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Tema 15 - Sistema Genital

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Apuntes 2/11/20

TEMA 15: SISTEMA GENITAL

ÍNDICE

1. Sistema genital
2. Gónadas
2.1. Gónada masculina: Testículo
2.2. Gónada femenina: Ovario
3. Fase indiferenciada: Conductos genitales
3.1. Masculinos
3.2. Femeninos
4. Fase diferenciada: Genitales externos
4.1. Masculinos
4.2. Femeninos
5. Reubicación de las gónadas
5.1. Reubicación de los testículos
5.2. Reubicación de los ovarios

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1. Sistema genital

El sistema genital se origina a partir del sistema urogenital, a partir del mesodermo
intermedio, que forma una cresta longitudinal en la pared dorsal del embrión. Esta cresta
forma unas protusiones en el interior del celoma intraembrionario, las crestas urogenitales.
Podemos identificar dos zonas:
- La zona medial o crestas gonadales o genitales, origina las diferentes estructuras del
sistema genital.
- La zona lateral o cordón nefrógeno, origina el sistema urinario.
Dentro del sistema urinario, en la zona medial, podemos identificar dos tubos:
● El conducto mesonéfrico (o de Wolff): va a originar las estructuras del sistema genital
masculino, fundamentalmente conductos genitales. En el caso de la mujer, el conducto
mesonéfrico desaparecerá casi por completo.
● El conducto paramesonéfrico (o de Müller): origina algunas estructuras del aparato
genital femenino.

El sistema genital se divide en tres partes:


- Gónadas
- Conductos genitales
- Genitales externos

2. Gónadas
Las gónadas son órganos encargados de producir gametos y hormonas.
Hasta la 7ª semana las gónadas no van a adquirir características morfológicas sexuales.
Aparecen como un par de crestas gonadales, que se forman por la proliferación del epitelio
y por la condensación del mesénquima subyacente con inducción de células germinales.
El primer paso para su formación es la migración de las células germinales
primordiales.
Estas células derivan del epiblasto y a través de la línea primitiva migran hasta situarse en
la pared posterior del saco vitelino, cerca del alantoides
(3ª semana).
Las células germinales migran mediante movimientos
ameboides a través del mesenterio dorsal del intestino
posterior, hasta las 2 crestas gonadales (4ª semana).
Llegan a las crestas durante la semana cinco de
gestación y en la sexta las invaden.
Si por algún motivo las células germinales no llegan a la
cresta gonadal, las gónadas no se van a desarrollar

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causando una malformación.

El epitelio superficial de la cresta gonadal prolifera y se introduce en el interior de las


crestas gonadales, formando los cordones sexuales primitivos, donde llegarán las células
germinales primitivas.

Antes de la semana siete se da la formación de la gónada indiferenciada, las cuales se


originan a partir de la cresta gonadal o genital (zona más medial) y del epitelio superficial.
Este proceso se desarrolla de la misma forma en hombres y mujeres.

A partir de la semana 8 va a producirse la diferenciación sexual, de forma que las


gónadas se transformarán en testículo o en ovario en función de lo que les corresponda. El
sexo cromosómico (genético) se determina en la fecundación, siendo XX la mujer y XY el
hombre. En el brazo corto del cromosoma Y se encuentra el gen SRY., que codifica la
proteína encargada de participar en la diferenciación de las gónadas a testículos. En
ausencia de este gen, las gónadas se diferenciarán en ovarios.

