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Parashá 15 Bo

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Parashá 15 Bo

Exodo 10:1 – 13:16


Aliyás de la Torá:
1. 10:1-11
2. 10:12-23
3. 10:24 – 11:3
4. 11:4 – 12:20
5. 12:21-28
6. 12:29-51
7. 13:1-16

 
Haftará: Jeremías 46:13-28

Bo

Significa “ven”.

Después que Moshé advirtiera a Paró que al día siguiente una plaga de
langostas destruiría las cosechas de Egipto, los cortesanos lo instaron a que
permitiera la partida de los israelitas varones. Sin embargo, Moshé y Aharón
insistieron en que se autorizara a salir también a las mujeres, los niños y los
rebaños. Como resultado, fueron expulsados del recinto de Paró. Al día
siguiente, Moshé extendió su bastón y un viento del Este trajo a Egipto una
plaga de langostas que devoraron la vegetación del país. Después de presenciar
este desastre el faraón admitió su error y rogó a Moshé y a Aharón que rezaran
por la eliminación de la plaga. Así lo hicieron y un fuerte viento retornó una vez
más a su obstinada negativa.
Entonces Moshé produjo la plaga siguiente: una total oscuridad que envolvió la
tierra de Egipto durante seis días. Durante tres de ellos los egipcios ni siquiera
pudieron moverse. Sólo los israelitas tenían luz en sus viviendas. El caos
resultante de esa pesadilla fue demasiado para el faraón, quien ofreció dejar
que partieran los israelitas -hombres y niños- siempre que dejaran los rebaños
como garantía de que regresarían. Moshé rechazó esta condición y Paró le
prohibió que apareciera de nuevo ante su presencia. Moshé replicó que habría
una plaga final de efectos devastadores: ella les costaría la vida a todos los
primogénitos egipcios. Moshé y Aharón partieron entonces por última vez.
D-s informó a Moshé que la redención estaba próxima y que de allí en adelante
el año comenzaría en el mes de la liberación (Nisan). El décimo dia de este mes
cada jefe de familia debía apartar un cordero macho sin defectos, para
mantenerlo hasta la noche del día decimocuarto, ocasión en la que debía ser
sacrificado. Parte de la sangre sería salpicada sobre el marco de la puerta de
toda casa judía como señal de que sus habitantes eran israelitas. Esa noche, la
carne del sacrificio debía ser comida, cuando estuvieran asada, con pan sin
leudar y hierbas amargas. Todo lo que quedara en la mañana debía ser
quemado. Más aún, era menester comer apresuradamente y los comensales
debían estar preparados para iniciar un viaje. Aquella sería la noche en que
Hashem eliminaría a todos los primogénitos de Egipto, con excepción de los que
estaban en casas salpicadas con sangre de cordero. Desde entonces esa
festividad ha sido observada anualmente como Pésaj y es un permanente
recordatorio de la liberación de Egipto. Durante siete días se comería pan ázimo
y los días primero y séptimo de la festividad debían ser observados como una
asamblea sagrada, con la prohibición de hacer cualquier trabajo. El sacrificio de
las ofrendas de Pesaj debía ser observado en Canaán después de la conquista,
y su significación debía ser explicada a las generaciones siguientes.
Exactamente a medianoche, D-s eliminó a todos los primogénitos egipcios,
tanto hombres como animales. Paró y sus compatriotas se levantaron en mitad
de la noche para lamentarse amargamente por las pérdidas de vidas. Pidió
entonces a los israelitas que partieran, no ya como una orden real, sino con un
dejo de sometimiento, tal como Hashem lo había anticipado.

