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Siglo XIX Romanticismo

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LITERATURA SIGLO XIX – ROMANTICISMO

A comienzos del siglo XIX los movimientos literarios comenzaron a oponerse a la herencia
neoclásica anterior como respuesta a las importantes crisis que se produjeron a partir de las
profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que trajo consigo el
pensamiento ilustrado y su afán de progreso.

En consecuencia, el uso de la razón, tan importante durante el siglo XVIII, dejó de ser la base
para explicar el mundo y se fue dando más importancia al sentimiento, el subjetivismo y al
idealismo (libertad).

Los primeros cincuenta años del siglo XIX se caracterizan por los siguientes rasgos:

− En el ámbito de la política, surge el liberalismo, una filosofía política y moral que


defiende la libertad innata del ser humano y rechaza cualquier intervención del
Estado en el ámbito personal. Se manifestará en la lucha del hombre romántico
contra el absolutismo, en el rechazo a las normas (rebeldía) hasta ahora vigentes y
en su deseo de manifestarse libremente (libertad de pensamiento, de expresión, de
acción, de comercio…). Esta primera mitad de siglo estuvo plagada de
enfrentamientos bélicos que ocasionaron una gran inestabilidad política debido a los
constantes cambios de gobierno.

− En el ámbito de lo social, la burguesía (propietarios rurales, financieros, profesiones


liberales…) experimenta un gran desarrollo en el siglo XIX. Esta clase social, que
propugna el liberalismo, contribuye al avance industrial y comercial del país. Con la
Revolución industrial la burguesía se acomoda en las posiciones de poder olvidando
los ideales revolucionarios.

− En el ámbito cultural: en cuanto a educación se refiere, en un siglo en que la mayoría


de la población española era analfabeta, se llevó a cabo la alfabetización de la
población gracias al desarrollo del periodismo y la literatura derivada de él. La vida
cultural se vio estimulada por la creación de tertulias en cafés, teatros y otros
lugares de reunión que ayudaron a difundir las nuevas ideas de la época.

EL ROMANTICISMO

En literatura, se conoce con el nombre de ROMANTICISMO el movimiento artístico y


cultural que surge en Europa a principios del siglo XIX, en oposición rebelde a los principios
racionales ilustrados. Los románticos sustituyen el culto a la razón del Neoclasicismo por la
defensa de la intuición y los sentimientos. En esta línea se insertan las características del
espíritu romántico:

− La primacía de los sentimientos frente a la razón está directamente relacionada con


la naturaleza, que simboliza los estados de ánimo del poeta. Predominan los paisajes
abruptos, lúgubres, tétricos, misteriosos (tormentas, ruinas, cementerios, la noche…)
y la presencia de elementos sobrenaturales (espectros).

− La exaltación del «yo» se manifiesta mediante el individualismo (solitarios) y el


subjetivismo. El autor romántico expresa sus emociones, sentimientos, fantasías,
anhelos…
− El idealismo provoca el rechazo a cualquier sometimiento de las normas (rebeldía) y
el deseo de libertad caracterizan las producciones de la época.

− El héroe romántico no puede alcanzar sus ideales ya que es rechazado por la


sociedad, por lo que se frustra y se vuelve individualista (solitarios) y pesimista.
Como consecuencia, se evaden del presente (escapismo) refugiándose en la
imaginación de épocas pasadas (pasado histórico y legendario o Edad Media) y en
tierras lejanas y exóticas (naturaleza, orientalismo…).

Los TEMAS generales que se derivan son los sentimientos intimistas como el amor
imposible y la angustia existencial, o sentimientos como la rebeldía y las ansias de libertad;
la naturaleza (estado anímico del poeta); el ambiente sepulcral, tenebroso y lúgubre
(noche, luna, espectros…); lo social (libertad y denuncia hipocresía social) y la exaltación de
lo local y lo nacional (el pasado del país).

