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Soteriologia Juan

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Universidad Adventista del Plata

Profundización en Soteriología
Juan Carlos Játiva
Maestría Teología 2020

SOTERIOLOGÍA DEL EVANGELIO SAN JUAN


El evangelio de Juan es uno de los cuatro evangelios conocidos como sinópticos
dentro del Canon del Nuevo Testamento, mismo que en sus relatos muestra muchos detalles
que los otros evangelios no presentan y obvia algunos que para el autor pareciera no tener
mucha relevancia en la teología que quiere presentar acerca de Jesús y de su ministerio de
salvación.
En el evangelio de Juan podemos encontrar a un Jesús que se dirige a sus discípulos y
seguidores con un tono firme (2:4; 4:17, 18, 48: 5:54 -47; 7:6 - 9) y combativo (3:10 – 12;
5:39, 40, 42, 44; 8:44), se involucra en el fragor del debate (3:1 – 15; 8:31 -37) y hasta puede
llegar a ser un poco sarcástico en algunos momentos (9:41; 10:32); adicionalmente
encontramos alegorías de Jesús siendo el Buen Pastor (10:1 – 18) y siendo él la Vid
verdadera (15: 1-8).
Sobre su autoría el Evangelio de Juan queda deliberadamente anónima, más la
tradición de la iglesia primitiva identifica al discípulo amado como Juan, hijo de Zebedeo
como el autor. Posiblemente haya sido escrito hacia el final del Siglo I antes de la muerte
inminente de su autor (21:20 – 24).
Su estructura es bastante sencilla, comienza con un prólogo (1: 1 -18) y termina con
un epílogo (Juan 21). Juan 1:19 a 12:50 se centra en el ministerio de Jesús, mientras que 13:1
a 20:31 se centra en su muerte, sepultura y resurrección, y en los eventos que lo rodean.1
Cuando analizamos el Evangelio de Juan podemos encontrar que en sus escritos el
lenguaje en el que se expresa es a través de analogías como luz, vida, conocimiento, pan,
agua, verdad, etc., y que su interés primordial es presentar la doctrina de la salvación.2
Existe un propósito bien marcado en el evangelio de Juan, el cual es declarado
abiertamente en Juan 20:30, 31, donde el autor presenta el porque ha sido escrito el libro
“para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en
su nombre”.3
Es por eso que Juan en su necesidad de presentar el interés por el cual escribe el
evangelio, se encuentra basado en la experiencia de Tomas y su incredulidad, por lo tanto el
propósito inmediato del Cuarto Evangelio, es el de persuadir a la segunda generación de que
podía tener una experiencia cristiana efectiva aunque no hubiera un apóstol vivo en su
medio.4

