49 El Carnero y El Macho Cabrio 20-01-23
49 El Carnero y El Macho Cabrio 20-01-23
49 El Carnero y El Macho Cabrio 20-01-23
0. Contenido .......................................................................................................................................... 2
1. Introducción General ......................................................................................................................... 3
2. Estructura del Tratado Teológico ...................................................................................................... 3
3. Mapa General de Tratados ................................................................................................................ 5
4. Mapa del Tratado .............................................................................................................................. 6
5. Propósito del Tratado ........................................................................................................................ 7
6. Desarrollo del tema ........................................................................................................................... 7
6.1. Introducción............................................................................................................................ 7
6.2. Fondo histórico del relato ....................................................................................................... 8
6.3. La visión ................................................................................................................................. 9
6.4. Interpretación profética ........................................................................................................ 11
6.4.1. El carnero medo-persa ............................................................................................. 12
6.4.2. El querubín cubridor revela el significado ................................................................. 16
6.4.3. El macho cabrío griego ............................................................................................. 16
6.4.4. Un detalle sobre el cuerno pequeño ......................................................................... 24
6.4.5. Un cuadro resumen .................................................................................................. 25
7. Material complementario ................................................................................................................. 25
7.1. El imperio medo-persa ......................................................................................................... 25
7.1.1. El imperio de Media .................................................................................................. 25
7.1.2. El surgimiento persa ................................................................................................. 27
7.1.3. Genealogía de los principales reyes persas ............................................................. 27
7.1.4. Ciro II el Grande y la profecía ................................................................................... 28
7.1.5. Ciro y la caída de Babilonia ...................................................................................... 30
7.1.6. El desarrollo del imperio hasta Darío I el Grande ..................................................... 33
7.1.7. Los tiempos intermedios ........................................................................................... 35
7.1.8. El decaimiento del imperio ........................................................................................ 38
7.2. La religión persa................................................................................................................... 38
7.3. El surgimiento del imperio greco-macedónico...................................................................... 39
7.3.1. Grecia: algunos antecedentes .................................................................................. 39
7.3.2. Las Guerras y la aparición de Macedonia ................................................................. 41
7.3.3. Alejandro y la expansión del imperio ........................................................................ 42
7.4. El imperio desmembrado ..................................................................................................... 43
La búsqueda del conocimiento de Dios y su propósito para el hombre constituye la más apasionante de las
aventuras que la mente humana pueda proponerse. El reto de encontrar en el libro sagrado aquel hilo de oro del
plan de salvación recompensará al estudioso, que podrá comprender la majestuosidad del esfuerzo de Aquél que
“no escatimó ni a su propio hijo” (Romanos 8: 32).
El conjunto de tratados sobre temas bíblicos, del que usted tiene en sus manos uno de los estudios, ha sido
preparado para proveer al miembro laico de la Iglesia Adventista del Séptimo Día del conocimiento requerido para
enseñar a otros acerca de cómo crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2
Pedro 3: 18) así como para “presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón
de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3: 15).
El autor es miembro regular de la Iglesia Adventista del Séptimo Día desde 1977, anciano de iglesia desde
1979, esposo, padre y abuelo, con el gozo de tener a toda su familia en “la fe que ha sido una vez dada a los
santos” (Judas 1: 3) y que además suscribe totalmente las 28 doctrinas oficiales de la misma.
Al inicio de cada tratado le presentaremos la estructura general del conjunto de estos utilizando un diagrama
de bloques numerado, llamado Mapa General de Tratados. Este gráfico (que aparece en la subsiguiente página)
le permitirá ver dónde encaja el tratado que tiene en sus manos en relación con los otros temas. Para facilitar su
ubicación además de la numeración, este estará marcado en color diferente de los demás. Coleccione los temas,
actualícelos y ordénelos en esta secuencia si le parece útil a su propio desarrollo del conocimiento.
Los números en cada bloque establecen simultáneamente el orden de creación de estos tratados y la
dependencia lógica también entre ellos. Los bloques del número 70 en adelante representan, a su vez, un conjunto
de tratados especiales. Los he agrupado en 6 grandes temas:
La lectura de estos temas le dará el marco referencial para entender los tratados más temáticos. Estos otros
temas tienen su propia estructura que guardará relación con la aquí mencionada.
Luego del diagrama del conjunto, encontrará usted un diagrama de bloques del estudio propiamente dicho,
llamado Mapa del Tratado, donde podrá notar lo siguiente:
a. Cada bloque del diagrama indica el versículo o versículos de referencia en la parte inferior y una
breve frase que corresponde con la lógica de su inclusión en el tema.
Al finalizar esta fase gráfica usted encontrará el estudio en detalle, que seguirá hasta donde sea posible, la
estructura del diagrama de bloques. Algunos materiales complementarios al estudio se incluirán al final. Le
recomiendo que los lea con anticipación para encontrar el momento exacto para incluirlos en su exposición.
Hasta donde me ha sido posible he presentado la fuente de algunos de estos temas para que pueda
extender su comprensión revisándolos. No pretendo conocer todo lo que estas fuentes tratan sobre el tema, por lo
que lo aliento a profundizar y comentarme cómo mejorar este contenido. He incluido algunas imágenes halladas
en Internet para hacer más amena su lectura, espero le agraden.
Cuando no se indique lo contrario las citas de la Santa Biblia corresponden a la versión Reina-Valera 1960,
mi favorita. Alguna vez incluiré otras versiones para comparar o ampliar la comprensión de un texto.
Cuando usted desarrolle un estudio bíblico sobre este tema con personas que no pertenecen a la Iglesia le
recomiendo que use la sección correspondiente al estudio (con los versos incluidos en el diagrama de bloques) sin
presentar las declaraciones del Espíritu de Profecía. Comente los materiales complementarios conforme surjan en
la exposición, así como en la fase de preguntas y respuestas.
He preparado también un archivo que incluye todos los diagramas de bloques de los tratados de manera
que le sirvan de ayuda memoria cuando presente el tema. También he creado un archivo con una copia de todos
los contenidos de los tratados de manera que pueda revisarlos sin abrir cada uno de los documentos, en caso esté
buscando un subtema específico.
Permítame, como hasta ahora, que durante el estudio me dirija a usted en forma personal. Creo que así es
como nuestro Salvador hablaba con aquellos a quienes amaba y deseaba salvar. Seguramente usted hará lo
propio con aquellos que le escuchen con este propósito.
Este es un material gratuito que seguramente ha llegado hasta usted por alguien que lo aprecia y desea
que conozca aún más a Jesús y su maravilloso plan de salvación. Difúndalo de la misma manera, ya que “de gracia
recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10: 8).
05 30 31
50 51 52
El Espíritu Los dones El don de
Las 7 iglesias Los 7 sellos Las 7 trompetas
Santo espirituales lenguas
32 47 49 53
48 55
El Don de La estatua de El carnero y el El cuerno
Las 4 Bestias El Anticristo
Profecía Nabucodonosor macho cabrío pequeño
33 56
54
Profecías Las 70
Los 1260 años
mesiánicas semanas
57 60 61
59 62
El juicio La Apostasía El Tiempo
El sellamiento El milenio
investigador final de Angustia
16 18 58 40
02 04 15 17
Muerte La Segunda Los libros La Gran
La Divinidad El Hijo La Encarnación La Resurrección
Vicaria Venida del cielo Comisión
13 19 41
El Ángel Señales de la Historia
de Jehová Segunda Venida de la IASD
42
03 14 34 35
Organización
El Padre El Amor La Redención La Conversión
Eclesiástica
29 36 43
09 37 38 39
Los libros Justificación Disciplina
El Pecado Santificación El Bautismo La Iglesia
apócrifos por la fe Eclesiástica
06 08 44
01 10
La Ley El origen Diezmo &
La Santa Biblia La Muerte
de Dios del pecado Ofrendas
28
26 27 45
Posesión
Los Ángeles Espiritismo El matrimonio
demoníaca
25 46
07 24
La Cena Estilo Cristiano
El Sábado La Adoración
del Señor de Vida
12
La Oración
63
11 20
La tierra
La creación El diluvio
nueva
21 22 23
El Santuario Nuestro Sumo La ley
Celestial Sacerdote ceremonial
70 80 90
75 85 95
Religiones Armonía de los Biografías
Cronología Genealogía Historia
Comparadas Evangelios Bíblicas
Visión en el
tercer año de El imperio de El surgimiento
Belsasar Media persa
Dan 8: 1
Un cuerno
Un carnero
pequeño La religión Ciro II el Grande
poderoso
que surge persa y la profecía
Dan 8: 23 Dan 8: 3, 4
Una visión
Gabriel aparece Al fin
para el Ciro y la caída
en escena de la ira
tiempo de fin de Babilonia
Un cuerno
4 cuernos Un triunfo Un veloz
pequeño
= 4 reinos sorprendente macho cabrío
que surge
Grecia: algunos
antecedentes
Los tiempos
intermedios
6.1. Introducción
En dos tratados precedentes hemos presentado la explicación de la profecía del sueño de la estatua
que tuvo el rey Nabucodonosor II, sueño que fue interpretado por Daniel, así como el sueño de Daniel que
ve a 4 terribles bestias surgiendo de un mar agitado. Estos mensajes dados al rey y al profeta por Dios
tenían como propósito señalar que el Altísimo gobierna el destino de las naciones y que otorga a cada una
de ellas un tiempo en la historia.
Este gobierno omnímodo de Dios queda evidenciado al estudiar estas profecías desde un punto de
la historia que nos permite comprobar su matemático cumplimiento. Lo que para nosotros hoy es historia
comprobada, para el profeta era una luz que alumbraba el devenir de los acontecimientos anticipando lo
que ocurriría durante unos 25 siglos. No sorprende, por lo tanto, la perplejidad del rey y del profeta al recibir
de Dios los propósitos para naciones que, en algún caso, no habían surgido como aparentes líderes de la
lucha por el poder.
La profecía que trataremos ahora añade nuevas características de los imperios en conflicto en los
sueños anteriores y robustece la seguridad que no solamente Dios gobierna, sino que ha dejado esta
información para que no tengamos duda que la profecía que está aún para nosotros en el futuro, sin duda
se cumplirá. Si no la ha hecho ya, le sugiero que lea los dos tratados precedentes antes de este, pues
mucha de la lógica de aquellos le resultará indispensable para facilitar su comprensión del presente.
Como en el caso del tratado anterior, por asuntos relacionados al método trataremos el tema del
cuerno pequeño (que forma parte también de esta visión) en un documento posterior, cuando debamos
relacionarlo con otras revelaciones que son temáticamente coincidentes. Por lo tanto, haremos solamente
una referencia (que se añadirá a la ya mencionada) que nos servirá de soporte cuando lo ampliemos en el
tratado correspondiente que lleva su nombre. Por otro lado, dejaremos la profecía de los 2,300 días de
tarde y mañana para cuando tratemos en otro estudio el tema del juicio investigador. Aunque estos asuntos
están indisolublemente ligados, haremos, como en el caso del cuerno pequeño, una separación de los
conceptos en razón del método empleado y para no extender en demasía la dimensión de cada uno de los
tratados mencionados. Gracias por su comprensión.
Daniel 8 presenta proféticamente dos grandes conflictos que iban a ocurrir en el tiempo. El
primero era el enfrentamiento de Persia contra Grecia. En la visión, el profeta vio a cada uno de
estos dos poderes representados por un animal. Un carnero simbolizaba a Persia (8: 3, 20), y un
macho cabrío simbolizaba a Grecia (versículos 5, 21). El choque de estos dos poderes fue
representado por el combate cabeza contra cabeza entre los dos animales. Grecia ganó, y el carnero
persa fue derribado al suelo y pisoteado por el macho cabrío (versículos 6, 7).
El segundo gran conflicto presente en Daniel 8 confronta a Roma contra las fuerzas del cielo.
Roma está representada por el símbolo de un cuerno pequeño (versículo 9). Históricamente
hablando, Roma existió en dos grandes fases: la fase clásica o imperial, la Roma de los césares
[antes la época de la república], y posteriormente la fase religiosa o espiritual, la Roma de los papas.
Si bien la profecía simboliza ambas fases de Roma, el énfasis está sobre la segunda fase.
Esta lucha prolongada relacionada con el Santuario habría de continuar por un período
prolongado de tiempo: 2.300 tardes-mañanas, o días (versículo 14), que equivalen a 2.300 años
históricos… No se nos muestra el fin completo de esta fase del conflicto; se espera el cuadro
La visión de Daniel le es dada unos dos años después de la visión de las 4 bestias, esta vez no
mediante un sueño sino como una visión, es decir mientras estaba despierto. Esto nos permite además
analizar las diferencias entre los efectos sobre el profeta que tienen estos dos métodos (sueños y visiones)
de comunicación de la Deidad con el hombre.
En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después
de aquella que me había aparecido antes.
Daniel 8: 1
De acuerdo a esta tabla, puede entonces establecerse que el tercer año de Belsasar (como
corregente con su padre Nabonido) sería el 551/550 AC, esto es casi 52 años después del sueño de la
estatua. Por lo tanto, Daniel, que tendría 18 años cuando interpretó el sueño de Nabucodonosor, sería
ahora un hombre de unos 70 años de edad.
En 553 AC, mientras [Nabonido] combatía en la Palestina oriental, cayó enfermo y fue al
Líbano para curarse. Inmediatamente llamó a su hijo Belsasar y le confió el reino. De este modo
procuró garantizar la perpetuidad de su casa real, para que de esa forma ningún usurpador fuera
puesto en el trono de Babilonia durante su ausencia. Así estuvo libre para llevar a cabo nuevos
planes de expansión de su imperio. Mientras tanto, Belsasar regresó a Babilonia y a principios del
552 AC (probablemente…) reinó como corregente sobre las provincias centrales en nombre de su
padre.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 50
Sin embargo, algunos otros estudiosos consideran que Belsasar recién fue nombrado corregente
unos 3 años después (550/549 AC, años de primavera a primavera del hemisferio norte). Pareciera ser que
esta fecha es más probable que la anterior, por lo que la usaremos como referencia en adelante, con lo que
Belsasar pasaría a tener 11 años y no 14 como corregente con su padre Nabonido, para el periodo del 550
al 539 AC, fecha de la caída del imperio.
Ahora se sabe que Belsasar no fue rey en un período posterior al de Nabonido su padre, sino
que fue corregente con éste y reinó en su nombre. Se han encontrado 98 tablillas que identifican a
Belsasar como hijo mayor del rey y como su representante cuando éste se ausentó a Tema, en el
noroeste de Arabia, probablemente desde el año 3º hasta el 11º de Nabonido. En el “Relato persa
de Nabonido, en verso”, se cuenta que este rey “confió el reino” a su hijo mayor “en el tercer año”.
Por lo general, se entiende que debe tratarse del tercer año de su reinado (553/552 AC, de primavera
a primavera); sin embargo, algunos han pensado que “el tercer año” sería el tercero después de la
terminación de un templo en Harán. Puesto que el texto dice que Nabonido confió el reino a su hijo
cuando estaba por emprender la conquista de Tema, y siendo que estuvo en Tema antes del 7º año
de su reinado, esto no podría haber ocurrido después del año 6º (550/49). De esta manera Belsasar
fue en realidad, por algunos años, un rey de Babilonia inferior a su padre en categoría, pero no en
poder. Las tablillas escritas durante su administración llevan como fecha los años de Nabonido, su
padre, como rey del país. De este modo Belsasar, hijo y corregente, y segundo gobernante bien
podía ofrecer a Daniel el puesto de “tercer señor en el reino” (Daniel 5: 16, 29).
