Guia 61011029 2021
Guia 61011029 2021
Guia 61011029 2021
GUÍA DE
ESTUDIO
PÚBLICA
BIOLOGÍA I
CÓDIGO 61011029
BIOLOGÍA I CÓDIGO 61011029
20-21
BIOLOGÍA I
CÓDIGO 61011029
ÍNDICE
PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN
REQUISITOS Y/O RECOMENDACIONES PARA CURSAR LA
ASIGNATURA
EQUIPO DOCENTE
HORARIO DE ATENCIÓN AL ESTUDIANTE
TUTORIZACIÓN EN CENTROS ASOCIADOS
COMPETENCIAS QUE ADQUIERE EL ESTUDIANTE
RESULTADOS DE APRENDIZAJE
CONTENIDOS
METODOLOGÍA
SISTEMA DE EVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
RECURSOS DE APOYO Y WEBGRAFÍA
TUTORIZACIÓN EN CENTROS ASOCIADOS
PRÁCTICAS DE LABORATORIO
PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN
La Biología se ocupa del estudio de los seres vivos, en la inmensa variedad de formas que
éstos pueden adoptar, para entender su organización, explicar su funcionamiento y definir
las relaciones que establecen entre sí y con el medio ambiente en el que habitan. La
Biología pretende, en último término, comprender las leyes que rigen la vida en todas sus
manifestaciones.
Una definición sencilla de un ser vivo es considerarlo como un sistema ordenado
jerárquicamente, con numerosas propiedades que no se observan en la materia inanimada,
y cuyas actividades están gobernadas por programas genéticos que contienen información
adquirida y modificada a lo largo del tiempo. En la materia viva se establece una jerarquía en
la que las unidades, de menor a mayor, incluyen átomos, moléculas, células, tejidos,
órganos, organismos, poblaciones y comunidades. Aunque el organismo es la unidad central
de estudio en Biología, para entenderlo debe estudiarse la vida en todos sus niveles de
organización. Es preciso acercarse a las moléculas, las reacciones químicas y las células
para comprender el funcionamiento de los tejidos y de los órganos. El estudio de los órganos
y los sistemas de los organismos pluricelulares ayuda a entender el funcionamiento de los
organismos y la homeostasis. Este acercamiento gradual permite descubrir las propiedades
emergentes que aparecen en cada nivel de organización biológica como por ejemplo ocurre
al estudiar las células, que poseen características y llevan a cabo procesos que no se
encuentran en las moléculas aisladas que las componen, aunque pueden llegar a explicarse
en términos de las interacciones entre las mismas.
La asignatura de BIOLOGÍA I que se imparte en el grado de Ciencias Ambientales pretende
aportar los conocimientos básicos sobre la organización de los seres vivos a nivel molecular
y celular. Conocer las moléculas que constituyen la materia viva, establecer la estructura
celular de los seres vivos, entender la célula como la unidad de funcionamiento donde
ocurren o tienen su origen todas las funciones de los mismos, comprender el papel de los
genes en su funcionamiento, la organización de los genomas así como los procesos básicos
de expresión y transmisión de la información hereditaria, tanto dentro de la célula como entre
organismos, son los objetivos de estudio de esta asignatura y constituyen una base
fundamental para entender el funcionamiento normal y patológico de los seres vivos a otros
niveles superiores de organización.
BIOLOGÍA I es una asignatura obligatoria del primer cuatrimestre del primer curso del grado
EQUIPO DOCENTE
Nombre y Apellidos JOSE LUIS MARTINEZ GUITARTE (Coordinador de asignatura)
Correo Electrónico jlmartinez@ccia.uned.es
Teléfono 91398-7644
Facultad FACULTAD DE CIENCIAS
Departamento FÍSICA MATEMÁTICA Y DE FLUIDOS
Los Profesores Tutores de los Centros Asociados prestan a los alumnos una ayuda directa y
periódica para preparar el programa de la asignatura y realizar las actividades prácticas
propuestas por el equipo docente.
Es muy conveniente que al comienzo del curso se ponga en contacto con el Centro Asociado
al que está adscrito para recibir la información y las orientaciones pertinentes.
Los alumnos podrán ponerse en contacto con los profesores del Equipo Docente:
Raquel Martín Folgar: mfolgar@ccia.uned.es, 91 398 7124 Horario de tutoria Martes de 11 a
15 h
Oscar Herrero Felipe: oscar.herrero@ccia.uned.es, 91 398 8951 Horario de tutoria Martes de
11 a 13 h
José Luis Martínez Guitarte (Coord.): jlmartinez@ccia.uned.es. 91 398 7644 Horario de
tutoria Miércoles de 10 a 14 h
Existe también una página web del Grupo de Biología y Toxicología Ambiental de la
UNED, con noticias, anuncios y enlaces a las páginas de las asignaturas del área.
Dirección postal:
Facultad de Ciencias - Universidad Nacional de Educación a Distancia
C/ Paseo de la Senda del Rey, 9
Madrid 28040
Entre las competencias generales del grado que se cubren en esta asignatura se
encuentran:
CE01 - Adquirir las habilidades necesarias para elaborar e interpretar datos y mapas
medioambientales
CE02 - Conocer los métodos de análisis medioambiental para la evaluación, conservación y
gestión de recursos naturales
CE04 - Saber describir y analizar las relaciones entre los fenómenos naturales, para predecir
su evolución y efecto en el medio ambiente
CE05 - Adquirir las técnicas necesarias para la toma de datos, su tratamiento e
interpretación con rigor y precisión
CE06 - Adquirir la capacidad de construir modelos para el procesamiento de datos para la
predicción de problemas medioambientales
CE07 - Adquirir la capacidad de observación y comprensión del medio ambiente de una
forma integral
CE10 - Aprender a evaluar los recursos medioambientales y las posibles alteraciones en los
mismos
CE11 - Poder comprender las dimensiones espacial y temporal de los fenómenos
medioambientales, y sus efectos sobre la sociedad
CE13 - Adquirir la capacidad para abordar problemas del medio ambiente desde un punto de
vista interdisciplinar
CE14 - Conocer las bases para la planificación territorial, la previsión y la mitigación de
riesgos de origen natural y antrópico
CE15 - Adquirir la capacidad de análisis, de crítica y de decisión necesaria para la
planificación y gestión de proyectos y servicios enfocados al conocimiento, explotación y
conservación de los recursos naturales
CE16 - Saber asesorar acerca de los recursos naturales, su gestión y conservación, en la
formulación de políticas, normas, planes y programas de desarrollo
RESULTADOS DE APRENDIZAJE
Como referencia básica de los aprendizajes que se pretende que alcancen los estudiantes
se presenta a modo de orientación una relación de los conocimientos referidos a contenidos
temáticos:
Conocer la estructura química y las propiedades de las macromoléculas biológicas:
proteínas, ácidos nucleicos, hidratos de carbono y lípidos.
Entender la célula como la unidad básica de la vida. Conocer su papel fundamental en la
estructura y función de los seres vivos, distinguir los diferentes orgánulos del interior de la
célula que permiten explicar la diversidad de procesos moleculares que ocurren
simultáneamente de forma ordenada en su interior.
Comprender la importancia de las membranas y conocer las distintas e importantes
funciones que tienen los sistemas de membrana para la vida de la célula.
Conocer los procesos de respiración celular, fermentación y fotosíntesis como las principales
rutas metabólicas relacionadas con la obtención de energía en las células.
Comprender los procesos de interacción entre células y su relevancia en la fisiología celular.
Entender el ciclo celular y la importancia vital de los procesos de control del ciclo celular, los
mecanismos que operan a este nivel y los tipos de genes implicados en su regulación.
Conocer los tipos fundamentales de reproducción de las células, la división celular por
mitosis y la división por meiosis, así como su papel en los procesos de reproducción sexual.
Conocer el papel de los genes como responsables de las características y propiedades de
un individuo, y los mecanismos básicos de la transmisión hereditaria.
Conocer la naturaleza química del material hereditario, la organización del DNA en genomas,
las características de los genomas y su replicación.
Conocer los procesos de expresión de la información codificada en los genes, el significado
del código genético y las reglas de su interpretación.