2.1 Gónada masculina: Testículo


Partiendo de la gónada indiferenciada, para la formación del testículo, se llevarán a cabo
una serie de procesos:
- Los cordones sexuales primitivos se introducen en el interior de la gónada, formando los
cordones testiculares / medulares (futuros túbulos seminíferos).
- Los cordones testiculares se dividen en una red testicular o de testis o de Haller, que se
van a unir mediante los túbulos rectos.
La red testicular se conecta con el tubo mesonéfrico a través de los conductillos eferentes
de testículo (epidídimo).
- Al mismo tiempo se forma en la superficie del testículo una capa gruesa de tejido
conjuntivo fibroso y que separa los cordones del epitelio, denominada túnica albugínea.
Al desarrollarse esta parte, los cordones interrumpen su unión con el epitelio y no permiten
que entren más células primordiales en el testículo.
-Posteriormente (a partir del cuarto mes de desarrollo aprox.) los cordones testiculares
adquieren forma de herradura. En ellos encontramos las células primordiales (en naranja)
y las células de Sertoli, que son sustentaculares, ya que dan soporte estructural y
metabólico a las células primitivas.
Además, entre los cordones testiculares se encuentran las células intersticiales de
Leydig, que a partir de la semana 8, producirán testosterona para contribuir con el
desarrollo masculino del sistema genital. Así se diferenciarán los conductos genitales
masculinos.

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Los cordones testiculares serán sólidos y macizos hasta la pubertad, momento en el
cual van a canalizarse formando el túbulo seminífero. Los cordones testiculares van a
contactar con la red testicular, se continuarán con los conductillos eferentes, que se
continuarán a su vez con el conducto deferente.
- Los conductillos eferentes son las porciones remanentes de los túbulos excretores
mesonéfricos, por lo que tienen origen mesonéfrico.
- El conducto deferente, por su parte, se originará a partir del conducto mesonéfrico o
de Wolff.

2.2. Gónada femenina: Ovarios


Para la formación de los ovarios, los cordones sexuales primitivos se introducen en el
interior del ovario, degeneran y desaparecen. Por ello, en torno a la semana 7 se forma una
segunda oleada de cordones por una nueva proliferación del epitelio superficial, formando
así los cordones corticales, que se quedan en la superficie de los ovarios.
Posteriormente (3er mes de gestación), los cordones se fragmentan y forman una masa que
prolifera y constituye una capa de células foliculares planas, epitocitos, que rodean a las
células germinales primitivas (ovogonias) que han llegado a estos cordones. El conjunto
forma el folículo primordial.

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3. Fase indiferenciada: Conductos genitales
El sistema de conductos sexuales consiste en un par de conductos mesonéfricos (de Wolff)
y un par de paramesonéfricos (de Müller), todos incluidos en el reborde gonadal.

El conducto paramesonéfrico se desarrolla a partir de una invaginación longitudinal de


epitelio celómico en la superficie anterolateral de la cresta. Los conductos
paramesonéfricos, al descender, se cruzan con los mesonéfricos. En su extremo caudal
contactan uno con otro y forman el tubérculo de Müller, que desemboca en el seno
urogenital.

3.1. Conductos genitales masculinos


La mayoría de los conductos genitales masculinos derivan del conducto mesonéfrico. A
partir de la semana 8, los testículos fetales producen testosterona a partir de las células de
Leydig; además secretan la hormona AMH (anti mülleriana), producida por las células de
Sertoli, que desencadenará la degeneración del conducto paramesonéfrico de Müller.

Los testículos se originan en la cavidad abdominal y en un futuro descenderán. Los


conductos genitales masculinos derivan del conducto de Wolf y de los túbulos excretores
mesonéfricos (presentan forma de S). Los túbulos excretores de la zona más craneal se
denominan túbulos epigenitales, que contactarán con la red testicular, originando los
conductillos eferentes; Los túbulos de la zona más caudal, denominados túbulos
paragenitales, no van a comunicar con la red testicular y degeneran, quedando un vestigio
denominado paradídimo. En la parte craneal quedará el apéndice del epidídimo, que es un
resto de conducto de Wolf.

Finalmente el conducto de Wolff va a formar el epidídimo. Desde la formación de esta


estructura y hasta la vesícula seminal, el conducto de Wolf se recubre de una gruesa
cubierta muscular y origina el conducto deferente. La porción que queda entre la vesícula
seminal y la desembocadura en la uretra prostática formará los conductos eyaculadores.
En la zona craneal quedará un pequeño resto del conducto de Wolff, que se denomina
apéndice del epidídimo.

