Viajeros y Cronistas
Viajeros y Cronistas
Viajeros y Cronistas
CRÓNICA DE MORUA
Virreinato. Reyno.
Audiencias y Cancillerías
Encomiendas y repartimientos
Corregimientos de indios. Curas. Curacas descendientes de las autoridades incas. Juez de naturales. Caja comunal.
Tributos en especies de la zona y un timón para salud de los pobres
Provincias. Distritos. Pueblos. Lima capital del virreinato. Gob como lo de Valladolid y Granada. Audiencias en
Panama. Quito. La Plata de la region de Charcas. Santa Cruz de la Sierra. Tucumán y del Paraguay. Reyno de Chile.
(Pedro de Valdivia cqtdor y muerto por Araucos. García Hurtado de Mendoza San Garcia
La Villarrica de Oropesa en el asiento de Huancavillca es una de las más necesarias y ricas de este reino del Perú,
como diremos mucho más adelante llamóse Huancavillca antiguamente porque en ella se dio una muy porfiada y
cruel batalla entre dos capitanes: uno llamado Huaman que era inga Y el otro Huanca, natural de aquella tierra y,
aunque hizo su deber muy valerosa mente, al cabo fue vencido y preso. Los soldados del Huaman, gozosos de la
victoria, pusieron a aquel valle o asiento Huanca por causa y memoria del capital vencido y villca por un cerro muy
alto que ahí estaba y así se le quedó Huancavillca. Después cuando el virrey don Francisco de Toledo visitó este
reino y subió a Potosí, conseguí de dando que en el beneficio que a los metales se hacía por fundición, aunque se
sacaba mucha cantidad de dinero, era mucha costa, y se perdía en la labor casi la mitad de la plata y que estaba
oculta porno apurarse los metales y, habiéndose descubierto en este asiento unas ricas minas de Azogues, mando,
en nombre de su majestad, se fundase ahí una vía, la cual se llamó de Oropeza, por ser el natural de Oropesa en
los reinos de España y hermano del conde de aquella villa.
Fue la población de esta Oropesa el remedio universal de este reino a causa de qué, habiéndose repartido indios
entre los mineros, se empezaron a sacar muchos millares de quintales de haz hoy el cual, pagando ocelo su
majestad a como con ello se concertaban lo llevaban por tierra al puerto de Chincha, que está más abajo, siete
leguas, del de Pisco y ahí embarcándolo en navíos se transportaba a la villa de Arica, de donde en recuadros de
carneros de la tierra es llevado a la Villa Imperial de Potosí, y entregado a los oficiales reales de ella, que lo
reparten entre los mineros del cerro, con que se beneficia, el día de hoy, los metales, tres veces al doble, en más
cantidad que solían antes por fundición. Se saca al doble la plata y más pura y más acendrada que solía, creciendo
la ley, todo lo cual resulta de esta vía de Oropeza y de eso sobre, y al rey y a los mineros de ella y a los de Potosí no
tiene cuenta ni suma el grandísimo interés que le resulta y riqueza.
Esta vía fue fundada en medio de dos cerros: el uno es de donde se saca el Azogues, y otro enfrente, de plata, que
se sacó en un tiempo y se dejó por seguir las minas días hoy. El temple es muy frío y desabrido, pero todo lo hace
sufrir el deseo de plata. La villa es de gente rica y que gastan el dinero con prodigalidad y excesivamente. Hay en
ella Vicario, puesto por el obispo del Cusco, en cuyo en cuya jurisdicción cae, y tres beneficiados con 800 pesos
ensayado de salario y un convento de religiosas dominicos y un hospital, donde se curan indios enfermos. Pero, si
ha sido de grandísima riqueza y aumento para el reino está Villa, también ha sido causa de muchísima disminución
a las provincias de donde acuden indios ella, repartidos para labor de las minas, porque los que entran en los
socavones y, aún los que están en los asientos dando fuego el beneficio, se suele hacer del humo idea
Hualy7899@gmail.com
Gabriel Rodriguez iglesia católica. Catequista Hermano abriel
Indios
miguel luna
Oscar scarpati
Capricho
PROCTOR. ROBERT
Este escritor inglés llegó a Buenos Aires en 1823, cruzó el país hasta Chile y pasó de allí al Perú, en una
de las épocas más memora- bles para la historia de la emancipación americana. Tuvo oportu- nidad de
conocer interesantes sucesos y personajes políticos; tomó notas y apuntes; a su regreso a Inglaterra
escribiói el volumen Notas (l€l viaje por la Cordillera de los Andes, que Integrb. la serie de obras de
viajeros ingleses (Andrews, Miers, Hall, Miller, Haigh, hermanos Robertson y Head) relacionados con la
historia argen- tina en la primera mitad del siglo XIX.
La obra de Proctor, traducida al castellano por Carlos A. Aldao, contribuye eficazmente al conocimiento
de la personalidad y actuación política del general San Martín.
En 8 PRÓlvOGO
literarias con palabras a que se podría aplicar el conocido pro- blema algebraico: si se pone un grano de
trigo en la primera ca- silla de un tablero de ajedrez, dos en la segunda, y se dobla sucesivamente la
cantidad, cuando se llega a la 64, la progresión es tan enorme que no habría trigo suficiente en el mundo
para igualar el resultado del cálculo.
En la historia americana quizás no haya período menos cono- cido, o que a la ac- tuación de San Martín
en el Perú, su retiro abnegado, y la sub- siguiente aparición de Bolívar en aquel escenario para resolver y
afianzar la independencia del Continente. Diríase que no satisfe- cho
En la historia americana quizás no haya período menos cono- cido, o que más pongamos de lado, que el
correspondiente a la ac- tuación de San Martín en el Perú, su retiro abnegado, y la sub- siguiente
aparición de Bolívar en aquel escenario para resolver y afianzar la independencia del Continente. Diríase
que no satisfe- chos los argentinos actuales con que sus antecesores no hubiesen rematado la obra de la
redención sudamericana, lanzamos un pu- rado de polvo para ocultar lo que no halaga nuestro orgullo o
am- bición. Sin embargo, nuestra razón de ser está expresada cuando proclamamos a San Martín Padre
de la Patria, como hombre re- presentativo de lo mejor del alma nacional, con sus luces y sus sombras.