Entender el proceso de transcripción, la maduración del RNA y la existencia de regiones
codificantes y no codificantes dentro de un gen.
CONTENIDOS
Todas las formas de vida, desde la bacteria más pequeña hasta el hombre, se componen de
los mismos tipos de moléculas. También las reacciones y procesos bioquímicos son
similares en todos los organismos lo que prueba el origen evolutivo común de todas las
formas vivas.
La química de la materia viva es similar en todo el mundo biológico, y se basa en moléculas
formadas por carbono. Las especiales propiedades del enlace de carbono permiten la
formación de una gran variedad de moléculas exclusivas de los seres vivos.
En este tema nos centraremos en analizar las proteínas, los ácidos nucleicos, los hidratos de
carbono y los lípidos, que representan los cuatro grandes tipos de moléculas biológicas.
Conocer la estructura de estas moléculas de la cual se derivan sus propiedades y, por tanto,
sus funciones biológicas es un requisito básico para entender la esencia de los seres vivos y
la función de los organismos.
La lógica molecular de la vida se basa en una estrategia modular. Todas las grandes
moléculas que constituyen la materia viva son polímeros formados por unidades más
pequeñas, monómeros. Un ejemplo sencillo es el del hidrato de carbono celulosa, un
componente de las paredes celulares de las plantas. La celulosa es un polímero formado por
la unión de miles de moléculas de glucosa (un azúcar sencillo). En este polímero todos los
enlaces químicos entre los monómeros son idénticos. Se forman enlaces covalentes entre
las unidades de glucosa mediante la eliminación de una molécula de agua entre dos
moléculas adyacentes de glucosa. Dado que la celulosa es un polímero de un azúcar simple
o monosacárido se llama polisacárido. Los ácidos nucleicos son polímeros de cuatro
nucleótidos y por este motivo se les llaman polinucleótidos. De igual manera las proteínas se
forman mediante las combinaciones de veinte aminoácidos diferentes y las cadenas
proteicas se denominan polipéptidos, término que procede del enlace peptídico que une dos
aminoácidos.
Las proteínas son macromoléculas formadas por largas cadenas de aminoácidos unidos
por enlaces peptídicos. Las propiedades y funciones de las proteínas se deben a las
propiedades de las cadenas o radicales laterales de cada aminoácido.
Cada proteína se pliega de una forma característica adquiriendo una estructura
tridimensional propia que condiciona su actividad biológica. Se distinguen cuatro niveles en
su estructura, la estructura primaria es la secuencia lineal de sus aminoácidos. La estructura
secundaria se mantiene por puentes de hidrógeno establecidos entre los residuos de
aminoácidos próximos. La estructura terciara es generada por el plegamiento de la cadena
polipeptídica. Las proteínas formadas por más de un polipéptido presentan estructura
cuaternaria. La estructura de las proteínas determina su función. En general las proteínas
fibrosas poseen una secuencia regular y repetida de aminoácidos, tienen una función
estructural o de soporte (elastina, queratina, miosina fibrina). Las proteínas globulares son el
grupo más abundante de proteínas. Su estructura es terciaria o cuaternaria y tienen varias
funciones: estructural, de reserva, de transporte, o de catálisis llevada a cabo por un grupo
especial de proteínas, las enzimas, que se estudiarán con detalle en un tema posterior.
A continuación se analiza la estructura molecular de los ácidos nucleicos, las
macromoléculas informativas que constituyen el material hereditario que gobierna todas las
funciones de la célula. Comenzando por los nucleótidos como los eslabones de estas
macromoléculas, se estudiarán a continuación cómo se enlazan estos nucleótidos mediante
enlaces fosfodiester para formar los ácidos nucleicos: el DNA y el RNA. El DNA puede
considerarse como una "cinta" de la que se extrae linealmente la información genética, que
es la información necesaria para especificar la estructura de un organismo. Estas cadenas
son extraordinariamente largas; por ejemplo, si se extendieran de extremo a extremo las
moléculas de DNA de una sola célula humana alcanzarían la longitud de dos metros.
Algunos nucleótidos también son muy importantes como intercambiadores de energía en
las reacciones químicas de los seres vivos. El principal portador de energía en la mayoría de
reacciones es el adenosin trifosfato (ATP).
Los hidratos de carbono (carbohidratos o glúcidos) constituyen una importante fuente de
energía. Los monosacáridos son los hidratos de carbono más sencillos que como la glucosa,
pueden ser usados como fuente de energía, o como monómeros para formar polímeros. Los
disacáridos están formados por dos monosacáridos unidos por un enlace glicosídico. Los
seres vivos almacenan sustancias de reserva en forma de polisacáridos simples, glucógeno
en las células animales y almidón en las vegetales. Estos polisacáridos están constituidos
por moléculas de glucosa, constituyendo así una reserva que será movilizada en caso de
necesitar el ser vivo un aporte energético. Los hidratos de carbono tienen también una
función estructural en la célula, formando parte de la pared vegetal (celulosa, pectina,
lignina) o de la membrana plasmática en combinación con proteínas (glicoproteínas) o con
los lípidos (glucolípidos).
Finalmente, los lípidos constituyen un grupo químicamente muy heterogéneo que sólo
tienen en común algunas propiedades físicas que permiten definirlos, como su insolubilidad
en agua. Esta baja solubilidad dota a los lípidos para una de sus funciones más importantes,
la de actuar como el elemento estructural principal de las membranas, que rodean a las
células y las dividen en compartimentos, como veremos en los dos temas siguientes. Se
pueden emplear diferentes criterios para su clasificación, aquí se clasifican por su función;
los aceites y grasas sirven para almacenar gran cantidad de energía; otros como los
fosfolípidos constituyen los principales componentes de las membranas celulares; los
esteroides, que incluyen compuestos de gran importancia biológica como el colesterol, sales
biliares y algunos tipos de hormonas; y algunos lípidos son vitaminas.
TEMA 2. La Célula
Las moléculas fundamentales de los seres vivos, que estudiamos en el primer tema, se
encuentran ordenadas y organizadas formando unidades elementales dotadas de vida, las
células. Toda célula es una unidad independiente metabólicamente completa, con una
membrana, que controla la entrada y salida de materiales en su interior, y mantiene un
intenso contacto con el medio externo. Todos los organismos están compuestos por células
y todas las células proceden de otras células previas. Desde su descubrimiento, que vino
asociado al desarrollo de instrumentos ópticos que permitieron su observación, un enorme
cuerpo de conocimiento, proporcionado por miles de investigadores y años de
investigaciones, ha confirmado que la célula es la unidad fundamental de la vida, tanto
estructural como funcionalmente.
Fueron las aportaciones de los microscopistas clásicos, especialmente las de Robert Hooke
(1635-1703), las que pusieron las bases de lo que habría de ser, casi doscientos años más
tarde, la teoría celular de los seres vivos, que constituye uno de los pilares fundamentales de
la biología actual. Hooke (1665) observó que los tejidos de las plantas (concretamente el
corcho) estaban divididos en pequeños compartimentos, a los que llamó cellulae o células.
La observación de muchos tejidos de diversas procedencias llevó a Mathias Schleiden a
afirmar en 1838 que cada planta está formada por un agregado de células, aunque algunas
de ellas muy modificadas. Al año siguiente Theodor Schwann comprobó que los
componentes de los tejidos de animales, por muy diferentes que parecieran entre sí, también
eran sólo células modificadas. Se consolida así definitivamente la teoría celular por
Schleiden y Schwann, según la cual, la célula se considera desde entonces la unidad
elemental de la vida; es decir, la unidad morfológica, anatómica y fisiológica de todos
los seres vivos.
Muchos procesos metabólicos complejos son llevados a cabo básicamente de la misma
manera por todos los organismos: la replicación del DNA, la síntesis de proteínas y la
producción de energía química a partir de la conversión de glucosa en dióxido de carbono.
Estas similitudes bioquímicas no son mera coincidencia: todas las células tienen un ancestro
común a partir del cual han evolucionado. Es por ello que todas las células de todos los
organismos comparten ciertas características estructurales, tales como la arquitectura de sus
membranas.
