Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Fragilidad de La Memoria

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 38

Distinguido en la IIIª Bienal Iberoamericana de Arquitectura e Ingeniería Civil [2002]

realizada en Santiago de Chile, Organizada por: Ministerio de Fomento de España; la


Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) Ministerio de Asuntos Exteriores-
Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas; Consejo Superior de los Colegios
de Arquitectos de España; Presidente de la Universidad de Alcalá; el Ayuntamiento de
Madrid - Empresa Municipal de la Vivienda y el Colegio de Arquitectos de Chile. En el
Concurso de Publicaciones fue distinguido con una Mención, junto con otros autores
iberoamericanos, luego del primer premio Ex Aequo.
Ver: http://www.bienaliberoamericanadearquitectura.org/main.htm
CUYO. Anuario de Filosofía Argentina y Americana, nº 17, año 2000, págs. 297-302, ISSN 1514-9935

Ponte, Jorge Ricardo, La fragilidad de la memoria.


Representaciones, prensa y poder de una ciudad
latinoamericana en tiempos del modernismo. Mendoza,
1885/1910. Mendoza, Ed. Fundación CRICYT, 1999,450 p.

Se trata de un importante volumen. Comprende una introducción,


ocho capítulos y un epílogo. A través de ellos el lector se introduce
hasta quedar involucrado en el juego de representaciones, de
tensiones, conflictos y transformaciones en medio de los cuales se
gestó la "Mendoza moderna" en el período que va desde 1885 a 1910.
Se trata de un texto extenso. Esto, desde el punto de vista del
lector, tiene sus ventajas y sus desventajas. En efecto, la extensión
misma podría considerarse como una desventaja en estos tiempos en
los que predomina la comunicación a través de la sucesión de
imágenes y se suprimen los espacios navegando en la red. Sin
embargo, la extensión del libro que tenemos entre manos es
consecuencia necesaria de un trabajo minucioso y paciente de
documentación a través del cual Ricardo Ponte ha deconstruido las
relaciones de poder, los conflictos de ideas y valores, las
transformaciones de la vida urbana, social y política en cuyo seno se
configuró la representación de la ciudad "linda y limpia" que aún
perdura en el imaginario colectivo. Esta compleja tarea de
sistematización y organización de documentación, de la que da cuenta
el libro, es una de sus ventajas, tanto para el estudioso o investigador
de estos temas, como para el curioso o inquieto por profundizar en el
conocimiento de nuestro
298 ADRIANA ARPINI

pasado. Con la ventaja adicional de que el acceso a la problemática


general del libro puede realizarse desde cualquiera de sus capítulos,
ya que cada uno de ellos muestra desde una arista específica el
conjunto de la problemática e invita a continuarla desde otra de sus
aristas.
Si tuviéramos que definir el objeto sometido a análisis diríamos
que es Mendoza, la ciudad; pero no se trata -al menos no como
instancia única o primera- de la ciudad como lugar o espacio
geográfico. En este sentido cabe traer a colación el texto con que el
autor introduce el capítulo segundo, es un párrafo tomado del libro de
Henri Lefebvre, Espacio y política, que dice:
"Si bien el espacio tiene un aspecto neutro, indiferente con
respecto al contenido, por tanto "puramente formal" abstraído de una
abstracción racional, es precisamente porque ya está ocupado,
acondicionado, porque ya es objeto de estrategias antiguas, de las
que no siempre se consigue encontrar huellas. El espacio ha sido
formado, modelado, a partir de elementos históricos o naturales, pero
siempre políticamente. ... porque este espacio que parece
homogéneo, hecho de una sola pieza dentro de su objetividad, en su
forma pura, tal como lo constatamos es un producto social".
Se trata, por tanto, no del espacio en bruto de la ciudad, sino de
las representaciones sociales de la ciudad, es decir del "conjunto de
informaciones, de creencias, de opiniones y de actitudes" a propósito
de la ciudad, así como de las luchas de poder que a través de esas
representaciones se ponen en juego; ya que, según la teoría de las
representaciones, las opiniones que los individuos y los grupos tiene
acerca de un objeto -en este caso la ciudad- es también una manera
de construir ese objeto, de determinarlo. Por otra parte, dado que
estas representaciones no son necesariamente congruentes, la
ciudad deviene escenario de las luchas entre representaciones de
diferentes grupos sociales. Los grupos en disputa, puestos baja la
lupa en este caso, son dos fracciones al interior de la élite local: la
que detenta el poder político durante el período en cuestión,
encabezada por la figura de Emilio Civit, y aquella que se ve
desplazada del poder y ejerce la oposición política a través del diario
Los Andes, que había pertenecido a la misma familia desde su
fundación, en 1882, por Adolfo Calle. Este último grupo elitario actúa
como conservador de la representación social históricamente
conformada, mientras que el mencionado en primer lugar, más
dinámico,
La fragilidad de la memoria. Representaciones, prensa y poder... 299

cuestiona la validez de la representación vigente y pretende


transformarla. Las representaciones de los sectores populares son
ocasionalmente vehiculizadas por la prensa local; pero estos
sectores son aludidos como los otros, a quienes hay que disciplinar o
proteger según el caso, ya que son considerados en situación de
minoridad o incapacidad para el manejo de la cosa pública.
La prensa se revela como el lugar de la argumentación para las
fracciones en pugna. Antes de la creación del Boletín Oficial -señala
Ponte- se había hecho costumbre la existencia de un diario que
reflejara la opinión del gobierno de turno, que publicara los edictos y
decretos, además de hacer la publicidad de los actos de gobierno, lo
que constituía su verdadero sostén. Estos periódicos -que integran el
corpus documental con que trabaja el autor- fueron entre otros El
Constitucional, El Ferrocarril, El Debate, El Diario. Los Andes se
mantiene como periódico opositor, denuncia los aspectos no
atendidos por la política oficial y descree sistemáticamente de los
proyectos de Emilio Civit. Razón por la cual Ponte lo considera como
periódico-eje del corpus documental desde la perspectiva de la lucha
de representaciones a través de la prensa. Cabe señalar que la
prensa es elegida como principal fuente documental precisamente
por su doble carácter de producto y productora de la incipiente
modernidad. A ella se suman otros documentos oficiales censos,
informes, memorias, reglamentos, discursos - y no oficiales -
testimonios, libros y escritos varios- que permiten recoger una rica y
variada gama de voces en conflicto dentro del universo discursivo de
la época.
"La Mendoza moderna comienza a nacer -dice Ponte- en el
mismo momento en que el terremoto de 1861 destruyó la ciudad
colonial... El hecho de estar reconstruyéndose, en tiempos del arribo
de las nuevas ideas modernistas, le permitió antes que a otras
ciudades argentinas expresar el nivel de expectativas de una ciudad
moderna" (p. 99 - 100). Ejemplo de ello es que la vida social de la
ciudad se organiza no en torno a una plaza como sucedía con las
ciudades de antigua fundación, sino a lo largo de una calle. Esta
solución urbanística, que se consolidó hacia fines del siglo XIX y
principios del XX, fue la resultante de una larga lucha entre la ciudad
vieja y la ciudad nueva. Con ello quedaba plasmado en Mendoza un
modelo urbanístico que era incipiente en otras ciudades que
constituían referencias modélicas, como son los casos de París y
Buenos Aires.
300 ADRIANA ARPINI

La epidemia de cólera que se desató en el verano de 1886/87


constituyó un detonante que marcó la divisoria de los dos grupos de
la élite dirigente respecto del modo de gestionar el aparato provincial.
Además, la epidemia puso en evidencia el "problema" de los sectores
populares. A partir del terremoto las condiciones materiales de estos
sectores habían empeorado progresivamente. Se sumaban los
problemas de higiene, de alojamiento, de educación, de trabajo, de
"vagancia e inmoralidad". Se hizo evidente en el ámbito local que el
progreso, propugnado y exaltado por el modelo económico-social
impulsado a nivel nacional, no incluía el mejoramiento de las
condiciones de vida de los sectores populares, como queda
demostrado al revisar la asignación de los recursos públicos.
Por otra parte, Ponte destaca un rasgo utópico del proyecto de
Civit para Mendoza. En efecto, como otros políticos de la generación
del '80, Civit participó de la utopía civilizatoria del orden y el progreso.
Para el caso de Mendoza, una región con clima semidesértico,
escasas precipitaciones pluviales y plantas xerófilas como vegetación
natural, dicha utopía se tradujo en la práctica en el principio: civilizar
es plantar. Es decir, enfrentar la naturaleza y dominarla mediante el
recurso de la diversificación de la red hídrica. Nada más emblemático
de esta aspiración que el proyecto del Parque del Oeste. En la
prensa, la polémica en torno a este proyecto se desató de inmediato,
con una argumentación acerca del sentido y la oportunidad de hacer
un parque en momentos en que, según la evaluación del periódico
opositor, eran prioritario realizar obras de salubridad e higiene de la
ciudad.
Los capítulos V y VI están enteramente dedicados a desbrozar
esta polémica, tomando como ejes, por un lado, el higienismo
finisecular y el nacimiento de "la ciudad bosque" y por otro lado, el
Parque del Oeste, desde sus orígenes hasta el momento que
adquiere su actual denominación de Parque General San Martín. En
ambos capítulos se pone de manifiesto, a nuestro juicio, el mayor
despliegue analítico y el más minucioso trabajo de desmontaje de los
estereotipos y de los mitos con que se fue entretejiendo en la
representación colectiva el nacimiento de la ciudad moderna. No
profundizaremos en la descripción de estos capítulos, pues creemos
que vale la pena dejar la inquietud de su lectura. Sobre esto diremos
simplemente, con la intención de despertar el interés del lector, que
el disparador del programa higienista fue el censo nacional
La fragilidad de la memoria. Representaciones, prensa y poder... 301

realizado en 1895, una década después del arribo del ferrocarril-otro


símbolo emblemático de la modernidad-y junto con él, la llegada de
los inmigrantes. Dicho censo arrojó, como era previsible, el mayor
pico de densidad urbana y reveló la carencia de una infraestructura
preparada para que la ciudad albergara en condiciones decorosas a
todos sus habitantes. El diagnóstico sanitario realizado por Emilio
Coni y la puesta en marcha de la higienización desató la polémica
que alcanzó el momento más álgido, en lo que a la lucha de las
representaciones colectivas se refiere, con la enardecida discusión
acerca de la erradicación de los álamos carolinos.

