i) La economía dominicana ha experimentado un rápido crecimiento desde la década de 1980, con un aumento promedio anual del PIB per cápita del 2.8%, similar al de Chile. Sin embargo, también ha enfrentado períodos de crisis como la década perdida de los años 80.
ii) La década de los 80 fue una década perdida para América Latina debido a la crisis de deuda, que llevó a la República Dominicana a suspender pagos y acordar préstamos con el FMI que condujeron
i) La economía dominicana ha experimentado un rápido crecimiento desde la década de 1980, con un aumento promedio anual del PIB per cápita del 2.8%, similar al de Chile. Sin embargo, también ha enfrentado períodos de crisis como la década perdida de los años 80.
ii) La década de los 80 fue una década perdida para América Latina debido a la crisis de deuda, que llevó a la República Dominicana a suspender pagos y acordar préstamos con el FMI que condujeron
i) La economía dominicana ha experimentado un rápido crecimiento desde la década de 1980, con un aumento promedio anual del PIB per cápita del 2.8%, similar al de Chile. Sin embargo, también ha enfrentado períodos de crisis como la década perdida de los años 80.
ii) La década de los 80 fue una década perdida para América Latina debido a la crisis de deuda, que llevó a la República Dominicana a suspender pagos y acordar préstamos con el FMI que condujeron
i) La economía dominicana ha experimentado un rápido crecimiento desde la década de 1980, con un aumento promedio anual del PIB per cápita del 2.8%, similar al de Chile. Sin embargo, también ha enfrentado períodos de crisis como la década perdida de los años 80.
ii) La década de los 80 fue una década perdida para América Latina debido a la crisis de deuda, que llevó a la República Dominicana a suspender pagos y acordar préstamos con el FMI que condujeron
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Nombres: Oscar Emilio.
Apellidos: Rodriguez Rodriguez.
Matricula: 100488631. Contenido por unidad tema 6: LA ECONOMÍA DOMINICANA CONTEMPORÁNEA Y RECIENTE (1980 AL PRESENTE). 1-La economía dominicana a partir de 1980 (un nuevo modelo). Desde los 80s para acá, la economía dominicana creció a una tasa promedio de 4.74% por encima de la media de la región América Latina y el Caribe en su conjunto (2.87%). En el caso de las exportaciones dominicanas es notorio la transformación radical que se produjo entre 1971 y 2009. Para el primer año, la participación de los productos manufactureros en las exportaciones fue apenas de un 4%, mientras que para el 2009 fue de 70.2%. En el caso de las exportaciones dominicanas hacia Estados Unidos es notorio la transformación radical que se produjo entre 1985 y 2010. Para este último año, la participación de manufacturas no basadas en recursos naturales fue de 68%, mientras que las exportaciones hacia Europa mantienen un importante componente de recursos naturales y manufacturas asociadas (67%). El esfuerzo reformador del país queda evidenciado en el hecho de que el componente recursos naturales en las exportaciones dominicanas ha caído drásticamente. La dinámica de crecimiento económico mostrada por la economía dominicana trajo consigo una expansión también rápida del PIB por habitante (2.8%, promedio anual), un ritmo casi igual al de Chile (3.0%). Esta velocidad de expansión del PIB por habitante hizo que República Dominicana sea de las pocas excepciones de países de ALC cuyo PIB per cápita tienda a converger con la media de la región y con países relevantes de la OCDE. En resumen, la economía de República Dominicana ha mostrado ser: i) de rápido crecimiento; ii) de rápida adaptación a las tendencias del mercado; iii) muy abierta y, por consiguiente, expuesta a impactos de las crisis de la economía mundial…; pero también, con capacidad para aprovechar las ventajas que se abren en ese ámbito; iv) con riesgos de impactos de desastres naturales (ciclones), pero avanzamos en la dirección de una mejor gestión de esos riesgos; v) se levanta rápido de las caídas y retoma su senda de crecimiento potencial (en torno a 6%); vi) de manera sostenida, es una economía que ha venido de menos a más,… logrando que el país haya dejado atrás, condiciones muy penosas en su nivel medio de desarrollo (seis décadas atrás, éramos la economía más pobre de la región, incluso, más pobre que Haití, según algunas fuentes internacionales). 