5 Cantos 5 Chistes 5, Poemas Etc
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4. Uno de la r con la t.
La ratita blanca
El hada soberana de las cumbres invitó un día a todas las hadas de las nieves a una fiesta en
su palacio. Todas acudieron envueltas en sus capas de armiño y guiando sus carrozas de
escarcha. Sin embargo, una de ellas, Alba, al oír llorar a unos niños que vivían en una
solitaria cabaña, se detuvo en el camino. El hada entró en la pobre casa y encendió la
chimenea. Los niños, calentándose junto a las llamas, le contaron que sus padres hablan ido
a trabajar a la ciudad y mientras tanto, se morían de frío y miedo. –“Me quedaré con
vosotros hasta que vuestros padres regresen”, prometió. Y así lo hizo, pero a la hora de
marcharse, nerviosa por el castigo que podía imponerle su soberana por la tardanza, olvidó
la varita mágica en el interior de la cabaña.
El hada de las cumbres miró con enojo a Alba. “No solo te presentas tarde, sino que además
lo haces sin tu varita? ¡Mereces un buen castigo!” Las demás hadas defendieron a su
compañera en desgracia. –“Sabemos que Alba no ha llegado temprano y ha olvidado su
varita. Ha faltado, sí, pero por su buen corazón, el castigo no puede ser eterno. Te pedimos
que el castigo solo dure cien años, durante los cuales vagara por el mundo convertida en
una ratita blanca”. Así que si veis por casualidad a una ratita muy linda y de blancura
deslumbrante, sabed que es Alba, nuestra hadita, que todavía no ha cumplido su castigo.
La aventura del agua
Un día que el agua se encontraba en el soberbio mar sintió el caprichoso deseo de subir al
cielo. Entonces se dirigió al fuego y le dijo: -“¿Podrías ayudarme a subir más alto? El fuego
aceptó y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en un sutil vapor. El
vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los estratos más ligeros y fríos del
aire, donde ya el fuego no podía seguirlo. Entonces las partículas de vapor, ateridas de frío,
se vieron obligadas a juntarse, se volvieron más pesadas que el aire y cayeron en forma de
lluvia. Habían subido al cielo invadidas de soberbia y recibieron su merecido. La tierra
sedienta absorbió la lluvia y, de esta forma, el agua estuvo durante mucho tiempo prisionera
en el suelo, purgando su pecado con una larga penitencia.
El papel y la tinta
Había una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una
pluma, bañada en negrísima tinta, la manchó completa y la llenó de palabras. “¿No podrías
haberme ahorrado esta humillación?”, dijo enojada la hoja de papel a la tinta. “Tu negro
infernal me ha arruinado para siempre”. “No te he ensuciado”, repuso la tinta. “Te he
vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel sino un mensaje. Custodias el
pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso”. En ese momento, alguien
que estaba ordenando el despacho, vio aquellas hojas esparcidas y las juntó para arrojarlas
al fuego. Sin embargo, reparó en la hoja “sucia” de tinta y la devolvió a su lugar porque
llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojó el resto al fuego.
Un conejo en la vía
Daniel se divertía dentro del coche con su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus
padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas
cometas. Sería un paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo.
Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca: – “¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!” – “¿A
quién, a quién?”, le preguntó Daniel. – “No se preocupen”, respondió su padre-. “No es
nada”. El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió la radio,
empezó a sonar una canción de moda en los altavoces. – “Cantemos esta canción”, dijo
mirando a los niños en el asiento de atrás.
La mamá comenzó a tararear una canción. Sin embargo, Daniel miró por la ventana trasera
y vio tendido sobre la carretera a un conejo. – “Para el coche papi”, gritó Daniel. “Por
favor, detente”. – “¿Para qué?”, respondió su padre. – “¡El conejo se ha quedado tendido en
la carretera!” – “Dejémoslo”, dijo la madre. “Es solo un animal”. – “No, no, detente.
Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales”. Los dos niños estaban muy
preocupados y tristes. – “Bueno, está bien”- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y
dando la vuelta recogieron al conejo herido. Sin embargo, al reiniciar su viaje una patrulla
de la policía les detuvo en el camino para alertarles sobre que una gran roca había caído en
el camino y que había cerrado el paso.
Entonces decidieron ayudar a los policías a retirar la roca. Gracias a la solidaridad de todos
pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, donde curaron la pata al
conejo. Los papás de Daniel y Carlos aceptaron a llevarlo a su casa hasta que se curara. Y
unas semanas más tarde toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos
y Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz estando en libertad.
