permanente, siempre y cuando haya estado bajo su
cuidado.

lxxi
Cabe mencionar que la CIDH valora la disposición del Decreto No.1322 que contempla
una protección especial respecto a determinados grupos en situación de riesgo, tales
como mujeres, personas con discapacidad física, y personas mayores. En este sentido,
establece una perspectiva de género al disponer la aplicación prioritaria a mujeres
gestantes, con hijos menores de tres años, y en caso de ser “cabeza de familia” que
tengan un hijo menor de edad o cónyuge o hijo con discapacidad permanente. De igual
forma, dicha normativa establece la aplicación prioritaria a personas mayores de 65
años, personas con enfermedad grave, y con discapacidad física permanente que afecte
su desplazamiento. Respecto a este último punto, considerando que el corpus iuris de
los derechos de las personas con discapacidad, entiende esta condición desde un punto
de vista no solamente físico, sino también intelectual, sensorial y mental, de manera que
el Estado peruano debería considerar que esta protección especial, incluya también los
distintos tipos de discapacidad cuando los centros penitenciarios no cuenten con los
ajustes razonables que requerirían las personas con discapacidad para ejercer sus
derechos en igualdad de condiciones que las demás[ CITATION CID17 \l 10250 ].

i) Trámite para la aplicación de los dispositivos de vigilancia electrónica


Al respecto, la tramitación de los dispositivos de vigilancia electrónica se divide de la
siguiente forma:

(i) Aplicación como medida coercitiva personal


(ii) Aplicación como pena (medida alternativa a la pena privativa de la libertad
efectiva)

En primer lugar, en caso de los procesados, el trámite para la aplicación de la vigilancia


electrónica personal inicia con la solicitud del procesado o el fiscal ante el juez. En ese
sentido, en la referida solicitud se pedirá la aplicación del dispositivo electrónico como
medida de comparecencia restringida o cesación de la prisión preventiva.

Una vez programada la fecha de la audiencia, se deberá contar con el informe de


verificación técnica emitido por el INPE, de lo contrario el Juez puede suspender la
audiencia con la finalidad de recabar dicho informe. En tal sentido, con el informe del
INPE y con los demás elementos presentados por el solicitante, el juez decidirá,
mediante resolución debidamente motivada, si concede o no la vigilancia electrónica,
debiéndose consignar, bajo responsabilidad funcional, las siguientes reglas para su

lxxii
eficaz ejecución (las que también se aplicarán como medida alternativa a la pena
privativa de la libertad efectiva):

a) No variar el domicilio o lugar señalado desde el cual se ejecuta la medida de


vigilancia electrónica personal, sin previa autorización judicial.

b) Comparecer ante quien vigile el cumplimiento de la ejecución de la medida cuando


fuere requerido para ello.

c) Permitir el acceso del personal del INPE al domicilio o lugar señalado donde se
ejecutará la medida con la finalidad de evaluar el eficaz cumplimiento de aquella.

d) No manipular o dañar el mecanismo de vigilancia electrónica personal, por sí mismo


o a través de terceros o mediante el uso de sistemas electrónicos o informáticos que
impidan o dificulten su normal funcionamiento.

e) El cumplimiento oportuno del costo por el uso del dispositivo electrónico, de ser el
caso.

f) El radio de acción y desplazamiento, teniendo como punto de referencia el domicilio


o lugar señalado por el solicitante. De ser el caso, debe establecer las rutas, parámetros
de desplazamiento, periodos de tiempo y horarios, siempre que contribuya a la
reinserción o disminuya el peligro procesal.

g) La orden a la dependencia policial de la jurisdicción a la que pertenece el domicilio o


lugar señalado por el procesado o condenado, frente a una alerta grave o muy grave
comunicada por el INPE, para ubicar y detener al procesado o condenado sujeto a la
medida.

h) El apercibimiento expreso de revocar la medida impuesta por una de internamiento


definitivo, frente al incumplimiento de cualquiera de las reglas de conducta antes
establecidas.

i) Las demás que considere importantes para una adecuada ejecución de la medida
impuesta.

Establecida la procedencia de la vigilancia electrónica personal, el Juez dispone que se


lleve a cabo la diligencia de instalación del dispositivo electrónico en el día o en su
defecto, dentro de un lapso de 48 horas.

lxxiii
Ahora bien, la diligencia de instalación debe realizarse en el domicilio o lugar señalado
por el procesado. El personal del INPE es el responsable de dicha diligencia, siendo
facultativa la presencia de un abogado defensor o del fiscal. En la misma, se levanta un
acta, la que además de la información que se considere pertinente, deberá contener lo
siguiente:

a) Las generales de ley del procesado.

b) Información sobre el domicilio o lugar donde se cumplirá la medida, o será el


punto de referencia para su radio de acción.

c) La información necesaria sobre el dispositivo electrónico y su correcto uso;

d) Las consecuencias del mal uso o manipulación del dispositivo electrónico, por
él o por tercero, instruyéndosele sobre la emisión de alertas que ello conlleva.

e) La dependencia policial de la jurisdicción a la que pertenece el domicilio o


lugar señalado por el procesado.

f) El tratamiento que deben recibir, por parte del INPE, cuando se trate de
condenados a pena privativa de libertad bajo vigilancia electrónica personal o de
aquellos que egresen por beneficios penitenciarios;

g) Toda aquella información que sea necesaria para su eficaz seguimiento y


monitoreo.