Animado por un alto ideal se levantó encima de las lu- chas civiles que modelaron en la barbarie nativa
la estructura de una democracia.
Sabemos que San Martín entró en Lima, declaró la indepen- dencia del Perú y se proclamó Protector,
renunció y se retiró de la vida pública a raíz de la famosa, entrevista de Guayaquil; pero no conocemos
bastante las incidencias y detalles del período in- teresantísimo que este libro contribuye a ilustrar. No
sabemos o nos es doloroso saber que el estado caótico producido en nuestro territorio por la guerra
intestina, debida en primer término a que el país se vio libre del enemigo extranjero desde 1810, fué
causa de que la nación no existiera como persona del derecho público, en 1820, cuando San Martín,
bajo la bandera chilena, emprendió la expedición del Perú; que el ejercito argentino-chileno fué odiado
como extranjero en el país sobre que naturalmente pesaba, y los argentinos, desprendidos como un
bólido, no recibieron refuerzos, recursos o estímulos de su patria.
Por tanto, se aflojaron los resortes de la disciplina y así se explican las páginas, tristes para nuestro
orgullo, en que mister Proctor refiere la sublevación de los últimos restos del glorioso ejército de los
Andes, trabajado por el deshonor y la traición, que entregó al enemigo los castillos del Callao, en 1823.
De ese- de- sastre solamente se salvaron 120 granaderos a caballo que, redu- cidos a 80, representaron
el nombre argentino en Ayacucho y, con catorce años de guerrear por
gresaron, en 1825, al mando del coronel Bogado, para depositar sus armas en el mismo sitio de donde
las sacaron.
Los sucesos del Perú tienen mucho que ver con los elementos de lo que podría llamarse nuestro destino
nacional, y al poner de manifiesto los gérmenes del pasado histórico, dan fundamento para predecir con
alguna probabilidad el camino en que fatalmente se desenvolverán las naciones de este Continente.
Para la mejor com- prensión de esa época se encontrarán en este libro temas de re- ílexlóu, en las
descripciones topogi'áficas de las regiones remotas donde se mostró la acción argentina, o en las
referentes a la vida doméstica y social, y al vacilante espíritu político predominante en el Perú.
Con la. presente termino la traducción de obras inglesas que contienen narraciones exactas de nuestro
país y de las modalida- des de su estado social, desde 1S06, en que llegó el mayor de los Robertson,
seguido por Hall, Haigh y Head, hasta este libro com- plementarlo del ciclo de la Revolución, tanto en la
vida interior como en las últimas fulgixraciones de nuestra expansión conti- nental .
He de agregar solamente que me ha decidido a afrontar esta tarea la consideración de que, aunque
mister Proctor no conoció sino fugazmente al general San Martín, retirado en Mendoza, sin embargo,
del juicio sugerido por su trato personal y de los re- cuerdos consignados incidentalmente en la obra,
surge la figura noble y austera del Libertador tal como la conciben los argentinos.
Prefacio
Para dar cuenta en cierto modo de la manera categórica con que el autor habla de la conducta y
carácter de la mayor parte de los individuos que se han distinguido en Sud América, quizás sea
conveniente establecer que, como representante del contratista del empréstito peruano, fué llevado a
tratar con ellos y tuvo oportunidades frecuentes de verles y conocerles. Muchos aconte- cimientos
políticos a que ha tenido ocasión de referirse han sido mal comprendidos en este país, y ha intentado
presentarlos en su verdadera luz.
Del Perú puede observarse que, aunque sea acaso el país más interesante y singular de Sud América, se
conoce menos acerca de él y._sus habitantes que de los demás Estados independientes. El autor
simplemente espera estar habilitado, en grado insignificante, para suplir esta deficiencia de observación.
*.ro lado. Aquí nos detuvimos pocos minutos para recoger algunos recuerdos insignificantes del lugar, y
echar una mira- da aue, por la altura inmensa en que nos encontrábamos, se esperaría dominase todo
un hemisferio: en efecto, uno de nuestros modernos poetas (Campbell) ha dicho:
Look from his throne of clouds o'er half the world (1).
Pero haciendo todas las concesiones a la exageración poé- tica, ciertamente pensaba por lo que había
leído en narracio' nes de otros viajeros, que dilataría mi mirada sobre Chile, descripto como el país más
rico del mundo, tendido a nues- tros pies como un mapa, y compensando nuestra tarea con sus
perspectivas sin fin y exuberantes. Me disgustó mucho en- contrar todo lo contrario. Atrás no veíamos
nada más cjiíe el valle que habíamos dejado, con profundidad inconmensura- ble, triste y solitario;
arriba, a cada lado, los picos escabrosos y cumbres nevadas de montañas que subían todavía más al civ-
^lo ; adelante, la vista era todavía más espantosa y sin es- peranza. Enormes montañas negras se
amontonaban sin orden y parecían mucho más áridas y salvajes que las que acabábamos de pasar. La
bajada parecía conducir solamente a un pozo sombrío, camino abajo, que sólo mirarlo casi nos diba
vértigo, pues era mucho m.ás empinado y escabroso que la subida opuesta. Encontramos el aire de la
Cumbre frío ; n extrem.o, y el viento muy penetrante. Es costumbre de la mayor parte de los viajeros
envolverse la cara durante todo eí camino de la Cordillera para abrigarse del aire y proteger
especialmente los ojos contra el deslumbramiento del sol en la nieve. He oído de algunas personas que
llegaron a Chile completamente ciegas y quedaron asi algunos días, con todo el rostro y particularmente
los labios tan hinchados que sus amigos difícilmente los conocerían. El único efecto en no- sotros fué
que los labios se nos hincharon por breve tiempo y luego se despellejaron, y lo mismo los rostros en
mayor o me- nor grado.