Los israelitas partieron con tal apresuramiento, que la masa del pan con
levadura no tuvo tiempo de leudar (desde entonces y para conmemorar este
hecho, los judíos han estado comiendo pan ázimo o matzá, en Pesaj). Eran
seiscientos mil hombres los que comenzaron el viaje y llevaron con ellos a sus
esposas e hijos. También transportaban una gran cantidad de oro y plata que
los egipcios les habían entregado. Los judíos recibieron orden de llevar un
korbán Pesaj el catorce de Nisán de cada año. También se les ordenó que
redimieran a sus hijos primogénitos varones en todas las generaciones futuras,
y que usaran tefilín (filacterias) «como señal en tu mano y como recordatorio
entre tus ojos», para que no olvidaran la salvación de los judíos en Egipto.
HaShem le dice a Moshé que venga al faraón. El Eterno ha hecho pesado los
corazones del faraón y sus siervos para hacer grandes señales que serán
contados a los hijos y a los nietos de los israelitas, y también para que los hijos
de Israel sepan que él es HaShem. Moshé y Aharón se presentan ante el faraón
y le pide que deje ir al pueblo hebreo. Si no lo hace vendrán langostas que
cubrirán la tierra y comerán lo que quedó del granizo y llenarán las casas. Será
algo que nunca se ha visto antes. Cuando Moshé sale, los siervos le dicen al
faraón que deje que el pueblo sirva a HaShem porque Egipto está destruido.
Hacen volver a Moshé y Aharón y el faraón les dice que vayan a servir a
HaShem. Al preguntar quiénes van a ir, Moshé contesta que irán con jóvenes y
ancianos, hijos e hijas, ovejas y vacas porque se va a hacer una fiesta al Eterno.
El faraón dice que están pensando hacer mal y sólo permite que los hombres
vayan. Luego expulsa a Moshé y Aharón de su presencia.
Por orden de HaShem Moshé extiende su mano y el Eterno hace soplar un
viento fuerte del oriente todo el día y toda la noche que trae langostas que se
asientan en todo el territorio de Egipto de modo que el país se oscurece. Las
langostas comen todo lo que quedó desde el granizo y no dejan nada verde. El
faraón llama a Moshé y a Aharón y reconoce su pecado ante ellos. Pide que se
le perdone y que oren para que se quite la langosta. Moshé ora y un fuerte
viento occidental arroja las langostas en el mar de Cañas (Rojo). Pero HaShem
fortalece el corazón del faraón el cual no deja ir a los hijos de Israel.
Por mandato de HaShem Moshé extiende su mano sobre el cielo y hay tinieblas
sobre todo Egipto durante tres días de modo que nadie se ve ni se levanta. Pero
los hijos de Israel tienen luz donde moran.
El faraón llama a Moshé y dice que pueden ir a servir al Eterno con los
pequeños, pero dejando el ganado. Moshé dice que el faraón también tendrá
que darles sacrificios y por eso el ganado tendrá que ir también. Pero HaShem
fortalece el corazón del faraón y no los deja. El faraón dice a Moshé que se
aparte y que no vuelva a ver su rostro, porque entonces morirá. Moshé dice que
habló bien porque no volverá a ver su rostro.
HaShem dice que va a traer una plaga más sobre el faraón y sobre Egipto y
entonces echará a los hijos de Israel completamente. El pueblo tendrá que pedir
de sus vecinos objetos preciosos. El Eterno hace que el pueblo gana el favor de
los egipcios. También Moshé es muy estimado en todo Egipto.
Moshé dice al faraón que HaShem va a salir por la noche por todo Egipto y
entonces morirá todo primogénito, de los hombres y del ganado. Habrá un gran
clamor en todo Egipto como nunca ha habido antes ni habrá después. Pero los
hijos de Israel no sufrirán daño, para que sepan como HaShem hace diferencia
entre Egipto e Israel. Todos los siervos del faraón se inclinarán ante Moshé
pidiendo que salga con el pueblo y entonces saldrá. Moshé sale del faraón
ardiendo en ira. El faraón no hace caso, para que las maravillas del Eterno se
multipliquen en Egipto. Moshé y Aharón han hecho todas estas maravillas ante
el faraón, pero HaShem ha fortalecido su corazón y no ha dejado salir de su
tierra a los hijos de Israel.
HaShem dice que este mes será el primer mes del año para los hijos de Israel.
El día diez del primer mes cada padre tendrá que traer a su casa un cordero o
un cabrito. El que tiene una familia pequeña podrá juntarse con el vecino más
cercano para que juntos puedan comer un cordero o un cabrito entero, según el
número de personas. El cordero o el cabrito será un macho, sin defecto, que
esté en su primer año. Será guardado hasta el día 14 para ser sacrificado por la
tarde. Parte de la sangre será puesta en los dos postes y en el dintel de la casa
donde lo coman. Hay que comer la carne esa noche, asada al fuego, junto con
pan sin levadura y hierbas amargas. No se puede comer crudo ni hervido, sino
asado, con cabeza, patas y entrañas. Nada puede ser dejado para la mañana
siguiente. Lo que quede tendrá que ser quemado en fuego. Hay que comerlo
rápido, vestido para salir. Esto es el pesaj del Eterno.
Esa noche HaShem pasará por Egipto para matar a todo primogénito. Todos los
dioses serán juzgados por El. La sangre será señal para los hijos de Israel.
Cuando HaShem vea la sangre saltará sobre ellos y ninguna plaga los tocará.
Ese día será recordada con la celebración de una fiesta al Eterno por todas las
generaciones.
Siete días se comerán panes sin levadura. Antes del primer día hay que quitar
toda levadura de la casa. La persona que coma algo leudado durante los siete
días será cortada de Israel. El primer día y en el séptimo días habrá santas
convocaciones. En esos días sólo se puede trabajar preparando la comida que
se va a comer.
Hay que guardar los panes sin levadura, porque en ese día HaShem sacó a los
ejércitos de Israel de Egipto. Ese día será guardado de generación en
generación. Se comerán panes sin levadura el primer mes desde el día 14 del
mes por la tarde hasta el día 21 del mes por la tarde. Está prohibido tener algo
leudado en casa durante ese tiempo y el que coma algo leudado será cortado
de la congregación, sea peregrino o nativo. Nada leudado se comerá, sino
panes sin levadura en todo lugar.
Moshé convoca a los ancianos y les da instrucciones para preparar y sacrificar el
pesaj. Tendrán que usar hisopo para manchar el dintel y los postes de la
puerta. No se puede salir por la puerta hasta la mañana. Cuando HaShem vea
la sangre pasará sobre la puerta y el ángel destructor no tendrá permiso para
entrar. Esta ordenanza será guardada para siempre en la tierra prometida.
Cuando los hijos pregunten sobre el significado este servicio, hay que
contestarles que es un sacrifico de pesaj al Eterno que pasó por nuestras casas
al herir a los egipcios. El pueblo hace reverencia para luego hacer tal como
HaShem ha mandado.
A la medianoche HaShem hiere a todos los primogénitos de Egipto. El faraón,
sus siervos y todos los egipcios se levantan y claman. En todo hogar hay
alguien muerto. El faraón llama a Moshé y Aharón diciéndoles que se vayan a
adorar a HaShem con todo lo que han dicho. Los egipcios apremian al pueblo
para que salga porque piensan que todos van a ser muertos. El pueblo toma la
masa sobre sus hombros antes de que se leude. Los hijos de Israel piden
objetos de valor y ropa de los egipcios, según las instrucciones de Moshé, y les
conceden lo que piden, despojando así a los egipcios.
Los hijos de Israel, que son unos 600.000 varones sin contar los niños, parten
de a pie de Ramsés hacia Sucot. Y con ellos sube una multitud mixta y mucho
ganado. De la masa cosen tortas de pan sin levadura. El tiempo que los hijos de
Israel habitaron en Egipto fue de 430 años exactos. Esa noche es vigilia para
HaShem para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas las
generaciones.
Ningún extranjero podrá comer del pesaj. Un esclavo de un israelita podrá
comerlo si se circuncida. Un peregrino o jornalero no podrá comerlo. Hay que
comerlo en una casa. No se puede sacar su carne fuera de la casa ni quebrantar
ninguno de sus huesos. Toda la congregación de Israel tendrá que hacer esto.
Si un residente quiere celebrar pesaj al Eterno, tendrá que circuncidar todo
varón de su familia. Él será como un nacido en el país. Ningún incircunciso
comerá de él. El residente y el nativo tendrán la misma ley.
Los hijos de Israel hacen tal como HaShem ha mandado a Moshé y Aharón y
ese mismo día HaShem los saca de Egipto en orden.
El Eterno habla con Moshé y dice que hay que consagrarle todo primogénito de
Israel, de hombres y de animales. Moshé dice al pueblo que se acuerde del día
cuando el Eterno los sacó de la casa de esclavos y no comerán nada leudado. El
mes de la espiga tierna es el de la salida. Cuando el pueblo es llevado a la tierra
prometida tendrá que hacer este servicio en ese mes. Hay que comer pan sin
levadura durante siete días. En el séptimo día hay fiesta para el Eterno. Nada
leudado se puede ver en todo el territorio. Cada uno tiene que contar a su hijo
que esto lo hace porque el Eterno le sacó de Egipto. Hay que poner esto como
señal en la mano y un recordatorio entre los ojos para que la Torá del Eterno
esté en la boca. De año en año hay que guardar esta ordenanza.
Al llegar a la tierra prometida hay que pasar al Eterno todo macho que abre
matriz tanto de hombre como de ganado. Los primogénitos de los asnos serán
redimidos con un cordero, o matados. Todo hijo primogénito será redimido.
Cuando el hijo pregunta sobre esto hay que decirle que el Eterno nos sacó con
mano fuerte de Egipto, la casa de esclavitud. Cuando el faraón no nos dejó,
HaShem mató a todo primogénito en Egipto, de hombres hasta animales. Por
eso se sacrifican todos los machos primogénitos de los animales al Eterno pero
todos los primogénitos de los hijos son redimidos. Esto será como señal en la
mano e insignias entre los ojos, porque HaShem nos sacó de Egipto con poder.