Culminada la diligencia de instalación, el procesado debe suscribir el acta, dejándosele


una copia de la misma. Asimismo, el personal del INPE, dentro de las veinticuatro 24
horas de realizada esta, remitirá el acta al fiscal o al abogado defensor, según
corresponda, al juez que dictó la medida, así como al registro penitenciario.

En segundo lugar, para el caso de los sentenciados, se aplica la vigilancia electrónica


personal por conversión de la pena sea en el juicio oral, durante la ejecución de la pena
efectiva o como un mecanismo de monitoreo de los beneficios penitenciarios de semi
libertad o libertad condicional.

En tal sentido, en el caso de aplicación de la vigilancia electrónica personal por


conversión en juicio oral, las partes, en la audiencia de juicio oral, una vez expuestos
los alegatos finales, pueden solicitar al juez la aplicación de la vigilancia electrónica
personal por conversión a razón de un día de pena privativa de libertad por un día de
lxxiv
vigilancia. De igual manera, el Juez puede aplicarla de oficio, debiendo previamente
contar con la conformidad del procesado.

Otro punto importante a destacar es que también puede solicitarse la vigilancia


electrónica personal dentro del proceso de terminación anticipada o en la conclusión
anticipada del juicio oral. Debiendo quedar constancia de ello en el acuerdo suscrito por
las partes. En ambos casos, el acuerdo está sujeto al control de la legalidad por parte del
juez competente.

Siendo así, una vez cumplido los requisitos antes indicados, se deberá acompañar el
informe de verificaciones técnicas a cargo del INPE. En su defecto, el Juez suspende la
audiencia por el plazo más breve para la remisión del citado informe. Para tales efectos,
el INPE adopta las medidas del caso a fin de remitir dicho informe en el plazo
establecido por el juez.

Por otro lado, cuando se trate de una conversión de pena privativa de libertad en
ejecución de condena a vigilancia electrónica personal, esta será solicitada por el
interno o mediante su abogado defensor al Juez competente, debiendo el INPE, a través
del área que corresponda, facilitar los informes sociales y psicológicos establecidos en
el literal b del artículo 7 del Decreto Legislativo N°1322.

Para el caso donde la vigilancia electrónica personal se aplique como un mecanismo de


monitoreo del beneficio penitenciario de semi libertad o liberación condicional, el
condenado puede solicitar al juez competente la aplicación de la vigilancia electrónica
personal, conjuntamente a su solicitud de beneficio penitenciario. La vigilancia
electrónica personal se aplicará por el tiempo que dure el beneficio penitenciario
otorgado.

Recibida la solicitud de vigilancia electrónica por conversión de pena privativa de


libertad en ejecución de condena o de beneficio penitenciario por parte del Juez, este
verifica el cumplimiento de los requisitos, previo a la audiencia correspondiente, y
dispone la remisión del informe de verificaciones técnicas expedido por el INPE.

Si el Juez competente decide la concesión de la medida de vigilancia electrónica


personal, emite la resolución correspondiente, debiéndose consignar expresamente, bajo
responsabilidad funcional, lo señalado en el artículo 9 del Decreto Legislativo 1322.
Asimismo, dispone que se lleve a cabo la diligencia de instalación en el día o, en su

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defecto, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas. Cuando se trate de un interno en un
establecimiento penitenciario, continúa recluido hasta que se haga efectiva dicha
diligencia.

Finalmente, la vigilancia electrónica personal puede ser revocada, si durante la


ejecución de la misma, el procesado o condenado:

(i) Ha reincidido en la comisión de un nuevo delito doloso

(ii) Se le ha dictado prisión preventiva en un proceso penal distinto

(iii) Ha infringido reiteradamente alguna regla de conducta

(iv) Ha dañado el dispositivo electrónico personal o el servicio, de tal manera que


impida el monitoreo o control o cuando el INPE haya comunicado una alerta
grave o muy grave

Siendo ese el escenario, el procesado o condenado volverá a un establecimiento


penitenciario a cumplir con su medida coercitiva o su pena efectiva.

