Parashá 15 Bo
Parashá 15 Bo
Parashá 15 Bo
Haftará: Jeremías 46:13-28
Bo
Significa “ven”.
Después que Moshé advirtiera a Paró que al día siguiente una plaga de
langostas destruiría las cosechas de Egipto, los cortesanos lo instaron a que
permitiera la partida de los israelitas varones. Sin embargo, Moshé y Aharón
insistieron en que se autorizara a salir también a las mujeres, los niños y los
rebaños. Como resultado, fueron expulsados del recinto de Paró. Al día
siguiente, Moshé extendió su bastón y un viento del Este trajo a Egipto una
plaga de langostas que devoraron la vegetación del país. Después de presenciar
este desastre el faraón admitió su error y rogó a Moshé y a Aharón que rezaran
por la eliminación de la plaga. Así lo hicieron y un fuerte viento retornó una vez
más a su obstinada negativa.
Entonces Moshé produjo la plaga siguiente: una total oscuridad que envolvió la
tierra de Egipto durante seis días. Durante tres de ellos los egipcios ni siquiera
pudieron moverse. Sólo los israelitas tenían luz en sus viviendas. El caos
resultante de esa pesadilla fue demasiado para el faraón, quien ofreció dejar
que partieran los israelitas -hombres y niños- siempre que dejaran los rebaños
como garantía de que regresarían. Moshé rechazó esta condición y Paró le
prohibió que apareciera de nuevo ante su presencia. Moshé replicó que habría
una plaga final de efectos devastadores: ella les costaría la vida a todos los
primogénitos egipcios. Moshé y Aharón partieron entonces por última vez.
D-s informó a Moshé que la redención estaba próxima y que de allí en adelante
el año comenzaría en el mes de la liberación (Nisan). El décimo dia de este mes
cada jefe de familia debía apartar un cordero macho sin defectos, para
mantenerlo hasta la noche del día decimocuarto, ocasión en la que debía ser
sacrificado. Parte de la sangre sería salpicada sobre el marco de la puerta de
toda casa judía como señal de que sus habitantes eran israelitas. Esa noche, la
carne del sacrificio debía ser comida, cuando estuvieran asada, con pan sin
leudar y hierbas amargas. Todo lo que quedara en la mañana debía ser
quemado. Más aún, era menester comer apresuradamente y los comensales
debían estar preparados para iniciar un viaje. Aquella sería la noche en que
Hashem eliminaría a todos los primogénitos de Egipto, con excepción de los que
estaban en casas salpicadas con sangre de cordero. Desde entonces esa
festividad ha sido observada anualmente como Pésaj y es un permanente
recordatorio de la liberación de Egipto. Durante siete días se comería pan ázimo
y los días primero y séptimo de la festividad debían ser observados como una
asamblea sagrada, con la prohibición de hacer cualquier trabajo. El sacrificio de
las ofrendas de Pesaj debía ser observado en Canaán después de la conquista,
y su significación debía ser explicada a las generaciones siguientes.
Exactamente a medianoche, D-s eliminó a todos los primogénitos egipcios,
tanto hombres como animales. Paró y sus compatriotas se levantaron en mitad
de la noche para lamentarse amargamente por las pérdidas de vidas. Pidió
entonces a los israelitas que partieran, no ya como una orden real, sino con un
dejo de sometimiento, tal como Hashem lo había anticipado.
Los israelitas partieron con tal apresuramiento, que la masa del pan con
levadura no tuvo tiempo de leudar (desde entonces y para conmemorar este
hecho, los judíos han estado comiendo pan ázimo o matzá, en Pesaj). Eran
seiscientos mil hombres los que comenzaron el viaje y llevaron con ellos a sus
esposas e hijos. También transportaban una gran cantidad de oro y plata que
los egipcios les habían entregado. Los judíos recibieron orden de llevar un
korbán Pesaj el catorce de Nisán de cada año. También se les ordenó que
redimieran a sus hijos primogénitos varones en todas las generaciones futuras,
y que usaran tefilín (filacterias) «como señal en tu mano y como recordatorio
entre tus ojos», para que no olvidaran la salvación de los judíos en Egipto.