(1) Domle el Ande, grigante de la estrella occidental, tlesplí^ado al viento su estandarte mete^'irico,
domina desde su trono de nubes la mi- tad del mundo.
Cap. Xviii. O
19
CAPITULO XVLLL
La entrada en Lima, especialmente por la puerta del Callao, es muy atrayente ; las lucientes cúpulas y las
torres de varias iglesias y edificios públicos, se alzan del seno de arboledas de naranjos y limoneros y
contrastan lindamente ton su verdor. El ápice de la catedral, la cúpula de San Agustín, y las torres de
Santo Domingo y San Francisco, son las más salientes. En el fondo, los Andes, que parecen en algunos
sitios aproximarse a la ciudad hasta cerrar las calles principales.
Cruzando el puente el pasajero llega inmediatamente a la plaza de cuyos cuatro costados las calles se
ramifican como de costumbre en cuadras ; naturalmente son derechas y casi todas deil mismo ancho ;
muchas tienen acequias que contribuyen mucho a la salubridad y limpieza. El pavimento central es de
guijarros, y las veredas de los costados de losas toscas malamente colocadas, y tan estrechas que aun en
las calles principales dos personas apenas pueden caminar de frente.
Dos costados de la plaza están formados por edificios públicos. El palacio o casa de Gobierno, donde al
principio el virrey mantenía su rango, ocupa una manzana entera de 150 yardas por costado. Es edificio
antiguo, revocado y feo, de color rojizo, con la entrada principal a la plaza, y otras tres calles, cada una
de las cuales forma un costado : las tiendas más ruines semejantes a las de nuestros tratantes ingleses
en artículos navales o hierro viejo, ocupan lo que puede llamarse piso bajo en los dos frentes principales
de este edificio ; de ahí que el conjunto tenga un aspecto de desdicha y grandeza venida a menos.
Adentro el moblaje y los apartamentos de go- bierno corren parejas con el exterior; las habitaciones son
largas y angostas, pero algunas aun ostentan reliquias de deteriorada magnificencia. Ahora se usan
principalmente para oficinas que atienden el despacho de los asuntos púbflicos. Los patios tienen
fuentes y los jardines están trazados de manera muy regular. Durante la administración del marqués de
Torre Tagle, los asuntos de gobierno se resolvían en su domicilio particular, uno de los más hermosos
edificios de Lima y poco antes de mi arribo había sufrido restauración completa.
a una gran espacio de terreno con patios sucesivos. Los muros son generalmente pintados con pasajes
de las Escrituras, y los pisos de baldosa de colores imitando mosaico. Los frentes de la mayor parte de
las iglesias son prolijamente ornamentados con nichos llenos de santos, arabescos y otros dibujos, cuyo
costo y trabaja no fueron mucho mayores, antes de despojárseles de sus utensilios y ornamentos de oro
y plata. No tienen mamparas que dividan el coro de la nave y al entrar por la puerta mayor nada hay que
obstruya la mirada hasta el altar en el otro extremo. Las mesas, las barandillas que las rodean, y las
arañas colgadas por todas partes, fueron antes de plata maciza dorada pero durante la contienda
pendiente, la madera y el metal de baja ley la han reemplazado, aunque el dorado se ha prodigado en
éstas con la máxima profusión para ocultar su falta de valor intrínseco. Se da aspecto particular de
magnificencia a las iglesias mayores de Lima con cortinas de terciopelo carmesí que en las grandes
funciones oficiales cuelgan y cubren todos los pilares que soportan el techo de la fábrica. Generalmente
tienen dos órganos, uno frente a otro, y sobre la puerta mayor.
En el suburbio del otro lado del Rimac hay una capilla de yeso pintado, que los limeños tienen como
gran curiosidad se dice fundada por mano de Pizarro, pero nunca
ner ningún testimonio auténtico de esta historia. Aun se usa para el culto y se tiene gran cuidado que
siempre ardan cirios en ella. Relacionada con edificios religiosos se puede mencionar la Inquisición; este
edificio ha desmejorado mucho y no es notable por nada excepto sus enormes puertas maci- zas, y una
inscripción en ellas para justificar la propagación del cristianismo a filo de espada. Rn los calabozos y
cáma- ras interiores se exhiben instrumentos de tortura y argollas y cadenas con que los criminales eran
atados a las paredes. Úl- timamente la Inquisición ha sido utilizada por tropas de la guarnición de Lima.
La actual sala del Congreso primera formó parte de la Inquisición, y ni adentro ni afuera presenta nada
digno de mención.
La Moneda es edificio muy grande e importante, aunque durante la guerra ha sufrido como todos los
demás estable- cimientos públicos. La única observación respecto a la Aduana, es que ocupa la ubicación
más inconveniente para los ne- gocios y los depósitos son demasiado chicos para llenar su objeto.
Las casas particulares de Lima, son hermosas y algunas, habitadas por ingleses, se conservan en muy
buen estado y amuebladas con la mayor comodidad y esplendor. Ya he mencionado el palacio del
marqués de Torre Tagle pero apenas inferior a éste es la residencia de un gran comerciante británico
muy eminente. Lo que antes se llamó Hotel de Francia, arreglado para el Libertador Bolívar cuando vino
a Lima, quizás iguale a cualquiera de los dos. Todos son de adobe y como no llueve, los techos de caña
enyesada son planos y sin declive. Las paredes de los zaguanes a la calle y del interior de los patios son
pintadas muy alegremente con paisajes, batallas, escenas de la Biblia, o acontecimientos históricos, con
figuras de tamaño natural. No pocas casas en vez de zaguanes costosos los han pintado de relieve y
gene- ralmente con tanta habilidad y efecto que engañan la mirada por completo cuando se miran de
cierta distancia La mayor parte de las ventanas son con reja de hierro trabajado en varias formas
caprichosas ; y por ser ésta y los balcones a menudo dorados dan a toda la ciudad grande apariencia de
riqueza y esplendor.