El procesado o condenado que se encuentre dentro de los supuestos de procedencia,


puede formular una solicitud dirigida al juez que corresponda, a fin de acceder a la
vigilancia electrónica personal, en los siguientes supuestos:

a) Para el caso de procesados, estos pueden solicitar la imposición de la vigilancia


electrónica personal como alternativa a la prisión preventiva o variación de esta última
de encontrarse interno. En estos supuestos, la vigilancia electrónica personal opera
como una alternativa de restricción del mandato de comparecencia, de conformidad con
el artículo 288, inciso 5, del Código Procesal Penal, promulgado por Decreto
Legislativo N° 957.

b) Para el caso de condenados, estos pueden solicitar la imposición de la vigilancia


electrónica personal como alternativa a la pena privativa de libertad efectiva. En este
supuesto, la vigilancia electrónica personal opera como un tipo de pena aplicable por
conversión, de conformidad con el artículo 29-A del Código Penal, promulgado por
Decreto Legislativo N° 635.

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c) Para el caso de condenados, estos pueden solicitar la imposición de la vigilancia
electrónica personal dentro del procedimiento para acceder a los beneficios
penitenciarios. En este supuesto, la vigilancia electrónica personal opera como un
mecanismo de monitoreo para la ejecución de la semi libertad o liberación condicional,
de conformidad con los artículos 50 y 55 del Código de Ejecución Penal, promulgado
por Decreto Legislativo N° 654.

j) Revocatoria
Si durante el periodo de ejecución de la vigilancia electrónica personal, el procesado o
condenado incumplen con alguna de las reglas de conducta, el juez puede, según sea el
caso, amonestar al infractor frente al incumplimiento de una regla de conducta impuesta
o cuando el INPE comunique una alerta leve. De otra manera, el juez puede revocar la
medida si la persona (i) ha reincidido en la comisión de un nuevo delito doloso, (ii) se
ha dictado prisión preventiva en un proceso distinto, (iii) ha infringido reiteradamente
alguna regla de conducta, (iv) ha dañado el dispositivo o servicio de tal manera que
impida el monitoreo o control o (v) cuando el INPE haya comunicado una alerta grave
o muy grave. La decisión de la revocatoria se decide por el juez en una audiencia.

A efectos de ilustrar la posición de los Jueces Supremos en el referido Acuerdo


Plenario, es menester definir lo que es una alerta leve. Así las cosas, en el artículo N°11
del Decreto Supremo N°004-2017-JUS se define a como alerta leve a la alerta emitida
por el dispositivo al Centro de monitoreo que pretende advertir alguna anomalía técnica
que puede ser producida por factores ajenos al beneficiario.

Coincidimos con los Jueces Supremos cuando califican de desproporcionada la


amonestación impuesta al beneficiario, ello sobre la base de que el desperfecto técnico
del dispositivo no le es imputable al mismo, al no haberlo manipulado culposa ni
dolosamente.

Adicionalmente, los Jueces Supremos realizan una precisión respecto a lo que también
entienden por una regla de conducta. Así, sostienen que una regla de conducta es el
cumplimiento oportuno del pago por el uso del dispositivo electrónico. Tomando en
cuenta que el costo del dispositivo electrónico lo asume el beneficiario, en función al
presupuesto económico que se desprende de sus condiciones socioeconómicas, se
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entiende que la fijación del monto a pagar es consecuencia de que el imputado se
encuentra en condiciones de solventar el dispositivo y el servicio de vigilancia
electrónica personal. No obstante, puede darse el caso de que el beneficiario no pueda
cumplir con el pago y ello no se deba a un aspecto doloso o culposo, sino a una
imposibilidad, en términos absolutos o relativos, de cumplir con ello. Siendo ello así,
los Jueces consideran que en esta situación la revocatoria no se llevará a cabo. Aduce
que el juez, siempre que se invoque, recabará un informe socioeconómico ampliatorio,
sin perjuicio de que el imputado presente prueba idónea que acredite la variación de su
condición económica.

k) Comentario

Somos de la opinión de que la manera en que se encuentra regulada la vigilancia


electrónica personal en el Perú es criticable, debido a que consideramos que es el
Estado el que debería asumir el costo de su implementación y del servicio, ello sobre la
base de que solo algunas personas, en función a su posición aventajada, puedan acceder
a la vigilancia electrónica personal, perjudicándose, de esta manera, a quienes no
cuentan con los recursos económicos para poder hacerlo.

Aunado a ello, creemos que la legislación peruana establece muchas restricciones para
la procedencia de la vigilancia electrónica personal, situación que dificulta su
aplicación.

Por último, consideramos que la regulación nacional adolece de una perspectiva de


género, debido a que no ha incorporado las recomendaciones establecidas en la Opinión
Técnica Consultiva N°009/2013, en lo que respecta a otorgar la tecnología del brazalete
electrónico a las víctimas de violencia doméstica, como a proteger a las mujeres,
víctimas de violencia doméstica, que se encuentren en calidad de procesados o
condenados.

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