Comentarios

Primera aliyá, 10:1-11


Hasta Ahora Moshe se había encontrado con Paro en los diferentes lugares,
pero ahora debía ir a su palacio, lo que despertó el temor de Moshe. Por eso,
Hashem no le dijo “Anda a lo de Paro” sino “ven a lo de Paro”, significado ven
conmigo, no temas yo te acompañare.
Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los hijos acerca de lo que el
Eterno ha hecho en sus vidas y, especialmente lo que pasó con la salida de
Egipto.
Con su obstinación de retener a los israelitas, el Faraón se tornó más obstinado
aun. Hashem le bloqueo el corazón y luego lo castigo por su obstinación,
dejándolo así en ridículo por su actitud hostil en espiral ascendente. Pero aun
cabe cuestionar: Porque motivo Hashem castigo al a Faraón por la
intransigencia que el mismo le instalo en su corazón? Por qué no lo castigo en
vez de haber inhibido previamente su don de libre albedrío? Esto fue porque al
haber dicho Quien es Hashem para que yo le obedezca?, el Faraón negó la
autoridad divina, y por eso le quito el libre albedrío, para demostrar que el
faraón, que presumía de deidad, no tenía autoridad ni siquiera sobre el mismo.
La tarea de transmitir la fe hebrea no cae solamente sobre los padres, sino
también sobre los abuelos, como está escrito en Joel 1:3:
“Contadlo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la
siguiente generación.”
En el Salmo 78:2-8 está escrito:
“En parábolas abriré mi boca; hablaré enigmas de la antigüedad, que
hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado. No lo
ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las
alabanzas de HaShem, su poder y las maravillas que hizo. Porque Él
estableció un testimonio en Yaakov, y puso una ley en Israel, la cual
ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; para que la
generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer; y éstos
se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su
confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios, sino que
guardaran sus mandamientos; y no fueran como sus padres, una
generación porfiada y rebelde, generación que no preparó su corazón, y
cuyo espíritu no fue fiel a Dios.”
La tradición de pasar la revelación de padres a hijos, es la que ha mantenido
vivo el pueblo de Israel a lo largo de todas las generaciones y es parte de la
misma declaración de fe hebrea, como está escrito en Deuteronomio 6:6-7:
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y
diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te
sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes.”
Tú mismo debes tener la fe internalizada la fe en él en Hashem, tú mismo
debes conocerlo y reconocer como el guía supremo de tu vida.
Si los padres dejan que otros se encarguen de la educación espiritual de sus
hijos, no han cumplido con esta responsabilidad. Tanto los padres como los
hijos tienen la necesidad de esta transmisión. Los padres necesitan recordar y
alabar al Eterno por los milagros que han vivido y pasar estas experiencias a sus
hijos y a sus nietos. Ellos, a su vez, recibirán y serán conscientes de una
herencia espiritual que es capaz de producir en ellos una confianza profunda en
Dios. Un padre debe leer la Escrituras todos los días a sus hijos mientras estén
viviendo bajo su techo. Así levantará una generación de santos.
En este espacio nos enseña que hay tres cosas que son necesarias para que se
pueda celebrar una fiesta para el Eterno:
         La libertad
         La familia
         Un sacrificio
Sin estos tres no es posible celebrar una verdadera fiesta al Eterno.

El faraón quería hacer que las mujeres y los niños se quedaran en Egipto
mientras que los varones se fueran a celebrar fiesta al Eterno. Esto no es
posible. Si la esposa y los hijos no pueden estar con nosotros, no podremos
celebrar una fiesta delante del Eterno. Los niños tienen que sentirse
bienvenidos y a gusto en nuestras celebraciones. Si no lo están, no estamos
haciendo las cosas bien. El faraón simboliza al satán y como tal intenta hacer
dos cosas:
         Dividir la familia.
         Apartar a los niños de los cultos.
Todas las celebraciones judías están diseñadas para que los niños puedan
sentirse involucrados en ellas. Por esto usamos mucha simbología y objetos de
culto para que nuestra enseñanza y nuestro servicio al Eterno sean fáciles de
asimilar para los pequeños.