La membrana constituye un elemento esencial de la célula. Su aparición fue un paso
crucial en el origen de las primeras formas de vida, ya que sin ella la vida de la célula no
sería posible. La membrana plasmática que rodea a todas las células define su extensión y
mantiene el contenido de la misma, a la vez que la aísla selectivamente del medio externo y
regula el intercambio de sustancias entre el interior de la célula y el medio que la rodea. Así
mismo, la membrana contienen los elementos que le dan la identidad a cada una de las
células (receptores y señales). Las bicapas de fosfolipidos, las proteínas de membrana y los
hidratos de carbono asociados a proteínas (glicoproteínas) son las moléculas responsables
de estas propiedades.
La estructura y la función de la membrana plasmática así como todas las estructuras
membranosas del interior de la célula, responden al mismo esquema organizativo, formado
por una bicapa lipídica en las que se encuentran incluidas proteínas globulares, que poseen
distintas actividades, transportan moléculas, son enzimas, son receptores de señales
químicas, etc.
Después de examinar la estructura y la organización las membranas biológicas pasaremos a
estudiar los mecanismos que utilizan las células para transportar pequeñas moléculas,
macromoléculas y partículas mayores a través de la membrana plasmática. Las bicapas
lipídicas son altamente impermeables a la mayoría de las moléculas polares. Con el fin de
transportar estas moléculas hacia el interior o hacia el exterior de la célula, las membranas
plasmáticas poseen muchas proteínas específicas de transporte (proteínas transportadoras),
cada una de las cuales es responsable de la transferencia de un determinado soluto.
Algunas proteínas transportadoras forman un canal abierto que atraviesan la bicapa, por el
cual las moléculas pequeñas se pueden mover por simple difusión. Otras son impulsadas a
través de una serie de cambios de conformación por la hidrólisis de ATP o por la unión de
iones, y por consiguiente, son capaces de actuar como bombas, transportando activamente
el soluto unido, en contra de un gradiente electroquímico. Gracias a la permeabilidad
selectiva de las bicapas de fosfolípidos y a la actividad de las proteínas de transporte de la
membrana, esta estructura crea un ambiente interno distinto al que existe en el exterior de la
célula.
Según el grado de diferenciación estructural alcanzado a través de la evolución, se han
establecido dos tipos de organización celular: procariota y eucariota. La célula procariota
es la más sencilla estructuralmente. Posee una membrana plasmática, a veces rodeada de
una pared celular, carece de núcleo y de orgánulos membranosos definidos.
La célula eucariota tiene una estructura más compleja. En todos los casos presenta: un
núcleo que contiene el material genético separado del resto de la célula por una envoltura
nuclear, y un citoplasma altamente organizado con orgánulos membranosos.
La presencia de sistemas membranosos internos divide la célula en distintos
compartimentos. Una de las ventajas de esta compartimentación es que, en el interior de
cada estructura, se acumulan las enzimas responsables de las distintas reacciones
metabólicas, y se impide que unas interfieran con otras, permitiendo realizar
simultáneamente reacciones químicamente incompatibles (por ejemplo, la síntesis proteica
se realiza en el citoplasma y su hidrólisis tiene lugar en los lisosomas).
El núcleo de la célula eucariota contiene la información genética de dicha célula, codificada
en el DNA que está empaquetado en los cromosomas. Una región diferenciada del núcleo es
el nucléolo, donde se construyen las subunidades ribosómicas. Alrededor del núcleo hay una
envoltura nuclear perforada por poros a través de los cuales se comunican el núcleo y el
citoplasma.
El citoplasma, que constituye la mayor parte de la masa celular, es muy complejo y está
altamente organizado, contiene numerosos orgánulos, alrededor de los cuales se encuentra
el citosol, que presenta una red de filamentos proteicos que constituyen el citoesqueleto.
Orgánulos citoplásmicos característicos de las células eucariotas son los ribosomas así
como una serie de sistemas membranosos: el retículo endoplasmático rugoso y liso, el
aparato de Golgi, las mitocondrias, los lisosomas, los peroxisomas, etc. En todas las células
fotosintéticas también se encuentran los cloroplastos.
El citoesqueleto de las células eucariótas consiste en complejas redes de filamentos
proteicos responsables de los cambios de forma de las células; en ciertos casos permiten
que la célula se traslade. Está formado fundamentalmente por filamentos de actina y
microtúbulos constituidos por tubulina. Estos microtúbulos participan en movimientos
celulares, en el desplazamiento de los cromosomas sobre el huso mitótico, durante el
proceso de mitosis. Son también los principales elementos estructurales de los cilios,
flagelos, cuerpos basales y centriolos.
Para terminar, se aborda el estudio de las interacciones entre células y la existencia de
material extracelular que fortalece las células, las une y las comunica. La pared celular da
forma y rigidez, es característica de las células vegetales, de los procariotas y de los hongos,
pero nunca está presente en las células animales; éstas en cambio pueden estar rodeadas
de una matriz extracelular formada por proteínas fibrosas como el colágeno y por
glicoproteínas. La comunicación entre células tanto adyacentes como alejadas en el espacio,
es esencial para ajustar su actividad en respuesta a los estímulos de otras células y a los
cambios de las condiciones ambientales. Las señales químicas y los receptores celulares
son elementos clave para entender el intercambio de información entre las células.
La infinidad de reacciones químicas que tienen lugar en las células, que les permiten crecer,
mantenerse, moverse, reproducirse y reaccionar ante los estímulos, constituyen el
metabolismo; éste puede definirse como el conjunto de transformaciones químicas y
energéticas que tienen lugar en el interior de los seres vivos. Estas reacciones metabólicas
son muy semejantes en todas las células y todos los organismos, a pesar de las enormes
diferencias que podemos apreciar entre éstos. En la mayoría de las células, los azúcares
sencillos son metabolizados hasta formar dióxido de carbono y agua a través del proceso de
respiración celular. A lo largo de estas reacciones, una parte de la energía química
almacenada en la molécula de glucosa es liberada y utilizada por la célula. En estas
reacciones metabólicas participan enzimas, muchas de las cuales se localizan en las
mitocondrias, bien en las membranas bien en la matriz mitocondrial. Los mecanismos
enzimáticos utilizados para obtener energía de la glucosa y para conservar una parte de ella
en una forma útil, como es el ATP, también son muy semejantes en todas las células. Los
miles de reacciones químicas distintas realizadas simultáneamente en la célula están
estrechamente coordinadas. Diversos mecanismos de control regulan las actividades de las
enzimas en respuesta a las condiciones cambiantes de la célula. Una forma muy común de
regulación consiste en la inhibición por retroalimentación, rápidamente reversible, ejercida
por el producto final sobre la primera enzima de una ruta.
Todas las reacciones metabólicas, aunque sean muy diferentes unas a otras, tienen unas
características comunes:
- Son reacciones de oxidorreducción
El concepto químico de oxidorreducción se basa esencialmente en la transferencia de
electrones entre dos sustancias. Es decir, una molécula se oxida si pierde electrones al
tiempo que otra toma esos electrones para reducirse. La mayor o menor facilidad para ceder
o captar electrones viene dada por el llamado potencial redox de cada sustancia. Una
molécula con un potencial redox muy electronegativo tiene mucha facilidad para ceder
electrones, es decir, para oxidarse, siempre que pueda cederlos a otra de potencial redox
menos electronegativo. En tal caso la oxidación libera energía al pasar de un nivel
energético superior a otro inferior y puede aprovecharse para formar ATP. En muchas
reacciones bioquímicas sucede que los electrones van ligados a los protones en forma de
hidrógeno. Por tanto, hay que tener presente que, por ejemplo, cuando se produce una
deshidrogenación, el hidrógeno que se transfiere debe considerarse como protones más
electrones. En otras ocasiones, la pérdida de electrones va ligada a la acumulación de
átomos de oxígeno en la molécula oxidada. Estos átomos de oxígeno proceden de
moléculas de agua, nunca del oxígeno atmosférico.
- Están acopladas energéticamente a través del ATP
Las reacciones metabólicas se pueden dividir en reacciones catabólicas, que liberan
energía, por ello se llaman exergónicas y reacciones anabólicas, que requieren energía, por
eso son endergónicas. Esa energía se transfiere entre unas reacciones y otras empaquetada
en los enlaces químicos de una molécula que sirve de intermediario: el adenosín trifosfato o
ATP, donde la energía se mantiene transitoriamente contenida en sus enlaces fosfato para
volver a liberarse en la hidrólisis de los mismos al pasar el ATP a ADP + Pi.