Otro tanto sucede con el proyectado Parque del Oeste y las


vicisitudes de su concreción. La realización de dicho parque es
considerada por Ponte como el momento culminante de la "puesta en
escena" política de la modernidad, de la mano de Emilio Civit. Al
punto que en el Album de Homenaje de 1909, se pone en boca de un
"amable cicerone" la siguiente frase: "Mientras Mendoza tenga su
parque, Civit tendrá su prestigio". La propuesta de una alternativa
paisajística como la del Parque del Oeste fue lanzada en un
momento -1896- en que el cuadro sanitario y ambiental de la ciudad
era particularmente crítico. La prensa opositora reclamaba la
instalación de cloacas y la extensión de la red de agua potable a los
sectores populares localizados en la ciudad vieja. Esto provocó
algunos rodeos para hacerse de los terrenos necesarios para la
realización del Parque, "ya que las tierras que parecía que iban a ser
para localizar la nueva cárcel penitenciaria y sus bosques aledaños
terminaron siendo -dice Ponte- sólo para el parque, que de aledaño
pasó a ser principal" (p. 295).
Otro capítulo que resulta, según creemos, particularmente
interesante para conocer e interpretar las transformaciones en lo que
hace a las prácticas y costumbres de la época, muchas de las cuales
perduran todavía, es el dedicado a "Los nuevos valores y prácticas
sociales en la construcción de la urbanidad moderna". Apoyado en
abundante documentación, Ponte conduce la reflexión a través de las
prácticas modernistas que se van instalando en la sociedad a partir
de la llegada del ferrocarril. Desde la forma de hacer los negocios
hasta la manera de ejercer el control social y valorar las formas de
vida de los otros: el inmigrante, la prostituta, el desempleado, el
pobre. La descripción y la reflexión sobre estos temas se ve
enriquecida por la incorporación
302 ADRIANA ARPINI

del punto de vista del extranjero, tal es el caso del Informe de Bialet
Massé sobre el estado de la clase trabajadora en el interior de la
República, y el de las vistas cinematográficas tomadas por un
profesor italiano de nombre Ferrari, que al filmar a los niños que
realizaban el trabajo de regado de las calles públicas, desenmascaró
la representación social vigente y motivó la reacción contraria tanto
del oficialismo como de la prensa opositora; la cual, alarmada por "lo
que dirá el mundo civilizado de esta barbarie mendocina", insta al
municipio a destruir la película, sin hacerse cargo de la situación de la
niñez desvalida.
En la Mendoza de fines del siglo XIX y principios del XX -
concluye Ponte- la elite dirigente puso en marcha un operativo de
legitimación de sí misma cuyo discurso estaba asentado
fundamentalmente en el accionar urbano, con la obra del Parque
Público del Oeste como emblema. Este proceso de legitimación
"puede considerarse como un caso exitoso y como tal debe ser
asumido", a ello se debe la posterior aparición y circulación de
verdaderos mitos. Uno de ellos es el haber elevado la figura de Emilio
Civit a la de un héroe cuya hazaña habría sido fundar la Mendoza
moderna. Tal mito ha sido construido sobre una sola fuente
historiográfica: la versión que Civit dejó escrita sobre estos hechos. A
tal punto resultó exitosa que hasta los antiguos opositores difunden
hoy esa versión del surgimiento de la Mendoza moderna.
"Decía Los Andes, en aquella época, que Emilio Civit nunca
contestaba las acusaciones que se le hacían porque confiaba en la
fragilidad de la memoria social. No se equivocó Civit utilizando esta
estrategia -señala Ponte- ya que la versión Civit, paradójicamente, no
sólo terminó siendo cierta para todos los demás sino incluso para el
mismo diario Los Andes, el tradicional opositor".
La actitud, asumida por Ricardo Ponte, de desmontar algunos
supuestos del presente interrogando al pasado a fin de explicar el
mismo presente, es un hábito, hoy por hoy, poco frecuentado, tal vez
como consecuencia de la misma modernidad que logró imponer el
culto por lo efímero y fragmentario. Para contrarrestar esta carencia
vale la pena visitar y detenerse en las páginas del libro que estamos
presentando.

Adriana Arpini
Jorge Ricardo Ponte

La Fragilidad
de la Memoria

Representaciones, prensa y poder


de una ciudad latinoamericana
en tiempos del modernismo
- Mendoza, 1885/1910 -

Ediciones Fundación
CRICYT
La fragilidad de la memoria

SUMARIO

‰ INTRODUCCIÓN ---------------------------------------------------------------------------------------- 8

‰ CAPÍTULO I:--------------------------------------------------------------------------------------------- 28
LA PRENSA COMO ESPACIO PÚBLICO DE DEBATE ---------------------------------------------------- 28
Y DE LUCHA INTRAOLIGÁRQUICA. ---------------------------------------------------------------------- 28

‰ CAPÍTULO II: ------------------------------------------------------------------------------------------- 63


PUEBLO VIEJO VERSUS CIUDAD NUEVA. -------------------------------------------------------------- 63

‰ CAPÍTULO III: ---------------------------------------------------------------------------------------- 101


LA REALIDAD URBANA ENTRE 1885 - 1910. --------------------------------------------------------- 101

‰ CAPÍTULO IV: ---------------------------------------------------------------------------------------- 151


LA “PUESTA EN ESCENA” POLÍTICA. ----------------------------------------------------------------- 151
LA REPRESENTACIÓN SEGÚN EMILIO CIVIT. ------------------------------------------------------- 151

‰ CAPÍTULO V:------------------------------------------------------------------------------------------ 207


EL HIGIENISMO FINISECULAR, ENTRE REPRESENTACIONES Y CONTROL SOCIAL. EL
NACIMIENTO DE LA CIUDAD-BOSQUE. ---------------------------------------------------------- 207

‰ CAPÍTULO VI: ---------------------------------------------------------------------------------------- 261


DEL PARQUE DEL OESTE AL PARQUE SAN MARTÍN. ---------------------------------------------- 261
"...CUANDO CIVILIZAR ERA PLANTAR." -------------------------------------------------------------- 261

‰ CAPÍTULO VII: --------------------------------------------------------------------------------------- 309


LA ADMINISTRACIÓN MODERNISTA A TRAVÉS DE SUS REPRESENTACIONES Y DE LAS
PRÁCTICAS URBANAS. ----------------------------------------------------------------------------- 309

‰ CAPÍTULO VIII: -------------------------------------------------------------------------------------- 375


LOS NUEVOS VALORES Y PRÁCTICAS SOCIALES, ---------------------------------------------------- 375
EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA URBANIDAD MODERNA. --------------------------------------------- 375

6
La fragilidad de la memoria

‰ EPÍLOGO: ---------------------------------------------------------------------------------------------- 438


MITOS, UTOPÍAS Y REPRESENTACIONES ------------------------------------------------------------- 438
EN LA MENDOZA MODERNISTA. ----------------------------------------------------------------------- 438

FUENTES Y ARCHIVOS UTILIZADOS. ------------------------------------------------------------------ 462

TABLA DE MATERIAS ----------------------------------------------------------------------------------- 462

TABLA DE ILUSTRACIONES. ---------------------------------------------------------------------------- 465

vvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv

7
La fragilidad de la memoria

Fuentes y archivos utilizados.


Abreviaturas usadas en la cita de periódicos mendocinos.
[L.A.,- Los Andes [La Palabra - diario La Palabra
[E.D., - El Debate B. L. M. - Biblioteca Legislativa de Mendoza.
[El Di.,- El Diario A. H. M. - Archivo Histórico de Mendoza.
[El F.C.,- El Ferrocarril. B. S. M. - Hemeroteca de la Biblioteca Pública Gral. San Martín.
La abreviatura [el d. es n.] significa: el destacado es nuestro.

Tabla de Materias
‰ INTRODUCCIÓN ---------------------------------------------------------------------------------------- 8
ƒ Acerca de la época ---------------------------------------------------------------------------------------- 10
ƒ El Centenario como apogeo de un proyecto de país. ------------------------------------------------- 11
ƒ El ingreso en la modernidad ----------------------------------------------------------------------------- 17
ƒ La prensa como fuente documental. -------------------------------------------------------------------- 18
ƒ Ciudad, prensa y representaciones. -------------------------------------------------------------------- 24
‰ CAPÍTULO I:--------------------------------------------------------------------------------------------- 28
LA PRENSA COMO ESPACIO PÚBLICO DE DEBATE ---------------------------------------------------- 28
Y DE LUCHA INTRAOLIGÁRQUICA. ---------------------------------------------------------------------- 28
ƒ La elite dirigente mendocina ----------------------------------------------------------------------------- 28
ƒ La crónica periodística como producto de la modernidad.------------------------------------------ 36
ƒ La prensa modernista en el ámbito nacional y americano. ------------------------------------------ 39
ƒ El periodismo mendocino hacia fines del siglo. ------------------------------------------------------- 42
ƒ La prensa como lugar de argumentación -------------------------------------------------------------- 44
ƒ La lucha de representaciones sociales. ----------------------------------------------------------------- 47
ƒ La prensa como campo de lucha política.-------------------------------------------------------------- 48
ƒ La alegoría periodística opositora. --------------------------------------------------------------------- 52
ƒ Conclusión. ------------------------------------------------------------------------------------------------- 61
‰ CAPÍTULO II: ------------------------------------------------------------------------------------------- 63
PUEBLO VIEJO VERSUS CIUDAD NUEVA. -------------------------------------------------------------- 63
ƒ Los primeros tiempos.------------------------------------------------------------------------------------- 63
ƒ La ciudad criolla. ------------------------------------------------------------------------------------------ 65
ƒ La iconografía urbana hacia 1860. --------------------------------------------------------------------- 72
ƒ El terremoto y la reconstrucción (1861/63). ----------------------------------------------------------- 76
ƒ El cataclismo como metáfora del caos. La reinvención de la ciudad destruida. ----------------- 78
ƒ La ciudad “bárbara” y la ciudad “civilizada”. ------------------------------------------------------- 83
ƒ El déficit del Pueblo Viejo. ------------------------------------------------------------------------------- 85
ƒ Dos ciudades, dos proyectos. ---------------------------------------------------------------------------- 88
ƒ El contraste como argumento de la promoción inmobiliaria. --------------------------------------- 95
ƒ Un boulevar como síntesis de la contradicción Ciudad Vieja y Nueva. -------------------------- 96
‰ CAPÍTULO III: ---------------------------------------------------------------------------------------- 101
LA REALIDAD URBANA ENTRE 1885 - 1910. --------------------------------------------------------- 101
ƒ Una nueva racionalidad para interpretar la ciudad. ----------------------------------------------- 101
ƒ La ciudad según el plano de 1885. -------------------------------------------------------------------- 104
ƒ Un nuevo sistema de acequias y el arbolado urbano como novedades de la Ciudad Nueva.- 111

462
La fragilidad de la memoria

ƒ La provisión de agua corriente domiciliaria.-------------------------------------------------------- 118


