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De Carrasco N

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UNIVERSIDAD DE CHILE

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Departamento de Derecho Comercial

LOS ÓRGANOS DE LA QUIEBRA.


Con las modificaciones introducidas por la Ley N
° 20.004 y por la Ley N ° 20.073.

Memoria para optar al Título Profesional de Licenciado en


Ciencias Jurídicas y Sociales.

NICOLÁS IGNACIO CARRASCO DELGADO

Profesor Guía: Gonzalo Eyzaguirre Smart.


Profesor Informante: Rafael Gómez Balmaceda

Santiago, Chile
2007
Agradezco a mis Padres, a mis
Hermanos, a mis Abuelas, a la
Universidad y a mi gran amor
Daniela.

2
INDICE

MATERIAS PÁGINAS
Índice………………………………………………….. i a iv

Introducción…………………………………………… 1a6

Capitulo I: Los Órganos de la Quiebra

Título I: Introducción a los Órganos de la Quiebra

1. Generalidades……………………………….………… 7

2. La acción ejecutiva individual y la acción ejecutiva


colectiva....…………………….………………………….... 7 a 15

3. Naturaleza jurídica de la Quiebra………………………. 15 a 17

4. La estructura particular de la Quiebra…………………… 17 a 20

Título II: Los Órganos de la Quiebra

1. Planteamiento de la teoría del órgano en relación


con los órganos de la quiebra……………………………... 20 a 23

2. Elementos de la Teoría del Órgano...………..…………. 23 a 25

3. Aplicabilidad de los elementos de la teoría del


órgano a los órganos de la quiebra………………………... 25 a 29

4. Diferencias existentes entre los órganos de la quiebra y


los sujetos de la quiebra…………………………………… 29 a 31

5. Conceptualización de los órganos de la quiebra a través


de sus características….…………………………………... 31 a 36

Capitulo II: La nueva estructura orgánica de la quiebra con


Posterioridad a las modificaciones introducidas por la Ley
N ° 20.004 y la Ley N ° 20.073

3
1. Aclaración previa…..…………………………….. 37 a 40

Título I: La Ley N ° 20.004 que establece normas sobre


Fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de
la quiebra, fortalecimiento de la labor de los síndicos y de la
Superintendencia de Quiebras

1. Introducción…………………….……………………… 41 a 42

2. Origen de la Ley…………………....………..…………. 42 a 45

3. Razones que motivaron la dictación de la Ley…………. 45 a 55

4. Experiencia comparada sobre los órganos de la quiebra. 55 a 68

5. Contenido de la Ley….………………………………… 68 a 78

Título II: La Ley N ° 20.073 que establece normas sobre


Convenios Concursales

1. Introducción…………………….……………………… 78 a 79

2. Orígenes y razones que motivaron la dictación de la


Ley……………………………………....………..……….. 79 a 94

3. Experiencia comparada respecto de los convenios……. 94 a 101

4. Contenido de la Ley….………………………………… 102 a 129

Capitulo III: El Tribunal de la Quiebra

1. Generalidades………………………………………….. 130 a 133

2. Tribunal Competente…………………...…………….. 133 a 141

3. Atribuciones del Tribunal de la Quiebra.……………… 141 a 170

4. Situaciones en las cuales el juez debe declarar la


Quiebra de oficio en materia de
Convenios Concursales………………………………….... 171 a 176

5. Consideraciones Finales sobre el Tribunal de la Quiebra 177 a 183

4
Capitulo IV: La Superintendencia de Quiebras

1. Antecedentes históricos de la Superintendencia de


Quiebras…………………………………………………… 184 a 187

2. Naturaleza Jurídica de la Superintendencia de


Quiebras…………………………………………………… 187 a 189

3. Características de la Superintendencia de Quiebras...….. 189 a 191

4. Organización de la Superintendencia de Quiebras.…..… 191 a 194

5. Rol de la Superintendencia de Quiebras…………….... 194 a 196

6. La Superintendencia de Quiebras: ¿Es un Órgano de la


Quiebra?……………………………...…………………… 196 a 197

7. La Superintendencia de Quiebras: ¿Es una Institución


Original del Derecho Nacional?.....................................….. 198 a 200

8. Funciones de la Superintendencia de Quiebras…..…..… 200 a 236

Capitulo V: La Junta de Acreedores

1. Generalidades………………………..……….………… 237 a 239

2. Evolución Histórica de la Junta de


Acreedores en la Legislación Chilena…………………….. 239 a 242

3. Naturaleza Jurídica de la Junta de Acreedores……...…… 243 a 248

4. Características de la Junta de Acreedores……………… 248 a 254

5. Facultades de la Junta de Acreedores……….……….…… 254 a 271

6. Organización y Funcionamiento de la Junta de Acreedores 271

7. Disposiciones Generales a las Juntas de Acreedores…...…… 272 a 277

8. Reunión Constitutiva…………………………………… 277 a 281

9. Junta de Planificación…….………………..……….………… 281 a 282

5
10. Juntas Ordinarias de Acreedores……………………………... 282 a 284

11. Juntas Extraordinarias de Acreedores…………………...…… 284 a 286

12. Los acuerdos de la Junta de Acreedores………..……… 286 a 290

13. Impugnación de los acuerdos de las Juntas de Acreedores 290 a 295

14. Conclusiones…………………………………………...…… 295 a 299

Capitulo VI: Los Síndicos de Quiebras

1. Generalidades……………….…………………………… 300 a 302

2. Naturaleza Jurídica de los Síndicos.……………………….. 302 a 311

3. Nombramiento necesario para actuar como


Síndico……………………………………………………….. 311 a 323

4. Designación de los Síndicos………….…………………… 323 a 336

5. Funciones de los Síndicos…………………………...…… 336 a 350

6. Remuneraciones de los Síndicos………………………… 350 a 356

7. Delegación de Funciones del Síndicos…………….………… 356 a 358

8. La Cuenta del Síndicos………..……………………………... 358 a 362

9. Síndicos Especiales de Quiebras…….…………………...…… 362 a 363

10. Exclusión de la Nómina Nacional de Síndicos…………. 363 a 368

11. Término de la Gestión del Síndico…………………………… 368 a 370

12. La Responsabilidad del Síndico………….……………...…… 371 a 376

Conclusión…………………………………………………… 377 a 384

Bibliografía……………………………………………........... 385 a 395

6
INTRODUCCIÓN

La Quiebra es el procedimiento concursal de mayor importancia dentro de los distintos


procedimientos de esa naturaleza que existen. La concursabilidad de un procedimiento implica
que la consecuencia de la crisis económica de la empresa, esto es, la insatisfacción de los
acreedores, sea reparada mediante una regulación de todas las relaciones jurídicas involucradas,
y no solamente esto, sino con una regulación igual para todos los acreedores (principio de la par
condictio creditorum), salvo las naturales causas de prelación de créditos.

A esta regulación legal especial, que se denomina Quiebra, vamos a dedicar la presente tesis.

La Quiebra constituye un mecanismo de vital importancia para la marcha de la economía. De


la correcta regulación de la Quiebra depende el menor o mayor tiempo que los activos
productivos de la empresa en falencia se encuentran fuera del ciclo de producción. La correcta
asignación de los activos de una empresa que ha caído en cesación de pagos, está condicionada
por una eficiente normativa que entregue esos activos a donde se los valorice de una mayor
forma. Las normas que desarrollan el proceso de quiebras deben considerar el valor de todos
aquellos intereses que se encuentran involucrados en dicho procedimiento concursal, sean éstos,
intereses laborales, económicos, familiares, financieros, contables y penales.

En suma, la Quiebra constituye un mercado corporativo, si consideramos un concepto amplio


de éste último término, referente a toda regulación que tienda a proporcionar a los proveedores
de recursos económicos y financieros un justo retorno de su inversión o créditos. Así las leyes
que traten la Quiebra deben establecer una regulación capaz de permitir un retorno adecuado a
los acreedores, como proveedores de recursos económicos al deudor - fallido, de suerte que el
caer en insolvencia, por parte de una persona. no signifique efectos reflejos de importancia para
las demás personas vinculadas jurídica y económicamente con el fallido, de manera que ellas
también corran el riesgo de verse involucradas en un procedimiento concursal de Quiebras. La
regulación de la Quiebra debe impedir que los efectos nocivos de una, se propaguen
indefinidamente a todos aquellos que dependan el pago de sus créditos, del cumplimiento de las
obligaciones por parte del fallido. Si la regulación no cumple ese objetivo, estaría siendo un

7
estorbo, más que una correcta formulación de política legislativa tendiente a evitar el
rompimiento de la circulación del crédito.

Podemos apreciar con lo dicho, que la Quiebra presenta características especiales al resto de
las materias e instituciones que uno normalmente estudia en el ámbito del derecho privado. Estas
singularidades de la Quiebra se expresan en el carácter subsidiario de la aplicación de sus
normas, por cuanto viene a constituir un mecanismo de ultima ratio en lo que a procedimientos
concursales se refiere. La modernización de los procedimientos concursales de convenios y más
especialmente de los convenios simplemente judiciales no hace más que reforzar estas ideas.

Pues bien, la originalidad de las normas que tratan la Quiebra también se refiera a la parte
orgánica de la misma. En ella se estructuran, organizan y se desenvuelven una serie de entidades
u órganos que sirven decisivamente a los fines de una correcta regulación de la Quiebra.

A través de estos órganos, se administra los bienes del fallido comprendidos en el


desasimiento (artículo 64 de la Ley N ° 18.175), se fiscaliza y controla las actuaciones de dichos
órganos de administración (artículo 7 inciso 1° y artículo 8 N ° 1 de la Ley N ° 18.175), se
expresa la voluntad del conjunto de acreedores que intervienen en la quiebra y que constituyen
junto con el fallido un estado indivisible (artículo 2 y artículos 101 a 119 de la Ley N ° 18.175),
y se resuelven los asuntos de importancia para la marcha del juicio de quiebra a través de la
justicia ordinaria civil que no sólo cumple funciones jurisdiccionales sino que también
administrativas o domésticas. Estos cuatro órganos de la quiebra (Síndicos, Superintendencia de
Quiebras, Junta de Acreedores y Tribunal de la Quiebra) y la completa normativa que los
establece, regula y relaciona, constituyen lo que se denomina el derecho orgánico de la quiebra,
al cual dedicaremos el desarrollo de este texto.

La preocupación primera que surge sobre el derecho orgánico de la quiebra dice relación con
el poco desarrollo doctrinario a nivel nacional que al respecto existe. En efecto, sólo un libro se
ha dedicado completamente al tema, que es el libro del profesor Oscar Torres, titulado: “Los
órganos de la quiebra”. A ello, debemos sumar algunas tesis que se refieren a materias
vinculadas a los órganos de la quiebra, pero que no lo tratan en su generalidad, sino que
parcialmente. Este escenario no nos debe sorprender, y más aún en Chile, en donde el desarrollo

8
dogmático del derecho ha quedado atrás en relación con lo que ocurre en el derecho comparado.
En definitiva debemos concluir que el desarrollo doctrinal en materia de derecho mercantil es
escaso, experiencia que se comparte en especial en el derecho concursal.

Constatando lo anterior, pretendemos humildemente contribuir al desarrollo de este aspecto


del derecho concursal, referido como ya lo hemos indicado, al derecho orgánico de la quiebra. El
primer objetivo, es en consecuencia, incorporar raciocinio jurídico a una discusión académica
que se encuentra dormida.

Asimismo, surge una segunda problemática, que quizás sea un desafío docente, práctico y
académico más que una problemática en sí, se refiere a la innovación y nuevas reformas que se
han introducido por parte del legislador en la regulación de la Quiebra. Sea pretendido reforzar
el sistema privado de administración de quiebras, por medio de la dictación de la Ley N °
20.004, que establece normas sobre fortalecimiento de la transparencia en la administración de la
quiebra, fortalecimiento de la labor de los síndicos y de la Superintendencia de Quiebras. Esta
ley publicada en el Diario Oficial el 8 de marzo de 2005, no establece un cambio general en el
sistema de Quiebras, sino que reafirma el sistema privatista existente, introduciéndole
modificaciones en todos aquellos aspectos que habían demostrado ser deficitarios en la práctica
durante más de veinte años desde la entrada en vigencia de la Ley N ° 18.175. En muchos
aspectos, la mencionada ley no hace más que incorporar criterios jurisprudenciales que ya se
habían afianzado en nuestros tribunales, en cambio en otros, se introdujeron reformas que
implican nuevos tratamientos normativos, como por ejemplo, en lo que respecta al sistema de
designación de síndicos privados, y en lo que relacionado con las nuevas facultades
sancionatorias, normativas y participativas como sujeto procesal y auxiliar de la administración
de justicia de la Superintendencia de Quiebras.

Asimismo, se dictó la Ley N ° 20.073, que modifica la Ley N ° 18.175 en lo relativo a los
convenios concursales. Esta ley publicada en el Diario Oficial el 20 de noviembre de 2005,
simplemente borró toda la normativa anterior sobre convenios por una regulación moderna,
desjudicializada e innovadora. Esta ley se hace cargo de los avances que al respecto habían
operado en el derecho comparado. Se mejora y diversifica lo relativo a los convenios judiciales
preventivos, introduciendo nuevos órganos de convenios como el experto facilitador, se aclaran

9
las normas sobre convenios simplemente judiciales, se introducen mecanismos que posibiliten la
salvación de empresas en dificultad económica, a través de exámenes previos, y se privatiza el
desarrollo de los convenios de aquellas sociedades que se encuentran bajo la fiscalización de la
Superintendencia de Valores y Seguros a través de la tramitación de los mismos ante un tribunal
arbitral.

No se piense que olvidamos lo expresado en un comienzo sobre la diversidad de


procedimientos concursales. La ley N ° 20.073, trata de los convenios, y en esta tesis nos
estamos refiriendo a los órganos de la quiebra, sin embargo, es de tal entidad las modificaciones
que incorpora al derecho concursal la mencionada ley que hemos decidido hacer referencia
breve a ella, incorporando un Título II al Capítulo II de esta tesis. En dicho apartado señalaremos
los órganos de los convenios concursales, estudiando de manera unitaria la parte orgánica de los
dos procedimientos concursales más importantes existentes en la legislación nacional.

Las dificultades que introducen estas leyes, se refieren a que no existe texto doctrinario
actualizado que las trate. De manera que, sí ya hemos indicado que la doctrina es escasa sobre la
Quiebra en general, y el derecho orgánico de la Quiebra en especial, debemos agregar ahora que
lo que al respecto se ha escrito es ínfimo y además, desactualizado. Los esfuerzos que los
autores habían realizado para mostrarnos y explicarnos a los órganos de la quiebra, han quedado
sin un sentido vigente, pues las reformas que las leyes anteriores han incorporado, han producido
la necesidad de que se escriba nuevamente sobre ellas, tomando en consideración las nuevas
regulaciones y características que se incorporan al sistema concursal.

De suerte que nuestro segundo propósito, es desarrollar un texto que se refiera a los órganos
de la quiebra de acuerdo a las modificaciones que contempla la Ley N ° 20.004, y también la
Ley N ° 20.073. Documentar la descripción de las normas, con la discusión parlamentaria, con
las diversas posturas respecto de las reformas, y con la comparación y avance que presentan las
nuevas normas respecto de las ya existentes.

Nadie hasta ahora, en la doctrina nacional ha estudiado lo referente a la naturaleza del


concepto de los órganos de la quiebra. Los manuales de los distintos profesores nos señalan y
enumeran cada uno de los órganos, pero en ninguno de dichos manuales se indica el porqué se

10
los denomina órganos de la quiebra, cuáles son sus elementos, como se vinculan entre sí, cuáles
podrían ser las hipótesis sobre las cuales podríamos conceptualizar el término órgano de la
quiebra, etc. Existen ideas que se entrelazan pero no se va más allá en el sentido indicado. Parece
obvio, quizás, hablar de órganos de la quiebra, y parece más obvio entender por ellos, al síndico,
a la junta de acreedores, a la Superintendencia de Quiebras y al tribunal de la Quiebra. Sin
embargo, el asunto cambia si uno piensa porqué esos entes son órganos de la quiebra y qué es lo
que nos hace pensar que pueden constituir órganos de la quiebra.

Es de esta forma, como se construye nuestro tercer propósito en esta tesis. Propósito al cual le
dedicaremos el primer capítulo, que dará un concepto de órgano de quiebra sobre el cuál
trabajaremos a lo largo del presente trabajo. Hemos querido desarrollar un concepto de órgano
de la quiebra, con indicación de sus elementos de la esencia, y cotejar la existencia de dicho
elementos con la concurrencia o no de los mismos en las normas que establecen a cada uno de
los órganos de la quiebra. Quizás el mayor aporte de este trabajo se refiera a lo que podamos
señalar en esta materia, toda vez que constituye un esfuerzo doctrinario que no ha existido hasta
este momento en la doctrina nacional.

Vinculado con el primer problema tratado, se encuentra el hecho de la necesidad y


pertinencia de un texto que aborde el derecho orgánico de la quiebra con una mayor
profundidad, de suerte de desarrollar en forma más lata los diversos órganos de la quiebra,
respecto de lo ahora realizado por la doctrina.

Constituye, lo anterior, el cuarto objetivo de esta tesis, en el sentido de ampliar las ideas
existentes respecto de los diversos órganos que intervienen en el seno del proceso de quiebras.
Es así como le daremos un mayor tratamiento a las funciones y atribuciones que le corresponden
a cada órgano, pues el elemento competencia es el que marca las diferencias existentes entre los
distintos órganos y sujetos participantes en la Quiebra.

En suma, el aporte a un área del derecho comercial al parecer olvidada, la actualización de lo


que se ha escrito hasta el momento, el desarrollo de un concepto de órgano de la quiebra que sea
aplicable a todos las entidades que reciben dicha denominación y la profundización en el
derecho orgánico de la quiebra, son los objetivos que nos hemos propuesto con la presente tesis.

11
El logro de cualquiera de ellos, ya sería un avance, el esfuerzo por lograrlos me satisface
personalmente.

12
CAPITULO I
LOS ORGANOS DE LA QUIEBRA.

TITULO I: INTRODUCCIÓN A LOS ORGANOS DE LA QUIEBRA.

1. GENERALIDADES: Es común que los autores nacionales y extranjeros en sus tratados de


derecho concursal se refieran a los órganos de la quiebra. Con ello se refieren a lo que se
denomina el derecho concursal orgánico, o más bien, el derecho orgánico de quiebras, si es que
nos referimos en particular a este preciso e importante procedimiento concursal. Sin embargo,
hace falta un análisis un poco más completo y extenso respecto de que son los órganos de la
quiebra, cuales son, porque intervienen en la quiebra, cuál es su fundamento, cuál es su relación
con sujetos que participan en la quiebra sin ser los denominados órganos, y a que se debe que
algunas legislaciones le otorgue una mayor preeminencia en las potestades a algunos órganos en
desmedro de otros.

En este primer capítulo trataremos de dar algunas luces respecto de estas materias, sin
pretender agotar la discusión, pues precisamente, introducir estos temas en la discusión
académica es uno de los objetivos de este trabajo, sobre todo considerando que el desarrollo
doctrinal del mismo es bastante menor.

2. LA ACCIÓN EJECUTIVA INDIVIDUAL Y LA ACCIÓN EJECUTIVA COLECTIVA:


La quiebra, como procedimiento concursal no se encuentra aislado del resto de la estructura y
regulación del Derecho Civil, y Comercial. En efecto, la quiebra es parte constitutiva de la
normativa sobre los efectos de las obligaciones, y de la ejecución forzosa.

Podemos definir la obligación, como el vínculo jurídico entre un sujeto activo (acreedor), y
un sujeto pasivo (deudor), en virtud del cual, el sujeto activo se encuentra en posición de exigir
por parte del sujeto pasivo, la realización de una prestación de dar, hacer o no hacer. En el
ámbito del derecho de las obligaciones, la situación corriente es que las personas den
cumplimiento a sus obligaciones en forma voluntaria, o sea, se satisfacen las pretensiones de las
personas sin necesidad de que el sujeto activo ponga en ejercicio la actividad jurisdiccional para
el logro y obtención del cumplimiento de la obligación. Sin embargo, existen situaciones en las

13
cuales los sujetos pasivos, no dan lugar al cumplimiento de las obligaciones que sobre ellos
pesan, esto se puede deber a múltiples causas, como por ejemplo, no encontrarse con una
situación patrimonial que permita cumplir las prestaciones a las que se han obligado, o bien,
puede deberse, a que simplemente no quiere cumplir sus obligaciones. Frente a esta situación, el
Estado ha debido dar una salida al acreedor para la defensa de sus derechos que han sido
amagados por el deudor. Para ello, la normativa de los distintos países han establecido derechos
que la ley regula con el nombre de: “Efectos de las obligaciones”, los cuales tienen su
fundamento en la prohibición de la auto-tutela como medio de solución de conflictos.

Estos derechos pueden enunciarse en los tres siguientes grupos:

a. Un derecho principal, cual es el de exigir el cumplimiento o ejecución forzada


de la obligación en los términos en que ella estaba contemplada en la respectiva fuente
de la obligación.
b. Un derecho secundario, cual es el de obtener el cumplimiento por equivalencia
de la obligación, a través de la indemnización del daño sufrido por el acreedor. Lo que
se traduce en el pago que debe realizar el deudor de una suma de dinero, que equivale al
lucro cesante y daño emergente que ha afectado el patrimonio del acreedor, y
c. Los derechos auxiliares de los acreedores, cuyo objetivo es afectar el patrimonio
del deudor al cumplimiento de su obligación1, el derecho legal de retención2, las
medidas precautorias, el beneficio de separación3, la acción oblicua o subrogatoria, y la
acción revocatoria o pauliana.

Como hemos indicado el derecho principal del acreedor es el de solicitar el cumplimiento de


la obligación en forma forzada. Lo cual es lógico no solamente en un sentido jurídico, sino que
también en sentido común, debido a que las personas al celebrar un contrato (principal fuente de
las obligaciones en el ámbito privado), buscan obtener de quien se obligó en virtud del mismo,
aquello para lo cual celebran el contrato, que puede consistir en una prestación de dar, hacer, o
no hacer. Para estos efectos la normativa entregó a los individuos, la denomina acción ejecutiva

1
Artículos 761, 1078, 1222, 1492, y 1766 del Código Civil.
2
Artículos 1492, 2162, y 2193 del Código Civil, y 592 del Código de Procedimiento Civil.
3
Artículo 1097 del Código Civil.

14
individual, a efecto de, obtener el cumplimiento forzado de aquello a lo cual el acreedor tiene
derecho en virtud de alguna de las fuentes de las obligaciones, a través de un procedimiento más
rápido que el ordinario.

Para que pueda iniciarse un juicio ejecutivo, o mejor dicho, para que pueda iniciarse un
procedimiento ejecutivo, es necesario que se reúnan una serie de requisitos o presupuestos, los
que se reducen a cuatro, a saber:

a. La existencia de un título ejecutivo donde se contenga la obligación que se trata


de cumplir;
b. La existencia de una obligación líquida;
c. La existencia de una obligación actualmente exigible, y
d. La obligación o el título no debe encontrarse prescrito, como expresa el Código
de Procedimiento Civil.

Esta acción individual, autoriza al acreedor para acudir ante la autoridad judicial, y obtener de
ésta el embargo de los bienes del deudor, y una vez embargados los bienes para enajenarlos y
hacer efectivo su crédito con el producto de su venta4, con preferencia a los demás acreedores,
salvo los privilegios especiales reconocidos, que pueden intervenir por medio de una tercería de
prelación.

Esto nos permite señalar que la acción individual ejecutiva, es aquella que promovida por uno
o más acreedores, pretenden la protección y satisfacción de sus intereses particulares.
Recordemos que la acción ejecutiva es individual, sin embargo, puede ser promovida por varios
acreedores (situación de litis consorcio activa), o bien pueden intervenir en el procedimiento
ejecutivo, otros acreedores solicitando el ejercicio de sus derechos a través de las tercerías de
pago, y prelación.

4
La realización de los bienes del deudor, a afectos de dar cumplimiento a la obligación originaria con su
acreedor, solo va a tener lugar en aquellos casos en que la obligación del deudor no consista en la entrega
de una especie o cuerpo cierto, o bien, en la entrega de una determinada o determinable cantidad de
dinero, pues en tal caso, con la sentencia condenatoria ejecutoriada de pago se satisface al acreedor, sin
necesidad de que se proceda a la ejecución de los bienes.

15
Pues bien, la realización del embargo5 sobre bienes determinados, da lugar a la concreción
del principio o derecho de prenda general6. Este principio consiste en que, cuando una persona se
obliga, lo hace afectando al cumplimiento de su obligación todos sus bienes, sean estos raíces o
muebles, presentes o futuros, salvo aquellos que según la ley adquieren el carácter de
inembargables. De manera tal que, si una persona tiene varios acreedores, sean estos
condicionales, o a plazo, líquidos o ilíquidos, la ley establece entre ellos una perfecta igualdad,
sin perjuicio de que existan legítimas causas de prelación entre los créditos. De manera que salvo
aquellas causas de prelación, la igualdad entre los acreedores es un principio normativamente
consagrado (artículo 2469 del Código Civil).

Cuando el deudor ha dejado de cumplir sus obligaciones, pueden los acreedores ejercer las
acciones ejecutivas individuales que estimen pertinentes para satisfacer sus pretensiones. Sin
embargo, puede que nos encontremos frente a una disgregación del patrimonio del deudor, lo
que genera una situación sintomática de incumplimientos, que ya no sólo hace ineficaz los
medios individuales de ejecución, sino que lesiona los derechos de la generalidad de los
acreedores (salvo a los coludidos con el deudor, si es el caso), haciéndolos perder las garantías
de sus créditos, y ocasionando una situación de crisis del deudor, que se va haciendo incapaz de
poder afrontar oportuna y correctamente sus obligaciones. Naturalmente todo esto interesa al
conjunto de personas que se relacionan, contable, jurídica, y comercialmente con la persona del
deudor en crisis, toda vez que, la situación de incumplimiento generalizada potencialmente los
afectará y con ello, no podrán afrontar, a su vez, los compromisos que con terceros tenían
pactados, todo lo cual produce una situación de rompimiento en la circulación del crédito,
afectando la economía de un país, si es que se expande el fenómeno.

5
Que podemos definirlo como la entrega real o simbólica de los bienes del deudor en manos del
depositario.
6
Término que ha sido criticado, pues sobre los bienes del deudor no se tiene un derecho de prenda en su
concepto de derecho real, y en el sentido de la regulación normativa (artículos 2384 a 2406 del Código
Civil). Pero que sin embargo quiere reflejar lo que al respecto nos indica el artículo 2465 del Código Civil,
que señala: “Toda obligación personal da al acreedor el derecho a perseguir su ejecución sobre todos los
bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no
embargables, designados en el artículo 1618”; y, el artículo 2469 del Código Civil, que dispone: “Los
acreedores, con las excepciones indicadas en el artículo 1618, podrán exigir que se vendan todos los
bienes del deudor hasta la concurrencia de sus créditos, inclusos los intereses y los costos de la cobranza,
para que con el producto se les satisfaga íntegramente si fueren suficientes los bienes, y en caso de no
serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir ciertos créditos, según la clasificación que
sigue”

16
Frente a esta situación de insatisfacción general de los acreedores de un deudor, producto de
su estado patrimonial crítico, y a la libertad comercial, jurídica y económica con que éste se
encuentra, ya que nada ha afectado su legitimación negocial y procesal, es que se ha llegado a la
regulación por parte del legislador de los denominados procedimientos concursales7, siendo el
más importante el de quiebra, que constituye en términos generales, un sistema especial de
ejecución.

La manifestación del estado crítico del deudor se produce, generalmente por medio de la
cesación de pagos, que es un presupuesto para la declaración de quiebra del deudor. Y digo, que
generalmente el estado crítico del patrimonio del deudor se manifiesta por medio de la cesación
de pagos, porque nuestra legislación siguiendo el criterio anglosajón no ha contemplado en el
artículo 43 de la Ley N ° 18.175, como causal única de la quiebra la cesación de pagos, sino que,
por el contrario, ha enumerado en tres numerales, los distintos hechos que son determinantes
para la declaración de quiebra, y que constituyen lo que normalmente se denominan las causales
de quiebra8. Con todo, el deudor en cesación de pagos, no se encuentra en situación de pagar en
igualdad de condiciones a todos los acreedores, es por ello que, la acción individual no es
suficiente para enfrentar esta situación de hecho.

La acción ejecutiva individual es expresión de una orientación individualista, como señala


Provinciali: “Si este interés (el que genera la situación de insolvencia) es meramente singular o
particularista, atendiendo exclusivamente las razones de uno o más sujetos interesados ut singuli
(en la hipótesis que haya incumplimiento), el medio concedido para la remoción de la
insolvencia es el proceso de ejecución singular”9. Su característica principal es que se inicia,
estructura y culmina en pos de beneficio exclusivo del acreedor ejecutante. El embargo, por
consiguiente, confiere una verdadera preferencia para pagarse en los bienes afectados a él10.

7
El concepto de procedimientos concursales será aclarado en el Titulo I del Capítulo II de esta tesis.
8
El concepto tradicionalmente aceptado de cesación de pagos es uno restringido, esto es, aquel que
implica una relación de sinonimia con el mero incumplimiento de una obligación, sin que vaya unido a
una presunción o prueba real del mal estado de los negocios del deudor.
9
PROVINCIALI, RENZO. Tratado de Derecho de Quiebra. 1958-1959. Editorial AHL. Barcelona,
España. V. III., pp: 39-40.
10
Esta afirmación claramente no es real desde una perspectiva teórica, sin embargo en la práctica así
opera, salvo las situaciones de reembargo, en que el embargo obtenido en un juicio promovido por un

17
Bajo este escenario el acreedor más diligente, cercano, informado, es el que inicia una acción
ejecutiva, accionando, embargando, y en su caso, ejecutando a fin de obtener el cumplimiento de
aquella obligación que no fue satisfecha espontáneamente por el deudor. El principio de igualdad
antes enunciado, se va a romper si sucesivamente se van agregando acreedores pretendiendo
pagarse con bienes que cada vez son menos, y que van a conducir a una situación en que
literalmente se consuma el patrimonio del acreedor. Es así como: “(…) La protección de los
acreedores, la defensa del deudor, el destierro de la cesación de pagos, y el resguardo de la
economía pública, son pues, en definitiva, los factores que determinan la entrada en la quiebra,
como entidad económica y jurídica”11

La quiebra logra la suspensión del derecho de ejecución individual de los acreedores, que es
precisamente el instrumento que ha empleado el legislador para desterrar temporalmente de las
relaciones jurídicas la regla del: “que primero llega, primero se paga”, propia de los
procedimientos ejecutivos individuales. Conjuntamente, la declaración de quiebra da lugar a los
efectos inmediatos de la declaración de la quiebra, que posteriormente serán tratados, señalados
en los artículos 64 a 73 de la Ley N ° 18.175.

El proceso de quiebras se nos presenta, constituyendo una ejecución forzosa colectiva, que
tiene por finalidad la satisfacción de los acreedores bajo la igualdad llamada par condictio
creditorum, y el resguardo de los intereses generales vinculados al desarrollo del crédito público,
en los términos explicados.

En suma, la quiebra, difiere de la ejecución individual, desde dos puntos de vista,


estrictamente conexos, y dependientes el uno del otro: la extensión a todos los acreedores, y la
liquidación de las relaciones de todos los acreedores con todos los bienes según el principio de la
distribución de las pérdidas en igual medida (llamada par condictio creditorum).

acreedor, no obsta a que, sobre el mismo bien se realicen otros embargos en un juicio diverso y posterior
iniciado por otro acreedor.
11
CONCHA, CARLOS. Proceso de Quiebras. 1971. Editorial López- Viancos, Santiago de Chile., pp: 12.

18
Según Salvatore Satta12, las diferencias que presenta la quiebra de la ejecución individual son
las siguientes:

a. Dado que la quiebra está ligada al presupuesto de la imposibilidad del deudor de


cumplir sus obligaciones, ella ante todo debe ser declarada, vale decir, debe ser
verificado ese presupuesto, y producir la modificación jurídica que la ley hace derivar
del mismo13.
b. La declaración de quiebra excluye la acción ejecutiva del acreedor singular
sobre el bien singular, y también sobre todos los bienes considerados individualmente.
Objeto de la quiebra es, por tanto el patrimonio del deudor, que es destinado a la
satisfacción de los acreedores, y del cual se deben obtener los medios para tal
satisfacción14. De aquí la exigencia de poner al frente de la quiebra a órganos
absolutamente particulares de ella.
c. La satisfacción de todos los acreedores, que con la quiebra se tiende a conseguir,
implica, como un momento necesario del procedimiento, la determinación de la
denominada masa pasiva, a través de la verificación, en formas simples y rápidas, de los
créditos singulares15.
d. Correlativamente, la quiebra, que abraza todos los bienes del deudor, implica la
exigencia de una determinación de tales bienes, con la formación de la masa activa16. La
determinación de esta masa presenta, o puede presentar, problemas particulares, sea
porque se puede manifestar la oportunidad de una continuación del ejercicio de la
empresa17 (continuación del giro).
e. El hecho de que la quiebra comprenda todos los bienes del deudor18, lleva
también a la posibilidad de que la masa activa aumente en el curso del procedimiento
por otros dos motivos importantísimos: el primero es que sobrevengan nuevos bienes al

12
SATTA SALVATORE. Instituciones de Derecho de Quiebra. 1951. traducción y notas de derecho
argentino por Rodolfo Fontanarrosa. Ediciones Jurídicas Euro-América. Buenos Aires, Argentina., pp: 32-
35.
13
Lo que se expresa en la legislación nacional en el inciso 1° del artículo 45 de la Ley N ° 18.175.
14
Artículos 1 y 71 de la Ley N ° 18.175.
15
Artículos 131 a 146 de la Ley N ° 18.175.
16
Artículos 94 a 100 de la Ley N ° 18.175, que se refieren al Título VII: “De la incautación e inventario”.
17
Artículos 112 a 115 de la Ley N ° 18.175.
18
Ya veremos en lo sucesivo que esto no es verdad en términos absolutos en nuestra legislación.

19
deudor (bienes futuros)19, y el segundo, es que sean restituídos a esta masa bienes que
ilegítimamente habían salido de ella (bienes pasados)20. Esta última hipótesis se produce
cuando el deudor ha realizado actos perjudiciales para los acreedores, mediante
enajenaciones a terceros, o bien mediante satisfacciones preferenciales a acreedores
singulares, que transgreden el principio dominante de la par condictio. En estos casos es
menester que el orden sea restaurado, o con la declaración de ineficacia de los actos, o
con su revocación, según las circunstancias.
f. Finalmente la quiebra, así como se abre con una providencia de la autoridad, con
otra providencia se cierra; pero ella puede desembocar en un acuerdo entre la mayoría de
los acreedores y el deudor, obligatorio para la minoría, lo que hace cesar sin más el
procedimiento de quiebra21.

Pero como quedo explicado en el anterior punto b), la quiebra da lugar a ciertos órganos de la
quiebra. O sea, posibilita que ciertos órganos tengan una intervención en el marco de este
procedimiento concursal, que de no existir, no tendrían la oportunidad de actuar.

Lo anterior ha sido magistralmente señalado por el profesor señor Juan Esteban Puga, cuando
nos indica: “En la ejecución singular, en la práctica, sólo se conoce un órgano ejecutivo,
investidura del tribunal, que conoce, falla y ejecuta lo fallado. Es verdad que auxilian este
proceso otros entes que no son parte del mismo (v.gr., los peritos tasadores, los depositarios, los
martilleros, los receptores, etc.); pero ellos, a excepción del depositario (función que
ordinariamente se confía al propio ejecutado) no son partes integrantes del juicio de ejecución”

“No acontece lo mismo en la ejecución colectiva. En ella la colectividad y la universalidad,


los intereses privados enmarañados, los intereses públicos, determinan una estructura orgánica
diversa y sumamente intrincada”

19
Artículo 65 de la Ley N ° 18.175.
20
Artículos 74 a 81 de la Ley N ° 18.175. Que regulan los efectos retroactivos de la declaración de la
quiebra, y que establecen las acciones paulianas o revocatorias concursales.
21
Regulado actualmente por la Ley N ° 20.073, que modifico el Titulo XV de la Ley N ° 18.175.

20
“Las funciones y atribuciones del depositario de la ejecución singular se ven amplificadas
cuantitativa y cualitativamente en su hermana colectiva; de la singularidad se salta a la
universalidad, respectivamente”.

“Las funciones y atribuciones del sujeto activo de la ejecución singular pierden su carácter
individualista para pasar a ser, mejor, colectivista. Las funciones y potestades del acreedor
singular se radican, en la quiebra, en esta asociación virtual que constituye la colectividad de
acreedores”.

“Finalmente, el interés privado dominante que informa la ejecución singular es trastocado en


la ejecución colectiva por un interés colectivo y, en ciertos casos, por un cierto interés público”.

“Estas consideraciones fuerzan la creación de un órgano que ejecute la actividad compleja de


administrar el patrimonio concursado; la creación de un órgano que permita crear voluntad
unitaria en la colectividad de los acreedores, y por último, la concesión al órgano jurisdiccional
de facultades que le faciliten velar por el respecto de la juridicidad quebrantada o amenazada,
particularmente en lo concerniente a la superintendencia del proceso donde se ventilan normas
de orden público (la par condictio creditorum) e intereses públicos. Respectivamente dichas
funciones las cumplen, en el juicio de quiebra, el síndico o curador, la junta de acreedores, y el
tribunal de la quiebra”22

3. LA NATURALEZA JURÍDICA DE LA QUIEBRA: En la doctrina comercial existen


amplias diferencias en lo que respecta a cual es la naturaleza jurídica genérica de la quiebra,
consistiendo la discusión en precisar si la institución de la quiebra pertenece al orden del derecho
sustantivo o del derecho procesal. No es mi intención entrar a explicar esta discusión doctrinaria,
ya que excede los motivos del presente trabajo. Sin embargo, sucintamente los criterios
doctrinales nos indican que para una primera posición la quiebra es una entidad jurídica de
carácter sustantivo o preferentemente sustantivo, porque existe un dominio lógico de estas
normas. En el otro extremo se sostiene que la quiebra es un instituto procesal, porque existe un
dominio funcional de las normas procesales, en formal tal que lo mismo da decir quiebra que

22
PUGA, JUAN ESTEBAN. Derecho Concursal. El Juicio de Quiebras. 1999. Editorial Jurídica. Santiago
de Chile. V. I., pp: 536-537.

21
juicio de quiebras. Conciliando ambas teorías se expresa la doctrina de la naturaleza bifrontal de
la quiebra, que sostiene que la quiebra es una institución de doble naturaleza, que nace del
entrelazamiento de normas procesales y sustantivas. Para mayor ilustración de las personas
interesadas, se puede consultar la obra del profesor Juan Esteban Puga23, y del señor Carlos
Concha24, indicadas a pie de páginas.

Debo señalar que durante el curso de la presente tesis me referiré al proceso de quiebras, pero
lo hago como una derivación del concepto de procedimientos concursales, que tratare en el
Capítulo II de este trabajo, y que pueden definirse como el conjunto de mecanismos jurídicos,
cuya finalidad es la actuación contra la insolvencia de un deudor. Por lo tanto, cuando hable de
proceso de quiebra no me estaré refiriendo ni aceptando la doctrina procesal de la quiebra, sino
que sólo lo haré como consecuencia de lo anterior. Y también, como consecuencia de la división
o diferenciación que realizan Rivarola, y Pietro Castro, entre lo que es el Derecho Material de la
Quiebra, y lo que es el Derecho Procesal de la quiebra. Así, el derecho material de la quiebra,
regula los efectos y la influencia del estado de quiebra según el derecho privado, civil y
mercantil, en lo que se refiere a la persona y bienes del quebrado, y a las relaciones de éste con
sus acreedores; en cambio, el derecho procesal o formal de la quiebra, se refiere a la ordenación
procesal de la institución, es decir, a la actividad de sus órganos. Con ello centro la tesis en lo
que al derecho procesal de la quiebra se refiere, o en otras palabras, como las indicadas al
comienzo de este capítulo, al derecho orgánico de la quiebra.

Ahora bien, el profesor Puga25, ha señalado que dentro de las posiciones que se debaten
respecto de la naturaleza jurídica de la quiebra, situándola como una institución sustantiva,
procesal o bifrontal, cabe incluir a aquellos que sostienen que la quiebra es una institución
administrativa, para quienes la función ejercida por los órganos judiciales en la quiebra, no sería
jurisdicciónal, porque en la quiebra desarrollan una función primaria tendiente a la directa
protección del interés público, cual es, la de suprimir de la vida económica a los organismos
insolventes que implican un peligro, aunque sea potencial, para el crédito y la economía en
general. Siendo el Estado directamente interesado en la solución de dichas situaciones, no

23
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 156-171.
24
CONCHA CARLOS. Ob. Cit., pp: 35-46 y 53-65
25
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 161-164

22
cumpliría una función secundaria, propia de la jurisdicción, tendiente a la sustitución de la
actividad pública a la actividad ajena, de los particulares, por medio de la cual, el Estado
sustituye a los particulares en la resolución de sus conflictos. Sin embargo, no considero que se
deba incluir a la tesis administrativista de la quiebra en la discusión referente a la naturaleza
jurídica de la quiebra como instituto procesal o material, toda vez que responden a cuestiones
diferentes. El tema de si la quiebra implica ejercicio jurisdiccional o administrativo supone
resolver el problema de quienes son los interesados directamente en la quiebra, pues de ello se
desprenderá si la función que ejercen los órganos en la quiebra es una función primaria, propia
de la administración (tendiente a la protección del interés del Estado), o secundaria, propia de la
jurisdicción (que implica una actividad del Estado, sustitutiva de la actividad de los particulares,
siendo una actividad propia de un tercero ajeno al conflicto). No implica resolver, la naturaleza
de las normas que regulan la quiebra, como lo hacen las distintas posiciones que se refieren a la
naturaleza jurídica de la quiebra.

En suma, la quiebra implica una regulación legal única y uniforme, respecto de la cual se
presentan diferencias tendientes a aclarar la naturaleza de esas normas que conforman la quiebra,
lo que va a implicar en definitiva un predominio procesal o sustantivo de dicha regulación.

4. LA ESTRUCTURA PARTICULAR DE LA QUIEBRA: Los procedimientos concursales,


y particularmente la quiebra presuponen la crisis económica de la empresa o sociedad deudora-
fallida. Ya hemos visto que la quiebra presenta ciertas diferencias con la ejecución individual, y
que la quiebra presenta aspectos completamente novedosos en relación con el resto de las
instituciones que tienen existencia en el Derecho. En esta parte de la tesis expondremos dos
aspectos diferenciadores de la estructura tan particular de la quiebra, a saber:

4.1 La Substitución del deudor y del acreedor: Lo que en derecho alemán se conoce como
Ersetzung. En efecto, una de las diferencias más notables entre la ejecución colectiva de la
quiebra, y la ejecución individual, en lo que se refiere a la relación entre el deudor y los
acreedores, es el fenómenos de la substitución, que da lugar a una legitimación indirecta, que se
expresa en el poder de no sólo administrar bienes ajenos, sino que también de disponer de
intereses y derechos ajenos que se extienden a todas las relaciones jurídicas insertas en el objeto
de la ejecución inherentes al patrimonio del fallido, y a las acciones de inoponibilidad que la ley

23
señala. Este fenómeno se presenta en el marco de la ejecución singular sólo en relación al
deudor, mientras que en la ejecución colectiva de la quiebra, actúa también en relación con los
acreedores que en virtud del principio de la universalidad subjetiva participan de la quiebra. Ya
que en relación con ellos, los efectos y los órganos de la quiebra también lo substituyen, a través
de la disposición del derecho material en que se puedA fundar una acción ejecutiva individual,
toda vez que por ejemplo, se hace exigible el crédito por la declaración de la quiebra (artículo 67
de la Ley N ° 18,175), o se produce la compensación que no hubiera operado antes por el sólo
ministerio de la ley26 (artículo 69 de la Ley N ° 18.175). Esto ha llevado a hablar de la
expropiación del acreedor, que implica considerar a la quiebra como un engranaje que disciplina
las razones y actividades de los acreedores. La acción ejecutiva, que en la expropiación singular
es el instrumento que abre, estimula, y dirige hacia su fin el proceso, en la ejecución colectiva es
absorbida en los poderes del órgano concursal, que, substituyendo a la universalidad de los
acreedores, actúa sobre el patrimonio del deudor (esto es, sobre el conjunto de bienes sobre los
cuales aquéllos podrían singularmente proceder), substituyéndole en la disponibilidad y
administración del patrimonio27 28. El deudor es privado de la administración de los bienes con la
declaración de la quiebra, salvo aquellos que sean inembargables (inciso 1° del artículo 64 de la
Ley N ° 18.175), operando el desasimiento de pleno derecho, pasando los bienes que el
desasimiento comprenda (artículo 65 de la Ley N ° 18.175), a la administración del síndico
(inciso 3° del artículo 64 de la Ley N ° 18.175). Este traspaso, que no significa transferencia de
la propiedad de los bienes desasidos, implica el ejemplo más claro de substitución en materia de
quiebra, y claramente marca una nota de diferencia respecto de lo que ocurre en materia de
ejecución individual29, todo lo cual se justifica para evitar que el perjuicio que los acreedores han
sufrido por la cesación de pagos, se acreciente por la mantención de la plena legitimación
procesal y negocial del deudor en el mundo de los negocios.

26
La compensación es un modo de extinguir las obligaciones, según el artículo 1567 N ° 5 del Código
Civil.
27
Como por ejemplo que el depositario definitivo en el marco de un juicio ejecutivo pudiera ser otra
persona distinta del deudor.
28
PROVINCIALI, RENZO. Ob. Cit., pp: 59-60.
29
Ya que los efectos del embargo respecto del deudor no privan al dueño del bien, del derecho de
propiedad que tiene sobre él, limitándolo exclusivamente en lo que respecta a la facultad de disposición.
La diferencia está que en el embargo, el encargado de la administración de la custodia de los mismos es el
depositario, que por regla general es el propio deudor por lo que no opera la sustitución en los términos en
que hemos venido comentando.

24
Satta, analiza esta materia expresando: “Esta acción ejecutiva singular tiene esencialmente un
carácter procesal e instrumental, es decir, es el poder de provocar los actos singulares en los que
se concreta el proceso de ejecución, a fin de poder satisfacer el propio derecho sobre el producto.
En la ejecución colectiva tal fin es logrado de otro modo; y precisamente a través de la
aprehensión del patrimonio del deudor y la sustitución del deudor mismo en la administración,
que es confiada a un curador30. Esta administración subroga completamente (salvo las
excepciones de ley) a la acción ejecutiva de los acreedores, con la consecuencia de que, si es
verdad que por un lado el fallido queda sujeto a ella, por otro desaparece la posición
procesalmente antagónica del deudor respecto del acreedor, propia de la ejecución singular; el
fallido, a través del curador, viene a ser parte en la quiebra (y no sólo sujeto pasivo de la
ejecución)31.

4.2 La Quiebra da origen a un orden especial: Mediante la quiebra la ley introduce un


principio de orden, sometiendo al deudor, y vinculando a todos los acreedores32, a un
procedimiento único de ejecución forzada; constituyendo una sola masa con todos los bienes del
deudor, el cual es privado de la administración de ellos y de su legitimación procesal,
suspendiendo el derecho de ejecución individual, a fin de que todos los bienes sean realizados en
beneficio de todos los acreedores bajo la ley de la par condictio creditorum, esto es, en igual
medida, participando todos ellos en una comunidad de pérdidas (construida por la diferencia
entre el activo y pasivo) mediante el arbitrio de reducir proporcionalmente sus créditos, de modo
tal que el perjuicio individual sea el menor posible, pero respetando la legítima causa de
preferencias33. La ejecución de este proceso ejecutivo colectivo presenta un mayor desarrollo,
complejidad, relevancia pública, y profesionalidad, en razón de la importancia de la quiebra y de
los intereses a cuya satisfacción está encaminado.

El interés público que se halla en la base del procedimiento, el carácter universal de la


ejecución, sus efectos aún de derecho sustancial, la reunión en el mismo proceso de una serie de
lites, las diferentes actividades de gestión, resolución, fiscalización, y administración que en él
se desarrollan, los reflejos que el procedimiento tiene sobre otros proceso y situaciones jurídicas

30
En este punto Satta se refiere al síndico.
31
SATTA SALVATORE. Ob. Cit., pp: 45-46.
32
Artículo 2 de la Ley N ° 18.175.
33
CONCHA, CARLOS. Ob. Cit., pp: 13.

25
en materia civil, penal, y administrativa, todo ello exige una particular organización que no se
encuentra en la estructura y orden natural de la ejecución singular.

En términos de Provinciali, este orden especial es el organismo de la quiebra, y los órganos


son aquellos que lo constituyen y conforman34.

Falta por analizar aquellos aspectos que la ley de quiebras presenta de novedad respecto del
resto de los procedimientos ejecutivos sean individuales, como colectivos. Me estoy refiriendo a
los órganos de la quiebra, insertos en estas actividades de sustitución, y dentro de lo que
constituye el: “organismo de la quiebra”. O sea, vinculados con estas dos características de la
quiebra que hemos analizado separadamente.

TITULO II: LOS ORGANOS DE LA QUIEBRA

1. PLANTEAMIENTO DE LA TEORÍA DEL ORGANO EN RELACIÓN CON LOS


ÓRGANOS DE LA QUIEBRA: Como analizaremos a los largo de los capítulos sucesivos los
órganos de la quiebra son el tribunal de la quiebra, la junta de acreedores, el síndico, y la
Superintendencia de Quiebras.

Los órganos de la quiebra son parte integrante del complejo unitario y normativo que
constituye la quiebra, y de acuerdo a lo señalado en el titulo anterior, constituyen y forma parte
de la estructura de la quiebra. El estudio de los órganos de la quiebra, queda entregado al
derecho procesal de la quiebra, que regula la organización, y atribuciones de los diversos
órganos que intervienen en este procedimiento concursal.

La doctrina nacional y la doctrina extranjera no dudan en referirse a estos instrumentos a


través de los cuales la quiebra opera y se desenvuelve, como órganos. Sin embargo, la palabra
órgano tiene en el ámbito del derecho una referencia directa en la doctrina o teoría del órgano,
propia del derecho administrativo. En efecto, para la doctrina administrativista la teoría del
órgano, es una construcción sistemática tendiente a explicar el vínculo jurídico que une a la
persona administrativa con los individuos que actúan en ella, fundamentando aquel vínculo en
34
PROVINCIALI, RENZO. Ob. Cit., pp: 502.

26
los elementos mismos que la configuran y caracterizan. Para los seguidores de esta teoría, es de
la esencia de la persona administrativa que ésta tenga una voluntad propia. Esa voluntad, en su
concepto, la expresan sus órganos, elementos integrantes de la estructura de la persona jurídica
sin cuya presencia no puede existir. En este sentido, expresan, no puede darse una persona
administrativa si no está dotada de órganos encargados de exteriorizar su voluntad y actuar por
ella. Por otra parte, no se conciben tampoco órganos con vida propia e independiente de la
persona administrativa, desde el instante que sólo son partes integrantes de ese ente jurídico. En
efecto, los órganos no tienen personalidad distinta de los que forman parte del organismo al que
pertenecen. Precisamente, la palabra órgano sirve para expresar que esta porción funcional está
estructurada de tal manera con el ente administrativo que forma con él una unidad, del mismo
modo que los órganos del ser humano constituyen con él un solo cuerpo. Esta analogía no se
fundamenta, empero, en consideraciones biológicas, sicológicas, y sociológicas, como ocurre en
la teoría antropomórfica, sino que se basa en un análisis jurídico de la relación que existe entre la
persona administrativa y los seres humanos que actúan en su nombre. De lo dicho se concluye
que cuando el órgano actúa no lo hace tan sólo él, sino que es la misma persona jurídica la que
está hablando. De manera que dada uno de los órganos de la colectividad es poseído por ésta
como un fragmento de sí misma35.

Como se puede apreciar es bastante dificultoso para un análisis doctrinal tratar de encuadrar
la teoría del órgano en materia de quiebras, especialmente, denominando órganos a aquellos que
intervienen en el ámbito y en el contexto del proceso de quiebras. En consecuencia, en principio
no podríamos utilizar la teoría del órgano para explicar el concepto de órgano de la quiebra, por
cuanto entre ambas construcciones sistemáticas existen diferencias importantes, a saber:

a. La finalidad de la teoría del órgano es dar respuesta a la vinculación de


naturaleza jurídica que existe entre la persona jurídica administrativa, y las personas que
actúan e intervienen en ella. En cambio, los órganos de la quiebra intervienen en el
proceso de quiebras a fin de lograr los objetivos propios de la quiebra, esto es, obtener la

35
Para mayor información sobre la teoría del órgano revisar: JELLINEK, GEOR. Teoría General del
Estado. 1943. Editorial Albatros. Buenos Aires, Argentina., pp: 457; y, CARRÉ DE MALBERG, R.
Teoría General del Estado. 1948. Fondo de Cultura Económica. México., pp: 992.

27
satisfacción de los acreedores según la ley de la par condictio creditorum, y mantener la
regularidad del crédito público y de las transacciones económicas jurídicas.
b. En la teoría del órgano, los órganos que intervienen lo hacen funcionando dentro
de una persona jurídica, que puede ser de variada naturaleza36, y que actúan por dicha
persona jurídica expresando la voluntad de ésta. En cambio, en el caso de los órganos de
la quiebra, los denominados órganos de la quiebra no intervienen dentro de una persona
jurídica, sino que lo hacen en el seno de un proceso de quiebras que está reglamentado a
través de una normativa de suyo particular.
c. En la teoría del órgano, los individuos particulares forman parte de los distintos
órganos de la persona jurídica, y a través de dichos órganos participan de la vida de la
persona jurídica. En cambio, en la quiebra intervienen, y conviven no sólo órganos de la
quiebra, sino que también los denominados sujetos de la quiebra, que también tienen
regulación normativa, y que participan ejerciendo potestades sin formar parte
necesariamente de un órgano determinado. Este tema de la diferencia entre los órganos
de la quiebra y los sujetos de la quiebra será desarrollado más adelante.

Estas diferencias imposibilitan tratar de explicar el concepto de órganos de la quiebra a través


de la teoría del órgano, sin embargo, bien podemos dejar de lado estas diferencias, y considerar
los elementos de los órganos que nos entrega la teoría del órgano. En efecto, la teoría del órgano
considera que todo órgano está compuesto de tres elementos que le dan fisonomía. Estos
elementos, son la competencia, la norma, y la persona física. Estos elementos son uno de los
aportes que la teoría del órgano ha dejado a la posteridad no sólo en lo que respecta al derecho
administrativo, sino que también para el resto de la ciencia jurídica. Bien podemos eliminar de
nuestro análisis las diferencias anteriormente reseñadas, para utilizar doctrinariamente estos
elementos de los órganos, para así incorporarlos como elementos, también, de los órganos de la
quiebra.

En suma, no trataremos de explicar la sistemática de los órganos de la quiebra a través de la


teoría del órgano, por cuanto no tienen un origen común, y porque tratan de materias diversas,

36
Normalmente se señala, como yo hasta ahora, que la Teoría del órgano sólo se refiere a entidades de
naturaleza administrativa, pero claramente la teoría del órgano puede servir para explicar el vínculo
jurídico entre una persona jurídica no solamente administrativa, y los individuos que en él intervienen.

28
sin embargo la construcción dogmática de la teoría del órgano, nos describe los elementos de los
órganos que si son utilizables, como veremos, a los denominados órganos de la quiebra.

Considero que Provinciali, siguió la misma idea, pues nos señala que la ejecución colectiva
de la quiebra da origen a una: “particular organización”, y que: “el complejo de éstos órganos
(de la quiebra) forman el organismo de la quiebra”37. Por consiguiente, para Provinciali, la
quiebra constituye un organismo conformado por órganos, que es lo mismo que señalar para la
teoría del órgano, que toda persona jurídica esta constituida por órganos. Con ello, salva la
dificultad doctrinal de la imposibilidad de considerar a la quiebra como una persona jurídica,
porque claramente no lo es38, y determina que la quiebra es a la teoría del órgano, lo que para
ésta es la persona jurídica. O sea, la quiebra constituiría la persona jurídica de la teoría del
órgano. Y los órganos de la persona jurídica, serían en el ámbito de la quiebra, los órganos de la
quiebra, con las diferencias que ya anotamos.

El organismo de la quiebra, en los términos de Provinciali, nace, se desenvuelve, y logra sus


objetivos, a través de los órganos que la legislación ha creado, y que adquieren cada uno de ellos
un mayor o menos protagonismo en atención al criterio publicista o privatista que siga la
legislación respectiva.

Los órganos de la quiebra adquieren especial importancia por la labor trascendental que la
quiebra ocupa en la legislación concursal, lo que viene determinado, como se señaló en el título
anterior, por un conjunto de regulaciones diferenciadores de otros procesos de ejecución.

Pues bien, pasaremos a revisar los elementos de los órganos en la teoría del órgano, para
luego aplicar dichos elementos a cada uno de los órganos de la quiebra, y así poder probar la
completa aplicabilidad de éstos elementos al estudio de los órganos de la quiebra.

2. ELEMENTOS DE LA TEORÍA DEL ÓRGANO: Los elementos de los órganos de


acuerdo a la teoría del órgano, son los siguientes:

37
PROVINCIALI, RENZO. Ob. Cit., pp: 502.
38
Artículo 1 de la Ley N ° 18.175.

29
2.1 La Competencia: Esta constituido por el conjunto de atribuciones que la ley les
encomienda a los órganos de las personas jurídicas, y que determina su constitución y tipo de
estructura. De manera que presentan a través de este conjunto de potestades una individualidad
respecto de otros órganos y reparticiones de una persona jurídica. Este elemento deriva su
existencia, de la necesidad de la persona jurídica, para cumplir sus fines, de dividir sus
actividades, constituyendo dentro de su propia estructura porciones específicas que se encarguen
de desempeñar un sector determinado de labores. Estas porciones específicas son los órganos, y
la parte de atribuciones que a ellos se les entrega por el ordenamiento que rige a aquél sujeto
jurídico, es la competencia de dichos órganos.

2.2 La Norma: El elemento normativo del órgano, es aquel factor que integra jurídicamente a
la competencia y a la persona jurídica en un todo armonioso llamado órgano, al que también
reglamenta a fin de que esté en condiciones de expresar la voluntad de la persona administrativa.
Es necesario que antes de incorporar a la o a las personas físicas llamadas a desempeñar las
funciones del órgano, se haya dado previamente las pautas o disposiciones generales que
deberán observarse al proceder a la designación de esas personas y al modo en que se formará la
voluntad del ente respectivo. En un primer aspecto, habrá que establecer, a quien le corresponde
hacer el nombramiento de aquellos individuos que integran el órgano. En un segundo aspecto,
debe determinarse la forma de generarse la voluntad del ente, y la estructura del órgano.

2.3 La Persona Física: Es el elemento subjetivo del órgano. La voluntad es, sin lugar a dudas,
el elemento más importante del órgano de la persona jurídica. En la vida real esta voluntad
emana de las personas físicas que han sido designadas del modo que establece la ley, para
cumplir dichas funciones. La voluntad de las personas físicas será, la voluntad de la persona
jurídica, si se han respetado las formas por ellos establecidas, en cuanto exprese las atribuciones
otorgadas por la ley respectiva, al órgano en que intervienen dichas personas física.

Después de este somero análisis podemos señalar que Provinciali, quizás sin analizar esta
materia desde la perspectiva aquí tratada, llegó a los mismos resultados nuestros. Para
demostrarlo citaremos un párrafo de su Tratado de Derecho de Quiebras, y incluiremos en
paréntesis los elementos de los órganos de la quiebra que aparecen en dicho párrafo: “El
complejo de estos órganos forma el organismo de la quiebra en el cual se totalizan las funciones

30
que la ley establece (elemento de competencia) a los fines de la ejecución colectiva y que se
distribuyen (elemento normativo) entre las distintas personas físicas (elemento de la persona
física) que tienen la titularidad de los órganos mismos (elemento normativo).

Analizados los elementos que conforman la teoría del órgano, pasaremos a aplicarlos a los
distintos órganos de la quiebra, para así poder relacionar el concepto de órgano de la quiebra,
con el aporte sistemático de la teoría del órgano en lo que a elementos del órgano se refiere.

3. APLICABILIDAD DE LOS ELEMENTOS DE LA TEORÍA DEL ÓRGANO A LOS


ÓRGANOS DE LA QUIEBRA: Analizaremos en esta parte la aplicación de los elementos de la
teoría del órgano en los órganos de la quiebra.

La Superintendencia de Quiebras, es una institución autónoma, de duración indefinida, y


creada por ley (artículo 7 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). En lo que respecta al elemento
competencia, ella tiene como objeto fundamental supervigilar y controlar las actuaciones de los
síndicos, regulándose sus potestades, fundamentalmente en el artículo 8 de la Ley N ° 18.175.
En lo que se refiere a la persona física, hay que señalar que un funcionario, con el título de
Superintendente de Quiebras, es el jefe superior de la Superintendencia, y su representante legal
(artículo 9 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), además la Superintendencia esta integrada por una
División jurídica y por una División Financiera y de Administración (artículo 10 de la Ley N °
18.175), teniendo una planta de funcionarios señalada en el artículo 11 de la Ley N ° 18.175. El
Superintendente será subrogado de sus funciones en la forma establecida en el artículo 9 inciso
3° de la Ley N ° 18.175, pudiendo este Superintendente delegar parte de sus funciones y
atribuciones en funcionarios de su dependencia39. En lo que se refiere al elemento normativo, la
ley señala que el Superintendente de Quiebras es un funcionario público, de la exclusiva
confianza del Presidente de la República, y es nombrado por este último (inciso 2° del artículo 9
de la Ley N ° 18.175). El resto de los funcionarios de la Superintendencia, incluyendo los que
ejerzan los cargos directivos superiores de las Divisiones en que se estructura la
Superintendencia, son nombrados por el Superintendencia, y se mantendrán en su cargo mientras
cuenten con su confianza (artículo 12 inciso 1° y 2° de la Ley N ° 18.175). La voluntad de la
Superintendencia, se expresa a través de las actividades que le compete realizar en virtud de lo
39
Artículo 9 inciso 3° de la Ley N ° 18.1745.

31
señalado por la ley de la quiebra, así por ejemplo, en ciertas ocasiones le corresponde expresar la
voluntad de la Superintendencia al mismo Superintendente40, siendo nula cualquiera
participación de una persona distinta a dicho funcionario, en razón del ámbito de competencia
que el artículo 7° de la Constitución Política de la República señala para los órganos del Estado.
En otras ocasiones, la ley de quiebras hace referencia genérica a las funciones que le competen a
la Superintendencia, en tal caso la expresión de la voluntad de dicha repartición le compete a
quien dentro de la estructura de la Superintendencia deba actuar, por ejemplo, a los funcionarios
de la División Jurídica de la Superintendencia, le corresponderá representar a los síndicos las
infracciones, faltas o irregularidades que noten en su desempeño, en los términos del artículo 8
N ° 14 inciso 2° de la Ley N ° 18.175.

El Tribunal de la Quiebra, es el tribunal ordinario civil del domicilio del deudor, en los
términos indicados en el Código Orgánico de Tribunales41. El elemento de competencia está
dado por el conjunto de facultades que dicho Tribunal debe desempeñar en el desarrollo del
proceso de la quiebra42, y que como será analizado en el Capitulo III abarcan un conjunto de
potestades jurisdiccionales, y administrativas que determinan una excepción respecto del normal
desempeño jurisdiccional, pues se rompe con el principio formativo de la pasividad, señalado en
el artículo 10 del Código Orgánico de Tribunales. En cuanto al elemento persona física, el
Tribunal de la Quiebra, esta constituido por el juez del juzgado de letras que es competente para
conocer de la quiebra, que es una persona natural, que se diferencia del concepto de Tribunal,
que es un órgano jurisdiccional que además del juez, está constituido por los auxiliares de la
administración de justicia. En lo que respecta al elemento normativo, la designación de los
jueces en una quiebra determinada viene dado por el juez que resulte competente según lo
indicado más arriba, ahora bien, el Código Orgánico de Tribunales se encarga de señalar, los
requisitos, inhabilidades generales y especiales para efectos de la designación de los jueces,
siendo las normas aplicables aquellas señaladas en los artículos 244 a 295 del Código Orgánico
de Tribunales. La formación de la voluntad del Tribunal de la quiebra, se expresa a través de las

40
Por nombrar algunos artículos, el artículo 16 inciso5°, artículo 8 N ° 9 inciso 3°.
41
Artículo 154, y 142 del Código Orgánico de Tribunales.
42
Por ejemplo, facultades señaladas en el artículo 8 N ° 2 inciso 3°, 4°, y 5°; artículo 8 N ° 9 incisos 1°,
2°, 3°, 4°, y 5°; artículos 30 inciso 1°, 2°, y 3°; artículo 31; artículo 32 N ° 4; artículos 35 incisos 1 a 3;
artículo 41; artículo 53; artículo 57; artículo 130 inciso 1°, 149 incisos 2°, y 3°, etc. En materia de
convenios concursales, artículos 172 inciso 1°; 173 incisos 1°, y 2°; artículo 174; artículo 177 ter incisos
1°, 2°, 3°, y 7°; artículo 177 quáter inciso 1° N ° 1, etc.

32
variadas resoluciones que deben dictar en el proceso de la quiebra, lo que implica actividad
jurisdiccional, como por ejemplo, la declaración de quiebra del deudor, artículo 45 de la Ley N °
18.175, señalando en dicha sentencia, los requisitos que le impone el artículo 52 de la
mencionada ley, además, debe resolver las acciones de inoponibilidad, y los recursos de
reposición que se deduzcan en contra de la sentencia que declara la quiebra, según el artículo 57
de la ley de quiebras. Cuando el Tribunal de la quiebra ejerce funciones administrativas, como
ordenar y practicar notificaciones, o presidir las juntas de acreedores, la expresión de la voluntad
de este, es por medio de la constancia de dichas actuaciones en el expediente en que se tramita la
quiebra, pues todas estos actos si bien reúnen el carácter de actos de naturaleza administrativa,
constituyen actos jurídicos procesales del Tribunal y como actuaciones judiciales deben dejarse
constancia en el proceso, de acuerdo a los artículos 29, 61, y 160 del Código de Procedimiento
Civil43. Ahora bien, la forma de dejar constancia de estos actos pueden verse modificados por
normas especificas de la ley de la quiebra, como por ejemplo, de acuerdo a lo señalado en el
artículo 107 inciso 2° de la Ley N ° 18.175, en materia de juntas de acreedores.

Los síndicos, en lo que respecta al elemento persona física, es el síndico designado de


acuerdo al procedimiento que contempla el artículo 42, y 44 de la Ley N ° 18.175, debiendo
recaer dicho nombramiento en una persona que forme parte de la nómina nacional de síndicos44,
que está integrada por aquellas personas legalmente investidas como tales por el Ministerio de
Justicia45, pudiendo optar a ser parte de dicha nómina, las personas que tengan el título de
ingeniero con a lo menos diez semestres de estudios o contador auditor, o de contador público
otorgado por universidades del Estado o reconocidas por éste o de abogado, que hayan ejercido
la profesión a lo menos por cinco años, y que aprueben el examen a que se refiere el inciso 2°
del artículo 17 de la Ley N ° 18.17546. Respecto del elemento normativo, la forma de
designación de los síndicos, como señalé esta indicado en el artículo 44 y artículo 42 de la ley de
quiebras, que establecen una forma de designación inspirada en el principio privatista que sirvió
de base a la Ley N ° 20.004, que modificó a la ley de quiebras en este aspecto. En efecto esta
designación le compete a los acreedores, y en caso de que esa designación no pudiera hacerse

43
Normas que se encuentran establecidas en el Libro I del CPC, y por lo tanto son normas comunes a todo
proceso.
44
Artículo 14 de la Ley N ° 18.175.
45
Artículo 15 de la Ley N ° 18.175.
46
Artículo 16 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.

33
por dichos acreedores, se realiza una forma de designación por sorteo, de manera que el órgano
jurisdiccional en nada participa a efectos de la designación respectiva. La expresión de la
voluntad de los síndicos, se manifiesta en cada una de las actuaciones que debe realizar, lo cuál
será analizado en el Capítulo V de esta tesis, pero siempre está sujeto a la fiscalización de la
Superintendencia, y debiendo adecuar su actuación a las normas constitucionales, legales,
reglamentarias, y administrativas que se dicten por la Superintendencia, de acuerdo al artículo 8
N ° 1 inciso 1° y 2°, artículo 8 N ° 9, y artículo 38 de la Ley N ° 18.175. Por último, el elemento
competencia se traduce en la función primordial de los síndicos de realizar las funciones de
administrador de los bienes del fallido, una vez que se ha producido el desasimiento y el síndico
ha comenzado sus funciones, de acuerdo al artículo 64 de la Ley N ° 18.175.

El último órgano de la quiebra, es la Junta de Acreedores, que permite la creación y origen de


una voluntad unitaria en la colectividad de los acreedores. En lo que se refiere al elemento
competencia, diversas disposiciones de la ley de quiebras se refieren a este aspecto, tales como
el artículo 108, 111, 116. En términos simples les corresponde conocer y resolver algunos
aspectos de general interés para la quiebra, y que afectan de modo directo a los intereses de la
generalidad de los acreedores. En lo que se refiere al elemento persona física, cabe señalar que
como su nombre lo indica, está conformada por los acreedores del deudor-fallido, que deben
verificar sus créditos a efectos de que sean reconocidos, y de esta forma poder participar con su
voto en las juntas de acreedores, por su parte, los créditos no reconocidos tienen la posibilidad de
votar en las juntas, si es que se les otorga este derecho político, de acuerdo al procedimiento
indicado en el inciso 2° del artículo 102 de la Ley N ° 18.175. En lo que se refiere al elemento
normativo, la designación de sus integrantes está dado por aquellos acreedores a quienes se les
reconoce derecho a voto en el seno de las juntas ordinarias y extraordinarias, lo que debe
determinarse por el procedimiento del inciso 2° del artículo 102 de la ley de quiebras. Ahora
bien, la expresión de la voluntad de la junta de acreedores, esta reglamentada por la ley de
quiebras, a través de la posibilidad de citar a juntas de acreedores47, por las citaciones y
convocatorias a juntas48, por la reunión de los acreedores en lugar49, día y hora, por el quórum

47
Artículo 117 de la Ley N ° 18.175.
48
Por ejemplo la convocatoria a junta extraordinaria de acreedores se realiza de acuerdo a artículo 118 de
la ley de quiebras.
49
El lugar de la primera junta de acreedores, esta señalado en el artículo 105 de la Ley N ° 18.175. .

34
necesario para constituir la junta50, por las formalidades que se requieran para la celebración de
la junta51 y por la adopción de los acuerdos que sean de competencia de la junta citada con los
requisitos de quórum de votación que para cada caso reglamenta la ley52.

4. DIFERENCIAS EXISTENTES ENTRE LOS ÓRGANOS DE LA QUIEBRA Y LOS


SUJETOS DE LA QUIEBRA: Hemos dicho que a diferencia de otros procedimientos de
ejecución en la quiebra se produce la convivencia no sólo de órganos de la quiebra, integrado a
través de sus elementos como acabamos de ver, sino que también de partes o sujetos de la
quiebra.

Este tema es pacifico en doctrina, así Provinciali, nos señala: “En el proceso el concepto de
órgano (procesal) se contrapone al concepto de parte. Las partes son los sujetos del proceso (en
la quiebra, el deudor quebrado y los acreedores); los órganos (personas físicas al efecto
nombradas) constituyen los instrumentos mediante los cuales el proceso opera y se desenvuelve;
las partes sufren la actividad”53. Respecto de esta cita podemos decir, en primer lugar, que
Provinciali adhiere derechamente a la teoría procesal de la naturaleza jurídica de la quiebra, y en
segundo lugar, falta dejar en claro en la diferencia que el autor propone, el hecho que los
acreedores son considerados parte en el proceso de quiebras, sólo cuando ellos intervienen
individualmente, no cuando intervienen y actúan a través del cuerpo colegiado que es la junta de
acreedores, pues en tal caso, los acreedores pierden su individualidad para formar parte de un
órgano de la quiebra, constituyendo los acreedores el elemento persona física de la junta de
acreedores. En tercer lugar, Provinciali se refiere a los órganos de la quiebra, como: “la persona
física al efecto nombradas”, con lo cual sólo hace referencia a algunos elementos de los órganos
de la quiebra, cuales son, la persona física, y el elemento normativo en su aspecto de regulación
de las formas de nombrar a dichas personas, pero no menciona el elemento de competencia de
los órganos, como asimismo, no menciona al elemento normativo de creación de la voluntad del
órgano, por lo que constituye una definición incompleta y parcializada de los órganos de la
quiebra. De lo anterior se desprende que la quiebra dada su complejidad, y sus fines, precisa de
50
Por ejemplo la primera junta de acreedores se debe constituir en los términos señalados en el artículo
106 de la Ley N ° 18.175.
51
Artículo 119 de la Ley N ° 18.175.
52
Por ejemplo, el quórum para la adopción del acuerdo tendiente a la continuación efectiva del giro está
señalada en el artículo 112 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.
53
PROVINCIALI, RENZO. Ob. Cit., pp: 501.

35
órganos idóneos, capaces de llevar a cabo dicho cometido, como asimismo, de sujetos o partes
de la quiebra, sin embargo no nos aclara mayormente el concepto de sujetos o partes de la
quiebra.

Juan Esteban Puga, es más claro en esta materia y nos da los elementos de juicio necesarios
para poder distinguir de mejor forma las partes de la quiebra, de los órganos de la quiebra, al
respecto señala: “En el sistema concursal chileno, las partes son los sujetos privados emplazados
en la quiebra, y los órganos son las entidades portadoras de las facultades jurisdiccionales
ejecutivas, que son de derecho público, indispensables para que el Estado cumpla su función
secundaria o de sustitución a los particulares en el conflicto”54, para luego agregar: “La
distinción entre sustitutos y sustituidos y el desentrañamiento de la naturaleza jurídica de las
facultades que obran en la quiebra, nos permite distinguir entre quienes son las partes y quiénes,
o qué, son los órganos en la ejecución colectiva”55.

Pues bien, a las partes en la quiebra, se les otorga sin lugar a dudas facultades, por lo que
también integran el elemento de competencia, sin embargo, son aquellos que naturalmente son
emplazados a la quiebra, por lo que no opera a su respecto designación alguna, y expresan su
voluntad de manera común, sin que exista un proceso que determine las formas en que dicha
voluntad debe reconducirse a la quiebra, por último, las partes en la quiebra, son como lo señala
Puga: “los sujetos privados (…) emplazados en la quiebra”, por lo que el elemento de persona
física se asimila a parte de la quiebra, por cuanto las partes actúan individualmente sufriendo
ellas, y no un órgano como estructura superior, las consecuencias del actuar propio como de las
otras partes y órganos de la quiebra.

Ejemplos paradigmáticos de partes de la quiebra, son el fallido, y los acreedores en aquellos


casos en que actúan individualmente. El fallido, puede, por ejemplo, pedir la reposición de la
sentencia definitiva que declara la quiebra, de acuerdo al artículo 57 de la Ley N ° 18.175, o
bien, tiene derecho en caso de no ser un deudor calificado en los términos del artículo 41 de la
ley de quiebras (esto es, un deudor que ejerza una actividad comercial, industrial, minera o

54
PUGA JUAN ESTEBA. Ob. Cit., pp: 536
55
PUGA JUAN ESTEBA. Ob. Cit., pp: 536

36
agrícola), a que la masa le dé alimentos a él y su familia, de acuerdo al artículo 60 de la Ley N °
18.175.

Los acreedores, por su parte, pueden intervenir individual y directamente, por ejemplo,
objetando la proposición de fijación de fecha de la cesación de pagos que realiza el síndico al
juez de la quiebra (artículo 61 de la Ley N ° 18.175).

Además otros terceros interesados pueden intervenir directamente, y con ello actúan en la
quiebra, no como órganos, sino como partes, viéndose personalmente afectados por ciertas
decisiones que se adopten en el curso de la quiebra. El interés de estas personas debe ser
patrimonial, lo que les permite actuar como partes, y verse afectados por el desarrollo de la
quiebra, actúan por ejemplo, en iguales términos que el fallido, y los acreedores en las
situaciones señaladas en los artículos 57, y 61 de la Ley N ° 18.175.

Situación especial, ocurre en el caso del ejercicio de las acciones de inoponibilidad a que
hace referencia el artículo 81 de ley de quiebra, porque permite su ejercicio a los acreedores
individualmente considerados, por lo que actuarían como partes de la quiebra, sin embargo, el
ejercicio de dichas acciones debe ir encaminados al beneficio de la masa en general, con lo que
no se verían directamente afectados por la decisión que al respecto se dicte, sino que afectarían a
la masa todo en caso de ser desfavorable el resultado del ejercicio de las acciones, con lo cual
no podría considerarse que actúan como parte. Dicha situación presenta una situación
excepcional, y sui-generis, que implica una actuación de los acreedores, como parte de la
quiebra, y también como órgano de la misma.

5. CONCEPTUALIZACIÓN DE LOS ÓRGANOS DE LA QUIEBRA A TRAVÉS DE SUS


CARACTERISTICAS: Hemos señalado que los órganos de la quiebra están conformados por
tres elementos, éstos servirán para dar al final de este capítulo un concepto de órgano de quiebra.
Sin embargo, existen ciertas características de los órganos de la quiebra que permiten allegar
más aspectos a su conceptualización, por lo que claramente deben analizarse antes de definir lo
que entendemos por órganos de la quiebra. Resulta necesario indicar, que estos aspectos se
vinculan también, con la quiebra como procedimiento concursal, y pretenden despejar algunas
confusiones que se aprecian en los distintos textos que se han publicado sobre el tema.

37
5.1 El interés del Estado en la Quiebra: Hemos ya señalado que este tema importa entrar a
considerar si la quiebra tiene una naturaleza jurisdiccional, o bien, si la quiebra implica que el
Estado ejerce una función administrativa. El criterio que sirve para despejar el análisis en
cuestión viene dado por cuál es el interés del Estado en la Quiebra. Pero hablamos de interés del
Estado en la quiebra en un determinado sentido, que se refiere a sí el Estado por medio del juez
actúa en su propio interés, como si fuera el original y directamente interesado en la quiebra, de
manera que no se sustituye a los particulares, y especialmente a los acreedores en la búsqueda de
una solución al conflicto que genera la cesación de pagos. Si esto es así, el Estado actuaría en la
quiebra como parte, y por lo tanto la quiebra no implicaría ejercicio jurisdiccional, sino
administrativo. La jurisdicción, por su parte, implica una actitud sustitutiva del Estado, tendiente
a reemplazar a los interesados en la solución de un determinado litigio. En la fase de
conocimiento, dicha sustitución consiste en que la actividad intelectiva y declarativa la realiza el
juez y no las partes. En la etapa de ejecución consiste en la actividad que realizan los órganos del
Estado, que premian al obligado a obrar, sustituyéndose en esto al acreedor. La posición del
Estado, por medio del juez, en la función jurisdicciónal no es ser parte, sino que es el de ser un
extraño ajeno al conflicto.

Para determinar si la quiebra implica ejercicio jurisdiccional o administrativo es necesario


considerar que en la estructura subjetiva de la relación administrativa se constata que los
intervinientes son el particular y el ente administrativo, por lo que la administración es juez y
parte, lo que implica que la administración actúa como órgano de decisión, y a su vez, como
sujeto afectado con la decisión. Sin embargo, los efectos de toda decisión en el marco de la
quiebra no afectan a la administración directamente, sino que a los particulares que intervienen
como partes de la quiebra, principalmente al deudor-fallido, a quien se le están ejecutando sus
bienes, y a los acreedores regidos, salvo créditos preferentes por la par condictio creditorum.

Es por esto que se explica parte de la definición del profesor Puga de órgano de la quiebra, ya
que sostiene que el Estado a través de ellos, puede cumplir con su función secundaria o de
sustitución a los particulares en conflicto. Claramente con ello, está expresando que el interés
del Estado en la quiebra no es directo ni originario, sino que derivado del ejercicio jurisdiccional
que realiza a través del juez de la quiebra, lo que supone la sustitución de las partes en litigio.

38
5.2 Los criterios publicistas y privatistas: Cuando hablamos de los criterios publicistas y
privatistas, no nos queremos referir a cuál es el interés del Estado en la quiebra (punto 5.1),
tampoco estamos haciendo referencia al carácter de derecho público que revisten los órganos de
la quiebra (punto 5.3), sino que a un tema de política legislativa, derivado de cuál es la
regulación normativa respecto de los órganos de la quiebra. Esto es, si las normas que regulan la
quiebra, en cuanto organización y funcionamiento de los órganos de la quiebra, le otorgan un
mayor cúmulo de potestades a los órganos en que intervienen los acreedores en la búsqueda de la
satisfacción de sus créditos (criterio privatista), o bien, se le otorgan mayores potestades a los
entes que representan al Estado y a los intereses de la sociedad toda (criterio publicista).

“Ahora, la existencia de éstos órganos puede concebirse desde un acento privatístico o


publicístico, en consideración a que, como anotara Prieto Castro, hay una suerte de oposición
entre una concepción de la quiebra como ejecución privada a cargo de los propios acreedores y
su noción como procedimiento cerradamente oficial, donde con exclusividad actúan el o los
órganos jurisdiccionales”56. Satta, señala: “Pero una ejecución colectiva, aún siendo siempre
ejecución, puede realizarse de diversas maneras, según los principios en que ella se inspire; es
decir, puede ocurrir que ella sea dominada por los acreedores, en cuyo interés se desarrolla, o
bien que prevalezca el impulso oficial, considerado más apto para tutelar ese interés común,
frecuentemente oscurecido y trastornado por la prevelencia disfrazada de los intereses
individuales”57 58.

En el sistema nacional se ha favorecido con la dictación de las leyes N ° 20.004, y N °


20.073, un sistema privatista, incluso la primera de las mencionadas leyes pretendía
precisamente fortalecer el sistema privado de administración de quiebras consagrado en la Ley N
° 18.175, por medio que la designación del síndico recayera exclusivamente en los acreedores
con mayor crédito, de acuerdo a lo señalado en los actuales artículos 42, y 44 de la ley de
quiebras.

56
PUGA JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 537.
57
SATTA, SALVATORE. Ob. Cit., pp: 35.
58
En el mismo sentido: TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 93.

39
5.3 El principio de legalidad y el carácter de público de los órganos de la quiebra: Según el
profesor Puga los órganos de la quiebra son entidades públicas. Al efecto define a los órganos de
la quiebra como: “entidades portadoras de las facultades jurisdiccionales ejecutivas, que son de
derecho público”59.

El carácter de público de los órganos de la quiebra lo deriva de una serie de factores, a saber:

a. Los órganos de la quiebra encuadran su labor, sus actuaciones, y sus potestades,


dentro del denominado principio de legalidad, esto es, deben ajustar sus actuaciones en
el proceso de quiebras a lo establecido en la ley. La actuación de los órganos viene a ser
la concreción de la actuación de la ley en el proceso de quiebras. Obviamente la ley que
rige de manera más importante las potestades que pueden llevar a cabo los órganos de la
quiebra es la Ley N ° 18.175.
b. Los órganos de la quiebra nacen, tienen su surgimiento en disposiciones legales.
En efecto, la ley es la que contempla la existencia de los distintos órganos de la quiebra,
es ella la que determina que en la quiebra, intervenga una junta de acreedores, un
síndico, un Tribunal de la Quiebra, y una Superintendencia de Quiebras. El hecho que
los órganos de la quiebra sean creados por ley adquiere mayor trascendencia respecto de
la Superintendencia de Quiebras, ya que es la misma Ley N ° 18.175, la que en su
artículo 7 da origen a este órgano.
c. Ejercen funciones públicas, el profesor Puga señala al respecto que los órganos
de la quiebra tienen un carácter público por la razón de: “la circunstancia material de
desempeñar una función pública”. De este carácter público de los órganos de la quiebra,
se deriva, entonces que, una función del Estado sería garantizar la correcta consecución
de los fines de la quiebra.

5.4 Interés público en la quiebra: Sin embargo, no debemos confundir el carácter de derecho
público de los órganos de la quiebra, con la circunstancia de que en la quiebra exista algún
interés público involucrado. En efecto, el carácter de órganos de derecho público que tienen los
órganos de la quiebra deriva del hecho de ser entidades que nacen a consecuencia de una
disposición legal, que regulan su actividad de acuerdo al principio de legalidad, y al hecho de
59
PUGA JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 536.

40
ejercer una función pública. En cambio, el interés público que puede existir en la quiebra se
deriva del hecho de que con la quiebra no sólo se busca la satisfacción de la par condictio
creditorum, sino que también existen intereses que pretenden de la quiebra la eliminación de las
empresas en falencia para de esta forma evitar el rompimiento de la circulación del crédito, de
forma que el interés público está en función de la defensa de la economía general frente al
fenómeno crítico de la insolvencia que mina la vida de las empresas y sociedades. En
consecuencia, el interés público o privado que pueda existir en una quiebra implica determinar
quienes son los verdaderos y reales interesados en la insolvencia del fallido, ya sean los propios
acreedores, o la sociedad en general en la defensa de un interés público económico, pero no
implica entrar a determinar si los órganos ejercen o no una función pública dando carácter de
órganos de derecho público a los órganos de la quiebra.

En suma, un aspecto es determinar que en la quiebra existen intereses que importan a la


sociedad toda. Lo que se transforma en innegable, debido a que las sociedades, y empresas
forman parte importante de la economía nacional, y la quiebra como institución de ultima ratio
frente a la crisis patrimonial de un deudor, posibilita una solución a los acreedores que ven
afectada la garantía de su crédito, y con ello el interés público económico. Pero ello no niega que
los intereses dominantes en la quiebra pertenezcan a los particulares que en ella intervienen
(punto 5.4). El interés público en la quiebra, adquiere una especial connotación en lo que al
interés del Estado se refiere. Toda vez, que si consideramos que el interés del Estado es directo y
original en la quiebra, la misma será ejercicio administrativo, y si en cambio, consideramos que
el Estado tiene un interés indirecto y sustitutivo, la quiebra será ejercicio jurisdiccional (punto
5.1). Otro aspecto, distinto es la regulación que el legislador puede hacer de los distintos órganos
que en la quiebra intervienen, dado que esta materia es propia de política legislativa, y
determinará el carácter publicista o privatista de la regulación de la quiebra, en atención a si se
otorgan mayores poderes al órgano oficial, en el primer caso, o si, se otorgan mayores
facultades, a los órganos en que participan los acreedores, en el segundo caso (punto 5.2). Por
último, los órganos de la quiebra pueden tener el carácter de entidades de derecho público, si es
que ejercen o no funciones públicas, y si es que nacen por mandato legal, y se organizan y
actúan de acuerdo a la ley (punto 5.3), lo que es complementario de los puntos 5.1, y 5.2, ya que,
bien puede el Estado ejercer función jurisdiccional a través de la quiebra (punto 5.1), sobre una
regulación normativa que otorgue mayores atribuciones a los acreedores (punto 5.2), y revestir

41
los órganos de la quiebra el carácter de entidades de derecho público (punto 5.3). Todo lo cual,
es distinto de la consideración primaria del interés que la sociedad toda tiene en la quiebra
(punto 5.4), que no afecta ninguno de los puntos tratados, pues se refieren a criterios diferentes.

Con todo lo tratado podemos ensayar una definición de órganos de la quiebra, como:
“Aquellas entidades de derecho público, que la ley les otorga un conjunto de atribuciones o
potestades, constituidas por personas físicas, y a cuyo respecto existen normas que determinan la
forma en como expresa su voluntad, y como se produce la designación de sus integrantes, y que
permiten al Estado desarrollar su función sustitutiva a los particulares en conflicto, teniendo de
acuerdo a la legislación que corresponda, un carácter privatista o publicista”.

42
CAPITULO II
LA NUEVA ESTRUCTURA ORGÁNICA DE LA QUIEBRA CON
POSTERIORIDAD A LAS MODIFICACIONES INTRODUCIDAS POR LA LEY
N ° 20.004, Y LEY N ° 20.073.

1. ACLARACIÓN PREVIA: Debe existir claridad conceptual respecto de que, no es posible


confundir la quiebra con la Ley de Quiebras, ni confundir la quiebra con el concepto de
procedimiento concursal. Lo anterior ha sido indicado por los distintos autores nacionales60 y
extranjeros61. Claramente la quiebra es un procedimiento concursal pero no es el único. Las
procedimientos concursales son variados, entre los cuales encontramos, los convenios, la quita o
espera, el proceso de liquidación forzosa de un banco o sociedad financiera, la liquidación
forzosa de una sociedad anónima, la cesión de bienes, y los procedimientos criminales-
concursales. La visión tradicional nos indica que la quiebra es la forma más utilizada dentro de
las distintas formas de enfrentar la insolvencia o la cesación de pagos. En este sentido, las
legislaciones que sigen esta visión tradicional no contemplan procedimientos o mecanismos de
prevención de la insolvencia o de cesación de pagos. La ley N ° 18.175 publicada en el Diario
Oficial de 28 de octubre de 1992, y que establece la ley de quiebras en nuestro país. Como
veremos posteriormente, la idea de la distinción de los diversos procedimientos concursales no
se encontraba claramente expuesta en el texto original de la ley, por lo mismo la Ley N ° 20.73,
modificó el artículo 1° de la Ley de Quiebras, incorporando un nuevo inciso primero, que señala:
“La presente ley trata de los siguientes concursos: la quiebra; los convenios regulados en el título
XII; y las cesiones de bienes del título XV”, modificación que hace expresa mención a los
distintos procedimientos concursales que contempla la Ley N ° 18.175.

Sin embargo, la importancia de la quiebra, como un procedimiento concursal especial, en el


contexto de los procedimientos concursales en general, empieza a cambiar. Desde mediados del

60
Podemos citar a modo de ejemplo a: CONCHA CARLOS. Proceso de Quiebras. 1971. Editorial López-
Viancos, Santiago de Chile, pp: 93-94; y, PUGA, JUAN ESTEBAN. Derecho Concursal. El Juicio de
Quiebras. 1999. Editorial Jurídica. Santiago de Chile. V. I., pp: 153.
61
Podemos citar a modo de ejemplo: GUASP, JUAN Derecho Procesal Civil. 1998. Editorial Civitas.
Madrid, España. V. II, pp: 426; y, PROVINCIALI, RENZO. Tratado de Derecho de Quiebra. 1958-1959.
Editorial AHL. Barcelona, España. V. III, pp: 61 y ss.

43
siglo pasado hasta hoy en día, las legislaciones nacionales de los distintos Estados62, y los
proyectos de normas internacionales, tienden a dar mayor importancia a otros procedimientos
concursales, tales como, los convenios o concordatos, así como a nuevos instrumentos que han
posibilitado el nacimiento del derecho de prevención de empresas en dificultad: “que tienen
como presupuesto objetivo para su operatividad, el concepto de empresas en dificultad”63. “El
Derecho de prevención de empresas en dificultad busca conservar estas empresas, evitando la
aparición del estado de cesación de pagos y solucionando las situaciones difíciles que les
aquejen. Sin embargo, para que proceda la aplicación de las instituciones reguladas por este
derecho, es necesario: 1) Que la empresa en dificultad sea viable, y 2) Que la salvación de la
empresa pueda realizarse en condiciones razonables. De no cumplirse estos requisitos, se optará
por el procedimiento liquidatorio”64.

Entre los distintos procedimientos concursales que contempla nuestra legislación, existen
vinculaciones, pero también diferencias que permiten corroborar la conclusión señalada
anteriormente, en el sentido de que la quiebra y los otros procedimientos concursales no son lo
mismo, así por ejemplo, el convenio extrajudicial celebrado entre un deudor y uno o más
acreedores relativo al pago de las obligaciones o a la administración de sus bienes, debe
celebrarse antes de la declaración de quiebra, siendo obligatorio sólo para los acreedores que lo
suscriban, por lo anterior, los convenios extrajudiciales tienen en relación con la quiebra, un
carácter excluyente65. Por otro lado, los convenios judiciales preventivos también deben ser
propuestos con anterioridad a la declaración de la quiebra, y de acuerdo a la regulación

62
Un ejemplo claro en este sentido lo constituye la actualización del derecho concursal español a través de
la reforma introducida por la Ley Orgánica 8/2003, para la Reforma Concursal, y la Ley Ordinaria
22/2003, para la Reforma Concursal. La reforma se basa fundamentalmente en tres principios, en primer
lugar, encontramos el principio de unidad de base, el cual configura el denominado concurso de
acreedores que se aplica al deudor común y refunde tanto los institutos concursales civiles vigentes
(concurso de acreedores y quita y espera) como los mercantiles (quiebra y suspensión de pagos). Este se
puede concluir a través de una vía conservativa (concurso) o una liquidación (unidad procedimental). El
segundo principio, implica que la reforma se encuentra sustentada sobre la base del principio conservativo
como medio para la satisfacción de los acreedores. Y finalmente, se busca hacer efectivo el principio de la
pars condictio creditorum.
63
GOUDEAU GÓMEZ, BAYARDO. Concepto sobre la Insolvencia, cesación de pagos, suspensión de
pagos, crisis económica y empresas en dificultad. EN: Salvamento de las empresas en crisis. Coordinador
de la obra, Juan Pablo Román Rodríguez. Universidad de Chile, Facultad de Derecho. 2001. Editorial
Jurídica de Chile. Santiago de Chile., pp: 187.
64
GOUDEAU GÓMEZ, BAYARDO. Ob. Cit., pp: 187.
65
Artículo 169 y 170 de Ley N ° 18.175, modificado por la ley N ° 20.073.

44
normativa establecida por la ley N ° 20.073, pueden conducir en ciertos casos a que el juez
declare la quiebra de oficio, por ejemplo en el caso del artículo 178 y 180 de la ley de quiebras
(desde ahora en adelante LQ). Por su lado, el convenio judicial es aquel que se propone durante
el juicio de quiebras, para ponerle término, de acuerdo a lo señalado en el artículo 186 LQ.
Asimismo, el procedimiento de calificación tiene vinculaciones con el proceso de quiebra en lo
que dice relación con la persona del deudor, ya que la acción criminal por insolvencia culpable o
fraudulenta sólo puede iniciarse una vez que el deudor se ha constituido en fallido, lo que ocurre
con la sentencia que declara la quiebra del deudor, pero en cambio, presenta notables
diferenciaciones con el proceso de quiebras, en lo que dice relación con el hecho que, ambos
juicios, el de calificación y el de quiebra tienen una vida independiente en el sentido de que
puede existir el juicio de quiebra sin ser necesario la existencia de un juicio de calificación66, e
incluso, puede terminar el proceso de quiebra sin que haya concluido el juicio de calificación,
por ejemplo, en la situación contemplada en el artículo 201 inciso 1°, 2° y 5°, de los cuales se
desprende que una vez terminado o cesado el estado de quiebra por la celebración de un
convenio simplemente judicial se le devolverán los documentos y bienes al deudor, salvo en lo
que fueran necesarios para la prosecución del juicio de calificación. La idea queda
completamente clara, en el último inciso de los señalados que dispone: “La aprobación del
convenio no impide que continúe el procedimiento de calificación de la quiebra”. Por último, las
normas de liquidación forzosa de los bancos e instituciones financieras, y las normas sobre la
materia establecidas en el decreto con fuerza de ley N ° 251, de 1931, sobre Compañía de
Seguros, que establecen instituciones concursales de naturaleza administrativa son excluyentes
de la quiebra. Lo anterior, es establecido expresamente por el legislador de la ley N ° 20.073 que
modificó la LQ, en su artículo 170 el que señala, que las normas sobre convenios extrajudiciales
establecidas en el artículo 169 de la LQ, no serán aplicables a los convenios regulados por la ley
general de bancos, y en el decreto con fuerza de ley N ° 251, de 1931, sobre Compañías de
Seguros.

La idea expuesta en el párrafo anterior, es indicada por Carlos Concha, el que al respecto
señala: “Una elemental visión del sistema procesal concursal permite al intérprete constatar sus

66
Situación que normalmente ocurrirá cuando estemos en presencia de un deudor que ejerza una actividad
comercial, industrial, minera o agrícola, salvo en la situación del artículo 234 inciso 2° de la LQ, que
señala que, al deudor que no ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola le será aplicable
la causal N ° 3 del artículo 43 de la LQ.

45
universales ramificaciones. En efecto, simultáneamente o sucesivamente al proceso de quiebras
se desarrollan o pueden desarrollarse un conjunto de otros procesos. Algunos de ellos derivan,
en sus modalidades específicas, de la propia declaración de quiebra. Otros se desarrollan
colateralmente, al proceso de quiebras, sea acumulados ante el mismo tribunal, sea en forma
absolutamente independiente; pero en definitiva, todos tienen incidencia en el proceso
fundamental, el de quiebras, cualquiera sea su específica naturaleza”67. Termina concluyendo el
autor, respecto de este punto que, por la multiplicidad de sus implicaciones el proceso de
quiebras constituye un régimen procesal unitario en conjunto con otros procesos68.

Pues bien, lo señalado hasta el momento es importante para indicar que, cuando hablamos de
órganos de la quiebra, hacemos referencia a aquellas entidades (que hemos conceptualizado en el
capítulo anterior) que, participan dentro del procedimiento concursal, quiebra. En este sentido, la
ley N ° 20.004, publicada en el Diario Oficial el 8 de marzo de 2005, introduce una serie de
modificaciones en lo que dice relación precisamente con los órganos de la quiebra, y más
específicamente, regula y otorga mayores facultades a la Superintendencia de Quiebras. A su
vez, la ley N ° 20.073, publicada en el Diario Oficial el 20 de noviembre de 2005, establece
normas sobre los convenios o concordatos en el ámbito del sistema concursal chileno. La
regulación por lo tanto, de las normas que establece esta última ley, no dicen relación con la
quiebra como procedimiento concursal, sino que respecto de otros procedimientos concursales,
como son los convenios. Como en esta tesis, nos proponemos estudiar la regulación normativa
de los órganos de la quiebra no deberíamos tratar lo relativo a los órganos que intervienen en
otros procedimientos concursales, sin embargo, dada la trascendencia y modernización que
introduce la mencionada ley, y las figuras desconocidas que se incorporan a la LQ, es que
estimamos pertinente tratar en este capítulo, la parte orgánica que establece la ley N ° 20.073,
aunque sea por medio de un breve análisis.

TITULO I: LA LEY N ° 20.004 QUE ESTABLECE NORMAS SOBRE


FORTALECIMIENTO DE LA TRANSPARENCIA EN LA ADMINISTRACIÓN
PRIVADA DE LA QUIEBRA, FORTALECIMIENTO DE LA LABOR DE LOS
SINDICOS Y DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS.

67
CONCHA, CARLOS. Ob. Cit., pp: 93.
68
CONCHA CARLOS. Ob, cit., pp: 94.

46
1. INTRODUCCIÓN: En este Título trataremos la Ley N ° 20.004, publicada en 8 de marzo
de 2005, que establece normas sobre fortalecimiento de la transparencia en la administración
privada de la quiebra, fortalecimiento de la labor de los síndicos y de la Superintendencia de
Quiebras.

Esta ley introduce diversas modificaciones a la parte orgánica del sistema concursal,
fundamentalmente en lo que dice relación con dos órganos que intervienen en la quiebra, cuales
son, la Superintendencia de Quiebras y los síndicos.

Como tendremos la ocasión de examinar en el desarrollo de esta tesis, esta ley no obstante,
las adecuaciones y novedades normativas que introduce, no produce una transformación radical
en el marco del sistema de quiebras en Chile. En efecto, la institucionalización del sistema de
quiebras no se ve trastocado en lo sustancial con la mencionada ley, por lo tanto, no se produce
un tránsito de un sistema de síndicos privados a otro sistema inspirado en criterios
diametralmente opuestos. En consecuencia, no podemos comparar esta modificación con
aquellas consagradas en la Ley N ° 4.558 de 1929, que creó la Sindicatura General de Quiebras
reemplazando el sistema consagrado en el Código de Comercio, ni tampoco, la podemos
comparar con la Ley N ° 18.175, cuya característica fundamental es la privatización del sistema
concursal a través de la administración por síndicos privados que reemplazó la administración
estatal consagrada en la Ley N ° 4.558.

En suma, la Ley N ° 20.004, surge a efectos de solucionar una serie de problemas que la ley
de quiebras actual ha ido dejando de manifiesto desde su entrada en vigor, tanto por las
dificultades en su aplicación práctica, como en lo relativo a la participación de las partes, los
tribunales, y el organismo fiscalizador, como por los estudios realizados en el ámbito académico
y la doctrina. Como se expresa en el mensaje con que se inició el proyecto de ley que dio origen
a la Ley N ° 20.004: “Con el transcurso del tiempo han quedado al descubierto las debilidades
que presenta la actual Ley de Quiebras, y se ha hecho indispensable, con el fin de preservar el
sistema de síndicos privados y evitar que se torne ineficiente o controvertido, proponer
modificaciones que solucionen los problemas más importantes que han sido detectados”. Con lo
anterior, queda completamente claro que la mencionada ley, pretende desde sus comienzos

47
mantener en operatividad la institucionalidad privada que inspira la actual ley de quiebra, a
efectos que la misma no se torne inoperante, y evitar el agravamiento de los problemas que
actualmente son apreciados en la práctica.

Era imposible efectuar una transformación radical del sistema de quiebras en particular, y del
sistema concursal chileno en general, por medio de una sola ley, por lo mismo, desde un
comienzo quedó completamente claro que la Ley N ° 20.004, sólo modificaba algunos aspectos
de la normativa concursal, que eran aquellos respecto de los cuales existía una mayor urgencia,
en este sentido, Diego Lira Silva (en esos momentos Fiscal Nacional de Quiebras), expone como
necesario: “Aquello que dé mayores atribuciones a los acreedores en la defensa de sus propios
intereses; hay que hacer cambios respecto a sus facultades y las de los síndicos, hay que
fortalecer en una pequeña medida a la Fiscalía Nacional de Quiebras en el sentido de darle
alguna facultad sancionadora, que es muy pequeña”69.

2. ORIGEN DE LA LEY: La Ley N ° 20.004, tuvo su origen en un proyecto de ley


presentado al Congreso Nacional por medio de un mensaje de S.E el Presidente de la República,
el día 17 de enero de 2002.

Sin embargo, la genesis de este proyecto de ley, fue la constitución en marzo del 2002 de una
comisión de profesores de la Universidad Católica y de Chile, expertos en derecho concursal, a
objeto de estudiar las mejoras que era necesario introducir en la ley del ramo. Esta comisión fue
constituida en la Fiscalía Nacional de Quiebras, hoy Superintendencia de Quiebras70, en la que
se realizaron 36 reuniones en las que participaron los siguientes profesores y personas: Raúl
Varela Morgan, Profesor de Derecho Comercial de la Universidad de Chile; Luis Morand
Valdivieso, Profesor de Derecho Comercial de la Universidad Católica de Chile y Fiscal de la
Superintendencia de Bancos; Juan Pablo Román Rodríguez, Profesor de la Escuela de
Graduados de la Universidad de Chile; Rafael Gómez Balmaceda, Profesor de Derecho
Comercial de la Universidad de Chile y del Desarrollo y ex Fiscal Nacional de Quiebras; Arturo

69
DIARIO ESTRATEGIA. Entrevista concedida por el Fiscal Nacional de Quiebras, señor Diego Lira
Silva. Edición del día 21 de diciembre de 2002. EN: BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA
NACIONAL DE QUIEBRA N ° 69, Marzo 2002.
70
En virtud del cambio de denominación que introdujo la Ley N ° 19.806, Publicada en el Diario Oficial
con fecha 31 de Mayo de 2002.

48
Prado Puga, Profesor de Derecho Comercial de la Universidad de Chile; Gustavo Molina
Trivelli, Abogado de la División Jurídica del Ministerio de Justicia; Diego Lira Silva,
Superintendente de Quiebras, y los señores Patricio Navarrete Aris, Jefe del Departamento
Jurídico de la Superintendencia de Quiebras; Juan Carlos Miranda Valenzuela, Subjefe del
Departamento Jurídico de la Superintendencia de Quiebras, y Pablo Norambuena Arizábalos,
Jefe del Subdepartamento Metropolitano de la Superintendencia de Quiebras, quien ofició como
Secretario de la Comisión.

El proyecto fue remitido al Ministerio de Justicia con fecha 03 de agosto de 2001, sin
embargo, se decidió postergar su remisión al Congreso Nacional debido a que en ese tiempo se
estaba concordando entre el Gobierno y la Sofoca la Agenda Pro-Crecimiento. Luego de algunas
reuniones con representantes de la Sofoca en la Superintendencia de Quiebras, se decidió
estudiar adicionalmente dos proyectos, a saber: Modificaciones relativas a la prevención de la
crisis de la empresa y a los convenios como solución alternativa a la quiebra, que vio a luz con la
dictación de la Ley N ° 20.073, y Modificaciones relativas a los delitos de quiebras, en especial
en lo que se refiere a la modernización de la quiebra culpable, respecto de la cual la idea es que
eliminen figuras delictivas que no corresponden a la realidad actual en el mundo de las
empresas. En consecuencia, el proyecto de ley que se tradujo en la dictación de la Ley N °
20.004, se encuadra en una serie de tres modificaciones al sistema concursal, que abarcan, la
parte orgánica, los convenios y prevención de la empresa en crisis, y la modernización de los
delitos de quiebra (que se prepara al alero del foro penal constituido en el Ministerio de Justicia).

Como puede observarse, el Gobierno envió el proyecto considerando que no se oponía ni era
incompatible con la Agenda Pro-Crecimiento, sino que era más bien complementaria, con
aquélla iniciativa. Sin embargo, para algunos, y más específicamente, pare el Instituto Libertad y
Desarrollo, el proyecto de ley era completamente contradictorio y, inconsistente con los
objetivos planteados en la Agenda Pro-Crecimiento.

Recordemos que la agenda pro-crecimiento nace de la constatación de que si bien los


aspectos macroeconómicos del país se encuentran en un buen nivel, la economía muestra una
situación de persistente estancamiento. El diagnóstico que se ha hecho, es que hay una serie de
aspectos macroeconómicos que no están funcionando adecuadamente, básicamente por

49
regulaciones inadecuadas, lo que en definitiva se traduce en la necesidad de impulsar una serie
de medidas correctivas en materias administrativas y legales. Lo anterior implica la constatación
de ciertos: “lomos de toro de la economía”, ante lo cual se esbozaron soluciones diversas, entre
las cuales estuvo la necesidad de introducir modificaciones a la ley de quiebras. En este aspecto
la agenda concluyó: “El Gobierno ha concordado impulsar un proyecto de ley que modernice la
Ley de Quiebras N ° 18.175, con el propósito de minimizar los plazos en que los activos
productivos afectados por una quiebra permanecen fuera de la actividad productiva útil. La
normativa actual judicializa en exceso dichos procesos –causados por un fenómeno normal en
una economía de mercado-, presupone situación fraudulenta o delictual en todo evento, induce a
comportamientos socialmente ineficientes a las administraciones que intentan inútilmente
retardar las quiebras para evitarlas, e impone plazos y procedimientos claramente posibles de
mejorar. Es necesario establecer un marco legal que incentive el emprendimiento que otorgue
nuevas oportunidades a empresarios que tuvieron que enfrentar una quiebra. Al mismo tiempo,
debe mejorar la regulación del sistema de prelación de créditos y la solución de conflicto entre
acreedores de distinto grado. El gobierno preparará un anteproyecto de ley y propiciará su más
amplia discusión para modernizar la actual normativa en la dirección señalada”.

Por lo anterior, los investigadores del Instituto Libertad y Desarrollo señalan que el proyecto
de ley que dio origen a la Ley N ° 20.004, no abarca en ningún momento los aspectos que el
Gobierno se comprometió en el marco de la agenda Pro-Crecimiento, sino que lo que hace
fundamentalmente es otorgar mayores facultades a la Superintendencia de Quiebras y establece
mayores requisitos para poder optar a ser Síndico de Quiebras. Concluyen asimismo, que la
tendencia que inspira el mencionado proyecto es de carácter regulador, en cambio los proyectos
restantes que el Gobierno se compromete a enviar al congreso en materia de delitos de quiebra y
concursos, son de tendencia des reguladora, por lo que el Gobierno está aprovechando la
instancia de la agenda pro-crecimiento para enviar un proyecto ya elaborado, y que no se
condice con los compromisos que el mismo había asumido.

Sin embargo, considero que el proyecto de ley mencionado (y consecuencialmente la Ley N °


20.004) no es contradictorio con la agenda pro-crecimiento en los términos señalados, pues
apunta a un tema de probidad, cual es el fortalecimiento y la transparencia del sistema de
síndicos privados de quiebras, que han recibido diversas críticas por los agentes involucrados,

50
todo lo cual produce un mejoramiento de la legislación existente al cabo de una experiencia de
veinte años de aplicación. Por lo anterior, el Gobierno al impulsar dicho proyecto no estaría
dejando de lado el compromiso asumido, más todavía, si se considera que la misma comisión de
especialistas de la SOFOFA, decidió estudiar con mayor detención y separadamente los otros
anteproyectos que incluía la agenda pro-crecimiento.

Cabe señalar que en septiembre de 1994, quedó en primer trámite constitucional en la


Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados, un proyecto de ley
en materia concursal, que abarcaba diversos aspectos en la materia, pero que se decidió dejar de
lado su tramitación, por la dificultad que resulta el obtener el consenso necesario en una reforma
global del sistema de quiebras, por lo mismo se decidió separar lo más importante e
indispensable y elaborar un proyecto menos ambicioso, pero que solucionara los graves
problemas prácticos que desprestigian el sistema de síndicos privados. Por esto se redactó un
proyecto sobre probidad que se refiere fundamentalmente al ingreso a la Nómina de Síndicos, a
su nombramiento en las quiebras, a sus inhabilidades, incompatibilidades y prohibiciones, y a su
remuneración y la de sus asesores. Las demás normas, relativas a la facultad sancionatoria de la
Superintendencia, son un corolario necesario de lo anterior para perfeccionar y hacer más
confiable el sistema71.

3. RAZONES QUE MOTIVARON LA DICTACIÓN DE LA LEY: Como ha quedado


explicitado anteriormente el objetivo fundamental de la Ley N ° 20.004 fue consolidar el sistema
de administración privada de quiebras por síndicos vigentes en Chile desde 1982. Este sistema
reemplazó al de administración estatal de las quiebras llevada a cabo por la Sindicatura General
de Quiebras creada en 1929. Este objetivo se pretende lograr por medio de la obtención de: a.
Una mayor transparencia del sistema de quiebra, estableciendo normas de probidad relativas al
nombramiento, remuneración, inhabilidades y prohibiciones de los síndicos, otorgando mayores
facultades a los acreedores, que son los que poseen un interés preeminente en la quiebra; b.
Hacer más eficiente la labor fiscalizadora de la Superintendencia mediante la aplicación de
sanciones en caso de violaciones de ley, reglamentos, o instrucciones. Cabe hacer notar que una

71
BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 74. Junio 2003.
Observaciones del Superintendente de Quiebras a la presentación del Representante de Libertad y
Desarrollo en relación al proyecto de modificación de la Ley de Quiebras., pp: 25.