HaShem le dice a Moshé que venga al faraón. El Eterno ha hecho pesado los
corazones del faraón y sus siervos para hacer grandes señales que serán
contados a los hijos y a los nietos de los israelitas, y también para que los hijos
de Israel sepan que él es HaShem. Moshé y Aharón se presentan ante el faraón
y le pide que deje ir al pueblo hebreo. Si no lo hace vendrán langostas que
cubrirán la tierra y comerán lo que quedó del granizo y llenarán las casas. Será
algo que nunca se ha visto antes. Cuando Moshé sale, los siervos le dicen al
faraón que deje que el pueblo sirva a HaShem porque Egipto está destruido.
Hacen volver a Moshé y Aharón y el faraón les dice que vayan a servir a
HaShem. Al preguntar quiénes van a ir, Moshé contesta que irán con jóvenes y
ancianos, hijos e hijas, ovejas y vacas porque se va a hacer una fiesta al Eterno.
El faraón dice que están pensando hacer mal y sólo permite que los hombres
vayan. Luego expulsa a Moshé y Aharón de su presencia.
Por orden de HaShem Moshé extiende su mano y el Eterno hace soplar un
viento fuerte del oriente todo el día y toda la noche que trae langostas que se
asientan en todo el territorio de Egipto de modo que el país se oscurece. Las
langostas comen todo lo que quedó desde el granizo y no dejan nada verde. El
faraón llama a Moshé y a Aharón y reconoce su pecado ante ellos. Pide que se
le perdone y que oren para que se quite la langosta. Moshé ora y un fuerte
viento occidental arroja las langostas en el mar de Cañas (Rojo). Pero HaShem
fortalece el corazón del faraón el cual no deja ir a los hijos de Israel.
Por mandato de HaShem Moshé extiende su mano sobre el cielo y hay tinieblas
sobre todo Egipto durante tres días de modo que nadie se ve ni se levanta. Pero
los hijos de Israel tienen luz donde moran.
El faraón llama a Moshé y dice que pueden ir a servir al Eterno con los
pequeños, pero dejando el ganado. Moshé dice que el faraón también tendrá
que darles sacrificios y por eso el ganado tendrá que ir también. Pero HaShem
fortalece el corazón del faraón y no los deja. El faraón dice a Moshé que se
aparte y que no vuelva a ver su rostro, porque entonces morirá. Moshé dice que
habló bien porque no volverá a ver su rostro.
HaShem dice que va a traer una plaga más sobre el faraón y sobre Egipto y
entonces echará a los hijos de Israel completamente. El pueblo tendrá que pedir
de sus vecinos objetos preciosos. El Eterno hace que el pueblo gana el favor de
los egipcios. También Moshé es muy estimado en todo Egipto.
Moshé dice al faraón que HaShem va a salir por la noche por todo Egipto y
entonces morirá todo primogénito, de los hombres y del ganado. Habrá un gran
clamor en todo Egipto como nunca ha habido antes ni habrá después. Pero los
hijos de Israel no sufrirán daño, para que sepan como HaShem hace diferencia
entre Egipto e Israel. Todos los siervos del faraón se inclinarán ante Moshé
pidiendo que salga con el pueblo y entonces saldrá. Moshé sale del faraón
ardiendo en ira. El faraón no hace caso, para que las maravillas del Eterno se
multipliquen en Egipto. Moshé y Aharón han hecho todas estas maravillas ante
el faraón, pero HaShem ha fortalecido su corazón y no ha dejado salir de su
tierra a los hijos de Israel.
HaShem dice que este mes será el primer mes del año para los hijos de Israel.
