Higiene Industrial y Su Importancia en Tiempo de Crisis
Higiene Industrial y Su Importancia en Tiempo de Crisis
Higiene Industrial y Su Importancia en Tiempo de Crisis
Los elementos que conforman lo que hoy conocemos como seguridad industrial en
Colombia encuentran su origen a principios del siglo XX, cuando el líder liberal, Rafael
Uribe Uribe, trató específicamente el tema de la seguridad en el trabajo y promovió la
Ley 57 de 1915 o “Ley Uribe”, en la que se consagraron, por primera vez, temas como:
las prestaciones económico-asistenciales, la responsabilidad del empleador, las clases
de incapacidad, la pensión de sobreviviente y la indemnización en caso de limitaciones
físicas causadas por el trabajo. Esta primera base normativa se convirtió en el eslabón
inicial de una larga cadena, que aún permanece inconclusa, pero que ha conseguido
avances importantes desde los albores de la modernidad en el país.
Este modelo se mantuvo durante casi 30 años, sin políticas de prevención claras, que
obligaban a los minúsculos grupos de salud ocupacional a responder a los impasses
diarios con cierta inexactitud y desorientación. Solo hasta la promulgación de la Ley 9
de 1979, que daba origen al Código Sanitario Nacional, el Estado colombiano mostró
un real interés por la defensa de la salud del trabajador, preocupación plasmada en el
artículo 81 de esta ley, el cual señala: “La salud de los trabajadores es una condición
indispensable para el desarrollo socioeconómico del país; su preservación y
conservación son actividades de interés social y sanitario en la participarán el
Gobierno y los particulares”. De igual forma, el Ministerio del Trabajo expidió la
Resolución 02400, o mejor conocida, como el Estatuto de Seguridad Industrial, en la
cual se establecían algunas disposiciones sobre la higiene y la seguridad en los
establecimientos de trabajo.
Aunque esta normatividad permite una mayor regulación por parte de los directivos de la empresa y
responsabilidad de los empleados, también es necesario que los líderes conozcan y se adapten a las
nuevas prácticas de seguridad industrial. Sin embargo, la falta de información, preparación e
inversión económica, entre otros factores, siguen siendo los principales obstáculos que provocan un
aumento significativo en la tasa de accidentalidad.
Por tal motivo, es esencial que los directivos destinen parte de sus recursos para realizar
capacitaciones e inspecciones que concienticen y aseguren una mejor calidad de vida a los
trabajadores. De este modo, se garantizará la oportunidad de que una empresa especializada en
este servicio diseñe actividades de manera específica y analice los riesgos a los que se ven
expuestos los empleados, dependiendo de cada empresa. Este modelo permite involucrar de
manera más efectiva al trabajador, promoviendo un sentido de autocuidado que asegura el bienestar
del personal.
Por otra parte, en la búsqueda de incluir a todos los colaboradores de la empresa a estos programas,
las nuevas tecnologías cumplen un rol fundamental. Existen plataformas digitales en las empresas
que permiten el acceso de cualquier empleado, sin importar el lugar donde se encuentre.
La llegada de estas nuevas tendencias y el aumento de control sobre este sector han contribuido a
que los trabajadores comprendan con mayor facilidad la importancia de este tema. Sin embargo, una
de las grandes dificultades que tiene la nación es implementar mayor seguridad en las empresas
informales, así como las más pequeñas, que cuentan con menos de 50 trabajadores y que registran
ventas menores a mil millones de pesos.
A comparación de las grandes entidades, las empresas más pequeñas no cuentan con áreas
financieras y administrativas lo suficientemente consolidadas para asumir este gasto y ven esta
normatividad como una limitación.
Por lo tanto, es esencial que al momento de actualizar las normas se tengan en cuenta las
necesidades de estas organizaciones, dependiendo de su tamaño, ingresos y del sector al que
pertenecen.
De igual forma, las ARL tienen como reto el préstamo de una asesoría a los empleados de manera
eficaz y directa, sin realizar subcontratos, para garantizar un acompañamiento real a las empresas,
en particular a las pymes.