Segunda aliyá, 10:12-23


En Joel 2:2 hay una referencia a una invasión de langostas en la tierra de Israel
como está escrito:
“día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad. Como la
aurora sobre los montes, se extiende un pueblo grande y poderoso; nunca
ha habido nada semejante a él, ni tampoco lo habrá después por años de
muchas generaciones.”
¿Cómo es posible que en la Torá esté escrito que no habrá tantas langostas
después cuando el profeta Yoel dice que nunca ha habido nada semejante?
Vamos a dar dos interpretaciones a esta aparente contradicción:
Rashí dice que la profecía de Yoel muestra que esa plaga de langostas fue más
severa que la de Moshé. Pero no hubo contradicción porque la plaga de Yoel
estaba compuesta por numerosas especies de langostas en conjunto: las
especies arbé, yélek, jasil  y gazam. Pero la plaga de Moshé consistió en una
sola especie, e igual a ella no hubo antes ni habrá después.
También podríamos interpretar estos dos textos de manera que las dos plagas
ocurrieron en dos países distintos, Egipto y la tierra de Israel. La promesa de
que nunca será algo semejante se refiere sólo a Egipto. La plaga que se
menciona en el libro de Yoel está en relación con la tierra de Israel, y allí no
había ocurrido nada semejante, ni tampoco habrá después.
Las tinieblas no fueron de la clase que nosotros las conocemos, sino que no
hubo manera de obtener luz. Aunque encendían fuego, no emitía luz. Eran
tinieblas compactas de manera que nadie se podía mover de un lugar a otro.
Todos estaban quietos en sus lugares durante tres días seguidos. Pero los hijos
de Israel tenían luz en sus hogares.
Como está escrito en el Salmo 107:10-15:
“Moradores de tinieblas y de sombra de muerte, prisioneros en miseria y
en cadenas, porque fueron rebeldes a las palabras de Dios y despreciaron
el consejo del Altísimo; humilló pues, sus corazones con trabajos,
tropezaron y no hubo quien los socorriera. Entonces en su angustia
clamaron a HaShem y Él los salvó de sus aflicciones; los sacó de las
tinieblas y de la sombra de muerte y rompió sus ataduras. Den gracias a
HaShem por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los
hombres.”
Esta plaga duro 6 días, y aquí alude al segundo trio de días. En el primer
trio de días murieron los perversos entre los israelitas que no querían salir
de Egipto. Hashem le confirió el honor de morir en la oscuridad para que
los egipcios no se deleitasen de su desgracia. Todas las plagas duraron 7
días excepto esta que duro seis, porque el 7 dia de dicha plaga Hashem lo
reservo para castigar a los egipcios cuando saldrían a perseguir a los
israelitas hasta el Jam Suf “mar rojo” éxodo 14:20
«Y hubo profundas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres
días. Uno no veía a su propio hermano» (10:22-23)
Ellos no podían ver nada ¿Por qué enfatiza en el hermano?
RESPUESTA: Hace muchos años un hombre emigró de una pequeña
ciudad en Rusia a los Estados Unidos. Sus emprendimientos de negocios
fueron bendecidos con el éxito y se hizo muy rico. Varios años después
arribó su hermano, se encaminó a la casa de su exitoso hermano, y se
presentó ante el mayordomo como el hermano de su patrón. El
mayordomo lo condujo a la recepción y posteriormente volvió con el
mensaje de que su patrón no tenía hermano. Él le envió una serie de
señas, esperando que su hermano lo reconociera. Nuevamente vino el
mayordomo «Lo siento, mi patrón dice que no tiene hermano y a usted no
lo conoce». Decepcionado y dolorido, le dijo al mayordomo que le dijera a
su patrón «Le aconsejo que haga un testamento inmediatamente, no le
queda mucho tiempo de vida».
Petrificado, el hermano se precipitó a la puerta y preguntó alarmado
«¿Cómo puede usted hacer esa declaración? ¡Mi doctor afirmó que tengo
una salud excelente!» El inmigrante miró a su hermano a los ojos y dijo
«La ciudad en la que crecimos como hermanos era muy pequeña y pobre.
Los habitantes no podían costear un médico. Yo estudié primeros auxilios
y suplí sus necesidades médicas. De mi experiencia aprendí que cuando
un paciente ya no puede «reconocer» a su propio hermano, su situación
es extremadamente seria y le queda poco tiempo de vida».
Lamentablemente algunos aspectos de la plaga de las tinieblas prevalecen
en los tiempos contemporáneos. Tristemente, hay judíos envueltos en las
tinieblas que no reconocen a su prójimo judío como su hermano que
merece ser ayudado en lo material y, especialmente, en lo espiritual. Esa
conducta pone en peligro la continuidad de la comunidad judía.
Esperemos que, como los judíos de Egipto, nosotros también merezcamos
«Para todos los Hijos de Israel hubo luz en sus moradas» Todos vean la
verdadera luz y hagan lo máximo por su hermano, su prójimo judío.

Tercera aliyá, 10:24 – 11:3


En el versículo 25 el Faraón le dijo a Moshe que si bien les autorizaba ir al
desierto, les prohibía que llevaran sus animales. Y ahora Moshe le replica No
solo llevaremos nuestros propios ganados, sino además tú debes entregarnos
animales de los tuyos para que ofrendemos en honor a Hashem, ¡a fin de que
quite de ti todas estas plagas! Moshé no podía mentir. Ellos no sabían qué era
lo que HaShem iba a pedir en sacrificio. Para sacrificar al Eterno hay que estar
dispuesto a darlo todo. No se puede dejar ni una pezuña atrás en nuestra
entrega al Eterno. Todo le pertenece y por lo tanto estamos dispuestos a darle
cualquier cosa que nos pida. 

Cuarta aliyá, 11:4 – 12:20


En Isaías 19 hay una profecía que habla de lo que va a pasar con Egipto en los
últimos tiempos. Allí está escrito que el Eterno va a herir a Egipto en los últimos
tiempos, como dice el versículo 22.
“Y HaShem herirá a Egipto; herirá pero sanará; y ellos volverán al Eterno,
y Él les responderá y los sanará.”
En Isaías 11:15a está escrito:
“Y HaShem destruirá la lengua del mar de Egipto.”
A pesar de estas heridas que se verán en un futuro no muy lejano, no va a
haber un grito en Egipto como aquella noche cuando todos los primogénitos
fueron muertos.
El mes del aviv, (cf. 13:4), ha sido establecido por el Eterno como el primero de
los meses del año. Ese mes coincide más o menos con la última mitad de marzo
y la primera mitad de abril, según el calendario romano. La palabra aviv
significa “espigas verdes”. En la edad media tomó el significado de “primavera”
y así es usada en el hebreo moderno. En el mes de las espigas verdes, el de la
primavera, el pueblo de Israel salió de Egipto. Es el mes de la redención. La
redención es el inicio del programa de salvación del Eterno. Todo empieza con
el sacrificio del cordero, cuya sangre libera de la muerte. Después viene la
libertad de la esclavitud. Todo el programa de salvación está revelado en las
fiestas del Eterno, y por esto este mes tiene que ser el primero del año, para
que el programa esté en el orden correcto. Al alterar el orden de los meses se
altera el plan de redención del Eterno y no se entenderá.
Este mes también tiene el nombre babilónico de nisán, aparece en Nehemías
2:1; Ester 3:7.
En el Talmud hay una discusión entre dos rabinos si el mundo fue creado en el
mes de nisán o  tishrí. La última tuvo más fuerza y por esto se ha establecido
que el cómputo de los años desde la creación del mundo es a partir del 1
de tishrí, que es el séptimo mes en el anuario bíblico. Hay una fiesta anual
establecida en la Torá para ese día, llamada yom teruá, el día del clamor o de
alarma. La Torá dice que “para vosotros”, es decir, para los hijos de Israel, el
mes del aviv es el primero del año.
La expresión “para vosotros” nos da a entender que no es así para otros. Desde
el principio los pueblos de las naciones contaron los meses desde el día de la
creación de Adam, el primer día del primer mes. Cuando Adam fue creado el
sexto día de la semana, él empezó a contar el tiempo. Para él fue el primer día
del primer mes. Esto nos enseña que Adam probablemente fue creado el día de
la luna nueva. Desde entonces sus descendientes contaron los meses y los años
según marcaba el sol y la luna, como esta Génesis 1:14.
Ahora el Eterno dice “para vosotros”, dando a entender que para otros no lo es.
Ellos seguirán contando de otra manera. Antes de la salida de Egipto, los hijos
de Israel no celebraban el mes del aviv como el primero del año. Pero cuando el
Eterno empieza su programa de redención, cambia todo. El mes que antes fue
el primero, de repente es considerado como el séptimo. Tishrí, que antes era el
primer mes, llegó a ser el séptimo. “Para vosotros” es así, pero los demás no lo
van a ver así, porque no son parte de la gran redención.
El Talmud dice:
“Cuatro son los años nuevos en el calendario hebreo: El primer día del
mes de nisán - es el año nuevo de los reyes y las festividades, el primero
del mes de elul - año nuevo para el cálculo del diezmo sobre los
animales... el primer día del mes de tishrí - año nuevo para la cuenta de
los años (para el cálculo de la shmitá - año sabático y el yovel - jubileo),
para las plantaciones y los cultivos agrícolas, y el primero de shevat - año
nuevo para los árboles, según Shamai.
En la escuela de Hilel dicen: (el año nuevo de los árboles es) el
decimoquinto día del mes.”
La halajá (ley práctica) se fijó según Hilel, por lo tanto, el 15 de Shevat se
celebra el año nuevo de los árboles.
Relación aproximada entre el calendario romano y el calendario judío.
 