El día diez del primer mes cada padre tendrá que traer a su casa un cordero o
un cabrito. El que tiene una familia pequeña podrá juntarse con el vecino más
cercano para que juntos puedan comer un cordero o un cabrito entero, según el
número de personas. El cordero o el cabrito será un macho, sin defecto, que
esté en su primer año. Será guardado hasta el día 14 para ser sacrificado por la
tarde. Parte de la sangre será puesta en los dos postes y en el dintel de la casa
donde lo coman. Hay que comer la carne esa noche, asada al fuego, junto con
pan sin levadura y hierbas amargas. No se puede comer crudo ni hervido, sino
asado, con cabeza, patas y entrañas. Nada puede ser dejado para la mañana
siguiente. Lo que quede tendrá que ser quemado en fuego. Hay que comerlo
rápido, vestido para salir. Esto es el pesaj del Eterno.
Esa noche HaShem pasará por Egipto para matar a todo primogénito. Todos los
dioses serán juzgados por El. La sangre será señal para los hijos de Israel.
Cuando HaShem vea la sangre saltará sobre ellos y ninguna plaga los tocará.
Ese día será recordada con la celebración de una fiesta al Eterno por todas las
generaciones.
Siete días se comerán panes sin levadura. Antes del primer día hay que quitar
toda levadura de la casa. La persona que coma algo leudado durante los siete
días será cortada de Israel. El primer día y en el séptimo días habrá santas
convocaciones. En esos días sólo se puede trabajar preparando la comida que
se va a comer.
Hay que guardar los panes sin levadura, porque en ese día HaShem sacó a los
ejércitos de Israel de Egipto. Ese día será guardado de generación en
generación. Se comerán panes sin levadura el primer mes desde el día 14 del
mes por la tarde hasta el día 21 del mes por la tarde. Está prohibido tener algo
leudado en casa durante ese tiempo y el que coma algo leudado será cortado
de la congregación, sea peregrino o nativo. Nada leudado se comerá, sino
panes sin levadura en todo lugar.
Moshé convoca a los ancianos y les da instrucciones para preparar y sacrificar el
pesaj. Tendrán que usar hisopo para manchar el dintel y los postes de la
puerta. No se puede salir por la puerta hasta la mañana. Cuando HaShem vea
la sangre pasará sobre la puerta y el ángel destructor no tendrá permiso para
entrar. Esta ordenanza será guardada para siempre en la tierra prometida.
Cuando los hijos pregunten sobre el significado este servicio, hay que
contestarles que es un sacrifico de pesaj al Eterno que pasó por nuestras casas
al herir a los egipcios. El pueblo hace reverencia para luego hacer tal como
HaShem ha mandado.
A la medianoche HaShem hiere a todos los primogénitos de Egipto. El faraón,
sus siervos y todos los egipcios se levantan y claman. En todo hogar hay
alguien muerto. El faraón llama a Moshé y Aharón diciéndoles que se vayan a
adorar a HaShem con todo lo que han dicho. Los egipcios apremian al pueblo
para que salga porque piensan que todos van a ser muertos. El pueblo toma la
masa sobre sus hombros antes de que se leude. Los hijos de Israel piden
objetos de valor y ropa de los egipcios, según las instrucciones de Moshé, y les
conceden lo que piden, despojando así a los egipcios.
Los hijos de Israel, que son unos 600.000 varones sin contar los niños, parten
de a pie de Ramsés hacia Sucot. Y con ellos sube una multitud mixta y mucho
ganado. De la masa cosen tortas de pan sin levadura. El tiempo que los hijos de
Israel habitaron en Egipto fue de 430 años exactos. Esa noche es vigilia para
HaShem para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas las
generaciones.
Ningún extranjero podrá comer del pesaj. Un esclavo de un israelita podrá
comerlo si se circuncida. Un peregrino o jornalero no podrá comerlo. Hay que
comerlo en una casa. No se puede sacar su carne fuera de la casa ni quebrantar
ninguno de sus huesos. Toda la congregación de Israel tendrá que hacer esto.