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 97, 98
Si esta fuera la fecha del tercer año de Belsasar, 548/547 AC, la visión del carnero y el macho cabrío
de Daniel habría ocurrido 55 años después del sueño de la estatua y el profeta tendría 73 años. En realidad,
la edad del profeta (70 o 73 años) solamente sirve, además de colocar en contexto histórico al relato del
libro, como referencia acerca del largo periodo en que Daniel fue considerado como un funcionario
ocupando un importante puesto en la corte de Babilonia, a pesar de ser un cautivo, y pertenecer a una etnia
En su introducción a esta visión, Daniel dice que Dios le dio la visión en el "año tercero del
reinado del rey Belsasar" (8: 1). En relación con nuestro calendario, el año tercero de Belsasar
equivale aproximadamente al 548 AC. En ese tiempo, se estaban desarrollando cambios importantes
en el Cercano Oriente. Babilonia estaba en declive y Persia estaba en ascenso. En esta visión, Dios
le muestra a Daniel cuán lejos llegaría Persia. Pero, más aún, también le muestra los poderes que
seguirían a Persia.
Las visiones registradas con anterioridad en Daniel llegaron en la forma de sueños durante
la noche. Esto fue cierto en el caso de Nabucodonosor (2: 1; 4: 5) y de Daniel (7: 1). Pero la visión
del capítulo 8 llega a Daniel durante el día. El profeta pareciera estar en Susa, o Shushan, en la
provincia oriental de Elam (versículo 2). Este es el mismo lugar donde ocurrieron los eventos del
libro de Ester (Ester 1: 2).
Elam era un Estado fronterizo entre Babilonia y Persia. A veces estuvo bajo el control de
Babilonia; otras veces estuvo bajo el control de Persia. Y en otras ocasiones permaneció libre e
independiente de ambos poderes.
En la visión, Daniel pareciera transportarse de Babilonia hacia el oriente, hasta que llegó a
detenerse en la ribera occidental del río Ulai, cerca de Susa.
William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 174
Mientras que los sueños anteriores ocurren en la capital del imperio neobabilónico, la visión parece
transportar a Daniel al futuro, al tiempo en que el imperio medo-persa sería el amo del mundo, pues al
profeta le parece encontrarse en Susa, y cerca de las orillas del río Ulai, mientras que otro río, el Hidekel,
sería también escenario de otra visión del profeta ya en tiempo de gobierno medo-persa.
Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de
Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai.
Daniel 8: 2
Ahora bien, Daniel 8: 1, 2 nos dice que el profeta en su visión creía estar de pie junto al río
Ulai, un canal de unos trescientos metros de ancho que pasaba cerca de la antigua ciudad de Susa.
Lo importante es que estaba ubicado en las proximidades de una comunidad, Susa, que iba a figurar
en forma prominente como depósito de tesoros y capital de invierno del Imperio Medopersa. En
forma simbólica, entonces, el profeta fue trasladado a la época medopersa.
C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 155
Como en el capítulo 7, el profeta observa al animal cerca del agua. En el capítulo 7 era el
"mar", el Mediterráneo. Aquí, es solamente un río próximo a la ciudad de Susa, quizás hasta un
canal, como lo da a entender el término hebreo ubal (Daniel 8: 2), que significa "conducir". El capítulo
7 hace que la visión se extienda por todo el Mediterráneo. Aquí no va más allá de los confines del
Imperio Persa. En cuanto a la ciudad de Susa, a 370 kilómetros al este de Babilonia, posteriormente
llegaría a ser una de las capitales más ricas de los reyes persas, su residencia favorita, donde
guardaban todos sus tesoros. La presencia de un canal ya sugiere prosperidad. En el mundo
babilónico, los canales servían como base para la riqueza y la abundancia de la agricultura. Una
inscripción de Nabucodonosor se refiere al canal de Babilonia llamado Libil khigalla, "que traiga
abundancia". La palabra libil ("lo que trae") deriva de la misma raíz de la palabra ubal (río, canal).
Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 122
6.3. La visión
La visión del carnero y el macho cabrío abunda en más detalles sobre el desenvolvimiento de los
dos imperios que las anteriores revelaciones (por sueño) de la estatua y las cuatro bestias. Aunque aparece
información sobre algunos de los mismos reinos y otros poderes ya mencionados, es la primera vez que el
mensajero celestial que acompaña al profeta en la visión identifica con su nombre a algunos de estos
poderes, por lo que se reduce la necesidad de interpretación de los símbolos y al mismo tiempo se confirma
las conclusiones de los sueños antes mencionados.
…la estructura literaria de Daniel 8 presenta un paralelismo temático entre las primeras tres
secciones de este capítulo (Daniel 8: 1-16) y las tres últimas del mismo (Daniel 8: 18-27). Luego,
en el centro de la estructura, aparece la exhortación del ángel Gabriel al profeta Daniel, de que
La expresión “tiempo del fin”, que aparece por primera vez en esta visión (Daniel 8: 17), se
repite cuatro veces más en la última visión de Daniel (Daniel 11: 35, 40; 12: 4, 9). Aquí es donde se
revela cuando comenzaría ese tiempo (Daniel 12: 7) y cuando terminaría (Daniel 12: 1-3, 13). El
“tiempo del fin”, como se demostrará más adelante, es una expresión netamente escatológica y se
refiere al período final de la historia de nuestro mundo. Dicho período se inició en 1798 DC, cuando
los “tres tiempos y medio” de Daniel 7: 25 se cumplieron (cf. Daniel 12: 7), y concluirá. cuando
Miguel se levante del santuario celestial para:
La visión de Daniel 8, al igual que las visiones de Daniel 2 y 7, es una profecía simbólica y
de largo alcance. Decimos que es simbólica porque ella presenta su mensaje, en gran parte, a través
de figuras visibles (animales) y figuras de pensamiento (lenguaje figurado). Es decir, los elementos
simbólicos de esta visión cumplen la función de representar realidades que están fuera de ellos
mismos y, por lo tanto, no deberían interpretarse de manera literal, sino simbólica. Afortunadamente,
los animales simbólicos o el lenguaje figurado que aparecen en la primera parte de la visión (8: 3-
14) son explicados en la segunda parte de la misma (Daniel 8: 20-26) o en las otras visiones que se
le presentaron al profeta posteriormente (Daniel 9: 24-27 y 11: 2-12: 13). La explicación de esos
símbolos o figuras que aparece en Daniel 8: 20-26, o en las visiones posteriores, es de suma
importancia y de mucho valor para el lector, ya que dicha explicación nos ayudará a entender los
símbolos de una manera más adecuada. Por otro lado, decimos que la visión de Daniel 8 es de
largo alcance porque su mensaje profético abarca desde el tiempo del imperio Persa (8: 20) hasta
el fin de la historia de nuestro mundo (Daniel 8: 23-25).
Samuel Núñez, Las Profecías Apocalípticas de Daniel, 32, 33
Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y
aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el
carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante
de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía
conforme a su voluntad, y se engrandecía. Mientras
yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía
del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra,
sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un
cuerno notable entre sus ojos. Y vino hasta el
carnero de dos cuernos, que yo había visto en la
ribera del río, y corrió contra él con la furia de su
fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó
contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el
carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él;
lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo
quien librase al carnero de su poder. Y el macho
cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando
en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue
quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro
cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.
Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que
creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra
gloriosa. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo;
y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra,
y las pisoteó. Aún se engrandeció contra el príncipe
de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo
sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por
tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado
el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por
tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los
santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la
prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta
dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Y aconteció que mientras
yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con
apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel,
Quisiera que recuerde que Gabriel menciona que esta visión “es para el tiempo del fin” y que, por lo
tanto, al igual que los sueños que hemos mencionados ocupan el mismo periodo desde la época del profeta
hasta el fin de los tiempos, pasando por el nuestro. Aunque en este tratado nos ocuparemos de la porción
histórica de los imperios medo-persa y griego, no debemos olvidar que todo esto se proyecta sobre un fondo
que incluye los eventos finales, desde la perspectiva del santuario celestial.
Otro aspecto destacable de esta narración es la condición del profeta, que luego de visión quedó
“quebrantado” y estuvo “enfermo algunos días”. Esta es, como hemos mencionado cuando estudiamos el
Espíritu de Profecía la condición del profeta como consecuencia de una visión. Hemos presentado la visión
completa, pero nos concentraremos en la primera mitad dejando, como mencionamos el tema del “cuerno
pequeño” y las referencias a las “dos mil trescientas tardes y mañanas” que serán motivo de otros tratados.
Pero no bien hubo explicado Gabriel el significado de las bestias y los cuernos, se dio cuenta
de que tenía que suspender su conversación. El cuadro que había pintado le causó un desmayo al
profeta, que para aquel entonces ya era anciano. La visión terminó y Daniel dice con pesar, casi
como un chico que no puede hacer sus deberes: "Seguía perplejo por la visión, que no se podía
comprender" (versículo 27).
Este es el vacío que llenará Daniel 9, algunos años más tarde. Cuando Daniel se dedicó con
alma y vida a la comprensión de la parte relativa al tiempo en la profecía, Gabriel apareció de nuevo
y le explicó que había acudido para "ilustrar tu inteligencia". Al decirle una vez más "entiende la
visión", el ángel se puso inmediatamente a explicarle el símbolo de ese tiempo profético,
exactamente en el punto donde había suspendido la aclaración al final del capítulo 8.
C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 151
Mientras que en el sueño de las 4 bestias (león alado, oso, leopardo con cuatro alas, la bestia
irreconocible y terrible) los animales que representan a los reinos pertenecen a la categoría de animales
inmundos (que no se deben comer, y que no se utilizan como víctimas en el servicio del santuario); en la
visión que nos ocupa los animales que aparecen son animales limpios, pues el trasfondo de la visión es la
lucha que involucra al cuerno pequeño en su oposición a lo que ocurre en el santuario celestial.
Consideremos también que en la visión hay un elemento clave: los cuernos, tanto del carnero como
el macho cabrío, incluyendo en este último al cuerno notable, a los cuatro que surgen de este cuando se
quiebra, así como del cuerno pequeño que aparece en escena luego.
(Hebreo: qeren, "cuerno" [de macho cabrío, de carnero o de cualquier animal]; arameo: qeren,
“cuerno" [de carnero o de cabra]; hebreo: shôfâr [cuerno de carnero]; griego: kéras [Lucas 1: 69,
DHHI).
Como Palestina era un país ganadero, desde el comienzo de su historia los israelitas usaron
los cuernos de sus animales de diversos modos.
La visión de Daniel se centra primero en un carnero poderoso, exitoso, victorioso, que parece
invencible. Daniel se centra en los cuernos del carnero, que parecen los centros de poder del recio
animal, pues con ellos “hería” a sus enemigos en 3 direcciones que quedan registradas en el relato:
oeste, norte y sur. La referencia a que “ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien
escapase de su poder” denota la superioridad bélica que se traduce en una expansión de sus
dominios y en la consolidación de su poder, de una manera que parece incontrastable. Este poder
imponía su voluntad a todo el mundo y “se engrandecía”.
Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y
aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el
carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante
de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.
Daniel 8: 3, 4
Gabriel, el ángel más exaltado, el querubín cubridor, que reemplazó en esa posición al caído
Lucero, hoy Satanás, revela, en este mismo capítulo, a Daniel de qué poder se trata. No se necesita
en este caso echar mano a la historia y hacer comparaciones para determinar a quién se refiere: el
imperio medo-persa. Al que vimos en los sueños proféticos anteriores que reemplazaba en el
dominio al imperio neobabilónico. Quisiera que note que, en esta visión, Daniel ya ve al carnero
engrandeciéndose y no hay referencias al poder anterior, Babilonia, como si ya fuera evidente su
caída. Daniel parece históricamente ubicado (en la visión, se entiende) en tiempos de dominio del
carnero medo-persa.
En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de
Persia.
Daniel 8: 20
A pesar que la identificación del carnero con el imperio medo-persa no deja duda, es
interesante notar que la descripción de este poderoso animal permite identificar las características
de este imperio con mayor especificidad que cuando nos fue presentado como el reino de plata de
la estatua (dos brazos, dos poderes en el interior) o como un oso que se levanta de un lado más que
del otro (que es comparable con los cuernos que crecen a diferente velocidad y alcanzan una distinta
dimensión también). El surgimiento posterior de los persas (unos doscientos años después unieron
sus casas reales con los medos) y el dominio que ejercieron desde la época de Ciro es presentado
por los “dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto
creció después”. Señalamos, entonces, que, aunque se trata de dos etnias, dos poderes en el
interior, ambos son representados por una bestia, lo que implica una imagen simbólica compleja.
El primer animal simbólico que aparece en la visión de Daniel 8 es un carnero con dos
cuernos (8: 3, 4). Éste, según Daniel 8: 20, se refiere a los reyes de “Media y Persia”. Al analizar
esta expresión, notamos que tiene características propias de un recurso literario que los antiguos
utilizaron para expresar un solo concepto, pero complejo. Dicho recurso es conocido como
“hendiadys” y se compone de dos sustantivos que se unen por la conjunción “y”. Estos elementos
gramaticales son los mismos de la expresión “Media y Persia”, y por esta razón consideramos que
esa expresión es un “hendiadys”. Es decir, la expresión “Media y Persia” cumple el propósito de
indicar un solo reino o imperio (un concepto), que estaba formado por dos pueblos o razas: los
Medos y los Persas (complejidad del concepto). Este reino fue el que conquistó al imperio babilónico
en el año 539 AC, y se convirtió en el segundo de los cuatro grandes imperios (Babilonia, Medo-
Persia, Grecia y Roma).
El carnero viene entonces de oriente y golpea con invariable eficacia a los otros 3 puntos
cardinales, y los imperios caen ante él: Lidia, Babilonia y Egipto. Le comentaré que tengo algo en
común con Ciro, yo también conquisté a Lidia (así se llama mi esposa), aunque creo que fue bastante
más fácil (lo de Ciro, digo). Bueno… pongámonos serios.
Daniel miraba hacia el oriente, al otro lado del río, y vio un carnero que venía hacia él desde
esa dirección. Tenía dos cuernos sobre su cabeza, pero estaban disparejos. El más alto creció
después (versículo 3). Más tarde, Gabriel, quien fue enviado a Daniel para interpretarle la visión,
explicó este elemento. "En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, estos son los reyes
de Media y de Persia" (versículo 20).
Los medos y los persas eran pueblos relacionados entre sí que ocuparon la meseta iraní, los
medos en el norte y los persas en el sur. Los medos eran los más poderosos, y, desde el siglo
noveno hasta el séptimo antes de Cristo, se opusieron con mucha fuerza a los asirios en su frontera
oriental. Las familias reales de los medos y persas se casaron entre sí, y, a la postre, bajo Ciro, los
persas llegaron a ser los más fuertes de los dos. Ciro conquistó Media y la incorporó a su reino, de
ahí el nombre combinado de Imperio Medo-Persa (versículos 3, 20). Este poder doble está
representado por el carnero en esta visión.
Mientras Daniel observaba, el carnero "hería hacia tres direcciones diferentes". Es obvio que
esto representaba las conquistas de este poder: "Ninguna bestia podía parar delante de él, ni había
quien escapase de su poder" (versículo 4). Los tres puntos cardinales hacia los cuales se proyectaba
eran el norte, el occidente y el sur. La mayor conquista de los persas hacia el norte fue el reino de
Lidia, en Anatolia, o la antigua Turquía. Ciro conquistó esta área en 547 AC. Hacia el occidente,
Persia, bajo Ciro, conquistó Babilonia en el 539 AC. Daniel 5 y 6 hacen referencia a este
acontecimiento y a sus consecuencias inmediatas. Hacia el sur, el hijo de Ciro, Cambises, conquistó
Egipto en 525 AC. De esta forma, el Imperio Medo-Persa se extendió hacia estas tres direcciones.
William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 174, 175
Note que en la cita siguiente el autor sostiene que los 3 puntos cardinales a los que hiere el
carnero tienen el mismo orden que las conquistas del imperio medo-persa. Creo que no le falta
razón, geográficamente, para sostener esto, pues Lidia queda más al oeste que Babilonia desde la
perspectiva Persa; mientras que Babilonia queda algo al norte de la zona tradicionalmente persa.
Vea un mapa de las conquistas de Ciro al inicio de la página siguiente.