- Tienen una secuencia encadenada y están catalizadas por enzimas
Esto significa que las reacciones transcurren de modo que el producto final de una reacción
sirve como producto inicial de la siguiente, como eslabones de una cadena. El
mantenimiento de estas reacciones encadenadas se asegura por la presencia de enzimas
específicas. Las sustancias intermediarias de estas reacciones reciben el nombre de
metabolitos. Resultan así múltiples vías o rutas metabólicas, que pueden ser lineales o
ramificadas, es decir, están conectadas entre sí a través de un metabolito, común a varias
vías, que se bifurcan o confluyen en él. Incluso hay importantes rutas cíclicas en las que un
producto comienza una secuencia de reacciones que terminan otra vez en el producto inicial.
A lo largo de las reacciones del ciclo se van liberando productos, mientras los intermediarios
que participan en el ciclo no se consumen. El hecho de que cada reacción esté catalizada
por una enzima específica es de extraordinaria importancia, porque permite que se puedan
realizar a las temperaturas compatibles con la vida y a las velocidades adecuadas, además
de poder autorregularse por mecanismos de control como la inhibición por el producto de la
reacción o retroalimentación.
- Están separadas en distintos compartimentos de la célula
Distintos tipos de vías metabólicas están separadas en compartimentos o "territorios"
celulares diferentes, como consecuencia de la situación que ocupan las enzimas que las
catalizan, lo que evita gran número de interferencias entre ellas y hace posible que se
desarrollen al mismo tiempo, facilitándose también el control al que nos referíamos antes.
RESPIRACIÓN CELULAR
Las células obtienen energía, es decir, producen ATP a partir de la oxidación de azúcares y
otros compuestos con alto potencial de energía. El monosacárido GLUCOSA es el principal
combustible de las células. En las células se produce la degradación total por oxidación de
esta molécula (de seis átomos de carbono) hasta dar lugar a CO2 (seis moléculas por
molécula de glucosa oxidada). El oxígeno es el receptor final de los electrones liberados en
este proceso de oxidación de la glucosa, y la energía liberada se invierte en la producción de
ATP.
La reacción global se resume:
6 CO2 + 6 H2O + Energía (30
C6H12O6 + 6O2
ATP)
Aunque se puede resumir en una simple ecuación química, la realidad es que se trata de un
proceso complejo que incluye una multitud de reacciones en cadena, que tienen lugar en
distintos compartimentos celulares. Se pueden diferenciar cuatro etapas:
• Glucólisis: procesamiento de la glucosa a piruvato.
• Procesamiento del piruvato.
• Ciclo de Krebs.
• Transporte de electrones.
Es importante conocer la dinámica de este proceso, lo que ocurre en cada una de estas
etapas y dónde se ubica en la célula cada uno de estos procesos, entendiendo el significado,
la importancia que tiene para el mantenimiento de la vida de la célula y su diferencias con
otros procesos como fermentación y fotosíntesis. Dentro de los objetivos de este tema,
centrados en obtener una visión global de estos procesos metabólicos, no es necesario, sin
embargo, estudiar en detalle ni memorizar las reacciones parciales que tienen lugar en cada
una de estas etapas.
FERMENTACIÓN
La fermentación es una ruta alternativa para producir ATP que tiene lugar en algunas
bacterias, arqueas y también en las células eucariotas en ausencia de oxígeno. Permite que
la glucólisis continúe cuando la ausencia del receptor de electrones (O2) cierra las cadenas
de transporte de electrones.
FOTOSÍNTESIS
Los organismos fotosintéticos presentan otra vía de obtención de energía: la fotosíntesis,
proceso bioquímico esencial para la vida en la Tierra, ya que constituye la ruta de
incorporación al mundo vivo de la energía lumínica y componentes inorgánicos, que el resto
de los seres vivos no pueden utilizar directamente. La fotosíntesis la realizan las células
vegetales y bacterias cuyos pigmentos pueden absorber la energía de la luz y emplearla
para transformar materia inorgánica en orgánica.
La energía luminosa no puede utilizarse directamente para impulsar esta reacción y el H2O
no reduce el CO2 directamente. El proceso global que se describe en esta reacción está
separado en dos etapas que se llevan a cabo en compartimentos separados dentro del
cloroplasto.
La primera etapa, comprende una serie de pasos que se han denominado reacciones
luminosas, en las que la energía de la luz solar se utiliza para llevar a cabo la oxidación
fotoquímica del H2O o fotólisis del H2O. Con esta oxidación se consiguen dos cosas, en
primer lugar la reducción del agente oxidante NADP+ a NADPH, y se libera O2. En segundo
lugar, parte de la energía de la luz solar se captura mediante la fosforilación del ADP para
producir ATP. Este proceso se denomina fotofosforilación. En la segunda etapa, las
denominadas reacciones oscuras de la fotosíntesis, el NADPH y el ATP producidos por las
reacciones luminosas se utilizan para la síntesis reductora de los hidratos de carbono a partir
de CO 2 y agua. A estas reacciones se las denomina oscuras porque no requieren la
participación directa de la energía luminosa pero se producen en todo momento y son
realmente aceleradas por la luz.
Ambas etapas se producen en los cloroplastos que guardan un cierto parecido con las
mitocondrias. Poseen una membrana externa permeable y una membrana interna con una
permeabilidad selectiva. La membrana interna encierra un espacio denominado estroma que
es análogo a la matriz mitocondrial. Dentro del estroma están inmersas múltiples estructuras
membranosas en forma de sacos planos denominadas tilacoides, que a menudo están
apilados como monedas formando unidades denominadas grana. La absorción de la luz y
todas las reacciones luminosas se producen dentro de las membranas del tilacoide o sobre
ellas. El ATP y el NADPH producidos por estas reacciones se liberan al estroma circundante,
en donde se producen todas las reacciones oscuras de síntesis. Existe pues analogía entre
la estructura y función de la matriz mitocondrial y el estroma de los cloroplastos, y entre la
membrana interna de la mitocondria y la membrana tilacoidal del cloroplasto. Como
veremos, se realiza un tipo de producción quimiosmótica de ATP muy similar a través de
Aunque la herencia de los caracteres es un hecho reconocido desde hace miles de años, la
primera idea importante sobre el mecanismo implicado se propuso hace menos de un siglo y
medio. En 1866, Gregor Mendel publicó los resultados de una serie de experimentos que
sentaron las bases de la herencia de los caracteres de padres a hijos. Ya en el siglo XX se
estableció el concepto de gen como unidad hereditaria discreta y se clarificó cómo los genes
se transmiten a los descendientes y controlan los caracteres hereditarios.
El descubrimiento de que los genes (llamados factores o determinantes hereditarios por
Mendel) se encuentran en los cromosomas, y se transmiten según el comportamiento de los
cromosomas en la meiosis (que hemos analizado en el tema anterior), permite hoy día
entender los mecanismos de la transmisión hereditaria, y explican las leyes que Mendel
descubrió de una forma empírica, sin conocer los elementos celulares que son la base de
este comportamiento hereditario.
Cuando Mendel comenzó sus estudios de la herencia utilizando el guisante de jardín (Pisum
sativum), no se conocía la existencia de los cromosomas, ni el papel, ni el mecanismo de la
meiosis. Sin embargo, Mendel propuso la hipótesis de la herencia particulada; esto implica la
existencia de unidades discretas de herencia (factores o determinantes hereditarios) que
controlan los caracteres o rasgos, propuso que existen en parejas y pudo predecir su
comportamiento en la formación de los gametos.
El éxito de Mendel se debió a que en vez de estudiar conjuntamente el comportamiento
hereditario de todos los caracteres presentes en un individuo, se limitó a considerar
independientemente cada uno de ellos; llegando a la conclusión de que los determinantes
hereditarios mantienen su integridad de generación en generación; son independientes entre
sí, pasan a la descendencia por separado, conservan su individualidad y permanecen
estables de generación en generación.