ƒ La epidemia de cólera en el verano de 1886/87. ---------------------------------------------------- 121
ƒ Las luces del fin de siglo. ------------------------------------------------------------------------------- 125
ƒ La ciudad en 1889 desde la óptica de un médico higienista. -------------------------------------- 126
ƒ El censo nacional de 1895. ----------------------------------------------------------------------------- 128
ƒ Las condiciones higiénico-sanitarias de acuerdo con el Censo de la Habitación de 1896. -- 130
ƒ El censo municipal de 1903. --------------------------------------------------------------------------- 133
ƒ El censo provincial de 1909. Cuadro de situación y representaciones de la ciudad. ---------- 136
ƒ La influencia externa: París, capital del siglo XIX. ------------------------------------------------ 140
ƒ La mirada del otro puesta en el “viajero”. ---------------------------------------------------------- 142
ƒ Conclusión. ----------------------------------------------------------------------------------------------- 146
‰ CAPÍTULO IV: ---------------------------------------------------------------------------------------- 151
LA “PUESTA EN ESCENA” POLÍTICA. ----------------------------------------------------------------- 151
LA REPRESENTACIÓN SEGÚN EMILIO CIVIT. ------------------------------------------------------- 151
ƒ Breve recorrida de una larga trayectoria política. ------------------------------------------------- 151
ƒ Consecuencias locales de la “revolución del '90”. ------------------------------------------------- 152
ƒ La venta de tierras fiscales y el «affaire» de la renta diferencial . ------------------------------- 154
ƒ El termalismo como recurso y el rol económico del Estado. -------------------------------------- 163
ƒ La asignación de recursos como modo de definir políticas. --------------------------------------- 166
ƒ Modernos, modernistas y conservadores. ------------------------------------------------------------ 176
ƒ El Album de Homenaje y la construcción del héroe civil. ----------------------------------------- 185
ƒ Lo alegórico al servicio de la construcción simbólica. -------------------------------------------- 194
ƒ La gestación de la propuesta civitista. --------------------------------------------------------------- 196
ƒ La proyectiva de Civit para Mendoza. ---------------------------------------------------------------- 199
ƒ Conclusión. ----------------------------------------------------------------------------------------------- 203
‰ CAPÍTULO V:------------------------------------------------------------------------------------------ 207
EL HIGIENISMO FINISECULAR, ENTRE REPRESENTACIONES Y CONTROL SOCIAL. EL
NACIMIENTO DE LA CIUDAD-BOSQUE. ---------------------------------------------------------- 207
ƒ La representación social de la salud y la enfermedad. El control social. ----------------------- 207
ƒ El Censo de 1895 como detonante. ------------------------------------------------------------------- 211
ƒ El diagnóstico del higienista Coni.-------------------------------------------------------------------- 213
ƒ Otra representación local sobre la situación sanitaria. ------------------------------------------- 216
ƒ La puesta en marcha de la “higienización". --------------------------------------------------------- 220
ƒ La búsqueda de nuevos argumentos.------------------------------------------------------------------ 225
ƒ Las representaciones foráneas sobre la higiene pública. ------------------------------------------ 231
ƒ Una década después. Corolario de la gestión Coni. ----------------------------------------------- 233
ƒ La erradicación de los álamos carolinos. ------------------------------------------------------------ 238
ƒ El juego de argumentaciones periodísticas. --------------------------------------------------------- 241
ƒ La desarticulación de la representación tradicional de la ciudad. ------------------------------- 241
ƒ Otras maneras de eliminar los carolinos. ------------------------------------------------------------ 250
ƒ El arbolado defendido como el “único adorno” de la ciudad.------------------------------------ 253
ƒ La llamada “poda científica”. ------------------------------------------------------------------------- 255
ƒ Conclusión sobre el arbolado público. --------------------------------------------------------------- 258
‰ CAPÍTULO VI: ---------------------------------------------------------------------------------------- 261
DEL PARQUE DEL OESTE AL PARQUE SAN MARTÍN. ---------------------------------------------- 261
"...CUANDO CIVILIZAR ERA PLANTAR." -------------------------------------------------------------- 261
ƒ El Parque del Oeste. Sus orígenes.-------------------------------------------------------------------- 261
ƒ La estrategia para presentar el Parque. Los antecedentes legislativos. ------------------------- 264
ƒ La primera versión oficial. ----------------------------------------------------------------------------- 266
ƒ El parque de Boulogne en París como modelo de referencia. ------------------------------------ 267
ƒ La moda y el estilo como expresiones modernistas. ------------------------------------------------ 269

463
La fragilidad de la memoria

ƒ La descripción del proyecto en la prensa oficialista.----------------------------------------------- 270


ƒ El parque como promotor inmobiliario.-------------------------------------------------------------- 274
ƒ Una brisa de aire fresco para la ciudad vieja. ------------------------------------------------------ 278
ƒ Las primeras oposiciones. La lucha de representaciones en la batalla periodística. ---------- 281
ƒ La contraargumentación oficialista. ------------------------------------------------------------------ 284
ƒ El Parque durante la primera gobernación de Civit. ---------------------------------------------- 286
ƒ Entre el abandono y la resurrección. ----------------------------------------------------------------- 287
ƒ El equipamiento complementario. Un zoológico y un lago de regatas. -------------------------- 292
ƒ El parque como promotor de nuevas prácticas sociales. ------------------------------------------ 294
ƒ El Parque del Oeste en la Memoria de Obras Públicas de 1907/09.----------------------------- 295
ƒ Entre el dominio de lo público y lo privado. --------------------------------------------------------- 303
ƒ Conclusión. ----------------------------------------------------------------------------------------------- 305
‰ CAPÍTULO VII: --------------------------------------------------------------------------------------- 309
LA ADMINISTRACIÓN MODERNISTA A TRAVÉS DE SUS REPRESENTACIONES Y DE LAS
PRÁCTICAS URBANAS. ----------------------------------------------------------------------------- 309
ƒ El país en el mundo según la prensa mendocina. --------------------------------------------------- 309
ƒ La fiebre de negocios. El affairismo. ----------------------------------------------------------------- 311
ƒ El lujo como estética del derroche. ------------------------------------------------------------------- 313
ƒ A la altura de los tiempos. ------------------------------------------------------------------------------ 317
ƒ La creciente carestía de la vida. ----------------------------------------------------------------------- 320
ƒ El accionar modernista en el gobierno municipal. ------------------------------------------------- 323
ƒ El ornato como instrumento del progreso. Del blanco colonial a la modernista ciudad
coloreada. ------------------------------------------------------------------------------------------------ 328
ƒ Servicios públicos y quejas por su prestación. ------------------------------------------------------ 332
ƒ El discurso oficialista respecto del accionar municipal. ------------------------------------------- 339
ƒ El descanso dominical como innovación modernista. ---------------------------------------------- 341
ƒ Las situación de habitabilidad de los sectores populares. ----------------------------------------- 343
ƒ La vivienda obrera, conventillos y casas de inquilinato. ------------------------------------------ 350
ƒ La aparición de la idea del confort. Embelequerías de gringos. --------------------------------- 354
ƒ Precauciones antisísmicas. La nueva edilicia «contra-temblores». ------------------------------ 355
ƒ La propaganda inmobiliaria como representaciones de la ciudad. ------------------------------ 364
ƒ Conclusión. ----------------------------------------------------------------------------------------------- 371
‰ CAPÍTULO VIII: -------------------------------------------------------------------------------------- 375
LOS NUEVOS VALORES Y PRÁCTICAS SOCIALES, ---------------------------------------------------- 375
EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA URBANIDAD MODERNA. --------------------------------------------- 375
ƒ La llegada del ferrocarril en 1885. Las expectativas de la modernidad. ------------------------ 375
ƒ La celebración del progreso. -------------------------------------------------------------------------- 378
ƒ La exposición interprovincial de Mendoza en 1885. ----------------------------------------------- 381
ƒ De Palacio de la Exposición a Baños Públicos. ---------------------------------------------------- 385
ƒ Actitud de la sociedad mendocina frente a su propio pasado. ------------------------------------ 388
ƒ El proceder frente a la inmigración y hacia los sectores populares. ----------------------------- 394
ƒ Tolerancia y vigilancia. La reglamentación de la prostitución. ---------------------------------- 400
ƒ La moral pública, el desorden y el confinamiento del vicio. -------------------------------------- 404
ƒ El «Informe de Bialet Massé». Otra representación social de Mendoza. ----------------------- 408
ƒ Los “peligros” de la diversidad urbana. La cotidianeidad emergente.-------------------------- 412
ƒ La ornamentación del espacio público. -------------------------------------------------------------- 416
ƒ La retórica del paseo como alternativa “moderna”. ----------------------------------------------- 418
ƒ El cosmopolitismo provinciano. Los espacios alternativos. --------------------------------------- 426
ƒ El cinematógrafo como involuntario desenmascarador de la representación vigente. -------- 428
ƒ Conclusión. ----------------------------------------------------------------------------------------------- 433
‰ EPÍLOGO: ---------------------------------------------------------------------------------------------- 438

464
La fragilidad de la memoria

MITOS, UTOPÍAS Y REPRESENTACIONES ------------------------------------------------------------- 438


EN LA MENDOZA MODERNISTA. ----------------------------------------------------------------------- 438
ƒ La legitimación política de lo urbano.---------------------------------------------------------------- 438
ƒ Las representaciones sociales como instrumento de gestación y difusión de modelos. ------- 439
ƒ El discurso mítico y el discurso utópico. ------------------------------------------------------------- 443
ƒ La versión mítica del Parque en la prensa actual. -------------------------------------------------- 444
ƒ La construcción de lo mítico en el discurso urbanístico mendocino. ---------------------------- 447
ƒ Del paseo aristocrático al parque popular.---------------------------------------------------------- 451
ƒ La “puesta en escena” de la modernidad. ----------------------------------------------------------- 454
ƒ Hacia un cambio de representación social de la ciudad. ------------------------------------------ 459
FUENTES Y ARCHIVOS UTILIZADOS. ------------------------------------------------------------------ 462
TABLA DE MATERIAS ----------------------------------------------------------------------------------- 462
TABLA DE ILUSTRACIONES. ---------------------------------------------------------------------------- 465

Tabla de ilustraciones.
™ Ilustración 1- Plano de la ciudad de Mendoza hacia 1822. ---------------------------------------------------- 66
™ Ilustración 2 - Litografía de la ciudad de Mendoza en 1860 por Torrecillas. ------------------------------- 73
™ Ilustración 3 - Plano de la ciudad en 1885. -------------------------------------------------------------------- 105
™ Ilustración 4 - Plano del captado del agua potable en el río Mendoza (1896) ---------------------------- 109
™ Ilustración 5 - Esquema de funcionamiento de las acequias callejeras a partir de 1872. ---------------- 116
™ Ilustración 6 - Corte transversal de la calzada mostrando la relación vereda - acequia - calzada. ---- 117
™ Ilustración 7 - El Paseo de la Alameda hacia finales del siglo XIX. ---------------------------------------- 237
™ Ilustración 8 - Parque Público del Oeste, según el diseño original del Arq. Carlos Thays (1896). ----- 275
™ Ilustración 9 – El Parque del Oeste hacia 1903. Detalle del plano municipal de dicho año. ------------ 276
™ Ilustración 10 - Plano de la Ciudad de Mendoza hacia 1903 ------------------------------------------------ 288
™ Ilustración 11 – Los portones al tiempo de su implantación en el Parque (1909). ------------------------ 289
™ Ilustración 12: El Parque del Oeste, levantado por la Dirección General de Industrias durante el
gobierno de Rufino Ortega (h) en el año 1911. --------------------------------------------- 299
™ Ilustración 13 – Los portones de acceso al Parque Gral San Martín en la actualidad. ------------------ 452
™ Ilustración 14 - Fotografía actual del monumento al "Ejército de los Andes" en el Cerro de la Gloria –
Hacia el oeste del Parque Gral San Martín. ------------------------------------------------ 456

***************************************************************************

465
La fragilidad de la memoria

“Mirar una ciudad argentina desde la categoría de modernidad, desarticula


la visión tradicional que pone el acento en la historia política y permite
encontrar, en Mendoza, rasgos compartidos con muchas otras ciudades
latinoamericanas. Desde lo territorial y en el cuarto de siglo que nos ocupa,
la adaptación a las nuevas ideas y valores modernos, produjo
transformaciones, en el interior de la vida urbana, social y política de estas
ciudades, que se volvieron necesarias, por no decir, inevitables.”