1
Paulien, Jon. La Biblia Amplificada del libro de Juan. Buenos Aires: Argentina. ACES, p. 21
2
Turner, George Allen. Soteriology in the gospel of John. Journal of the Evangelical Theological Society, 19 N. 4
(1976): 271 – 277
3
Santa Biblia, versión Reina Valera.
4
Paulien, Jon. La Biblia Amplificada del libro de Juan. Buenos Aires: Argentina. ACES, p. 23
Una de las acciones más prominentes en el evangelio de Juan es la necesidad del
cristiano y tiene que ver con el verbo “creer” (pisteou), el cual aparece 98 veces (en
comparación con un total de 34 ocurrencias en los sinópticos) y apunta a la principal
preocupación del evangelista basado en el propósito por el cual fue escrito el libro. Pero ¿Qué
implica creer? ¿Cómo puedo “creer” en el sentido juanino si este se refiere a una mera
credulidad o a la aceptación de una doctrina?, por lo que “creer” para Juan ha sido
identificado como involucrando hechos, personas, milagros, participación “en Cristo” 5 (1:12;
2:23; 3:16 – 18, 36; 4:39; 6:29, 35; 7:5, 31, 38-39, 48; 8:30; 9:35-36; 10:42;11:25; 45-18;
12:11-12, 37, 42, 44, 46; 14:1, 12; 16:9; 17:20).
Uno de los temas importantes en el evangelio de Juan es acerca de la fuente y del
origen del cual viene Jesús, existe un uso frecuente en la venida de Jesús como de aquel que
viene “de arriba”, haciendo alusión a su preexistencia con el Padre. (Juan 1:1-3, 9, 14-17, 18;
3:13, 31; 7:27-29; 8:42; 16:28; 17:5), siendo Jesús la revelación suprema de Dios.
Es por eso que a través de esa revelación y quienes caminan con Jesús se les promete
que ellos verán los cielos abiertos (1:50, 51). Pueden mirar su gloria (2:11); la gloria de
Aquel que bajo del Padre (1:14; 16:27, 28; 17:5). Al hacerse humano Jesús poseía la
habilidad de compartir las cosas celestiales con la humanidad porque él vino del cielo (3:11-
13; 6:32-35, 46-51; 8:23; 13:3).6
Cuando Juan escribe el evangelio se produce una preocupación en él y la necesidad de
presentar en el Evangelio “la hora” (“hora”) de las cuales aparecen 26 veces en el texto, y 14
hacen referencia a la pasión o muerte de Cristo y hacia su Resurrección. Varias veces se
puede leer acerca de la llegada de su “hora” (2:4; 4:21, 23; 5:25, 28; 7:30; 8:20; 12:23, 27;
16:32; 17:1). Todo esto enfoca la atención en el “fin” de Jesús en la cruz, siendo éste el factor
clave en la redención del hombre. No hay dudas en la cuales se muestre que Juan en su
teología descuide el tema de la cruz y de la resurrección.
Juan presenta el énfasis de manera reiterativa acerca de que el Evangelio que Jesús
esta presentando a los hombres viene directamente del Padre (7:16-18; 8:26, 40; 12:49, 50).
Por lo tanto Jesús puede presentarse como la luz del mundo (8:12; 9:5; 1:4, 5, 9-11). Además
él realiza las obras de su Padre quien las hubiera hecho si él estaría en la tierra en lugar de
Jesús (9:3, 4; 10:25, 37, 38).
Cuando se lee el evangelio de Juan es interesante como resalta la presencia de Dios a
través de Jesús, es decir podemos ver en Jesús al Padre pero en acción y de una forma
humana (14:6-11; 17:26). Nos enseña el sentido de la obediencia al indicarnos que Jesús hace
lo que el Padre le ordena (14:31; 15:10). Y Jesús es el Hijo de Dios, no porque se inferior,
sino porque es la imagen misma de su Padre (5:19-23; 10:30).
Un tema bastante relevante es el que implica el concepto de la salvación como
respuesta del hombre y también bajo la intervención de Jesús, por ejemplo podemos
encontrar que la salvación se encuentra supeditada a la decisión de Jesús: “el Hijo da vida a
quien quiera” (5:21); “todo lo que el Padre me da vendrá a mi” (6:37); “nadie viene a mi a
menos que el Padre me lo traiga” (6:44); pero también tenemos la acción salvífica de Jesús

5
Turner, George Allen. Soteriology in the gospel of John. Journal of the Evangelical Theological Society, 19 N. 4
(1976): 271 – 277
6
Paulien, Jon. La Biblia Amplificada del libro de Juan. Buenos Aires: Argentina. ACES, p. 27
sobre aquellos que responden aceptan dicha salvación la cual es para todo el mundo, por
ejemplo: “porque de tal manera amó Dios al mundo” (3:16, 17); “tendrán vida eterna” (5:24,
29), llegarán a ser “fuentes de agua viva” (4:14).
Dios ama al mundo; envió a su Hijo para salvarlo. Pero el ofrecimiento de la salvación
se da bajo la condición de que el hombre escoja el que hacer, si decide andar en la luz o
decide andar en la oscuridad, si decide abandonar los pecados en vez de defenderlos, o decide
elegir la vida eterna o la muerte eterna (3:19; 5:30; 6:35-40).
Pero a este tema de la salvación Juan presenta de manera categórica el significado de
la cruz, allí se hace la gran revelación del carácter de Dios, se presenta una última instancia
en su sacrificio sobre la cruz (12:23, 24). Jesús no puede ser “levantado” en otro lugar que no
sea la cruz (3:14, 15; 8:28; 12:32). Es la “exaltación” máxima de Jesús en la cruz lo que trae
gloria al Padre (12:27, 28). La muerte de Jesús provee salvación y vida a todo el mundo
(3:16). Por lo tanto la cruz de Cristo es el acontecimiento central en el relato del Evangelio de
Juan.
Otros pasajes que encontramos con acciones y expresiones soteriológicas son:
 El “cordero” es quien quita el pecado del mundo (1:29)
 Jesús es la “resurrección y la vida”; quien cree en él aunque este muerto vivirá (11:25)
 Jesús es el “camino, verdad y vida” (14:6)
 El “conocer al Dios verdadero” se obtiene vida eterna (17:3)
 Destruid este cuerpo y en tres días lo levantaré (2:19)
 Yo soy “la vid verdadera” y mi Padre es el labrador (15:1)
 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor (15:10)
La salvación del hombre viene del Padre a través del Hijo y esta disponible para todos
los que creen en Jesús como el Mesías y Salvador. Además su muerte y resurrección hacen
que la vida eterna este disponible para todos aquellos que “vienen, ven, cree, y obedecen”
(20:31)

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