El conducto paramesonéfrico degenera, quedando únicamente dos restos: el apéndice del


testículo y el utrículo prostático. El epitelio glandular de la próstata se formará por
protusiones (evaginaciones) de la uretra prostática.

Por último, las glándulas bulbouretrales, se van a formar a partir de la uretra esponjosa, y
producirán una secreción que se incorporará al semen.

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3.2. Conductos genitales femeninos (Müller----Mujer)
Los conductos genitales femeninos derivan fundamentalmente del conducto
paramesonéfrico y se diferencian 3 partes:
● Superior: es lateral al conducto mesonéfrico, se abre en una estructura en forma de
embudo a la cavidad abdominal.
● Media: desciende y cruza ventralmente al conducto mesonéfrico, uniéndose con el
conducto del otro lado en dirección caudalomedial.
● Inferior: se corresponde con el primordio uterovaginal.

Las partes del conducto paramesonéfrico, superior y media, van a originar las trompas de
Falopio. La porción inferior, va a dar lugar al útero y a la parte superior de la vagina.

Una vez que los conductos se fusionan en la línea media, se establece un pliegue amplio
que se extiende desde los extremos laterales de los conductos paramesonéfricos
fusionados hacia la pelvis, formándose el ligamento ancho.

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Desde el útero hacia los lados nos quedarán unos ligamentos que forman el ligamento
ancho del útero que va a quedar entre el primordio uterovaginal y las paredes laterales de la
cavidad pélvica . Este ligamento dividirá la cavidad abdominal en dos:
● Compartimento posterior: fondo de saco rectouterino, entre el recto y el útero.
● Compartimento anterior / bolsa vesicoureteral: fondo de saco vesicouterino, entre la
vejiga urinaria y el útero.

La vagina tiene doble origen, la parte superior proviene del primordio uterovaginal (de
origen mesodérmico). La parte inferior se formará cuando el primordio uterovaginal conecta
con el seno urogenital. En este momento, se forman unas protuberancias a partir del seno
que reciben el nombre de bulbos si(e)novaginales, los cuales crecerán en dirección
craneal formando una placa de tejido sólida denominada placa vaginal, que se canalizará
dando lugar a la parte inferior de la vagina. Por lo tanto, la parte inferior (los dos tercios
inferiores) proviene del seno urogenital (de origen endodérmico).

La región superficial del seno urogenital crece en sentido anteroposterior y forma el


vestíbulo de la vagina. La región profunda se transforma en la uretra.

La luz de la vagina está separada de la del seno urogenital por una fina capa de tejido
mesodérmico, el himen. Es un revestimiento epitelial del seno y una fina capa de células
vaginales.

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En las mujeres, el conducto mesonéfrico degenera pero quedan tres tipos de restos: el
epoóforo, paraóforo y los quistes de Gartner.

Podemos diferenciar además las glándulas sexuales accesorias: son las glándulas
parauretrales y uretrales, que se forman a partir de la uretra y las glándulas de Bartolino,
que se forman a partir del seno urogenital.

4. Fase diferenciada

4.1 Aparato genital externo masculino


Recordemos que las células de Leydig producen testosterona. Ésta será la responsable de
la diferenciación de los genitales externos masculinos.

El tubérculo genital sufrirá un alargamiento que más tarde originará el pene. Al alargarse,
arrastrará hacia delante los pliegues uretrales. Sin embargo, estos pliegues no se han
fusionado en la línea media todavía.
En la foto, apreciamos un corte transversal: los pliegues uretrales rodean un surco, el surco
uretral (no es un conducto cerrado todavía, acabará alojando a la uretra). Éste está
revestido por una capa de células endodérmicas que forman la placa uretral (en amarillo en
la imagen).
Los pliegues uretrales acabarán fusionándose en la cara ventral del pene de forma que en
el interior nos quedará un conducto ya cerrado: la uretra esponjosa/peneana.