51
deficiencia en la regulación normativa era la falta de facultades que le permitieran a la
Superintendencia aplicar sanciones, situación que no se daba en los demás entes de
supervigilancia en las distintas áreas de la economía.

Los autores que han tratado el tema de la quiebra, y más específicamente, la parte orgánica de
la quiebra, habían reflexionado sobre las deficiencias y virtudes del sistema de quiebras en lo
que se refiere a los órganos de la quiebra. Algunos autores como Oscar Torres Zagal han
expresado la necesidad de dotar a la quiebra en su parte orgánica de un mayor contenido
publicista, siguiendo la tendencia, según el autor, del derecho francés de quiebra, señalando al
respecto: “¨(…) Se contemplan, por cierto, mayor cantidad de órganos, caso de Italia y Francia,
y se les dota de mayores potestades a instituciones públicas, caso de Francia: el tribunal de
comercio y el juez comisario, en desmedro de las potestades de los órganos deliberantes no
vinculantes. Por ello podemos concluir, como acertadamente lo sostiene el profesor Ramírez,
que en los sistemas concursales cuando se da amplias potestades a las Juntas de Acreedores se
impregnan de un marcado carácter privatista y a la inversa, si se les limitan las facultades, el
sistema concursal adquiere un marcado carácter publicista, como es la moderna tendencia en
materia de quiebras, caso francés”72, ante lo cual concluye: “Esta moderna tendencia creemos
que debiera adoptarse en una futura reforma al sistema concursal chileno”73. Las ideas expuestas
demuestran la importancia que cierto sector de la doctrina ha otorgado a que en las reformas
legislativas respecto del sistema concursal se le otorgue mayor poder y facultades a los entes
públicos en materia de órganos de la quiebra. En este escenario aparece la labor de la
Superintendencia de Quiebras, así por ejemplo, Oscar Zagal citando Ricardo Sandoval López,
nos señala: “Surge como la institución estatal destinada a supervigilar y controlar la actuación de
los síndicos privados y a desempeñar algunas funciones en el juicio de quiebras. Si bien es cierto
que en el contexto legal sus facultades aparecen menguadas, no es menos verdadero que en la
práctica se ha convertido en la entidad “salvadora” del sistema. En efecto, el ejercicio oportuno y
cabal de las atribuciones de la Fiscalía Nacional de Quiebras (hoy Superintendencia de
Quiebras), tanto en la fiscalización de los síndicos como en otras tareas que la ley le encomienda
ha impedido que se produzca en naufragio del régimen de administración de la quiebra. Sin

72
TORRES ZAGAL, OSCAR. Los Órganos de la Quiebra.1993. Editorial Conosur. Santiago, Chile., pp:
96.
73
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob., cit., pp: 97.

52
embargo, la Fiscalía Nacional no puede suplir omisiones ni subsanar errores propios del
ordenamiento concursal chileno. Es más, la propia aplicación práctica de la Ley N ° 18.175 en
esta materia, justifica la necesidad de una urgente reforma, en la cual, sin duda, se requiere
intensificar el rol de este órgano de control”74.

La reforma introducida por la Ley N ° 20.004 viene en consecuencia a hacerse eco de estas
inquietudes doctrinales, pues precisamente se incorporan una serie de normas relativas
fundamentalmente a la Superintendencia y a los síndicos, en aquellos aspectos en que, se había
demostrado por la experiencia práctica, las deficiencias normativas.

Por otra parte, otros autores sostienen la eficiencia del sistema orgánico de la quiebra,
sustentado en la eficacia que dichos autores le atribuyen, así Juan Esteban Puga, nos indica:
“Contra todas las críticas que se han levantado en Chile por el golpe de timón que significó la
reinstalación de los síndicos privados por la Ley N ° 18.175 y la eliminación de la antigua
Sindicatura General de Quiebras, y la profunda alteración de las funciones y composición de la
junta de acreedores, nosotros aplaudimos el sistema, no sólo por su ya probada eficacia luego de
15 años, sino porque su estructura estimula una rápida liquidación del patrimonio enfermo,
función primordial de la declaración de quiebras, y normalmente respetando la par condictio”75.
Para este autor la quiebra es desde el punto de vista de los realmente interesados, un proceso
civil entre privados, primando y haciéndose necesario, entonces, preservar el carácter privatista
del derecho orgánico de la quiebra. Por la razón anterior, de considerar el proceso de quiebra,
como un proceso civil entre privados, más la consideración de la Superintendencia como un ente
fiscalizador de la actuación de los síndicos privados, sin que la misma tenga alguna potestad de
actuación en el proceso civil, es que considera que los órganos de la quiebra, son solamente, los
síndicos, la junta de acreedores y el tribunal de la quiebra, así señala: “Según ya lo vimos, los
órganos de la quiebra, integrantes de su estructura procesal, son tres: el tribunal de la quiebra, la
junta de acreedores, y el síndico privado o curador. Uno cumple la función jurisdiccional; el otro
representa los interés de la colectividad de acreedores y es depositario de la facultad suprema de
disposición, y el tercero cumple el rol de administrador del patrimonio concursado”76.

74
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 100-101.
75
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 538.
76
PUGA JUAN ESTEBAN. Ob., cit., pp: 539-540.

53
La discusión, o más bien, los distintos puntos de vista sobre el sistema de los órganos de la
quiebra en nuestro país, se expusieron durante la tramitación del proyecto de ley que dio origen a
la Ley N ° 20.004. La discusión se tradujo en las distintas consideraciones que merecía el
proyecto de ley, en cuanto a si las razones que se daban para efectuar las modificaciones a la ley
de quiebra eran necesarias, o más bien, se estaba intentando regular el mercado corporativo de la
quiebra, sobre bases ideológicas de una mayor intervención del estado en la economía.

Previo a la exposición de las razones que hicieron necesaria una modificación a la ley de
quiebras, es necesario señalar que el 31 de mayo de 2002, se dictó la Ley N ° 19.806, que
contiene normas adecuatorias del sistema legal chileno a la reforma procesal penal, y en la cual
se procedió a cambiarle la denominación a la Fiscalía Nacional de Quiebras, por
Superintendencia de Quiebras. La razón de este cambio, fue por indicación del senador Sergio
Diez durante la tramitación de la ley antes señalada, y sin intervención alguna de la ex Fiscalía
Nacional de Quiebras, en virtud de la cual se acordó modificar el nombre del ente fiscalizador en
atención a que en la Ley de Quiebras, y en especial en su Titulo XIII sobre delitos de quiebra, se
hace mención al “Fiscal” y al “Fiscal Nacional” en el ámbito penal y procesal penal, por lo que
se estimó necesario eliminar la denominación de “Fiscal Nacional de Quiebras” para que no
fuera confundido con el “Fiscal Nacional” que es el jefe del Ministerio Público, no detectándose
esta necesidad en lo que se refiere al Fiscal Nacional Económico, con lo que se deja de lado
cualquier duda o suspicacia, como la planteada por el Instituto Libertad y Desarrollo, en cuanto a
que, el cambio de denominación más que un sólo cambio formal, entraña la intención del
Gobierno de transformar a la ahora Superintendencia de Quiebras, en un regulador de la
actividad económica o del mercado, como son los entes que reciben la denominación de
Superintendencia: “Lo concreto es que una fiscalía no es una Superintendencia, porque ésta es
un regulador de un mercado o actividad económica, y el órgano competente en materia de
quiebras no es un regulador de acuerdo con sus facultades legales, sino que una parte litigante.
Sin embargo, el cambio de nombres no es meramente formal, cuando se analiza el contenido del
presente proyecto: en efecto, lo que él hace en la práctica es dotar a la Superintendencia de las
facultades propias de un organismo de esta naturaleza. Así se le otorgan atribuciones para
interpretar administrativamente la legislación sobre quiebras, para impartir instrucciones
generales y específicas a los síndicos, para aplicarles sanciones, etc. Por otra parte, se extienden

54
las facultades fiscalizadoras respecto de los síndicos ya no a los procesos de quiebras, sino a la
participación que les quepa en otros procedimientos concursales relacionados, como son los ya
mencionados convenios y las cesiones de bienes, que básicamente son acuerdos con los
acreedores y en los cuales la autoridad administrativa no tiene ningún rol que cumplir”77. En el
mismo sentido, podemos señalar que la Superintendencia es un organismo fiscalizador y no
regulador de una actividad económica. Solo pudiendo dictar instrucciones destinadas al
cumplimiento de la ley y de las órdenes de los tribunales de justicia. No es cierto, sin embargo,
lo sostenido por los investigadores del Instituto Libertad y Desarrollo, en cuanto a la que la
nueva normativa le darían un carácter regulador a la Superintendencia, esto en relación con la
facultad de impartir instrucciones generales y especiales a los síndicos, pues esta facultad existe
desde la dictación de la Ley N ° 18.175, ya que el artículo 8 N ° 3 establece desde antes lo
relativo a las instrucciones generales, y el artículo 8 N ° 1, establece lo relativo a las
instrucciones especiales como consecuencia de la fiscalización. En lo que se refiere a la
interpretación administrativa de las leyes, se señaló por el Superintendente de Quiebras, en su
oportunidad: “La facultad de interpretar administrativamente la Ley, presente en todas la leyes
orgánicas de las instituciones fiscalizadoras, resulta natural cuando se trata de aplicar la Ley en
forma general, sujetándose en todo caso y acatando sin limitación alguna la interpretación
jurisprudencial que corresponde a los tribunales de justicia en conformidad a la Constitución
Política de la República. Así lo entendió, por lo demás, la Corte Suprema de Justicia al hacer las
observaciones al presente proyecto de ley”78.

Respecto de las sanciones que el proyecto contemplaba, y que en definitiva quedó establecido
en el artículo 8 N ° 5 de la LQ, es necesario expresar que la Superintendencia de Quiebras es uno
de los pocos, si no el único, organismo fiscalizador que carece de facultades para sancionar las
infracciones a la normativa del ramo, no pudiendo evitar los abusos que se cometan, y por lo
tanto, se veía impedida de restituir al sistema de quiebras el prestigio debido.

77
BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 74. Junio 2003.
Presentación del Representante de Libertad y Desarrollo en relación al proyecto de modificación de la Ley
de Quiebras, pp: 13.
78
BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 74. Junio 2003.
Observaciones del Superintendente de Quiebras a la presentación del Representante de Libertad y
Desarrollo en relación al proyecto de modificación de la Ley de Quiebras., pp: 27.

55
Pues bien, las razones que motivaron la dictación de la Ley 20.004, y la presentación del
proyecto de ley que dio lugar a la mencionada ley, fueron los siguientes:

a. Facultades Insuficientes respecto de la Superintendencia:

En esta materia el proyecto de ley contempló distintos aspectos, algunos de los cuales ya
hemos mencionado en lo que va de este capítulo. Cabe hacer presente que las nuevas facultades
que en definitiva se le entregaron a la Superintendencia, no importan aumentar cuantitativamente
la participación del Estado en el proceso de la quiebra, lo anterior se dejó en claro en la historia
fidedigna del establecimiento de la Ley N ° 20.004, en la cual se señaló: “Las normas
propuestas, fundamentalmente inspiradas en los principios de claridad, probidad y transparencia,
no aumentan, en ningún aspecto, el número de funcionarios de la Superintendencia ni el gasto
público. Este servicio continuará siendo pequeño, pero eficiente. El proyecto sólo contempla las
normas que nos parecen indispensables para profundizar en su nivel de eficiencia, generalmente
reconocida por quienes se desenvuelven en el mundo de sus atribuciones”79.Las reformas que el
proyecto introduce en esta materia son las siguientes:

a.1 Nuevas facultades de la Superintendencia: En esta materia las modificaciones


introducidas en el proyecto de ley apuntan a:

a.1.1 Interpretación administrativa de la ley: Nos remitimos a lo señalado más arriba en este
título.

a.1.2 Instrucciones generales y especiales: Nuevamente nos remitimos a lo señalado


anteriormente.

a.1.3 Sanciones: En la práctica la actividad de la Superintendencia ha consistido


fundamentalmente en colaborar y orientar a los síndicos en el desempeño de sus labores, puesto
que comparte con ellos un interés común: que las quiebras sean bien administradas. Sin
embargo, para dotar a este ente fiscalizador de las atribuciones que naturalmente le competen y

79
Primer Trámite Constitucional. Sesión N ° 1, legislatura 350. Intervención del Ministro de Justicia, Luis
Bates. Documento: diar4473., pp: 14.

56
de la autoridad indispensable para intervenir en los casos extremos de rebeldía, infracciones o
irregularidades, y con el fin de evitar abusos y de restituir al sistema de quiebras el prestigio
debido, se ha estimado entregar a la Superintendencia en una pequeña medida la facultad de
sancionar por medio de censuras, multas o suspensiones, pero jamás podrá remover a un síndico
de su cargo en una quiebra, lo que compete exclusivamente a los tribunales de justicia, ni
tampoco podrá eliminar a un síndico de la Nómina Nacional de Síndicos, facultad que solo le
compete al Ministerio de Justicia , con el recurso del reclamo ante la Corte de Apelaciones
competente.

a.2 Fiscalización de convenios y cesiones: La actual ley de quiebras, como hemos señalado
anteriormente, no sólo es una ley que regula las quiebras, sino que también se expande a otros
procedimientos concursales, como son los convenios y cesiones. Por lo mismo se vio la
necesidad de que en estos procedimientos concursales también la Superintendencia ejerciera su
actividad de fiscalización. Esto se base de los comunes reclamos que en esta materia se han
presentado, pero como no existe esta facultad, la Superintendencia nada puede realizar.

a.3 Objeción de la cuenta: Con anterioridad a la presentación del proyecto de ley que estamos
comentando, no se contemplaba la posibilidad de que la Superintendencia pudiera objetar la
cuenta definitiva presentada por el Síndico, por la consideración privatista de la ley de quiebras.
En virtud de dicha visión, no podía sostenerse, que la Superintendencia fuera un ente que tuviera
participación procesal, esa es la idea expresada anteriormente por Esteban Puga. Sin embargo, la
jurisprudencia reiterada de los tribunales de justicia, ya había aceptado esta posibilidad. Por un
lado, a la Superintendencia le corresponde vigilar la legalidad de los actos del síndico, siendo la
cuenta definitiva por él presentada, un acto del síndico, y por otro lado, en la práctica, el
momento en el cual se presentaba la cuenta definitiva, se realizaba muchas veces después de
años de iniciado el proceso de quiebra, lo que implicaba que la institución que velaba por la
legalidad de la cuenta definitiva, esto es, la junta de acreedores ya ni siquiera funcionaba en la
práctica, puesto que los acreedores se desinteresaban una vez que habían obtenido los repartos
de fondos que le correspondían.

a.4 Existencia de un interés público en la Quiebra: La existencia de un interés privado en el


marco de la quiebra es incuestionable, son los acreedores en razón del principio de la par

57
condictio creditorum los que se sienten más afectados por la situación de cesación de pagos del
deudor. Sin embargo, la comunidad en general ve comprometidos importantes intereses
públicos, tales como la defensa de la fe pública, el crédito público, el libre comercio, la libertad
de contratación, la mejor reasignación de los recursos, la depuración y limpieza del mercado, la
transparencia del mismo, el saneamiento del sistema económico eliminando las empresas mal
administradas, el cambio de administradores ineficientes por eficientes, y la subsistencia de las
pymes, que deja a proveedores y acreedores valistas en una difícil situación, por la
confidencialidad de la contabilidad comercial, y el secreto bancario. En función de estos
intereses, era necesaria una normativa que los contemplara, por medio del establecimiento de
normas sobre transparencia, probidad e información en la Ley N ° 18.175.

a.4 Documentación: El tema de la conservación, guarda y custodia de documentos es


relevante en la marcha de cualquier entidad empresarial. La normativa anterior contenía
importantes vacíos en esta materia, lo que ocasionaba que se dificultaba la tarea de los síndicos
haciéndola más onerosa. De la misma forma no le permitía a la Superintendencia velar por la
correcta utilización que los agentes de la quiebra realizaban respecto de los documentos más
importantes. Por lo mismo, el proyecto se hace eco de esta necesidad, estableciendo una
regulación similar a la que contempla la Ley de Bancos.

b. Fortalecer la transparencia y probidad en la administración privada de los síndicos: Las


normas que en esta materia se contemplaban en el proyecto, vienen a modernizar las deficientes
regulaciones que en materia de transparencia y probidad existían en la anterior normativa. Las
razones que motivan la dictación de normas en esta materia son:

b.1 Nombramiento de los Síndicos: De acuerdo a la legislación actual para ser síndico se
requiere la inclusión por Decreto del Ministerio de Justicia en una Nómina Nacional de Síndicos.
Se mantendrá esta nómina abierta a todos los postulantes que cumplan con los requisitos
exigidos por la ley, siendo en cambio más exigentes debido a la seriedad e importancia que es
necesario darle a la función que los síndicos desempeñan. Esto porque desde que se creó el
sistemas de síndicos privados, el número de síndicos ha aumentado en más de un 200%, lo que
se debe a la política actual de acoger todas las solicitudes de personas que cumplan con los
requisitos legales y no intervenir para nada con los juicios de valor o de autoridad para restringir

58
los derechos de las personas. Lo que se busca, es fortalecer la competencia entre los síndicos y
producir una selección natural de los más eficientes, probos, e idóneos, en perjuicio de los que
no han dado garantía a los mismos acreedores. El sistema de ingreso se hará por medio de un
examen, lo que implica darle objetividad, y eliminar la arbitrariedad que pudiera producirse en
virtud de la regulación normativa anterior.

Con el fin de compatibilizar la Ley de Quiebras con las demás leyes que existen en Chile en
el ámbito económico, se establecen prohibiciones, inhabilidades, e incompatibilidades tanto para
integrar la nómina como para asumir como síndico en una quiebra, con el objeto de garantizar la
probidad de estos profesionales en la administración de las quiebras, dando con ello más
garantías a los acreedores y fallido. Se incorporan, en consecuencia, normas sobre probidad
presentes en otros normas de nuestro ordenamiento jurídico, como por ejemplo, se señalan como
causales de exclusión de la Nómina el haber infringido ciertas prohibiciones, relativas a la falta
de probidad, tales como intervenir en quiebras ajenas, adquirir o enajenar bienes para si o para
determinadas personas relacionadas, y proporcionar u obtener ventajas indebidas. Para todos los
casos de exclusión, se detallan las obligaciones de los síndicos en relación a las quiebras que se
encontraban bajo su administración. Se establecen, también, ciertas inhabilidades e
incompatibilidades, fundadas en el parentesco o relación con el fallido para designar a un síndico
en una quiebra.

Considerando el sistema privatista de la Ley N ° 18.175, no era lógico que la designación de


los síndicos quedara entregada al juez, por lo tanto se propone que la designación de los síndicos
será hecha con total preeminencia de los acreedores: “De esta forma se ha querido evitar
presiones indebidas por parte de los síndicos a los jueces que van a declarar la quiebra, tanto
para ser nombrados en una quiebra con alto patrimonio como para no serlo en una con
patrimonio escaso”80.

b.2 Remuneraciones del Síndico: Los honorarios del síndico y sus asesores ha sido uno de los
temas que ha dado para mayor cantidad de abusos, y que se multiplica la posibilidad de
ocurrencia en aquellas quiebras 2en donde los acreedores, no realizan una adecuada tarea de

80
Primer Trámite Constitucional. Sesión N ° 1, legislatura 350. Intervención del Ministro de Justicia, Luis
Bates. Documento: diar4473., pp: 13.

59
fiscalización. Por lo que se plantean situaciones de vulneración de los derechos de los acreedores
con ocasión de irregularidades. Esta materia ha producido problemas por la naturaleza
prededucibles de los honorarios de los síndicos y gastos de la quiebra, que se hacen con
preferencia y anterioridad a algunos acreedores. Por lo mismo, se busca establecer un límite
máximo a los honorarios que los síndicos puedan cobrar, sobre la base de una tabla por tramos,
progresiva y gradual. El honorario determinado por la tabla deberá ser único, comprendiendo
todos los gastos del síndico, incluidos los honorarios de las personas que deba contratar para la
quiebra, y no se calculará, como hasta ahora, sobre la base de los ingresos, sino de los repartos,
de los cuales se deben descontar en cada oportunidad en que se efectúen los mismos. Ahora bien,
se permite que los acreedores que así lo acuerden, puedan pactar para el síndico mayores
honorarios, lo cual va a ser analizado posteriormente por las implicancias de probidad que esto
posibilita.

Para impedir que vía gastos de la quiebra se retiren fondos indebidamente, éstos deben estar
incluidos y detallados en instrucciones generales impartidas por la Superintendencia. Esto
entrega transparencia, publicidad y información sobre el tema de honorarios y gastos que antes
no existía.

b.3 Ordenes de no innovar: La normativa anterior posibilitaba que en caso de dictarse órdenes
de no innovar o de decretarse la suspensión del procedimiento durante la tramitación del recurso
especial de reposición, se paralizaba la quiebra, lo que conducía a que los bienes de la misma
quedarán sin que nadie pudiera actuar sobre ellos, con las conducentes perdidas de valor y
desgaste que lo mismo ocasionaba, pues no podrían ser sujeto de administración por el síndico ni
por el fallido. Lo anterior era más grave, pues afectaba la administración del síndico, y
posibilitaba que se incurriera en responsabilidad por actos que no le eran directamente
imputables. Todo lo anterior es subsanado en el proyecto, y ya tendremos oportunidad de
estudiar como quedó regulado en la Ley N ° 20.004.

c. Protección de los Trabajadores: En esta materia se busca mejorar la constatación fáctica en


el sentido de que la tasa de recuperación de créditos por parte de los trabajadores es del 91 %81.

81
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Análisis y Recomendaciones para una reforma de la ley de quiebras. 2004. Documentos de Trabajo del

60
Se regula la posibilidad de que los trabajadores verifiquen sus créditos condicionalmente,
mientras obtienen la sentencia en el juicio laboral respectivo, estableciéndose la obligación del
síndico de reservar fondos sin perjuicio del pago administrativo.

Por otra parte, se establece la existencia de objeto ilícito en la renuncia de los créditos
preferentes referidos a remuneraciones, feriados, cotizaciones, previsionales e indemnizaciones
por años de servicios, con el tope legal. Cabe agregar que el propósito del texto al prohibir la
renuncia de los créditos privilegiados de los trabajadores es precisamente la protección de sus
derechos, ya que actualmente son vulnerables a presiones destinadas a que celebren
transacciones por una parte de esas acreencias con el incentivo de que sean pagadas de
inmediato y sin previa disputa judicial

4. EXPERIENCIA COMPARADA SOBRE LOS ORGANOS DE LA QUIEBRA: En esta


parte de la tesis expondremos brevemente la forma como las legislaciones de Estados Unidos,
México, Perú, España y Francia, reglamentan lo referente a los órganos de la quiebra.

a. Estados Unidos: En la legislación de Estados Unidos podemos apreciar los siguientes


órganos que intervienen en los procedimientos concursales:

a.1 Bankruptcy Court o Corte de la quiebra: En los Estados Unidos existen cortes Estatales y
cortes Federales, a estas últimas les corresponde el conocimiento de los asuntos relativos a las
quiebras, teniendo a este respecto el carácter de cortes especializadas. Las facultades de la corte
en los procesos de quiebras son muy amplias, y no sólo desde la perspectiva legal, sino que
también, en lo que se refiere a los medios técnicos y de profesionales necesarios para poder
realizar una supervigilancia adecuada a lo largo de todo el proceso de quiebras. Por lo mismo,
durante el proceso de reorganización la administración de la empresa se mantendrá normalmente
en manos del mismo deudor, y corresponderá a los comités de acreedores recurrir al juez en
aquellas situaciones que consideren sean dignas de revisión. El Bankruptcy Judge, de acuerdo al
§ 105 del Bankruptcy Code, puede emitir cualquier orden, procedimiento o juicio que estime
necesario o conveniente para llevar adelante el proceso de quiebra.

Centro de Economía Aplicada del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile. N °


191.

61
a.2 Trustee (Síndico): En cada liquidación (de acuerdo al capítulo 7 del Bankruptcy Code82),
y en ciertos casos de reorganización (de acuerdo al capítulo 1183), existirá no solamente un juez

82
El Capítulo 7 del Código o Ley de Quiebras corresponde al capítulo liquidatorio, y que en ocasiones es
identificado como la “quiebra directa”. Este es el tipo más común de proceso de quiebra utilizado en el
sistema norteamericano, y es al que normalmente se hace referencia al mencionar el término quiebra. La
finalidad del proceso de quiebra comprendido en el Capítulo 7 es proteger al deudor contra sus acreedores.
Cuando una persona solicita el inicio de un proceso al amparo del Capítulo 7, su meta es eliminar la
mayoría o todas sus deudas. El proceso contenido en este capítulo es permitido cuando las deudas en su
mayoría se encuentran sin garantía o cuando no existen posibilidades de ejecución. Este tipo de proceso
opera sobre todo cuando la naturaleza de las deudas corresponden a préstamos o tarjetas y juicios de
crédito. Este capítulo se sub divide en cuatro Subcapítulos. El Subcapítulo primero se ocupa de los deberes
del administrador. El Subcapítulo segundo atiende lo correspondiente a inventarios, liquidación y la
distribución de los bienes del quebrado. El Subcapítulo tercero regula la liquidación del corredor de bolsa
y el Subcapítulo cuarto corresponde a la liquidación de los “commodity brokers” o corredores o
comisionistas de mercancías futuras. Para los deudores sometidos a este tipo de proceso el Subcapítulo II
(sección 721 a 728) contiene una serie de regulaciones de importancia particular a sus intereses, puesto
acá se establece su derecho de continuar operando su negocio mientras se desarrolla el proceso de quiebra,
se establece la posibilidad de amortización de deudas sobre bienes inmuebles, el tratamiento de ciertos
embargos preventivos, disposición de activos, descarga de deudas y ciertas disposiciones relativas al pago
de impuestos. Desde el punto de vista del deudor, la meta es obtener la liberación de sus deudas mediante
un acto de naturaleza judicial que establece la eliminación de aquellas deudas que cumplan con los
requisitos necesarios para ello. Las deudas liberadas en este proceso quedarán totalmente extintas como si
nunca hubiesen existido. Existe un límite de temporalidad periódica en cuanto a la posibilidad de utilizar
este recurso. En este sentido las personas que califican para someterse a este régimen no pueden iniciar
este tipo de proceso más de una vez cada seis años. La filosofía jurídica que da fundamento a este proceso
es permitir la liberación del individuo de sus deudas como fundamento del sistema democrático
estadounidense. Ello debe lograr mantener un equilibrio razonable entre los intereses de los grandes
empresarios financieros (prestamistas) y de los individuos que son a criterio del legislador quienes
colectivamente han construido dicha sociedad. El proceso se inicia con la presentación de las
correspondientes fórmulas y documentos. Posteriormente la autoridad judicial designa a un administrador
quien será responsable del manejo de los bienes del quebrado y de asegurar el uso correcto y adecuado de
la ley. Aproximadamente cuatro semanas después del comienzo del proceso, el deudor se reúne con sus
acreedores. Si los activos del deudor están conformados por bienes exentos de ser liquidados en este
proceso de quiebra, la liberación de las deudas será pronunciada judicialmente alrededor de cuatro meses
después del comienzo del proceso. En caso de que existan activos susceptible de ser liquidados, la ley
autoriza al administrador para proceder inmediatamente a su venta, para pagar según corresponda a los
acreedores. En principio cualquier persona física o jurídica puede solicitar el inicio de un proceso de
quiebra al amparo del Capítulo 7, sin embargo no todo aquel que se someta a este proceso obtendrá una
extinción de sus deudas. Para ello inicialmente el deudor debe encontrarse en un estado de insolvencia. La
condición de insolvencia se establece en relación con la incapacidad de poseer ingresos disponibles
adecuados para pagar a los acreedores. Esta condición de insolvencia deberá ser debidamente demostrada,
y con ello el sistema se garantiza que el beneficio sea recibido únicamente por aquellos sujetos que
efectivamente se encuentren en dichas condiciones y no exista un abuso por sujetos que no se encuentren
en ese estado. El Código de Quiebras establece que a partir del momento en que se presenta un proceso de
quiebra bajo el Capítulo 7 se suspenden todas las acciones y procesos iniciados por los acreedores contra
el deudor. Así como se impide el inicio de cualquier otra nueva acción legal en dicho sentido. Esto se
conoce como una “cesación automática” y es considerada una de las disposiciones con efectos más
fuertes entre la normativa federal. Esta cesación automática abarca prácticamente todo tipo de procesos,

62
desde desahucios, hasta ejecuciones hipotecarias, el deudor no puede ser demandado, ni ser objeto de
ningún tipo de ejecución patrimonial. Incluso el gobierno mismo no puede realizar ningún tipo de cobro
por deudas, incluyendo la falta de pago de impuestos. Cuando se solicita la declaratoria de quiebra, se
establece una figura conocida como "patrimonio del quebrado" que contendrá la totalidad de los bienes del
deudor al momento del inicio del proceso. El Ministerio de Justicia de los Estados Unidos nombrará a un
curador para que administre el patrimonio del quebrado, para lo que se le da completo control sobre dichos
bienes. Aproximadamente 4 semanas después de iniciado el proceso el deudor se deberá reunir
obligatoriamente con sus acreedores, a lo que se le llama "Audiencia del 341" (ya que se regula en dicha
sección del Título 11). Dicha audiencia será presidida por el curador, y en caso de que el deudor no se
presente el proceso se termina y archiva inmediatamente. Durante esta única audiencia con los acreedores
el deudor cuenta con la oportunidad de presentar documentos y corregir o completar cualquier
información que se considere necesaria; así como agregar acreedores o activos que fueron omitidos en la
presentación inicial del proceso. Una particularidad que merece indicarse es el caso de que existan créditos
con garantías reales sobre bienes muebles o inmuebles, ello no impide la posibilidad de excluir a dicha
obligación mientras la misma se encuentre al día y el quebrado se mantenga haciendo el pago de las
obligaciones regularmente a pesar de iniciarse un proceso de quiebra de conformidad con este capítulo. De
esta forma el quebrado no está obligado a entregar aquellos bienes dados en garantía real y sobre los
cuales aún existe una deuda pendiente, mientras no hayan saldos vencidos. Existen varias formas de
proceder en un caso como este, una primera opción será la de comprometerse a continuar haciendo los
pagos en los mismos términos pactados originalmente, otra segunda opción sería pagar el valor comercial
del bien como abono a la deuda, y dejar la diferencia al régimen normal del concurso preventivo, claro
está que esta opción resulta lógica únicamente cuando el .valor del bien, no es superior al total de la deuda.
Posterior al inventario de bienes, el curador emitirá un informe y una recomendación con base en lo cual
el órgano jurisdiccional autorizará la venta de bienes cuando éstos existan, la forma de distribución y pago
entre los acreedores y dará por extinguidas las deudas no pagadas y los saldos insolutos. La duración del
proceso resulta aproximadamente en seis meses, luego de que el administrador ha concluido su labor de
administración, venta de activos, y pago de acreedores, el proceso se da por terminado. Terminado el
asunto se libera al administrador de sus responsabilidades en cuanto al patrimonio de los deudores y se da
por concluida la cesación automática y cualquier nueva obligación podría ser requerida a su cumplimiento
judicialmente sin ningún problema. Finalmente es importante hacer algunas anotaciones sobre la
participación del curador y del juez en el proceso. En primer lugar debemos indicar que el Juez resulta casi
invisible para el quebrado, ya que no habrá contacto directo entre ellos a menos que exista conflicto entre
los acreedores y el deudor, o entre el curador y el deudor, o bien entre los acreedores y el curador, de
forma tal que el juez deba resolver algún punto debatido entre ellos; pero de no ser así, por su naturaleza
administrativa la quiebra se desarrolla fuera del ámbito del juez. En cuanto al curador es posible indicar
que el rol que desempeña el curador dependerá obviamente del tipo de proceso concursal en el que nos
encontremos. Si estamos en el proceso contemplado en el Capítulo 7, la intervención del curador es mucho
más limitada que en el proceso de reorganización empresarial del Capítulo 11 en el cual se podría requerir
una mayor participación en las actividades diarias de la empresa. De esta forma las funciones del Curador
se limitan a la custodia del "patrimonio del quebrado", con excepción de lo referente a la operación diaria
del negocio de la persona física o jurídica sometida a este proceso de quiebra, la cual queda en manos del
deudor durante el curso del proceso. En este período, el deudor se ve limitado por la imposibilidad de
realizar actos de enajenación sobre los bienes de la empresa más allá de los actos regulares relacionados
con el giro normal de la empresa. Pero en general, se puede indicar que corresponderá al curador la labor
de inventario, administración, venta y liquidación de las deudas a los acreedores. Normalmente el contacto
directo entre el curador y el deudor es igualmente reducido y en ocasiones se limita al encuentro en la
audiencia con los acreedores definida en la sección 341, según ya se ha dicho.
83
El Capítulo 11 del Título 11 del Código de los Estados Unidos, o Ley de Quiebras, es frecuentemente
identificado como el "Capítulo de la Reorganización". A pesar de que este capítulo es normalmente
utilizado por grandes empresas, nada impide su uso por parte de individuos particulares o pequeñas
empresas. Dentro de los beneficios que brinda este Capítulo 11 se pueden señalar que el plazo

63
de la quiebra, sino que también un trustee. Los Trustee son personas que provienen del ámbito
privado, y se encuentran bajo la vigilancia de la US Trustee. Las facultades y deberes de los
mismos varían dependiendo del caso en el cual hubieran sido designados. Por ejemplo, en el
caso de una liquidación, las obligaciones son las siguientes: (i) Recolectar la masa de bienes del
deudor; (ii) Intentar recuperar bienes de la masa que hubieran sido fraudulentamente transferidos
antes de la petición de quiebra y con posterioridad a ella, y (iii) Proceder a la venta de los bienes
de la masa, y proceder con posterioridad a la repartición equitativa de dicha realización entre los
acreedores.

Solamente procede la designación de un trustee en los procesos de reorganización, cuando así


lo designe el juez de la quiebra, a efectos de proteger los intereses de los acreedores y de los
accionistas de la compañía. En estos casos en que la compañía sigue funcionando, el trustee
tendrá injerencia en la administración de la misma. La situación de designación de trustee en los
procesos de reorganización es excepcional, pues lo normal es que en tales casos se mantenga el
mismo deudor a cargo de la administración de la compañía.

La existencia de este sistema de síndicos privados, más los gastos propios de la quiebra,
origina que se consuman en ellos los recursos destinados al pago de los acreedores valistas o
general creditors.

a.3 U.S Trustee: Es un oficial del gobierno, designado y dependiente del Attorney General, a
quien le corresponde la designación de los síndicos o trustee, y que es el guardián y supervisor
de los procesos de quiebra en los Estados Unidos, actuando en aras del interés público,
persiguiendo la eficacia, y tratando de mantener la integridad del sistema. Monitoria la conducta

extraordinario o de gracia para el pago de las deudas ordinarias del sujeto es aplicado inclusive al pago de
impuestos y cualquier otra acreencia estatal. La mecánica de la reorganización normalmente permite que
el deudor continúe con la operación normal de la empresa aún durante el período en que la empresa se
encuentra sujeta al proceso contenido en el Capítulo 11. La filosofía que respalda el proceso de
reorganización consiste en el hecho de que en la mayoría de los casos es más cuantioso el valor de la
empresa como unidad productiva, que la suma de sus activos valorados en forma individual. La
experiencia norteamericana ha sido más beneficiosa a los intereses sociales en cuanto a la reorganización,
que en el caso de la liquidación, especialmente si se toma en cuenta el beneficio de brindar mecanismos
para lograr mantener operando los medios de producción del país. En relación con el Capítulo 11, prefiero
dejar su análisis para la segunda parte de esta monografía en el tanto es el objeto central del presente
trabajo de investigación, por lo que pasaré de inmediato a describir en forma genérica el capítulo 13.

64
de las partes, asegura el cumplimiento de las leyes y procedimientos, e identifica e investiga
fraudes y abusos.

a.4 Comité de Acreedores: En muchos casos de reorganización, bajo el chapter 11, los
deudores tienen miles de acreedores, por lo mismo no es práctico negociar con cada uno de ellos
individualmente, por lo tanto el § 1102 ordena al U.S Trustee designar tan pronto como sea
posible a un comité de acreedores generales, luego de otorgada la orden de alivio. Se sugiere que
el comité este conformado por los siete mayores acreedores, y entre las funciones que le
corresponde está: (i) Consultar con el trustee o deudor en posesión de la administración, todos
los temas relativos a dicha administración que sean pertinentes; (ii) Investigar las actuaciones y
la situación financiera del deudor (iii) Participar en la elaboración de un plan de reorganización;
(iv) Solicitar la designación de un trustee; (v) Ejecutar otros servicios especiales que competan a
su representado; y, (vi) Participar en las audiencias relativas al caso, como una parte interesada.
Además, del deber fiduciario que los miembros del comité tienen respecto de todos los
acreedores que representan.

En caso de existir distintas clases de acreedores, se forman distintos comités de acuerdo a


cuantas clases de acreedores existan.

b. Perú: La legislación peruana contempla la existencia de los siguientes órganos de la


quiebra:

b.1 INDECOPI: La ley peruana (Ley General del Sistema Concursal, en adelante LGSC) ha
establecido un sistema de desjudicialización del proceso concursal por medio de la participación
en dichos procesos del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la protección de la
Propiedad Intelectual (INDECOPI), que es una entidad estatal que tiene el rol de facilitar y
promover acuerdos entre el deudor y los acreedores, respetando la autonomía privada, respecto
de las decisiones adoptadas en los procedimientos concursales de acuerdo a las formalidades
establecidas en la ley (Artículo X, relativo al rol promotor del Estado). Las críticas, sin embargo,
van encaminadas a que con la intervención de este órgano se “administrativiza” los
procedimientos de quiebras.

65
b.2 Comisión: La comisión de procedimientos concursales de INDECOPI, y otras comisiones
especiales que se creen como consecuencia de convenios celebrados entre INDECOPI y otras
instituciones84, serán competentes para conocer de los procedimientos concursales establecidos
en la ley. Siendo el Tribunal de INDECOPI, el tribunal que conozca en última instancia
administrativa. Les corresponde a la comisión la función de regular y fiscalizar las actuaciones
de las comisiones creadas por medio de Convenios, Entidades Administradoras y Liquidadoras,
acreedores y deudores, sujetos a los procedimientos concursales, pudiendo expedir directivas de
cumplimiento obligatorio, de acuerdo al artículo 3.2 de la LGSC. Además, la comisión a través
de su directorio podrá delegar temporalmente su competencia en otras instituciones públicas y
privadas, con la finalidad de atender la demanda de servicios como consecuencia de los
procedimientos concursales (artículo 4.1 de la LGSC), pudiendo incluso en situaciones
excepcionales distribuir la carga de trabajo en otras instituciones del mismo ámbito de actuación
territorial (artículo 5.2 de la LGSC).

b.3 Junta de Acreedores: En la Junta de acreedores podrán participar con derecho a voz y a
voto, todos aquellos acreedores que soliciten el reconocimiento de sus créditos en el plazo de
treinta días posteriores a la fecha de publicación del aviso de concurso. No tendrán derecho a
voto aquellos acreedores que obtengan un reconocimiento tardío, y aquellos declarados
contingentes por la comisión, pero una vez que se resuelva por la misma, favorablemente la
contingencia, podrán votar.

La comisión nombrará uno o más representantes para efectos de que la represente en las
juntas en donde se decida sobre el destino del deudor, la aprobación del plan de reestructuración,
convenio de liquidación, y acuerdo global de refinanciamiento, así como sus modificaciones. El
representante sólo podrá observar y recabar información, pudiendo participar en la junta con
derecho a voz, pero sin derecho a voto, y verificará que se haya cumplido con el quórum exigido
por la ley para la instalación de la junta, como asimismo, que se haya cumplido el quórum
establecido en la ley para la adopción de acuerdos.

El deudor, podrá asistir a las juntas representado o personalmente, para manifestar su opinión
sobre el procedimiento.
84
Como cámaras de comercio o Universidades.

66
Las funciones de la junta son: (i) La elección de sus autoridades; (ii) Decidir sobre el destino
del deudor; (iii) Aprobar el régimen de administración o la designación de liquidador según sea
el caso; (iv) Aprobar el plan de reestructuración o el Convenio de Liquidación, según sea el
caso; (v) Nombrar comité de junta de acreedores y delegar facultades; (vi) Supervisar la
ejecución de los acuerdos que adopte; (vii) Solicitar al administrador o liquidador, la
elaboración de informes económicos financieros, que considere necesarios para la adopción de
acuerdos; (viii) Designar de entre sus miembros a un comité; y, (ix) Ajustar el patrimonio del
deudor en reestructuración patrimonial, previa auditoria económica realizada por auditores
inscritos en un registro en INDECOPI.

b.4 El Juez o El Arbitro: En caso de adoptar un Plan de Reestructuración, el artículo 73 de la


LGSC, establece que la junta deberá establecer el fuero jurisdiccional para resolver las
controversias que pudieren surgir en su ejecución o interpretación, ya sea judicial o arbitral.

b.5 El liquidador: En el evento que se declare la disolución y la liquidación, la junta adoptará


un convenio de liquidación, y nombrará a una entidad o persona que tenga registro vigente en la
comisión, como liquidador encargado del procedimiento, quien deberá expresar su voluntad de
asumir el cargo. No obstante ello, la Junta podrá acordar la continuación de actividades solo en
el caso que opte por la liquidación del negocio en marcha, por estimar un mayor valor de
realización bajo esa modalidad. Dicha liquidación deberá efectuarse en un plazo máximo de seis
meses.

c. México: La Ley de Concursos Mercantiles del año 2000 (desde ahora LCM), contempla
los siguientes órganos concursales:

c.1 EL juez: Es el órgano más importante que establece la LCM, contando con todas las
atribuciones necesarias para el cumplimiento de lo que la ley establece, marcando a la
legislación con un claro concepto publicista. Entre las más importantes se encuentran: (i)
Resolver la solicitud de concurso mercantil; (ii) Resolver las cuestiones que se susciten a
consecuencia de dicha solicitud, debiendo recibir la prueba en su caso; (iii) Dictar las
providencias precautorias que estime necesarias o que el visitador le sugiera para evitar que se

67
ponga en riesgo la viabilidad de la empresa con motivo de la demanda; (iv) deberá remitir copia
de la demanda al Instituto, ordenandole que designe un visitador.

c.2 IFECOM: El Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles (IFECOM),


constituye una de las mayores innovaciones de la LCM. Es un órgano autónomo, que tiene por
objeto integrar al procedimiento de quiebras a especialistas, técnicos y profesionales encargados
de asesorar al juez durante el procedimiento, y para dictar resoluciones. El Instituto deberá
asegurar la calidad moral y profesional de estos especialistas. En esta función le corresponderá el
nombramiento de los visitadores, conciliadores e interventores que participen en el
procedimiento concursal.

Las razones que justifican la existencia de este Instituto, es que el juez no debe ser exigido en
tomar decisiones sobre materias que no son las suyas, por lo tanto, se hace necesaria la
participación de personas especialistas en temas jurídicos concursales, financieros, contables, y
económicos.

c.3 El Visitador: Presentada la demanda, el juez deberá ponerla en conocimiento al Instituto,


para que designe a un visitador, el cual deberá practicar una visita al comerciante, cuyo objetivo
será: (i) Determinar si el comerciante incurrió en un incumplimiento generalizado de sus
obligaciones en los términos que establece la ley; (ii) Sugerir al juez la adopción de las
providencias precautorias necesarias para la seguridad de la masa; (iii) Revisar los libros de
contabilidad, registros y estados financieros, así como cualquier otro documento o medio
electrónico de almacenamiento de datos, en los que conste la situación financiera o contable del
comerciante; (iv) Llevar a cabo verificaciones directas de bienes y mercancías, así como
entrevistarse con el personal directivo, gerencial y administrativo del comerciante, incluidos sus
asesores externos, económicos, financieros, y legales, y (v) Al término de la visita, el visitador
levantará un acta en la que hará constar en forma circunstanciada los hechos y omisiones que se
hubieren conocido por el visitador y sus auxiliares relativos al objeto de la visita.

b. Chile: En el caso de la legislación chilena (Ley N ° 18.175), los órganos de la quiebra son
el juez de la quiebra, la Superintendencia, Junta de Acreedores y el síndico. En dicho orden
serán analizados en los capítulos III a VI de esta tesis.

68
e. España85: De acuerdo a la modificación introducida por la reforma al derecho concursal,
aprobada por las Cortes el 19 de junio de 2003, los órganos del concurso son:

e.1 Los nuevos juzgados de lo mercantil: El gran costo económico de la reforma proviene del
artículo 2° de la Ley Orgánica Concursal. Esta disposición pretende la especialización judicial
con la introducción de los juzgados de lo mercantil, especializados dentro del orden
jurisdiccional civil. Esto quiere decir que si bien no se crea una nueva jurisdicción mercantil,
esto conlleva una necesaria modificación a la Ley 38/1988, de 28 de diciembre, de Demarcación
y de Planta Judicial.

La especialización se contempla en primera instancia con la creación de la figura del juez de


lo mercantil, y de los juzgados mercantiles en cada capital de provincia. Se prevé, además, la
posibilidad de juzgados pluri provinciales que extiendan su competencia a dos o más provincias
de la misma comunidad autónoma, así como en poblaciones distintas a la capital, cuando así lo
aconseje la población, la existencia de núcleo industriales o mercantiles y la actividad
económica. Esto constituye una modificación importante a la Ley Orgánica Judicial. Así mismo,
la especialización se implanta en la segunda instancia, confiada a secciones especializadas en la
audiencia provincial, que conocerán de los recursos contra las resoluciones dictadas en primera
instancia por los juzgados de lo mercantil. Esto salvo las que se dicten en incidentes concursales
que resuelvan cuestiones en materia labora. Sin embargo, de manera cuestionable la
especialización no alcanza al Tribunal Supremo, pues hasta el momento no se contempla
expresamente la modificación de su Sala Primera. Es así como se opta por introducir unos
juzgados que no solamente se limiten a procesos concursales, sino que se trata de despachos
mercantiles especializados dentro del orden jurisdiccional civil, lo que plantea la necesidad de
delimitar las materias para cuyo conocimiento son competentes. El artículo 2.7 de la LORC
añade una nueva disposición 85 ter a la LOPJ. Según esta norma, los juzgados de lo mercantil
conocen de cuantas cuestiones se susciten en materia concursal (vía atractiva), con jurisdicción
exclusiva y excluyente en aquellas materias de especial trascendencia para el patrimonio del

85
En esta materia reproducimos lo expuesto sobre órganos concursales en el texto: PULGAR
EZQUERRA, JUANA. Algunas consideraciones en torno a la reforma del derecho concursal Español.
Foro de Derecho Mercantil. 2004, pp: 25-67, más especialmente en las páginas 45-49.

69
deudor, dado el carácter universal del concurso, aunque sean de naturaleza social, así como las
de ejecución y las cautelares, cualquiera que sea el órgano del que haya dimanado. De la misma
manera, conocerán de las demandas en las que se ejerciten acciones relativas a competencia
desleal, propiedad industrial, propiedad intelectual y publicidad, así como todas las cuestiones
que se promuevan sobre sociedades mercantiles y cooperativas. Igualmente, de las pretensiones
que se promuevan al amparo de la normativa en materia de transporte nacionales o
internacionales, las relativas al derecho marítimo y las condiciones generales de la contratación.
Además, los juzgados de lo mercantil de Alicante, tendrán competencia para conocer, en primera
instancia y de forma exclusiva, de los litigios que se promuevan al amparo de lo previsto en los
reglamentos del Consejo de la Unión Europea de 40 de 1994, del 20 de diciembre de 1993, sobre
la marca comunitaria, y 6 del 2002, del 12 de diciembre de 2001, sobre dibujos y modelos
comunitarios. Para estos efectos se denominarán: “tribunales de marca comunitaria en España”.
Con la atribución a los juzgados de lo mercantil, así como a la Audiencia de Alicante, de
competencia exclusiva y excluyente, se da cumplimiento a lo establecidos en el artículo 91 del
Reglamento CE N ° 40/1994, del Consejo de la Unión Europea sobre la Marca Comunitaria.
Esta atribución se justifica por cuanto la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI)
tiene su sede en esa provincia. Esta entidad tiene como misión promover y administrar las
marcas en el ámbito de la Unión Europea. Las actuaciones se optimizan entonces por el hecho de
que el tribunal y la OAMI tengan su sede en el mismo lugar.

La necesidad de especialización judicial en temas económicos es una cuestión que genera


polémica entre la doctrina, pues se pueden sostener argumentos a favor y en contra de ellos. No
obstante, la introducción en el derecho español de los juzgados de lo mercantil resulta positivo,
pues ello, previsiblemente, disipará las dudas que en el régimen vigente se suscitan en torno a la
preparación económico-contable de los jueces generales civiles, aun cuando tema diferente sea
la valoración que ha de hacerse de la cuestionable atribución de competencia a estos juzgados.

En efecto, se invaden esferas pertenecientes a otros ámbitos jurisdiccionales (por ejemplo, el


social). Además, no se les atribuyó a estos despachos todas las materias mercantiles, por lo cual
los juzgados civiles generales son competentes para conocer asuntos respecto de amplios campos
del derecho mercantil (como por ejemplo, derecho bancario, temas bursátiles, derecho
cambiario, controversia de consumidores, etc). Esta dicotomía jurisdiccional puede conllevar

70
una quiebra de la necesaria unidad doctrinaria y jurisprudencial del tema mercantil, por cuanto
todas las materias sobre las que se extiende la competencia de los jueces no son exclusivamente
mercantiles.

e.2 La administración concursal: Siguiendo el modelo alemán la reforma señaló con el


término: “administración concursal”, al órgano del concurso al que se le atribuyen las
competencias de los actuales interventores, depositarios, comisarios, síndicos, y la junta de
acreedores. En un procedimiento esencialmente conservativo, como ocurre con el concurso de
acreedores, la importancia que asume este órgano es manifiesta, por lo que resulta un aspecto
clave determinar su composición y retribución. En los artículo 26 a 39 de la LC, se opta por una
estructura colegiada de la administración concursal, combinándose en su composición la
profesionalidad jurídica (abogado con experiencia profesional de al menos cinco años de
ejercicio efectivo), y económica (auditor de cuentas, economista o titulado mercantil colegiado,
con experiencia profesional de al menos cinco años de ejercicio efectivo), con la presencia
representativa de un acreedor ordinario o con privilegio general no garantizado. Igualmente, se
contemplan excepciones al régimen general de composición de la administración concursal, las
cuales están determinadas por la naturaleza del concursado, tales como las entidades emisoras de
valores, de crédito, o las aseguradoras. La retribución de la administración concursal se debe
hacer con cargo a la masa y fijarse mediante arancel, atendiendo a la cuantía del activo y del
pasivo y la previsible complejidad del concurso, el cual será aprobado por el Gobierno mediante
real decreto en un plazo no superior a nueve meses. Esto evitará previsiblemente que la
retribución del órgano concursal disminuya o que incluso impida la satisfacción de los
acreedores, a lo menos, de los ordinarios, como ha venido ocurriendo en la práctica concursal
con anterioridad a la reforma. Las participaciones de los profesionales designados
administradores concursales en dicha retribución serán idénticas entre sí y en doble cuantía a la
del administrador concursal acreedor, cuando se trate de persona natural que no designe
profesional que actúe en su representación.

Aunque resulta positiva la profesionalización de la administración concursal, hubiera sido


más conveniente optar por la figura del administrador único. Esto habría obviado los problemas
derivados de la colegiatura (régimen de actuación y adopción de acuerdos por mayoría y
responsabilidad, necesidad de separación de las funciones del órgano y de concretos

71
administradores), intensificando la mencionada profesionalización. En efecto, en la estructura
colegiada contemplada en la ley, la figura del acreedor parece justificarse más por razón de
tradición en el derecho español que por su profesionalidad económica, dado que no se le exigen
especiales conocimientos en esa materia. Así mismo, la presencia del profesional jurídico
(abogado), puede resultar cuestionable no sólo porque no se le exige acreditar especiales
conocimientos en materia concursal, sino además, dada la especialización del juez que conoce
del concurso, quien podrá también recabar su ayuda como auxiliar delegado. Por lo tanto, el
componente profesional económico de la administración concursal (auditor de cuentas,
economista, o titulado mercantil colegiado) es el más idóneo para desempeñar las funciones
encomendadas a la administración concursal. Esto aun cuando parece que para evitar riesgos de
la profesionalización corporativa por la que se optó en la reforma, habría sido más acertado,
seguir el modelo alemán de profesionalización abierto. Este se caracteriza por un sistema de
libre acceso dejando en su determinación al juez, el cual elegirá al administración concursal en
función del caso concreto, recayendo preferentemente este nombramiento entre expertos en el
tratamiento de las crisis económicas empresariales.

e.3 La Junta de Acreedores: Otra de las grandes novedades introducidas en materia de


órganos concursales es la pérdida de significación y competencias de la junta de acreedores,
frente a la preeminente posición que ocupaba en el concurso anterior, lo que conectaba con la
tradicional concepción privatista del derecho concursal europeo configurado durante el siglo
XIX. En efecto, la junta del concurso ya no es la junta de la quiebra. La reforma, además, no le
atribuye el nombramiento de síndicos ni el reconocimiento, calificación y clasificación de
créditos, aun cuando, como se analizará más adelante, sigue conservando sus tradicional función
de aceptación del convenio pero no en todo caso, sino solo cuando este se tramite de forma
ordinaria y no anticipada.

f. Francia: El más importante órgano de la quiebra es el Tribunal de Comercio o su


presidente, en su caso. El Tribunal de Comercio es un oficial designado por la autoridad judicial
y encargado de dirigir la reorganización empresarial. Su intervención se extiende a la adopción
de las decisiones más importantes en el proceso concursal, como a la administración de los
mismos procesos. En los procesos de saneamiento y liquidación judicial el Tribunal de Comercio
debe determinar cuando se inicia el procedimiento, debe designar dos mandatarios y un

72
comisario para la supervisión del plan de saneamiento, decreta la implementación del Plan o la
liquidación de la empresa, aprueba cualquiera modificación que se pretenda introducir al plan de
saneamiento, decide si se sigue un mecanismo ordinario de liquidación o si opta por la cesión de
la unidad productiva empresarial, entre otras funciones.

En el arreglo amistoso, como veremos posteriormente, que se produce en el marco de la etapa


pre-concursal, la función del presidente del Tribunal de Comercio es la de recabar o recolectar la
mayor cantidad posible de información sobre la situación jurídica, económica y financiera de la
empresa que se somete al procedimiento, a fin de informar al conciliador, que es un oficial
designado por el presidente, quien tendrá la función de citar a los acreedores y ejercer sus
buenos oficios a fin de llegar a un acuerdo entre dichos acreedores y el deudor. En suma, las
funciones del Tribunal de Comercio, que son las más importantes se traducen en que decide el
inicio del procedimiento, y en base al informe elaborado por el administrador judicial en la etapa
de observación, decretará un plan de saneamiento o la liquidación de la empresa.

La ley francesa de 25 de enero de 1985 entrega, por su parte, amplias facultades al Tribunal,
concediéndole la posibilidad de decretar tanto la continuidad de la empresa mediante el
cumplimento del plan de saneamiento, o su cesión o arrendamiento, todo lo cual bajo la
perspectiva de conservar aquellas empresas que se encuentren en dificultades financieras, pero
que tienen la posibilidad de ser saneadas.

Además, intervienen los administradores judiciales, que tienen la función de gestionar el


patrimonio empresarial sometido al procedimiento de saneamiento judicial. También intervienen
los profesionales, mandatarios-liquidadores, que como son mandatarios judiciales para la
liquidación de empresas, representan a los acreedores en las operaciones de determinación del
pasivo, y realizan los bienes del deudor en caso de liquidación judicial. Por último, los expertos
en diagnósticos, examinan la empresa en la fase preliminar de observación, para determinar si la
empresa puede ser saneada, o si debe liquidarse.

73
g. Órganos concursales en los países del MERCOSUR: Para estos efectos consultar la
bibliografía señalada a pie de página86.

5. CONTENIDO DE LA LEY: Hemos explicado anteriormente las razones y génesis del


proyecto de ley que dió como resultado la dictación de la Ley N ° 20.004. Ahora nos queda
analizar el contenido de la misma. Algunos conceptos ya los hemos enunciado a lo largo de esta
tesis, y en esta parte solo haremos referencia al contenido de la Ley N ° 20.004 en forma breve,
pues en el desarrollo posterior, abordaremos las mismas materias en forma exhaustiva.

La Ley N ° 20.004, ha introducido las siguientes reformas a la ley de quiebras:

1. Describe en forma más detallada la fiscalización que le corresponde a la


Superintendencia de Quiebras respecto de la labor de los síndicos. En este sentido,
agrega a la legislación anterior que la fiscalización de la actuación de los síndicos, se
extiende no sólo al ámbito de la quiebra, como procedimiento concursal determinado,
sino que también a los convenios o cesiones de bienes en los cuales los síndicos
interviene. También extiende su fiscalización a los administradores de la continuación
del giro, situación no contemplada en la normativa anterior. En cuanto a la extensión de
la fiscalización, con anterioridad a la reforma, se establecía que la misma abarcaba los
aspectos técnicos, jurídicos y financieros. En cambio, ahora la fiscalización de la
actuación de los síndicos, se expande: “en todos los aspectos de su gestión”, agregando a
continuación: “sean técnicos, jurídicos o financieros”, con lo cual se deja claramente
establecido que la Superintendecia tiene la facultad legal para fiscalizar no sólo en
aquellos aspectos señalados en la ley, sino que otros relacionados con la actuación de los
síndicos, pues la enumeración de lo fiscalizable es solamente enunciativo y no taxativo
(artículo 8 N ° 1 inciso 1).

2. Se explicita a continuación que la facultad de fiscalizar comprende la de


interpretar administrativamente las leyes, reglamentos y demás normas que rigen a las

86
GÓMEZ ROTH, CAROLINA ANDREA, y RIPETTI RETAMALES, ENZO MARCELO. Los órganos
de la quiebra en los países integrantes del Mercosur. 1997. Profesor Guía: Valencia Mercado, María
Victoria. Memoria para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Facultad de
Derecho de la Universidad Central. Santiago, Chile, pp: 84 h.

74
personas fiscalizadas. Todo lo cual es sin perjuicio de las facultades jurisdiccionales que
le corresponden a los tribunales competentes. Lo anterior implica que el ámbito de
actuación de la Superintendencia es el que le corresponde como ente administrativo, y el
ejercicio de esta facultad no afecta el ámbito de actuación jurisdiccional (artículo 8 N ° 1
inciso 2).

3. Se reglamenta en forma extensiva y reglamentaria la facultad de la


Superintendencia de examinar los documentos relacionados con la quiebra, y convenio o
cesión de bienes. Se mantiene el carácter discrecional con que la Superintendencia
puede efectuar este examen, cuando la misma lo estime necesario. El examen se
extiende a los libros, cuentas, archivos, documentos, contabilidad, y bienes involucrados
en la quiebra, convenio o cesión de bienes. En caso de no exhibición o entrega de lo
necesario para el examen de la Superintendencia, se entenderá que el síndico ha
incurrido en una falta grave a efectos de lo dispuesto en el N ° 9 del artículo 8, esto es,
su conducta sería causal suficiente para que la Superintendencia proponga su remoción
al juez de la causa, o su revocación a la junta de acreedores en la quiebra, convenio,
cesión de bienes o administración de que se trate, previa puesta en conocimiento al
tribunal o a la junta de acreedores, según el caso, de los hechos que originan la actuación
de la Superintendencia (artículo 8 N ° 2 inciso 1)

4. La Superintendencia, el fallido, los acreedores cuyos créditos representen a lo


menos el 10 % del pasivo de la quiebra con derecho a voto, y la junta de acreedores por
acuerdo del mismo quórum señalado para los acreedores que actúan individualmente,
podrán exigir (Superintendencia), o bien, solicitar (acreedores, fallido y junta) al juez de
la quiebra la realización de auditorias externas. Se establece a su vez, que el síndico,
cualquier acreedor o el fallido, en caso de considerar que no existen motivos plausibles
para solicitar las auditorias, podrán pedir al juez de la quiebra que condene en costas a
los que la hayan solicitado. Los auditores serán designados por la junta de acreedores en
una junta extraordinaria, de entre aquellos que se encuentren en los registros que lleva la
Superintendencia de Valores y Seguros, de conformidad con el artículo 53 de la Ley N °
18.046, Ley de Mercado de Valores (artículo 8 N ° 2 inciso 2 a 4).

75
5. La documentación de la quiebra como la del fallido debe ser conservada por el
síndico hasta por un año después de encontrarse ejecutoriada la sentencia que declara el
sobreseimiento definitivo en los casos del artículo 164 de la LQ, esto es, cuando todos
los acreedores convienen en desistirse de la quiebra o remiten sus créditos; cuando el
deudor o un tercero por él, consigna el importe de las costas y los créditos vencidos y
cauciona los demás a satisfacción de los acreedores, y cuando todos los créditos hayan
sido cubiertos en capital e intereses con el producto de los bienes realizados en la
quiebra (artículo 8 N ° 2 inciso 5). En el caso del sobreseimiento del artículo 165, esto
es, cuando las deudas no se hubieran alcanzado a cubrir con el producto de la realización
de todos los bienes de la quiebra siempre que concurran los requisitos que la norma
señala, se le aplicarán las normas señaladas para los documentos en el caso del
sobreseimiento del artículo 164, en cambio tratándose de los libros y papeles del deudor,
se aplicará lo establecido en el artículo 16887 (artículo 8 N ° 2 inciso 6). El
Superintendente podrá autorizar la eliminación de parte de este archivo antes del plazo
señalado, aún sin sobreseimiento definitivo, y exigir que determinados documentos o
libros se guarden por plazos mayores. En ningún caso, podrán destruirse libros o
instrumentos que digan relación directa o indirecta con algún litigio pendiente. El
Superintendente podrá autorizar a los síndicos la devolución al deudor de parte de los
libros o documentos, antes del sobreseimiento (artículo 8 N ° 2 incisos 7 a 9).

6. Se establece la facultad de la Superintendencia de impartir instrucciones de


carácter obligatorio a los síndicos, y a los administradores de la continuación del giro,
sobre materias sometidas a su control (artículo 8 N ° 3)

7. A la Superintendencia le corresponde informar al Ministerio de Justicia


cualquier circunstancia que inhabilite a una persona para formar parte de la Nómina

87
Artículo 168 de la Ley de Quiebra: “Ejecutoriada la sentencia que declare el sobreseimiento definitivo y
que hubiere terminado por sentencia ejecutoriada el respectivo proceso a que se refieren los N.os 2 y 3 del
artículo 165, se hará entrega al deudor de los bienes sobrantes, de sus libros y papeles, y del remanente, si
lo hubiere.
Si no se cumplieren los requisitos señalados en el inciso anterior y no se pudiere aplicar lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 25. en caso de incapacidad física o mental del síndico, los libros y papeles del
deudor serán entregados a la Superintendencia de Quiebras”.

76
Nacional de Síndicos, y solicitar la eliminación de dicha nómina si se configura alguna
causal señalada en el artículo 22 (artículo 8 N ° 4).

8. Quizás una de las innovaciones más comentadas y discutidas en el Congreso, fue


la de dotar a la Superintendencia de poder sancionatorio, ya sea respecto de los síndicos,
como de los administradores de la continuación del giro, en casos de incumplimientos a
las instrucciones y normas que imparta la Superintendencia. Las sanciones pueden ser
censura por escrito, multa a beneficio fiscal de una a cien UF o la suspensión hasta por
seis meses para asumir en nuevas quiebras, convenios o cesiones de bienes. Estas
sanciones se aplicarán administrativamente, previa audiencia y por medio de resolución
fundada. Se regula la posibilidad de reclamo posterior ante la Corte de Apelaciones
respectiva. La medida rige de inmediato no obstante el reclamo interpuesto, debiendo en
el caso de la multa, pagarse en un plazo de 10 días (Artículo 8 N ° 5)

9. La Superintendencia podrá objetar las cuentas definitivas de administración


presentadas por el síndico. Y podrá actuar como parte en el procedimiento de objeción
cuando la misma fuera promovida por los acreedores o el fallido (artículo 8 N ° 6).

10. La Superintendencia dará a conocer al tribunal de la causa o a la junta de


acreedores cualquier infracción, falta o irregularidad que observe en la conducta del
síndico o del administrador de la continuación del giro, y si lo estoma necesario,
solicitará su remoción al juez de la causa, o su revocación a la junta de acreedores.
Regulándose el procedimiento a aplicar, la posibilidad de suspensión del síndico, y la
participación de terceros como coadyuvantes (artículo 8 N 9).

11. Se establece el deber de la Superintendencia de informar a los Tribunales de


Justicia, cuando sean requeridos por éstos (artículo 8 N ° 10).

12. Como una norma que favorece la transparencia, es el deber de la


Superintendencia llevar los registros de quiebras; continuaciones de giro; convenios
judiciales y cesiones de bienes (en el caso del artículo 246 de la LQ). Estos registros son
públicos, y deberán darse las copias y certificaciones que procedan (artículo 8 N ° 11).

77
13. La Superintendencia recibirá dentro del ejercicio de sus funciones de
fiscalización, las denuncias que formulen en contra del síndico o del administrador de la
continuación del giro, los distintos agentes que intervienen en la quiebra (acreedores,
fallido), o bien, de terceros interesados (artículo 8 N ° 13).

14. La Superintendencia deberá tener a disposición del publico información


actualizada, a lo menos anualmente, sobre el número de síndicos que integran la nómina
nacional, el número de quiebras de cada uno, el número de quiebras declaradas en el
año, el número de convenios vigentes, y toda otra información que sea relevante para el
conocimiento público (artículo 8 inciso final).

15. Respecto de los síndicos, se mantiene la existencia de la nómina nacional de


síndicos, y el nombramiento por medio de decreto del Ministerio de Justicia. Sin
embargo, se modifican lo relativo a los requisitos para poder optar a la nómina. Así, solo
podrán optar a dicha nómina las personas que tengan el título de ingeniero con a lo
menos diez semestres de estudios; contador auditor o contador público otorgado por
universidades del Estado o reconocidas por éste; o de abogado, que haya ejercido la
profesión a lo menos por cinco años. Las personas que reúnan los requisitos
profesionales anteriores deben aprobar un examen de conocimiento ante la
Superintendencia. Entidad que deberá señalar la fecha de rendición del examen, el que
se debe realizar a lo menos dos veces al año. Asimismo, los síndicos que integren la
nómina, deben rendir un examen de conocimiento ante la misma Superintendencia, con
una frecuencia no superior a tres años. Estos exámenes deben contemplar exigencias
comunes para todos los postulantes o síndicos que lo rindan. Debiendo el
Superintendente señalar las materias que serán evaluadas con la suficiente anticipación.
Se regula, también, los casos en que se produzca una reprobación del examen (artículo
16).

16. Se establecen nuevas causales de personas que no pueden desempeñarse como


síndicos, así como se mejora la redacción de algunas causales que ya existían. Estas
modificaciones son, a saber: (i) Las que hubieren sido declaradas en quiebra, o se

78
encontraren en estado de notoria insolvencia, y las que, dentro de los dos años anteriores
a la declaración de quiebra de una persona jurídica, hubieran actuado como directores o
administradores de ella (artículo 17 N ° 1); (ii) Las que tuvieren incapacidad física o
mental para ejercer el cargo (artículo 17 N ° 4), y (iii) Las personas que hayan dejado de
integrar la nómina nacional de síndicos en virtud de las causales señaladas en los
números 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, y 12 del artículo 22 (artículo 17 N ° 5).

17. Le corresponde decidir a la Junta de Acreedores en su primera reunión ordinaria,


si acuerda exigir o no al síndico alguna garantía de fiel desempeño de su cargo, y si
acuerda dicha exigencia, su clase y monto, debiendo el síndico mantenerla vigente
mientras subsista su responsabilidad (artículo 21 bis)

18. Se introducen modificaciones en lo que se refiere a las causales de exclusión de


la nómina nacional de síndicos. Las que consisten en lo siguiente: (i) Por intervenir a
cualquier título en quiebras que no estuvieren o hayan estado a su cargo, salvo las
actuaciones que correspondan en su calidad de síndico, de acreedor con anterioridad a la
quiebra, de representante legal en conformidad al artículo 43 del Código Civil, y de lo
previsto en el artículo 28. La delegación parcial de funciones establecida en este último
artículo deberá ser conocida y aprobada en la siguiente junta de acreedores (artículo 22
N ° 3); (ii) Por adquirir para sí o para terceros cualquier clase de bienes en las quiebras,
convenios o cesiones de bienes en que intervengan como síndico (artículo 22 N ° 4); (iii)
Por enajenar cualquier clase de bienes de las quiebras o cesiones de bienes en que
intervenga como síndico a su cónyuge, a alguna persona jurídica en que tenga interés
económico directo o indirecto, a los socios o accionistas de sociedades en las cuales
tenga participación, salvo aquellas que se encuentren inscritas en el Registro de Valores,
a las personas con las que posea bienes en comunidad, con excepción de los
copropietarios a que se refiere la Ley n ° 19.537, sobre Propiedad inmobiliaria, a sus
dependientes, y a sus ascendientes y descendientes y colaterales por consanguinidad o
afinidad hasta el segundo grado inclusive (artículo 22 N ° 5); (iv) Por proporcionar u
obtener cualquier ventaja en las quiebras o cesiones de bienes en que intervenga como
síndico (artículo 22 N ° 6); (v) Por negarse, sin causa justificada, a aceptar una
designación (artículo 22 N ° 7); (vi) Por haberse declarado judicialmente, por sentencia

79
firme, su responsabilidad civil o pena, en conformidad al artículo 38 (artículo 22 N ° 8);
(vii) Por renuncia presentada ante el Ministro de Justicia, sin perjuicio de las
obligaciones y responsabilidades por las funciones que ya hubiere asumido (artículo 22
N ° 9) ; (viii) Por sentencia ejecutoriada que rechace la cuenta definitiva que debe
presentar en conformidad a la ley (artículo 22 N ° 10); (ix) Por infracciones reiteradas
que en su conjunto constituyan una conducta grave, o por infracción grave a las
disposiciones legales o reglamentarias o a las instrucciones que imparta la
Superintendencia (artículo 22 N ° 11); (x) Por haber sido removido de su cargo en el
caso del N ° 9 del artículo 8 (artículo 22 N ° 12); (xi) Por reprobar por segunda vez el
examen de conocimiento que debe rendir periódicamente para mantenerse en la nómina
nacional de síndicos (artículo 22 N ° 13) ; (xii) Por muerte (artículo 22 N ° 14). Una vez
que se produzcan las circunstancia que importan dar lugar a la exclusión de una persona
de la nómina nacional de síndicos por concurrir alguna de las causales señaladas en el
artículo 22, se dictará el correspondiente decreto de exclusión por parte del Ministerio
de Justicia (artículo 22 inciso 2).

19. No obstante, haber cesado en sus funciones, subsistirá, cuando proceda, su


obligación de rendir cuenta de su gestión, así como la responsabilidad civil, penal, o
administrativa que pudiera caberle. El síndico que cesa anticipadamente en sus
funciones debe hacer entrega de los bienes y antecedentes de la quiebra, dentro del plazo
de cinco días desde que el nuevo síndico haya asumido. Si no da cumplimiento a la
obligación anterior, será apercibido por el tribunal de la quiebra, a solicitud de cualquier
interesado o de oficio, en la forma señalada en el artículo 238 del Código de
Procedimiento Civil, con algunas modificaciones que veremos posteriormente (artículo
22 inciso 4 a 6).

20. Se establece como casual de imposibilidad para ser designado síndico de una
quiebra, convenio o cesión de bienes, al que estuviera suspendido de su cargo, como
consecuencia del ejercicio de la sanción administrativa de suspensión que puede aplicar
la Superintendencia en razón del artículo 8 N ° 5 (artículo 24 N ° 5)

80
21. Se incorporan como facultades del síndico: (i) Comunicar, dentro de los diez
días siguientes al de su asunción al cargo, la declaratoria de quiebra al Servicio de
Tesorerías del domicilio del fallido (artículo 27 N ° 21); y (ii) Ejecutar los acuerdos
legalmente adoptados por la junta de acreedores dentro del ámbito de su competencia
(artículo 27 N ° 22).

22. Se establece la rendición de cuentas parciales por parte del síndico a la junta de
acreedores, en la forma y plazos que establezca la Superintendencia de Quiebras. En
caso de no presentarse estas cuentas, se establece la posibilidad de que la
Superintendencia aplique multas a beneficio fiscal (artículo 29). Se modifica la
reglamentación de la rendición de la cuenta definitiva (artículo 30), y en especial se
introduce la posibilidad de que la Superintendencia pueda objetarla en ciertos casos
(artículo 31). No obstante que estamos tratando el contenido de la Ley N ° 20.004, cabe
señalar que la Ley N ° 20.073 agregó al artículo 31 de la LQ un inciso segundo, que
establece que, la aprobación de la cuenta definitiva impide que la Superintendencia
ejerza las funciones fiscalizadoras que le competen en relación con las partidas de la
cuenta definitiva, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 1465 del Código Civil,
que señala: “El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en
cuanto al dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación
del dolo futuro no vale”.

23. En lo que se refiere a la remuneración del síndico definitivo, este tendrá un


honorario único que constituirá gasto de la administración de la quiebra, con cargo al
cual el síndico debe pagar a sus asesores y efectuar gastos varios de su labor. No
pudiendo recibir ninguna clase de otro ingreso adicional, sin perjuicio de lo que le
pudiere corresponder en virtud del artículo 113 de la LQ (artículo 33).

24. El honorario único será proporcional al monto de los repartos de fondos que se
efectúen en la quiebra (salvo para lo señalado en el primer tramo de la tabla establecida
en el artículo 34 LQ) de acuerdo a la escala expresada en unidades de fomento que
establece el artículo 34 LQ. La cantidad que al síndico le corresponda por concepto de
honorarios se deducen por cada reparto de fondos que el síndico realice, aplicándose la

81
escala en forma progresiva, esto es, considerando el monto total distribuido en repartos
realizados anteriormente. No obstante, lo señalado respecto de la remuneración única
que le corresponde al síndico según el artículo 33 LQ, se establece la posibilidad de que
la junta de acreedores convenga y fije un honorario inferior o superior al que se derive
de aplicar la tabla del artículo 34. Si se acuerda un honorario superior, basta que
concurran al mismo los acreedores que estén dispuestos a efectuar dicho pago de
honorarios, siendo de su propio cargo (artículo 34).

25. Se podrá contratar con cargo a los gastos de la quiebra, personas naturales o
jurídicas para que efectúen actividades especializadas (referidas al cuidado y mantención
del activo del fallido, a la realización del mismo y a su entrega material) debidamente
calificadas por la junta extraordinaria que otorga su acuerdo para la contratación de tales
personas, previo informe fundamentado del síndico. Asimismo, se puede recabar
informes especializados sobre materias o asuntos de directo interés para la masa, con
cargo de la quiebra, previo acuerdo adoptado para cada caso por una junta extraordinaria
de acreedores. Se establecen, también, ciertas normas que favorecen la probidad, pues el
síndico, su cónyuge y otros parientes que se detallan no podrán tener participación
alguna en los actos o contratos que se celebren, ni tener alguna participación en las
personas jurídicas que sean contratadas al efecto. La infracción, acarreará la exclusión
de la nómina nacional de síndicos (artículo 36)

26. En lo que se refiere al nombramiento de los síndicos se consagran importantes


modificaciones respecto de la legislación anterior. Ahora, para efectos de la designación
de un síndico titular y uno suplente, el juez citará previamente, a los tres acreedores que
figuren con mayores créditos en el estado de deudas que presente el deudor, o a los que
hubiera si fueran menos, con el fin de que indiquen los nombres de los síndicos
respectivos, debiendo a ellos designar el tribunal en la sentencia que declara la quiebra
(de acuerdo al artículo 44 LQ en caso que sea un acreedor quien solicite la quiebra, debe
incluir en la solicitud respectiva, el nombre de un síndico titular y uno suplente). La
audiencia se realizará dentro de tercer día de efectuada la última notificación por cédula.
La audiencia se llevará a efectos entre los acreedores que asistan y en ella se nominará al
síndico. Si asistieren más de un acreedor, la elección se realizará por la mayoría del total

82
pasivo con derecho a voto, conforme al importe que aparezca en el estado de deudas. Si
no compareciere ningún acreedor, el tribunal repetirá el procedimiento con los tres
acreedores siguientes, o con los que hubiere si fueran menos, y en caso que lo anterior
resultara imposible realizar, se procederá a la elección del síndico por sorteo. Estos
síndicos tendrán el carácter de provisionales hasta la ratificación de la junta de
acreedores, o hasta que entren en funciones los que ésta designare (artículo 25, 42 Y 44)

27. En lo que se refiere a la tramitación del recurso especial de reposición se señala


que si durante la misma se decretare la suspensión del procedimiento o se dictare orden
de no innovar con posterioridad a la incautación de bienes, ello no obstará a que el
síndico realice todos los actos de administración necesarios para la debida conservación
del activo de la quiebra. El síndico sólo podrá vender los bienes expuestos a próximo
deterioro, sin perjuicio de que con acuerdo del deudor, o con autorización judicial ante la
negativa de éste, podrá también vender los bienes sujetos a desvalorización inminente o
de dispendiosa conservación. Si la suspensión o la orden de no innovar se concede antes
de la incautación de bienes, en la resolución se establecerá que el síndico deberá actuar
como interventor. Con lo anterior se agiliza la administración de la quiebra, y se impide
la perdida de valor de los bienes del activo en situaciones de suspensión del
procedimiento y ordenes de no innovar (artículo 57 inciso final)

28. Se aumenta el plazo de prescripción de las acciones revocatorias concursales de


un año a dos años (artículo 80). Se las sujeta al procedimiento sumario, antes se
tramitaban en procedimiento ordinario, y se indica que pueden ser ejercidas por el
síndico, previo acuerdo de la junta de acreedores (antes no lo necesitaba), o
individualmente por cualquiera de los acreedores, en ambos casos, en interés de la masa
(artículo 81)

29. Se modifican algunas normas relativas a las juntas de acreedores, en lo que se


refiere a los acreedores que tienen derecho a votar en las mismas, señalándose que
pueden votar aquellos acreedores cuyos créditos estén reconocidos, y aquellos cuyos
créditos no se encuentre reconocidos, pero que el juez le reconozca derecho a votar en
virtud del procedimiento establecido en al artículo 102 inciso 2. (artículo 102)

83
30. Se establece que en la primera reunión ordinaria el síndico deberá presentar un
informe completo, un programa de realización del activo, un plan de pago del pasivo y
una estimación de los gastos de la administración de la quiebra, debiendo ajustarse
dichos gastos a las instrucciones generales que imparta la Superintendencia de Quiebras
(artículo 111)

31. Se mejoran algunas redacciones como las del artículo 52 y 120.

32. Se señala al igual que la normativa anterior, que los créditos a que se refieren los
números 1 y 4 del artículo 2.472 del Código Civil no necesitarán de verificación, sin
embargo, a continuación indica, que: “salvo los señaladas en el inciso siguiente”, o sea,
las costas personales del acreedor peticionario de la quiebra, gozarán de la preferencia
del N ° 1 del artículo 2472 del Código Civil, y los gastos de la petición de la quiebra por
parte del deudor gozarán de la preferencia establecida en el artículo 2472 N ° 4 del
Código Civil, hasta ciertos límites (artículo 148 inciso 2 y 3)

33. En caso de quiebra y con el objeto de proteger a los trabajadores, existe objeto
ilícito en la renuncia de cualquier monto de los créditos a que se refieren los números 5,
6, y 8 del artículo 2472 del Código Civil (artículo 148 inciso final)

TITULO II: LA LEY N ° 20.073 QUE ESTABLECE NORMAS SOBRE CONVENIOS


CONCURSALES.

1. INTRODUCCIÓN: Corresponde en este título tratar la Ley N ° 20.073, publicada en el


Diario Oficial el 29 de noviembre de 2005, que modifica la ley de quiebras en lo que se refiere a
los convenios concursales. En efecto, la Ley N ° 20.073 establece una nueva regulación del
procedimiento concursal denominado de los convenios o concordatos. La normativa establece un
importante avance en lo que se refiere a la modernización de esta materia. Cabe señalar que el
cambio que se produce es total, ya que introduce modificaciones que trasforman completamente
lo que existía anteriormente en materia de concursos. Como tendremos la oportunidad de
apreciar posteriormente, en la aprobación de esta ley, y en su preparación previa a la

84
presentación al Congreso, participaron personas tanto del ámbito público como el ámbito
privado, y se procedió a efectos de modernizar el sistema de convenios concursales con una gran
unanimidad por todos los sectores políticos, siendo de destacar la existencia de estudios técnicos
que avalaron la calidad del proyecto, que en su parte fundamental terminó siendo ley de la
República.

Como ha quedado claro en la introducción, y en lo que hemos desarrollado hasta este


momento, esta tesis lo que pretende es realizar un estudio sobre el sistema orgánico de la
quiebra, partiendo de la base que la quiebra y los convenios, si bien es cierto, son
procedimientos concursales, no deja de ser menos cierto que, entre ambos existen diferencias, y
que por lo mismo, cuando hablamos de órganos de la quiebra, no nos podemos estar refiriendo a
aquellos órganos que intervienen en otros procedimientos concursales, como son los concursos.

Sin embargo, la transformación del sistema de convenios, y la introducción de nuevas figuras


en el ámbito del derecho concursal nacional que implica la entrada en vigor de la Ley N °
20.073, me lleva a la necesidad de exponer en esta parte de la tesis, cuales son las innovaciones
que se producen en materia orgánica en lo que se refiere a los convenios. Por lo mismo, y con el
objeto de dar una mirada más amplia del derecho concursal de la quiebra, analizaré las
modificaciones en materia orgánica de la ley mencionada, aún cuando dichas modificaciones no
afecten, sino accidentalmente, el derecho orgánico de la quiebra.

Finalmente en este titulo, expondré sucintamente el contenido de la Ley N ° 20.073,


destacando aquellas modificaciones más importantes.

2. ORIGENES Y RAZONES QUE MOTIVARON LA DICTACIÓN DE LA LEY:

El proyecto de ley que dio origen a la Ley N ° 20.073 inició su tramitación legislativa por
medio de mensaje del S.E Presidente de la República con fecha 10 de septiembre de 2004
(Mensaje N ° 359-351), sobre modificaciones a la ley de quiebra en lo que se refiere a los
convenios concursales.

85
Como explicamos en el título anterior, esta iniciativa del Poder Ejecutivo se enmarca en el
contexto de la agenda pro crecimiento, de la cual nace la necesidad, en esta materia, de facilitar
los acuerdos entre los acreedores y el deudor en casos de que nos encontremos frente a una
empresa en problemas económicos, de manera de permitir procedimientos preventivos de
salvamento de empresas en crisis. Este sistema es considerado más beneficioso para la
comunidad, y para el proceso productivo que el hecho de llegar a un proceso de liquidación
forzosa, que por los tiempos que implica lleva a una desvalorización de los activos de la
empresa, se afecta las fuentes laborales de los trabajadores y se corta la cadena de pagos.

La necesidad de modernizar la ley de quiebras en lo que se refiere a los convenios


concursales surge de la constatación de que la modernización económica de Chile, debe provenir
de normativas que faciliten y promuevan la eficiencia económica, y el buen desempeño del
mercado. Entonces se hace imperiosa la adecuación de la ley de quiebras a dichos principios y
que permita una reorganización de las empresas en crisis en casos que sean viables
financieramente, o en caso contrario, favorecer una liquidación rápida de los activos, permitir la
disponibilidad de créditos, la disminución de los costos de transacción que impiden el
desenvolvimiento económico, acrecentar los espacios de transparencia y reducir los incentivos
jurídicos y económicos para entrar a un procedimiento de quiebra. Por último, uno de los
problemas más importantes para el desarrollo productivo de los países en vías emergentes o en
vías de desarrollo, es la escasa disponibilidad de crédito. Por lo mismo se debe establecer un
sistema normativo que facilite una alta tasa de recuperación de los créditos en caso de
incumplimiento de las obligaciones. Con ello el riesgo asociado al préstamo se hace menor, y
consecuencialmente las posibilidades de otorgar créditos en mejores condiciones aumentan. Para
lo anterior, los factores de tiempo de duración de los procesos concursales (convenios),
transparencia, profesionalización de los agentes que en los mismos procesos intervienen y el
establecimiento de una normativa legal moderna, son fundamentales.

Considerando lo anterior, y de acuerdo a lo señalado en el mensaje con que se inició el


proyecto de ley, los instrumentos para lograr dicho objetivo son: “la ampliación del objeto de la
Ley de Quiebras a los otros concursos de acreedores; la separación, con fines de claridad, de la
normativa de las diversas clases de convenio; la total liberalización de los acuerdos
extrajudiciales; la introducción del derecho de los acreedores para exigir la proposición de

86
convenios preventivos; la eliminación de la indignidad del deudor para proponer convenios; la
ampliación del derecho a reiterar las proposiciones rechazadas o desechadas; la agilización del
sistema de convenios concursales a través del arbitraje; la vigencia anticipada del convenio, para
evitar el abuso de las impugnaciones y el informe técnico y documentado del síndico.
Finalmente, se materializa a través de la verificación de créditos en los convenios preventivos; el
derecho a voto de los acreedores en las juntas; la eliminación de las trabas para impugnar que
tienen ciertos acreedores; la reducción de las causas de nulidad de los convenios; y, lo que es
más importante, la reglamentación en detalle de la negociación entre el deudor y sus acreedores,
que otorga variadas facilidades destinadas a llegar a acuerdos convenientes para las partes en
plazos razonables”88.

El Banco Mundial ha detectado en las legislaciones latinoamericanas la existencia de ciertas


trabas al cumplimiento de los objetivos propuestos anteriormente. En lo que se refiere a los
convenios concursales, podemos señalar que las deficiencias dicen relación con los siguientes
aspectos89:

a. Facilitar y promover la preservación del valor de la empresa en problemas,


promoviendo la continuidad de su giro, de modo de evitar la perdida de valor de los
activos de la sociedad y obtener un mayor valor con posterioridad en caso de venta
como unidad económica.
b. Reducir las demoras propias de los procedimientos concursales.
c. Promover la profesionalización de los agentes que intervienen en los procesos
concursales, fundamentalmente del tribunal de la quiebra.
d. Flexibilizar las formas y posibilidades de reorganización, promoviendo la
celebración de convenios judiciales. Para lo cual sugiere las siguientes ideas: (i) Reducir
los quórum requeridos para la aprobación de los convenios judiciales y simplificar los
procedimientos de votación; (ii) Permitir la diferenciación de las distintas clases de
acreedores, de manera de permitir la celebración de convenios individuales con cada
clase de acreedores que efectivamente son afectados con el convenio, sin permitir ni ser

88
MENSAJE DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA CON EL QUE SE INICIA UN
PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA LEY N° 18.175, DE QUIEBRA, EN MATERIA DE
CONVENIOS CONCURSALES, N ° 359-351, de 10 de noviembre de 2005, pp: 2.
89
World Bank Technical Paper N° 433.

87
necesaria la concurrencia ni votación de aquellos acreedores que no los son90; (iii)
Promover y permitir alternativas distintas de pago, como la capitalización de las deudas;
(iv) Promover sistemas de otorgamiento de créditos preferentes para los acreedores que
otorguen préstamos a la empresa en proceso de reorganización; (v) Dotar al síndico de
facultades para poder poner término a aquellos contratos que sean excesivamente
onerosos para el deudor, y que tengan obligaciones pendientes tanto para el deudor y
para el acreedor, y (vi) Establecer normas especiales para pequeños y medianos
empresarios que digan relación con el tamaño de sus negocios y tengan por objeto
simplificar el proceso.

Claramente los problemas relativos a las legislaciones americanas en su conjunto son también
replicables a la legislación nacional de convenios. La normativa anterior a la Ley N ° 20.073
sufría de serias irregularidades y deficiencias que fueron constatadas en un estudio técnico
realizado por los señores Claudio Bonilla, Rafael Mery, José Tagle, Ronald Fischer, y Roldf
Luders91, quienes identifican seis problemas de la normativa chilena, a saber:

a. La legislación nacional no contempla explícitamente el objetivo de mantener en


funcionamiento la empresa en problemas cuando aparezca viable, para lo cual proponen
explicitar el objetivo de eficiencia.

“A diferencia de las legislaciones más modernas de quiebras, la ley chilena no contempla


explícitamente el objetivo de mantener en funcionamiento la empresa en problemas cuando ella
aparezca viable. Si bien existe la intención del legislador de proteger, ante la cesación de pagos,
los intereses legítimos, tanto del deudor como de sus acreedores, pareciera ser que la
preocupación prioritaria es el respeto de la igualdad entre los acreedores valistas y el pleno
respeto de los privilegios y preferencias establecidas en la ley. Podríamos decir que el objetivo
primordial de nuestra legislación es obtener el pronto, eficiente y equitativo pago de los
acreedores. El artículo 1° de nuestra ley expresa como su principal objeto el: “realizar en un solo

90
Similar a lo establecido en la legislación norteamericana.
91
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Análisis y Recomendaciones para una reforma de la ley de quiebras. 2004. Documentos de Trabajo del
Centro de Economía Aplicada del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile. N °
191, pp: 6-17.

88
procedimiento los bienes de una persona natural o jurídica, a fin de proveer al pago de sus
deudas, en los casos y en la forma determinada por la ley”. Si bien es cierto, la introducción de
algunas modificaciones mediante la Ley 18.598 del año 1987, y en particular la inclusión del
artículo 177 bis, están dirigidas a facilitar la obtención de un convenio entre acreedores y
deudor, ello no pareciera ser la manifestación de un principio general que gobierne a toda
nuestra legislación concursal”92.

“Creemos que es necesario hacer explícito un nuevo objetivo de la ley de quiebras. Este
debería ser:
“Proveer el pago de las deudas de la manera más eficiente posible, decidiendo entre la
conservación de la empresa viable y la liquidación eficiente y equitativa de la empresa no
viable”.

Con un objetivo así declarado se conjugan los conceptos de "rehabilitación del deudor",
presente en leyes como la americana, francesa o peruana, y el concepto de "pago equitativo a los
acreedores", presente en leyes como la chilena. El nuevo objetivo debiera ser el principio general
que rija el contenido de la ley.

Creemos importante explicitar qué entendemos por una ‘empresa viable’. Si bien es cierto en
nuestra propuesta será el experto facilitador (personaje que aparece en la propuesta 2) quién
decida finalmente si una empresa es o no viable, es importante definir el principio general que, a
nuestro juicio, una empresa debiera cumplir para ser considerada ‘viable’:

"Una empresa es viable (conviene mantener su giro) si tiene utilidades operacionales no


negativas y el valor presente de éstas es no inferior al valor de liquidación de la empresa."”93.

b. La legislación chilena no posibilita el acercamiento oportuno del deudor con sus


acreedores, ante lo cual proponen la incorporación de un proceso formal de
rehabilitación, y el recurso a un agente experto facilitador.

92
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit. N ° 191, pp: 6.
93
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 6-7.

89
“Las legislaciones de quiebra más modernas contienen incentivos para que las empresas
deudoras que comienzan a tener problemas se acerquen a los acreedores a través de un experto
facilitador, quien hace de puente entre ambas partes y propone soluciones muy al inicio del
surgimiento de los problemas financieros. La idea detrás de este mecanismo es que toda empresa
viable tenga la posibilidad de continuar su giro. Lamentablemente, nuestra legislación no
incentiva un acercamiento por parte del deudor hacia los acreedores.
Si bien es cierto, existe la posibilidad de implementar convenios, la práctica muestra que en
la mayoría de los casos, los convenios llegan tarde, es decir, cuando la empresa ya está en serios
problemas”94.

“Pensamos que sería de gran utilidad la incorporación de un proceso formal de rehabilitación,


que incentive un acercamiento por parte de aquel deudor que prevea que va a tener problemas o
que comienza a tener problemas, hacia sus acreedores.
Actualmente nuestra ley de quiebras contempla -en su título XII, número 1- la posibilidad de
pactar un convenio extrajudicial con uno o varios acreedores. En efecto, el artículo 169 de la Ley
de Quiebras establece que “antes de la declaración de quiebra podrá pactarse entre el deudor y
los acreedores un convenio extrajudicial para solucionar sus obligaciones”. Este convenio debe
ser suscrito antes de la declaración de quiebra y puede hacerse extensivo a todos los acreedores
que, una vez celebrado, quieran participar de él. Para mejorar y extender el alcance de este tipo
de arreglos, pensamos que se requiere de algunas modificaciones a la ley que promuevan la
negociación entre las partes, tanto en la etapa previa a la solicitud de quiebra como en la etapa
posterior a ella. La idea es diseñar un mecanismo de prevención que estimule el acuerdo entre el
deudor y sus acreedores mediante un arreglo extrajudicial siempre que sea posible, o bien
mediante un acuerdo judicial En este sentido, e incorporando las ideas centrales de la institución
francesa del “arreglo amistoso extrajudicial”, proponemos:
Incorporar en la legislación de quiebras un mecanismo por el cual el deudor que tenga
problemas que comprometen su continuidad empresarial, pueda concurrir al Tribunal
competente con el objeto de recurrir a un experto facilitador, quien, a través de un proceso de
negociación y conciliación entre el deudor y sus acreedores, en un período que no exceda de seis

94
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 7.

90
meses, pueda lograr un acuerdo favorable para todas las partes, evitando así la declaración de
quiebra del deudor. Durante ese plazo de seis meses, no se puede solicitar la quiebra de la
empresa en cuestión.
Cuando las partes no deseen pactar un arreglo amistoso extrajudicial, siempre está la
alternativa de pactar un convenio judicial preventivo o simplemente judicial. Para los efectos del
convenio, el experto facilitador (quién podría llamarse ‘síndico conciliador’) no podrá ser el
futuro síndico de quiebras, si ésta se produjera. De esta manera se refuerza el concepto de la
continuidad de la empresa reduciendo el incentivo de los síndicos de preferir la quiebra a los
convenios por la diferencia de honorarios involucrada. En la práctica, el procedimiento
propuesto es el siguiente:
1. Cuando un deudor comienza a tener problemas, podrá solicitar el nombramiento de un
experto facilitador al Juez competente (o ante la Superintendencia de Quiebras), debiendo
cumplir con los siguientes requisitos:
a) La solicitud debe ser por escrito y cumplir con todas las formalidades del CPC;
b) Debe acreditar el incumplimiento por más de 90 días de 2 o más obligaciones, o la
existencia de por lo menos 2 juicios ejecutivos iniciados en su contra. En ambos casos las
obligaciones deben representar al menos el 5% del pasivo corriente de la empresa;
c) Debe acompañar una declaración jurada con la lista de sus acreedores, así como los libros,
papeles y documentos que le sirvan de respaldo a su declaración.
Además, dicha declaración deberá ir firmada por una empresa auditora o por un contador
auditor.
2. Presentada la solicitud, el Tribunal deberá aceptar la solicitud dentro del plazo de 3 días
desde su recepción, procediendo a citar a los acreedores que aparezcan en la lista presentada por
el deudor a una audiencia dentro de los 10 días siguientes a la fecha en que se da lugar a la
solicitud. Conjuntamente a la citación de los acreedores, se publicará un aviso en el Diario
Oficial citando a los eventuales acreedores que crean tener una obligación pendiente con el
deudor.
3. En la audiencia decretada, los acreedores procederán a nombrar al facilitador, el que será
elegido por la mayoría absoluta de los acreedores presentes en la audiencia de entre una nómina
de personas naturales inscritas como facilitadores que lleve la Superintendencia de Quiebras.
Sobre la base de la lista de acreedores, el Tribunal establecerá el número de votos que
correspondan a cada acreedor de acuerdo con su participación en los pasivos de la empresa. En

91
caso de no existir acuerdo entre los acreedores, el Tribunal designará al facilitador de entre las
dos personas que hayan reunido las más altas votaciones en la audiencia de acreedores.
4. Una vez elegido el facilitador por parte de los acreedores, se le procederá a notificar de su
designación, teniendo éste un plazo de 5 días para aceptar o rechazar tal cargo.
5. Una vez aceptado el cargo por el facilitador, el Tribunal declarará iniciado el proceso de
reestructuración. Desde esta fecha comienza a correr un plazo máximo de 6 meses por los que se
puede extender este procedimiento.
6. Serán funciones del facilitador:
a) Analizar el estado patrimonial de la empresa y su desempeño durante los últimos tres años
como mínimo.
b) Examinar y elaborar las proyecciones de la empresa, con el objeto de suministrar a los
acreedores elementos de juicio acerca de su situación operacional, financiera, de mercado,
administrativa, legal y contable de la empresa.
c) Mantener a disposición de todos los acreedores la información que posea y que sea
relevante para efectos de la negociación.
d) Determinar los derechos de voto de los acreedores.
e) Coordinar las reuniones de negociación en la forma que estime conveniente.
f) Actuar como amigable componedor durante la negociación y en la redacción del acuerdo.
g) Proponer fórmulas de arreglo acompañadas de la correspondiente sustentación y evaluar la
viabilidad de las que se examinen durante la negociación.
h) Obtener la formalización del documento en el que conste el acuerdo que llegue a
celebrarse.
El facilitador debe estar legalmente facultado para examinar los bienes, libros y papeles del
deudor, analizar los litigios y contingencias, comprobar la realidad y origen de los activos,
pasivos, contratos, recaudos y erogaciones de la empresa, así como para exigir a los
administradores, directores, auditor o contador público correspondiente, las aclaraciones
razonables que sean necesarias respecto de las notas a los estados financieros, dictámenes,
informes de gestión y demás documentos o situaciones, de acuerdo con la competencia de cada
uno de ellos.
Los facilitadores estarán sujetos a la obligación legal de confidencialidad respecto de la
información referente a la negociación, a la empresa y al empresario.

92
Los facilitadores deberían perder el derecho a su remuneración, ser removidos del cargo y
excluidos de la lista correspondiente, en el caso de caer en el incumplimiento de sus funciones,
sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pueda deducírseles de conformidad con las
leyes.
7. El proceso de reestructuración se entenderá iniciado a partir de la fecha en que se declara
iniciado el proceso de reestructuración, sin perjuicio de que se tramiten las recusaciones que
lleguen a formularse en relación con los facilitadores.
8. A partir de esta fecha y hasta que hayan transcurrido los seis meses previstos para este
procedimiento, no podrá iniciarse ningún proceso de ejecución contra el empresario y se
suspenderán los que se encontraran en curso, quedando legalmente facultados el facilitador y el
empresario para alegar individual o conjuntamente la nulidad del proceso o pedir al juez
competente su suspensión, para lo cual bastará que aporten copia de la declaración judicial del
proceso de reestructuración.
Durante la negociación del convenio se suspenderá el término de prescripción y no opera la
caducidad de las acciones respecto de los créditos contra el deudor.
9. Los convenios deberán celebrarse dentro de los seis meses contados a partir de la fecha en
que se declara iniciado el proceso de reestructuración.
Si el acuerdo no se celebra dentro del plazo antes indicado, o si fracasa la negociación, el
facilitador dará inmediato traslado a la autoridad competente para que inicie de oficio un proceso
de liquidación.
10. Los convenios, para su validez, deberán ser aprobados por la mayoría absoluta de los
acreedores.
Esta propuesta es diferente de los actuales convenios. En nuestra propuesta se implementa un
sistema que incentiva al deudor que empieza a tener problemas a acercarse a los acreedores, a
través del facilitador, y tratar de lograr un acuerdo amistoso entre las partes. Recordemos que
cuando un deudor entra en cesación de pagos, él debe pedir su quiebra si aún no la ha pedido
algún acreedor. Esto muchas veces lleva a las empresas a endeudarse irracionalmente o a invertir
en proyectos riesgosos con tal de evitar la cesación de pagos y salvar a la empresa. Ahora se les
da un respiro por 6 meses para tratar de renegociar con sus acreedores sin tener que tomar
decisiones bajo tanta presión. Finalmente, esta propuesta va en directa concordancia con el
objetivo de tratar de salvar a la empresa viable y eliminar el incentivo que tenían los síndicos de

93
que los convenios no prosperaran por las diferencias de honorarios entra la administración de un
convenio y los honorarios recibidos en la administración de una quiebra”95.

c. La legislación nacional permite por la vía de las impugnaciones la existencia de


un espacio de tiempo durante el cual la empresa en problemas queda en tierra de nadie,
lo que hace necesario evitar el uso oportunista de los medios de impugnación que dilata
la entrada en vigor de los convenios.

“El artículo 190 de la Ley de Quiebras establece que “El Convenio entrará a regir desde que
quede ejecutoriada la resolución que deseche la impugnación en el caso del artículo 188 o la
resolución que lo declare aprobado, en el caso del artículo anterior”.
Esta norma ha significado el congelamiento de muchos convenios, toda vez que apelada la
resolución que rechaza una impugnación o apelada la resolución que lo aprueba, el convenio no
entrará en vigor. De esta forma se produce una suerte de chantaje por parte de un acreedor que
pretende recibir un trato preferencial, o incluso puede darse el caso en el que sea el propio
deudor, coludido con un acreedor, quienes en conjunto suspendan la aplicación de un convenio
que ha sido mayoritariamente aprobado por los acreedores, por todo el período en que se demore
la vista de la apelación -que muchas veces es superior a un año-. Durante este período el deudor
queda en tierra de nadie, ya que no está en quiebra (si el convenio es preventivo) y tampoco se
encuentra ejecutoriado el convenio, por lo que no ha entrado a regir. Este período oscuro resulta
nefasto ya que el deudor no paga sus deudas ni está sujeto a la intervención del síndico,
produciéndose una suerte de estancamiento de la empresa, lo cual es contrario al principio de
eficiencia económica que la ley debiera contener”96.

“Con el fin de evitar el problema señalado, proponemos:


Establecer expresamente que, una vez que el convenio haya sido aprobado por las mayorías o
la impugnación al mismo haya sido rechazada, este empezará a regir plenamente, sin perjuicio
de las apelaciones que se encuentren pendientes. Esto es, que una vez aprobado el convenio o
rechazada la impugnación al mismo, éste cause ejecutoria, y en consecuencia, comienzan a regir

95
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 7-12.
96
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 12.

94
los acuerdos contenidos en él. Esta propuesta pretende evitar los costos e ineficiencia producidos
por el período de tiempo en que la empresa está en tierra de nadie”97.

d. La legislación actual tiende a criminalizar la Quiebra permitiendo a la vez


conductas oportunistas dolosas que refuerzan tal estigmatización, frente a lo cual se hace
necesario separar los temas penales relacionados con los concursos, de los
procedimientos concursales en sí.

“Las disposiciones penales que incluye la Ley de Quiebras no son alentadoras para el
emprendimiento. Estas disposiciones muchas veces generan incentivos a la “preparación de
quiebras”, a menudo con “desvío” de recursos. Hay cierta evidencia que sugiere que personas
honradas que quiebran, quedan estigmatizadas por la quiebra y a muchas veces inhabilitados
para iniciar nuevos emprendimientos. Otros, en cambio, “preparan” la quiebra y se hacen
además de bienes en forma ilícita, en ocasiones anticipando quizás los problemas que van a
enfrentar a futuro, sin poder ser castigados formalmente. En muchas ocasiones la existencia de
presunciones de culpabilidad o dolo en los casos de quiebra y la existencia de delitos cuya
condición objetiva de punibilidad es la declaratoria de quiebra, disuade a los comerciantes de
solicitar su propia quiebra o de presentar en forma transparente y oportuna la insolvencia de los
negocios, lo cual conlleva en definitiva una ineficiencia en el sistema, ya que se retarda la
reestructuración de la empresa viable o la liquidación de la empresa inviable. En efecto, en la
actualidad la Ley de Quiebras contempla en su Título XIII ciertos delitos relacionados con la
Quiebra donde se establecen una serie de presunciones de culpabilidad y quiebra fraudulenta, lo
cual desincentiva a los empresarios a solicitar su propia quiebra dado que ésta estigmatiza a
quienes caen en una situación de insolvencia como presuntos culpables de un delito, tornando
ineficiente el sistema en cuanto a la reestructuración o liquidación de la empresa y frenando el
emprendimiento de nuevos negocios”98

“Proponemos separar los temas criminales de la quiebra del negocio propiamente tal. El
objetivo central de esta propuesta es que la normativa facilite la liquidación de activos,

97
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 12.
98
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 13.

95
recuperación de deudas y reestructuración de empresas viables, reconociendo las quiebras como
algo habitual, pero no necesariamente matizadas por el carácter delictivo que tiene en la
actualidad. La idea es abordar de una forma más dinámica a las empresas que se encuentran en
una situación difícil, pero sin que ello conlleve amparar actuaciones que se salen del marco
estricto del comercio y que constituyen conductas o acciones delictivas. Por ello, nuestra
propuesta no implica despenalizar actuaciones constitutivas de delito, sino sólo eliminar las
presunciones específicas que contempla la actual Ley de Quiebras, dejando la tipificación de las
conductas delictivas al Código Penal. Las defraudaciones, estafas y otros engaños están
establecidos en el Título IX del Código Penal y quien estime que ha sido víctima de alguno de
estos delitos podrá siempre recurrir a ellos para perseguir la responsabilidad criminal de sus
autores. Más aún, nos parece perfectamente posible crear figuras penales que digan relación con
temas relativos a los casos de quiebra, pero que no tengan el requisito de la declaratoria de
quiebra como una condición objetiva de punibilidad”99.

e. Se constata la falta de tribunales especializados, y de procedimientos expeditos


relacionados con temas de la quiebra, por lo mismo se necesitan tribunales
especializados en materia económica, no sólo en lo referente a los tribunales de
quiebras, sino que en materia tributaria y mercantil en general, como asimismo, la
posibilidad de entregar ciertos procesos concursales en ciertos casos a la resolución por
medio de un arbitraje.

“La experiencia ha demostrado que es muy difícil para un Tribunal no especializado entregar
veredictos informados sobre el fondo de temas en los que sus miembros no tienen mayor
conocimiento. Si a esto le agregamos la lentitud que ha tendido a caracterizar a los Tribunales, el
rígido sistema procesal vigente, las anticuadas estructuras judiciales, la falta de uniformidad en
la interpretación de las leyes, y el elevado costo de litigar, sumado a un procedimiento civil que
permite una serie de “incidentes” que alargan los juicios, son motivos más que suficientes para

99
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 13.

96
intentar nuevos caminos de solución de los conflictos en materias económicas, incluida la
Quiebra”100.

“Un paso adelante sería la especialización de Tribunales Económicos que hagan más eficiente
la tutela de los derechos en materia económica, tributaria, comercial y de quiebra. Esta
especialización supone la creación de nuevos tribunales especiales dedicados a cuestiones
económicas, o bien, la especialización de algunos Juzgados en las distintas jurisdicciones para
que sólo conozcan de asuntos económicos.
En este sentido, y frente a la necesidad de especializar a la justicia en materia económica, se
pueden diseñar - al menos - dos tipos de política. La primera alternativa sería la creación de
nuevos Tribunales, léase Tribunales Económicos. La segunda alternativa sería la especialización
de algunos Juzgados civiles ya existentes, cuyo conocimiento de asuntos se vea restringido a
materias económicas. La alternativa que parece aconsejable es la creación de Tribunales
Económicos, imparciales e independientes, que conozcan de todos los asuntos de carácter
económico. Con ello se lograría una Justicia especializada, más eficiente, de mayor rapidez y
más transparente. Por lo demás, esta es una de las propuestas importantes que nacieron al alero
de la Agenda Pro crecimiento. Por otra parte, y con relación al juicio de quiebras, se puede
pensar también en la incorporación del arbitraje como forma de resolución de los conflictos,
donde el juicio de quiebra para empresas mayores sea ventilado ante un juez arbitro, elegido de
entre una nómina de jueces, lo que haría más rápido y eficiente el procedimiento. Dados los
costos que implica un juicio arbitral, pensamos que esta alternativa sólo debe estar pensada para
grandes empresas y como una excepción a la regla general que sería seguir el juicio ante los
Tribunales Económicos”101

f. La existencia de aspectos en la legislación de quiebras que producen distorsiones


y generan conflictos de tipo agente-principal y ineficacias, proponiéndose la
introducción de un mecanismo para liquidar la empresa fallida en la forma más rápida
posible, incorporando la figura de un síndico facilitador.

100
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 13-14.
101
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 14.

97
“El procedimiento de quiebras chileno es un procedimiento potencialmente eficiente en
cuanto a su estructura normativa, donde las preferencias establecidas por ley son respetadas,
pero generalmente –y así lo muestra la evidencia disponible- la intervención del síndico en el
manejo de la empresa así como los conflictos que pueden aparecer entre acreedores de distintas
preferencias introducen aspectos distorsionadores que generan problemas del tipo agente-
principal y problemas estratégicos que pueden reducir la eficiencia del sistema.
Cuando un sistema con estas debilidades se combina con un sistema judicial que presenta
serios problemas de eficiencia, esto es, un sistema judicial lento y sobrecargado de trabajo, el
procedimiento de quiebra puede destruir una fracción importante de los activos de la empresa en
problemas.
El objetivo de nuestra propuesta es establecer un procedimiento más rápido, que mantenga las
preferencias actuales, reduzca los costos a los empresarios y acreedores y donde los derechos
estén bien establecidos con el objeto de hacer más eficiente el procedimiento de quiebras.
El procedimiento que se describe más abajo no es demasiado distinto del actual en el sentido
de mantener las preferencias, sin embargo, creemos que tiene varias ventajas sobre el sistema
actual. A saber:
a) En primer lugar, a excepción de un período relativamente corto en que se determina el
monto y las preferencias de las deudas, la empresa siempre tiene un dueño y está limpia de gran
parte de sus deudas. Los dueños pueden operar, vender o liquidar la empresa, sin que haya más
conflictos entre los dueños que los que se dan normalmente al interior de una sociedad anónima.
b) En segundo lugar, el procedimiento respeta las preferencias en el sentido de pagarle
primero a los acreedores preferentes.
c) Por último, es un mecanismo flexible, y adaptado a las características del sistema legal y
financiero chileno.
La propuesta es preliminar y no entra en detalles. Ella constituye un conjunto de ideas que
creemos se pueden mejorar en el proceso”102.

“La mejor manera de decidir qué hacer con una empresa en quiebra es permitir el uso de
mecanismos de tipo mercado, de forma tal que sean los acreedores los que, con el objetivo de
maximizar el valor remanente de la empresa, decidan qué hacer con ella. El problema es que los

102
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 14-15.