Los tres puntos cardinales que hería con los cuernos el carnero son: el poniente (u oeste), el
norte y el sur". Exactamente el Imperio Persa conquistó a los tres grandes imperios de su época: el
imperio Lidio, al poniente (hoy Turquía) en el 547 AC; el imperio Neo-Babilónico, al norte en el 539
AC; y el imperio Egipcio, al sur en el 525 AC. Los mismos puntos cardinales y en ese mismo orden
cronológico mencionado por Daniel. Si consideramos que esta visión es dada a Daniel por el año
548/547 AC, significa que ya Ciro ha unido a estos dos reinos y los persas, nación de Ciro, está
creciendo más que los medos y están conquistando el primer punto cardinal mencionado, el
poniente, lo que implica que el siguiente que caerá en sus manos será Babilonia, el reino del norte.
Ahora bien, si el carnero hiere o conquista hacia estos tres puntos cardinales se infiere que
proviene del este u oriente o le pertenece esta área geográfica ya que no necesita conquistar hacia
esta dirección. Precisamente estos dos reinos que formaron al imperio Medo-Persa provinieron de
un punto más oriental que Babilonia y que todos los reinos pertenecientes a ella. De hecho, cuando
Media y Babilonia destruyeron a Asiria se dividieron el cercano oriente, la parte más occidental para
Babilonia y la más oriental para Media.
El carnero no tiene rival en su desarrollo, "ninguna bestia podía parar delante de él, ni había
quien escapara de su poder. Hacia conforme a su voluntad, y se engrandecía", esta última oración:
Note la comparación de los “cuernos asimétricos” del carnero con el “oso asimétrico” al que
hace referencia la cita siguiente, que es un detalle histórico que la profecía nos deja para que
entendamos la profundidad de la presciencia de Dios. También es interesante comprender que el
símbolo del carnero como tal no era ajeno a la iconografía medo-persa, por lo que este imperio
queda bien representado en la profecía por este poderoso animal. Vale la pena también entender
que los cuernos para los persas eran también una representación adecuada del poder, en alusión al
macho dominante de un rebaño, donde la posesión de poderosos cuernos otorgaba una posición de
dominio frente a otros posibles contendientes por la supremacía. Note la referencia al preterismo y
sus dificultades de explicar sus
El primer símbolo de la visión de Daniel 8 es un carnero con dos cuernos asimétricos, hiriendo
hacia tres puntos cardinales, que nos recuerda al oso asimétrico con tres costillas en los dientes de
la visión anterior y justamente representan al mismo imperio, Gabriel, el ángel intérprete le revela a
Daniel: “en cuanto al esmero que viste, que tenía dos cuernos: estos son los reyes de Media y de
Persia" (Daniel 8: 20). No hay forma en que los preteristas puedan decir que este animal represente
exclusivamente a los medos o únicamente a los persas. Así como el capítulo 7 añadió detalles al
capítulo 2 este capítulo 8 añade detalles al capítulo 7, la sentencia: “el más alto creció después”
revela un detalle preciso desde el punto de vista histórico porque los persas llegaron a ser más
poderosos que los medos al punto que el imperio fue llamado: "Imperio Persa”, aunque
originalmente, como mencionamos antes, los persas fueron tribus casi anónimas en comparación
con el poderoso Imperio Medo que en tiempos de Nabucodonosor era tan grande como Babilonia y
junto con éste Imperio destruyeron al gran imperio Asirio y se repartieron sus territorios. Por tanto,
no siempre el más alto (Persia) fue más grande sino “creció después”.
Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 207
Es interesante que en la iconografía hallada por los arqueólogos del imperio Persa, se
comprueba que ellos mismos se representaban como carneros o animales con cuernos, por ejemplo,
de la siguiente pieza se dice: “Los cuernos serpenteados y el collarín de un carnero salvaje resaltan
La siguiente cita (lamento si le parecen repetitivas, pero considero que cada una de ellas
añade detalles para la comprensión de la profecía) relaciona también al oso con el carnero y su
voracidad por el crecimiento y el dominio. Quienes consideren un argumento poco sustentado el
asignar al imperio medo-persa el símbolo del oso se pueden dar cuenta que con cada visión se
añaden peculiaridades que hacen segura la identificación. Por si hubiera hecho falta, la declaración
de Gabriel sobre a quién representa el carnero hace que parezca llover sobre mojado.
En este contexto de riqueza y prosperidad, Daniel divisa un carnero que carga contra el oeste,
el norte y el sur; una forma colorida de sugerir la expansión de sus conquistas, que se extienden a
tres rincones de la tierra y omiten el rincón de su origen, el Este. Su apetito voraz por el espacio, y
con un cuerno más alto que el otro, nos recuerda al oso del capítulo 7, con su ansia por carne y con
un lado más elevado que el otro. El carnero, por lo tanto, representa al reino del oso, es decir, el
reino de los medos y los persas. La interpretación de la visión apoya nuestra conclusión (Daniel 8:
20).
La historia confirma la profecía. Cuatro años más tarde, en 547 AC, Ciro el persa, ya habiendo
conquistado Media… ahora arrasa con Lidia, y extiende los límites de su reino hasta el Mar Egeo.
En 539 AC, finalmente se hizo cargo de Babilonia. Los persas, originalmente vasallos de los medos,
los vencen y, de los dos cuernos, se convierten en el más alto que "creció después" (versículo 3).
Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 122, 123
El carnero embestía con furor hacia el occidente, hacia el norte y hacia el sur y su hegemonía
era indiscutible mientras el imperio mantuvo su vigor. Y tal como el oso ostentaba tres costillas
denotando los reinos que conquistó con especial empeño, aquí en la "visión de los cuernos" los
reinos de Babilonia (occidente), Lidia (norte) y Egipto (sur) son puestos en escena histórica
comprobable y certificada.
…El "poder" y la "voluntad" del reino persa se engrandeció de modo que en su apogeo nadie
pudo "escapar" de su poder. El nuevo imperio no sólo absorbió a su predecesor, sino que se extendió
más allá de él. Los persas incluso intentaron irrumpir en Europa, pero en la batalla de Maratón (490
AC) los atenienses frenaron el ímpetu de ellos, luego en Salamina (480 AC) y de nuevo en Platea
(479 AC) los griegos les cerraron el paso y ésta fue la clarinada de quienes serían pronto los nuevos
amos del mundo de entonces.
Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 261, 262
La primera actividad tiene que ver con las acciones del carnero de cuernos asimétricos, que
representaba colectivamente el reino de Medopersia (versículos 3, 4, 20). Es significativo observar
(a diferencia de las bestias simbólicas del capítulo 7) que la actividad direccional se da de inmediato,
tan pronto como el símbolo entra en el escenario. Se describe que el carnero estaba en la ribera del
río Ulai (versículo 2, 3). (Desde el punto de vista del narrador, y por lo que sigue, se yergue en la
ribera izquierda del río). Desde ese lugar privilegiado, el profeta lo observa embestir hacia occidente,
hacia el norte y hacia el sur (versículo 4).
Es tan impresionante la presencia de Gabriel que Daniel cae a sus pies, pero escucha con
claridad que “la visión es para el tiempo del fin”. Por lo tanto, aunque la profecía (en una porción
importante de la misma) se centra en los imperios medo-persa y griego, su trasfondo, cuando
analizamos al “cuerno pequeño” y al santuario celestial, se extiende hasta el “tiempo del fin”; al igual
que los sueños proféticos que hemos estudiado en los tratados precedentes. Como mencionamos,
al ser el trasfondo el tema del santuario celestial, los símbolos (carnero y macho cabrío)
corresponden a animales limpios, de los que se usaban en los sacrificios del santuario terrenal,
mientras este estuvo en pie.
Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi
rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin.
Daniel 8: 17
Es tan importante que el profeta comprenda esto (también nosotros) que el ángel luego de
reincorporar a Daniel le repite que “eso es para el tiempo del fin”. También señala que esto ha ocurrir
al “fin de la ira”. Recuerde, pues lo hemos comentado en otros tratados, que la ira de Dios es la
manifestación de su justicia, cuando Dios debe completar el juicio, lo que otra vez nos lleva al “tiempo
del fin”.
Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo
estar en pie. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el
tiempo del fin.
Daniel 8: 18, 19
Volvamos a la secuencia profética. Mientras aún contempla al poderoso carnero, otro animal
viene del oeste. Es tanta su velocidad que parece no tocar la tierra, tiene un solo cuerno (que a
Daniel le parece “notable”) y que ataca al carnero “con la furia de su fuerza”. Es interesante que se
utilice la descripción de una condición emocional para graficar el ataque del macho cabrío; lo que
parece indicar una venganza, revancha o ajuste de cuentas entre ambos poderes aquí
representados. Siempre menciono a quienes quieran escucharme que nada de lo que aparece en la
Santa Biblia carece de importancia, sino que más bien tiene un propósito que debe ser entendido.
Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la
faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. Y
vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la
furia de su fuerza.
Daniel 8: 5, 6
Se cree que Ciro era el nieto del último rey de Media. En su apogeo esa nación se extendió
a través de las montañas desde el río Halys en el noroeste hasta el golfo Pérsico en el sudeste. Por
contraste Ciro al principio reinó sólo sobre la pequeña provincia media de Persia. En ese momento
el cuerno medo era más alto que el cuerno persa.
Pero en el año 553 AC [según la cronología más probable la visión ocurrió unos 3 años
después], el de la visión de Daniel 7, Ciro se rebeló contra su abuelo, el rey Astiages, y pronto puso
a Media bajo su propio control. En el año 547 AC, cuatro años después [según nuestros cálculos
solamente casi un año después] de la visión de Daniel 8, Ciro anexaría Lidia, y extendería sus
dominios más allá del rio Halys hasta el mar Egeo. En el año 539 AC conquistaría Babilonia. De este
modo el cuerno inferior llegó a ser superior al primero.
Amplio de mente y generoso, Ciro trató a los medos como aliados y no como súbditos, con
lo que acuñó el término “Imperio Medopersa”. Con el tiempo, sin embargo, el cuerno persa creció
tanto que el imperio llegó a ser conocido meramente como "Persa".
El Imperio Persa gozó de buenos gobiernos bajo la conducción de varios dirigentes además
de Ciro, entre los que incluimos, por ejemplo, a Darío I (522-486 AC) y Artajerjes I (465-423 AC),
que trataron especialmente bien a los judíos… Pero Dario III (336-331 AC), el último de los
emperadores persas, era un gobernante débil, que seguramente no estaba en condiciones de
hacerle frente a Alejandro Magno [como finalmente ocurrió].
C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 155, 156
Enardecidos por el éxito, los emperadores persas trataron de extender sus conquistas un
paso más allá, hacia el norte [en realidad más bien al occidente]. Invadieron Grecia. Dos reyes
persas diferentes, Darío I, en 490 AC, y Jerjes, en 480 AC, intentaron subyugar a Grecia. Pero
después de un éxito inicial, ambos fueron finalmente resistidos y tuvieron que regresar a casa. Así
terminaron los intentos persas de conquistar Grecia.
Pero el macho cabrío griego (versículos 5, 21) no olvidó esta humillación nacional [en realidad
más fue un intento que una humillación, pues los persas fueron los finalmente humillados, al ser
vencidos, esta vez en Europa, por ejércitos menos numerosos, aunque tácticamente mejores] de
una invasión persa y la destrucción que ellos habían causado. Por lo tanto, cuando la profecía habla
acerca del choque entre estos dos poderes, dice que el macho cabrío corrió contra el carnero "con
la furia de su fuerza" (versículo 6). Grecia quería desquitarse, y lo logró con creces. Alejandro Magno
Una vez más es interesante comparar las imágenes proféticas de Daniel 7 y 8. Al macho
cabrío se le da una imagen de rapidez (“sin tocar tierra”) semejante a las 4 alas del leopardo. Aunque
en el capítulo 7 se entiende la velocidad del leopardo, por la presencia de las 4 alas de un felino ya
de por sí rápido, en el capítulo que tratamos esta velocidad se percibe en el detalle de los
movimientos del macho cabrío. Además, se menciona que el macho cabrío viene de occidente y
ataca al carnero en oriente, cosa que es geográficamente impecable pues Alejandro emerge en
occidente y ataca al poder oriental medo-persa.
Se describe más movimiento direccional en las actividades del macho cabrío griego. Procede
de poniente y avanza hacia oriente sin tocar el suelo (versículo 5). Al llegar al lugar donde se
encuentra con el carnero persa, el macho cabrío embiste con gran furia (versículo 6). Derriba al
carnero al suelo y lo pisotea.
Así, la visión simbolizaba la victoria de Grecia sobre el reino persa en tiempos de Alejandro.
Aunque el carnero persa provenía de oriente y cargó contra occidente, el macho cabrío provenía de
occidente y cargó contra el oriente. Su vuelo sobre el suelo simboliza de forma muy expresiva la
gran rapidez de la conquista del Próximo Oriente por parte de Alejandro [su velocidad de movimiento
sería ejemplar para ejércitos de los siguientes casi dos milenios].
El macho cabrío griego no toca el suelo debido a la extrema rapidez con la que se presenta
su movimiento (capítulo 8). En cambio, no se describe que el leopardo griego se mueva en absoluto
(capítulo 7), pese al hecho de tener cuatro alas en la espalda. En relación con este símbolo, el
elemento dirección del capítulo 8 es omitido en el capítulo 7.
Los versículos 6, 7 describen la completa victoria de Grecia sobre Medo-Persia, nos informan
que fue el macho cabrío quien “vino hasta el carnero” para derrotarlo, no el carnero hasta el macho
cabrío, detalle singular porque las guerras del Imperio Persa contra Grecia fueron en territorio griego,
donde los griegos básicamente se defendían, la campaña ofensiva que terminó conquistando Persia
la inició Alejandro Magno llevando a sus soldados a territorio persa, al cual conquistó completamente
y llegó más al este de sus fronteras.
Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 210, 211
Recuerde que mencionamos que mientras un imperio existe hay otros pueblos que crecen a
la sombra, en algunos casos, este descuido geopolítico ha sido la causa (desde la perspectiva
humana) de esa alternancia de poder que la historia nos presenta.
Gabriel identifica con precisión al nuevo poder: Grecia; el tercer metal de la estatua del sueño
de Nabucodonosor y el leopardo del sueño de las 4 bestias. No hay forma de cuestionar esta
identificación explícita que hace la Escritura. Al reconocer a Grecia como este poder, la identificación
del “rey primero” (simbolizado por el “cuerno notable”) es indubitable: Alejandro Magno.
El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey
primero.
Daniel 8: 21
El macho cabrío venía del poniente a diferencia del carnero, justamente Grecia y Macedonia
están en Europa, más al poniente que cualquiera de los reinos conquistados por Persia. Las
extensas conquistas de Alejandro el Grande son predichas en la frase “sobre la faz de toda la tierra”.
Su extremada rapidez es graficada con la frase “sin tocar tierra”, parecía que volaba, una similitud
con el leopardo con cuatro alas del capítulo 7 que representaba al mismo imperio. Este animal tenía
“un cuerno notable entre sus ojos”, la palabra notable en hebreo es jazut, que pertenece a la familia
de jazón “visión” y significa “visible”, de ahí “notable”. Tenía un solo cuerno, pero era lo
suficientemente grande como para compensar a los dos que tiene un macho cabrío normal.
El chivo es más pequeño y débil que el carnero en la naturaleza, pero es más ágil, adecuados
símbolos para el fuerte y gigante imperio persa y el más pequeño pero ágil reino griego. Ambos
animales son apropiados para representar dos reinos que habitaban zonas geográficas montañosas,
propias de estas especies, reinos que estaban uno al este y el otro al oeste de la planicie de
Babilonia. La cabra montesa es una de las nueve especies de animales mencionados en la
enciclopedia Encarta… como autóctonos y más importantes de Grecia hasta hoy
Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 210
La violencia con la que el macho cabrío doblega al otrora poderoso carnero es impresionante,
pues además de quebrar sus cuernos “lo pisoteó” y no hubo nada que este pudiese hacer para
detenerlo. El enfrentamiento, como lo presenta la Inspiración, parece mostrar una lucha desigual a
pesar que como se menciona en la cita anterior el macho cabrío (en el mundo natural) parece de
una menor capacidad para competir con un carnero. A un observador externo, en el tiempo del
choque entre estas potencias le hubiera resultado difícil anticipar el resultado de este choque y
mucho menos que el vendedor fuera un reino en crecimiento como los griegos o que la lucha
pareciera tan espectacularmente desigual. Pero… ya estaba decidido: el carnero debía ceder su
puesto de poder al macho cabrío y nada podía detener el brazo de Dios.