Los grandes mercados de Lima son los de San Francis- co y San Agustín, pero hay además otros en los
atrios de las iglesias. Se nota que los carniceros con puestos en ellos, son limeños. Los mercados son las
partes más sucias de la ciu- dad y están atestados de negros que cocinan platos sabrosos al aire libre
para vender a los traseuntes. Traen el pes- cado en canastas mujeres indias de la costa principalmente
de Chorrillos. Los vendedores de fruta y legumbres las ex- tienden en el suelo bajo un enorme paraguas
de lona : estos productos son traídos por esclavos desde la chacras y huertas de los arrabales : son
pagados por sus amos conforme al pre- cio que obtengan y, en general, todo lo del genero es suma-
mente caro La carne es pasable, pero ni cerca tan buena co- mo en Inglaterra, parte debido al modo de
carnear los ani- males y parte a los criadores que no entienden jota de engor- dar ganado para el abasto.
CAPITULO XIX
RETROSPECTO DE LOS ASUNTOS DESPUÉS DEL RETIRO DE SAN MARTÍN.— DERROTA DE ALVARADO.—
RIVA AGÜERO: SU NOMBRAMIENTO Y CARÁCTER .
Llegado en la narración hasta mi arribo a Lima, para presentar un examen tan completo y exacto como
me sea po- sible de los sucesos políticos de que fui testigo, es necesario echar mirada retrospectiva al
desarrollo de los sucesos, desde el retiro de San Martín. Cuando resignó el poder en manos del Congreso
(i), un ejército de 4.000 hombres al mando de Alvarado estaba listo para zarpar a Intermedios, y un
núme-
ro igual en la costa al mando del veterano Arenales estaba reunido para avanzar sobre Jauja y Cuzco, y
ocasionar una diversión. El general San !^Iartín tenía buenas razones para creer que estas fuerzas eran
suficientes para aplastar el po- der español en el Peru
F. BRAUDEL
Roger Bartra, Braudel insistió en tantas ocasiones en que era necesario hacer una nueva historia
diferente a la historia convencional. Una nueva historia separada de las tradiciones decimonónicas,
basada en la comprensión de los ciclos largos y en una mayor atención a la geografía, los flujos
demográficos, los vastos conglomerados culturales y las estructuras económicas. (Bartra, 2002).
Braudel (1979) entiende la estructura en los siguientes términos: “es una organización, una
coherencia, unas relaciones suficientemente fijas entre realidades y masas sociales. Para nosotros los
historiadores, una estructura es indudablemente un ensamblaje, una arquitectura; pero más aún, una
realidad que el tiempo tarda enormemente en desgastar. Y transformar”. (p. 70).
Según Braudel (1979), esta tesis se basa en “un nuevo modo de relato histórico –cabe decir
el recitativode la coyuntura, del ciclo y hasta del interciclo que ofrece nuestra elección una decena de
años, un cuarto de siglo y, en última instancia, el medio siglo del ciclo clásico de Kondratieff”. (p. 69).
Por lo que plantea que este modelo permite ir más allá del hecho, postulando que si un hecho ocurrió
hoy lo más probable es que se haya gestado mucho tiempo atrás.
un movimiento general de subida de precios en Europa de l79l a l8l7; en cambio, los precios bajan de
l8l7 a l852 ; este doble y lento movimiento de alza y de retroceso representa un interciclo completo
para Europa y casi para el mundo entero. Estos períodos cronológicos no tienen, sin duda, un valor
absoluto. Con otros barómetros —los del crecimiento económico y de la renta o del producto nacional
— François Perroux nos ofrecería otros límites quizás más validos. ¡Pero poco importan estas
discusiones en curso! El historiador dispone con toda seguridad de un tiempo nuevo, realzado a la
altura de una explicación en la que la historia puede tratar de inscribirse, recortándose según unos
puntos de referencia inéditos, según curvas y su propia respiración.
El hombre es prisionero, desde hace siglos, de los climas, de las vegetaciones, de las poblaciones
animales, de las culturas, de un equilibrio lentamente construido del que no puede apartarse sin
correr el riesgo de volverlo a poner todo en tela de juicio. Considérese el lugar ocupado por la
transhumancia de la vida de montaña, la permanencia en ciertos sectores de la vida marítima,
arraigados en puntos privilegiados de las articulaciones litorales; repárese en la duradera
implantación de las ciudades, en la persistencia de las rutas y de los tráficos, en la sorprendente fijeza
del marco geográfico de las civilizaciones.
El tema tratado por Alphonse Dupront aparece también como una de las más nuevas investigaciones
de la Escuela histórica Francesa: la idea de Cruzada es considerada, en Occidente, después del siglo
XIV —es decir, con mucha posterioridad a la «verdadera» cruzada—, como la continuidad de una
actitud de larga duración que, repetida sin fin, atraviesa las sociedades, los mundos y los psiquismos
más diversos, y alcanza con un último reflejo a los hombres del siglo XIX. El libro de Pierre Francastel,
Peinture et Société subraya, en un terreno todavía próximo, a partir de los principios del
Renacimiento florentino, la permanencia de un espacio pictórico «geométrico» que nada había ya de
alterar hasta el cubismo y la pintura intelectual de principios de nuestro siglo.
Pero mejor es razonar sobre un ejemplo, rápidamente analizado. Consideremos, muy próximo a
nosotros, en el marco de Europa, un sistema económico que se inscribe en algunas líneas y reglas
generales bastante claras; se mantiene en vigor aproximadamente desde el siglo XIV al siglo XVIII —
digamos, para mayor seguridad, que hasta la década de l750—. Durante siglos, las actividad
económica depende de poblaciones demográficamente frágiles, como lo demuestran los grandes
reflujos de l350- a l450 y, sin duda, de l630-l730. A lo largo de siglos, la circulación asiste al triunfo del
agua y de la navegación, al constituir cualquier espesor continental en obstáculo, una inferioridad. Los
auges europeos, salvo excepciones que confirman la regla (ferias de Champagne, ya en decadencia al
iniciarse el período, o ferias de Leipzig en el siglo XVIII), se sitúan a lo largo de franjas litorales. Otras
características de éste sistema: la primacía de mercaderes y comerciantes; el papel eminente
desempeñado por los metales preciosos, oro, plata e incluso cobre, cuyos choques incesantes sólo
serán amortiguados, al desarrollarse decisivamente el crédito a fines del siglo XVI; las repetidas
dentelladas de las crisis agrícolas estacionarias; la fragilidad cabe decir de la base misma de la vida
económica, la función por último, desproporcionada a primera vista, de uno o dos grandes tráficos
exteriores: el comercio del Levante del siglo XII al siglo XVI. El comercio colonial en el siglo XVIII.