98
intereses de distintos tipos de acreedores pueden estar contrapuestos, por lo que a menos que
exista una forma de organizar los derechos de los acreedores, no hay muchas garantías de
obtener un resultado cercano al eficiente. El sistema de quiebras actual tiene el potencial para ser
un sistema eficiente, en el sentido que en la mayoría de los casos, los derechos de las distintas
categorías de acreedores son respetados y se intenta que el resultado final maximice el valor de
la empresa. Sin embargo, aunque esta posibilidad existe, en la práctica, la normativa vigente no
facilita el uso de las alternativas eficientes. Se propone, por lo tanto, un mecanismo que,
respetando las preferencias como el mecanismo actual, es más rápido y eficiente. Sus
características son las siguientes:
A. Declaración de quiebra. Es posible llegar a la declaración de quiebra –ante un juez-- de
tres maneras:
i. Sistema actual. (a) Por petición del fallido (quiebra voluntaria), que se ve en la incapacidad
de pagar sus obligaciones y en los mismos plazos establecidos. (b) Por petición de un acreedor
que tiene obligaciones vencidas, previo pago de un depósito.
ii. Por el experto facilitador en caso en que descubra que la petición de le empresa tuvo como
único objetivo el retrasar la declaratoria de quiebra.
iii. Por el experto facilitador si el convenio propuesto no es aceptado.
B. Una vez declarada la quiebra, el juez tiene un plazo de tres días para elegir un síndico
facilitador entre los que estén inscritos en la nómina constituida para estos efectos. El síndico
facilitador interviene la empresa durante el período entre la declaratoria de quiebra y la primera
asamblea de acreedores (entre otras cosas, publica el aviso de quiebra). En general, el facilitador
cumple el papel de los actuales síndicos en esta fase. Además, serán funciones del síndico
facilitador:
i. Confecciona la nómina de deudores, las cantidades adeudadas y la categoría de la deuda.
ii. Solicita la tasación preliminar de los bienes con garantías de prendas e hipotecas y las
obligaciones adeudadas a las primeras categorías (su salario entra en ella).
La contribución de los acreedores con hipotecas a saldar la deuda de las categorías superiores
se hace en proporción a las sumas adeudadas (ver ejemplo 1).
iii. Realiza el cálculo preliminar de la condición valista de los deudores con prendas e
hipotecas insuficientes.
iv. Dirige la primera asamblea.
C. En la primera asamblea,

99
i. El síndico facilitador entrega oficialmente la información.
ii. Los acreedores valistas, que son los nuevos dueños, eligen un Directorio, el que se hará
cargo de la nueva empresa. Los acreedores prendarios e hipotecarios participan de acuerdo a la
fracción de su deuda no cubierta por la hipoteca o prenda.
iii. Los valistas tienen propiedad en la nueva empresa equivalente a su proporción en la deuda
valista total.
iv. La nueva empresa no tiene deudas, pero tampoco posee los activos hipotecados y
prendados (aunque si el valor de uno de estos activos en el remate es superior a lo que se debe a
los acreedores con esa prenda o hipoteca, el remanente pasará a formar parte de los activos de la
empresa). En tal caso, deberán ajustarse los derechos de los valistas.
v. La nueva empresa puede liquidarse o venderse y cada accionista puede traspasar su
participación e incluso renunciar formalmente a ella.
vi. El síndico facilitador conserva un rol de protector de los derechos de los acreedores de
primera categoría hasta que se les pague lo que se les debe y para verificar el correcto
funcionamiento de los remates de prendas e hipotecas y la repartición de las recaudaciones”103.

Cabe señalar que de los aspectos indicados anteriormente, todos tienen alguna conexión con
el tema de los convenios concursales, salvo el referido en la letra d, que como lo he señalado
anteriormente, es objeto de estudio en otro proyecto de ley, que se refiere exclusivamente al
aspecto concursal criminal.

Veremos posteriormente en el párrafo 4 de este título el contenido de la Ley N ° 20.073, y de


que manera el legislador reguló estas deficiencias en dicha ley, y cual fue el grado de corrección
que introdujo a la legislación nacional en esta materia.

3. EXPERIENCIA COMPARADA RESPECTO DE LOS CONVENIOS:

Para estudiar la experiencia comparada respecto de los convenios, revisaremos lo que ocurre
en las legislaciones de los Estados Unidos, México, Perú, y Francia, por constituir normativas

103
BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE.
Ob. Cit, pp: 15-17.

100
bastante modernas y avanzada en la materia, y que fueron tomadas en cuenta durante la
tramitación del proyecto de ley que dio origen a la Ley N ° 20.047104:

a. Estados Unidos: La normativa estadounidense sobre la materia está constituida por el


Bankruptcy Code de 1978. El chapter 11 aún cuando no exige que cada acreedor apruebe el plan
de convenio, e incluso permite la aprobación del plan no obstante, la oposición de la mayoría de
los acreedores, por medio del denominado cram down, si exige que los acreedores estén
suficientemente informados sobre el plan y tengan posibilidades de votar en el mismo. Todo lo
cual se fundamenta en que, dadas las condiciones anteriores, son los acreedores quienes deban
decidir si el plan es bueno o no, no procediendo la corte de quiebra a revisar el plan, salvo en lo
relativo a que la información proporcionada es la correcta para que los acreedores puedan decidir
informadamente, siendo el plan remitido directamente a estos últimos.

Los acreedores deben recibir, para efectos de decidir sobre el plan, los siguientes
documentos: (i) Una copia o resumen del plan propuesto, y (ii) Un informe revelando la
información razonablemente necesaria del deudor para un inversionista razonable, tomando en
consideración, para estos efectos, el estado de los libros del deudor, el grado de sofisticación del
acreedor, y la naturaleza y complejidad del plan propuesto.

En ciertos casos el plan de reorganización no es necesario, cuando existe una clase de


acreedores que nada recibirá, pues en tal caso se entiende que rechaza el plan propuesto, sin
necesidad de votar, y en casos, en que el plan de reorganización no afecta a una clase de
acreedores, se entiende que lo aprueban sin necesidad de votar. Fuera de estos casos, se entiende
que el plan de reorganización tiene que ser votado tanto por los acreedores como por los
accionistas.

Para efectos de la aprobación del plan de reorganización, la clase de acreedores de que se


trate debe aprobarlo por más de la mitad de los acreedores que representen a lo menos dos
terceras partes del total pasivo de los acreedores de la clase respectiva. Aprobándose o no el

104
En esta materia hemos seguido lo expuesto sobre los convenios en el texto: BONILLA, CLAUDIO,
FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE. OB. Cit, pp: 46-55; y 70-
71.

101
plan, debe pasar por la confirmación del juez, quien tiene a estos respectos importantes
atribuciones, pues decide sin importar la aprobación o no del plan, lo que significa que pueda dar
por aprobado un plan de reorganización que rechazaron los acreedores y viceversa. Para efectos
de la decisión del juez, existen ciertos criterios que deben ser utilizados por el juzgador, como
por ejemplo, procederá a rechazar un plan aprobado por los acreedores, si el propósito del
mismo es la evasión de impuestos, o evitar el registro de ciertos valores. El § 1129, establece
trece requisitos para que el plan de reorganización pueda ser aprobado, entre los que
encontramos: (i) Se exige el consentimiento de por lo menos una de las clases afectadas; (ii) Se
requiere que aquellos acreedores disidentes del plan reciban al menos lo que habrían recibido de
efectuarse una liquidación bajo el capítulo 7; (iii) Se establecen ciertos requisitos mínimos en
relación con los acreedores preferentes, como el de los gastos administrativos, salarios, y ciertos
acreedores de créditos de consumo, los cuales deben ser pagados en efectivos a la aprobación del
plan; y, (iv) Se fija un requisito de factibilidad que permita a la corte determinar que el
cumplimiento del plan es posible y que no devendrá en una liquidación próxima o inmediata.

Es necesario señalar, la existencia de lo que se denomina el cram down, en virtud del cual el
plan podrá ser aceptado en caso de que no se cuente con el voto favorable de cada clase, si se
cumplen los siguientes requisitos: (i) Al menos una clase afectada haya aceptado el plan; (ii) El
plan no discrimine injustamente, y (iii) El plan tiene que cumplir con las características de ser
justo y equitativo.

Tanto los acreedores como el deudor, pueden iniciar acciones de impugnación del plan de
reorganización aprobado por el juez, por medio de una apelación ante el juez de distrito.

b. México: La normativa mexicana que regula el concurso en México es la Ley de Concursos


Mercantiles del año 2000. El sistema concursal mexicano establece importantes espacios para el
arreglo auto compositivo de las diferencias entre el deudor y los acreedores, por medio del
establecimiento de un término o periodo de conciliación entre ambos, a efectos de que puedan
llegar a un acuerdo, suspendiéndose las ejecuciones que se hayan iniciado contra el deudor. Este
periodo se inicia cuando se acoge la solicitud de concurso mercantil, y termina transcurridos 185
días corridos desde que se haga la última publicación que acoge dicha solicitud. Si se estima que
el acuerdo está pronto a ocurrir, el conciliador o los acreedores que representen dos terceras

102
partes del monto total de los créditos, podrán solicitar una prórroga de hasta noventa días
corridos desde que venza el plazo anterior. Se contempla además, la posibilidad de otra prorroga
con posterioridad a la primera, por el mismo plazo, a solicitud del comerciante o del 90% de los
acreedores. El rol del conciliador, es procurar un acuerdo entre el deudor y los acreedores,
pudiendo solicitar al juez la terminación anticipada de la etapa de conciliación, si no existe
intención de llegar a un acuerdo.

El comerciante podrá suscribir convenios con los trabajadores, siempre que no agrave el
estado de sus obligaciones, asimismo podrá solicitar en lo que respecta a las deudas fiscales,
condonaciones o autorizaciones relativas al pago de las obligaciones de naturaleza fiscal. Sin
embargo, una vez declarado el concurso devendrán en nulos todos los convenios que hubiese
celebrado el comerciante con los trabajadores, así como con cualquiera de sus acreedores.

Para la aprobación del convenio no es necesario que los acreedores se reúnan a votar, y
podrán acordarlo todos los acreedores que tengan sus créditos reconocidos. Para que el convenio
sea eficaz debe ser aprobado por el comerciante y sus acreedores reconocidos que representen
más del 50% de la suma de: (i) El monto reconocido de la totalidad de los acreedores
reconocidos comunes, y (ii) El monto reconocido de aquellos acreedores reconocidos con
garantía real o privilegio real que suscriban el convenio. El convenio aprobado se considerará
aprobado por todos los acreedores reconocidos comunes, sin que se admita manifestación alguna
en contrario, cuando el convenio prevea el pago de la totalidad de lo adeudado a la fecha en que
surtió efectos la sentencia de concurso mercantil, dentro de los treinta días hábiles siguientes a la
de aprobación del convenio.

Sin embargo, respecto de aquellos acreedores que no suscriban el convenio, el mismo


solamente podrá estipular: (i) Una espera, con capitalización de intereses ordinarios, con una
duración máxima igual a la menor que asuman los acreedores reconocidos que hubieren suscrito
el convenio y que representen al menos el treinta por ciento del monto reconocido que
corresponde a dicho grado, y (ii) Una quita, del saldo principal e intereses, igual a la que asuman
los acreedores reconocidos comunes que hayan suscrito el convenio y que representen el 30%
del monto reconocido de los acreedores reconocidos comunes que suscriban el convenio.

103
Aquellos acreedores con garantía real reconocidos que no hayan participado del convenio,
podrán continuar con sus ejecuciones, a menos que en el convenio se contemple el pago de sus
créditos en los términos del artículo 185, o el pago del valor de su garantía. En este último caso,
cualquier excedente será considerado como un crédito común, y se sujetará a las reglas dadas
para esa clase de créditos.

El conciliador una vez que considere que cuente con la aprobación del comerciante y la
mayoría necesaria de los acreedores reconocidos, para efectos de la aprobación de la propuesta
del convenio, la pondrá en conocimiento de los acreedores por un plazo de diez días para que
realicen observaciones, y en su caso, suscriban el convenio. Trascurridos siete días desde el
plazo anterior, el conciliador presentará al juez de la quiebra el convenio suscrito por el
comerciante y los acreedores reconocidos. El juez, a su vez, al día siguiente en que se le presente
el convenio, lo pondrá en conocimiento de los acreedores reconocidos, por el plazo de cinco
días, a fin de que: (i) Presenten objeciones respecto de la autenticidad de la expresión de su
consentimiento, y (ii) Se ejerza el derecho a veto.

El Derecho a veto, consiste en que se objete el convenio por la mayoría simple de los
acreedores reconocidos comunes, o bien por cualquiera de ellos, cuando representen
conjuntamente a lo menos el 50% del monto total de los créditos reconocidos. No podrán ejercer
el derecho a veto, todos aquellos acreedores reconocidos comunes que no hayan suscrito el
convenio, si en este se dispone el pago de sus créditos de acuerdo al artículo A 158.

Trascurrido el plazo de 5 días que mencione anteriormente, el juez verificará que el convenio
reúna todos los requisitos previstos y que no contravenga al orden público. En este caso, el juez
dictará una resolución en virtud de la cual se tendrá por aprobado el convenio, siendo el mismo
obligatorio, para el comerciante, para los acreedores reconocidos comunes que lo suscriban, para
los acreedores reconocidos con garantía real que lo hubieran suscrito, y para los acreedores
reconocidos con garantía real o con privilegio especial, para los cuales el convenio haya previsto
el pago de sus créditos en la forma que disponga el artículo A 158. Con la aprobación del
convenio, se da por terminado el concurso mercantil, debiendo hacerse cesar, por orden del juez
al conciliador, todas las inscripciones que se hubieran originado como consecuencia del mismo.

104
c. Perú: La normativa que rige esta materia es la Ley General del Sistema Concursal del Perú.
Los convenios en esta materia se llevan a cabo por medio de lo que se denomina plan de
reestructuración. De acuerdo al artículo A 58.1, la Junta de Acreedores tiene un plazo de 45 días
desde el momento de su instalación, para decidir el destino del deudor. Para efectos de la
aprobación del plan de reestructuración se requiere contar con el quórum de voto favorable del
66,6% de los créditos reconocidos en la primera convocatoria y el 66,6% de los créditos
reconocidos asistentes en la segunda convocatoria. Cuando la Junta decida la continuación de la
actividad del deudor, la empresa se someterá a un plan de reestructuración patrimonial, de
acuerdo a lo establecido en el plan de reestructuración, el cual no podrá exceder en duración el
plazo establecido para la cancelación de los créditos en el cronograma de pago de obligaciones
que se establece en el plan respectivo. Aprobada la continuación de las actividades del deudor,
con el régimen de administración que se apruebe (continuación del mismo régimen de
administración, en manos del deudor, o mixta), la Junta deberá aprobar el plan de
reestructuración en un plazo de 60 días. Pudiendo presentarse más de una propuesta de planes
por parte de la administración del deudor. Si no se aprueba dicho plan, se procederá a la
liquidación de la empresa.

El Plan de Reestructuración debe establecer los mecanismos para llevar a efectos la


reestructuración financiera y económica del deudor, con la finalidad de extinguir las
obligaciones que contenga el procedimiento, y superar la crisis patrimonial, para ello el plan
deberá detallar: (i) Balance General a la época en que se propone el Plan de Reestructuración;
(ii) Acciones que se proponen llevar a cabo la administración; (iii) Relación detallada de las
obligaciones; (iv) Propuesta para el financiamiento de la inversión requerida para la
continuación de las actividades del deudor; (v) Política laboral a adoptarse; (vi) Régimen de
intereses, y (vi) Presupuesto que contenga los gastos y honorarios de la administración.

El Plan de Reestructuración obliga a todos los acreedores y al deudor. Aún en caso de


liquidación, el liquidador sobre la base de factores nuevos o no previstos al momento de decidir
el destino del deudor, y que hagan viable la reestructuración del deudor, informará al presidente
de la Junta para que él mismo pueda citarla, a efectos de que adopten las decisiones que estimen
pertinentes.

105
Por último, la reestructuración termina una vez que la administración acredite ante la
Comisión que se han extinguido todos los créditos contemplados en el plan de reestructuración,
caso en el cual la Comisión declarará la extinción del procedimiento y el fin de existencia de la
Junta.

d. Francia: Lo relativo a la legislación sobre derecho concursal se encuentra reglamentada


desde el 18 de septiembre del año 2000, en el Libro VI del Código de Comercio Francés, bajo el
título: “Des dificultes des entreprises”, de acuerdo a la Ordenanza N ° 2000-912. La legislación
de Francia contempla en esta materia lo que se denomina, los convenios informales. En efectos,
antes de que se produzca la cesación de pagos, se establecen en la legislación francesa
mecanismos de alerta y prevención, que estimulan los acuerdos entre los deudores y acreedores
mediante arreglos amistosos, rigiendo los principios de la discreción y la rapidez. Los convenio
informales, se producen en esta etapa pre-concursal en la cual a aquellas empresas que tengan
problemas financieros, se les nombra un conciliador a efectos de que, acerque las posiciones del
deudor con los acreedores, a fin de llegar a un acuerdo, sin necesidad de entrar en la vía
jurisdiccional. Todo este sistema se sustenta en el principio de la transparencia, y de la
información, que permita fiablemente llegar a prever una situación de crisis financiera. Existen
mecanismos de alerta como el deber de control de los auditores de cuenta.

El objetivo de prever la crisis financiera es el de evitar que se degrade progresivamente la


empresa. Como puede apreciarse el acuerdo al cual pueden llegar el deudor con sus acreedores
es marcadamente extrajudicial, sin embargo, en el año 1994 se modifico el sistema, permitiendo
acudir ante el juez para que este ordene que se suspenda los pagos o para que apruebe el acuerdo
suscrito entre el deudor y los acreedores.

La solicitud de convenio informal es presentada por escrito ante el Presidente del Tribunal de
Comercio o al Presidente del Tribunal de la Gran Instancia, según sea el caso, por el
representante legal de la persona jurídica o el director de la empresa. En la misma solicitud se
señalará las dificultades jurídicas, económicas y financieras por las que atraviesa la empresa, las
medidas de salvaguarda que se proponen, los retrasos en los pagos de los créditos, y la forma en
como se va a proceder a la cancelación de los mismos. Luego, el Presidente del Tribunal, cita al
representante legal de la persona jurídica o al director de la empresa, para recibir de ellos las

106
explicaciones pertinentes, para luego informar de la solicitud al procurador de la república. El
Tribunal de Comercio puede ordenar al experto que el mismo designe, realizar un informe sobre
la situación jurídica, económica y financiera de la sociedad, así como recabar de las instituciones
de crédito toda la información que sea necesaria, no rigiendo el secreto bancario ni bursátil. Si el
experto estima que como consecuencia de su análisis la empresa no es rehabilitable, sugerirá al
juez que declare la quiebra. Sin embargo, en caso de que sea posible llegar a un acuerdo, el juez
abrirá un proceso de acuerdo amigable, nombrando un conciliador, por un periodo de tres meses,
prorrogable por un mes más, cuyo objeto será llegar a un acuerdo entre el deudor y los
acreedores. Para estos efectos el Tribunal podrá proporcionar al conciliador la información y el
informe del experto.

Si el conciliador considera que la suspensión de las ejecuciones deducidas contra el deudor,


pueden facilitar la llegada a un acuerdo entre el deudor y los acreedores, le sugerirá dicha
suspensión al Presidente del Tribunal, quien puede dictar una providencia determinando la
suspensión de las ejecuciones, debiendo previamente consultar lo anterior con los acreedores
principales. Dicha providencia entra a regir desde su fecha de dictación, y suspende y prohíbe
toda ejecución.

En caso de que se llege a un acuerdo entre el deudor y los acreedores, este acuerdo podrá ser
presentado ante el presidente del Tribunal, para efectos de que lo homologue. Si el acuerdo es
logrado entre el deudor y los acreedores principales, también podrá ser presentado a la
homologación del presidente del Tribunal, el que deberá señalar un plazo para el pago de los
créditos de los acreedores que no hayan suscrito el acuerdo. El efecto más importante del
acuerdo es la suspensión de toda acción individual que se ejerza en contra de los bienes muebles
y inmuebles del deudor, con el objeto de obtener el pago de sus créditos. El convenio puede
suspenderse en caso de que se incumpla lo que el mismo estipula, la suspensión puede ser
solicitada ante el Tribunal por uno o más acreedores que forman parte del acuerdo, o bien, por
uno o más acreedores que no se haya establecido parte del acuerdo, pero que en el mismo, se
establece un plazo para el pago de sus créditos. Sin embargo, el fracaso de la etapa de
conciliación no origina la apertura de un proceso de saneamiento financiero, pues tal situación
ocurrirá sólo en el caso de que el deudor incurra en cesación de pagos.

107
4. CONTENIDO DE LA LEY: En este párrafo trataremos el contenido de la Ley N ° 20.073,
en lo que se refiere a los órganos que intervienen en los convenios concursales. Para lo cual
analizaremos cada uno de dichos órganos en forma separada.

Los órganos que intervienen en los convenios concursales, son los siguientes:

a. El Tribunal: Se trata del órgano jurisdiccional que interviene en el marco de los


procedimientos de convenios. Tiene una enorme importancia, la que se ve reflejada en las
siguientes actuaciones, intervenciones y atribuciones:

a.1 Intervención en convenios judiciales preventivos: El convenio judicial preventivo es aquel


que el deudor propone con anterioridad a la declaración de quiebra, y que se regula de acuerdo a
las normas del párrafo 2 del Titulo XII: “Del Convenio Judicial Preventivo”, y que comprende
todas las obligaciones existentes a la fecha de la dictación de las resoluciones señaladas en el
artículo 200 letras a) (Aquella resolución que ordena citar a la Junta de Accionistas para la
designación de un experto facilitador en los términos del artículo 177 ter LQ), y b) (Aquella
resolución que recae en las proposiciones de convenio judicial preventivo, excluido el señalado
en el artículo 177 ter), aún cuando no fueran de plazo vencido, salvo aquellas expresamente
exceptuadas por disposición legal (artículo 171 LQ). Ahora bien, si el deudor no propone un
convenio judicial preventivo, cualquier acreedor de aquellos que se encuentran en el artículo 43
N ° 1105 y 2106, podrán solicitar al Tribunal que sería competente para el caso de la declaración de
quiebra del deudor que107, ordene al deudor o a la sucesión del deudor formular proposiciones de
convenio judicial preventivo dentro del plazo de 30 días desde el momento de la notificación de
la resolución del Tribunal que recaiga en la solicitud, y de esta última, la que debe realizarse

105
Artículo 43 N º 1 de la Ley N ° 18.175: “Cualquiera de los acreedores podrá solicitar la declaración de
quiebra, aun cuando su crédito no sea exigible, en los siguientes casos: N ° 1 Cuando el deudor que ejerza
una actividad comercial, industrial, minera o agrícola, cese en el pago de una obligación mercantil con el
solicitante cuyo título sea ejecutivo”.
106
Artículo 43 N º 2 de la Ley N ° 18.175: “Cualquiera de los acreedores podrá solicitar la declaración de
quiebra, aun cuando su crédito no sea exigible, en los siguientes casos: N ° 2 Cuando el deudor contra el
cual existieren tres o más títulos ejecutivos y vencidos, provenientes de obligaciones diversas, y estuvieran
iniciadas, a lo menos, dos ejecuciones, no hubiere presentado en todas éstas, dentro de los cuatro días
siguientes a los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder de la prestación que adeude y
las costas”.
107
Artículo 173 inciso 1 de la LQ.

108
personalmente de acuerdo a lo señalado en el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, aún
cuando el deudor no se encuentre en el lugar del juicio.

Si dentro de los cinco días siguientes a la notificación el deudor señala acogerse


irrevocablemente a lo dispuesto en el artículo 177 ter de la LQ, el juez deberá citar a una junta de
acreedores en los términos de dicha norma.

Contra la resolución que dicte el Tribunal ordenando al deudor presentar proposiciones de


convenio judicial preventivo, procede ante el mismo Tribunal recurso de reposición, siendo el
único recurso posible, y contra la resolución del Tribunal que resuelva el recurso de reposición,
no procede ninguna clase de impugnación. Como no se señala plazo para interponer recurso de
reposición deben aplicarse las reglas generales contempladas en el Código de Procedimiento
Civil (en adelante, CPC), esto es, debe interponerse dentro de 5 días contados de la notificación
de la resolución108. En el evento que se hubiera interpuesto recurso de reposición en contra de la
resolución que ordena al deudor realizar proposiciones de convenio judicial preventivo, y en
definitiva, es rechazado el recurso de reposición, el plazo en el cual el deudor debe realizar
dichas proposiciones es de 20 días desde el momento de la resolución que rechaza la reposición
(inciso final del artículo 172 LQ), y no desde el momento en que se notifica la resolución que
rechaza la reposición, como debería ser si seguimos la regla general que se establece en el
artículo 38 del CPC.

Si se presentan las propuestas de convenio judicial preventivo, conjuntamente con ellas


deberá el deudor acompañar todos los antecedentes que señala el artículo 42 de la LQ, con
expresa mención de los tres mayores acreedores suyos con domicilio en Chile109, a efectos que el
juez designe al síndico titular y suplente que nomine el acreedor con mayor cantidad de crédito
en el estado de deudas que presente el deudor. A dicho acreedor se le notificará en forma
fidedigna por el secretario, en el menor plazo posible, y si no pudiera ser notificado, se repetirá
el mismo procedimiento con el segundo acreedor en el estado de deudas que presente el deudor,
108
Artículo 181 inciso 2 del Código de Procedimiento Civil.
109
Excluidos aquellos acreedores a que se refieren el artículo 190 letras a. El cónyuge, los ascendientes,
descendientes, y hermanos del deudor, o de sus representantes, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
193; b. Las personas que se encuentren en alguna de las situaciones a las que se refiere el artículo 100 de
la Ley de Mercado de Valores (personas relacionadas), y c. El titular de la empresa de responsabilidad
limitada proponente del convenio, y esta empresa limitada si el proponente es el titular.

109
y si también fracasa esta notificación, el síndico será nombrado por medio de sorteo realizado de
acuerdo a lo establecido en el inciso final del artículo 42 de la LQ.

En la resolución en que el Tribunal designa al síndico titular y suplente, dispondrá, además:


“1.- Que el deudor quede sujeto a la intervención del síndico titular señalado, que tendrá las
facultades del artículo 294 del Código de Procedimiento Civil;
2.- Que el síndico informe al tribunal sobre las proposiciones de convenio dentro del plazo de
veinte días, que será prorrogable por una sola vez a solicitud del síndico por un máximo de diez
días, según determine el tribunal. Este informe deberá contener:
a) la calificación fundada acerca de si la propuesta es susceptible de ser cumplida, habida
consideración de las condiciones del deudor;
b) la apreciación de si el convenio resultará más conveniente para los acreedores que la
quiebra del deudor; y
c) el monto probable de recuperación que le correspondería a cada acreedor valista en la
quiebra, para los efectos del artículo 190 inciso segundo.
Si el síndico no presentare el informe dentro del plazo indicado, el deudor o cualquiera de los
acreedores podrá ocurrir al juez para que le fije un nuevo plazo o para que asuma el cargo el
síndico suplente y, para que además, fije nuevo día y hora para la junta.
El síndico informante deberá presentar una cuenta final de su intervención dentro del plazo de
30 días contado desde que el convenio entre en vigencia;
3.- Que todos los acreedores sin excepción alguna se presenten y verifiquen sus créditos con
los documentos justificativos que corresponda, bajo apercibimiento de proseguirse la tramitación
sin volver a citar a ningún ausente, sin perjuicio del derecho a voto que les corresponda
conforme al artículo 179. Estos créditos podrán ser verificados hasta el día fijado para la
celebración de la junta en conformidad al número siguiente, y podrán ser impugnados por el
deudor y por cualquier acreedor hasta el último día del plazo que el inciso primero del artículo
197 señala para impugnar el convenio. Aquellos créditos no impugnados se tendrán por
reconocidos;
4.- Que los acreedores concurran a una junta, que no podrá tener lugar antes de vencer los
treinta días siguientes a esta resolución, para deliberar sobre las proposiciones de convenio;

110
5.- Que se notifique personalmente esta resolución al síndico titular y suplente, para los
efectos de lo dispuesto en el artículo 26, y por cédula a los tres mayores acreedores a que se
refiere el inciso primero del artículo anterior.
Los demás acreedores serán notificados en conformidad al artículo siguiente; y
6.- Que dentro de tercero día de efectuada la última notificación a las personas señaladas en
el inciso primero del número precedente, el síndico titular, los tres mayores acreedores a que se
refiere el número anterior y el deudor, asistan a una audiencia, que se efectuará con los que
concurran, para pronunciarse sobre la proposición de honorarios del síndico que el deudor ha
debido hacer en las proposiciones de convenio. Si no se produjere acuerdo sobre el monto de los
honorarios y forma de pago o no asistiere ninguno de los citados, se fijarán por el juez sin
ulterior recurso” (artículo 174 LQ)

El artículo 177 ter contempla una nueva regulación en materia de convenios judiciales
preventivos, y en la cual al Tribunal que hubiere sido competente para conocer la quiebra del
deudor, le corresponde recibir la solicitud del deudor, acompañada de los documentos que
establece el artículo 42 de la LQ, para que cite a una Junta de acreedores, a efectos de que se
reúna dentro de los 10 días siguientes a la notificación por aviso de la resolución del Tribunal
que recaiga en la solicitud, a fin de que esta junta de acreedores designe a un experto facilitador.
En la resolución que recaiga en la solicitud del deudor, el tribunal debe designar un interventor,
estableciendo su remuneración, que es de cargo del deudor. El juez declarará la quiebra, si es
que el experto facilitador recomienda que proceda en tal sentido, o bien, si el experto facilitador
no cumple su cometido en el plazo señalado en el inciso 3 del artículo 177 ter.

Al juez le corresponde pactar los honorarios del experto facilitador, si no existe acuerdo en tal
sentido entre el deudor y el experto facilitador (Artículo 177 ter inciso 1, 2, 3, y 7).

Si es el caso que la proposición del convenio judicial preventivo se hubiera presentado con el
apoyo de dos o más acreedores que representen más del 66% del total pasivo, el juez deberá citar
a una junta que deberá realizarse a lo más tardar, en el plazo de treinta días contados de la
notificación por aviso de la resolución que recaiga en la proposición (artículo 178 quáter N ° 1).

111
a.2 Intervención en convenios simplemente judiciales y su aprobación: El convenio
simplemente judicial es el que se propone durante el juicio de quiebra para ponerle término
(artículo 186 LQ). En el marco de la aprobación del convenio judicial al Tribunal le corresponde
conocer y resolver de los incidentes que en él se promuevan. El inciso 2 del artículo 190 LQ,
establece la posibilidad de que los acreedores disidentes puedan ser excluidos para poder aprobar
el convenio con los quórum requeridos por la ley, en caso de que este acreedor disidente objete
la cantidad que le corresponde recibir para ser excluido, puede promover un incidente ante el
Tribunal que conozca del convenio, y en el evento que se acoja la pretensión hecha valer por el
disidente, se deberá pagar la diferencia que resulte de lo que disponga la sentencia que falla el
incidente110 (artículo 190 inciso 3). En los casos en que, se hayan producido estos incidentes y de
los cuales se derive que no se haya alcanzado el quórum necesario para acordar el convenio, el
momento en el cual se entenderá acordado el mismo, será aquel en que se certifique por el
secretario del tribunal, la consignación oportuna de los montos, de lo cual se derive que se hayan
alcanzado la mayoría necesaria señalada en el inciso primero del artículo 190, esto es, el
consentimiento del deudor, y los dos tercios o más de los acreedores concurrentes que
representen tres cuartas partes del total pasivo con derecho a voto, excluidos los créditos
preferentes cuyos titulares se hayan abstenido de votar.

El Tribunal deberá, una vez acordado el convenio, notificarlo en extracto por aviso, a todos
aquellos acreedores que no hubieren concurrido a la junta en que se aprobó el convenio, (artículo
195 LQ).

Al tribunal le corresponde conocer del incidente que se produce una vez que se haya
impugnado el convenio por las causales señaladas en el artículo 196 de la LQ. Las
impugnaciones al convenio deberán presentarse dentro del plazo de 5 días desde la notificación
señalada en el artículo 195 de la LQ, debiendo el Tribunal rechazar de plano, cualquier
impugnación que se presente con posterioridad a dicho plazo. El incidente se tramitará entre el
deudor y el acreedor o acreedores que hubieran impugnado el convenio, notificándose por aviso
la resolución que resuelva el incidente. En el evento que no se hubieran deducido

110
Sin embargo, si el acreedor excluyente no está de acuerdo en pagar la diferencia establecida en la
sentencia que resuelve el incidente, figuraran ambos acreedores en el convenio en la proporción que le
corresponda a cada uno de ellos.

112
impugnaciones, o éstas hubieran sido rechazadas de plano por el tribunal por haberse deducido
la(s) impugnación(es) extemporáneamente, deberá el Tribunal declarar aprobado el convenio, de
oficio, haciendo excepción, lo anterior, al principio de pasividad que rige la actuación de los
tribunales civiles, en razón del artículo 10 del Código Orgánico de Tribunales (en adelante,
COT). También, lo podrá declarar, a petición de parte. Si se hubieran interpuesto
impugnaciones, pero estas hubieran sido rechazada, el convenio entrará a regir una vez que la
resolución que rechace las impugnaciones cause ejecutoria, y se lo declaré aprobado (artículos
196, 197, 198, y 199 de la LQ).

a.3 En materia de los efectos del convenio: En esta materia al Tribunal le compete que no
obstante la entrada en vigor del convenio simplemente judicial, le corresponde seguir
conociendo de todos los procesos agregados en conformidad al artículo 70 de la LQ, artículo 204
de la LQ.

Además, debe conocer, si es que no se hubiera celebrado la cláusula compromisoria a que se


refiere el artículo 178 de la LQ, del incidente promovido por todos aquellos acreedores que
tengan créditos (cuyas acciones no estén prescritas) con anterioridad a la resolución recaída en la
presentación de las proposiciones de convenio o en la solicitud de designación de un experto
facilitador, en su caso, y que no hubieran verificado oportunamente sus créditos, pretendiendo
que el convenio se aplique a su favor. Este incidente se promoverá entre dichos acreedores y el
deudor, pudiendo actuar como parte cualquier acreedor a quien se le aplique el convenio,
artículo 205 de la LQ.

También conocerá el Tribunal ante el cual se haya acordado el convenio, del incidente que
nazca, de la solicitud que presenten los acreedores que representen la mayoría absoluta del
pasivo con derecho a voto, tendiente a establecer una intervención más estricta, o a establecer
una intervención si es que en el convenio no se estableció intervención alguna, o a declarar
incumplido el convenio, en caso de existir un agravamiento de los negocios del deudor, y del
cual se coliga un perjuicio para los acreedores (artículo 280 de la LQ).

a.4 En materia de rechazo del convenio: Si se hubiera rechazado el convenio preventivo, o


desechado el mismo, el tribunal deberá declarar la quiebra ex officio, y sin más trámite. La Junta

113
que rechace las proposiciones del convenio judicial preventivo, deberá señalar los nombres de un
síndico titular y uno suplente, a los cuales el Tribunal deberá designar con el carácter de
definitivos, con lo anterior, se mantiene la lógica seguida desde la dictación de la Ley N °
20.004, en el sentido de que la elección del síndico le corresponde a los acreedores, pues en
todos los casos, salvo en aquellos donde proceda el sorteo, el Tribunal deberá designar a los
síndicos señalados por los acreedores. Ahora, en caso de que se deseche el convenio judicial
preventivo, el Tribunal debe designar al síndico en virtud de lo señalado en el artículo 42 de la
LQ, no pudiendo ser designado aquel que hubiera intervenido en virtud de lo establecido en el
artículo 174 de la LQ (artículo 209 de la LQ).

a.5 En materia de nulidad o incumplimiento del convenio: El Tribunal que tramitó el


convenio, será competente para conocer y resolver, en juicio sumario de las solicitudes de
nulidad e incumplimiento de convenio que se presenten. Solamente la sentencia que acoja la
nulidad o el incumplimiento del convenio, será apelable en ambos efectos, pero una vez firme,
no producirá efectos retroactivos, y el Tribunal de primera instancia deberá declarar ex officio la
quiebra del deudor sin más trámite. El Tribunal deberá designar como síndico al que le señale el
demandante de la declaración de nulidad o incumplimiento que hubiera sido acogida a firme, y
en el evento que se hubieran interpuesto más de una demanda, deberá designar al síndico
nominado en una de las demandas que acoja (artículos 213, 214, y 215 de la LQ).

b. Experto Facilitador: Claramente una de las innovaciones de mayor trascendencia en la


reforma introducida a la ley de la quiebra, y en materia de convenios por la Ley N ° 20.073, fue
contemplar la existencia de un experto facilitador. Ya hemos visto de que manera111, en el texto:
“Análisis y Recomendaciones para una reforma a la Ley de la Quiebra”, frente problema de la
legislación chilena, de no posibilitar un acuerdo oportuno entre el deudor y sus acreedores
(identificado como problema N ° 2), se propone un procedimiento que precisamente trata de
acercar a los acreedores con el deudor por medio de la intervención de un experto facilitador,
que debería actuar según dicha propuesta como un amigable componedor, en la fase de
reestructuración del patrimonio del deudor, a fin de evitar la declaración de la quiebra, la cual es
considerada como una ultima ratio, ya que que debe ser vista como un procedimiento subsidiario

111
Como hemos señalado en: Título II, párrafo 2, punto b. Ver también, BONILLA, CLAUDIO,
FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y TAGLE, JOSE. Ob. Cit, pp: 7-12

114
a la composición amistosa y directa entre el deudor y sus acreedores. Pues bien, la normativa
reguló la intervención del experto facilitador en los siguientes términos:

b.1 Designación del Experto Facilitador: El deudor podrá solicitar al tribunal que sea
competente para conocer de su quiebra, acompañando a su solicitud todos los antecedentes
señalados en el artículo 42, que cite a una junta de acreedores, la que tendrá lugar dentro de 10
días contados desde la notificación por aviso de la resolución recaída en la solicitud, a fin de que
ella designe a un experto facilitador. Éste estará sujeto a la fiscalización de la Superintendencia
de Quiebras, la que para estos efectos tendrá todas las atribuciones y deberes que le señala el
artículo 8°. Este plazo no se suspenderá durante el feriado judicial. Si la solicitud del deudor al
tribunal ha sido presentada dentro del plazo del artículo 41, la notificación deberá hacerse dentro
del plazo de ocho días contado desde la fecha de la resolución. Si la notificación es oportuna se
entenderá que el deudor comprendido en el artículo 41 ha dado cumplimiento a la obligación que
establece dicha disposición (artículo 177 ter inciso 1 de la LQ). En el evento en que sea
designado el experto facilitador y desde el momento en que entre en funciones, cesará la
actuación del interventor señalada en el inciso 2 del artículo 177 ter de la LQ.

La designación del experto facilitador se hará con el voto de uno o más de los acreedores que
representen a lo menos el 50% del total pasivo con derecho a voto, en caso contrario se
considerará fracasada la gestión. Tendrán derecho a voto en la junta que se pronunciará sobre la
designación del experto facilitador, los acreedores que aparezcan en el estado a que se refiere el
artículo 42 N ° 4, certificado por auditores externos, independientes, e inscritos en el registro que
lleva la Superintendencia de Valores y Seguros, de acuerdo a la información disponible y a la
información proporcionada por los registros del deudor, con exclusión de los acreedores
señalados en el inciso tercero del artículo 177 bis112. Los acreedores hipotecarios y privilegiados
no perderán sus preferencias por la circunstancia de participar y votar en esta junta, y podrán
impetrar las medidas conservativas que procedan (artículo 177 ter inciso 4 de la LQ)

112
Esto es: a) las personas que se encuentren en alguna de las situaciones a que se refiere el artículo 100
de la ley Nº 18.045, de Mercado de Valores; y b) el titular de la empresa individual de responsabilidad
limitada proponente del convenio y esta empresa individual si el proponente es su titular.

115
El experto facilitador será notificado por el secretario del tribunal, a la brevedad posible,
pudiendo el secretario notificar por sí, o encomendar esta diligencia a otro ministro de fe
(artículo 55 y 177 ter inciso 4 de la LQ).

Los honorarios del experto facilitador serán de cargo del deudor, con quien deberá pactarlos.
En caso de desacuerdo serán fijados por el juez, y gozarán, al igual que los gastos en que incurra,
de la preferencia del N ° 4 del artículo 2472 del Código Civil, sólo en la parte que corresponda al
25% de lo que resulte una vez aplicada la tabla a que se refiere el artículo 34 (artículo 177 ter
inciso 7 de la LQ).

Dentro del plazo de 24 horas de conocida su designación, el experto facilitador deberá


comunicar su designación a la Superintendencia, para que ésta proceda a inscribir su nombre en
el registro público especial de expertos facilitadores (artículo 177 ter inciso 6 de la LQ).

b.2 Personas sobre las cuales puede recaer el nombramiento: Podrá ser experto facilitador
toda persona natural capaz de administrar sus propios bienes. Los síndicos de la nómina nacional
podrán ser designados como expertos facilitadores, pero en caso de quiebra del deudor no
podrán ser nombrados como síndico en esa quiebra. Con la prohibición anterior, se mantiene el
criterio seguido en las proposiciones de reforma a la ley de quiebra que hemos latamente
examinado (artículo 177 ter inciso 5 de la LQ).

b.3 Funciones del Experto Facilitador: Dentro del plazo de treinta días improrrogable, desde
el momento de la celebración de la junta que lo designó, el experto facilitador deberá presentar
un informe en el que evaluará la situación legal, contable, financiera y económica del deudor,
debiendo proponer un convenio que resulte lo más ventajoso a los acreedores en relación a la
quiebra, o bien, solicitar derechamente al tribunal que declare la quiebra del deudor, procediendo
éste sin más trámite en tal sentido. Si fuera del caso que el experto facilitador no diera
cumplimiento a su cometido, en el plazo señalado, el inciso tercero del artículo 177 ter de la LQ,
establece que el tribunal deberá declarar la quiebra de oficio, y sin más trámite.

En el evento que el experto facilitador formule una proposición de convenio, el mismo deberá
ser votado en una junta de acreedores que se reúna dentro del plazo de 15 días desde la

116
notificación por aviso de la proposición del experto facilitador. Se aplicarán a esta proposición
los artículos 175 inciso primero, 178, 179 y 180 y las normas contenidas en el Párrafo 4° del
Título III de esta ley. Los plazos señalados en el artículo 63 y en los Párrafos 2º y 3º del Título
VI se ampliarán en tantos días cuantos transcurrieren desde la fecha de la resolución recaída en
las proposiciones de convenio hasta la fecha de la declaración de quiebra (artículo 177 ter
incisos 11, y 12 de la LQ).

De acuerdo a lo establecido en el artículo 177 ter inciso 9, el experto facilitador tendrá pleno
acceso a todos los libros, papeles, documentos y antecedentes del deudor que estime necesarios
para el cumplimiento de su cometido.

b.4 Efectos que produce la designación del experto facilitador: No podrá solicitarse la quiebra
del deudor ni iniciarse en su contra juicios ejecutivos o ejecuciones de cualquier clase, desde que
se notifique por aviso la resolución que recaiga en la solicitud del acreedor:

a) Hasta la celebración de la junta citada para la designación del experto facilitador, en caso
de que no se apruebe en ella esta designación;

b) Hasta la solicitud del experto facilitador al tribunal para que declare la quiebra del deudor;

c) Hasta la celebración de la junta de acreedores a que se refiere el inciso penúltimo del


artículo 177 ter, si se rechaza en ella la proposición de convenio presentada por el experto
facilitador.

Durante los períodos indicados, se suspenderán dichos procedimientos judiciales, no correrán


los plazos de prescripción extintiva, y el deudor conservará la administración de sus bienes, con
las limitaciones establecidas en el inciso séptimo del artículo 177 bis, sujeto a la intervención del
experto facilitador, con las mismas facultades que a éste entregan dicho inciso y el N ° 1 del
inciso primero del artículo 174 (artículo 177 ter inciso 8).

Durante el período de suspensión señalado, el deudor no podrá gravar ni enajenar sus bienes.
Sólo podrá enajenar aquéllos expuestos a un próximo deterioro, o a una desvalorización

117
inminente, o los que exijan una conservación dispendiosa, y podrá gravar o enajenar aquéllos
cuyo gravamen o enajenación resulten estrictamente indispensables para el normal
desenvolvimiento de su actividad, siempre que cuente con la autorización previa del síndico para
la ejecución de dichos actos (artículo 177 ter inciso 10, en remisión al artículo 177 bis inciso 6).

Como podemos apreciar, en general, la regulación normativa que estableció la Ley N °


20.073 en esta materia es bastante similar a la contemplada en el texto: “Análisis y
Recomendaciones para una reforma a la Ley de la Quiebra”. El esquema es prácticamente el
mismo, el deudor es el solicitante ante el Tribunal de la designación de un experto facilitador,
frente a lo cual, este último cita a una junta de acreedores, la que decide si acepta el
nombramiento de dicho órgano o no, en el evento de la afirmativa, analizará la situación de la
empresa, y determinará si la misma es o no viable (en términos de la propuesta), en el primer
caso propondrá un convenio, y en el segundo solicitará al tribunal que proceda a declarar la
quiebra del deudor. El convenio debe ser votado por los acreedores, y si es aprobado el proceso
cumplió su finalidad de ser un medio de salvaguarda de la empresa en crisis, y si en definitiva, se
rechaza el convenio, se procederá a declarar la quiebra del deudor. Sin embargo, las principales
diferencias, dicen relación con:

(i) El plazo de duración de las actividades que deba realizar el experto facilitador, pues en la
propuesta se señala que será de seis meses, y en la normativa aprobada es de solo 30 días
improrrogable, esto es, no se puede extender su duración más allá de su vencimiento natural.

(ii) En lo que se refiere a los documentos que debe acompañar el deudor a la solicitud de
designación de experto facilitador113.

(iii) En la facultad que la propuesta le asigna al Tribunal de desechar o aceptar la solicitud del
deudor, como paso previo a la citación y notificación de los acreedores. En cambio, en la
regulación normativa, el tribunal frente a la solicitud del deudor, solo le cabe notificar a los
acreedores por aviso, a efectos de que se constituya la junta que va a deliberar sobre si se acepta
o no la propuesta del deudor de designar un experto facilitador.

113
Ver página 10 del texto: “Análisis y Recomendaciones para una reforma a la Ley de la Quiebra”; y ver,
artículo 177 ter inciso 1 de la LQ.

118
c. Junta de Acreedores: A la Junta de Acreedores le corresponde una variada e importante
función a lo largo de la normativa sobre convenios concursales, a saber:

c.1 Participación en caso que el deudor se acoja irrevocablemente al artículo 177 ter: El
artículo 172 establece que el acreedor que se encuentre en los casos señalados en el artículo 43 N
° 1, y 2 de la LQ, podrá solicitar ante el Tribunal que hubiera sido competente de haber conocido
la quiebra del deudor o la sucesión del deudor que, el deudor presente proposiciones de convenio
judicial preventivo en el plazo de 30 días desde el momento de la notificación de la resolución
que recae en la solicitud del acreedor. Si el deudor señala dentro del plazo de 5 días posteriores a
la notificación anterior, que se acoge irrevocablemente al artículo 177 ter de la LQ, el Tribunal
deberá citar a una junta de acreedores, de acuerdo a lo establecido en dicha norma (artículo 172
inciso 2 de la LQ)

c.2 Participación en caso del convenio judicial preventivo del artículo 172: El Tribunal en la
resolución en que designa al síndico titular y suplente, deberá hacer otras designaciones, de las
cuales se relacionan con la Junta de Acreedores, la siguiente:

N ° 4: “Que los acreedores concurran a una junta, que no podrá tener lugar antes de vencer
los treinta días siguientes a esta resolución, para deliberar sobre las proposiciones de convenio”.

c.3 Participación en el caso del artículo 177 ter de la LQ: El deudor podrá solicitar al Tribunal
que hubiera sido competente para conocer de su quiebra, para que cite a una junta de acreedores
a fin de que esta decida si acoge su solicitud de designar a un experto facilitador. Esta Junta se
llevará a efecto dentro del plazo de 10 días siguientes a la notificación por aviso de la solicitud
del deudor. El día de celebración de la junta, el interventor designado en virtud del inciso 2 del
artículo 177 ter de la LQ, cesará en sus funciones si es que la junta no acuerda designar al
experto facilitador. Tendrán derecho a voto en la junta, los acreedores que aparezcan en el estado
a que se refiere el artículo 42 N ° 4, certificado, por auditores externos, independientes, e
inscritos en el registro que lleva la Superintendencia de Valores y Seguros, de acuerdo a la

119
información disponible y a la información hubieren tenido acceso de los registros del deudor,
con exclusión de los acreedores señalados en el inciso tercero del artículo 177 bis.

La designación del experto facilitador se hará con el voto de uno o más de los acreedores, que
representen más del 50% del total del pasivo con derecho a voto; en caso contrario, se
considerará fracasada la gestión. Los acreedores hipotecarios y privilegiados no perderán sus
preferencias por la circunstancia de participar y votar en esta junta, y podrán impetrar las
medidas conservativas que procedan. En caso de que el experto facilitador formule una
proposición de convenio, ésta deberá ser votada en junta de acreedores dentro del plazo de 15
días contado desde la notificación por aviso de la proposición (artículo 177 ter incisos 1, 2, 3, 4,
y 10 de la LQ).

c.4 Proposiciones de convenio judicial preventivo del artículo 177 quáter: Si la proposición
de convenio judicial preventivo es presentada con el apoyo de dos o mas acreedores que
representen más del 66% del total pasivo, el juez citará a una junta de acreedores que debe
resolver sobre si acepta dicha proposiciones de convenio. La junta debe celebrarse dentro del
plazo de treinta días desde la notificación por aviso de la resolución del tribunal que recaiga en
la proposición (artículo 177 quáter N ° 1 de la LQ).

c.5 Facultades de la Junta de Acreedores para sustituir al juez árbitro: Las proposiciones de
convenio judicial preventivo de aquellas sociedades sujetas a la fiscalización de la
Superintendencia de Valores y Seguros, deben tramitarse ante un juez árbitro al que hacen
mención los artículos 180, y 181 de la LQ. Sin embargo, la junta de acreedores con el acuerdo
del deudor, y sin cumplir con las formalidades del inciso primero del artículo 181114, puede
sustituirlo por otro juez árbitro.

c.6 Facultad de entregar carácter de árbitro mixto al árbitro de derecho ante el cual deban
tramitarse las proposiciones de convenio judicial preventivo de sociedades sujetas a la
114
Esta norma señala: “El Tribunal arbitral, que será unipersonal, será designado por el Presidente de la
Corte de Apelaciones correspondiente al domicilio fijado en los estatutos de la entidad proponente, que
será también el domicilio del tribunal, de entre abogados que hayan ejercido la profesión por más de 20
años y que se encuentren inscritos en una lista que llevará la Superintendencia. Además habrá un árbitro
subrogante quien será designado por el Presidente de esa Corte a proposición del árbitro titular, de entre
los inscritos en la referida lista”.

120
fiscalización de la Superintendencia: No obstante lo señalado en el artículo 181, en cuanto al
carácter de árbitro de derecho del árbitro que debe tramitar las proposiciones de convenio
judicial preventivo de las sociedades sujetas a la fiscalización de la Superintencia de Valores y
Seguros, podrá otorgarsele el carácter de mixto, si consiente en ello el deudor y lo acuerdan dos
o más acreedores que representen más del 50% del total pasivo, cuando se trate de las sociedades
a que se refiere el artículo 180 inciso primero, o el 75% del total pasivo, en el caso del artículo
184. En estos casos, el árbitro será designado por la misma junta de acreedores que le dé este
carácter y la aceptación del cargo deberá efectuarse en la forma señalada en el inciso final del
artículo 181 (artículo 182 de la LQ).

c.7 Sometimiento a arbitraje de cualquiera clase de convenios: podrán ser sometidas a


arbitraje en conformidad a los artículos 180 a 183 de la LQ, las proposiciones de convenio de
cualquier deudor, si éste lo acuerda con sus acreedores que representen a lo menos el 66% del
total pasivo, debidamente certificado en conformidad a lo dispuesto en el inciso segundo del
artículo 177 bis (artículo 184 de la LQ).

c.8 Pronunciamiento sobre el convenio simplemente judicial el artículo 187: El fallido o


cualquier acreedor puede realizar proposiciones de convenio simplemente judicial en cualquier
estado del juicio, ante lo cual, la junta de acreedores debe conocer y pronunciarse, dentro del
plazo de treinta días de la notificación por aviso de la resolución que los cita (artículo 187 de la
LQ). La determinación de quienes tienen derecho a voto en las juntas que deben pronunciarse
sobre las proposiciones de convenio simplemente judicial, se hará en la forma establecida en el
artículo 102 de la LQ (artículo 189 de la LQ).

c.9 Aprobación y modificación del convenio simplemente judicial: El convenio se


considerará acordado cuando cuente con el consentimiento del deudor y reúna a su favor los
votos de los dos tercios o más de los acreedores concurrentes que representen tres cuartas partes
del total del pasivo con derecho a voto, excluidos los créditos preferentes cuyos titulares se
hayan abstenido de votar por dichas preferencias.

No podrán votar, ni sus créditos se considerarán en el monto del pasivo:

121
a) El cónyuge, los ascendientes y descendientes y hermanos del deudor o de sus
representantes, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 193115;

b) Las personas que se encuentren en alguna de las situaciones a que se refiere el artículo 100
de la ley Nº 18.045, de Mercado de Valores, y

c) El titular de la empresa individual de responsabilidad limitada proponente del convenio, y


esta empresa individual si el proponente es su titular.

La modificación del convenio deberá acordarse con el mismo procedimiento y con las
mismas mayorías exigidas anteriormente, excluidos los créditos cuyos títulos sean posteriores a
las proposiciones primitivas del convenio aprobado que se pretende modificar, a quienes el
convenio no obliga (artículo 190 inciso 5 de la LQ). La situación de los acreedores preferentes y
cesionarios se regula en el artículo 191 de la LQ. Una copia autorizada del acta de la junta debe
protocolizarse en una notaria del lugar en donde la junta se haya celebrado, y desde entonces
valdrá como escritura pública para todos los efectos legales, de acuerdo a lo señalado en el
inciso final del artículo 192 de la LQ.

c.10 Facultad para revocar al interventor designado en el convenio: El artículo 206 inciso 2
de la LQ, establece que el interventor podrá ser revocado, con el voto de uno o más de los
acreedores que representen más del 50 % del total pasivo de la quiebra con derecho a voto, con
acuerdo del deudor, o bien, sin este acuerdo, con el voto de uno o más de los acreedores que
representen a lo menos los dos tercios del pasivo con derecho a voto.

c.11 Facultad para designar síndico titular y suplente en caso de que se rechace por la junta
las proposiciones de convenio judicial preventivo: Ya que, de acuerdo al artículo 209 inciso
tercero de la LQ, la junta que rechace las proposiciones de convenio judicial preventivo deberá
señalar los nombres de un síndico titular y uno suplente, a quienes el tribunal deberá designar
con el carácter de definitivos. No podrán ser nombrados para tales cargos quienes lo hayan sido
en conformidad al número 1 del artículo 174

115
Estas personas podrán votar en la junta solo para los efectos de oponerse al convenio, y en tal caso, sus
créditos se sumarán al del pasivo para efectos de realizar la votación (artículo 193 de la LQ).

122
d. La Superintendencia de Quiebras: A la Superintendencia de Quiebras le corresponde una
intervención bastante disminuida en la regulación que establece la Ley N ° 20.073 en materia de
convenios concursales, a saber dicha intervención se refiere a lo siguiente:

d.1 Ejercer la Fiscalización del Experto Facilitador: En efecto, el artículo 177 ter inciso 1,
establece que el experto Fiscalizador queda sometido a la fiscalización de la Superintendencia, la
cual ejercerá dicha fiscalización sobre la base de todas sus atribuciones establecidas en el
artículo 8 de la LQ.

d.2 Llevar un registro especial de expertos facilitadores: El artículo 177 ter inciso 6, establece
que la Superintendencia debe llevar un registro de expertos fiscalizadores, en el cual se
procederá a inscribir a todas aquellas personas que se desempeñan como tales. Para efectos de
dicha inscripción, la norma señala, que el experto facilitador designado debe comunicar, dicho
acontecimiento, dentro de las 24 horas siguientes a su designación. La norma no establece el
carácter de público o reservado de dicho registro, pero en función de lo establecido en el artículo
8 N ° 11 de la LQ, y de lo dispuesto en el artículo 8 de la Constitución Política de la República,
debe entenderse como público el registro especial de expertos facilitadores.

d.3 Ejercer la fiscalización de los expertos fiscalizadores en el caso que actúen como
intervinientes: En efecto, en el evento que se deduzcan impugnaciones al convenio judicial
preventivo del artículo 177 ter, el experto facilitador tendrá el carácter de interventor, y en tal
carácter, quedará sujeto a la fiscalización de la Superintendencia, de acuerdo a lo establecido en
el artículo 197 inciso 3 de la LQ.

d.4 Fiscalización de los síndicos que actúen como interventores: En el convenio aprobado
podrá estipularse la constitución de un interventor, que en razón de lo señalado en el artículo 206
inciso 1 de la LQ, puede o no ser síndico. En el primer caso, quedará sujeto en su carácter de
interventor a la fiscalización de la Superintendencia, en conformidad al artículo 206 inciso 5 de
la LQ. Si la persona designada no es síndico, no quedará afecta a tal intervención, pero
responderá de culpa leve en el ejercicio de su cargo, artículo 206 inciso 4 de la LQ, además de la
responsabilidad criminal que pudiera corresponderle.

123
e. Interventor: La figura del interventor tiene participación en la regulación de los convenios
concursales en las siguientes materias:

e.1 Designación de interventor cuando existe solicitud del deudor para el nombramiento de
un experto facilitador, de acuerdo al artículo 177 ter: El inciso 2 del artículo 177 ter dispone que,
en la resolución que el Tribunal dicte y que recaíga en la solicitud del deudor referente a la
designación de un experto facilitador, deberá el Tribunal designar a un interventor de los
negocios del deudor. El cual durará en funciones el tiempo intermedio entre la notificación a la
persona designada de la resolución que lo nombra, y el día de la junta citada por el Tribunal para
que decida sobre la solicitud del deudor, si es que en la misma no se designa a un experto
facilitador, o el día en que el experto facilitador asuma su cargo, si es designado por la junta
respectiva.

Las facultades del interventor en esta materia, por mandato del inciso 2 del artículo 177 ter,
son las siguientes:

(i) El interventor no podrá gravar ni enajenar los bienes del deudor. Sólo podrá enajenar
aquéllos expuestos a un próximo deterioro, o a una desvalorización inminente, o los que exijan
una conservación dispendiosa, y podrá gravar o enajenar aquéllos cuyo gravamen o enajenación
resulten estrictamente indispensables para el normal desenvolvimiento de su actividad (artículo
177 bis inciso 7, norma a la que se remite el artículo 177 ter inciso 2 para regular las facultades
del interventor).

(ii) Existe en el inciso 2 del artículo 177 ter de la LQ, una remisión a las normas del inciso 2
y 3 del artículo 102 de la LQ, sin embargo, dicha remisión es equivocada, porque la normativa
remitida establece la forma en como los acreedores cuyos créditos no se encuentran reconocidos
podrán votar en las juntas de acreedores que se celebren durante el juicio de quiebras, y de
dichas normas nada se puede colegir respecto de facultades que puedan corresponderle al
interventor, porque la actuación del síndico en dichas normas se remite a informar al juez de la
quiebra sobre la verosimilitud de la existencia y monto de los créditos todavía no reconocidos,
pero que hayan sido verificados a más tardar al segundo día hábil, que no sea sábado, anterior a

124
la fecha en que corresponda la celebración de la audiencia en que el juez decida quien tendrá
derecho a voto de los acreedores no reconocidos.

La remuneración del deudor será fijada por el juez, y será de cargo del deudor, gozando dicha
remuneración de la preferencia del artículo 2472 N ° 4 del Código Civil, esto es, de la primera
clase de créditos en el orden de prelación legal.

e.2 Presentación de nómina de acreedores con derecho a voto: El interventor en el caso del
artículo 177 ter inciso 2 (analizado en el punto anterior, e.1), deberá presentar una nómina de los
acreedores con derecho a voto, con diez días de anticipación a la fecha de celebración de la junta
que decida sobre la solicitud del deudor (artículo 179 inciso 1 de la LQ).

e.3 Durante la vigencia de un convenio: El convenio podrá establecer la designación de un


interventor, que podrá o no ser síndico de la nómina nacional de síndicos, que tendrá las
funciones y remuneraciones establecidas en el mismo convenio. Solamente podrá ser revocado
cuando los acreedores reúnan un quórum de uno o más acreedores que representen a más del
50% del total pasivo con derecho a voto, si es que cuentan con el consentimiento del deudor, o
en el evento que no exista consentimiento del deudor, requieren de la concurrencia de uno o más
acreedores que representen más de dos tercios del total pasivo con derecho a voto. El interventor
responderá de culpa leve en el ejercicio de su cargo, y si el designado como interventor, es al
mismo tiempo síndico inscrito en la nómina nacional de síndicos, estará sujeto a la fiscalización
de la Superintendencia de Quiebras (artículo 206 de la LQ).

Las atribuciones del interventor están establecidas en el artículo 207 de la LQ, las cuales son:

“1. Imponerse de los libros, documentos y operaciones del deudor;


2. Llevar cuenta de las entradas y gastos de los negocios del deudor;
3. Visar, en su caso, los pagos a los acreedores;
4. Cuidar de que el deudor no retire para sus gastos personales y los de su familia otras sumas
que las autorizadas en el convenio;

125
5. Rendir trimestralmente la cuenta de su actuación y la de los negocios del deudor, y
presentar las observaciones que le merezca la administración de este último. Esta cuenta será
enviada por correo a cada uno de los acreedores;
6. Pedir al tribunal ante el cual se tramitó el convenio que cite a junta de acreedores, siempre
que lo crea conveniente o cuando se lo pida alguno de ellos para tratar asuntos de interés común.
Todos los acuerdos de la junta deberán ser adoptados por la mayoría del pasivo del convenio,
con derecho a voto.
7. Impetrar las medidas precautorias que sean necesarias para resguardar los intereses de los
acreedores, sin perjuicio de los acuerdos que éstos puedan adoptar. Estas solicitudes se
tramitarán como incidente, y
8. Representar judicial y extrajudicialmente a los acreedores para llevar a efecto los acuerdos
que tomen en forma legal”.

En el evento de que se hubieran agravado el mal estado de los negocios del deudor, haciéndo
peligrar los derechos de los acreedores, se podrá hacer más estricta la intervención, o bien,
designar a un interventor si en el convenio no se hubiera designado (artículo 208 de la LQ). La
solicitud en busca de los dos objetivos anteriores, debe ser presentada por los acreedores que
representen la mayoría absoluta del total pasivo, con derecho a voto. Dicha solicitud deberá
tramitarse como incidente, ante el Tribunal ordinario que hubiera conocido del convenio, o ante
el tribunal arbitral a que hace referencia el artículo 178 de la LQ. La norma no señala a quién le
corresponde la designación del interventor, ante lo cual considero que debe designarlo por sorteo
el Tribunal que falla el incidente, en el evento que acoja la solicitud. Si los acreedores que
promueven el incidente señalan y nominan a las personas que deberán ser designadas en el
evento de que acoja su solicitud, a ellas debe el Tribunal elegir, por aplicación del criterio
privatista de designación que rige en general a partir de la dictación de la Ley N ° 20.004, que
modifico la Ley N ° 18.175, y en especial, porque de acuerdo a lo establecido en el artículo 206
inciso 1, corresponde a los acreedores la designación del interventor en el convenio. Ahora bien,
en el caso de que no exista proposición para nominar a alguna persona como interventor en la
solicitud de los acreedores, y en el evento que el Tribunal correspondiente, acoja la solicitud,
deberá procederse a un sorteo de acuerdo a lo señalado en el artículo 42 de la LQ, por ser el
mecanismo que la ley establece, como mecanismo subsidiario de designación en el evento que
los acreedores no la realicen. Como se podrá apreciar, en este evento, solamente la designación

126
recaerá sobre un síndico de quiebra, pues el sorteo se realiza sobre la base de las personas
inscritas en la nómina nacional de síndicos, de acuerdo a lo establecido en el artículo 42 de la
LQ.

f. Comité de Acreedores: Es un órgano que la normativa anterior a la Ley N ° 20.073 no


contemplaba y que puede surgir durante la vigencia de un convenio, si en el mismo convenio se
contiene la creación de este comité de acreedores, con las funciones y atribuciones que el mismo
convenio le entregue. Cabe resaltar que la norma nada establece, ni siquiera a modo ejemplar, de
cuales podrían ser sus funciones, sin embargo, podemos por vía de la analogía señalar como
posibles funciones las que el artículo 207 de la LQ establece respecto del interventor.

El comité de acreedores debe estar designado en el convenio, lo que debe entenderse en el


convenio suscrito originalmente, porque de acuerdo al artículo 190 inciso 6 de la LQ, el
convenio puede modificarme durante su vigencia, por lo cual, podría contemplarse en una
modificación sobreviviente, el establecimiento de un comité de acreedores.

Existe una duda que resulta de lo establecido en la primera parte del inciso 3 del artículo 206
de la LQ, que señala: “Sin perjuicio de lo anterior, en el convenio se podrá designar una
comisión de acreedores (…)”. La incógnita se debe a que, podrá plantearse si es posible designar
a un comité de acreedores conjuntamente con un interventor. Yo creo, que la norma al establecer
que: “Sin perjuicio de lo anterior (…)”, está queriendo excluir la posibilidad de que
conjuntamente exista un interventor y un comité de acreedores, por cuanto la existencia de
ambos puede implicar en el desempeño práctico una interferencia de funciones, con lo cual se
imposibilitaría el normal cumplimiento de sus atribuciones, pudiendo surgir conflictos
innecesarios, lo cual se agrava más todavía, si pensamos que no existe norma legal que limite de
modo alguno las funciones que le corresponde al comité de acreedores, siempre sobre la base
que no podrá ejercer funciones que escapen de su natural función de observador y denunciador
de las labores del deudor. Por lo anterior, sería posible y correcto legalmente que un convenio
que originalmente cuando empezó a regir, sólo contemplaba la existencia de un interventor, en
una modificación posterior se acuerde revocar al interventor y se proceda a la designación de un
comité de acreedores, siempre que se cuente con el quórum necesario para ambas situaciones, no
siendo posible la existencia coétanea del cómite de acreedores y un interventor.

127
Lo importante de recalcar es que, una de las diferencias entre el comité de acreedores y el
interventor, es que en el primero siempre van a ser los mismos interesados directos en la
administración del deudor, quienes ejerzan las funciones que le competan, sin embargo, en el
caso del interventor, el mismo puede ser una persona extraña a los acreedores.

La responsabilidad civil de este comité de acreedores se estructura sobre la base de la culpa


leve. No quedando sujeto a la fiscalización de la Superintendencia, todo de acuerdo a lo
establecido en el inciso 3 y 4 del artículo 206 de la LQ.

g. Síndico: El síndico tienen en materia de convenios concursales la siguiente participación:

g.1 Participación en el convenio judicial preventivo del artículo 173: Las proposiciones de
convenio judicial preventivo, que realice el deudor una vez notificada que la solicitud del
acreedor que requiere del deudor dichas proposiciones, según el artículo 172, aparte de contener
todos los antecedentes que señala el artículo 42 de la LQ, y la indicación expresa con domicilio
en Chile de los tres mayores acreedores, debe indicar una proposición de honorarios para el
síndico que sea designado. En efecto, una vez que el tribunal toma conocimiento de la lista de
los tres acreedores con mayores montos de crédito respecto del deudor, debe ordenar al
secretario que en el más breve plazo posible, efectué una notificación fidedigna al acreedor con
mayor crédito de los indicados en la lista, de la solicitud del acreedor, y de la proposiciones del
deudor, a efectos de que dicho acreedor, nomine a un síndico de la nómina nacional de síndicos,
por medio escrito, y dentro del plazo de cinco días desde el momento de la notificación. Si
dentro de dicho plazo el acreedor no hiciera la nominación respectiva, o bien, según certificado
del secretario fuera imposible notificar a dicho acreedor en breve plazo, el Tribunal ordenará
notificar al acreedor que aparezca con segundo mayor crédito en la lista respectiva. Si esta
segunda notificación fuera imposible de notificar por cualquier motivo, la designación del
síndico se realizará por sorteo, en la forma que establece en el artículo 42 de la LQ, de todo cual
se dejará constancia pormenorizada en el expediente.

El tribunal designará al sindico titular y suplente en la forma señalada en el párrafo anterior, y


en la misma resolución en que designe al síndico, deberá indicar las menciones que señala el

128
artículo 174 de la LQ, las siguientes menciones del artículo 174 tienen importancia en relación
con el síndico:

(i) El deudor quedará sujeto a la intervención el síndico, que ejercerá su cargo con las
funciones que establece el artículo 294 del CPC (artículo 174 N ° 1)

(ii) Que el síndico informe al Tribunal sobre las proposiciones de convenio en un plazo de
veinte días, prorrogables por una sola vez, por un plazo de diez días, a instancia del síndico.
Dicho informe debe contener:
“a) la calificación fundada acerca de si la propuesta es susceptible de ser cumplida, habida
consideración de las condiciones del deudor;
b) la apreciación de si el convenio resultará más conveniente para los acreedores que la
quiebra del deudor, y
c) el monto probable de recuperación que le correspondería a cada acreedor valista en la
quiebra, para los efectos del artículo 190 inciso segundo.
Si el síndico no presentare el informe dentro del plazo indicado, el deudor o cualquiera de los
acreedores podrá ocurrir al juez para que le fije un nuevo plazo o para que asuma el cargo el
síndico suplente, y para que además, fije nuevo día y hora para la junta.
El síndico informante deberá presentar una cuenta final de su intervención dentro del plazo de
30 días contado desde que el convenio entre en vigencia” (artículo 174 N ° 2)

(iii) Que se notifique personalmente esta resolución al síndico titular y suplente, para los
efectos de lo dispuesto en el artículo 26, y por cédula a los tres mayores acreedores a que se
refiere el inciso primero del artículo anterior (artículo 174 N ° 5)

(iv) Que dentro de tercero día de efectuada la última notificación a las personas señaladas en
el inciso primero del número precedente, el síndico titular, los tres mayores acreedores a que se
refiere el número anterior y el deudor, asistan a una audiencia, que se efectuará con los que
concurran, para pronunciarse sobre la proposición de honorarios del síndico que el deudor ha
debido hacer en las proposiciones de convenio. Si no se produjere acuerdo sobre el monto de los
honorarios y forma de pago o no asistiere ninguno de los citados, se fijarán por el juez sin
ulterior recurso.

129
En caso de quiebra, la suma correspondiente al 50% de los honorarios del síndico gozará de
la preferencia del número 4 del artículo 2472 del Código Civil (artículo 174 N ° 6).

g.2 Respecto de la participación como experto facilitador de síndicos de la nómina nacional


de síndicos: El artículo 177 ter inciso 5, establece que el experto facilitador podrá ser una
persona que se encuentre inscrita en la nómina nacional de síndicos. Sin embargo, si se llega a
declarar la quiebra del deudor sujeto al procedimiento del artículo 177 ter, no podrá dicha
persona ser considerada a efectos de ser designado síndico de quiebras.

g.3 Participación del síndico en el caso de convenio judicial preventivo del artículo 177
quáter: Si la proposición de convenio judicial preventivo hubiera sido presentada con el apoyo
de dos o más acreedores que representen más del 66% del total pasivo del deudor, el síndico que
se designe, para lo cual se sigue el procedimiento señalado en el artículo 173 de la LQ (ya visto
en el punto g.1), no tendrá la función de informar al Tribunal sobre las proposiciones de
convenio judicial preventivo, en los términos que lo establece el artículo 174 N ° 2 de la LQ.

g.4 Presentación de nómina de acreedores: El síndico en el evento que haya sido designado
en el caso de la regulación del artículo 177 ter, deberá presentar una nómina de acreedores con
derecho a voto, con diez días de anticipación a la fecha señalada para la celebración de la junta
(artículo 179 inciso 1). La exclusión, la inclusión, el aumento o la disminución de un crédito, de
la nómina anterior, sin motivo justificado por parte del síndico, serán consideradas para efectos
del artículo 8 N ° 9, como una falta grave.

g.5 Participación en la aprobación de los convenios judiciales: Para obtener las mayorías
necesarias para aprobar el convenio, un acreedor con derecho a votar podrá excluir a otro
acompañando vale vista a su orden por a lo menos la suma mínima que correspondería conforme
a la letra c) del número 2 del artículo 174, dentro del plazo de cinco días contado desde la
celebración de la junta. Transcurrido ese plazo, sin que se haya consignado dicha cantidad, se
considerará emitido el voto del acreedor que se intentó excluir. Para estos efectos, en el convenio
simplemente judicial, el síndico deberá informar en la junta en que se someta la aprobación del
convenio, sobre lo dispuesto en la letra c) del número 2 del artículo 174, esto es, sobre el monto

130
probable de recuperación que le correspondería a cada acreedor valista en la quiebra (artículo
190 inciso 2 de la LQ).

Además, el síndico se encuentra en la obligación de presentar su cuenta conforme lo


establece el párrafo 4: “De la cuenta del síndico y de la cesación en el cargo”, del Titulo III: “De
los síndicos”, de la Ley N ° 18.175 (artículo 201 inciso 4 de la LQ).

g.6 Participación en el evento que se deduzca una impugnación al convenio judicial. De


acuerdo a lo señalado en el artículo 197 inciso 3, una vez que se haya deducido impugnación al
convenio judicial, el síndico informante que esté actuando en calidad de tal, asumirá el carácter
de interventor, hasta que quede a firme la resolución que tenga por aprobado o rechazado el
convenio. Para estos efectos el síndico que actúa como interventor, tendrá las funciones ya
analizadas del artículo 207 de la LQ.

g.7 Participación como interventor durante la vigencia de un convenio judicial: Ya hemos


visto, que de acuerdo al artículo 206 de la LQ, se podrá establecer en el convenio judicial que el
deudor quede sujeto a una intervención. Podrá actuar en tal calidad una persona que reúna el
carácter de síndico de la nómina nacional de síndicos, teniendo las atribuciones y honorarios que
el mismo convenio señale. Responderá de su labor por culpa leve, y en el evento que la persona
designada como interventor sea un síndico quedará sujeto a la fiscalización de la
Superintendencia de Quiebras (artículo 206 incisos 1, 4 y 5).

g.8 En materia de rechazo del convenio judicial: Si se rechaza por la junta las proposiciones
de convenio judicial preventivo, la misma deberá designar al síndico titular y suplente a quienes
el Tribunal deberá nombrar con el carácter de síndicos definitivos. No pudiendo ser designados
quienes hubieran ejercido su cargo en razón del artículo 174 inciso 1 de la LQ. En el caso de que
se deseche el convenio judicial preventivo, el Tribunal deberá proceder a designar al síndico
titular de acuerdo al procedimiento que establece el artículo 42 de la LQ, rigiendo la misma
prohibición para ser designado síndico que señalamos anteriormente (artículo 209 incisos 3, y 4
de la LQ).

131
g.9 Participación en caso de que acoja la solicitud de nulidad o incumplimiento de un
convenio: Si el tribunal de primera instancia competente, acoge la solicitud de nulidad o
incumplimiento de un convenio, quedará sujeto el deudor, no obstante la apelación en ambos
efectos que pudiera intentarse, a la intervención de un síndico, que gozará de las funciones que
establece el artículo 294 del CPC (artículo 213 de la LQ).

En la demanda de nulidad o de declaración de incumplimiento del convenio, el demandante


señalará el nombre del síndico titular y del síndico suplente, y sólo a éstos el tribunal deberá
designar en la sentencia que dé lugar a la demanda y declare la quiebra. Estas designaciones no
podrán recaer en quienes hubieren ejercido el cargo a que se refiere el número 1 del artículo 174.
Si se interpusiere más de una demanda de nulidad o de declaración de incumplimiento del
convenio, el juez designará al síndico señalado en una de las demandas que se acojan (artículo
215 de la LQ).

h. Tribunal Arbitral: La instauración del órgano Tribunal Arbitral implica por una parte, el
ánimo del legislador de dar una señal hacía la privatización del sistema de quiebras, en lo que se
refiere a los concursos, porque la presentación de los mismos no se va a realizar ante los
tribunales ordinarios de justicia, sino que ante un tribunal arbitral de naturaleza privada, y por
otra parte, implica hacerse cargo de lo analizado anteriormente respecto de los antecedentes de la
legislación sobre convenios en lo que se refiere a la necesidad de que uno de los mecanismos
para profesionalizar la actividad de conocimiento y resolución de los convenios debe venir de
órganos técnicos, los cuales normalmente no se encontrarán en los tribunales ordinarios. De más
esta señalar que la existencia de estos Tribunales Arbitrales ayudará a la descongestión de las
causas ante los tribunales.

El artículo 180 inciso 1° nos señala que las proposiciones de convenio judicial preventivo de
las sociedades sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y Seguros, con
excepción de las compañías de seguros116, deberán ser presentadas ante un Tribunal Arbitral.

116
Puesto que tienen una normativa especial, consagrada en el decreto con fuerza de ley N ° 251, de 1931,
sobre Compañías de Seguros

132
Lo primero que tenemos que dilucidar es cuales son las sociedades sujetas a la fiscalización
de la Superintendencia de Valores y Seguros. Ante lo cual el artículo 3 del Decreto Ley N °
3.538 del Ministerio de Hacienda117, que crea la Superintendencia de Valores y Seguros,
publicado en el día oficial el 23 de diciembre de 1980, nos señala: “Corresponde a la
Superintendencia de Valores y Seguros la superior fiscalización de:
a) Las personas que emitan o intermedien valores de oferta pública:
b) Las bolsas de valores mobiliarios y las operaciones bursátiles;
c) Las asociaciones de agentes de valores y las operaciones sobre valores que éstos realicen;
d) Los fondos mutuos y las sociedades que los administren;
e) Las sociedades anónimas y las en comanditas por acciones que la ley sujeta a su vigilancia:
f) Las empresas dedicadas al comercio de asegurar y reasegurar cualquiera sea su naturaleza y
los negocios de éstas, y
g) Cualquiera otra entidad o persona natural o jurídica que la presente ley u otras leyes así le
encomienden.
No quedan sujetas a la fiscalización de esta Superintendencia los bancos, las sociedades
financieras, las sociedades administradoras de fondos de pensiones y las entidades y personas
naturales y jurídicas que la ley exceptúe expresamente”.
El tribunal arbitral será unipersonal, de derecho118. La designación deberá realizarla el
presidente de la Corte de Apelaciones correspondiente al domicilio fijado en el estatuto de la
entidad proponente, que también será el domicilio del tribunal, de entre los abogados que hayan
ejercido la profesión por más de veinte años y que se encuentren inscritos en una lista que
llevará la Superintendencia de Valores y Seguros. Dicha lista tendrá el carácter de pública. La
aceptación del cargo deberá realizarse ante el secretario de la Corte de Apelaciones respectiva.
Además existirá un árbitro subrogante, que será designado por el presidente de la Corte de

117
Este artículo fue sustituido por el transcrito.La modificación provino del artículo 142 N ° 1 de la Ley N
° 18.046, publicada en el Diario Oficial de 22 de octubre de 1981. Esta ley es la de sociedad anónimas, por
lo que la determinación de cuales son las sociedades sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de
Valores y Seguros está en completa armonía con lo establecido en el 2 de la Ley N ° 18.046, y con lo
señalado en el artículo 1 a 4 del Reglamento de la Ley de Sociedades Anónimas. Con todo se recomienda
la lectura de dichas normas.
118
No obstante, podrá otorgarse el carácter de mixto al árbitro si consiente en ello el deudor y lo acuerdan
dos o más acreedores que representen más del 50% del total pasivo, cuando se trate de las sociedades a
que se refiere el artículo 180 inciso primero, o el 75% del total pasivo, en el caso del artículo 184. En estos
casos, el árbitro será designado por la misma junta de acreedores que le dé este carácter y la aceptación del
cargo deberá efectuarse en la forma señalada en el inciso final del artículo anterior (artículo 182 de la LQ).

133
Apelaciones, a proposición del árbitro titular de entre los abogados inscritos en dicha lista. El
árbitro contará con un secretario, que será un notario de la comuna en donde tenga su domicilio
el tribunal, quien deberá designarlo. El árbitro podrá ser sustituido por la Junta de Acreedores
con acuerdo del deudor (artículo 181 de la LQ).

La competencia del Tribunal Arbitral se extiende a todo cuanto sea necesario para la
tramitación de las proposiciones de convenio judicial preventivo y a los incidentes que se
promuevan durante el procedimiento, hasta que la resolución que lo tenga por aprobado se
encuentre ejecutoriada. Si el convenio fuere rechazado o desechado, el tribunal arbitral lo
declarará así en una resolución que será inapelable y remitirá de inmediato el expediente a la
Corte de Apelaciones respectiva, para que ésta designe el tribunal que declarará la quiebra sin
más trámite y proceda a la designación del síndico de conformidad al artículo 209 (inciso 2 del
artículo 180 de la LQ).

También, podrán ser sometidas a arbitraje las proposiciones de convenio de cualquier deudor
y no solamente de aquellos sujetos a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y
Seguros, si el deudor lo acuerda con los acreedores que representen el 66% o más del total
pasivo de la quiebra, siendo dichos créditos debidamente calificados.

Las facultades del Tribunal Arbitral están señaladas en el artículo 185 de la LQ, norma que
dispone, que son facultades de dicho Tribunal:

“1° Podrán admitir, además de los medios probatorios establecidos en el Código de


Procedimiento Civil, cualquier otra clase de prueba; y decretar de oficio las diligencias
probatorias que estime conveniente, con citación de las partes. Tendrán, además, en todo
momento, acceso a los libros, documentos y medios de cualquier clase en los cuales estén
contenidas las operaciones, actos y contratos del proponente del convenio; y
2° Apreciarán la prueba de acuerdo con las normas de la sana crítica, y deberán consignar en
la respectiva resolución los fundamentos de dicha apreciación”.

Cabe señalar que de acuerdo al artículo 178 inciso 4 de la LQ, en el convenio judicial
preventivo, podrá pactarse que las diferencias que ocurran entre el deudor y uno o más de sus

134
acreedores, o entre éstos, con motivo del convenio, y en especial en lo que se refiere a su
aplicación, interpretación y cumplimiento, declaración de nulidad o incumplimiento, u otra
materia que se establezca, puedan o deban ser sometidos al conocimiento o resolución de un juez
arbitro. En el mismo convenio se establecerá la naturaleza del arbitraje, y el mismo será
obligatorio para todos aquellos a quienes el convenio obligue. En el evento que el árbitro declare
nulo o incumplido el convenio, remitirá de inmediato el expediente a la Corte de Apelaciones
respectiva para que ella designe al Tribunal que deba declarar de oficio la quiebra del deudor
(inciso 5, y 6 del artículo 178 de la LQ). A este tribunal arbitral le corresponde también, las
funciones señaladas en los artículos 208 inciso 2 y 213 de la LQ, que han sido analizadas cuando
se estudió como órgano de los convenios concursales, al Tribunal en los puntos a.3, y a.5
respectivamente.

135
CAPITULO III
EL TRIBUNAL DE LA QUIEBRA.

EL TRIBUNAL DE LA QUIEBRA.

1. GENERALIDADES: La quiebra es un proceso jurisdiccional lo que implica que queda


entregada a la Administración de Justicia Ordinaria, o Poder Judicial, rigiéndose supletoriamente
por las normas que ordenan la actuación de los tribunales de justicia ordinarios.

Que la quiebra sea un proceso jurisdiccional, queda claro por lo que la doctrina denomina, la
“Condictio iuris”, o aquel presupuesto de la quiebra que, se traduce en la sentencia que declara
la quiebra. Ya que de acuerdo a lo establecido en el artículo 45 de la Ley N ° 18.175, le
corresponde al Tribunal de la Quiebra, constituir el estado de quiebra en virtud de la dictación de
una resolución judicial que la declare.

La Condictio iuris, como he señalado constituye uno de los presupuestos de la quiebra, esto
es, aquellos antecedentes necesarios que deben concurrir para que la quiebra tenga existencia
jurídica. Los otros presupuestos de la quiebra son: (i) el sujeto activo, que será normalmente uno
o más acreedores (artículo 39 de la Ley de Quiebras), o bien puede ser el mismo deudor (artículo
41 y 42 de la Ley de Quiebras), como también, el Tribunal de oficio; (ii) El sujeto pasivo, o
deudor insolvente; y, (iii) La concurrencia de los requisitos de la causal que habilita la
declaración de quiebras (artículo 43 de la Ley de Quiebras).

El Tribunal que sea competente se pronunciará sobre la solicitud de quiebra a la brevedad


posible, con audiencia del deudor, la que tendrá carácter informativo, y no dará lugar a incidente
alguno y debiendo el Tribunal cerciorarse, por todos los medios a su alcance, de la efectividad de
las causales invocadas, según lo dispuesto en el artículo 45 de la Ley N ° 18.175. Esto es, el
Tribunal competente debe verificar la concurrencia de los presupuestos que habilitan la
declaración de la quiebra, en un procedimiento sumarísimo de carácter inquisitivo, en el cual de
oficio debe proceder a hacer todas las averiguaciones que sean necesarias para poder apreciar si
concurren las causales invocadas por el peticionario. Si concurren los presupuestos, el Tribunal
de la Quiebra, deberá dictar una sentencia definitiva (artículo 52 de la Ley N ° 18.175 y 169 del

136
CPC), que da origen al estado de quiebras119, y que ha llevado a algunos a señalar que la quiebra
es una institución que puede definirse como: “La insolvencia judicialmente declarada”120. La
sentencia definitiva en el proceso de quiebra la constituye la propia declaración de falencia que
dicta el Tribunal de la quiebra, con la que se abre la quiebra como procedimiento concursal, de
manera que es ella, con sus peculariedades, la que debe pronunciarse sobre los presupuestos a
los que hemos hecho mención anteriormente121. En suma, al órgano de la quiebra que le
corresponde determinar si la quiebra procede en derecho, es al Tribunal de la quiebra, a cuyos
efectos deberá dictar una sentencia definitiva que declara la quiebra, como procedimiento
concursal, la que deberá reunir los requisitos señalados en el artículo 52 de la Ley N ° 18.175, y
en el artículo 169 del CPC.

Hemos señalado que la sentencia definitiva que dicta el Tribunal de la Quiebra, abre la
quiebra como procedimiento concursal, con esto sostengo que la quiebra como institución
procesal nace con la declaración de la quiebra, lo que no niega ni se opone a que con
anterioridad a dicha declaración no exista una situación de hecho que esté determinada por una
situación económica crítica para el deudor, que se refiere a la cesación de pagos. Con lo anterior
quiero expresar que la actividad de los órganos que intervienen en la quiebra, y la ordenación
procesal de su actuación sólo se produce una vez que se ha declarado la quiebra, y no en la
situación de hecho de carácter económica que sufría el deudor en estado de cesación de pagos,
pero antes de la declaración judicial de su quiebra, de ahí la importancia del Tribunal de la
Quiebra, pues abre el proceso concursal de la quiebra, y con ello se produce la actuación de los
diversos órganos que en esta tesis tratamos.

Pues bien, la sentencia que dicta el Tribunal dando apertura al proceso de quiebra, presenta el
carácter de ser una sentencia constitutiva, ya que, crea un estado jurídico nuevo que antes no

119
Para algunos autores la quiebra no constituye un estado, si por: “estado” se quiere expresar sinonimia
con el desasimiento, por lo anterior se señala: “(…) Se cae nuevamente en la falacia de que la quiebra
constituye un estado. Ello (…) no es real: Existe el estado económico del deudor, de hecho pero no de
derecho, denominado cesación de pagos, allí está el estado, pero no en la situación de bienes del deudor
respecto del cual se abrió el concurso”. PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 157-161.
120
LASALVIA COPENE, RAFAEL. Los presupuestos de la Quiebra. Separata curso profundizado.
Universidad de Chile, pp: 19.
121
Esto no quiere decir que los presupuestos de la quiebra sean parte integrantes de la estructura del juicio
de quiebra como lo sostiene la tesis sustancialista de la quiebra. PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp:
157-161.

137
existía, y da lugar a una ejecución colectiva y universal que produce los efectos inmediatos de la
declaración de la quiebra, los cuales son: el desasimiento de los bienes del fallido (artículo 64 de
la Ley N ° 18.175), la fijación irrevocable de los derechos de los acreedores (artículo 66 de la
Ley N ° 18.175) , la exigibilidad anticipada de todas sus deudas (artículo 67 de la Ley N °
18.175), la acumulación de juicios o competencia vis attractiva del Tribunal de la Quiebra
(artículo 70 de la Ley N ° 18.175), impide toda compensación que no hubiera operado antes por
el ministerio de la ley (artículo 69 de la Ley N ° 18.175), y la suspensión del derecho a ejecutar
individualmente al fallido (artículo 71 de la Ley N ° 18.175). Cabe resaltar que la sentencia que
declara la quiebra produce sus efectos de inmediato, por el solo hecho de su pronunciamiento,
con lo que constituye una excepción al artículo 38 del CPC, que señala que las sentencias solo
producen sus efectos una vez que se hayan notificado, salvo claro, las excepciones legales,
siendo ésta situación una de ellas.

La dictación por el Tribunal de la quiebra, de la sentencia que abre el proceso de la quiebra,


rompe con el principio de la pasividad que rige la actuación de los tribunales en su actividad
jurisdiccional, y con la máxima latina: “En procedat index ex officio”, que implica que el órgano
jurisdiccional no puede proceder de oficio, sino a petición de parte. Este principio se encuentra
establecido en el inciso 1 ° del artículo 10 del COT, el cual nos señala que los tribunales no
podrán ejercer su jurisdicción, sino que sólo a petición de parte, salvo en los casos en que la ley
los faculte para proceder de oficio. Este principio de ejercicio de la jurisdicción guarda estrecha
relación con el principio formativo del procedimiento denominado: “dispositivo”, que implica
que el juicio pertenece a las partes, y que tiene como contrapartida al principio: “inquisitivo”, el
cual, concebido en términos amplios, implica que el juez se encuentra obligado a iniciar de
oficio el procedimiento, y realizar dentro de éste todas las investigaciones tendientes a
determinar los hechos involucrados en el proceso. Como se puede apreciar, en la situación de la
declaración de quiebra, nos encontramos con un proceso concentrado de cognición, regido por la
actividad del tribunal que rompe la regla general de pasividad, y vinculado con una actividad
propia del principio inquisitivo, en el cual la intervención de los interesados, en este caso, el
deudor en cesación de pagos, sólo se limita a ser informado de la solicitud de quiebra, debiendo
el Tribunal realizar todas las gestiones de oficio para determinar si la quiebra procede en
derecho, de acuerdo a la concurrencia o no de sus presupuestos. Esta sentencia, a su vez, rompe
el principio propio de la relatividad de las sentencias, por cuanto sus efectos no sólo se producen

138
respecto del acreedor peticionario (si es el caso que un acreedor pide la quiebra) y el deudor,
sino que respecto de todos, en virtud de su efecto erga ommes, haciendo excepción al artículo 3
del Código Civil y 170 del CPC. Lo cual se fundamenta en el principio de universalidad de los
procedimientos concursales, que tiene dos alcances, uno subjetivo122 (porque tienden a
comprender a todos los acreedores, aunque sean ilíquidos, condicionales o a plazo, persiguiendo
la realización del derecho de todos), y otro objetivo (para significar que tienden a comprender
todos los bienes del deudor, y a hacer efectivo el derecho de prenda general de los acreedores)123.

Pasaremos ahora, a estudiar con mayor detenimiento al Tribunal de la Quiebra, como órgano
público establecido en la ley, para el ejercicio de la actividad jurisdiccional.

2. TRIBUNAL COMPETENTE: Etimológicamente la voz Tribunal proviene del latín. Es un


derivado de tribunus, siendo el tribunal el lugar en donde actuaban los tribunos, más tarde los
diversos magistrados, principalmente los jueces. Finalmente se les llamó así, por metonimia, al
conjunto de jueces actuantes124.

El Tribunal es el órgano público establecido en la ley, para los efectos de ejercer la función
jurisdiccional, a través del debido proceso125.

Eduardo Couture define al tribunal como: “el órgano del Poder Judicial, unipersonal o
colegiado, investido de la función jurisdiccional”126.

122
El principio de la universalidad subjetiva también se denomina de la generalidad de la quiebra.
123
Sin embargo, es posible afirmar que, la universalidad objetiva y subjetiva, son un elemento natural y no
sustancial de la quiebra, porque, por una parte, en la quiebra no concurren todos los acreedores (sólo
concurren los de dinero, y exclusivamente los que son titulares de acreencias perfeccionadas con
anterioridad a la apertura de ellos), y por otra, no afectan a todos los bienes ejecutables del deudor.
124
COUTURE, EDUARDO. Vocabulario Jurídico. 1983. Editorial Desalma. Buenos Aires, Argentina. 2°
reimpresión., pp: 572.
125
MATURANA CRISTIAN. Los órganos jurisdiccionales, los árbitros. Los auxiliares de la
administración de justicia y los abogados. Mayo, 2003. Facultad de Derecho, de la Universidad de Chile.
Departamento de Derecho Procesal., pp: 3.
126
COUTURE, EDUARDO. Ob. Cit., pp: 572.

139
Para los efectos de determinar el carácter de tribunal de un órgano público debe atenderse a la
función que desempeña según las facultades conferidas por la ley, puesto que la función es la
que caracteriza al órgano y no el órgano el que caracteriza a la función.

2.1 Reglas de Competencia: En Chile el tribunal competente para conocer de la quiebra es en


razón de la materia (elemento de la competencia relativa) el Tribunal civil ordinario de primera
instancia. Esto es, se trata de un tribunal ordinario de aquellos a quienes les corresponde el
conocimiento de la generalidad de los conflictos que se promuevan en el orden temporal dentro
del territorio en que les corresponda ejercer jurisdicción (artículo 5 inciso 1 ° del COT). No se
trata por tanto, de un Tribunal especializado o profesionalizado en materias concursales, por lo
que no goza de la idoneidad especial para poder resolver las materias propiamente concursales.

El siguiente elemento de la competencia relativa es el fuero personal, que en algunos casos


modifica la jerarquía del tribunal naturalmente competente. Sin embargo, este elemento no
incide en materia concursal, ya que el artículo 4 de la Ley N ° 18.175, señala: “Aun cuando entre
los acreedores haya personas que gocen de fuero especial, conocerá del juicio de quiebra el
tribunal que sería competente sin esa circunstancia”. Por lo tanto, el elemento de competencia
relativa, fuero, no es considerado en relación con los acreedores que intervienen en una quiebra,
de manera que si uno de los acreedores del deudor, es una persona que goza de fuero, no por ello
se modifica la competencia del tribunal que naturalmente es competente para conocer de la
quiebra. Ahora bien, nada señala la Ley N ° 18.175, ni el Código Orgánico de Tribunales, en lo
que se refiere a que el deudor fallido, sea una persona que tenga un fuero especial. Sin embargo,
aplicando el principio de la analogía en esta situación, debemos concluir que el fuero personal
del deudor no debe ser considerado para determinar el tribunal competente para conocer de la
quiebra127.

Respecto del elemento de competencia relativa, territorio, el artículo 154 del Código
Orgánico de Tribunales señala: “Será juez competente en materia de quiebras, cesiones de bienes
y convenios entre deudor y acreedores el del lugar en que el fallido o deudor tuviere su
domicilio”. Con ello se nos indica que en lo que respecta a todos los procedimientos concursales
el tribunal competente es el del domicilio del deudor o fallido. El artículo 154 del COT, regula la
127
TORRES, OSCAL ZAGAL. Ob. Cit., pp: 15.

140
situación en aquellos casos en que el deudor o fallido sea una persona natural, sin embargo, no
trata aquella situación en la cual, la persona fallida sea una persona jurídica, pues a ese respecto
existe una norma especial establecida en el artículo 142 inciso 1 ° del Código Orgánico de
Tribunales que dispone: “Cuando el demandado fuere una persona jurídica se reputará por
domicilio, para el objeto de fijar la competencia del juez, el lugar donde tenga su asiento la
respectiva corporación o fundación”.

Ahora bien, el inciso 2 ° del artículo 142 del COT, regula la situación que se produce cuando
las personas jurídicas fallidas tengan más de un establecimiento comercial, indicándonos: “Y si
la persona jurídica demandada tuviere establecimientos, comisiones u oficinas que la representen
en diversos lugares como sucede con las sociedades comerciales, deberá ser demandada ante el
juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina que celebró el contrato o que
intervino en el hecho que da origen al juicio”. Es importante dejar en claro, que la Ley N °
18.175, ni el COT, tratan la situación en la cual una persona natural tenga más de un
establecimiento o domicilio. Pues, el artículo 154 del COT, sólo se refiere cuando el fallido o
deudor persona natural tenga un solo domicilio. Pues bien, ante esta laguna normativa, debemos
integrar aquella situación, aplicando la misma norma establecida en el artículo 142 inciso 2 ° del
COT, al evento en que una persona natural deudora o fallida tenga más de un domicilio, siendo
en tal caso, competente para conocer de la quiebra del deudor, el juez del lugar donde exista el
establecimiento, comisión u oficina que celebró el contrato o que intervíno en el hecho que dio
origen a la petición de declaración de quiebra.

El Tribunal de la quiebra es un tribunal:

- Atendiendo a su órbita de competencia, de carácter ordinario, pues es de


aquellos que les corresponde el conocimiento de la generalidad de los conflictos que se
promuevan en el orden temporal dentro del territorio nacional, artículo 5 inciso 1 ° del
COT.
- Atendiendo a su preparación técnica, se trata de un tribunal letrado, pues es de
aquellos en que la función jurisdiccional es ejercida por jueces que necesariamente
requieren poseer el título de abogado. Sin embargo, no se trata de un Tribunal

141
especializado en materias concursales, ni económica, por reunir el carácter de ordinario
recién señalado.
- Atendiendo al tiempo que los jueces duran en sus funciones, se trata de un
Tribunal perpetuo, pues son aquellos en que los jueces son designados para ejercer
indefinidamente el cargo y permanecen en él mientras dure su buen desempeño y no
alcancen la edad de 75 años.
- Atendiendo a su nacimiento y duración frente a la comunidad, se trata de un
tribunal común o permanente, pues siempre y continuamente se encuentran a disposición
de la comunidad, cualquiera sea el asunto sometido a su conocimiento, salvo ley expresa
en contrario.
- Atendiendo al lugar en que ejerce su función, se trata de un tribunal sedentario,
pues es de aquellos que deben ejercer sus funciones dentro de un determinado territorio
jurisdiccional, teniendo su asiento en un lugar determinado de ella al cual deben acudir
las partes para los efectos de requerirle el ejercicio de su función..
- Atendiendo a su jerarquía, se trata de tribunales inferiores, esto es de un juez de
letras, correspondiéndole a la Corte Suprema resolver las contiendas de competencia que
se promuevan entre ellos y las autoridades políticas o administrativas, según el artículo
79 inciso final de la Constitución Política de la República.
- Atendiendo a la extensión de la competencia que poseen, se trata de tribunales
de competencia común, pues estamos en presencia de tribunales ordinarios que están
facultados para conocer de toda clase de asuntos, cualquiera sea su naturaleza, salvo que
una ley especial determine que cierta competencia le corresponde a un tribunal de
competencia especial.
- Atendiendo a la forma en que resuelven el conflicto, se trata de tribunales de
derecho, pues deben pronunciar su sentencia para resolver el conflicto con sujeción a lo
establecido en la ley, siendo la regla general en nuestro derecho, de acuerdo a lo
establecido en el artículo 170 N ° 5 del CPC. Este carácter queda claramente establecido
en el artículo 45 de la Ley de Quiebras, en donde debe verificar la concurrencia de las
causales invocadas a efecto de declarar la quiebra del deudor o fallido.

De lo que hemos analizado, podemos concluir que el Tribunal de la Quiebra, en el


conocimiento y resolución de este procedimiento concursal, da lugar a varias situaciones

142
excepcionales, en lo que se refiere al ejercicio mismo de la jurisdicción, por lo mismo reviste
importancia analizar de que manera juegan las bases de la jurisdicción en la labor que
desempeña el tribunal de la quiebra.

El ejercicio de la función jurisdiccional se encuentra entregado a los tribunales establecidos


por la ley, de acuerdo a lo previsto en el artículo 73 de la Constitución Política. Para el adecuado
ejercicio de la función jurisdiccional por parte de los tribunales, se han establecido diversos
principios fundamentales en la Constitución Política de la República, en el Código Orgánico de
Tribunales y en otros cuerpos legales. Las bases para el ejercicio de la jurisdicción son todos
aquellos principios establecidos por la ley para el adecuado y eficiente funcionamiento de los
órganos jurisdiccionales128. Lo más importante en esta materia, es que se rompe el principio de
pasividad del Tribunal civil ordinario, consagrado en el artículo 10 del COT, y se da lugar, con
las facultades de declarar la quiebra de oficio, que ya serán analizadas más adelante, al principio
de la oficialidad, en donde compete en múltiples ocasiones al Tribunal llevar a cabo diligencias,
sin esperar la participación y actividad de las partes. Lo anterior lleva a la modificación de otra
base de la jurisdicción normal en los Tribunales Ordinarios Civiles, cual es el principio
dispositivo, que en esta materia deja lugar al principio inquisitivo, por las razones de orden
público que se encuentran detrás de la cesación de pagos del fallido, y que implican que el
proceso de quiebras es llevado adelante con la participación activa del Tribunal. Pues bien los
demás principios o bases del ejercicio jurisdiccional, se aplican de la misma forma que en
cualquier otro Tribunal, y son, la legalidad, independencia, inamovilidad, responsabilidad,
territorialidad, jerarquía, publicidad, sedentariedad, competencia común, inavocabilidad,
inexcusabilidad, gratuidad, autogeneración incompleta, y continuatividad129.

2.2 Competencia de Atracción o Vis Attractiva: Declarada la quiebra del deudor, se produce
como efecto inmediato de la sentencia declaratoria de la quiebra, la acumulación de juicios
pendientes ante el Juez de la Quiebra, y que pueden afectar sus bienes, ordenada por el artículo
70 de la Ley N ° 18.175, que dispone: “Todos los juicios pendientes contra el fallido ante otros
tribunales de cualquiera jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, se acumularan al juicio de

128
MATURANA, CRISTIAN. Ob. Cit., pp: 13.
129
Para mayor información de esta materia propia del derecho procesal orgánico, ver: MATURANA,
CRISTIAN. Ob. Cit., pp: 13 a 54.

143
la quiebra. Los nuevos juicios que se entablen contra la masa se sustanciarán también ante el
tribunal que conozca de la quiebra”.
“Sin embargo, los juicios posesorios, los de desahucio, los de terminación inmediata del
arrendamiento, los de que actualmente estuvieren conociendo los jueces árbitros, y los que,
según la ley, deben someterse a compromiso, seguirán sustanciándose o se promoverán ante el
tribunal que conozca o deba conocer de ellos”.
“Los juicios ordinarios acumulados a la quiebra seguirán tramitándose según el
procedimiento que le corresponda de acuerdo a su naturaleza, hasta que quede ejecutoriada la
sentencia definitiva. Condenado el fallido, el síndico dará cumplimiento a lo resuelto en la
forma que corresponda”.
“Los juicios ejecutivos, cuando haya excepciones opuestas, se seguirán tramitando con el
síndico hasta que se dicte sentencia de término. Los demás se paralizarán el estado que se
encuentren y los acreedores usarán de su derecho en la forma que establece la ley. Cuando al
tiempo de la declaración de quiebra hubiere algún juicio ejecutivo pendiente por obligaciones de
hacer y existieren ya depositados los fondos para el objeto, continuara la tramitación para esta
clase de juicios, hasta la total inversión de dichos fondos o hasta la conclusión de la obra que con
ellos deba pagarse. En los demás casos, sólo podrá el acreedor continuar o iniciar sus gestiones
para que se considere su crédito por el valor de los perjuicios declarados o que se declaren”.
“Los embargos y medidas precautorias que estuvieren decretados en los juicios que se
agregan a la quiebra quedarán sin valor desde que ella se declare, siempre que se refieran a
bienes que, sin aguardar el resultado de dichos juicios, deban realizarse en la quiebra o ingresar a
ella”.

Asimismo se refiere a la vis attractiva, el artículo 52 N ° 4 de la Ley N ° 18.175, cuando


dispone: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 169 del Código de Procedimiento Civil, la
sentencia definitiva que declare la quiebra contendrá, además: 4.- La orden de acumular al juicio
de quiebra todos los juicios contra el fallido que estuvieran pendientes ante otros tribunales de
cualquier jurisdicción y que puedan afectar sus bienes, salvo las excepciones legales”.

144
Todos los juicios en que el fallido sea demandado deben acumularse al tribunal de la
quiebra. La quiebra es universal en los bienes130 (principio de la universalidad objetiva),
entonces el tribunal más capacitado para conocer de estos juicios es el de la quiebra el cual
tiene una visión de conjunto. De manera que, los nuevos juicios que se entablen en contra
del fallido deben sustanciarse también ante el tribunal de la quiebra. Esta regla tiene
excepciones de 2 órdenes:

1.- Todos aquellos juicios que requieren tramitación rápida para ser eficaz, esto es,
aquellos del CPC.

2.- Los que conocen los jueces árbitros, como por ejemplo, el juicio de partición.

Lo anterior, es lo que la doctrina se conoce con el nombre de competencia o fuerza de


atracción que ejerce el juicio de quiebra sobre los demás juicios pendientes del fallido131.
Salvatore Satta, señala: “En línea abstracta podría pensarse que la quiebra ejercita, como
suele decirse, una vis atractiva (sic), es decir que todas esas controversias fueran confiadas
para la decisión al tribunal de la quiebra con exclusión de cualquiera otra competencia”132.

La consagración de esta vis attractiva, implica afectar el principio general de


competencia de la radicación, que se encuentra establecido en el artículo 109 del Código
Orgánico de Tribunales, y que señala: “Radicado con arreglo a la ley el conocimiento de un
negocio ante tribunal competente, no se alterará esta competencia por causa sobreviviente”.
De manera, que no obstante estar radicado un asunto ante tribunal competente, y siendo la
declaración de quiebra, una causa sobreviviente, en la terminología del artículo 109 del
Código Orgánico de Tribunales, de todas maneras, el asunto, deberá acumularse al juicio de
quiebra, siempre que pueda afectar sus bienes, y salvo las excepciones legales.

130
Ver, pies de páginas N ° 4, y 5.
131
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 16.
132
SATTA, SALVATORE, Ob. Cit., pp: 17.

145
Carlos Concha señalan, que además de la existencia del principio de la universalidad en
sentido objetivo y subjetivo, en los términos indicados anteriormente, en el proceso de
quiebras, podemos establecer la existencia de una universalidad del sistema concursal en un
sentido procesal, con lo que se quiere poner de manifiesto que sólo puede existir un solo
procedimiento concursal que afecte los bienes de una persona, en un momento dado133. Con
la enunciación de este principio de la universalidad procesal se quiere poner de manifiesto
también, que la apertura de estos procedimientos produce una especie de vis attractiva, sobre
otros procesos que afecten el patrimonio concursado, dando lugar a la acumulación
concursal de autos. Sin embargo, esta universalidad procesal no es esencial al proceso de
quiebras, sino que de su naturaleza. Pues, la unidad de procedimiento se rompe en aquellos
sistemas que, como el nuestro, no comprenden todos los bienes futuros del deudor, de
manera que es posible la apertura de otro mecanismo sobre los bienes ejecutables no
comprendidos.

El fundamento de esta competencia especial, la encontramos en el carácter indivisible y


universal de la quiebra. Recordemos que el artículo 2 de la Ley N ° 18.175, indica: “La
quiebra produce para el fallido y todos sus acreedores un estado indivisible. Comprenderá,
en consecuencia, todos los bienes de aquél y todas sus obligaciones aún cuando no sean de
plazo vencido, salvo aquellos bienes y obligaciones que la ley expresamente exceptúe”.
Todo este estado indivisible que se crea con la quiebra, se produce dado que nos
encontramos en presencia de una ejecución colectiva, que tiene su justificación, en términos
de Salvatore Satta, en la coligación funcional entre varias obligaciones134. Esto es, cuando el
incumplimiento de las obligaciones se multiplica y expande, se produce una disgregación del
valor de la empresa o sociedad, que también se expande a su vez, a las personas que con él
contratan. Interesa desde ese momento, la generalidad de los acreedores, los que se ven en el
riesgo de perder las garantías de sus créditos, ya sea en la continuación del ejercicio de la
empresa, ya por el mismo incumplimiento que aquel acreedor singular llegue a tener. Se
produce entre los acreedores, una situación de solidaridad económica: “(…) la que implica

133
CONCHA, CARLOS. Ob. Cit., pp: 24-25.
134
SATTA, SALVATORE, Ob. Cit., pp: 31.

146
que así como ellos han compartido el riesgo de la empresa, así también deben dividirse en
partes iguales las pérdidas”135. Surge así la necesidad de sustituir la ejecución individual, por
un procedimiento que, partiendo del presupuesto declarado de la imposibilidad del deudor de
satisfacer todas sus obligaciones, aunque fueran manifestada por un solo incumplimiento,
mire a la satisfacción de todas esas obligaciones, y todas en igual medida, salvo causales de
preferencia, y no con uno o varios de los bienes determinados, sino que con todo el
patrimonio del deudor136. Para que lo anterior sea posible, se requiere que se busque la unión
de todos los procedimientos que se han ventilado ante los tribunales de justicia, y que se
refieran a los bienes del deudor, en un solo procedimiento, logrando de esta manera la
coherencia en las distintas litis, objetivo que es la base para la acumulación concursal, y la
justificación de la ejecución colectiva concursal, que requiere la determinación de la masa
pasiva, y de la masa activa de la quiebra.

3. ATRIBUCIONES DEL TRIBUNAL DE LA QUIEBRA: Hemos indicado que el Tribunal


de la Quiebra interviene con atribuciones de variada naturaleza en la quiebra. Así, podemos
reconocer funciones propiamente jurisdiccionales, y otras de naturaleza administrativa, todo lo
cual reafirma lo que hemos reseñado, en cuanto el Tribunal de la Quiebra tiene amplias
facultades en el ámbito de este procedimiento concursal. El Tribunal de la Quiebra, conoce del
juicio de quiebras, al que hace referencia el artículo 1 de la Ley N ° 18.175, que dispone: “El
juicio de quiebra tiene po objeto realizar en un solo procedimiento los bienes de una persona
natural o jurídica, a fin de proveer al pago de sus deudas, en los casos y en la forma
determinados por la ley”.

A fin de estudiar las atribuciones del Tribunal de la Quiebra, indicaremos las distintas
atribuciones que le corresponden al Tribunal de la Quiebra, en el marco de la Ley N ° 18.175,
señalando en cada caso la naturaleza jurídica de la respectiva atribución:

1. Al juez le corresponde resolver sobre si se realiza una auditoria externa, en los términos del
artículo 8 N ° 2 inciso 3°. En principio, le compete a la Superintendencia de Quiebras (desde

135
SATTA, SALVATORE, Ob. Cit., pp: 32.
136
Salvo las limitaciones a la universalidad objetiva y subjetiva de la que ya hablamos, en el pie de página
N º 5.