Podemos encontrar razones técnicas para esta caída, como el talento de Alejandro, la
debilidad o cobardía de Darío, el equipamiento militar del ejército macedonio, o la superioridad
técnica de las estrategias griegas en batalla, hasta la motivación griega para vengar la destrucción
de su territorio durante las Guerras Médicas, o el hecho que los ejércitos persas estaban formados
por mercenarios, pero la realidad es esta: el tiempo del carnero había terminado.
Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos,
y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó,
y no hubo quien librase al carnero de su poder.
Daniel 8: 7
Todo esto estaba simbolizado por las acciones del macho cabrío en Daniel 8. En el versículo
21, Gabriel identifica al macho cabrío con Grecia, y añade: "Y el cuerno grande que tenía entre sus
ojos es el rey primero", una referencia obvia a Alejandro. La rapidez de la conquista griega es referida
por el simbolismo del macho cabrío que flota sin tocar tierra (versículo 5). La derrota de los persas y
su último rey, Darío III, está indicada por la forma en que el macho cabrío trató al carnero: "Se levantó
contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante
de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder"
(versículo 7).
Pero Alejandro no vivió para disfrutar los frutos de sus conquistas. A la corta edad de treinta
y tres años, murió en Babilonia después de su regreso de la India.
William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 175, 176
Pero a pesar de las cualidades y los equipos notables de Alejandro, no podemos escapar a
la convicción de que las cosas podrían haber sido muy diferentes si el rey Darío no hubiera sido tan
cobarde. Los persas de Darío superaban en número por lejos a los griegos. Se dice que en Arbela
Alejandro derrotó los ejércitos de Darío, inmensamente superiores, tres veces en tres grandes
operaciones militares: primero, junto al río Gránico, en Frigia, en el año 334 AC; segundo, en la costa
cerca de Iso, en Cilicia, en el año 333 AC; y tercero, en la llanura de Arbela, o Gaugamela, en Siria,
en el año 331 AC. El macho cabrío de Alejandro despedazó fácilmente al camero persa tal como
Daniel lo había visto doscientos años antes.
La derrota del otrora invencible carnero fue total Sus riquezas fueron expoliadas por el nuevo
poder y su dominio desaparece de la historia de los grandes imperios. Llegaba el tiempo de los
griegos, pero su destino ya estaba también señalado…
La identificación innegable del macho cabrío la da igualmente Gabriel, "el macho cabrío es el
rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero" (Daniel 8: 21), e
igualmente, el entorno fluvial es señalado de nuevo como indicando el escenario donde se dirimiría
el dominio mundial a favor de los griegos. Las tropas macedónicas avanzaron desde el occidente y
el río Gránico no fue problema para el ejército griego pues allí obtuvieron una gran victoria, al barrer
al ejército de Darío (334 AC). Los encuentros siguientes, en Iso (333 AC) y Arbelas o Gaugamela
(331 AC), sólo fueron consecuencia del triunfo junto al río Gránico.
…Difícilmente podría haberse descrito en una forma más apropiada la caída de los persas a
manos de las tropas griegas. Los medos y los persas literalmente "no tuvieron fuerzas para pararse
frente" al macedonio Alejandro. Éste, simplemente quebró los dos reinos ("cuernos"), y "derribó" por
tierra el poderío persa y "lo pisoteó" y el imperio de los persas no tuvo ningún auxilio que lo salvase.
Susa fue saqueada y Persépolis, la gran capital de los persas, fue despojada e incendiada. Plutarco
precisa que, para trasportar las riquezas tomadas de aquí a Ecbatana por decisión de Alejandro, se
necesitaron 10,000 mulas y 5,000 camellos". En cambio, solamente de Susa, él tomó 40,000 talentos
de oro -es decir 1’200.000 kg o 1,180 toneladas [unos 46 mil millones de dólares a precios de hoy]-
El versículo 8 informa que “el macho cabrío creció en gran manera”, otra vez aparece el verbo
gadal, y en la misma forma verbal y gramatical que calificaba al carnero, pero acompañado de una
frase que lo transforma en comparativo, literalmente se puede traducir “se engrandecía hasta
mucho”, que implica que el macho cabrío llegó a ser más grande que lo que fue Persia en sus
mejores tiempos, detalle también cumplido con precisión.
Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 211
La visión avanza, y un macho cabrío irrumpe en la escena y embiste al carnero, que sigue de
pie junto al canal, como si protegiera el acceso. Al atacar al carnero, el macho cabrío le inflige una
herida mortal. La visión enfatiza la velocidad del macho cabrío y sus cuatro cuernos, que nos
recuerda al leopardo del capítulo 7, también definido por su velocidad y sus cuatro cabezas (Daniel
7: 6). El macho cabrío representa a los griegos, que provienen del oeste, una conclusión
posteriormente corroborada por la interpretación de la visión (Daniel 8: 21). La historia nuevamente
confirma la profecía. En 490 AC, los atenienses vencieron a los persas en la batalla de Maratón.
Después, los ejércitos de Alejandro se abren camino a través de Arbela y aplastan al débil Darío en
331 AC, despejando el camino hacia las ciudades doradas de Babilonia y Susa. Una vez
conquistadas, sus tremendas riquezas caen en manos de Alejandro. "Toma aquella ciudad [Susa] y
entonces no necesitas temer cambiar a Zeus por las riquezas". Aristógoro le había hablado a
Cleómenes, rey de Esparta, acerca de Susa. Y, de hecho, la riqueza recién adquirida de Alejandro
llegaba a los cincuenta mil talentos, el equivalente a varios millones de dólares [se quedó muy corto].
"El enemigo hereditario de Grecia había sido completamente derrotado; ...Alejandro
deliberadamente le prendió fuego al palacio de Jerjes, a fin de que el mundo pudiera comprender
claramente que un régimen le había dado paso a otro". Alejandro asume el título de "rey de Persia".
Pero, siempre tan ambicioso, cruza las altas montañas de Asia y desciende al Valle Hindú. En la
cúspide de su gloria, a la edad de 33 años, sucumbe a la enfermedad y muere, víctima de su propia
ambición. La historia cumple la visión hasta el más mínimo detalle. "…pero estando en su mayor
fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado". Cuatro funcionarios de Alejandro se dividieron el reino
entre ellos: "…y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo"
(versículo 8).
Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel, 123
Para los habitantes de las tierras bíblicas, "viento" significaba tanto la tortura del calor, de la
sequía y las tormentas de arena (Génesis 41: 6; Isaías 21: 1, "torbellino" RVR; Jeremías 4: 11;
Oseas 13: 15; Lucas 12: 55; etc.) como el alivio refrescante de las lluvias (Proverbios 25: 23; cf. 1
Reyes 18: 43-45). Dios usó un "recio viento oriental" para abrir el Mar Rojo (Éxodo 14: 21), y el
comercio marítimo dependía de los vientos para navegar. Simbólicamente, los "cuatro vientos"
Mencioné que comentaríamos sobre el uso intercambiable de las expresiones “rey” y “reino”
que se usan en esta porción del hilo profético. Aunque hemos mencionado sobre esto en los tratados
proféticos anteriores es importante hacer notar que los términos resultan intercambiables en algunos
casos, pero también pueden existir sutiles formas de aplicación del término para explicar algunos
conceptos claves. Por ejemplo, cuando se menciona al “rey primero” es evidente, por la connotación
histórica, que se trata de un personaje: Alejandro Magno. Sin embargo, también es evidente que
cuando este cuerno es quebrado (la muerte del personaje, Alejandro) se entiende que es del reino
que él gobernaba es de donde surgen luego los cuatro reinos. La muerte del gran líder macedonio
trajo un largo periodo de inestabilidad política traducida en luchas de poder, traiciones y batallas por
la supremacía parcial.
Nos llama la atención que tanto el “macho cabrío” como su “cuerno notable” representan en
la visión a “un rey”. Esto nos motiva a formular la siguiente pregunta: ¿Cuál es el significado del
término “rey” en las expresiones “el rey de Grecia” y “el rey primero”? ¿Significa esa palabra un
monarca o un reino? Estas preguntas son importantes y deben ser contestadas. Para ello, tenemos
que analizar el término “rey” de cada frase, en su contexto local y en el contexto de todo el libro. Al
investigar el uso de dicho término, encontramos que el libro de Daniel lo utiliza tanto de manera
literal como de manera figurada. El último uso se justifica porque el lenguaje humano permite usar
palabras en sentido metafórico, para alterar su significado por razones de retórica o de estrategia
literaria. También se justifica porque las figuras de lenguaje se acomodan perfectamente bien a la
naturaleza apocalíptica de las visiones del libro de Daniel.
Nuestro estudio de Daniel 8: 21 indica que el ángel Gabriel utilizó el término “rey” en esta
visión de manera figurada. Es decir, el ángel utilizó la figura de sinécdoque para designar un objeto
o una entidad mediante una de sus partes cuando le declaró a Daniel el significado del macho cabrío.
En otras palabras, el ángel se refirió al reino de Grecia mediante una de sus partes, “el rey”.
Hemos llegado a esta conclusión porque el uso figurado del término rey es común en las
profecías de Daniel. Allí notamos que el profeta utilizó la figura de sinécdoque cuando le explicó al
rey Nabucodonosor el significado de la cabeza de oro de la imagen de su sueño (Daniel 2: 38).
También observamos que el ángel Gabriel la utilizó cuando le explicó al profeta el significado de las
cuatro bestias simbólicas (Daniel 7: 17) y el significado de los diez cuernos de la cuarta bestia
(Daniel 7: 24). Este uso figurado de la palabra “rey”, en Daniel 2 y 7, nos permite afirmar que la
frase “rey de Grecia” (8: 21) debería entenderse como el “reino de Grecia”; y la frase “el rey primero”
(8: 21), como la primera etapa del reino de Grecia, bajo el liderazgo de Alejandro Magno.
Es interesante notar que la descripción del macho cabrío de Daniel 8 y la historia del imperio
griego concuerdan entre sí. Los historiadores afirman que Grecia, bajo el liderazgo de Alejandro
Magno, conquistó definitivamente al imperio Medo-Persa en la batalla de Gaugamela, cerca de
Arbela (331 AC). Después, el imperio griego continuó unido bajo el liderazgo del mismo rey durante
8 años (331-323 AC). Pero, cuando Alejandro Magno murió, sus generales dividieron el territorio de
Grecia en cuatro reinos (315-301 AC). Éstos fueron, como ya se dijo, Macedonia, Tracia, Siria y
Egipto. Todo esto nos indica que el testimonio de la historia armoniza con el mensaje profético de
Daniel 8.
Hasta aquí, hemos visto que todos los aspectos descriptivos del macho cabrío concernientes
a su origen, su velocidad, su triunfo sobre el carnero, su cuerno notable y sus cuatro cuernos (Daniel
8: 5-8) concuerdan con la historia del imperio de Grecia y su división. Por lo tanto, concluimos que
el macho cabrío, con sus cinco cuernos, se refiere al imperio de Grecia; esto es, el tercer imperio en
la secuencia de los cuatro grandes imperios (Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma).
Samuel Núñez, Las Profecías Apocalípticas de Daniel, 40-42
…Estas facciones continuaron peleando intermitentemente entre sí, pero las profecías finales
de Daniel (capítulo 11) llegan a concentrarse en las batallas entre el rey del norte (Siria) y el rey del
sur (Egipto).
William H. Shea, Daniel, una guía para el estudioso, 176
Note la información que provee el siguiente versículo. Cuando el cuerno notable es quebrado,
Gabriel lo identifica como una “nación” de la que surgirían “cuatro reinos”. Podemos decir que cuerno
significa tanto rey, como reino, como nación. También señala que a pesar que estos cuernos son
también “notables” no alcanzarán ni la dimensión, ni el brillo del imperio de Alejandro.
Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro
reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él.
Daniel 8: 22
Gabriel otra vez es explícito en identificar los símbolos: "El macho cabrío es el rey de Grecia,
y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero” (8: 21), volvemos a recordar que la
palabra rey es más propia entenderla como reino. Ahora, no llama al cuerno “notable” o más bien
“visible” sino “grande”, gadol en hebreo. El “cuerno notable” (grande) o “el rey primero”: es Alejandro
…De este modo, aunque el empuje macedónico inicial encumbró a los griegos a la
hegemonía mundial, la desaparición de Alejandro inició una nueva fase en su imperio, dando pase
al mantenimiento de la expansión helénica en una especie de condominio tetra imperial, unido sólo
por sus vínculos helénicos, hasta su desaparición a manos de los romanos. Así, el imperio forjado
por Alejandro quedó repartido tal como lo predijo Daniel "hacia los cuatro vientos del cielo" …pero,
a su vez éste fue liquidado también por el nuevo reino -cuarto de hierro en la estatua del capítulo 2
e igualmente cuarto en secuencia en el capítulo 7 con la bestia espantosa y terrible que en ambos
casos (tanto profética como histórica) es Roma.
Merling Alomía, Daniel, el profeta mesiánico, 264, 265
[Un autor] piensa que cuando Gabriel interpreta al cuerno grande como el “rey primero”
también deberíamos entender “reino” más que “rey", y aquí en el versículo 22 dice que “cuatro reinos
se levantarán de esa nación”, no dice de ese "rey”, que además de sugerir que no son descendientes
de Alejandro, [el mismo autor] piensa que el cuerno grande es la nación o imperio durante la
monarquía unida que abarcó los reinados de Alejandro Magno (331-323 AC); Filipo III (323-317 AC),
y Alejandro IV (317-311 AC).
Hay que destacar que los "cuatro reinos” no son llamados “cuatro reyes” sino "cuatro reinos”,
detalle que confirma el uso indistinto de ambos términos en Daniel y que nos libra de limitarlos sólo
a los cuatro generales de Alejandro, por lo que es más propio hablar, por ejemplo, del reino de
Seleuco que del rey seléucida. Los preteristas pretenden entender estos cuernos como reyes
individuales y el cuerno pequeño que es visto después en la visión como un rey particular, Antíoco
Epífanes, pero el texto no permite esta individualización.
Aunque estos cuatro cuernos son calificados de “visibles” o “notables" igual que el cuerno
grande, Gabriel deja en claro que crecen, “aunque no con la fuerza de él” (8: 22), es decir, nunca
alcanzaron ni menos superaron a Alejandro.
Héctor Urrutia Hernández, Profecías Apocalípticas de Daniel, 212, 213
Aquí se expone el concepto que los “cuatro vientos del cielo” representan los cuatro puntos
cardinales. Por lo tanto, estos reinos se dividirían el imperio de Alejandro y de uno de estos puntos
cardinales surgiría el “cuerno pequeño”. Recuerde que trataremos más sobre esto en otro estudio.
Los movimientos direccionales en este caso son difusos. El carnero persa había embestido
hacia el oeste, y el macho cabrío griego había embestido hacia el este. Sin embargo, estos cuernos
Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la
tierra gloriosa.
Daniel 8: 9
Los estudiosos de las Escrituras a veces llegan a la conclusión de que cuando éstas dicen
que el cuerno pequeño salió “de uno de ellos”, significa que salió de uno de los cuatro cuernos. Lo
que las Escrituras realmente quieren decir es que el cuerno pequeño salió de uno de los cuatro
vientos; es decir, que salió de uno de los cuatro puntos cardinales. (Se trata de una figura de
lenguaje.)
De modo que el cuerno pequeño tendría que aparecer de uno de los cuatro vientos. Iba a
surgir de uno de los puntos cardinales.