“El trabajo se organiza a partir de la lectura y el análisis de la prensa local y


de las crónicas modernistas que en ella tuvieron cabida. Se procura inferir la
relación entre los procesos sociales y políticos, las argumentaciones que se
pusieron en juego y las luchas por el poder político que tuvieron expresión
en el periodismo mendocino. Por ello, la teoría de las representaciones
sociales, se revela como una herramienta apropiada para comprender el
complejo desarrollo de las luchas de representación que se dan en el campo
de lo simbólico, del imaginario social, y que subyacen en los artículos y las
crónicas periodísticas propias del modernismo del período.”

“Una de las premisas sobre la que se asienta esta investigación es la de


vincular los procesos sociales y culturales con los espaciales, sobre todo,
fijando la atención en la relación del poder con el espacio. Como éste no es
neutro, sino que está cargado de significados, históricamente determinados,
se intenta develar estas articulaciones.”

“Esta etapa de la historia nacional [1885-1910] es de mucha trascendencia


ya que se le asigna un carácter fundacional en la conformación de la
Argentina moderna y se ha instalado en el imaginario colectivo como el
referente del mito de la “Argentina dorada", en la que, representaciones
mediante, se habría vivido una era de progreso y bienestar inédita en el país,
y a la que se evoca, en el presente, como una suerte de paraíso perdido.”

466
Jorge Ricardo Ponte

La Fragilidad
de la Memoria

Representaciones, prensa y poder


de una ciudad latinoamericana
en tiempos del modernismo
- Mendoza, 1885/1910 -

Ediciones Fundación
CRICYT
La fragilidad de la memoria

INTRODUCCIÓN

Decía, refiriéndose a Mendoza,


Francis Bond Head, comerciante inglés,
de paso por esta ciudad hacia 1825.

“... [sus habitantes] están limitados


por los Andes y las Pampas,
y con tan formidables barreras a su derredor,
¿qué tienen que ver con las historias, progresos
o naciones del resto del mundo?

“...quien piense que todas las frutas


maduran al tiempo de las frutillas,
nada sabe acerca de las uvas...”
refrán popular

El presente estudio se propone rastrear una etapa particular de la historia argentina


a partir del seguimiento de la evolución, urbana y social, de la ciudad de Mendoza, capital
de la provincia argentina homónima, en el tiempo de su ingreso en la modernidad. El
período de estudio son los finales del siglo XIX y los comienzos del veinte, un cuarto de
siglo signado por el arribo del ferrocarril (1885) y el Centenario de la Revolución de Mayo
(1910). La fuente documental utilizada, prioritariamente, es la prensa mendocina, a través
de la lectura de los periódicos locales finiseculares.

El problema que se plantea como objeto de esta investigación se puede formular en


los siguientes términos: en los tiempos presentes, todo el mundo acuerda en celebrar la
obra de quienes, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, la elite al poder por entonces,
hizo entrar a Mendoza en la modernidad: orden urbano, belleza de trazado y de
construcciones, sensibilidad ecológica antes de que existiera el término. Para
comprender el sentido de este discurso consensuado (y a menudo fácticamente
inexacto), es conveniente remitirse al momento de su emergencia. Es decir, estudiar las
prácticas efectivas y las oposiciones que ellas suscitaron, las razones que se daban los
gobernantes de entonces y las de aquellos que les objetaban. De allí, la idea de trabajar

8
La fragilidad de la memoria

sobre la prensa cotidiana que brinda, al mismo tiempo, los hechos y sus
interpretaciones.1

Si bien la investigación desarrollada se refiere a una ciudad argentina en particular,


creemos que la validez de este estudio se explica en un contexto mucho más amplio. Por
un lado, el marco del proceso expansivo de la modernidad y su difusión en el mundo
occidental y, por el otro, la realidad que vivían, en esta época, muchas ciudades
hispanoamericanas y brasileñas, ya fueran grandes capitales o, simplemente, ciudades
del interior, donde bullían las ideas y las prácticas modernistas. En muchas ciudades
latinoamericanas comienzan a plantearse transformaciones urbanas, sociales y políticas
semejantes, porque la modernidad era un proceso que las excedía pero que también las
incluía. Otros factores de interés, según creemos advertir, serían:

• Mirar una ciudad argentina desde la categoría de modernidad, desarticula la visión


tradicional que pone el acento en la historia política y permite encontrar, en Mendoza,
rasgos compartidos con muchas otras ciudades latinoamericanas. Desde lo territorial
y en el cuarto de siglo que nos ocupa, la adaptación a las nuevas ideas y valores
modernos, produjo transformaciones, en el interior de la vida urbana, social y política
de estas ciudades, que se volvieron necesarias, por no decir, inevitables.

• El trabajo se organiza a partir de la lectura y el análisis de la prensa local y de las


crónicas modernistas que en ella tuvieron cabida. Se procura inferir la relación entre
los procesos sociales y políticos, las argumentaciones que se pusieron en juego y las
luchas por el poder político que tuvieron expresión en el periodismo mendocino. Por
ello, la teoría de las representaciones sociales, se revela como una herramienta
apropiada para comprender el complejo desarrollo de las luchas de representación
que se dan en el campo de lo simbólico, del imaginario social, y que subyacen en los
artículos y las crónicas periodísticas propias del modernismo del período.

• Una de las premisas sobre la que se asienta esta investigación es la de vincular los
procesos sociales y culturales con los espaciales, sobre todo, fijando la atención en la
relación del poder con el espacio. Como éste no es neutro, sino que está cargado de
significados, históricamente determinados, se intenta develar estas articulaciones.

• Esta etapa de la historia nacional [1885-1910] es de mucha trascendencia ya que se


le asigna un carácter fundacional en la conformación de la Argentina moderna y se ha

1
Síntesis formulada por Christian Topalov en ocasión de presentar esta tesis doctoral en la E.H.E.S.S. de
París, 4/2/1998. Traducción del autor.

9
La fragilidad de la memoria

instalado en el imaginario social como el referente del mito de la “Argentina dorada",


en la que, representaciones mediante, se habría vivido una era de progreso y
bienestar inédita en el país, y a la que se evoca, en el presente, como una suerte de
paraíso perdido.

Acerca de la época
Desde sus lejanos orígenes, en el siglo XVI, hasta nuestros días, Mendoza se ha
constituido en una ciudad arquetípica dentro de los oasis del piedemonte andino
sudamericano. La ciudad misma constituye el soporte territorial donde se expresan las
profundas tensiones y transformaciones que se operaron en la joven república y también
en las estructuras internas de las ciudades argentinas.

El ferrocarril, que se había manifestado como una herramienta útil para el desarrollo
económico y urbanístico del país, fue también un agente de integración nacional. Por ello,
le asignamos particular importancia a su llegada a Mendoza en 1885, ya que vinculó a la
provincia definitivamente con el país atlántico y su capital, Buenos Aires. Esta
observación no deja de ser pertinente si se piensa que, por motivos históricos, culturales
y económicos la Provincia de Cuyo2, a la que había pertenecido Mendoza desde su
fundación3 por la corriente colonizadora de Chile, estuvo más vinculada al país trasandino
que al litoral argentino. Otras consecuencias locales que produjo el ferrocarril fueron la
llegada masiva de inmigrantes extranjeros que prácticamente transvasaron la población
criolla local; el arribo de mercaderías y de la tecnología industrial; maquinarias
importadas de EE.UU. y Europa; el acceso al trigo barato de la pampa húmeda y la
agonía del modelo cerealero y ganadero (de engorde) para el mercado chileno que había
predominado hasta entonces en la economía regional, para reemplazarla por una
vitivinicultura a escala industrial y con miras a los mercados del litoral argentino, con el
puerto de Rosario a la cabeza. 4

El otro hito importante en esta etapa, según observamos, lo constituye la


celebración del Centenario de la Revolución de Mayo de 1810, que encuentra al país en
pleno orden conservador. Este, estuvo caracterizado, en lo nacional, por el auge de los

2
El término «Cuyo», de origen indígena y que significaría: «tierra de las arenas», es el nombre con que fue
conocida la región comprendida por las ciudades de Mendoza, San Juan y San Luis desde los tiempos de
la colonia española hasta 1820 en que se disgregan para crearse respectivamente las provincias de
Mendoza, San Juan y San Luis. La provincia de Cuyo fue la división político-administrativa que desde
1776, creación del Virreinato del río de la Plata hasta 1820, tuvo por capital a la ciudad de Mendoza. Por
extensión cuyano alude a las antiguas provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.
3
2 de marzo de 1561: Fundación de la ciudad de Mendoza, Nuevo Valle de Rioja por parte del capitán
español Pedro del Castillo, por orden del Capitán General de Chile, Don García Hurtado de Mendoza.
4
En 1884, la principal exportación de la provincia (72,56%) era el ganado vacuno a Chile, mientras que las
exportaciones de vino sólo constituían el 1,88% del total. En: La Provincia de Mendoza en su Exposición
Interprovincial de 1885, Tip. Bazar Madrileño, Mendoza, 1885.

10
La fragilidad de la memoria

gobiernos de la llamada generación del '80, con sus consignas de “orden y progreso".
Una política transformadora de modernización del país, había sido puesta en marcha por
una elite nacional que, previamente, había establecido acuerdos políticos y económicos
con las diferentes oligarquías5 provinciales. Entre los miembros destacados de la nueva
alianza se encontraba el mendocino Emilio Civit, la figura más prominente de la dirigencia
conservadora local. Civit, precisamente para esta fecha, acababa de finalizar en Mendoza
su segunda gobernación. Antes había sido diputado nacional, senador nacional, ministro
provincial, gobernador, ministro de la Nación, etc.