147
ahora, la Superintendencia), la facultad de exigir la realización de auditorias externas por medio
auditores independiente137, en casos calificados. No necesitando contar con la aprobación previa
del juez de la quiebra (desde ahora, el juez)138. Esto no obsta, a la facultad que les corresponde,
como sujetos de la quiebra al fallido y a los acreedores cuyos créditos representen a lo menos el
diez por ciento del pasivo de la quiebra con derecho a voto, a efectos de solicitar al juez
fundadamente la realización de una auditoria externa. Asimismo, la Junta de Acreedores, como
órgano de la quiebra, puede adoptar un acuerdo, con el voto favorable de a lo menos el diez por
ciento del pasivo de la quiebra con derecho a voto, tendiente a solicitar al juez la realización de
auditorias externas. Estas solicitudes se deben tramitar como incidentes ante el juez, de acuerdo
al artículo 5 inciso 1°, por cuanto la ley no ha señalado en el artículo 8 N ° 2, un procedimiento
especial. Como una expresión del principio de la buena fe procesal, el inciso 4° del artículo
estudiado, señala que, si el fallido, algún acreedor, o el síndico, consideren que no existe motivo
plausible para la solicitud de la auditoria, podrán pedir al juez que condene en costas a los que la
han solicitado. Lo anterior implica, que los sujetos legitimados para reclamar la imposición de
costas, deben actuar en dos sentidos, en el marco del incidente que se genera por la solicitud de
realización de auditoria. En un primer sentido, oponiéndose a dicha realización, por considerar
que no concurren los fundamentos necesarios para la realización de las auditorias externas, y en

137
Los auditores externos deben ser designados por la junta de acreedores que se reunirá
extraordinariamente para estos efectos, de entre los auditores que figuren en un registro que lleva la
Superintendencia de Valores y Seguros, de acuerdo al artículo 53 de la Ley N ° 18.046. Es importante
destacar que, la designación la realiza la Junta de Acreedores, y no el juez que acoge la solicitud de
realizar una auditoria, con lo que se dilata innecesariamente la realización de la misma. Por lo anterior,
debería entregarse al juez la facultad de designar al auditor externo en la resolución que acoge la solicitud
de realizar una auditoria, por cuanto lo que importa es que en definitiva, el auditor goce de la idoneidad
suficiente para llevar a cabo su tarea, situación que debería estar garantizada por la inscripción en el
registro de la Superintendencia de Valores y Seguros (con ello no se afectaría el principio privatista que
aparentemente inspira la norma, por cuanto la misma normativa entrega a la Superintendencia la facultad
primera para decretar la realización de la auditoria). O bien, la otra solución, sería que el peticionario de la
auditoria indicará al juez las personas a quien debe designar como auditores, con lo cual se mantendría el
sistema privatista de la Ley N ° 18.175.
138
En el primer Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados, se
dejó establecido que al fallido y a los acreedores les correspondía pedir al juez fundadamente la
realización de las auditorias externas que estamos comentando, en los casos que estimarán que ello era
necesario. Asimismo, se estuvo de acuerdo en posibilitar que la Superintendencia actuará sin previa
autorización del juez, como en definitiva quedó establecido en la Ley N ° 20.004. Informe de la comisión
de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el proyecto de ley, en segundo
trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia
en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la
Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 54.

148
un segundo sentido, solicitando la imposición de costas por el mismo motivo anterior, esto es
por no concurrir motivos plausibles para solicitar las auditorias.

El objetivo de realizar estas auditorias, es el de examinar los estados contables y financieros


de la sociedad declarada en quiebra, a efectos de determinar las causas de la declaración, y la
verdadera situación patrimonial de la sociedad fallida. Lo anterior puede tener importancia, a
efectos del juicio de calificación por concurrir los antecedentes necesarios que puedan
determinar que la quiebra reviste el carácter de fraudulénta, culpable o fortuita. Considero
beneficioso que se regule la posibilidad de realizar estas auditorias, por cuanto servirán para
conocer la situación financiera-contable y legal del fallido y, introducirán en el proceso de
quiebra, la información necesaria para llevar a cabo el proceso de liquidación, o bien para, en su
caso, proponer convenios simplemente judiciales que pongan fin al estado de quiebra.

La resolución que debe dictar el juez en el marco del incidente que se genera por la solicitud
de realización de auditorias externas, implica el ejercicio de una función jurisdiccional.

2. El juez conocerá, a petición de la Superintendencia, de cualquier infracción, falta o


irregularidad que la Superintendencia, observe en la conducta del síndico, o administrador de la
continuidad del giro. Si la Superintendencia lo estima necesario propondrá al juez la remoción
de dichos administradores (artículo 8 N ° 9 inciso 1°). Cuando el juez conozca de las
irregularidades del síndico, en aquellos casos en que no se solicita la remoción de este último,
por parte de la Superintendencia, podría el juez determinar en la resolución que resuelva el
incidente que, el síndico ha incurrido en infracciones reiteradas que en su conjunto constituyen
una conducta grave, o infracción grave a las disposiciones legales, o reglamentarias o a las
instrucciones que imparta la Superintendencia en uso de sus atribuciones, en la forma señalada
en el artículo 22 N ° 11 de la Ley N ° 18.175, y con ello se obtendría la exclusión del síndico de
la nómina nacional. Para estos efectos, considero que no sería necesario que la Superintendencia
proponga que el juez realice dicha declaración, por cuanto el juez podría llegar a la anterior
conclusión a partir de los antecedentes que conozca en el transcurso del incidente respectivo. Sin
embargo, lo normal y regular sería que en tal caso, la Superintendencia solicite derechamente la
remoción del síndico.

149
Ahora bien, en caso de que el síndico o el administrador de la continuación del giro, incurran
en faltas reiteradas o en falta grave o en el incumplimiento del pago de las multas señaladas en el
artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175, o en irregularidades en relación con su desempeño, o si se
encuentra en notoria insolvencia, el juez conocerá de la petición de remoción de la
Superintendencia, no sólo a petición de esta última, sino que también puede de oficio entrar a
conocer del incidente de remoción (artículo 8 N ° 9 inciso 2°). En este caso, por tratarse de
situaciones más graves y que implican afectar la administración y la transparencia de la quiebra,
el juez tiene las facultades para actuar de oficio.

Si el juez considera que la actuación del síndico, o del administrador de la continuación del
giro, ha afectado o pudiere afectar la adecuada administración de la quiebra, o si considera que
existen presunciones graves de la existencia de las causales invocadas para su remoción,
suspenderá al síndico de oficio, o a petición de la Superintendencia, durante el incidente de
remoción. La posibilidad de suspender al síndico, se aplica tanto en los casos en que existe
infracción en los términos del inciso 1° del artículo 8 N ° 9, como cuando existen faltas
reiteradas o graves, en los términos del inciso 2 °. Sin embargo, en esta última situación, se
posibilita en mayor grado la suspensión, por la gravedad de las actuaciones que son denunciadas.

Pueden intervenir como coadyuvantes el fallido, y los acreedores individualmente.

Lo anterior, no obsta, a que el juez de oficio, pueda en cualquier estado de la quiebra,


suspender al síndico de sus funciones, cuando considere que los antecedentes lo ameritan
(artículo 8 N ° 9 inciso 3°). Con ello se otorga una importante facultad al tribunal, que le
posibilita para actuar de oficio, sin generar un previo incidente. Lo que resulta curioso, es que el
juez puede de oficio, dar origen a un incidente de remoción del síndico, en casos en que existan
faltas reiteradas y graves de este último, y por su parte, puede decretar la suspensión del síndico
de oficio. Creo que con ello se le otorga al juez de la quiebra una facultad exorbitante, en lo que
se refiere a la suspensión de oficio del síndico, por cuanto puede paralizar la administración de la
quiebra, con todos los problemas de desvalorización de activo que ello implica139. Lo ideal

139
Esto porque necesariamente el reemplazo del síndico titular por el síndico suplente, acarrará costos de
tiempo, y de aprendizaje para este último, a fin de imponerse de la situación del procedimiento de
quiebras. Estos costos se podrían reducir, si el síndico suplente tuviera noticia de la posible suspensión del

150
hubiera sido que el juez sólo pudiera derechamente iniciar del oficio la tramitación de un
incidente de remoción, si considera que los antecedentes lo ameritan, con ello se lograría el
mismo objetivo que el buscado con la suspensión de oficio, pero con la ventaja que la
suspensión tendría una duración temporal, por cuanto tendría que esperarse a que es lo que se
resuelve en definitiva en el incidente de remoción, y no se mantendría la situación de
incertidumbre en la actuación del síndico titular, que se derivaría de la suspensión indefinida de
éste, riesgo que no se elimina con el hecho que una vez suspendido, le competa al síndico
suplente la administración de la quiebra, por los distintos procedimientos de administración que
pueden llevar a cabo. Por lo demás, la existencia de antecedentes que afecten la actuación del
síndico, deberían ser causal suficiente para solicitar su remoción, y no tan sólo la suspensión,
pues si revisten la gravedad suficiente, la remoción lograría el objetivo de sacar a un
administrador ineficiente y doloso de la quiebra, situación que no se obtendría con una
suspensión en los términos establecidos en el inciso 3° del artículo 8 N ° 9.

La norma del artículo 8 N ° 9 fue objeto de discusión en el Senado, pues a raíz de una
indicación en la Cámara de Diputados, la posibilidad de suspender al síndico de sus funciones,
sólo podía ser ejercida por el juez a petición de la Superintendencia, ante lo cual según la
senadora Matthei, se configuraría una inconstitucionalidad, ya que: “(Se) faculta a la
Administración para dar una orden a los tribunales de justicia, invadiendo su esfera de atribuciones,
en contravención de lo dispuesto por el artículo 7º de la Constitución Política de la República, toda
vez que, la obligación del juez de suspender al síndico queda supeditada a la voluntad del
Superintendente”140. Finalmente se estableció que el juez de oficio, también puede suspender al
síndico mientras se tramita el incidente de remoción, según el inciso 3° del artículo 8 N ° 9.

síndico titular, ya que esa situación puede sobrevenir como consecuencia del incidente de remoción a que
se hace mención en el artículo 8 N ° 9 inciso 1° y 2°. Sin embargo, como el juez puede de oficio declarar
la suspensión del síndico titular, no se ve la posibilidad de que el síndico suplente anticipe el evento de la
suspención del síndico, a fin de enterarse de la situación patrimonial del fallido antes de entrar a
administrar la quiebra.
140
Segundo Informe de la Comisión de Economía, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite
constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la
administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia. N °
3.180-03, pp: 15-16.

151
Cabe señalar, que si en definitiva el síndico es removido en virtud de esta norma, acarreará
conjuntamente, la exclusión del síndico de la nómina nacional de síndicos, en conformidad al
artículo 22 N ° 12 de la Ley N ° 18.175.

Se trata de una facultad claramente jurisdiccional.

3. En ciertos casos, algunas resoluciones dictadas por el juez, pueden implicar la exclusión
del síndico de la nómina nacional de síndicos. Estas situaciones están señaladas en el artículo 22
N ° 10, 11, y 12.

El artículo 22 N ° 10, señala que: “Los síndicos serán excluidos de la nómina nacional en los
siguientes casos: 10.- Por sentencia ejecutoriada que rechace la cuenta definitiva que debe
presentar en conformidad a la ley”. En efecto, en caso que exista objeción a la cuenta definitiva
rendida por el síndico (artículos 30 y 31 de la Ley en ° 18.175), le compete al juez resolver en
definitiva, previo informe de la Superintendencia. Si se rechaza la cuenta definitiva, se deberá
informar al Ministerio de Justicia de este hecho, para que proceda a excluir al síndico de la
nómina nacional de síndicos. Se establece que debe rechazarse la cuenta definitiva, por sentencia
ejecutoriada, por lo que nos remitimos al artículo 174 del CPC, que señala en que casos una
resolución judicial se encuentra firme y ejecutoriada.

El artículo 22 N ° 11, señala que: “Los síndicos serán excluidos de la nómina nacional en los
siguientes casos: 11.- Por infracciones reiteradas que en su conjunto constituyan una conducta
grave, o por infracción grave a las disposiciones legales o reglamentarias o a las instrucciones
que imparta la Superintendencia en uso de sus atribuciones”. Para que nos encontremos en
presencia de esta situación, se hace necesario la existencia de una resolución del juez de la
quiebra que determine las infracciones que señala la norma, por cuanto estas conductas no
podrían ser calificadas de por sí por el Ministerio de Justicia, ni por la Superintendencia, más
aún si las facultades sancionatorias de ésta última, han quedado restringidas a las señaladas en el
artículo 9 N ° 5 de la Ley N ° 18.175.

El artículo 22 N ° 12, señala que: “Los síndicos serán excluidos de la nómina nacional en los
siguientes casos: 12.- Por haber sido removido de su cargo en el caso del número 9 del artículo

152
8”. Esta situación ya la hemos estudiado, quedando por señalar, que si lo que se pretende obtener
es la exclusión del síndico de la nómina nacional de síndicos, y lo que se le imputa son
conductas que afectan su transparencia, y adecuada intervención en la quiebra, podría iniciarse
un incidente ya sea a efectos de determinar que el síndico ha incurrido en infracciones reiteradas
que constituyan en su conjunto una conducta grave, o por infracción grave a las normas legales,
reglamentarias o administrativas que rigen la quiebra, de acuerdo al artículo 22 N ° 11, o bien,
iniciar un incidente de remoción, con los requisitos del artículo 8 N ° 9.

En estos tres casos, como en la generalidad de los casos en que el síndico es excluido de la
nómina nacional, podrá reclamar de la exclusión ante la Corte de Apelaciones de su domicilio
dentro de los 5 días de notificado del decreto de exclusión expedido del Ministerio de Justicia.
La Corte conocerá en cuenta, con audiencia de parte, y sin ulterior recurso, debiendo apreciarse
la prueba en conciencia. Lo que constituye una excepción al sistema de valoración de prueba
existente en nuestro país, ya que la regla general en materia procesal civil, es el sistema de
valoración legal de la prueba, y en materia procesal penal, rige el sistema de valoración de la
sana crítica. La apreciación de la prueba en conciencia, implica que la Corte de Apelaciones,
tiene absoluta libertad para apreciar o valorar la prueba, sea que los medios de prueba se
encuentren preestablecidos o no141.

Sin perjuicio de la cesación del síndico en el cargo, subsistirá la obligación de rendir cuenta
de su gestión, cuando proceda, así como la responsabilidad civil, penal, y administrativa en que
pudiere haber incurrido. El síndico que cese anticipadamente en el cargo deberá hacer entrega de
los bienes y antecedentes de cada quiebra, convenio, o cesión de bienes bajo su administración o
intervención al nuevo síndico titular, dentro de cinco días contados desde la fecha en que este
último haya asumido. En caso de incumplimiento de esta obligación o de rendir cuenta de su
administración, el tribunal de la quiebra, de oficio o a petición de cualquier interesado, requerirá
el cumplimiento de ellas bajo el apercibimiento señalado en el artículo 238 del Código de
Procedimiento Civil142, caso en el cual las multas establecidas podrán alcanzar hasta las 60

141
Ver, MATURANA, CRISTIAN. Algunas disposiciones comunes a todo procedimiento, y aspectos
generales de la prueba. Julio, 2003. Facultad de Derecho, de la Universidad de Chile. Departamento de
Derecho Procesal., pp: 184-185.
142
Artículo 238 del Código de Procedimiento Civil: “Cuando se trate del cumplimiento de resoluciones no
comprendidas en los artículos anteriores, corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes

153
unidades de fomento, sin perjuicio de que el nuevo síndico titular incaute inmediatamente los
bienes y antecedentes de la quiebra, de acuerdo a los artículos 94 y siguientes de la Ley N °
18.175.

4. Al Tribunal de la quiebra, conjuntamente con la declaración de la quiebra, le corresponde


la designación del síndico titular y suplente143, los que tendrán el carácter de provisionales hasta
cuando no sean ratificados por la junta de acreedores, o hasta que entren en funciones los que la
junta designare.

Para los efectos de designar a un síndico titular, y a uno suplente, el juez, en la sentencia que
declara la quiebra, citará a los tres acreedores que figuren con los mayores créditos en el estado
de deudas presentados por el deudor, o a los que hubieran si fueran menos, con el fin de que
señalen los nombres de los síndicos respectivos, y sólo a éstos el tribunal deberá designar en la
sentencia. En caso de que exista solicitud de quiebra por parte de un acreedor, en dicha solicitud
se señalará el nombre del síndico titular y suplente, y sólo a ellos deberá designar el Tribunal.
Con ello se refuerza el sistema de administración privada de quiebras, en materia de designación
de síndicos, por cuanto esta facultad sólo compete a los acreedores, salvo las situaciones de
sorteo a las que posteriormente haré mención, pero que en todo caso son excepcionales144. Los
acreedores serán citados mediante notificación efectuada por cédula, en la cual se indicará el
nombre del acreedor y su domicilio, además del objeto de la citación. Esta notificación se
realizará por el receptor de turno (que es el ministro de fe encargado por regla general para
realizar la notificación por cédula), tan pronto como se haya recibido la solicitud de declaración
de quiebra del deudor. La audiencia tendrá lugar dentro de tercer día de efectuada la última
notificación, por lo que nos encontramos frente a un plazo común, la que el receptor deberá
practicar a más tardar el tercero día después de dictada la resolución que lo disponga, no

a dicho cumplimiento, pudiendo al efecto imponer multas que no excedan de una unidad tributaria
mensual o arresto hasta de dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal, sin perjuicio de
repetir el apremio”.
143
Inmediatamente de pronunciada la sentencia que declare la quiebra, el secretario del tribunal cuidará
que se notifique, a la brevedad posible, al síndico provisional, titular y suplente. Pudiendo realizar esta
función por sí, o encomendando esta actuación a otro ministro de fe (artículo 55 de la Ley N ° 18.175)
144
En cuanto a la designación del Síndico en una quiebra determinada, se ha consagrado plenamente el
principio privatista que inspira la ley de quiebras, y que considera que son los acreedores los principales
interesados en la buena administración del patrimonio del fallido y de su liquidación con vistas al pago de
sus créditos

154
invalidándose la audiencia si se notifica extemporeamente, pues sólo se sancionará dicho
incumplimiento en la forma señalada en el artículo 393 del Código Orgánico de Tribunales145.

La audiencia se llevará a cabo con el o los acreedores que asistan, y en ella se nominará a los
síndicos. Si asistiere más de un acreedor, la elección se efectuará por la mayoría del total pasivo
con derecho a voto, conforme al importe que aparezca en el estado de deudas. Si no
compareciere ningún acreedor, el tribunal repetirá, por una vez el procedimiento con los tres
acreedores siguientes, o con los que hubiere si fueran menos. En caso de que lo señalado
resultare imposible de aplicar, se designará al síndico mediante sorteo, en el cual deberán
incluirse los nombres de todos los síndicos habilitados para ejercer en el territorio jurisdiccional
del tribunal. En estos procedimientos no habrá lugar a incidentes, debiendo resolver de plano
cualquier asunto que se presente y su resolución no será susceptible de recurso alguno.

Con este sistema de designación de síndicos, se busca evitar la ingerencia que tenían algunos
síndicos en el Tribunal, lo que se traducía en situaciones de corruptela, lo anterior fue expresado

145
Artículo 393 del Código Orgánico de Tribunales: “Los receptores deberán cumplir con prontitud y
fidelidad las diligencias que se les encomienden, ciñéndose en todo a la legislación vigente, y dejar
testimonio íntegro de ellas en los autos respectivos”.
“Toda falsedad en un testimonio castigada por la ley llevará consigo la pena accesoria de inhabilitación
especial perpetua para desempeñar funciones en la Administración de Justicia, sin perjuicio de las otras
penas accesorias que procedan en conformidad con la ley”.
“Los receptores sólo podrán retirar de la secretaría del tribunal las piezas del expediente que sean
estrictamente necesarias para la realización de la diligencia que deban efectuar. El expediente o el
respectivo cuaderno, en su caso, deberán devolverse a la secretaría del tribunal dentro de los dos días
hábiles siguientes a la fecha en que se practicó la diligencia con la debida constancia de todo lo obrado.
Todo incumplimiento a las normas de este inciso constituirá falta grave a las funciones y será sancionado
por el tribunal, previa audiencia del afectado, con alguna de las medidas contempladas en los números 2, 3
y 4 del artículo 532. En caso de reincidencia, el juez deberá aplicar la medida de suspensión de funciones
por un mes”.
“Los receptores sólo podrán hacer uso del auxilio de la fuerza pública que decrete un tribunal para la
realización de la determinada diligencia respecto de la cual fue autorizado. El uso no autorizado o el
anuncio o la amenaza de uso del auxilio de la fuerza pública sin estar decretado, será sancionado en la
forma prevista en el No. 4 del artículo 532 de este Código”.
“Los receptores no podrán cobrar derechos superiores a los que establezca el arancel respectivo, deberán
anotar el monto de lo cobrado al margen de cada testimonio y emitirán, con la debida especificación, la
consiguiente boleta de honorarios. Las diligencias que realicen de conformidad a lo establecido en el
artículo 595 serán gratuitas. El cobro indebido de derechos o de monto superior al fijado en el arancel será
castigado con el máximo de la pena que establece el inciso primero del artículo 241 del Código Penal y
con la suspensión del cargo por dos meses”.
“El Presidente de la República, previo informe de la Corte Suprema, fijará anualmente los aranceles de los
receptores judiciales, de conformidad a la Ley”.

155
en la tramitación del proyecto de ley que culminó con la Ley N ° 20.004, que modificó a la ley
de quiebras, ya que al respecto se señaló: “Se pretende que los acreedores elijan al Síndico y que
no lo siga haciendo el Estado, que a través del juez, lo designa, debiendo pagar sus servicios los
propios acreedores. Es decir, la actual ley en ese sentido es intervencionista. Reconoce que la ley
le da la posibilidad al acreedor de proponer tres nombres de Síndicos, empero hoy es el juez el
que decide en definitiva y lo designa a su arbitrio o lo decide un funcionario subalterno del
tribunal”146. Con esto se consigue, además de la transparencia en la designación de síndicos, el
eludir operaciones clandestinas, evitar las incomodidades que se originan al tribunal cuando se
dispone a declarar una quiebra tanto para efectuar una designación, si la quiebra es de altos
ingresos, como para no efectuarla, cuando carece de bienes o éstos son escasos; además, se
persigue entregar desde el inicio a los acreedores la decisión relativa a la persona que
representará sus intereses, aun en forma provisional.

5. En caso de que faltare el síndico suplente, le corresponde al juez de la quiebra de oficio, o


a petición de la junta de acreedores o de cualquier interesado, proceder a la realización de nuevas
designaciones (inciso 2° del artículo 25), las que deberán hacerse, aún cuando la norma no lo
indica en conformidad al artículo 42 y 44 de la Ley N ° 18.175, por cuanto es el sistema de
designación de síndicos, y respecto del cual el artículo 25 inciso 2° no ha establecido un sistema
distinto. La norma señala, que cualquier interesado podrá solicitar la designación del nuevo
síndico titular y suplente, debemos entender, que con la referencia a cualquier interesado, la ley
hace mención a cualquiera persona que tenga interés en los resultados de la quiebra, no sólo los
órganos que en ella intervienen, sino que también los sujetos concursales, como son un acreedor
individual, sea cual sea su participación en el total pasivo, el fallido, etc. Los síndicos
designados de ésta forma deberán asumir aún cuando la quiebra no tenga bienes o fondos por
repartir o en aquellos casos en que la cuenta final o definitiva esté aprobada.

Esta designación no procederá en aquellos casos en que estemos en presencia de un síndico


impedido de actuar transitoriamente, o cuando el síndico hubiera constituido mandatario, según
el artículo 28 de la Ley N ° 18.175. Pues, en el primer caso, asumirá el suplente, y en el segundo

146
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados. recaído en el
proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03. N ° 3.180-03., pp: 19.

156
caso, actuará el mandatario. Sin embargo, si el síndico suplente esta impedido de actuar
definitivamente, y no ha designado mandatario (entendemos que tanto el síndico titular como el
suplente pueden designar mandatario, en conformidad al artículo 28, por cuanto dicha norma
habla de: “síndico”, en forma genérica, y no limitándolo al sólo síndico titular), considero que
procede la designación de nuevos síndicos de acuerdo al artículo 25 inciso 2°.

6. Al juez le corresponde conocer de la excusa presentada por el síndico a efectos de no


aceptar el cargo. En efecto, el síndico tiene la obligación una vez incorporado a la nómina
nacional de síndicos, de asumir en las quiebras que se produzcan dentro del territorio en el cual
han señalado ejercer sus funciones, y para las cuales sean designados. La única posibilidad de no
asumir una quiebra, en la cual han sido designados, es por medio de la presentación de una
excusa fundada, calificada como suficiente por el tribunal de la quiebra. Así, el síndico que no
aceptare el cargo y que, en el acto de notificársele su designación o dentro de tercero día, no
presentare excusa fundada, o que habiéndola presentado, ésta hubiera sido calificada de
insuficiente por el tribunal, será sancionado gravemente con la eliminación de su nombre de la
nómina una vez cumplido el plazo señalado, o ejecutoriada la sentencia que resuelva el
incidente, según corresponda147. Correspondiéndole al juez comunicar tales hechos al Ministerio
de Justicia148.

7. Al juez le corresponde intervenir en la apertura de la correspondencia del fallido que


practique el síndico, de acuerdo al artículo 27 N ° 5.

8. El juez tiene atribuciones en lo que se refiere a la presentación de la cuenta definitiva por


parte del síndico. En efecto, el síndico deberá rendir cuenta definitiva de su gestión a más tardar
a los treinta días siguientes a aquel en que hubieran vencido uno de los dos siguientes plazos
(artículo 30 inciso 1° de la Ley de Quiebras):

a. Seis meses, en el caso de la realización sumaria del activo, artículo 109 de la Ley N °
18.175.

147
La función que ejerce el Tribunal en esta materia es jurisdiccional.
148
Esta última es una actuación claramente administrativa, que podría ser encomendada al secretario del
tribunal.

157
b. Seis meses contados desde la primera junta de acreedores, tratándose de bienes muebles;
nueve meses tratándose bienes inmuebles. Pudiendo ser prorrogados ambos plazos por una sola
vez, por el Tribunal, por un máximo de seis meses, siempre que el síndico lo solicite con a lo
menos quince días de anticipación a su vencimiento. Estos plazos se aplican en los demás casos
de realización de los bienes del activo del fallido (artículo 130 de la Ley de Quiebras).

La cuenta definitiva se presentará al Tribunal, quien ordenará su notificación por medio de


avisos. Asimismo, deberá citar a una junta de acreedores, la que deberá celebrarse al
decimoquinto día siguiente a su notificación149 (artículo 30 inciso 3° de la Ley de Quiebras).

El Tribunal conocerá y resolverá en definitiva las objeciones a la cuenta definitiva presentada


por el síndico, previo informe de la Superintendencia, evacuado dentro del plazo de treinta días
desde que se insista en las objeciones presentadas a la cuenta definitiva. Esto porque, de acuerdo
al artículo 31 de la Ley N ° 18.175, en caso de objetarse la cuenta definitiva, por parte de algún
acreedor, el fallido, o la Superintendencia, el síndico dispondrá de un plazo de diez días contados
desde la última notificación por cédula de la o las objeciones, para contestar fundadamente las
observaciones, con lo que se posibilita una primera instancia de acuerdo respecto de las
observaciones que se presentan a la cuenta definitiva, con todo, no obstante la contestación, de la
que se dará traslado por el Tribunal, por el plazo de diez días a él o los objetantes, cualquiera de
ellos podrá insistir en las observaciones expresadas anteriormente. Sólo en este caso, el Tribunal
podrá actuar, no cuando se produzcan las primeras observaciones a la cuenta definitiva. Antes de
la intervención del Tribunal resolviendo sobre la insistencia de las observaciones, debe dicho
Tribunal limitarse a proveer lo que corresponda a las presentaciones de las partes. Así, por
ejemplo, deberá disponer el conocimiento de la cuenta definitiva a las partes, y posteriormente
notificar al síndico de las observaciones, debiendo dando traslado a él o los objetantes de la
contestación del síndico a sus observaciones, y por último, ante el Tribunal se deberán presentar
la insistencia de las observaciones. Con este procedimiento establecido en el artículo 31 de la
Ley N ° 18.175, se da plena aplicación al principio del contradictorio, en virtud del cual, el juez
antes de decidir sobre una cuestión promovida ante él, debe conocer y oír a ambas partes en
conflicto, y con el merito de lo expuesto, decidir en derecho.

149
El aviso contendrá un extracto de la cuenta definitiva, e indicará el lugar, día, y hora de la celebración
de la junta.

158
Las facultades analizadas que impliquen la decisión de un asunto, respecto de la presentación
de la cuenta definitiva, implican ejercicio jurisdiccional.

9. El artículo 32 de la Ley N ° 18.175, establece las causales por las cuales el síndico cesará
en su cargo en la quiebra, convenio, o cesión de bienes. De las 6 causales que la norma consagra,
dos requieren la intervención del juez de la quiebra, que son, las indicadas en el N ° 4, y la del N
° 6.

El artículo 32 N ° 4, dispone: “El síndico cesará en su cargo en la quiebra, convenio, o cesión


de bienes: 4.- Por renuncia, que deberá ser justificada y aceptada por la junta de acreedores o, en
su defecto, por el tribunal”. La norma es clara y no requiere mayor comentario.

El artículo 32 N ° 6 dispone: “El síndico cesará en su cargo en la quiebra, convenio, o cesión


de bienes: 6.- Por sobrevenir alguna de las causales de inhabilidad contempladas en los números
1150, 2151, y 3152 del artículo 24. El síndico deberá dar cuenta al juez de la causa y a la
Superintendencia de Quiebras de la inhabilidad que le afecte. El incumplimiento de la
mencionada obligación será constitutivo de falta grave”. Respecto de esta norma, es necesario
señalar que debe tratarse de una causal de inhabilidad sobreviviente, la que impone la obligación
al síndico de comunicar estos hechos ante la Superintendencia de Quiebras. Siendo la sanción
muy grave, en caso de que no realice dicha comunicación, pues significará una falta grave, la
que puede hacer procedente que incluso de oficio el Tribunal inicie un incidente de remoción del
síndico, de acuerdo al inciso 2 ° del artículo 8 N ° 9 de la Ley de Quiebras, lo que acarreará la
exclusión de la nómina nacional de síndicos de conformidad al artículo 22 N ° 12 de la

150
Artículo 24 N º 3 de la Ley N ° 18.175: “No podrán ser designados síndicos de una quiebra, convenio o
cesión de bienes: 1.- El cónyuge ni los parientes, hasta el cuarto grado de consaguinidad o segundo de
afinidad del fallido o deudor; y de los que hayan sido directores titulares o administradores de la persona
jurídica, en los dos años anteriores a la quiebra, proposición de convenio o solicitud de bienes”.
151
Artículo 24 N º 2 de la Ley N ° 18.175: “No podrán ser designados síndicos de una quiebra, convenio o
cesión de bienes: 2.- Los acreedores y deudores del fallido o deudor y todos los que tuvieren un interés
directo o indirecto en la quiebra, convenio o cesión de bienes”.
152
Artículo 24 N º 1de la Ley N ° 18.175: “No podrán ser designados síndicos de una quiebra, convenio o
cesión de bienes: 3.- Los administradores de bienes del fallido o deudor que fuere persona natural y los
que hubieren tenido tal calidad dentro de los dos años anteriores a la declaración de la quiebra, convenio o
cesión de bienes, como asimismo los trabajadores de los acreedores y deudores de aquél”.

159
mencionada ley. Ahora bien, si se inicia un incidente respecto de la concurrencia de la
inhabilidad en los términos del artículo 32 N ° 6, declarada que sea la inhabilidad por el Tribunal
de la Quiebra, el síndico cesará en sus funciones.

En estos casos nos encontramos frente a una función jurisdiccional.

10. Al juez le corresponde la fijación de los honorarios de los síndicos suplentes que no
fueran ratificados por la junta de acreedores, o los honorarios del síndico definitivo, cuando
cesaré anticipadamente de su cargo, en aquellos casos en que la junta de acreedores y el síndico
no se pongan de acuerdo al respecto. O sea la fijación de los honorarios por el juez es subsidiaria
a un acuerdo entre el síndico y la junta de acreedores, como órganos de la quiebra. Lo anterior
también se aplica al síndico suplente en aquellos casos en que asuma como titular, o sea, cuando
el síndico titular cesa definitivamente de su cargo (artículo 25 inciso 2° de la Ley N ° 18.175).
Por último cuando el síndico se encontrare suspendido, y asumiera el suplente por todo el
periodo que dure la suspensión o impedimento legal, o bien, cuando el síndico se encontrare
transitoriamente impedido para desempeñar su cargo sin haber constituido mandatario, la
fijación de los honorarios del síndico suplente serán fijados privativamente por el juez con cargo
a los honorarios del síndico titular (artículo 35 inciso 2°, y 25 inciso 4° de la Ley N ° 18.175).

11. Al juez le corresponde resolver, previo informe de la Superintendencia de Quiebras, el


incidente que se genera como consecuencia de la objeción del fallido o de cualquiera de los
acreedores, respecto del acuerdo de la junta extraordinaria de acreedores tendiente a facultar al
síndico para contratar con cargo a los gastos de la quiebra, a personas naturales o jurídicas para
que efectúen actividades especializadas debidamente calificadas como tales por la junta. La
objeción debe fundarse, en que se trata de una actividad comprendida en el artículo 33 de la Ley
de Quiebras, remisión que debemos entender efectuada al artículo 33 inciso 1°, que se refiere a
actividades tales como asesorías contables, legales, de cualquiera otra clase de profesionales,
técnicos y prestadores de servicios contratados por el síndico para el desempeño de su cargo. La
objeción debe plantearse dentro de los 30 días siguientes a la celebración de la junta
extraordinaria de acreedores que aprobó el acuerdo con el quórum de acreedores de a lo menos,
dos tercios del pasivo de la quiebra. Como señalé la objeción se tramitará como incidente, y no

160
suspenderá la vigencia del acuerdo. Esta situación se encuentra establecida en el artículo 36
inciso 4°, y claramente implica el ejercicio de una función jurisdiccional.

12. Al Tribunal le corresponde declarar la quiebra del fallido. El Tribunal declara la quiebra
luego de un procedimiento breve de cognición, al efecto señala la ley en el artículo 45 inciso 1°:
“El juzgado se pronunciará sobre la solicitud de quiebra a la brevedad posible”. Le corresponde
al Tribunal la carga de llevar a cabo las averiguaciones necesarias a efectos de determinar la:
“efectividad de las causales invocadas”, esto es sí las causales señaladas se corresponden a la
realidad. La prisa y la oficialidad con que se reglamenta esta materia, tiene su fundamento en
que la actuación tendiente al logro de los efectos inmediatos de la declaración de la quiebra, se
produzcan en el menor tiempo posible para conseguir evitar conductas del deudor tendientes a
disminuir su patrimonio, por medio de la ocultación de bienes, o bien, tendientes a evitar
conductas dolosas en perjuicio de los derechos legítimos de sus acreedores. Por ello, el Tribunal
debe actuar previa audiencia del deudor, pero con sólo fines informativos, no posibilitando el
surgimiento de incidentes que lo único que lograrían sería retrasar la declaración de quiebra, y
darle tiempo al deudor para realizar las conductas que por medio de la quiebra se tratan de evitar,
y que por lo demás afectan la cadena de créditos con que se nutre el comercio y la economía.

La audiencia a que se cita al deudor, servirá para que éste pueda consignar fondos suficientes
para el pago de los créditos que hubieren servido de base a la solicitud de quiebra, y las costas
correspondientes, en cuyo caso no procederá la declaración de quiebra. Con esta norma se
permite que un acreedor logre el pago de su acreencia con anterioridad al resto de los acreedores,
sin que deba iniciar un procedimiento de ejecución individual en contra del deudor, lo que rompe
el principio de igualdad que rige entre éstos, o la par condictio creditorum.

13. En caso que la declaración de quiebra se funde en la causal señalada en el artículo 43 N °


3 de la Ley N ° 18.175, esto es: “Cualquiera de los acreedores podrá solicitar la declaración de
quiebra, aun cuando su crédito no sea exigible, en los siguientes casos: 3.- Cuando el deudor se
fugue del territorio de la República o se oculte dejando cerradas sus oficinas o establecimientos,
sin haber nombrado persona que administre sus bienes con facultades para dar cumplimiento a
sus obligaciones y contestar nuevas demandas”, el Tribunal de la quiebra deberá designar en la
resolución que declara la quiebra, a un curador especial para que represente al fallido, que se

161
traduce en la práctica en nombrar a un representante de ausentes (artículo 53 de la Ley N °
18.175).

14. Ante el mismo Tribunal de la quiebra se deberán tramitar separadamente, la quiebra de la


sociedad y la de los socios solidarios, concurriendo en las quiebras de los socios los acreedores
personales de éstos con los acreedores solidarios. Recordemos que la quiebra de una sociedad en
comandita o colectiva importa la quiebra individual de todos los socios solidarios que la
componen, pero al revés, esto es, la quiebra de uno de éstos socios no constituye en quiebra a la
sociedad (artículo 51 inciso 1°, y 2°).

15. La Ley N ° 20.004, modificó el encabezado del artículo 52 de la Ley N ° 18.175, a


efectos de que quedará claro que la sentencia definitiva que declara la quiebra, deberá contener
no sólo las menciones que señala el artículo 52 de dicha ley, sino que también los requisitos
generales de toda sentencia señalados en el artículo 169 del CPC 153.

16. Al Tribunal de la Quiebra, le corresponde calificar al deudor, en cuanto a sí ejerce una


actividad comercial, industrial, minera o agrícola, esto es, le corresponde calificar si estamos en
presencia de un deudor calificado, respecto del cual se aplica la carga del artículo 41 de solicitar
su propia quiebra, antes de que trascurran quince días contados desde la fecha en que haya
cesado en el pago de una obligación mercantil. Se estableció por parte del legislador de la Ley N
° 18.175, que el deudor calificado era quien ejercía una actividad comercial, industrial, minera o
agrícola, y no el deudor comerciante, como había ocurrido con anterioridad en nuestra
legislación. Lo anterior se produjo como consecuencia de querer seguir el criterio de la
legislación italiana de 1942, que distingue entre el deudor empresario y no empresario, sin
embargo, dada las dificultades que el legislador nacional tuvo para definir el concepto de
empresario, es que se prefirió indicar que el deudor calificado era quien ejerciera alguna de
dichas actividades, las que trataron de ser las más abarcadoras posibles en cuanto a la
importancia de la actividades económicas que ellas implican, lo cual no obsta, a que importantes

153
Artículo 169 del Código de Procedimiento Civil: “Toda resolución, de cualquiera clase que sea, deberá
expresar en letras la fecha y lugar en que se expida, y llevará al pie la firma del juez o jueces que la dicten
o intervengan en el acuerdo”.
“Cuando después de acordada una resolución y siendo varios los jueces se imposibilite alguno de ellos
para firmarla, bastará que se exprese esta circunstancia en el mismo fallo”.

162
sectores de la economía nacional, como el sector forestar, han quedado excluidos de la
definición concursal de deudor calificado, y con ello no se ha cumplido el propósito del
legislador de la Ley N ° 18.175.

17. El Tribunal de la Quiebra conoce del recurso especial de reposición que se entabla en
contra de la sentencia definitiva que declara la quiebra. En cambio, contra la sentencia que
niegue lugar a la declaración de quiebra no procede el recurso especial de reposición, y sólo
podrá interponerse contra la resolución que rechace la declaración de quiebra, el recurso de
apelación en ambos efectos154. Como hemos dicho, contra la sentencia que declara la quiebra
sólo podrá entablarse el recurso especial de reposición (artículo 56 de la Ley N ° 18.175). Los
sujetos legitimados para entablar dicho recurso son el fallido, los acreedores y los terceros
interesados, quienes podrán pedir en el plazo de diez días hábiles, contados desde la notificación
por aviso de la sentencia que declara la quiebra, que se reponga la resolución declaratoria de la
quiebra, dejándola sin efecto o rectificándola en cuanto a la determinación de si el deudor ejerce
una actividad comercial, industrial, minera o agrícola o no (calificación que el tribunal que
declara la quiebra debe realizar conforme el artículo 52 N ° 1 de la Ley N ° 18.175). Esta
rectificación podrá ser pedida también por el síndico.

El recurso especial de reposición se tramitará como incidente, y en él serán parte el que lo


hubiera interpuesto y podrán serlo también él fallido, el que hubiera solicitado la quiebra y el
síndico. Los demás acreedores u los terceros interesados podrán intervenir como coadyuvantes.

Durante la tramitación de este recurso especial de reposición se podrá decretar la suspensión


del procedimiento y orden de no innovar con posterioridad a la incautación de los bienes, lo que
no obstará a que el síndico realice los actos de administración que fueran necesarios para evitar
la perdida de los bienes, y conservar los activos de la quiebra155. En el marco de la

154
Artículo 59 de la Ley N ° 18.175.
155
En efecto, se señaló en la discusión parlamentaria la importancia de regular las situaciones que se
producían una vez decretada la suspensión del procedimiento y la orden de no innovar, y al respecto se
dijo: “El Ejecutivo informó que declarada la quiebra, el fallido pierde la administración de sus bienes, si se
presentan recursos y se pide orden de no innovar y si la Corte de Apelaciones la acoge, quedan todos
inhibidos de la administración de los bienes, tanto el fallido, por el desasimiento del tribunal y el Síndico,
porque la Corte se lo prohíbe con la orden de no innovar, por lo que en la actualidad nadie responde de los
bienes y con la orden de no innovar, puede pasar mucho tiempo y esos bienes pueden deteriorarse o

163
administración que realice el síndico durante la suspensión del procedimiento, o durante la
vigencia de la orden de no innovar, se podrán suscitar controversia entre el síndico y el
peticionario. Estas diferencias deben ser resueltas por el Tribunal de la Quiebra en una audiencia
verbal a la que asistirán las personas en disputa respecto de los actos de administración del
síndico.

Si la suspensión o la orden de no innovar se decretaren antes de que proceda la incautación de


los bienes, el síndico deberá actuar como interventor.

En los demás casos que se presenten, el tribunal deberá resolver en conciencia las diferencias,
el legislador utiliza el término: “en conciencia”, lo que ha sido definido por la Excelentísima
Corte Suprema, de la siguiente forma: “debiendo realizar una apreciación racional, con recta
intención y conforme a la sana crítica, sin estar obligados a someterse a las normas legales
establecidas para valorarla, de una manera que la convicción moral que los jueces adquieren
sirva par poder sentenciar”156.

Las resoluciones que dicte el tribunal durante la tramitación del recurso especial de
reposición no serán apelables, pues se trata de resolver de la manera más expedita respecto de un
recurso en el cual se puede, como hemos visto, decretar la suspensión del procedimiento o, la
orden de no innovar, lo que claramente retrasa la realización de los bienes, si en tal sentido se
procede, y facilita la desvalorización de los bienes del activo.

La resolución que acoja la reposición será apelable en ambos efectos.

En general podemos decir que el recurso de reposición es el acto jurídico procesal de


impugnación, que emana exclusivamente de la parte agraviada, y tiene por objeto solicitar al

incluso perderse, con esta modificación se autoriza al Síndico a que venda los bienes expuestos a deterioro
y los expuestos a desvalorización; debiendo pedir autorización del fallido o del señor juez en su caso, para
venderlos. Se recuerda el caso que se dio en una quiebra en Iquique respecto de unos vehículos que fueron
incautados y se dictó orden de no innovar y nadie pudo tener acceso a ellos y con el tiempo se oxidaron y
perdió valor la masa”. Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de
Diputados, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley N °
18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03. N ° 3.180-03., pp: 67-68.
156
Gaceta Jurídica, Marzo 2000. Casación en el fondo. Corte Suprema. 20.3.2000. N ° 237, pp: 147.

164
mismo tribunal que dictó la resolución que la modifique o deje sin efecto. En materia concursal
el objeto del recurso de reposición es el de dejar sin efecto la resolución que declara la quiebra, o
bien, rectificar la determinación del tribunal en la sentencia que declara la quiebra, respecto de si
el deudor es calificado o no, o sea, si ejerce una actividad industrial, comercial, minera o
agrícola. Además, de esta diferencia, podemos señalar que el recurso especial de reposición
presenta con el recurso de reposición ordinario, las siguientes diferencias:

a. El recurso ordinario de reposición sólo procede de acuerdo a lo previsto en el artículo 181


del Código de Procedimiento Civil en contra de autos y decretos. En cambio, el recurso especial
de reposición procede en materia de quiebra en contra de una sentencia definitiva, que es aquella
que declara la quiebra, de acuerdo a lo dispuesto en forma expresa en el encabezamiento del
artículo 52 de la Ley N ° 18.175157.

b. El recurso de reposición ordinario debe ser interpuesto en un plazo de 5 días contados


desde la notificación de la resolución respectiva, de acuerdo al artículo 181 inciso 2° del CPC.
En cambio el recurso especial de reposición, debe ser interpuesto en el plazo de diez días desde
la notificación por aviso de la resolución que declara la quiebra, artículo 57 de la Ley N °
18.175. En los casos excepcionales en que el recurso de reposición se interpone contra
sentencias interlocutorias el plazo para interponerlo es de tres días.

El conocimiento y resolución del recurso de reposición es claramente una función


jurisdiccional.

18. Al Tribunal de la quiebra le corresponderá determinar y fijar la fecha de la cesación de


pagos del deudor. En efecto el Titulo V de la Ley N ° 18.175: “De la fijación de la fecha de la
cesación de pagos” (artículos 61 a 63), entrega al síndico el deber de proponer al tribunal la
fecha de cesación de pagos del fallido, dentro del plazo de sesenta días corridos desde que

157
Excepcionalmente el recurso de reposición procede en contra de ciertas resoluciones interlocutorias,
como por ejemplo: contra la resolución que recibe a prueba la causa, artículo 319 inciso 3° del CPC; La
resolución que cita a las parte a oír sentencia, luego de vencido el plazo que las partes tienen para formular
observaciones a la prueba, artículo 432 inciso 2° del CPC; La resolución del tribunal de alzada que declara
inadmisible el recurso de apelación, artículo 201 inciso 2°; y en los casos de los artículos 212, 780 y 782
del CPC.

165
hubiera asumido el cargo. Ante lo cual, el Tribunal ordenará notificar por aviso dicha
proposición. El fallido, los acreedores, o los terceros interesados tendrán, para objetar dicha
proposición el plazo de diez contados desde la notificación por aviso.

El Tribunal deberá tramitar las objeciones en forma incidental, por no establecer el inciso 2°
del artículo 61 de la Ley N ° 18.175, una forma distinta de la tramitación incidental, en razón de
lo establecido en el artículo 5 de la mencionada ley.

Si no existieran objeciones en el plazo de diez días, o bien, tramitadas las que se hubieran
presentado, el tribunal fijará la fecha de la cesación de pagos, y se notificará dicha resolución por
el estado diario. Esta resolución sólo es susceptible de recurso de apelación.

La ley entrega ciertas pautas para que el Tribunal fije la fecha de la cesación de pagos, así el
artículo 61 nos indica que la cesación de pagos no podrá ser fijada en un día anterior en más de
un año a la fecha de la resolución que declare la quiebra. En segundo término, en el caso del
deudor no calificado, la fecha de cesación de pagos será aquella en que primero se produjo la
exigibilidad de algunos de los títulos ejecutivos que existan en su contra.

La necesidad de fijar la fecha de cesación de pagos, obedece a que siempre hay que
conciliar los intereses contrapuestos, por un lado es necesario evitar el fraude, pero por otro
hay que dar seguridad a las relaciones jurídicas.

De manera que con los antecedentes el juez resuelve y fija la fecha definitiva de la
cesación de pagos. El síndico no tiene plena facultad para proponer, la ley señalo
limitaciones y distingue entre deudor calificado y no calificado.

1.- En cuanto al deudor calificado, el síndico tiene mayores facultades, porque la única
limitación es que la fecha de cesación de pagos no puede ir más allá de un año desde la
declaración de quiebra. Art. 61 de la Ley de quiebras.

166
2.- En cuanto al deudor no calificado, la cesación de pagos debe ser la última fecha en
que primero se produjo la exigibilidad de alguno de los títulos ejecutivos que existe en su
contra. Lo que resuelva el tribunal con respecto a la fecha definitiva se notifica por el estado
diario y procede contra esa resolución sólo la apelación. Así el Art. 62 de la Ley de
quiebras señala que: “En caso de quiebra de un deudor no comprendido en el Art. 41, la
fecha de la cesación de pagos será aquella en que primero se produjo la exigibilidad de
alguno de los títulos ejecutivos que existan en su contra”.

La fijación de la fecha de cesación de pagos, es una función administrativa.

19. Al Tribunal de la Quiebra le corresponde conocer y resolver de las eventuales acciones de


inoponibilidad, cuyo objetivo es reconstituir el patrimonio del fallido, señaladas en el párrafo 2:
“Efectos retroactivos de la declaración de quiebra de todo deudor”, del Título VI: “Efectos
inmediatos de la declaración de la quiebra” (artículos 74 a 75 de la Ley N ° 18.175), y las
señaladas en el párrafo 3: “Efectos retroactivos especiales de la declaración de quiebra del
deudor que ejerciere una actividad comercial, industrial, minera o agrícola”, del mismo Titulo
(artículos 76 a 79 de la Ley N ° 18.175). Estas acciones se tramitarán de acuerdo al
procedimiento sumario, señalado en el artículo 680 y siguientes del CPC, y podrán ser ejercidas
por el síndico, previo acuerdo de la junta de acreedores, o individualmente por cualquiera de los
acreedores, en ambos casos, en interés de la masa.

Considero que estas acciones se deben ejercer ante el Tribunal que conoce de la quiebra, en
virtud de lo establecido en el artículo 70 de la Ley N ° 18.175, ya que el inciso 1° de dicha
norma, señala que se agregarán a la competencia del Tribunal que declaró la quiebra, los:
“nuevos juicios contra la masa”. Sin embargo, no creo que esta norma sea excluyente en el
sentido de que los juicios que se sigan como consecuencia de acciones paulianas concursales no
tengan que acumularse a la competencia del juez que conozca de la quiebra, basado en el
argumento de que dichos juicios no tendrían el objetivo de ir contra la masa, porque
precisamente buscan lo contrario, esto es el reintegro de ciertos bienes a la masa de activo del
fallido. Esto porque, la norma en ningún caso prohíbe que esos juicios se tramiten ante el
Tribunal que conoce de la quiebra. Asimismo, el inciso 2° del artículo 70, señala las excepciones

167
a la competencia atractiva del tribunal que declaró la quiebra, no encontrándose los juicios en
que se conozca de las acciones paulianas concursales, y lo que viene a confirmar lo anterior, es
que ésta norma hace referencia no sólo a los juicios que están iniciados cuando se declara la
quiebra (“seguirán tramitándose”), sino que también, a los nuevos juicios iniciados con
posterioridad a la declaración de la quiebra, como son los juicios que se siguen por el ejercicio
de las acciones paulianas concursales, los que, y repitiendo la idea, no se encuentran excluidos
de la competencia del Tribunal que declaró la quiebra, y ante éste deberán promoverse.

20. Al Tribunal de la Quiebra, le corresponde conocer de los procesos de reivindicación,


resolución, y retención señalados en los artículos 82 a 93 de la Ley N ° 18.175.

21. Al Tribunal que conoce de la quiebra le corresponde declarar el sobreseimiento temporal


del fallido, en caso de que no apareciere ningún bien perteneciente al mismo fallido, de lo que se
dejará constancia en un acta. Este sobreseimiento lo declarará de oficio, una vez que haya
trascurrido el plazo de quince días de la fecha de publicación por aviso de la resolución que
tenga por agregado el inventario a autos. Dicha agregación a autos debe efectuarse al día
siguiente hábil a la facción o elaboración del inventario. O bien, una vez que se hubiera
desechado las observaciones que se realicen al inventario presentado por el síndico. El Tribunal
comunicará este sobreseimiento mediante carta certificada, al síndico, a los acreedores, y al
fallido, siendo esta última una actuación administrativa, que bien podrá ser delegada en el
secretario (artículo 97 de la Ley N ° 18.175).

22. Al tribunal de la quiebra le corresponde conocer y resolver de las objeciones que se


presenten al inventario que realice el síndico. Este inventario establece e indica la relación de los
distintos bienes del activo, como el señalamiento de las deudas o pasivo del fallido. Las
objeciones deben ser planteadas por el fallido o cualquiera de los acreedores (pues no se
establece un quórum especial para estos efectos), y el plazo para plantearla es el de quince días
desde la fecha de publicación por aviso de la resolución que tenga por agregado el inventario a
autos. Dicha agregación a autos debe efectuarse al día siguiente hábil a la facción o elaboración
del inventario (artículo 98, y 94 N ° 3 de la Ley N ° 18.175).

168
23. Una vez procedida la incautación de los bienes del fallido, la regla general teórica es que
el síndico paralice la actividad de todo o parte de los locales del fallido, pudiendo determinar la
continuación provisional del giro, en forma total o parcial. Lo que no puede realizar el síndico es
decretar de inmediato, o sea, una vez incautado los bienes, y de por sí, o sea, sin autorización de
ningún otro sujeto o órgano de la quiebra, la continuación efectiva del giro del fallido, porque
para actuar en dicho sentido, requiere de la autorización del tribunal que conoce de la quiebra.
Autorización que será dada de plano por el Tribunal, sin forma de juicio, por lo que implica un
acto más bien administrativo que jurisdiccional, que tiene, sin embargo, importantes
consecuencias para la productividad y mantenimiento de la empresa en falencia (artículo 99 de la
Ley N ° 18.175).

24. En las juntas de acreedores que se celebren durante el transcurso del proceso de quiebras,
tendrán derecho a votar: (i) Los acreedores cuyos créditos estén reconocidos, y (ii) Los
acreedores cuyos créditos no se encuentren reconocidos, pero que se les reconozca por el juez
del derecho a votar.

De manera que al Tribunal de la quiebra, le corresponde determinar, ciñéndose al artículo 102


inciso 2°, que acreedores de aquellos que no tienen sus créditos reconocidos, pueden votar en las
juntas que se celebren en el marco del proceso de quiebras.

Para estos efectos, en el día hábil, que no sea sábado, inmediatamente anterior al indicado
para la celebración de la junta, se efectuará una audiencia verbal ante el juez que conoce de la
quiebra, en la cual el síndico le informará por escrito acerca de la verosimilitud de la existencia y
monto de los créditos que todavía no se encuentran reconocidos, pero que hayan sido verificados
a más tardar al segundo día hábil, que no sea sábado, anterior a la fecha que corresponde para la
celebración de la audiencia. Una vez presentado el informe del síndico, el juez procederá a oír a
los acreedores previamente a resolver en única instancia, y sobre la base de los antecedentes
disponibles, cuales de los créditos no reconocidos, y por qué monto tendrán el derecho político
de voto en la junta. Es importante señalar que no importa que el crédito aceptado para votar se
encuentre o no impugnado. La apreciación de los antecedentes se realizará en conciencia, esto
es, con absoluta libertad respecto de algún parámetro legal, pero debiendo fundarlo en los
informes y percepciones que tuviera el juez respecto de lo que ha sido informado. En la

169
audiencia, rige el principio de la oralidad al momento de oír a los acreedores, y el principio
consecutivo legal en ciertos aspectos, que no pueden ser alterados en la práctica, como es la
escucha previa a los acreedores.

25. El lugar donde el Tribunal tenga su sede servirá, a menos que se haya determinado otro
lugar en la sentencia que declara la quiebra, para la realización de la primera junta de acreedores
(artículo 105 de la Ley N ° 18.175).

26. En caso de que no concurriere el quórum necesario para la realización de la primera junta
de acreedores (dos o más acreedores con derecho a voto, que representen en conjunto dos tercios
del pasivo de la quiebra), se deberá dejar constancia de ello, y el Tribunal practicará una segunda
citación para no antes de cinco ni después de diez días hábiles, indicando lugar, día, hora y
naturaleza de la reunión, así como la circunstancia de tratarse de la segunda citación. La
notificación se realizará por aviso, y se celebrará la reunión con los acreedores que asistan
(artículo 106 de la Ley N ° 18.175).

27. Al juez le corresponde presidir la primera junta de acreedores, actuando el secretario del
Tribunal como ministro de fe, o bien, la persona designada para tales efectos por el juez. Al juez
le corresponde, asimismo, suscribir el acta en que se deje constancia de lo tratado en la reunión,
la cual se incorporará a un libro especial que lleva el síndico, agregándose copia autorizada de la
misma a autos (artículo 107 de la Ley N ° 18.175). Estas funciones son meramente
administrativas.

28. El artículo 109 de la Ley N ° 18.175, trata de la realización sumaria del activo, en
aquellos casos en que de la cuenta del síndico apareciere que el producto probable de la
realización del activo de la quiebra no excediere de mil unidades de fomento. A dicha estimación
del valor del activo, se podrán oponer el fallido o cualquiera de los acreedores, debiendo
manifestarlo en la junta en que se da a conocer la cuenta presentada por el síndico. Dicha
oposición será la única que se puede presentar en esta materia. El juez debe resolver la objeción,
dentro de quinto día, sin forma de juicio, teniendo la facultad de solicitar informe pericial si lo
estima necesario. Es importante señalar que el informe pericial es facultativo, y de decretarse
deberá referirse al monto de realización probable del activo. Por último, la resolución que dicte

170
el Tribunal en esta materia, no es objeto de recurso alguno, por lo que resuelve en única
instancia sin posibilidad de impugnación (artículo 109 inciso 1° y 2° de la Ley N ° 18.175).

29. El artículo 112 de la Ley N ° 18.175 trata de la continuación efectiva del giro del fallido,
total o parcial. Para efectos de obtener el quórum que la norma señala158, a fin de acordar dicha
continuación, los acreedores que estuvieren por la continuación podrán excluir a los disidentes,
pagándoles la cuota que les corresponda atendidos el carácter y preferencia del crédito y el
importe del activo de la quiebra, o bien, asegurándoles su pago. Con lo cual, la ley trata de
facilitar el acuerdo tendiente a la continuación del giro del fallido, pues con ello se mantiene la
productividad de la empresa, evitando la liquidación de los bienes del activo. Al Tribunal le
corresponde, oyendo al síndico de la quiebra, la determinación de la cuota señalada
anteriormente, y el plazo, y garantía, para el pago. Esta determinación sólo la podrá efectuar el
Tribunal cuando los acreedores no se pusieran de acuerdo sobre las materias indicadas (artículo
112 incisos 1°, 3°, y 4°).

30. Al Tribunal de la Quiebra, le corresponde el conocimiento y resolución de todos los


conflictos que surjan entre el síndico, y la administración del giro con motivo del ejercicio de las
facultades de uno y otro órgano. Estos conflictos serán sometidos a la resolución jurisdiccional a
través del procedimiento incidental, y será resuelto en única instancia, oyendo el Tribunal
previamente a la Superintendencia de Quiebras, para cuyos efectos deberá el Tribunal poner en
conocimiento a la Superintendencia de los antecedentes del conflicto por medio de actos
jurídicos procesales de comunicación tales como los oficios (artículo 113 inciso 3° de la Ley N °
18.175)

31. Si se acordare la enajenación como unidad económica de los activos que componen la
continuación del giro, se podrá prorrogar la continuidad del giro, por el periodo indispensable
para el perfeccionamiento de su enajenación, aún cuando con ello se excedan de los plazos
establecidos en el inciso 1° del artículo 113 respecto de la duración de la continuación del giro.
Para proceder de esta forma, se requerirá autorización del Tribunal de la Quiebra (artículo 113
inciso5° de la Ley N ° 18.175).

158
Se requiere el acuerdo de los acreedores que representen a lo menos dos tercios del pasivo de la quiebra
con derecho a voto.

171
Las funciones señaladas en los números 32, 33, 34, y 35 son funciones jurisdiccionales.

32. La reunión de la junta de acreedores en sesión extraordinaria, puede ser decretada de


oficio por el juez. Siendo sujeto legitimado para ordenar su convocatoria y reunión, de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 117 inciso 1° de la Ley N ° 18.175. Se trata de una función
administrativa.

33. Los artículos 109, 120, 121, y 122 de la Ley N ° 18.175, establecen las distintas formas se
realización de los bienes de la masa y de las modalidades que dicha realización debe tener. Sin
embargo, la junta de acreedores, con el voto favorable de más de la mitad del pasivo de la
quiebra con derecho a voto, podrá acordar, en cualquier tiempo, una forma distinta de
realización, como asimismo, modalidades distintas para realizar los bienes de la masa. No
obstante lo anterior, el síndico es el único órgano legitimado para oponerse a la modificación del
sistema legal de realización de los bienes de la masa, por medio de un escrito fundado, que da
origen a un incidente, que debe ser resuelto por el juez dentro de tercero día. La apelación a la
resolución del juez se concederá en el sólo efecto devolutivo, y gozará de preferencia para su
agregación extraordinaria a la tabla y para su fallo (artículo 123 inciso 1°, y 3° y artículo 5 de la
Ley N ° 18.175).

Ahora bien, la junta puede acordar, como forma de realización de los bienes, la subasta
pública al mejor postor, situación en la cual no necesitará del acuerdo del fallido, por cuanto se
trata de una forma de realización que otorga las garantías suficientes de transparencia y
publicidad. Esta forma de realización de los bienes, por medio de pública subasta, sólo es
aplicable a las especies corporales muebles y a los créditos activos, por cuanto el inciso 3° del
artículo 122 de la Ley N ° 18.175, hace aplicable dicho procedimiento de acuerdo a las normas
del juicio ejecutivo, a todas las otras especies de bienes corporales o incorporables, con
excepción de los señalados, y de los expuestos a próximo deterioro, o a una desvalorización
inminente, o los que exijan una conservación dispendiosa, respecto de las cuales, por los motivos
de celeridad en su realización no resultaría útil liquidarlos por medio de una subasta pública. En
caso de que se adopte este acuerdo, la subasta se efectuará ante el juez de la quiebra (inciso 2°
del artículo 123 de la Ley N ° 18.175).

172
34. El artículo 124 de la Ley N ° 18.175, establece que los acreedores, que reúnan más de la
mitad del total pasivo de la quiebra, podrán acordar la enajenación de todo o parte del activo de
la misma como un conjunto o unidad económica, en subasta pública y al mejor postor. La
realización de la misma, se deberá llevar a cabo ante el juez que conoce de la quiebra (inciso 1°
del artículo 124 de la Ley N ° 18.175).

No obstante, el síndico, es el único sujeto legitimado para oponerse a dicho acuerdo, por
medio de una oposición fundada, que se tramitará como incidente ante el Tribunal que conoce de
la quiebra, quien deberá resolver dentro de tercero día, que es un plazo judicial, por tanto no fatal
y de días hábiles, a menos que el tribunal por motivos fundados disponga lo contrario. La
apelación a la resolución del juez se concederá en el sólo efecto devolutivo, y gozará de
preferencia para su agregación extraordinaria a la tabla y para su fallo (inciso 2° del artículo 124,
y artículo 5 de la Ley N ° 18.175).

Las funciones señaladas en los números 36 y 37 son jurisdiccionales.

35. Al tribunal de la quiebra, le corresponde autorizar la prórroga del plazo de realización de


los bienes. Esto debido a que la realización de los bienes del activo debe efectuarse en el menor
tiempo posible, y en todo caso, en el plazo de seis meses contados desde la primera junta para
los bienes muebles y en el plazo de nueve meses para los inmuebles, a contar de la misma fecha.
La prórroga debe ser autorizada por el juez por una sola vez, siempre que el plazo prorrogado no
exceda seis meses. Sin embargo, esta declaración no procede de oficio, sino que debe ser
solicitada por el síndico, con quince días de anticipación a los plazos máximos normales de
realización de los bienes del activo (artículo 130 inciso 1° de la Ley N ° 18.175).

36. Ante el Tribunal de la Quiebra deben los acreedores residentes en el territorio de la


República verificar sus créditos y alegar sus preferencias (artículo 131 de la Ley N ° 18.175).

37. Los acreedores que suministren servicios de utilidad pública, también deben verificar sus
créditos ante el Tribunal que declara la quiebra, correspondiente a los suministros anteriores a la
declaración de quiebra. Solamente podrán suspender sus servicios, cuando cuenten con

173
autorización dada por el Tribunal de la Quiebra, previa audiencia con el síndico. En caso de que
se proceda por estos servicios a la suspensión del servicio antes de que el Tribunal conceda la
autorización respectiva, se sancionará a los prestadores del servicio, considerando dichos actos
como actos que tiendan a impedir la libre competencia y serán sancionados con arreglo al
Decreto 2.11, de 1973 (artículo 132 incisos 1° y 3° de la Ley N ° 18.175).

Se trata de una autorización de naturaleza administrativa.

La norma consagra un precepto muy importante, por cuanto, aquellos acreedores que
suministren servicios de utilidad pública, como gas, luz, y agua, no pueden suspender el
suministro, sin previa autorización del Tribunal, con lo cual se posibilita la continuidad de
servicios fundamentales para la marcha de la actividad económica de la empresa en falencia.

38. Al Tribunal le corresponde mandar anunciar por aviso, a costa de la masa, los créditos
que se presenten a verificación, lo que significa una función de mero trámite, de importancia
para el correcto ejercicio de las impugnaciones que puedan deducirse, pero que escapa de las
funciones jurisdiccionales que le competen por esencia al Tribunal (artículo 134 inciso 1° de la
Ley N ° 18.175).

39. Al Tribunal le corresponde de oficio, o a petición del síndico, del fallido, o de cualquier
acreedor, declarar cerrado el procedimiento de verificación para los acreedores residentes en el
territorio de la República. La declaración de oficio, sólo puede proceder cuando no exista
petición del síndico, del fallido o de algún acreedor, dentro de los quince días corridos siguientes
a la expiración del plazo señalado. Por lo que el tribunal debe esperar el ejercicio de la facultad
que estamos comentando a los órganos y sujetos concursales señalados, y sólo frente a la
inactividad de ellos, puede declarar cerrado el proceso de verificación ordinario. La declaración
se notificará por aviso dentro de quinto día (artículo 136 inciso 1°, y 2°).

Una vez vencidos los términos de emplazamiento para los acreedores residentes en el
extranjero, el juzgado de oficio o a petición del síndico, del fallido o de alguno de los acreedores,
declarará cerrado respecto de aquellos, el procedimiento de verificación. Procediendo de igual

174
forma que lo señalado anteriormente para los acreedores residentes en el territorio de la
República (artículo 139 de la Ley N ° 18.175).

Estas son funciones estrictamente administrativas.

40. Al Tribunal le corresponde resolver las demandas de impugnación que se presenten en


contra de los créditos verificados en el periodo ordinario de verificación para los acreedores
residentes en el territorio de la República (artículo 136), como para aquellos residentes fuera del
territorio de la República (artículo 139), como asimismo, debe conocer de las impugnaciones en
contra de los créditos de aquellos acreedores que no hayan verificado oportunamente sus
créditos o preferencias (artículo 140). En los dos primeros casos, el síndico, los acreedores, y el
fallido, podrán interponer demanda de impugnación contra los créditos, desde el momento en
que se haya agregado a los autos la respectiva solicitud, y hasta quince días después de
notificada la resolución que da por cerrado el procedimiento de verificación. El síndico, y los
acreedores podrán deducir demanda de impugnación, también dentro del mismo plazo, en contra
de las preferencias reclamadas. Esta última alegación no le corresponde al fallido, por cuanto a
este no le interesa mayormente la preferencia con que se van a pagar los acreedores, situación
que es de incumbencia del síndico que ha realizado un estudio mayor de los créditos, y a los
acreedores, pues estos pueden tener una preferencia menor a la alegada por otros, y de no ser
real dicha preferencia, correrán el riesgo de pagarse despúes (artículo 137). En el tercer caso, las
impugnaciones deben deducirse dentro de quince días, contados desde la notificación por aviso a
los acreedores, y por cédula al síndico, de los créditos de los acreedores que no hayan verificado
oportunamente (inciso 2° del artículo 140)

Cada impugnación se tramita en cuaderno separado, sin perjuicio de que proceda la


acumulación de autos de acuerdo a las normas del Código de Procedimiento Civil159.

41. El Tribunal que conoce de la quiebra, debe conocer y resolver los procedimientos que los
acreedores de segunda clase, incluidos los que gocen del derecho legal de retención
judicialmente declarado, inicien, o bien, continúen ante él los iniciados ante otros juzgados si
prefirieren no dejar en manos del síndico la realización de los bienes gravados, a efectos de ser
159
Artículos 92 a 100 del Código de Procedimiento Civil.

175
pagados sin aguardar las resultas de la quiebra, siempre que se asegure lo necesario para pagar a
los créditos de la primera clase, si es que los demás bienes de la masa no parecieren suficientes
para satisfacerlo (artículo 149 de la Ley N ° 18.175).

42. El Tribunal deberá dar lugar al sobreseimiento temporal en los casos contemplados en el
artículo 158 de la Ley N ° 18.175. Debe dar lugar al sobreseimiento definitivo en el caso del
artículo 164, y 165 de la Ley N ° 18.175. La dictación de la resolución que da lugar al
sobreseimiento implica que estamos en presencia de una función jurisdiccional.

43. Ante el Tribunal de la Quiebra debe interponerse la demanda de rehabilitación del fallido
culpable o fraudulento160, la que sin embargo se sustanciará ante la Superintendencia de
Quiebras (artículo 239 inciso 1° de la Ley n ° 18.175). Ahora bien, en el caso del fallido no
calificado, transcurrido un año desde la notificación de la declaratoria de quiebra, podrá este
fallido solicitar su rehabilitación ante el tribunal que haya conocido de la quiebra, siempre que
concurran los requisitos siguientes: (i) Que no se hayan deducido acciones criminales en su
contra dentro de dicho plazo, y (ii) Que, habiendo sido condenado el fallido en alguno de dichos
juicios criminales, hubiere cumplido las penas y satisfecho íntegramente las deudas (artículo 240
inciso 1° de la Ley N ° 18.175).

La solicitud de rehabilitación debe ser notificada por aviso a los acreedores, a los terceros, y a
la Superintendencia, y dentro del plazo de quince días siguientes a su notificación, podrá
deducirse oposición por la Superintendencia, o en el caso (ii) por los acreedores cuyos créditos
no hubieren sido enteramente pagados. Estas oposiciones darán origen a un procedimiento
sumario, entre el fallido, el Superintendente y el opositor, y se tramitará ante el Tribunal que
conoció de la quiebra.

La intervención del Tribunal en esta materia implica ejercicio de función jurisdiccional.

160
Recordemos que de acuerdo al artículo 235 de la Ley N ° 18.175, la rehabilitación hace cesar todas las
inhabilidades que las leyes imponen al fallido.

176
44.El Tribunal que conoció de la quiebra, tiene participación en la regulación de la cesión de
bienes, contemplada en el Titulo XV de la Ley N ° 18.175, en los artículos 242161, 244 inciso
1°162, 246163, 247164, 249165, y 251166.

4. SITUACIONES EN LAS CUALES EL JUEZ DEBE DECLARAR LA QUIEBRA DE


OFICIO EN MATERIA DE CONVENIOS CONCURSALES: Hemos señalado anteriormente
las facultades que tiene el Tribunal de la Quiebra para declarar la quiebra de oficio, lo que
constituye una excepción a la regla de la pasividad que debe regir en lo que respecta a la
actividad jurisdiccional, según lo dispuesto en el artículo 10 COT. Pues bien, en el capítulo II,
titulo II, tratamos las modificaciones que la Ley N ° 20.073 introdujo en convenios concursales,
y especialmente nos referimos a la regulación legal de los distintos órganos que intervienen en
los convenios. Sin embargo, cuando nos referimos a las atribuciones del Tribunal que interviene

161
Artículo 242 de la Ley N ° 18.175: “Si el deudor tuviere un solo acreedor, la solicitud en que haga la
cesión será puesta en conocimiento de éste para que exprese, dentro del plazo de seis días, si la acepta o
rechaza. La oposición se tramitará conforme a las reglas del juicio sumario”.
162
Artículo 244 inciso 1° de la Ley N ° 18.175: “Aceptada la cesión por anuencia del acreedor, o por
resolución del tribunal, podrá el acreedor dejar al deudor la administración de los bienes y hacer con él los
arreglos que estime conveniente”.
163
Artículo 246 de la Ley N ° 18.175: “Si el deudor que no se encontrare comprendido en el artículo 41,
tuviere más de un acreedor, el tribunal, al dar curso a la solicitud en que se haga cesión de bienes,
dispondrá: 1.- La designación, en calidad de depositario, en la forma prevista en el artículo 42, de un
síndico de la nómina nacional, para que reciba de los bienes y documentos del deudor, bajo inventario
confeccionado ante el secretario del tribunal o el ministro de fe que el juez designare; 2.- Que el síndico
informe al tribunal sobre las causas del mal estado de los negocios de este último; 3.- Que todos los
acreedores residentes en el territorio de la República se presenten, dentro del plazo de treinta días, con los
documentos justificativos de sus créditos bajo apercibimiento de proseguirse la tramitación sin volver a
citar a ningún acreedor; 4.- Que se despachen las correspondientes cartas áreas certificadas para hacer
saber la cesión a los acreedores que se hallen fuera de la República, ordenándoles que en el término de
emplazamiento, que se expresará en cada carta, comparezcan con los documentos justificativos de sus
créditos, bajo el apercibimiento indicado en el número precedente, y; 5.- Que se notifique la cesión de
bienes al síndico y a los acreedores en la forma dispuesta para la declaratoria de quiebra. Se aplicará al
síndico lo dispuesto en los párrafos 4° y 5° del Título III”.
164
Artículo 247 de la Ley N ° 18.175: “El síndico, dentro del plazo de quince días contado desde la
notificación de la cesión, informará al tribunal sobre las causas del mal estado de los negocios del deudor.
La presentación del informe será notificada a los acreedores por aviso”.
165
Artículo 249 de la Ley N ° 18.175: “Vencido el plazo señalado en el artículo anterior (plazos señalados
en el N °3 y N º 4 del artículo 246 aumentado en seis días) sin que los acreedores hayan ejercitado su
derecho, el tribunal declarará aceptada la cesión de bienes y esta resolución se notificará por aviso”.
166
Artículo 251 de la Ley N ° 18.175: “La sentencia que rechace la cesión de bienes declarará, a la vez, la
quiebra del deudor. En forma previa a la dictación de la sentencia se procederá a designar en conformidad
al artículo 42, al síndico titular y al síndico suplente, no pudiendo recaer dichos nombramientos en quienes
hubieren ejercido el cargo a que se refiere el artículo 246. El proceso seguirá sustanciándose en el estado
en que se encuentre, por todos los trámites de la quiebra, sirviendo de suficiente llamamiento a los
acreedores el practicado en conformidad a los números 3 y 4 del artículo 246”.

177
en los convenios concursales, no hicimos una referencia sistematizada respecto de los casos que,
de acuerdo a la normativa introducida por dicha ley, producen como consecuencia la declaración
de quiebra de oficio. En consecuencia, para completar dicho análisis, y para efectos de estudiar
situaciones que son excepcionales en el ámbito del quehacer judicial, pasaremos a mencionar
aquellos casos en los cuales se debe declarar de oficio la quiebra del deudor, de acuerdo a lo que
establece la ley en materia de convenios concursales.

Los casos son los siguientes:

a. Situación contemplada en el artículo 172 inciso 1° de la Ley N ° 18.175: Los convenios


judiciales preventivos son aquellos que se proponen con anterioridad a la declaración de la
quiebra, en conformidad al párrafo 2 del Titulo XII del la Ley N ° 18.175, y que comprenden
todas las obligaciones existentes antes de la resolución que ordena citar a la Junta de Acreedores
para la designación de experto facilitador en el caso del artículo 177 ter de la LQ o antes de la
resolución que recae en las otras proposiciones de convenio judicial preventivo que no sean de
aquellas reguladas en el artículo 177 ter de la LQ, aún cuando no sean de plazo vencido, salvo
aquellas que sean excluidas por la ley. Las proposiciones de convenio judicial preventivo
pueden ser presentadas por el deudor (artículo 171 de la Ley N ° 18.175), o bien, pueden
presentarse por un acreedor (artículo 172 inciso 1 ° de la Ley N ° 18.175). En este último caso,
es necesario que el acreedor se encuentre contemplado en los casos señalados en el N ° 1 o N ° 2
del artículo 43 de la Ley N ° 18.175. La solicitud del acreedor se dirige ante el Tribunal que
sería competente para conocer de la quiebra del deudor, con el objetivo de que el deudor, o bien,
la sucesión del deudor, en su caso, realice (n) proposiciones de convenio judicial preventivo,
abriendo la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo entre el deudor y los acreedores,
evitando, de esa forma, la declaración de la quiebra.

La solicitud del acreedor, debe ser aprobada o rechazada por el tribunal, sin dar origen a
ningún incidente, pues debe aprobar o rechazar dicha solicitud de plano, esto es, sin
conocimiento al deudor por medio de notificación alguna. Situación distinta es que, en caso de
que apruebe la solicitud del acreedor, debe la resolución que recaiga en dicha solicitud,
notificarse al deudor. En suma, la solicitud del acreedor debe ser resuelta por el tribunal sin oír al
deudor, ya que debe resolver dicha solicitud de plano, ya sea acogiéndola o rechazándola. En el

178
primer caso, se notifica al deudor la resolución que acoge la solicitud, para que éste en el plazo
de 30 días contados desde la notificación, efectúe propuestas de convenio judicial preventivo, o
bien, dentro de los 5 días de la notificación de dicha resolución, decida acogerse
irrevocablemente al artículo 177 ter de la Ley N ° 18.175, a efectos de que se designe un experto
facilitador. En el segundo caso, o sea, en aquellas situaciones en las que el Tribunal rechaza la
solicitud, el acreedor podrá pedir la quiebra cumpliendo con los requisitos generales al respecto.

La notificación de la resolución que acoge la solicitud del acreedor, debe notificarse en la


forma sustitutiva de la personal, aún cuando el deudor no se encuentre en el lugar del juicio, con
lo que se modifican las reglas dadas por el artículo 44 del CPC, para los efectos de realizar dicha
notificación, pues es requisito de la misma, que la persona del notificado se encuentre en el lugar
en donde se sigue el juicio (artículo 172 inciso 1°, y 45 inciso 4° de la Ley N ° 18.175).

Una vez notificada la resolución del Tribunal que acoge la solicitud del acreedor, y si el
deudor no presenta dentro del plazo señalado, proposiciones de convenio judicial preventivo, o
no se acoge irrevocablemente al artículo 177 ter de la Ley N ° 18.175, se acarreará
necesariamente la quiebra del deudor, y así deberá de oficio declararla el Tribunal que conoció
originalmente de la solicitud del acreedor.

b. Situación contemplada en el artículo 177 bis inciso 7°: Si la proposición de convenio


judicial preventivo se hubiere presentado con el apoyo de dos o más acreedores que representen
más del 50% del total del pasivo, no podrá solicitarse la quiebra del deudor ni iniciarse en su
contra juicios ejecutivos, ejecuciones de cualquier clase o restitución en los juicios de
arrendamiento, durante los noventa días siguientes a la notificación por aviso de la resolución en
que el tribunal cite a los acreedores a junta para deliberar sobre dicha proposición. Durante este
período, se suspenderán los procedimientos judiciales señalados y no correrán los plazos de
prescripción extintiva. Además, en este plazo de noventa días, se deberá acordar el convenio
judicial preventivo. Dicho plazo reúne las características de fatal, e improrrogable, de manera
que una vez cumplido el plazo, no habiéndose acordado el convenio judicial preventivo, sobre la
base de las proposiciones y el apoyo de los acreedores señalados anteriormente, el Tribunal que
deba conocer de la quiebra, procederá sin más trámite a declarar de oficio la quiebra del deudor.

179
c. Situación contemplada en el artículo 177 ter inciso 3° de la Ley N ° 18.175: El deudor,
podrá solicitar al Tribunal que sea competente para conocer de su quiebra, que cite a una junta
de acreedores, a celebrarse dentro de los diez días siguientes a la notificación por aviso de la
resolución del Tribunal que recaiga en la solicitud, a efectos de que dicha Junta de acreedores,
designe a un experto facilitador. También se aplica este procedimiento en el caso que, un
acreedor de los que se encuentran en las situaciones del artículo 43 N ° 1 o 2 de la Ley N °
18.175, solicite al Tribunal que deba conocer de la quiebra, que se notifique al deudor la
resolución que acoja su solicitud, a efectos de que éste último realice proposiciones de convenio
judicial preventivo, o bien que, se acoga dentro de los 5 días siguientes a dicha notificación a lo
establecido en el artículo 177 ter de la ley de la quiebra, en razón de lo dispuesto en el artículo
172 inciso 2 ° de la Ley N ° 18.175. Si la solicitud del deudor al tribunal ha sido presentada
dentro del plazo de quince días contados desde la fecha en que haya cesado en el pago de una
obligación mercantil (artículo 41 de la LQ), la notificación deberá hacerse dentro del plazo de
ocho días contado desde la fecha de la resolución. Si la notificación es oportuna se entenderá que
el deudor que ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola, ha dado
cumplimiento a la obligación que el artículo 41 establece, cual es, la obligación de solicitar la
propia quiebra. Designado el experto facilitador con el voto de uno o más de los acreedores, que
representen más del 50% del total del pasivo con derecho a voto, deberá dentro del plazo de 30
días corridos, improrrogables, contados desde la celebración de la junta que lo nombró en el
cargo, evaluar la situación legal, contable, económica y financiera del deudor y proponer a sus
acreedores un convenio que sea más ventajoso que la quiebra de aquél o en caso contrario,
solicitar al tribunal, que declare la quiebra del deudor, el que la deberá declararla sin más
trámite.

Si el experto facilitador no diere cumplimiento a su cometido dentro del plazo señalado el


juez dictará de oficio la sentencia que declara la quiebra del deudor.

O sea, la declaración de quiebra de oficio procede sólo en el caso en que el experto facilitador
no haya cumplido con el encargo que implica su función, dentro de los 30 días corridos desde el
momento de la celebración de la junta que lo designó. Se trata de un plazo de días, corridos,
improrrogables, fatal, y completo.

180
d. Situación contemplada en el artículo 178 inciso 6°, y en el artículo 214 de la Ley N °
18.175: Una de las modificaciones introducidas a la ley de la quiebra, por la Ley N ° 20.073, fue
que los convenio pueden versar sobre cualquier objeto lícito tendiente a impedir la declaración
de quiebra del deudor, salvo la alteración de la cuantía de los créditos utilizados para la
determinación del pasivo. Por lo tanto, la creatividad de los acreedores y deudores, pueden
llevar a pactar en los convenios concursales que celebren una amplia gama de cláusulas y
acuerdos. La ley, regula en manera sucinta algunos de dichos acuerdos, entre los cuales
establece, la posibilidad de que se pacte una cláusula compromisoria, en virtud de la cual, se
sometan a un árbitro las diferencias que pueden suscitarse en lo sucesivo entre el deudor y sus
acreedores, o entre éstos últimos, en lo que se refiere al convenio, y en especial, a su
interpretación, cumplimiento, aplicación, declaración de nulidad, o declaración de
incumplimiento del mismo. Se puede pactar, también, la naturaleza del arbitraje. Cabe señalar
que, esta cláusula compromisoria es obligatoria para todos los acreedores que suscribieron el
convenio.

Si el árbitro declara nulo o incumplido el convenio, el mismo remitirá el expediente en que se


tramitó dicha nulidad o incumplimiento del convenio a la Corte de Apelaciones respectiva, para
que la misma proceda a la designación del Tribunal que deba declarar la quiebra del deudor.

Ahora bien, en caso de que no se haya establecido la cláusula compromisoria a la que hemos
hecho referencia (artículo 213 de la Ley N ° 18.175), la declaración de nulidad o incumplimiento
del convenio deben sujetarse a los trámites del juicio sumario, siendo competente para ello, el
Tribunal que conoció del convenio. La sentencia que acoja las demandas de nulidad o de
declaración de incumplimiento, será apelable en ambos efectos, pero el deudor quedará de
inmediato sujeto a intervención de un síndico que tendrá las facultades del interventor del
artículo 294 del Código de Procedimiento Civil y las previstas en el artículo 177 bis de la Ley N
° 18.175.

Una vez firme la resolución que declare la nulidad o el incumplimiento, el tribunal de primera
instancia declarará la quiebra del deudor de oficio y sin más trámite (artículo 214 de la Ley N °
18.175).

181
e. Situación contemplada en el artículo 180 inciso 2 ° de la Ley N ° 18.175: Uno de los
avances más grandes de la Ley N ° 20.073, dice relación con la descongestión que va a producir
el traslado de competencia para conocer de las proposiciones de convenio judicial preventivo de
las sociedades sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y Seguros167, desde
los Tribunales ordinarios civiles, hasta el Tribunal arbitral que regula la Ley N ° 18.175, en sus
artículo 180 y siguientes. Pues bien, la competencia del tribunal arbitral se extiende a todo
cuanto sea necesario para la tramitación de las proposiciones de convenio judicial preventivo y a
los incidentes que se promuevan durante el procedimiento del mismo, hasta que la resolución
que lo tenga por aprobado se encuentre ejecutoriada. Si el convenio fuere rechazado o
desechado, el tribunal arbitral lo declarará así en una resolución que será inapelable, y remitirá
de inmediato el expediente a la Corte de Apelaciones respectiva, para que ésta designe el
tribunal que deberá sin más trámite declarar de oficio la quiebra del deudor, conjuntamente con
designar al síndico que deberá administrarla, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 209 de la
ley de la quiebra.

f. Situación contemplada en el artículo 194 de la Ley N ° 18.175: La comparecencia del


deudor, personalmente o representado, a la junta de acreedores que debe deliberar sobre las
proposiciones de convenio simplemente judicial, o bien, judicial preventivo, es esencial, pues de
lo contrario se entiende que las abandona o las rechaza. Lo que es evidente, porque es el
principal interesado en que la empresa de la cual es titular, salga de la situación de crisis
empresarial que se ha generado (cuando se trata de proposiciones de convenio judicial
preventivo), o bien, salga de la situación de quiebra en la que se encuentra (cuando se trata, de
convenio simplemente judicial). Ahora bien, si no existe causa justificada para la no
comparecencia del deudor, personalmente o representado, a la junta de acreedores que debe
deliberar sobre las proposiciones de convenio judicial preventivo el Tribunal, declarará la
quiebra de oficio.

g. Situación contemplada en el artículo 209 inciso 2° de la Ley N ° 18.175: El Tribunal


deberá declarar de oficio la quiebra, cuando se hayan rechazado las proposiciones de cualquier
clase de convenio, por no haber obtenido las mayorías necesarias para su aprobación, o

167
Artículo 3 ° del Decreto Supremo N ° 3.538 del Ministerio de Hacienda, que crea la Superintendencia
de Valores y Seguros. Publicado en el Diario Oficial de 23 de diciembre de 1980.

182
bien,cuando sea desechado el convenio en los casos señalados en el artículo 196 de la Ley N °
18.175, esto es, por las siguientes causales:

1.- Defectos en las formas establecidas para la convocación y celebración de la junta, o error
en el cómputo de las mayorías requeridas por la ley;
2.- Falsedad o exageración del crédito o incapacidad o falta de personería para votar de
alguno de los que hayan concurrido con su voto a formar la mayoría, si excluido este acreedor,
hubiere de desaparecer tal mayoría;
3.- Inteligencia fraudulenta entre uno o más acreedores y el deudor para votar a favor del
convenio o para abstenerse de concurrir;
4.- Error u omisión sustancial en las listas de bienes o de acreedores;
5.- Ocultación o exageración del activo o pasivo, y
6.- Por contener una o más estipulaciones contrarias a lo dispuesto en los incisos primero a
quinto del artículo 178.

5. CONSIDERACIONES FINALES SOBRE EL TRIBUNAL DE LA QUIEBRA: Respecto


de la regulación que se realiza del Tribunal de la Quiebra en la Ley N ° 18.175, es necesario
realizar ciertas observaciones:

a. Un aspecto particularmente importante, dice relación con la profesionalización de los


Tribunales que deben conocer de la quiebra. Algún paso se ha dado en este sentido en virtud de
la Ley N ° 20.073, que modificó el artículo 180 de la Ley N ° 18.175, en lo que se refiere al
establecimiento de un tribunal unipersonal y derecho, para: “la tramitación de las proposiciones
de convenio judicial preventivo y a los incidentes que se promuevan durante el procedimiento
del mismo, hasta que la resolución que lo tenga por aprobado se encuentre ejecutoriada”,
respecto de las sociedades que se encuentran sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de
Valores y Seguros. Sin embargo, la anterior modificación dice relación con los convenios
judiciales preventivos, por lo que no se aplica al ámbito de la quiebra, por cuanto los convenios
concursales, y la quiebra son procedimientos concursales distintos. Así las cosas, los Tribunales
competentes para conocer de la quiebra, son los Tribunales civiles ordinarios de primera
instancia. Que tienen competencia para conocer de asuntos en cuanto a su materia, no sólo de
naturaleza concursal, sino que de la generalidad de los asuntos de orden civil (concepto genérico

183
que abarca todo lo que no es penal), salvo que una ley someta determinados asuntos al
conocimiento de otro tribunal ordinario o especial. Como se puede observar, los Tribunales que
son competentes para conocer de la quiebra, no tienen la idoneidad necesaria, en cuanto a
preparación y conocimientos técnicos, para desempeñar las importantes funciones que la Ley de
Quiebras le encomienda. Esta deficiencia del sistema, ya la hemos señalado, en el Capitulo II,
Título II, párrafo 2, punto e), en lo que respecta a la necesidad de contar con tribunales
especializados para el conocimiento y resolución de los asuntos concursales, y en general, para
el ejercicio jurisdiccional adecuado en materia económica. Las soluciones legislativas, sobre esta
materia, pueden ser variadas:

- El establecimiento de Tribunales Económicos168, encargados de materias


concursales, tributarias, aduaneras, de libre competencia, de protección al consumidor,

168
Un avance en este sentido dice relación con el proyecto de ley que perfecciona y fortalece la
jurisdicción tributaria, cuya tramitación se inició por mensaje de S.E el Presidente de la República, con
fecha 19 de noviembre de 2002 (Mensaje N ° 206-348). Igual propuesta pude aplicarse en materia
mercantil, y más especialmente en materia concursal, claramente con las especificidades con que debería
abordarse la reforma en materia concursal. Por lo anterior resulta ilustrativo señalar el contenido del
proyecto de ley en lo que a la reforma de la jurisdicción tributaria se refiere: “Para el cumplimiento del
objetivo propuesto, el proyecto se sustenta y desarrolla a través de cinco principios básicos que se funden
con su contenido:
1. Especialización de las Cortes de Apelaciones en materias tributarias y agilización de la
tramitación de los procesos en la segunda instancia.
2. Creación de Tribunales Tributarios de primera instancia, que ejercerán su ministerio con
independencia de la interpretación de la ley tributaria sustentada por la administración.
3. Etapa de reconsideración administrativa obligatoria, en forma previa al reclamo, como medio de
evitar la "judicialización" innecesaria de los procesos de determinación impositiva.
4. Procedimientos judiciales eficientes y expeditos.
5. Aplicación gradual de la reforma.
Especialización de las Cortes de Apelaciones en materias tributarias.
Se propone que las Cortes de Apelaciones, que tienen competencia para pronunciarse respecto de los
recursos de apelación que se deduzcan en contra de lo resuelto en primera instancia, contarán con salas
que conocerán, en forma exclusiva o preferente, de los asuntos tributarios. Estarán integradas por personas
con conocimientos especializados en estas materias.
Aumento del número de Ministros en algunas Cortes de Apelaciones.
Para este fin, se propone un aumento de tres Ministros en cada una de las Cortes de Apelaciones de
Valparaíso, Concepción, San Miguel y Santiago, y de un nuevo relator, especialista en materias tributarias,
en las diecisiete Cortes de Apelaciones del país.
Agilización de la tramitación de las causas en la segunda instancia.
Además, se establece que el recurso de apelación respecto de materias tributarias se tramite en forma
preferente, en cuenta y de conformidad a las normas prescritas para los incidentes.
Con estas modificaciones se pretende asegurar una rápida tramitación de tales causas en segunda
instancia, con tribunales dotados de personal especializado en el conocimiento de materias tributarias.
Creación de Tribunales Tributarios de primera instancia, independientes de la Administración.

184
Se contempla la creación de dieciséis Tribunales Tributarios de primera instancia, a razón de un Tribunal
por cada Dirección Regional del Servicio de Impuestos Internos, con competencia para conocer de las
reclamaciones en contra de las actuaciones del Servicio.
El proyecto persigue asegurar la idoneidad del personal que integrará estos Tribunales y el ejercicio de la
jurisdicción con independencia de las instrucciones e interpretaciones de la autoridad administrativa, para
lo cual se han considerado tres aspectos sustanciales: la idoneidad de sus integrantes, la independencia y la
carrera judicial de los Jueces Tributarios.
Idoneidad y nombramiento del personal del Tribunal Tributario.
Cada Tribunal estará compuesto por un Juez letrado, por un Abogado resolutor y por el personal
profesional y administrativo necesario para la tramitación de las causas.
El Juez Tributario y el Abogado resolutor, serán nombrados mediante un procedimiento concursal de
naturaleza mixta, que tiene por objeto asegurar la calificación de este personal para las funciones que
desarrollará. Para ello, el Ministerio de Hacienda propondrá una lista de hasta diez nombres, escogida
entre personas idóneas al puesto, la que será elevada a la decisión de la Corte de Apelaciones respectiva.
Esta, a su vez, deberá formar una terna para ser sometida al Presidente de la República, quien
seleccionará, en definitiva, los llamados a servir estos cargos.
Se ha considerado pertinente establecer como condiciones de idoneidad del Juez Tributario el que cumpla
con los requisitos de ser abogado y, además, especialista en materias tributarias.
El Juez Tributario tendrá una jerarquía compatible con la responsabilidad inherente a las altas funciones
que de él se esperan, estableciéndose una planta especial dentro de los escalafones del Servicio de
Impuestos Internos, en las que tendrá un grado en relación con la magnitud e importancia de la Dirección
Regional en que ejerza sus funciones.
El proyecto crea el cargo de Abogado resolutor, quien además de colaborar con el Juez en la resolución de
las causas y con la gestión administrativa del Tribunal, subrogará al Juez cuando éste se encuentre ausente
o inhabilitado por alguna razón. A estos fines se contempla que la designación y nombramiento de este
funcionario sea también independiente de la autoridad del Servicio de Impuestos Internos.
En cuanto al resto del personal del Tribunal, se considera una planta especial de resolutores. El personal
"resolutor" estará encargado de colaborar en la labor de resolución de las causas sometidas al
conocimiento de cada Tribunal y se le exigirá estar en posesión de un título profesional otorgado por una
Universidad o Instituto Profesional. Además, el Servicio de Impuestos Internos proveerá el personal
"administrativo", el que estará destinado a cumplir las labores de secretaría y atención de público. En todo
caso el proyecto garantiza la dotación necesaria de funcionarios para el adecuado funcionamiento de esta
instancia jurisdiccional.
Independencia del Tribunal Tributario.
El proyecto pretende garantizar la independencia de los Tribunales Tributarios, interviniendo en diversos
aspectos orgánicos relacionados con el establecimiento y funcionamiento de los mismos.
i. Formula mixta de designación.
En primer término, se consagra una fórmula mixta de designación de los Jueces y Abogados
resolutores de cada Tribunal, lo que pretende asegurar la idoneidad de este personal y su independencia
respecto de la autoridad administrativa.
ii. Libertad para interpretar los hechos de la causa y el derecho aplicable.
Por otra parte, el Juez Tributario, en el ejercicio de sus facultades jurisdiccionales, será libre para
interpretar los hechos de la causa y definir el derecho aplicable al caso particular, incluso respecto de la
interpretación de la ley tributaria que haga el Director del Servicio de Impuestos Internos. En efecto, los
Jueces Tributarios, no obstante ser funcionarios del Servicio fiscalizador, no estarán sujetos a las
interpretaciones de la ley tributaria que sustente la Dirección Nacional de dicho Servicio y no podrán ser
removidos ni separados discrecionalmente del cargo por ésta.
iii. Independencia y sometimiento a la supervigilancia directiva, correccional y económica de la
Corte de Apelaciones respectiva.
Asimismo, se establece expresamente que los Jueces Tributarios, en el desempeño de su función,
serán independientes de toda autoridad del Servicio de Impuestos Internos. Sin perjuicio de las facultades

185
de la Excma. Corte Suprema, estarán directamente sujetos a la supervigilancia directiva, correccional y
económica de la Corte de Apelaciones respectiva.
En el mismo sentido, los jueces serán calificados por la Corte de Apelaciones, previo informe del
Servicio de Impuestos Internos sobre la eficiencia observada en la gestión del Tribunal. Este
procedimiento es similar al que actualmente rige al sistema de calificaciones de los Jueces de Policía
Local.
iv. Inhabilidades y prohibiciones.
Además, se contempla que a los Jueces Tributarios y Abogados resolutores, se les apliquen las
inhabilidades y prohibiciones que afectan a los funcionarios del Servicio de Impuestos Internos. Además,
se les somete a las inhabilidades y prohibiciones que afectan a los miembros de la judicatura ordinaria.
v. Apoyo en recursos humanos y materiales.
El Servicio de Impuestos Internos será responsable de proporcionar a los Tribunales Tributarios los
recursos materiales y humanos que requieran para su eficiente desempeño.
Acceso a la carrera judicial por parte de los Jueces Tributarios.
El proyecto salvaguarda el acceso de los Jueces Tributarios a la carrera judicial, posibilitándoles optar a
cargos vacantes en las Cortes de Apelaciones, en igualdad con los Jueces Ordinarios.
Etapa de reconsideración administrativa obligatoria, en forma previa al reclamo jurisdiccional.
Se ha considerado necesario establecer la obligatoriedad del agotamiento previo de la vía administrativa,
con el objeto de implementar efectivamente una instancia que permita al Servicio de Impuestos Internos
resolver administrativamente el conflicto, evitando la "judicialización" innecesaria de los casos que
impliquen la existencia de un conflicto entre el aparato fiscalizador y los contribuyentes.
Ello, además del objetivo reseñado, constituirá una importante herramienta para la administración
tributaria, en cuanto le permitirá establecer un mecanismo prejudicial de revisión de la calidad jurídica de
sus actuaciones, favoreciendo con ello al contribuyente, quien no se verá obligado a recurrir a los
Tribunales en los casos en que la administración se encuentre conteste en la existencia de errores o vicios
en las actuaciones de determinación impositiva; a la administración de justicia, la que no se verá
congestionada por procesos en los que no existe un verdadero conflicto de intereses; y a la propia
administración tributaria, la que no deberá distraer recursos en el sostenimiento de acciones viciadas desde
su nacimiento.
De esta manera, el recurso de reconsideración administrativa, tendrá carácter obligatorio y constituirá un
requisito de procesabilidad previo para la interposición del reclamo en sede jurisdiccional. El efecto de la
interposición de este recurso será el de suspender las consecuencias del acto impugnado hasta la
resolución del mismo, salvo que ésta sea desfavorable para el contribuyente y decida interponer
reclamación ante el Tribunal Tributario, caso en el cual se prorrogará la suspensión.
Como contrapartida de esta obligación del contribuyente, la autoridad administrativa resolverá la solicitud
de reconsideración, sin forma de juicio, en el plazo de 45 días. Si así no lo hiciere, operará la institución
del “silencio administrativo negativo”, en virtud del cual se entenderá rechazada la solicitud del
contribuyente, abriendo a éste la posibilidad de deducir reclamo ante el Juez Tributario.
Procedimientos judiciales eficientes y expeditos.
El Proyecto mantiene los procedimientos que actualmente contempla el Código Tributario para conocer y
juzgar las causas contenciosas tributarias, pero les introduce modificaciones que propendan a agilizar su
tramitación, de manera de consagrar plazos legales breves en cada una de las etapas del procedimiento.
Asimismo, se ratifica el principio de gratuidad en el acceso a la justicia tributaria, en cuanto no se exige la
comparecencia por medio de abogado.
También se reconoce al Servicio de Impuestos Internos la calidad de "parte", con derechos, obligaciones y
cargas, en todos los procesos que se generen a causa de una reclamación tributaria.
Aplicación gradual de la reforma.
Finalmente, el proyecto establece la aplicación gradual de la reforma propuesta, a partir de un año desde
que se publique la ley en el Diario Oficial, con el objeto de contar con el tiempo y los recursos necesarios
para su implementación en cada una de las Direcciones Regionales del Servicio de Impuestos Internos.

186
de protección de derecho de autor, y propiedad intelectual, como de protección a la
propiedad industrial y derecho de marcas, y otras materias afines169.
- La especialización de parte de la jurisdicción ordinaria existente para el
conocimiento y resolución de los conflictos en las materias señaladas anteriormente.
- Dotar a los Tribunales que conocen de las quiebras, ya sea en su carácter de
tribunales especializados, o bien, en la formulación actual, de instancias técnicas de
asesoramiento170. Lo cual puede provenir de instituciones públicas, de funcionarios
públicos con conocimiento idóneo, o bien, de asesores particulares.
- Privatizar derechamente el sistema de conocimiento y resolución de la quiebra,
por medio del establecimiento de un sistema de arbitraje, lo cual puede ser complejo por
razones del costo que ello puede significar, en lo que a las PYMES se refiere, o bien,
puede resultar chocante por la concepción publicista que se tiene del proceso de
quiebras.

Cabe hacer notar, que la modificación en esta materia debe ser realizada por medio de una
buen técnica legislativa, de manera que no se repitan los vacíos y incongruencias que ha
producido la reforma del derecho concursal español, aprobado el 19 de junio del 2003, en el
sentido de que no obstante la especialización de los nuevos juzgados de lo mercantil, resulta que
amplios espectros de materias mercantiles son todavía de competencia de los juzgados civiles
generales, lo que produce una dicotomía jurisdiccional que en el caso nacional, en el evento de
emprenderse una reforma en el sentido que se viene comentando, no se pude replicar.

La gradualidad que se propone considera la aplicación de las modificaciones contenidas en el proyecto,


primero en las regiones con menor número de contribuyentes y de causas, dejando para el final a las
regiones con mayor densidad poblacional y número de litigios, en un proceso que servirá, además, para
evaluar el cumplimiento de los objetivos que se han enunciado”
169
Cuyos principios sean la eficiencia, la independencia (elemento objetivo que dice relación con la falta o
inexistencia de ligación o dependencia de un Tribunal con otros órganos o Poderes del Estado, basado en
el respeto del principio de separación de poderes), la transparencia, la profesionalización, y la rapidez en
el conocimiento y resolución de los asuntos.
170
Como ocurre con la Corte de Quiebra en el sistema de los Estados Unidos, o Bankruptcy Court, que
cuenta con cuantiosos medios y equipos técnicos y profesionales de apoyo que le permiten supervisar
detalladamente lo que va ocurriendo en un proceso determinado. O, como ocurre con el Instituto Federal
de Especialistas en Concursos Mercantiles (IFECOM), en México, que tiene por objeto integrar al
procedimiento de quiebra a especialistas, técnicos y profesionales, encargados de apoyar al juez en sus
resoluciones.

187
b. Se ha señalado por la doctrina, que dado el fundamento de orden público que rige el
proceso de quiebras, el Tribunal de la Quiebra ve ampliado sus poderes y atribuciones en
relación con las facultades que tienen los Tribunales en otros ámbitos de ejercicio jurisdiccional,
en lo que a actuación de oficio se trata. Así lo señala el profesor Puga: “Pero el tribunal de la
quiebra ve ampliadas sus facultades para actuar de oficio, dado el fundamento de orden público
del proceso donde obra”171. No obstante, dicho autor, posteriormente reclama por la necesidad
de que se acumule en el Tribunal de la Quiebra más facultades para actuar de oficio, además de
aquellas que le permiten la declaración de oficio de la quiebra172. Con todo no resulta difícil
constatar en nuestra legislación, las amplias posibilidades de actuar que se reconocen al Tribunal
de la Quiebra en el proceso de quiebras, algunos autores, hablan incluso de un: “súper juez”173,
dadas las competencias exorbitantes que se reconocen al Tribunal de la Quiebra en relación con
las que conocemos en el derecho común.

Aparte del fundamento de orden público que, indudablemente inspira el proceso de quiebras,
se explican estas amplias facultades por las variadas, extensas, y diversas funciones que se le
encargan al Tribunal de la Quiebra, muchas de las cuales no tienen carácter jurisdiccional, sino
que doméstico o administrativo. Así se ha señalado: “Por ello, el Juez de la Quiebra no es sólo
un mero sentenciador, sino que, además, debe realizar una serie de actuaciones de carácter
administrativo y que tienen por objetivo ordenar el proceso de quiebras para los fines de su
objeto final”174.

c. En relación con lo anterior (y recordando el lamento del profesor Puga, respecto de la


escasa aplicación de la actuación de oficio del Tribunal), se ha criticado el sistema del Tribunal
de la Quiebra, por cuanto, se debería dotar al mismo de las potestades necesarias para decretar de
oficio, en casos calificados, la continuación del giro de la empresa, con el objetivo de defender la
existencia jurídica de la misma, cuestión que en la economía moderna interesa al Estado

171
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 540.
172
Así señala: “En Chile, lamentablemente, esta consideración no ha sido acogida en forma amplia; más
bien se observa una posición conservadora a este respecto, pues son contados los casos en que el tribunal
pude actuar de oficio, si dejamos de lado la mal denominada “quiebra ex officio””. PUGA, JUAN
ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 540
173
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 14.
174
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 14

188
democrático, todo ello como se estableció en Francia. Esta reforma significaría incorporar un
elemento de carácter publicista al proceso de quiebras175.

d. En relación con el punto b), y como una forma de solucionar la amplitud de funciones del
Tribunal de la Quiebra, en todas aquellas tareas que lo alejan de su actuación propiamente
jurisdiccional, se ha señalado por la doctrina la necesidad de dotar al Tribunal de la Quiebra de
un juez delegado o juez comisario176 (como en el sistema italiano, en que se diferencia y distinge
un tribunal único, constituido por el juez de comercio, que es el órgano director de la quiebra, y
un juez delegado, a cargo de los aspectos procedimentales177), encargado de la tramitación del
proceso, y por lo tanto de los aspectos administrativos.

Esta idea ha sido indicada claramente por la doctrina nacional, por un lado, Juan Esteban
Puga, señala: “En el derecho comparado se ha observado una tendencia a crear dos órganos
jurisdiccionales jerarquizados, que se ordenan bajo el principio de la doble instancia: un tribunal
de la quiebra que dicta resoluciones claves, y un juez delegado que es el verdadero juez
tramitador de la quiebra, quien despacha las providencias, y decretos y que está sujeto a la
revisión por las apelaciones que conoce su superior jerárquico. Este es un sistema nada absurdo
y digo de contemplarse”178. Asimismo, Oscar Torres, nos indica: “En nuestro sistema concursal,
el único órgano jurisdiccional es el Tribunal de la Quiebra, concretamente el juez de primera
instancia de jurisdicción común o civil, quien debe conocer de la petición de quiebra, resolverla,
y declararla si procede en derecho. Luego, debe hacerse cargo de toda la tramitación del juicio
de quiebras, con todos sus litigios accesorios –nulidades, resoluciones, inoponibilidades,
reinvidicaciones, etc.-; debe instar porque el proceso administrativo de la quiebra avance;
atenerse a los acuerdos de las juntas de acreedores en lo referente a la liquidación del pasivo,
hasta su completa tramitación o clausura. En consecuencia, no dispone de tiempo suficiente para
dedicarle especial atención al proceso (…). Por ello, sería necesario considerar un juez delegado
o juez comisario asesor del juez civil para dar curso al proceso, dictando las providencias
necesarias para dar curso progresivo a la causa y fiscalizar las actuaciones del Síndico de
Quiebras sin perjuicio de las potestades de la Fiscalía Nacional de Quiebras; en esta materia, el

175
En este sentido, TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 98.
176
Caso Francés, artículo 8 de la Ley N ° 67-563.
177
Artículos 25 y 26 del Decreto 267, de 1942.
178
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 540.

189
funcionario auxiliar del juez podría ser el secretario del tribunal”179. Respecto de lo señalado por
Oscar Torres, si bien es cierto las funciones del Tribunal de la Quiebra en materias meramente
administrativas, podrían ser encomendadas al secretario del Tribunal, con ello no se avanzaría en
la profesionalización de los Tribunales concursales, ni en su especialización, sino que sólo se
encargan más tareas a un funcionario que interviene en una serie amplia de procesos de diversa
naturaleza, por lo que la solución dada por dicho autor, no resulta para nada satisfactoria.

CAPITULO IV
LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS.

LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS.

1. ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: En


Chile, durante el período de la dominación española la legislación de quiebras se rigió por las
Ordenanzas de Bilbao y la Novísima Recopilación, cuerpos legales que establecieron un sistema
concursal sólo aplicable a los comerciantes y en el que la realización de los bienes estaba a cargo
de síndicos compromisarios elegidos por los acreedores. El Código de Comercio, en su Libro IV,
se refería a la quiebra de los deudores comerciantes y, el Código de Procedimiento Civil
estableció, para los no comerciantes, el concurso. En ambos casos se establecía un sistema de
síndicos particulares como una especie de mandatarios de los acreedores. En el año 1929 se dictó
la Ley N ° 4.558, que derogó las normas del Código de Comercio, y de Procedimiento Civil
relativas a quiebras. Esta ley creó la Sindicatura General de Quiebras como organismo auxiliar
de la administración de justicia, el cual tiempo después pasó a llamarse Sindicatura Nacional de
Quiebras180.

179
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 97-98.
180
PRICE RAMÍREZ, GUSTABO, RAMÍREZ ALVARADO, RODRIGO, y MIRANDA, JUAN
CARLOS. La Fiscalía Nacional de Quiebras. EN: BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA
NACIONAL DE QUIEBRAS. N ° 77, Abril de 1998., pp: 7.

190
En virtud de la Ley N ° 4.558, el síndico era el representante del fallido y de los acreedores,
en todo lo que mira a su interés común. A consecuencia del desasimiento, el fallido queda
privado de la administración de sus bienes, la ley entonces trató de organizar un sistema que
permitiera que esos bienes fueran administrados y realizados por una sola persona, con lo cual se
evitan engorrosos trámites. Tal misión fue encomendada al síndico.

“Sobre la designación de los Síndicos han regido distintos sistemas. Como hemos visto, bajo
la vigencia del Código de Comercio, era nombrado por el juez que conoce de la quiebra, luego
cambió este sistema, por otro que consistía en la designación de un síndico provisional, que era
nombrado por el tribunal que declaraba la quiebra, y un síndico definitivo, que era nombrado por
los acreedores en una junta por ciertas mayorías. Este sistema dio resultados desastrosos:
resultaba difícil reunir las mayorías que exigía el nombramiento del síndico definitivo, en tanto
que el provisional presionaba para que fuera nombrado en carácter de definitivo, además se
cobraban altos honorarios, etc. Posteriormente una ley trató de eliminar estos inconvenientes,
estableciendo que sería nombrado por el Tribunal de una lista formada por las Cámaras de
Comercio”181.