(Los nombres de los meses que aparecen entre paréntesis son los que aparecen
en la Tora)

Los nombres de los meses romanos septiembre hasta diciembre nos muestran
que había una relación antigua entre el cómputo bíblico y el romano.
Septiembre corresponde al séptimo mes tishrí, octubre corresponde al octavo
mes jeshván, noviembre corresponde al noveno mes kislev, y diciembre
corresponde al décimo mes tevet. Luego hubo cambios en el calendario romano
y estos meses ya no corresponden al nombre que llevan. Septiembre ahora es
el noveno mes del año romano.

Está escrito en el Salmo 104:19a:


“Él hizo la luna para medir las estaciones.”
La Torá dice que en primer lugar hay que basarse en la luna para medir las
estaciones. Sin embargo, el sol también fue creado para mostrar los años, como
está escrito en Génesis 1:14:
“Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para
separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para
días y para años” 
El calendario hebreo es lunar - solar. El año lunar tiene actualmente aprox.
354,36 días y el año solar aprox. 365,25 días. Por esta razón, si se sigue
solamente la luna, van a faltar 11 días al año para llegar al año solar, que es la
que rige en la naturaleza. El calendario árabe sigue solamente la luna y el
calendario romano sigue solamente el sol. Ninguno de los dos cumple los
requisitos de la Torá. Tanto el sol como la luna tienen que ser la base para
medir los años.
Un mes bíblico siempre empieza con la luna nueva. Según la Torá, el primer
mes, aviv, tiene que caer en la primavera, cuando la cebada está lista para ser
cosechada en la tierra de Israel. Si nos regimos sólo por el año lunar, (con 354
días), que no sigue el ciclo de la naturaleza, la primavera no caería en el mismo
mes cada año. Y si seguimos solamente el año solar, no podríamos celebrar las
fiestas según la luna nueva, como manda la Torá. Tenemos que tener una
combinación entre la luna y el sol.
Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en tiempos bíblicos
se añadía un mes extra al final del año en el caso de que la cebada no estuviera
lista para ser cosechada. Para la fiesta del primer mes hacía falta un sacrificio
de harina de cebada y si no había cebada no se podía celebrar la fiesta. Así que
hasta el siglo IV de la Era Común. la misma naturaleza de Israel decidía cuando
iba a ser el primer mes de cada año. Si la primavera venía tarde un año, se
añadía un mes extra a los doce meses del año. Si la cebada estaba madura, no
se añadía. Más adelante se estableció un calendario fijo, que es el que se usa
en la actualidad, elaborado por Hilel II en el año 358 E.C., en el cual se añade
por reglas matemáticas un mes extra (Adar II) cada dos o tres años. En total
son añadidos 7 meses durante un periodo de 19 años.
El año bíblico es de 360 días, como esta en Daniel 7:25
No hay ningún testimonio en las Escrituras de que hay que añadir un mes extra
cada dos o tres años. La Torá no lo contempla, cf. Génesis 7:11, 24; 8:3-4;
Ester 1:4. Esto nos da pie a pensar que al principio no hubo diferencia entre el
año solar y el año lunar. El mes lunar tendría exactamente 30 días y así los 12
meses darían un año de 360 días. Esto significa que la tierra sólo necesitaría
360 días para dar una vuelta alrededor del sol.
Hay documentos arqueológicos e históricos de varias culturas antiguas que
muestran que hubo un cambio en el sistema solar en el siglo VIII a.E.C., cuando
fueron añadidos 5 días al año solar. Parece que algo pasó en nuestro sistema
solar que causó un desajuste entre el año lunar y el año solar. La tierra se alejó
del sol y la luna se acercó a la tierra. Hay un acontecimiento relatado en las
Escrituras que coincide con la fecha dada en las culturas antiguas, que nos da
pie a pensar que fue en ese momento cuando sucedió este desajuste en
nuestro sistema solar, según está escrito en 2 Reyes 20:8-11:
“Y Jizkiyahu dijo a Yeshayahu: ¿Cuál será la señal de que HaShem me
sanará, y de que subiré a la casa de HaShem al tercer día? Respondió
Isaías: Esta será la señal de HaShem para ti, de que HaShem hará lo que
ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? Y
Jizkiyahu respondió: Es fácil que la sombra decline diez grados; pero no
que la sombra vuelva atrás diez grados. El profeta Isaías clamó a HaShem,
y El hizo volver atrás la sombra diez grados en las gradas las que había
declinado, en las gradas de Ajaz.”
En Isaías 38:7-8 está escrito:
“Esta será para ti la señal de HaShem, de que HaShem hará lo que ha
dicho: He aquí, haré que la sombra en las gradas, que ha descendido con
el sol en las gradas de Ajaz, vuelva atrás diez grados. Y la sombra del sol
retrocedió diez grados en las gradas por las que había descendido.”
Este cambio causó que la luna nueva a partir de entonces ya no se pudiera
saber con exactitud, puesto que el mes lunar llegó a tener 29 ½ días, en lugar
de 30 que probablemente había tenido antes. En tiempos del rey Shaúl se sabía
con exactitud cuándo iba a ser la luna nueva, como está escrito en 1 Samuel
20:5:
“Y David respondió a Yehonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo
sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el
campo hasta el atardecer del tercer día.”
Pero más adelante se necesitaban dos testigos cada mes para saber cuándo
celebrar la fiesta de la luna nueva. Entonces ya no se podía saber con
antelación cuándo iba a ser la fiesta anual de yom teruá, que cae el primer día
del séptimo mes.
Debían tomar el cordero o cabrito el dia 10 de Nisán para faenarlo recién el 14
al atardecer. Durante esos 4 días debía inspeccionarlo para constatar que no
tuviese defecto físico alguno.
El cordero era fetiche de los egipcios, y por eso Hashem ordeno que tomasen el
animal el dia 10 de Nisán para tenerlo expuesto y faenarlo 4 días después, para
quien los egipcios viesen que Israel se disponía a sacrificar nada menos que a
su ídolo. Y por eso mismo ordeno asar la res entera, para que los egipcios no
tuviesen duda de que Israel estaba ofrendando a Hashem el objeto de culto de
ellos. Y por eso Hashem no permitió hervir la ofrenda ni asar los trozos, porque
al tapar la olla no se puede ver su contenido, y al separar los trozos no se
distingue fácilmente a que animal pertenece. Y por eso mismo también se
exigió que estuviera bien asada, para no dar la sensación
La palabra pesaj se refiere en primer lugar al animal sacrificado. Por esto el día
de pesaj es en primer lugar el 14 de nisán, cuando se sacrifica el animal, como
está escrito en Números 33:3:
“El mes primero partieron de Ramsés el día quince del mes primero; el día
después del pesaj, los hijos de Israel marcharon con mano poderosa a la
vista de todos los egipcios” 
«Este mes [Nisan] será para ustedes cabeza de los meses» (12:2)
¿Por qué fue el calendario lunar la primera mitzvá dada a todo el pueblo judío?
RESPUESTA: Cuando Hashem creó el mundo, las dos luminarias, el sol y la luna,
tenían la misma fuerza. La luna se quejó «No es apropiado que dos «reyes»
tengan la misma clase de corona». En respuesta Hashem hizo más pequeña a la
luna. Cuando venga Mashíaj, la luna volverá a su fuerza original (Génesis 1:16
Rashi, Isaías 30:26).
La particularidad de la luna es que hasta la mitad del mes va creciendo
continuamente, empequeñeciéndose después. Al final del mes no se la ve más,
pero de pronto reaparece.
La historia del pueblo judío es similar a las fases de la luna: a lo largo de
nuestra historia tuvimos etapas brillantes y decadentes. Fuimos expulsados de
varios países, y cuando pensamos que nos extinguiríamos, de pronto, una
nueva comunidad judía crecía en otra parte del mundo. Como la luna, el pueblo
