PDF Terapias Alternativas
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Partiendo del punto que todo niño nace con la necesidad biológica de aprender, las
investigaciones médicas han avanzado muchísimo y, hoy, se sabe mucho más sobre el
desarrollo del cerebro infantil y la importancia que tienen los primeros años de vida; existen
fuertes evidencias de que la estimulación que un niño recibe durante sus primeros años
constituye la base sobre la cual se dará su desarrollo posterior. Es importante tener en
cuenta que el crecimiento total de un individuo se lleva a cabo por medio de la interrelación
del desarrollo físico, mental, emocional y social.
Sensorial
Emocional
Social
Cognoscitiva
Comunicación
Sensorial: A través de la visión, audición, tacto, olfato y gusto el/la niño/a conoce el mundo
que lo rodea; y cuanto más se ejerciten estos sentidos, más le ayudará en el desarrollo de
las inteligencias y de las diferentes etapas de madurez; de hecho, Martínez (2004) propone
que la estimulación temprana es la aplicación multisensorial, desde que nace hasta la
etapa de mayor maduración del Sistema nervioso central.
Emocional: El/la niño/a desde pequeño/a, convive con diferentes emociones donde es
necesario que aprenda a conocerlas para luego tener control sobre estas. Un niño/a se
tornará emocionalmente inteligente dependiendo de su aprendizaje en cuanto al dominio
de sus emociones, autocontrol e identificación de los estados de ánimo en sí mismo y en
los demás.
Cognoscitiva: Hace referencia a la forma como el ser humano conoce el medio que lo rodea
y organiza la realidad. De ahí, entonces, viene la importancia de ofrecer (desde el entorno)
los estímulos adecuados que proporcionen o faciliten el desarrollo intelectual.
La práctica del yoga en preescolares ayuda a fortalecer el vínculo entre la madre y el hijo,
estimula la coordinación, la agilidad y la fluidez de los movimientos; por otra parte, calma
y relaja a los más nerviosos y ayuda a conciliar el sueño, aumenta la seguridad en sí mismo
y aumenta su estado de ánimo.
Después de analizar estas importantes áreas podemos afirmar que las terapias alternativas
para niños de preescolar son muy beneficiosas; en primera instancia porque mejora la
capacidad de concentración, memoria y creatividad del niño: tres pilares para un buen
aprendizaje, Además impulsa sus competencias psicomotoras, facilita la adquisición del
lenguaje: articulación del habla, comprensión y expresión oral, capacidad de retener más
vocabulario; establece las bases para una rutina de trabajo que le ayudará a su inclusión
en la etapa escolar. El/la niño/a será mucho más autónomo tanto en el aprendizaje como
en el cuidado personal; favorece las habilidades sociales del pequeño, por ejemplo, la
empatía y su buena adaptación al entorno; y, sobre todo, refuerza la autoestima.