En efecto, el sistema de síndicos privados se tradujo en que: “(…) esos síndicos solían
desempeñar sus funciones en forma irregular, atentando contra los intereses de quienes
intervenían en la quiebra, de tal suerte que el mismo Mensaje de 1929 calificaba su participación
de abuso y como catástrofe. Los síndicos actuaban, en efecto, ajenos a todo control”182

La comisión redactora de la ley N ° 4.558, se abocó a este asunto, estudiándolo a fondo.


Resultó de este estudio un sistema por el cual se creaba la Sindicatura de Quiebras, como un
organismo auxiliar de la administración de justicia. Con esto se subsanaba todos los
inconvenientes que hemos enunciado anteriormente, sin embargo daba origen a otros no menos
graves, que ya mencionaremos.

181
PALMA ROGERS, GABRIEL. Legislación de Quiebras. 1940. Talleres Gráficos Sarnaniego.
Santiago, Chile., pp: 47.
182
Informe Final del proyecto de la Ley N ° 18.175 de la Comisión Conjunta a la Junta de Gobierno de
fecha 07 de septiembre de 1982, pp: 7.

191
El artículo 10 de la Ley N ° 4.558 señalaba: “Establécese la Sindicatura General de Quiebras,
como organismo auxiliar de los Tribunales de Justicia, y con el objeto de administrar y realizar
los bienes de las personas que caigan en insolvencia, liquidar y pagar sus deudas y desempeñar
las demás funciones que le encomienda la presente ley”.

Ahora bien, esta Ley N ° 4.558, no logró establecer un sistema adecuado en cuanto a la
administración de la quiebra, y en cuanto al control que la Sindicatura General de Quiebras
ejercía en su papel de auxiliar de la administración de justicia.

En su informe de septiembre de 1981, los Ministerios de Justicia y Hacienda propusieron al


Presidente de la República modificar el régimen existente en materia de quiebras, con el objeto
de hacer: “más ágil y eficiente el proceso de reasignación de recursos que está implícito en una
quiebra”. El informe señalaba que la Sindicatura General de Quiebras no había cumplido con su
cometido con la celeridad que las necesidades del momento exigían. Asimismo, se refiere al
volumen de quiebras de 1980, que fue de 800 aproximadamente, de las cuales un 80% tenía
bienes. Al rito de la eficiencia de 1980, y suponiendo que no se produjeran más quiebras en los
años sucesivos, se requerirían aproximadamente 10 años para terminar todos los procesos. En
este mismo sentido, el período de duración media de una quiebra, incluidas las sin bienes, era
superior a cuatro años, en circunstancias que se estimaba que los plazos no deberían ser superior
a el año y medio a dos años183.

Por todo lo anterior la Ley N ° 18.175, cambio el sistema creado por la Ley N ° 4.558, lo que
implicó que las funciones de la Sindicatura Nacional de Quiebras se traspasarán por el ministerio
de la ley, a la Fiscalía Nacional de Quiebras, transcurrido un año desde la vigencia de la Ley N °
18.175184, cuya función principal es la de supervigilar y controlar las actuaciones de los síndicos.
Esto implica que la Fiscalía Nacional de Quiebras no es conceptualizada como un ente auxiliar
de la administración de justicia, sino que como un ente que tiene a su cargo el control y la
observancia de las prescripciones legales en todas las materias relativas a las actuaciones de los
síndicos. Ahora bien, esto no obsta, a que como veremos posteriormente, algunas funciones que

183
NAVARRETE ARIS, HECTOR PATRICIO. Las Juntas de Acreedores y su rol en la Quiebra. EN:
BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS. N ° 63. Abril 2002., pp:
11.
184
Artículo 5 transitorio de la Ley N ° 18175.

192
actualmente le competen a la Superintendencia de Quiebras, puedan ser encuadradas como
funciones de auxiliar de la administración de justicia, pero ese carácter ha sido desterrado como
principal razón de ser de la Superintendencia. Oscar Torres nos indica: “La ley n ° 18.175,
conforme al principio privatista y técnico que la inspiró, entregó las facultades y decisiones
sobre la administración y realización de los bienes del fallido a la Junta de Acreedores, con el
propósito de reasignar los recursos productivos. Por ello, la ley N ° 18,175 en su artículo 4°
transitorio declaró en extinción la antigua Sindicatura Nacional de Quiebras que establecía la ley
n ° 4.558 de 1931 y que en su artículo 10 definía en los términos siguientes: Establécese la
Sindicatura General de Quiebras como organismo auxiliar de los Tribunales de Justicia, con el
objeto de administrar y realizar los bienes de las personas que caigan en falencia, liquidar y
pagar sus bienes y desempeñar las demás funciones que le encomienda la presente ley”185.

Posteriormente la Ley N ° 19.806, sustituyó las expresiones: “Fiscalía Nacional de Quiebras”,


y: “Fiscal Nacional de Quiebras”, por: “Superintendencia de Quiebras”, y: “Superintendente de
Quiebras”, con el objeto de evitar confusiones con el Ministerio Público, el Fiscal Nacional, y
los Fiscales Regionales, en el marco de la introducción en el país de la reforma procesal penal.

Por último, la Ley N ° 20.004, publicada en 8 de marzo de 2005, que establece normas sobre
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de la quiebra, fortalecimiento de
la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras, introduce una serie de normas que
como el nombre de la ley indica se traducen en, reforzar el sistema de administración privada de
quiebras, y reforzar una serie de potestades de la Superintendencia con el objeto de facilitar su
labor, y la transparencia y probidad en la quiebra.

2. NATURALEZA JURÍDICA DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: Muy


ligado a los antecedentes históricos de la Superintendencia de Quiebras se encuentra el estudio
de su naturaleza jurídica. En efecto, el momento histórico en el que nos encontremos al analizar
esta institución va a ser crucial para poder catalogarla en cuanto a su naturaleza jurídica de una u
otra forma. Así por ejemplo, resultaba claro en virtud de la Ley N ° 4.558, que la Sindicatura
General de Quiebras era un organismo auxiliar de la administración de justicia, como
expresamente lo señalaba su artículo 10.
185
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 53.

193
La Ley N ° 18.175, y sus modificaciones186, se encuentra basada en principios privatistas, lo
que implica que el peso relativo del Estado en su intervención en la Quiebra, a través de la actual
Superintendencia, es menor que el peso relativo que le correspondía al mismo Estado en la Ley
N ° 4.558, a través de la Sindicatura General de Quiebras. Lo anterior lo podemos apreciar,
fundamentalmente en el sistema de designación de síndicos privados, de acuerdo a los artículos
42 y 45 de la Ley N ° 18.175, que recae absolutamente en los acreedores.

Pues bien, la Ley N ° 18.175, también nos señala cuál es la naturaleza jurídica de la
Superintendencia de Quiebras, ya que al respecto, el artículo 7 inciso 2° de dicha ley, nos indica:
“La Superintendencia será una institución autónoma, de duración indefinida, que se relacionará
con el Ejecutivo a través del Ministerio de Justicia y se regirá por esta Ley”.

En consecuencia, queda completamente claro que desde un punto de vista jurídico-


administrativo, la Superintendencia de Quiebras es una institución autónoma. Más precisamente,
la Superintendencia de Quiebras pertenece dentro de la clasificación de la administración del
Estado a las denominadas instituciones o servicios legalmente autónomos187, pues su
constitución, organización, y atribuciones son fijadas por la ley, en este caso la ley de quiebras.

El hecho que se trate de un órgano o servicio legalmente autónomo, implica que desde un
punto de vista jurídico-administrativo, se buscó satisfacer una determinada función
administrativa (fiscalizar el desempeño de los síndicos), con independencia de las directrices que
al respecto pudieran ser impulsadas o promovidas por el Gobierno Central. O sea, considerando
la quiebra en toda su amplitud y complejidad, toda regulación que al respecto se dicte tiene que
partir del fundamento del tecnicismo jurídico-contable-económico que implica, por lo que si se
decide establecer en este ámbito un órgano o servicio con una determinada función pública, el
mismo debe contar con la suficiente independencia en la formulación y realización de sus
potestades. Estos servicios autónomos están al margen de los vínculos jurídico administrativos,

186
Fundamentalmente la Ley N ° 20.004, publicada en 8 de marzo de 2005, que establece normas sobre
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de la quiebra, fortalecimiento de la labor
de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras.
187
Ver: PANTOJA, ROLANDO. La organización administrativa del Estado. 1998. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago, Chile.

194
pues escapan a la línea jerárquica y no admiten sobre ellos el ejercicio de facultades de
supervigilancia o tutela; se autodeterminan, funcional y administrativamente. Son, en definitiva,
organismos a-centralizados. Sin embargo, el hecho que un organismo sea autónomo no significa
que tenga un poder de autorregulación equivalente al legislador188. El legislador es el que
condiciona, dirige o planifica la actividad de dichos organismos, siempre y cuando no vulnere el
núcleo de inmunidad del Constituyente.

Una de las características que presentan los órganos autónomos es la limitación de facultades
que la Contraloría General de la República tiene a su respecto. En efecto, en el caso de la
Superintendencia de Quiebras, se encuentra sujeta a la fiscalización de la Contraloría General de
la República exclusivamente en lo concerniente al examen de las cuentas de sus entradas y
gastos (artículo 7 inciso 3° de la Ley N ° 18.175). Como se puede observar, se restringe el
ámbito de acción de la Contraloría General de la República al aspecto del control financiero de
la Superintendencia de quiebras, que busca transparentar la actividad de este organismo estatal.

Ahora bien, nosotros hemos analizado la naturaleza jurídica de la Superintendencia de


Quiebras, en un sentido jurídico-administrativo. Esto es, hemos visto y veremos que las normas
que instituyen y determinan la organización de la Superintendencia de Quiebras son de
naturaleza administrativa, sin embargo, ello no obsta a que su actuación se desenvuelva en un
marco netamente procesal, en el proceso de quiebras. La actuación de la Superintendencia de
Quiebras en el proceso de quiebras, es una función de fiscalización o de control, que ya
analizaremos.

Resulta del todo conveniente que la normativa actual le haya dado dicho carácter a la
Superintendencia de Quiebras, toda vez, que como hemos señalado, necesita de la suficiente
autonomía del Poder Central para ejercer sus funciones, y cumplir sus deberes. Además, en la
quiebra se encuentran normalmente involucrados importantes intereses económicos por lo que
una independencia del órgano fiscalizador le entrega mayor transparencia a la regulación legal.

188
Lo que se demuestra con lo que dispone el artículo 8 N ° 1 inciso 2° de la Ley N ° 18.175, modificada
por la Ley N ° 20.004, en cuanto a que la facultad de fiscalizar por parte de la Superintendencia de
Quiebras comprende la de interpretar administrativamente las leyes, reglamentos y demás normas que
rigen a las personas fiscalizadas, sin perjuicio a las facultades jurisdiccionales que les corresponden a los
tribunales competentes.

195
En suma, la Superintendencia de Quiebras, ha dejado de ser un auxiliar de la administración
de justicia, como lo establecía la regulación de la Ley N ° 4.558, y ha pasado a ser en virtud de la
Ley N ° 18.175, un órgano autónomo, desde un punto de vista administrativo. Esta calidad lo
faculta para autodeterminarse funcional, y administrativamente en un contexto técnico como lo
es la quiebra.

3. CARACTERISTICAS DE LA SUPERINTENDENCIA: Oscar Torres ha definido la


Superintendencia de Quiebras de la siguiente forma: “Es un órgano técnico especial de la
quiebra, dotado de competencia y atribuciones propias, cuya principal misión es supervigilar y
controlar las actuaciones de los síndicos en las quiebras en que desempeñan sus funciones, y
que, como se verá a continuación, interviene en la quiebra en distintos aspectos, además del
principal ya señalado”189. Podemos señalar, teniendo como base la definición anterior más
algunas complementaciones, que la Superintendencia de Quiebras presenta las siguientes
características

a. La Superintendencia de Quiebras es un órgano de la quiebra: Este aspecto será


tratado con mayor profundidad en el párrafo seis de este capítulo, por lo que remitimos
cualquier análisis a lo allí tratado.
b. La Superintendencia de Quiebras es un órgano técnico: Toda vez que las
funciones que le competen, y los deberes que le corresponden realizar, necesitan de
conocimientos especializados. El carácter técnico es el fundamento de la autonomía de
que goza administrativamente este servicio. El hecho que sea un órgano técnico importa
el manejo de una determinada área del saber, que en este caso, es el conocimiento sobre
la pertinencia y oportunidad en la fiscalización de la actuación de los administradores de
la quiebra, los síndicos En efecto, la fiscalización de las actuaciones de los síndicos,
implican el conocimiento de normas legales, de materias contables y financieras, sin las
cuales no podría cumplir con su cometido (artículo 7 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, y
artículo 8 N ° 1 de la Ley N ° 18.175). Esto se aprecia en prácticamente todas las
funciones que les corresponde realizar, pero fundamentalmente en la de interpretar
administrativamente las leyes, reglamentos, y demás normas que rigen a las personas

189
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 54-55.

196
fiscalizadas (inciso 2° del artículo 8 N ° 1° de la Ley N ° 18.175); la de examinar los
libros, cuentas, archivos, documentos, contabilidad y bienes relativos a la quiebra,
convenio o cesión de bienes (inciso 1° del artículo 8 N ° 2° de la Ley N ° 18.175);
Impartir a los síndicos y a los administradores de la continuación del giro instrucciones
de carácter obligatorio sobre las materias sometidas a su control, y en especial, fijas
normas para la presentación de informes, estados de avances, y cuentas provisorias o
definitivas que deban presentar los síndicos (artículo 8 N ° 3° de la Ley N ° 18.175);
Informar a los tribunales de justicia, cuando sea requerido por éstos, en materias de su
competencia (artículo 8 N ° 10° de la Ley N ° 18.175); Asesorar al Ministerio de Justicia
en materias de su competencia, y proponer las reformas legales y reglamentarias que
sean aconsejables introducir (artículo 8 N ° 11° de la Ley N ° 18.175), etc.
c. Es un órgano especial de la Quiebra: Toda vez que la Superintendencia de
Quiebras, como su nombre lo índica, actúa solamente en este procedimiento concursal.
Esto es, sus funciones y deberes son regulados por el legislador, pensando
exclusivamente que se van a desenvolver en la quiebra. De lo anterior, es que la
Superintendencia de Quiebras encuentre reguladas sus atribuciones y deberes en la ley
de la quiebra, principalmente en el artículo 8 de la Ley N ° 18.175, y que en virtud del
principio de separación de funciones, no puede interferir ni involucrarse en otra órbita de
competencia que no le corresponda, so pena de nulidad de dichas actuaciones, de
acuerdo a lo señalado en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de la República.
Ahora bien, en tecnicismo jurídico, el carácter de órgano especial de la quiebra se
aminora si consideramos que también interviene en los convenios190, y que los mismos,
constituyen una especie de procedimiento concursal distinto que la quiebra.
d. Es un órgano sometido al principio de legalidad: Esto implica que, no obstante
poseer capacidad de interpretar administrativamente las normas que regulan la quiebra
(artículo 8 n ° 1 inciso 2° de la Ley N ° 18.175), y de impartir instrucciones obligatorias
a los síndicos en la materias sometidas a su control (artículo 8 n ° 3 de la Ley N °
18.175), igualmente deben sujetar su actuación a lo dispuesto en la Constitución y las
leyes.
e. Su función principal es la de: “supervigilar y controlar las actuaciones de los
síndicos”. Lo que implica en el contexto de la quiebra, enjuiciar las acciones o actos que
190
Artículos 7, 8 N ° 1 inciso 1°, 177 ter inciso 1°, y 6°, y artículo 197 inciso 3° de la Ley N ° 18.175.

197
ejecutan los síndicos, para que en caso de disconformidad se de aplicación a una medida
represiva, preventiva o rectificadora.
f. La Superintendencia de Quiebra ejerce una serie de otras atribuciones: En
efecto, la función anterior, no es la única función que le compete a la Superintendencia
de Quiebras. Es asunto de analizar el artículo 8 de la Ley N ° 18.175, para darse cuenta
que además de dicha función de fiscalización, también cumple funciones
administrativas, consultoras, y que, en ciertos casos, interviene en la quiebra como
sujeto procesal.

4. ORGANIZACIÓN DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: Hemos dicho que la


Ley de Quiebras establece la organización de la Superintendencia de Quiebras.
Fundamentalmente el artículo 7, 9, 10, 11, 12 y 13 de la Ley n ° 18.175, establecen la
organización de dicha entidad.

Este conjunto de normas revisten el carácter de ser normas de tipo administrativas, que
establecen la constitución orgánica de la Superintendencia de Quiebras.

Hemos visto que el nombre Superintendencia de Quiebras, fue producto de una modificación
a la Ley N ° 18.175, por medio del artículo 7 de la Ley N ° 19.806, publicada en el Diario
Oficial el 31 de Mayo del 2002, que estableció normas adecuatorias a la reforma procesal penal.

El artículo 7 de la Ley N ° 18.175, determina el origen y creación legal de la


Superintendencia de Quiebra, señalando que su objeto es supervigilar y controlar las actuaciones
de los síndicos191.

También hemos señalado el carácter de institución autónoma de la Superintendencia de


Quiebras (inciso 2° del artículo 7 de la Ley N ° 18.175), y lo que ello implica. Ahora bien, desde
un punto de vista temporal, tiene una duración indefinida, por lo que no se trata de una
institución con un plazo de duración fijado por la ley. Se relacionará con el Ejecutivo, a través
del Ministerio de Justicia, y como todo órgano público, se regirá por la ley, y especialmente por
la ley de quiebras (inciso 2° del artículo 7 de la Ley N ° 18.175).

191
Artículo 7 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.

198
El inciso 4° del artículo 7 de la Ley N ° 18.175, establece su domicilio legal, que va a estar
radicado en la ciudad de Santiago.

Estará sujeta a la fiscalización de la Contraloría General de la República exclusivamente en lo


concerniente al examen de las cuentas de sus entradas y gastos, por lo que los otros actos que la
Superintendencia de Quiebras realice no necesitan que previamente pasen por la toma de razón
de dicha Contraloría para tener validez. Esta independencia respecto de la Contraloría General
de la República se basa y fundamenta en su carácter de institución autónoma, como ya se vio
(artículo 7 inciso 3° de la Ley n ° 18.175).
Su patrimonio está integrado por los fondos que anualmente destine al efecto la Ley de
Presupuesto y por los demás bienes que adquiera a cualquier título. Este patrimonio es
importante por las obligaciones pecuniarias que en ciertos casos debe asumir la Superintendencia
de Quiebras, como en aquellos casos en que debe, por ejemplo, pagar con cargo a su
presupuesto, al síndico que se haga cargo de una quiebra que careciere de bienes o si los bienes
que existieran fueran insuficientes para el pago de los honorarios que pudieran corresponderle al
síndico (artículo 37, y 109 de la Ley N ° 18.175). Asimismo, debe con cargo a su patrimonio
pagar las notificaciones que se efectúen en las quiebras anteriormente señaladas y en la
notificación por cédula a que se refiere el inciso 5° del artículo 42 (artículo 37 de la Ley N °
18.175).

Desde el punto de vista de su organización interna, existe un funcionario con el título de


Superintendente de Quiebras, que es el Jefe Superior de la Superintendencia y además tiene su
representación legal (inciso 1° del artículo 9 de la Ley N ° 18.175).

Este funcionario tendrá a su cargo, siendo de su responsabilidad el cumplimiento de las


funciones y atribuciones que la ley le encomienda y las que correspondan a este organismo
(inciso 1° del artículo 9 de la Ley N ° 18.175).

El Superintendente de Quiebras es un funcionario de la exclusiva confianza del Presidente de


la República, por lo tanto es nombrado por dicha autoridad, y se mantienen en su cargo mientras
cuente con su confianza y respaldo (inciso 2° del artículo 9 de la Ley N ° 18.175). No existe por

199
lo tanto, en su designación la intervención de ningún otro poder del Estado, lo cual si bien
permite mayor flexibilidad en cuanto a su nombramiento y mantención, es atentatorio con el
carácter de entidad autónoma de la Superintendencia que preside, por lo que sería recomendable
que fuera un funcionario designado con el concurso de otros poderes del Estado, como sería por
ejemplo, con la intervención en su designación de la Cámara de Diputados o el Senado.

La Superintendencia distribuye sus funciones en una organización que integra una División
Jurídica, una División Financiera y una División de Administración, todas las cuales están a
cargo de un jefe de División (artículo 10 de la Ley N ° 18.175). A estos jefe de División les
corresponde de acuerdo al artículo 9 inciso 3° de la Ley N ° 18.175, subrogar al Superintendente.
Al efecto, dicha norma señala que el Superintendente será subrogado por el Jefe de la División
Jurídica, y a falta de éste, por el Jefe de la División de Financiera, y de Administración.

El inciso 4° del artículo 9 de la Ley N ° 18.175, contempla la posibilidad de la delegación de


funciones por parte del Superintendente en funcionarios de su dependencia. Lo que es
importante de destacar es que esta delegación de atribuciones es siempre parcial, y sólo puede
ser en realizada en funcionarios de su dependencia, y no en funcionarios de otras reparticiones
del Estado, o del sector privado. Se debe entender como funcionarios que dependan del
Superintendente los señalados en el artículo 12, no así los señalados en el artículo 13 de la Ley N
° 18.175, pues sólo respecto de los primeros se indica expresamente que dependerán del
Superintendente.

Los Jefes de División, al igual que el personal de la Superintendencia serán nombrados por el
Superintendente, y dependerán de él, manteniéndose en sus cargos mientras cuenten con su
confianza, y se regirán laboralmente por el Estatuto Administrativo, en todo lo que no se
encuentre previsto, y no sea contrario a lo que se establezca en el Título II: “De la
Superintendencia de Quiebras”, de la Ley N ° 18.175 (artículo 12 de la Ley N ° 18.175).

El artículo 11 de la Ley N ° 18.175, fija la planta de la Superintendencia de Quiebras. Sin


embargo, el Superintendente podrá contratar personal asimilado a grados, o a honorarios para
estudios o trabajos de cualquier naturaleza que requiera el desempeño de las funciones que le
encomienda la ley de quiebras (artículo 13 de la Ley N ° 18.175).

200
5. ROL DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: Durante la tramitación del
proyecto de ley que culminó con la dictación de la Ley N ° 20.004, se dio origen a una discusión
tendiente a aclarar cual es el rol de la Superintendencia de Quiebras.

La doctrina nacional192, y la Ley193, son claros en señalar que la Superintendencia es una


entidad fiscalizadora y controladora de la actividad que desempeñan los síndicos de quiebras.

Sin embargo, para los investigadores del Instituto Libertad y Desarrollo, el cambio de
denominación de Fiscalía Nacional de Quiebras a Superintendencia de Quiebras tendía a ir
introduciendo en este órgano, una serie de facultades que lo transformarían no sólo en un ente
fiscalizador, sino que también, regulador de la actividad económica de la quiebra. Al efecto
señalan: “el cambio de nombres no es meramente formal, cuando se analiza el contenido del
presente proyecto: en efecto, lo que él hace en la práctica es dotar a la Superintendencia de las
facultades propias de un organismo de esta naturaleza (regulador). Así, se le otorgan
atribuciones para interpretar administrativamente la legislación sobre quiebras, para impartir
instrucciones generales y especificas a los síndicos, para aplicarles sanciones, etc”194.

Con todo, claramente la Superintendencia de Quiebras no es un ente regulador de la actividad


económica, no obstante las nuevas facultades que se le otorgan a partir de la Ley N ° 20.004,
pues pretenden reforzar precisamente el sistema de administración privada de quiebras, así como
la transparencia y probidad en la misma. El cambio de nombre se debe a la necesidad de adecuar
los nombras utilizados por la reforma procesal penal a sus autoridades máximas. La
Superintendencia ejerce, en consecuencia, su labor de fiscalización a los síndicos privados en la
administración de las quiebras, no siendo un ente regulador.

Ahora bien, la Superintendencia de Quiebras, tiene un alcance social en el desarrollo de las


labores que le competen. Así se expresa en el Boletín Informativo N ° 44 páginas 11 a 14, en el

192
Ver: TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 54-55; y PUGA, ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 155-156.
193
Artículo 7 de la Ley N ° 18.175.
194
BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 74. Junio 2003.
Presentación del Representante de Libertad y Desarrollo en relación al proyecto de modificación de la Ley
de Quiebras., pp: 13.

201
que se detallan una serie de acciones y actividades tendientes a entregar información a los
trabajadores para la salvaguarda de sus derechos, examinar los repartos de fondos efectuados a
ex-trabajadores que han demandado el pago de las obligaciones adeudadas por la fallida, así
como los pagos que se efectúan a los organismos previsionales que se han presentado a verificar
créditos en las quiebras.

Asimismo, ha tenido un rol activo en el control del debido cumplimiento y resguardo de los
derechos laborales de los trabajadores contratados por la administración en la continuidad del
giro. A todo lo que es necesario agregar, la labor desempeñada por la Unidad Administrativa o
División Administrativa, en lo que se refiere a llevar el Registro de Quiebras, por medio de la
Secretaría General del Servicio.

6. LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: ¿ES UN ÓRGANO DE LA QUIEBRA? La


duda sobre esta materia se presenta fundamentalmente en relación con lo señalado por el
profesor Esteban Puga quien no considera ni enumera a la Superintendencia de Quiebras dentro
de los órganos de la quiebra195. Lo anterior constituye una excepción dentro de lo que la mayoría
de la doctrina nacional ha desarrollado196.

El profesor Puga sostiene que la Superintendencia de Quiebras es ante todo un órgano


controlador de la actividad de los síndicos privados, dentro de un sistema de quiebras que lo
define como un proceso civil privado, y que no califica para ser considerado como órgano de la
quiebra, por considerar que no tienen potestad de actuación en el proceso civil de la quiebra197.

En nada se discute que los intereses fundamentales en el proceso de quiebras sean de los
particulares interesados, así por lo demás lo hemos señalado en el Capítulo I, tampoco negamos

195
PUGA, ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 155-156; y, 536-539.
196
Ver: TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 53-58; PRICE RAMÍREZ, GUSTABO, RAMÍREZ
ALVARADO, RODRIGO, y MIRANDA, JUAN CARLOS. Ob. Cit., pp: 7-31; PALMA ROGERS,
GABRIEL. Ob. Cit., pp: 47-49; y, PUELMA ACCORSI, ALVARO. Curso de Derecho de Quiebras.
1985. 4ta edición. Editorial Jurídica de Chile. Santiago, Chile., pps: 287.
197
Al respecto señala: “La Fiscalía Nacional de Quiebras (hoy Superintendencia), tienen un rol
fiscalizador de la actuación de los síndicos así denominados privados y un rol fundamental en el proceso
penal de calificación de la quiebra, pero no tienen potestad de actuación en el proceso civil de la quiebra,
que sigue siendo, hoy más que antes, un proceso civil privado”. PUGA, ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 156, pie
de página N ° 5.

202
que pueda considerarse a la quiebra como un proceso, lo que si nos parece controversial es que
niegue el carácter de órgano de la quiebra a la Superintendencia sobre la base de que: “no tiene
potestad de actuación en el proceso civil de la quiebra”.

A contar de la reforma introducida por la Ley N ° 20.004, publicada en 8 de marzo de 2005, a


la Junta de Acreedores se le reconoce legitimidad para objetar las cuentas de administración que
debe presentar el síndico en conformidad a lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley N ° 18.175
(artículo 8 N ° 6 de la Ley N ° 18.175). Asimismo, su participación no se limita a iniciar un
procedimiento de objeción de las cuentas de administración, sino que puede actuar como parte
en el procedimiento de objeción cuando fuera promovido por los acreedores o por el fallido
(inciso 2° del artículo 8 N ° 6 de la Ley N ° 18.175).

Resulta claro, entonces, que en virtud de dichas normas la Superintendencia de Quiebras


tiene potestades de actuación dentro del proceso de quiebras, lo que no impide seguir
considerando a la quiebra como: “un proceso civil privado”. Más bien las razones que
fundamentaron la dictación de una norma en el sentido ya señalado, es que muchas veces al
momento de la presentación por el síndico, de su cuenta definitiva, ya no existía interés por parte
de los acreedores en conocer de ella, simplemente por el hecho de que la junta de acreedores ya
no se reunía. Por lo anterior, los derechos e intereses del fallido podían ser burlados por medio
de la presentación de una cuenta que demostrara irregularidades y situaciones contrarias a
derecho. Lo anterior llevó a que la Jurisprudencia sin la existencia de norma legal que permitiera
a la Superintendencia de Quiebras objetar dichas cuentas, igual le reconociera dicha facultad.
Por lo anterior, y considerando la importancia de la jurisprudencia de los tribunales en materia
de quiebra, no resulta comprensible, que no se considere a la Superintendencia de Quiebras
como un órgano de la quiebra, pues venía actuando en la práctica como tal. Ahora bien, con la
reforma ya mencionada no deben existir dudas sobre el carácter de órgano de la quiebra de la
Superintendencia de Quiebras, si es que la objeción es que no interviene en el proceso de
quiebras, pues su actuación es simplemente fiscalizadora. No olvidar, que hemos dicho dentro de
las características de la Superintendencia, que la función fiscalizadora si bien es cierto es la más
importante no es la única que ejerce198.

198
En el Capítulo I de esta tesis, a partir de los elementos de la Teoría del órgano, hemos despejado
cualquier duda acerca si la Superintendencia de Quiebras es un órgano de la quiebra. Hemos señalado, al

203
7. LA SUPEIRNTENDENCIA DE QUIEBRAS: ¿UNA INSTITUCIÓN ORIGINAL DEL
DERECHO NACIONAL?: Un punto que es necesario destacar es que en el ámbito del derecho
comparado la existencia de una Superintendencia de Quiebras, o bien, de una entidad estatal que
controle la actividad de los síndicos privados resulta muy peculiar.

De partida en los países que integran el Mercosur no existe tan órgano. Al respecto, María
Victoria Valencia, señala: “No existe en los países integrantes del Mercosur, a excepción de
Chile, un organismo estatal de control de las actuaciones de los síndicos privados. Sin embargo,
según veremos a continuación el quehacer de los síndicos de alguna manera está controlado, ya
sea por los acreedores o por el juez. En Argentina por ejemplo, existen los controladores de la
liquidación del activo de la quiebra, constituidos en un comité de acreedores, conformados por
un mínimo de tres acreedores remunerados, siendo sus honoraros fijados por el Juez. En su
oportunidad advertimos la extrañeza que causa dicha remuneración. En Brasil, no obstante no
encontrarse determinado un órgano que se avoque a la gestión fiscalizadora, es frecuente notar la

respecto que: “La Superintendencia de Quiebras, es una institución autónoma, de duración indefinida, y
creada por ley (artículo 7 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). En lo que respecta al elemento competencia, ella
tiene como objeto fundamental supervigilar y controlar las actuaciones de los síndicos, regulándose sus
potestades, fundamentalmente en el artículo 8 de la Ley N ° 18.175. En lo que se refiere a la persona
física, hay que señalar que un funcionario, con el título de Superintendente de Quiebras, es el jefe superior
de la Superintendencia, y su representante legal (artículo 9 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), además la
Superintendencia esta integrada por una División jurídica y por una División Financiera y de
Administración (artículo 10 de la Ley N ° 18.175), teniendo una planta de funcionarios señalada en el
artículo 11 de la Ley N ° 18.175. El Superintendente será subrogado de sus funciones en la forma
establecida en el artículo 9 inciso 3° de la Ley N ° 18.175, pudiendo este Superintendente delegar parte de
sus funciones y atribuciones en funcionarios de su dependencia198. En lo que se refiere al elemento
normativo, la ley señala que el Superintendente de Quiebras es un funcionario público, de la exclusiva
confianza del Presidente de la República, y es nombrado por este último (inciso 2° del artículo 9 de la Ley
N ° 18.175). El resto de los funcionarios de la Superintendencia, incluyendo los que ejerzan los cargos
directivos superiores de las Divisiones en que se estructura la Superintendencia, son nombrados por el
Superintendencia, y se mantendrán en su cargo mientras cuenten con su confianza (artículo 12 inciso 1° y
2° de la Ley N ° 18.175). La voluntad de la Superintendencia, se expresa a través de las actividades que le
compete realizar en virtud de lo señalado por la ley de la quiebra, así por ejemplo, en ciertas ocasiones le
corresponde expresar la voluntad de la Superintendencia al mismo Superintendente198, siendo nula
cualquiera participación de una persona distinta que dicho funcionario, en razón del ámbito de
competencia que el artículo 7° de la Constitución Política de la República señala para los órganos del
Estado. En otras ocasiones, la ley de quiebras hace referencia genérica a las funciones que el competen a
la Superintendencia, en tal caso la expresión de la voluntad de dicha repartición le compete a quien dentro
de la estructura de la Superintendencia deba actuar, por ejemplo, a los funcionarios de la División Jurídica
de la Superintendencia, le corresponderá representar a los síndicos las infracciones, faltas o irregularidades
que noten en su desempeño, en los términos del artículo 8 N ° 14 inciso 2° de la Ley N ° 18.175”. Párrafo
3, del Capítulo I.

204
presencia del Ministerio Fiscal. Este organismo participa en la destitución del síndico, en la
autorización para continuar con las actividades del fallido, en la designación del martillero, en
las impugnaciones, entre otras materias. Cabe señalar entonces, que no obstante no existir un
organismo Estatal especializado en la materia la legislación brasileña involucra en las decisiones
importantes a un organismo del Estado cual es el Ministerio Público. En Paraguay,
encontrándose la administración de la quiebra y la realización de los bienes en manos de un
organismo estatal, la Sindicatura General de Quiebras; y siendo los síndicos funcionarios
públicos no se considera necesario que su actuar esté supervigilado por otro organismo del
Estado. En Uruguay, controla el actuar de los síndicos dentro de la quiebra, la junta de vigilancia
conformada por acreedores, elegidos por éstos, sin remuneración alguna”199.

En la moderna legislación española, tampoco se contempla la existencia de un órgano estatal


que cumpla funciones fiscalizadoras de la actuación de los síndicos, o de vigilancia respecto de
la quiebra en general. Lo mismo ocurre en Francia.

En el caso de los Estados Unidos, la Corte Federal especializada en materias de Quiebras o


Bankruptcy Court, esta dotada de todos los medios técnicos necesarios para la vigilancia y
fiscalización de lo que ocurre en la quiebra. Pero al igual que lo que pasa en algunos países del
Mercosur su actividad es propia de la fiscalización que puede ejercer un órgano jurisdiccional, y
no otro organismo estatal. Sin embargo, en caso de liquidación (bajo el capítulo 7 del
Bankruptcy Code de los Estados Unidos), o bien, en ciertos casos de reorganización (bajo el
capítulo 11 del Bankruptcy Code de los Estados Unidos), debe intervenir la figura del Trustee
quienes se encuentran bajo la supervigilancia del U.S Trustee. El U. S Trustee es un oficial del
gobierno, designado y dependiente del Attorney General, a quien le corresponde la designación
de los trustee, y que sirve de guardián y supervisa la administración de los procesos de quiebra
en los Estados Unidos, actuando en el interés público y promoviendo la eficiencia y preservando
la integridad del sistema. Monitorea la conducta de las partes, asegura el cumplimiento de las
leyes y procedimientos e identifica e investiga fraudes y abusos. Este órgano puede considerarse
un verdadero símil de la Superintendencia de Quiebras.

199
VALENCIA MERCAIDO, MARÍA VICTORIA. Los órganos de la quiebra. Su administración y
Control. EN: BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS. 1996. N °
54., pp: 23-24.

205
En el caso de México, el Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles
(IFECOM), es lo más cercano que dicha legislación contempla respecto de nuestra
Superintendencia de Quiebras. En efecto, este Instituto dota de especialistas al juez de la quiebra
en todos los aspectos para los cuales se necesitan conocimientos sobre temas financieros,
contables, o legales especializados. La fiscalización de estos especialistas técnicos le
corresponde al IFECOM.

En Perú, ha operado en la legislación un fuerte proceso de desjudicialización de los temas


concursales, a partir de la Ley General del Sistema Concursal. No existiendo un órgano que
tenga funciones similares a las que desempeña la Superintendencia de Quiebras.

En suma, sólo observamos en la Legislación Norteamericana una institución semejante a la


Superintendencia de Quiebras. Sin embargo, ello no es óbice para considerar que la existencia de
dicha institución en el derecho nacional implica un elemento innovador respecto de lo que ocurre
en el derecho comparado, que normalmente deja las funciones de fiscalización ya sea al juez, o
bien, a las juntas de acreedores o de vigilancia.

8. FUNCIONES DE LA SUPERINTENDENCIA DE QUIEBRAS: Las facultades de la


Superintendencia de Quiebras son de variada naturaleza. En efecto las podemos clasificar en:

a. Facultades Fiscalizadoras.
b. Facultades Consultivas.
c. Facultades Sancionatorias.
d. Facultades que le permiten actuar como sujeto procesal en la quiebra.

El Nº 14 del artículo 8 de la Ley N º 18.175, establece que la Superintedencia tendrá las


demás facultades que la ley les señale (aparte de las enumeradas en el artículo octavo). Con ello
queda completamente claro que la enumeración que realiza el artículo 8 de los deberes y
facultades que a dicho órgano le corresponde, es meramente ejemplar. Confirmando lo anterior
diversas disposiciones de la Ley N º 18.175, aparte del artículo octavo, van señalando para cada
caso las facultades, deberes y potestades que le competen a la Superintendencia de Quiebras,

206
podemos citar como ejemplos que luego se desarrollarán, los artículos 16 incisos 1º, 3º, 4º, y 5º,
el artículo 30 inciso 3º, y 4º, y el artículo 117 inciso 1º de la Ley N º 18.175

A continuación, iremos señalando las facultades de la Superintendencia.

1. El artículo 7 inciso 1º de la Ley N º 18.175 señala cuál es el objeto de la Superintendencia


de Quiebras, al respecto nos indica: “Créase una persona jurídica denominada Superintendencia
de Quiebras, en adelante la Superintendencia, cuyo objeto será supervigilar y controlar las
actuaciones de los síndicos”. Con ello queda establecido que la función primera de la
Superintendencia de Quiebras, es la de fiscalizar y controlar a los síndicos en el ámbito y
ejercicio de sus actuaciones. De manera que la posibilidad de fiscalizar y controlar las
actuaciones de los síndicos es extensa, toda vez, que la norma no limita el ámbito de aplicación
de dicha fiscalización o control. Lo anterior se reafirma en el artículo 8 N º 1 inciso 1º de la Ley
Nº 18.175, en cuanto a que a la Superintendencia le corresponde la facultad de fiscalizar las
actuaciones de los síndicos en “todos” los aspectos de su gestión, siendo la enumeración que
luego realiza meramente ejemplar, esto es, por cuanto, luego de señalar que la fiscalización se
extiende a todos los aspectos de su gestión, la norma indica: “(…) seán técnicos, jurídicos o
financieros”.

Como acabo de señalar la indicación de que el objeto de la Superintendencia de Quiebras es


la de supervigilar y controlar las actuaciones de los síndicos, se ve especificada en el inciso 1º
del artículo 8 N º 1 de la Ley N º 18.175, que dispone: “Para el cumplimiento de sus funciones,
la Superintendencia tendrá las siguientes atribuciones y deberes: 1.- Fiscalizar las actuaciones de
los síndicos en las quiebras, convenios o cesión de bienes en todos los aspectos de su gestión,
sean técnicos, jurídicos o financieros, así como las de los administradores de la continuación del
giro”.

La utilización en el artículo 8 N ° 1 de la Ley N ° 18.175, del verbo “fiscalizar”, denota una


tremenda amplitud, y es claro que se faculta al órgano de la Superintendencia para actuar frente
al síndico en los actos y en las actividades que éste último realice.

Dos características se reúnen en esta fiscalización de la Superintendencia:

207
- En primer lugar, es de legalidad, por cuanto resguarda el adecuado y estricto
cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias que rigen la actuación de los
síndicos, como también el cumplimiento de las normas emanadas de la Superintendencia, y
- En segundo lugar, es normalmente de carácter preventivo, pues actúa vigilando
la actuación de los síndicos en aquellas situaciones en que pudiera haber posibilidad de
infracción de la normativa que regula sus actos y actividades. Sin embargo, la
Superintendencia de Quiebras también está dotada de facultades represivas, como lo
constituye la solicitud al Ministerio de Justicia para eliminar a una persona que forme parte
de la nómina nacional de síndicos, artículo 22 inciso 2°; Representar a la junta de acreedores
o al juez de la quiebra una o más infracciones, faltas o irregularidades cometidas por el
síndico y proponer su revocación si lo estima oportuno, artículo 8 N ° 9 inciso 1°; Dar
origen, y actuar como parte en el proceso originado por la cuenta del síndico, artículos 30 y
31; y, solicitar al juez de la quiebra la remoción del síndico por haber incurrido en faltas
reiteradas o graves y demás faltas señaladas en el inciso 2° del artículo 8 N ° 9. Siendo eso
sí, todas estas facultades de tipo indirecto, pues la resolución de ellas le compete a otros
órganos de la quiebra, tales como al juez de la quiebra o a la junta de acreedores, y no a la
Superintendencia de Quiebras.

El objetivo de la facultad de fiscalización dice relación con la evaluación de la actuación del


síndico en las quiebras vigentes, formulándose por la Superintendencia de Quiebras las
observaciones o representaciones que estime necesarias e instruyendo al síndico en la
regularización de sus actuaciones. Es importante destacar el factor de oportunidad puesto que la
regularización de las quiebras resulta cada vez más difícil a medida que avanza el
procedimiento.

Queda por dilucidar que debe entenderse por fiscalizar. Sobre esta materia existe un informe
en derecho del profesor Juan Pablo Román Rodríguez, que señala lo que debe entenderse sobre
la naturaleza y sentido de la función de fiscalización. Nos indica que fiscalizar y controlar son
términos sinónimos, y que por lo tanto deben entenderse en un mismo sentido en la ley de
quiebras, para realizar tal afirmación se basa en que el artículo 87 de la Constitución Política de
Chile, utiliza ambos términos en forma sinónima, y lo mismo lo hace el artículo 10 inciso

208
segundo de la Ley N ° 18.575. Asimismo, en el Diccionario de la Lengua española, se define
control como fiscalización. Ahora bien, nos indica el mencionado autor: “(…) Fiscalizar en el
contexto de la ley de quiebras implica enjuiciar las acciones o actos que ejecutan los síndicos,
dotando el Estado a la Superintendencia de Quiebras de la facultad de emitir un juicio de valor
sobre las actuaciones que llevan a cabo los síndicos en la administración de los patrimonios de
los fallidos que deben incautar y administrar en beneficio de los acreedores y para el pago de las
deudas contraídas por su titular para con ellos”200. De manera, que según el mencionado autor,
toda fiscalización o control implica un juicio de conformidad a ciertas reglas, que en caso de
disconformidad deben dar origen a una medida represiva, preventiva o rectificadora, es lo que en
los ordenamientos jurídicos europeos se denomina: “potestad directiva”, puesto que ciertos
grupos de entidades quedan en situación de control respecto de una organización pública, que
posee la potestad de determinar sus conductas. Cuando se crea una norma de conducta se da
origen a una relación de dirección que vincula a los sujetos privados sujetos a fiscalización y la
autoridad pública que controla el actuar de estos sujetos. El artículo 8 N ° 1, y artículo 7 inciso
1° se encuadran en esas características, toda vez que las facultades de la Superintendencia
otorgadas por un conjunto de normas vinculan a los síndicos, que en caso de incumplir sus
deberes la autoridad jurisdiccional o administrativa se encuentra facultada para actuar represiva,
preventiva o rectificadoramente, de acuerdo al caso concreto.

Todo lo anterior, lleva al autor a concluir que: “(…) El control constituye un conjunto de
procedimientos administrativos destinados a la comprobación de la regularidad de las funciones
encomendadas al controlado. Consecuentemente el control o la fiscalización no es un acto en sí
mismo, sino un momento jurídico de un procedimiento que se realiza en diversos actos de
instrucción y que se formaliza en un juicio de valor, contenido en un oficio o informe”201

Como podemos apreciar las facultades de la Superintendencia de Quiebras son de variada


naturaleza, siendo la facultad de fiscalización la más importante. En lo que respecta a la facultad
de fiscalización, podemos indicar que existen tres materias que han sido objeto de un normal
control por la Superintendencia de Quiebras, estas materias son:

200
ROMAN RODRIGUEZ, JUAN PABLO. Informe en derecho sobre las facultades de la
Superintendencia de Quiebras para fiscalizar a los síndicos. N ° 75, Septiembre de 2003., pp: 18.
201
ROMAN RODRIGUEZ, JUAN PABLO. Ob. Cit., 19.

209
- Procedencia de fondos: Se analiza la incautación y realización de los bienes, y
también los ingresos durante la administración del síndico, tales como intereses generados
por depósitos a plazo, rentas de arrendamiento, dividendo de acciones, etc.
- Distribución de fondos a acreedores: La fiscalización de los pagos
administrativos y de los repartos de fondos es especialmente rigurosa, puesto que la
distribución envuelve complejas operaciones para determinar los montos a pagar a los
distintos acreedores (preferentes o valistas) y porque su enorme importancia se advierte con
sólo considerar que, en promedio, un 90% de los fondos administrados por los síndicos se
destina a dicha distribución. Es necesario destacar, que los informes contables surgidos de
estas fiscalizaciones han aportado antecedentes valiosos respecto de estas materias, no sólo
para efectuar las correspondientes observaciones a los síndicos, sino para corregir errores en
los montos a pagar, y/o en las preferencias asignadas a los créditos. Las principales
observaciones que se han realizado dicen relación con el pago excesivo de algunos créditos
o el pago a acreedores sin derecho a ello por carecer de la preferencia comprendida en el
respectivo reparto. En casos como éstos, se oficia al síndico para que se restituyan los fondos
a la masa, sea por el propio acreedor pagado en exceso, a petición del síndico, o no siendo
ello posible de conseguir, por el propio síndico.
- Gastos de administración: Esta materia ha sido regulada por la Superintendencia
de Quiebras por medio de instrucciones, oficios y circulares, guiada por la necesidad de
resguardar el interés general de los acreedores, y dar cumplimiento al fin último de la
quiebra, cual es el mayor pago posible de las deudas del fallido, propósito que se vería
sensiblemente afectado si los gastos de la quiebra fueran excesivos.

Cabe señalar que la Superintendencia de Quiebras ejercerá sus funciones de control y


fiscalización en forma más rigurosa en aquellos casos en que los síndicos actúan en materias que
la ley especialmente ha colocado en la órbita de sus atribuciones, como sucede con las
atribuciones que le corresponden realizar al síndico en virtud del artículo 27 de la Ley N °
18.175.

Los administradores de la continuación del giro se encuentran bajo la fiscalización y el


control de la Superintendencia de Quiebras de la misma forma que los síndicos. La fiscalización

210
de la continuación del giro tiene un tratamiento distinto, atendiéndose en cada caso a su
complejidad e importancia económica social. En el año 1984, se creó en la entonces Fiscalía
Nacional de Quiebras un departamento especial encargado de la fiscalización de las
continuaciones del giro. En su labor, este departamento controla la gestión de los síndicos en
todo lo relacionado con la administración de la quiebra cuando se ha iniciado el giro provisorio o
cuando se ha decretado, en virtud de una resolución judicial o de un acuerdo de la junta de
acreedores, la continuación efectiva del giro de la fallida, sea en forma total o parcial, y sea que
la administración de ésta la ejerza el síndico o una persona distinta, especialmente designada en
dicho cargo, caso éste último en el que fiscaliza en la misma forma que a los síndicos, en su
calidad de administradores de la continuación del giro202. Cabe señalar que en la revisión jurídica
-contables de estas quiebras es indispensable la realización de un examen y evaluación previo a
la continuación del giro comprendido en ellas, por cuanto durante la vigencia del giro se
producen transferencias de recursos que obligan a una revisión consolidada de ambas
administraciones, velando porque exista una adecuada coherencia entre los estados de situación
demostrativos de cada gestión.

La Ley N º 20.004, introdujo una modificación en la norma del artículo 8 N º 1, señalando


que: “La facultad de fiscalizar comprende la de interpretar administrativamente las leyes,
reglamentos, y demás normas que rigen a las personas fiscalizadas, sin perjuicio de las
facultades jurisdiccionales que corresponden a los tribunales competentes”.

Con lo anterior se pretendió señalar en forma expresa que un aspecto de la fiscalización que
la Superintendencia ejerce sobre los síndicos, es la de interpretar las normas que regulan las
actuaciones de estos últimos.

Ahora bien, la norma resulta aclaratoria, porque parte de la doctrina sostenía con anterioridad
a la reforma comentada que, claramente la facultad de interpretar las leyes, reglamentos, y
demás normas que rigen a las personas fiscalizadas, se entendía incorporada como facultad de la
Superintendencia en razón del artículo 7 inciso 1º y artículo 8 N º 1 inciso 1º de la Ley N º
18.175. Pues, si la facultad de fiscalizar se extiende a todo aquello que se refiere a la actuación
de los síndicos, claramente queda incorporada la facultad de interpretar aquellas normas que
202
Artículo 113 inciso 4° de la Ley N ° 18.175.

211
regulan la actuación de los sujetos fiscalizados, toda vez que, dicha interpretación sería una
forma de controlar y supervigilar aspectos técnicos del quehacer de los síndicos, por medio de
determinar el correcto sentido de lo dispuesto en las normas legales o reglamentarias respectivas.

Ahora bien, esta interpretación es realizada por un ente administrativo, y su extensión, por lo
tanto, es la de ser una interpretación meramente administrativa, que en nada afecta las facultades
constitucionales y legales de los tribunales de justicia de aplicar la ley en el caso concreto que
conozca. Lo anterior quedó completamente claro en la segunda parte de inciso 2º del artículo 8 N
º 1 de la Ley N º 18.175.

2. El artículo 8 N º 2 dispone: “Para el cumplimiento de sus funciones, la Superintendencia


tendrá las siguientes atribuciones y deberes: 2.- Examinar, cuando lo estime necesario, los libros,
cuentas, archivos, documentos, contabilidad, y bienes relativos a la quiebra, convenio o cesión
de bienes. La no exhibición o entrega de lo señalado en este inciso por parte del síndico a la
Superintendencia para su examen, se considerará falta grave para los efectos del N º 9 de este
artículo”.

Correlato lógico de la facultad de fiscalizar las actuaciones de los síndicos, es la señalada en


el numeral recién trascrito. Claramente el medio más apto para poder ejercer una función de
supervigilancia o control es por medio del examen de aquellos elementos que permitan a la
Superintendencia determinar si el síndico ha dado cumplimiento a las normas que regulan su
actuación en una quiebra, convenio o cesión de bienes. La norma pretende, por tanto, ser
bastante inclusiva en cuanto a los objetos a examinar por la Superintendencia, pues señala al
respecto, que el examen recaerá sobre: “libros, cuentas, archivos, documentos, contabilidad, y
bienes relativos a la quiebra, convenio o cesión de bienes”.

Recordemos que el síndico debe como primeras medidas una vez asumido oficialmente en el
cargo, proceder de acuerdo al artículo 94 N º 1 de la Ley N º 18.175, a: “Asumido oficialmente
el cargo, el síndico deberá: 1.- Adoptar de inmediato, en presencia del secretario del tribunal o
de un notario o de otro ministro de fe designado por el juez, las providencias necesarias para
recoger los libros, documentos y bienes del fallido y para colocarlos en lugar seguro si se estima
que peligran o corren riesgos donde se encuentran”.

212
Con lo anterior queda claro, que una de las primeras preocupaciones del síndico es la tomar
contacto con los libros, documentos y bienes del fallido. Con ello, el síndico podrá conocer de la
situación que llevó al fallido al estado de cesación de pagos, y podrá reconstituir el patrimonio
del fallido, como asimismo determinar el activo y pasivo de la quiebra.

Ahora bien, la facultad de examinar estos documentos y bienes, se trasforma para la


Superintendencia en un derecho absoluto, toda vez que, no está sujeto a la calificación previa de
ningún otro órgano ni autoridad. En efecto, la norma del inciso 1º del artículo 8 N º 2, dispone
que la facultad de examinar procederá cuando la Superintendencia: “lo estime necesario”.

El ejercicio de esta facultad implica para el síndico, la obligación de hacer entrega a la


Superintendencia de los documentos o bienes que han sido objeto de la solicitud de examen. En
caso de que no cumpla el síndico con la anterior obligación, se considerará su actuación como
falta grave a los efectos del artículo 8 N º 9 de la Ley N º 18.175. Lo anterior implica que el juez
de la quiebra podrá conocer de un incidente de remoción a solicitud de la Superintendencia de
Quiebras, sobre la base de la falta grave en que ha incurrido el síndico, toda vez que se califica
por la ley el carácter de falta grave si es que no entrega a la Superintendencia los documentos o
bienes señalados para el examen de ésta última. O sea, el carácter de falta grave es determinado
por la ley por la sola concurrencia de la negación a entregar dichos documentos o bienes a la
Superintendencia de Quiebras, debiendo ésta probar en el juicio de remoción estos únicos
extremos de hecho para que se configure la falta grave del síndico.

La reforma de la Ley N º 20.004, introdujo en el marco de esta facultad importantes avances


en materia de transparencia en la administración de las quiebras por parte del síndico. Es así
como el inciso 2 º del N º 2 del artículo 8, dispone que: “La Superintendencia de Quiebras,
podrá, en casos calificados que se enmarquen dentro de las normas generales que haya dictado al
efecto, exigir auditorias externas de auditores independientes, para determinadas quiebras”.

Esta norma nos señala una potestad de la Superintendencia de Quiebras que tiende a que la
misma pueda exigir auditorias en determinadas quiebras, cuando considere que es necesario para
aclarar asuntos contables o financieros que pueden estar en duda, o bien, en caso que sea

213
necesario para dotar a la administración de quiebra de una mayor transparencia. Lo que resulta
importante es que esta facultad la ejerce la Superintendencia de Quiebras, de acuerdo con las
normas generales que sobre esta materia haya dictado con anterioridad. Recordemos que el
artículo 8 N º 2 permite a la Superintendencia de Quiebras, impartir instrucciones de carácter
obligatorio a los síndicos, y a los administradores de la continuación del giro, en aquellas
materias sometidas a fiscalización por parte de la entidad pública. En consecuencia, la
Superintendencia basándose en aquellas instrucciones, y considerando los criterios que en ellas
haya establecido, es que procederá a exigir la realización de estas auditorias.

Para los efectos de esta norma, los auditores externos deberán realizar un procedimiento
tendiente a revisar el mecanismo contable, examinar los Estados Finales de Contabilidad, y los
antecedentes que han permitido confeccionarlos, por lo cual deberán llegar hasta las primeras
operaciones con el fin de establecer si los estados financieros y contables reflejan la situación
real de la empresa en falencia203.

También tienen la facultad de solicitar la realización de auditorias, el fallido, y los acreedores


cuyos créditos representen a lo menos el diez por ciento del pasivo de la quiebra con derecho a
voto. Sin embargo, tratándose de este sujeto de la quiebra, la determinación si en definitiva las
auditorias se van a realizar o no, depende de la decisión del juez. En efecto, al juez de la quiebra
le corresponde resolver la petición fundada del fallido, y de los acreedores cuyos créditos
representen a lo menos el diez por ciento del pasivo de la quiebra con derecho a voto. Como la
norma del inciso 3º del artículo 8 N º 2 de la Ley N º 18.175, no señala un procedimiento
especifico en el cual se ventile la solicitud de dichos sujetos a efectos de que el juez acceda a la
realización de auditorias, debe aplicarse la norma del artículo 5 de la Ley de Quiebras, lo que
implica que dicha solicitud debe tramitarse de acuerdo a las normas de los incidentes.

Asimismo, la Junta de Acreedores podrá acordar en junta la realización de auditorias a través


de auditores independientes. Para estos efectos, deben reunir el quórum de aprobación de a lo
menos el diez por ciento de los acreedores con derecho a voto. Lo que implica un quórum bajo,
permitiendo a los acreedores que tengan una baja participación en el pasivo de la quiebra,

203
COMPOSTO CANALES, ARNOLFO. Manual de Contabilidad para abogados. 2004. 2ª edición.
Editorial Jurídica de Chile. Santiago, Chile., pp: 16-17.

214
acceder a información que puede ser relevante para conocer los manejos de la sociedad en
falencia bajo la administración del síndico, e incluso, durante la administración del fallido. Esta
posibilidad de actuar de la Junta de Acreedores, es distinta de la facultad que tienen los
acreedores cuyos créditos representen a lo menos el diez por ciento del pasivo de la quiebra con
derecho a voto, toda vez que este último caso, los acreedores no actúan a través de un órgano,
sino que personalmente. Asimismo, la solicitud de dichos acreedores que actúan personalmente
requiere la previa aprobación del juez de la quiebra a través de un procedimiento incidental. En
cambio, el acuerdo adoptado por la Junta de Acreedores puede ser cumplido sin previa
autorización del juez que conoce de la quiebra.

Sin embargo, bien puede ocurrir que la solicitud de auditorias, que realiza el fallido, los
acreedores cuyos créditos representen a lo menos el diez por ciento del pasivo de la quiebra con
derecho a voto, o bien la Junta de Acreedores, tenga un propósito meramente dilatorio, o
entorpecedor de la labor del síndico, o bien, persiga gravar injustificadamente a la masa. Para
enfrentar tales situaciones, el inciso 4º del artículo 8 N º 2 de la ley de quiebras, dispone que:
“En caso de que el fallido, algún acreedor o el síndico consideren que no ha existido motivo
plausible para solicitar la auditoria en conformidad al inciso precedente, podrán pedir al juez que
condene en costas a los que han solicitado”. En el evento que la solicitud sea efectuada por la
Junta de Acreedores, y ante la condena en costas que realice el juez, luego de tramitado un
procedimiento incidental, se deberá imponer dicha condena a los acreedores que aprobaron el
acuerdo tendiente a la realización de la auditoria, pues ellos, han sido los que la han solicitado.
La norma recién transcrita persigue resolver una situación de conflicto entre la transparencia y la
agilidad con que tiene que resolverse todo procedimiento de quiebras, en caso que en aras de la
transparencia se busque, verdaderamente, el retraso y gastos innecesarios, debe condenarse a
quienes han solicitado innecesariamente una auditoria, por medio del pago en costas.

Los auditores a los que estamos haciendo referencia deben ser designados por una Junta de
Acreedores, que para estos efectos se reunirá extraordinariamente. Las personas que pueden ser
designadas deben figurar en un Registro que lleva la Superintendencia de Valores y Seguros, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 53 de la Ley N º 18.046, o Ley de Mercado de Valores.
En primera instancia, los honorarios serán fijados por la Junta de Acreedores que los designa, sin
embargo, si no existe acuerdo, serán determinados por el juez. Lo mismo ocurre en caso de que

215
no exista acuerdo respecto de la o las personas de los auditores. Ahora bien, considero que el
juez debe resolver sin audiencia previa, para efectos de facilitar la rápida expedición del informe
de auditoría, y porque en esta materia se requiere agilidad, por la posibilidad de pérdida de
libros, o ocultamiento de los mismos.

Según el artículo 8 N º 2 inciso 6º, la documentación de la quiebra debe ser conservada por el
síndico hasta por un año después de encontrarse ejecutoriada la sentencia que declare el
sobreseimiento definitivo a que se refiere el artículo 164 de la Ley N º 18.175. Lo anterior es
para efectos de cualquier examen que pudiera solicitarse con posterioridad a encontrase
ejecutoriada la sentencia que declare el sobreseimiento definitivo anterior, considerando que el
plazo de un año es suficiente. Ahora bien, los casos de sobreseimiento definitivo a que se refiere
el artículo 164, son los siguientes: (i) Cuando todos los acreedores convienen en desistirse de la
quiebra o remiten sus créditos; (ii) Cuando el deudor o un tercero por él, consigna el importe de
las costas y los créditos vencidos y cauciona los demás a satisfacción de los acreedores, y (iii)
Cuando todos los créditos hayan sido cubiertos en capital e intereses con el producto de los
bienes realizados en la quiebra.

Respecto del sobreseimiento previsto en el artículo 165, el inciso 7º del artículo 8 N º 2 de la


ley de quiebras, establece una regulación respecto de los libros y papeles del deudor, y la
documentación de la quiebra.

En el caso de los libros y papeles del deudor, éstos le serán entregados en conjunto con los
bienes sobrantes de la quiebra, y del remanente de la quiebra, si lo hubiere204. Ahora bien, si una
vez concluido el procedimiento de calificación de la quiebra por sentencia ejecutoriada, y no ha
sido calificada de fortuita, o bien, el deudor ha sido condenado por alguno de los delitos
contemplados en el artículo 466 del Código Penal205, y no se pudiere aplicar el inciso segundo

204
Artículo 168 inciso 1º en relación con el inciso 7º del artículo 8 N º 2, todos de la Ley N º 18.175..
205
El artículo 466 del Código Penal señala: “El deudor no dedicado al comercio que se alzare con sus
bienes en perjuicio de sus acreedores o que se constituya en insolvencia por ocultación, dilapidación
maliciosa de esos bienes, será castigado con presidio menor en cualquiera de sus grados. En la misma
pena incurrirá si otorgare, en perjuicio de dichos acreedores, contratos simulados”.

216
del artículo 25 de la Ley N º 18.175206, en caso de incapacidad física o mental o muerte del
síndico, los libros y papeles le serán entregados a la Superintendencia de Quiebras207.

En el caso de la documentación de la quiebra, la misma debe ser conservada por el síndico


hasta por un año después de encontrase ejecutoriada la sentencia que declare el sobreseimiento
definitivo que señala el artículo 165 de la Ley N º 18.175208.

El artículo 165 de la ley de quiebras contempla un segundo caso de sobreseimiento definitivo,


aún cuando las deudas no hubieren alcanzado a cubrir con el producto de la realización de todos
los bienes de la quiebra, siempre que concurran los siguientes requisitos: (i) Que hayan
transcurrido dos años contados desde que hubiese sido aprobada la cuenta definitiva del síndico;
(ii) Que, habiendo terminado el procedimiento de calificación de la quiebra por sentencia
ejecutoriada, haya sido calificada de fortuita, y (iii) Que el deudor no haya sido condenado por
alguno de los delitos contemplados en el artículo 466 del Código Penal209.

El Superintendente podrá autorizar la eliminación de parte del archivo de la quiebra, antes de


los plazos señalados, aún sin la existencia de sobreseimiento definitivo, y exigir que
determinados documentos o libros se guarden por plazos mayores. Podrá asimismo, facultar a
los síndicos para conservar reproducciones mecánicas o fotográficas de esta documentación en
reemplazo de los originales210. Cabe señalar que esta facultad le corresponde al Superintendente
de Quiebras, que es la persona física que es el Jefe Superior de la Superintendencia, de acuerdo
al artículo 9 de la ley de quiebras. Por otra parte, los documentos que pueden ser objeto de
eliminación antes de plazo, o de una conservación después del plazo señalado, son aquellos

206
Artículo 25 inciso 2º: 2Si el síndico designado como titular cesare definitivamente en su cargo, asumirá
el suplente, el que continuará hasta la total tramitación de la quiebra. Si faltare éste, la junta de acreedores
o el tribunal, de oficio o a petición de cualquier interesado, hará nuevas designaciones. Los síndicos
designados en conformidad a este inciso deberán asumir aun cuando la quiebra no tenga bienes o fondos
por repartir o su cuenta final esté aprobada”.
207
Artículo 168 inciso 2º en relación con el artículo 25 inciso segundo, y inciso 7º del artículo 8 N º 2,
todos de la Ley N º 18.175..
208
Artículo 8 N º 2 inciso 6º, y 7º de la Ley N º 18.175.
209
El sobreseimiento del artículo 165 de la Ley N º 18.175, extingue, además, las obligaciones del fallido
por los saldos insolutos de sus deudas anteriores a la declaración de quiebra, sin perjuicio de distribuirse
entre los acreedores el producto de los bienes adquiridos con posterioridad y ya ingresados a la quiebra, de
acuerdo al inciso segundo del artículo 65 de la Ley N º 18.175 (todo lo anterior de acuerdo al artículo 165
inciso final de la ley de quiebras).
210
Inciso 8º del artículo 8 N º 2 de la Ley N º 18.175.

217
relativos a la quiebra, y claramente no cabe extenderlo a los bienes del fallido, porque ellos
siempre le deben ser devueltos. Sin embargo, nunca se podrá destruir los libros o instrumentos
que digan relación directa o indirecta con algún asunto o litigio pendiente211, por la lógica razón
de que dichos libros deben servir de base a las alegaciones y pruebas que las partes pueden
presentar en dichos juicios.

Todo lo anterior, es sin perjuicio de lo que disponga el Superintendente de Quiebras respecto


de la devolución de libros y papeles. Pues se encuentra facultado para decretar que dichos
documentos se devuelvan antes de la sentencia ejecutoriada de sobreseimiento (inciso décimo
del artículo 8 N º 2). Lo anterior no es una reiteración de lo comentado anteriormente, en cuanto
el Superintendente puede decretar la eliminación de ciertos libros o documentos antes del tiempo
señalado por la ley de quiebras, toda vez que la facultad que contempla el inciso décimo que
estamos comentando, se refiere a la devolución al fallido de los libros y papeles del deudor, no a
la eliminación de ellos, de acuerdo al inciso octavo del artículo 8 N º 2 de la Ley N º 18.175.

Por último, lo señalado en los incisos sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo del artículo
octavo número dos de la ley de quiebras, es sin perjuicio de lo que disponga el tribunal
competente. Esta referencia a los incisos anteriores fue aclarada por la Ley N º 20.004, pues con
anterioridad, y con motivo de la dictación de la Ley N º 20.004, la referencia tenía que realizarse
al inciso tercero, cuarto, quinto y sexto del mencionado artículo. La referencia anterior a la
modificación de la Ley N º 20.004, era completamente confusa, toda vez que, los incisos tercero,
cuarto y quinto, ya contemplaban funciones del tribunal de la quiebra, por lo que una repetición
era innecesaria.

3. El artículo 8 N º 3 de la Ley de Quiebras, dispone que a la Superintendente de Quiebras le


compete: “Impartir a los síndicos y a los administradores de la continuación del giro
instrucciones de carácter obligatorio sobre las materias sometidas a su control y, en especial,
fijar normas para la presentación de informes, estados de avance y cuentas provisorias o
definitivas que deban presentar los síndicos”.

211
Inciso 9º del artículo 8 N º 2 de la Ley N º 18.175

218
Con esta facultad, la Superintendencia de Quiebras tiene facultades normativas, a través de la
dictación de instrucciones obligatorias. Estas instrucciones como la norma señala pueden versar
sobre todas aquellas materias sometidas al control de la Superintendencia de Quiebras. O sea,
pueden referirse a todos aquellos aspectos técnicos, contables, jurídicos y financieros que
importan la fiscalización de la actuación de los síndicos por la señalada Superintendencia.

Sin perjuicio de la amplitud de las materias que pueden ser objeto de estas instrucciones
obligatorias, la norma en comento, señala que en especial ellas versarán sobre:

- Presentación de informes;
- Estados de avance;
- Presentación de cuentas provisorias y definitivas.

Una expresión de la facultad de la Superintendencia de impartir instrucciones obligatorias se


ve reflejado en el artículo 111 de la ley de quiebras, pues, en la primera reunión ordinaria el
síndico deberá presentar un informe completo, un programa de realización del activo, un plan de
pago del pasivo, y una estimación de los gatos de administración de la quiebra. Para lo anterior,
el síndico deberá ajustarse a las instrucciones generales que al efecto haya dictado la
Superintendencia de Quiebras.

Sobre la interpretación administrativa de la ley, se acotó durante la tramitación parlamentaria


que no es más que una facultad que tienen todas las superintendencias y organismos
fiscalizadores, como la de Bancos, AFP, la Dirección del Trabajo. Y tener esa facultad no
significa, de manera alguna, que la Superintendencia de Quiebras se va a superponer a las
atribuciones judiciales. De manera que se indicó que la única interpretación obligatoria es la
jurisdiccional y que la Superintendencia de Quiebras se someten a esa interpretación, pero para
poder aplicar la ley durante la administración de las quiebras a 100 Síndicos que ellos están
fiscalizando, se debe tener un criterio que debe ser uniforme en la práctica administrativa, que
va a estar permanentemente discutida en los tribunales de justicia212.

212
Intervención del Superintendente de Quiebras señor Diego Lira. EN: Boletín N ° 3180-03. Informe de
la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto de ley que modifica la Ley N °

219
4. El artículo 8 N º 4, dispone que a la Superintendencia le corresponde informar al
Ministerio de Justicia cualquier circunstancia que inhabilite a una persona para formar parte de
la nómina nacional de síndicos que establece el artículo 14 de la ley de quiebras. También, le
corresponde solicitar su eliminación de dicha nómina si se hubiere configurado alguna de las
causales que establece el artículo 22 de la ley de quiebras.

Estas comunicaciones son importantes toda vez que, reunidas alguna de las circunstancias
que constituyan causal de exclusión de la nómina nacional de síndicos, de entre los 14 numerales
que establece el artículo 22 de la ley de quiebras, el Ministerio de Justicia procederá a dictar el
correspondiente decreto de exclusión, que debe ser publicado en el Diario Oficial, de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 19, y 22 inciso segundo de la Ley N º 18.175. Cabe señalar que la
exclusión por medio de la dictación del decreto de exclusión de la nómina, puede ser realizado
de oficio por el Ministerio de Justicia, si por cualquier medio llega a su conocimiento alguna de
las circunstancias que constituyen causal de exclusión. Sin embargo, también, la
Superintendencia como el juez de la quiebra se encuentran facultados para comunicar tales
hechos al Ministerio de Justicia, de acuerdo al N º 4 del artículo 8, como asimismo, en virtud del
artículo 22 inciso segundo, ambos artículos de la Ley N º 18.175.

La Superintendencia de Quiebras ejercerá sus funciones con las atribuciones y deberes que le
competen al fiscal judicial o a los defensores públicos en virtud del artículo 37 del Código de
Procedimiento Civil. Dicha norma establece los trámites procesales en que corresponda al
tribunal, en este caso, el tribunal de la quiebra, oír o recibir algún informe de alguna persona, de
aquellas señaladas por la norma, que en este caso, corresponde a la Superintendencia de
Quiebras. Para dichos efectos, el tribunal de la quiebra, a través del secretario entregará a la
Superintendencia los documentos o el proceso de quiebras, si es necesario, para que dicho
órgano proceda a cumplir con la facultad para la cual necesita de dichos documentos. El
secretario debe exigir a la Superintendencia el correspondiente recibo de entrega. Si la
Superintendencia de Quiebras retardan la devolución del proceso o de aquellos que hubiera sido

18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,


fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 15.

220
entregado, podrá el tribunal señalarles un plazo razonable para que la efectúen, y ordenar a su
vencimiento que se recojan por el secretario los autos. Aplicando los criterios del inciso 3º del
artículo 37, que no es directamente aplicable a esta materia, por cuanto la Superintendencia de
Quiebras no es una autoridad judicial, debería concluirse que la regla general es que a la
Superintendencia se le haga entrega de copias de los documentos o del proceso de quiebras, y
que sólo cuando el tribunal de la quiebra lo estime necesario, o en casos urgentes, de acuerdo a
lo señalado en una resolución fundada, o bien, cuando los documentos o el proceso de quiebras
tenga más de doscientas páginas, se les podrá entregar el original a la Superintendecia de
Quiebras.

Esta norma se encuentra ubicada en el artículo 8 de la Ley N º 18.175, sin embargo, bien
podría ocurrir que por cualquier reforma legislativa, se contemple una facultad de la
Superintendencia tendiente a entregar algún informe al tribunal de la quiebra, y que dicha
facultad se regule en otro artículo de la ley de quiebras que no sea en el artículo 8º, en tal caso,
considero que sería pertinente interpretar que la norma del inciso tercero del artículo octavo tiene
aplicación general en todos los casos que regula, y no sólo en aquellos señalados en el artículo
8º.

5. Con anterioridad a la reforma de la Ley N ° 20.004, la Superintendencia de Quiebras no


poseía facultades sancionatorias en el marco de su competencia. Dicha situación impedía ejercer
una correcta fiscalización de los síndicos en las quiebras, toda vez, que existían una serie de
irregularidades menores que no eran posibles de ser sancionadas por los procedimientos
jurisdiccionales que había al efecto. Por ejemplo, la exclusión de la nómina nacional de síndicos
constituía una sanción muy grave en casos de faltas o irregularidades menores. Así la doctrina
con anterioridad a la reforma de la Ley N ° 20.004, señalaba al respecto: “Otro aspecto de la
función fiscalizadora de este servicio, dice relación con el cumplimiento de las instrucciones
impartidas a los síndicos. Al respecto, cabe señalar que si bien éstas son obligatorias, la Fiscalía
(hoy Superintendencia de Quiebras) carece de facultades específicas para hacerlas cumplir
puesto que la única sanción por el incumplimiento es la remoción del síndico, sanción que es
indirecta: la aplican o el tribunal de la quiebra o el Ministerio de Justicia, a requerimiento de la
Fiscalía. En atención a que la sanción de remoción resulta demasiado drástica para faltas de
menor gravedad, la Fiscalía ha debido utilizar la vía indirecta en los casos en que aquella medida

221
no se justifica: pedir a los tribunales que en virtud de sus atribuciones imperativas ordenen al
Síndico a subsanar las faltas e irregularidades representadas”213.

El establecimiento de facultades sancionatorias de la Superintendencia en el artículo 8 N ° 5


de la Ley N ° 18.175, viene a aminorar las dificultades anteriores. Estas facultades no obstan a
las potestades que tienen los tribunales de justicia en el ámbito de su competencia.

La Superintendencia puede aplicar a los síndicos en las quiebras, y a los administradores de la


continuación del giro, en su caso, como sanción por incumplimiento de las instrucciones que
imparta y de las normas que fije, las siguientes sanciones:

- Censura por escrito;


- Multa a beneficio fiscal de una a cien unidades de fomento, o
- Suspensión de hasta seis meses para asumir nuevas quiebras, convenios o
cesiones de bienes.

La última de estas sanciones se reafirma en el artículo 24 N ° 5, que dispone: “No podrán ser
designados síndicos de una quiebra, convenio o cesión de bienes: 5.- Los que estuvieren
suspendidos en conformidad a lo dispuesto en el N ° 5 del artículo 8°”.

Lo que cabe resaltar es que estas sanciones son impuestas administrativamente al síndico o al
administrador de la continuación del giro. Por lo que la Superintendencia ejercerá estas
funciones con exclusión de los tribunales ordinarios de justicia. Sin embargo, el imperativo de la
bilateralidad, como un elemento del debido proceso de acuerdo al artículo 19 N ° 3 de la
Constitución Política de la República de Chile, determina que esta sanción no puede ser aplicada
de sin oír previamente al síndico o al administrador de la continuación de giro afectado. En
efecto, el inciso 2° del artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175, señala que la aplicación de la
sanción se realizará previa audiencia del afectado. Lo que implica que debe notificarse al síndico
o al administrador de la continuación del giro de la existencia de sospechas de incumplimiento
de las instrucciones o normas que imparta la Superintendencia de Quiebras, fijándole un plazo

213
PRICE RAMIREZ, GUSTAVO, RAMIREZ ALVARADO, RODRIGO, y MIRANDA, JUAN
CARLOS.Ob. Cit., pp: 19

222
para poder responder, y con dicha respuesta, o bien en su rebeldía, procederá la
Superintendencia a aplicar o a denegar la aplicación de la sanción administrativa
correspondiente, de acuerdo a la gravedad de los antecedentes. Entendemos que las normas
sobre incidentes son aplicables en esta etapa administrativa por cuanto el artículo 8 N ° 5 no
señala un procedimiento diverso, y el artículo 5 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, es claro al
señalar que: “Toda cuestión que se suscite en el juicio de quiebra se tramitará como incidente a
menos que la ley señale un procedimiento diverso”, sin distinguir si se trata de una cuestión
jurisdiccional o administrativa, toda vez que hace referencia a: “toda cuestión”.

El resguardo del debido proceso también se traduce en el momento de fallo. Toda vez que la
Superintendencia de Quiebras sólo puede aplicar las sanciones que estamos comentando, por
medio de la dictación de una resolución fundada, lo que implica que debe existir una
concatenación lógica en los argumentos dados por la Superintendencia de Quiebras que unan los
elementos de hecho como de derecho.

Las posibilidades de defensa del afectado por la sanción se reducen a lo que pudiera indicar
en la audiencia previa a la aplicación de la sanción administrativa, y en la reclamación que
pudiera deducir ante la Corte de Apelaciones correspondiente a su domicilio. En efecto, el
afectado puede impugnar la aplicación de la sanción administrativa impuesta por la
Superintendencia de Quiebras, por medio de un recurso de reclamación. La existencia de este
recurso se contempla cuando a un síndico o a un administrador de la continuación del giro se le
impone cualquiera de las medidas señaladas anteriormente como sanciones.

Si al afectado se le ha impuesto la sanción de suspensión temporal del cargo para asumir


nuevas quiebras, convenios y cesiones de bienes, deberá deducir el recurso de reclamación ante
la Corte de Apelaciones correspondiente a su domicilio. El reclamo debe ser fundado, y
formularse dentro del plazo de diez días contados desde la fecha de la comunicación de la
resolución respectiva. Este plazo de días debe entenderse como un plazo de días hábiles, por
aplicación supletoria del artículo 5 inciso tercero de la ley de quiebras. La interposición de
recurso de reclamación no suspende los efectos de la resolución administrativa, por lo que se
concede en el sólo efecto devolutivo. La Corte de Apelaciones debe dar traslado a la
Superintendencia de Quiebras, por el plazo de seis días, plazo que debe entenderse de días

223
hábiles, fatal e improrrogable. Recibido dicho traslado deberá dictar sentencia de término la
Corte de Apelaciones en un plazo de treinta días, sin ulterior recurso. Este plazo de treinta días
debe entenderse como no fatal por cuanto es un plazo para una actividad del tribunal.

El procedimiento ante la Corte de Apelaciones con posterioridad a la imposición de la


sanción administrativa debe entenderse como una vía de control efectiva frente a la arbitrariedad
que pudiera derivarse de la aplicación de sanciones por parte de la Superintendencia. Por lo
tanto, el legislador estuvo en lo correcto al contemplar la posibilidad de la revisión de la decisión
administrativa en sede jurisdiccional.

Al mismo procedimiento señalado anteriormente deberá sujetarse las reclamaciones que se


presente por los síndicos o los administradores de la continuación del giro si es que la sanción
aplicable es la censura o multa. Ahora bien, por la naturaleza especial de la multa está debe ser
pagada dentro del plazo de diez días contados desde que la resolución dictada por la
Superintendencia se encuentre ejecutoriada, sirviendo la resolución que aplica la multa de
suficiente título ejecutivo para el cobro de la multa. Recordemos que sólo la ley puede crear
títulos ejecutivos. Cabe señalar que al igual de lo que ocurre en la sanción de suspensión del
cargo para asumir en otras quiebras, convenios o cesiones de bienes, la aplicación de la multa no
se suspende por la interposición oportuna del recurso de reclamación.

En caso de que no se pagare la multa en el plazo señalado, se podrá dar inicio a un incidente
de remoción incoado de oficio por el juez de la quiebra o bien a solicitud del Superintendente de
Quiebras, de acuerdo al inciso segundo del artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175.

Cabe indicar que la facultad que estamos comentando no sólo puede ser ejercida por la
Superintendencia de Quiebras respecto del incumplimiento por parte de los síndicos o los
administradores de la continuación del giro de las instrucciones o normas que la misma
Superintendencia dicte, sino que también en relación con las leyes, reglamentos y demás normas
que rigen a los síndicos y administradores de la continuación del giro214. Con lo anterior se da

214
Esto es importante recalcarlo, porque con anterioridad a la dictación de la Ley N ° 20.073, sólo se
entendía referida la posibilidad de aplicar sanciones por infracción de las normas que dictare la
Superintendencia de Quiebras, y no por infracción de otras normas, como la ley de quiebra u otros cuerpos

224
eficacia a la facultad contemplada en el N ° 3 del artículo 8 de la Ley N ° 18.175, que permite a
la Superintendencia de Quiebras impartir a los síndicos y a los administradores de la
continuación del giro instrucciones de carácter obligatorio sobre las materias sometidas a su
control. En suma, sobre la base de la no observancia de dichas normas obligatorias puede la
Superintendencia aplicar sanciones administrativas, con lo que el legislador relaciona
directamente la facultad normativa con la sancionatoria de la Superintendencia de Quiebras.

El señor Nicolás Montt, abogado, síndico de quiebras y profesor de derecho comercial,


indicó respecto de la facultad de la Superintendencia para poder aplicar sanciones que:
“Respecto a la facultad de la Superintendencia de Quiebras de aplicar sanciones tales como
censura por escrito, multa y suspensión hasta por seis meses, no lo encuentra adecuado, pues
hoy se critica que los organismos públicos puedan aplicar sanciones. Se desea que sean sólo los
tribunales quienes puedan aplicar sanciones. Se trata de mantener una división de poderes para
poder preservar la igualdad ante la ley. También está en total desacuerdo con el principio “solvet
et repet”, esto es, “paga y después reclama” por que puede dejar a una de las partes en la
indefensión. También, y por el mismo motivo, no está de acuerdo con la afirmación que la
interposición del reclamo no suspenda los efectos de las resoluciones. A mayor abundamiento,
en el evento que se conserve esta facultad a la Superintendencia, deberá contemplarse la
posibilidad de que el sancionado recurra a ella, pidiendo la reconsideración, dentro de un plazo
de 5 días hábiles, sin la exigencia del pago de parte alguna de la multa, de manera tal que esta
disposición se encuentre en armonía con la ley de Bases Generales de Administración del
Estado. Todo ello, sin perjuicio de que se debe establecer, necesariamente, la posibilidad de
recurrir a los tribunales ordinarios de justicia, y que se cumpla la sanción sólo una vez que se
encuentre ejecutoriada la resolución respectiva”215. Recordemos que el inciso final del artículo 8

normativos o reglamentarios, pero la ley mencionada aclaró el tema señalando que también se puede
aplicar sanción por las demás normas no sólo aquellas dictadas por la Superintendencia de Quiebras
(artículo 3 letra b) de la Ley N ° 20.004).
215
Intervención de Nicolás Montt, abogado, síndico de quiebras, profesor de derecho comercial. EN:
Boletín N ° 3180-03. Informe de la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto de
ley que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración
privada de las quiebras, fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras.,
pp: 45.

225
N ° 5 del proyecto original disponía: “También podrá reclamarse, con sujeción al mismo
procedimiento, de la resolución que aplique la multa. En este caso, la reclamación deberá
interponerse dentro de diez días contados desde el pago de la multa, siempre que éste se haya
efectuado dentro de plazo”, por lo que se requería pagar la multa dentro de plazo para poder
deducir oposición en los términos señalados en la norma, tal situación implicaba que la posibilidad
de oponerse a la aplicación de la sanción, y la posibilidad de defensa ante un tribunal jurisdiccional
se disminuían considerablemente, afectando el derecho de defensa del afectado por la aplicación de
la multa. Con la regulación actual no se exige para presentar el recurso de reclamación ante la Corte
de Apelaciones correspondiente al domicilio del reclamante, el pago de la multa, sin embargo, el no
pago de la multa, cuya obligación de pago empieza desde que queda ejecutoriada la resolución
administrativa que la aplica, se sanciona como falta grave para los efectos de dar inicio a un juicio
de remoción en su contra, de acuerdo al inciso 2° del artículo 8 N ° 9 de la Ley N ° 18.175.

6. La Superintendencia de Quiebras se encuentra legitimada para objetar las cuentas de


administración del síndico, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley N ° 18.175. Pero
en aquellos casos en que la objeción provenga de los acreedores o del fallido podrá actuar como
parte en el procedimiento que se promueva a ese respecto, todo lo cual de acuerdo a lo dispuesto
en el artículo 8 N ° 6 de la Ley N ° 18.175.

Con anterioridad a la reforma de la Ley N ° 20.004 se discutía si la Superintendencia de


Quiebras podía objetar las cuentas del síndico. Al respecto la opinión de la Superintendencia de
Quiebras era que la misma podía actuar y deducir objeción a la cuenta del síndico sin que
ninguna otra parte o órgano de la quiebra facultado para ello lo hubiera hecho. Sostenían,
entonces, que la Superintendencia de Quiebras podía actuar en forma autónoma, debido a que
era parte en el juicio concursal, y como parte le asistían a lo menos los mismos derechos que la
ley al respecto le otorga al fallido y a los acreedores. La tesis anterior guarda armonía con el
hecho que no obstante ser la Superintendencia de Quiebras un organismo fiscalizador, no había
sido dotado de facultades propias para aplicar sanciones directas a los síndicos por las
situaciones irregulares de éstos, y entonces, para compensar esa carencia, se le concedían
atribuciones para actuar por propia iniciativa en casos de eventuales irregularidades. Otra
posición sostenía que la Superintendencia de Quiebras sólo podía actuar cuando se hubiere
iniciado el procedimiento de objeción, por cuanto el antiguo artículo 8 N ° 6 sostenía: “actuar

226
como parte en el proceso originado por la cuenta del síndico”. Esta última tesis favorecía la
irresponsabilidad del síndico, con el consiguiente perjuicio para el fallido y los acreedores. Lo
cierto al respecto, y así lo había demostrado la práctica, es que ni el fallido ni la junta de
acreedores cuentan con una infraestructura apropiada para examinar debidamente las cuentas
rendidas por los síndicos216.

El síndico debe rendir dos tipos de cuentas de administración:

- Las cuentas provisorias, y


- La cuenta definitiva.

En el caso de las cuentas provisorias, el síndico deberá rendirlas con la periodicidad que la
Superintendencia de Quiebras disponga en conformidad a la facultad del artículo 8 N ° 3 de la
Ley N ° 18.175, que la faculta para dictar instrucciones obligatorias en las materias sometidas a
su control, y en especial, entre otras, en materias de presentación de cuentas, lo que obviamente
incluye lo relativo a los plazos de presentación de dichas cuentas.

El pronunciamiento que pudiera existir por parte de la Junta de acreedores respecto de las
cuentas provisorias no impedirá que se objete la cuenta definitiva.

En el evento que el síndico no presentare cualquiera de las cuentas provisorias en los plazos
indicados por instrucciones obligatorias dictadas al efecto por la Superintendencia de Quiebras,
la misma autoridad impondrá al síndico una multa a beneficio fiscal de hasta 15 unidades de
fomento. En este caso, creo que no sería aplicable el procedimiento de reclamación contemplado
en el artículo 8 N ° 5, por cuanto la norma del inciso tercero del artículo 29 de la Ley N ° 18.175,
que regula lo que estamos comentado, no refiere la cuestión a dicha norma, y por lo demás, se
trata de hechos claramente demostrables y claros, sin embargo, la práctica irá demostrando si
cabe reclamación o no.

216
En esta materia se ha seguido lo expuesto en el trabajo de: PRICE RAMIREZ, GUSTAVO, RAMIREZ
ALVARADO, RODRIGO, y MIRANDA, JUAN CARLOS. Ob. Cit., pp:25.

227
En el caso de las cuentas definitivas, el síndico deberá rendirla a más tardar dentro de treinta
días siguientes a aquel en que hubieren vencido los siguientes plazos:

- Un plazo no superior a los seis meses para la realización sumaria del activo,
desde la cuenta presentada por el síndico en que apareciere que el producto probable de
la realización del activo de la quiebra no excederá de mil unidades de fomento, de
acuerdo al artículo 109 de la Ley N ° 18.175, o
- Un plazo no superior a seis meses tratándose de bienes muebles, o un plazo de
nueves meses tratándose de bienes inmuebles desde la primera junta de acreedores, si es
que no se aplica la realización sumaria de activo, y no se prorrogan los plazos por el
tribunal por una sola vez, por un máximo de seis meses, pues en tal caso, se estará la
cantidad de plazo prorrogado217, de acuerdo al artículo 120 y 130 de la Ley N ° 18.175.

En casos en que se hubieren agotado los fondos de la quiebra, o se hubieren pagado


íntegramente los créditos reconocidos y no haya impugnaciones por resolver, o en el caso de que
todos los acreedores hubieren acordado desistirse de la quiebra o remitir sus créditos, o bien, que
el síndico hubiera cesado anticipadamente de su cargo, deberá rendir cuenta definitiva
anticipadamente dentro del plazo de treinta días en que hubiera acaecido alguno de los hechos
antes mencionados.

La junta de acreedores en sesión extraordinaria podría establecer la presentación de alguna


cuenta de administración con una fecha distinta de las señaladas, si es que adopta un acuerdo en
tal sentido, de acuerdo al artículo 30 inciso 2° y 116 de la Ley N ° 18.175.

La cuenta definitiva deberá presentarse ante el Tribunal, el que ordenará notificarla por medio
de avisos. En los mismos avisos se citará a junta de acreedores, la que deberá celebrarse dentro
de los quince días después de la notificación, indicándose en los avisos las siguientes materias:
(i) Extracto de la cuenta definitiva; (ii) Lugar; (iii) Día; y, (iv) Hora de la celebración de la junta
de acreedores.

217
Lo señalado debe entenderse con exclusión de los bienes comprendidos en la continuación efectiva del
giro. Esta materia se regula en los artículos 120, 121, 122, 123, y 130 de la Ley N ° 18.175.

228
Conjuntamente con la presentación de la cuenta definitiva al tribunal, el síndico deberá
remitir copia a la Superintendencia de Quiebras para que ella tome conocimiento de la misma, y
pueda deducir objeción en su caso.

La objeción a la cuenta definitiva del síndico podrá ser realizada no sólo por la
Superintendencia, sino que también por el fallido y los acreedores, siempre que éstos dos
últimos, no se hayan pronunciado a favor de la aprobación de la cuenta. Lo importante es señalar
que el plazo para objetar la cuenta definitiva, se cuenta desde la fecha fijada para la realización
de la junta de acreedores que el tribunal ordena citar una vez recibida la cuenta definitiva por
parte del síndico, hasta por un plazo de treinta días hábiles con posterioridad a ese día, háyase o
no realizado dicha junta. Con ello, el legislador dar agilidad al procedimiento de quiebras, pues
impide que un determinado hecho, que es la no realización de la junta tendiente a la aprobación
de la cuenta definitiva, obste al comienzo del plazo para objetar la cuenta. También el legislador
contempla la aplicación del principio de la buena fe, pues en el evento de realizarse la junta de
acreedores anterior, los acreedores que la hayan aprobado no podrán con posterioridad objetarla,
aún cuando exista al respecto algún error de hecho en la apreciación del acreedor, pues la norma
nada señala al respecto.

El procedimiento que sigue a las objeciones presentadas por la Superintendencia, algún


acreedor, o el fallido, se encuentra señalado en el artículo 31 de la Ley N ° 18.175. Al respecto,
el síndico tendrá un plazo de diez días hábiles para poder contestar fundadamente las
observaciones que se hubieran realizado respecto de su cuenta definitiva. Este plazo se cuenta
desde la última notificación por cédula de la o las objeciones realizadas. De la contestación del
síndico, el tribunal deberá darle traslado por diez días a él o los objetantes. Dentro de este plazo
éstos podrán asumir dos actitudes frente a las contestaciones del síndico a sus objeciones:

- Insistir en sus objeciones, o


- Declinar de las mismas.

Si insisten, la resolución respecto de las objeciones deberá ser definida por el tribunal de la
quiebra, quien deberá sentenciar sobre el cuestionamiento a la cuenta definitiva, previo informe
de la Superintendencia de Quiebras, el que deberá ser evacuado dentro de treinta días desde que

229
se requiera su intervención. El informe de la Superintendencia de Quiebras es esencial para la
validez de la sentencia dictada por el tribunal de la quiebra que resuelva las objeciones a la
cuenta definitiva, y su omisión acarrea la nulidad procesal. Es interesante constatar que el
legislador de quiebras posibilita que se dé una solución a las objeciones a la cuenta definitiva del
síndico, previo a la intervención jurisdiccional, pues se debe entender que si no existe insistencia
de él o los objetantes, la cuenta definitiva debe entenderse ejecutoriada respecto de posibles
impugnaciones.

La insistencia en las objeciones de la cuenta definitiva produce como efecto que el síndico
afectado por dicha objeción no puede ser designado en otra quiebra, convenio o cesión de
bienes, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 24 N ° 4 de la Ley N ° 18.175. Ahora bien, si
dichas objeciones no estuvieren respaldadas por la Superintendencia de Quiebras el síndico
podrá ser designado, y no operará la inhabilidad. La duda resulta sobre que se debe entender por
que la objeción no estuviere respaldada por la Superintendencia. De plano debemos descartar
que una objeción no se encuentre respaldada por la Superintendencia de Quiebras cuando la
misma presenta la objeción, o bien cuando no presentándola se hace parte de la misma. También
debemos descartar que la Superintendencia de Quiebras no respalda la objeción cuando
presentado su informe para que el juez resuelva en definitiva sobre la objeción señala una
posición favorable a que el juez acoja las objeciones planteadas. Por lo tanto, sólo nos queda por
señalar que la Superintendencia de Quiebras no respaldará las objeciones planteadas en aquellos
casos en que no haya deducido la objeción, y que además no se haya hecho parte de las mismas,
y que conjuntamente, presente un informe al juez de la quiebra favorable al síndico en cuanto a
que señale que las objeciones presentadas a la cuenta definitiva del síndico no son correctas en
su totalidad.

Si se rechaza por sentencia ejecutoriada la cuenta definitiva del síndico, se da lugar a la


exclusión del síndico de la nómina nacional de síndicos de acuerdo al artículo 22 N ° 10, lo que
deberá ser realizado a través de decreto del Ministerio de Justicia previa comunicación del juez o
de la Superintendencia de Quiebras, o de oficio por dicho Ministerio, de acuerdo al artículo 19, y
22 inciso 2° de la Ley N ° 18.175.

230
Resulta curioso constatar que la Superintendencia de Quiebras actúa en este procedimiento de
objeción en un eventual doble carácter. Por una parte, es un sujeto legitimado para oponerse u
objetar la cuenta definitiva del síndico, y por otra parte, dado su carácter de ente técnico en
materia concursal, pasa a ser informante del tribunal de la quiebra, cuando éste tenga que
resolver en definitiva sobre las objeciones a la cuenta definitiva, si es que hubiere insistencia en
las objeciones de la manera indicada. Recordemos que además la Superintendencia de Quiebras
puede actuar como parte en las objeciones no deducidas por él.

Lo que necesitamos aclarar es si la referencia del artículo 8 N ° 6 al artículo 30 de la Ley N °


18.175, debe entenderse referida al hecho que la Superintendencia de Quiebras sólo se encuentra
facultada para impugnar la cuenta definitiva, o si en cambio, también puede objetar la cuenta
provisoria que regula el artículo 29 de la misma ley. Lo que resulta claro es que la cuenta
definitiva puede ser objeto de objeción por la Superintendencia de Quiebras, no sólo en los casos
normales de rendición de cuenta definitiva de los artículos 109 y 120, sino que también en
aquellos otros casos señalados en el artículo 30 inciso primero218.

El artículo 8 N ° 6 poco aclara para resolver el problema que estamos tratando, pues se refiere
a que la Superintendencia de Quiebras podrá objetar las cuentas de administración de acuerdo al
artículo 30, indicando que la objeción recaerá sobre las cuentas de administración, y sin duda
alguna, la cuenta provisoria como la cuenta definitiva son cuentas de administración. Ahora
bien, la no presentación de cuentas provisorias da lugar a una sanción pecuniaria especial de
multa de hasta 15 unidades de fomento, lo que implica una regulación especial al respecto, pero
que en ningún caso se refiere a la objeción de la cuenta provisional, pues precisamente el
supuesto para la aplicación de la norma, es que no exista rendición de cuenta provisoria. Ahora
bien, si el síndico se negare a rendir cuenta provisoria de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 29
de la ley de quiebras, su actuación podría considerarse infracción reiterada que constituye
conducta grave o bien, una infracción grave a las disposiciones legales, lo que de acuerdo al
artículo 22 N ° 11 de la Ley N ° 18.175, daría lugar a la exclusión del síndico de la nómina
nacional de síndicos.

218
Esto es, cuando se hubieren agotado los fondos de la quiebra, o se hubieren pagado íntegramente los
créditos reconocidos y no haya impugnaciones por resolver, o en el caso de que todos los acreedores
hubieren acordado desistirse de la quiebra o remitir sus créditos, o por último, que el síndico hubiera
cesado anticipadamente de su cargo

231
Con todo, considero que la Superintendencia de Quiebras sólo puede objetar las cuentas
definitivas, y no las provisorias, pues tal objeción debería ser realizada si se estima procedente,
por la junta de acreedores que se pronuncie a su respecto, de acuerdo al inciso 2° del artículo 29
de la Ley N ° 18.175. Por lo demás, no se explicaría porque el legislador en el artículo 8 N ° 6 no
se remitió también al artículo 29 que establece lo referente a las cuentas provisorias, y si lo hizo
respecto de las cuentas definitivas señaladas en el artículo 30.

El establecimiento de esta facultad, que permite a la Superintendencia actuar como sujeto


procesal en el juicio de quiebra, viene a ser la constatación de que el mencionado ente no sólo
ejerce funciones fiscalizadoras.

La Ley N ° 20.073, en su artículo 4 incorporó un inciso final al artículo 31 de la Ley N °


18.175, que dispone: “La aprobación de la cuenta definitiva impide el ejercicio de las facultades
fiscalizadoras de la Superintendencia en relación a las partidas contenidas en ella, sin perjuicio
de lo establecido en el artículo 1465 del Código Civil”.

Sobre la facultad que se le concede a la Superintendencia de Quiebras para objetar la cuenta


al síndico, se dejó constancia en la discusión parlamentaria de la intervención del
Superintendente de Quiebras, quien indicó: “Comenta que al principio los acreedores llegan
muy interesados, para saber cuánto le corresponderá en definitiva, pero a medida que se van
pagando los acreedores privilegiados y que va disminuyendo el patrimonio, los acreedores se
desinteresan por la administración de la quiebra, aunque ella sigue adelante y llega un momento
en el cual no hay junta de acreedores, porque no hay quórum y nadie se interesa por concurrir y
en ese caso, se encuentra el Síndico solo frente a un fallido y ante la Superintendencia de
Quiebras, para que este proceso llegue a buen fin. Recuerda que hay quiebras que llevan 20 años
sin concluirse y esa demora no es culpa de los Síndicos, sino que hay una serie de hechos que se
van produciendo, como demandas, acciones reivindicatorias, recuperaciones de bienes que no se
encuentran y todo ello deben resolverlos los tribunales y eso va retardando las quiebras, que
terminan con el Síndico y la Superintendencia de Quiebras, de manera que si ellos no existieran
o no actuaran, podría haber abuso por parte de los Síndicos, con perjuicio de los acreedores
valistas y por eso nadie se opone a las facultades de la Superintendencia de Quiebras, porque los

232
Síndicos se sienten protegidos en virtud de esas facultades, en el sentido que ellos deben rendir
cuenta tanto a los acreedores como al fallido, por lo tanto hay un interés común y es que se
administren bien las quiebras y la Superintendencia de Quiebras, por ende, es un organismo
especializado y tiene un criterio de colaboración y no de persecución y tener esta entidad detrás
de los Síndicos significa que ellos pueden estar evitando en el futuro acciones de indemnización
de perjuicios y penales que puede interponer en contra de ellos tanto el fallido como los
acreedores”219.

Existieron, durante la tramitación del proyecto de ley, propuestas que incluso indicaron que
la Superintendencia de Quiebras debía ser la única que pudiera objetar las cuentas del síndico de
quiebras, así lo indicó el señor, de lo cual se dejó constancia de lo siguiente: “Al respecto,
piensa que la única institución idónea para objetar cuentas en la Fiscalía Nacional de Quiebras y
nadie más. Lo anterior por las siguientes razones: (i) Cuenta con personal especializado y
calificado en la materia; (ii) A través de sus inspecciones periódicas conoce permanentemente el
desarrollo de la quiebra, y (iii) Permitirá descomprimir y desvincular al Síndico de los intereses
de los acreedores ya que éste únicamente se debe a la ley y a las instrucciones de la
Superintendencia. De esta forma su actuación se independizará con más fuerza evitando las
distorsiones y presiones efectuadas tanto por los acreedores como la fallida”220.

7. El artículo 8 N ° 9 de la Ley N ° 18.175 dispone que a la Superintendencia de Quiebras le


corresponde poner en conocimiento del tribunal de la quiebra o de la junta de acreedores
cualquier infracción, falta o irregularidad que observe en la conducta del síndico o del
administrador de la continuación del giro. Es de destacar que la norma señala que la

219
Intervención del Superintendente de Quiebras señor Diego Lira. EN: Boletín N ° 3180-03. Informe de
la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto de ley que modifica la Ley N °
18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 16.
220
Intervención de Pablo Cifuentes, abogado, síndico de quiebras, representante de la asociación de
síndicos. EN: Boletín N ° 3180-03. Informe de la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en
el proyecto de ley que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la
administración privada de las quiebras, fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la
Superintendencia de Quiebras., pp: 34.

233
Superintendencia “observe” la infracción, falta o irregularidad, sin embargo, en relación con el
artículo 8 N ° 13, esta observación bien puede ser consecuencia de una denuncia que se ha
realizado ya sea por algún acreedor, el fallido, o algún tercer interesado, y que calificada por la
Superintendencia de Quiebras, ésta determine su efectividad.

Asimismo, la Superintendencia puede proponer al juez de la quiebra, si lo estima necesario,


la remoción del síndico de la quiebra, convenio o cesión de bienes, o bien, puede solicitar la
remoción del administrador de la continuación del giro. Obviamente, para solicitar la remoción
debe previamente poner en conocimiento los hechos que constituyen la falta, infracción o
irregularidad.

La forma de tramitación de la solicitud de remoción es a través del procedimiento incidental,


que puede ser iniciado de oficio o bien a solicitud de la Superintendencia. Para que un síndico o
administrador de la continuación de giro, sean sujetos de un procedimiento de remoción, deben
haber incurrido en faltas reiteradas o en falta grave o en el incumplimiento del pago de las
multas señaladas en el número cinco del artículo octavo de la ley de quiebra, o en irregularidades
en relación con su desempeño, o bien en caso de que se encuentren en notoria insolvencia. Por lo
tanto, no cualquiera falta puede dar origen a un procedimiento de remoción, aquellas que no
reúnan el carácter de gravedad necesario para que se incoe un incidente de remoción pueden ser
objeto de la aplicación de una sanción administrativa de acuerdo al artículo 8 N ° 5 de la Ley N °
18.175.

Ahora bien, la Superintendencia se limita a poner en conocimiento del juez de la quiebra


ciertos hechos que considere que constituyen faltas, infracciones o irregularidades. Y puede,
como hemos visto, proponer la remoción de un síndico o administrador de la continuación del
giro. Sin embargo, la calificación en definitiva si dicha falta, infracción o irregularidad reviste
los caracteres suficientes para dar inicio a un procedimiento de remoción corresponde al tribunal
de la quiebra, aún cuando no se haya solicitado el inicio del mismo por la Superintendencia de
Quiebras. Debido a que el juez puede de oficio incoar el procedimiento de remoción. De manera
que, bien puede la Superintendencia de Quiebras poner en conocimiento del juez una
determinada falta, infracción o irregularidad, sin proponer su remoción, y de todas formas puede
el juez comenzar un incidente de remoción por cuanto esa denuncia de la Superintendencia de

234
Quiebras le puede dar conocimiento de algún hecho que revista la gravedad suficiente para
concluir en la remoción del síndico o del administrador de la continuación del giro.

El Superintendente de Quiebras puede solicitar al juez que durante la tramitación del


incidente de remoción se suspenda al síndico de sus funciones, igual facultad tiene el juez de
oficio. Las razones que permiten esta suspensión temporal, son cuando se estime que se ha
afectado o se pueda afectar la adecuada administración de la quiebra, o bien se considere que
existen presunciones graves de la existencia de las causales invocadas para la remoción. De
manera que debe existir un juicio de racionabilidad para adoptar la decisión de suspender al
síndico o al administrador de la continuación del giro, cuando el motivo para ello sea que existan
presunciones graves de la existencia de las causales invocadas para la remoción, o bien, en caso
de que la causal invocada sea que se pueda afectar la adecuada administración de la quiebra.

Sin perjuicio de lo anterior, el juez tiene una importante atribución en cuanto a la suspensión
del síndico, toda vez que lo puede suspender en cualquier estado de la quiebra, actuando de
oficio, cuando considere que los antecedentes lo ameritan. De suerte que el juez de la quiebra se
encuentra dotado de las armas necesarias para intervenir en el proceso de quiebras en aquellas
situaciones que considere afecten la buena administración de la quiebra.

En el procedimiento de remoción podrán intervenir como coadyuvantes el fallido y los


acreedores individualmente. O sea, podrán tener una participación favorable a cualquiera de las
partes, ya sea a favor de la mantención del síndico o administrador de la continuación del giro, o
bien, a favor de la remoción de éstos últimos.

8. Informar a los tribunales de justicia, cuando sea requerido por éstos, en materias de su
competencia. En casos de que se requiera informe sobre algún proceso en marcha, entendemos
que se aplica el artículo octavo inciso tercero, en cuanto a la remisión al artículo 37 del Código
de Procedimiento Civil, de acuerdo a lo que luego señalaremos.

9. Llevar los registros de quiebras, continuaciones de giro, convenios judiciales y cesiones de


bienes en el caso del artículo 246, los que tendrán carácter de público, y extender las
certificaciones y copias que procedan;

235
Estas funciones son cumplidas por la Secretaria General del Servicio, unidad que además de
coordinar las labores propias de un simple registro, ha formulado una política de ayuda a quienes
se han visto afectados por la quiebra, principalmente en materias previsionales y de certificación
de cumplimiento de obligaciones para aclaración de informes comerciales.

Con anterioridad a la reforma de la Ley N º 20.004, esta función estaba contemplada en el


número diez del artículo octavo, y sólo se refería al registro de quiebras, por lo que con
posterioridad a la reforma, la Superintendencia debe llevar una cantidad mayor de registros.

10.- Asesorar al Ministerio de Justicia en materias de su competencia y proponer las reformas


legales y reglamentarias que sea aconsejable introducir.

El asesoramiento que realiza al Ministerio de Justicia deriva del carácter técnico de la


Superintendencia de Quiebras en las materias que son de su incumbencia.

Respecto de la facultad para proponer reformas legales y reglamentarias que la


Superintendencia puede señalar como necesarias al Ministerio de Justicia, cabe señalar que se ha
hecho un adecuado uso de la misma, así por ejemplo, la Ley N º 20.004, y la Ley N º 20.073, han
surgido de comisiones o mesas de reunión que han sido convocadas por la Superintendencia de
Quiebra. Lo que no obsta a que muchas de estas reformas han sido el producto del consenso
alcanzado en materias de quiebras por los distintos sectores políticos y económicos.

Asimismo, con anterioridad se ha propuesto al Ejecutivo diversos proyectos modificatorios


de la Ley N ° 18.175. Del mismo modo, se han elaborado, a solicitud de distintas autoridades,
informes técnicos sobre otras leyes que inciden en la quiebra, como por ejemplo la Ley de
Leasing Habitacional, y la Ley N ° 19.250, que modificó la graduación de créditos y su pago en
la Ley de Quiebras y en el Código del Trabajo.

11.- Recibir, dentro del ejercicio de sus funciones fiscalizadoras, las denuncias que los
acreedores, el fallido o terceros interesados formulen en contra del desempeño del síndico o del
administrador de la continuación del giro.

236
El ejercicio de esta función implica constituir a la Superintendencia de Quiebras en un ente
receptor de denuncias en contra de las personas encargadas de la administración de la quiebra o
de la administración de la continuación del giro. Lo anterior se debe, a que en muchas ocasiones
las personas no se encuentran legitimadas por la ley para realizar ciertas y determinadas
actuaciones, lo anterior, trae como consecuencia que no exista la posibilidad formal de dar a
conocer algunos hechos, para que se proceda a la investigación de los mismos, a efectos de
determinar si es ellos son constitutivos de alguna infracción, falta o irregularidad.

Por lo tanto, se entiende por el legislador que la función de fiscalización, contempla la


necesidad de abrir los canales necesarios para que las personas vinculadas con la administración
de la quiebra o de la continuación del giro, sean estos, acreedores, el fallido o terceros
interesados, presenten sus denuncias ante un ente público, para que éste ejerza las funciones o
deberes que la ley le señala respecto de los hechos denunciados.

En aquellos casos en que la Superintendencia de Quiebra ejerce una legitimación con


exclusión de los demás sujetos de la quiebra, y de los demás órganos de la quiebra, para la
realización de ciertas y determinadas facultades, puede adquirir relevancia esta facultad de
recibir denuncias, pues constituiría un medio para que la Superintendencia de Quiebras adquiera
conocimiento de los hechos que sirvan de base al ejercicio de una facultad. Así por ejemplo, la
circunstancia de que algún síndico califique en alguna de las causales de exclusión de la nómina
nacional de síndicos, sólo puede ser comunicado al Ministerio de Justicia por el juez de la
quiebra, y por la Superintendencia de Quiebras, bien puede ocurrir que algunos hechos
constitutivos de una causal de exclusión no le consten a la Superintendencia, sin embargo, puede
llegar a conocer de ellos a través de una denuncia que hubiera recibido en el ejercicio de la
facultad señalada en el artículo 8 N º 13 de la Ley N º 18.175. Ahora bien, esta facultad se
realizaba en la práctica antes de la reforma por la Ley N º 20.004, sin que existiera norma que la
contemplara.

Cabe señalar, que cuando la ley nos indica que pueden denunciar a la Superintendencia de
Quiebras, cualquier tercer interesado, entendemos que ello se hace en relación con todas aquellas
personas que tienen algún grado de vinculación con la quiebra de carácter patrimonial, pues son

237
esas personas las que pueden verse afectadas por una irregular, o ineficiente administración de
los bienes de la quiebra.

Cuando la Superintendencia de Quiebras inicia una fiscalización en virtud de las denuncias


recibidas, se da origen a una fiscalización extraordinaria, que como lo indica su nombre, es
excepcional, y generalmente se origina en incidentes promovidos durante el juicio de quiebras

Por último, las denuncias que estamos comentado deben referirse exclusivamente a la
administración que realicen los síndicos en las quiebras, y los administradores de la continuación
de giro en la respectiva continuación de giro, y no se debe entender que se extiende a las
denuncias que puedan caber en contra del tribunal de la quiebra, u otro órgano concursal, pues la
ley para cada caso contempla las maneras de hacer valer su responsabilidad, y los
procedimientos para aquello.

12. De acuerdo al artículo 8 inciso 2º, si la Superintendencia representa a un síndico, a través


de un oficio de fiscalización, cualquier infracción, falta o irregularidad en su desempeño, el
síndico acreditará la forma en que ha dado cumplimiento a sus obligaciones en conformidad a
las leyes, reglamentos e instrucciones que le rigen. Cuando la Superintendencia denuncie al
tribunal de la quiebra las infracciones, faltas o irregularidades referidas precedentemente se
aplicará lo dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil, esto es, se aplicarán las reglas
generales sobre carga de la prueba, para determinar si en definitiva, existieron por parte del
síndico, las infracciones, faltas o irregularidades que la Superintendencia de Quiebras ha
denunciado.