Tras la formación de los gametos por meiosis, se produce la fecundación en la que éstos se
combinan entre sí según los principios de probabilidad, de forma que pueden predecirse los
porcentajes de aparición de estos caracteres en la descendencia. Estas decisivas
aportaciones realizadas por Mendel al campo de la Genética pasaron desapercibidas en su
época; más tarde, sus ideas fueron recogidas por De Vries y Correns, éste último fue quién,
en 1902, las formuló en forma de leyes.
Las numerosas excepciones a los casos mendelianos fueron detectadas por numerosos
investigadores posteriores a Mendel. Precisamente las excepciones a la ley de la
combinación independiente de dos caracteres encontraron su explicación a partir de los
trabajos experimentales realizados con Drosophila melanogaster, que demostraron que los
genes que están localizados en el mismo cromosoma tienden a heredarse juntos y se
denominan genes ligados. Posteriormente se comprobó que, tras el proceso de
sobrecruzamiento entre cromosomas homólogos, los genes ligados también se pueden
heredar por separado.
La explicación cromosómica de las leyes de la herencia propuestas por Mendel, así como el
conocimiento de la estructura molecular del gen y su funcionamiento, han permitid entender
las numerosas excepciones de las proporciones mendelianas, la herencia del sexo, la
herencia ligada al sexo, las interacciones entre genes y los efectos ambientales en la
herencia y manifestación de los rasgos hereditarios.
El DNA contiene los genes, o lo que es lo mismo, los genes son DNA. También sabemos
que los genes almacenan la información hereditaria y la transmiten entre generaciones, es
decir, la información que determina aquellas características, propiedades o actividades de un
determinado ser vivo, que lo identifican como individuo de una especie y que transmitirá a
sus descendientes. En el tema 1 se estudió la estructura química de esta molécula. El DNA
está formado por dos cadenas de nucleótidos, que discurren en direcciones opuestas, y que
se encuentran enfrentadas por las bases nitrogenadas por las que se mantienen unidas
mediante puentes de hidrógeno. Las bases nitrogenadas que podemos encontrar en el DNA
son adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). Estas bases siempre se encuentran
emparejadas A –T y C –G, unidas por los puentes de hidrógeno. Como veremos en este
tema, este emparejamiento de bases es muy estable, es universal y es la clave de la
información contenida en los ácidos nucleicos y de su transmisión. La secuencia de bases
nitrogenadas, es el lenguaje en el que está escrita toda la información vital para la célula. El
RNA actúa como intermediario temporal del DNA, de tal forma que moviliza copias de
fragmentos del DNA para la síntesis de proteínas específicas; la información pasa del DNA
al RNA y de ahí a las proteínas.
Las cuestiones que vamos a abordar en este tema son:
• conocer cómo el DNA es capaz autoreplicarse haciendo replicas exactas de su molécula
• cómo almacena información en la secuencia de bases nitrogenadas
• cómo esa información se materializa en un carácter, una propiedad o una actividad, es
decir, en un fenotipo. Un fenotipo es siempre el resultado, directo o indirecto, de una
proteína. Bien de la presencia o ausencia de una determinada proteína o de una forma
variante de la misma, o bien de la actividad o inactividad de una determinada enzima.
El objetivo fundamental de este tema es estudiar los mecanismos mediante los cuales los
genes se expresan como proteínas. Aunque hoy día sabemos con bastante detalle cómo
ocurre este proceso, es interesante hacer una pequeña introducción histórica que permita
entender cómo se logró avanzar en este campo, en pocos años, gracias a la colaboración de
numerosos científicos.
Las primeras evidencias acerca de la relación entre genes y proteínas fueron obtenidas por
Beadle y Tatum, que trabajando con el moho Neurospora lograron definir un fenotipo en
términos moleculares y asociar un fenotipo mutante con la presencia de una enzima
específica defectuosa. A mediados de los años 50, del pasado siglo, se confirmó que la
información genética del DNA contenía el código para todas las proteínas que la célula
necesita. Tan sólo diez años después, se supo cómo la secuencia de bases del DNA codifica
los aminoácidos de una proteína. Es decir, se descifró el código que especifica cada uno de
los aminoácidos en el DNA, y se descubrió la existencia de un intermediario, el RNA, en el
Hoy día, sabemos que esto es cierto pero conviene hacer la salvedad de que el flujo de
información no siempre es exclusivamente unidireccional. La primera flecha de esta
ecuación, en determinados casos, es reversible. Por ejemplo en algunos virus, como el del
SIDA o el de la poliomielitis, la molécula hereditaria que porta la información es un RNA, ésta
se copia a un DNA que posteriormente producirá otros RNAs. Esto no sólo ocurre en virus
sino también los genes denominados retrotransposones, que se mueven en los genomas,
utilizan esta vía de mantenimiento. La enzima denominada transcriptasa inversa o reversa es
responsable de este proceso.
Más recientemente, hemos sabido que también determinadas proteínas tienen una cierta
capacidad informativa, de manera que son capaces de transmitir información a otras
proteínas y modificar su conformación. Este es el caso de los priones, las proteínas
responsables de la encefalopatía espongiforme en diversos mamíferos (enfermedad de las
vacas locas).
Por tanto, actualmente ésta es la ecuación que resume el flujo informativo:
DNA RNA proteínas ¿
El paso de la información del DNA al RNA, proceso que se conoce como transcripción, no
presenta una especial dificultad ya que el lenguaje molecular es el mismo, las bases, y se
realiza, como veremos, por la copia del nucleótido complementario.
Sin embargo, el paso de la información del RNA a las proteínas, proceso conocido como
traducción, presenta una dificultad adicional puesto que es necesario cambiar de lenguaje
químico: de las bases a los aminoácidos. Establecer las correspondencias supuso
desentrañar el código genético, que no es sino el diccionario molecular que permite la
traducción del lenguaje de cuatro elementos (bases) al de veinte elementos (aminoácidos), y
que es un código de tripletes (3 bases = 1 aminoácido), denominados codones.
El mecanismo de la síntesis de proteínas es muy complejo y está muy regulado ya que es
crucial para las células disponer de las proteínas adecuadas y en los momentos precisos.
Participan muchos elementos, diversas enzimas, diversos RNAs, y orgánulos celulares
específicos. En este tema se presenta una visión general de todo este proceso de
traducción, dividido en tres etapas (iniciación, elongación y terminación) para facilitar su
comprensión.
Finalmente, en este tema se analizan las mutaciones, que son las alteraciones o cambios
producidos en los genes, es decir, en el DNA. En la replicación del DNA se producen
errores, de forma natural o espontánea, y existe una maquinaria específica capaz de
detectarlos y subsanarlos, en la mayoría de los casos aunque no siempre. Además,
No hay ninguna célula que tenga todos sus genes activos a la vez. Cualquier tipo de célula,
bien sea procariota o eucariota, tiene información para sintetizar miles y miles de proteínas
diferentes. Sin embargo, sólo una fracción de esta información se utiliza en un momento
dado. No existe ninguna célula que sintetice simultáneamente todas las proteínas que tiene
codificadas en su DNA. La expresión de los genes está regulada. Hay mecanismos muy
precisos que regulan de la actividad de los genes.
Un gen está activo cuando se transcribe y se traduce a una proteína. Existen regiones
reguladoras situadas delante de cada gen. La región reguladora se denomina promotor del
gen, y es una zona del DNA que interacciona con proteínas específicas que son capaces de
activar o inactivar la transcripción de un gen determinado. Incluso, hay regiones reguladoras
que controlan toda una batería de genes relacionados. Por ejemplo, genes cuyos productos
van a participar en una determinada ruta de reacciones para producir una determinada
sustancia que se activan/inactivan todos a la vez de una forma mucho más económica y
eficaz en función de si se requiere o no su producto.
Entender cómo funciona la regulación génica constituye uno de los retos más apasionantes
de la biología molecular actual. Todos los complejos procesos que tienen lugar durante el
desarrollo de los organismos a partir de la célula huevo, así como los procesos de
transformación de células normales en cancerosas, se deben a cambios en los patrones de
expresión génica.