El Romanticismo en España se clasifica por su vertiente tradicional, representada por José


zorrilla, que defiende los principios conservadores del absolutismo, el cristianismo y la
tradición; y por su vertiente liberal y revolucionaria: representada por Espronceda, Larra y
el Duque de Rivas, defienden la libertad moral, política y estética.

La POESÍA ROMÁNTICA del siglo XIX se sumerge en la búsqueda de la libertad como motor
que impulsa la labor creativa de los artistas en eterna lucha entre su “yo” y el mundo. Una
primera etapa de esta poesía se caracteriza por contar con dos periodos poéticos
diferenciados:

1) El de la POESÍA NARRATIVA (la tradicional, primer Romanticismo hasta 1850). Se


inspira en temas históricos, legendarios o exóticos. Sobresalen en este tipo de poesía
un romanticismo más tradicional y conservador, representado por los romances del
duque de Rivas y las leyendas de Zorrilla; y otro romanticismo más crítico y liberal
con los poemas narrativos de Espronceda.

2) El de la POESÍA LÍRICA (ya en el Posromanticismo, 2ª mitad S.XIV). De corte más


lírico, intimista y subjetiva, se centra en la exaltación del «yo» poético. El poeta
expresa sus sentimientos (amor, soledad, cansancio vital, existencia, muerte) o
plasma su visión del mundo (inquietudes sociales, temas patrióticos).

El autor más representativo de la POESÍA romántica es:

− JOSÉ DE ESPRONCEDA. En su producción destacan: sus Canciones (poemas breves),


entre las que se encuentra Canción del Pirata (símbolo del Romanticismo por su
exaltación de la libertad); y sus dos poemas mayores: El estudiante de Salamanca
(una rebelión del mito de don Juan donde el protagonista, Félix de Montemar
(seductor, temerario, frío, desdeñoso), se presenta como un ser casi demoníaco que
se rebela ante las leyes humanas y divinas; y El diablo mundo (intimismo y
pesimismo de la condición humana) donde se incluye el Canto a Teresa (elegía del
poeta al contemplar el cadáver de su amada).

Son rasgos propios de su estilo: la sonoridad de sus versos, el léxico rotundo y


musical, el sentido del ritmo, la rima aguda, el acertado uso de la polimetría y la
presencia de recursos literarios (epítetos, aliteraciones, anáforas, paralelismos,
enumeraciones, oposición de términos, preguntas retóricas).

En una segunda etapa, a partir de mediados del siglo XIX, se conforma un movimiento
alejado del retoricismo romántico y centrado en el intimismo, el POSRROMANTICISMO. Se
inspira en los románticos europeos y las canciones populares.

Los autores más representativos del POSROMANTICISMO son:

− GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER, autor de Rimas (carácter autobiográfico) y Leyendas


(de tradición, históricas y fantásticas) donde trata temas como el amor, el
desengaño, el fracaso amoroso, la soledad, la poesía, la naturaleza y el sentido de la
existencia.

Prefiere los poemas breves de arte menor y rima asonante, apelativos (se dirigen a
un “tú”) y simbolistas. Emplea recursos de repetición próximos a la lírica popular:
paralelismos, anáforas, estribillos o repetición de palabras clave.

− ROSALÍA DE CASTRO, autora de En las orillas del Sar, Cantares gallegos, en castellano
y en gallego, donde trata temas como la idealización de Galicia, la soledad, la
muerte, la amargura, el dolor, el desamparo, el infortunio, el desengaño, la añoranza
de la tierra natal y las injusticias sociales.

Su métrica se caracteriza por la rima asonante e innovaciones métricas (versos de 11


a 18 sílabas) que anticipan el modernismo.

Por su parte, el TEATRO del romanticismo rompe con la rigidez de las normas neoclásicas y
recrea un contexto histórico donde se proyectas los conflictos sociales y políticos del
momento. El drama romántico y sus obras se caracterizan por:

− La mezcla de lo trágico y lo cómico (acción grotesca y argumentos melodramáticos).

− Alternancia de verso y prosa, variedad de estrofas, y lenguaje sencillo y coloquial.