13. En conformidad al artículo 8 inciso 4º, la Superintendencia de Quiebras deberá tener a


disposición del público información actualizada, al menos una vez al año, acerca del número de
quiebras que integran la nómina nacional; el número quiebras que cada uno de ellos tenga a su
cargo; el número de convenios vigentes; y toda otra información que sea relevante para el
conocimiento público. Esta facultad de la Superintendencia de Quiebras la cumple a través de su
División Administrativa. Esta nueva obligación de la Superintendencia de Quiebras, tiende a
aumentar la transparencia, toda vez que se trata de registros públicos.

238
14. La Superintendencia de Quiebras tiene participación durante el proceso de selección de
los síndicos de la nómina nacional de síndicos. En efecto, la Ley N ° 20.004, estableció
requisitos más estrictos para poder ser síndico, además de incorporar normas nuevas sobre
inhabilidades, y incompatibilidades para ejercer como síndico. En lo que se refiere a los
requisitos para poder optar a integrar a la nómina nacional de síndicos, podemos mencionar que
la Ley N ° 20.004, estableció dos grandes innovaciones:

- Restringió la opción para formar parte de la nómina nacional de síndicos a


ciertas profesiones, y
- Estableció la existencia de exámenes para poder integrar la mencionada nómina,
y permanecer en ella.

Respecto del segundo aspecto, a la Superintendencia le corresponde una destacada


participación por cuanto los postulantes a integrar la nómina nacional de síndicos deberán
aprobar un examen de conocimientos ante la Superintendencia de Quiebras, la que deberá
señalar la fecha para rendirlo, a lo menos durante dos veces al año. A su vez, los síndicos que
integran la nómina deberán rendir un examen de conocimientos ante la misma Superintendencia
con una frecuencia no superior a tres años.

Si un síndico reprueba el examen quedará suspendido para asumir en nuevas quiebras,


convenios o cesiones de bienes, y deberá rendir un examen otra vez dentro del año calendario
siguiente, en la fecha que al respecto fije la Superintendencia de Quiebras. Si nuevamente
reprueba el examen dejará de formar parte de la nómina.

El Superintendente deberá indicar con la debida anticipación las materias que incluirán los
exámenes, que deberán incluir materias comunes para todos los que la rindan.

Todo lo anterior se encuentra en los incisos 2°, 3°, 4°, y 5° del artículo 16 de la Ley N °
18.175.

Vinculado con lo anterior, es que toda persona interesada en formar parte de la nómina
nacional de síndicos, deberá presentar la correspondiente solicitud a través de la

239
Superintendencia de Quiebras, la que pondrá dicha solicitud en conocimiento del Ministerio de
Justicia221.

La senadora Matthei señaló en el Senado que no debía existir calificación alguna para poder
ser síndico, y que la normativa anterior a la reforma de la Ley N ° 20.004, que disponía que el
Ministerio de Justicia debía calificar la idoneidad de los postulantes a integrar la nómina
nacional de síndicos, se prestaba para cohecho y trafico de influencias. Asimismo, señaló que en
ciertas quiebras pequeñas, no se requiere tener un titulo determinado para poder actuar bien
como síndico, por lo que cualquier persona debería poder ser síndico, aumentando con ello las
opciones de los acreedores para poder elegir222.

15. A la Superintendencia de Quiebras le corresponde poner en conocimiento del Ministerio


de Justicia todas aquellas circunstancias que sean constitutivas de causal de exclusión de la
nómina nacional de síndicos de acuerdo al artículo 22 de la Ley N ° 18.175. Esto implica que no
es a la Superintendencia de Quiebras a quien le corresponde la facultad de excluir a una persona
de la nómina nacional de síndicos, sino que al Ministerio de Justicia a través del correspondiente
decreto de exclusión que debe ser publicado en el Diario Oficial de acuerdo al artículo 19 de la
Ley N ° 18.175.

16. A la Superintendencia de Quiebras le corresponde tomar conocimiento por parte del


síndico de las inhabilidades mencionadas en los números 1, 2 y 3 del artículo 24 de la ley de
quiebras, y que afecten al mencionado síndico. Igual comunicación debe realizar al juez de la
quiebra, si el síndico no cumple con este deber de dar conocimiento a las inhabilidades que lo
afectan, se configura una falta grave que puede dar origen a un incidente de remoción.

17. Conforme al artículo 36 de la Ley N ° 18.175, la junta extraordinaria de acreedores podrá


adoptar el acuerdo de contratar con cargo a los gastos d la quiebra a personas naturales o
jurídicas para que efectúen actividades especializadas debidamente calificadas como tales por la
221
Artículo 18 de la Ley N ° 18.175.
222
Intervención de la senadora Matthei. Boletín N ° 3.180-03. Segundo informe de la comisión de
economía, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley N °
18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 21.

240
junta, con los quórum que dicha norma indica. Sin embargo, estos acuerdos podrán ser objetados
por el fallido o por cualquier acreedor, fundado en que se trata de una actividad contemplada en
los gastos que debe asumir el síndico, o en los profesionales, técnicos, y prestadores de servicios
que haya contratado el síndico para cumplir su cometido, en conformidad con el artículo 33 de la
Ley N ° 18.175. Esta objeción deberá efectuarse dentro de los treinta días siguientes a la
realización de la junta respectiva. La decisión le corresponde al juez de la quiebra que deberá
sentenciar previo informe de la Superintendencia de Quiebras.

Para dictar dicho informe, resulta aplicable el artículo 37 del Código de Procedimiento Civil,
por mandato del artículo 8 inciso tercero de la Ley N ° 18.175. Y el mismo constituye un trámite
esencial sin el cual se da origen a una nulidad procesal, regulada de acuerdo a las reglas
generales del Código de Procedimiento Civil.

18. Durante la continuación efectiva del giro pueden suscitarse una serie de conflictos entre el
síndico y la administración del giro con motivo del ejercicio de sus respectivas funciones.
Dichos conflictos deberán resolverse ante el juez de la quiebra, quien decidirá en única instancia
y oyendo previamente a la Superintendencia de Quiebras, de acuerdo al inciso tercero del
artículo 113 de la Ley N ° 18.175.

Lo dicho anteriormente en cuanto a la aplicación del artículo 37 del Código de


Procedimiento Civil, y en cuanto a lo esencial de la intervención de la Superintendencia de
Quiebras, lo damos por repetido.

19. El Superintendente de Quiebras es un sujeto legitimado para solicitar al juez de la quiebra


que decrete la reunión de la junta extraordinaria de acreedores, de acuerdo al artículo 117 inciso
1° de la Ley N ° 18.175.

20. A la Superintendencia de Quiebras le corresponde denunciar al Ministerio Público,


aquellos hechos constitutivos de delitos concursales, cuando existiera mérito para que sean
investigados, y siempre que no se haya ejercido acción penal por los mismos hechos, en
conformidad al artículo 222 inciso 1°, y 2° de la Ley N ° 18.175.

241
21. Al Superintendente de Quiebras le corresponde participar en la sustanciación de la
demanda de rehabilitación del fallido, en conformidad al artículo 239 inciso 1° de la Ley N °
18.175. Esta intervención del Superintendente es señalada por la ley, por lo que no requiere
hacerse parte, dado que es la ley la que contempla la necesidad de su participación.

22. El deudor no contemplado en el artículo 41 de la Ley N ° 18.175, esto es el deudor que no


ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola, podrá solicitar su rehabilitación en
conformidad al artículo 240 de la Ley N ° 18.175.

La solicitud deberá notificarse al igual que la declaratoria de quiebra, y dentro de los quince
días de la notificación podrá el Superintendente de Quiebras interponer o deducir las
correspondientes oposiciones, las que se tramitarán en juicio sumario, entre el fallido, el
Superintendente y el opositor si fuese otro distinto del Superintendente, d acuerdo al artículo 240
inciso 3°, y 4° de la Ley N ° 18.175.

242
CAPITULO V
LA JUNTA DE ACREEDORES

LA JUNTA DE ACREEDORES

1. GENERALIDADES: La sentencia que declara la quiebra de una persona produce sus


efectos de inmediato, y ella deberá contener en conformidad al artículo 52 N ° 6 y 7 de la Ley N
° 18.175, la orden de llamamiento a todos los acreedores del fallido, residentes en el territorio de
la República, o bien que se hallen fuera de la República, para que concurran al tribunal de la
quiebra a verificar sus créditos en las condiciones y bajo los supuestos que las normas anteriores
señalan. De esta forma, se da existencia práctica a la generalidad como principio de la quiebra,
en virtud de la cual, la quiebra se desarrolla frente a todos los acreedores del fallido, salvo las
excepciones legales. El objetivo de la verificación es el reconocimiento de los acreedores en su
calidad de tal, a través de los procedimientos y formas que la ley señale. La regla general,
entonces, es que los acreedores reconocidos serán los que participen, con su voz y voto, en las
juntas de acreedores que se desarrollen a lo largo de la quiebra223.

El artículo 2 de la Ley N ° 18.175, dispone: “La quiebra produce para el fallido y todos sus
acreedores un estado indivisible. Comprenderá, en consecuencia, todos los bienes de aquél y
todas sus obligaciones aun cuando no sean de plazo vencido, salvo aquellos bienes y
obligaciones que la ley expresamente exceptúe”. El estado indivisible que nace de la declaración

223
Sin perjuicio de la posibilidad de voto en las juntas de acreedores, de aquellos acreedores cuyos
créditos no estén reconocidos pero que sean aceptados a votar de acuerdo al artículo 102 de la Ley N °
18.175.

243
de quiebra implica consecuencias para el fallido y para los acreedores. Los efectos que se
producen respecto del fallido, están sintetizados en los efectos inmediatos de la declaración de
quiebra, que se regulan en los artículos 64 a 73 de la Ley N ° 18.175. En cambio, respecto de los
acreedores se da origen a la masa de acreedores, que no tiene vida propia ni constituye un
patrimonio separado, sino que consiste la unión teórica, que se produce como consecuencia de la
quiebra, de todos aquellos acreedores que son titulares de créditos con derecho a participar en la
quiebra del fallido. Por lo mismo, la masa de acreedores, constituye sólo la idea de aquél estado
indivisible a que hace referencia el artículo 2 recién citado. La operatividad, la funcionalidad y la
expresión de los acreedores no es a través de la masa de acreedores, sino que es, a través de la
junta de acreedores, órgano especial a quien la ley regula en su funcionamiento, estructura y
organización, no ocurriendo lo mismo con la masa de acreedores. Estas ideas serán desarrolladas
más latamente con posterioridad, pero es importante dejar establecido que masa y junta de
acreedores no son conceptos sinónimos, sino que constituyen conceptos distintos pero
relacionados, ya que obviamente el sustrato de la junta de acreedores, es la existencia de una
masa de acreedores, constituida por los titulares de créditos contra el deudor-fallido que
concurren y son reconocidos en la quiebra. La masa es inorgánica, en cambio la junta implica
una organización para poder ser funcional respecto sus deberes y facultades.

La junta de acreedores nace, en consecuencia, de la sentencia que declara la quiebra. Y


encuentra su fundamento en la necesidad de crear una voluntad unitaria en la colectividad de
acreedores a los que hemos hecho referencia.

La junta de acreedores es un órgano especial de la quiebra, que el legislador organiza y


regula a través de la Ley N° 18.175. Como veremos a lo largo de esta tesis, la Ley N ° 18.175,
establece un sistema de quiebras de inspiración privatista, lo que se ve reflejado en las
atribuciones que le competen a la junta de acreedores, que es el órgano que representa el interés
de los sujetos activos particulares en el juicio de quiebra.

Respecto de la junta de acreedores Oscar Torres señala: “La junta de acreedores reúne y
congrega a los acreedores, para que deliberen sobre las materias de su competencia, asumiendo
un rol protagónico y principal”.

244
Es necesario indicar desde un principio, que cuando hablamos de junta de acreedores lo
hacemos refiriéndonos al órgano de la quiebra que expresa en, sus reuniones ordinarias o
extraordinarias, la voluntad de la generalidad de los acreedores del fallido.

Distinto es lo que ocurre con las facultades que la ley le otorga a los acreedores
individualmente considerados para poder ejercer ciertas potestades en el juicio de quiebras, en
este caso, los acreedores no actúan como un órgano sino que como simples sujetos de la quiebra
que se ven directamente afectados por las resoluciones y decisiones que en el marco del juicio de
quiebra se vayan adoptando.

A este órgano de la quiebra, que según veremos, se le otorgan varias y variadas funciones,
dedicaremos el capítulo V de la presente tesis.

2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA JUNTA DE ACREEDORES EN LA LEGISLACIÓN


CHILENA224: Reciben la denominación de junta de acreedores, en el juicio de quiebras, las
reuniones de los interesados en ella convocados legalmente para proponer, discutir y resolver
asuntos concernientes a la misma en los casos y en la forma dispuesta por la ley.

Su utilidad en el procedimiento de quiebra es incuestionable, ya que, por las explicaciones


que en ellas puede dar el fallido, se puede lograr una convención con los acreedores que evite los
trámites, gastos y dilaciones de un procedimiento como es el juicio de quiebra. En otras palabras,
se puede proponer, discutir y aceptarse en ellas una fórmula de arreglo que, vigilando los
intereses contrapuestos del deudor y de los acreedores, sea la más eficaz, rápida y provechosa
para llenar la finalidad de la institución: el pago de las deudas.

Por otra parte, si no se logra esta finalidad, se puede al menos discutir y adoptarse en ellas
acuerdos relativos a la forma en que ha de hacerse la administración y liquidación de los bienes
del fallido, puntos que interesan y afectan a todos los acreedores y al deudor.

224
Para la elaboración de este párrafo de esta tesis hemos reproducido lo señalado en el siguiente texto:
NAVARRETE ARIS, HECTOR PATRICIO. Las Juntas de Acreedores y su rol en la Quiebra. EN:
BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS. N ° 63. Abril 2002., pp:
8-12.

245
Nuestra antigua legislación sobre quiebras del año 1865 (Libro IV del Código de Comercio),
daba a las juntas de acreedores un importantísimo rol en el procedimiento concursal.

El Código de Comercio, al tratar de las enunciaciones que debía contener el: “auto
declaratorio de quiebra”, disponía que el tribunal dictará en él, la orden de que se convocase a
los acreedores presuntos que residiesen en el territorio de la República, para que concurrieran
con los documentos justificativos de sus créditos a la primera junta general de acreedores, que
tendría lugar el día y hora que el juzgado designase.

Esta primera reunión de los acreedores tenía por objeto tratar diversos asuntos de
importancia, tales como: nombrar a los síndicos respectivos, que podían ser hasta 3; determinar
la remuneración de éstos y de los síndicos provisionales; deliberar sobre si se autorizaba o no a
los síndicos para continuar el giro de los negocios del deudor; resolver si la masa concedería o
no alimentos al fallido y a su familia; celebrar todos los acuerdos que los acreedores estimasen
convenientes, sea respecto de la administración y enajenación de los bienes, sea en lo
concerniente a la sustanciación del juicio de quiebras. En esta primera junta, también, podía
pedirse explicaciones al fallido sobre la causa de su atraso en el pago de las deudas y además
exigirse que justificara la inculpabilidad de su insolvencia.

Otra junta general de acreedores tenía lugar para examinar y reconocer los créditos que se
hacían valer contra la masa, junta que, en la práctica, se denominaba de examen y
reconocimiento.

Finalmente, concluida la realización y liquidación del activo de la quiebra, los acreedores


eran convocados a una última junta general, en la que él o los síndicos rendían su cuenta final,
cesando desde entonces en el ejercicio de sus funciones. El Código de Procedimiento Civil
derogó esta disposición del Código de Comercio, alterando la forma en que esa cuenta debía
rendirse. El síndico o síndicos no rendiría ya su cuenta final de administración ante una junta de
acreedores sino ante el tribunal que conocía de la quiebra, el cual la pondría en conocimiento del
deudor y de los acreedores, ordenando se fijase durante quince días en el oficio del secretario,
para su eventual objeción.

246
Posteriormente las normas del Código de Comercio y del Código de Procedimiento Civil,
fueron derogadas por la Ley N ° 4558 sobre Quiebras promulgada el año 1929, que disminuyó la
importancia de las juntas de acreedores en el juicio de quiebra, a pesar de reglamentarlas en un
título especial (Título VIII), lo que no hacía la ley anterior. La experiencia demostró que estas
reuniones de los interesados en una quiebra brillaban por la falta de buenos resultados ya que,
lejos de facilitar la marcha regular del procedimiento, la entorpecían.

En forma muy clara expone el Ejecutivo en el Mensaje con que acompañó el Proyecto de Ley
4558 al Congreso Nacional, la causa de la aminoración de las facultades de las juntas de
acreedores: “Se les ha quitado el rol preponderante que tienen en la legislación actual
convencidos de que no han producido en la práctica los resultados que de ella se esperaban; que
sólo han entorpecido la marcha regular del juicio, dando oportunidad al juego de intereses
mezquinos, dándoseles cabida sólo en aquellos casos en que fuere un peligro suprimirlas, con
menoscabo de las cuestiones que interesan a la gestión común”.

En realidad, en la Ley 4558, las juntas de acreedores no desempeñan el importantísimo papel


que jugaban en el Libro IV del Código de Comercio; más, es digno de notarse que la Ley 4558
se colocó en un término medio, de prudencia y equidad. Si bien es cierto que se disminuyó la
importancia de estas reuniones, no es menos cierto también que se les reservó dentro de la esfera
de su competencia relevantes facultades, a través de las cuales podían hacer uso y realizar un
trabajo activo y eficiente en interés de la masa.

Con la creación de la Sindicatura General de Quiebras, organismo auxiliar de los Tribunales


de Justicia y que tenía por objeto administrar y realizar los bienes de las personas que caían en
falencia, liquidar y pagar sus deudas y desempeñar las demás funciones que le encomendaba la
ley, las juntas de acreedores pierden toda la ingerencia que tenían en la legislación anterior.

En lo que respecta a la remuneración del síndico, esta materia no era de competencia de la


junta de acreedores, por cuanto el Síndico General y el personal de la Sindicatura eran
funcionarios públicos, pagados con cargo al erario nacional.

247
Una de las facultades que mantuvo la Ley 4558 radicados en la junta de acreedores, se refiere
a la autorización necesaria para que el síndico continuara el giro de los negocios del fallido. Sin
embargo, para ello se requería la unanimidad de los acreedores, lo que dificultó concretar esta
posibilidad.

Otros de los cambios incorporados por la Ley de Quiebras 4558, se refiere a la verificación
de créditos, la cual debía realizarse ante el tribunal de la causa y no ante la junta de acreedores.
Con ello pasa el síndico a hacer un examen prolijo de los créditos que se presentaban a la
verificación.

Por último, la Ley N ° 4558 mantuvo la modificación por el Código de Procedimiento Civil,
en el sentido de que la Sindicatura General de Quiebras rindiera su cuenta general de
administración ante el tribunal que conoció la quiebra.

En su informe de septiembre de 1981, los Ministerios de Justicia y Hacienda propusieron al


Presidente de la República modificar el régimen existente en materia de quiebras, con el objeto
de hacer: “más ágil y eficiente el proceso de reasignación de recursos que está implícito en una
quiebra”. El informe señalaba que la Sindicatura General de Quiebras no había cumplido su
cometido con la celeridad que las necesidades del momento exigían. Asimismo, se refiere al
volumen de quiebras de 1980, que fue de 800 aproximadamente, de las cuales un 80% tenía
bienes. Al ritmo de la eficiencia de 1980, y suponiendo que no se produjeran más quiebras en los
años sucesivos, se requerirían aproximadamente 10 años para terminar todos los procesos.

Asimismo, el período de duración media de una quiebra, incluidas las sin bienes, era superior
a cuatro años, en circunstancias que se estimaba los plazos previstos de acuerdo a la ley no
debieran superar el año y medio a dos años.

Las modificaciones propuestas contenían algunos aspectos de fondo de la Ley 4558,


manteniéndose la mayoría de las normas, con algunas modificaciones.

El objetivo central era solucionar la lenta tramitación de la quiebra, a fin que el proceso de
reasignación de recursos a la economía fuera más dinámico.

248
A continuación, en el párrafo quinto de este capítulo, estudiaremos las diversas materias que
dicen relación con las juntas de acreedores de acuerdo a la legislación nacional vigente.

3. NATURALEZA JURÍDICA DE LA JUNTA DE ACREEDORES: Se ha discutido en


doctrina cuál es la naturaleza jurídica de la junta de acreedores. Para poder comprender
cabalmente este tema es necesario, como ya lo hemos esbozado, diferenciar lo que constituye la
junta de acreedores, de lo que es la masa de acreedores.

Indicamos que la masa de acreedores es la representación de aquél estado indivisible que se


crea entre el deudor y sus acreedores, en virtud del cual se comprenden todos los bienes del
primero y todas las obligaciones de las que son titulares activos los segundos, salvo las
excepciones legales. La idea de que como consecuencia de la quiebra los acreedores del deudor
van a tener un mismo objetivo, cuál es, el de obtener la satisfacción de sus créditos, es la idea de
la masa de acreedores. Es lo que Garrigues define como una suerte de: “asociación virtual o
comunidad de intereses”225. En efecto, la masa de acreedores es una asociación virtual, es una
idea, es el concepto de dicha asociación, pues la misma no existe materialmente en ninguna
parte, sino que sólo se tiene el concepto de aquél estado indivisible de créditos. Además, los
acreedores que pertenecen a esta asociación virtual, lo hacen con un mismo interés fundamental,
cuál es, ser pagados en sus créditos en la forma señalada por la ley. Respecto de la masa de
acreedores, la ley nos indica su contenido, que son todos los créditos de los acreedores, pero no
determina una organización ni un funcionamiento respecto de esta masa de acreedores, y no
podría hacerlo porque la masa carece de estructura.

En cambio, la junta de acreedores, es un órgano de la quiebra. Tiene una organización que


engloba a sus componentes y a las facultades que la ley le reconoce. La junta de acreedores no es
algo virtual, sino que funciona en la realidad como un ente especial de la quiebra. La junta de
acreedores: “manifiesta la voluntad de la masa de acreedores”226, como lo expresa el profesor
Álvaro Puelma Accorsi, y no podría ser de otra manera, toda vez que, la masa de acreedores no

225
GARRIGUES, JOAQUÍN. Derecho Mercantil. 1962. s/n. España, Madrid. 2. V., pp: 115.
226
PUELMA ACCORSI, ALVARO. Curso de Derecho de Quiebras. 1996. Editorial Jurídica de Chile.
Chile, Santiago., pp: 71

249
tiene funcionalidad y constituye sólo un concepto de indivisibilidad activa. La masa constituye el
sustrato de la junta de acreedores, no pueden existir el uno sin el otro, aún cuando son conceptos
diferentes, de manera que la junta de acreedores viene a ser un ente a través del cuál se organiza
y estructura la masa de acreedores, y a través del cual esa comunidad de intereses a la cuál
hicimos referencia expresa su voluntad.

No obstante, las diferencias que existen entre masa de acreedores y junta de acreedores, la
doctrina y jurisprudencia chilena han caído en confusiones. En el mismo texto citado del
profesor Álvaro Puelma Accorsi, se señala la naturaleza jurídica de la masa de acreedores, aún
cuando lo que correspondía era señalar y hablar sobre la naturaleza jurídica de la junta de
acreedores, lo mismo ha ocurrido con cierta jurisprudencia227.

Para Ripert, la junta de acreedores: “es una unión legal obligatoria de todos los acreedores,
que se realiza al producirse la quiebra, que tiene por fin liquidar en la mejor forma posible los
bienes del deudor, y que consiste en una institución sui géneris que no admite incluirse en
ninguno de los tipos previstos en el Derecho Civil”228. De manera que la junta de acreedores es
automática a la declaración de la quiebra, y reviste caracteres de originalidad respecto de las
demás instituciones que existen en el derecho común. Con todo, las ideas de Ripert no aportan a
la determinación de la naturaleza jurídica de la quiebra, sino que señala las características que
ésta reúne, lo que no deja de ser importante, porque deja constancia de su carácter de ente regido
por el principio de legalidad, su originalidad, la no voluntariedad en su nacimiento y de su
objetivo.

Garrigues, por su parte nos indica que la junta de acreedores es: “un ente jurídico transitorio
creado como consecuencia de la declaración de la quiebra y dotado de capacidad para actuar en
la esfera patrimonial por medio de sus representantes legales”229, muy similar a lo que considera
Mossa, para quién, la junta de acreedores es una comunidad de intereses que tiene derechos,
acciones y obligaciones que son ejercidos por un representante que es el síndico.

227
Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo 32, sec. 1ª, pp: 489-494.
228
PUELMA ACCORSI. Ob. Cit., pp: 69.
229
GARRIGUES JOAQUIN. Ob. Cit., pp: 115.

250
Para algunos autores, por último, la junta de acreedores constituye una persona jurídica. Sin
embargo, eso no puede ser así en nuestra legislación, toda vez que las persona jurídica necesita
de un patrimonio y la junta de acreedores no tiene un patrimonio propio, sino que ejerce la
facultad de disposición respecto del patrimonio adscrito a la quiebra, a consecuencia del
desasimiento del fallido, tal como lo señala, el artículo 64 inciso 2° de la Ley N ° 18.175, en los
siguientes términos: “El desasimiento no transfiere la propiedad de los bienes del fallido a sus
acreedores, sino sólo la facultad de disponer de ellos y de sus frutos hasta pagarse de sus
créditos”. De manera que el patrimonio del fallido no es transferido en propiedad a los
acreedores para que ellos dispongan de él en la junta de acreedores, sino que sigue perteneciendo
al fallido pero dispuesto a la satisfacción de los créditos de los acreedores en el marco del
proceso de quiebras. En el mismo sentido, el profesor Juan Estaban Puga, cuando comenta:
“Esta colectividad se manifiesta precisamente por medio del órgano en comento: la junta de
acreedores, que no es persona jurídica, sino que es el órgano de la quiebra en que la ley deposita
la facultad suprema de disposición”230.

En suma debemos descartar que la junta de acreedores sea, desde el punto de vista de su
naturaleza jurídica, una persona jurídica, así como debemos entender que la mayoría de los
esfuerzos doctrinarios tendientes a aclarar la naturaleza jurídica de la junta de acreedores, nos
aportan un conjunto de características que complementan el análisis pero que no se definen
directamente respecto de la naturaleza jurídica de la junta de acreedores.

En esta tesis, sostenemos que la junta de acreedores tiene la naturaleza jurídica de un órgano
de la quiebra. Lo que implica señalar que debe reunir ciertos elementos para poder encuadrarlo
en dicha calificación y que además, tiene diversas características, como se analizará en el párrafo
cuatro de este capítulo.

De acuerdo a lo estudiado en el Capítulo I de esta tesis, los órganos de la quiebra para poder
ser tales requieren de la concurrencia de tres elementos, a saber: (i) Competencia; (ii) Persona
Física, y (iii) Elemento normativo. Para poder llegar a la conclusión que la junta de acreedores
tiene la naturaleza jurídica de un órgano de la quiebra, debemos analizar estos tres elementos

230
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 541.

251
para poder ver si concurren o no en la regulación normativa de la junta de acreedores, artículo 27
N º 22 de la Ley N º 18.175.

- Elemento Competencia: Hemos dicho que la competencia en el sentido que lo


estamos estudiando, se refiere al conjunto de potestades, atribuciones y facultades con
las que está dotado un determinado órgano. En lo que se respecta a la junta de
acreedores, la normativa de la Ley N ° 18.175, va desarrollando a lo largo de todo su
texto las diversas facultades que le corresponden realizar a la junta de acreedores, según
veremos en el párrafo quinto de este capítulo, sin embargo, le compete,
fundamentalmente, lograr la satisfacción de los acreedores que la constituyen a través de
ser el órgano principal de deliberación en el marco del proceso de quiebras, y a través de
ser el órgano principal en materia de disposición de los bienes del fallido, que como
consecuencia del desasimiento pasan a manos del síndico para su administración,
debiendo el síndico ajustarse en sus cometidos a lo que al respecto disponga la Junta de
Acreedores.

- Elemento persona física: Es el elemento subjetivo del órgano, constituido por las
personas que lo integran. Derivado del mismo nombre de la junta de acreedores,
podemos señalar que él mismo está constituido por los acreedores. Sin embargo, no por
cualquier acreedor que haya concurrido a la quiebra, sino que solamente por aquellos
que hayan sido autorizados para participar con derecho a voto en las juntas que se
celebren a lo largo del proceso de quiebras. En efecto, de acuerdo al artículo 102 de la
Ley N ° 18.175, sólo los acreedores cuyos créditos se encuentren reconocidos pueden
participar en las juntas de acreedores. Sin embargo, a través del procedimiento que
establece el inciso segundo de dicha norma, pueden participar en las juntas de
acreedores aquellos acreedores no reconocidos pero que hayan verificados sus créditos y
sean aceptados por el tribunal a votar en la junta respectiva. Pero la regla general es que
sólo los acreedores cuyos créditos estén reconocidos pueden concurrir con su voto a la
junta de acreedores. Es lo que al respecto señala el profesor Puga: “La asamblea de
acreedores sólo puede integrarse por aquellos acreedores que tengan la calidad de tales

252
en el juicio de quiebra respectivo. Ello significa que únicamente son miembros plenos de
la junta los acreedores cuyos créditos estén reconocidos”231.

Ahora bien, los acreedores que pueden participar en la junta de acreedores pueden ser
uno o más de uno. Esto es así porque el artículo 40 de la Ley N ° 18.175, dispone: “El
deudor podrá ser declarado en quiebra aunque tenga un solo acreedor, siempre que
concurran los demás requisitos legales”, de manera que el número de acreedores que
concurren a la quiebra es indiferente para la existencia de la misma, si es que los
presupuestos de la quiebra existen. Bien puede ocurrir que producidos los llamamientos
a los demás eventuales acreedores, en razón del artículo 52 N ° 6 y 7 de la Ley N °
18.175, no concurra ninguno de ellos a la quiebra, y la misma se desenvuelva con un
solo acreedor. Lo anterior, puede producir el problema, de determinar el funcionamiento
de la junta de acreedores y de la quiebra en general, en caso de que el crédito de que es
titular el acreedor único y singular de la quiebra, sea objeto de una impugnación, dicha
situación: ¿Importaría la paralización del proceso de quiebras?, por lo pronto, la
pregunta anterior puede derivar en la siguiente interrogante: ¿Los acreedores titulares de
créditos cuya verificación esté impugnada, pueden participar en las juntas de
acreedores?, la respuesta la da el artículo 102 inciso 2° de la Ley N ° 18.175, que
dispone que puede el tribunal de la quiebra, aceptar la concurrencia con derecho a voto a
la junta de acreedores, de aquellos acreedores cuyos créditos no reconocidos: “estén o no
impugnados”. De suerte que, los créditos no reconocidos impugnados pueden participar
en las juntas de acreedores con derecho a voto, si así lo resuelve el tribunal en la
audiencia a que la anterior norma indica. Sin embargo, como puede apreciarse bien
podría el tribunal determinar que el crédito impugnado no pueda participar en la junta de
acreedores, en tal situación, no podría realizarse la junta de acreedores, mientras no se
resuelva la impugnación al crédito del acreedor singular que participa del proceso de
quiebras. Si se acepta la impugnación, la conclusión es una sólo, el proceso se paraliza,
por no haber acreedores que puedan participar en la quiebra a través de la junta de
acreedores, que es el órgano principal o supremo de disposición de los bienes del fallido.

231
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 543.

253
- Elemento Normativo: El elemento normativo del órgano, es aquel factor que
integra jurídicamente a la competencia y a la persona física en un todo armonioso
llamado órgano, al que también reglamenta, a fin de que esté en condiciones de expresar
la voluntad. La Ley N ° 18.175, regula profusamente la junta de acreedores, de manera
de establecer una normativa unitaria respecto de este órgano, lo que implica determinar
su existencia, su organización y funcionamiento. En especial, desde los artículos 101 a
119 de la Ley N ° 18.175, se trata de la: “Junta de Acreedores”, en lo que constituye el
Titulo VIII de la mencionada ley. El elemento normativo vincula los elementos
competencia y persona física de manera de señalar de que forma se expresa la voluntad
de un determina órgano. La expresión de la voluntad de la junta de acreedores, esta
reglamentada por la ley de quiebras, a través de la posibilidad de citar a juntas de
acreedores232, por las citaciones y convocatorias a juntas233, por la reunión de los
acreedores en lugar234, día y hora, por el quórum necesario para constituir la junta235, por
las formalidades que se requieran para la celebración de la junta236 y por la adopción de
los acuerdos que sean de competencia de la junta citada con los requisitos de quórum de
votación que para cada caso reglamenta la ley237.

Con el análisis anterior, podemos concluir que la junta de acreedores reviste la naturaleza
jurídica de un órgano de la quiebra. Lo anterior supone ciertas implicancias, derivadas de que el
carácter de órgano de la quiebra de una determina entidad implica que estamos en presencia de
un ente sui generis en el ámbito del derecho. Sin embargo, cuando hablamos de la originalidad,
nos estamos refiriendo a las características que presenta la junta de acreedores, y el estudio de
las mismas, se efectúa en el siguiente párrafo de este capítulo.

4. CARACTERÍSTICAS DE LA JUNTA DE ACREEDORES: La junta de acreedores


presenta una serie de características que analizaremos a continuación:

232
Artículo 117 de la Ley N ° 18.175.
233
Por ejemplo, la convocatoria a junta extraordinaria de acreedores se realiza de acuerdo a artículo 118
de la ley de quiebras.
234
El lugar de la primera junta de acreedores, esta señalado en el artículo 105 de la Ley N ° 18.175. .
235
Por ejemplo la primera junta de acreedores se debe constituir en los términos señalados en el artículo
106 de la Ley N ° 18.175.
236
Artículo 119 de la Ley N ° 18.175.
237
Por ejemplo, el quórum para la adopción del acuerdo tendiente a la continuación efectiva del giro está
señalada en el artículo 112 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.

254
a. Se trata de un órgano especial de los procedimientos concursales: Con lo
anterior quiero indicar que la junta de acreedores nace, ejerce sus facultades y cumple
con sus deberes en el marco de los procedimientos concursales y no en otros contextos
diversos. Nótese que no indico que la junta de acreedores es un órgano especial de la
quiebra, sino que de los procedimientos concursales, porque precisamente la junta de
acreedores interviene no sólo en la quiebra, sino que también en los convenios
concursales, como tuvimos la oportunidad de analizar en el Título II del Capítulo II de
esta tesis. Por lo tanto, la junta de acreedores es un órgano de la quiebra, pero también es
un órgano en el marco de los convenios concursales, con lo que nace y se desarrolla en
cada uno de dichos procedimientos concursales con especiales diferenciaciones. Así, en
la quiebra como procedimiento concursal singular, la junta de acreedores, tiene su origen
en la declaratoria de quiebra, o sea, no podría existir funcionamiento de la junta de
acreedores en la quiebra, sin una sentencia definitiva que la declarara. En cambio, en el
marco de los convenios concursales, la junta de acreedores puede existir sin sentencia
que declare la quiebra, así por ejemplo los convenios judiciales preventivos, o como la
intervención que le compete en el artículo 177 ter, introducido por la Ley N ° 20.073,
para deliberar si se designa o no a un experto facilitador. El profesor Puga, señala que la
intervención de la junta de acreedores sin quiebra, vendría a ser: “(…) una asamblea” sin
carácter de órgano, sin embargo, consideramos que también es un órgano pero ya no de
la quiebra, sino que de los convenios concursales.

b. La junta de acreedores está encargada de manifestar la voluntad de los sujetos


activos de la quiebra. En efecto, hemos dicho que, la junta de acreedores implica la
existencia de un ente encargado de manifestar los intereses de la comunidad de
acreedores que se origina como consecuencia de la declaración de quiebra, y que se
expresa en el término: “masa de acreedores”, siendo la junta de acreedores, el órgano
por el cuál se reconduce la voluntad colectiva de los acreedores, con el fin y la
orientación legal de proveer al pago de las deudas de los participantes de las juntas, en el
marco de acción que a la misma le compete.

255
c. Las normas que establecen quórum de funcionamiento de la junta de acreedores
están estructuradas sobre la base de principios colectivistas, lo que implica, que para la
adopción de ciertos y determinados acuerdos requieren la obtención de ciertas mayorías
que para cada caso regula la ley. El mecanismo resulta de toda utilidad, pues se trata de
obtener una voluntad única, y la forma de lograrlo es por medio de la adopción de
acuerdos bajo el predominio de las mayorías. Las diversas funciones de la junta de
acreedores deben ser ejercidas de manera de velar por los intereses colectivos de los
participantes con la mayor eficacia posible. Por lo anterior, la existencia de un
mandatario común a todos los acreedores es imposible, o sea, la existencia de una
institución como la litis consorcio, es solamente ideal, esto porque, si bien es cierto, los
acreedores actúan con el objetivo de satisfacer sus créditos, las formas, las modalidades,
y los mecanismos a través de los cuales puede llevarse a efecto dicho objetivo son
diversas, y en cada caso, los acreedores individuales optarán en algún sentido u otro, no
siendo esa elección, algo compartido en términos absolutos por todos los acreedores. Así
por ejemplo, puede resultar ventajoso para algunos acreedores obtener cierta
información sobre la situación contable del fallido y de la administración del síndico,
para ello requieren la concurrencia de a lo menos el diez por ciento del pasivo de la
quiebra con derecho a voto, en cambio, para otros acreedores dicha información
proporcionada a través de auditorias puede no ser necesaria, y se opondrán a la adopción
de un acuerdo en tal sentido. Como se ve la formula de solucionar la existencia de
intereses contrapuestos en la adopción de ciertos acuerdos se posibilita a través del
predominio de las mayorías.

d. La intervención de la junta de acreedores es de carácter procesal, toda vez que,


denota una vinculación jurídico-procesal con la situación creada como consecuencia de
la declaración de quiebra. De suerte que, se trata de un órgano que no sólo interviene en
el proceso de quiebras, sino que también actúa de forma primordial a lo largo del
desarrollo del juicio de quiebras, pudiendo revocar a los órganos de administración,
pronunciarse sobre las cuentas provisorias del síndico, adoptar acuerdos sobre formas de
realización de los bienes del activo, adoptar acuerdos sobre continuación efectiva del
giro del fallido, etc. Todo lo anterior, nos lleva a la conclusión que, la junta de

256
acreedores está determinada por normas de naturaleza procesal funcional, en lo que
respecta a su actuación en el proceso de quiebras.

e. La función de la junta de acreedores en la quiebra es una función ejecutiva, al


respecto el profesor Puga señala: “Pero en la quiebra tiene una función típicamente
ejecutiva-procesal, a saber, es el órgano en el cual la ley deposita la facultad de
disposición del Estado”238.En el mismo sentido Oscar Torres citando a Saúl Argeri, nos
indica: “La masa configura una situación jurídico procesal ínsita a los fines de ejecución
colectiva, que desarrolla su actividad en una especie de comunidad que crea, regula en
sus funciones y extingue la ley”239.

f. La junta de acreedores constituye el órgano de la quiebra que con mayor fuerza


denota un carácter privatista de la regulación normativa en la quiebra. Lo anterior,
porque en la junta de acreedores intervienen los titulares de créditos contra el fallido, a
los cuales sólo les interesa la satisfacción de sus créditos, siendo toda otra preocupación
algo secundario. Las atribuciones que al respecto se le otorguen a la junta de acreedores,
constituyen un parámetro para poder determinar si la normativa de un determinado país
reviste un carácter publicista o bien privatista.

g. La junta de acreedores, como todos los órganos de la quiebra reúne las


características que tienen en general dichos órganos. En esta oportunidad cabe indicar
sólo dos de dichas características. Por una parte, el carácter de órgano público, y por otra
parte, el respeto en el cumplimiento de sus funciones y deberes del principio de
legalidad. Así, la junta de acreedores por su carácter procesal deriva su configuración
genérica de ser un órgano público, que se expresa en el ejercicio de funciones públicas.
A su vez, la junta de acreedores es establecida, estructurada y limitada por la ley, esto es,
por el respeto al principio de legalidad que es trasversal en su existencia. Cabe resaltar
que su existencia implica una agrupación legal de carácter obligatoria, y por lo tanto
forzada, de suerte que los acreedores si quieren obtener el cumplimiento de sus créditos
aún cuando no sean de plazo vencido, deben concurrir necesariamente a verificar sus

238
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit.,pp: 542.
239
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 22.

257
créditos, siendo trascendente la oportunidad en que lo hacen, por razón de eficiencia
respecto de los repartos, por cuanto, si bien no precluye la posibilidad de verificar sus
créditos con el proceso ordinario de verificación, toda verificación posterior sólo tendrá
efectos para los repartos futuros no pudiendo afectar lo que los otros acreedores
hubieran obtenido con anterioridad, de acuerdo al artículo 140 de la Ley N ° 18.175. Lo
anterior es manifestado por Oscar Torres, cuando señala: “En suma, el órgano Junta de
Acreedores encuentra su origen en la ley y es convocado a reunirse y organizarse en la
sentencia que declara la quiebra del deudor, por ello decimos que su formación no es
voluntaria, sino forzada por el legislador a los fines de la institución”240.

h. La junta de acreedores es un órgano deliberante y resolutivo. En efecto, sus


decisiones son adoptadas previa discusión de sus miembros, de acuerdo con las
formalidades que en cada caso manda cumplir la ley. La deliberación la ejerce en
relación con la disposición de los bienes del fallido. La eficacia práctica de ser un
órgano de deliberación sobre la disposición de los bienes comprendidos en el
desasimiento, lo encontramos en que los acuerdos adoptados por la junta de acreedores
obligan al síndico, que es el órgano de administración, en tanto dicho ejercicio de
disposición, por parte de la junta de acreedores, se encuadre en las facultades que la ley
le asigna. En esta posibilidad de imponer sus decisiones al síndico se aprecia el carácter
de órgano resolutivo. Las facultades del síndico sobre la realización de los bienes del
fallido, son excepcionales, pues a falta de acuerdo de las juntas de acreedores, según se
verá, debe seguir las pautas que la ley subsidiariamente establece, estando facultado, sin
acuerdo previo de ningún otro órgano, sólo para vender en cualquier momento, al
martillo o en venta privada, los bienes expuestos a próximo deterioro o a una
desvalorización inminente y los que exijan una conservación dispendiosa, de acuerdo al
artículo 121 de la Ley N ° 18.175. El síndico, se configura como un órgano ejecutor de
los acuerdos de la junta de acreedores, lo que se demuestra por la posibilidad de la
primera junta de acreedores de confirmar al síndico provisional designado por los
acreedores de mayor crédito de acuerdo al artículo 42 y 44 de la Ley N ° 18.175
(artículo 108 N ° 2 de la Ley N ° 18.175), y porque pueden revocar al síndico de sus

240
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 31.

258
funciones por acuerdo adoptado en tal sentido por una junta extraordinaria de acreedores
(artículo 117 inciso 2° de la Ley N ° 18.175).

La función de órgano encargado de la disposición de los bienes del fallido, se ve


reflejada en las siguientes facultades de la junta de acreedores: (i) La junta de
acreedores, puede en cualquier tiempo, adoptar el acuerdo de efectuar una forma
diferente de realización de los bienes de la masa y de las modalidades de la misma, o
sea, puede por acuerdo alterar las reglas de realización de bienes de la masa y sus
modalidades, de acuerdo a lo señalado en el artículo 123 de la Ley N ° 18.175, y (ii)
También puede acordar no pagarse por medio de la realización de los bienes de la masa,
sino que por medio de los resultados de la explotación de la empresa o sociedad en
falencia, a través de la continuación efectiva del giro del fallido, en conformidad al
artículo 112 inciso 1 ° de la Ley N ° 18.175.

El profesor Sandoval López denomina a esta característica que estamos comentando,


como función administrativa organizada241.

i. Siguiendo lo comentado por Oscar Torres podemos decir que la junta de


acreedores es un órgano necesario o esencial, desde el punto de vista de su generación:
“Es necesario desde un doble punto de vista: primero, necesario en el sentido que no
puede haber una quiebra sin junta de acreedores y, segundo, es necesario, en el sentido
que sólo en virtud de su existencia los acreedores (en cuanto masa) logran formar
voluntad para realizar los actos jurídicos que son de su competencia en el proceso de
quiebras y que tienen por objetivo lograr el fin de la institución, cual es proveer al pago
de las acreencias del deudor fallido, cuyo patrimonio se encuentra en estado crítico de
insolvencia o cesación de pagos”242.

241
SANDOVAL LOPEZ, RICARDO. Derecho de Quiebras. 1985. Editorial Jurídica de Chile. Santiago,
Chile., pp: 21.
242
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 32-33.

259
j. Es un órgano complejo, en cuanto no actúa en un solo sentido. Las funciones
que ejerce son de variada naturaleza como tendremos la oportunidad de apreciar en el
párrafo quinto de este capítulo.

k. La junta de acreedores es también un órgano de fiscalización o de control de la


actuación de los síndicos, pero en un contexto residual respecto de lo que le corresponde
a la Superintendencia de Quiebras. Esta característica se expresa en el derecho a ser
informada de la actividad del síndico, principalmente a ser informada por la
Superintendencia de Quiebras en casos de cualquier infracción, falta o irregularidad que
se observe en la conducta del síndico243. Estas comunicaciones le permitirán ejercer a la
junta de acreedores las funciones tendientes a revocar al síndico de su cargo si considera
que las faltas revisten la gravedad suficiente, sin embargo, la facultad de revocación es
absoluta, y no necesita fundamentarla.

l. Por último, se trata de un órgano colegiado, desde el punto de vista de su


estructura, en el sentido de que en él se congregan todos los acreedores concurrentes del
deudor del fallido y cuyos créditos sean admitidos a debatir y formar en definitiva la
voluntad colectiva. Esta característica se vincula con las señaladas en las letras b) y c),
anteriormente señaladas. Con toda, esta característica no es de la esencia, al posibilitarse
en virtud del artículo 49 de la Ley N º 18.175, la existencia de una junta de acreedores
con acreedor único.

5. FACULTADES DE LA JUNTA DE ACREEDORES: Las facultades de la Junta de


Acreedores son de variada naturaleza, de acuerdo a lo señalado en el párrafo cuarto de este
capítulo.

Pasaremos a analizarlas a continuación:

1. La junta de acreedores puede adoptar el acuerdo de solicitar al juez la realización de una


auditoria externa a través de auditores independientes de acuerdo a lo señalado en el artículo 8 N
243
De acuerdo al artículo 8 N ° 9 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.

260
º 2 de la Ley N º 18.175. El acuerdo en tal sentido, requiere de un quórum de a lo menos el diez
por ciento del pasivo de la quiebra con derecho a voto.

La característica de este acuerdo es que no tiene eficacia directa y necesita para producir
efectos de la previa aprobación del juez.

La adopción de este acuerdo se realizará en una junta extraordinaria de accionistas, debiendo


señalarse en la citación a la misma la materia de que va a tratar para que tenga validez.

Ahora bien, a la Junta de Acreedores le corresponde la elección de los auditores externos, de


entre los que figuren en el Registro que al respecto lleva la Superintendencia de Valores y
Seguros, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 53 de la Ley N º 18.046244. Esta norma fue
incorporada en el segundo informe de la comisión de económica del Senado, pues el proyecto
inicial no la contemplaba.

Cabe indicar que a la Junta de Acreedores le corresponde realizar esta designación en todos
aquellos casos en que se decide la realización de las auditorias que venimos comentando,
cualquiera haya sido el órgano de la quiebra o sujeto que haya instado o decidido la realización
de las mencionadas auditorias. Asimismo, le corresponde fijar los honorarios que se pagarán a
las personas designadas para la realización de las auditorias.

En el evento que la junta de acreedores decida con el quórum de a lo menos el diez por ciento
del pasivo de la quiebra con derecho a voto la realización de auditorias, bien podría acordarse en
la misma junta extraordinaria la designación de los auditores en la forma señalada y sus
honorarios, si es que así se indica en la respectiva citación a junta.

2. Hemos señalado que a la junta de acreedores le corresponde una función residual de


control sobre la actuación de los síndicos. Fundamentalmente porque a ella le compete la
facultad de revocación en junta extraordinaria de acreedores, de acuerdo al artículo 117 inciso 2º
de la Ley N º 18.175, y además porque, el síndico se debe primeramente a la función de proveer
el pago de las deudas del fallido a los acreedores.
244
Artículo 8 N º 2 inciso 5º de la Ley N º 18.175.

261
Considerando lo anterior, resulta completamente lógico que a la Superintendencia de
Quiebras le corresponda poner en conocimiento de la junta de acreedores, cualquier infracción,
falta o irregularidad que observe en la conducta del respectivo síndico, en los términos del
artículo 8 N º 9 inciso 1º de la Ley N º 18.175.

El conocimiento que al respecto le proporcione la Superintendencia de Quiebras va a ser


fundamental para poder decidir en junta de acreedores si se revoca o no al síndico a partir de sus
actuaciones en la quiebra.

El artículo 32 N º 3 de la Ley N º 18.175, dispone que el síndico cesará en su cargo en la


quiebra por la revocación de la junta de acreedores.

3. La junta de acreedores sólo podrá ratificar la designación como síndico de quiebras a


aquellas personas que permanezcan formando parte de la nómina nacional de síndicos al
momento de la ratificación y que hayan pertenecido a dicha nómina a la época de solicitarse la
respectiva declaración de quiebra, en conformidad al artículo 23 de la Ley N º 18.175.

4. Como hemos esbozado anteriormente, a la junta de acreedores le corresponde la


ratificación de los síndicos provisionales designados en conformidad al artículo 42 y 44 de la
Ley N º 18.175245.

A la junta de acreedores le corresponde, además, realizar nuevas designaciones en los casos


en que el síndico titular cesare definitivamente en su cargo, y faltaré el síndico suplente. Los
síndicos designados de esta forma, deberán asumir aún cuando la quiebra ni tenga bienes o
fondos por repartir o la cuenta final esté aprobada246. Sin embargo, no operará la necesidad de
nuevas designaciones cuando el síndico estuviere impedido transitoriamente de ejercer el cargo y
hubiere constituido mandatario en conformidad al artículo 28 de la Ley N º 18.175.

245
Artículo 25 inciso 1º de la Ley N º 18.175.
246
Artículo 25 inciso 2º de la Ley N º 18.175.

262
5. Al síndico le corresponde continuar efectivamente el giro del fallido ya sea con la
autorización del tribunal de la quiebra o bien, con acuerdo adoptado en tal sentido por la junta de
acreedores.

Esto es, la junta de acreedores tiene la facultad en virtud del artículo 27 N º 9 y artículo 112,
ambos de la Ley N º 18.175, para acordar pagarse de sus créditos con los resultados de la
explotación de la empresa en falencia, y no con el resultado del proceso de liquidación normal
de la quiebra.

Esta intervención de la junta de acreedores viene a representar el poder de disposición que


ejerce sobre los bienes desasidos del fallido, toda vez que, el síndico de quiebra deberá dar
cumplimiento al acuerdo de la junta de acreedores que decida la continuación efectiva del giro,
no pudiendo oponer objeción alguna. Se constituye de esta forma un poder de dirección de la
conducta de los síndicos.

Ahora bien, la continuación efectiva del giro del fallido, total o parcial, puede ser propuesta
por el síndico o por dos o más acreedores. Debiendo contar la adopción de la continuación
efectiva del giro del fallido, total o parcial con la aprobación de la junta de acreedores con el
acuerdo de a lo menos dos tercios del pasivo de la quiebra con derecho a voto.

Para los efectos de determinar que acreedores pueden votar se estará al procedimiento, del
artículo 102 de la Ley N º 18.175, que establece que estarán facultados para ejercer el derecho a
voto en las juntas que se celebren, los acreedores cuyos créditos estén reconocidos, y aquellos
acreedores cuyos créditos no se encuentren reconocidos, estén o no impugnados, y que sean
admitidos a votar por el juez de la quiebra luego de realizada la audiencia que establece el
artículo 102 inciso 2º de la Ley N º 18.175.

El establecimiento de un quórum de dos tercios del pasivo de la quiebra con derecho a voto,
constituye una mayoría bastante calificada para los efectos de la adopción del acuerdo, por lo
mismo, el inciso 3º del artículo 112 de la Ley N º 18.175, permite que los acreedores que
estuvieran por alcanzar el acuerdo de la continuación efectiva del giro del fallido, total o parcial,

263
excluyan a los disidentes pagándoles la cuota que les corresponda atendidos al carácter y
preferencia del crédito y el importe del activo de la quiebra, o bien, asegurándoles su pago.

De suerte que la ley logra compatibilizar dos intereses contrapuestos, por una parte facilita el
logro de un quórum alto a efectos de la continuación productiva de la empresa en falencia y por
otro lado no ve dañados los derechos de los acreedores disidentes a la continuación efectiva del
giro del fallido, total o parcial, por cuanto se les pagan sus créditos o bien, se les asegura
adecuadamente el pago.

Si sobre la determinación de la cuota, el plazo o la garantía con que se paga o se asegura el


pago a los disidentes, no existiera acuerdo entre los acreedores, la determinación y fijación serán
realizados por el tribunal de la quiebra oyendo al síndico y a los acreedores.

El artículo 113 de la Ley Nº 18.175, establece en su inciso 1º los requisitos que debe reunir el
acuerdo de continuación efectiva del giro del fallido. Estos requisitos son:

- El acuerdo debe ser fundado. Esto es, deben ser dadas las razones por las cuales se
considera necesario proceder a la mantención en funcionamiento de la empresa, y no proceder a
liquidarla, como sería la regla general y lo normal en un procedimiento de quiebras.

- Debe contener, además, a lo menos: (i) La determinación del objeto de la autorización; (ii)
De los bienes a los cuales se extiende la administración; (iii) La designación de su
administración; (iv) Las facultades especiales que le son conferidas, dentro de las que podrán
comprenderse las conducentes a la obtención de los recursos necesarios para la continuación del
giro, y (v) El plazo de duración que no podrá exceder de un año.

El plazo inicial de la continuación efectiva del giro, total o parcial, podrá ser prorrogado por
una sola vez, hasta por un año. Para que eso ocurra debe adoptarse un acuerdo por una junta
extraordinaria de acreedores, con la mayoría necesaria para adoptar el acuerdo de continuar
efectivamente el giro del fallido, esto es, con el acuerdo de a lo menos dos tercios del pasivo de
la quiebra con derecho a voto.

264
Es importante señalar que el plazo original de la continuación efectiva del giro del fallido
podrá ser prorrogado hasta por un año, por lo que puede ser un plazo menor a un año pero no
superior a dicho período.

Cuando se decide prorrogar el plazo original de la continuación efectiva del giro del fallido,
la administración deberá recaer por el plazo prorrogado en una persona distinta del síndico.

6. Otra expresión de la fiscalización que ejerce la junta de acreedores respecto de la actuación


de los síndicos, se encuentra establecida en el artículo 28 de la Ley N º 18.175, en cuanto a que,
el síndico que delegare parte de sus funciones, bajo su propia responsabilidad y a su costa, en un
mandatario que designe de la nómina nacional de síndicos y que no esté afecto a las
inhabilidades del artículo 24, deberá comunicar dicha delegación a la junta de acreedores en la
próxima reunión que ella realice.

Igual comunicación deberá realizar cuando se proceda por el síndico a poner término a la
delegación.

Ahora bien, resulta que el artículo 22 N º 3, señala que en caso de delegación parcial de
funciones del síndico en un mandatario debe procederse al conocimiento y aprobación de la
siguiente junta de acreedores. Esta norma fue introducida por la Ley N º 20.004, y a diferencia
del artículo 28 de la Ley N º 18.175, dispone la aprobación de la delegación por parte de la junta
de acreedores, toda vez que dicha norma no exige aprobación sino que sólo conocimiento por
parte de la junta. De todas formas debemos entender que en caso de delegación parcial debe
existir conocimiento y aprobación de la próxima junta de acreedores que se reúna, siendo
necesario para mayor claridad de la redacción legal que se modifique el artículo 28 en tal
sentido.

7. El artículo 22 N º 11 señala: “El síndico representa los intereses generales de los


acreedores, en lo concerniente a la quiebra, y representa también los derechos del fallido, en
cuanto puedan interesar a la masa, sin perjuicio de las facultades de aquéllos y de éste
determinadas por la ley: 11.- Celebrar compromisos o transacciones previo acuerdo de la junta
de acreedores”.

265
Lo anterior es básico para comprender que la junta de acreedores no celebra actos y contratos,
ya que dichas actuaciones son propios de la administración de los activos de la quiebra, labor
que es desarrollada por el síndico. Por tanto, la norma es clara en señalar que son dos cosas
distintas los acuerdos que las juntas de acreedores puedan adoptar en el ámbito de su
competencia y por otro lado, los actos que los síndicos celebren previa autorización de las juntas
de acreedores. Estas consideraciones van a ser desarrolladas cuando tratemos sobre las
impugnaciones de los acuerdos de las juntas de acreedores.

8. El síndico de quiebras debe informar a la junta de acreedores, la contratación de préstamos


para subvenir a los gastos de la quiebra. La información debe ser dada en la próxima reunión de
la junta de acreedores con posterioridad a la contratación de los préstamos (artículo 27 N º 12 de
la Ley N º 18.175). Esta facultad también importa expresión de las facultades de control que
ejerce la Junta de Acreedores respecto del síndico.

9. La junta de acreedores es un órgano de dirección respecto de la actuación del síndico. Lo


anterior implica que este último debe ejecutar los acuerdos que haya adoptado la junta de
acreedores. Esta situación no era clara con anterioridad a la reforma de la Ley N º 20.004 y sin
embargo con dicha ley se incorporó el número 22 al artículo 27 de la Ley N º 18.175, que
dispone: “El síndico representa los intereses generales de los acreedores, en lo concerniente a la
quiebra, y representa también los derechos del fallido, en cuanto puedan interesar a la masa, sin
perjuicio de las facultades de aquéllos y de éste determinadas por la ley. Le incumbe
especialmente: 22.- Ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por la junta de acreedores dentro
del ámbito de su competencia”. O sea, el síndico sólo debe llevar a cabo aquellos acuerdos que
se enmarquen en el ejercicio de las facultades legales que le competen a la junta de acreedores,
pudiendo oponerse a ejecutar aquellos acuerdos que no sean adoptados legalmente y que se
realicen fuera de la órbita de atribuciones de la junta de acreedores.

Lo anterior implica el respeto al principio de legalidad que inspira el actuar de los órganos de
la quiebra de acuerdo a lo señalado anteriormente en esta tesis.

266
El proyecto de ley originalmente señalaba que el síndico debía cumplir con los acuerdos
legalmente adoptados por la junta de acreedores, sin embargo en primer trámite constitucional en
la Cámara de Diputados, se acordó reemplazar la palabra: “cumplir”, por la palabra: “ejecutar”,
expresando así de forma mucho más clara la facultad de la junta de acreedores de imponer su
poder de dirección respecto del síndico247.

10. A la junta de acreedores le corresponde pronunciarse sobre las cuentas provisorias que
rinda el síndico en conformidad al artículo 29 de la Ley N º 18.175. Estas cuentas provisorias
deben rendirse periódicamente de acuerdo a la forma y plazos señalados con anterioridad por la
Superintendencia de Quiebras a través de instrucciones obligatorias. Se vio en la necesidad de
incorporar la rendición de cuentas provisorias, a efectos de mantener informado a los acreedores
sobre la administración y curso de la quiebra antes de la rendición de la cuenta definitiva, que
muchas veces se realizaba cuando ya no se reunía la junta de acreedores, de manera que la
existencia de cuentas parciales no definitivas entrega durante la quiebra una mayor cantidad de
información a los acreedores para que puedan ejercer sus facultades de fiscalización respecto del
síndico en forma oportuna, así se indicó: “El Ejecutivo expresó que este numeral obliga al
Síndico a entregar cuentas periódicas y parciales, ya que hoy sólo presenta la cuenta definitiva,
que puede ser después de muchos años, y los acreedores no tienen idea de lo que ha pasado en
ínter tanto en la quiebra”248

El artículo 116 de la Ley N º 18.175 en su inciso 1º dispone que, corresponderá a la junta de


acreedores ordinarias, conocer y pronunciarse sobre el informe periódico del síndico. Ahora
bien, a la junta ordinaria de acreedores le corresponde también conocer, y pronunciarse de la
cuenta definitiva del síndico en razón de lo señalado por el artículo 30 inciso 2º y artículo 116
inciso 1º. La anterior conclusión lo derivamos del hecho que la regulación legal de la cuenta

247
Boletín N ° 3180-03. Informe de la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto
de ley que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la
administración privada de las quiebras, fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la
Superintendencia de Quiebras., pp: 62.
248
Boletín N ° 3180-03. Informe de la Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto
de ley que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la
administración privada de las quiebras, fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la
Superintendencia de Quiebras., pp: 62.

267
definitiva se remite a las facultades que al respecto le pudiera corresponder a la junta ordinaria
de acreedores.

La forma en que la junta de acreedores conoce de esta cuenta definitiva tiene una tramitación
especial, señalada en el inciso 3º y 4º del artículo 30. En efecto, la cuenta definitiva se presentará
al tribunal quien ordenará notificarla mediante aviso. En los mismos avisos se citará a junta de
acreedores que deberá celebrarse al decimoquinto día siguiente a su notificación. El anterior
aviso contendrá un extracto de la cuenta definitiva en indicará lugar, día y hora de celebración de
la respectiva junta.

Lo importante es que la realización de esta junta de acreedores no es fundamental para


efectos de la contabilización de los plazos de impugnación de la cuenta definitiva, pues si no se
realiza de igual forma los sujetos activos para impugnar la cuenta podrán objetarla dentro del
plazo de treinta días hábiles siguientes de la fecha fijada para la realización de la junta.

El efecto práctico que produce la no celebración de la junta, es que no podrá la junta de


acreedores revocar al síndico si así lo estima pertinente, pero dicha posibilidad no precluye, toda
vez que, podrá citarse a otra junta extraordinaria con el objeto preciso de revocar al síndico en
conformidad al inciso 2º de la Ley N º 18.175.

11. El artículo 33 y el artículo 34 de la Ley N º 18.175, establecen la remuneración que le


corresponderá al síndico definitivo. La anterior remuneración será fijada de acuerdo a la escala
expresada en unidades de fomento que señala la última de dichas normas.

Ahora bien, la junta de acreedores podrá convenir y fijar para el síndico definitivo, un
honorario inferior o superior al establecido en el inciso 1º y 2º del artículo 33. Para los efectos de
acordar un honorario superior al de la tabla, bastará el voto favorable de cada uno de los
acreedores que acepten concurrir al pago del exceso a su propio cargo y sólo a ellos
corresponderá su pago. Estos acreedores podrán convenir con el síndico los valores
correspondientes y su forma de pago, de lo cual deberá dejarse constancia en actas. El acta de la
respectiva junta será título ejecutivo suficiente para efectuar el cobro por el síndico a los

268
acreedores de los valores que se convengan. Dicha acta deberá ser firmada además por todos los
acreedores que han accedido al aumento de los honorarios.

En junta extraordinaria de acreedores se podrán autorizar al síndico definitivo anticipos que


no podrán exceder del diez por ciento de los ingresos en dinero efectivo que se hayan producido
en la quiebra hasta ese momento, ni del veinticinco por ciento del honorario de la tabla
correspondiente a los dos primeros tramos, ni del diez por ciento en los tramos siguientes. En
caso alguno, el total de los anticipos podrá exceder del treinta y tres por ciento de los honorarios
que correspondan al síndico. Para estos efectos, la tabla que señala el artículo 33 se aplicará
sobre la cantidad total de los ingresos que se hayan repartido hasta ese momento en la quiebra.

Esta facultad de la junta de acreedores tendiente a acordar aumentar el honorario que le


corresponde al síndico definitivo, da origen a algunas observaciones y críticas.

Por una parte, no se condice con el objetivo buscado por la Ley N º 20-004, de promover la
probidad y transparencia en la quiebra, por cuanto los acreedores que acuerden aumentar los
honorarios al síndico deberán pagar de su cargo dicha remuneración mayor, por lo que se pueden
generar legítimas dudas sobre la independencia y trato igualitario que el síndico tendrá con los
acreedores que no hayan concurrido al pago de honorarios mayores respecto de aquellos que sí
lo han hecho.

Por otra parte, la regulación legal era acertada en cuanto a la objetividad de lo que le
correspondía al síndico derivado de los repartos por él realizados, está objetividad se rompe por
estos acuerdos, aún cuando la misma ley se preocupa de establecer ciertos y determinados
límites.

La misma crítica se indicó durante la tramitación en el Parlamento de la Ley N ° 20.004: “La


modificación que se propone, que algunos acreedores puedan concurrir con su voto a mejorar o
premiar la remuneración del Síndico, ya aprobada en junta, desvirtúa el proceso colectivo de las
quiebras, y deja al Síndico en una suerte de peligrosa dependencia de aquellos acreedores más
generosos, respecto de los otros que rechazaron sumarse al mejoramiento de la remuneración.
Se ha dicho que el Síndico es un simple administrador y vendedor de bienes, lo cual, con todo

269
respeto a la labor mercantil, es un craso error. Entre las labores más delicadas de un Síndico,
está la de examinar los créditos verificados y eventualmente impugnarlos. ¿Podría ese Síndico
impugnar el crédito de aquel acreedor que le otorgó un premio contra el reparto que obtenga en
la quiebra? ¿Podría impugnar los créditos, si con ello retarda los repartos, y por ende el cobro de
sus honorarios que hoy día se vincula precisamente al reparto de créditos? Necesariamente tal
Síndico, y en general los Síndicos no impugnaran los créditos, de modo de efectuar los repartos
lo más pronto posible, y con ello, cobrar sus remuneraciones, debilitando de tal modo una de las
actuaciones más relevantes e importantes de un Síndico”249

12. A la junta de acreedores le corresponde fijar en conjunto con el síndico, los honorarios
que a él le correspondan en alguno de las siguientes tres situaciones:

- Cuando el síndico provisional no fuera ratificado por la junta de acreedores;


- Cuando el síndico definitivo, cesare anticipadamente en el cargo, y
- Cuando exista un síndico suplente que asuma como síndico titular.

Lo anterior de acuerdo a lo señalado en el artículo 35 inciso 1º y 2º de la Ley N º 18.175.

13. A la junta de acreedores le corresponde adoptar el acuerdo tendiente a autorizar al síndico


para contratar, con cargo a los gastos de la quiebra, a personas naturales o jurídicas para que se
efectúen actividades especializadas debidamente calificadas como tales por la junta

Sobre previo acuerdo adoptado para cada caso en junta extraordinaria de acreedores se
podrán recabar informes especializados sobre materias o asuntos de directo interés para la masa,
con cargo a los gastos de la quiebra.

Los acuerdos anteriores se adoptarán por acreedores que representen, a lo menos, dos tercios
del pasivo de la quiebra, con derecho a voto.

249
Intervención de Leonel Cereceda, abogado, síndico de quiebras. Boletín N ° 3180-03. Informe de la
Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto de ley que modifica la Ley N °
18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 31.

270
Todo lo anterior se encuentra establecido en el artículo 36 inciso 1º, 3º y 4º de la Ley N º
18.175.

Este tema fue objeto de discusión durante la tramitación parlamentaria, ya que al respecto se
señaló que no resultaba conveniente establecer una norma en este sentido, por las dificultades
prácticas de ponerla en ejercicio considerando las pocas juntas extraordinarias que se realizan, al
respecto se indicó: “Esta fórmula no se condice con la celeridad en que se deben adoptar
determinadas resoluciones, como por ejemplo deducir una demanda revocatoria concursal, que
tiene, como se sabe, plazos de prescripción de un año a contar de la fecha del acto o contrato
que se pretende atacar de inoponible; la masa de acreedores a través del Síndico muchas veces
es objeto de demandas de gran cuantía, y que requieren de una asesoría letrada de excelencia, y
el mecanismo de las juntas extraordinarias es de suyo lento, por la necesidad de obtener una
resolución del tribunal de la quiebra que cite a junta extraordinaria, publicación en el Diario
Oficial, transcurso del plazo de 7 días. La experiencia indica, que todo aquello que el Síndico no
exponga y que la junta de acreedores no acuerde, en sus primeras reuniones de acreedores,
simplemente cae en una inercia y inactividad, por falta de quórum de asistencia. Por ello es que
la actual Ley de Quiebras dispone en su artículo 111 todas las materias que son esenciales para
la correcta administración de una quiebra, y este procedimiento ha funcionado aceptablemente,
luego cambiarlo por juntas extraordinarias no parece ni necesario ni simplificador de la gestión
de la quiebra”250.

La norma como la conocemos quedó establecida durante la discusión en el Senado251.

14. El título VI: “De los efectos de la declaración de quiebra”, de la Ley N º 18.175,
contempla en su párrafo 2º: “Efectos retroactivos de la declaración de quiebra de todo deudor”
(artículos 74 a 75), y en su párrafo 3º: “Efectos retroactivos especiales de la declaración de

250
Intervención de Leonel Cereceda, abogado, síndico de quiebras. Boletín N ° 3180-03. Informe de la
Comisión de economía, fomento y desarrollo recaído en el proyecto de ley que modifica la Ley N °
18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 30.
251
Boletín N ° 3.180-03. Informe de la Comisión de Economía. recaído en el proyecto de ley, en segundo
trámite constitucional, que modifica la ley Nº 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en
la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia
de Quiebras

271
quiebra del deudor que ejerciere una actividad comercial, industrial, minera o agrícola”
(artículos 76 a 79), las denominadas acciones de inoponibilidad que señala la ley de quiebras. En
conformidad al artículo 81 inciso 1º de la Ley N º 18.175, las acciones de inoponibilidad que
establecen los dos párrafos anteriores podrán ser ejercidas por el síndico a través de un
procedimiento sumario. Sin embargo, para que el síndico pueda ejercer estas acciones requiere
previo acuerdo de la junta de acreedores.

La norma en comento no señala quórum para la adopción del acuerdo, por lo que debemos
aplicar la regla general en materia de juntas de acreedores, establecida en el artículo 102 inciso
5º de la Ley N º 18.175, que dispone que los acuerdos se adoptarán con el voto conforme de no
menos de dos acreedores que sumen mayoría absoluta de los créditos presentes en la reunión con
derecho a voto. Esto es, se requieren dos mayorías, por una parte el voto a favor de dos o mas
acreedores, y por otra parte, que los que voten favorablemente por el acuerdo deben sumar
mayoría absoluta de los créditos presenten en la reunión con derecho a voto.

Ahora bien, el inciso 2º del artículo 81 de la Ley N º 18.175, señala que en la adopción del
acuerdo de ejercitar alguna de las acciones a las que anteriormente hicimos mención, no tendrán
derecho a voto el acreedor en la quiebra en contra de quien se ejercitarán ñas acciones, sea por sí
o por cualquier otra persona natural o jurídica que esté vinculada de forma directa o indirecta.
Asimismo, tampoco se considerarán sus créditos para los efectos de determinar el quórum a que
se refiere la norma supletoria de quórum de aprobación de acuerdos del artículo 102 inciso 5º.

15. Existen dos formas de regulación legal de realización de los activos de la quiebra. Una es
la realización sumaria de activos, señalada en el artículo 109 de la Ley N º 18.175 y la forma
normal de realización de los bienes de activo, establecida en el artículo 120 y ss de la Ley N º
18.175.

Recordemos que la realización sumaria del activo procede en aquellos casos en que de la
cuenta presentada por el síndico apareciere que el producto probable de la realización del activo
de la quiebra no excederá de mil unidades de fomento.

272
Ahora bien, cuando el síndico proceda a la realización normal del activo, de acuerdo a la
regulación legal supletoria del artículo 120 y siguientes de la ley de quiebras, deberá actuar en
conformidad a los acuerdos que al respecto haya establecido la junta de acreedores,
convirtiéndose una vez más en un ente de dirección respecto de las actuaciones de los síndicos,
pues no es posible a este último órgano actuar en forma contraria a los acuerdos legalmente
adoptados por junta, sin que con ello, cometa alguna falta, infracción o irregularidad en sus
funciones.

16. A la junta de acreedores le corresponde aprobar las bases de licitación pública para la
enajenación de los bienes corporales o incorporales, que no sean los contemplados en el artículo
121 (bienes expuestos a próximo deterioro o a una desvalorización inminente o que exijan una
conservación dispendiosa), y en el inciso 1º y 2º del artículo 122 (especies corporales muebles,
valores mobiliarios que tengan cotización bursátil, y créditos activos de morosa o difícil
realización).

17. Hemos señalado anteriormente que a la junta de acreedores le corresponde un poder o


facultad superior de disposición sobre los bienes del activo. Lo anterior se demuestra en la
potestad de acordar, en cualquier tiempo, una forma diferente de realización de los bienes de la
masa y de las modalidades de la misma.

El acuerdo en tal sentido requiere del voto favorable de más de la mitad del pasivo de la
quiebra con derecho a voto, además de contar con el acuerdo del fallido.

Sin embargo, no se requerirá contar con el voto favorable del fallido, si es que la forma de
realización de los bienes que acuerde la junta de acreedores, es la de efectuarla pior medio de
subastas públicas. Dichas subastas, en caso de ser acordadas deberán realizarse ante el juez que
conoce de la quiebra.

A este acuerdo, podrá oponerse el síndico, por medio de una oposición fundada, dentro de
tercero día, debiendo resolver el juez a través de un procedimiento incidental, dada la remisión
del artículo 123 inciso final al artículo 5º de la Ley N º 18.175.

273
18. El poder de disposición que la junta de acreedores ejerce sobre los bienes del fallido
incluidos en el desasimiento, se refleja claramente en la posibilidad que tiene la junta de
acreedores de poder acordar la enajenación de los bienes del fallido como un conjunto o unidad
económica. El fundamento de la enajenación como unidad económica en la Ley N º 18.175, es la
de procurar la conservación de la empresa. En efecto, la enajenación del activo por parcialidades
constituye lo contrario a la enajenación como unidad económica, que impide la desmembración
del activo de la quiebra a favor de distintas personas, y por consiguiente, se ocasiona un
deterioro mayor a la empresa. Lo que se busca es la mantención unificada del activo de la
quiebra. En definitiva, al permitir la realización de los bienes del fallido como unidad económica
se logra un provecho mayor que la enajenación individual de los bienes que la componen, pues
se podrá mantener la empresa como una unidad productiva capaz de continuar en la tarea de
producir bienes o en la prestación de servicios sin que con ello se afecten los puestos de trabajo
que se hayan generado.

Así el artículo 124 inciso 1º, dispone que los acreedores, que reúnan más de la mitad del total
pasivo de la quiebra, puedan acordar la enajenación de todo o parte de la misma como un
conjunto o unidad económica, en subasta pública y al mejor postor. Esta deberá efectuarse ante
el juez que conoce de la quiebra.

No obstante lo anterior, el síndico puede oponerse por medio de una objeción fundada a dicho
acuerdo, dentro de tercero día. Dicha oposición se tramitará por medio de un incidente en
conformidad al artículo 5º de la Ley N º 18.175. Quien resolverá este incidente es el juez de la
quiebra.

El artículo 125 contempla los elementos que deben contemplarse en las bases de la
enajenación como unidad económica. Estos elementos dicen relación con lo siguiente:

1. Los bienes que integran la unidad económica, cualquiera sea su naturaleza252.

252
En el evento que la enajenación comprendiera un conjunto de bienes ubicados en un bien raíz no
perteneciente al fallido, el síndico incluirá en las bases los derechos que el fallido tenga en el mismo,
cualquiera que sea el tenor de la convención o la naturaleza de los hechos en que se funda la posesión, uso
o mera tenencia del inmueble (inciso 2º N º 1 artículo 125 Ley N º 18.175).

274
2. Precios mínimo, forma de pago, plazos, garantías y demás modalidades y condiciones de la
enajenación.

Una vez acordada la enajenación como unidad económica, con el quórum anteriormente
señalado, se suspende el derecho de los acreedores hipotecarios, prendarios, retencionarios y
otros acreedores para iniciar o proseguir en forma separada las acciones dirigidas a obtener la
realización de los bienes comprendidos dentro de la unidad económica, afectos a la seguridad de
sus respectivos créditos.

Lo anterior implica que el derecho de aquellos acreedores con garantía ven afectado el
ejercicio de sus acciones respecto de los bienes que están garantizando el pago de sus créditos.
De no haberse contemplado esta norma dichos acreedores iniciarían o continuarían ejecutando
en forma individual los bienes sobre los cuales tienen constituidos garantías, perjudicando la
unidad económica que se pretende enajenar.

Bien puede ocurrir que ofrecida la unidad económica conforme a las bases de enajenación
aprobadas por la junta de acreedores, no existan interesados. En tal caso, se procederá
nuevamente a ofrecerla, también en pública subasta y al mejor postor, pudiendo, en tal caso,
rebajarse el precio hasta los dos tercios del fijado originalmente. Con todo, todas las otras
modificaciones que se desearen incorporar a las bases para este segundo llamamiento, deberán
aprobarse con el quórum de aprobación de la enajenación de todo o parte del activo de la quiebra
como unidad económica, esto es, con el voto favorable de más de la mitad del total pasivo de la
quiebra.

En caso de que no se hubiera producido en el segundo llamamiento, la enajenación de los


bienes comprendidos en la unidad económica, se continuará con la realización de los bienes en
conformidad a las normas que establece la ley en los artículos 120 y siguientes.

Cuando en la unidad económica hubiere bienes afectos a gravámenes constituidos a favor de terceros, se
indicará específicamente en las bases la proporción que en el precio total corresponda a cada uno de
dichos bienes, para el solo efecto que tales terceros puedan hacer valer los derechos que procedan dentro
del juicio de quiebra (inciso 3º N º 1 artículo 125 Ley N º 18.175).

275
La enajenación como unidad económica deberá constar en escritura pública en la que se
insertarán, en lo pertinente, todas las piezas que den cuenta de las actuaciones referidas a la
enajenación como unidad económica, la que servirán de suficiente título para requerir el
alzamiento de todos los gravámenes, prohibiciones o embargos que afecten a los bienes
comprendidos en una o más de las unidades económicas que se enajenen (artículo 128 inciso 1º
de la Ley N º 18.175).

La aprobación de las bases de la enajenación de todo o parte del activo de la quiebra, se


entenderá como suficiente autorización para que exista objeto ilícito en la enajenación de
cualquiera de los bienes contemplados en el conjunto o unidad económica253

Los bienes que integran la unidad económica enajenada se entenderán constituidos en


hipoteca o prenda sin desplazamiento, según sea la naturaleza de ellos, por el solo ministerio de
la ley, para caucionar los saldos insolutos de precio y cualquiera otra obligación que el
adquirente haya asumido como consecuencia de la adquisición, salvo que la junta de acreedores,
al pronunciarse sobre las bases respectivas, hubiere excluido expresamente determinados bienes
de tales gravámenes (artículo 129 de la Ley N º 18.175).

De suerte que la ley opera como título para la existencia de la hipoteca o prenda sin
desplazamiento que señala el artículo 129 de la Ley N º 18.175. El establecimiento de esta
garantía no es más que una forma de incentivar de la enajenación como unidad económica de
todo o parte de los bienes de la quiebra, pues facilita esta forma de realización con las suficientes
seguridades para los acreedores. Además, constituye un contrapeso de la liberación de
responsabilidad por deudas anteriores a la adquisición”254

19. El sobreseimiento definitivo del deudor puede operar por dos causales, las señaladas en el
artículo 164 y 165 de la Ley N º 18.175.

Uno de los requisitos para que opere el sobreseimiento definitivo del artículo 164 se vincula
con la junta de acreedores, pues señala al respecto el N º 1 del artículo 164: “Tiene lugar el

253
Artículo 128 inciso 2º de la Ley N º 18.175y artículo 1.464 Nº 3 y 4 del Código Civil.
254
SANDOVAL LOPEZ, RICARDO. Ob. Cit., pp: 246.

276
sobreseimiento definitivo: 1.- Cuando todos los acreedores convienen en desistirse de la quiebra
o remiten sus créditos”.

De manera que tiene que citarse a una junta extraordinaria, con el objetivo preciso de
desistirse de la quiebra, o bien de remitir los créditos. Y tiene que acordarse lo anterior con la
unanimidad de los acreedores.

El quórum anterior se refiere no sólo a la unanimidad de los acreedores concurrentes a la


junta extraordinaria de acreedores que estamos comentando, sino que a la unanimidad de los
acreedores que participan de la quiebra del fallido, por lo que se establece un quórum de muy
difícil obtención.

6. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LA JUNTA DE ACREEDORES: La


junta de acreedores funciona y se organiza por medio de reuniones ordinarias y extraordinarias,
en conformidad a los artículos 101, 110 y 117 de la Ley N ° 18.175.

Para la celebración de las mismas se requieren trámites formales previos, como por ejemplo,
las citaciones (artículos 101, 105, 110 y 118 de la Ley N ° 18.175). La celebración de las juntas
se efectúa por medio de la reunión de ciertos quórum de constitución que son exigidos por la ley
para que la junta de acreedores, ya sea en sus reuniones ordinarias o extraordinarias pueda
ejercer las funciones que le correspondan. Asimismo, las reuniones se desarrollan con ciertas
formalidades, debiendo dejarse constancia de lo tratado en ellas en un acta que al efecto se
levante. Por último, el objetivo genérico de las reuniones ordinarias y extraordinarias es la
obtención de ciertos y determinados acuerdos en el ámbito de su competencia, estos acuerdos
requieren ciertos quórum de aprobación que para cada caso exige la ley y en el evento de no
señalarlos, existen normas subsidiarias que lo establecen255. Estos acuerdos son solemnes, en
tanto deben contar por escrito para poder producir sus efectos y existir en la vida del derecho. En
virtud de la escrituración se forman, existen y aprueban estos acuerdos256.

255
Artículo 102 inciso 6° de la Ley N ° 18.175.
256
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 37.

277
Sobre la base de dichos acuerdos se ejerce el poder de dirección que la junta de acreedores
ejerce respecto del síndico, ya que éste debe: “ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por la
junta de acreedores dentro del ámbito de su competencia”257.

Pasaremos en los siguientes cinco párrafos de este capítulo a estudiar las normas aplicables a
las reuniones que se celebran en el contexto de una quiebra.

7. DISPOSICIONES GENERALES A LAS JUNTAS DE ACREEDORES: Las disposiciones


o normas generales a las juntas de acreedores se encuentran reglamentadas en el párrafo 1°:
“Disposiciones generales”, del Título VIII: “De las Juntas de acreedores” de la Ley N ° 18.175,
de los artículos 101 a 104.

En este párrafo se contempla aquella normativa común a las diversas reuniones ordinarias o
extraordinarias que se celebren en la quiebra. Las normas contenidas en el párrafo que vamos a
pasar a examinar, establecen normas supletorias en relación con los demás artículos que se
contemplan en el Titulo VIII de la Ley N ° 18.175, como asimismo, en las demás normas que se
establecen respecto a la junta de acreedores, a lo largo de todo el texto de la ley.

El artículo 101 de la Ley N ° 18.175, establece la forma de funcionamiento de este órgano de


la quiebra, en el sentido que indica que los acreedores se reunirán en junta de acuerdo a las
disposiciones del Título VIII de la ley de quiebra.

Las normas generales o comunes a las reuniones de acreedores son:

1. Lo primero que es necesario determinar es que acreedores pueden participar en las juntas
de acreedores. Toda vez que, los acreedores residentes en Chile como aquellos que se encuentren
en el extranjero deben verificar sus créditos en la quiebra, dentro de los periodos ordinarios o
extraordinarios que establece la Ley N ° 18.175 en los artículos 131 a 146.

Estas verificaciones de crédito deben contener lo que se les debe a los acreedores por
concepto de capital e intereses. Como asimismo, deben acompañar los títulos justificativos de
257
Artículo 27 N ° 22 de la Ley N ° 18.175.

278
sus créditos, debiendo entregar en la secretaría del tribunal dos copias simples y de sus anexos
(artículo 131 de la Ley N ° 18.175), para efectos de que sea anunciada la verificación (artículo
134 de la Ley N ° 18.175), para así posibilitar el examen del síndico (artículo 135 de la Ley N °
18.175) y las impugnaciones que pudieran deducirse por no haberse encontrado justificado el
crédito o la preferencia reclamada (artículo 135 inciso 2° y artículos 137 de la Ley N ° 18.175),
o bien, para que el síndico efectúe reserva con respecto a alguno de los créditos verificados para
efectos de impedir la preclusión de impugnación posterior al crédito por transcurso del plazo
legal para impugnar, de acuerdo a lo señalado en el artículo 138 inciso 2° de la Ley N ° 18.175.

En el evento que se deduzca demanda de impugnación se tramitará un incidente de acuerdo a


lo señalado en el artículo 5 y artículos 141 de la Ley N ° 18.175. Tramitándose cada
impugnación por cuaderno separado, sin perjuicio de las acumulaciones que procedan de
acuerdo a las reglas generales sobre acumulación de autos establecidas en el Código de
Procedimiento Civil.

Si no se deduce demanda de impugnación y si no se realiza reserva de impugnación por el


síndico, el crédito respetivo, se tendrá por reconocido y no podrá ser objeto de impugnación o
reclamación posterior (artículo 138 de la Ley N ° 18.175).

Todo lo anterior es importante para poder responder la primera duda planteada, respecto a
que acreedores pueden votar en las juntas que se celebren en el transcurso de la quiebra. El
artículo 102 señala cuales son dichos acreedores, de lo que podemos desprender, que los
acreedores que tienen derecho a voto en las juntas de acreedores, son:

a. Los acreedores cuyos créditos estén reconocidos. Esto es, aquellos acreedores cuyos
créditos no hayan sido objeto de demanda de impugnación y que además no hayan sido objeto de
reserva de impugnación por el síndico, en conformidad al artículo 138 inciso 1° de la Ley N °
18.175. También tendrán este carácter aquellos acreedores cuyos créditos hayan sido objeto de
reserva de impugnación por el síndico, y éste no deduce la impugnación en el plazo de diez días
contados desde el vencimiento de los quince días siguientes a la notificación de la resolución que

279
da por cerrado el procedimiento de verificación258. Por último tendrán el carácter de créditos
reconocidos, aquellos respecto de los cuales se hubiera deducido demanda de impugnación ya
sea en el período ordinario de impugnación o bien, como consecuencia de la reserva de
impugnaciones, y dicha demanda sea rechazada por sentencia firme y ejecutoriada.

b. Aquellos acreedores cuyos créditos no se encuentren reconocidos y a los cuales, el juez de


la quiebra les reconozca el derecho a votar. En efecto, en el día hábil, que no sea sábado,
inmediatamente anterior al señalado para la celebración de la junta respectiva, se efectuará una
audiencia verbal ante el juez de la quiebra, en la cual el síndico le informará por escrito acerca
de la verosimilitud de la existencia y monto de los créditos que todavía no se encuentren
reconocidos, pero que hayan sido verificados a más tardar al segundo día hábil, que no sea
sábado anterior a la fecha que corresponda a la celebración de la respectiva audiencia.

En la audiencia el juez procederá a oír a los acreedores que puedan ser aceptados a votar en la
junta por cumplir los requisitos anteriores. Posteriormente resolverá en única instancia, sin
posibilidad que se deduzca impugnación alguna a su resolución. Tomará en cuenta los elementos
y antecedentes disponibles, para en definitiva resolver que créditos votarán y porque monto.

Lo importante es señalar que un crédito que se encuentre impugnado igual puede ser aceptado
a votar, a diferencia de lo que ocurría en la legislación anterior, en donde los créditos
impugnados no podían votar. La anterior conclusión se desprende del tenor literal del artículo
102 inciso 2° que señala que el tribunal: “(…) sobre la base de los antecedentes disponibles
(determinará) cuales créditos no reconocidos, estén o no impugnados, y porqué monto tendrán
derecho a votar en esa junta”.

La apreciación de los antecedentes es en conciencia, con lo que la norma ha querido señalar


que no debe fundamentar el derecho a voto de determinados créditos en parámetros legales
previamente señalados, sino que de acuerdo a los principios de lógica y máximas de experiencia
que el juez posea.

258
Artículos 137 inciso 1° y artículo 138 inciso 2° de la Ley N ° 18.175.

280
Los efectos del derecho a voto de los acreedores no reconocidos se extienden sólo a la junta
en que sean aceptados a votar, por lo que cada vez que se celebre una junta deberá llevarse a
cabo la audiencia señalada más arriba en cuanto a la determinación de los acreedores con
derecho a voto de entre los acreedores no reconocidos. Ahora bien, el derecho a voto de los
acreedores no reconocidos, no producirá ninguna consecuencia respecto a las facultades de
impugnación que puedan deducir el síndico o los acreedores en razón a lo dispuesto en el
artículo 131 y siguientes de la Ley N ° 18.175, y consecuencialmente, en nada afectará las
atribuciones del juzgador para resolver sobre las impugnaciones.

Respecto del fallido, el mismo también participará con derecho a voz en las juntas, y podrá
exigir que se deje constancia de su opinión. Ahora bien, en determinados casos debe procederse
por la junta con el consentimiento del respectivo deudor, en dichos casos en obvio que el mismo
debe prestarlo o no, pero no se puede decir que tiene derecho a voto, porque no es acreedor
(artículo 102 inciso 8°)

La audiencia que hemos venido comentando, se celebrará el día señalado, a la hora que
comience a funcionar el tribunal, de acuerdo a lo señalado en el inciso 3° del artículo 102 de la
Ley N ° 18.175.

2. El artículo 102 establece ciertas normas generales y supletorias respecto del quórum para
adoptar acuerdos y respecto del quórum de acreedores necesario para poder constituir la junta de
acreedores. Estas normas son generales y supletorias, porque se aplican a la generalidad de los
casos que no tengan una norma especial al respecto. Estas normas son:

2.1 Quórum general de constitución de junta de acreedores: Las reuniones de la junta se


constituirán cuando concurran dos o más acreedores que representen un porcentaje no inferior al
veinticinco por ciento de los créditos con derecho a voto, salvo indudablemente que la ley
establezca un quórum especial (artículo 102 inciso 5° de la Ley N ° 18.175).

2.1 Quórum general de adopción de acuerdos: Los acuerdos se adoptarán con el voto
conforme de no menos de dos acreedores que sumen mayoría absoluta de los créditos presentes
en la reunión con derecho a voto, salvo que la ley exija una mayoría especial. En caso de

281
empate, corresponderá decidir a quien presida la reunión de acuerdo a lo que luego se dirá.
Debemos indicar que la norma establece un doble quórum, por una parte, debe ser adoptado el
acuerdo con la concurrencia de dos o más acreedores, y por otra parte, dichos acreedores deben
tener una participación no menor a la mayoría absoluta de los créditos presentes en la
reunión(artículo 102 inciso 4°). La norma indica que la mayoría absoluta debe ser calificada
respecto de los créditos presentes, o sea, los créditos concurrentes a la junta respectiva y no a los
créditos aceptados para votar en la junta, toda vez que, puede darse el caso que estos últimos
sean más, pero que no concurran a la junta.

3. Ahora bien, ¿Qué pasa con los acreedores que no tienen derecho a voto en las juntas, con
el síndico y el fallido?, al respecto la misma norma del artículo 102 da respuesta:

3.1 Los acreedores que hayan verificado, pero que no sean aceptados a votar, tendrán
solamente derecho a concurrir a la reunión y a dejar constancia escrita de sus observaciones,
bajo su firma, en documento que se agregará al acta que se levante (inciso 6° del artículo 102).

3.2 El síndico sólo asistirá con derecho a voz, pudiendo exigir que se deje constancia de sus
dichos en la misma forma que la señalada para los acreedores que no tienen derecho a voto.
Podrán hacerse acompañar por especialistas, esto es, por personas que en atención a sus
conocimientos o profesión, estime necesario para que, si la junta lo acuerda, puedan ser oídas.
Puede por ejemplo, asistir un contador auditor, administrador de empresas o un abogado, según
la naturaleza de la materia que se trate (artículo 102 inciso 7°)

3.3 Respecto del fallido, el mismo también participará con derecho a voz en las juntas, y
podrá exigir que se deje constancia de su opinión. Ahora bien, en determinados casos debe
procederse por la junta con el consentimiento del respectivo deudor, en dichos casos en obvio
que el mismo debe prestarlo o no, pero no se puede decir que tiene derecho a voto, porque no es
acreedor (artículo 102 inciso 8°)

4. La asistencia de los acreedores y del fallido podrá ser personal o a través de mandatario. El
mandato deberá constar en instrumento público o en instrumento privado, y en esté último caso,
la firma del mandante deberá ser autorizada por el secretario del tribunal o por un notario. Se

282
entenderá que el mandatario tiene idénticas facultades que las de su mandante, no obstante
cualquier limitación que hubiere podido establecerse (artículo 103 inciso 1° de la Ley N °
18.175)

Solo se puede otorgar mandato para asistir a junta a una persona, y no a más de una, salvo
para el caso de su reemplazo. Pero un mismo mandatario lo podrá ser de uno o más acreedores
(artículo 103 inciso 2° de la Ley N ° 18.175)

5. Se prohíbe fraccionar los créditos después de declarada la quiebra, en virtud del efecto
inmediato de la declaración de quiebra consistente en la fijación irrevocable del pasivo del
deudor (artículo 67 y 68 de la Ley N ° 18.175). Tampoco se podrá conferir mandato por una
parte o fracción de crédito, siendo sancionado el contraventor y los que representen las porciones
de crédito con la extinción del derecho a asistir a las reuniones de la junta (Artículo 104 inciso 1°
de la Ley N ° 18.175). Misma sanción se aplica a quienes fraccionen sus créditos.

Todos los que hagan valer porciones de un crédito fraccionado dentro de los treinta días
anteriores a la declaración de quiebra, se contarán como una sola persona y emitirán un solo
voto (inciso 2° del artículo 104 de la Ley N ° 18.175).

Lo señalado anteriormente no será aplicable al crédito dividido como consecuencia de la


liquidación de una sociedad, o de la participación de una comunidad que no esté exclusivamente
formada por dicho crédito (inciso 3° del artículo 104 de la Ley N ° 18.175).

El crédito perteneciente a una comunidad será representado por uno solo de los comuneros.
Si no se avinieren a la designación del representante, cualquiera de ellos podrá solicitar tal
designación al tribunal. De igual forma se procederá en la situación descrita en el inciso 2° del
artículo 104 (artículo 104 inciso 4° de la Ley N ° 18.175).

6. De lo tratado en cada reunión se dejará constancia en un libro especial de actas que será
llevado por el síndico. Las actas serán suscritas por el presidente, el secretario y él o los
acreedores designados en la respectiva sesión. Copia de ellas, autorizada por el secretario, se
agregará a los autos dentro de tercero día y se entregará a los acreedores cuando lo soliciten

283
(artículo 119 de la Ley N ° 18.175). Por lo anterior, se puede llegar a la conclusión que los
acuerdos de la junta de acreedores son solemnes por cuanto deben constar por escrito, en este
caso rige el principio de la protocolización de las actuaciones para su existencia y validez, esto
es, debe dejarse constancia de parte de lo debatido en sus aspectos más esenciales.

8. REUNIÓN CONSTITUTIVA: La primera junta de acreedores es denominada la reunión


constitutiva. Según Oscar Torres: “Es aquella que se realiza en virtud de la citación que contiene
el numeral nueve de la sentencia definitiva que declara la quiebra”259. En efecto, el artículo 52 N
° 9 de la Ley N ° 18.175 señala: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 169 del Código de
Procedimiento Civil, la sentencia definitiva que declare la quiebra contendrá, además: 9.- La
indicación precisa del lugar, día y hora en que se celebrará la primera junta de acreedores”

La primera junta de acreedores se realizará en la sede del tribunal o en el lugar ad hoc que
éste hubiera designado, no antes de treinta días ni después de cuarenta días hábiles contados
desde la publicación de la sentencia que declara la quiebra (artículo 105 de la Ley N ° 18.175.

La primera junta de acreedores se constituirá cuando concurran: (a) Dos o más acreedores;
(b) Que representen en conjunto dos tercios del pasivo de la quiebra, a lo menos.

Si no se reuniere el quórum anterior, se dejará constancia de ello y el tribunal practicará una


segunda citación no antes de cinco días ni después de diez días hábiles, indicando el lugar, día,
hora y naturaleza de la reunión, así como la indicación de que se trata de la segunda citación a la
primera junta de acreedores. La notificación se efectuará por aviso y la segunda reunión se
celebrará con los acreedores que asistan (artículo 106 de la Ley N ° 18.175).

La reunión será presidida por el juez y actuará como ministro de fe el secretario del tribunal o
quien hubiere sido designado por dicho magistrado (inciso 1° del artículo 107 de la Ley N °
18.175).

259
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 42-43

284
De lo tratado en la reunión se dejará constancia en un acta que será suscrita por el presidente
y el secretario y que se incorporará en un libro especial que será llevado por el síndico. Copia
autorizada de la misma se agregará a autos (inciso 2° del artículo 107 de la Ley N ° 18.175).

El artículo 108 señala las materias que se tratarán especialmente en la primera junta de
acreedores. Enumeración que no es exhaustiva en razón del N ° 5 de la mencionada norma, que
indica: “En la primera junta se tratará especialmente sobre las siguientes materias: 5.- Cualquier
otro acuerdo necesario para el más adecuado cumplimiento de las funciones que a la junta y al
síndico competen”. De entre los acuerdos que pueden adoptarse en la primera junta de
acreedores y que no encuentran tratados especialmente en el artículo 108 de la Ley N ° 18.175,
se encuentra la adopción del acuerdo tendiente a la continuación efectiva del giro del fallido,
total o parcialmente, en razón del artículo 112 de la Ley N ° 18.175, pues el inciso 1° de dicha
norma indica que el acuerdo en tal sentido, podrá proponerse en cualquier oportunidad.

En la primera junta de acreedores se tratarán especialmente las siguientes materias:

a. Oír la cuenta que debe presentar el síndico provisional sobre el estado preciso de los
negocios del fallido, de su activo y pasivo, y de la labor por él realizada.

Al respecto señala, Oscar Torres: “Esta rendición de cuenta que presenta el síndico en la
primera Junta de Acreedores versa principalmente sobre las primeras diligencias y actuaciones
por él realizadas, al asumir su cargo en el carácter de síndico titular provisional. En efecto,
esencialmente trata sobre la incautación de libros y papeles del fallido, sobre la confección de
inventario de bienes del fallido, si es que los hay, materias todas estas reguladas en los artículos
94 y siguientes de la ley concursal y que son consecuencia y cautela del desasimiento o
desapoderamiento regulado como efecto inmediato de la declaración de quiebras, estatuido en el
artículo 64 de la misma ley. En síntesis, esta rendición de cuenta de parte del síndico provisional
de la quiebra a la primera Junta de Acreedores versa sobre las medidas y efectos inmediatos de
la sentencia declaratoria de quiebra”260.

260
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 44.

285
b. Ratificación del síndico provisional, titular y suplente, o designación de quienes habrán de
reemplazarlos, salvo lo dispuesto en el inciso primero del artículo 109, esto es, lo referente al
síndico a cargo de la realización sumaria de los bienes del activo, según ya se analizará. Los
síndicos titulares y suplentes provisionales continuarán en sus funciones hasta que asuman sus
reemplazantes.

Debemos recordar que la Ley N ° 20.004, modificó el sistema de designación de síndicos,


recayendo exclusivamente en los acreedores con mayores créditos de acuerdo al artículo 42 y 44
de la Ley N ° 18.175. La ratificación de dichos síndicos compete, naturalmente, a los acreedores
reunidos en la primera junta de acreedores.

Ahora bien, si de la cuenta presentada por el síndico en conformidad al artículo 108 N ° 1,


apareciere que el producto probable de la realización del activo de la quiebra no excediera de mil
unidades de fomento, se procederá a la realización sumaria del activo. En este caso, el síndico
provisional pasará a tener el carácter de definitivo, y liquidará el activo en la forma más
conveniente para los intereses de la masa, en un plazo no superior a seis meses (artículo 109
inciso 1° de la Ley N ° 18.175)

Lo anterior no obsta, a la posibilidad de impugnación de la estimación del valor del activo


presentada por el síndico, ya sea por parte del fallido o por cualquiera de los acreedores, lo que
deberá manifestarse en la misma primera junta de acreedores. Debiendo el tribunal fallar la
objeción a más tardar dentro de quinto día, pudiendo oír informe pericial si lo estimare
necesario. En contra de la resolución que se pronuncie sobre el valor probable del activo, no
procederá recurso alguno, no admitiéndose ninguna otra objeción al valor estimado del activo
que lo señalado anteriormente (inciso 2° y 3° del artículo 109 de la Ley N ° 18.175):

c. Acordar lugar, día y hora de las reuniones ordinarias, las que deberán celebrarse, a lo
menos mensualmente; debiendo la primera reunión ordinaria llevarse a cabo entre los treinta y
los cuarenta y cinco días corridos, salvo que la junta y el síndico acuerden otra fecha.

Esta función dice relación con: (i) La fijación de las reuniones ordinarias que deben
celebrarse a lo largo del proceso de quiebras, y (ii) La preparación de la junta de planificación,

286
que es la primera junta de acreedores ordinaria y que tiene por objeto como se verá determinar el
plan de realización del patrimonio desasido del fallido.

d. Designar de entre los acreedores con derecho a voto o sus representantes, un presidente y
un secretario, titular y suplente, para las futuras reuniones. Si concurrieren menos, de cuatro
personas, se procederá solamente a la designación de presidente y secretario titulares.

Como puede verse, a la primera junta de acreedores le competen importantes funciones, no


pudiendo, en cambio, pronunciarse sobre la forma de realización, toda vez que, dicha materia
queda entregada a la junta de planificación, de acuerdo al artículo 110 y siguientes de la Ley N °
18.175. Pero si se puede acordar modificar las normas de realización de bienes del artículo 120 y
siguientes de acuerdo a lo señalado en el artículo 123 de la Ley N ° 18.175, que señala que, en
cualquier tiempo, se podrá adoptar un acuerdo que signifique una forma diferente de realización
de los bienes de la masa y de las modalidades de la misma.

9. JUNTA DE PLANIFICACIÓN: Se denomina así a la primera junta ordinaria de


acreedores.

Se encuentra tratada en el artículo 110 y 111 de la Ley N ° 18.175, en el párrafo 3: “De las
reuniones ordinarias y extraordinarias y de la continuación efectiva del giro del fallido”, del
Título VIII: “De las Juntas de Acreedores”.

La doctrina sostiene que: “La junta que llamamos de planificación tiene por objeto, como su
nombre lo indica, adoptar el plan de realización del patrimonio desasido y la fijación de los
honorarios del síndico privado”261. Sin embargo, la segunda parte de la descripción de lo que es
la junta de planificación no se corresponde con la reforma introducida a la ley de quiebras por la
Ley N ° 20.004, ya que desde ahora el síndico tendrá como honorarios lo que corresponda de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 33 y 34 de la Ley N ° 18.175.

La celebración de esta junta de planificación debe efectuarse entre los treinta y los cuarenta y
cinco días corridos desde la celebración de la primera junta de acreedores, de conformidad a lo
261
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 550.

287
establecido en el artículo 108 N ° 3 y 110 de la Ley N ° 18.175. En efecto, la última de estas
normas señala: “La junta se reunirá ordinariamente en el lugar, día y hora acordados en la
primera reunión”, de lo cual desprendemos el carácter de junta ordinaria de la junta de
planificación.

En esta junta de planificación, el síndico deberá (inciso 1° del artículo 111 de la Ley N °
18.175):

a. Presentar un informe completo;


b. Un programa de realización del activo;
c. Un plan de pago del pasivo de la quiebra, y
d. Una estimación de los gastos de administración de la quiebra.

En lo que se refiere al punto d), los gastos de administración de la quiebra deberán adecuarse
a las instrucciones generales que al respecto dicte la Superintendencia de Quiebras en uso de sus
facultades legales establecidas en el artículo 8 N ° 3 de la Ley N ° 18.175.

Asimismo, en la discusión parlamentaria se señaló respecto de los gastos de la administración


de la quiebra, que ellos: “Dicen relación con publicaciones, incautación, bodegaje, inventario,
transporte, entre otros. Se trata de un conjunto muy flexible y dependiente del tipo de quiebra”262

Si lo estimare apropiado, el síndico, propondrá (inciso 2° del artículo 111 de la Ley N °


18.175):

a. La continuación efectiva del giro total o parcial de las actividades del fallido, y
b. La enajenación de todo o parte del activo como un conjunto o unidad económica.

Según el profesor Puga: “No está de más recordar que el acuerdo a que se arribe en la junta
de planificación es una verdadera norma procesal que obliga tanto a los órganos de la quiebra

262
Boletín N ° 3.180-03. Segundo informe de la comisión de economía, recaído en el proyecto de ley, en
segundo trámite constitucional, que modifica la ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la
transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la
Superintendencia de Quiebras., pp: 60.

288
como a sus partes y que debe agregarse a los autor en cumplimiento del art. 30 del Código de
Procedimiento Civil, pues ha de sujetarse a todas las reglas de las diligencias o actuaciones
judiciales”263. Estamos completamente de acuerdo con dicha opinión.

10. JUNTAS ORDINARIAS DE ACREEDORES: Por la regulación especial que existe


respecto de la primera junta ordinaria de acreedores (reunión o junta de planificación), se suele
distinguir entre la primera junta ordinaria de acreedores (artículo 110 y 111 de la Ley N °
18.175) y las demás juntas ordinarias de acreedores (artículo 116 de la Ley N ° 18.175).

Se ha dicho sobre este tema por el profesor Garrigues, que: “Son Juntas de Acreedores
ordinarias aquellas que se celebran a lo largo del procedimiento de quiebras para conocer la
voluntad de los acreedores sobre los actos fundamentales de la liquidación”264.

La definición anterior tiene el mérito de resaltar la finalidad de las reuniones ordinarias de


acreedores en lo referente al objetivo de liquidación del activo del fallido. Sin embargo, no
resalta el carácter de necesario de estas juntas ordinarias de acreedores, en lo referente a la
obligatoriedad de sus reuniones para poder cumplir sus deberes y ejercer sus facultades.

Las juntas ordinarias de acreedores se deberán celebrar en el lugar, día y hora que se hubiera
acordado en la primera junta de acreedores, de acuerdo a lo señalado en el artículo 108 N ° 3 y
artículo 110 de la Ley N ° 18.175.

Las juntas ordinarias de acreedores deben reunirse a lo menos mensualmente. De manera que
es la ley la que viene a establecer una norma que se impone a lo que los acreedores puedan
pactar, toda vez que, siempre las juntas de acreedores deben celebrarse a lo menos con una
periodicidad de un mes, no pudiendo celebrarse con una periodicidad mayor. Cabe señalar que lo
anterior está establecido de manera que se posibilite el ejercicio de las facultades que la ley
entrega a las juntas de acreedores, como asimismo facilitar el ejercicio de las facultades de
fiscalización que la junta de acreedores debe realizar respecto de las actuaciones del síndico. La
periodicidad de la que venimos hablando nos señala la importancia de la junta de acreedores,

263
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 551.
264
GARRIGUES, JOAQUÍN. Ob. Cit., pp: 514

289
toda vez, si consideramos que el proceso de liquidación que trae aparejado la quiebra puede
tener una duración de unos años, lo que supone teóricamente que la cantidad de juntas ordinarias
va a ser gran cantidad.

Hemos dicho que la celebración de las juntas ordinarias a lo menos una vez al mes, importa
posibilitar el ejercicio de las facultades de control y dirección del síndico, y también facilita la
labor de este último, puesto que al ser un espacio corto de tiempo, importa la necesidad para el
síndico de actuar correctamente so pena de verse en la necesidad de rendir cuenta de su labor a
una junta de acreedores que va a estar presta al ejercicio de sus facultades.

En las juntas ordinarias de acreedores se pueden tratar en general cualquier materia de


competencia de las juntas de acreedores, salvo aquellas que la ley entrega expresamente al
conocimiento de otra clase de reuniones de acreedores, tales como las que, son de competencia
de la primera junta de acreedores (artículo 108 de la Ley N ° 18.175), o las que son de
competencia de la primera junta ordinaria de acreedores (artículo 111 de la Ley N ° 18.175), o
bien las que son de competencia de las juntas extraordinarias de acreedores, siendo la más
importante dentro de estas últimas, la facultad de revocar al síndico, según el artículo 117 inciso
2° de la Ley N ° 18.175.

El artículo 116 de la Ley N ° 18.175 confirma la conclusión anterior al señalar:


“Corresponderá a la junta de acreedores en sus reuniones ordinarias, conocer y pronunciarse
sobre el informe periódico del síndico y sobre las proposiciones que éste le presentare, formular
proposiciones y, en general, adoptar todos los acuerdos que estime pertinente”.

El inciso 2° del artículo 116 señala que por ejemplo, la junta ordinaria de acreedores podrá
designar administrador de la continuación efectiva del giro, establecer la estructura de esa
administración y conferir facultades al administrador de la continuación del giro. Si se designa
como administrador de la continuación efectiva del giro del fallido, al síndico, éste sólo podrá
durar en su cargo por un año, y si la continuación efectiva del giro del fallido excediere ese
plazo, la junta de acreedores deberá nombrar a un administrador distinto del síndico que ejerció
originalmente.

290
A la junta de acreedores ordinaria le corresponde conocer las cuentas mensuales que debe
presentar el administrador de la continuación del giro (inciso 3° del artículo 116 de la Ley N °
18.175).

Al funcionamiento de las juntas ordinarias de acreedores se les aplican todas las normas
señaladas en el párrafo siete de este capítulo.

11. JUNTAS EXTRAORDINARIAS DE ACREEDORES: Las juntas extraordinarias de


acreedores se encuentran reguladas en el artículo 117 a 119 de la Ley N ° 18.175, además de las
normas señaladas para la generalidad de las juntas de acreedores, de acuerdo a lo indicado en el
párrafo siete de este capítulo.

Las juntas extraordinarias de acreedores son todas aquellas cuya convocatoria y objeto son
especiales. Para el profesor Garrigues, son: “Aquellas que se celebran al margen de los actos
fundamentales de la liquidación o sobre algún otro asunto extraordinaria de importancia”265.

El carácter de especial de estas reuniones se deriva de lo señalado en el inciso 1° del artículo


117 de la Ley N ° 18.175, cuando dispone que: “En todo caso, deberá señalarse el objeto preciso
de la reunión y en ella sólo podrán tratarse aquellas materias que hubieren sido objeto de la
convocatoria”.

La junta de acreedores extraordinaria se celebrará cuando así lo decrete de oficio el juez de la


quiebra. Además, el síndico, el Superintendente o los acreedores que representen a lo menos un
cuatro del pasivo de la quiebra con derecho a voto, podrán solicitar al juez la realización de una
junta extraordinaria de acreedores. Además también se celebrará una junta extraordinaria cuando
así se acuerde en una sesión anterior. No indicándose por la ley si la sesión anterior en donde se
acuerde la reunión de la junta extraordinaria debe ser a su vez, reunión extraordinaria o bien, una
junta ordinaria. Como la ley no distingue debemos entender que se puede tratar de cualquiera de
las dos.

