Este documento describe diferentes trastornos de la vía piramidal y extrapiramidal, incluyendo las características y síntomas de lesiones en diferentes niveles de la vía piramidal como el área motora, mesencéfalo, protuberancia, y bulbo. También describe síndromes específicos como los síndromes de Weber, Gübler, Jackson, y Wallenberg que resultan de lesiones en esas áreas. Finalmente, explica los trastornos de la vía extrapiramidal incluyendo parkinsonismo y corea.
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Este documento describe diferentes trastornos de la vía piramidal y extrapiramidal, incluyendo las características y síntomas de lesiones en diferentes niveles de la vía piramidal como el área motora, mesencéfalo, protuberancia, y bulbo. También describe síndromes específicos como los síndromes de Weber, Gübler, Jackson, y Wallenberg que resultan de lesiones en esas áreas. Finalmente, explica los trastornos de la vía extrapiramidal incluyendo parkinsonismo y corea.
Este documento describe diferentes trastornos de la vía piramidal y extrapiramidal, incluyendo las características y síntomas de lesiones en diferentes niveles de la vía piramidal como el área motora, mesencéfalo, protuberancia, y bulbo. También describe síndromes específicos como los síndromes de Weber, Gübler, Jackson, y Wallenberg que resultan de lesiones en esas áreas. Finalmente, explica los trastornos de la vía extrapiramidal incluyendo parkinsonismo y corea.
Este documento describe diferentes trastornos de la vía piramidal y extrapiramidal, incluyendo las características y síntomas de lesiones en diferentes niveles de la vía piramidal como el área motora, mesencéfalo, protuberancia, y bulbo. También describe síndromes específicos como los síndromes de Weber, Gübler, Jackson, y Wallenberg que resultan de lesiones en esas áreas. Finalmente, explica los trastornos de la vía extrapiramidal incluyendo parkinsonismo y corea.
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Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez
Trastornos de la vía piramidal y extra piramidal.
Berlín Reyes Karen
García Alarcón Mariana Suárez Pacheco Luis Ángel Reyes Dulce Trastornos de la vía piramidal y extrapiramidal Trastornos de la vía piramidal La lesión de la primera neurona Provoca una parálisis que, por la liberación de los reflejos medulares tiene las características de hipertónia e hiperreflexia los músculos se encuentran duros y los reflejos están exaltados apareciendo incluso los reflejos patológicos como el de Babinski; a esta parálisis se la conoce con el nombre de parálisis de primera neurona o parálisis central o espástica. La lesión de la motoneurona o segunda neurona Da lugar a una parálisis que se acompaña de hipotonía e hiporreflexía pues los reflejos medulares también se hallan comprometidos. Al mismo tiempo, la función trófica medular queda también anulada produciéndose por ello una atrofia muscular. A este tipo de parálisis se les denomina parálisis de segunda neurona, periférica o fláccida. A nivel del área motora Si es en un solo hemisferio, sólo se afectarán las extremidades contralaterales a esta área (debido a que un hemisferio se encarga de la musculatura del lado contrario). El tronco y la cabeza quedarán indemnes, pues reciben fibras de ambos hemisferios. A nivel del mesencéfalo Se produce hemiplejía contralateral acompañada de parálisis homolateral de la musculatura intrínseca del ojo, debido a la proximidad del núcleo del motor ocular común o III par, aparece el síndrome de Weber. A nivel de la protuberancia Los núcleos del puente producen una disociación de la vía piramidal, por lo que es difícil una consecuencia importante por lesión a este nivel. El núcleo del facial y el del motor ocular externo debido a su vecindad pueden lesionarse, entonces aparece hemiplejía contralateral con alteraciones de la mímica de la cara y movimientos oculares: síndrome de Gübler. A nivel del bulbo Hemiplejía contralateral y por vecindad del XII par, parálisis de los músculos de la lengua, síndrome de Jackson. Lesión medular de la vía piramidal Debido a su disociación en la vía piramidal directa y cruzada (a un lado y otro) una lesión no afecta a la totalidad de la vía. Si se lesiona el fascículo cruzado hay parálisis de los músculos inervados por debajo de la lesión. Lesión de la motoneurona Es