Ambos acontecimientos históricos enunciados, la llegada del ferrocarril y la


celebración del Centenario de Mayo, delimitan un cuarto de siglo marcado por la puesta
en marcha, a escala nacional, de un modelo económico agro exportador y otro político
basado en la concentración del poder y del gobierno en manos de una elite dirigente,
calificada como oligarquía por sus opositores políticos, mientras la gran mayoría de la
población era excluida, mediante el fraude electoral, del acceso al gobierno de la
República.

El Centenario como apogeo de un proyecto de país.


La celebración del Centenario de Mayo significó para la Argentina una oportunidad
de reflexión y de balance sobre el primer siglo de existencia independiente de España. En
ella, se pusieron en juego y en evidencia una serie de representaciones sociales sobre el
país del Centenario que distaba mucho de tener bases sólidas. El año 1910 se vivía
como un cenit, como el punto culminante de la realización material “positiva” de los
gobiernos de la llamada generación del ‘80 y de la organización nacional puesta en
marcha luego de la caída del gobierno del considerado tirano Juan Manuel de Rosas. Los
impulsores teóricos y autores de la formulación discursiva de este proceso de
organización nacional, puesto en marcha a partir de la sanción de la Constitución
Nacional de 1853, fueron Domingo Faustino Sarmiento con su categorías de “civilización
y barbarie” (1845) y Juan Bautista Alberdi con sus “Bases y puntos de partida para la
Organización Nacional” (1852).

Desde el inicio de la organización nacional (1853) las ideas propugnadas y


predominantes en el ámbito dirigente argentino se tradujeron en el paradigma de la
civilización asociada a la noción de progreso. Este proyecto civilizatorio estuvo asociado
a la noción de progreso material. Europa, en esta concepción, era el origen y fuente de

5
Entendemos por oligarquía al régimen político en el cual la soberanía real, no necesariamente la formal
que una república que, por definición, pertenece al pueblo, es ejercida por una clase restringida y
privilegiada. Por extensión, a dicho grupo.

11
La fragilidad de la memoria

esta civilización. Por el contrario, la barbarie era lo americano, el resabio de la América


española, el caudillismo, la anarquía.

Para operacionalizar esta idea civilizatoria se encaró un ambicioso y exitoso


proyecto de educación popular, universal y gratuita. Se produjo una creciente laicización
de la sociedad argentina con la institución del matrimonio civil, la libertad de cultos, la
enseñanza pública laica y se sentaron las bases para recibir una inmigración masiva de
europeos que pudieran ser atraídos a un país que se veía a sí mismo como joven y que
prometía grandes posibilidades de progreso.

Los gobiernos que se sucedieron en la Argentina, a partir de 1880, fueron, sin


embargo, del tipo autoritario, con un poder fuerte, centralizado en Buenos Aires, en
alianza con las dirigencias provinciales y con serias restricciones respecto del acceso
mayoritario de la población al gobierno, tanto en el nivel nacional como en las provincias.
La consigna había sido ordenar un extenso y poco poblado país, pacificar las luchas
internas a lo largo de todo el territorio nacional y hacerlo gobernable. La conquista de las
fronteras interiores ganadas al indio tiene, precisamente, a partir de dicho año un punto
de inflexión.

La utopía del eterno progreso había tenido ya un serio traspié en la conocida como
“crisis del noventa”, en alusión al año 1890 en que se produjo una crisis económica muy
importante, con quiebras de bancos nacionales y provinciales, fruto del manejo
especulativo de la economía, la emisión de moneda sin respaldo y la impericia en el
manejo de las finanzas públicas. Este aprieto económico tuvo su correlato político con
una insurrección armada, con apoyo de elementos civiles, que fue abortada por el propio
gobierno pero que, igualmente forzó la renuncia del entonces presidente de la república,
Miguel Juárez Celman (1886-90), y la asunción del cargo por parte de Carlos Pellegrini6,
hasta entonces vicepresidente, quien terminó el período presidencial previsto en 1892. La
resolución de la crisis del ‘90 por parte de Pellegrini y el ex-presidente Roca, detrás de la
escena política, consolidó al grupo dirigente pero, puso en alerta sobre la fragilidad del
sistema político y económico de la Argentina finisecular y su proyecto de modernización.

A pesar de ello, el sistema capitalista no fue puesto en cuestión, sino que se intentó
justificar la alarma como una crisis de moralidad pública. La explicación de la época es

6
De padre italiano y de madre inglesa, Carlos Pellegrini había nacido en Buenos Aires en 1846. Se graduó
de abogado y a los veintiséis años fue diputado nacional. Fue ministro de Guerra y vicepresidente de la
Nación. Negoció en nombre del Gobierno argentino en Europa un empréstito que le dio fama de hábil
político. Fue primero aliado y luego rival interno del Gral. Julio A. Roca. Este distanciamiento fracturó a la
elite dirigente y perdió la cohesión que había tenido en el período roquista. Falleció en 1906.

12
La fragilidad de la memoria

que habrían fallado los hombres. De allí que surjan dos valores a reivindicar, los de
moralidad y ética pública, ejes que tendrán, recurrentemente, un gran espacio en la
prensa del período. La adscripción incondicional al modelo de gestión elegido por la
Argentina generó una fractura en el interior de la elite dirigente que hubo de tener otro
punto de inflexión en ocasión de celebrarse el primer Centenario en 1910. Un incipiente
nacionalismo cultural cuestionó, desde el campo intelectual, el sustento ideológico del
régimen, disidencia que luego se llevó también al campo de lo político. Hubo entonces
quienes, comenzaron a pensar la necesidad de reformular el modelo de desarrollo
económico y político hasta entonces vigente. Había un desajuste, social y político,
todavía no demasiado evidente, entre la formulación del modelo y las concreciones
efectivas hacia 1910, que fue denunciado por un creciente nacionalismo cultural, surgido
entre los grupos intelectuales de la misma elite dirigente.7 Este movimiento revisionista no
era homogéneo, ya que existían diversas visiones y tampoco sólo una expresión
argentina sino que ya tenía envergadura continental y se alimentaba también de ciertos
ejemplos foráneos como el elitista nacionalismo católico, monárquico propugnado por
Maurras, Barret y Daudet en Francia, por este mismo tiempo. Este movimiento, todavía
incipiente al tiempo del Centenario hizo crisis en el año 1930, cuando un golpe militar
produjo la primera ruptura de esta larga constitucionalidad de los gobiernos civiles
argentinos iniciada en 1853.

El positivismo vigente, con una gran influencia en el pensamiento político del


spencerismo, la variante inglesa del positivismo, y un espiritualismo anti-positivista
creciente habían predominado como corrientes filosóficas en las elites intelectuales
argentinas. La Unión Cívica Radical, nacida en la crisis de 1890 y principal partido político
de la oposición, constituía, a la vez, una expresión del malestar de la época y un objetor,
desde el liberalismo político, del modelo político excluyente de la generación del ‘80. Su
principal referente político y futuro presidente argentino, Hipólito Yrigoyen adscribía a la
corriente filosófica del Krausismo8.

7
Véase al respecto: SARLO, Beatriz y ALTAMIRANO, Carlos. La Argentina del Centenario: campo
intelectual, vida literaria y temas ideológicos. En: Ensayos argentinos: de Sarmiento a la vanguardia.
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1988.
8
El Krausismo se presenta en el Río de la Plata como una prolongación de las tendencias espiritualistas,
con una extensión efectiva desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del presente siglo.
La ideología krausista es asimilada a través de las fuentes directas del filósofo alemán Karl Krause
(1781/1832), y sus discípulos Ahrens y Tiberghien, así como del significativo movimiento del Krausismo
español que irradia su influencia en América Latina. En nuestro país, el Krausismo es eclipsado y
asimilado con el surgimiento de la corriente positivista, conservando una incidencia definida en el terreno
de las ideas políticas, jurídicas y pedagógicas. En este sentido, se destaca la incorporación de esta
ideología dentro de las nuevas fuerzas políticas, como el partido radical, que propugnaron una
reformulación de la tradición liberal hacia formas democráticas y solidarias, donde cobra importancia la
actuación de la sociedad civil en la vida política nacional. Ver: ROIG, Arturo. Los krausistas argentinos.
Cájica, México, 1969; ARDAO, Arturo. Espitualismo y positivismo en el Uruguay. Fondo de Cultura

13
La fragilidad de la memoria

Dentro de la elite dirigente hubo una división, entre quienes propiciaban una mayor
participación política y democratización de los sectores medios de la Argentina y aquellos
que apoyaban la idea de continuar tal como se venía, es decir, con el fraude
institucionalizado y la exclusión de la vida política de amplios sectores de la población,
sobre todo de las capas medias y de los llegados inmigrantes. Fruto de estas
expectativas de cambio, sociales y políticas, ya presentes en el Centenario, es la reforma
que se produce en 1912, cuando se sanciona la llamada Ley Sáenz Peña de
establecimiento del voto universal, secreto y obligatorio que pondrá fin al llamado voto
cantado. El voto ya era obligatorio y universal (excluyendo a las mujeres) pero no era
secreto y esto significaba un control real, por parte de los patrones, del sufragio de los
peones que debían votar por quienes ellos aconsejaban. Por otro lado, la novedad
importante fue la utilización de los padrones militares para la confección del padrón
electoral, con lo que se depuraron las listas de sufragantes, evitándose el voto de los ya
fallecidos, etc.

La generación liberal que encaró la organización nacional se había caracterizado en


sus inicios, por un sentimiento anti español. Si a España se la asociaba con el atraso y el
oscurantismo, el Centenario será testimonio de un renacer de la valoración de las raíces
hispánicas y la reivindicación de la idea de la “madre patria”. La visita para las fiestas del
Centenario de la Infanta Isabel de Borbón, tía del rey Alfonso XIII en representación del
monarca español y la entusiasta adhesión popular que la misma concitó fueron testimonio
de esta vuelta a los orígenes9.

El diario La Nación de Buenos Aires, por entonces el más importante de América


Latina lanzó el 25 de mayo de 1910 una impresión especial de 780 páginas (de 46 x 52
cm.), plena de ilustraciones, en lo que se juzgaba la mayor edición hasta entonces
presentada por ningún periódico del mundo, para celebrar este acontecimiento. Se
trataba de una verdadera enciclopedia sobre la Argentina y contó para ello con la
colaboración de las plumas más prestigiosas de la América de habla hispana, entre ellos,
Rubén Darío, Joaquín V. González, José Terry, etc. En esta edición se pasaba revista a
todos los aspectos institucionales, sociales, políticos y económicos de la Argentina. La
intención era mostrar el grado de desarrollo y de civilización logrado por esta joven
república que había pasado de ser un virreinato periférico de la corona española a

Económica, México, 1950; AA.VV. El Krausismo y su influencia en América Latina. Fundación Friedich
Ebert, Madrid, 1989; BIAGINI, Hugo (Comp.) Orígenes de la democracia argentina. El trasfondo krausista,
Legasa, Buenos Aires, 1989.
9
En 1900, el presidente Julio Argentino ROCA decretó que el Himno Nacional se cantara omitiendo los
versos que referían a las luchas con España, como una manera de congraciarse con la creciente colonia
de inmigrantes españoles que arribaban como inmigrantes.