2- La Década Perdida. Caracterización y efectos en la economía. Al dictar la conferencia “La del 80: una década perdida en América Latina, caso dominicano”, en la Academia Dominicana de la Historia, la abogada, especialista en el área bancaria e investigadora, explicó que hace 36 años, en agosto de 1982, México entró en crisis de liquidez, declarando una moratoria con la suspensión de pagos de su deuda externa, y que a partir de esa decisión la mayoría de los países de América Latina, incluyendo la República Dominicana, se sumaron a este evento y suspendieron el pago de la deuda, principalmente la bancaria. Agregó que por vía de consecuencia y para iniciar los pagos luego de restructurarse la deuda, casi todos los países concertaron y obtuvieron préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), y a cambio aplicaron programas de ajustes que implicaron aumentos de precios y restricciones que profundizaron la pobreza general, razón por la que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de las Naciones Unidas, denominó el período 1981-1990 como la “Década Perdida de América Latina”. “República Dominicana se declaró sin divisas para pagar las importaciones y para cumplir con el servicio de la deuda con gobiernos, bancos comerciales, organismos internacionales”, añadió. Dijo que para obtener liquidez internacional y pagar los intereses, el gobierno dominicano suscribió siete acuerdos financieros con el FMI. “La mayoría de los aquí presentes recordamos las huelgas, saqueos y muertes, ocurridos después de Semana Santa en el año 1984, (hechos muy similares a los acontecidos en Haití el mes próximo pasado), los cuales originaron el aumento de los precios de los combustibles, de la energía eléctrica, de los productos de la canasta familiar, todos los cuales incrementaron significativamente el costo de la vida de los dominicanos, reduciéndose así el poder de compra del salario del trabajador”, afirmó. Dificultades y quiebras en la banca. Castaños Guzmán de Martínez manifestó que el choque externo de los precios del petróleo de 1979 y aumento de los tipos de interés en el mercado internacional durante los primeros años de los 80, junto a la negativa de México de pagar el servicio de su deuda externa, en América Latina causa los que la historia registra como década (1980 a 1990) perdida. Agregó que en República Dominicana el impacto fue un déficit presupuestario y en la cuenta corriente, devaluación del peso e inflación superior a los dos dígitos. “Los bancos comerciales aumentaron las tasas de interés que cobraban sobre préstamos, encubriendo los aumentos como comisiones que superaban las tasas de interés pactadas en los contratos. También con reingeniería financiera violaban las normas de no prestar al comercio más del 25% de su cartera. Los demás intermediarios hicieron igual, con la desventaja de que sus préstamos estaban colocados a mediano plazo y largo plazo, mientras que sus pasivos eran de corto plazo”, indicó. Dijo que lo que siguió fue el origen, desarrollo y masificación de las llamadas financieras comerciales, que realizaban operaciones de captación y colocación de recursos del público al margen del artículo 9 de la Ley General de Bancos No. 708 del 1965, ofertando altas tasas de interés pasivas, lo que generaba mucha preocupación entre las autoridades monetarias por las distorsiones que la creaban. “A la banca tradicional, para no perder espacio y clientela, no le quedó más remedio que constituir sus propias financieras comerciales. Los bancos más grandes, que operaban un banco de desarrollo, un banco hipotecario, una financiera y empresas emisoras de tarjetas de crédito, constituyeron los denominados Grupos Financieros, en algunos casos emulando los Holding Group de Estados Unidos de América, y en otros con una estructura organizativa diferente”, enfatizó. 3- Ajuste estructural y recuperación 1991-2000. A finales del SXIX aparece nuevamente la industria azucarera, que será el motor de la economía dominicana en los siguientes 100 años (1880-1980). El azúcar de caña era una actividad basada en capitales productivos (que contrastaba con la recolección y el pastoreo de los 4 siglos anteriores) con capacidad de arrastrar al resto de la economía y de someterla al ciclo internacional de los precios del producto. Esa dinámica durará hasta la década de 1980, cuando la industria entró en una crisis irreversible, produciendo una de las mayores transformaciones estructurales de cualquier país de América Latina. Esta transformación, se orientó hacia una dinámica de exportaciones basada en servicios y tuvo una transición de apenas 10 años, registrando un enorme costo en calidad de vida. La nueva dinámica se consolida en la década de 1990 y tiene como eje fundamental de competitividad el bajo salario (individual y social), que se convierte en el largo plazo en el principal y casi único precio de ajuste a las variaciones de otros costos de la economía. Lo curioso es que, durante estos 115 años, el modelo económico cambiará varias veces, ya sea en los sectores que generan el excedente económico, en la forma de su apropiación, en su destino o en la institucionalidad subyacente que lo reproduce, pero persistirá el mismo resultado. Es decir, diferentes dinámicas de acumulación generan los mismos resultados: perseverante pobreza, inamovilidad social, desigualdad social y territorial, así como un significativo retraso de la calidad de vida (el valor esperado) en el país comparado con el mundo dado la riqueza por habitante. Entre 1900 y 1930 se consolida la industria azucarera, para ello fue necesario desmontar el sistema de propiedad comunera, desmontar la pequeña propiedad campesina en la llanura costera del sur, crear un marco de incentivos a esa industria y facilitar la importación de mano de obra. En esos años se consolidó la pérdida de soberanía nacional por el manejo inadecuado de la deuda pública externa y la coyuntura internacional que condujo a la pérdida del control de las aduanas y luego a la intervención (dictadura militar) del Gobierno de los EEUU. Así como se desmanteló la incipiente industria con la reforma arancelaria de 1919. Ello ocurría en el marco de una gran desigualdad social como establece Mutto (2014). 