La uretra esponjosa no llega hasta la punta del pene, y por tanto no tiene contacto con el
exterior, ya que la parte distal de la uretra masculina tiene otro origen. La capa que vemos
recubriendo el pene en la imagen es el ectodermo (en la imagen azul). El ectodermo de la
parte más distal se introduce hacia el interior del pene formando así un cordón celular
macizo, concretamente un cordón de células ectodérmicas.

Este cordón se introduce hasta llegar a la uretra esponjosa recién formada y posteriormente
se canaliza, convirtiéndose en un tubo que permitirá que la uretra esponjosa contacte con el
exterior.
Otra parte del ectodermo que recubre la parte más distal del pene acabará formando el
prepucio.
Por último, las prominencias labioescrotales darán lugar al escroto donde se alojarán los
testículos.

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4.2 Aparato genital externo femenino
El tubérculo genital va a dar lugar al clítoris. Los pliegues uretrales (en color salmón) no se
van a fusionar en este caso en la línea media, si no que van a dar lugar a los labios
menores. Por fuera encontramos las prominencias labioescrotales
(en color morado) que van a crecer, dando origen a los labios mayores.

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5. Reubicación de las gónadas
5.1 Reubicación de los testículos
Los testículos se originan en las crestas gonadales. En un principio, se encuentran
localizados en la pared dorsal del cuerpo pero tienen que descender para situarse en las
bolsas escrotales. Para ser funcionales no se pueden quedar dentro de la cavidad corporal,
tienen que salir al exterior, donde la temperatura es más baja.

El gubernáculo, es un ligamento fibroso que migrará desde el polo inferior de la gónada


hasta las prominencias labioescrotales. Este cordón guiará a los testículos, que
descenderán y atravesarán la pared abdominal anterior hasta alojarse en las bolsas o sacos
escrotales. Para realizar este recorrido, los testículos atraviesan la pared abdominal a través
de una estructura denominada conducto inguinal.

Por delante del gubernáculo, se produce la evaginación del peritoneo. Este proceso se
denomina proceso vaginal. Posteriormente, la porción superior del proceso vaginal se
oblitera y la porción inferior se quedará por delante del testículo en forma de un pequeño
saco llamado túnica vaginal.

Además, durante su recorrido, el testículo arrastra y empuja a todas las capas que se
encuentran en la pared anterior del abdomen. Estas capas formarán la pared del conducto
inguinal y darán lugar a otras capas que también rodearán al testículo.
Los testículos llegarán al saco escrotal, sin embargo, todavía quedará un pequeño resto del
gubernáculo que unirá el testículo al saco escrotal.

El descenso de los testículos comienza alrededor de la semana 16 del desarrollo y para la


semana 32, en la mayoría de casos, los testículos han llegado a los sacos escrotales.

Por ello, la mayoría de los recién nacidos tendrán los testículos en los sacos escrotales. En
la minoría, el descenso de los testículos se produce durante los primeros meses después de
nacer.

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5.2 Reubicación de los ovarios
(recorrido menor que el de los testículos)
El gubernáculo tira de los ovarios desde la pared posterior del cuerpo hasta la cavidad
pélvica.
Los ovarios no atraviesan el conducto inguinal y no salen al exterior; se quedan dentro de la
cavidad pélvica. Además, el gubernáculo va a dar origen a dos ligamentos:
- La parte superior al ligamento ovárico, une el útero con el ovario
- La parte inferior se introducirá por el conducto inguinal para llegar a las prominencias
labioescrotales que se convertirán en los labios mayores.
Esta parte inferior formará el ligamento redondo del útero.
- El ligamento suspensorio del ovario que deriva de un ligamento genital craneal.

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