Es de importancia para nuestro estudio tener en claro que el Imperio Romano, pequeño al
principio, surgió en un punto ubicado al oeste de los tres primeros imperios de la profecía.
C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, El Mensaje de Daniel, 158, 159
Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey
altivo de rostro y entendido en enigmas.
Daniel 8: 23
Podemos resumir lo tratado sobre esta profecía en el siguiente cuadro, incluyendo los sueños
de la estatua y de las cuatro bestias que surgen del mar. Aunque la visión es dada mientras aún rige
Babilonia, ya esta no es considerada en la profecía. Pero al identificar con nombre propio los 2
imperios (Medo-Persia y Griego) los otros dos quedan también afirmados. Babilonia como el reino a
punto de desaparecer y Roma, aún desconocida para los grandes del mundo, pero que constituiría
el mayor imperio de todos.
7. Material complementario
Su consolidación parece haberse logrado en siglo VI AC. Vea en el mapa siguiente la relación
entre los imperios de aquel entonces (Siglo IV AC). Note la superioridad (dimensión y poder) de
Media sobre Persia, “el más alto” que “creció después”. Para ese entonces los persas eran un reino
vasallo de los medos, pero la historia iba a cambiar muy pronto, en ese mismo siglo, con la aparición
en el escenario mundial de Ciro II el Grande.
Con los medos, y los persas que los sucedieron, aparecen en el escenario de la historia
mundial pueblos de estirpe indoeuropea. Las únicas otras naciones étnicamente emparentadas que
habían desempeñado papeles importantes en la historia anterior eran los hititas y mitanios, que
habían florecido en el segundo milenio de la era precristiana. Los medos y los persas habitaban la
meseta que se halla entre Mesopotamia y la India, tierra escabrosa que produjo una nación robusta
moralmente sana, de guerreros fuertes y acostumbrados a las penurias y las privaciones. Se daban
el nombre de arianu "nobles", y a su tierra la llamaban Ariana o Irán, nombre que conserva todavía.
Las primeras tribus iranias, llamadas medos, aparecen como guerreros bárbaros en los
registros del rey asirio Salmanasar III a mediados del siglo IX AC. Sargón II pretende haberlos
derrotado y sometido en 715 AC y menciona a Daiaukku como su gobernante, nombre que Herodoto
da como Deikos (Deioces), a quien atribuye la fundación del reino de Media, y a quien caracterizó
como gobernante sabio y justo. También se dice que Deioces logró que las tribus medas formasen
una nación y fundó la capital Ecbatana. Sin embargo, es difícil identificar al Deikos de Herodoto, que
parece haber gobernado desde c. 700 hasta c. 647 AC, con el Daiaukku de los registros de Sargón,
y por supuesto es posible que hubiera habido dos personas del mismo nombre.
Fraortes, hijo de Deioces, reinó durante 22 años después de la muerte de su padre, desde c.
647 hasta c. 625 AC, y se le atribuye el haber subyugado las tribus persas del sur. Perdió la vida
luchando contra Asiria. Ciajares, hijo de Fraortes, gobernó a los medos durante 40 años, desde c.
625 hasta c. 585 AC. Se convirtió en aliado de Nabopolasar de Babilonia, contra Asiria, y sin ayuda
ajena conquistó a Asur en 614 AC, y a Nínive junto con los babilonios, en 612 AC… Los babilonios
absorbieron la parte mayor y más civilizada del caído imperio asirio, mientras que los medos parecen
Durante sus últimos años, Ciajares tuvo que luchar contra los lidios, quienes, bajo Alyates,
rey de Sardis, habían llegado a ser el tercer poder del Asia y deseaban ser los dueños de Anatolia.
En el sexto año de su guerra sucedió que "en medio de la batalla el día se convirtió repentinamente
en noche". Convencidos de que el desagrado de los dioses había recaído sobre ellas, las dos
naciones contrincantes estuvieron dispuestas a concertar un tratado de paz. Esto se logró con la
ayuda de algunos mediadores entre los cuales se menciona a Labineto de Babilonia, probablemente
Nabonido... El eclipse solar del 28 de mayo de 585 AC, (predicho según se dice por Tales de Mileto),
que ocasionó la terminación de la guerra entre los medos y los lidios, proporciona una de las pocas
fechas fijas de batallas de la antigüedad. El tratado firmado con Alyates concedía a Ciajares todo el
territorio de Anatolia al oriente del río Halys, y esto fue confirmado por el casamiento de Astiages,
hijo de Ciajares, con Aryanis, hija de Alyates.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 52, 53
Astiages, que gobernó durante más de 30 años (Herodoto dice 35), desde c. 585 hasta 553/2
o 550 AC, fue el último monarca verdadero del imperio medo. No se sabe casi nada de su largo
reinado. los historiadores antiguos que lo mencionan sólo dicen que participó en los asuntos de Ciro,
su nieto, según fuentes griegas. Había dado su hija Mandana a Cambises I, rey vasallo de los persas
en Ansán; pero cuando su hija dio a luz un hijo, parece haber sido acosado por el temor de que Ciro
le arrebataría el trono. No se sabe cuánta verdad hay en las leyendas griegas que cuentan los
intentos de Astiages por matar a su nieto. Sin embargo, es cierto que sus temores no fueron
infundados, porque Ciro se levantó contra su señor en c. 553 AC.
Dos veces fue derrotado por las fuerzas de Astiages, pero en el
tercer encuentro Hárpago, comandante del ejército medo, traicionó
a su señor entregó sus fuerzas a Ciro. No más tarde de 550 AC,
Ciro tenía en su poder la capital meda de Ecbatana. También
Astiages había caído en manos de Ciro, pero parece haber recibido
buen trato, si podemos creer a los griegos quienes informan que
llegó a ser gobernador de Hircania, al sur del mar Caspio.
Así como no ha sido posible reconstruir la historia de los medos en los periodos anteriores a
la consolidación del imperio bajo Ciajares, lo propio ocurre con los hasta entonces vasallos persas.
Los principales reyes persas han quedado muy bien referenciados desde Ciro II el Grande, aunque
hay suficiente información como para reconocer a los anteriores.
Los gobernantes persas del período del imperio se conocen como reyes aqueménidas
porque, con excepción de Darío III [fin del imperio, derrotado por Alejandro], todos los monarcas
1. Aquemenes
2. Teispes
3. Ciro I Ariaramnes
4. Cambises I Arsames
8. Jerjes
9. Artajerjes I
10. Darío II
No se sabe el orden exacto de los reyes reinantes desde Aquemenes hasta Ciro II, pero
parece que la mayoría o todos los que figuran en la genealogía que hemos dado estuvieron por
algún tiempo en el trono de Persia. Las dos casas reinantes gobernaron simultáneamente sobre
distintas tribus persas o el dominio pasó de una casa reinante a la otra varias veces. La capital
parece, haber sido Ansán, pues los primeros reyes persas se llaman en forma regular "reyes de
Ansán", pero no se ha fijado con exactitud su ubicación, aunque la hipótesis de identificarla con
Pasargada, en el suroeste de Irán, parece ser la mejor que se ha hecho hasta ahora.
El único gobernante persa anterior a Ciro II mencionado en algún registro de la época de que
dispongamos es Ciro I. Las inscripciones del rey asirio Asurbanipal lo mencionan como Kurash de
Parsua, quien después de enterarse de la victoria asiria sobre los elamitas, envió a Nínive a su hijo
Arukku -probablemente un hermano de Cambises I- con cuantiosos regalos, a fin de ofrecerse como
vasallo del emperador asirio. Este suceso ocurrió poco después de 639 AC, año en que Elam fue
conquistado, pero sin duda antes que el rey Fraortes de los medos sometiera a los persas y anexara
su territorio a su imperio.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 53, 54
El gran personaje de la lista de reyes persas es sin duda Ciro II el Grande, al que la historia
recuerda con este justo apelativo. Ciro no solamente fue un brillante guerrero y estadista, sino que
que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás
edificada; y al templo: serás fundado.
Isaías 44: 28
Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar
naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no
se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce,
y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados,
para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo
Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me
conociste. Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no
me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay
más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz
y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
Isaías 45: 1-7
La llegada del ejército de Ciro ante los muros de Babilonia fué para los judíos un indicio de
que se acercaba su liberación del cautiverio. Más de un siglo antes del nacimiento de Ciro, la
Inspiración lo había mencionado por nombre y dejado registrado lo que iba a hacer al tomar la ciudad
de Babilonia de imprevisto, y al preparar el terreno para liberar a los hijos del cautiverio. Por Isaías
había sido expresado:
“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar
gentes delante de él, ...para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante
de ti, y enderezaré las tortuosidades; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré
pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados; para que sepas que yo
soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”. Isaías 45: 1-3.
“Ciro: es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, en diciendo a Jerusalem, serás edificada;
y al templo: serás fundado”. “Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará
mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos”. Isaías
44: 28; 45:13.
Tampoco eran estas profecías las únicas sobre las cuales los desterrados podían basar su
esperanza de una pronta liberación. Tenían a su alcance los escritos de Jeremías y en ellos se había
indicado claramente cuánto tiempo iba a transcurrir antes que Israel fuese devuelto de Babilonia a
su tierra. El Señor había predicho por su mensajero: “Cuando fueren cumplidos los setenta años,
visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella gente su maldad, ha dicho Jehová, y sobre la tierra
de los Caldeos; y pondréla en desiertos para siempre”. En respuesta a la oración ferviente, el residuo
de Judá iba a ser favorecido. “Y seré hallado de vosotros, dice Jehová, y tornaré vuestra cautividad,
y os juntaré de todas las gentes, y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré
volver al lugar de donde os hice ser llevados”. Jeremías 25: 12; 29: 14.
Ellen G. White, Profetas y Reyes, 404, 405
Daniel el profeta tendría en gran honor de presentar delante de Ciro la profecía que no
solamente le ponía nombre, sino que le decía cómo tomaría Babilonia, y le decía que, aunque no lo
supiera Dios lo había conducido hasta entonces. La declaración del libro de Esdras es notable pues
muestra que el gran conquistador comprendía que Dios le había concedido el lugar de grandeza que
la historia ahora registra para nosotros.
Dios usó la manera en que Daniel fué librado del foso de los leones para crear una impresión
favorable en el espíritu de Ciro el Grande. Las magníficas cualidades del varón de Dios como
Cuando el rey vio las palabras que habían predicho, más de cien años antes que él naciera,
la manera en que Babilonia sería tomada; cuando leyó el mensaje que le dirigía el Gobernante del
universo: “Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste; para que se sepa desde el nacimiento del sol, y
desde donde se pone, que no hay más que yo”; cuando tuvo delante de los ojos la declaración del
Dios eterno: “Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; púsete
sobrenombre, aunque no me conociste”; cuando leyó en el registro inspirado: “Yo lo desperté en
justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio
ni por dones” (Isaías 45: 5, 6, 4, 13), su corazón quedó profundamente conmovido y resolvió cumplir
la misión que Dios le había asignado. Dejaría ir libres a los cautivos judíos y les ayudaría a restaurar
el templo de Jehová.
En una proclamación escrita que se publicó “por todo su reino”, Ciro dio a conocer su deseo
de proveer para el regreso de los hebreos y para la reedificación de su templo. El rey reconoció con
agradecimiento en esa proclamación pública: “Jehová Dios de los cielos me ha dado todos los reinos
de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalem, que está en Judá. ¿Quién hay
entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalem, ...y edifique la casa a Jehová
Dios de Israel, (él es el Dios), la cual está en Jerusalem. Y a cualquiera que hubiere quedado de
todos los lugares donde peregrinare, los hombres de su lugar le ayuden con plata, y oro, y hacienda,
y con bestias; con dones voluntarios”. Esdras 1: 1-4.
Ellen G. White, Profetas y Reyes, 408, 409
Veamos un poco sobre el Ciro histórico en los albores del Imperio Medo-peras que él forjó.
Ciro que era persa y estaba emparentado con la casa gobernante de Media logró hacerse del control
del Imperio no sin el apoyo de un traidor.
Los historiadores griegos tratan ampliamente las aventuras del joven Ciro, pero es difícil
discriminar la verdad de la leyenda, y la historia de la tradición. Sin embargo, parece verosímil que
Mandana, la madre de Ciro, fuese hija de Astiages, el último monarca que reinó sobre Media, que
Ciro mismo se hubiera casado con Kasandana, la hija de Ciajares, hijo de Astiages. Por razones que
no nos resultan claras, Ciro se rebeló contra su señor y abuelo Astiages, probablemente en 553 AC.
Ciro, cuyas fuerzas fueron derrotadas dos veces por Astiages, logró finalmente el éxito cuando
Hárpago, comandante medo, traicionó a su amo y rey, y se pasó a Ciro, quien para 550 AC tuvo en
sus manos a Ecbatana, la capital meda, y a su rey.
Aunque Ciro asumió el gobierno real del imperio, parece haber tratado a los medos con
deferencia. Astiages fue enviado a Hircania como gobernador de una provincia y según Jenofonte,
su hijo Ciajares II fue puesto en el trono como gobernante nominal. Registros de la época no dicen
absolutamente nada de la existencia de Ciajares II, pero no es improbable que Ciro permitiese que
el príncipe heredero de Media, que era también su suegro [y su tío, pues era hermano de su madre],
ocupase el trono en forma conjunta con él para agradar a los medos. Si fue así, este Ciajares puede
haber sido el mismo rey que se menciona repetidas veces en el libro de Daniel con el nombre de
Darío de Media…
Durante los siguientes años Ciro consolidó su poder sobre su extenso imperio, que llegaba
desde los límites de la India por el este hasta el río Halys en el centro del Asia Menor al oeste. Los
documentos disponibles revelan que se hallaba luchando contra tribus hostiles al este del Tigris en
548 AC, mientras se preparaba para la gran contienda que pronto afrontaría.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 54, 55
Note que Ellen G. White menciona que Ciro era “sobrino de Darío el Medo”, un personaje que
la historia no ha desentrañado lo suficiente, hasta ahora...
No tardaron en ocurrir reveses. Babilonia fué sitiada por Ciro, sobrino de Darío el Medo y
general de los ejércitos combinados de los medos y persas. Pero dentro de la fortaleza al parecer
inexpugnable, con sus macizas murallas y sus puertas de bronce, protegida por el río Éufrates, y
abastecida con abundantes provisiones, el voluptuoso monarca se sentía seguro y dedicaba su
tiempo a la alegría y las orgías.
Ellen G. White, Profetas y Reyes, 384, 385
El surgimiento meteórico de Ciro, que lo llevaría a ser el gobernante del segundo imperio en
extensión de su tiempo, no dejó de impresionar a sus contemporáneos. Pueblos subyugados
Que este temor tenía fundamento quedó demostrado en la primavera de 547 AC cuando Ciro
penetró en la región superior de Mesopotamia localizada entre el río Jabur y el gran codo del
Éufrates, para reocupar una antigua provincia que Nabonido había quitado a los medos. Esta fue
una acción claramente hostil hacia los babilonios, aunque no parece haber provocado acciones
bélicas entre las fuerzas de los dos imperios. Sin embargo, Creso creyó que debía hacerse algo para
contener la creciente amenaza oriental, y convencido de que siempre es ventajoso tomar la iniciativa
en vez de esperar a que la tome el adversario, el rey de Lidia cruzó el Halys, y penetró en el territorio
de Ciro. En Pteria se riñó la primera batalla con los persas a fines del verano de 547 AC, pero terminó
en un empate. Sin embargo, Creso creyó prudente retirarse a su fuerte capital, Sardis, para esperar
la llegada de sus aliados antes de emprender futuras operaciones contra Ciro. Quizá creyó que Ciro
había sido bastante debilitado en la batalla en Pteria, de modo que ya no le era una amenaza
inmediata, y es evidente que no esperaba que los persas avanzaran en el otoño hacia el occidente,
lejos de sus bases, con el severo invierno de Anatolia a las puertas.
Genios de la talla de Ciro obran a veces en forma irracional, y hacen lo que hombres
prudentes consideran insensateces. Por eso a menudo sus acciones son inesperadas. Ciro era así.