He definido así —o mejor dicho he evocado a mi vez después de algunos otros— los rasgos
fundamentales, para Europa Occidental, del capitalismo comercial, etapa de larga duración. Estos
cuatro o cinco siglos de vida económica, a pesar de todas las evidentes transformaciones, poseyeron
una cierta coherencia hasta la conmoción del siglo XVIII y la revolución industrial de la que todavía no
hemos salido. Estuvieron caracterizados por una serie de rasgos comunes que permanecieron
inmutables mientras que a su alrededor, entre otras continuidades, miles de rupturas conmociones
renovaban la faz del mundo.
Entre los diferentes tiempos de la historia, la larga duración se presenta, pues, como un personaje
embarazoso, complejo, con frecuencia inédito. Admitirla en el seno de nuestro oficio no puede
representar un simple juego, la acostumbrada ampliación de estudios y de curiosidades. Tampoco se
trata de una elección de la que la historia sería la única beneficiaria. Para el historiador, aceptarla
equivale a prestarse a un cambio de estilo, de actitud, a una inversión de pensamiento, a una nueva
concepción de lo social. Equivale a familiarizarse con un tiempo frenado a veces incluso en el límite de
lo móvil. Es lícito desprenderse en ese nivel, pero no en otro —volveré sobre ello— del tiempo
exigente de la historia, salirse de él para volver a él más tarde pero con otros ojos, cargado con otras
inquietudes, con otras preguntas. La totalidad de la historia puede, en todo caso, ser replantada como
a partir de una infraestructura en relación a estas capas de historia lenta. Todos los niveles, todos los
miles de niveles, todas las fragmentaciones del tiempo de la historia, se comprenden a partir de la
profundidad, de ésta semiinmovilidad; todo gravita en torno a ella.
Las matemáticas sociales son por los menos tres lenguajes; susceptibles, además, de mezclarse y de
no excluir continuaciones. Los matemáticos no se encuentran al cabo de la imaginación. En todo caso,
no existe una matemática, la matematica (o de existir se trata de una reivindicación ). «No se debe
decir el álgebra, la geometría sino un álgebra, una geometría.(Th Guillbaud)»; lo que no simplifica
nuestros problemas ni los suyos. Tres lenguajes, pues: el de los hechos de necesidad (el uno es dado,
el otro consecutivo) es el campo de las matemáticas tradicionales; el lenguaje de los hechos
aleatorioses, desde Pascal, campo del cálculo de probabilidades; el lenguaje, por último, de los hechos
condicionados —ni determinados ni aleatorios pero sometidos a ciertas coacciones, a reglas de juegos
— en el eje de la «estrategia» de los juegos de Von Neumann y Morgenstern, esa estrategia triunfante
que no se ha quedado únicamente en los principios y osadías de sus fundadores. L estrategia de los
juegos, en razón del uso de os conjuntos, de los grupos y del cálculo mismo de las probabilidades, abre
camino a las matemáticas «cualitativas». Desde este momento,el paso de la observación a la
formulación matemática no se hace ya obligatoriamente por la intrincada vía de las medidas y de los
largos cálculos estadísticos. Se puede pasar directamente del análisis social a una formulación
matemática; casi diríamos que a la máquina de calcular.
Querría también subrayar, para concluir que la larga duración sólo es una de las posibilidades del
lenguaje común en aras de una confrontación de las ciencias sociales. Existen otras. He señalado, bien
o mal, las tentativas de las nuevas matemáticas sociales. Las nuevas me seducen; pero las antiguas,
cuyo triunfo es patente en economía —la más avanzada quizá de las ciencias del hombre—, no
merecen un comentario desengañado. Inmensos cálculos nos esperan en este terreno clásico; pero
contamos con equipos de calculadoras y máquinas de calcular, cada día más perfeccionadas. Creo en
la utilidad de las largas estadísticas, en la necesidad de remontar hacia un pasado cada vez más lejano
estos cálculos e investigaciones. Ya no es sólo el siglo XVIII europeo, en su totalidad, el que está
sembrado de nuestras obras, sino que el XVII comienza a estarlo y más aún el XVI. Estadísticas de
increÍble longitud nos abre, por su lenguaje universal, las profundidades del pasado chino. Sin duda, la
estadística simplifica para conocer mejor. Pero toda ciencia va, en esta forma, de lo complejo a lo
simple.
Que no se olvide, no obstante un último lenguaje, una última familia de modelos: la reducción
necesaria de toda la realidad social al espacio que ocupa. Digamos la geografía, la ecología, sin
detenernos demasiado en estas fórmulas para escoger entre ellas. Es una pena que a la geografía se le
considere con excesiva frecuencia como un mundo en sí. Está necesitada de un Vidal de la Blanche
que, en lugar de pensar esta vez tiempo y espacio, pensara espacio y realidad social. A partir de
entonces, se concedería la primacia en la investigación geográfica a los problemas del conjunto de las
ciencias del hombre. Ecología: para el sociólogo, sin que siempre se lo confiese, el concepto es una
manera de n o decir geografía y de esquivar, de esta forma, los problemas que el espacio plantea y —
más aún— pone de relieve a la observación atenta. Los modelos espaciales son esos mapas en los que
la realidad social se proyecta y se explica parcialmente, modelos de verdad para todos los
movimientos de la duración (y, sobre todo, de la larga duración), para todas las categorías de los
social. Pero la ciencia social los ignora de manera asombrosa. He pensado a menudo que una de las
superioridades francesas en las ciencias sociales es esa escala geográfica de Vidal de la Blanche cuypo
espíritu y cuyas lecciones no nos consolaríamos de ver ttraicionados. Se impone que todas las ciencias
sociales dejen sitio a una «concepción (cada vez) más geográfica de la humanidad», como pedía Vidal
de la Blanche ya en 1903.