− Ruptura o rechazo de las reglas neoclásicas que se basaban en las unidades de


espacio, tiempo y acción. Ahora se producen numerosos cambios de escenarios y la
introducción de digresiones y saltos temporales.

− Gran importancia de la escenografía: artificiosidad formal, con efectos escénicos


espectaculares (decorados, efectos de luz y sonido) para recrear los escenarios y la
ambientación.

− Los temas más habituales son el amor trágico (un amor imposible, sometido al azar
que interpone obstáculos para su realización). Otros subtemas son la libertad, la
venganza, o la crítica al poder y la autoridad.

− Los personajes tienen las siguientes características: el héroe romántico es un ser


misterioso, marcado por un destino trágico que lo convierte en un ser insatisfecho.
Es hermoso y apasionado, guiado por sus ideales de libertad y rebeldía, y el amor
(ama la libertad por encima de todo). La heroína (caracterizada por su dulzura,
fidelidad, inocencia e intensidad amorosa), destinada a la fatalidad, ama hasta la
muerte, siendo capaz del mayor sacrificio. Ambos destinados a la muerte al
enfrentarse a las normas de la sociedad.

− La intención del teatro romántico no era la de educar como se hacía en el neoclásico,


sino conmover emocionalmente al público.

Los autores más destacados que cultivan este género son:

− JOSÉ ZORRILLA: es la figura más sobresaliente de la dramaturgia romántica. Su obra


Don Juan Tenorio (1844) es una de las más logradas del Romanticismo y la más
representada en la historia del teatro español. En ella se ofrece una nueva recreación
del mito de don Juan: el protagonista es un héroe libertino, mujeriego, apasionado,
cínico, rebelde, temerario que se arrepiente de sus actos y se salva gracias al amor de
doña Inés.

− ÁNGEL SAAVEDRA, DUQE DE RIVAS: destaca por su obra Don Álvaro y la fuerza del
sino, un drama en el que la confrontación de la realidad y los deseos del individuo
conducen a la soledad, tristeza, frustración y la muerte: Don Alfonso, que ha viajado
durante años en busca de don Álvaro para vengar la muerte de su padre y su honor
mancillado, se bate en duelo con don Álvaro, quien le hiere de muerte. Cuando
Leonor, hermana de don Alfonso y amada de don Álvaro, acude a socorrer a su
hermano, este la apuñala. Don Álvaro se suicida porque su amada Leonor ha muerto.

− JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH MARTÍNEZ y su obra Los amantes de Teruel.

Finalmente, la PROSA romántica cultivó géneros como la novela histórica, los relatos
fantásticos y de terror, y el artículo periodístico. Se caracterizan por los siguientes rasgos:

− La NOVELA HISTÓRICA recrea épocas pasadas donde se mezclan hechos y personajes


de ficción (legendarios) con otros históricos, con la intención de otorgar
verosimilitud al relato. Destaca la obra de MARIANO JOSÉ DE LARRA, El doncel de don
Enrique el doliente.

− La NARRATIVA FANTÁSTICA y de TERROR, de corte misterioso, trataban temas como


el amor, la muerte o lo sobrenatural. El cuento y la leyenda fueron subgéneros muy
cultivados en Europa. Destacan las Leyendas de GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER.

− Los ARTÍCULOS DE OPINIÓN fueron el vehículo de difusión del COSTUMBRISMO.


Ofrecen visión crítica y amarga del atraso de la sociedad española, incidiendo en los
males de su tiempo (ignorancia, pereza, lentitud, mala educación…) que impiden el
progreso y la regeneración del país. Los artículos de costumbres reproducían los
modos de vivir, ambientes, tipos y costumbres populares desde un punto de vista
tradicional y castizo, ya sea con intención burlesca, filosófica o simplemente para
entretener. Fusionan las formas del cuento y el ensayo, y sus principales
representantes fueron MARIANO JOSÉ DE LARRA (también con artículos de crítica
literaria y políticos).

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