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Clase 3 - Introducción A Los Derechos Humanos

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Módulo 2

Clase 3
El proceso de democratización
Las luchas por los proyectos de Estado
El Terrorismo de Estado
El retorno de la democracia y los desafíos en materia de derechos
Hola a todos/as: Con la lectura de este material le damos inicio al segundo
módulo del curso, en la que haremos una pequeña historización de algunos derechos
que hoy son básicos para nuestra sociedad, con el objetivo de poder establecer algunas
reflexiones en torno a la relación entre el Estado, la democracia y el efectivo ejercicio
de los derechos humanos.
Para ello, retomaremos algunos puntos establecidos en la clase anterior con el fin
de dejar en claro de qué hablamos cuando hablamos de derechos humanos:

● Los derechos humanos son conquistas de las sociedad en la lucha por


condiciones de vida digna
● Los derechos humanos no son objetos que se obtienen de una vez y para
siempre; son productos sociohistóricos y de naturaleza eminentemente política.

El proceso de democratización

En la historia argentina podemos visualizar algunos hitos que nos permiten


trabajar en torno a los avances y retrocesos en el reconocimiento y ejercicio de nuestros
derechos. Tomaremos como ejemplo (de modo que nos permita organizar el recorrido
de la clase) uno de los derechos políticos por excelencia, el derecho a elegir a nuestros
representantes: ​el derecho al voto, como el derecho que sienta las bases de la
democracia moderna en la Argentina.
Pero antes de sumergirnos en la historia del derecho al voto en nuestro país, nos
gustaría que nos detengamos un segundo a pensar en la relación entre la democracia y
las ​luchas de la sociedad por condiciones de vida digna​.

¿Qué importancia tiene la democracia en el ejercicio de nuestros derechos?

 
Hablar de democracia es hablar de formas de gobierno, de proyectos, de modos
de organizar el Estado para dar respuesta a las necesidades que se fijan como
prioritarias, de maneras de entender a la ciudadanía y sus necesidades. Para profundizar
en este concepto les pedimos que vean este pequeño video de Canal Encuentro:

30 años de democracia: Darío Sztajnszrajber - Canal Encuentro


“...la democracia nunca es definitiva, siempre está democratizándose a sí misma”.
“La democracia siempre tiene que tener como propósito luchar por la mejora en
las condiciones de vida de los más débiles”

https://www.youtube.com/watch?v=X7wVOqHaiJo

Como bien señala Darío Sztajnszrajber, la democracia no es algo que podamos


definir de una vez y para siempre, sino que más bien es un proceso en el cual nos
vamos democratizando para luchar por las mejoras en la formas de vida de las personas.
Democratizar es ampliar derechos, como el derecho a decidir, derecho a la
participación popular y derechos sociales que cuiden y permitan a todas las personas
vivir de manera digna, con salud, con alimentación, con educación, con vivienda. El
crecimiento de la democracia, su expansión, requiere del compromiso con un otro que
es distinto y al mismo tiempo igual. Como asegura Alberto Sileoni en Pensar la
democracia (​ 2013):

 
“Democratizar ​es ampliar derechos pero también es reconocer obligaciones.
Obligaciones respecto del cumplimiento de las normas, del sostén de las instituciones
que garantizan esos derechos, pero sobre todo, obligaciones con el “otro”, con quien
aún es víctima de injusticias sociales, con el “otro” que sufre discriminación de
cualquier índole, con el que aún requiere ser incorporado al empleo formal, porque la
Argentina necesita de todos y todas y no puede darse el lujo de no emplear el trabajo
y la creatividad de los compatriotas.”

El derecho a elegir y participar

El derecho al voto es un derecho fundamental para el ejercicio de la democracia


y la democracia es, a su vez, una condición fundamental para poder imaginar un Estado
de derecho.
En este sentido, el sistema de gobierno en la Argentina adoptó la forma
representativa, según el artículo 22 de la ​Constitución Nacional​, que detalla que «el
pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades
creadas por esta Constitución» y en el art. 37 C.N se establece que «...El sufragio es
universal, igual, secreto y obligatorio».
Actualmente en nuestro país, todas las personas mayores, mujeres, varones, no
binarias, a partir de los 16 años pueden ejercer este derecho político, pero esto no se dio
de un día para otro. El camino por el reconocimiento jurídico de este derecho tiene
algunos momentos claves en la historia argentina:
1821. La Primer Ley Electoral ​estableció el sufragio universal masculino,
voluntario, para todos los hombres mayores de 21 años de la Provincia de Buenos Aires.
Este sistema favorecía el compro de votos y el fraude y el carácter de voluntario hacía
que la participación en las elecciones fuese muy baja.