265
GARRIGUES, JOAQUIN. Ob. Cit., pp: 49-50.

291
Lo que cabe señalar es que la legitimación activa para la convocatoria de las juntas
extraordinarias le corresponde directamente al juez y a la junta que así lo acuerde, y
indirectamente al síndico, al Superintendente y a los acreedores que representen a lo menos un
cuarto del pasivo de la quiebra con derecho a voto, por cuanto, ellos deberán contar con el
asentimiento del juez de la quiebra para proceder a la convocatoria de la junta extraordinaria de
acreedores.

Como hemos señalado, se debe indicar en la convocatoria el objeto preciso de la reunión y


sólo podrán tratarse aquellas materias que hubieran sido objeto de convocatoria.

La convocatoria a reuniones extraordinarias se efectuará por medio de un aviso publicado en


el Diario Oficial, con a lo menos siete días corridos de anticipación (inciso 1° del artículo 118 de
la Ley N ° 18.175). La citación será hecha por el síndico y deberá, al menos, individualizar la
quiebra y expresar el lugar, día, hora y objeto de la reunión (inciso 2° del artículo 118 de la Ley
N ° 18.175).

De lo tratado en cada reunión se dejará constancia en un libro especial de actas que será
llevado por el síndico. Las actas serán suscritas por el presidente, el secretario y el o los
acreedores designados en la respectiva sesión. Copia de ellas, autorizada por el secretario se
agregará a los autos dentro de tercero día y se entregará a los acreedores cuando lo soliciten
(artículo 119 de la Ley N ° 18.175).

La materia más importante de competencia de las juntas extraordinarias de acreedores es la


revocación del síndico, la cual puede realizarse sin expresar causa o motivos. Ahora bien, sólo
en reuniones extraordinarias y por la mayoría absoluta del pasivo con derecho a voto podrá
acordarse la revocación del síndico. Para proceder a la designación de un nuevo síndico se dará
aplicación a lo señalado en el artículo 106 de la Ley N ° 18.175 (artículo 117 inciso 2° de la Ley
N ° 18.175)

12. LOS ACUERDOS DE LA JUNTA DE ACREEDORES: La ley regula la actividad de las


juntas de acreedores en el título VIII de la Ley N ° 18.175 entre los artículos 101 a 119. La

292
actividad de las juntas de acreedores, es como la actividad de todos los órganos de la quiebra,
regida por el principio de legalidad.

El objetivo de las reuniones ordinarias o extraordinarias es la obtención de ciertos y


determinados consensos regidos por el principio de mayoría y manifestado en los distintos
quórum que es necesario alcanzar para poder resolver las materias que son sometidas a cada
reunión de acreedores. De manera tal que la forma en que la junta de acreedores expresa su
voluntad es por medio de ciertos acuerdos respecto a cada tema sometido a deliberación en el
seno de las respectivas juntas.

El artículo 27 N ° 22, nos señala: “El síndico representa los intereses generales de los
acreedores, en lo concerniente a la quiebra, y representa también los derechos del fallido, en
cuanto puedan interesar a la masa, sin perjuicio de las facultades de aquéllos y de éste
determinadas por la ley: 22.- Ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por la junta de
acreedores dentro del ámbito de su competencia”

La antedicha norma nos entrega dos elementos esenciales que deben concurrir en los
acuerdos que se adopten en el seno de las reuniones ordinarias o extraordinarias de acreedores.
Dichos elementos son: (a) Deben ser legalmente adoptados, y (b) Deben ser adoptados dentro
del ámbito de la competencia que la ley les entrega.

Veremos en el párrafo siguiente lo referente a la impugnación de los acuerdos de las juntas de


acreedores, sin embargo, es necesario señalar que ambos elementos que deben concurrir en los
acuerdos de las juntas de acreedores se derivan de la necesidad de ejecución o cumplimiento de
los mismos. Lo anterior derivado de que las juntas de acreedores no efectúan labores de
administración propiamente tales, sino que adoptan acuerdos a ser cumplidos por el síndico,
quien debe ejecutarlos en la medida que sé de cumplimiento a los puntos anteriormente
señalados y que implican el respeto por la regulación legal, como también el respeto por las
esferas de competencia de los otros órganos de la quiebra, la cual no puede ser afectada por los
acuerdos de las reuniones de acreedores sin que con ello no se produzca una interferencia no
permitida de atribuciones o facultades.

293
Lo señalado hasta el momento lleva a la consecuencia de que los acuerdos de las juntas de
acreedores deben cumplir requisitos formales como de fondo.

Los requisitos de forma, son aquellos señalados por la ley y que se refieren a la manera en
como debería expresarse la voluntad de las juntas de acreedores sin que con ello se genere una
sanción de ineficacia y sean por lo tanto susceptible de impugnación. En consecuencia, todo lo
relacionado con el procedimiento para poder alcanzar el acuerdo se refiere a los requisitos de
forma, tales como, quórum de constitución de juntas, quórum necesario para alcanzar acuerdos,
modos de recuento de votos, formalidades de citación, protocolización de reuniones y
levantamiento de actas.

Los requisitos de fondo se refieren al punto b, anteriormente indicado, esto es, las juntas de
acreedores deben actuar en el ámbito de su competencia exclusiva, tanto respecto de los otros
órganos de la quiebra, como también respecto de las facultades que se le conceden a las demás
juntas de acreedores, esto es, la regulación legal entrega en ciertos casos, como en el artículo 108
de la Ley N ° 18.175, determinadas facultades a una clase específica de junta de acreedores, de
suerte que es a aquella junta la que en exclusiva le compete el conocimiento y resolución de las
potestades que la ley le ha entregado.

Muchas veces, incluso, la ley ni siquiera entrega determinadas facultades a una específica
junta, sin embargo, ello no obsta a que se limite el ámbito de competencia de la misma, por
medio de la indicación en la citación del objeto de la celebración de la respectiva junta de
acreedores. Es lo que sucede en el caso de las juntas extraordinarias de acreedores, en donde sólo
podrán tratarse aquellas materias indicadas en la respectiva citación, en conformidad al inciso 1°
del artículo 117 de la Ley N ° 18.175.

Ahora bien, etimológicamente la palabra acuerdo significa, una resolución que se toma en los
Tribunales, comunidades o juntas. Y en un sentido técnico jurídico significa: “resolución dictada
por un cuerpo colegiado que tiene la competencia y el imperio de hacerla cumplir”266

266
GUZMÁN, ROBERTO. Repertorio de Conceptos de Derecho Procesal Civil., pp: 53 EN: TORRES
ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 35.

294
Ambas definiciones dan cuenta del carácter colegiado de los órganos que adoptan acuerdos,
lo cuál es claro por cuanto las personas que actúan individualmente no necesitan manifestar su
voluntad por medio de acuerdos, toda vez que la decisión para realizar ciertos actos no emana de
la deliberación con otros ni de la necesidad de formalizar cierto consenso, sino que simplemente
se actúa previa determinación racional. Con todo, lo natural será que en las juntas de acreedores
actúen varios acreedores, sin embargo, del artículo 40 de la Ley N ° 18.175 se desprende que
bien puede el deudor ser declarado en quiebra teniendo un solo acreedor. Devengando en
consecuencia el acuerdo adoptado en la junta de acreedores, como un acuerdo naturalmente
colegiado, no siendo de la esencia el carácter colectivo del mismo.

Por lo anterior resulta correcto, lo que señala Oscar Torres, cuando define lo que entiende por
los acuerdos adoptados en las juntas de acreedores: “Entendemos por acuerdo de la Junta de
Acreedores, aquellas resoluciones que tienen por objeto manifestar la voluntad de la Junta de
Acreedores, adoptadas en la forma y en las materias de su competencia”267

Es correcta la definición por cuanto no incorpora la necesidad de que el acuerdo sea adoptado
por la generalidad de los acreedores.

Ahora bien, los acuerdos que adopta la junta de acreedores, son actos jurídicos. Sobre el tema
existe consenso en la doctrina268. Por lo mismo, podemos señalar que los acuerdos de las juntas
de acreedores constituyen: “Manifestación de voluntad hecha con el propósito de crear,
modificar o extinguir derechos, y que producen los efectos queridos por su autor o por las partes
porque el derecho sanciona dicha manifestación de voluntad”269

Por lo anterior podemos señalar que la naturaleza jurídica de los acuerdos adoptados por la
junta de acreedores, es la de ser actos jurídicos. Pues se expresan con el objeto de lograr
determinados consensos, que constituyen objetivos permitidos por la ley siempre que la

267
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 35.
268
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 346; TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 35, y SATTA,
SALVATORE. Ob. Cit., pp: 137-138.
269
VIAL DEL RIO, VICTOR, Teoría General del Acto Jurídico. 1998. Tercera Edición. Ediciones
Universidad Católica de Chile. Facultad de Derecho. Santiago, Chile., pp: 31.

295
manifestación se haga respetando el ordenamiento jurídico y en el marco de competencia del
órgano que los dicta (las juntas de acreedores).

Lo que no podemos compartir es que se señale por Oscar Torres que: “Sostenemos, en
consecuencia, que la naturaleza jurídica de los acuerdos de la Junta de Acreedores es la de actos
jurídicos colegiados”270 sobre la base de que la Junta de Acreedores es un órgano siempre
colectivo, situación que nosotros ya hemos aclarado anteriormente, señalando que sólo se trata
de un elemento de la naturaleza, más no esencial.

Nos falta completar el análisis de la naturaleza jurídica de los acuerdos adoptados en el seno
de las juntas de acreedores en el sentido de sí son actos jurídicos procesales o bien, actos
jurídicos asimilables a los actos y contratos regidos por el derecho común. El estudio de dicha
discusión dice directa relación con la impugnación de los acuerdos de las juntas de acreedores, y
por lo tanto, lo revisaremos en el párrafo siguiente.

13. IMPUGNACIÓN DE LOS ACUERDOS DE LAS JUNTAS DE ACREEDORES: Sobre


este tema existe poco escrito en la doctrina, sin embargo es posible constatar la existencia de dos
posiciones, cada una con su claro exponente. Por una parte, Oscar Torres sostiene que los
acuerdos de las juntas de acreedores son asimilables a los actos o contratos regulados en el
derecho común. Por otro lado, Juan Esteban Puga, para quien los acuerdos adoptados por la junta
de acreedores son actos jurídicos procesales.

Pasaremos a revisar una y otra posición doctrina. Señalando que existen razones fuertes para
sostener una y otra.

a. Los acuerdos de las reuniones de acreedores son actos jurídicos como los actos o contratos
tratados en la legislación común271: Para Oscar Torres, los acuerdos de las juntas de acreedores
como actos jurídicos deben cumplir, para que sean válidos, con requisitos de existencia, y con
requisitos de validez. Las condiciones de existencia son necesarios para que el acto nazca a la
vida jurídica y está constituido por la voluntad, objeto, causa y solemnidades. Por su parte, los

270
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 36.
271
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 40-42.

296
requisitos o condiciones de validez, se requieren para que el acto produzca los efectos que le son
inherentes, a saber: la voluntad libre de vicios, capacidad de las partes, objeto y causa lícitos.

Para el caso de omitirse alguno de los requisitos o condiciones de existencia en la formación


del acuerdo, éste adolecería de la ineficacia jurídica consistente en la inexistencia del acto, lo
que supondría que se trataría de un acto que no reúne los requisitos o elementos que suponen su
objeto y esencia y que por lo tanto es imposible concebirlo.

Para el caso de omitirse un requisito de validez, dependiendo de la naturaleza del acuerdo


respectivo, se sancionaría con la nulidad.

Ahora bien, respecto de la impugnación de los acuerdos de las juntas de acreedores, la Ley N
° 18.175, no contiene disposición alguna que se refiera al procedimiento y a las causales que
habilitan a impetrar las sanciones de ineficacia de los acuerdos de las juntas de acreedores en el
evento que contengan un vicio de existencia o de validez. Situación diferente existía durante la
vigencia del Código de Procedimiento Civil, con anterioridad a la Ley N ° 4.558 de 1931,
cuando regulaba lo referente a la cesión de bienes y el concurso de los acreedores en forma
paralela al Código de Comercio, en donde se señalaba en el artículo 650 que las impugnaciones
a los acuerdos de la junta: “se substanciará por los trámites establecidos para los incidentes”.

Por lo tanto, salvo aquellos casos que la ley regula la posibilidad de impugnación de ciertos
acuerdos272, los principios de derecho común o general deberían regular lo referente a la
impugnación de los acuerdos adoptados por las juntas de acreedores.

De tal manera que, si una junta cualquiera adopta un acuerdo en que falta o se omite un
requisito exigido en consideración a su naturaleza o especie de acuerdo, se adolecería de la
nulidad absoluta, en conformidad a lo señalado en los artículos 1681 y siguientes del Código
Civil, y de acuerdo a lo contemplado en la norma transgredida de la ley concursal. Eventos como
los que se encuadrarían en lo anterior, sería por ejemplo, no lograr quórum necesario para
sesionar o adoptar determinados acuerdos.

272
Como por ejemplo, en el caso del artículo 36 de la Ley N º 18.175.

297
Si la junta de acreedores, adopta un acuerdo en que falta o se omite un requisito exigido por
la ley en consideración a la calidad o estado de las partes, dicho acto adolecería de nulidad
relativa, de acuerdo a las normas generales sobre dicha nulidad contempladas en el Código Civil.
Ocurrencias como las señaladas serían como las de formar quórum de aprobación de ciertos
acuerdos por medio de la votación de créditos no aceptados a votar o sin derecho a voto en
conformidad al artículo 102 de la Ley N ° 18.175.

Para esta posición, la aplicación de las reglas generales de derecho común también se
aplicarían en lo referente a los titulares de las acciones de nulidad. Por lo que resultaría aplicable
el artículo 1682 del Código Civil referente a la nulidad absoluta y el artículo 1684 del Código
Civil en lo relativo a la nulidad relativa. El sujeto pasivo de estas acciones es el órgano que
adoptó el acuerdo y que por medio de él expresó su voluntad, esto es, la junta de acreedores. Por
ejemplo, se señala que especialmente pueden ser titulares de una acción de nulidad para
impugnar un acuerdo, el fallido, como asimismo, los acreedores que no hubieran concurrido a la
celebración de la junta en que se adoptó el acuerdo nulo. También, estaría legitimado el Síndico,
actuando en representación de los intereses generales de los acreedores como en interés de los
derechos del fallido, en conformidad al artículo 27 inciso 1° de la Ley N ° 18.175.

En el caso de la nulidad absoluta, el juez que conoce de la quiebra, podrá declararla de oficio
cuando aparece de manifiesto en el acuerdo respectivo, en conformidad al artículo 1683 del
Código Civil.

Para esta posición, la tramitación de estas impugnaciones debe resolverse por la vía de la
integración de normas de la Ley N ° 18.175. Así, en virtud de la vis attractiva que ejerce el
tribunal que conoce de la quiebra, éste debería conocer y resolver las impugnaciones que se
deduzcan. Como también, por aplicación del artículo 5 de la Ley N ° 18.175, las mismas
deberían tramitarse por medio de incidentes y en la forma señalada en dicha norma.

b. Los acuerdos adoptados en las juntas de acreedores constituyen actos jurídicos


procesales273: Para Juan Esteban Puga, la junta de acreedores como órgano procesal, es un
instituto procesal auxiliar de la administración de justicia, y como tal se ajusta en su actuación a
273
PUGA, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 546-548.

298
las normas de derecho público y no a las normas o reglas de derecho común de derecho privado.
Hemos señalado que los órganos de la quiebra, y la junta de acreedores es uno de ellos, realizan
funciones públicas, por lo cuál tiene sentido lo indicado por el profesor Puga.

Asimismo, la junta de acreedores no celebra actos o contratos, sino que, naturalmente, adopta
acuerdos. La función de celebrar actos o contratos, según Puga, corresponde según la ley al
tribunal o al síndico según el caso. Agrega que las decisiones de la junta no son resoluciones
judiciales, atributo exclusivo de los tribunales de justicia. La junta sólo fija las directrices
generales de los actos y contratos que celebra el síndico y que no obligan a la junta, sino que al
deudor fallido, quien sigue manteniendo propiedad sobre los bienes desasidos por la sentencia
que declara la quiebra, de suerte que todos los actos de disposición que se celebran durante la
quiebra se hacen en representación del fallido, que es dueño de dicha unidad y no en
representación de la junta que no tiene patrimonio sobre el cuál afectar los resultados de los
actos o contratos celebrados.

Agrega, que la junta de acreedores es depositaria de la facultad de disposición de los bienes


desapoderados por efecto de la ley y no de un mandato ni siquiera presunto de parte del deudor.
Las facultades de la junta de acreedores emanan de la ley.

Por lo tanto, los acuerdos son actos jurídicos procesales, impugnables por la vía de la nulidad
o de la inoponibilidad procesal y en limine lities, o sea, al comienzo del proceso. Se produciría
así una nulidad de derecho público de carácter procesal.

De los principios generales de los actos jurídicos procesales se deriva, entonces, que la
impugnación solo puede verificarse estando vigente el proceso de quiebras, confundiéndose las
normas de la nulidad de derecho público procesal con las normas de la nulidad procesal,
debiendo alegarse incidentalmente y dentro del plazo legal. El profesor Puga, agrega que la
confusión anterior de normas opera: “(…) Salvo que las nulidades sean subsumibles en aquellas
definidas en el artículo 84 del C.P.C, y debe seguirse un perjuicio de dicho acto solo subsanable
por la declaración de nulidad”. Por lo que operaría el principio general del carácter subsidiario
de la declaración de nulidad.

299
De seguirse esta posición, el sustento de la nulidad o inoponibilidad alegada sería procesal y
por lo tanto, el derecho de alegarla precluiría con la cláusula de la quiebra, sea por medio de un
convenio o sobreseimiento. En cambio, de seguirse la primera posición doctrinal, la alegación de
impugnación en razón de inexistencia o falta de validez de los elementos de la esencia del acto o
contrato en cuestión, deberían ser analizados desde la óptica de las acciones de derecho común y
desde la perspectiva de la prescripción, por lo que se regiría por las normas comunes atendida la
naturaleza del acto o contrato, con la consecuente posibilidad de impugnación de acuerdos post
concurso.

Con todo lo anterior, creo que la segunda posición resulta más convincente:

(a) En primer lugar, hemos señalado el carácter procesal de las actuaciones de la


junta de acreedores, lo que deriva que sea un órgano de la quiebra fundamentalmente
procesal en el ejercicio de sus funciones. Satta lo expresa, señalado que los acreedores:
“Ellos son destinatarios, si así puede decirse, del proceso, esto es, los titulares de los
intereses de cuya satisfacción se trata. Por eso tienen un poder de injerencia y de controlador
en la administración de la quiebra, sea a través de un órgano especial, que es la comisión de
acreedores (para nosotros la junta de acreedores)”274. Toda la actuación de la junta de
acreedores implica la realización de funciones y cumplimientos de deberes inserto en el
proceso de quiebras. Naturalmente, entonces, sus actos son actos jurídicos procesales,
entendiendo por tales, aquellos que manifiestan una voluntad con el objeto de crear,
modificar o extinguir derechos o obligaciones en el marco de algún proceso, en este caso, en
el contexto del proceso de quiebras.
(b) Efectivamente la junta de acreedores no celebra actos o contratos, sino que ello
es realizado fundamentalmente por el síndico. De manera que la junta de acreedores fija los
parámetros de aquellos actos o contratos que en definitiva celebra y ejecuta el órgano de
administración. Lo anterior tiene fuente legal, en el artículo 27 N ° 11, que dispone: “El
síndico representa los intereses generales de los acreedores, en lo concerniente a la quiebra,
y representa también los derechos del fallido, en cuanto puedan interesar a la masa, sin
perjuicio de las facultades de aquéllos y de éste determinadas por la ley: 11.- Celebrar
compromisos o transacciones previo acuerdo de la junta de acreedores”. Resulta meridiano
274
SATTA, SALVATORE. Ob. Cit., pp: 48-49.

300
entonces que, la junta adopta acuerdos y el síndico los ejecuta celebrando aquellos
compromisos o transacciones que la junta decidió que se celebraran por medio de un
acuerdo en tal sentido. El acuerdo le compete a la junta de acreedores, la celebración de los
actos o contratos a que se refiera el acuerdo le corresponde al síndico. En términos
generales, lo anterior se encuentra confirmado por el artículo 22 N ° 22 de la Ley N °
18.175, al cual ya hemos hecho referencia anteriormente.
(c) Por último, el objetivo de la quiebra en cuanto a la realización de los bienes y el
establecimiento de mecanismos de cláusula de la quiebra deben ser elementos de juicio
suficientes para llegar a la conclusión que la posibilidad de impugnación de los acuerdos
sólo puede realizarse mientras la quiebra se encuentre vigente y no una vez terminada. Lo
anterior puede llevar al absurdo que aplicándose los plazos de prescripción de derecho
común se intente una acción de nulidad absoluta sobre un acuerdo fundamental para la
realización de los bienes del activo de la quiebra, que pueda producir retrotraer todo a un
estadio anterior al de cláusula de la quiebra, afectando la destinación actual de los bienes de
la quiebra o incluso ejerciéndose dicha impugnación sobre un acuerdo que se refiera a
liquidación de activos que ya no existan.

14. CONCLUSIONES: Del análisis que he realizado de la Junta de Acreedores puedo sacar
las siguientes conclusiones:

a. Algunas legislaciones modernas como la española, no le otorgan mayor importancia a la


junta de acreedores. Las consideraciones privatistas en dicha legislación han sido dejadas de lado
en aras de profesionalizar la administración de justicia en materia concursal. Sin embargo, la
mayor crítica que se ha realizado históricamente a la junta de acreedores en cuanto órgano, es lo
referente a que se señala que se trata de un: “órgano pesado”275. Esto es, la estructura propia de
la junta de acreedores hace que no tenga una operatividad deseada, en el sentido que su
funcionamiento implica la realización de importantes gastos y costos para la misma quiebra. La
convocatoria, la posibilidad de que no se realicen las juntas por falta de quórum de convocatoria,
la deliberación y la necesidad de los acuerdos suponen costos económicos y de tiempo, que
muchas veces bien se pueden suplir entregando algunas facultades que le corresponden a la junta
de acreedores a otros órganos de la quiebra. Asimismo, la práctica nos indica que las junta de
275
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 100.

301
acreedores es un órgano que no tiene la participación que teóricamente deberían tener. Esto es,
son pocas las juntas de acreedores que se realizan.

Lo anterior es una constatación de hecho que debe seguir de guía al legislador al momento de
regular la quiebra. Debe evitarse, por lo mismo, la duplicidad de funciones con otros órganos de
la quiebra, más si los demás órganos de la quiebra se encuentran en mejores condiciones
relativas en cuanto a eficiencia en la utilización del tiempo y los recursos.

Sin embargo, no debemos olvidarnos que detrás de la regulación de la quiebra existe cierta
cuota de intereses dogmáticos que escapan al nivel de eficiencia con que debería ser encarada la
normativa.

Con todo, creo que la ley de quiebras en lo que se refiere a la junta de acreedores ha realizado
importantes avances en lograr un cierto grado de eficiencia en el sentido que hemos venido
comentando. Aún así, existen ciertas normas que no se dirigen en un sentido correcto, en los
términos planteados. Estas regulaciones, que esperamos sean modificadas, son las siguientes:

a.1 Artículo 8 N ° 2, en cuanto a la posibilidad de que se adopte un acuerdo en junta de


acreedores tendiente a solicitar al juez de la quiebra la realización de auditorias en los términos
que la norma señala. El quórum para adoptar dicho acuerdo es de a lo menos el diez por ciento
del pasivo de la quiebra con derecho a voto. Sin embargo, la misma norma posibilita que los
acreedores cuyos créditos representen a lo menos el diez por ciento del pasivo de la quiebra con
derecho a voto, también puedan solicitar de la misma forma, la realización de tales auditorias. Lo
anterior constituye una duplicidad de funciones innecesaria, toda vez que, da lo mismo una y
otra alternativa, siendo mucho menos costosa en cuanto a recursos y tiempo, la segunda, no
viéndose razones suficientes para incorporar como facultad de la junta de acreedores la potestad
anteriormente señalada, más aún si en definitiva va a queda al criterio del tribunal la realización
de las auditorias propuestas. En el mismo sentido, no se la razón por la cual la designación de los
auditores la efectúe la junta de acreedores en sesión extraordinaria, considerando las escasas
reuniones que celebra y considerando que lo importante es la necesidad de que los auditores
revistan la calidad de idóneos, no siendo trascendente quien los designe. Por lo mismo, esta
designación debería recaer en el tribunal de la quiebra o en el síndico.

302
a.2 En lo que se refiere al quórum de aprobación del acuerdo tendiente a la continuación
efectiva del giro del fallido. Uno de los aspectos deficitarios en materia de junta de acreedores y
que ha sido señalado por estudios del Banco Mundial, es que normalmente las legislaciones
exigen quórum muy altos para la adopción de ciertos acuerdos. Muchas veces lo anterior,
imposibilita en la práctica dichos acuerdos, por más que se establezcan mecanismos subsidiarios
para alcanzarlos, tales como, pagar o asegurar el pago satisfactoriamente a aquellos acreedores
que no están por alcanzar el acuerdo (artículo 112 inciso 3° y 4° de la Ley N ° 18.175). Ahora
bien, la continuación de la empresa en funcionamiento y con ello, evitar la enajenación parcial
de los bienes del activo de la quiebra, constituye un incentivo suficiente al legislador para que
opte decididamente por establecer normas que faciliten la adopción de acuerdos en el sentido
que hemos comentado. Reducir el quórum de aprobación para acordar la continuación efectiva
del giro del fallido, de a lo menos dos tercios del pasivo de la quiebra con derecho a voto, podría
permitir la eliminación de aquellos mecanismos subsidiarios que bien pueden no resultar
satisfactorios, toda vez que se pueden originar incidentes de discusión sobre monto de la cuota a
pagar a los acreedores, plazo para el pago y garantías276.

b. Si bien es cierto que la Ley N ° 18.175, ha tenido importantes avances en técnica


legislativa y en regulación del mercado corporativo de la quiebra, no deja de ser menos cierto
que, existen ciertas normas que llaman a la reflexión en cuanto a la desaprobación que pueden
ocasionar, o bien, que claramente constituyen deficientes regulaciones legales. Ejemplos típicos
de dichas situaciones, son las siguientes.

276
Situación similar ocurre con el quórum para poder adoptar el acuerdo tendiente a la contratación por el
síndico de personas naturales o jurídicas para que efectúen actividades especializadas debidamente
calificadas por la junta de acreedores. El quórum de aprobación del acuerdo es a lo menos dos tercios del
pasivo de la quiebra, lo que es demasiado alto y puede impedir en la práctica la obtención de dichos
quórum. Lo anterior se complica si consideramos que no existen mecanismos subsidiarios que permitan
alcanzarlos (artículo 36 de la Ley N ° 18.175). Una solución podría ser que la contratación de tales
personas se dejará entregada al síndico, estableciendo ciertas normas de inhabilidades, como las
contempladas actualmente, de manera de limitar por la vía de la transparencia la posibilidad de contratar a
ciertas personas, debiendo el síndico dar cuenta a la junta ordinaria de accionistas. Pero pudiendo objetar
dichas contrataciones, el fallido y los acreedores individuales que reúnan un cierto porcentaje de
participación en el pasivo de la quiebra.

303
b.1 El artículo 28 y el artículo 22 N ° 3 de la Ley N ° 18.175, podrían tener una mejor
redacción, toda vez que, la primera de estas normas regula la posibilidad del síndico de delegar
funciones en mandatarios que se encuentren incorporados a la nómina nacional de síndicos,
señalando que de la designación y aceptación se dará cuenta en la próxima reunión de la junta de
acreedores. Sin embargo, la segunda de las normas mencionadas, establece que la delegación
parcial de funciones establecida en el artículo 28 de la Ley N ° 18.175, debe ser conocida y
aprobada en la siguiente junta de acreedores. No resulta lógico que por una parte se indique que
la delegación debe ser dada a conocer a la junta de acreedores, y por otra, se señale la necesidad
de aprobación de dicha delegación. Es necesario refundir ambas normas y aclarar el sentido de
las mismas.

b.2 El artículo 33 y 34 de la Ley N ° 18.175, incorporadas como consecuencia de la


modificación que introdujo en dicha ley la Ley N ° 20.004, constituyen un importante avance en
el logro de una mayor transparencia en lo que se refiere a los honorarios de los síndicos y los
gastos que él deba incurrir en poder actuar en la quiebra y contratar a sus trabajadores y asesores.
Se establece, una escala progresiva que establece con parámetros ciertos y objetivos que es lo
que en definitiva recibirá el síndico como remuneración. Sin embargo el inciso 5° y 6° del
artículo 34, posibilita que algunos acreedores acuerden a su costa pagar una remuneración mayor
al síndico. Lo anterior, si bien se enmarca en la libertad de actuación de los acreedores y se
posibilitan dichos acuerdos por medio de una junta de acreedores con lo cual se da publicidad a
lo que allí se establezca, no resulta sano para el sistema si es que se le quiere dotar de una mayor
transparencia, toda vez que, el síndico podría tender a ser más benevolente con dichos
acreedores. Además, estos acuerdos lo van a poder acordar sólo aquellos acreedores con una
cierta condición económica. Hubiera sido conveniente establecer un honorario único para el
síndico, que recompense justamente su labor de acuerdo a los repartos que realice y que de
mayor confianza a todos los acreedores intervinientes.

c. Quisiera, para finalizar, señalar que la Ley N ° 20.004, aportó normas que son un
verdadero avance al sistema concursal en general. En lo que respecta a la junta de acreedores,
quiero destacar un avance en particular. Que se refiere al aumento de los acreedores que pueden
ser admitidos a votar en el seno de la junta de acreedores, de acuerdo a lo establecido en el
artículo 102 incisos 2 ° y siguientes de la Ley N ° 18.175.

304
Resulta correcto que la ley posibilite que en una audiencia se acuerde que los acreedores
cuyos créditos estén impugnados puedan de todas formas ser aceptados a votar entretanto se
analiza la impugnación. Lo anterior resulta coherente con el sistema en general, ya que, una
cantidad mayor de acreedores pueden votar en aquellas materias que los quórum de aprobación
son altos, siendo posible lograr los niveles de aprobación requeridos.

Además se soluciona el problema práctico que podría suscitarse derivado de la existencia de


un solo acreedor en la quiebra, cuando su crédito se encuentre impugnado. La normativa
anterior, no resolvía el problema, planteándose la duda sobre si la quiebra se paralizaría o no, en
cambio, con la nueva regulación, se daría la posibilidad de que la quiebra no se paralizaría, como
tampoco, el funcionamiento de la junta de acreedores, toda vez que, dicho acreedor podría ser
aceptado a votar mientras se resuelve en definitiva la impugnación que se haya deducido en
contra de su crédito.

305
CAPITULO VI
LOS SÍNDICOS DE QUIEBRAS

LOS SÍNDICOS DE QUIEBRA

1. GENERALIDADES: Los síndicos de quiebras constituyen un órgano administrador y


especial de las quiebras. Su función de órgano administrador de los bienes que componen el
activo de la quiebra nace en virtud del desasimiento que opera sobre el patrimonio concursado
del fallido. En efecto, de acuerdo al artículo 64 inciso 1° y 2° de la Ley N ° 18.175:
“Pronunciada la declaración de quiebra, el fallido queda inhibido de pleno derecho de la
administración de todos sus bienes presentes, salvo aquellos que sean inembargables. El
desasimiento no transfiere la propiedad de los bienes del fallido a sus acreedores, sino sólo la
facultad de disponer de ellos y de sus frutos hasta pagarse de sus créditos”.

La norma transcrita es clara en señalar que el patrimonio desasido no es lo mismo que el


patrimonio del fallido, ya que el patrimonio desasido o concursado excluye ciertos bienes de la
quiebra. En este sentido, los bienes inembargables no conformarán el activo de la quiebra sujeto
a la administración del síndico. La determinación de aquello sobre lo cual el síndico podrá
ejercer sus facultades (conjunto de bienes que constituye la masa activa de la quiebra) es
importante a efectos de precisar qué es lo que se encuentra sujeto a la administración por el
síndico, y por consiguiente, que bienes están destinados a la satisfacción de los acreedores, y que

306
bienes se mantienen bajo la disposición del deudor y que por lo tanto escapan de la ejecución
implícita de la quiebra.

Hemos señalado en el Capítulo I de esta tesis que existen diferencias entre la ejecución
individual y la ejecución colectiva que implicaría la quiebra. Pues bien, los términos en que se
expresa dicha diferencia son relevantes para poder explicar la existencia del síndico como un
ente administrador que deviene en necesario en el marco del proceso de quiebras. Satta expresa
estas ideas de la siguiente forma: “La ejecución singular, dominada como está por la acción
ejecutiva del acreedor, en virtud de la cual bienes determinados son aprehendidos, vendidos y el
producto es dividido ente los derechohabientes, no tiene necesidad de un órgano que se
interponga, por decir así, entre el oficio y el deudor ejecutado, y efectúe todos los actos que son
necesarios para realizar la satisfacción de los acreedores. Sustraído a la disponibilidad del deudor
el bien objeto de la ejecución, el oficio, como órgano jurisdiccional, tiene el poder originario de
producir todas las modificaciones necesarias para cumplir su misión, modificaciones, por lo
demás, que están señaladas por el orden del proceso, y no comportan esencialmente actividades
de administración, sino solamente disposición respecto del bien que se debe ejecutar. Pero la
ejecución colectiva, abrazando todos los bienes del deudor, cuya administración y disponibilidad
él pierde, pone frente al oficio ejecutivo, no bienes singulares determinados, ni tampoco todos
los bienes del deudor individualmente considerados, sino un patrimonio. Ahora bien, un
patrimonio es un conjunto de derechos, obligaciones, de relaciones activas y pasivas, y como tal
no puede evidentemente ser objeto de una simple disposición como la que se desarrolla en la
ejecución singular. Destinar un patrimonio a la satisfacción de los acreedores significa e implica
querer y deber obtener de él los medios para tal satisfacción; Pero esto no se puede hacer sino a
través de toda una actividad de carácter negocial, dirigida a la liquidación de las relaciones y, en
cuanto sea necesario, también a la constitución de nuevas relaciones. Es, idealmente, la misma
actividad que el deudor podría y debería desarrollar, si voluntariamente decidiese proceder a
apaciguar con su patrimonio a sus acreedores. Puesto que el deudor ya no puede disponer ni
administrar sus bienes, es preciso un órgano que lo sustituya. El oficio judicial es el menos
adecuado para ejercitar esta función; de allí, el interponerse, entre él y el deudor, el curador277,

277
El síndico privado de quiebras debe entenderse en la legislación nacional como el curador al que hace
referencia Satta, en el contexto de la ley italiana.

307
que es justamente, en la quiebra, el órgano de la acción y de la voluntad, así como el juez
delegado es el órgano de la dirección y del contralor”278

Como puede apreciarse, la administración de la que es dotado el síndico es originaria, toda


vez que es la ley la que instituye la sustitución del síndico al fallido respecto de los bienes que
componen el activo de la quiebra (Artículo 64 de la Ley N ° 18.175). Asimismo, la justificación
de la substitución radica en la búsqueda de la satisfacción de los acreedores, para la cual ha sido
declarada la quiebra del fallido.

Por lo tanto, la quiebra da lugar a una actividad instrumental de administración, tendiente al


pago de los acreedores, que subroga en su fin y hace innecesaria la existencia de acciones
ejecutivas singulares tendientes a obtener la satisfacción del crédito de los sujetos activos, de allí
la necesidad de que la quiebra produzca como efecto inmediato a su declaración, la suspensión
de las acciones individuales de los acreedores (Artículo 71 de la Ley N ° 18.175)279

Podemos concluir señalando que, el síndico privado de quiebras es el órgano ejecutor de la


quiebra en quien se radican e instituyen de pleno derecho, una vez declarada la quiebra del
deudor, las potestades, deberes y facultades de administrar los bienes desasidos del fallido. Le
compete, conjuntamente, proceder a la liquidación y realización de dichos bienes, procediendo
en conformidad a la ley y a los acuerdos adoptados legalmente por la Junta de Acreedores
(Artículo 27 N ° 22 de la Ley N ° 18.175) a efectos de hacer el pago de los créditos reconocidos,
en la forma y orden de preferencia establecido por la ley, cumpliendo las cargas y deberes que la
legislación le imponen, fundamentalmente rendir cuenta de su labor a los acreedores y cumplir
en el ejercicio de su cometido con el principio de legalidad.

278
SATTA, SALVATORE. Instituciones del Derecho de Quiebras. 1951. traducción y notas de derecho
argentino por Rodolfo Fontanarrosa. Ediciones Jurídicas Euro-América. Buenos Aires, Argentina., pp:
124-126.
279
En el mismo sentido se expresa José Ramírez citado por Oscar Torres, cuando señala: “Los síndicos,
pues, constituyen un órgano de la quiebra, el órgano fundamental indudablemente, puesto que asumen
definitivamente el poder de administración, y aún de disposición, a los fines de satisfacer a los acreedores
sobre los bienes del quebrado, privado como fue éste de aquella administración y disposición por la
sentencia declaratoria de quiebra”. RAMÍREZ, JOSÉ. Derecho Concursal Español.1998. 2ª Edición.
Editorial Bosch. Barcelona. EN: TORRES ZAGAL, OSCAR. Los Órganos de la Quiebra.1993. Editorial
Conosur. Santiago, Chile., pp: 60.

308
2. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS SÍNDICOS: Cuando hablamos de la naturaleza
jurídica de los síndicos lo que buscamos es determinar la categoría jurídica general a la que el
síndico pertenece, esto es, la calificación del síndico dentro del cuadro común de figuras
jurídicas que el derecho conoce. Es frecuente en la filosofía jurídica que se distinga entre esencia
y naturaleza de una institución o ente jurídico. Lo esencial y lo de la naturaleza son conceptos
que en estricto sentido lógico no son idénticos. La esencia se define como la constante lógica de
todas las determinaciones posibles de algo, aquello que lo acompaña siempre, y que, en
definitiva, hace que algo sea lo que es, y no otra cosa; paralelamente, se dice, que la naturaleza
es aquello que generalmente acompaña a una idea, pero que no la determina. La distinción entre
esencia y naturaleza ha influido en forma importante en la determinación de conceptos jurídicos,
como se manifiesta en el artículo 1.444 del Código Civil chileno, que diferencias las cosas que
son esenciales, naturales y accidentales de una convención. Sin embargo, cuando nos referimos a
la naturaleza jurídica de los síndicos, empleamos la palabra naturaleza como un concepto
comprensivo de la naturaleza y esencia jurídica de lo que constituye dicho ente de
administración de la quiebra280.

Por lo mismo, no atiende directamente al problema de la naturaleza jurídica del síndico lo


relativo al mayor o menor carácter privatista o publicista con que es dotado el síndico, problema
que es de política legislativa. De forma que, los síndicos de quiebras tendrán una determinada
naturaleza jurídica con independencia de lo privatista o publicista que resulte ser la normativa
que lo regule. En este mismo sentido nos pronunciamos en el Capítulo I, Título II párrafo 5.3 de
esta tesis.

Con todo, algunos autores abordan el problema de la naturaleza jurídica del síndico desde la
consideración privada o pública de los mismos. En este sentido, Oscar Torres, cuando señala:
“Una parte de los tratadistas ha sostenido que la figura jurídica del Síndico de Quiebras es la de
un cargo de índole privada, tanto por su origen (designación de los acreedores) como por su
función o atribuciones (realización de un patrimonio privado para pago de un pasivo)”281
“Algunos autores, han proclamado el carácter o cualidad de órgano público del síndico, ya que

280
CONCHA, CARLOS. El proceso de Quiebra: Su naturaleza Jurídica. 1971. Santiago, Editorial López –
Viancos., pp: 5.
281
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 60.

309
entienden la función de éste en el sentido de defender intereses de esa condición, entidad y
naturaleza, implicados en la institución de la quiebra”282 “En nuestro sistema jurídico, creemos
que la doctrina que más se aviene en torno al tema de la naturaleza jurídica del Síndico de
Quiebras es la expresada por el profesor español Ramírez, ya que si bien en cuanto a su origen el
síndico es privado (designación por la Junta de Acreedores, artículo 108 N ° 2), en cuanto a la
naturaleza de sus funciones, éstas son estrictamente públicas, por la trascendencia de sus
potestades y por estar éstas encaminadas a cumplir una función que es de interés a la economía
nacional en su conjunto, en donde se encuentra involucrado un patrimonio concursado, con todo
lo que ello implica”283.

Ahora bien, el tema de la naturaleza jurídica de los síndicos puede ser enfocado desde dos
puntos de vista, o desde dos teorías, a saber: (i) Desde el punto de vista de la representación, y
(ii) Desde el punto de vista de los síndicos como órganos de la quiebra. Cuando se analiza por
los autores el tema de la naturaleza jurídica de los síndicos desde la perspectiva de la
representación, surge la duda sobre si los síndicos son mandatarios o no de los acreedores.

Ricardo Nugent señala respecto de los partidarios de la teoría de la representación: “Para los
sostenedores de la teoría de la representación, el Síndico es un simple mandatario que representa
tanto a los acreedores como al deudor y al patrimonio que forma la masa activa, o conjunto de
bienes a los que se atribuye, equivocadamente, en nuestro concepto, personalidad jurídica”284.
Pues bien, la cuestión se reduce en determinar si el síndico es o no un mandatario de los
acreedores o del fallido y en caso de no serlo, debemos precisar cuál es la naturaleza de la
actuación del síndico respecto de los mismos acreedores y fallido.

Para la generalidad de la doctrina nacional y extranjera el síndico no es un representante ni


menos un mandatario de los acreedores ni del fallido. Brunetti y Nugent señalan que: “El síndico
actúa en el lugar del sujeto, no por cuenta del sujeto; el negocio no es representativo sino
sustitutivo, produciendo efectos incluso contra y en perjuicio del titular del patrimonio”285,

282
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 60-61.
283
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 62-63.
284
NUGENT, RICARDO. Derecho de Quiebra. 1962. Revista de Derecho y Ciencias Jurídicas de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Facultad de Derecho. Lima, Perú pp: 54-55.
285
NUGENT, RICARDO. Ob. Cit., pp: 55.

310
agregando que los actos realizados por el síndico producen efectos a favor o en contra del
quebrado, él que está obligado, en esta forma, a administrarlos cuando entren en la esfera
patrimonial objeto de administración por el deudor. Jaime Guasp, se expresa en el mismo
sentido, cuando nos indica: “(El) Síndico no goza de titularidad directa, ya que no es
personalmente interesado en las actuaciones en que participan, sino que viene a ostentar una
titularidad indirecta, y ni por representación, puesto que no puede considerarse representante ni
de los acreedores ni del deudor, ni de una masa, falsamente personalizada, sino que son
sustitutos, es decir, sujetos subrogados en el lugar de los titulares, indeterminados y futuros, de
los bienes y derechos incorporados a la quiebra y que actúan por lo tanto, en nombre propio, si
bien por cuenta ajena”286. Por último, en la doctrina extranjera, reafirma lo señalado, Salvatore
Satta, que al respecto enseña que: “Apenas es, sin embargo, el caso de observar que cuando se
habla de sustitución de la administración del deudor por la administración del curador no se
quiere decir, en modo alguno, porque no tendría sentido, que las funciones del curador sean
derivadas de las del deudor, como si aquél se convirtiese en un representante, aunque fuere legal,
de éste, y obtuviese de él sus poderes, en el contenido y en los límites”287.

En la doctrina nacional, el profesor Juan Esteban Puga, expone claramente las mismas ideas:
“Para redondear el ámbito de atribuciones del síndico, también hay que destacar que así como no
es representante del deudor ni de los acreedores, tampoco es un mandatario de la junta de
acreedores en tanto órgano concursal. Hay casos en que la ley subordina la acción del síndico a
los acuerdos de la junta, en especial en lo que a la realización del activo se refiere. También
puede inducir a confusión la circunstancia de que la junta designa (o ratifica) y remueve a los
síndicos. Naturalmente que el síndico actúa en interés, pero no en representación de los
acreedores, y en tal sentido los titulares de este interés pueden designarlo (o confirmarlo) y
removerlo. Asimismo, es la junta la depositaria de la facultad suprema de disposición del activo,
y en tal sentido el síndico es subordinado de la junta. Pero el síndico no actúa en mandato de la
junta, sino que en razón de las facultades y deberes que la ley le otorga”288.

286
GUASP, JAIME. Derecho Procesal Civil. 1998. Editorial Civitas. Madrid, España. V. II., pp: 437.
287
SATTA, SALVATORE. Ob. Cit., pp: 126.
288
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Derecho Concursal. El juicio de quiebras. 1999. Tomo I. 2ª Edición.
Editorial Jurídica de Chile. Santiago., pp: 556-557.

311
Recapitulando, considero que la teoría de la representación no es adecuada para explicar la
naturaleza jurídica del síndico. El síndico no es, propiamente un representante de los acreedores,
ni del deudor, sino que es, como veremos posteriormente, un órgano de la quiebra que se
sustituye por el ministerio de la ley (Artículo 64 y 65 de la Ley N ° 18.175), en el ejercicio de
derechos que, en circunstancias normales, corresponderían, individualmente, tanto al deudor
como a sus acreedores, no por mandato de ellos, sino por voluntad de la ley. Esto no quiere
significar que el síndico no ejerza representación alguna en relación con los sujetos pasivos y
activos de la quiebra, sino que esa representación, como luego se dirá, es un medio para el
cumplimiento de la función principal que le compete al síndico, y no es ejercida respecto de las
personas del deudor ni de los acreedores sino que respecto de los intereses de los segundos y del
patrimonio concursado del primero.

El síndico, entonces, ejerce una función sustitutiva de administración respecto del patrimonio
concursado del deudor, y no de todo el patrimonio del fallido, a efectos de realizarlos y hacer el
pago a los acreedores, en el contexto de un proceso jurisdiccional de ejecución. El síndico debe
respetar las situaciones jurídicas de los acreedores en condiciones de igualdad respecto de la
administración que efectúa y de los repartos de fondo que procedan (par condicto creditorum) de
allí la naturaleza jurídica de la administración que realiza. En otras palabras, la administración
del síndico es una administración para fines ejecutivos, es decir, encaminada a realizar el
patrimonio que sirve de garantía a los acreedores, de manera de que la ejecución colectiva
respete la finalidad de la par condicto creditorum. De esta forma, el síndico está legitimado sólo
para cumplir los actos necesarios para la realización de la tutela de los acreedores. Derivando sus
facultades en forma originaria de la ley, y no de los acreedores ni del deudor. Es la ley la que le
entrega los medios necesarios para intervenir en el proceso de ejecución del patrimonio del
fallido, su actuación en cuanto a la fuente es originaria y no deriva de mandato o delegación de
los sujetos que intervienen en la quiebra. Es por ello que el síndico, es una entidad que se
encuentra sujeto al principio de legalidad, esto es, sujeta su actuación a la determinación que le
impone la ley.

En suma, el síndico es el encargado de los bienes de la quiebra (Artículo 27 N ° 7 de la Ley N


° 18.175), de asegurarlos (Artículo 94 N ° 1 de la Ley N ° 18.175) y administrarlos (Artículo 64
de la Ley N ° 18.175) y de proceder a su liquidación (Artículo 27 N ° 16 de la Ley N ° 18.175) y

312
a la distribución de lo que por ellos se hubiere obtenido (Artículo 27 N ° 18 de la Ley N °
18.175), entre los acreedores reconocidos.

Hemos descartado que el síndico sea un simple mandatario de los acreedores y del fallido,
también hemos desechado la posibilidad de que el síndico sea un representante en términos
normales de los mismos sujetos. Queda, sin embargo, por dilucidar la vinculación que existe
entre el síndico y el deudor y los acreedores, sobre todo considerando que la ley establece esta
vinculación, precisamente, señalando que se da entre ellos una representación (Artículo 27 inciso
1° y Artículo 27 N ° 1 de la Ley N ° 18.175) entonces, ¿Cómo podemos entender dicha
representación sui generis?

El artículo 27 inciso 1° de la ley de quiebras, dispone: “El síndico representa los intereses
generales de los acreedores, en lo concerniente a la quiebra, y representa también los derechos
del fallido, en cuanto puedan interesar a la masa, sin perjuicio de las facultades de aquéllos y de
éste determinadas por la ley”. A su vez, el artículo 27 N ° 1 de la misma ley, preceptúa: “Le
incumbe especialmente (a los síndicos): 1.- Actuar en resguardo de dichos intereses, en juicio y
fuera de él, con plena representación del fallido y de los acreedores”.

Las normas transcritas no señalan en ninguna parte que el síndico representa a los acreedores
y al fallido. En cambio, establece una forma especial de vinculación y de actuación respecto de
los acreedores y del fallido. En efecto, establece una doble representación, pero con notas
singulares. Normalmente se representa a las personas naturales o jurídicas, en este caso, se
representa a los intereses generales de los acreedores y a los derechos del fallido, no a los
acreedores como personas físicas, ni tampoco al fallido como persona natural o jurídica. “La
doble representación que por la ley incumbe al síndico funciona, pues, en interés de la masa de
acreedores, o sea, en interés de esa especie de persona moral que se forma con el patrimonio del
fallido, en virtud del desasimiento de sus bienes, que trae para éste la declaración de quiebra. En
tanto los interese de los acreedores, en lo concerniente a la quiebra, sean comunes a todos ellos
en su calidad de tales, el síndico será su representante. En tanto el interés o derecho del fallido

313
incumba a la masa, por tratarse de un derecho patrimonial susceptible de aumentar o disminuir
sus bienes o de facilitar la liquidación de ellos, será el Síndico representante de ese interés”289.

En el mismo sentido, Juan Esteban Puga: “En efecto, literalmente dicha norma dispone que el
síndico es representante de los intereses generales de los acreedores y no de los acreedores
propiamente. Asimismo, no dice que representa al fallido, sino a sus derechos y sólo en cuanto
puedan interesar a la masa; vale decir, representa a esa sustancia compleja, a esa universalidad
jurídica que constituye el patrimonio concursado; por ello ya habíamos dicho que el síndico, más
que un representante in personae, es un representante in rem, en lo que respecta al fallido”290.

La actuación del síndico respecto de los acreedores y fallido se justifica por la naturaleza de
su función ejecutiva-procesal sobre los bienes del activo de la quiebra en el respeto de la
legalidad y de la igualdad de todos los acreedores. Dicha actuación se ejerce respecto de los
intereses generales de los acreedores en lo concerniente a la quiebra, y respecto a los derechos
del fallido en cuanto puedan interesar a la masa, debiendo actuar en respeto de dichos intereses y
derechos, con plena representación del fallido y de los acreedores, para esos efectos en particular
y no para otros. De manera que el síndico no actúa en el interés de un grupo particular de
acreedores ni de la mayoría de ellos, sino que de la generalidad de los mismos, en lo que
concierne a la quiebra, por cuanto, no ejerce esa especie de representación en los actos civiles y
de negocios en contextos diversos al proceso de quiebras. En relación con el fallido, sólo
representa sus derechos, no a su persona, cuando dichos derechos interesen a la masa, como
conjunto o suma de pretensiones de créditos (masa activa) o como el conjunto de bienes que
forman el patrimonio concursado del fallido (masa pasiva)291. Todo lo anterior se confirma por
cuanto el síndico puede alegar pretensiones incompatibles con la de los otros sujetos procesales,
de forma que sería imposible conciliar la existencia en un mismo juicio de intereses
contrapuestos del representante y de los representados, si es que se considera que los actos del
representante se entienden realizados por el representado.

289
VARELA VARELA, RAÚL. Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo 30. Segunda Parte. Secc: 1ª,
pp: 376.
290
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 555.
291
No actúa como representante de la persona del fallido, por cuanto los poderes del síndico respecto del
deudor no son los mismos y por que el patrimonio concursado no es idéntico al patrimonio total del fallido
(Artículo 64 y 65 de la Ley N ° 18.175)

314
Respecto a la existencia de intereses contrapuestos, el profesor Raúl Varela expone: “Pero, si,
en principio, los intereses de los acreedores y del fallido son comunes, pueden en casos
particulares ser antagónicos. Ese antagonismo puede producirse entre el fallido, por una parte, y
los acreedores por otra, o entre el fallido y uno o más acreedores, o entre los acreedores entre
sí”292. En aquellos casos en que los intereses implícitos en la doble representación establecida en
el artículo 27 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, se vuelvan incompatibles: “Desaparece la doble
representación y el interés particular es gestionado por el propio titular de él”293.

Queda por estudiar la segunda teoría que se refiere a la naturaleza jurídica del síndico. Es la
teoría del síndico como órgano de la quiebra. Al respecto, Ricardo Nugent, expresa: “Estos
puntos de vista (que consideran al síndico como un mandatario de los sujetos que intervienen en
la quiebra) han sido combatidos por quienes consideran que el Síndico no es un representante,
sino un simple órgano de la quiebra, con atribuciones que le son propias, encargado de la
administración y disposición de los bienes, en orden a la satisfacción de los créditos presentados
contra el fallido: es la teoría de la función, porque se dice que, en último término, el Síndico es
un funcionario que, en ejercicio de sus actividades, se desenvuelve sin las limitaciones propias
de un mandatario y que, en determinados casos, tiene que adoptar resoluciones que no benefician
precisamente a ninguno de los presuntos mandatarios como serían los casos de impugnaciones
de créditos, de publicación de la declaración de quiebra, la provocación de la calificación de la
quiebra, y tantos otros casos que impiden, técnicamente, considerar al Síndico, como un
representante o mandatario”294.

En nuestro país, se expresa lo mismo, al indicar que: “En primer término, y por sobre todo, es
un órgano de la quiebra, una entidad procesal, lo que lo priva de la condición de ser parte de
dicho proceso. Es un órgano cuya existencia la demanda la misma naturaleza y características de
la ejecución colectiva”295 “El carácter orgánico-procesal del síndico se obtiene de su rol dentro
del proceso de quiebras. Cuando decimos órgano, decimos función abstracta que le es
encomendada a dicha entidad”296 “Por lo mismo, el síndico no es propiamente un representante

292
VARELA VARELA, RAÚL. Ob. Cit., pp: 376.
293
VARELA VARELA, RAÚL. Ob. Cit., pp: 377.
294
NUGENT, RICARDO. Ob. Cit., pp: 55.
295
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 552.
296
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 553.

315
de las partes del juicio de quiebra; es un órgano concursal en el cual la ley radica el poder de
administración de los bienes concursados, con el efecto de que sus actos se radican en el
patrimonio del deudor, al igual que los actos de disposición pura y simple en la ejecución
singular que realiza el órgano jurisdiccional (el juez) se radican en el patrimonio del deudor
ejecutado”297 “En términos generales, el síndico es el órgano ejecutor de la quiebra en quien se
radica de pleno derecho, una vez declarada la quiebra del deudor, las potestades o facultades de
administrar los bienes del fallido, en virtud de la institución del desasimiento o
desapoderamiento, efecto inmediato de la declaración de quiebra”298.

Claramente el síndico es un órgano de la quiebra, constituye una entidad orgánica procesal en


el contexto de una ejecución colectiva jurisdiccional (quiebra). Cumple con los tres elementos
que debe cumplir todo órgano de la quiebra, a saber: competencia, persona física y norma. En el
Capítulo I analicé cada uno de dichos elementos respecto del síndico y señalé que le eran
aplicables. Para evitar repeticiones me remito a lo ahí indicado299. Lo que debemos repetir es que
el síndico actúa con discrecionalidad en el marco del proceso de quiebras en todo aquello en que
existe disposición legal atingente (Artículo 27 N ° 23 de la Ley N ° 18.175) y en aquellas
situaciones en que no exista necesidad de ejecución de acuerdos legalmente adoptados por junta
de acreedores (Artículo 27 N ° 22 de la Ley N ° 18.175).

Cabe disentir, en esta materia, de lo expresado por el profesor Juan Esteban Puga, cuando
indica que: “El síndico es órgano concursal sólo en el juicio de quiebra, sólo dentro de la
ejecución universal es propiamente un síndico. El síndico que se designa para los efectos de
confeccionar la nómina de acreedores con derecho a voto y para informar las proposiciones del
convenio preventivo judicial300 es un mero interventor judicial y no un administrador, como lo es
el síndico de quiebras”301. El mencionado autor adhiere a la categorización del síndico desde el
punto de un punto de vista orgánico, olvidando la elemental verdad de que el síndico puede
ejercer una cantidad mayor de funciones aparte de la principal que realiza, que es la de
administración en la ejecución universal de la quiebra. Lo anterior ha sido dejado en claro por
297
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 555-556.
298
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 59.
299
Especialmente en el Capítulo I, Título II, párrafo 3.
300
De acuerdo a la legislación vigente con anterioridad a la dictación de la Ley N ° 20.073 sobre
convenios concursales.
301
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 556.

316
autores de la talla de Satta, quien enseña que: “Conviene, finalmente, señalar que junto con estas
funciones de administración el curador tiene también otras funciones independientes de la
ejecución, y en las que actúa como colaborador de la justicia: ej., en el informe que debe
presentar sobre las causas que han provocado el desequilibrio económico, a tenor del art. 33”302.
No se entiende la opinión del autor cuya opinión criticamos, si consideramos que el respeto al
principio de legalidad importa el ejercicio como síndico de una variada gama de funciones, no
efectuando la ley distinción alguna en el sentido de que en el ejercicio de determina potestad
actúa como síndico y en otras no.

Por último, también disentimos la opinión del profesor Puga, cuando señala que el síndico
privado, participa de una doble naturaleza jurídica, dependiendo del punto de vista desde el que
se lo califique, ya que puede ser considerado como un órgano de la quiebra, o como un
funcionario público. Creemos que no es necesario realizar esta distinción de doble naturaleza
jurídica del síndico, por cuanto hemos señalado en el Capítulo I, Título II, párrafo 5.1 de esta
tesis, que puede o no considerarse a todos los órganos de la quiebra como órganos públicos. Si
se los considera en dicha calidad, no es que, desde una perspectiva de la función personal se
considere al síndico como funcionario público, sino que tendrá ese carácter por cuanto
entendemos previamente que por la función que les compete a los órganos de la quiebra en
general, y a los síndicos en particular, revisten el calificativo de pública, lo que vendría a ser un
elemento a considerar en la conceptualización del síndico y no una noción de naturaleza jurídica
distinta a la calidad de órgano de la quiebra. Sostengo, en definitiva, que el carácter público del
síndico es complementario a su calidad de órgano de la quiebra, más no, una calificación de
naturaleza jurídica distinta de la de órgano concursal303.

302
SATTA, SALVATORE. Ob. Cit., pp: 132.
303
Estoy plenamente de acuerdo con la idea de que el síndico es un funcionario público por cuanto ejerce
una función pública. En el mismo sentido, el ex Superintendente de Quiebras, Diego Lira: “Destaca que
los Síndicos no son privados, y quizás se les llamó así para contraponerlos al servicio público que
antiguamente administraba las quiebras. Los Síndicos que administran las quiebras no son privados, en
orden a que ejercen una función pública, tan pública que es una facultad judicial delegada, ya que si no
existieran estos Síndicos, debería ser el juez quien administrara la quiebra”. Informe de la comisión de
economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el proyecto de ley, en primer
trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia
en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la
Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 15-16.

317
3. NOMBRAMIENTO NECESARIO PARA ACTUAR COMO SÍNDICO: El artículo 23 de
la Ley N ° 18.175 dispone: “Sólo podrán ser designados síndicos de una quiebra aquellas
persona que, a la época de solicitarse la respectiva declaración de quiebra, formaban parte de la
nómina a que se refiere el artículo 14, y que permanezcan en ella al momento de su
nombramiento por el juez o por la junta de acreedores”.

De la citada norma se colige que previo al nombramiento del síndico para una quiebra
específica, es menester que ellos pertenezcan a la Nómina Nacional de Síndicos. Además, es
necesario señalar que el artículo 17 de la Ley N ° 18.175, establece que ciertas personas no
podrán ser designadas como síndico y por lo tanto no podrán formar parte de la Nómina
Nacional de Síndicos. Ahora bien, a efectos de la designación de un síndico para una
determinada quiebra no debe concurrir a su respecto las inhabilidades especiales de que trata el
artículo 24 de la Ley N ° 18.175. Por lo anterior, es necesario distinguir, entre aquellas
inhabilidades (inhabilidades absolutas para actuar como síndico) que impiden a una persona
formar parte de la Nómina Nacional de Síndicos y por lo tanto se encuentran imposibilitados de
actuar en toda quiebra como órgano de administración (Artículo 17 de la Ley N ° 18.175), y
aquellas personas que están afectas a inhabilidades (inhabilidades relativas para actuar como
síndico) para asumir en ciertas y determinadas quiebras en razón de motivos personales,
profesionales, de parentesco y económicos (Artículo 24 de la Ley N ° 18.175).

La diferencia se manifiesta en que los afectados por inhabilidades relativas para asumir en
ciertas quiebras, forman parte de la Nómina Nacional de Síndicos y por lo tanto bien pueden ser
designados en todas aquellas quiebras, convenios o cesiones de bienes en que no concurran
aquellos elementos que los inhabilitan, en cambio, los inhábiles absolutos para actuar como
síndicos no pueden asumir nunca el carácter de órgano de administración en el contexto de una
quiebra, convenio o cesión de bienes, toda vez que, no cumple con el nombramiento que lo
inviste como persona legalmente facultada para actuar como síndico (Artículos 14 y 15 de la Ley
N ° 18.175).

En este párrafo trataremos lo relativo al nombramiento de una persona como síndico de


quiebras. Por lo tanto, dividiremos este apartado en lo referente a: la Nómina Nacional de
Síndicos; a las inhabilidades absolutas para ser designado síndico; y a la competencia territorial

318
en la que debe ejercer sus funciones el síndico. Las inhabilidades relativas para ejercer en ciertas
quiebras no se estudiarán en este momento, sino que cuando tratemos la designación del síndico
para una quiebra determinada.

3.1 De la Nómina Nacional de Síndicos: De conformidad a nuestra legislación de quiebras,


existe la Nómina Nacional de Síndicos, integrada por aquellas personas legalmente investidas
como tales por la autoridad competente. El nombramiento de los síndicos que conforman la
nómina se realiza en virtud de decreto expedido a través del Ministerio de Justicia, en virtud del
artículo 14 y artículo 15 de la Ley N ° 18.175.

La formación de esta nómina de personas habilitadas para ser síndicos cumple los fines
contralores de idoneidad, capacidad, imparcialidad y honorabilidad que el cargo de síndico
demanda, más aún si consideramos que dicho órgano ejerce funciones típicamente públicas de
ejecución procesal.

Hemos analizado el artículo 23 de la Ley N ° 18.175, en virtud del cual, la inclusión de una
persona en la nómina nacional de síndicos la habilita para poder ser designada como tal en una
quiebra, de allí la importancia de estudiarla.

Sólo podrán optar a ser nombrados síndicos las siguientes personas (Artículo 16 de la Ley N
° 18.175):

- Los que tengan el título de ingeniero con a lo menos diez semestres de estudios;
- Los que tengan el título de contador auditor o contador público otorgado por
universidades del Estado o reconocidas por éste, y
- Los que tengan el título de abogados.

Las personas señaladas anteriormente deben haber ejercicio la profesión que posean por lo
menos cinco años y deben aprobar el examen de conocimientos que trataremos a continuación.
El artículo 16 fue objeto de una modificación por la Ley N ° 20.004, que introdujo a la ley de
quiebras lo señalado anteriormente. Con anterioridad a la reforma, dicha norma señalaba: “Para
ser nombrado síndico serán necesario estar en posesión de un título profesional o técnico

319
otorgado por alguna universidad del Estado o reconocida por éste o por algún instituto de
enseñanza profesional o técnica del Estado o cuyos programas de estudios se hayan aprobado
por éste; contar con experiencia calificada en el área económica, comercial o jurídica no inferior
a tres años contados desde la recepción del título y poseer idoneidad suficiente, calificada por el
Ministerio de Justicia”

Por lo tanto, las modificaciones introducidas por la Ley N ° 20.004 en lo referente a los
requisitos para optar a la inclusión en la nómina nacional de síndicos, se refieren a:

- Se restringe las personas que pueden optar a la nómina nacional de síndicos, a


aquellos que posean títulos de ingeniero, abogado o contador con los requisitos de estudios
que la norma señala. En el contexto de la legislación anterior a la Ley N ° 20.004, podía ser
síndico de quiebras tanto un técnico en prevención de riesgo, como un arquitecto o bien un
psicólogo, lo que no calificaba de acuerdo a los requisitos de profesionalidad que debían
cumplir quienes cumplen funciones de síndicos304.
- Se modifica el requisito de contar con experiencia calificada en el área
económica, comercial o jurídica no inferior a tres años contados desde la recepción del
título, por haber ejercido la profesión a lo menos por cinco años. La necesidad de una
experiencia calificada en el área económica, comercial o jurídica, se justificaba con mayor
fuerza antes de la reforma que venimos comentando por cuanto cualquier profesional o
técnico podían optar a ser síndicos de quiebra, y por consiguiente, se requería una

304
La posibilidad de que personas sin experiencia técnica y especializada en temas concursales fue puesta
en relieve en la discusión parlamentaria del proyecto de ley que dió origen a la Ley N ° 20.004. En este
sentido se expresó: “Por otra parte, la ley, en la actualidad, es poco exigente para aceptar a cualquier
persona como Síndico, ya que hoy con simples estudios en cualquier instituto profesional se puede ser
Síndico, aunque en la práctica casi todos los Síndicos son abogados, aunque hay algunos que son
ingenieros comerciales o contadores auditores, por lo que en este aspecto, lo que se está haciendo, no va a
tener mucho efecto práctico, pero por lo menos, en adelante, el que quiera administrar bienes ajenos, va a
tener que tener ciertas capacidades y experiencia, por eso no sólo se exigen requisitos profesionales,
mayor tiempo de experiencia profesional, sino que también se va a exigir un examen de conocimiento,
para que sean personas capacitadas las que administren esos bienes ajenos y no suceda que personas que
no saben nada administren quiebras, sobre todo de grandes empresas, como es el caso de la quiebra de la
sociedad Pullinque, que es una empresa eléctrica muy grande y muy difícil de administrar y si hubiese
sido tomada por un Síndico sin experiencia, hubiese producido un enorme problema en su
administración”. Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados
recaído en el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia
de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor
de los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 17.

320
calificación que circunscribiera las actividades de dichos postulantes a un contexto que se
vinculara con el ejercicio propio de un síndico. La modificación, entonces, apunta al sentido
correcto, más si consideramos que los postulantes a integrar la nómina nacional de síndicos
deberán aprobar un examen de conocimientos ante la Superintendencia de Quiebras, lo que
reemplaza la calificación anterior por un parámetro objetivo de medición de experiencia y
conocimiento. Claro resulta constatar que, se introduce mayor transparencia y seguridad al
mercado y a los agentes de la quiebra con el hecho de que la nómina nacional de síndicos
estará integrada por personas con un nivel de preparación acorde a la función que
desempeñan, lo que impide la obtención de dicha investidura por personas sin la suficiente
idoneidad sobre la base del tráfico de influencias. La regulación legal, no señala desde
cuando se cuenta el plazo de ejercicio profesional requerido de cinco años. La normativa
anterior, señalaba que el plazo se cuenta desde la recepción del título, situación que debe
mantenerse no obstante que la actual normativa no lo señale, por cuanto es obvio que una
persona sólo puede ejercer como abogado, ingeniero o contador desde el momento en que
recibe el título y cumple los requisitos legales para poder ejercer su profesión.
- No existe la calificación de idoneidad suficiente realizada por el Ministerio de
Justicia. Se reemplaza dicha apreciación arbitraria por un examen de conocimiento ante la
institución técnica de la quiebra que es la Superintendencia. La constatación de idoneidad
suficiente no permitía una apropiada y objetiva percepción de la concurrencia de los
aspectos fundamentales para poder formar parte de la nómina nacional de síndicos e
introducía aspectos de arbitrariedad en la conformación de la nómina. Por lo demás, la
entidad a cargo de tal apreciación era un ente político, como lo es el Ministerio de Justicia, y
no un ente técnico y especializado como la Superintendencia de Quiebras. La reforma se
encamina correctamente en el sentido de la idoneidad, calificación y profesionalismo de
quienes pueden ser designados en una quiebra en razón de formar parte de la nómina
nacional de síndicos.

Los postulantes a integrar la nómina nacional de síndicos deberán rendir un examen de


conocimientos ante la Superintendencia de Quiebras, la que deberá señalar fecha para rendirlo, a
lo menos dos veces al año (Artículo 16 inciso 2° de la Ley N ° 18.175). La discreción en la
actuación de la Superintendencia de Quiebras se limita a fijar una mayor cantidad de exámenes
que los requeridos por la ley (2 exámenes anuales).

321
Los exámenes contemplarán exigencias comunes para todos los postulantes que lo rindan
conjuntamente en cada oportunidad. El Superintendente deberá señalar con la debida
anticipación las materias que incluirán los exámenes (Artículo 16 inciso 5° de la Ley N ° 18.175)

Los síndicos que formen parte de la nómina nacional de síndicos deberán rendir un examen
de conocimientos ante la Superintendencia de Quiebras, con una frecuencia no superior a tres
años (Artículo 16 inciso 3° de la Ley N ° 18.175). Con ello se logra la actualización de los
conocimientos de los síndicos en todos los aspectos sometidos a sus funciones, ya que estarán
sujetos periódicamente a tests de capacidad y conocimientos para ejercer el cargo. Se premia de
esta forma a aquellos síndicos que hacen constante la tarea de perfeccionarse en desmedro de
aquellos síndicos que no invierten en capacitación afectando con ello la eficiencia del sistema de
quiebras.

El síndico que repruebe el examen quedará suspendido para asumir en nuevas quiebras,
convenios o cesiones de bienes, y deberá rendirlo otra vez, dentro del año calendario siguiente,
en la fecha que fije la Superintendencia de Quiebras para todos los que se encuentren en la
misma situación. Si en esa oportunidad reprueba nuevamente, dejará de formar parte de la
nómina nacional de síndicos (Artículo 16 inciso 4° de la Ley N ° 18.175).

Ahora bien, previo a la rendición del examen de conocimiento, la persona interesada en


formar parte de la nómina nacional de síndicos, deberá en cualquier tiempo, presentar su
solicitud ante el Ministerio de Justicia a través de la Superintendencia de Quiebras (Artículo 18
inciso 1° de la Ley N ° 18.175). Luego deberá rendir el examen en la fecha indicada por la
Superintendencia.

Una vez, rendido y aprobado el examen ante la Superintendencia de Quiebras, el interesado


en formar parte de la nómina nacional de síndicos, deberá acompañar al Ministerio de Justicia, y
agregar a la solicitud para formar parte de la nómina nacional de síndicos, los antecedentes que
acrediten el cumplimiento de los exámenes pertinentes (Artículo 18 inciso 3° y Artículo 16
ambos de la Ley N ° 18.175).

322
Todos estos trámites tienen como destinatario final el Ministerio de Justicia, ya que a dicha
entidad le corresponde dictar el competente decreto inclusivo de una persona en la nómina
nacional de síndicos (Artículo 15 de la Ley N ° 18.175). Dicho decreto de inclusión deberá
publicarse en el Diario Oficial (Artículo 19 de la Ley N ° 18.175).

El artículo 20 de la Ley N ° 18.175, por su parte dispone que, el Ministerio de Justicia deberá
mantener en forma permanente y debidamente actualizada la nómina nacional de síndicos, con
indicación de las respectivas profesiones o actividades y domicilios. Dicha lista tendrá el
carácter público.

Las disposiciones de los artículos 9 y 20 proveen de publicidad el nombramiento y


mantención de las personas que ejercen la actividad de síndicos de quiebra, logrando con ello
mayor transparencia en cuanto a las personas habilitadas para actuar como síndicos.

3.2 Inhabilidades para poder ser incluido en la nómina nacional de síndicos: El artículo 17
enumera las inhabilidades que afectan a aquellas personas para poder ser síndicos y por
consiguiente para poder formar parte de la nómina nacional de síndicos. Estas personas nunca
van a poder actuar como órganos de administración en una quiebra ya que su situación
profesional, personal, jurídica y económica constituyen obstáculos que impiden un
nombramiento por el Ministerio de Justicia ya sea por falta de idoneidad personal, por falta de
idoneidad moral, por incompatibilidad de intereses o bien por un desempeño anterior que se
tradujo en la exclusión de la nómina nacional de síndicos.

La ley da lugar al principio de buena fe en esta materia. En efecto, las personas interesadas en
formar parte de la nómina nacional de síndicos deberán acompañar con posterioridad a la
solicitud para optar a ser síndico de quiebras, y conjuntamente con los resultados de los
exámenes de conocimientos rendidos ante la Superintendencia de Quiebras, una declaración
jurada en la que se exprese no estar a efecto a ninguna de las inhabilidades contempladas en el
artículo 17 (Artículo 18 inciso 3° de la Ley N ° 18.175).

La sanción a la falta de veracidad de dicha declaración jurada, esto es, en caso de que, la
persona efectivamente se encontraba afecta a alguna de las inhabilidades que señala el artículo

323
17 de la ley de quiebra, se va a traducir en la exclusión de la nómina nacional de síndicos en
razón de la causal N ° 1 del artículo 22 que señala: “Los síndicos serán excluidos de la nómina
nacional en los casos siguientes: 1.- Por haber sido nombrado en contravención a los artículos
16, 17, 18 inciso tercero y 19”.

Claramente la mendacidad en la declaración jurada que venimos comentando, implica una


contravención al artículo 18 de la Ley N ° 18.175 y da lugar por dicha causal a la exclusión de la
nómina nacional de síndicos. Sin embargo, ello no obsta a que nuevamente dicha persona pueda
ser incluida en la nómina nacional de síndicos, toda vez que, la causal de exclusión de la nómina
nacional de síndicos del artículo 22 N ° 1 de la Ley N ° 18.175, no se encuentra indicada en el
artículo 17 N ° 5 de la misma ley, que señala las personas inhabilitadas para formar parte de la
nómina y que hayan dejado de formar parte de la misma por ciertas causales de exclusión. Lo
que nos indica que, superadas ciertas inhabilidades e incompatibilidades una persona puede
optar a ser incluido en la nómina nacional de síndicos.

No podrán ser síndicos, las personas que a continuación se señalan (Artículo 17 inciso 1° de
la Ley N ° 18.175):

1. Las que hubieren sido declaradas en quiebra, o se encontraren en estado de


notaria insolvencia, y las que, dentro de los dos años anteriores a la declaración de quiebra
de una persona jurídica, hubieren actuado como directores o administradores de ella.

La normativa anterior a la reforma de la Ley N ° 20.004, señalaba que no podían ser síndicos
aquellas personas que hubieren sido declaradas en quiebra, aún cuando esta se hubiere alzado.
Se eliminó la referencia al alzamiento de la quiebra para efectos de la concurrencia de la causal,
ahora basta únicamente que la persona haya sido declarada en quiebra, siendo redundante que se
haya o no alzado la misma.

La ley N ° 20.004, agrega en esta causal como inhabilidad para poder ser síndico, el que la
persona se encuentre en estado de notaria insolvencia. Por lo tanto, aún cuando la persona no
haya sido declarada en quiebra, si se encuentra en estado de notaria insolvencia igualmente
concurre a su respecto una causal de inhabilidad para ser síndico. En Chile, el concepto de

324
insolvencia es entendido por don Juan Esteban Puga como equivalente al de cesación de pagos, y
al de mal estado de los negocios305, aunque la mayoría distingue, ya que la cesación de pagos
vendría a ser la declaración de que una persona está en insolvencia, siendo la insolvencia la
imposibilidad de atender los pagos exigibles con los medios disponibles. Esta declaración
judicial se realiza por la verificación de uno de los hechos reveladores de la cesación de pagos
regulados por la ley, y que en definitiva no constituyen otra cosa que presunciones de
insolvencia306. Ahora bien, la norma indica que se debe tratar de una insolvencia, con carácter de
notoria, con lo que se expresa la necesidad de que exista una insuficiencia definitiva del activo
para extinguir el pasivo en contra, que se exprese por medios de hechos externos que den cuenta
de la incapacidad de cumplir las obligaciones y de pagar.

La tercera modificación introducida por la Ley N ° 20.004 se refiere a la indicación de que la


persona inhabilitada para ser síndico, no pudo haber desempeñado el cargo de director de una
persona jurídica declarada en quiebra, dentro de los dos años anteriores a dicha declaración. La
normativa anterior sólo indicaba al respecto la calidad de administradores, sin embargo, las
mayores responsabilidades en el desempeño de una sociedad o de una persona jurídica recaen en
los directores. Con esta modificación se aclara el sentido de la norma, porque con anterioridad
podía sostenerse que un director no ejercía funciones de administración sino que dirección de los
negocios sociales, realizando las primeras actividades los gerentes u otras personas nombradas al
efecto, siendo los directores quienes formulaban las políticas de las personas jurídicas pero que
eran llevadas a cabo por aquellas personas dotadas de funciones propiamente administrativas.

El fundamento de esta causal es, sin lugar a dudas, la falta de idoneidad personal para ejercer
el cargo de síndico.

2. Las que hayan sido condenadas por crimen o simple delito.

305
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 34.
306
Para mayor información sobre la insolvencia y las teorías que la explican ver: GOUDEAU GÓMEZ,
BAYARDO. Concepto sobre la Insolvencia, cesación de pagos, suspensión de pagos, crisis económica y
empresas en dificultad. EN: Salvamento de las empresas en crisis. Coordinador de la obra, Juan Pablo
Román Rodríguez. Universidad de Chile, Facultad de Derecho. 2001. Editorial Jurídica de Chile. Santiago
de Chile., pp: 166-170.

325
Con anterioridad a la reforma de la Ley N ° 20.004, se señalaba que no podían ser síndicos de
quiebras las personas que se encuentren procesadas por crímenes o simples delitos y no sólo
aquellas que hayan sido condenadas. La modificación apunta a adecuar la ley de quiebras con la
reforma procesal penal, que ya no contempla el trámite del sometimiento a proceso. En vez de
dicha actuación procesal penal, existe lo que se denomina la formalización de la acusación en
una audiencia oral y pública ante el Juez de Garantía competente.

El fundamento de esta causal es la falta de idoneidad moral para ejercer el cargo de síndico
de quiebras.

3. Las que desempeñen un cargo o función públicos, sea en instituciones del


Estado, en la Administración Central o en instituciones o empresas semifiscales,
municipales, autónomas u organismos creados por aquél o dependientes de él, aunque no
sean del nombramiento del Presidente de la República ni reciban remuneración del Estado.
No obstante, no regirá esta incompatibilidad respecto de las personas que desempeñen un
cargo o función en instituciones de educación superior.

El fundamento de esta causal reside en que el legislador quiere que la persona que ostente el
cargo de síndico tenga autonomía e independencia en el ejercicio de sus funciones y que no haya
intereses contrapuestos en el desempeño de las mismas, derivado del ejercicio de las funciones
públicas a que la norma hace referencia.

4. Las que tuvieren incapacidad física o mental para ejercer el cargo.

Esta causal fue incorporada por la Ley N ° 20.004 y debe ser calificada por el Ministerio de
Justicia con los antecedentes que se le proporcionen por la persona interesada en formar parte de
la nómina nacional de síndicos. La calificación por el Ministerio de Justicia es necesaria en este
caso por cuanto no se va a poder desprender del examen ante la Superintendencia de Quiebras
toda vez que se trata de un examen de conocimientos y no de capacidad física o mental. La
incapacidad de que se trata esta norma debe ser estudiada y apreciada en cada caso en atención a
los requerimientos propios para poder ser síndico.

326
5. Las que hubieren dejado de integrar la nómina nacional en virtud de las causales
señaladas en los números 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12 del artículo 22.

Esto es: Por intervenir a cualquier título en quiebras que no estuvieren o hayan estado a su
cargo, salvo las actuaciones que le correspondan en su calidad de síndico, de acreedor con
anterioridad a la quiebra, de representante legal en conformidad al artículo 43 del Código Civil,
y de lo previsto en el artículo 28 (Artículo 22 N ° 3 de la Ley N ° 18.175); Por adquirir para sí o
para terceros cualquier clases de bienes en las quiebras, convenios o cesiones de bienes en que
intervengan como síndicos (Artículo 22 N ° 4 de la Ley N ° 18.175); Por enajenar cualquier
clase de bienes de las quiebras o cesiones de bienes en que intervenga como síndico a su
cónyuge, a alguna persona jurídica en que tenga interés económico directo o indirecto, a los
socios o accionistas de sociedades en las cuales tenga participación, salvo aquellas que se
encuentren inscritas en el Registro de Valores, a las personas con las que posea bienes en
comunidad, con excepción de los copropietarios a que se refiere la Ley N ° 19.537, sobre
Propiedad Inmobiliaria, a sus dependientes, a los profesionales o técnicos que le presenten
servicios, u a sus ascendientes y descendientes y colaterales por consanguinidad o afinidad hasta
el segundo grado inclusive (Artículo 22 N ° 5 de la Ley N ° 18.175); Por proporcionar u obtener
cualquier ventaja en las quiebras o cesiones de bienes en que intervenga como síndico (Artículo
22 N ° 6 de la Ley N ° 18.175); Por negarse, sin causa justificada, a aceptar una designación
(Artículo 22 N ° 7 de la Ley N ° 18.175); Por haberse declarado judicialmente, por sentencia
firme, su responsabilidad civil o penal en conformidad al artículo 38 (Artículo 22 N ° 8 de la
Ley N ° 18.175); Por sentencia ejecutoriada que rechace la cuenta definitiva que debe presentar
el conformidad a la ley (Artículo 22 N ° 10 de la Ley N ° 18.175); Por infracciones reiteradas
que en su conjunto constituyan una conducta grave, o por infracción grave a las disposiciones
legales o reglamentarias o a las instrucciones que imparta la Superintendencia en uso de sus
atribuciones (Artículo 22 N ° 11 de la Ley N ° 18.175), y por haber sido removido de su cargo
en el caso del número 9 del artículo 8 (Artículo 22 N ° 12 de la Ley N ° 18.175)

En el evento que alguna de estas causales afecte a un síndico con posterioridad a su


nombramiento en la nómina nacional de síndicos (inhabilidad sobreviniente), se procederá a la
exclusión por medio de decreto de dicho síndico de la nómina anterior, en conformidad a lo
señalado en el artículo 22 N ° 2 de la Ley N ° 18.175.

327
2.3 Competencia Territorial: Toda persona interesada en desempeñar la actividad de síndico
deberá acompañar una solicitud ante el Ministerio de Justicia a través de la Superintendencia de
Quiebras. En dicha solicitud deberá expresar si desea ejercer la calidad de síndico de quiebras en
todo el territorio nacional o en una o más regiones, en conformidad al inciso 2° del artículo 18 de
la Ley N ° 18.175.

Ahora bien, el artículo 21 inciso 1° dispone: “Las personas que figuren en la nómina nacional
podrán desempeñar sus funciones en cualquier lugar o región del país, a menos que expresaren
su voluntad de ejercer sólo en una o más regiones”. De dicha norma se desprende que en caso de
que nada se disponga en la solicitud se entiende que la persona solicita la inclusión en la nómina
nacional de síndicos para desempeñarse en todo el territorio nacional.

La indicación de la competencia territorial de desempeño como síndico, en todo el territorio


nacional o en una o más regiones, es importante porque:

a. Será obligatorio el desempeño en la región en que el síndico estuviere domiciliado y en


aquellas que se hubieren indicado en la solicitud respectiva en conformidad a los artículos 18 y
21 inciso 2° de la Ley N ° 18.175. Los gastos de traslado y otros necesarios para el desempeño
de las funciones del síndico, cuando su domicilio fuere distinto del domicilio del fallido, se
considerarán como gasto de administración de la quiebra y, en caso de no ser aprobados por la
junta de acreedores en su primera reunión, serán regulados por el tribunal que conozca de la
quiebra (Artículo 21 inciso 3° de la Ley N ° 18.175)

El profesor Oscar Torres señala que: “Sostenemos que, en el evento que se nombrara un
síndico titular o suplente para una quiebra, respecto a cuya región no se hubiere inscrito en la
Nomina Nacional de Síndicos, su actuación sería nula por falta de competencia territorial”307.

Estamos de acuerdo con la opinión del profesor Torres, ya que la competencia territorial es
un presupuesto de validez en la actuación de los síndicos de quiebra que se sanciona con nulidad
procesal con todas las consecuencias que de ello se deriva, siendo la más importante que, debe
307
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 73.

328
alegarse la nulidad por falta de competencia territorial durante el proceso de quiebras y no una
vez alzada la misma, por cuanto rige el principio de preclusión procesal y no la impugnación
post quiebra por medio de las reglas de impugnación de nulidad y prescripción de derecho
común.

b. El correlato de lo señalado anteriormente, se indica en el artículo 22 N ° 7, que dispone la


exclusión de la nómina nacional de síndicos a aquellos síndicos que se negasen a aceptar una
designación sin que expresen para ello una causa justificada. De esta forma la indicación en la
solicitud a que se refiere el artículo 18 de la Ley N ° 18.175 de un determinado territorio para
ejercer las labores de síndico, impide con posterioridad negarse a ejercer las labores de
administración en dicho territorio si es designado en una quiebra, salvo cuando se presenten
justificaciones suficientes para no aceptar la designación, ya que en caso contrario, se procederá
a la exclusión de la nómina nacional de síndicos.

4. DESIGNACIÓN DE LOS SÍNDICOS: La Ley N ° 20.004 entregó la designación de los


síndicos en los procesos de quiebras a los acreedores, aspecto que ratifica el carácter privatista
con que se ha querido dotar al proceso de quiebras en lo que se refiere a la determinación de la
persona que va a ejercer las funciones de administración de los bienes del activo de la quiebra.

El criterio privatista proviene desde la dictación de la Ley N ° 18.175, de manera que el


objetivo de la Ley N ° 20.004 es fortalecer el sistema privatista de designación de síndicos.

Con anterioridad a la modificación a la ley de quiebras por la Ley N ° 20.004, el artículo 25


de la ley de quiebras disponía que el tribunal, junto con declarar la quiebra, debía designar un
síndico suplente y otro titular, que tenían el carácter de provisionales en tanto no fueran
ratificados por la Junta de Acreedores o hasta que entraran en funciones los que ésta designare,
si decidiera cambiar a los designados por el Tribunal. Dicho precepto legal se encontraba en
plena concordancia con el artículo 52 N ° 2 de la misma ley que disponía: “La sentencia
definitiva que declare la quiebra contendrá: N ° 2.-La designación de un síndico provisional
titular y de uno suplente”.

329
En la legislación anterior, el o los acreedores al solicitar la declaración de quiebra de su
deudor, o el deudor cuando solicita su declaración de quiebra de oficio, en el escrito
correspondiente, podían proponer el nombre de a lo menos tres de las personas individualizadas
en la nómina nacional de síndicos, para que de entre ellas el tribunal procediera a designarlas
como síndicos provisionales, titular y suplente, hasta que la primera junta de acreedores los
ratificara en sus designaciones o designare a quienes habrían de reemplazarlos; salvo en el caso
que de la cuenta presentada por el síndico apareciere que el producto probable de la realización
del activo de la quiebra no excediera de 1.000 Unidades de Fomento, caso en el cual se debe
proceder a la realización sumaria o abreviada del activo y el síndico provisional pasará a tener el
carácter de definitivo.

Toda la regulación anterior, fue objeto de modificación por la Ley N ° 20.004, salvo en lo
relativo a la realización sumaria del activo, situación en la cual el síndico provisional designado
de acuerdo a las reglas que veremos, pasará a tener el carácter de definitivo, cuando de la cuenta
que presente a la primera junta de acreedores apareciere que el producto probable de realización
del activo no excediere de las 1.000 Unidades de Fomento.

Para poder estudiar la designación de los síndicos en una quiebra en particular, dividiremos
este párrafo en: el sistema de designación de síndicos que rige actualmente en nuestro país; el
proceso de aceptación y juramento de los síndicos; y las críticas que se han realizado por la
doctrina al sistema predominante actualmente sobre designación de síndicos y aquellas críticas
que se vertían con anterioridad a la dictación de la Ley N ° 20.004.

4.1 Sistema de designación de síndicos: El sistema privatista de designación de síndicos en


nuestro país se diferencia en su regulación dependiendo si el peticionario de la quiebra es el
deudor o bien alguno de los acreedores del deudor.

En el evento que el peticionario de la quiebra fuera alguno de los acreedores, se acompañará


a la solicitud de declaración de quiebra, la designación del nombre del síndico titular y el del
síndico suplente, y sólo a ellos el tribunal deberá designar en la sentencia que declare la quiebra
(Artículo 44 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). El artículo 52 N ° 2 de la Ley N° 18.175 en
armonía con lo anterior dispone: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 169 del Código de

330
Procedimiento Civil, la sentencia definitiva que declare la quiebra contendrá, además: 2.- La
designación de un síndico provisional titular y de uno suplente (…)”.

En el evento que el propio deudor sea el peticionario de su quiebra, deberá acompañar en


duplicado los antecedentes que señala el artículo 42 de la Ley N ° 18.175, y que son los
siguientes documentos308:

- Un inventario o relación detallada de todos sus bienes, con expresión del lugar
en que se encuentren, de su valor estimativo y de los gravámenes que los afecten;
- Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley, estén excluidos de la
quiebra;
- Una relación de los juicios que tuviere pendientes;
- Un estado de deudas, con expresión del nombre y domicilio de los acreedores y
de la naturaleza de los respectivos títulos, y
- Una memoria de las causas directas o inmediatas del mal estado de sus negocios,
debiendo ella dar cuenta de la inversión del producto de las deudas contraídas y de los
demás bienes adquiridos en el año último. El deudor que llevare contabilidad completa
presentará, además, su último balance y la cuenta de ganancias y pérdidas.

Ahora bien, para los efectos de designar a un síndico titular y uno suplente en la sentencia
que declare la quiebra (Artículo 52 N ° 2 de la Ley N ° 18.175, en los términos antes vistos y
artículo 25 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), el juez citará previamente a una audiencia a los tres
acreedores que figuren con los mayores créditos en el estado de deudas presentado por el deudor
(Artículo 42 inciso 1° N ° 4 de la Ley N ° 18.175) o a los que hubiera si fueran menos, con el fin
de que señalen los nombres de los síndicos respectivos, y sólo a éstos el tribunal deberá designar
en la sentencia309.

308
Si el deudor fuere una sociedad colectiva o en comandita, las piezas indicadas serán firmadas por todos
los socios colectivos que invistan esta calidad por el contrato social y se hallen presentes en el domicilio
de la sociedad (inciso 2° del artículo 42 de la Ley N ° 18.175). Si el deudor fuere otra clase de persona
jurídica, las piezas en referencia serán firmadas por sus administradores (inciso 3° del artículo 42 de la
Ley N ° 18.175)
309
Artículo 42 inciso 4° de la Ley N ° 18.175.

331
Los acreedores señalados serán citados mediante notificación efectuada por cédula, en la cual
se indicará el nombre del acreedor y su domicilio, además del objeto de la citación. El tribunal
comisionará al receptor de turno para efectuar esta notificación, tan pronto como se haya
recibido la solicitud de declaración de quiebra del deudor. La audiencia tendrá lugar dentro de
tercer día de efectuada la última notificación, la que el receptor deberá practicar a más tardar al
tercero día después de dictada la resolución que la disponga. La notificación extemporánea no
invalidará la audiencia señalada, sino que el incumplimiento de esta obligación será sancionado
según lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 393 del Código Orgánico de Tribunales310.
Los derechos que correspondan al receptor gozarán de la preferencia que establece el número 4
del artículo 2472 del Código Civil311.

La audiencia se llevará a cabo con el o los acreedores que asistan, y en ella se nominará a los
síndicos. Si asistiere más de un acreedor, la elección se efectuará por la mayoría del total pasivo
con derecho a voto, conforme al importe que aparezca en el estado de deudas. Si no
compareciere ningún acreedor, el tribunal repetirá por una vez el procedimiento con los tres
acreedores siguientes, o con los que hubiera si fueran menos. En caso de que lo señalado resulte
imposible de aplicar, se designará al síndico mediante sorteo, en el cual deberán incluirse los
nombres de todos los síndicos habilitados para ejercer en el territorio jurisdiccional del tribunal.
En estos procedimientos no se dará lugar a incidentes, debiendo resolver el tribunal de plano
cualquier asunto que se presente y su resolución no será susceptible de recurso alguno312.

Como podemos apreciar la realización de la audiencia es requisito necesario para la


designación de síndicos en los casos en que el deudor es el proponente de la declaración de
quiebra, de manera que en aquellos casos en que no se de lugar a la audiencia respectiva
concurriendo los requisitos para que se efectúe, se dará lugar a la nulidad procesal en la

310
El artículo 393 inciso 3° del Código Orgánico de Tribunales dispone en su parte pertinente: “Todo
incumplimiento a las normas de este inciso constituirá falta grave a las funciones y será sancionado por el
tribunal, previa audiencia del afectado, con alguna de las medidas contempladas en los números 2, 3 y 4
del artículo 532. En caso de reincidencia, el juez deberá aplicar la medida de suspensión de funciones por
un mes”. Por su parte el artículo 532 del Código Orgánico de Tribunales dispone en los números 2, 3 y 4
las siguientes sanciones: Censura por escrito; Multa de uno a quince días de sueldo o de una cantidad que
no exceda de ocho y media unidades tributarias mensuales, y suspensión de sus funciones hasta por un
mes, gozando del cincuenta por ciento de sus remuneraciones, cuando procediere.
311
Artículo 42 inciso 5° de la Ley N ° 18.175.
312
Artículo 42 inciso 6° de la Ley N ° 18.175.

332
designación del síndico. El sorteo que procede en aquellos casos en que no pudiese designarse al
síndico por los acreedores, constituye un medio objetivo en que se elimina toda arbitrariedad y
decisión por parte del tribunal, debiendo incluirse en el sorteo a todos aquellos síndicos que
ejercen su competencia territorial en el territorio jurisdiccional del tribunal.

Hemos señalado que para poder ser designado síndico en una determinada quiebra se
requiere: (i) Formar parte de la nómina nacional de síndicos, y (ii) No encontrase sujeto a alguna
de las inhabilidades establecidas en el artículo 24 de la Ley N ° 18.175. Ya hemos analizado la
nómina nacional de síndicos y la forma de designación de los mismos en una quiebra en
particular, queda por estudiar lo referente a las inhabilidades para poder ser designados como
síndicos de una quiebra, convenio o cesión de bienes.

La ley de quiebras establece en el artículo 24, un sistema de causales inhabilitantes, en virtud


de las cuales una persona no puede ser nombrada síndico de una quiebra no obstante formar
parte de la nómina nacional de síndicos. En este sentido, no podrán ser designados síndicos de
una quiebra, convenio o cesión de bienes:

a. El cónyuge ni los parientes, hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo


de afinidad del fallido o deudor; y de los que hayan sido directores titulares o
administradores de la persona jurídica, en los dos años anteriores a la quiebra, proposición
de convenio o solicitud de cesión de bienes;

Esta causal de inhabilidad se establece por los lazos de parentesco y por las relaciones
profesionales que pueden existir o haber existido entre la persona del síndico y el fallido. Se
estima que dichas vinculaciones pueden afectar la independencia en el actuar del síndico por las
consideraciones que puede tener respecto del fallido. En lo que se refiere a las relaciones
profesionales, éstas se dan entre el síndico y el fallido como persona jurídica, por el desempeño
del síndico como director titular o administrador de ésta última, en los dos años anteriores a la
quiebra.

b. Los acreedores y deudores del fallido o deudor y todos los que tuvieren un
interés directo o indirecto en la quiebra, convenio o cesión de bienes;

333
Se trata de evitar, con el establecimiento de esta causal de inhabilidad, los posibles conflictos
de intereses que pudieran surgir para el síndico. Ya que el síndico tendría interés personal en los
resultados de la quiebra, ya sea derivado de su carácter de acreedor o deudor del fallido, o bien,
por el interés directo o indirecto en los resultados del proceso de quiebras.

c. Los administradores de bienes del fallido o deudor que fuere persona natural y
los que hubieren tenido tal calidad dentro de los dos años anteriores a la declaración de
quiebra, convenio o cesión de bienes, como asimismo los trabajadores de los acreedores y
deudores de aquél;

Esta causal de inhabilidad se diferencia de la señalada en la letra a) del artículo 24 de la Ley


N ° 18.175, por cuanto en este caso el síndico es a su vez administrador de los bienes del fallido
persona natural o bien ha tenido esa calidad dentro de los dos años anteriores a la declaración de
quiebra, recordemos que la letra a), se refería a las vinculaciones profesionales que existieren o
hubieren existido entre el síndico y una persona jurídica.

Tampoco podrán ser designados síndicos de una quiebra, aquellas personas que tienen
vínculos laborales o de trabajo con los acreedores o deudores del fallido.

d. Los que tengan objetada la cuenta en alguna de sus quiebras, desde el momento
en que se insistiere en uno o más reparos. Sin embargo, si las objeciones no estuvieren
respaldadas por la opinión favorable de la Superintendencia de Quiebras el síndico podrá ser
designado, y

Es importante señalar que en virtud del artículo 30 y 31 de la Ley N ° 18.175, se entiende que
se insiste en los reparos presentados a la cuenta definitiva, cuando puesta en conocimiento las
respuestas fundadas del síndico respecto de las observaciones formuladas, el o los objetantes las
mantienen, procediéndose a la resolución en definitiva por el tribunal de la quiebra. De modo
que para que opere la inhabilidad, no basta la mera objeción a la cuenta, sino que se requiere la
insistencia a las respuestas que da el síndico a las objeciones originales. Sin embargo, no operará

334
la inhabilidad en aquellos casos en que la insistencia a las objeciones no se encontrare avalada
por la Superintendencia de Quiebras313.

e. Los que estuvieran suspendidos en conformidad a lo dispuesto en el N° 5 del


artículo 8.

La situación contemplada en esta letra se refiere a las suspensiones que afectan al síndico
como consecuencia de la aplicación de la sanción de suspensión temporal por parte de la
Superintendencia de Quiebras

Pasando a otro tema, conforme al artículo 25 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, los síndicos
designados de la manera explicada en los artículos 42 y 44 de la anterior ley, tendrán el carácter
de síndicos provisionales en tanto no los ratifique la junta de acreedores o hasta que entren en
funciones los que ésta designare. En efecto, de acuerdo al artículo 108 N ° 2 de la Ley N °
18.175, a la primera junta de acreedores le corresponde especialmente: “2.- Ratificación del
síndico provisional, titular y suplente, o designación de quienes habrán de reemplazarlos, salvo
lo dispuesto en el inciso primero del artículo siguiente. El síndico titular y suplente provisionales
continuarán en sus funciones hasta que asuman sus reemplazantes”.

De forma tal que la excepción a la posibilidad de la primera junta de acreedores de sustituir a


los síndicos provisionales designados en la sentencia que declara la quiebra, la encontramos en
la realización sumaria del activo de la quiebra a que se refiere al artículo 109 inciso 1° de la Ley
N ° 18.175. Ya que si de la cuenta presentada por el síndico apareciere que el producto probable
de la realización del activo de la quiebra no excederá de mil unidades de fomento, se procederá a
la realización sumaria del activo y el síndico provisional pasará a tener el carácter de definitivo y
liquidará el activo en la forma más conveniente para los intereses de la masa, en un plazo no
superior a seis meses.

313
La excepción a la inhabilidad de los síndicos en aquellos casos en que la objeción no cuente con el
respaldo de la Superintendencia de Quiebras, fue introducida por la Ley N ° 20.004: “Porque, actualmente,
cualquier objeción a la cuenta provoca la inhabilidad, lo que, en ocasiones, es aprovechado por algún
acreedor que ha quedado descontento con la actuación del síndico”. Boletín N ° 3.180-03. Segundo
informe de la comisión de economía, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que
modifica la ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada
de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia de Quiebras., pp: 31.

335
Ahora bien, si el síndico designado como titular cesare definitivamente en su cargo, asumirá
el suplente, el que continuará hasta la total tramitación de la quiebra. Si faltare éste, la junta de
acreedores o el tribunal, de oficio o a petición de cualquier interesado, hará nuevas
designaciones. Los síndicos designados en conformidad a lo señalado deberán asumir en las
quiebras aún cuando no tenga bienes o fondos por repartir o su cuenta final esté aprobada. Lo
anterior no se aplica cuando el síndico que estuviere impedido de actuar transitoriamente haya
constituido mandatario en conformidad al artículo 28 de la Ley N ° 18.175. Si el síndico se
encontrare suspendido, asumirá el suplente por todo el período que dure la suspensión o
impedimento. Igual norma se aplicará cuando el síndico se encontrare transitoriamente impedido
para desempeñar el cargo sin haber constituido mandatario314.

La Ley N ° 20.004 incorporó el artículo 21 bis a la Ley N ° 18.175, en virtud del cual la junta
de acreedores en su primera reunión ordinaria puede acordar exigir al síndico una garantía de
correcto desempeño de su cargo por el tiempo que subsista su responsabilidad por las
actuaciones realizadas en la quiebra. La norma dispone lo siguiente: “La junta de acreedores, en
su primera reunión ordinaria, deberá acordar si exige o no al síndico una garantía de fiel
desempeño de su cargo y, en caso afirmativo, la clase y monto de ella”.

“El síndico deberá mantener vigente la garantía mientras subsista su responsabilidad”

El proyecto original contemplaba en esta materia que, los síndicos estaban obligados a
constituir una caución de 2.000 unidades de fomento ante la Superintendencia de Quiebras, para
garantizar el debido ejercicio de su función. Sin embargo, predominó la posición que sostenía
que esta medida de exigir una caución debía quedar entregada a la decisión de los acreedores, en
el contexto de una quiebra en particular.

4.2 Aceptación y juramento del síndico: Como cuestión previa al tema de la aceptación del
cargo de parte del síndico designado en una quiebra, es necesario hacer presente que la regla
general es que, designado el síndico de una quiebra, no puede renunciar a ésta, es decir, se
consagra el principio de la irrenunciabilidad de la designación. Sin embargo, existe la
314
Artículo 25 incisos 2°, 3° y 4° de la Ley N ° 18.175.

336
posibilidad de que el síndico designado presente excusa fundada ante el juez que lo designó, la
cual debe presentar dentro de tercero día, contado desde el acto de notificársele su designación.
Según don Oscar Torres, las causales que puede presentar no son otras que las señaladas en el
artículo 24 de la Ley N ° 18.175, esto es, las causales de inhabilidad para la designación de un
síndico en una determinada quiebra315, sin embargo, considero que las causales señaladas en
dicha norma podrían servir para fundar la excusa de no aceptación de la designación, pero creo
que no serían las únicas causales posibles para negarse a asumir la administración de la
respectiva quiebra, bien podría fundar su excusa en que está a cargo de un gran número de
quiebras y le sería imposible actuar debidamente en la nueva quiebra, todo lo cual debe ser
calificado por el tribunal de la quiebra que debe conocer para estos efectos de un incidente
promovido como consecuencia de la excusa presentada por el síndico. Ahora bien, si no se
presentare excusa fundada, o habiéndola presentado, ésta hubiere sido calificada de insuficiente
por el tribunal, el síndico será eliminado de la nómina nacional de síndicos una vez cumplido el
plazo señalado o ejecutoriada la sentencia que resuelva el incidente, según corresponda. Para
estos efectos, el juez comunicará tales hechos al Ministerio de Justicia (Artículo 26 inciso 4° en
relación con el artículo 22 N ° 7 de la Ley N ° 18.175)

El artículo 26 inciso 1° señala que: “Los síndicos, titulares o suplentes, provisionales o


definitivos, asumirán su cargo previa aceptación y juramento ante el ministro de fe que les
notifique su designación”. Para estos efectos el artículo 55 de la Ley N ° 18.175, señala que,
inmediatamente de pronunciada la sentencia que declara la quiebra, el secretario del tribunal
cuidará que se notifique dicha resolución, a la brevedad posible, al síndico provisional, titular y
suplente. El secretario podrá notificar por sí o encomendar esta diligencia a otro ministro de fe.

La urgencia que el legislador ha dispuesto para que el síndico asuma su cargo en carácter de
provisional encuentra su fundamento en que, de procederse de otro modo, hay peligro que el
deudor fallido oculte o disponga fraudulentamente sus bienes; para evitarlo se dispone que el
síndico proceda a incautar libros, papeles y bienes del quebrado y a formar inventario de los
mismos, con el fin de asegurar la ejecución colectiva y el desasimiento que ha sufrido el fallido
por el solo pronunciamiento de la sentencia declaratoria de quiebra316. Con todo, la designación

315
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 78-79.
316
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 79.

337
de síndicos introducida como consecuencia de la Ley N ° 20.004, cuando el peticionario de la
quiebra es el deudor, afecta la intención del legislador de intentar una rápida actuación del
síndico en la quiebra para impedir conductas dolosas del fallido que afecten la masa del activo
de la quiebra, toda vez que, la realización de las audiencias con los acreedores de mayor crédito
a efectos de la designación de los síndicos provisionales termina retrasando la entrada en
funciones del síndico, situación que se agrava si se considera que la sentencia que declara la
quiebra ya ha sido pronunciada y notificada y en consecuencia ya ha operado el desasimiento
(Artículos 64 y 65 de la Ley N ° 18.175) existiendo un período de tiempo, entre la declaratoria
de quiebra y la designación y aceptación del síndico en que los bienes de la quiebra quedan sin
poder ser administrados, por cuanto el deudor por ley no puede ejercer actos de disposición
sobre ellos y por cuanto existen audiencias que dilatan la designación y entrada en funciones del
síndico.

Se deberá dejar constancia en autos de la notificación practicada al síndico designado.


Asimismo, se dejará constancia de la aceptación y juramento, o de la negativa fundada que
señale el síndico para no aceptar la designación, en su caso (Artículo 26 inciso 2° de la Ley N °
18.175)

El juramento recaerá sobre el fiel desempeño del cargo, que comprenderá, en todo caso, el
resguardo de los intereses generales de los acreedores y el pronto cumplimiento de su cometido
(Artículo 26 inciso 3° de la Ley N ° 18.175). Este juramento promisorio del síndico es análogo al
que debe prestar el perito en el Código de Procedimiento Civil, razón por la cual es requisito
habilitante para el ejercicio válido del cargo de síndico de quiebras. Se trata de un juramento
promisorio toda vez que lleva envuelta o encierra una promesa.

El síndico titular entrará en funciones tan pronto acepte y preste juramento, sin esperar la
constancia procesal en autos de la notificación, designación y juramento a que hemos hecho
referencia (Artículo 26 inciso 4° de la Ley N ° 18.175). Los síndicos definitivos permanecerán
en su cargo hasta la cláusula de la quiebra, a menos que sobrevenga una causal de cesación en
sus cargos de las contempladas en el artículo 32 de la Ley N ° 18.175.

338
4.3 Críticas al sistema de designación de síndicos con anterioridad y con posterioridad a la
Ley N ° 20.004: Con anterioridad a la dictación de la Ley N ° 20.004, que modificó la Ley N °
18.175, existían distintas posiciones doctrinarias respecto de la conveniencia del sistema
predominante sobre designación de síndicos.

Uno de los fundamentos de la dictación de la mencionada ley fue que con la


modificación: “Se consigue, la transparencia en la designación de Síndicos, eludiendo
operaciones clandestinas, evitar las incomodidades que se originan al tribunal cuando se
dispone a declarar una quiebra tanto para efectuar una designación, si la quiebra es de altos
ingresos, como para no efectuarla, cuando carece de bienes o éstos son escasos; además, se
persigue entregar desde el inicio a los acreedores la decisión relativa a la persona que
representará sus intereses, aun en forma provisional”317.

Ahora bien, existían otras ideas en la doctrina referente a la designación de síndicos. Así,
Oscar Torres señala: “Creemos que el sistema actualmente vigente requerirá modificaciones
en lo que se refiere a la designación de síndicos, los que deberían ser nombrados
privativamente por el Tribunal de la Quiebra de manera definitiva, con el propósito de darle
garantías al fallido de una actuación equitativa e imparcial del síndico mediante un sistema
de listados o turnos semanales para proceder a su designación”318. Como puede apreciarse
se considera por algunos autores que la designación del síndico por el tribunal da más
garantías al fallido en cuanto a no dejarse llevar por los intereses exclusivos de los
acreedores, claramente la idea expuesta tiende a dotar al sistema de quiebras de un criterio
publicista.

Sin embargo, la consideración de que los verdaderos interesados por la buena


administración del síndico son los acreedores, llevó a que la reforma introducida por la Ley
N ° 20.004, estableciera un sistema en donde los únicos intervinientes en la designación del

317
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el
proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 6.
318
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 77.

339
síndico sean aquellos que tienen los mayores créditos en contra del fallido. Salvo los casos
excepcionales de sorteo que contempla el artículo 42 de la Ley N ° 18.175.

En la discusión parlamentaria de la Ley N ° 20.004, se señaló respecto del antiguo


sistema de designación de síndicos y sobre las modificaciones al mismo, que: “Hoy los
Síndicos de quiebra son nombrados en cada quiebra por los tribunales de justicia y allí se
produce una especie de lobby que es muy mal mirado, incluso por los propios tribunales,
que muchas veces, se sienten presionados por una serie de Síndicos que llegan a solicitar
que los nombren, cuando se va a producir una quiebra importante y también se producen
roces entre los propios Síndicos para ser nombrados en ese tipo de quiebras, por lo que la
idea es que el nombramiento de los Síndicos en cada quiebra lo hagan en plenitud los
propios acreedores, que son los que están realmente interesados en que la quiebra sea bien
administrada, puesto que la quiebra tiene por objeto pagarle a ellos sus créditos, y se
establece que habrá un Síndico provisional hasta la primera junta de acreedores que elegirá
al Síndico definitivo319”. En el mismo sentido, Lionel Stone Cereceda, cuando expresa: “Es
de público conocimiento para aquellos que se desenvuelven en el ámbito profesional de las
quiebras en general, que la disposición en actual vigencia del artículo 44 de la ley del ramo,
que permite al acreedor que solicita la quiebra de un deudor, proponer al tribunal una terna
de Síndicos, que formen parte de la nómina vigente, para que de entre ellas, designe el
tribunal un Síndico titular y un suplente, ha caído en desuso, y ha sido reemplazada por
instrucciones de la propia Corte de Apelaciones de Santiago, que contraviniendo el texto
expreso de la ley, instruyen a los magistrados para que designen Síndicos, por listas, turnos
u otros arbitrios igualmente discrecionales. Ello ha provocado la actual pugna de los
numerosos Síndico recientemente designados, para obtener un nombramiento, recurriendo a
toda clase de recursos y presiones indebidas. El proyecto pretende eliminar este lado oscuro
del inicio de toda quiebra, con la simple consagración de dejar esta facultad al acreedor que
solicita la quiebra, quien deberá señalar en la respectiva solicitud el nombre del Síndico

319
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el
proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 13.