La sepultura del lobo
Hubo una vez un lobo muy rico pero muy avaro. Nunca dio ni un poco de lo mucho que le
sobraba. Sin embargo, cuando se hizo viejo, empezó a pensar en su propia vida, sentado en
la puerta de su casa. Un burrito que pasaba por allí le preguntó: “¿Podrías prestarme cuatro
medidas de trigo, vecino?”. “Te daré ocho, si prometes velar por mi sepulcro en las tres
noches siguientes a mi entierro”. “Está bien”, dijo el burrito. A los pocos días el lobo murió
y el burrito fue a velar su sepultura. Durante la tercera noche se le unió el pato que no tenía
casa. Y juntos estaban cuando, en medio de una espantosa ráfaga de viento, llego el
aguilucho y les dijo: “Si me dejáis apoderarme del lobo os daré una bolsa de oro”. “Será
suficiente si llenas una de mis botas”, le dijo el pato, que era muy astuto.
El aguilucho se marchó para regresar enseguida con un gran saco de oro, que empezó a
volcar sobre la bota que el sagaz pato había colocado sobre una fosa. Como no tenía suela y
la fosa estaba vacía no acababa de llenarse. El aguilucho decidió ir entonces en busca de
todo el oro del mundo. Y cuando intentaba cruzar un precipicio con cien bolsas colgando de
su pico, cayó sin remedio. “Amigo burrito, ya somos ricos”, dije el pato. “La maldad del
aguilucho nos ha beneficiado. Y ahora nosotros y todos los pobres de la ciudad con los que
compartiremos el oro nunca más pasaremos necesidades”, dijo el borrico. Así hicieron y las
personas del pueblo se convirtieron en las más ricas del mundo.
1. LUNA DE MIEL EN RIO DULCE
EN GUATEMALA TIERRA LINDA TIERRA HERMOSA
ME ENAMORÉ
DE UNA MUCHACHA SUGESTIVA Y CAPRICHOSA
QUE VI PASAR
2. COBÁN
EN COBÁN YO DISFRUTÉ
DEL ENCANTO DE SU SUELO
LAS BELLEZAS QUE ADMIRÉ
MOTIVARON ESTA CANCIÓN.
EN COBÁN ME QUEDARÉ
DISFRUTANDO DEL PAISAJE
Y DEL CLIMA ENCANTADOR
DE COBÁN CIUDAD IMPERIAL.
//ADMIRANDO SU VERDOR
SE DIVISA EL ENCANTO DE LA ORQUÍDEA
MONJA BLANCA PRIMOROSA
QUE EN SU SUELO FLORECIÓ
QUE ES LA FLOR NACIONAL//
3. LUNA DE XELAJÚ
LUNA DE XELAJÚ
QUE SUPISTE ALUMBRAR
EN MIS NOCHES DE PENA POR UNA MORENA
DE DULCE MIRAR
LUNA DE XELAJÚ
ME DISTE INSPIRACIÓN
LA CANCIÓN QUE TE CANTO
REGALA CON LLANTO DE MI CORAZÓN
EN MI VIDA NO HABRÁ
MAS CARIÑO QUE TU MI AMOR
PORQUE NO ERES INGRATA
MI LUNA DE PLATA
LUNA DE XELAJÚ
LUNA QUE ME ALUMBRÓ
EN MIS NOCHES DE AMOR
HOY CONSUELAS LA PENA
POR UNA MORENA QUE ME ABANDONÓ
4. SOLOLÁ
PORQUE SERÁ QUE EN SOLOLÁ
SE SUFRE TANTO POR QUERER A UNA MUJER
TIENES MI AMOR
YO TENGO EL TUYO
ESE ES MI ORGULLO
Y POR ESO SUFRO YO
SERÁ EL PAISAJE, SERÁ MI LAGO
EL QUE HA HECHO ESTRAGOS
A MI POBRE CORAZÓN
//ES IMPOSIBLE QUE ME SIENTA
YO CONTENTO
SI MI VIDA ES UN LAMENTO
Y LA CAUSA NO LA SÉ//
5. CHICHICASTENANGO
HAY UNA INDITA RETEBONITA
EN CHI, CHI, CHICASTENANGO
QUE CUANDO BESO SU BOCA CHIQUITA
EN CHI, CHI, CHICASTENGO
CREO QUE EL ALMA SE ME ESTÁ QUEMANDO
EN CHI, CHI, CHI, CHICASTENANGO
6. MI GUATEMALA
MÚSICA DE MI CANCIÓN
ES UNA OFRENDA FLORAL
PARA MI GUATEMALA
MI TIERRA LINDA Y CRIOLLA
TAN PURA COMO EL INDIO
COMO EL BELLO QUETZAL
NOTAS QUE SE HACEN CANCIÓN
VERSOS QUE YO CANTARÉ
CANTO A MI GUATEMALA
MI PATRIA INMACULADA
COMO LA MONJA BLANCA
Y COMO FLOR DEL CAFÉ
OH PEDACITO DE CIELO
COMO ESTE FÉRTIL SUELO
HAY EN TI SANGRE LATINA
TIENES EL ALMA CHAPINA
TUS CUMBRES Y VOLCANES
SE BESA CON EL SOL