judío nunca desaparecerá, y eventualmente será, en los días del Mashíaj, el
pueblo más glorioso y respetado del mundo. Esta cualidad esencial del pueblo
judío está indicada en la primera mitzvá dada a ellos.
En Josué 5:10-11 está escrito:
“Estando los hijos de Israel acampados en Guilgal, celebraron el pesaj en
el día catorce del mes, por la tarde, en los llanos de Yerijó. Y el día
después del pesaj, ese mismo día, comieron del producto de la tierra,
panes sin levadura y cereal tostado.” 
En Éxodo 34:25 vemos como la palabra pesaj es usada más sobre la
celebración, que sobre el mismo animal, como está escrito:
“No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan leudado, ni se dejará
nada del sacrificio de la fiesta del pesaj hasta la mañana. ” 
Pero en la gran mayoría de las veces que la palabra pesaj aparece en las
Escrituras, hace referencia al mismo cordero.
La palabra hebrea pésaj viene de la raíz pasáj que significa “pasar por encima”,
“saltar”, en alusión a que el Eterno saltó por encima de las casas de los hijos de
Israel sin hacerles daño cuando mató a todos los primogénitos en Egipto.
12:12 “Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo
primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y
ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo soy HaShem. ” 
«No comáis parcialmente crudo ni cocido en el agua, sólo asado sobre
el fuego» (12:9)
La carne de los sacrificios debía ser comida por los cohanim de cualquier
manera que les agradara. Podían comerla cocida, a la parrilla o asada, etc.
(Rambam, Maase haKorbanot 10:10). ¿Por qué Hashem insistió que el Korbán
Pesaj debía ser comido sólo asado al fuego?
RESPUESTA: La carne parcialmente cruda o completamente cocinada
difícilmente tienen aroma. La carne asada, sin embargo, puede ser olida a la
distancia.
Los judíos fueron esclavizados en Egipto por muchos años y estaban
aterrorizados por sus amos egipcios. La orden de Hashem, de ofrendar un
cordero, el animal idolatrado por los egipcios, como un Korbán Pesaj, los
atemorizó. Con la intención de no despertar la ira de los egipcios, lo iban a
comer parcialmente crudo o completamente cocinado, esperando que los
egipcios no se dieran cuenta.
Consecuentemente Hashem le dijo a Moshé que le dijera al pueblo: «¡Basta! ¡Ya
es suficiente! Basta de caminar con sus cabezas gachas. Levántenlas y
enorgullézcanse del hecho de que ustedes son judíos y un pueblo libre. Asen el
sacrificio sobre el fuego, dejen que el aroma se sienta de un extremo a otro de
Egipto, y dejen que todo el país sepa que ustedes están sirviendo
orgullosamente a su Di-s»
– Los primogénitos representan el resto del pueblo, como está escrito en el
Salmo 136:10:
“Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su
misericordia” 
Como está escrito que la sangre será señal para los hijos de Israel, no para
otros, Rashí saca la conclusión de que la sangre fue puesta en la parte interior
de las casas, no hacia fuera.
La palabra hebrea para señal es ot  (alef, vav, tav). En este texto ha sido escrita
a propósito de manera incompleta, sin la letra vav, que significa “clavo”,
quedando así con la primera y la última letra del alefato hebreo. Esto nos
enseña que la sangre del cordero de pesaj es una señal incompleta para los
hijos de Israel.
Ese día se refiere al 15 de nisán, que es el día de remembranza, por causa de la
salida de Egipto que ocurrió entonces, cf. Números 33:3. Por esto el día 15 es
un día de fiesta al Eterno.
Deuteronomio 16:8 dice que hay que comer matsá durante un periodo de seis
días. Esto se interpreta que en el séptimo día no hay una obligación de
comer matsá (pan sin levadura), es opcional, siempre y cuando no se
coma jamets, algo leudado. La octava regla de interpretación de la Torá del rabí
Yishmael dice que todo lo que estaba comprendido dentro de una categoría
general y que luego fue destacado específicamente para enseñar algo, no fue
destacado solamente para enseñar algo con respecto a sí mismo, sino también
a todo lo implicado en la categoría general. Basándose en esta regla, Rashí
deduce que por ser opcional el comer matsá el séptimo día de la fiesta de los
panes sin levadura, así lo es también para los otros seis días de la fiesta. Pero
para la primera noche hay un mandamiento específico de comer matsá, y por
eso no es opcional, como está escrito en Éxodo 12:18:
“Por la noche comeréis pan ácimo” 
“desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas” – Rashí lo
traduce: “Pero en el día previo” – Se refiere al día previo a la fiesta del día 15.
Por esto es llamado aquí “primero”, en el sentido de que precede a la fiesta de
siete días. Hay otros ejemplos en las Escrituras cuando la palabra rishón,
“primero” tiene el mismo significado, cf. Job 15:7. En español existe algo similar
en la expresión “primero que todo” que da a entender que hay que hacer algo
antes de otra cosa. No está permitido tener jamets, algo leudado, en el
momento de sacrificar el pesaj, como está escrito en Éxodo 34:25:
“No ofrecerás la sangre de mi sacrificio (el cordero de pesaj)  con pan
leudado, ni se dejará nada del sacrificio de la fiesta del pesaj hasta la
mañana.” 
Esto nos enseña que hay que eliminar todo jamets durante la mañana del 14
de nisán. De aquí surgió la ceremonia de buscar todo resto de levadura la noche
del 14 de nisán (la noche anterior al día 14), cuando el padre de familia va
buscando con una vela por todo rincón de la casa. Cuando encuentra algo
leudado lo mueve con una pluma de un ave hasta una cuchara de madera para
luego atarlo en un pañuelo de lino. En la mañana siguiente se quema.
La Mishná dice:
“R. Yehudá dice: se hace la búsqueda en la noche del 14 o en la mañana
del 14 o en el momento en que ha de ser apartada. Los sabios dicen: si no
ha buscado en la noche del 14 debe hacerlo el día 14; si no buscó el día
14, debe hacerlo durante la fiesta; si no lo buscó durante la fiesta, debe
hacerlo después de la fiesta. Lo que se quiere dejar (para comer, regalar,
vender o quemar) hay que ponerlo en un lugar guardado para no tener
que hacer una búsqueda de nuevo. R. Meír dice: se puede comer durante
toda la hora quinta y se quema al comienzo de la hora sexta.”
La idea es que no puede haber jamets a partir del medio día el 14, cuando está
permitido sacrificar el cordero. Antes del mediodía tiene que estar eliminada
toda la levadura.
“su alma será cortada de Israel” – No se refiere a darle la pena de muerte,
sino que su alma es cortada de su relación espiritual con el pueblo de
Israel y con el Eterno, como está escrito en Levítico 22:3b:
“esa alma será cortada de mi presencia.” 
Durante la semana de la fiesta de los panes sin levadura, en hebreo jag ha-
matsot, hay dos días festivos, dos shabats, el primer día y el séptimo, los días
15 y 21 del mes. En cada uno de estos días hay que hacer una convocación de
santidad, mikrá kodesh. A diferencia del shabat semanal, en estos shabats está
permitido cocinar lo que se va a comer durante el día.
El proceso de fermentación en el pan representa el pecado. El pecado está
simbolizado por la esclavitud en Egipto. La salida de Egipto, que ocurrió justo
después del sacrificio del cordero de pesaj, está relacionada con el pan sin
levadura. Esto nos enseña que la muerte del Mesías produce libertad de la
esclavitud del pecado. El sacrificio del Cordero es la condición para poder
celebrar la fiesta de la libertad. Sin una persona no se apropia de la muerte del
Mesías, no será liberada de la esclavitud del pecado y de la muerte.
El extranjero, en hebreo guer, se refiere aquí al que ha hecho conversión
circuncidándose para ser parte de la congregación de Israel, cf. Levítico 24:16;
Números 15:13-16.