En vez de regresar a su patria durante el invierno y volver con todas sus fuerzas al siguiente año,
avanzó y se presentó súbitamente delante de Sardis con su ejército. Puede verse claramente que
Creso se había equivocado por completo en aquilatar a su adversario, porque había despedido a
sus mercenarios permitiéndoles que se retiraran durante el invierno a sus pueblos natales. Creso,
confiado en el valor de los lidios y en la fuerza irresistible de su caballería, se atrevió a atacar a Ciro
apenas éste llegó. Sin embargo, una vez más quedó demostrada la astucia del rey persa, cuando
rápidamente Ciro hizo montar a los soldados de caballería en sus camellos de carga y así esperó a
los lidios que atacaban. Los caballos de batalla de los lidios, que no estaban acostumbrados ni a la
apariencia de los extraños animales de cuello largo ni a su penetrante hedor, se desviaron y
regresaron a la ciudad. Muy pronto, después de un corto sitio - entre octubre y diciembre de 547 AC-
Sardis capituló antes que los aliados tuvieran oportunidad de acudir en ayuda de Creso. El rey de
Lidia cayó en manos de Ciro, quien parece haberle perdonado la vida, aunque un documento refiere
que Creso fue ejecutado. Una vez más Ciro había comprobado ante el mundo que era un hombre
oportuno y que sabía dar sorpresas. Con sentimientos encontrados recibieron sus contemporáneos
las noticias de sus victorias increíbles que llegaban a las ciudades y aldeas de Babilonia. Para los
judíos cautivos estas noticias habrán sonado como dulce música, pero los gobernantes de Babilonia
y Tema -Belsasar y Nabonido- deben haberse alarmado.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 55, 56
La caída de Lidia debe haber confirmado los temores de los aliados, que habían podido hacer
poco frente al surgimiento de Ciro, que conducía al carnero profético y que había herido con sus
cuernos ya a uno de los grandes imperios de aquel entonces. Le tocaba el turno a la arrogante
Babilonia de Nabonido y Belsasar.
Nada se sabe con exactitud de las actividades de Ciro durante los seis años que siguieron a
la conquista de Lidia. Sin embargo, es improbable que un hombre como Ciro hubiera permanecido
ocioso durante esos años. De Beroso [sacerdote babilonio, 350-270 AC aproximadamente], citado
por Josefo, llega el informe de que Ciro conquistó toda Asia antes de marchar contra Babilonia, y
Jenofonte supo de una campaña contra Arabia durante ese tiempo. Por eso podemos concluir que
Ciro consolidó su dominio sobre las distintas partes del Asia Menor durante los años de los cuales
guardan silencio los documentos de la época, y también puede haberse encontrado con Nabonido
en Arabia, porque este rey pretende en un texto haber "conquistado sus [de Ciro] territorios"
personalmente y haber llevado sus posesiones a su residencia. No se sabe con certeza si esta
pretensión fue una jactancia hueca, o si en realidad Nabonido derrotó en alguna ocasión a Ciro.
No importa qué hubiera sucedido entre la caída de Sardis (547 AC) y 540 AC, lo cierto es que
para fines del 540 AC Ciro había organizado su imperio, que constituyó una unidad bien
estructurada, y había formado un ejército formidable con el cual estaba listo para la contienda que
se avecinaba con Babilonia. Una vez más la buena fortuna de Ciro acudió inesperadamente en su
ayuda cuando el gobernador de Gutium, la provincia más oriental de Babilonia, entregó su territorio
y su pueblo a los persas. Nabonido, que había regresado de Tema a Babilonia, puede haber ayudado
a su hijo Belsasar, comandante en jefe de todas las fuerzas orientales, en la preparación para el
choque inevitable con Ciro.
La batalla grande y decisiva entre las fuerzas de los dos imperios se realizó en Opis sobre el
Tigris, en el sitio de lo que después fue la ciudad de Seleucia o cerca de allí (a unos 32 Km río abajo
Nabonido, que había estado en Sipar justamente antes que cayera la ciudad, huyó hacia el
sur, pero por razones desconocidas regresó a Babilonia pocos días después y se entregó a los
persas, que le perdonaron la vida. Después de la batalla de Opis, Belsasar esperó a sus enemigos
detrás de las poderosas fortificaciones de Babilonia. Sin embargo, ellas no lo protegieron. Parece
haber tenido enemigos dentro de Babilonia que lo traicionaron entregaron la ciudad en manos de los
Persas. De esta manera "Ugbaru el gobernador de Gutium", quien después de la batalla de Opis
había marchado directamente hacia Babilonia, entró en la ciudad sin lucha el 12 de octubre de 539
AC… Belsasar, que había pasado la noche en una orgía y había visto literalmente, "la escritura en
la pared", fue muerto; pero aparte de esto parece haber habido poco derramamiento de sangre.
Yendo en contra de lo acostumbrado, los persas no destruyeron la ciudad, y pusieron soldados como
guardias en los templos y edificios públicos para garantizar la continuación ordenada de la vida diaria
de Babilonia, y evitar el saqueo o destrucción de propiedades.
Por su lenidad [blandura, suavidad], Ciro tuvo éxito como conquistador no sólo de reinos, de
ciudades, sino también del corazón de la gente. Cuando unos 17 días más tarde (29 de octubre de
539 AC), entró personalmente, en la ciudad capital, "todos los habitantes de Babilonia ...besaron sus
pies, llenos de júbilo y con rostros alegres de que él [hubiera recibido] el reino. Con alegría lo
saludaron como amo por cuya ayuda habían vuelto [nuevamente] a la vida de la muerte [y] todos
habían sido librados del daño el desastre, y adoraron su [mismo] nombre" (inscripción del cilindro de
arcilla de Ciro, conocido como Cilindro de Ciro…).
Raras veces fue tan fácilmente vencido un imperio tan grande, y aún era más raro que un
vencedor fuese, aceptado tan rápidamente por los vencidos, como lo fue Ciro. La clase gobernante
caldea, y en especial Nabonido, habían perdido de tal manera la simpatía de los babilónicos, que
éstos aceptaron gustosos cualquier cambio en el gobierno. Las naciones subyugadas no sentían
amor ni lealtad para sus opresores, pero esperaban mejores días del gobierno más humano de los
persas, de cuya política ya había pruebas en los países sobre los cuales ya había gobernado durante
varios años. Quizá aquella política había llegado a conocerse por todo el mundo civilizado. Su
suavidad y justicia habían hecho que Ciro ganase el corazón de la gente con poco esfuerzo adicional
de su parte.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 56, 57
La imagen de Ciro como gobernante ha trascendido las fronteras del imperio y los
historiadores reconocen el esplendor de su figura pública. Su indiscutida capacidad militar queda, si
se puede, opacada por sus dotes de gobernante, y para el estudioso de la profecía bíblica perdurará
la imagen del pagano que reconoció al Dios de Israel, aceptó que le había llamado a ocupar un lugar
en la historia y liberó a su pueblo. ¿Estará Ciro entre los salvados, se habrá convertido como
Nabucodonosor?... queda menos tiempo que ayer para que lo sepamos.
Ciro no sólo fue un gran guerrero y general, sino también un gobernante sabio, que sabía
ganar la paz además de las guerras. En sus medidas pacíficas demostró su verdadera grandeza.
Los asirios y los babilonios habían destruido las ciudades de las naciones vencidas habían
trasplantado sus habitantes a otros lugares del imperio, pero Ciro no deseaba segur su ejemplo
destruyendo a los pueblos a fin de gobernar sobre sus tumbas. Perdonó las ciudades conquistadas,
hizo retornar a sus lugares de origen a los pueblos previamente trasladados y enriqueció su
patrimonio con medidas que los favorecieron económicamente. La capital babilónica es un ejemplo.
Al convertir a Babilonia en una de sus capitales, al favorecer a Marduk, el principal dios babilónico,
y al declararse más tarde "rey de Babilonia", ganó el cariño del pueblo. También se hizo popular al
devolver a las ciudades las diversas deidades que Nabonido había transportado a Babilonia, y al
refaccionar o reconstruir templos locales, uno de los cuales fue el de Jerusalén. Con esta actitud
favorecía a los babilonios, que habían visto de mala gana tantos dioses adoradores extraños en su
ciudad, y agradó en gran medida a los pobladores de las ciudades y países extranjeros cuyos dioses
les fueron devueltos, o cuyos templos destruidos fueron reconstruidos.
Obró sabiamente al permitir que dirigentes locales mandaran a sus propios pueblos como
gobernadores de provincias subordinados a los persas, y al abstenerse de imponer a las naciones
conquistadas la manera de vida, religión o idioma persas. Esta sabia política iniciada por Ciro fue
seguida en general por sus sucesores, aunque ocasionalmente algunos violaron estos principios.
Cambises, 530-522 AC, sucedió en el trono a su padre Ciro, pero ni se acercó a él en sus
dotes de guerrero, estadista, ni alcanzó el cariño de su pueblo. El asesinato, por temor, de su
hermano Esmerdis no hizo sino añadir a su pobre imagen histórica. Su logro más importante fue la
conquista de Egipto para el imperio, lo que completó los huesos en la boca del oso profético de
Daniel 7, o las direcciones en las que embestía el carnero del que hemos tratado ampliamente en
la interpretación profética. Los tres aliados contra Medo-Persia terminaban siendo absorbidos por el
gigante imperio.
Ciro había designado a su hijo Cambises como príncipe heredero, según lo sabemos por
varios registros. Sin embargo, en contraste con su padre, no fue un gobernante popular. Él lo sabía
muy bien. Por eso, antes de dirigirse a Egipto, hizo matar secretamente a su hermano Bardiya, o
Esmerdis, temeroso de que una larga ausencia de la capital pudiera ser aprovechada por sus
enemigos para colocarlo en el trono. Cuando más tarde se conoció este asesinato y usurpó el trono
un falso Esmerdis, que pretendía haber sobrevivido al complot, este usurpador fue aceptado por
grandes sectores del imperio, clara prueba de la falta de popularidad de Cambises.
Cuando Cambises marchó contra Egipto, a principios de 525 AC, Amasis había muerto y
Psamético III había subido al trono. Al principio su campaña logró un éxito inusitado. Disfrutó de la
colaboración de las ciudades fenicias, incluso Tiro y la isla de Chipre, que pusieron sus flotas a su
disposición. También Polícrates de Samos rompió sus vínculos con Egipto para aliarse con Persia.
Fanes, un general de las fuerzas mercenarias egipcias, abandonó a Psamético y se pasó a
Cambises, ayudándolo en su campaña contra su señor anterior, especialmente cuando guió al
ejército persa para que cruzara a salvo el desierto rumbo al delta. La primera batalla ocurrió en
Pelusio, donde el ejército mercenario de Psamético sufrió una grave derrota. Cambises avanzó
inmediatamente hacia Menfis y tomó la ciudad después de sitiarla. También logró capturar al faraón,
que había reinado menos de seis meses.
Libia y Cirenaica se sometieron voluntariamente a los persas, pero fracasó una incursión en
el desierto occidental a causa de enormes pérdidas. Tuvo éxito otra campaña contra Etiopía, nombre
que se daba a Nubia, pero también fue muy costosa. Así todo Egipto y sus dependencias fueron
anexados al Imperio Persa. A fin de granjearse la buena voluntad de los egipcios, Cambises asumió
los títulos y realizó las funciones ceremoniales de un faraón. Organizó a Egipto convirtiéndolo en
una poderosa satrapía, que permaneció segura en manos de sus comisionados aún durante los
años cuando estuvo agitada la mayor parte del imperio.
Herodoto describe ciertas crueldades de que fueron víctimas los egipcios e insultos contra
sus dioses, pero sin duda sus informes son exagerados. Algunos creen que reflejan un cambio de
política después de los reveses de Cambises. Por lo menos las narraciones del historiador griego
revelan el odio que sentían los egipcios contra el conquistador. Es cierto que Cambises destruyó
algunos templos egipcios -tal vez donde se fomentaba agitación contra su régimen, - aunque también
hay testimonios de que favoreció a ciertos templos y les hizo concesiones. Por ejemplo, dispuso la
purificación del templo de Neit, en Sais, y respaldó los gastos de las fiestas en honor de dicha diosa.
Cambises dejó Egipto en 522 AC cuando recibió noticias de que un hombre que pretendía
ser su hermano Bardiya (Esmerdis) había usurpado el trono. El nuevo pretendiente fue ampliamente
aceptado en las provincias centrales de Persia, Babilonia y otros lugares. Mientras pasaba por Siria,
Aunque Darío, con la ayuda de algunos fieles partidarios, logró matar al falso Esmerdis -
llamado Bardiya en documentos babilónicos- y pudo ocupar el trono, devolviéndolo así a la casa de
los aqueménidas, se necesitó un largo tiempo y más luchas antes que por fin se lo reconociera en
todo el imperio. El mismo menciona 19 batallas reñidas contra sus enemigos y 9 reyes [vasallos, se
entiende] capturados antes de sentirse seguro en el trono. Entre los opositores hubo dos
pretendientes al trono de Babilonia que surgieron uno tras otro, diciendo ambos ser hijos de
Nabonido. El tumulto en el cual se halló Persia después de la usurpación del falso Esmerdis y la
muerte de Cambises duró casi tres años. Pero finalmente triunfó Darío sobre sus enemigos y quedó
como gobernante indiscutido del mayor imperio jamás visto por el mundo. Ese imperio se extendía
desde el Indo al este, hasta el Helesponto al oeste, y desde el monte Ararat, en el norte, hasta Nubia
en el sur. Después que Darío hubo aplastado toda oposición a su gobierno, comenzó un reinado de
paz que duró casi 30 años, y que le mereció el título de "el Grande".
Múltiples fueron las obras de paz que promovieron el bienestar y la felicidad de los países de
su imperio. En Egipto, Darío hizo terminar en canal entre el Nilo y el mar Rojo, que Necao II había
comenzado a cavar muchos años antes. Se edificaron puestos para abrevar sobre la carretera entre
Egipto y Palestina, y se organizó en todo el imperio un sistema postal muy eficiente (para despachos
de gobierno) con postas para caballos y jinetes a intervalos regulares. El nombramiento de naturales
de cada país para desempeñar cargos de responsabilidad en las administraciones provinciales y el
apoyo del rey a las prácticas y cultos religiosos de las naciones sometidas, le ganaron mucha buena
voluntad. Numerosas inscripciones de Egipto muestran cuántos templos reabrió o reparó Darío en
la tierra del Nilo y cómo mantuvo al sacerdocio egipcio con ricos obsequios, de manera que se lo
llama "el amigo de todos los dioses". Esta actitud benévola, mencionada también en los registros
griegos, respecto a santuarios y cultos de sus provincias occidentales resalta más en lo que atañe a
los judíos. Su cordial decreto no sólo les permitió terminar la construcción de su templo, sino que les
garantizó ayuda económica para sus servicios religiosos (Esdras 6: 6-12). Más aún, permitió que
sus súbditos viviesen de acuerdo con sus propias leyes, como puede verse por ejemplo en su trato
con Egipto. Ordenó que todas las leyes de Egipto fuesen recopiladas y publicadas. Por eso los
egipcios lo llamaron su sexto legislador.
En todo su trato con sus naciones subyugadas se discierne un esfuerzo sistemático por
continuar la política de Ciro y crear buena voluntad mediante un gobierno benéfico. Respetó los
sentimientos religiosos de otras naciones, sostuvo y fomentó sus cultos y toleró sabiamente sus
particularidades y costumbres nacionales.
Sin embargo, Darío fue un gobernante fuerte que mantuvo unido su imperio con una
determinación y prudencia de verdadero temple oriental. En sus palacios de Persépolis y Susa
Darío introdujo también un sistema monetario uniforme valiéndose de una moneda de oro,
cuyo nombre, dareikós (dárico), se derivada del suyo. Los lidios habían usado monedas desde el
Siglo VII AC, pero su uso había estado limitado mayormente a las naciones de habla griega. Ahora
Darío adoptó un sistema similar para todo el imperio. El dareikós valía unos 20 siclos de plata y el
rey tenía el monopolio de su acuñación, pero la emisión de monedas de plata y bronce quedaba en
manos de los diversos gobiernos provinciales.