Las células de un organismo pluricelular se diferencian unas de otras para realizar funciones
especializadas y difieren en su contenido enzimático y en general en las proteínas que
sintetizan. Esto no es debido a que tengan diferentes genes, ya que todas las células de un
individuo tienen la misma información en su DNA puesto que proceden todas de la misma
célula huevo, sino a que expresan diferentes genes. El conocimiento que se tiene hoy en día
de los mecanismos de regulación es todavía muy fragmentario y el panorama es demasiado
complejo para comprender las exquisitas y sofisticadas redes de regulación de genes que
suponen la «construcción» de un organismo pluricelular a partir de una única célula.
En este tema se analizarán los distintos mecanismos que operan en el control de la
expresión de los genes y regulan su nivel de actividad. Los puntos clave de la regulación
Como hemos ido viendo a lo largo de los temas anteriores, la biología en estos últimos
cincuenta años ha dado un paso de gigante en el conocimiento de los genes y de su
funcionamiento. Esta explosión de nuevos conocimientos y el ritmo vertiginoso al cual
avanzan sus aplicaciones ha sido posible gracias a la tecnología del DNA recombinante,
llamada también Ingeniería Genética. Se trata de un conjunto de técnicas y de estrategias
que permiten obtener nuevas combinaciones de material hereditario que no se encuentran
en la naturaleza (DNA recombinante), y la clonación de genes en células heterólogas.
Clonar un gen quiere decir obtener gran cantidad de copias del mismo. Anteriormente a las
técnicas de clonación era prácticamente imposible aislar un gen concreto en cantidades
suficientes para su estudio, debido a la pequeñísima proporción que representa un gen
particular dentro de la complejidad de un genoma (menos de una millonésima parte en el
caso humano).
El desarrollo de la Ingeniería Genética ha dependido, en gran medida, del descubrimiento de
una serie de enzimas que actúan sobre los ácidos nucleicos y que son las verdaderas
“herramientas” para esta ingeniería, ya que permiten cortar, modificar y unir las moléculas de
DNA de manera controlada en el laboratorio. También son fundamentales algunas técnicas
utilizadas de forma rutinaria en los laboratorios como son: la electroforesis, para separar y
aislar los genes; la hibridación con sondas específicas, para identificarlos; la secuenciación
del DNA, para caracterizar un gen; la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que
permite amplificar un gen en un tubo de ensayo; y los microchips para el estudio comparativo
y masivo de secuencias y el análisis de la expresión diferencial de genes.
“Todos los seres pluricelulares, sean esponjas, tréboles, acacias, elefantes o humanos, se
construyen a partir de una única célula: el óvulo fecundado o cigoto, y este proceso es uno
de los más impresionantes, enigmáticos y desconocidos de la biología actual”
El estudio del desarrollo, el proceso por el cual las células se especializan y se estructuran
hasta constituir un organismo, constituye uno de los problemas más complejos de la
biología. En este tema vamos a estudiar el desarrollo de los organismos pluricelulares
centrándonos en los mecanismos que operan a nivel de los genes y de las células. La
expresión diferencial de los genes conduce a una diferenciación en la forma y la función de
las células que permite entender cómo a partir de una única célula huevo se produce la
diversidad de tejidos y de órganos que realizan una gran variedad de funciones en el cuerpo
de las organismos complejos.
Todos los seres pluricelulares, sean esponjas, tréboles, acacias, elefantes o humanos, se
construyen a partir de una única célula: el óvulo fecundado o cigoto, y este proceso es uno
de los más impresionantes, enigmáticos y desconocidos de la biología actual. En los
procesos del desarrollo, que nos llevan desde una célula a los miles de millones que
constituyen en ser complejo (por ejemplo, 1014 células en el cuerpo humano), hay dos
componentes importantes. En primer lugar, el aumento del número de células, que ocurre
por división celular o mitosis (proceso que ya estudiamos en el tema 4). En segundo lugar, la
diversificación en la estructura y función de las células con aparición de tipos celulares muy
diferentes. Este proceso se denomina diferenciación celular, y en este tema vamos a tratar
de entender cómo ocurre.
La célula huevo o cigoto contiene todos los genes necesarios para dirigir la construcción del
organismo. Hoy día sabemos que todas las células del cuerpo adulto de un organismo
también contienen toda la información genética. La diferenciación, que es la especialización
de las células hasta convertirse en los distintos tipos celulares, no implica una pérdida de
genes sino una expresión diferencial de los mismos. El conjunto de genes activos y, por
consiguiente, las proteínas que se producen, explican las diferencias morfológicas y
funcionales, por ejemplo entre una célula muscular y una neurona, o entre una célula de la
raíz y una de la flor. Dicho de otro modo, los distintos tipos de células no difieren en los
genes que contienen sino en los que usan. La reciente clonación de la oveja Dolly es una
prueba definitiva para ilustrar este hecho. El núcleo de la célula mamaria que se utilizó para
introducirlo en el huevo, al que previamente se le había eliminado su núcleo, contenía,
obviamente, todos los genes y dio como resultado la famosa oveja clónica.
Como veremos en este tema, estamos empezando a entender los mecanismos que
determinan que una célula se diferencie y avance hacia una especialización definitiva que
involucra un cambio en su aspecto y en su función. Se trata, en esencia, de mecanismos de
control del genoma, que operan a nivel de la transcripción y de la traducción (ver tema 7)
junto con mecanismos de comunicación entre las células, que emiten las señales químicas
para el control del genoma. Vamos poco a poco conociendo algunas notas, pero estamos
muy lejos de entender la sinfonía del desarrollo, ni siquiera en la versión del organismo
pluricelular más simple del planeta.
Se han identificado algunos de los factores que inducen la diferenciación. Son proteínas que
actúan como reguladores de transcripción uniéndose al DNA en los promotores de
determinados genes clave, incluso a todo un grupo de genes o familia de genes que
contienen el mismo promotor. En otros casos, también pueden activar la transcripción
uniéndose al complejo enzimático. Se han aislado e identificado algunos de estos factores y
se ha podido incluso confirmar experimentalmente que son capaces de inducir la
diferenciación de células madre o troncales (stem cells), que son células no diferenciadas,
procedentes de embriones o procedentes de adultos. La experimentación en este campo,
está arrojando mucha luz sobre los mecanismos moleculares de la diferenciación, además
de tener una gran trascendencia desde un punto de vista clínico, ya que si se lograra
producir en el laboratorio tejidos u órganos se dispondría de una poderosa herramienta para
sustituirlos en aquellos casos en que estén dañados o enfermos. En la prensa son
frecuentes las noticias sobre los avances de la investigación en este campo, y también los
problemas y prohibiciones que algunos gobiernos plantean para la experimentación con
células madre por motivos religiosos.
En el desarrollo, además de la división y la diferenciación de las células, que son dos
procesos complejos, pero que hasta cierto punto vamos entendiendo, ocurre algo todavía
mucho más enigmático que es la morfogénesis. Se trata de la adquisición de la forma y
estructura del cuerpo, con la aparición de los diversos órganos, y de estructuras, con sus
formas y tamaños específicos. Y esto también está determinado genéticamente; es el
resultado de la expresión de determinados genes en los momentos y en los lugares precisos
lo que hace que los dedos de tu mano sean cinco y tengan la forma y el tamaño que tienen,
que será parecido al de alguno de tus progenitores, incluso en la longitud relativa entre tu
dedo índice y el anular.
La morfogénesis es el resultado de las interacciones entre células, el movimiento de las
células y la muerte celular apoptótica. Las células interactúan continuamente durante el
desarrollo mediante señales célula a célula. Se utiliza el término inducción, para referirse a
cualquier mecanismo por el cual una población celular influye sobre el destino de sus
vecinas. Un tejido determina que otro adyacente se desarrolle de manera particular. De
nuevo los elementos subyacentes son las señales químicas y sus efectos en los genes. La
existencia de inductores, la distribución diferencial de los mismos, tanto dentro de una misma
célula como en todo el embrión, es decir, la existencia de gradientes de moléculas
específicas y la consecuente aparición de una polaridad, son elementos importantes que
explican estos procesos.