14
La fragilidad de la memoria

considerarse una de las naciones más prósperas y prometedoras de la tierra junto con los
EE.UU. de Norteamérica, el Canadá y, tal vez, Australia.

Al finalizar nuestro período de estudio, apareció una edición extraordinaria (de


ejemplares en inglés y la mayoría en castellano) hecha por una empresa editorial inglesa
e impresa en Londres dando cuenta de las Impresiones de la República Argentina en el
siglo Veinte10. El objetivo confeso de la publicación era mostrar cómo: “En el corto
espacio de un cuarto de siglo, la República se ha elevado de una posición de relativa
insignificancia a la categoría de potencia comercial de primer orden, de un modo casi
inaudito en la historia de las naciones.” Para demostración se subraya que el comercio
marítimo del país (importación y exportación) era un cuarto que el de los EE.UU. aunque
su población era doce veces menor; considerando el valor de las importaciones por
habitante, la Argentina sólo era superada por Bélgica y Holanda entre las cuarenta y una
naciones más importantes del globo. La capital argentina, Buenos Aires era, hacia 1910,
la segunda ciudad latina del mundo y la mayor debajo de la línea ecuatorial. Entre 1857 y
1909, el país recibió más de 3.409.540 inmigrantes y desde 1906 a 1910, la corriente
inmigratoria fue de un cuarto de millón por año.11 Por si fueran necesarias otras pruebas
convincentes, se desafía recurrir a otras estadísticas, tales como las relacionadas con el
departamento de Correos y Telégrafos o Teléfonos para probar el progreso material de la
República Argentina en los últimos años.

Para comprender la magnitud de la embriaguez de éxito que se vivía en las


publicaciones de promoción, aún las extranjeras, bastaría señalar una serie de opiniones
que daban cuenta de la representación que se tenía sobre la Argentina en tanto país, sus
habitantes y sus posibilidades. Así, se destaca que: “la prominencia del lugar que ocupa
entre las naciones, se debe en primer término a la mágica fertilidad de sus extensos
territorios y a los esfuerzos canalizados de los hombres que han sabido explotar con
arrojo e inteligencia pertinaz las colosales fuentes de riqueza del país.” Sobre la situación
actual del país a la finalización del Centenario, opina esta publicación inglesa a modo de
síntesis que:

10
LLOYD’S GREATER BRITAIN PUBLISHING COMPANY. Impresiones de la República Argentina en el
Siglo Veinte. Su Historia, Gente, Comercio, Industria y Riqueza. Londres, 1911, 900 páginas. El prólogo
anticipa que para financiar esta costosa edición han debido intercalarse “fotografías comerciales”, de
personas e instituciones, a efectos de hacer menos onerosa su adquisición aunque todo hace suponer que
no sólo a ello se ha limitado la comercialización de espacios sino que también deben haberse pagado las
líneas de biografías de personajes destacados, porque hay inexplicables ausencias, y las referencias a
empresas comerciales es exhaustiva.
11
Ibídem, Prólogo.

15
La fragilidad de la memoria

“Desde hace muchos años hasta la época presente, ningún país en el mundo ha
alcanzado un lugar tan prominente, en el sentido comercial e industrial, como la
República Argentina.(...) La naturaleza ha derrochado prodigalidades en la
Argentina, dotándola de una magnífica y fértil llanura (...) y con absoluta seguridad
puede afirmarse que es la región sementera mayor que queda aún por explotar en
climas templados.(...) es imposible que se detenga a un país que produce tan
abundantes y variados frutos. Ninguna región impresiona tanto al visitante acerca
de las ilimitadas posibilidades de su suelo, como la Argentina, y únicamente una
mala y desgraciada dirección podrían impedirle que llegue a ser una de las mayores
naciones del mundo.

Se dice con fundamento, que la maravillosa rapidez de expansión de la República


Argentina es tal vez el fenómeno más notable de esta generación.”12

Por su parte, en los círculos dirigentes se deja trascender que la mayor ambición de
la Argentina es poder producir bastantes comestibles como para abastecer al mundo
entero. Los adjetivos para singularizar a la Argentina alimentan la vanidad de la novel
república: “No hay país que se haya desarrollado tan rápidamente, ni que haya atraído
tanto capital extranjero en el último medio siglo como la Argentina.”13 y respecto de la
importancia y origen de dicho capital extranjero se reproduce un dicho que afirma que “el
capital inglés y el trabajo italiano han hecho la Argentina de hoy.”14 Es entendible que en
este contexto, M. Clemenceau, expresidente del Consejo de ministros de Francia, de
visita en el país en 1910 observe en los argentinos un “argentinismo rabioso” que le
induce a pensar al estadista francés que: “...el argentino verdadero, aunque nunca lo
confiese, parece, a mi juicio, estar convencido de que su país está dotado de un mágico
elixir de juventud que brota del suelo y lo convierte en un hombre nuevo, descendiente de
nadie, pero antecesor de todas las generaciones venideras.”15

Pero, los festejos del Centenario no fueron sólo un canto celebratorio monocorde al
régimen vigente, sino que, sectores sindicales vinculados al anarquismo y al socialismo,
amenazaron con realizar una huelga general en coincidencia con los festejos oficiales
pidiendo la derogación de la denominada Ley de Residencia. El establecimiento del
estado de sitio por parte del gobierno, neutralizó, por un tiempo, las manifestaciones del
descontento popular.

12
Ibídem, p. 94.
13
Ibídem, p. 234.
14
Ibídem, p. 176.
15
CLEMENCEAU, George. En: London Observer de Londres, 19/02/1911, citado en: LLOYD’S GREATER
BRITAIN PUBLISHING COMPANY. Impresiones de la República Argentina en el Siglo Veinte.op. cit., p.
370.

16
La fragilidad de la memoria

Veinticinco años después de la llegada del ferrocarril a Mendoza, se inauguró el 5


de abril de 1910 el servicio ferroviario de trocha angosta entre la ciudad mendocina y
Valparaíso en Chile. Los trabajos habían comenzado en 1887.y para lograrlo se había
perforado la cordillera de los Andes con túneles y puentes que evitaban definitivamente el
pasar por el estrello de Magallanes. El cruce cordillerano entre los dos países a 8.194 m
de altura sobre el nivel del mar había sido finalmente superado para el moderno
ferrocarril.

El ingreso en la modernidad
Hacia fines del siglo XIX y comienzos del veinte, puede advertirse en la prensa la
aparición de un discurso epocal que refiere a la modernidad a la que ingresaba, o
aspiraba, la novel república de la mano de las dirigencias conservadoras, provinciales y
nacionales. La modernización como proceso de transformación de las estructuras
económicas, sociales y culturales abarcó, en gran medida, a todo el llamado mundo
occidental. Dentro del proceso de expansión del capitalismo industrial, a partir de 1880,
en la República Argentina la administración gubernamental comenzó a gestar un proyecto
nacional de modernización. Este, suponía adecuar las estructuras políticas,
administrativas y económicas del país al nuevo orden.

En este aspecto, Mendoza, por su escala y su condición de capital de una provincia


del interior del país, según creemos, nos puede dar una visión más representativa de la
entrada de la Argentina a la modernidad finisecular que el caso de Buenos Aires, la gran
metrópolis sudamericana de la época, más cerca en expectativas y posibilidades a sus
pares europeas o americanas.

Este proceso de modernización, que pretendía incorporar a la Argentina en la


llamada modernidad finisecular, estuvo caracterizado, en lo ideológico, por un énfasis en
las posibilidades de la razón positiva. También se advierten como características: una
confianza en el triunfo de la ciencia y la técnica; la interpretación que hacen los modernos
de la historia como un proceso unitario, continuo y progresivo; la búsqueda del control y
dominio de la realidad, social y material, de la época; el desarrollo autónomo de los
individuos; la idea de decadencia y recuperación de lo perdido; la aparición de lo
moderno como proceso de desencantamiento y descreimiento del pasado; la progresiva
secularización de la sociedad, el sacudimiento de los dogmas religiosos; la creencia en el
valor de la uniformidad (o en la imagen de ella) y finalmente, la asunción de la
modernidad como una constante insatisfacción y una ansiedad de transformación de la
realidad, cuando no, el surgimiento de propuestas más radicales de revolucionar la
sociedad. Coexistirían en esta época, desde el más puro positivismo a las ideas

17
La fragilidad de la memoria

anarquistas; la fe ciega en el progreso ilimitado y la convocatoria a destruir la sociedad


burguesa; es decir, grandes contradicciones y una manifiesta conflictividad social.

Un eje articulador de nuestro trabajo es dar cuenta de la entrada de Mendoza, en la


modernidad de fines del siglo diecinueve y comienzos del veinte. Esta investigación
también pretende vincular a la ciudad con la modernización encarada en Argentina en
esta misma época, y para hacerlo recurrimos a la utilización de una fuente moderna por
excelencia: el periodismo. Ciertamente, nada parece resumir mejor que los diarios
finiseculares, aquella definición de Baudelaire al caracterizar al modernismo: “...lo fugaz,
lo transitorio, lo contingente".16 El uso como fuente documental del periodismo permite
recurrir a la categoría de modernidad desde su matriz y su esencia, desde una de las
expresiones más acabadas de esa misma modernidad como es la prensa cotidiana, que
da cuenta, al mismo tiempo, de los hechos y sus interpretaciones. Respecto a la
modernidad, nuestra decisión ha sido exponer las trazas de la misma tal como se
manifiestan en el discurso de los actores sociales de la época, más que utilizar de
prestado el concepto según autores contemporáneos.17

La modernidad argentina, sin dudas, periférica, fragmentaria y heterogénea,


impregna de tal manera el período de estudio, que todos los conflictos y valores de la
sociedad mendocina están atravesados por los parámetros de dicha modernización.
Nunca antes las ciudades argentinas se habían visto tan presionadas para adaptarse a
“los nuevos tiempos" y a las innovaciones tecnológicas, económicas y sociales que
implicaba la inserción de la Argentina en el mercado capitalista mundial como proveedora
de materias primas y la articulación del país dentro de la esfera de influencia, comercial y
política, del imperio británico, aunque con modelos culturales europeos y
norteamericanos.

La prensa como fuente documental.


Las representaciones sociales que circulan en los discursos, son vehiculizadas por
las palabras, los mensajes y las imágenes de los medios de comunicación y son
cristalizadas en las conductas de los individuos y las comunidades. La comunicación
juega, en este proceso, un rol fundamental en el intercambio e interacción que concurren
a la creación de un universo consensual. Desde este punto de vista, las representaciones
sociales son abordadas, a la vez como el producto y el proceso de una actividad de

16
BAUDELAIRE, Charles. Introduce este concepto en The Painter of Modern Life (1863), Phaidon, Oxford,
1964. p.3.
17
Ejemplo de ello, es la utilización de los términos modernismo y modernista, respecto de los cuales hemos
respetado el uso y alcance con que fue usado en Mendoza en este período. Más adelante, en el desarrollo
del trabajo se amplían sus significaciones. Ver el subtítulo: “modernos, modernistas y conservadores”.