La proverbial honradez de los persas fue también una gran bendición para el imperio. Su
religión les requería que fuesen veraces y que cuidasen del bienestar de los países donde vivían.
Por eso los persas diseñaron hermosos parques, llamados por los griegos paradéisoi (palabra
derivada del persa…), en muchas ciudades grandes, e hicieron mucho para proteger los bosques y
promover buenas prácticas y sabios métodos de agricultura.
Después que Darío hubo reinado pacíficamente unos 20 años, entró en una década de
intranquilidad política. Se sostuvieron guerras de desenlaces variables contra los griegos, hasta que
el imperio sucumbió ante los helenos. Las semillas de estas guerras habían sido sembradas en la
primera expedición europea de Darío contra los escitas nómadas, en 513 AC. Se emprendió esa
expedición para derrotar a esas tribus bárbaras en su país de origen a fin de evitar sus continuas
incursiones en los dominios de Darío en Asia Menor. Ocupó a Tracia, que quedaba entre el
Helesponto y Macedonia, con sus ciudades griegas; después avanzó sobre Escitia, donde el pueblo
desoló su propia tierra y huyó, pero hostigó al ejército de Darío hasta hacerlo retroceder. Sin
embargo, en 500 AC se produjo la revuelta jónica dirigida por Mileto. Esta rebelión se extendió a
muchas de las ciudades griegas gobernadas por Darío. Cuando fue quemada Sardis, centro de la
administración persa en Asia Menor, Darío se enfureció y juró que nunca olvidaría ni perdonaría ese
crimen. Sería desviarse demasiado el seguir en esta breve monografía histórica las distintas fases
de la revuelta griega y los contraataques persas. Baste decir que la poderosa ciudad de Mileto,
centro de la revolución, fue destruida en 494 AC para vengar la destrucción de Sardis.
A Darío I el Grande le sucedió Jerjes (486-465 AC) que no era su hijo mayor. Para el
estudiante bíblico Jerjes tiene una gran importancia pues es el Asuero del Libro de Esther. Aunque
no tuvo la grandeza de su padre, ni la de Ciro, tampoco la historia le otorga la imagen que el séptimo
arte ha popularizado con la película 300. Bueno, la imagen espartana, también está exagerada, y no
Darío había accedido al deseo de [su esposa] Atosa, hija de Ciro, y nombró a su hijo Jerjes
como su sucesor, aunque no era el hijo mayor. Según Herodoto, el nuevo rey era de buen parecer,
sin igual entre los persas en hermosura o fuerza física. Sin embargo, ni como caudillo militar ni como
monarca resultó un digno sucesor de Ciro o Darío. Sufrió graves derrotas, pero las aventuras
amorosas y las intrigas del harén parecen haberle interesado más que la política y los asuntos de
gobierno. Su carácter era inestable y vacilante; pero no básicamente malo ni fue la figura ridícula
descrita por los griegos, que lo odiaban.
La primera tarea de Jerjes después de subir al trono fue sofocar la rebelión egipcia. En 485
AC, penetró en Egipto y reconquistó el país en una corta campaña. Egipto, que había defendido
valerosa pero infructuosamente su libertad, fue puesto en mucho más "dura servidumbre" que antes
de la rebelión y colocado bajo el dominio férreo de Aquemenes, hermano de Jerjes. Durante casi 25
años no hubo dificultades para los persas en la tierra del Nilo.
Probablemente en 482 AC, sólo dos años después de sofocada la rebelión egipcia, estallaron
dos serias revueltas en Babilonia. La primera fue encabezada por Belsimani en agosto. Después de
su fracaso, una segunda revuelta fue encabezada por Samas-eriba en septiembre del mismo año.
Jerjes comisionó a su joven yerno Megabises para que sofocase estas rebeliones con mano férrea.
Babilonia, que no había sido destruida por Ciro debido a su importancia como centro cultural del
mundo, fue cruelmente castigada por su rebelión. Quizá fue ese mismo año cuando Jerjes hizo
destruir las fortificaciones de la ciudad, así como sus palacios y templos, incluso el glorioso templo
de Esagila con su famoso zigurat (torre templo) Etemenanki. La estatua de oro de Marduk, cuyas
manos todos los reyes, inclusive los persas, apretaban cada año nuevo babilónico, a fin de hacer
confirmar el título de "rey de Babilonia", fue enviada a Persia; entonces se unió el reino de Babilonia
a la provincia de Asiria. Nunca se volvió a usar el orgulloso título de "rey de Babilonia". Se destruyó
a Babilonia, "la gloria de los reinos, y la hermosura de la excelencia de los caldeos", para nunca ser
restaurada a su gloria anterior, aunque permaneció como ciudad, parcialmente en ruinas, hasta
después de los días de Alejandro… Las profecías pronunciadas más de dos siglos antes por Isaías
(capítulo 13: 19-22), finalmente comenzaban a cumplirse, y la altiva nación recibió su merecido por
el orgullo, la arrogancia y la crueldad que había demostrado al tratar con los pueblos subyugados.
Los registros de Nipur, en Mesopotamia, revelan que pocos años más tarde gran parte del territorio
estaba en manos persas. Esto parece indicar que Jerjes confiscó las propiedades de muchos
babilonios pudientes y las entregó a nobles persas. También es evidente por los registros
cuneiformes que los judíos babilónicos asimismo se beneficiaron con estas medidas…
En sus guerras contra los griegos, Jerjes no tuvo buen éxito. Durante mucho tiempo apareció
vacilar sobre si debía continuar las guerras de su padre contra Grecia o limitar su gobierno al Asia.
Herodoto cuenta cómo un sector de sus consejeros, encabezado por su tío Artabán, favorecía la
paz, mientras que otro, cuyo paladín era Mardonio, deseaba la guerra, y que el partido belicoso
obtuvo finalmente el apoyo del rey y por todo el imperio se hicieron los preparativos para una nueva
expedición. Algunos creen que su lentitud se debió a que hubo una preparación metódica. La
invasión de Grecia comenzó con el cruce del Helesponto en 480 AC. Sería desviarse de nuestro
objetivo intentar en esta monografía una descripción de la bien conocida tercera [en realidad la
segunda, la tercera sería otra derrota con Artajerjes I en 465 AC, mientras aún reinaba Jerjes] guerra
médica, y seguir a las fuerzas imperiales hasta Artemisio y el desfiladero de las Termópilas, donde
los valientes griegos comandados por Leónidas sostuvieron una de las más famosas batallas
defensivas de la historia. Los persas tomaron Atenas, que había sido abandonada, pero perdieron
la batalla naval en Salamina, y tuvieron que retirarse vencidos.
Más desastrosa que la campaña de 480 AC fue la del siguiente año (479 AC) cuando las
fuerzas de Jerjes, encabezadas por Mardonio, sufrieron en un día una doble derrota en Platea,
Grecia, y en el promontorio de Micala en la costa del Asia Menor. Los persas abandonaron a Grecia
y limitaron su dominio, de allí en adelante, al continente asiático; pero aún allí los griegos
demostraron su superioridad como soldados, cuando bajo el mando de Cimón, derrotaron a los
persas a orillas del río Eurimedonte en Panfilia. En un solo día de 466 AC, 14 años después de sus
grandes derrotas en Grecia, fueron destruidos el ejército y la flota persas y 80 naves auxiliares
fenicias. Acerca de esta batalla, un poeta griego pudo declarar que "desde que el mar ha separado
a Asia de Europa y desde que el tormentoso Ares ha regido las ciudades de los hombres, ninguna
hazaña igual fue realizada por los humanos ni en la tierra ni en el mar".
El prestigio de Jerjes debe haber sufrido muchísimo por las diversas catástrofes que
experimentaron las fuerzas imperiales, pero el rey no parece haberse perturbado mucho. Sin
embargo, el serio desastre en el Eurimedonte puede haber ocasionado el complot contra su vida
Su sucesor fue Artajerjes I, 465-423 AC, que debió enfrentar a los homicidas de su padre y
recuperar el trono. Durante el reinado de este rey se produce la salida de la orden para reedificar
Jerusalem, que es un hito clave para la profecía de los 2,300 días que estudiaremos luego.
Artabán, confidente y poderoso visir de Jerjes, parece haber dado muerte al rey con la
esperanza de ocupar el trono. Después de eliminar a Jerjes y creyendo que fácilmente podría
dominar al príncipe más joven Artajerjes, cuyo carácter débil conocía muy bien, acusó al príncipe
heredero Darío de haber asesinado a su padre. Artajerjes creyó la acusación y por eso autorizó a
Artabán para que matara a Darío; pero cuando supo por su cuñado Megabises quién era el
verdadero asesino de su padre, mató al poderoso y peligroso cortesano.
Como su padre, Jerjes, el joven gobernante no era un hábil caudillo ni un fuerte general. Si
la corona no hubiese tenido un vigoroso puntal en el abnegado Megabises, seguramente Artajerjes
no habría conservado el trono por mucho tiempo. Vivió mayormente en sus espléndidas ciudades,
hizo que sus generales dirigieran sus guerras, fue dominado por su madre y su esposa, y
generalmente se mostró indeciso respecto al curso de acción que debía seguir. Siendo que era
fácilmente persuadido por consejeros de influencia para hacer el bien o el mal, nunca podía confiarse
en su palabra. Es notable que su imperio se mantuviese tan bien unido durante su reinado.
Fue también durante este tiempo cuando la flota persa sufrió una seria derrota en la batalla
naval contra los atenienses, cerca de Salamina, en Grecia. Cansado de una guerra larga y sin
propósito, y puesto que parecía estar en juego la existencia misma del imperio, Artajerjes firmó la
Poco se sabe de los últimos 20 años del gobierno de Artajerjes, en los cuales el imperio no
parece haber sufrido calamidades de importancia. El rey siempre fue un gobernante débil y déspota
cuyas acciones dependían de su buen o mal estado de ánimo.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 63, 64
El decaimiento del imperio se hace más evidente con la asunción de Darío II (423-405/4 AC)
en quien parecen reunirse todos los defectos como gobernante y persona. Aunque quedaban cerca
de 90 años de hegemonía medo-persa pero ya se hacían evidentes los motivos que le llevarían a
caer con relativa facilidad en manos de Alejandro.
Cuando Artajerjes murió hacia fines del año 41 de su reinado, quizá en febrero de 423 AC,
nuevamente prevalecían condiciones caóticas, Jerjes, el hijo mayor, ascendió al trono como Jerjes
II, pero con la ayuda de algunos eunucos, fue muerto después de pocas semanas por Secidiano,
uno de sus medio hermanos. Sin embargo, el asesino no pudo mantenerse en el trono y pronto fue
eliminado por otro medio hermano, Oco, quien llegó a ser rey con el nombre de Darío II. Este Darío,
siendo un hombre débil, fue completamente dominado por Parisatis, su esposa y hermana, mujer de
carácter traicionero y cruel. Con el auxilio de algunos eunucos, ella fue quien gobernó el reino y le
acarreó vergüenza por una serie de crímenes ignominiosos.
Esta situación oprobiosa ocasionó un verdadero desprecio por la autoridad real en todo el
imperio y desató una serie de revueltas que surgieron al gobierno en una crisis tras otra. Debe
mencionarse una de esas rebeliones. Fue encabezada por Arsites, hermano del rey, apoyado por el
sátrapa de Siria, Artifioa, hijo de Megabises. Ambos, confiando en la palabra de Parisatis y Darío, se
rindieron finalmente, pero fueron muertos de una manera pérfida y vergonzosa.
Durante sus últimos dos años Darío fue afligido por enfermedades, desasosiego en Egipto, y
una reyerta doméstica por la sucesión al trono en vista de su muerte inminente. Después del fracaso
de la rebelión de Inaro, Egipto había soportado resignadamente su humillante posición. Pero la obvia
y creciente debilidad del gobierno persa y la continua agitación de todo el imperio hicieron que los
nacionalistas egipcios se reanimaran y se levantasen contra sus opresores. La rebelión se manifestó
abiertamente en ocasión de la muerte de Darío y se proclamó rey de Egipto a Amirteo. El movimiento
de liberación comenzó en el delta y avanzó lentamente. Tan sólo a fines del siglo todo Egipto les fue
arrebatado a los persas, como lo sabemos ahora por el papiro arameo de Brooklyn…
Con la muerte de Darío II en 405 o 404 AC y la ascensión al trono de su hijo mayor Artajerjes
II, la historia persa inicia un período del cual no existen registros bíblicos.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo III, 64, 65
Aunque escapa algo al enfoque de este tratado citaremos algo sobre la religión persa y la influencia
que algunos cambios de esta pudieron provocar en el entorno político. Algunos de estos dioses o religiones
“sobrevivieron” a la caída del imperio, y tuvieron gran influencia en Roma, como el mitraísmo, en especial.
La religión original de los persas estaba estrechamente vinculada con la que fue común a
todas las naciones arias, como los mitanios del norte de Mesopotamia en el segundo milenio AC, o
Media y la India de tiempos posteriores. Los arios, politeístas, tenían como principales dioses las
deidades de la naturaleza, el dios del cielo atmosférico llamado por los persas Ahuramazda, "señor
sabio" (el Varuna indio, señor del cielo); Mitra, el dios de la luz y los tratados (o convenios); Indra, el
antiguo dios ario de las tormentas, y los mellizos aurigas, llamados ambos Nasatya. Los sacerdotes
de esta religión popular eran los magos, que según Herodoto, descendían de una antigua tribu meda
que había tomado posesión del sacerdocio, y monopolizaban todos los ritos y sacrificios religiosos.
Un gran cambio religioso fue efectuado por Zaratustra (Zoroastro), fundador de una nueva
religión persa monoteísta. Se desconoce la época cuando actuó. Se ha sugerido cada siglo desde
el XI hasta el VI como la época en la cual vivió Zoroastro. Parece más plausible que hubiera vivido
a fines de este período que en los primeros siglos, probablemente durante el reinado de Ciro o poco
antes. Esto se basa en que Darío I, que fue sumamente adicto a la nueva religión, afirma que
No se sabe con certeza si Ciro y Cambises eran todavía adoradores de los antiguos dioses
iranios de la naturaleza o ya eran discípulos de Zoroastro, aunque parece cierto que estaban muy
influidos por la nueva religión. El falso Esmerdis, que anteriormente había sido mago, debe haber
pertenecido al antiguo clan religioso, porque Darío habla de él con desprecio por haber destruido
santuarios, que los seguidores de Zoroastro, como Darío, usaban como lugares de culto. Darío I,
Jerjes y Artajerjes I fueron zoroástricos puros, y el único dios invocado en sus inscripciones persas
es Ahuramazda.
Había gran tolerancia para con otras religiones, y de buena gana se hacían concesiones a
otros pueblos respecto a sus costumbres y ritos religiosos, aunque Zoroastro mismo había
rechazado a todos los demás dioses. Esta tolerancia para con otros grupos religiosos muestra que
los reyes persas eran gobernantes sabios, ansiosos de fomentar buena voluntad entre seas súbditos
que pertenecían a muchos y diferentes grupos étnicos y religiosos. El monoteísmo de los judíos
parece haber sido especialmente atractivo para los persas, y por eso se les hicieron muchas
concesiones. Demuestran esto los diversos decretos reales hallados en Esdras y Nehemías, y por
los documentos judíos que se han descubierto en Elefantina (Egipto).