En la práctica —porque este artículo tiene una finalidad práctica— desearía que las ciencias sociales
dejaran, provisionalmente, de discutir tanto sobre sus fronteras recíprocas sobre lo que es y no es
ciencia social, sobre lo que es o no es estructura...Que intenten más bien trazar, a través de nuestras
investigaciones, las lineas —si lineas hubiere— que pudieran orientar una investigación colectiva y
también los temas que permitieran alcanzar una primera convergencia. Yo personalmente llamo a
estas líneas matematización, reducción al espacio, larga duración. Pero me interesaría conocer cuáles
propondrían otros especialistas. Porque este artículo, no hay necesidad de decirlo, no ha sido
casualmente colocado bajo la rúbrica de Debates y Combates. Pretendo plantear —no resolver—
problemas en los que por desgracia cada uno de nosotros, en lo que no concierne a su especialidad, se
expone a evidentes riesgos. Estas páginas constituyen un llamamiento a la discusión.
BRAUDEL Fernand “La larga duración.” en: La historia y las ciencias sociales. pág 60-106.
http://posgradocsh.azc.uam.mx/cuadernos/induccion/Braudel-CAP3_LARGA_DURACION.pdf
Roger Bartra, Braudel insistió en tantas ocasiones en que era necesario hacer una nueva historia
diferente a la historia convencional. Una nueva historia separada de las tradiciones decimonónicas,
basada en la comprensión de los ciclos largos y en una mayor atención a la geografía, los flujos
demográficos, los vastos conglomerados culturales y las estructuras económicas. (Bartra, 2002).
Braudel (1979) entiende la estructura en los siguientes términos: “es una organización, una coherencia,
unas relaciones suficientemente fijas entre realidades y masas sociales. Para nosotros los historiadores,
una estructura es indudablemente un ensamblaje, una arquitectura; pero más aún, una realidad que el
tiempo tarda enormemente en desgastar. Y transformar”. (p. 70).
Según Braudel (1979), esta tesis se basa en “un nuevo modo de relato histórico –cabe decir
el recitativode la coyuntura, del ciclo y hasta del interciclo que ofrece nuestra elección una decena de
años, un cuarto de siglo y, en última instancia, el medio siglo del ciclo clásico de Kondratieff”. (p. 69). Por
lo que plantea que este modelo permite ir más allá del hecho, postulando que si un hecho ocurrió hoy lo
más probable es que se haya gestado mucho tiempo atrás.
un movimiento general de subida de precios en Europa de l79l a l8l7; en cambio, los precios bajan de l8l7
a l852 ; este doble y lento movimiento de alza y de retroceso representa un interciclo completo para
Europa y casi para el mundo entero. Estos períodos cronológicos no tienen, sin duda, un valor absoluto.
Con otros barómetros —los del crecimiento económico y de la renta o del producto nacional— François
Perroux nos ofrecería otros límites quizás más validos. ¡Pero poco importan estas discusiones en curso!
El historiador dispone con toda seguridad de un tiempo nuevo, realzado a la altura de una explicación en
la que la historia puede tratar de inscribirse, recortándose según unos puntos de referencia inéditos,
según curvas y su propia respiración.
El hombre es prisionero, desde hace siglos, de los climas, de las vegetaciones, de las poblaciones
animales, de las culturas, de un equilibrio lentamente construido del que no puede apartarse sin correr
el riesgo de volverlo a poner todo en tela de juicio. Considérese el lugar ocupado por la transhumancia
de la vida de montaña, la permanencia en ciertos sectores de la vida marítima, arraigados en puntos
privilegiados de las articulaciones litorales; repárese en la duradera implantación de las ciudades, en la
persistencia de las rutas y de los tráficos, en la sorprendente fijeza del marco geográfico de las
civilizaciones.
Las mismas permanencias o supervivencias se dan en el inmenso campo de lo cultural. El magnífico libro
de Ernst Robert Curtius constituye el estudio de un sistema cultural que prolonga, deformándola, la
civilización latina del Bajo Imperio, abrumada a su vez por una herencia de mucho peso: la civilización de
las élites intelectuales ha vivido hasta los siglos XIII y XIV, hasta el nacimiento de las literaturas
nacionales, nutriéndose de los mismos temas, las mismas comparaciones y los mismos lugares comunes.
En una una línea de pensamiento análoga, el estudio de Lucien Febvre, Rabelais et le problème de
l’incroyance au XVIème siècle, pretende precisar el utillaje mental del pensamiento francés en la época
de Rabelais, ese conjunto de concepciones que, mucho antes de Rabelais, y mucho después de él, ha
presidido las artes de vivir, de pensar y de creer y ha limitado de antemano, con dureza, la aventura
intelectual de los espíritus más libres.
El tema tratado por Alphonse Dupront aparece también como una de las más nuevas investigaciones de
la Escuela histórica Francesa: la idea de Cruzada es considerada, en Occidente, después del siglo XIV —es
decir, con mucha posterioridad a la «verdadera» cruzada—, como la continuidad de una actitud de larga
duración que, repetida sin fin, atraviesa las sociedades, los mundos y los psiquismos más diversos, y
alcanza con un último reflejo a los hombres del siglo XIX. El libro de Pierre Francastel, Peinture et Société
subraya, en un terreno todavía próximo, a partir de los principios del Renacimiento florentino, la
permanencia de un espacio pictórico «geométrico» que nada había ya de alterar hasta el cubismo y la
pintura intelectual de principios de nuestro siglo.
Rómulo Eugenio Navarrete Noble, Santos Noé Herrera Mijangos, Karina Iliana Salvador Ugalde
https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/atotonilco/n2/e3.html
El diplomático y publicistaEditar
El presidente del Perú, mariscal Ramón Castilla, lo nombró en 1851 cónsul general del Perú en Bélgica.