Quinta aliyá, 12:21-28


El ángel destructor fue enviado por HaShem, como esta en 1 Crónicas 21:15-16.
En la Torá aparecen cuatro tipos de hijos en relación con pesaj. Este es el
primero. Este es llamado “malo”, porque no se identifica con sus padres y su
pueblo al decir “vosotros”. Debería haber dicho “nosotros”. Los otros tres son
los siguientes:
 El que no sabe preguntar, que no dice nada, Éxodo 13:8.
 El ignorante, que dice “¿Qué es esto?”, Éxodo 13:14.
 El sabio, que dice: “¿Qué significan los testimonios y los estatutos y
los decretos que HaShem nuestro Dios os ha mandado?”,
Deuteronomio 6:20.

A cada uno de estos cuatro hay que enseñar en la cena de pesaj según la


capacidad de cada uno. La Mishná dice:

“Se sirve luego la segunda copa. Aquí pregunta el hijo al padre, y si el hijo
no tiene todavía conocimiento, el padre lo instruye: ¿en qué se diferencia
esta noche de todas las otras noches? En que todas las noches podemos
comer pan fermentado y pan ácimo; en esta noche, en cambio, ha de ser
todo ácimo; en que en todas las noches podemos comer todo tipo de
verdura, mientras en esta noche comemos (sólo) hierbas amargas; en que
en todas las noches podemos comer carne asada, hervida o cocida,
mientras que en esta noche sólo asada; en que en todas las demás
noches mojamos una sola vez, mientras que en esta noche dos veces. Él
comienza por el oprobio y termina con la gloria. Comenta el “un arameo
errante fue mi padre” (Deuteronomio 26:5s) hasta que termina toda la
perícopa.”
Vemos, por lo tanto, que al principio se mencionaba el cordero de pesaj en las
preguntas de los hijos, pero luego fue eliminado por causa de la destrucción del
templo y la diáspora por los cuales no podemos sacrificar pesaj.
Sexta aliyá, 12:29-51
Todos los primogénitos que había en la tierra de Egipto fueron heridos, cf.
12:12, no solamente de los egipcios. La única manera de ser liberado de esta
plaga era unirse con el pueblo de Israel y creer en la sangre del cordero. En
todas las casas había algún muerto. Según Rashí, implica también que el más
importante en cada casa fue considerado como primogénito, aunque no había
nacido primero, Salmo 89:27.
Fuera cualquiera la casa que existiera si había un primogénito este moría, ese
primogénito moría. Si no había primogénito, moría el jefe de la casa. Las
mujeres judías se prostituían con solteros y así tenían varios hijos de diferentes
padres, de modo que cada uno de los hijos era primogénito para el padre que lo
engendro. En otras palabras, caed mujer podía tener 5 o 6 primogénitos, cada
uno de madre diferente. Esto explica porque murieron los egipcios que en
apariencia no eran primogénitos.
Este primer Pesaj en Egipto fue una excepción, porque no había prohibición de
poseer productos fermentados durante pesaj. De modo que los israelitas
llevaron la más sin fermentar, a pesar de que tenían permitido hacerlo, porque
los egipcios los expulsaron y no le dieron tiempo de que se la llevasen leudad.
La materia existe por las chipas de divinidad que se insertan en ella para darle
vida. La vida no es exclusiva del reino animal o vegetal, pues también la materia
inerte requiere de vitalidad para existir, que no es otra cosa que aquella chispa
de divinidad a la que hemos aludido. Nuestra misión en la vida consiste en
liberar esa chispa, que se encuentra aprisionada en la materia y de ese modo
elevar a un plano espiritual superior, proceso que se conoce como sublimación,
refinamiento de la materia, de la materia.
En términos metafísicos, es a este concepto que alude la frase “vaciaron a
Egipto”: elevaron todas las chispas de divinidad allí disponibles. Y entonces tuvo
lugar el Exodo, pues entonces ya había cumplido su misión en esa tierra.
 – La liberación llevó el pueblo hasta Sucot. La fiesta de sucot es la última fiesta
en el programa de redención del Eterno, al final del año, como está escrito en
Éxodo 34:22b:
“la fiesta de la recolección al final del año.” 
La palabra hebrea que ha sido traducida como extranjero es toshav, que
significa “residente”, técnicamente llamado guer toshav. Este nombre se da a
un gentil que ha renegado de la idolatría y, según muchas autoridades, también
ha aceptado cumplir los siete mandamientos de los hijos de Noaj. El
jornalero, sajir, es cualquier gentil que no es un guer toshav. El Talmud dice:
“Toshav significa un no judío que ha abandonado los ídolos pero aún se le
permite ciertas cosas, como por ejemplo, cierto tipo de comidas que no es apta
para el judío. Sajir significa un no judío que ha sido circuncidado pero aún no ha
entrado en el mikveh (baño ritual para completar su conversión) ”.
En cualquier caso, toshav y sajir son personas que no son parte de la
comunidad de Israel.
En el verso 51 del capítulo 12 dice que Hashem saco a los israelitas de Egipto”.
La expresión “ese mismo dia” se refiere a la plena luz diurna. Si bien el faraón
ya había ordenado que los israelitas se fueran de Egipto, Hashem los saco
recién el medio dia siguiente, a plena luz del dia, para evitar dar la falsa imagen
de que huirían temerosos de allí – como quien huye amparándose de la
oscuridad -, sino por el contrario, abandonando a Egipto con todo el esplendor
de los milagros que el supremo obro con ellos a través de las plagas contra
Egipto para obtener su liberación.