Los griegos -los helenos- son pueblos indoeuropeos procedentes de las regiones danubianas
que, a partir del siglo XVI AC, se diseminaron por la península balcánica, entre el Adriático y el mar
Egeo. Los primeros que llegaron fueron los aqueos, que se instalaron en el Peloponeso; la segunda
oleada fue la de los jonios, asentados en la Grecia central; y la tercera oleada fue la de los eolios y
tesalios, que poblaron las regiones más septentrionales del país. Estos helenos ya se hallaban
altamente civilizados: conocían las técnicas fundamentales de la agricultura y la ganadería, sabían
trabajar los metales y asimilaron perfectamente las civilizaciones autóctonas preexistentes (las de
Creta y el mar Egeo). Nada más llegar, fundan las primeras ciudades-estados, características de su
futura organización política, unas marítimas (como Argos, Atenas, Corinto), otras continentales
(como Esparta, Tebas) y se desparraman por las islas y las riberas asiáticas del mar Egeo (Sardes,
Mileto, Halicarnaso, Samos o Rodas, por ejemplo), así como por las costas de Sicilia y del sur de
Italia (Magna Grecia). [Ver mapa de la Grecia del Siglo VIII AC en la página siguiente].
Hasta el siglo V AC, estos microestados independientes, donde florecían en gran número
brillantes inteligencias, los mayores escritores y los artistas de mayor talento que nunca había
conocido el mundo antiguo, y cuyo territorio se limitaba a una ciudad (la mayoría de las veces
En el transcurso del siglo V AC, dos sacudidas guerreras estremecen el mundo griego: las
Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso. Las primeras enfrentaron al Imperio Persa con las
ciudades griegas, coaligadas en lo que se llamará la Liga de Délos; fueron ganadas por los griegos
y concluyeron mediante la “paz de Calías”, en el año 449 AC; la segunda fue una larga guerra que
duró cerca de treinta años (431-404 AC) entre Atenas y Esparta, que se disputaban la hegemonía
sobre las restantes ciudades de la Grecia continental: fue ganada por Esparta y provocó la ruina de
Atenas.
La victoria de Esparta marcó no sólo el fin del poder ateniense, sino también el fin de la Liga
de Délos y la democracia en Grecia. Cada ciudad se organizó, durante un tiempo, por el modelo
lacedemonio, con un gobierno oligárquico. No obstante, la hegemonía espartana fue precaria y las
ciudades griegas recuperaron con bastante rapidez su independencia: Tebas, por ejemplo,
Después de las guerras del Peloponeso, estalla el marco tradicional de la ciudad griega. A
principios del siglo IV AC, se instala una crisis económica que tuvo como por efecto inevitable la
división de los ciudadanos en dos clases: los ricos y los pobres. Guerras civiles, motines provocados
por el hambre y distintas revueltas estallaron por todas partes, con la consecuencia de un exilio
general de los griegos; los más jóvenes se alquilan como mercenarios a los pueblos en guerra en el
entorno del mar Egeo (y en particular a los ejércitos del Imperio Persa). Por último, en el siglo IV AC
asistimos al desarrollo en el norte del territorio griego de un Estado semibárbaro, el reino de
Macedonia, …un Estado monárquico, con una aristocracia militar (de caballeros) que reina sobre un
pueblo de campesinos que habla una lengua muy cercana al griego. A partir de las Guerras Médicas,
los reyes de Macedonia mantienen relaciones principalmente comerciales, a veces pacíficas, a
veces tensas, con Atenas, que domina todo el norte del mar Egeo. A principios del siglo IV AC el
reino de Macedonia va transformándose lentamente y pierde su carácter rural: en los campos
aparecen burgos que se convertirán en ciudades, y la caballería aristocrática se acompaña ahora
de una infantería pesada popular (los hoplitas macedonios), creada en la primera mitad del siglo IV
AC durante los reinados de los reyes Arquelao, Alejandro II y Perdicas.
Roger Caratini, Alejandro Magno, 9, 10
Los pueblos que vivían en Grecia, en las islas del mar Egeo y en la costa occidental del Asia
Menor, históricamente formaron parte de las sucesivas oleadas migratorias de pueblos indoeuropeos
que vinieron del noreste en el segundo milenio AC… A fines del siglo VI AC se originó en Grecia una
forma de gobierno democrático de ciudades-estados. Cada ciudad era una democracia directa, no
representativa, en la cual todos los ciudadanos se reunían para decidir por votación todos los
asuntos. Esto fue posible porque cada núcleo de ciudadanos era pequeño (la mayoría de los cuales
estaba compuesta de esclavos y forasteros sin reconocimiento político o social). Esos pequeños
estados griegos independientes fueron desarrollando principios democráticos de administración y
finalmente desafiaron al poder autocrático de Persia.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 21
Mientras esto ocurría en Europa, muy cerca, en Asia los imperios se formaban y se generaban
las condiciones para la confrontación futura.
En los siglos XI-X AC, mientras en la Grecia continental se difunde el pastoreo, otros
indoeuropeos, salidos de las estepas y las llanuras de esos países que los geógrafos antiguos
llamaban Bactriana y Sogdiana (el noroeste de Afganistán, Turkmenistán y Uzbekistán actuales),
hacen su aparición en la meseta irania y descienden lentamente hacia la fértil Mesopotamia (el actual
Irak): son los medos y los persas. Tienen piel blanca, nariz recta, rostro ovalado, cabellos lisos, barba
espesa, y, según las tradiciones, su religión, el zoroastrismo, les ha sido revelado por un sabio
llamado Zoroastro, al que se atribuye un conjunto de textos sagrados conocido como el Zend-Avesta,
que habría estado formado por veinte libros de 100.000 versos cada uno, redactados sobre 120.000
pieles de vacas secas, en una lengua de la antigua Bactriana, el avestino.
En esa época los reinos semitas de Asiría y Babilonia son las grandes potencias políticas,
militares y culturales de Mesopotamia -con Asur, Nínive y Babilonia como capitales-, y sus reyes se
preocupan ante la llegada de estos vecinos turbulentos y extraños. Al principio se disponen a luchar
contra ellos, a vencerlos y deportarlos a los desiertos de Siria, de la misma manera que el rey
neobabilonio Nabucodonosor II llevará a los judíos en cautividad a Babilonia, en el año 586 AC.
Los medos fueron los primeros en unirse y en constituir un reino, con Ecbatana como capital;
pero hubieron de sufrir la dominación de los semitas asirios: el rey asirio Sargón II deportará a Siria
al primer rey medo conocido, Dejoes (en 751 AC), y uno de sus sucesores, el famoso conquistador
Asurbanipal, ocupará la Media durante cerca de treinta años. Luego los medos se liberaron del yugo
asirio, destruyeron Asur y Nínive, y Asiría saldrá de la historia durante los reinados de los reyes
medos Ciaxares y Astiages (que muere en 549 AC).
Roger Caratini, Alejandro Magno, 10, 11
La confrontación entre el Imperio Persa y las ciudades estado griegas, la pugna entre Esparta
y Atenas (que se desequilibró en favor del primero en la Guerra del Peloponeso, aunque Tebas
resultó a la postre la más beneficiada) proveyó el telón de fondo para la aparición de Macedonia,
bajo el liderazgo de Filipo II, padre de Alejandro.
Aunque el proceso fue lento, las colonias griegas jónicas en la costa oriental del mar Egeo,
antiguamente sometidas a Lidia, fueron incorporadas al Imperio Persa junto con Lidia. Medio siglo
Mientras Grecia se hallaba sumida en conflictos, Macedonia -país semigriego del norte- se
constituyó en Estado monárquico y procuró extender su territorio. Cuando Artajerjes III (Oco) llegó a
ser rey de Persia, Filipo II (de 23 años de edad) subió al trono de Macedonia y comenzó la formación
de un ejército nacional, y pronto obtuvo la supremacía sobre casi toda Grecia. Pero Filipo fue
asesinado [336 AC] antes de que se pudiera ejecutar su plan de que una unión greco-macedónica
atacara a Persia [vea el mapa siguiente del Reino de Macedonia a la muerte de Filipo II].
Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 21, 23
El joven e intrépido Alejandro luego de lograr el apoyo de las ciudades estado griegas, a las
que ya había vencido su padre, incluida alguna rebelión que el mismo Alejandro sojuzgó con dureza,
como el asedio de Tebas, se lanzó contra el más grande imperio que jamás había existido y lo
derrotó en tiempo récord y con una facilidad asombrosa, como el macho cabrío con el carnero. Había
ya doblegado a la alianza tebano-ateniense en la famosa batalla de Queronea (338 AC, cuando su
padre aún vivía y él guerreaba con apenas 18 años) y la Liga de Corinto estaba en sus manos, ahora
Alejandro dispuso que Darío fuera sepultado en forma regia, y después continuó con su
expedición. En el lapso de tres años, llegó hasta el río Yaxartes (ahora Sir Daria, que desemboca
en el mar Aral) y el río Indo. En 326 AC cruzó el Indo y penetró en el norte de la India; hasta aquí
sus hombres estuvieron dispuestos a seguirlo. Después regresó por la vía de la costa (325 AC) hasta
Susa, donde se realizaron festejos por la fundación de una nueva monarquía mundial (324 AC)
destinada a unir el Oriente y el Occidente por medio de la civilización griega. Para consolidar la unión
de los pueblos griego y persa, Alejandro y algunos de sus oficiales macedonios tomaron esposas
persas. Además, fundó muchas ciudades griegas por todo el vasto imperio. En 323 AC se
encontraba en Babilonia para presidir la organización de una expedición a Arabia, y lo atacó una
fiebre mortal. Murió el 13 de junio de 323 AC, tras haber reinado en lugar de Filipo, su padre, durante
unos 13 años.
Alejandro cambió la organización política en un tiempo muy corto; pero no había intentado
cambiar la religión de los pueblos conquistados. Continuó el zoroastrismo persa, que ha sobrevivido
a través de los siglos. Los egipcios, los judíos y los griegos conservaron sus religiones; pero el
pensamiento de la humanidad en todo el mundo mediterráneo fue afectado por la propagación de
las ideas helenísticas y por el concepto que tenía Alejandro de un imperio mundial de razas y pueblos
unidos por un idioma, literatura y cultura comunes.
El período helenístico iniciado por Alejandro preparó el camino para la civilización greco-
romana, en la cual fue modificado el judaísmo y el cristianismo llegó a ser una fe de alcances
mundiales.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo V, 23, 24
La sorpresiva muerte del joven caudillo macedónico dejó un vacío de poder que desencadenaría en
la disolución del imperio, aunque las partes seguirían siendo notables como lo adelantaba la profecía. Ha
sido evidente que al gran conquistador le faltó la sabiduría que dan los años, así como la experiencia en el
gobierno. No había pensado en el imperio si él faltaba, su sucesor era un niño y existían demasiados
elementos en pugna que vieron en el inmenso imperio de Alejandro una oportunidad única. Al no haber un
líder indiscutido, como él había sido, muchos de los generales de Alejandro se sintieron con derecho a
reclamar su lugar en la historia, saliendo de la oscuridad que la sombra del macedonio provocaba. Vea un
mapa del imperio y la secuencia de batallas en la conquista de Alejandro en la página siguiente.
No fue una tarea fácil la administración del territorio persa que acababa de ser conquistado.
Los generales de Alejandro convinieron en colocar en el trono a Filipo Arrideo [Filipo III, 323-317
AC], débil mental y medio hermano de Alejandro, como rey juntamente con el niño Alejandro, hijo de
Roxana, princesa de Bactriana, nacido después de la muerte de su padre. Caudillos macedónicos
En la larga y compleja lucha por el poder entre los numerosos "sucesores" rivales, las
disputas tendieron a centrarse en la tentativa de Antígono por ganar y conservar el poder para sí
[ver un mapa del territorio en el 315 AC con claro predominio de Antígono]. Sus principales
oponentes -Casandro en Macedonia, Tolomeo en Egipto y Lisímaco en Tracia- formaron una alianza
propuesta por Seleuco. Cuando se vio que ninguno ganaría en la lucha, se llegó a un convenio en
311 AC, que dejó los principales territorios del imperio en manos de los cinco caudillos... La siguiente
década fue sumamente confusa: Casandro ordenó asesinar a Alejandro (el rey niño) [Alejandro IV,
317-311 AC, 12 años de edad al morir, Alejandro su padre había sido Alejandro III, el Magno] y a su
Sin embargo, durante algunos años los generales macedonios de Alejandro intentaron
conservar -en teoría si no en la realidad- la unidad del vasto imperio. Alejandro murió sin arreglar la
sucesión de su trono. Primero su medio hermano Felipe, débil mental, y después su hijo póstumo,
Alejandro, fueron reyes titulares bajo la regencia de uno u otro de los generales, y el imperio dividido
en un gran número de provincias, las más importantes de las cuales fueron regidas por unos seis
generales principales que actuaron como sátrapas…
Pero la autoridad central -es decir, los regentes de los dos reyes títeres- nunca fue lo
suficientemente fuerte como para unir al vasto imperio. Después de unos doce años de luchas
internas, durante las cuales el dominio de diversas zonas del territorio cambió de mano repetidas
veces y en los que ambos reyes fueron muertos, Antígono surgió como el último de los pretendientes
al poder central sobre todo el imperio. Se le oponía una coalición de cuatro poderosos caudillos:
Casandro, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo, que tenían la intención de dividirse el territorio entre ellos.
En 306 AC Antígono se declaró rey (conjuntamente con su hijo Demetrio) de toda la nación y sucesor
de Alejandro. Ante esto, los cuatro aliados, dejando su título inferior de sátrapas, se declararon reyes
de sus respectivos territorios…
Comentario Bíblico Adventista, Tomo IV, 848, 849
La larga lucha a muerte entre los defensores de la unidad bajo el cetro de Antígono y Demetrio
y los partidarios de la partición entre los cuatro generales fue resuelta en la batalla de Ipso en 301
AC, Antígono fue muerto, Demetrio huyó y su territorio fue dividido. Con excepción de pequeños
fragmentos, esto dejó en pie cuatro reinos independientes… en lugar del inmenso imperio que
Alejandro había formado pero que no había logrado consolidar. Ptolomeo tenía Egipto, Palestina y
parte de Siria; Casandro dominaba Macedonia con soberanía nominal sobre Grecia; Lisímaco tenía
Tracia y una gran parte del Asia Menor; y Seleuco poseía la mayor parte de lo que había sido el
Imperio Persa: parte del Asia Menor, el norte de Siria, Mesopotamia y el oriente. Demetrio, sólo
quedó con la flota y varias ciudades costeras que no llegaron a conformar un reino, aunque más
tarde desplazó a los herederos de Casandro y fundó la dinastía antigónida en Macedonia.
Comentario Bíblico Adventista, Tomo IV, 849
Finalmente, unas dos décadas después, los 4 reinos se convirtieron en 3 y la dinastía de Antígono,
muerto en la batalla de Ipso, finalmente se haría del control de Macedonia reemplazando a Casandro. El
gran dominador sería el imperio seléucida que tendría gran importancia para Israel, pero que había
cambiado de dueño en algún momento.
No muchos años después de la batalla de Ipso (301 AC), Lisímaco logró el dominio de dos
de las cuatro divisiones del imperio -las que se habían convenido en 301 AC- la occidental y la del
norte. Pero Lisímaco fue derrotado y muerto en una guerra con Seleuco en 281 AC, después de lo
En 279 AC los galos invasores -una oleada oriental de bárbaros bien conocidos en la historia
romana- entraron en Macedonia y Grecia, de donde fueron expulsados. Algunos de ellos invadieron
grandes partes de Asia Menor. Amparados por reyes locales que querían hostigar a los gobernantes
de linaje seléucida, saquearon el país durante muchos años y consiguieron tributos mediante
extorsiones. Finalmente, después de casi medio siglo, fueron decisivamente derrotados por el
gobernante de Pérgamo, que más tarde se convirtió en el más importante de los pequeños Estados
que surgieron de los fragmentos del imperio de Lisímaco. De allí en adelante esos galos quedaron
restringidos a la región de Asia Menor, de donde ésta tomó el nombre de Galacia. Posteriormente
esa zona se convirtió en una provincia romana, donde Pablo fundó varias iglesias y a las cuales
escribió la Epístola a los Gálatas…
El vasto, pero efímero imperio de Alejandro, había una vez más cumplido la profecía. Había
derrotado al carnero medo-persa, se había fragmentado como adelantaba la profecía, y ya veía en el
horizonte el nuevo reino de hierro que gobernaría el mundo.
Dios le bendiga.