el caso de la poliomelitis, hay parálisis con pérdida de tono muscular (hipotonía), arreflexía y atrofia, es la parálisis fláccida. Síndrome piramidal por lesión cortical. Esta forma es poco frecuente y resulta de la lesión de la zona motora de la corteza cerebral. Como ésta, rara vez se afecta en su totalidad, la parálisis es poco extensa y parcial y se reduce en general a la cara, a un miembro (monoplejía) o a un grupo muscular de un miembro. Ayuda a precisar el origen cortical de la parálisis la existencia de otros signos neurológicos, como afasias, crisis epilépticas de tipo jacksoniano, hemianopsias y alteraciones sensitivas con astereognosia. Astereognosia* Imposibilidad de distinguir las formas de los objetos por el tacto Hemianopsia* Disminución o pérdida completa de la visión en una mitad del campo visual de uno o de los dos ojos. Síndrome piramidal capsular. Determina una hemiplejía total, hemilateral completa, raras veces con hemianestesia, si también se afecta la rama posterior de la cápsula interna, conductora de fibras sensitivas, si profundiza hacia los núcleos grises extrapiramidales y tálamo óptico, aparecen atetosis y dolores residuales de tipo talámico. Síndrome piramidal troncular y bulbar. Motivan las llamadas hemiplejías alternas. En ellas hay parálisis del brazo y de la pierna de un lado y de los nervios craneales del opuesto. A. Síndrome de Weber (o peduncular). Es la forma más común de hemiplejías alternas. Consiste en: Lesión del motor ocular común del lado de la lesión (globo ocular dirigido hacia abajo y afuera, ptosis, midriasis). Hemiplejía del lado opuesto o cruzada de la cara y miembros del Otro lado de la lesión. B. Síndrome de Benedikt. Se produce cuando la lesión se extiende hasta el núcleo rojo. Cursa con síndrome de Weber + hemitemblor del lado paralizado. C. Síndrome de Pierre Marie-Foix. Aparece si la lesión alcanza el pedúnculo cerebeloso. Cursa con el síndrome de Weber + signos cerebelosos homolaterales, con hipotonía, ataxia y asinergia. D. Síndrome de Millard-Gubler (o protuberancial). Parálisis facial total de tipo periférico en el lado de la lesión y hemiplejía del lado opuesto. E. Síndrome de Foville superior. Si la lesión alcanza la cintilla longitudinal posterior. Cursa con el síndrome de Weber + fijación de la mirada hacia el lado de la lesión. F. Síndrome de Foville inferior. Se observa cuando se afecta la cintilla longitudinal posterior y protuberancia. Se observa el síndrome de MiIlard- Gübler + imposibilidad para mirar el lado de la lesión, o sea, al lado opuesto al de los miembros paralizados. G. Síndrome de Raymon-Cestan. Aparece si se afecta la parte alta de la protuberancia se interesa en las vías piramidal y sensitiva de los miembros y tronco, vía central del trigémino (después de entrecruzarse, cintilla longitudinal posterior, vías olivorrúbricas y rubrospinales). Cursa con hemiparesia y hemianestesia contra laterales, y parálisis de los movimientos de lateralidad de la mirada, hacia el lado izquierdo si la lesión ocupa este lado y hacia el derecho cuando asienta en el la lesión. Además, hay temblor estático, con refuerzo intencional y asinergia cerebelosa. H. Síndrome de Wallenberg. Es uno de los síndromes más complejos de la patología. Resulta de un déficit circulatorio en el territorio irrigado por la arteria cerebelosa inferior posterior, con subsiguiente reblandecimiento de las estructuras situadas en las partes laterales de la médula oblongada. Es de observación relativamente frecuente. Con frecuencia se acompaña de insulto apoplético. El inicio del síndrome es siempre repentino, Instantáneo, súbito, sin que por ello el cuadro clínico haya de manifestarse siempre, ya de entrada, con toda su riqueza sintomatológica: • Molestias subjetivas. Al comienzo del cuadro aparecen dolores de cabeza, crisis de vértigo, parestesias en cara o extremidades, trastornos del habla, náuseas, vómitos, alteraciones visuales y sudorales. • Sensibilidad disociada. Se manifiesta a través de una considerable debilitación o intensificación de las cualidades sensibles para el dolor y la temperatura, conservándose la sensibilidad táctil. Este trastorno es desencadenado por una lesión del haz espinotalámico y del nervio trigémino. • La sensibilidad frente a los estímulos dolorosos y térmicos se pierde en la mitad homolateral de la cara y