Si un residente quiere celebrar pesaj al Eterno, tendrá que circuncidar todo
varón de su familia. Él será como un nacido en el país. Ningún incircunciso
comerá de él. El residente y el nativo tendrán la misma ley.
Los hijos de Israel hacen tal como HaShem ha mandado a Moshé y Aharón y
ese mismo día HaShem los saca de Egipto en orden.
El Eterno habla con Moshé y dice que hay que consagrarle todo primogénito de
Israel, de hombres y de animales. Moshé dice al pueblo que se acuerde del día
cuando el Eterno los sacó de la casa de esclavos y no comerán nada leudado. El
mes de la espiga tierna es el de la salida. Cuando el pueblo es llevado a la tierra
prometida tendrá que hacer este servicio en ese mes. Hay que comer pan sin
levadura durante siete días. En el séptimo día hay fiesta para el Eterno. Nada
leudado se puede ver en todo el territorio. Cada uno tiene que contar a su hijo
que esto lo hace porque el Eterno le sacó de Egipto. Hay que poner esto como
señal en la mano y un recordatorio entre los ojos para que la Torá del Eterno
esté en la boca. De año en año hay que guardar esta ordenanza.
Al llegar a la tierra prometida hay que pasar al Eterno todo macho que abre
matriz tanto de hombre como de ganado. Los primogénitos de los asnos serán
redimidos con un cordero, o matados. Todo hijo primogénito será redimido.
Cuando el hijo pregunta sobre esto hay que decirle que el Eterno nos sacó con
mano fuerte de Egipto, la casa de esclavitud. Cuando el faraón no nos dejó,
HaShem mató a todo primogénito en Egipto, de hombres hasta animales. Por
eso se sacrifican todos los machos primogénitos de los animales al Eterno pero
todos los primogénitos de los hijos son redimidos. Esto será como señal en la
mano e insignias entre los ojos, porque HaShem nos sacó de Egipto con poder.
Comentarios
El faraón quería hacer que las mujeres y los niños se quedaran en Egipto
mientras que los varones se fueran a celebrar fiesta al Eterno. Esto no es
posible. Si la esposa y los hijos no pueden estar con nosotros, no podremos
celebrar una fiesta delante del Eterno. Los niños tienen que sentirse
bienvenidos y a gusto en nuestras celebraciones. Si no lo están, no estamos
haciendo las cosas bien. El faraón simboliza al satán y como tal intenta hacer
dos cosas:
Dividir la familia.
Apartar a los niños de los cultos.
Todas las celebraciones judías están diseñadas para que los niños puedan
sentirse involucrados en ellas. Por esto usamos mucha simbología y objetos de
culto para que nuestra enseñanza y nuestro servicio al Eterno sean fáciles de
asimilar para los pequeños.
(Los nombres de los meses que aparecen entre paréntesis son los que aparecen
en la Tora)
Los nombres de los meses romanos septiembre hasta diciembre nos muestran
que había una relación antigua entre el cómputo bíblico y el romano.
Septiembre corresponde al séptimo mes tishrí, octubre corresponde al octavo
mes jeshván, noviembre corresponde al noveno mes kislev, y diciembre
corresponde al décimo mes tevet. Luego hubo cambios en el calendario romano
y estos meses ya no corresponden al nombre que llevan. Septiembre ahora es
el noveno mes del año romano.
“Se sirve luego la segunda copa. Aquí pregunta el hijo al padre, y si el hijo
no tiene todavía conocimiento, el padre lo instruye: ¿en qué se diferencia
esta noche de todas las otras noches? En que todas las noches podemos
comer pan fermentado y pan ácimo; en esta noche, en cambio, ha de ser
todo ácimo; en que en todas las noches podemos comer todo tipo de
verdura, mientras en esta noche comemos (sólo) hierbas amargas; en que
en todas las noches podemos comer carne asada, hervida o cocida,
mientras que en esta noche sólo asada; en que en todas las demás
noches mojamos una sola vez, mientras que en esta noche dos veces. Él
comienza por el oprobio y termina con la gloria. Comenta el “un arameo
errante fue mi padre” (Deuteronomio 26:5s) hasta que termina toda la
perícopa.”