18
La fragilidad de la memoria

apropiación de la realidad externa al proceso del pensamiento y de elaboración


psicológica y social de esta realidad.

Al recurrir a la teoría de las representaciones sociales para trabajar el sujeto


histórico elegido, pretendemos evitar los habituales análisis ideologizados, tanto de
aquellos que denostan a la elite dirigente del período, como expresión de una falta de
adecuación a una presunta identidad nacional argentina; como así también aquellos otros
que la celebran acríticamente como la fundadora de la Argentina moderna. Este tipo de
estudios, a partir de las representaciones sociales, pretende dar una visión más rica en
matices y pretende explicar procesos que suelen ser marginales en los abordajes
tradicionales.

El periodismo era, desde la perspectiva modernista, el ámbito por excelencia donde


se expresaban los promocionados valores modernos de lo volátil, lo fugaz, lo efímero, lo
transitorio. Según expresa un dicho popular: “nada hay más viejo que el diario de ayer".
También el diarismo es el ámbito que nos permite advertir cómo, los distintos actores
sociales se representaban a sí mismos y a los demás. Por ello, la utilización de la prensa,
en tanto producto y productor de la incipiente modernidad, aparece como apropiada para
estudiar el modernismo en nuestras ciudades.

Frente a las posibles opciones de abordaje teórico de nuestra investigación,


elegimos utilizar a la prensa como fuente documental pero, considerándola no como una
fuente objetiva en sí misma, sino, reconociéndole un triple carácter: primero, como lugar
de argumentación de las distintas representaciones sociales vigentes; segundo, como
lugar de lucha de las representaciones sociales en conflicto y tercero, como arma de
lucha política entre las distintas fracciones de la elite dirigente local.

Nos interesa también develar las estrategias simbólicas de apropiación del espacio
por parte de los diferentes grupos sociales y no sólo de la elite dirigente. De allí que
partimos del supuesto teórico que los textos periodísticos constituyen, ciertamente,
vehículos de representación social. Pero, dada la magnitud del corpus seleccionado,
hemos creído necesario restringir el análisis del discurso, en tanto texto literario, en tanto
unidad en sí misma, no al conjunto del corpus, sino a seleccionados textos, los cuales,
por su alta densidad discursiva, creemos merecen un análisis particular. Mientras que, al
conjunto, lo hemos abordado en tanto estrategias de control de gestión y/o luchas
políticas o luchas de representación social, en referencia a las políticas urbanas
finiseculares.

19
La fragilidad de la memoria

Pero, tomar a los periódicos como fuente documental supone, como hipótesis de
trabajo, aceptar el recorte de la realidad que la misma prensa ha hecho de los distintos
conflictos, desigualdades y/o valores, en un momento dado. Así, aunque por otras
fuentes documentales y/o otros estudios anteriores pudiéramos saber de la aparición de
una norma, de un reglamento o de un censo sobre los que la prensa no daba noticias o
les asignaba escasa o nula importancia. Resulta interesante inferir por qué la prensa,
oficialista u opositora, lo silenciaba, los minimizaba o directamente los ignoraba.

No hemos tomado en la lectura del corpus periodístico, una secuencia arbitraria


sino que hemos hecho un seguimiento regular del período. Más allá de considerar a las
crónicas periodísticas como un apoyo a la función crítica de la fuente documental,
también hemos creído útil y necesario presentar al texto periodístico como muestra de las
argumentaciones puestas en juego y como una posibilidad del acceso al discurso, político
y social, expresado por los diarios de la época. Por ello, estimamos que la presente
investigación será un óptimo continente para futuras y variadas lecturas del material
periodístico que aparece aquí como testimonio de los conflictos urbanos detectados, o de
algunas de las polémicas ciudadanas de las cuales hemos hecho el seguimiento, o de los
valores o de las prácticas sociales expresados por la visión modernista del período. El
mismo concepto de modernidad aparece como una novedad en el estudio de una ciudad
como Mendoza.

Para conocer las distintas representaciones en juego, tanto fueran de los sectores
dominantes como de los sectores subalternos, hubiera sido deseable contar con medios
periodísticos procedentes de ambas vertientes; pero, ello no siempre ha sido posible
porque sólo han perdurado los testimonios de la prensa de la clase dirigente. En efecto,
en el período en estudio, la prensa mendocina que hay archivada en las hemerotecas
locales es toda de elite. No han perdurado diarios obreros, aunque parece que sí los
hubo. La existencia de discursos alternativos: anarquistas, obreros o socialistas ha
quedado limitado a las citaciones o transcripciones que pueden haber hecho otros
medios periodísticos. Es decir, a partir de las fuentes disponibles, el disenso y/o asenso a
las distintas representaciones sociales en pugna, que se prioriza es el de la clase
dirigente mendocina.

Esta carencia puede explicarse tanto por el hecho de que los sectores populares no
tenían pleno acceso a los medios de comunicación de la cultura hegemónica, porque
pueden no haber alcanzado una manifestación textual o porque esta misma clase
dirigente poco y nada hizo para que estas publicaciones perduraran en las hemerotecas
oficiales. A pesar de ello, partimos del supuesto teórico de que es posible la

20
La fragilidad de la memoria

reconstrucción del discurso y/o de las representaciones sociales de los sectores


populares a partir del discurso y/o representación hegemónica de la elite, tanto sea de la
fracción dominante como de aquella que, circunstancialmente, estaba relegada del
ejercicio directo del poder y que por ello, precisamente, contestaba también el discurso
oficial.

No obstante su intencionalidad política, podemos decir que, sin embargo, el


discurso discrepante de la prensa opositora permite desarticular, de alguna manera, el
discurso hegemónico de una sector de la elite dirigente mendocina, aquella que manejó
el gobierno y el poder casi ininterrumpidamente en nuestro período de estudio. La
perdurabilidad hasta el presente de algunas colecciones de la prensa adversaria de
entonces nos permite conocer otra representación social diferente a aquella dominante
que dio nacimiento a una versión historiográfica tradicional, fruto de la representación
social exitosa de la elite dominante, y a las numerosas publicaciones oficiales de la época
en las que ha quedado reflejada la acrítica apología editorial del período.

Tanto sea la prensa oficialista, o el que hacía las veces de tal, o en el periódico
opositor, como puede advertirse en el discurso del diario Los Andes, el más importante
del período estudiado, el interpelante de la reclamación no es el pueblo, quien
presuntamente padece la buena o mala gestión de la elite dominante, sino que el
interlocutor es la misma clase dirigente de la que forman parte, tanto los oficialistas como
los ocasionales opositores. El pueblo, o al menos los sectores populares, aparecen en
este esquema discursivo en una condición de minoridad cívica, a la que habría que
proteger de manera paternalista y ejercer de alguna manera su representación.

En resumen, podríamos decir que, con todas las limitaciones materiales y culturales
de una ciudad provinciana como Mendoza, se puede verificar que, frente al ejercicio
oligárquico, del poder político y a la construcción de una hegemonía política y social,
hubo un control de gestión a las políticas públicas por parte del periodismo local. Esta
función de señalamiento crítico se inscribe en el marco más general de la prensa
modernista de su tiempo y de los valores, conflictos, desigualdades que este período de
la vida argentina imprimió a la vida política y social.

La mirada siempre recorta al objeto. En nuestro caso, la fuente elegida - la prensa


de fin de siglo - es la posibilidad y a la vez el límite. En esta condicionante reside también,
según creemos, el valor de nuestro enfoque, porque la crónica, en general, o los artículos
periodísticos no tienen, en nuestro caso sólo una función de apoyo documental sino que
son el eje medular alrededor del cual se estructura la totalidad del discurso modernista

21
La fragilidad de la memoria

que expresa la prensa de fin de siglo. El seguimiento de los periódicos no ha impedido,


por cierto, que salgamos y entremos a la fuente periodística para complementarla con
información indispensable para comprender o acotar lo que los mismos diarios están
expresando. Para ello, hemos recurrido a otros reservorios documentales, cuando lo
controvertido de la querella o la crónica periodística necesitaban una corroboración
documental indispensable (ej. Documentación de archivos, planos, descripciones de
viajeros, crónicas, leyes, etc.).

Por otro lado, para conocer la representación social que gestó el civitismo18 hemos
incorporado también como fuente documental el Álbum que en homenaje a Emilio Civit se
publicó al fin de su segundo mandato como gobernador (1910). También hemos
incorporado otras fuentes alternativas tales como datos censales y algunos planos de la
ciudad en la época que no fueron publicados por los diarios, y otros particulares del
Parque del Oeste, sin cuya inclusión sería difícil comprender la espacialización del
discurso periodístico.

No obstante, debemos precisar que, a pesar de las muchas bondades que presenta
la fuente prioritaria de consulta, la prensa, y de los recaudos que hemos tomado; como
ésta hace un recorte importante de la información publicada, esto puede producir ciertas
desviaciones en el peso asignado a ciertos temas o problemáticas, o privarnos de la
palabra de algunos sectores que también tenían demandas que formular como es el caso
de la creciente inmigración extranjera. Estos tenían incluso ciertos órganos periodísticos
propios y, sin embargo, pueden parecer ausentes en el discurso, aunque no hayan
estado ausentes de la realidad que se plasmaba en la ciudad.

En el transcurso de esta investigación hemos seguido aquellas pistas de


problemáticas que parecieron tener un mayor espacio de debate en la sociedad. Por ello,
en la organización de algunos capítulos hemos agrupado las temáticas vinculadas a un
conflicto-eje alrededor del cual articular una unidad significativa; mientras que en otros, se
tiende a presentar, aunque más fragmentariamente, la problemática de los valores y las
prácticas sociales de la sociedad mendocina de fin de siglo, sin organizarse
necesariamente alrededor de un conflicto articulador específico como eje, sino en nuestro
intento de re-crear la unidad de la ciudad que la modernidad disolvía.

La modernidad finisecular se presentó como un proceso por esencia fragmentario.


Esta fragmentariedad no sólo se expresa en el campo discursivo que puede ser la prensa

18
Por civitismo entenderemos a los partidarios de Emilio CIVIT y a los modelos o proyectos que éste impulsó
a lo largo de su trayectoria política.

22
La fragilidad de la memoria

del período sino que, también, se evidencia en la misma ciudad moderna como campo de
significación.

