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Sacrificios Humanos

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Sacrificios Humanos

Historias de Rituales Sagrados de Sangre

Categoría: Liber Mortis, Texto 1, vídeo 1


Canal Arcana Sapientiae / Duración: 00:32:01 / Salida: 27.03.2020
Introducción

«Es imperativo aceptar la siguiente para-


doja: en esencia, el sacrificio humano, tal
como se practicaba en la Antigüedad, era
un acto piadoso y santo, realizado para
combatir calamidades y restablecer el
equilibrio perdido, no había furia, ni saña,
ni odio en el alma del verdugo sacrifica-
dor, su labor, era más bien un servicio in-
dispensable a la sociedad, su tarea, pagar
la deuda contraída con los dueños del uni-
verso, el acto de matar era un trabajo de
carácter místico, por tanto, lleno de amor
e incluso, algunas veces, de delicadeza, en
esta contradicción aparente, encontra-
mos el origen del drama de unos seres hu-
manos que mataban a otros para alabar a
sus dioses y obtener de ellos el favor, la
misericordia y la gracia»
Abordamos esta presentación con un
fragmento de un conocido libro del antro-
pólogo británico Nigel Davies, en él, se nos
señala el carácter y propósito sagrado de
aquellas prácticas sacrificiales de huma-
nos, realizadas por otros humanos; prác-
ticas que hoy día nos resultarían, a todas
luces, bárbaras, descabelladas y cierta-
mente inhumanas.
No obstante, tal y como nos narra Davies,
hay que tomar en cuenta que se desarro-
llaban bajo un halo místico y ritual, como
una manera de expurgar las calamidades
y males de toda una sociedad, es muy
cierto que, aún dándonos este contexto
religioso y expiatorio, quizás, tal funda-
mento, no nos bastaría para apartar de di-
chas prácticas nuestro dedo acusador y no
nos dejaría de causar espanto y conmo-
ción tan sólo imaginar que nuestra misma
especie sea capaz de eliminarse a sí
misma, bajo fundamentos tan prosaicos
como lo es la religión y las creencias idó-
latras, fanáticas y paganas… pero… ¡Un
momento! Acaso nos olvidamos que hoy
día seguimos la matanza de seres huma-
nos perpetrada por otros seres humanos
y con causas, aún mucho más innobles,
como lo es las ansias de poder de algunas
élites, en detrimento de los más débiles,
matanzas que cuando no se llevan a cabo
por medio del poder, se hacen por medio
de una cruenta cruzada territorial y, en
muchos países, sobre todo del oriente, si-
guen teniendo ese tinte religioso… Así
pues, en realidad no tenemos ningún de-
recho de levantar nuestro dedo acusador
y juzgar aquellos actos de la Antigüedad
más atroces y cruentos que los abomina-
bles e igualmente sangrientos de nuestro
siglo. Y aún más, debemos admitir, que
nuestro entorno es tan distinto de los
mundos antiguos que no podríamos juz-
garlos con objetividad, y los sacrificios hu-
manos, considerados trances hieráticos y
sagrados para ellos, tampoco podríamos
concebirlos dentro de las esferas de lo cri-
minal ni en un sentido patibulario, sino
sencillamente como lo que son: ¡Actos
completamente culturales y, lo queramos
o no, humanos… muy humanos!
…..
Sobraría decir que nuestra intención, en ningún modo,
es la de aupar el morbo malsano y causar perturbacio-
nes en el ánimo de nuestros oyentes, solamente nos li-
mitamos a narrar hechos históricos y acreditados por
las diversas fuentes consultadas, sin embargo, creemos
justo advertir que el contenido de esta presentación po-
dría herir algunas sensibilidades.
Desarrollo