 
1912. La Ley Sáenz Peña ​estableció el ​voto secreto y ​obligatorio para los
ciudadanos ​argentinos varones, nativos o ​naturalizados​, ​mayores de 18 años de edad​,
habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el ​padrón electoral que se
confeccionaba con los datos provenientes del ​servicio militar obligatorio​.
1947: La Ley 13.010 estableció el sufragio femenino reconoció la igualdad de
derechos políticos entre hombres y mujeres, entre ellos el derecho de la mujer a elegir y
ser elegida para todos los cargos políticos nacionales.

🔼 Para ampliar sobre el tema, les sugerimos este ​paseo educativo​ de la plataforma
del Ministerio de Cultura de la Nación

2012: El voto joven ​se estableció mediante la reforma de la Ley de Ciudadanía


(Ley 26.774) que extendió el derecho a votar en elecciones nacionales a los jóvenes de
entre 16 y 18 años, ampliando los derechos políticos de la juventud.
Sin embargo, como dijimos anteriormente, ​los derechos humanos no son
objetos que se obtienen de una vez y para siempre; sino que más bien son
productos sociohistóricos y de naturaleza eminentemente política. El derecho al
voto no siguió esta línea de tiempo, tuvo avances y retrocesos. La historia de nuestro
país vivió la interrupción de la democracia en varias oportunidades. Los diferentes
golpes de Estado que caracterizan a toda la historia argentina del siglo XX han
interrumpido el ejercicio de nuestro derecho a elegir a nuestros representantes y muchos
derechos más. Recién en el año 1989 es la primera vez (desde la sanción de la ley Sáenz
 
Peña en 1912) que un presidente constitucional (Raúl Alfonsín) le entregó el mando a
otro presidente electo (Carlos Menem). Por ese motivo, el 10 de diciembre fue
declarado por la Ley 26.323 como ​Día de la Restauración Democrática​, cuyo objetivo
es recordar el espíritu de festejo del voto popular y que se promuevan los valores
democráticos, resaltando su significado histórico, político y social.

El sufragio en Argentina - Canal Encuentro


.
Para terminar este recorrido por los avances referidos al derecho al voto te
sugerimos que veas el siguiente video en el que, a través de imágenes de archivo,
se narran algunos de los hitos clave del derecho al voto en la Argentina:

https://www.youtube.com/watch?v=UB1WdSzsSDU&feature=youtu.be

Asimismo, el proceso de democratización implica una ampliación de los ámbitos de


participación ciudadana. Como dice Álvaro García Linera,

“La democracia no se puede reducir únicamente al voto. Que el voto, la


representación, es un elemento fundamental de la constitución
democrática de los Estados. Se garantiza derechos, se garantiza
 
pluralidad. Pero que paralela y complementariamente hay otras formas de
enriquecimiento de lo democrático. Esas formas de enriquecimiento de lo
democrático es la plaza, es la calle, es la democracia callejera, es la
democracia plebeya. es la democracia que ejercemos en las marchas, en
las avenidas, en los sindicatos y en las comunidades1

Las luchas por el Estado

Como dijimos, la interrupción de la democracia por diferentes golpes de Estados


y dictaduras significó un gran retroceso en la garantía de nuestros derechos. En nuestra
segunda clase señalamos que ​el Estado es el responsable de respetar y garantizar
todos los derechos humanos y, en sentido estricto, sólo él puede violarlos. Pero ¿qué
pasa cuando el Estado no está ordenado por un régimen democrático? ¿Qué sucede con
nuestros derechos cuando las instancias e instituciones de participación son prohibidas?
Durante la última dictadura cívico-militar se interrumpieron todas las
posibilidades de participación ciudadana. Se derrocaron las autoridades
constitucionales, se disolvió el congreso, se intervinieron sindicatos y universidades y se
reprimió cualquier forma de expresión política. La interrupción de la democracia y la
instauración de un Estado autoritario desembocó en un plan sistemático que, mediante
el terrorismo de Estado, violó todos los derechos humanos.
El Estado, tal como lo detalla el “Glosario de Derechos Humanos” elaborado por
el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, tiene:

Obligación de proteger​: hace referencia a la obligación que recae en los Estados de


resguardar los derechos de las personas o grupos de personas de toda violación de los

1
Conferencia de Álvaro García Linera en el Foro por la Emancipación y la Igualdad (2015):
https://www.youtube.com/watch?v=giVG177z9gk&t=966s

 
derechos humanos, incluyendo el evitar que las acciones de terceros (empresas, grupos
de interés y actores no estatales) interfieran en las posibilidades de todas las personas de
disfrutar distintos derechos.

Obligación de respetar​: da cuenta de los compromisos asumidos por el Estado al


momento de la firma y ratificación de un instrumento de protección de los derechos
humanos en sentido de abstenerse de interferir, por acción u omisión, en el disfrute del
derecho. Históricamente relacionado con las obligaciones negativas, de no hacer.

Obligación de realizar​: significa organizar todo el aparato gubernamental y, en


general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder
público, de manera tal de que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos. Históricamente, ligada a las obligaciones de hacer,
obligaciones positivas. Incluye la obligación de remover todos los obstáculos para el
ejercicio y goce de los derechos humanos.

Pero… ¿Cómo el Estado puede ser garante y/o terrorista? ¿Qué roles ha asumido
el Estado en los últimos cuarenta años? Atendamos a la siguiente definición de Estado
del ​Cuadernillo Pedagógico de educación y ampliación de derechos del Ministerio de
Educación de la Nación (2015):

“...las luchas llevadas a cabo por distintos actores sociales fueron “arrancando” a
aquellos Estados el reconocimiento de derechos. En muchos casos, esas luchas
dejaron huellas profundas en la memoria de los sujetos políticos.
A lo largo del siglo XX, la consolidación de esos sujetos políticos permitió la
conquista de transformaciones cada vez más profundas. El advenimiento del Estado
de bienestar que se produjo a partir del reconocimiento de un conjunto de derechos
sociales dio lugar a cambios que marcaron la conciencia histórica de la sociedad

 
argentina. Conquistas como algunas de las primeras protecciones a trabajadoras/es,
logradas con las grandes huelgas de las décadas de 1900 y 1910, o más tarde, el voto
femenino y la plena incorporación de los sectores populares a la vida política que se
produjo durante el primer peronismo, son algunos ejemplos de cómo las luchas
sociales fueron el motor de grandes transformaciones del Estado nacional.
Sin embargo, la historia del siglo XX también nos enseña que esas conquistas y
transformaciones pueden ser destruidas. La reacción de los grupos privilegiados, tanto
en el plano económico como en el político, produjo el retroceso de los grandes
movimientos populares a través de la violencia, el uso de la fuerza, y en el caso
límite, a través del terrorismo de Estado.
Consideramos que el presente marca un cambio de paradigma en torno al rol del
Estado, especialmente respecto de lo que ha significado la mirada estatal para
diversos gobiernos en distintos momentos históricos.
Así por ejemplo, la última dictadura cívico-militar consideraba que para hacer crecer
la Nación se debía “achicar” el Estado y la misma línea de pensamiento continuó y se
profundizó en la década de los noventa en el país y también en la región.
Las políticas de privatización, la consideración de la inversión en lo social y en lo
educativo como “gasto del Estado” y la conformación de políticas de élite alrededor
del Estado con eje en la valorización financiera, son síntomas de un tipo de
conformación y mirada de lo estatal.
Ampliar y restituir derechos, promover políticas públicas destinadas a los sectores
históricamente postergados y también a aquellos que vieron violentados sus derechos
(al trabajo, a la vivienda, a la salud pública, a la educación pública, a la comunicación
y/o a la identidad) y accionaron de diversas maneras para demandarlos, habla de otro
modo de entender y construir el Estado.
Como consecuencia, una parte importante de las reflexiones que se proponen en este
trabajo tienen que ver con entender que el Estado es, en parte, el resultado de luchas
políticas y sociales dinámicas, y en tal sentido, es necesario tomar una posición activa