4-Políticas económicas y sus efectos; Crecimiento vs distribución desigual del ingreso. La política económica busca crear condiciones necesarias para aprovechar la capacidad productiva de los países en forma eficiente, con alta productividad, en búsqueda de incrementar sostenidamente la producción para lograr crecimiento económico y progreso social; esto es, elevar las condiciones de vida y redistribuir la riqueza. Para ello se requieren recursos financieros y el trabajo humano como factor fundamental, así como organización y uso de tecnologías. Todo opera con un entorno internacional que, para el caso de nuestros países, ha sido adverso, pues han sido víctimas de un orden mundial perverso e inmoral, que posibilitó la explotación y dominio económico de pocos poderosos países capitalistas sobre una masa de países pobres, de cuyas inmensas riquezas fueron brutalmente despojados, lo que provocó una gigantesca brecha. Debe corresponderse con un plan; y las medidas deben buscar cubrir progresivamente objetivos y metas; nacionales y de beneficio colectivo, de lo contrario se vuelve anárquica y concentrada en el objetivo de maximizar a toda costa las ganancias de los grandes propietarios privados, para lo cual intensifica las formas de explotación laboral y acentúa el uso de los recursos del Estado en su provecho. Ha sido el caso nuestro, todo en función de las fuerzas del mercado, dominado por poderosas empresas, oligopolios y monopolios, que controlaron, además, el poder político. Los grupos han sido dependientes de poderosas transnacionales y del capital financiero internacional; así, la política económica arrojó como resultados el atraso económico, dependencia externa integral, endeudamiento indiscriminado y leonino, depredación de la naturaleza, pobreza masiva y mayor concentración de la riqueza. El Estado a su servicio fue minimizado sin regulaciones ni controles; lo que fue peor, sin moneda, pues las trincas decidieron ilegalmente liquidar el sucre y asumir el dólar como moneda propia (dolarización), con lo que ampliaron el atraco bancario. 5.-Economia, estancamiento y crisis 2000-2004; perspectivas (crisis estructural interna). Durante el mandato de Mejía, el segundo banco privado comercial más grande del país, Baninter, quebró debido a la malversación de fondos de sus propietarios y ejecutivos, y la complicidad política que hubo en el largo tiempo que duró el fraude desde el año 1995. A pesar de la estabilidad macroeconómica que se verificó durante los dos primeros años de su gobierno, el descubrimiento del fraude bancario, el más grande de la historia moderna de la banca dominicana, aunado a factores sociológicos y especulativos dieron al traste con la estabilidad de la tasa de cambio la cual se elevó en aproximadamente un 150%, aumentando de RD$18 por US$1, a cerca de RD$50 por US$1 en 2004. Entre 2003 y 2004, debido a la magnitud de la crisis cuyo costo superaba el presupuesto de la nación, así como la posibilidad del contagio a toda la banca, se creó un efecto dominó que conllevó el aumento de los productos de primera necesidad, incluidos los derivados del petróleo. Los efectos de la crisis económica mundial se agudizaron más por la quiebra de tres entidades bancarias cuyos ahorrantes fueron protegidos por el gobierno quien financió esta situación que como efecto colateral, trajo inflación. El salvataje bancario fue de aproximadamente 800 mil ahorrantes por parte del gobierno. Algunos sectores cuestionaron dicho salvataje aduciendo que no se hizo apegado a la ley monetaria la cual establecía un tope de medio millón de pesos dominicanos por ahorrante para el salvataje lo cual no fue observado. Esto provocó una fuerte crisis económica acompañada de salida de capitales, inestabilidad que llevó a la quiebra muchas empresas. Algunos defensores de Mejía aseguran que estas medidas, por igual, evitaron que la República Dominicana afrontara la situación que vivió Argentina hacia el año 2001, tras el congelamiento de los depósitos bancarios. Durante su administración se sometió a la justicia a los dueños de los bancos quebrados, siendo éstos condenados por los tribunales del país. También se sometieron al Congreso de la República y fueron aprobadas durante su mandato leyes endureciendo la supervisión bancaria y estableciendo la responsabilidad del salvataje bancario sobre los accionistas de las entidades financieras cosas no contempladas en la ley hasta el momento de ocurrir los fraudes.