La Higiene Industrial es la disciplina preventiva que estudia las condiciones del medio ambiente de
trabajo, identificando, evaluando y controlando los contaminantes de origen laboral. Para evitar que
se produzca un daño a la salud. Puede definirse como la técnica no médica de prevención de
enfermedades laborales.
Las actividades productivas en general utilizan para su producción sustancias químicas, biológicas
y/o energía (físicas). Al someterlas a procesos de manufacturado estas expulsan subproductos y
residuos al medio ambiente laboral, que en muchos casos son tóxicos para los trabajadores. Para
minimizar estos riesgos o eliminarlos interviene la Higiene Industrial, mediante técnicas que les
permitan identificar los agentes presentes en dicho medio ambiente, conocer el modo en el que
están emergiendo, su concentración en el aire y su toxicidad.
Un medio ambiente insano es un potencial daño para la salud de los trabajadores, que mantenido en
el tiempo va a producir enfermedades relacionadas con el trabajo (que podrán ser en realidad
Enfermedades Profesionales) en los trabajadores, y efectos sobre el medio ambiente circundante a
la empresa y los vecinos de la zona.
Para evitar todo esto la Higiene Industrial, debe aplicar su magia sobre el origen de las emisiones,
para lo cual actuara:
Qué es la enfermedad
En la ley 1562 del año 2012 se define como enfermedad laborl que se define como:
“Se entenderá por enfermedad laboral. Es enfermedad laboral la contraída como resultado de la
exposición a factores de riesgo inherentes a la actividad laboral o del medio en el que el trabajador
se ha visto obligado a trabajar. El Gobierno Nacional, determinará, en forma periódica, las
enfermedades que se consideran como laborales y en los casos en que una enfermedad no figure en
la tabla de enfermedades laborales, pero se demuestre la relación de causalidad con los factores de
riesgo ocupacional será reconocida como enfermedad laboral, conforme a lo establecido en las
normas legales vigentes.
Parágrafo 1°. El Gobierno Nacional, previo concepto del Consejo Nacional de Riesgos Laborales,
determinará, en forma periódica, las enfermedades que se consideran como laborales.
Parágrafo 2°. Para tal efecto, El Ministerio de la Salud y Protección Social y el Ministerio de Trabajo,
realizará una actualización de la tabla de enfermedades laborales por lo menos cada tres (3) años
atendiendo a los estudios técnicos financiados por el Fondo Nacional de Riesgos Laborales.”
El nuevo cuadro de enfermedades profesionales tiene estructura de doble listado: por una parte, el
anexo 1, que contiene la lista de enfermedades profesionales y por otra, el anexo 2, con la lista
complementaria de enfermedades cuyo origen profesional se sospecha y cuya inclusión en el anexo
1 podría contemplarse en el futuro.
– Reconocimientos médicos: todas las empresas que deban cubrir puestos de trabajo con riesgo
de enfermedad laboral están obligadas a practicar, a su cargo, reconocimientos médicos previos a la
admisión de quienes vayan a ocuparlos, así como a realizar los reconocimientos periódicos que para
cada tipo de enfermedad se establezcan en las normas.
Estos reconocimientos son obligatorios y gratuitos para los trabajadores. Las empresas no podrán
contratar trabajadores que no hubieran sido declarados aptos en el reconocimiento o permitir la
continuación en su puesto de trabajo en el caso de que esta in aptitud fuera descubierta en los
reconocimientos periódicos.
El incumplimiento de estas obligaciones por parte de la empresa, la convierte en responsable directa
de todas las prestaciones económicas que pueden derivarse en tales casos de enfermedad
profesional.
Si no hay posibilidad de traslado, el trabajador debe ser dado de baja en la empresa, previa
conformidad de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, e inscrito con carácter preferente para
ser empleado por la Oficina de Empleo. Mientras no esté ocupado, el trabajador tiene derecho a
percibir un subsidio equivalente a su salario íntegro.
PROF. EN SST