 
en las tensiones sociales y trabajar para que las conquistas sean el piso para ampliar y
profundizar los procesos de reconocimiento y redistribución de derechos”.
Cuadernillo Pedagógico de educación y ampliación de derechos​ del Ministerio de
Educación de la Nación (2015):

Como hemos señala el fragmento leído previamente, existen diferentes modelos


de Estado y muchas veces, en nombre del mismo se pueden realizar tanto las peores
violaciones a los derechos humanos, como también sus reivindicaciones más
importantes.
Si realizamos un recorrido por los diferentes momentos de nuestra historia
podemos ver que en algunos procesos políticos el Estado tiende a ampliar derechos y en
otros a retroceder sobre los mismos. Es importante tener en cuenta que, existen
diferentes ideologías, proyectos y modelos estatales (políticos y económicos) que
pueden favorecer o perjudicar el ejercicio de nuestros derechos. Anteriormente dijimos
que ​los derechos humanos no son objetos que se obtienen de una vez y para
siempre; sino que más bien son productos sociohistóricos y de naturaleza
eminentemente política y que ​los derechos humanos son conquistas de la sociedad
en la lucha por condiciones de vida digna​, es por esto que, más allá de lo establecido
en legislaciones o tratados internacionales, es necesario que como ciudadanía
adoptemos posturas críticas y comprometidas con la democracia y la defensa de los
derechos humanos.
Como dice Garín (2012), “la historia de los derechos humanos en la Argentina es
también la historia de su violación”. A lo largo del siglo XX distintos Estados fueron los
torturadores de sus propios pueblos. Tal es el caso del nazismo en Alemania y el
terrorismo de Estado en Argentina y otros países de la región, en los que existieron
planes sistemáticos de secuestros, detenciones, desapariciones y apropiaciones que se
desplegaron por parte de quienes se constituyeron en la autoridad máxima de ese
Estado.

 
La noción de terrorismo de Estado ya estaba presente en el libro de 1983 de
Eduardo Luis Duhalde ​El Estado terrorista argentina. Esta publicación fue uno de los
primeros aportes a echar por tierra la idea de que la dictadura cívico-militar de
1976-1983 había sido producto del enfrentamiento de “dos demonios”. La idea de
terrorismo de Estado implica reconocer que el delito cometido por las fuerzas del
Estado es de una índole particular. La violencia perpetrada por el Estado no solo afectó
a las víctimas y familiares directos/as sino a la sociedad y su dignidad toda. Entenderlo
de este modo permitió abrir caminos de memoria, verdad y justicia. En 2004, el
Presidente Néstor Kirchner en su posición de Comandante en Jefe de la República
Argentina bajó los cuadros presidenciales de los militares que protagonizaron la
dictadura y en 2003 en la inauguración del Espacio de la Memoria en la Ex-ESMA
pidió perdón en nombre del Estado por haber callado durante más de veinte años de
democracia. La memoria y la justicia son requisitos fundamentales para la realización
de una sociedad más democrática.

36 años de democracia: conquistas y desafíos

El retorno de la democracia fue el comienzo de un proceso de democratización y


uno de los hitos más significativos de la historia reciente. Desde 1983 hasta el día de
hoy hemos gozado de una democracia ininterrumpida, por la cual han pasado diversos
gobiernos. Una vez finalizada la última dictadura cívico-militar comenzó, en nuestro
país, una ​primavera democrática​. Se restituyeron las garantías constitucionales y los
movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos (re)emergieron. Las
personas volvieron a las plazas, sindicatos y universidades. La CONADEP lanzó una
consigna clara y contundente: “Nunca más”.
Pero, finalmente, la democracia no resultó ser un camino de rosas, y las luchas
de las organizaciones de derechos humanos debieron continuar. Las presiones militares
y la persistencia de un proyecto económico enraizado durante la última dictadura
desembocaron en una democracia muy limitada.