en la mitad contralateral del cuerpo correspondiente a la localización de la lesión. La afectación de toda la columna de núcleos grises del trigémino motiva la hipostesia o anestesia homolateral de las mucosas bucal, nasal, corneo conjuntival, así como del velo del paladar. • Hemiplejías y hemiparesias. Como manifestaciones transitorias de un edema peri focal, por trombosis de las arterias vertebral o espinal anterior. • Pérdidas del equilibrio, vértigo y nistagmo. Por lesión del núcleo vestibular. • Trastornos auditivos. Hipoacusia o sordera homolateral por compresión del VIII par a consecuencia de edema homolateral. • Parálisis del velo del paladar (homolateral) y alteraciones del habla. Por parálisis del nervio glosofaríngeo y contralateral de las cuerdas vocales por paresia del nervio recurrente. • Ataxia homolateral. Casi constante. • Paresias de la musculatura ocular. Con diplopía y a veces desviación conjugada (como manifestación irritativa) o posición forzada de los ojos hacia el lado del foco en los casos graves. • Parálisis facial. • Parálisis del hipogloso. Por interrupción de la vía supranuclear de este nervio. • Alteraciones visuales. Con pérdida parcial o disminución de la agudeza visual. • Manifestaciones psíquicas. Como anorexia rebelde, confusión mental, intento de suicidio. Con frecuencia están condicionados por la esclerosis cerebral concomitante. • Síndrome de Homer homolateral. • Ageusia. Por lesión del núcleo del haz solitario. En la mitad homónima de la lengua. • Trastornos vasomotores. Elevación de la temperatura cutánea y reducción de la secreción sudoral sobre la mitad del cuerpo homónima con respecto al foco, con inclusión de la cara. Ambas manifestaciones se deben a una interrupción de la vía simpática central que determina una parálisis de los vasoconstrictores. • Hipo: Por irritación pasajera del centro' respiratorio situado en el bulbo. I. Síndrome de Avellis. Parálisis unilateral y directa velo palatina (correspondiendo a la parálisis de la rama interna del espinal) y de la cuerda vocal del mismo lado y hemiplejía cruzada con indemnidad de la motilidad facial. J. Síndrome de Schmidt. Existe parálisis del trapecio y músculo esternocleidomastoideo del lado de la lesión, o sea, parálisis del nervio espinal ipsilateral y hemiplejía del lado opuesto. K. Síndrome de Jackson. Está constituido por parte de los síntomas de los anteriores (de Avellís y de Schmidt) y además por parálisis del hipogloso XII par del mismo lado de tipo periférico, con hemiatrofia lingual consecutiva. L. Síndrome de Babinski-Nageotte. Lesión unilateral del bulbo situada por encima de la decusación piramidal, sin alcanzar los núcleos de los nervios craneales suprayacentes. Se caracteriza por hemiplejía piramidal cruzada que respeta la cara, asociada a hemiplejía cerebelosa directa, por estar casi siempre lesionados a la vez los pedúnculos cerebelosos inferiores, si se interesan las fibras simpáticas de la formación reticular se puede asociar al síndrome ocular simpático de Bernard-Horner. Síndrome piramidal por lesión medular La consecuencia es la parálisis espástica del miembro superior y del inferior del mismo lado de la lesión, con indemnidad de la motilidad facial; si se acompaña de trastornos de la sensibilidad térmica y dolorosa del lado opuesto, constituye el síndrome de Brown-Séquard. La lesión debe asentar por encima del abultamiento cervical, de donde parten las raíces del plexo braquial. Si se halla en el propio abultamiento cervical, sobreviene monoplejía braquial espástica, y el brazo queda paralizado en mayor o menor extensión en correspondencia con el segmento interesado, acompañándose, en consecuencia, de signos de parálisis flácida de diferente localización y extensión, de acuerdo con el agente nosológico. Síndrome piramidal bilateral. El de origen alto (cerebro, tallo cerebral) se observa en la diplejía cerebral infantil o en la lesión de los lóbulos para centrales por tumor o causa vascular; el de origen medular, en la lesión transversa de la médula (tetraplejía, paraplejía). Trastornos de la vía extrapiramidal Trastornos del movimiento: a) voluntario: • hípercinéticos (aparición de movimientos anormales involuntarios: corea, atetosis, mioclonias, tics, temblores) • hipocinéticos (bradicinecia, acinesia) b) automáticos y asociados: perdida de la mímica