Los sacrificios humanos han sido practi-


cados en buena parte de las civilizaciones,
con mayor prominencia en la prehistoria
y en la Antigüedad.
En la prehistoria, los sacrificios comporta-
ban un componente más bien de tipo ani-
mista, ya que se llevaban a cabo con la fi-
nalidad de absorber la energía vital de sus
víctimas estas podían ser sus enemigos o
podía darse el caso de sacrificios conde-
natorios ya sea porque la víctima hubiese
realizado alguna acción condenable para
la tribu o, simplemente, porque se halla-
ran en ella alguna anomalía o una marca
de nacimiento que los hiciera distintos a
su comunidad. Héródoto de Halicarnaso
nos narra varias anécdotas de tribus
prehelénicas y circundantes en donde se
cumple este tipo de sacrificios.
En otra de sus narraciones nos describe
un sacrificio en el que se sugiere una es-
cena de canibalismo, práctica frecuente
en los pueblos indoeuropeos y preheléni-
cas.
Ciro el Grande, pretendía casarse con la
Reina de los Masagetas, esta declinó su
propuesta, y por tal rechazo, Ciro envió
sus tropas persas a invadir y conquistar
esas tierras, la Reina Tomiris fue la vence-
dora y ella misma tomó el cadáver de Ciro
y lo desmembró y mandó a llenar un odre
con su sangre y allí puso a macerar la ca-
beza del desdichado rey y lo exhibió como
trofeo de guerra y el resto de sus miem-
bros fue devorado por los guerreros ma-
sagetas para adquirir así la fuerza y el co-
raje de los vencidos.
Estas prácticas de antropofagia, no sólo se
dieron en pueblos tildados de bárbaros y
salvajes, pues se dieron también en el ám-
bito griego, vale la pena mencionar, el so-
nado caso de las ménades en servicio del
dios de la vid y el éxtasis orgiástico: Dio-
nisos, quienes en un impetuoso frenesí,
practicaban el sparagmos un ritual que
consistía en desgarrar la carne de anima-
les vivos y comerlos crudos, según relata
Eurípides en las Bacantes, el rey Penteo
había prohibido este tipo de prácticas, y el
mismo terminó siendo despedazado vivo
por las oficiantes del dios.
Ya en este contexto de las sacerdotisas de
Dionisos, se entreve el componente prin-
cipal de los sacrificios humanos perpetra-
dos en la Antigüedad: el acto ritual de
ofrecer sacrificios a los dioses, así, vemos
que existe una sutil pero importante dife-
rencia entre los hombres prehistóricos
que mataban y devoraban para obtener
las cualidades de sus enemigos, así como
los Trausos mataban para acelerar la
muerte y los Masagetas mataban a sus
reos de guerra. Pero gran parte de los sa-
crificios humanos fueron llevados a cabo
con la intención de aplacar la ira de los
dioses, o para su simple complacencia y
en algunos otros casos, para saciar la sed
de sangre que estos requerían.
Es decir, son los dioses y no los hombres
los beneficiarios del sacrificio, ellos se tra-
gan el alma de la víctima, absorben su do-
lor y subliman su sufrimiento.
Esta es muy probablemente la fuente de
inspiración para la tragedia escrita por
Eurípides de su “Ifigenia en Tauride” en la
que el guerrero Agamenón ofrece en sa-
crificio a su hija Ifigenia a la diosa Artemis,
aunque el dramaturgo da un final piadoso
al desarrollo del sacrificio ya que la diosa
lo impide y en su lugar se inmola un
ciervo.
Muchos son los mitos y leyendas, entre los
griegos, que narran sacrificios humanos;
famosa es la ofrenda al Minotauro de
Creta en la que cada nueve años se hacía
entrar en su intrincado laberinto a nueve
donceles y nueve doncellas, las cuales, al
extraviarse en las inexpugnables galerías,
eran sorprendidos por el minotauro una
bestia mitad toro y mitad hombre quien
los mataba a cornadas y luego los devo-
raba a placer.
Sin embargo, estos son mitos construidos
por la imaginación de los poetas, aunque
quizás muy probablemente bajo bases
reales, pues se sabe que la antropofagia y
los sacrificios entre los griegos eran
reales, por ejemplo, existía en Atenas,
cuna de las más brillantes mentes que for-
maron la cuna del pensamiento occiden-
tal, la costumbre de vestir y alimentar a al-
gunos mendigos inútiles que luego eran
sacrificados en ocasión de algún desastre
de manera que así se aplacara la ira de los
dioses.
Los sacrificios humanos fueron prohibi-
dos por Licurgo hacia el año 850 a. C. pero
no fue hasta el s. V que fueron totalmente
erradicados por intervención de Pericles.
En Roma también hubo sacrificios huma-
nos, de hecho, antes de la llegada al trono
de Tiberio y del cruel y enfermizo Calí-
gula, las peleas de gladiadores no eran
exactamente un festín de matanzas con el
único objeto de entretener a los ciudada-
nos, sino que se llevaba a cabo de manera
ceremonial y solemne como ofrendas sa-
crificiales y expiatorias dichas matanzas.
El estigma de inmolarse a los dioses de
aquellos tiempos remotos de Roma, sin
embargo, mantuvo su eco más adelante en
donde ciudadanos se arrojaban por dece-
nas a los cauces del río Tíber con motivo
de conjurar espantos y pestes. Famoso es
el suicidio de Curcio quien se arrojó a las
fauces de la tierra instigado por un
Oráculo, el hecho ocurrió en el 362 a.C se-
gún nos lo narra Tito Livio.
Otro de los pueblos en el que los sacrifi-
cios humanos eran llevados a cabo como
ofrendas a los dioses, era aquel conocido
como los celtas, acérrimos enemigos de
los romanos y que gracias a escritos de
Posidonius, Estrabón y de hombres insig-
nes como el mismo Julio César pudimos
conocer sus costumbres y ritos.
En el oriente medio también se llevaban a
cabo horrendos sacrificios humanos, de
todos los casos, muy seguramente el más
horrendo es el culto a Moloch que la biblia
denuncia repetidamente de forma horro-
rizada, tildando a cananeos, filisteos, asi-
rios, fenicios y cartagineses como bárba-
ros y herejes quienes ofrendaban a esta
infame deidad inocentes víctimas. El his-
toriador de las religiones Mircea Eliade
nos narra este dantesco cuadro.
Muy a pesar que la Biblia condena los sa-
crificios humanos repetidas veces en el
Antiguo Testamento, en contraste con los
dioses cananeos tal y como lo era Moloch,
en ella también se contemplan este tipo
de sacrificios ordenados por el dios de los
israelitas Yahveh, tal es el caso de Jefté
juez y guía del pueblo de Israel en la bata-
lla contra los amonitas, quien, como resul-
tado de un voto a Yahveh, termina sacrifi-
cando a su hija. No obstante, el sacrificio
más famoso de la biblia, sin duda, es el del
hijo del patriarca Abraham el cual se iba a
llevar a cabo sólo para demostrar la obe-
diencia a este dios.
Son muchas las civilizaciones del viejo
mundo en donde se desarrollaban estas
prácticas, pero cuando salta a la palestra
de la historia los acontecimientos del con-
tinente americano, resaltan de manera es-
trepitosa los rituales aztecas que tanto re-
pugnaron a los conquistadores de Méjico
Central, los cuales fueron narrados por
Francisco López de Gomara en su Historia
General de las Indias hace ya medio mile-
nio.
CONCLUSIÓN
Los sacrificios humanos son cosas de épo-
cas pretéritas, en las que el hombre no di-
ferenciaba muy bien entre los dioses be-
névolos y los demonios malignos, el ser
humano, víctima arrojada en el tiempo,
era aparentemente más frágil y las órde-
nes religiosas se mantenían ejerciendo y
fomentando el terror, o tal vez los sacrifi-
cadores también vivían aterrados y te-
miendo. Esta distinción se la dejamos a los
antropólogos, sociólogos, historiadores y
filósofos, pero debe quedar claro, que en
el sacrificio no había énfasis ni desme-
sura, por tanto, apartemos las ideas mora-
listas y discriminatorias que nos hacen
odiar a los pueblos practicantes del sacri-
ficio, además con qué derecho podemos
condenar a los antiguos, cuando nosotros,
habitantes de estos siglos modernos y
quejumbrosos, hemos cometido innume-
rables crímenes que la historia, sin duda,
nos recordará. Estos tiempos también
merece severos reproches, por tanto, no
seríamos buenos jueces de ningún asesi-
nato y mucho menos de un asesinato sa-
grado y ritual. Ahora no practicamos ya
aquellas ceremonias, pero sacrificamos
juventudes por un trozo de tierra, por di-
nero, por poder… ¡Estos son nuestros dio-
ses hambrientos! Tal vez no hemos avan-
zado nada, tal vez seguimos siendo “bár-
baros”.
MÚSICA EN ESTE VÍDEO:

Apprehension - Supernatural Haunting de Kevin MacLeod está sujeta a una licencia


de Creative Commons Attribution (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/)
Fuente: http://incompetech.com/music/royalty-free/in-
dex.html?isrc=USUAN1100327
Artista: http://incompetech.com/
Controlled Chaos - Supernatural Haunting de Kevin MacLeod está sujeta a una licen-
cia de Creative Commons Attribution (https://creativecommons.org/licen-
ses/by/4.0/)
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Dama-May - Primal Drive de Kevin MacLeod está sujeta a una li-


cencia de Creative Commons Attribution (https://creativecom-
mons.org/licenses/by/4.0/)
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Commons Attribution (https://creativecommons.org/licen-
ses/by/4.0/)
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FUENTES DE LA INFORMACIÓN

• Sacrificios Humanos – Wikipedia (Español)


• Human Sacrifice – Wikipedia (Inglés)
• Sacrifice Humaine – Wikipedia (Francés)
• Sacrificio Umano – Wikipedia (Italiano)
• Nigel Davies, Sacrificios Humanos de la Antigüedad a Nuestros Días
• Liji o El Libro de los Ritos, Cap. II, Fr, 2
• Heródoto de Halicarnaso Hist. 5-4
• Robbin Rossell, Enciclopedia de Demonología
• Mircea Eliade, Historia de las Religiones
• LA BIBLIA GEN.22
• Francisco López de Gomara, Historia General de las Indias

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