Séptima aliyá, 13:1-16


“Todo primogénito me pertenece” Los primogénitos de animales puros, debían
sacrificarse en la ofrenda y la carne era para el sacerdote. En cambio. Los
primogénitos hermanos estaban consagrados al servicio divino. Sin embargo,
después del acto de idolatría del becerro de oro se les quito dicho privilegio a
los primogénitos, y en su lugar les fue concedido a los levitas, que no
participaron de dicho culto, A partir de entonces los primogénitos humanos son
rescatados por medio de 5 monedas de plata que se entregan un sacerdote. Es
la ceremonia que se conoce como Pidion Habeit 13:7  “
El padre de familia tiene la obligación de hacer un relato de la salida de Egipto
en la noche de la celebración de pesaj. Este relato es llamado hagadá.
Los cuatro textos de Éxodo 13:1-10; 11-16; Deuteronomio
6:4-9 y 11:13-21, son los que se llevan en los tefilín que se
colocan sobre la mano y en la cabeza durante la oración
matutina. La salida de Egipto debe ser algo que se recuerde
cada día y hay que llevar esta obra redentora en la mano y
entre los ojos. Debe ser parte de nuestras obras y debe ser la
base de nuestra visión. 
El asno es él es el único animal impuro que debe ser
redimido, pues de lo contrario debe ser decapitado, pues los primogénitos
egipcios fueron comparados a los asnos, Esto tiene como objetivo reafirmar en
nuestra memoria individual y colectiva el recuerdo de las bondades de Hashem.
Haber castigados a los primogénitos egipcios con el fin de conducirnos a la
libertad. Otro para el status especial que el versículo confiere a los asnos, es
aquellos al haber estado al servicio de los israelitas en el éxodo, como
transporte de cargas. En general cuando se redime un objeto sagrado, el objeto
sustituto asume es status sagrado del primero. Esta regla no es aplicable
cuando se redime el asno primogénito, donde el cordero sustituto pasa a ser
propiedad privada del sacerdote
La palabra hebrea que ha sido traducida como “insignias” es totafot, que se
refiere al tefilín de la cabeza, es difícil de entender. Hay varias propuestas dadas
por los rabinos, entre ellas “diadema” y “remembranza”.
Hasta ahora ha habido 23 de los 613 mandamientos de la Torá. Son las
siguientes:

1. Precepto de “fructificar y multiplicarse”, Génesis 1:28.


2. Precepto de la circuncisión, Génesis 17:10; Levítico 12:3.
3. Prohibición de comer el nervio ciático (guid hanashé), Génesis
32:33.
4. Precepto de consagrar el novilunio (la luna nueva), Éxodo 12:2.
5. Precepto de degollar la ofrenda de pesaj el 14 de nisán, Éxodo 12:6.
6. Precepto de comer la carne de la ofrenda de pesaj el 15 de nisán,
Éxodo 12:8.
7. Prohibición de comer la ofrenda de pesaj cruda o cocinada en agua,
Éxodo 12:9.
8. Prohibición de dejar la ofrenda de pesaj hasta la mañana siguiente,
Éxodo 12:10.
9. Precepto de eliminar cualquier producto leudado en nuestras
posesiones, Éxodo 12:15.
10. Precepto de comer matsá el 15 de nisán, primer día de la fiesta
de pesaj, Éxodo 12:18
11. Prohibición de que se halle jamets en nuestras posesiones durante la
fiesta de pesaj, Éxodo 12:19.
12. Prohibición de comer cualquier producto que
contenga jamets durante la fiesta de pesaj, Éxodo 12:20.
13. Prohibición de dar de comer de la ofrenda de pesaj a un judío
apóstata, Éxodo 12:43.
14. Prohibición de comer de la ofrenda de pesaj a un prosélito parcial
(un gentil que se circuncidó pero sin haberse inmerso en la mikvé) o
a un extranjero residente (un gentil que renegó la idolatría), Éxodo
12:45.
15. Prohibición de sacar la ofrenda de pesaj fuera de la casa, Éxodo
12:46.
16. Prohibición de romper cualquier hueso de la ofrenda de pesaj, Éxodo
12:46.
17. Prohibición de dar de comer de la ofrenda de pesaj a un incircunciso,
Éxodo 12:47.
18. Precepto de consagrar el primogénito de los animales en la tierra de
Israel, Éxodo 13:2.
19. Prohibición de comer jamets durante la festividad de pesaj, Éxodo
13:3.
20. Prohibición de que sea vista cualquier sustancia leudada en nuestras
posesiones durante la festividad de pesaj, Éxodo 13:7.
21. Precepto de relatar el éxodo de Egipto, Éxodo 13:8.
22. Precepto de redimir la cría primeriza del asno, Éxodo 13:13.
23. Precepto de decapitar la cría primeriza del asno si no es redimido,
Éxodo 13:13

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