 
La profundización del neoliberalismo durante la década del noventa devino en
una profunda y constante violación de los derechos humanos. El Estado se “achicó”
significativamente y se dió lugar a la regulación por parte del mercado. El resultado de
esto fue una profunda desigualdad social y un importante retroceso en materia de
derechos humanos: la salud y la educación fueron abandonadas por el Estado, junto con
su auto-percepción de “garante”.
Este período, que a pesar de ser democrático significó un gran deterioro para las
formas de vida dignas de las personas, se caracterizó por una gran presencia de las
organizaciones sociales quienes, ante la ausencia del Estado, salieron a dar respuesta a
las problemáticas populares mediante la solidaridad y la organización. Los comedores,
copas de leche, trueques, jardines comunitarios y cooperativas de trabajo fueron la
respuesta de la sociedad ante el desplazamiento del Estado.
Como hemos analizado a lo largo de esta clase, tanto la democracia como el
Estado son categorías en disputa. Existen democracias liberales, representativas y
participativas y existen visiones que sostienen que el Estado debe “achicarse” a favor de
la libre regulación del mercado y otras que sostienen que debe “agrandarse” como
garante de derechos y principal organizador de la sostenibilidad de la vida. En estas
perspectivas y concepciones se ponen en juego los intereses de los diferentes grupos
sociales.
El estallido del 2001 terminó de dejar en claro que existen diferentes modelos de
país y que las formalidades de la democracia y el Estado no terminan de garantizar un
efectivo avance en materia de derechos humanos. La garantía y el avance de los
derechos humanos se ha dado, en nuestro país, en momentos en los que el Estado ha
sido ocupado por proyectos políticos que perseguían la justicia social, mediante la
aplicación de políticas públicas de reconocimiento y redistribución. Por el contrario, se
ha retrocedido en materia de derechos humanos cuando el Estado ha sido ocupado por
proyectos políticos neoliberales o autoritarios.
Durante la década pasada nuestra región atravesó un proceso que le permitió a
muchos países repensar sus Estados y sus democracias en busca de sociedades más

 
justas, soberanas e igualitarias. En este periodo se logró un gran avance en materia de
derechos humanos en nuestro país. Los sucesivos gobiernos de Néstor Kirchner y
Cristina Fernández de Kirchner se caracterizaron por una fuerte ampliación de los
derechos humanos en materia de salud, educación, participación, trabajo, vivienda,
identidad, comunicación, justicia y memoria.
En definitiva, como hemos visto a lo largo de esta clase, nuestra historia está
atravesada por diferentes momentos de avance y retrocesos en materia de derechos
humanos. Hemos analizado aquí como las circunstancias para la garantía y el avance de
derechos humanos es compleja, en la medida en que vincula tanto a la normativa escrita
como a la participación de una ciudadanía activa de las personas. El Estado tiene la
obligación y la función de garantizar nuestros derechos pero sabemos que muchas veces
no lo hace. ​La democracia es la herramienta que tenemos para exigir que nuestros
derechos sean garantizados y la política es el medio para poder llenar de sentidos
nuestra democracia​.

Lectura de la clase

Les pedimos leer una selección de este


libro que reconstruye hitos de la
democracia argentina a partir de
recuerdos, reflexiones e imágenes. ¿Se
acuerdan de estos momentos? ¿Cómo
los vivieron? ¿Se los contaron? Los que
elegimos como lectura obligatoria son:

10. Ciencia para todos: “Índice de


abuelidad” y “Repatriación de
científicos”.

13. Defender la tierra: Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero


(MOCASE) (1990) No al ALCA (2005)

16. Los derechos de los pueblos originarios:”La Reforma de la Constitución (1994)” y


“La restitución de los restos del cacique Inakayal (1994)”

 
24. Los derechos de las mujeres: “Secuestro de Marita Verón” (2002) y “Encuentros
Nacionales de Mujeres (1986 hasta el presente).

28. El camino de la inclusión: “Asignación Universal Por Hijo (2009) y


“Obligatoriedad de la escuela secundaria (2006)

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