“...el periódico hace con el trabajo sobre la lengua lo que la ciudad hacía con los
espacios públicos tradicionales. No está de más, por eso, leer el periódico como la
representación (en la superficie misma de su forma) de la organización de la
ciudad, con sus calles centrales, burocráticas o comerciales, con sus pequeñas
plazas y parques: lugares de ocio y reencuentro”19

La utilización de una fuente moderna por excelencia para mirar la ciudad, con sus
redes y desarticulaciones, nos ha hecho participar de esa misma fragmentariedad de
códigos y de sistemas de representación con que la prensa abordó la problemática de la
ciudad en los tiempos del modernismo. Como nos advierte Ramos en su estudio sobre
los desencuentros de la modernidad: “... la ciudad no sólo sería un contexto pasivo de la
significación, sino la cristalización de la distribución de los mismos límites, articulaciones,
cursos y aporías que constituyen el campo presupuesto por la significación.”20

La fuente periodística, el privilegiar al acontecimiento como característica de la


temporalidad urbana, remite necesariamente a la problemática de la fragmentación.
Decía Martí, respecto del armado de sus crónicas: “¿Cómo poner en junto escenas tan
varias?” 21 Este interrogante del escritor y periodista modernista por antonomasia, ha sido
también el nuestro. Ramos advierte respecto de las crónicas martianas, que en las
mismas, la ciudad no sería sólo un objeto representado “sino un conjunto de materiales
verbales, ligados al periodismo, que el cronista busca dominar en el proceso mismo de la
representación.”22

Por ello, el propósito de los cronistas que escribían en los periódicos finiseculares
era re-narrativizar la ciudad para re-configurar la unidad que la modernidad disolvía, a
través de sus diversos mecanismos, utilizando, para ello, recursos literarios de
hilvanamiento tales como el paseo. Recomponer el espacio, discursivo y territorial, y
articular la fragmentación, tanto de la crónica periodística como de la ciudad como ámbito
espacial, de Mendoza en tiempos de su incorporación a la modernidad, es también
nuestro propósito.

19
RAMOS, Julio, Desencuentros de la modernidad en América Latina. Literatura y política en el siglo XIX.,
Fondo de Cultura Económica, México, 1989,op. cit., p.124.
20
Ibídem, p.118.
21
MARTI, José. Obras Completas, Tomo IX, p. 303, citado por RAMOS, Julio, op. cit., p.126.
22
RAMOS Julio, op. cit., p.126.

23
La fragilidad de la memoria

Ciudad, prensa y representaciones.


A fines del siglo pasado, Mendoza era una ciudad de primera línea, al interior del
país, con los atributos y características de una capital de provincia. Dentro del proceso
histórico mendocino, el espacio urbano es también un indicador elocuente de la
conflictividad social imperante y, si bien responde a las condiciones de la época, también
manifiesta características que le son particulares. La ciudad puede, en sentido amplio, ser
considerada un lugar donde se manifiestan y materializan los conflictos, contradicciones y
desigualdades de una determinada sociedad en una determinada época. El intento de
identificar y espacializar estos antagonismos y valores es el eje medular de nuestro
trabajo. Sin embargo, es importante señalar que la tarea que nos hemos propuesto,
apunta a vincular dos niveles de análisis: por un lado, la lectura de la materialidad de las
obras, sus componentes y características, niveles y calidad del equipamiento, morfología
de la ciudad y, por el otro, el análisis del discurso acerca de lo urbano, en un amplio
registro, que va desde los periódicos hasta un heterogéneo corpus de textos, producidos
por distintos actores sociales y desde diferentes lugares con relación al tema.

El supuesto metodológico con el que abordamos la problemática urbana es que, el


discurso que puede leerse en los diarios finiseculares, respecto de las políticas públicas
de la Ciudad conforma un sistema de discursos y de representaciones en donde se
refleja la realidad social y material de la época. La función mediadora del lenguaje, según
Arturo Roig, presupone una ampliación metodológica que permita leer en el nivel
discursivo la contextualidad social que constituye el marco de condiciones de toda
producción simbólica. Respecto de la realidad social y material de una época, supone
que ésta, con sus contradicciones y valores, se encuentra incorporada en el universo
discursivo.

En el discurso institucional sobre la historia urbana de Mendoza, del que ya hemos


dado cuenta en otros estudios anteriores23, advertimos en general, una dualidad dada,
por un discurso expreso, aunque advertimos un otro discurso silenciado, pero implícito.
Ambas representaciones sociales refieren tanto a una ciudad emergente y a una ciudad
subyacente, organizadas a través de una jerarquía de valores diferentes. Como puede
suponerse, este intenso proceso cultural es posible develarlo porque, de alguna manera,
el discurso contrario suele estar presente en el propio discurso de la elite dominante, del

23
Nos referimos a nuestra publicación: Mendoza, aquella ciudad de barro. Historia de una ciudad andina
desde el siglo XVI hasta nuestros días. Municipalidad de Mendoza, 1987, 590 p.

24
La fragilidad de la memoria

cual da amplia cuenta la prensa de la época y, según creemos, ambos pueden ser
decodificados a partir de su análisis en su carácter de representaciones sociales.24

Otros estudios históricos previos sobre Mendoza, con otras fuentes y otros objetos
de estudios dan amplia cuenta de la estructura político-institucional del período. Ellos nos
han permitido conocer, respecto de las políticas públicas en la ciudad, el discurso oficial
definido y expresado por una fracción de la elite dirigente, aquella que manejaba el poder
político y la administración del Estado. Pero, como suele suceder, cuando lo oficial no
coincide con lo real, se hace preciso recurrir a otro tipo de reservorios de información que
nos permitan escuchar otras voces, otras representaciones emitidas desde otros lugares.
Atentos a esta inquietud nos pareció útil interrogar a la prensa cotidiana como fuente
documental. Esta consulta, centrada básicamente en los periódicos locales, nos permite
conocer, complementariamente con las otras fuentes ya conocidas, el consenso y el
disenso que tuvieron las distintas gestiones urbanas del conservadurismo vigente y la
participación, o no, que les cupo a los distintos sectores sociales en la definición de las
políticas públicas instrumentadas en este período.

La prensa local, con medios oficialistas, opositores e inclusive aquellos que solían
ser alternativamente oficialistas u opositores, también nos posibilita ampliar el
conocimiento del discurso de la elite, el hegemónico por otro lado, a partir del cual se
pueden confrontar las distintas voces (de consenso o disenso) que se levantan frente al
discurso oficial. En el discurso que publica la prensa local, aunque a veces seguimos a un
emisor en particular, en general, observamos el comportamiento de todo un grupo social,
el dirigente, para, a partir de sus propuestas o elecciones urbanas, poder develar también
el otro discurso, el de los sectores subalternos respecto de la gestión urbana y de la
sociedad.

Al intentar ver a la ciudad como una expresión de las representaciones de una


determinada sociedad en un tiempo preciso, nos proponemos usar a la ciudad como un
indicador. En realidad, nuestra pretensión se complejiza bastante más, ya que no sólo
nos interesa develar en los periódicos de la elite, que son, por otro lado, los que podemos
disponer en nuestras hemerotecas, el discurso propio y el de los otros respecto de la
gestión urbana que llevaba adelante la oligarquía local, dentro del universo discursivo
elegido; sino, particularmente atender a la relación de cada uno de estos sectores con la
ciudad, y no solamente verlos desde el nivel simbólico que puede constituir el lenguaje. Si
a este proceso le incorporamos la alta densidad discursiva del mensaje político epocal,

24
JODELET, Denise. Les Représentations Sociales, Presses Universitaires de France, Paris, 1989, p.35.

25
La fragilidad de la memoria

donde se hacen presentes los diferentes sujetos sociales y su conflictividad, se


comprende por qué, para abordar la problemática urbana, la prensa tiene un alto grado
de referencialidad discursiva. Es decir, la presencia de otros discursos que remiten a
otras representaciones que están en el propio discurso y la capacidad de manifestar la
conflictividad y la valoración social en determinado tiempo y lugar.

Conformemente creemos, puede verificarse que la ciudad es un ámbito privilegiado


de la cultura material, donde mejor pueden manifestarse la espacialización y
textualización de los conflictos, desigualdades y valores sociales. Respecto del enfoque
señalado, los textos periodísticos que refieren a la problemática urbana son un recorte
particular del universo discursivo que incluye, no solamente los discursos reales, sino
también los posibles o los utópicos. La presencia de discursos aludidos y eludidos en los
textos periodísticos nos pone frente al problema de las representaciones sociales de los
sectores subalternos de la sociedad.

Por otro lado, si reconocemos al campo cultural como un espacio simbólico donde
también se expresa la tensión social, es válido pensar que en la ciudad, como
representación social, se verifica un proceso de redefinición permanente de fuerzas y de
luchas, políticas y simbólicas. De tal antagonismo fundamental, puede resultar claro que
la ciudad moderna es uno de los terrenos donde también se expresa esta conflictividad
social. Existe un esfuerzo incesante por parte de los sectores dominantes para
desorganizar y reorganizar, a partir de otros criterios valorativos, el hábitat popular y un
esfuerzo de los sectores subalternos por resistir dichos cambios, organizando para ello
distintos tipos de luchas de representaciones, que también supone distintos grados de
creatividad y no sólo ser meros objetos de manipulación social.25

Reconocer las estrategias de apropiación, simbólica o real, del territorio por parte
de los distintos actores sociales en una ciudad provinciana como Mendoza supone
también analizar las distintas relaciones de fuerza que se dan en su seno.26 El espacio
urbano es un producto cultural, históricamente construido, en lo material y en lo social,
también objeto de apropiación de los diferentes grupos sociales y el punto de aplicación
más visible del poder27. Si bien la ciudad es organizada, modelada y definida con relación
a las representaciones sociales de los grupos dominantes, la apropiación del espacio por

25
GARCIA CANCLINI, Néstor. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular? México, 1983,
p.28.
26
ver SANCHEZ, Juan. Poder y Espacio.En: GeoCrítica. Cuadernos críticos de geografía humana.
Barcelona, setiembre de 1979, p.7 a 11.
27
CIRVINI Silvia. La ciudad argentina de la belle époque a los shoppings center. El caso de Buenos Aires.
En: Argentina del ’80 al ’80. Balance social y cultural de un siglo. ROIG, Arturo, compilador. Univ.
Autónoma de México, México, 1993, p.183.

26
La fragilidad de la memoria

parte de los sectores subalternos no es un hecho pasivo, ni la acción del poder sobre el
espacio es simple imposición coercitiva. Descubrir y analizar esta tensión entre dominio y
contra dominio, esta lucha de representaciones, este juego de fuerzas dinámico en torno
del espacio urbano y en el marco de una construcción hegemónica es un propósito
central en nuestra búsqueda.

Así vista, la ciudad no es el decorado de otros discursos, tampoco es sólo el


escenario de confrontación de las fuerzas sociales imperantes, sino que es el desafío al
que apuestan los distintos actores sociales y un indicador de sus relaciones. Nos interesa
develar la construcción de la ciudad moderna y, al mismo tiempo, de su mito.

27

También podría gustarte