Vemos, por lo tanto, que al principio se mencionaba el cordero de pesaj en las
preguntas de los hijos, pero luego fue eliminado por causa de la destrucción del
templo y la diáspora por los cuales no podemos sacrificar pesaj.
Sexta aliyá, 12:29-51
Todos los primogénitos que había en la tierra de Egipto fueron heridos, cf.
12:12, no solamente de los egipcios. La única manera de ser liberado de esta
plaga era unirse con el pueblo de Israel y creer en la sangre del cordero. En
todas las casas había algún muerto. Según Rashí, implica también que el más
importante en cada casa fue considerado como primogénito, aunque no había
nacido primero, Salmo 89:27.
Fuera cualquiera la casa que existiera si había un primogénito este moría, ese
primogénito moría. Si no había primogénito, moría el jefe de la casa. Las
mujeres judías se prostituían con solteros y así tenían varios hijos de diferentes
padres, de modo que cada uno de los hijos era primogénito para el padre que lo
engendro. En otras palabras, caed mujer podía tener 5 o 6 primogénitos, cada
uno de madre diferente. Esto explica porque murieron los egipcios que en
apariencia no eran primogénitos.
Este primer Pesaj en Egipto fue una excepción, porque no había prohibición de
poseer productos fermentados durante pesaj. De modo que los israelitas
llevaron la más sin fermentar, a pesar de que tenían permitido hacerlo, porque
los egipcios los expulsaron y no le dieron tiempo de que se la llevasen leudad.
La materia existe por las chipas de divinidad que se insertan en ella para darle
vida. La vida no es exclusiva del reino animal o vegetal, pues también la materia
inerte requiere de vitalidad para existir, que no es otra cosa que aquella chispa
de divinidad a la que hemos aludido. Nuestra misión en la vida consiste en
liberar esa chispa, que se encuentra aprisionada en la materia y de ese modo
elevar a un plano espiritual superior, proceso que se conoce como sublimación,
refinamiento de la materia, de la materia.
En términos metafísicos, es a este concepto que alude la frase “vaciaron a
Egipto”: elevaron todas las chispas de divinidad allí disponibles. Y entonces tuvo
lugar el Exodo, pues entonces ya había cumplido su misión en esa tierra.
– La liberación llevó el pueblo hasta Sucot. La fiesta de sucot es la última fiesta
en el programa de redención del Eterno, al final del año, como está escrito en
Éxodo 34:22b:
“la fiesta de la recolección al final del año.”
La palabra hebrea que ha sido traducida como extranjero es toshav, que
significa “residente”, técnicamente llamado guer toshav. Este nombre se da a
un gentil que ha renegado de la idolatría y, según muchas autoridades, también
ha aceptado cumplir los siete mandamientos de los hijos de Noaj. El
jornalero, sajir, es cualquier gentil que no es un guer toshav. El Talmud dice:
“Toshav significa un no judío que ha abandonado los ídolos pero aún se le
permite ciertas cosas, como por ejemplo, cierto tipo de comidas que no es apta
para el judío. Sajir significa un no judío que ha sido circuncidado pero aún no ha
entrado en el mikveh (baño ritual para completar su conversión) ”.
En cualquier caso, toshav y sajir son personas que no son parte de la
comunidad de Israel.
En el verso 51 del capítulo 12 dice que Hashem saco a los israelitas de Egipto”.
La expresión “ese mismo dia” se refiere a la plena luz diurna. Si bien el faraón
ya había ordenado que los israelitas se fueran de Egipto, Hashem los saco
recién el medio dia siguiente, a plena luz del dia, para evitar dar la falsa imagen
de que huirían temerosos de allí – como quien huye amparándose de la
oscuridad -, sino por el contrario, abandonando a Egipto con todo el esplendor
de los milagros que el supremo obro con ellos a través de las plagas contra
Egipto para obtener su liberación.