La información posicional es importante para que la célula tenga un comportamiento
adecuado a su posición dentro de un todo. Hay genes que informan de posición dentro de un
embrión o de una región del embrión, por ejemplo de un segmento en insectos, y también se
conoce la existencia de genes de órgano o de estructura. Estos últimos informan de la
pertenencia a un determinado órgano, y se conocen como genes de identidad en plantas o
genes homeóticos en animales. Las mutaciones en los genes homeóticos hacen que una
parte del cuerpo sea sustituida por otra. El descubrimiento de estos genes tuvo una gran
trascendencia para avanzar en el conocimiento del desarrollo, y alcanzaron una gran
popularidad por los efectos tan espectaculares que se manifiestan cuando aparecen
mutaciones en estos genes. Así, una mutación en un determinado gen homeótico puede
tener como consecuencia la formación de una pata en la cabeza de una mosca,
precisamente en el lugar en que debía ir una antena. Esto es la consecuencia de que todas
esas células están siendo informadas “erróneamente” de que son una pata, y como tal se
desarrollan y forman una pata perfecta, sólo que no lo hacen en el lugar apropiado. Este tipo
de experimentos demostró la importancia de la información posicional.
Otra faceta importante del desarrollo, y en particular de la morfogénesis, relativamente
desconocida hasta hace pocos años, es la muerte celular conocida como apoptosis. Es la
muerte celular que está genéticamente programada. En la apoptosis celular se
desencadenan una serie de procesos que provocan la degradación del genoma, como
consecuencia de la activación de determinados genes, que llevan a la muerte controlada. Es
un proceso muy diferente a la muerte celular o necrosis, que tiene lugar como consecuencia
de daño o carencia de nutrientes. Se conocen genes de apoptosis y enzimas que son
específicas de los procesos de muerte apoptótica, que además parecen estar muy
conservados en diferentes especies. La muerte controlada, en el tiempo y en el espacio, es
decir de determinada serie de células en el momento adecuado es un elemento esencial en
Cualquier estudio de la biodiversidad del planeta estará incompleto a menos que se tengan
en cuenta los parásitos acelulares que explotan precisamente esa biodiversidad. Se trata de
los virus, formas acelulares microscópicas constituidas básicamente por ácidos nucléicos y
alguna enzima, rodeados por una estructura proteica. Estos parásitos intracelulares
obligados no se pueden replicar a menos que entren en las células, donde se multiplican a
sus expensas. Cuando los virus se encuentran fuera de la célula huésped, simplemente
existen, pero son metabólicamente inertes, y se denominan viriones. Los viriones se
comportan como un medio de transporte del ácido nucléico, y se comporta como una
sustancia química que puede incluso cristalizar, como ocurre por ejemplo en el virus del
mosaico del tabaco.
Respecto a su composición, es muy variada, y pueden presentar DNA (de una o dos
cadenas) o RNA. Las moléculas de ácidos nucléicos pueden ser lineares o circulares y estar
en una sola molécula o en varias (genoma fragmentado)
Al microscopio electrónico los virus presentan una gran variedad de formas. Respecto a su
estructura global, generalmente se clasifican en dos categorías, según estén recubiertos por
una cápsida de naturaleza proteica, o por una cápsida y una envoltura similar a una
membrana.
Sin embargo, desde un punto de vista práctico, no es la morfología la característica sobre la
que se centran la mayor parte de los estudios dirigidos a los virus. Estos agentes son
responsables de numerosas enfermedades más o menos infecciosas que afectan tanto a
plantas como animales y por esta razón se intenta comprender cómo se produce el ciclo de
replicación con el fin de poder sintetizar vacunas. Entender a los virus implica conocer en
profundidad sus ciclos biológicos: el crecimiento por replicación o ciclo lítico (lo poseen todos
los virus) y el crecimiento latente o lisogénico (algunos virus son capaces de detener el ciclo
y entrar en un estado de latencia).
Y cuando los estudios sobre los virus no han terminado de revelar todo su potencial dañino,
aparecen en el espectro del mundo microscópico otras formas acelulares de menor tamaño,
capaces de provocar enfermedades: son los viroides y los priones. Los viroides son
moléculas de RNAm circular que se encuentran desprotegidas. Son más pequeñas que
cualquier genoma vírico y carecen de sitios de adhesión a los ribosomas, codones de inicio y
terminación, por lo que la hipótesis más probable es que la enzima RNA polimerasa sea la
encargada de su replicación. Estas moléculas aparecen en el núcleo de la célula e interfieren
en la regulación de los genes que se expresan en ella. En el caso de las plantas, son
capaces de alterar la expresión de diversas proteínas con función hormonal.
Los priones son proteínas, concretamente glicoproteínas, responsables de diversas
enfermedades, entre ellas una de las enfermedades con mayor impacto mediático y
económico de la última década, la “enfermedad de las vacas locas” o encefalopatía
espongiforme Bovina (EEB).
Si nos alejamos de las formas acelulares y entramos en el mundo vivo, encontramos dos
grandes dominios de organismos unicelulares y procariotas, es decir que carecen de núcleo.
Aunque el Dominio Archaea incluye los microorganismos que comparten con las bacterias
verdaderas algunas características estructurales y genes (comparten genes incluso con
Eukarya), lo cierto es que poseen muchas peculiaridades exclusivas que las hacen dignas
de estudio.
Los lípidos de su membrana difieren a los que existen en eubacterias y células eucariotas.
No presentan fosfolípidos y en algunos casos la unidad de membrana es una monocapa
lipídica. También es diferente la composición de la pared celular, ya que no existe mureína,
como en las eubacterias, sino proteínas exclusivas o un peptidoglucano modificado que no
se encuentra en ningún otro ser vivo.
Muchos Archaea se encuentran adaptados a vivir en condiciones donde casi ningún otro
organismo es capaz de habitar, motivo por el cual también se les denomina extremófilos
¿Cómo pueden desenvolverse en unos ambientes tan duros y extremos donde las enzimas
del resto de seres vivos no pueden funcionar de forma correcta y eficiente?
La respuesta es sencilla: las enzimas de las archaeobacterias son extremoenzimas,
funcionales bajo condiciones en que ninguna otra lo es. Estas enzimas alcanzan su plena
eficiencia y el máximo rendimiento a temperaturas elevadas, amplios intervalos de acidez o
salinidad, etc. Este mecanismo adaptativo a despertado un enorme interés en distintos
sectores de la industria, como la biomedicina, la producción de edulcorantes, el diagnóstico
de enfermedades, y desde no hace mucho tiempo son un grupo clave a la hora de entender
los mecanismos a través de los cuales se origina la vida en la Tierra, en condiciones
extremas, y como algunos linajes bacterianos originaron la célula eucariota (Teoría
endosimbiótica) y por lo tanto, suponen la base que ha originado los distintos grupos de
organismos vivos. A lo largo de la evolución.
Otra de las grandes ramas basales del árbol de la vida la constituye el Dominio Bacteria
(bacterias verdaderas o eubacterias), que incluye un conjunto extraordinariamente diverso
de microorganismos unicelulares cuyo tamaño no supera los 10 µm. Las eubacterias se han
adaptado casi a cualquier ambiente (descartando los extremos), ya que en este grupo se
encuentran representadas todas las formas de nutrición conocidas. Existen, por tanto,
bacterias autótrofas (fotosintéticas y quimiosintéticas) y bacterias heterótrofas (saprófitas,
simbiontes y parásitas).
Esta diversidad de funciones convierte a este grupo en esencial en el mantenimiento de los
ecosistemas tanto terrestres como acuáticos, ya que contribuyen al mantenimiento de los
ciclos biogeoquímicos responsables del “reciclaje” de la materia en la biosfera.
Respecto a su morfología, adoptan formas diversas, que pueden estar influidas por el medio
de cultivo o el entorno. Aunque son unicelulares en ocasiones se mantienen unidas tras la
división formando colonias que pueden llegar a formar verdaderas superficies vivientes,
formadas por bacterias inmersas en secreciones pegajosas que las protegen de agresiones
externas. Su ultraestuctura es también interesante, ya que carecen de núcleo y poseen
componentes exclusivos, y es más simple que la de las células eucariotas. Destacan la
pared celular de mureína, componentes externos como fimbrias, pili sexuales, flagelos,
cápsula bacteriana o glucocálix, que se verán con detalle a lo largo del tema.
En cuanto a su reproducción, lo hacen de forma asexual por bipartición o escisión binaria.