Recibió del rey de Bélgica la Orden de Leopoldo y del rey de Dinamarca la Orden de Dannebrog en
apreciación a su labor diplomática
Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz publicó en Viena en 1851 con el co-autor Johann Jakob von
Tschudi su obra "Antigüedades Peruanas", un libro sobre el imperio de los Incas, su historia, origen,
sistema de gobierno, conocimientos científicos, idioma, religión, costumbres y monumentos.
Así mismo, publicó en Bruselas en 1857 su obra "Colección de Memorias Científicas, agrícolas e
industriales, publicadas en distintas épocas, etc.", una obra en 2 tomos, que colecciona artículos
publicados sobre ciencias naturales, geología, mineralogía, minería y agricultura.
Conde de Shaftesbury
Era hijo de Anthony Ashley Cooper, 2.oconde de Shaftesbury y Lady Dorothy Manners, hija del conde de
Rutland. Su educación primaria fue supervisada por John Locke, aprendiendo griego y latín. Después fue
enviado a estudiar al Winchester College, abandonando los estudios en 1688 e iniciando un viaje por el
extranjero. Tras la Revolución Gloriosade 1689 volvió a Inglaterra, dedicándose a los estudios. Fue
elegido parlamentario por el partido Whig en 1695, pero su frágil salud —sufría de asma— le obligó a
renunciar en 1698, viajando a Holandaen busca de un clima mejor.
De vuelta a Inglaterra, fue nombrado vicealmirante de Dorset, cargo que perdió con la ascensión de
la reina Ana al trono, por lo que volvió a la vida privada. Posteriormente retornó a Holanda, instalándose
en Rotterdam. En 1704 estaba nuevamente en Inglaterra, donde su salud era ya delicada, y desde
entonces se dedicó a escribir. En 1709 se casó con Jane Ewer, naciendo su único hijo al año siguiente. En
1711 su salud exigió que se mudase a Italia, estableciéndose en Nápoles, donde continuó escribiendo.
Falleció en Nápoles y su cuerpo fue trasladado de vuelta a Inglaterra, donde fue sepultado en la
propiedad familliar.
PensamientoEditar
Shaftesbury fue uno de los mayores representantes de la Ilustración en su país. Autor de Ensayo sobre el
mérito y la virtud (1699) y Características de hombres, costumbres, opiniones y tiempos (1711), como
filósofo Shaftesbury confía en la naturaleza humana y desarrolla la idea de una religión natural.
Su ética se basa en el sentimiento, que para él es una vivencia interior que conduce al individuo hacia el
bien, tanto propio como del género humano, y que, por simpatía respecto al orden universal y al fin
natural de las cosas, permite el amor a la virtud y genera la armonía en sociedad. Para Shaftesbury el
hombre tiene un «sentido moral», una facultad innata para dilucidar en sus semejantes su personalidad
y proceder, la calificación moral de sus acciones.[1]
ObrasEditar
Los moralistas
"Estamos obligados a reconocer que una criatura podría ser buena si pudiera ser entendida
siendo absolutamente sin ninguna relación real con el universo. Pero hay en la naturaleza un
sistema del cual la criatura viva es parte, y por tanto no puede considerarse como una absoluta
bondad, mientras que aparezca como parte, dependiente del bien del sistema o del todo en que
está incluida." An Inquiry concerning Virtue or Merit, o.c., I, 2, 1, p. 270.
ERIC HOBSBAWM
El historiador británico murió este lunes (01/10) a los 95 años en el hospital Royal Free
de Londres tras una larga enfermedad. Nació en la ciudad de Alejandría en 1917 y se
formó en Austria y Alemania. Es el autor de obras como "Historia del siglo XX. 1914-
1991" y "Guerra y paz en el siglo XXI".
A. ESCOBAR
Mod: triunfo de la metafísica desde Platón pre Sócrates a Descartes y pen moder q
crítico Heidi y Niedtz Verdad lógica q funda una teoría racional del mundo de seres y
cosas conocibles y controlables.
Vatimo:lógica del desarrollo como perpetuó mejoramiento y superación
Subalternidsd y colonialidad
Triun de moder Euroc q ha subalterno sido otras Hist locales ? Qué no hay alternativa??
Es posible una red de Hist locales/globales desde una alteridad políticamente
enriquecida ?
Modernidad/colonialidad
1 origen conqta Am y control Atlántico dese 1492. 2. At al colonialismo post co le Imp q
const la modernidad Econ y explot. 3. Perspectiva planetaria en la explicación de la M
no como Fen intramuros europeo 4. Dominación de otros fuera de Eu como nec al M
5. Euro centrismo forma de conoc de la M/C. Eu como centró D. Aq
Mito de la M Falacia desarrollista.
A. No hay M sin C está la constituye
B Dif colonial esos vio epistemolo privilegiado. Fuerza episte de las Hist locales. Y
pensar la Teoría a través de la práctica política subalt.
Noción clave. Sist Mundo Mod Col
Ensamblaré formaciones y procesos q acomp a los col Mod y las Mod col
-Colonialidad del Poder. AQ. Modelo hegemónico global desde la cqta. q srt raza y trab,
esp y gentes, de acuerdo a la nec del K y benef blanc
-Dif col y col global Mignolo subalt Cult y Conocs q genera Col del Pod
-Col del ser N Mald Torres Dim ontol
de la C Seres partic se imponen sobre otros. Exceso omtologico.
Crtica a discursos de supresión del otro por el encuentro
-Eurocentrismo. Modlo de conoc q rep la exp Hist europea, sucedido gliobalmente
hegemónica desde el s. 17. D Q. de ahí la posibi de pen y epistem no euro céntrica
Prob. Es posible esa exterioridad?no es un afuera intocsdo sino construido por el
discurso hegem El otro deviene en la fuente del disc ético Vs totalidad hegemónica.
Desfio ético del otro fuera de marco Inst t norm del sistema. Los teoría Eu y na
nobaceptan Límite estricto a la deconstruc y a críticas euroce.al
Eurocentrismo.