emocional, desaparición de los movimientos asociados (como balanceo de los brazos al caminar) • Trastornos del tono: hipotonía e hipertonía • Trastornos de la postura: distonía Hipocinesia o bradicinesia Se manifiesta principalmente por la dificultad para la iniciación de un movimiento voluntario. Los pacientes se mueven con lentitud y torpeza, y requieren hacer un gran esfuerzo para realizar los movimientos. Al parecer, carecen de un programa motor interno (engrama) de la actividad motora a realizar. Debido a la bradicinesia se observan: pobreza y lentitud global de los movimientos de estos pacientes, hipomimia o inexpresividad facial, falta de movimientos asociados (balanceo de los brazos al caminar) y micrográfia (reducción en el tamaño de la escritura). La bradicinesia es característica de la enfermedad de Parkinson y también de otras afecciones extrapiramidales, como la enfermedad de Huntington Son por lesión predominantemente del palidonigrico (globo pálido + sustancia negra) Hipercinesias Se denomina así al conjunto de los siguientes movimientos involuntarios: temblor corea, galismo, mioclonias y tics. Son por lesión predominantemente del sistema neoestriado (putamen + núcleo caudado) Temblor El temblor es el movimiento involuntario oscilatorio rítmico, regular en amplitud y frecuencia, que se produce en ciertas partes del cuerpo alrededor de un eje. Corea Son sacudidas musculares rápidas e irregulares, que ocurren en forma involuntaria e impredecible, en diferentes partes del cuerpo. Los movimientos carecen de ritmo e intencionalidad. Tienen pequeña o mediana amplitud, y cuando afectan las extremidades, generalmente los hacen a nivel distal. Lo característico es el continuo fluir del movimiento, que pasa sin transición de un grupo muscular a otro (permanente sucesión del movimiento). Hemibalismo El hemibalismo es una corea unilateral (hemicorporal), específicamente violenta porque están involucrados los músculos proximales de las extremidades. Se produce en forma más frecuente por lesiones vasculares en el núcleo subtalámico contralateral y, por lo general, se resuelve en forma espontánea en algunas semanas luego de su inicio. Mioclonias Las sacudidas mioclónicas son contracciones musculares bruscas, rápidas, e involuntarias de un segmento corporal, de parte de este o de varios segmentos al mismo tiempo, originadas en le SNC. Se observan mioclonias en los miembros y también en el tronco, la cara, los ojos, el velo del paladar, la faringe y el diafragma. Se producen por descargas espontáneas de motoneuronas que están hiper excitables por fallo en cualquier punto de control del movimiento causado por: • Déficit de Serotonina. • Hipoxia. • Enfermedades de depósito lipídico. • Encefalopatías. • Enfermedad de Creutzfeld-Jakob. • Enfermedades metabólicas. Asterixis La asterixis sería el fenómeno inverso a la mioclonia (mioclono negativo), ya que el fenómeno fisiológico corresponde a una brusca interrupción del tono postural (ausencia de contracción muscular). Se lo observa en pacientes con encefalopatía metabólica (insuficiencia hepática o renal). Se produce en encefalopatías metabólicas: • Encefalopatía hepática. • Hipercapnia. • Uremia. Tics Los tics son movimientos anormales, involuntarios, bruscos, recurrentes, rápidos, que abarcan determinados grupos musculares. En ocasiones remedan un movimiento coordinado normal, pero tienen una intensidad variable y falta de ritmo. Las regiones cerebrales que se han implicado en la fisiopatología de los tics son los ganglios basales y la vía córticoestriado- tálamo-cortical (CSTC). trastornos del tono Es el aumento del tono muscular que acompaña a algunas enfermedades extrapiramidales recibe el nombre de rigidez y se caracteriza por una resistencia al movimiento pasivo de un segmento corporal, a diferencia de la hipertonía espástica que presenta el “fenómeno de la navaja” (fase inicial de resistencia seguida por una relajación brusca), la rigidez tiene una resistencia homogénea o uniforme a lo largo de todo el desplazamiento(rigidez cérea) o puede ofrecer resaltos intermitentes que le confieren la cualidad denominada fenómeno de la rueda dentada de Negra Trastorno de postura La distonía es el síndrome producido por contracciones musculares sostenidas y se expresa clínicamente por posturas anómalas o movimientos repetitivos de torsión.