Sin embargo, las bacterias son capaces de transferir de forma horizontal, en la misma
generación, genes a otras bacterias cercanas. Este mecanismo les permite adquirir de forma
inmediata genes nuevos, nuevos rasgos heredables, sin esperar a la siguiente generación
para manifestarse. Esta capacidad exclusiva, que no se produce en ninguna otra forma viva,
presenta tres variantes que se tratarán a lo largo del tema por su importancia a nivel
evolutivo, en términos de capacidad de adaptación al medio, y por su utilidad en
Biotecnología. Son la transformación, transducción y conjugación.
Las eubacterias son un importante objetivo de atención de importantes disciplinas como la
Microbiología industrial y la Biotecnología. Así, bacterias como las del ácido láctico son las
responsables de la fabricación del queso, algunas son estudiadas por sus aplicaciones como
armas biológicas o por sus aplicaciones en investigación como herramientas importantes de
uso en laboratorio. De manera más reciente, los estudios sobre este tipo de organismos se
centran en su capacidad de eliminar la contaminación del medio ambiente en lo que se
denomina Biorremediación. Esto es así porque muchos juegan un papel fundamental en el
reciclado de materia. En el caso de las eubacterias
Por último, y a pesar del importante papel que juegan algunos linajes de eubacterias en los
ecosistemas, las relaciones que este grupo mantiene con otros seres vivos no siempre son
METODOLOGÍA
SISTEMA DE EVALUACIÓN
TIPO DE PRUEBA PRESENCIAL
Tipo de examen Examen de desarrollo
Preguntas desarrollo 6
Duración del examen 120 (minutos)
Material permitido en el examen
Ninguno.
Criterios de evaluación
Se valora la capacidad de síntesis de los conocimientos adquiridos y ceñirse a lo
preguntado combinando lo aprendido en los distintos bloques de la asignatura.
Se considera también importante un uso adecuado del lenguaje científico y
utilizar los términos en su contexto de forma apropiada.
Las respuestas deben ser razonadas.
NOTA IMPORTANTE: SE RESTARÁ 0.1 PUNTOS POR CADA FALTA DE
ORTOGRAFÍA
% del examen sobre la nota final 100
Nota del examen para aprobar sin PEC 5
Nota máxima que aporta el examen a la 10
calificación final sin PEC
Nota mínima en el examen para sumar la 5
PEC
Comentarios y observaciones
Las PEC son de carácter voluntario y pueden sumar hasta un punto a la calificación
final siempre que se supere el cinco en el examen.
La PEC se evalúa por parte de los tutores de cada centro con la orientación del Equipo
Docente. Se valora la capacidad de síntesis y el razonamiento de las respuestas.
También es importante un buen uso de la terminología. La calificación obtenida en la
misma se debe multiplicar por 0.05 para obtener la puntuación que aporta a la
calificación final, siempre y cuando se supere el examen presencial con un 5 o una nota
superior.
En los test, las preguntas tienen cuatro respuestas posibles de las cuales solo
una es correcta. Cada pregunta correcta se puntúa con 0.2 mientras que las no
contestadas o las contestadas incorrectamente se puntúan con 0. La calificación
que aporta cada test a la nota final (siempre que se supere el 5 en el examen
presencial) se calcula multiplicando la calificación por 0.025. Si un estudiante
obtiene un 7 en un test, la aportación a la nota final es: 7x0.025= 0.175
Ponderación de la PEC en la nota final Contribuye hasta un 10% adicional si se
aprueba el examen.
Fecha aproximada de entrega PEC (15/01/2021) - los test a finales de
noviembre y principios de enero
Comentarios y observaciones
La fecha en que se realiza cada test se puede encontrar en el curso virtual de la
asignatura.
Las prácticas dependen de los Centros Asociados por lo que debe contactar con su
Centro Asociado para informarse de cuándo y dónde serán las prácticas. El Tutor de
Prácticas es quien decide cómo y cuándo deben entregar las prácticas, tanto las
presenciales como las no presenciales. Además, también puede decidir modificar el
cuaderno a realizar por lo que antes de realizar el cuaderno que se proporciona en la
sección de documentos del Curso Virtual debe consultar con la persona que va a
impartirle las prácticas para confirmar que es igual.
Las calificaciones de prácticas las remiten los tutores al Equipo Docente a
principios de febrero. Las mismas se incorporan a la Secretaría Virtual al emitir
las calificaciones de los exámenes de febrero.
NOTA IMPORTANTE: LOS ESTUDIANTES QUE DEBEN REALIZAR EL CUADERNO
DE PRÁCTICAS CADUCADAS DEBEN ENVIARLO AL COORDINADOR DE LA
ASIGNATURA DIRECTAMENTE
Para poder superar la asignatura las prácticas deben estar calificadas como
"aptas". La nota final es la calificación del examen, a la que se le suma la evaluación
continua en caso de superar el examen.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
ISBN(13):9788478291212
Título:FUNDAMENTOS DE BIOLOGÍA
Autor/es:Freeman, Scott ;
Editorial:PEARSON-UNED
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Son numerosos los textos de Biología con un enfoque generalista, que pueden ser de
utilidad para preparar el programa de la asignatura. Hay excelentes textos editados en
inglés, y algunos de los mejores de éstos están traducidos al español con ediciones bastante
actualizadas. Para el programa de la asignatura recomendamos los siguientes:
• Campbell NA, Reece JB, Mitchell LG. Biología. Editorial Médica Panamericana. 7ª edición.
2007
• Mader S S. Biología. Biología. Mc Graw Hill. 9ª edición.2008.
• Sadava D, Heller H C, Orians G H, Purves W H, Hillis D M. Vida. La Ciencia de la Biología.
Editorial Médica Panamericana. 8ª edición. 2009.
La bibliografía de consulta y ampliación específica para cada tema del programa se indica en
la Guía de Estudio de la asignatura, donde se incluyen textos más especializados
relacionados con cada uno de los temas que pueden resultar útiles a los alumnos para
ampliar conocimientos en determinados aspectos más concretos del programa.
El programa que se utiliza en las actividades prácticas no presenciales se pondrá a
disposición del estudiante en el curso virtual.
En el curso virtual los alumnos matriculados en esta asignatura podrán encontrar información
actualizada sobre el curso y diversos materiales para la preparación de esta asignatura.
Disponen de una Guía de Estudio detallada para cada uno de los temas del programa con:
• una introducción al tema
• un guión extenso y ordenado de los contenidos
• referencias específicas al libro de texto básico
• un resumen de los conceptos fundamentales de cada tema
• bibliografía complementaria
• enlaces a páginas y recursos en internet
• ejercicios prácticos
• preguntas de autoevaluación
Las prácticas de laboratorio en esta asignatura son obligatorias. Las imparten los Centros
Asociados por lo que deben contactar con el centro o consultar la aplicación de prácticas en
el campus virtual.
Se componen de dos partes, las prácticas presenciales y las prácticas no presenciales, que
se evalúan como un conjunto. La evaluación es "apto" o "no apto".
Las prácticas presenciales, al ser organizadas por los Centros Asociados, varían en su
formato y en el momento de impartirse. Pueden constar de una sesión o varias, en función
del reparto del tiempo que se haga. Al final de las prácticas, debe realizar el cuaderno de
prácticas (tanto de las presenciales como de las no presenciales), que es evaluado por la
persona que le imparta las prácticas. Para obtener la calificación de apto en las prácticas se
debe obtener el apto en las prácticas presenciales y las no presenciales.
La validez de las prácticas es de dos cursos académicos: el curso en que se realizan y el
curso siguiente. Aquellas personas que se matriculen una vez pasados esos dos cursos,
deben realizar el cuaderno de prácticas caducadas (que se pondrá a disposición del alumno
en el curso virtual). Las prácticas contenidas en el cuaderno son on-line, por lo que requieren
de conexión a Internet.
IGUALDAD DE GÉNERO
En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en esta
Guía hacen referencia a órganos de gobierno unipersonales, de representación, o miembros de la
comunidad universitaria y se efectúan en género masculino, cuando no se hayan sustituido por
términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente en género femenino o masculino, según el
sexo del titular que los desempeñe.