- Transmodetnida. D. Diálogo no Eu con la alteridad q permita la neg de la neg de los
otros subalt fueron sujetados.: pensas de fronteras, epistem de Fr y hermenéutica
pluritopica. De Mig: un pen q se mueva a lo largo de la díc. De proceso Hist. Enfrente el
col de la epistem Occ de izq y derecha desde las formas subaltern conoc folk religiosa
emocional etc. Y diálogo con las críticas emergentes desde la Dif col con la monotipica
Eu. Resulta hermenéutica pluritopica desde Dif espacios q rompe el Eu. Búsqueda de
una lógica dif (HDiatopica, Santos 2002). Ej. Xapatismo q replantea Marx.
Tercermundismi. Infigenismo. Pero no es un Pen de Fr Hacia una Cult de alcance
pumndialbdesde la perspectiva de lo subalterno.
Mientras no hay bada afuera de la totalidad la tot es siempre proyectada desee una
Hist local dada. No se juegan en el par Glob /Civiliz sino Mundializ/Cultura centrada en
las Hist locales. Q transf los desig glob Teoría del tercer mundo para el 1,y 3 mundo.
Dív mundiliz/ Homog globaliz. Pluriversidad
La Col no termina con el col y la Indep poli es reparticul luego GM 2 de 3 mundos Antes:
Occidetalismo/Orientalismo)
Fin del mundo 3 significa trata de la col del poder y del conoc Col Imp (poder Econ y
militar) y Col Glob ( emergentes órdenes clasificatorios y formas d alterizacion q reempl
G fría
ESTADO SOCIAL
- crecimiento sostenido
El pasado-presente colonial
CHATEAUBRIAND
SIMON RODRIGUEZ
De Simón Rodríguez se ha conservado el retrato hecho por un discípulo suyo: A Guerrero en Latacunga,
hacia 1850. Simón Rodríguez se dirige, al parecer, a casa por la noche, llevando una especie de linterna
sujeta en la parte inferior del bastón, para alumbrar el camino. ¿En qué iría pensando Simón Rodríguez?
¿Tal vez en el Hombre Americano? No es fácil de hallarlo ni de noche ni de día, —ni en Latacunga ni en
otras partes de América: Pero Simón Rodríguez sabía lo que buscaba. Y en el capítulo siguiente «El
hombre más extraordinario del mundo», S. Rodríguez explicara qué entendía por Hombre Americano; y
según tal criterio sabrá si lo que hallaba —de día o de noche— era o no lo que buscaba. Si no lo hallaba
hecho, real, existente, al menos sabía Rodríguez lo que debía y podía ser. ¿Iría cual el Diógenes de
Atenas, pensando y diciéndose lo que en 1828 escribirá: «o inventamos o erramos»? (Sociedades
americanas, O.C. T. I, Pg- 343).
¿Qué inventa Simón Rodríguez «el hombre más extraordinario que ha conocido y tratado el
Libertador»? ¿Qué inventa para el Hombre Americano, para que se realice cual original?
«La América Española es original —originales han de ser sus Instituciones y su Gobierno— y originales
los medios de fundar uno y otro». «O inventamos o erramos». (l.c.Q)
H LEFEBVRE
Espacio Para ir
A. Como forma pura desprendido de todo contenido es una esencia una idea absoluta
La transparencia la inteligibilidad Articula lo social y lo mental lo ideal y lo real lo teórico
y lo prácticoi por ya ejemplo la lingüística el psicoanálisis Las matemática se conjunto
de topos y recorridos aspectos filoso filosofía cartesiana Y kantiana. La lnstituyen no lo
ponen de manifiestoo. Son espacios intelectuales no efectivos. Permite la reducción
del caos fenomenal porque ocupan lugares ir u
y Ciudad y conocimientos
Criterio fundamethntal: las categorías y conceptos están o puedan estar en una mutua
relación q refleja las condiciones de la doc misma. Cita de Marx sobre prop común.
Adec de Harv à Marx En los 60. Urb. Medio amb y des econ. Nec de interdiscip
Piaget. Le Estructuralisme. Harvey,: el urb reciurrira nec al método estructura lista
operacional. Ver. Ollman y Piaget. El mat dialect tal cómo opera dentro de una totalidad
estructurada en el sentido de Marx.
La ciudD no Es una cosa aunque es una forma construida como un conjunto de objetos
ordenador s Séguin un modelo espacial.
Los conceptos son usados e manera relacional. El signif de cada uno de ellos es
reajustado conformen cambian las relaciones sociales.
ORTIZ RENATO
Ciudad
Constit contemporánea de C en el pen Soc De aspiración a problema. Revol indust.
Reaccionó adversa a multitud urb ubicua autores ,Engels. Tocqueville Carlyle S. XIX
ámbito de la desorganización alienación aislamiento mental congestión B D Poe Baud
metáfora temespacial de la modern o actor-escena se dramas soc nuevos. Antig reg
impedir el crec. Estadía e higiene y leyes y admiración ni Sr de serv Urb. Interviene
estatal. Higiene y disciplina. Circulación y organismo
Revol industrial Soc y ciudad. Soc sana a través de la ciudad Desorden vs
funcionamiento sano.
Exper de la expansión. Estado capitalismo sociedad y territorio. Trinidad le tensión.
Hacia afuera del t. Expansión Urb. Adentro: integración y adelante el proyecto. Sechi.
A. Cultura y tipo de vida novedosa.
Des econ y territ equilibrado.
Reducción de los condicionamientos ambientales en la C.
Adaptación. Nodo: punto de intensificación de funs econ de región). Alma de la ciudad:
form Socioespacial de un ser colectivo Coop humana en su adaptación al ambnte
Género de vida: relación activa de hábitos, formas de hacer y paisaje. Vidal le blache
Talante romántico y nacionalista y antimetropolitano de la geografía Red de peq
centros regionales. Ciudad Jardín Patricia Geddes Regional Survey
VENEZUELA
https://www.youtube.com/watch?v=rjxo6YIAcIA