340
titular y el del Síndico suplente, y el tribunal está obligado a designarlos en ese mismo
orden”320

Ahora bien, respecto de las críticas que se ventilaron al sistema de designación de síndicos
por los acreedores de mayores créditos, establecido en el proyecto de ley que dio origen a la Ley
N ° 20.004, se indicó por el Superintendente de Quiebras, en ese entonces, don Diego Lira, que:
“Ante el temor de que los bancos acreedores manejen las quiebras, acota que no son los bancos
los que van a designar al Síndico, sino que los acreedores mayoritarios y cuando hay más de un
banco, están en disputa unos con otros, porque tienen garantías hipotecarias y prendarias y esas
garantías, en definitiva, están al servicio de los acreedores de primera clase y, por ende, los
bancos tiene que poner la diferencia y no la quieren hacer muchas veces y la ley los obliga, por
lo que el Síndico les va a exigir que lo hagan y sino la Superintendencia de Quiebras se los
exigirá y si todo ello no surte efecto, será, a la postre, el juez quien los obligará. Por lo anterior,
no es tan claro que los bancos se vayan a poner tan fácilmente de acuerdo para nombrar al
Síndico”321. Lo anterior, en base a las consideraciones y preocupaciones expresadas por la
Asociación Gremial de Abogados Laboralistas, que al respecto indicaron: “En lo concreto, en
situaciones de marcada insolvencia, lo normal es que la pugna de intereses se dé entre los
créditos preferentes de primera clase y las acreencias hipotecarias y prendarias. La finalidad de
los bancos acreedores es limitar al máximo posible el monto de los créditos laborales preferentes
a los efectos de asegurar una mejor posición para sus créditos hipotecarios o prendarios. Siendo
así, fácil resulta comprender que el proceso de quiebra administrado por un Síndico provisional
designado por los bancos, que normalmente estarán en condiciones preferentes para ser citados
entre los tres mayores acreedores individuales, sólo augura un negro futuro para los trabajadores
que no obstante ser acreedores - en su conjunto - de créditos aún mayores que los de las
instituciones financieras - nada podrán influir en la designación del Síndico provisional. La
realidad arroja la evidencia de que lo usual es que los trabajadores no sean los que soliciten la

320
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el
proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 29.
321
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el
proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 13-14.

341
quiebra de la empresa. Antes, por el contrario, lo normal es que la declaratoria de quiebra es la
que recién determina el despido de los trabajadores y la posibilidad de accionar por el cobro de
acreencias laborales. Tanto por lo dicho como porque los montos individuales de los créditos
laborales son pequeños es de toda evidencia que los trabajadores – no obstante ser acreedores
preferentes y en conjunto generalmente los mayoritarios en el pasivo - serán actores ausentes en
la designación de Síndico provisional”322. Dicha Asociación indicó respecto del sistema de
designación de síndicos: “El actual sistema de designación es inapropiado, pero la modalidad
incorporada al proyecto es aun peor. Como solución sugirió una modalidad de designación que
considere mantener la facultad de designación del síndico provisional en el juez de la quiebra;
limitar el ámbito de decisión del juez a una pauta objetiva, que sólo le permita elegir entre los
tres primeros nombres de los síndicos que figuren en un turno confeccionado a partir de un rol
por sorteo u otra forma, y que todo síndico que deba asumir una quiebra en razón del turno y no
la acepte, por la causa que sea, pasará de inmediato a ocupar el último lugar en el rol, a fin de
evitar malos manejos”323

5. FUNCIONES DE LOS SÍNDICOS: Como hemos señalado las funciones que le


competen a los síndicos son de variada naturaleza. En su mayoría se encuentran establecidas
en el artículo 27 de la Ley N ° 18.175, pero como se colige del número 23 de la mencionada
ley a los síndicos les corresponde: “Ejercer las demás facultades y cumplir las demás
obligaciones que la ley le asigna”, con lo que se reafirma el respeto al principio de legalidad
en la actuación de los síndicos.

El artículo 27 inciso primero señala: “El síndico representa los intereses generales de los
acreedores, en lo concerniente a la quiebra, y representa también los derechos del fallido, en
cuanto puedan interesar a la masa, sin perjuicio de las facultades de aquéllos y de éste

322
Informe de la comisión de economía, fomento, y desarrollo de la Cámara de Diputados recaído en el
proyecto de ley, en primer trámite constitucional, que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de
los síndicos y de la Superintendencia. N ° 3.180-03., pp: 39.
323
Boletín N ° 3.180-03. Informe de la comisión de economía, recaído en el proyecto de ley, en segundo
trámite constitucional, que modifica la ley N ° 18.175, en materia de fortalecimiento de la transparencia en
la administración privada de las quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia
de Quiebras., pp: 16.

342
determinadas por la ley”. El sentido de este inciso y sus repercusiones en lo concerniente a
la naturaleza jurídica del síndico han sido estudiados en el párrafo dos del presente capítulo.

Al síndico le incumbe especialmente:

a. Actuar en resguardo de dichos intereses y derechos, en juicio y fuera de él, con plena
representación del fallido y de los acreedores;

Ya hemos hecho referencia a esta norma cuando tratamos el tema de la naturaleza


jurídica de los Síndicos. Sin embargo es importante indicar que la norma recalca la
conclusión dada anteriormente en cuanto a que el síndico no es un represente del fallido ni
de los acreedores, sino que sólo actúa en representación de los intereses de los segundos y
de los derechos de los primeros, y es en ese contexto en el que actúa en representación tanto
en el juicio de quiebra como fuera de él.

b. Hacer las publicaciones e inscripciones de la declaración de quiebra, y remitir, a los


acreedores que residan en el extranjero, las cartas a que se refiere el N ° 7 del artículo 52;

Esta función es una atribución que implica una actuación como auxiliar de la
administración de justicia. Dentro de las publicaciones e inscripciones que señala la norma,
podemos mencionar, la inscripción de la declaración de la quiebra en el Registro de
Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar del Conservador de Bienes Raíces del
departamento en que se hubiere declarado la quiebra y también en el de los Conservadores
correspondientes a cada uno de los inmuebles pertenecientes al fallido (Artículo 52 N ° 8 de
la Ley N ° 18.175), y la notificación por carta aérea certificada de la quiebra a los
acreedores que se hallen fuera de la República, para que comparezcan al juicio de quiebra
con los documentos justificativos de sus créditos, bajo el apercibimiento de que los afectará
el juicio de quiebra sin nueva citación (Artículo 52 N ° 7 de la Ley N ° 18.175)

343
c. Exigir del fallido que le suministre la información que juzgue necesaria para el mejor
desempeño de su cargo, y le entregue sus libros, papeles y documentos;

La entrega de información respecto de los negocios del fallido es fundamental, a efectos


de que, el síndico pueda proceder a la determinación del pasivo concursado, a la visación de
pagos, al cotejo del inventario fijo, a la supervisión del inventario variable, y a la
determinación en definitiva del flujo del caja del fallido, que implica el señalamiento de las
corrientes de ingresos y egresos monetarios del giro durante un período determinado.

La determinación del flujo de caja del fallido es importante respecto de las decisiones
que pueden adoptarse respecto de la empresa en falencia, toda vez que, dependiendo de
dicho flujo de caja puede fundamentarse la continuación efectiva del giro del fallido o bien,
la enajenación como unidad económica, si es que las utilidades de la empresa dentro de un
determinado ejercicio son mayores que el monto probable de realización del activo.

Es así como el Artículo 94 N ° 1 de la Ley N ° 18.175, establece que el síndico al


momento de asumir oficialmente el cargo debe adoptar las providencias necesarias para
recoger los libros, documentos y bienes del fallido y para colocarlos en lugar seguro si se
estima que peligran o corren riesgos donde se encuentran. La mencionada norma es la
consecuencia práctica del Artículo 27 N ° 3 de la ley de quiebras. De más está decir que
estas funciones son importantes para determinar el activo de la quiebra y por lo mismo,
deben realizarse rápidamente ante el peligro de ocultamiento que el fallido haga de dichos
elementos.

El artículo 96 de la Ley N ° 18.175, en relación con la norma que estamos comentando


establece la obligación legal del fallido de entregar sus libros y documentos al síndico para
realizar las funciones anteriormente señaladas, al indicar que: “El fallido está obligado a
indicar y a poner a disposición del síndico todos sus libros, documentos, bienes y

344
antecedentes. Si el deudor ha fallecido o se ha fugado, esta obligación incumbe a sus
colaboradores más próximos”.

d. Cerrar los libros de comercio del fallido;

e. Abrir la correspondencia del fallido con intervención del tribunal, y retener las cartas u
documentos que tengan relación con los negocios de la quiebra;

f. Proponer la fecha de la cesación de pagos;

En efecto, el síndico dentro del plazo de sesenta días corridos desde que hubiere asumido
el cargo, propondrá al tribunal la fecha de cesación de pagos del fallido. El juzgado
ordenará notificar por avisos esta proposición. El fallido, los acreedores o los terceros
interesados tendrán, para objetar dicha proposición el plazo de diez días contados desde la
notificación por avisos. Terminado el plazo anterior sin que se hubieren formulado
objeciones o tramitadas las que se hubieren presentado, el tribunal fijará la fecha de la
cesación de pagos y su resolución será notificada por el estado diario, siendo susceptible de
ser impugnada por medio del recurso de apelación (Artículo 61 de la Ley N ° 18.175).

La ley establece ciertos parámetros para que el síndico proceda a la fijación de la fecha
de cesación de pagos, a saber:

- En caso de quiebra de un deudor que no ejerza una actividad minera, agrícola,


industrial o comercial, la fecha de cesación de pagos será aquella en que primero se produjo
la exigibilidad de alguno de los títulos ejecutivos que existan en su contra (Artículo 62 de la
Ley N ° 18.175)

345
- La cesación de pagos no podrá ser fijada en un día anterior en más de un año a la fecha
de la resolución que declare la quiebra (Artículo 63 de la Ley N ° 18.175)

g. Recibirse bajo inventario de los bienes de la quiebra y administrarlos en conformidad


a la ley;

En efecto, el artículo 94 N ° 2 de la Ley N ° 18.175, señala: “Asumido oficialmente el


cargo, el síndico deberá: 2.- Formar, a más tardar al día siguiente hábil y en presencia del
secretario del tribunal, de un notario o de otro ministro de fe designado por el tribunal,
inventario de todos los libros, correspondencia, documentos y bienes del deudor, debiendo
dejar constancia del estado de las maquinarias, útiles y equipos, para lo cual podrá hacerse
acompañar de una persona especialmente técnica atendido el giro del fallido. Igualmente,
deberá dejar constancia de todo derecho o pretensión formulado por terceros en relación con
los bienes inventariados”

En el evento que aparecieren nuevos bienes por inventariar, se aplicará lo indicado en la


norma anterior (Artículo 95 de la Ley N ° 18.175).

Previo al inventario, debe procederse por el síndico, en presencia del secretario del
tribunal o de un notario o de otro ministro de fe designado por el juez, a recoger todos los
libros, documentos y bienes del fallido (Artículo 94 N ° 1 de la Ley N ° 18.175)

Bien, puede ocurrir que no apareciere ningún bien perteneciente al fallido. En tal caso se
dejará constancia en un acta y el tribunal, expirado el plazo de quince días contados desde la
fecha de publicación del aviso de agregación del inventario a autos, o desechadas las
observaciones que hagan el fallido o los acreedores al inventario, pronunciará el
sobreseimiento temporal de la quiebra, el que se comunicará por el tribunal, mediante
correo certificado, al fallido, a los acreedores y al síndico. Este último dispondrá de un
plazo de treinta días corridos, para presentar su cuenta con todos los antecedentes y se

346
procederá conforme a las normas que establecen la rendición de cuentas de administración
provisional y definitiva (Artículo 97 y 98 de la Ley N ° 18.175)

La norma señala que la recepción de los bienes bajo inventario es con el objeto de
administrarlos. Con ello se establece la función natural de los síndicos, reafirmando las
ideas señaladas en el artículo 64 de la ley de quiebras, tendiente a que el síndico toma la
administración del patrimonio concursado del fallido a efectos de realizar el pago a los
acreedores en el orden legal que proceda.

h. Continuar provisoriamente el giro de los establecimientos del fallido, con


conocimiento de éste;

El síndico podrá, hasta la primera junta de acreedores y según lo estime conveniente a


los intereses de la masa, cerrar bajo sello y paralizar la actividad del todo o parte de los
locales, oficinas y establecimientos del fallido, o bien, continuar su giro provisionalmente,
en forma total o parcial (Artículo 99 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). De forma que la ley
establece la discrecionalidad absoluta del síndico a efectos de determinar la continuación
provisional del giro de los establecimientos del fallido. Esta discrecionalidad se rompe
cuando hablamos de la continuación efectiva del giro del fallido, que debe ser aprobada por
los acreedores en razón del artículo 112 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, salvo en el caso
especial que contempla el inciso 2° del artículo 99 de la Ley N ° 18.175.

En la continuación provisional del giro del fallido, el síndico sólo podrá ejecutar aquellos
actos que tiendan a facilitar la realización de los bienes y preparar una liquidación
progresiva. No obstante y si hubiere causas graves que lo justifiquen, podrá el síndico, con
autorización del tribunal, iniciar de inmediato la continuación efectiva del giro del fallido
(Artículo 99 inciso 2° de la Ley N ° 18.175)324.

324
Las obligaciones contraídas por el síndico en la continuación provisional del giro del fallido (Artículo
99 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), o bien, en el caso de la continuación efectiva del giro del fallido

347
i. Continuar efectivamente el giro del fallido con autorización del tribunal o con acuerdo
de la junta de acreedores, según corresponda;

Hemos hecho referencia a la primera de las situaciones planteadas, que dicen relación
con la continuación efectiva del giro del fallido adoptada por el síndico con autorización del
tribunal de la quiebra. Cabe señalar que esta posibilidad sólo se puede realizar hasta la
celebración de la primera junta de acreedores (Artículo 99 de la Ley N ° 18.175).

Ahora bien, la continuación efectiva del giro del fallido, podrá proponerse por el síndico
o por dos o más acreedores en cualquier oportunidad (incluso antes de la realización de la
primera junta de acreedores, periodo en el cual puede darse la continuación efectiva del
giro, adoptada por el síndico con autorización del tribunal). Para su aprobación se requerirá
el acuerdo de los acreedores que representen a lo menos los dos tercios del pasivo de la
quiebra con derecho a voto (Artículo 112 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). Para la obtención
de la mencionada mayoría, los acreedores que estuvieren por la continuación podrán excluir
a los disidentes, pagándoles la cuota que les corresponda atendidos el carácter y preferencia
del crédito y el importe del activo de la quiebra, o asegurándoles el pago (Artículo 112
inciso 3° de la Ley N ° 18.175)

j. Cobrar los créditos del activo de la quiebra;

Según el inciso 3° del artículo 64 de la Ley N ° 18.175, la administración del patrimonio


concursado pasa de pleno derecho del fallido al síndico, quien ejercerá dicha administración
en conformidad a la ley de quiebras. Una función típicamente de administración es la de
cobrar los créditos que se hayan constituidos u otorgados a favor del activo de la quiebra.

(Artículo 99 inciso 2° de la Ley N ° 18.175), sólo podrán hacerse efectivas sobre los bienes comprendidos
en la quiebra, sin perjuicio del derecho preferente de los acreedores privilegiados e hipotecarios y de los
dispuesto en el artículo 114 (Artículo 100 de la Ley N ° 18.175)

348
k. Celebrar compromisos o transacciones previo acuerdo de la junta de acreedores;

l. Contratar préstamos para subvenir a los gastos de la quiebra, debiendo informar de ello
en la próxima junta de acreedores;

La función de contratar préstamos para subvenir a los gastos de la quiebra y la función


del síndico tendiente a la celebración de compromisos o transacciones, forma parte de la
esencia de lo que consiste administrar el patrimonio concursado y de aquello que implica
como gastos la administración de la quiebra en general. Ambas funciones, también, dejan de
manifiesto la constante obligación de rendición de cuentas (Artículo 27 N ° 12 de la Ley N °
18.175) y de órgano de ejecución (Artículo 27 N ° 11 de la Ley N ° 18.175) que tienen los
síndicos respecto de las juntas de acreedores.

m. Ceder a título oneroso los derechos que el fallido tenga en sociedades, comunidades o
asociaciones o pedir su disolución, liquidación o partición, a falta de interesados. Al efecto,
representará al fallido en los actos y contratos que deban realizarse u otorgarse, en el
nombramiento de árbitros o liquidadores y en los respectivos juicios de liquidación y
partición;

n. Exigir rendición de cuentas de cualquiera que haya administrado bienes del fallido;

Complementando la exigencia del fallido de suministrar la información que el síndico


estime necesaria para el adecuado ejercicio de su cargo, y la entrega de los bienes,
documentos y papeles que el primero debe efectuar al segundo (Artículo 27 N ° 3 de la Ley
N ° 18.175), se contempla la obligación de todos los administradores de bienes del fallido
de rendir cuenta de su administración al síndico, para que éste adquiera un mayor
conocimiento sobre los temas involucrados en la quiebra del fallido.

349
ñ. Impugnar los créditos en conformidad a lo dispuesto en el párrafo primero del Título
X;

Recordemos que todos los acreedores residentes en el territorio de la República, sin


excepción alguna, tendrán el plazo de treinta días, a contar de la notificación de la
declaración de quiebras, para verificar sus créditos y alegar sus preferencias ante el tribunal
que conozca de ella (Artículo 131 de la Ley N ° 18.175). Misma obligación rige para los
acreedores que suministren servicios de utilidad pública en los términos indicados en el
artículo 132 de la ley de quiebras. Misma obligación existe respecto de los acreedores que
se hallen fuera del territorio de la República en los términos indicados en el artículo 139 y
52 N ° 7 de la Ley N ° 18.175.

A costa de la masa, se mandará anunciar por aviso, los créditos que se presente a la
verificación y deberá indicarse en el aviso, el monto de ellos a título de capital e intereses,
su origen, las preferencias alegadas y la individualización del acreedor. Al mismo tiempo, el
secretario del juzgado remitirá al síndico la copia del escrito de verificación y de los títulos
justificativos, previa certificación de estar conformes estas piezas con los originales
agregados a autos (Artículo 134 de la Ley N ° 18.175)

El síndico deberá hacer un prolijo examen de los créditos que se presenten a la


verificación y de las preferencias alegadas, investigando su origen, cuantía y legitimidad por
todos los medios a su alcance. En el evento de no encontrar justificado el crédito o la
preferencia alegada, deberá deducir demanda de impugnación respecto del crédito o
preferencia (Artículo 135 de la Ley N ° 18.175)

El síndico, los acreedores y el fallido podrán interponer demanda de impugnación contra


los créditos, desde el momento en que se haya agregado a los autos la respectiva solicitud y
hasta que quince días después de notificada la resolución que da por cerrado el

350
procedimiento de verificación325. El síndico y los acreedores podrán deducir demanda de
impugnación, también dentro del mismo plazo, en contra de las preferencias reclamadas, no
contemplándose dicha posibilidad al fallido, a quien no le es de incumbencia la preferencia
con que los acreedores deben pagarse (Artículo 137 de la Ley N ° 18.175).

Los créditos no impugnados dentro del plazo señalado anteriormente tendrán el carácter
de reconocidos y no podrán ser objeto de impugnación posterior, a menos que a su respecto
haya existido una reserva de impugnación por parte del síndico, pues en tal caso existirá un
plazo adicional para impugnar de diez días, contados desde el vencimiento del plazo
original para impugnar (Artículo 138 de la Ley N ° 18.175).

Cada impugnación se tramitará en cuaderno separado, sin perjuicio de las acumulaciones


que procedan, según las reglas generales. La demanda de impugnación se notificará al
demandado personalmente o en la forma prescrita en el artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil, el que dispondrá de seis días fatales para responder. En lo demás, se
aplicará el procedimiento incidental general en materia de quiebras, contemplado en el
artículo 5 inciso 1° de la Ley N ° 18.175 (Artículo 141 de Ley N ° 18.175). El síndico podrá
intervenir como parte coadyuvante en toda impugnación, cuando no figure como parte
principal. Velará, en todo caso, porque el procedimiento siga su curso, sin dilaciones, para
lo cual acusará las rebeldías en que puedan incurrir las partes y reclamará el fallo oportuno
en primera o segunda instancia (Artículo 142 de la Ley N ° 18.175).

o. Realizar los bienes de la quiebra;

325
Es necesario recordar que existe un proceso ordinario de verificación, señalado en los artículos 131,
136 y 139 de la Ley N ° 18.175, y un procedimiento extraordinario de verificación de créditos (Artículo
140 de la Ley N ° 18.175), al cuál podrán concurrir todos los acreedores que no participaron en el proceso
ordinario. Sin embargo, los acreedores que no hayan verificado oportunamente sus créditos (período
ordinario) sólo podrán hacerlo en cuanto existan fondos por repartir, y para ser considerados
exclusivamente en los repartos futuros.

351
La realización de los bienes del fallido que componen el activo de la quiebra es la
finalidad normal del proceso de quiebras, que constituye un juicio de ejecución procesal.
Ahora bien, en general existen dos formas de proceder a la realización del activo del fallido,
a saber: (i) La realización sumaria del activo, y (ii) La realización normal de los bienes del
activo del fallido.

En el caso de la realización sumaria, si de la cuenta presentada por el síndico apareciere


que el producto probable de la realización del activo de la quiebra no excederá de mil
unidades de fomento, se procederá a la realización sumaria del activo. En este caso se debe
liquidar el activo en la forma más conveniente para los intereses de la masa, en un plazo no
superior a seis meses (Artículo 109 de la Ley N ° 18.175).

Las normas que tratan de la realización normal de los bienes del activo se encuentran
establecidas en el Título IX de la Ley N ° 18.175: “De la Realización del Activo”. Estas
normas se aplican en aquellos casos en que no resulte aplicable la realización sumaria de
activos tratada en el artículo 109 de la Ley N ° 18.175. Además, el síndico procederá a la
realización del activo ateniéndose a los acuerdos de las juntas de acreedores si los hay y a
las disposiciones legales que establecen ciertos parámetros para proceder a la realización del
activo de la quiebra (Artículo 120 de la Ley N ° 18.175), a saber:

- El síndico, provisional o definitivo, podrá vender en cualquier momento, al martillo o


en venta privada, los bienes expuestos a próximo deterioro o a una desvalorización
inminente y los que exijan una conservación dispendiosa (Artículo 121 de la Ley N °
18.175).

- Las especies corporales muebles se venderán al martillo y los valores que tengan
cotización bursátil, en remate en bolsa de valores (Artículo 122 inciso 1° de la Ley N °
18.175)

352
- El síndico podrá enajenar por precio alzado los créditos activos de morosa o difícil
realización (Artículo 122 inciso 2° de la Ley N ° 18.175).

- Todos los demás bienes corporales o incorporales se venderán en pública subasta ante
el juez que conoce de la quiebra, en conformidad a los trámites del juicio ejecutivo, o en
licitación pública cuyas bases deberán ser aprobadas por la junta de acreedores (Artículo
122 inciso 3° de la Ley N ° 18.175).

Sin embargo, la junta de acreedores podrá modificar las directrices de enajenación


señaladas anteriormente por la ley, con el voto favorable de más de la mitad del pasivo de la
quiebra con derecho a voto y con acuerdo del fallido, podrá acordar, en cualquier tiempo,
una forma diferente de realización de los bienes de la masa y de las modalidades de la
misma. Si la junta de acreedores acordare efectuar la realización de los bienes en subasta
pública y al mejor postor, no será necesario contar con el voto favorable del fallido. La
subasta deberá efectuarse ante el juez que conoce de la quiebra. No obstante, el síndico
podrá formular oposición fundada al acuerdo anterior, dentro de tercero día, debiendo
resolver el juez, a través de la tramitación del procedimiento incidental señalado en el
artículo 5 inciso 1° de la Ley N ° 18.175 (Artículo 123 incisos 1°, 2° y 3° de la Ley N °
18.175).

En cuanto al tiempo que debe durar la enajenación de los bienes del activo, cualquiera
sea la forma en que se proceda a dicha realización, ésta deberá efectuarse en el menor
tiempo posible, y en todo caso, dentro del plazo de seis meses, contado desde la primera
junta de acreedores, deberá encontrase realizado el total de los bienes de masa, salvo los
bienes inmuebles, respecto de los cuales el plazo será de nueve meses. Ambos plazos
podrán ser prorrogados por el tribunal por una sola vez por un máximo de seis meses,
siempre que el síndico lo solicite con a lo menos quince días de anticipación a su
vencimiento (Artículo 130 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). Estos plazos no se aplican: (i)
Respecto de los bienes comprendidos en la continuación efectiva del giro del fallido, y (ii)
En el caso de la realización sumaria que establece el artículo 109 de la Ley N ° 18.175.

353
p. Depositar a interés en un banco o institución financiera, los fondos que perciba, en
cuanta separada para cada quiebra y a nombre de ésta, y abrir una cuenta corriente con los
fondos indispensables para solventar los gastos que aquélla demande;

q. Hacer repartos de fondos, en la forma dispuesta en el párrafo segundo del Título X;

Las normas sobre repartos de fondos están establecidas en el párrafo segundo del Título
X de la Ley N ° 18.175: “De la graduación de créditos y su pago”, en los artículos 147 a
156.

El principio fundamental en materia de repartos de fondos, se encuentra establecido en el


artículo 147 de la ley de quiebras, que establece que los acreedores serán pagados en la
forma y orden de preferencias establecidos en las leyes. De manera que, el síndico deberá
proceder a la repartición de los fondos de la quiebra, adecuándose su actuar a las normas de
prelación de créditos señaladas en la ley.

La Ley N ° 18.175, establece en el artículo 148 la forma en como el síndico hará el pago
de los créditos privilegiados de la primera clase. El artículo 149 contempla, la forma de
pago de los acreedores de segunda clase. Y el artículo 150 contempla la forma de pago de
los créditos de tercera clase.

Cada vez que se reúna la cantidad suficiente para hacer a los acreedores comunes un
abono no inferior al cinco por ciento, reservando lo necesario para los gastos de la quiebra,
para responder si es necesario de los créditos impugnados y a los acreedores residentes en el
extranjero que no hayan alcanzado a comparecer, el síndico hará ese reparto, anunciándolo
por aviso y por carta certificada a todo acreedor (Artículos 151 de la Ley N ° 18.175).

354
La nómina de acreedores a quienes se harán los repartos se determina una vez expirado
el plazo de quince días subsiguientes a la clausura del procedimiento de verificación para
los acreedores residentes en el territorio de la República, o el plazo adicional de reserva de
impugnación (diez días más desde el vencimiento del plazo normal de impugnación326).
Para estos efectos, el síndico formará la nómina de los acreedores cuyos créditos no
hubieren sido impugnados, con anotación de las preferencias que les correspondan y de los
que se les deba por capital e intereses. Dicha nómina se agregará a autos y se notificará a los
acreedores por medio de avisos, que la contendrá íntegramente. A medida que se
reconozcan posteriormente nuevos créditos, se irá completando la nómina con las mismas
formalidades indicadas. Y sólo los acreedores que figuren en la nómina mencionada, podrán
participar en las distribuciones que haga el síndico (Artículo 143 de la Ley N ° 18.175)

El acreedor condicional podrá exigir la consignación de los dividendos que le


corresponderían cumplida la condición, o su entrega bajo caución suficiente de restituirlos a
la masa, con el interés corriente, para el caso de que la condición no se verifique (Artículo
152 de la Ley N ° 18.175)

Cuando un acreedor fuere a la vez deudor del fallido, sin que hubiere operado la
compensación, las sumas que a aquél le correspondan se aplicarán al pago de su deuda,
aunque no estuviere vencida (Artículo 153 de la Ley N ° 18.175)

La demanda de los acreedores morosos no suspenderá la realización de los repartos; pero


si, pendiente el reconocimiento de estos nuevos créditos se ordenare otro reparto, serán
dichos acreedores comprendidos en él, por la suma que corresponda, con calidad de que
sean mantenida en depósito hasta que sus créditos queden reconocidos. Una vez,
reconocidos sus créditos, los reclamantes tendrán derecho a exigir que los dividendos que
los hubieren correspondido en las distribuciones precedentes, sean de preferencia cubiertos

326
De suerte que el plazo para ser agregado a la lista de repartos de los acreedores cuyos créditos hayan
sido objeto de reserva de impugnación (y respecto de los cuales no se haya luego deducido demanda de
impugnación) será el de veinticinco días desde el cierre del proceso de verificación (15 días normales + 10
días que tiene el síndico para no impugnar).

355
con los fondos no repartidos; pero no podrán demandar a los acreedores pagados en los
anteriores repartos la devolución de cantidad alguna, aun cuando los bienes de la quiebra no
alcancen a cubrir íntegramente sus dividendos insolutos327.

La cantidad reservada para los acreedores residentes fuera del territorio de la República
permanecerá en depósito hasta el vencimiento del duplo del término de emplazamiento que
les corresponda y, vencido este plazo, se aplicará al pago de los créditos reconocidos328.

Si algún acreedor comprendido en la nómina de distribución no compareciere a recibir lo


que le corresponda tres meses después de la notificación del reparto, el síndico depositará su
importe en arcas fiscales a la orden de dicho acreedor329

r. Desempeñar las funciones de interventor o depositario en los casos que esta ley
determina;

Corresponde al Síndico de Quiebras ejercer las funciones de interventor y depositario en


los casos que la ley de quiebras determina. En efecto, el síndico desempeña el papel de
interventor en la administración que conserva el fallido respecto de los bienes de sus hijos y
de su cónyuge y de los bienes en usufructo legal, a fin de cuidar que los frutos líquidos de
estos bienes ingresen a la quiebra (Artículo 64 inciso 4° de la Ley N ° 18.175)

Actúa como depositario, en el caso contemplado en el artículo 71 de la Ley N ° 18.175,


que regula los concursos hipotecarios y prendarios especiales.

s. Servir de síndico en los concursos de hipotecarios que se abran dentro de la quiebra y


llevar cuenta separada de todo lo concerniente a cada uno de ellos;
327
Artículo 154 de la Ley N ° 18.175.
328
Artículo 155 de la Ley N ° 18.175.
329
Artículo 156 de la Ley N ° 18.175.

356
t. Comunicar, dentro de los diez días siguientes al de su asunción al cargo, la declaratoria
de quiebra al Servicio de Tesorerías del domicilio del fallido;

u. Ejecutar los acuerdos legalmente adoptados por la junta de acreedores dentro del
ámbito de su competencia, y

Esta norma fue incorporada por la Ley N ° 20.004. A lo largo de esta tesis ya la hemos
estudiado, señalando que se trata de la norma que consagra expresamente que el síndico es
un órgano ejecutor de los acuerdos adoptados por las juntas de acreedores. Sin embargo,
para que el síndico se transforme en ejecutor de dichos acuerdos, se deben cumplir ciertos
requisitos:

- Los acuerdos deben ser adoptados legalmente, y

- Las Juntas de Acreedores deben adoptar los acuerdos en el ámbito de competencia que
le fija la Ley N ° 18.175 (como por ejemplo, artículos 108 y 116 de la mencionada ley)

v. Ejercer las demás facultades y cumplir las demás obligaciones que la ley le asigna.

Los síndicos son órganos de la quiebra que desarrollan sus funciones en el marco que la
ley les fija, y en el contexto de la ejecución de los acuerdos legalmente adoptados por las
juntas de acreedores, dejando la discreción en su actuar a aquellas situaciones que escapan
de los ámbitos de acción señalados anteriormente.

El artículo 27 contempla las funciones que especialmente le corresponden a los síndicos,


sin embargo, existen una serie de atribuciones que no se encuentran establecidas en dicha
norma. Señalaremos a continuación algunas de dichas atribuciones desparramadas a lo largo

357
del texto de la Ley N ° 18.175, debiendo dejar constancias que las olvidadas en este breve
recuento han sido indicadas a lo largo de la presente tesis.

Así, la ley de quiebras contempla como facultades y obligaciones del síndico, además de
las señaladas en el artículo 27 de la Ley N ° 18.175, las siguientes:

(i) Los artículos 82 a 92 de la Ley N ° 18.175, contemplan diversos casos de acciones de


reivindicación, resolución y retención. Con todo, el síndico podrá oponerse a las
resoluciones y retenciones contempladas en dichas normas, y exigir la entrega de las cosas
vendidas o retenidas, pagando la deuda, intereses, costas y perjuicios, o dando caución que
asegure el pago (Artículo 93 de la Ley N ° 18.175)

(ii) El síndico, podrá ejercer, previo acuerdo de la junta de acreedores, las acciones de
inoponibilidad contempladas en los artículos 74 a 79 de la Ley N ° 18.175.

(iii) El sobreseimiento temporal contemplado en el artículo 158 N ° 1 de la Ley N °


18.175: “El tribunal dará lugar al sobreseimiento temporal: 1.- Cuando, de conformidad con
el artículo 97, no apareciere ningún bien perteneciente a la masa”, sólo se podrá ordenar a
solicitud del síndico, la que se notificará en igual forma que la declaración de quiebra
(Artículo 159 inciso 1° de la Ley N ° 18.175)

6. REMUNERACIÓN DEL SÍNDICO: Respecto a las remuneraciones cabe señalar que


es necesario distinguir las remuneraciones ordinarias y las remuneraciones extraordinarias.
Como su nombre lo indica, en el caso de las remuneraciones extraordinarias su ocurrencia
sólo es excepcional ya que la idea del legislador de la Ley N ° 20.004, fue la de establecer
un honorario único para el síndico y sus asesores.

358
6.1 Remuneración ordinaria del síndico definitivo: En los artículos 33 y 34 de la Ley N °
18.175 se contempla la remuneración ordinaria del síndico. Estas normas fueron objeto de
modificación por la Ley N ° 20.004, expresándose al respecto por el entonces
Superintendente de Quiebras: “A efectos de proteger a los acreedores laborales y valistas,
entre otros, se establece un límite máximo a los honorarios que pueden cobrar los síndicos,
en conformidad a una tabla, por tramos, progresiva y gradual, sin perjuicio de pactar
honorarios mayores con los acreedores que así lo acuerden”330.

El síndico definitivo tendrá como remuneración única por el ejercicio de sus funciones el
honorario determinado en la forma señalada en el artículo 34 de la Ley N ° 18.175, que
luego veremos.

Dicho honorario será gasto de administración de la quiebra, y con cargo a éste el síndico
deberá costear los gastos de su oficina, las remuneraciones de sus trabajadores, todo pago de
honorarios a abogados, contadores, asesores, cualquier otra clase de profesionales, técnicos y
prestadores de servicios que haya contratado para el cumplimiento de su cometido. En la
legislación anterior, los asesores del síndico eran remunerados con el activo de la quiebra, gastos
que en definitiva no tenían tope, por lo que ahora se otorga garantía a los acreedores en el
sentido de que los honorarios ordinarios incluyen lo relativo a los asesores del síndico por lo
tienen seguridad respecto al monto de los gastos por dicho concepto. La necesidad de que el
síndico pague a sus asesores y los demás gastos implícitos en su labor con el honorario
determinado en la tabla indicada en el artículo 34 de la Ley N ° 18.175, tiene una justificación
histórica, que tiene por finalidad evitar que los síndicos aumenten sus honorarios mediante el
expediente de contratar agentes que le auxilien en el ejercicio de su función, lo que es de común
ocurrencia y constituye una vía poco ortodoxa para incrementar la remuneración del síndico.
Así, se consideró que el síndico debe contar con la infraestructura y el personal necesarios para
desarrollar su tarea, y no es admisible que cargue el pago de estos ítems a la quiebra ni menos
aún a cada quiebra que asuma.

330
BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 74. Junio 2003.
Presentación del Representante de Libertad y Desarrollo en relación al proyecto de modificación de la Ley
de Quiebras., pp: 15.

359
Asimismo, le corresponde costear con cargo a dicho honorario único los gastos del
ministro de fe designado por el tribunal para llevar a cabo las tareas de incautación e
inventario de los bienes del activo de la quiebra en conformidad al artículo 94 de la Ley N °
18.175, en todo aquello que exceda al arancel fijado para los notarios.

Sin embargo, con cargo a dichos honorarios no les corresponde costear los gastos de la
administración de la quiebra que es de cargo de la masa y que deben ajustarse a las
instrucciones obligatorias y generales que dicte al respecto la Superintendencia de Quiebras
en el ejercicio de sus funciones, en conformidad al artículo 33 inciso 1°, artículos 111 inciso
1° y artículo 8 N ° 3, todos de la Ley N ° 18.175.

Ahora bien, el inciso segundo del artículo 33 de la Ley N ° 18.175, contempla una
prohibición para el síndico consistente en no poder percibir de la quiebra, por sí o por
interpósita persona, cualquier ingreso adicional al honorario ordinario, sin perjuicio de los
que pudiere corresponderle en conformidad al:

- Artículo 113 como administrador de la continuación del giro:


En efecto, la continuación efectiva del giro del fallido, total o parcial, podrá proponerse en
cualquier oportunidad por el síndico o por dos o más acreedores. Para su aprobación se
requerirá el acuerdo de los acreedores que representen a lo menos los dos tercios del pasivo
de la quiebra con derecho a voto (Artículo 112 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). El plazo
acordado para la continuación efectiva del giro del fallido, total o parcial no podrá tener una
duración mayor a un año, pudiendo ejercer la continuación efectiva del giro del fallido el
mismo síndico que ha administrado la quiebra u otra persona distinta. Sin embargo, este
plazo podrá ser prorrogado por una sola vez, hasta por un año, mediante acuerdo adoptado
por los acreedores que representen a lo menos los dos tercios del pasivo de la quiebra con
derecho a voto. El acuerdo en tal sentido deberá adoptarse al menos quince días antes de la
expiración del plazo originalmente pactado y deberá recaer la administración de la
continuación del giro en una persona distinta del síndico.

360
- Artículo 34 inciso 5° de la Ley N ° 18.175: La norma del inciso
segundo del artículo 33 no señala como excepción a la prohibición de percibir de la quiebra
cualquier ingreso adicional al honorario ordinario, aquello que le pueda corresponde al
síndico por concepto de honorario extraordinario. Sin embargo, debemos considerar que la
prohibición anterior, claramente tiene como excepción la establecida por la misma ley por
concepto de honorarios extraordinarios, entendiendo en consecuencia, que estamos en
presencia de un simple olvido del legislador.

El artículo 34 de la Ley N ° 18.175 establece la tabla por tramos, progresiva y gradual


que hemos venido comentando. Así señala que, el honorario ordinario del síndico será
proporcional al monto de los repartos de fondos que se efectúen en la quiebra, salvo lo
dispuesto para el primer tramo (Sobre la parte que exceda de 0 y no sobrepase de 2.000
Unidades de Fomento, 20,00%), según su valor en pesos a la fecha del respectivo reparto
(Artículo 34 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). Lo anterior significa que, el honorario
ordinario del síndico se calculará sobre la base de los repartos, debiendo descontarse en
cada oportunidad en que éstos se efectúen y no sobre la base de los ingresos como se
establecía con anterioridad a la modificación a la ley de quiebras por la Ley N ° 20.004. Sin
embargo, en el caso del primer tramo de la tabla ya señalado, los honorarios ordinarios se
calcularán sobre los ingresos de la quiebra cuando no hubiere repartos o si por su aplicación
a los repartos correspondiere al síndico un honorario inferior a 15 unidades de fomento, y en
este caso el honorario del síndico no podrá exceder de esta cantidad (Artículo 34 inciso 2°
de la Ley N ° 18.175)

La escala para la determinación del honorario ordinario del síndico está expresada en
unidades de fomento, según su valor en pesos a la fecha del respectivo reparto:

Sobre la parte que exceda de 0 y no sobrepase de 2.000 Unidades de Fomento, 20,00%

Sobre la parte que exceda de 2.000 y no sobrepase de 4.000 Unidades de Fomento,


15,00%

361
Sobre la parte que exceda de 4.000 y no sobrepase de 8.000 Unidades de Fomento,
11,00%

Sobre la parte que exceda de 8.000 y no sobrepase de 16.000 Unidades de Fomento,


8,00%

Sobre la parte que exceda de 16.000 y no sobrepase de 32.000 Unidades de Fomento,


6,00%

Sobre la parte que exceda de 32.000 y no sobrepase de 64.000 Unidades de Fomento,


4,00%

Sobre la parte que exceda de 64.000 y no sobrepase de 130.000 Unidades de Fomento,


3,00%

Sobre la parte que exceda de 130.000 y no sobrepase de 260.000 Unidades de Fomento,


2,25%

Sobre la parte que exceda de 260.000 y no sobrepase de 520.000 Unidades de Fomento,


1,75%

Sobre la parte que exceda de 520.000 y no sobrepase de 1.000.000 Unidades de


Fomento, 1,50%

Sobre la parte que exceda de 1.000.000 Unidades de Fomento, 1%

En todos los repartos de fondos que el síndico efectúe, deducirá previamente la cantidad
que le corresponda por honorarios ordinarios (Artículo 34 inciso 3° de la Ley N ° 18.175).
Para el cálculo del honorario que corresponda al síndico en cada reparto, la tabla anterior se
aplicará en forma progresiva, a partir del respectivo tramo. En consecuencia, para la
aplicación de la tabla y determinación del porcentaje de honorario que le corresponde en
cada reparto, deberá considerarse el monto total distribuido en repartos anteriores (Artículo
34 inciso 4° de la Ley N ° 18.175)

En la legislación anterior, al síndico definitivo le correspondía la remuneración que fuera


acordada por la junta constitutiva de acreedores y en caso de no aceptar dicha junta la

362
proposición de honorarios del síndico o en caso de no pronunciarse oportunamente sobre
ella, le correspondía al síndico un honorario proporcional al monto de los ingresos que se
produzcan en la quiebra, de acuerdo a la escala decreciente expresada en unidades de
fomento, que se señalaba en el anterior artículo 35331.

Los honorarios que correspondan al síndico definitivo cuando cesare anticipadamente en


el cargo serán acordada entre éste y la junta de acreedores, a falta de acuerdo será fijada por
el tribunal de la quiebra (Artículo 35 inciso 1° de la Ley N ° 18.175).

6.2 Remuneración extraordinaria del síndico definitivo: No obstante lo señalado respecto


del honorario ordinario que le corresponde al síndico, todo aquel que estime que el trabajo
del síndico o de sus asesores vale más, o que estime que es necesario un incentivo para el
buen éxito de la gestión, puede pagar por ello. Con lo anterior, se conjuga adecuadamente
un criterio regulador (tabla progresiva para la determinación del honorario ordinario) y un
criterio de mercado (posibilidad de pagar más por los honorarios del síndico y de sus
asesores de cargo de quienes aprueben dicha remuneración mayor).

En efecto, en junta de acreedores se podrá convenir y fijar un honorario superior al


señalado para la remuneración ordinaria, esto es, podrá convenir un honorario
extraordinario (Artículo 34 inciso 5° de la Ley N ° 18.175). Dicha norma también
contempla la posibilidad de pactar en junta de acreedores un honorario inferior del señalado
para el síndico y sus asesores en conformidad a lo analizado anteriormente.

Ahora bien, para los efectos de acordar un honorario superior al ordinario, bastará el
voto favorable de cada uno de los acreedores que acepten concurrir al pago del exceso a su
propio cargo y sólo a ellos corresponderá su pago. Estos acreedores podrán convenir con el
síndico los valores correspondientes y su forma de pago, de lo cual deberá quedar
constancia en actas, a efectos de dar publicidad al acuerdo. El acta de la respectiva junta de

331
Anteriores artículos 33, 34, 35 y 111 de la Ley N ° 18.175.

363
acreedores será título ejecutivo suficiente para efectuar el cobro por el síndico a los
acreedores de los valores que se convengan. Dicha acta será firmada además por todos los
acreedores que han accedido al aumento de los honorarios (Artículo 34 inciso 6° de la Ley
N ° 18.175)

En junta extraordinaria de acreedores se podrán autorizar al síndico definitivo anticipos


que no podrán exceder del diez por ciento de los ingresos en dinero efectivo que se hayan
producido en la quiebra hasta ese momento, ni del veinticinco por ciento del honorario de la
tabla correspondiente a los dos primeros tramos, ni del diez por ciento en los tramos
siguientes. En caso alguno, el total de anticipos podrá exceder del treinta y tres por ciento de
los honorarios que correspondan al síndico. Para estos efectos, la tabla progresiva se
aplicará sobre los ingresos efectivos que hasta ese momento se hayan producido en la
quiebra (Artículo 34 inciso 7° de la Ley N ° 18.175)

6.3 Remuneración del síndico provisional: Los honorarios que correspondan al síndico
provisional, cuando no fuere ratificado por la junta de acreedores, serán acordados entre el
síndico provisional y la junta de acreedores. A falta de acuerdo serán fijados por el tribunal
de la quiebra (Artículo 35 inciso 1° de la Ley N ° 18.175). Misma norma se aplicará al
síndico suplente que asuma como titular (Artículo 35 inciso 2° de la Ley N ° 18.175)

En el evento que el síndico suplente asuma la administración de la quiebra por todo el


período que dure la suspensión o impedimento legal del síndico definitivo, o bien en
aquellos casos en que el síndico suplente asuma la administración de la quiebra por
encontrase el síndico definitivo transitoriamente impedido para desempeñar el cargo sin
haber constituido mandatario, el honorario del síndico suplente será fijado por el juez con
cargo a los honorarios del síndico titular (Artículo 25 inciso 4° y Artículo 35 inciso 3°,
ambos de la Ley N ° 18.175)

364
6.4 Remuneraciones especiales: Si la quiebra careciere de bienes o si éstos fueren
insuficientes para el pago de los honorarios que pudieren corresponder al síndico, éste sólo
tendrá derecho a una remuneración de quince unidades de fomento, que serán pagadas por
la Superintendencia de Quiebras con cargo a su presupuesto (Artículo 37 de la Ley N °
18.175)

Ahora bien, el síndico podrá contratar con cargo a los gastos de la quiebra, previo
acuerdo adoptado en junta extraordinaria de acreedores (por acreedores que representen, a
lo menos, dos tercios del pasivo de la quiebra con derecho a voto) a personas naturales o
jurídicas para que efectúen actividades especializadas debidamente calificadas como tales
por la junta, en los términos del artículo 36 de la Ley N ° 18.175.

7. DELEGACIÓN DE FUNCIONES DEL SÍNDICO: Nuestra legislación de quiebras


contempla en el artículo 28 el caso hipotético de la delegación de funciones de síndico en un
proceso de quiebras. Constituye un caso excepcional, en el cual el síndico encarga
determinadas gestiones a otro síndico de la nómina nacional de síndicos. En razón de esta
delegación de funciones, en la práctica se puede dar el caso que el síndico suplente
definitivo, no ejerza sus funciones como tal, si es que el síndico titular nombre un
mandatario para que lo subrogue.

Cabe señalar que, sólo es posible la delegación parcial de funciones más no una
delegación total de las mismas, por el peligro que ello trae consigo a los intereses de los
acreedores y por hacer innecesaria la designación de los síndicos definitivos. Además, el
criterio privatista determina en esta materia que a los acreedores les corresponde determinar
los síndicos que ejercerán la administración de los bienes del activo de la quiebra con los
que se les pagará y no al síndico. Esta conclusión la derivamos del tenor literal del artículo
28 y 22 N ° 3, ambos de la Ley N ° 18.175, que señalan en el primer caso: “El síndico podrá
delegar parte de sus funciones (…)”, y en el segundo caso: “(…) La delegación parcial de
funciones establecida en este último artículo deberá ser conocida y aprobada en la siguiente
junta de acreedores”

365
Ahora bien, el síndico podrá delegar parta de sus funciones bajo su responsabilidad y a
su costa, en mandatarios que designe y que deben cumplir los siguientes requisitos (Artículo
28 de la Ley N ° 18.175):

- Deben formar parte de la nómina nacional de síndicos. Con ello se mantiene el criterio
de profesionalismo de la actividad de las actuaciones de administración en una quiebra, por
cuanto, sólo podrán ejercer dichas funciones personas que cuenten con conocimientos
técnicos en la materia, y que no son otros que los que estén inscritos en la nómina nacional
de síndicos.

- No deben estar afectos a las inhabilidades del artículo 24 de la Ley N ° 18.175,


lo cual es lógico, por cuanto las inhabilidades contempladas en dicho artículo son
inhabilidades que impiden la actuación de los síndicos de la nómina nacional de síndicos en
quiebras determinadas.

La delegación y aceptación de la delegación deberán constar en instrumento público,


copia de la cual se agregará a autos (inciso 1° del Artículo 28 de la Ley N ° 18.175), lo
anterior nos permite concluir que las características de este mandato es el de ser un acto
jurídico solemne. De dicha delegación debe darse cuenta en la próxima reunión de la junta
de acreedores, en conformidad al artículo 28 de la Ley N ° 18.175, sin embargo, según el
artículo 22 N ° 3 de la misma ley dispone que, además la delegación parcial de funciones
debe ser aprobada por dicha junta de acreedores. De manera que, agrega un requisito no
contemplado en el artículo 28 que se refiere a la necesidad de aprobación de los acreedores
a la delegación parcial de funciones. La norma del artículo 22 N ° 3 que estamos
comentando fue incorporada por la Ley N ° 20.004, a efectos de reforzar el sistema
privatista de administración de quiebras y constituye una muestra más de que para nuestro
legislador el proceso de quiebras tiene como principal interesado a los mismos acreedores.

El establecimiento de la delegación de funciones del síndico de quiebras ha sido


criticado, y se ha señalado que, la posibilidad de la delegación de funciones importa hacer

366
inoperante la existencia del síndico suplente, por cuanto el mandatario designado por el
síndico en virtud de la delegación parcial de funciones va a venir a sustituirse en las mismas
atribuciones que le competen al síndico suplente332.

En derecho comparado, las legislaciones son reticentes a establecer la posibilidad de que


los órganos de la quiebre estén facultados para delegar sus potestades privativas o
exclusivas, así por ejemplo, la ley N ° 19.551 de Argentina en su artículo 276 estableció el
principio de la indelegabilidad de funciones: “Las atribuciones conferidas por esta ley a
cada funcionario son indelegables, sin perjuicio del desempeño de los empleados. Además,
son excluyentes de la actuación del deudor y de los acreedores, salvo en los casos en que
expresamente se prevé su participación individual y el derecho que éstos tienen de efectuar
denuncias sobre la actuación de los funcionarios”333

8. LA CUENTA DEL SÍNDICO: El síndico como administrador de bienes ajenos debe


rendir cuenta de su gestión a aquellas personas titulares de los bienes sujetos a la
administración del síndico (administrados), que en el contexto de la ley de quiebras, son el
fallido y los acreedores.

La ley N ° 18.175 regula lo referente a la cuenta del síndico distinguiendo entre las
cuantas provisorias y las cuentas definitivas, además, contempla todo un procedimiento de
impugnación de las cuentas definitivas presentadas por el síndico. En ese orden pasaremos a
revisarlas.

8.1 Cuentas provisorias: Están reguladas en el artículo 29 de la Ley N ° 18.175. Estas


cuentas deben rendirse periódicamente en la forma y plazos que establezca la
Superintendencia de Quiebras, de acuerdo al ejercicio de la facultad normativa que le
compete a dicho ente en razón del artículo 8 N ° 3 de la Ley N ° 18.175. Con todo, la

332
TORREZ ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 74.
333
TORRES ZAGAL. Ob. Cit., pp: 75.

367
periodicidad no puede ser superior a seis meses. Las cuentas provisorias deben rendirse ante
la junta de acreedores y tienen por objeto ir informando sobre la marcha de la
administración de la quiebra a fin de que los acreedores puedan ir anticipando los resultados
finales que se van a contemplar en la cuenta definitiva. Se establece de esta forma una
constante fiscalización a la actuación del síndico por parte de los acreedores, toda vez que,
la información proporcionada por el síndico en virtud de estas cuentas, permitirán a los
sujetos activos de la quiebra apreciar el correcto o incorrecto funcionamiento del síndico y
con ello tendrán los suficientes elementos de juicio para poner en conocimiento de la
Superintendencia de Quiebras las actuaciones de los síndicos y así ejercer ésta última, sus
facultades sancionatorias (Artículo 8 N ° 5 y N ° 13 de la Ley N ° 18.175), o para proceder a
la revocación del síndico en junta extraordinaria (Artículo 117 inciso 2° de la Ley N °
18.175). Se configura de esta forma el derecho de las juntas de acreedores de ser informada
de la gestión del síndico, con el propósito de que conozcan del trabajo que éste desarrolla y
tengan noticia del verdadero estado de los negocios del fallido.

El pronunciamiento de las juntas de acreedores sobre las cuentas provisorias no impedirá


objetar posteriormente la cuenta definitiva en las materias incluidas en ellas (Artículo 29
inciso 2° de la Ley N ° 18.175), de manera que, el pronunciamiento sobre las cuentas
provisorias y sobre las cuentas definitivas es independiente y va a depender de la correcta
rendición de cada una de ellas.

En el evento que el síndico no presentare cualquiera de las cuentas provisorias, la


Superintendencia de Quiebras podrá aplicar una multa a beneficio fiscal de hasta 15
unidades de fomento (Artículo 29 inciso 3° de la Ley N ° 18.175), lo que constituye un
ejercicio particular de las facultades sancionatorias de la Superintendencia de Quiebras.

8.2 Cuentas definitivas: La cuenta definitiva es definida, como aquella que debe rendir el
síndico al término temporal o definitivo de su gestión334.

334
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 563.

368
Podemos distinguir cuatro situaciones que dan lugar a la rendición de cuenta definitiva, a
saber:

- En primer lugar, el síndico deberá dar cuenta definitiva de su


gestión a la Junta de Acreedores, a mas tardar dentro de los treinta días siguientes a aquel en
que hubieren vencido los plazos establecidos en los artículos 109 y 130 para liquidar los
bienes, esto es: (a) Seis meses improrrogables cuando se trata de liquidación sumaria del
activo inferior, según la cuenta presentada por el síndico, a mil unidades de fomento
(Artículo 109 de la Ley N ° 18.175), y (b) Seis y nueve meses prorrogables cuando debe
liquidar bienes muebles o inmuebles en aquellas quiebras que tienen más de mil unidades de
fomento, prorrogables por seis meses más, si se empleó otro procedimiento de realización
(Artículo 130 de la Ley N ° 18.175). En general, todas las gestiones que la ley le
encomienda al síndico estarán cumplidas al cabo de los seis meses desde la junta
constitutiva. La necesidad de rendir cuenta definitiva en esta situación se justifica por
cuanto una vez liquidado los bienes que constituyen el activo de la quiebra del fallido ya no
se requiere de un administrador de los mismos y en consecuencia es innecesaria la
existencia de un síndico335.
- En segundo lugar, se da origen a la cuenta definitiva antes de
los plazos señalados en el primer caso, cuando se hubieren agotado los fondos de la quiebra
o se hubieran pagado íntegramente los créditos reconocidos y no hayan impugnaciones por
resolver, o todos los acreedores hubieren convenido desistirse de la quiebra o remitir sus
créditos (Artículo 30 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), se justifica la rendición de cuenta
definitiva en este caso pues el proceso en donde el síndico actúa va a desaparecer en el
evento de ocurrir alguna de las situaciones que hemos señalado.
- En tercer lugar, se debe rendir cuenta definitiva antes de los
plazos señalados en el primer caso, cuando el síndico hubiere cesado anticipadamente en el
cargo (Artículo 30 inciso 1° de la Ley N ° 18.175), en este caso, el síndico deja de participar
en la quiebra y debe por consiguiente rendir cuenta a los acreedores de su función en la
quiebra.

335
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 564.

369
- En cuarto lugar, el síndico deberá presentar cuenta definitiva
cuando corresponda la clausura provisoria de la quiebra mediante el sobreseimiento
temporal, ya que en ese evento no se justifica la presencia del síndico. El sobreseimiento
temporal debe dictarse cuando la quiebra carece de bienes o cuando éstos no son suficientes
para cubrir los gastos de prosecución del juicio. Cuando la quiebra carece de bienes, en
forma expresa el artículo 97 de la Ley N ° 18.175 señala que, el síndico dispondrá de un
plazo de treinta días corridos para presentar su cuenta con todos los antecedentes necesarios,
procediendo en lo demás conforme a lo dispuesto en los artículos 29 a 31 de la Ley N °
18.175. En el evento que, los bienes de la quiebra sean exiguos debe procederse a la
realización sumaria del activo y por lo tanto, es obvio que se procede a la rendición de la
cuenta definitiva (Artículos 158 N ° 2, 109 y 29 de la Ley N ° 18.175)

La cuenta definitiva se presentará al tribunal, el que ordenará notificarla mediante aviso.


El tribunal citará a una junta de acreedores, la que deberá celebrarse al decimoquinto día
siguiente a su notificación. El aviso contendrá un extracto de la cuenta definitiva e indicará
el lugar, día y hora de celebración de la respectiva junta. Conjuntamente con la presentación
de la cuenta definitiva al tribunal, el síndico deberá remitir copia de ella a la
Superintendencia de Quiebras (Artículo 30 inciso 3° de la Ley N ° 18.175)

En el evento de no rendirse la cuenta de administración debiendo haberse rendido, se


requerirá el cumplimiento de ella bajo el apercibimiento señalado en el artículo 238 del
Código de Procedimiento Civil, que para esta situación implica:

- La imposición de arrestos por dos meses, renovables hasta que


sé de cumplimiento a la rendición de la cuenta (Artículo 238 del Código de Procedimiento
Civil), y
- La imposición de multas que podrán alcanzar hasta las 60
unidades de fomento (Artículo 22 inciso 6° de la Ley N ° 18.175)

370
Lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley N ° 18.175 que trata de la presentación de la
cuenta definitiva del síndico es sin perjuicio de las facultades que confiere el artículo 116 a
las juntas ordinarias de acreedores (Artículo 30 inciso 2° de la Ley N ° 18.175), lo que
importa que las juntas ordinarias de acreedores podrán adoptar cualquier clase de acuerdos
respecto de la cuenta presentada y respecto del síndico, como por ejemplo, citar a una junta
extraordinaria de acreedores para revocarlo en sus funciones.

8.3 Procedimiento de impugnación de las cuentas definitivas: A contar de la fecha fijada


para la celebración de la junta que deba conocer de la cuenta definitiva, háyase ésta
realizado o no, los acreedores y el fallido que no se hayan pronunciado a favor de la
aprobación de la cuenta y la Superintendencia de Quiebras, dispondrán del plazo fatal de
treinta días hábiles para objetar la cuenta realizada por el síndico (Artículo 30 inciso 4° de la
Ley N ° 18.175)

En el evento que se objete la cuenta definitiva, el síndico dispondrá del plazo de diez
días corridos, contados desde la última notificación por cédula de la o las objeciones, para
contestar fundadamente las observaciones a la cuenta definitiva. De la contestación del
síndico a la o las observaciones se dará traslado por el plazo de diez días a los objetantes,
para que puedan (Artículo 30 de la Ley N ° 18.175):

- No insistir en sus observaciones: Si eso ocurre, la cuenta se


tendrá por aprobada.
- Insistir en sus observaciones: En tal caso, el tribunal resolverá
en definitiva, previo informe de la Superintendencia de Quiebras, el que deberá ser
evacuado dentro del plazo de treinta días. Basta la insistencia de cualquiera de los
legitimados que objetaron la cuenta definitiva del síndico.

9. SÍNDICOS ESPECIALES DE QUIEBRAS: Nuestra legislación contempla casos de


sujetos pasivos especiales, que en el evento de ser declarados en quiebra judicialmente, un
síndico especial asume como tal. Estamos hablando del caso de las compañías de seguros,

371
respecto de las cuales el artículo 80 inciso 1° del D.F. L N ° 251 sobre Compañías de
Seguro, Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio, señala: “Propuesto un convenio
judicial o declarada la quiebra de una compañía de seguros, el Superintendente o la persona
que éste designe, actuará como administrador o síndico, según corresponda, con todas las
facultades que le confiera el convenio o, en su caso, la Ley N ° 18.175, en cuanto fueren
compatibles con las disposiciones de esta ley”. Este es un caso excepcional en que las
funciones de síndico las ejerce un funcionario público calificado, esto es, el Superintendente
de Valores y Seguros o un delegado y no es designado por los acreedores ni ratificado por la
Junta de Acreedores del fallido.

La referencia a la ley de quiebras señalada en el artículo 80 inciso 1° del D.F.L N ° 251 se


repite en el artículo 87 de la mencionada ley, que señala: “En todo lo no previsto en este párrafo
se aplicará la Ley N ° 18.175, sobre Quiebras” Lo que reafirma el carácter de general y
supletoria de la normativa contemplada en la Ley N ° 18.175.

El profesor Oscar Torres señala sobre esta materia: “Es necesario hacer presente que ni la
Ley de Sociedades Anónimas ni la Ley General de Bancos contiene una norma de esta
naturaleza, ante lo cual existe un verdadero vacío legal que sería pertinente legislar de manera
expresa, con una solución semejante a la señalada por las compañías de seguros, estableciendo
síndicos especiales, distintos a los de la nómina nacional, para que realicen sus funciones en las
quiebras de dichos sujetos pasivos especiales, como bancos e instituciones financieras y
sociedades anónimas especiales”336

10. EXCLUSIÓN DE LA NÓMINA NACIONAL DE SÍNDICOS: El artículo 22 de la Ley N


° 18.175 contempla las causales en virtud de las cuales un síndico deja de pertenecer a la nómina
nacional de síndico, perdiendo en consecuencia su cargo, causales todas sobrevinientes a su
nombramiento por la autoridad competente.

Los síndicos serán excluidos de la nómina nacional en los casos siguientes (Artículo 22 de la
Ley N ° 18.175):

336
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 78.

372
a. Por haber sido nombrado en contravención a los artículos 16, 17, 18 inciso
tercero y 19;

Los artículos mencionados establecen los trámites, requisitos y exigencias necesarias para
que una persona sea incorporada a la nómina nacional de síndicos. De manera que esta causal
está establecida para el caso de que un síndico sea nombrado sin cumplir con todos los requisitos
exigidos por la ley o bien, estando afecto a una inhabilidad de aquellas señaladas en el artículo
17 de la Ley N ° 18.175 que habría impedido su nombramiento, lo que puede ocurrir por
omisión u error de la autoridad, o por último, cuando se han omitido las formalidades necesarias
para proceder al nombramiento en la nómina nacional de síndicos, como por ejemplo, falta de
publicación en el Diario Oficial del decreto del Ministerio de Justicia que incluye a una persona
en la nómina nacional de síndicos. Cabe señalar que el error u omisión de la autoridad al
momento del análisis de los antecedentes necesarios para nombrar a una persona como síndico
puede ser inducido por la declaración jurada que debe prestar la persona interesada en ser
síndico, respecto de la concurrencia de una inhabilidad de las señaladas en el artículo 17 de la
ley de quiebra (Artículo 18 inciso 3° de la Ley N ° 18.175)

b. Por inhabilidad sobreviniente de acuerdo con las causales mencionadas en el


artículo 17;

En el evento de que a un síndico lo afecte con posterioridad a su nombramiento en la nómina


nacional de síndicos, cualquiera de las inhabilidades establecidas en el artículo 17 de la Ley N °
18.175, procederá su exclusión de la mencionada nómina.

c. Por intervenir a cualquier título en quiebras que no estuvieren o hayan estado a


su cargo, salvo las actuaciones que le correspondan en su calidad de síndico, de acreedor con
anterioridad a la quiebra, de representante legal en conformidad al artículo 43 del Código
Civil, y de lo previsto en el artículo 28. La delegación parcial de funciones establecida en
este último artículo deberá ser conocida y aprobada en la siguiente junta de acreedores;

Esta causal se explica por sí sola.

373
d. Por adquirir para sí o para terceros cualquier clase de bienes en las quiebras,
convenios o cesiones de bienes en que intervengan como síndicos;

Las actuaciones a que hace referencia esta causal son incompatibles con la falta de interés
directo o indirecto que le debe caber a un síndico en una quiebra y denotan una falta de probidad
que es suficiente para excluirlo de la nómina nacional de síndicos por no poseer la idoneidad
moral requerida. Además, la probidad del administrador de un patrimonio ajeno en que está
envuelta la fe pública debe ser garantizada adecuadamente.

e. Por enajenar cualquier clase de bienes de las quiebras o cesiones de bienes en


que intervenga como síndico a su cónyuge, a alguna persona jurídica en que tenga interés
económico directo o indirecto, a los socios o accionistas de sociedades en las cuales tenga
participación, salvo aquellas que se encuentren inscritas en el Registro de Valores, a las
personas con las que posea bienes en comunidad, con excepción de los copropietarios a que
se refiere la Ley N ° 19.537, sobre Propiedad Inmobiliaria, a sus dependientes, a los
profesionales o técnicos que le presten servicios, y a sus ascendientes y descendientes y
colaterales por consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado inclusive;

Esta causal se explica por sí sola.

f. Por proporcionar u obtener cualquier ventaja en las quiebras o cesiones de


bienes en que intervenga como síndico;

La explicación es la misma señalada en la letra d.

g. Por negarse, sin causa justificada, a aceptar una designación;

Esta causal consagra el principio de la irrenunciabilidad de la designación de síndico en una


quiebra determinada. Principio que tiene como única excepción el señalamiento por el síndico de
una causa justificada para no asumir en una determinada quiebra, que puede derivar de la

374
concurrencia respecto del síndico de alguna de las inhabilidades establecidas en el artículo 24 de
la Ley N ° 18.175, o bien, de otra razón que sea calificada como justificada por el tribunal.

h. Por haberse declarado judicialmente, por sentencia firme, su responsabilidad


civil o penal, en conformidad al artículo 38;

El tema de la responsabilidad civil o penal del síndico será analizado en el párrafo 12 de este
capítulo.

i. Por renuncia presentada ante el Ministerio de Justicia, sin perjuicio de las


obligaciones y responsabilidades por las funciones que ya hubiere asumido;

La renuncia que presenta un síndico a la nómina nacional de síndicos no obsta al


cumplimiento de las obligaciones y responsabilidades pendientes al momento de la renuncia, la
que sólo producirá efectos una vez que se les haya dado cumplimiento. Si el síndico al momento
de presentar la renuncia se encuentra administrando una o varias quiebras, antes de hacer
presente su renuncia al Ministerio de Justicia, debe obtener la aceptación de la renuncia por la
junta de acreedores de la o las quiebras que administra, o en su defecto, por el tribunal que
conoce de la o las quiebras respectivas. Con todo, el síndico deberá dar cumplimiento a las
obligaciones legales que le competan en las quiebras que está administrando antes de que la
renuncia produzca efectos.

j. Por sentencia ejecutoriada que rechace la cuenta definitiva que debe presentar en
conformidad a la ley;

Si la insistencia en la o las objeciones a la cuenta definitiva del síndico produce inhabilidad


para que una persona asuma en una determinada quiebra, el rechazo de la cuenta definitiva por
sentencia ejecutoriada produce la exclusión del síndico de la nómina nacional de síndicos. El
fundamento de esta sanción se debe a la gravedad de la situación dado que el síndico no es más
que un administrador de bienes ajenos y el rechazo de la cuenta definitiva no viene a significar
otra cosa que no ha cumplido su obligación más importante respecto de los administrados, cual

375
es, dar cuenta detallada, completa y fidedigna de la labor realizada respecto del activo de la
quiebra.

k. Por infracciones reiteradas que en su conjunto constituyan una conducta grave, o


por infracción grave a las disposiciones legales o reglamentarias o a las instrucciones que
imparta la Superintendencia en uso de sus atribuciones;

Requiere de un pronunciamiento del tribunal de la quiebra que declare la infracción en los


términos señalados por la causal.

l. Por haber sido removido de su cargo en el caso del número 9 del artículo 8;

Esta causal implica que el síndico es removido de sus funciones como consecuencia de
haberse incoado un incidente de remoción en su contra ya sea de oficio por el juez, o bien, a
petición de la Superintendencia de Quiebras (Artículo 8 N ° 9 inciso 2° de la Ley N ° 18.175)

m. Por reprobar por segunda vez el examen, en el caso del inciso cuatro del artículo
16, y

Esto es, cuando el síndico de quiebras reprueba por segunda vez, el examen de conocimiento
a que debe someterse a lo menos cada tres años, dejará de formar parte de la nómina nacional de
síndicos, por no cumplir con los requisitos y exigencias técnicas y profesionales que son
necesarias para desempeñar el cargo.

n. Por muerte.

Producidas cualquiera de las circunstancias señaladas anteriormente, el Ministerio de Justicia,


de oficio o a petición del juez de la quiebra o de la Superintendencia, dictará el decreto de
exclusión respectivo, el que deberá publicarse en el Diario Oficial (Artículos 19 y 22 inciso 2°
de la Ley N ° 18.175)

376
El síndico podrá reclamar de su exclusión ante la Corte de Apelaciones de su domicilio
dentro de los cinco días de notificado el decreto, lo que debe entenderse desde el momento de su
publicación en el Diario Oficial. La Corte de Apelaciones conocerá el reclamo en cuenta, o sea
sin previa relación, con audiencia de las partes y sin ulterior recurso, debiendo apreciarse la
prueba en conciencia (Artículo 22 inciso 3° de la Ley N ° 18.175)

Sin perjuicio de la cesación del síndico en el cargo, subsistirán las siguientes obligaciones
(Artículo 22 inciso 4° de la Ley N ° 18.175):

- De rendir cuenta de su gestión cuando proceda, y


- Asumir la responsabilidad civil, penal y administrativa en que pudiere haber
incurrido.
- El síndico que cesa anticipadamente en su cargo como consecuencia de la
exclusión de la nómina nacional de síndicos, deberá hacer entrega de los bienes y
antecedentes de cada quiebra, convenio o cesión de bienes bajo su administración o
intervención al nuevo síndico titular, dentro de los cinco días contados desde la fecha en que
este último haya asumido (Artículo 22 inciso 5° de la Ley N ° 18.175)

En caso de incumplimiento de la última obligación señalada, el tribunal de la quiebra, de


oficio o a petición de cualquier interesado, requerirá el cumplimiento de ellas bajo el
apercibimiento señalado en el artículo 238 del Código de Procedimiento Civil, caso en el cual las
multas establecidas en dicha disposición podrán alcanzar hasta 60 unidades de fomento, sin
perjuicio de que el nuevo síndico titular incaute inmediatamente los bienes y antecedentes de la
quiebra, en conformidad a las normas establecidas en los artículos 90 y siguientes de la ley de
quiebras (Artículo 22 inciso 6° de la Ley N ° 18.175). El apercibimiento del artículo 238 del
Código de Procedimiento Civil, se refiere a la imposición de arrestos por dos meses con la
posibilidad de repetición hasta que no se dé cumplimiento a lo dispuesto en el apercibimiento.
La sanción de multa es agravada en el caso del artículo 22 de la Ley N ° 18.175 en los términos
arriba indicados.

Las causales de exclusión de la nómina nacional de síndicos señaladas en el artículo 22


números 3, 4, 5, 6 y 7 fueron incorporadas a la ley de quiebras por la Ley N ° 20.004, el objetivo

377
de dicha inclusión es el de compatibilizar la ley de quiebras con las demás leyes que existen en
Chile en el ámbito económico, de manera de establecer prohibiciones, inhabilidades e
incompatibilidades con el objeto de garantizar la probidad de los síndicos en la administración
de las quiebras y dar así mayores garantías a los acreedores y fallidos. En esta materia, la Ley N
° 20.004, viene a subsanar una carencia que se ha hecho sentir en mucha fuerza, e incorpora
criterios ya presentes en otras normas sobre probidad de nuestro ordenamiento jurídico. En las
causales de exclusión de la nómina nacional de síndicos señaladas e introducidas por la Ley N °
20.004, se detallan las obligaciones de los síndicos con relación a las quiebras que se
encontraban bajo su administración.

11. TERMINO DE LA GESTIÓN DEL SÍNDICO: El artículo 32 de la Ley N ° 18.175 señala


los casos en que el síndico cesa en su cargo, terminando consecuencialmente, con su gestión en
la quiebra. De esta forma, el síndico cesará en su cargo en la quiebra, convenio o cesión de
bienes:

a. Por haber dado cumplimiento a su cometido;

Esta situación ocurre cuando el proceso de quiebras concluye o es clausurado, transitoria o


definitivamente, por la celebración de un convenio judicial cuyo objeto sea alzar la quiebra, por
sobreseimiento temporal y por sobreseimiento definitivo. En estos casos la gestión que ha
realizado el síndico termina en forma natural337.

b. Por no haberse confirmado la designación del síndico provisional;

Siempre que no proceda la realización sumaria del activo de la quiebra, porque en tal caso no
es necesaria ratificación alguna, en conformidad a lo establecido en el artículo 109 de la Ley N °
18.175.

c. Por revocación de la junta de acreedores;

337
En este sentido: PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 565-566, y TORRES ZAGAL,
OSCAR. Ob. Cit., pp: 82.

378
Recordemos que la revocación del síndico es una facultad privativa de una junta
extraordinaria de acreedores en razón del artículo 117 inciso 2° de la Ley N ° 18.175. Ahora
bien, la Superintendencia de Quiebras puede poner en conocimiento de la junta de acreedores
cualquier infracción, falta o irregularidad que observe en la conducta del respectivo síndico y
proponer si lo estima necesario, la revocación de dicho síndico a la junta de acreedores (Artículo
8 N ° 9 inciso 1° de la Ley N ° 18.175).

d. Por renuncia, que deberá ser justificada y aceptada por la junta de acreedores, o
en su defecto, por el tribunal;

Observemos que esta renuncia es la que se presenta cuando el síndico se encuentra


administrando una quiebra, y no aquella que se presenta al Ministerio de Justicia a efectos de ser
excluido de la nómina nacional de síndicos, que se encuentra establecida en el artículo 22 N ° 9
de la Ley N ° 18.175.

e. Por haber dejado de formar parte de la nómina nacional de síndicos, salvo en el


caso del artículo 22 N ° 9, y

La excepción se refiere al caso de renuncia presentada ante el Ministerio de Justicia, sin


perjuicio de las obligaciones y responsabilidades por las funciones que ya hubiere asumido.

f. Por sobrevenir alguna de las causales de inhabilidad contempladas en los


números 1, 2 y 3 del artículo 24338. El síndico deberá dar cuenta al juez de la causa y a la
Superintendencia de Quiebras de la inhabilidad que le afecte. El incumplimiento de la
mencionada obligación será constitutivo de falta grave.

338
Esto es: Artículo 24: “No podrán ser designados síndicos de una quiebra, convenio o cesión de bienes:
1.- El cónyuge ni los parientes, hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad del fallido
o deudor; y de los que hayan sido directores titulares o administradores de la persona jurídica, en los dos
años anteriores a la quiebra, proposición de convenio o solicitud de cesión de bienes; 2.- Los acreedores y
deudores del fallido o deudor y todos los que tuvieren un interés directo o indirecto en la quiebra,
convenio o cesión de bienes; 3.- Los administradores de bienes del fallido o deudor que fuere persona
natural y los que hubieren tenido tal calidad dentro de los dos años anteriores a la declaración de quiebra,
convenio o cesión de bienes, como asimismo los trabajadores de los acreedores y deudores de aquél”

379
Declarada la inhabilidad por el tribunal el síndico cesará en su cargo (Artículo 32 inciso 2° de
la Ley N ° 18.175)

Obviamente, cesa el síndico en sus funciones en la quiebra en caso de muerte (Artículo 22 N


° 14 de la Ley N ° 18.175)

Si el síndico designado como titular cesare definitivamente en su cargo, asumirá el suplente,


el que continuará hasta la total tramitación de la quiebra. Si faltare éste, la junta de acreedores o
el tribunal, de oficio o a petición de cualquier interesado, hará nuevas designaciones, lo que debe
entenderse en conformidad al artículo 42 y 44 de la Ley N ° 18.175339. Los síndicos que sean
designados de esta forma, deberán asumir aún cuando la quiebra no tenga bienes o fondos por
repartir o su cuenta final esté aprobada340.

12. LA RESPONSABILIDAD DEL SÍNDICO: La ley N ° 18.175 regula la responsabilidad


civil, penal y administrativa del síndico. Es necesario proceder a un estudio separado de estas
diversas clases de responsabilidad por responder a fundamentos diversos.

En un sentido amplio entendemos por responsabilidad, la obligación de reparar el daño


sufrido por otro. La Corte Suprema ha señalado que: “Por responsabilidad debe entenderse, en
general, la obligación en que se coloca una persona para reparar adecuadamente todo daño o
perjuicio causado”341

12.1 Responsabilidad Civil del síndico: En derecho civil, la obligación de reparar el daño
sufrido por otra persona se cumple mediante la indemnización de perjuicios. Así el profesor
Arturo Alessandri Rodríguez definía la responsabilidad civil señalando que es: “La obligación

339
Cuando la ley señala que el tribunal hará nuevas designaciones, de oficio o a petición de cualquier
interesado, debemos entender que, las designaciones las hacen en definitiva los acreedores, quienes son
los responsables en la legislación actual de nombrar a los síndicos. Lo que la ley ha querido decir con que:
“el tribunal hará nuevas designaciones”, es que el tribunal pondrá en marcha el procedimiento de
designación de síndicos señalado en el artículo 42 de la Ley N ° 18.175, si es que la junta de acreedores no
ha procedido a la designación de síndicos definitivos.
340
En conformidad al artículo 25 inciso 2° de la Ley N ° 18.175.
341
RDJ, Tomo LXIX, secc: 4ª, pp: 181. Sentencia de 6 de noviembre de 1972.

380
que pesa sobre una persona de indemnizar el daño sufrido por otra”342. De modo que, el objeto
de la acción de responsabilidad civil consista en la reparación en dinero de ciertos daños, de
manera que sus consecuencias patrimoniales sean soportadas en definitiva por quien los causa343.

El artículo 38 inciso 2° de la Ley N ° 18.175 dispone que: “La responsabilidad civil del
síndico, que alcanzará hasta la culpa levísima, se perseguirá en juicio sumario y sólo una vez
presentada la cuenta definitiva”.

De forma que, el síndico responde de culpa levísima, esto es, de aquella esmerada diligencia
que un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes, de acuerdo a
lo señalado en el artículo 44 del Código Civil, norma que trata de la graduación de la culpa.

La fuente de esta responsabilidad es la ley, ya que se establece en el artículo 38 inciso 2° de


la ley de quiebras.

El procedimiento para reclamar de la responsabilidad del síndico, es el juicio sumario,


establecido en los artículos 680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Por existir
norma expresa que contempla la tramitación a través del procedimiento sumario de la acción de
responsabilidad civil en contra del síndico, no procede la sustitución de procedimiento señalada
en el artículo 681 del Código de Procedimiento Civil. Cabe señalar que el juicio de
responsabilidad civil del síndico es independiente del juicio o proceso de quiebras propiamente
tal.

El artículo 38 inciso 2° anteriormente transcrito estableció que la responsabilidad civil del


síndico sólo puede hacerse efectiva una vez que el síndico haya procedido a presentar la cuenta
definitiva de administración. Como señala el Profesor Juan Esteban Puga: “Si se admitieran las
demandas de perjuicios no obstante permanecer el síndico en funciones, se estaría permitiendo
una serie de manejos torcidos, presiones ilegítimas o colusiones desastrosas que justamente se
342
ALESSANDRI RODRIGUEZ, ARTURO. De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil
Chileno. 1943. Imprenta Universitaria. Santiago, Chile., pp: 11.
343
UGARTE, EDUARDO y VICARI, ALEJANDRO. Curso de Derecho de Obligaciones,
Responsabilidad Extracontractual del profesor Enrique Barros. 2001. Memoria de Prueba para optar al
grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
Profesor guía: Enrique Barros Bourie. S/p., pp: 1.

381
evitan con esta suspensión del derecho a demandar”344. De suerte que la ley de quiebras
estableció un requisito de procesabilidad para demandar la responsabilidad civil del síndico.

Los sujetos activos para perseguir la responsabilidad civil del síndico, serán aquellas personas
que sufran perjuicio de las actividades y actos del síndico, por lo que la ley hace bien en no
señalarlos, pues pueden ser terceras personas ajenas al proceso de quiebras pero que sufran daño
o detrimento por lo realizado por el síndico. De ordinario, los sujetos activos serán el fallido
sobre cuyo patrimonio recae la administración del síndico, o bien, los acreedores pendientes de
una adecuada administración del activo de la quiebra para poder satisfacer sus créditos.
Asimismo, terceros perjudicados también pueden reclamar de aquellos actos culpables o dolosos
del órgano de administración de la quiebra.

La responsabilidad civil del síndico es independiente de su eventual responsabilidad penal,


por lo que, la responsabilidad civil puede perseguirse como consecuencia de sus ilícitos penales,
o bien, como consecuencia de sus ilícitos civiles.

Con anterioridad a la reforma que introdujo en la ley de quiebras la Ley N ° 20.004, existía la
duda en la doctrina sobre la capacidad económica del síndico para hacer frente a las demandas
de responsabilidad civil que pudieran derivarse de su desempeño como síndico. Se señalaba que:
“Es, con todo, ilusorio el éxito de las demandas de indemnización, porque el síndico responde
con su patrimonio, según hemos visto, por los ilícitos cometidos en el desempeño de sus
funciones”345, asimismo, Oscar Torres expresaba: “Tal vez, hubiera sido conveniente que el
legislador hubiere exigido entre los requisitos para ser nombrado Síndico de Quiebras el hecho
que se acreditare poseer un capital mínimo, tal como se le exige a los Martilleros Públicos en la
ley respectiva, u otra garantía personal, con el propósito de asegurar su responsabilidad
pecuniaria en el ejercicio de su cargo”346, en el mismo sentido Puga Vial: “Los síndicos son
verdaderas empresas en liquidación, a las cuales se les debiera exigir un cierto patrimonio

344
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 568-569.
345
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 569
346
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 91.

382
mínimo acreditado para poder figurar en la nómina, pues de otro modo su responsabilidad civil
no pasa de ser programática”347.

Haciéndose eco de estas impresiones y preocupaciones doctrinarias, la Ley N ° 20.004


incorporó un artículo 21 bis a la ley de quiebras, que dispone que la junta de acreedores en su
primera reunión ordinaria (junta constitutiva) podrá exigir al síndico una garantía de fiel
desempeño de su cargo, y asimismo señalar la clase y monto de la respectiva garantía. Esta
garantía deberá mantenerse vigente mientras subsista su responsabilidad. Con ello, se establece
un mecanismo para no hacer programática la responsabilidad civil del síndico. Lo que es
necesario resaltar es que la garantía no tiene su fuente en la ley al momento de ingresar a la
nómina nacional de síndicos, como lo postulaban algunos autores, sino que la exigencia de la
constitución de una garantía es monopolio de los acreedores reunidos en la primera junta
ordinaria de acreedores.

Por último cabe señalar que, el establecimiento de facultades sancionadoras de la


Superintendencia de Quiebras en el artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175, va a impedir en la
práctica utilizar las demandas de responsabilidad civil para hacer efectivas actuaciones
extemporáneas o culposas de menor entidad de los síndicos, ya que era el medio utilizado con
anterioridad para atacar dichos actos ante la falta de sanciones que reprimieran actuaciones
contrarias a la legalidad de quiebras vigente. Los otros medios utilizados para cumplir los
mismos efectos, eran la revocación en junta extraordinaria o la remoción a través de un incidente
especial de remoción, medios que se mantienen vigentes, estableciéndose además mecanismos
sancionadores para faltas de menor entidad.

12. 2 Responsabilidad penal del síndico: La responsabilidad penal proviene de la comisión u


omisión de un acto típico, antijurídico y culpable y penado por la ley (Artículo 1 del Código
Penal)

Arturo Alessandri Rodríguez señala que la responsabilidad penal: “Es la que proviene de un
delito o cuasidelito penal, de una acción u omisión voluntaria o culpable penada por la ley. Ella
proviene independientemente de toda idea de daño, es decir, aunque éste no se produzca, y
347
PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 569, en pie de página N ° 363.

383
acarrea sanciones penales, cuya aplicación se persigue y hace efectiva mediante la acción penal
que nace de todo delito y cuya naturaleza y extensión varían según la gravedad del hecho y las
circunstancias atenuantes o agravantes que hayan concurrido”348.

El título V del Libro II del Código Penal trata: “De los crímenes y simples delitos cometidos
por empleados públicos en el desempeño de sus cargos”. El artículo 260 del Código Penal,
define lo que se entiende por empleado público a efectos del Título IV y V del Libro II del
Código Penal, señalando que: “(…) Se reputa empleado todo el que desempeñe un caro o
función pública (…)”. Podríamos considerar que el síndico por la naturaleza de su función, por
el contexto de la quiebra, por los intereses públicos envueltos en la quiebra y por la normativa a
la que está sometida (incluido el principio de legalidad) constituye un empleado público a los
efectos de la aplicación de la normativa señalada del Código Penal, por lo que bien podría
señalarse que puede cometer cualquiera de los delitos previstos en el Código Penal o leyes
especiales, y particularmente los señalados en el Título V del Libro II de dicho código349.

Con todo, la Ley N ° 18.175, estableció un tipo penal especial para los síndicos en el inciso
1° del artículo 38, que señala: “El síndico que se concertare con el deudor, con algún acreedor o
tercero para proporcionarle alguna ventaja indebida o para obtenerla para sí, será penado con
presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo, salvo que cualquiera
de los actos delictuosos que hubiere cometido en el desempeño de su cargo tuviere asignada
mayor pena, pues entonces se aplicará ésta. Será, además, castigado con inhabilidad especial
perpetua para ejercer el cargo de síndico”

Según Oscar Torres: “El verbo rector en el tipo penal señalado es concertar, es decir, ponerse
de acuerdo o confabularse con el deudor o con algún acreedor o tercero para proporcionarle
alguna ventaja indebida o concertarse con algunos de los sujetos individualizados para obtener el
síndico alguna ventaja indebida para sí”350. Lo que se trata de evitar es acuerdos que afecten la
igualdad de todos los acreedores (par condictio creditorum) por cuanto de otra forma pueden
algunos acreedores, previo concierto con el síndico, obtener derechos que no les competen en la

348
ALESSANDRI RODRIGUEZ, ARTURO. Ob. Cit., pp: 11.
349
En el mismo sentido: PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Ob. Cit., pp: 567.
350
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 89.

384
repartición de fondos de la quiebra. El acuerdo previo es un elemento del tipo penal que estamos
analizando, por lo que la obtención de ventajas por parte de algunos acreedores sin acuerdo
previo con el síndico impide hacer aplicable la norma en comento, situación que sería necesario
perseguir por figuras genéricas de abuso o malversación.

Si consideramos que el síndico es un empleado público existen una serie de agravantes de


responsabilidad penal, como lo son, la de cometer el delito con abuso de confianza y la de
prevalecerse del carácter público que tenga el culpable, señaladas en el artículo 12 N ° 7 y 8 del
Código Penal.

Por último, la responsabilidad criminal del síndico se persigue por medio del ejercicio de una
acción penal pública que deberá ser promovida de oficio por el ministerio público (Artículo 53
del Código Procesal Penal: “Clasificación de la acción penal”) y que en conformidad al artículo
166 del Código Procesal Penal: “Ejercicio de la acción pública”, deberá incoarse a través del
procedimiento ordinario por delitos de acción penal pública que contempla el Libro II de dicho
código.

12.3 Responsabilidad administrativa del síndico: Hemos desarrollado en el Capítulo IV de


esta tesis lo referente a la Superintendencia de Quiebras en donde nos ocupamos de las
facultades de control y fiscalización que ejerce dicho ente respecto del desempeño de los
síndicos.

La fiscalización se aprecia fundamentalmente en la posibilidad de impartir instrucciones


obligatorias sobre las materias sometidas a control por parte de la Superintendencia de Quiebras
(Artículo 8 N ° 3 de la Ley N ° 18.175) y con la dictación de la Ley N ° 20.004, se hace efectiva
esta fiscalización a través de la posibilidad que tiene la Superintendencia de Quiebras de
imponer sanciones a los síndicos por incumplimiento de las instrucciones que imparta y de las
normas que fije, así como también, por incumplimiento de las normas legales y reglamentarias
que regulen la actuación de los síndicos (Artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175)

Las sanciones que pueden imponerse son censura por escrito, multa a beneficio fiscal de una
a cien unidades de fomento o suspensión hasta por seis meses para asumir en nuevas quiebras,

385
convenios o cesiones de bienes (Artículo 8 N ° 5 inciso 1° de la Ley N ° 18.175) Estas sanciones
serán impuestas administrativamente al infractor, previa audiencia y por medio de resolución
fundada (Artículo 8 N ° 5 inciso 2° de la Ley N ° 18.175) Regulándose la posibilidad de
impugnación a la resolución que impone las sanciones en los incisos 3° y 4° del artículo 8 N ° 5
de la Ley N ° 18.175.

Es por lo anterior, que sostengo al igual que Oscar Torres que, los síndicos de quiebras se
encuentran, en alguna medida, sometidos disciplinariamente a la Superintendencia de
Quiebras351.

351
TORRES ZAGAL, OSCAR. Ob. Cit., pp: 91.

386
CONCLUSIONES

Las diversas conclusiones que hemos ido realizando de las materias tratadas han sido
desarrolladas a lo largo de la presente tesis. Por lo mismo, nos abocaremos en estos momentos a
señalar aquellas innovaciones de mayor importancia que hemos constatado en el desarrollo de la
misma.

Indicamos en la Introducción que una de las deficiencias del desarrollo dogmático en el


ámbito del derecho concursal chileno, es la falta de una definición y de un concepto sobre
órganos de la quiebra. No tenemos noticia de algún autor que haya estudiado sistemáticamente
los elementos que deben concurrir para que podamos decir que la Superintendencia de Quiebras,
los Síndicos, la Junta de Acreedores y el Tribunal de la Quiebra, son y constituyen órganos de la
quiebra.

Nosotros, nos hemos trazado como propósito tratar de suplir esa deficiencia dogmática, y
para ello hemos ensayado una definición descriptiva de lo que consideramos son los órganos de
la quiebra. Así, hemos dicho que entendemos por órganos de la quiebra a: “Aquellas entidades
de derecho público, que la ley les otorga un conjunto de atribuciones o potestades, constituidas
por personas físicas, y a cuyo propósito existen normas que determinan la forma en como
expresa su voluntad, y como se produce la designación de sus integrantes, y que permite al
Estado desarrollar su función sustitutiva a los particulares e conflicto, teniendo de acuerdo a la
legislación que corresponda, un carácter privatista o publicista”.

Hemos utilizado para conceptualizar a los órganos de la quiebra, los aportes que hemos
considerados pertinentes de la denominada: “Teoría del Órgano”, que es una construcción
doctrinaria que pretende explicar el vínculo jurídico que une a una persona jurídica o entidad con
los individuos que actúan en ella y respecto de los individuos que se vinculan con la misma. En
este sentido, dicha teoría entrega ciertos elementos constitutivos de todo órgano que son
replicables respecto de los denominados órganos de la quiebra. Estos elementos son la persona
física (aquellas personas integrantes del órgano), la competencia (el conjunto de potestades y
atribuciones que se entregan por ley a dicho órgano) y la norma (que sintetiza los elementos

387
anteriores y explica la forma en como se generan los integrantes del órgano y como el mismo
expresa su voluntad).

Estos tres elementos se encuentran presentes en la definición que hemos dado de órgano de
las quiebras. Con todo, hemos agregado algunos elementos a la definición, que son aquellos
relativos a: (i) La función pública que desarrollan; (ii) Al respeto al principio de legalidad que es
transversal a los órganos de la quiebra; (iii) A la característica de órganos sustitutivos de los
particulares en la solución de los conflictos concursales, y (iv) A la opción legislativa tendiente a
darles un mayor o menor carácter publicista o privatista a la regulación orgánica concursal.

Los órganos de la quiebra ejercer una clara función pública en el marco de una ejecución
colectiva jurisdiccional. Las atribuciones que ejercen serían realizadas naturalmente por el
Estado si es que no existiera una normativa que los contemplara. Asimismo, los órganos de la
quiebra, nacen, se constituyen y desarrollan en la quiebra regidos por el respeto al principio de
legalidad, siendo la discreción en su actuar algo excepcional. En virtud de su existencia, los
particulares envueltos en la dinámica del conflicto concursal (fallido y acreedores) no solucionan
en la generalidad de los casos los asuntos de la quiebra en forma particular, sino que son
sustituidos de mayor o menor manera por los mismos órganos de la quiebra, que les permiten
avanzar y llegar a una solución satisfactoria del problema de la quiebra. De allí que se hable de
los sujetos de la quiebra y de los órganos de la quiebra, como personas y entidades que
participan de la misma pero con características diferenciadoras. Por último, los órganos de la
quiebra pueden estar dotados de acuerdo a la cada legislación por un carácter privatista o
publicista, que importa determinar el grado de participación mayor de aquellos entes que
defienden prioritariamente los intereses de los acreedores (legislación de orientación privatista) o
bien, que dotan con mayor cúmulo de potestades a los entes que defienden prioritariamente los
intereses públicos envueltos en la ejecución del activo de la quiebra (legislación de orientación
publicista). La Junta de Acreedores y la Superintendencia de Quiebras son representantes de
ambas opciones legislativas, respectivamente. De todas formas, el carácter privatista o publicista
no viene determinado por la naturaleza, por ello cada Estado regulará sus sistema de quiebras de
la forma y con el carácter que estime mejor para sus intereses.

388
El estudio de los órganos de la quiebra, se enmarca necesariamente en el estudio de la
quiebra, como procedimiento concursal particular. Quizás resulte obvio señalarlo, sin embargo,
existe cierta confusión doctrinaria respecto de que la quiebra sería el único procedimiento
concursal, haciendo sinónimos ambos conceptos.

Respecto de cada órgano de la quiebra hemos desarrollado conclusiones y consideraciones de


importancia, que es necesario indicar y señalar en estos momentos, algunas de ellas han sido
objeto de trabajos anteriormente, y otras innovaciones que podemos considerarlas un aporte de
esta tesis.

Respecto del Tribunal de la Quiebra, en general su regulación es adecuada, sin embargo


existen problemas orgánicos que es necesario enfrentar. Fundamentalmente estos problemas
dicen relación con:

(i) La necesidad de profesionalización de los tribunales que conocen de


asuntos concursales. La tecnicidad de los conocimientos involucrados en la quiebra,
como rama especial del derecho comercial, hacen necesario que la solución y
tramitación de la cesación de pagos quede entregada a entidades jurisdiccionales
especializadas y profesionales en las materias concursales. Las opciones para lograr
dicho objetivo pueden ser muchas, desde la creación derechamente de tribunales de
quiebras, hasta la privatización de la justicia mercantil en general, y de la quiebra en
particular, por medio del establecimiento de tribunales arbitrales designados
únicamente por los particulares. Pasando por la creación de tribunales especiales en
lo Mercantil, que se aboquen al conocimiento, resolución y ejecución de lo resuelto
en la generalidad de los asuntos comerciales, en los que indudablemente se
encuentran las materias concursales y de quiebra. Esta tendencia hacia la
profesionalización de los órganos encargados de conocer de las quiebras se empieza
a vislumbrar en las reformas concursales de España, Perú, México y existe desde
antes en los Estados Unidos de Norteamérica. Un avance en esta materia, significa
lo realizado por la Ley N ° 20.073, que en materia de concursos ha establecido la
existencia de un tribunal arbitral de derecho y unipersonal para el conocimiento de
las proposiciones de convenios judiciales preventivos en que se vean involucrados

389
las sociedades sujetas a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y Seguros
(Artículo 180 de la Ley N ° 18.175), sin embargo, toda quiebra que pueda derivarse
de dichos convenios debe ser de conocimiento por los tribunales ordinarios de
justicia (Artículo 180 inciso 2° de la Ley N ° 18.175) de acuerdo a las reglas
generales.
(ii) Un tema complementario y vinculado con lo anterior, es lo referente a la
multiplicidad de funciones que le corresponde al Tribunal de la Quiebra, se trata, en
consecuencia de un órgano complejo por la diversidad de potestades que le
corresponde realizar. Muchas de ellas escapan a la natural función jurisdiccional que
deben realizar y entran en el ámbito administrativo, es por ello que se hace necesario
que la reforma orgánica sobre los tribunales de la quiebra se haga responsable de
descongestionar dichas tareas a los Tribunales de la quiebra. Una solución podría ser
la existencia de un juez delegado auxiliar del tribunal de la quiebra y encargado de
las funciones meramente administrativas.

Respecto de la Superintendencia de Quiebras, podemos indicar a modo de conclusión que:

(i) A pesar de ciertas dudas doctrinarias la Superintendencia de Quiebras


constituye un órgano de la quiebra. Sus características y elementos encuadran
perfectamente con la conceptualización de órganos de la quiebra que hemos
utilizado como hipótesis. Las diferencias al respecto, surgen al considerar que la
Superintendencia de Quiebras cumple una función técnica que no lo haría parte del
proceso de quiebras como ejecución procesal. Sin embargo, la posibilidad de
objeción por la Superintendencia de Quiebras de la cuenta definitiva del síndico en
la oportunidad legal, de acuerdo los artículos 29, 30 y 31 de la Ley N ° 18.175 no
hace más que confirmar lo que desde antes señalaba la jurisprudencia en torno a
señalar que la Superintendencia de Quiebras participa como sujeto procesal en el
contexto de la ejecución colectiva de la quiebra.
(ii) Las reformas introducidas por la Ley N ° 20.004, han ayudado a la labor
que debe realizar por ley la Superintendencia de Quiebras. De forma que podemos
indicar que dichas reformas van en el correcto camino de establecer regulaciones
que no afecten, sino que, propendan a la eficiencia en el mercado corporativo de la

390
quiebra. Me gustaría hacer referencia a dos de estas modificaciones (i) Por una
parte, la facultad que detenta administrativamente la Superintendencia de Quiebras
para poder sancionar a los síndicos en caso que éstos incumplan la normativa legal,
reglamentaria o administrativa que los rige (Artículo 8 N ° 5 de la Ley N ° 18.175).
Con ello se logra incorporar normas que tiendan a prevenir y reprimir conductas
dañosas de los síndicos que antes quedaban sin sanción o bien daban origen a
medios indirectos de sanción para dichas faltas pero que no atacaban la gravedad de
las mismas, sino que estaban establecidas para fines diversos, como eran el inicio de
acciones tendientes a la determinación de la responsabilidad civil o penal del
síndicos (Artículo 38 de la Ley N ° 18.175), o solicitar la remoción del síndico
(Artículo 8 N ° 9 de la Ley N ° 18.175), que en la práctica constituían sanciones de
mucha entidad para faltas menores, y (ii) La posibilidad reglada por la ley de objetar
la cuenta del síndico. Con ello se evitan abusos de éstos últimos en la rendición de la
cuenta de administración final respecto de los bienes del fallido y de la labor
realizada, en un momento en que por ser posterior a los repartos de fondos, no existe
interés de los acreedores y demás intervinientes en la quiebra para conocer de la
mencionada cuenta (Artículo 31 de la Ley N ° 18.175). Por lo demás, se regula
correctamente la posibilidad de que la Junta de Acreedores que deba conocer de
dicha cuenta no se constituya para dichos efectos, lo que no obsta al ejercicio de las
observaciones a la cuenta definitiva (Artículo 30 inciso 4° de la Ley N ° 18.175)
(iii) Por último, considero que en la tendencia del gobierno central de
establecer una plataforma de gobierno electrónico, de forma de utilizar la tecnología
de Internet para el acceso de la población a los servicios y trámites legales, urge la
necesidad de contar con una página web de la Superintendencia de Quiebras,
situación que hoy no ocurre.

Respecto de la Junta de Acreedores podemos indicar a modo de consideraciones y


conclusiones que:

(i) La reforma de la Ley N ° 20.004 trajo consigo una importante reforma


en el funcionamiento y organización de las Juntas de Acreedores. Es así como en el
Artículo 102 inciso 2° de la Ley N ° 18.175, se establece la posibilidad de que en las

391
Juntas de Acreedores que se celebren en el contexto del proceso de quiebras puedan
participar aquellos acreedores no reconocidos, cuyos créditos se encuentren o no
impugnados. De forma que, se permite respecto de la legislación anterior que un
mayor número de acreedores puedan participar en las Juntas de Acreedores, y se
soluciona un problema teórico y práctico respecto a la posible paralización del
funcionamiento de la Junta de Acreedores en aquellas situaciones en que exista una
quiebra de acreedor único y el crédito hecho valer por dicho acreedor se encuentre
impugnado. Con ello, dicho acreedor podrá ser aceptado a votar en la respectiva
Junta de Acreedores, hasta que se resuelva en definitiva sobre la impugnación
formulada.
(ii) El Banco Mundial y los papers y documentos elaborados para la
redacción del proyecto de ley que culminó con las reformas de la Ley N ° 20.004 y
Ley N ° 20.073, indicaron la necesidad de que la regulación de los quórum de
aprobación de ciertos acuerdos por las Juntas de Acreedores sean bajos, de forma de
facilitar dichos acuerdos en el marco del funcionamiento de un órgano pesado y de
costosa convocatoria como lo es la Junta de Acreedores. Es por ello, que creo que el
quórum de aprobación del acuerdo tendiente a la contratación de personas naturales
o jurídicas para la realización de actividades especializadas (Artículo 36 de la Ley N
° 18.175. A lo menos, dos tercios del pasivo de la quiebra, con derecho a voto) y el
quórum necesario para la continuación efectiva del giro del fallido (Artículo 112
inciso 1° de la Ley N ° 18.175. A lo menos, los tercios del pasivo de la quiebra con
derecho a voto) son bastante elevados y deberían reducirse para posibilitar cuando
sea necesario la realización de trabajos profesionales y de la mantención en
funcionamiento de la empresa, que resulta más beneficioso que la enajenación
parcial de los activos de la quiebra.

En lo relativo a los Síndicos de Quiebras, las conclusiones de importancia que podemos


señalar son:
(i) Respecto de la confusión reinante en materia de la naturaleza jurídica de
los síndicos, hemos señalado que el Síndico no constituye ni un mandatario ni un
represente legal de los acreedores y del fallido. La labor que realiza el Síndico es de
sustitución de los sujetos de la quiebra, tendiente a la administración del patrimonio

392
concursado del fallido a fin de lograr la satisfacción de los créditos de los
acreedores, rigiéndose en su actuación respecto a los acreedores, al principio de la
par condictio creditorum. El artículo 27 inciso 1° de la Ley N ° 18.175, es
meridiano en señalar que la representación no es en la persona del fallido ni de los
acreedores, sino que es una representación respecto de los intereses generales de los
acreedores en lo concerniente a la quiebra, y respecto de los derechos del fallido, en
cuanto puedan interesar a la masa. La naturaleza jurídica del Síndico es la de
constituir un órgano de la quiebra, con las características señaladas en el Capítulo VI
de esta tesis.
(ii) La modificación al sistema de designación de síndicos realizada por la
Ley N ° 20.004, contemplada en los artículos 42 y 44 de la Ley N ° 18.175, implica
el establecimiento de un criterio privatista que tiene su justificación en el interés
prioritario de los acreedores en los resultados del proceso de quiebras. Lo anterior,
constituye una opción de política legislativa que reafirma la reforma que la Ley N °
18.175 introdujo a la Ley N ° 4.558.
(iii) La restricción respecto de los profesionales que pueden optar a un
nombramiento de síndico de quiebras, la rendición para tal efecto de un examen de
conocimiento específico sobre materias concursales y la eliminación de la
discrecionalidad administrativa por parte del Ministerio de Justicia, van por el
camino correcto en cuanto a dotar a la administración de quiebras de la suficiente
profesionalización. Con ello se destierran las ideas de ciertos parlamentarios (Evelyn
Mattei), en cuanto a que no reviste importancia la tenencia de ciertos conocimientos
para poder actuar como síndico. La tecnicidad, la seriedad y la responsabilidad en
materias tan complejas como un proceso concursal de quiebras deben privilegiarse a
la hora de legislar en estas materias.
(iv) Por último, creo que la exigencia de una garantía que respalde el
correcto ejercicio de la función del síndico (Artículo 21 bis de la Ley N ° 18.175) es
necesaria para que la responsabilidad del mismo no sea meramente programática.
Asimismo, la regulación respecto de dicha garantía en el sentido de que, puede o no
ser exigida por la Junta de Acreedores y no ser un requisito para optar a ser
incorporado en la nómina nacional de síndicos es correcta, por cuanto, se mantiene

393
en la línea privatista de la ley de quiebras y por cuanto, no constituye un
impedimento a la libertad de trabajo.

Con la síntesis de las conclusiones más importantes y con la esperanza de que este trabajo
sirva en algo respecto de los objetivos planteados en la Introducción, damos por concluida la
presenta tesis.

394
BIBLIOGRAFÍA A UTILIZAR EN LA MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE
LICENCIADO EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES: “LOS ORGANOS DE LA
QUIEBRA LUEGO DE LA MODIFICACIÓN DE LA LEY N º 20.004”.

1. Textos de Autores Nacionales.

1.1 ALESSANDRI RODRIGUEZ, ARTURO. De la Responsabilidad Extracontractual en el


Derecho Civil Chileno. 1943. Imprenta Universitaria. Santiago, Chile.

1.2 BIANCHI BIANCHI, VICENTE. De las personas que pueden ser declaradas en Quiebra.
Imprenta Letelier. 1939. Santiago, Chile.

1.3 BONILLA, CLAUDIO, FISCHER, RONALD, LUDERS, ROLF, MERY, RAFAEL, y


TAGLE, JOSE. Análisis y Recomendaciones para una reforma de la ley de quiebras. 2004.
Documentos de Trabajo del Centro de Economía Aplicada del Departamento de Ingeniería
Industrial de la Universidad de Chile. N ° 191.

1.4 CARRASCO VASQUES, JORGE. Evolución del derecho de Quiebras en Chile. 1963.
Editorial Jurídica. Santiago.

1.5 CASTRILLON MORALES, RAMÓN. Los síndicos de las Quiebras. Imprenta Bellasvista.
Santiago. 1926.

1.6 COMPOSTO CANALES, ARNOLFO. Manual de Contabilidad para abogados. 2004. 2ª


edición. Editorial Jurídica de Chile. Santiago, Chile.

395
1.7 CONCHA GUTIERREZ, CARLOS. El proceso de Quiebra: Su naturaleza Jurídica. 1971.
Santiago, Editorial López – Viancos.

1.8 FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. Salvamento de las


empresas en crisis. Coordinador de la obra: Juan Pablo Román Rodríguez. 2001. Editorial
Jurídica. Santiago.

1.9 IRARRAZABAL HOCES, FERNANDO. De la relación procesal en el juicio de Quiebras.


1960. Editorial Universitaria. Santiago.

1.10 LASALVIA COPENE, RAFAEL. Los presupuestos de la Quiebra. Separata curso


profundizado. Universidad de Chile.

1.11 MATURANA, CRISTIAN. Algunas disposiciones comunes a todo procedimiento, y


aspectos generales de la prueba. Julio, 2003. Facultad de Derecho, de la Universidad de Chile.
Departamento de Derecho Procesal

1.12 MATURANA CRISTIAN. Los órganos jurisdiccionales, los árbitros. Los auxiliares de la
administración de justicia y los abogados. Mayo, 2003. Facultad de Derecho, de la Universidad
de Chile. Departamento de Derecho Procesal

1.13 PALMA ROGERS, GABRIEL. Legislación de Quiebras: explicaciones de sus clases


redactadas por Gustavo Cid. 1959. Santiago, Editorial Universitaria.

1.14 PANTOJA, ROLANDO. La organización administrativa del Estado. 1998. Editorial


Jurídica de Chile. Santiago, Chile.

1.15 PINEDO NEUMANN, CARLOS. De las Quiebras. Editorial Nacimiento. Santiago, 1933.

1.16 PUELMA ACORSSI, ALVARO. Curso de derecho de Quiebras. 1983. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile.

396
1.17 PUGA VIAL, JUAN ESTEBAN. Derecho Concursal: El juicio de Quiebra. 1999. Editorial
Jurídica. Santiago. Volumen 1 y 2.

1.18 RIOSECO ALVARES, ALBERTO. Causales de declaración de Quiebra. Editorial


Universitaria. Santiago, 1941.

1.19 ROMAN RODRIGUEZ, RODRIGO. Instituciones de derecho concursal. 2004. Santiago,


Lexis Nexis.

1.20 SANDOVAL LOPEZ, RICARDO. Derecho de Quiebras. 1985. Editorial Jurídica de Chile.
Santiago, Chile.

1.21 TORRES ZAGAL, OSCAR ANDRES. De los órganos de la Quiebra. 1993. Editorial
Jurídica Cono Sur. Santiago

1.22 VARELA, RAUL. Curso de derecho Comercial: Quiebras. 1965. Santiago, Editorial
Universitaria.

1.23 VIADA LOZANO, ALBERTO. Derecho de Quiebras. 2001. Santiago, Editorial Jurídica
Cono Sur.

2. Textos de Autores Extranjeros.

2.1 AZERRAD, RAFAEL. La extensión de la Quiebra. 1979. Buenos Aires, Astrea de Alfredo y
Ricardo Depalma.

2.2 CARRÉ DE MALBERG, R. Teoría General del Estado. 1948. Fondo de Cultura Económica.
México.

2.3 COUTURE, EDUARDO. Vocabulario Jurídico. 1983. Editorial Desalma. Buenos Aires,
Argentina. 2° reimpresión.

397
2.4 FERNANDEZ, REYMUNDO. El fundamento de las Quiebras. 1939. Buenos Aires,
Compañía Impresoras argentinas.

2.5 GARRIGUES, JOAQUÍN. Derecho Mercantil. 1962. s/n. España, Madrid. 2. V.

2.6 GUASP, JUAN Derecho Procesal Civil. 1998. Editorial Civitas. Madrid, España. V. II.

2.7 JELLINEK, GEOR. Teoría General del Estado. 1943. Editorial Albatros. Buenos Aires,
Argentina.

2.8 NUGENT, RICARDO. Derecho de Quiebra. 1962. Revista de Derecho y Ciencias Jurídicas
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Facultad de Derecho. Lima, Perú.

2.9 PROVINCIALI, RENZO. Tratado de Derecho de Quiebra. 1958-1959. Editorial AHL.


Barcelona, España. V. III.

2.10 PULGAR EZQUERRA, JUANA. Algunas consideraciones en torno a la reforma del


derecho concursal Español. Foro de Derecho Mercantil. 2004.

2.11 SATTA SALVATORE. Instituciones de Derecho de Quiebra. 1951. traducción y notas de


derecho argentino por Rodolfo Fontanarrosa. Ediciones Jurídicas Euro-América. Buenos Aires,
Argentina.

2.12 VÁSQUES UBEDA, GUILLERMO. La responsabilidad de los representantes en la


Quiebra de las sociedades. 1969. Buenos Aires, Editorial Samvers.

3. Memorias de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y


sociales.

398
3.1 ARGANDOÑA IBACACHE, AMANDA. Nulidades de la Quiebra. Memoria de Prueba para
optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile. Santiago,
1940.

3.2 BASCUÑAN, ARMANDO. Cuestiones sobre la Quiebra en las Sociedad Anónimas.


Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la
Universidad de Chile. Santiago. 1922.

3.3 CARVAJAL ARENAS, LORENA. El acreedor hipotecario ante la insolvencia del Deudor.
Profesor Guía: Cristián Araya Escobar. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en
ciencias jurídicas y sociales de la Universidad Católica de Valparaíso. Valparaíso, 2003.

3.4 CARVALLO LOVERA, RAFAEL. La insolvencia. Un estudio sobre el concepto. Memoria


de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de
Chile. 1944. Santiago.

3.5 CASTRO ALAMOS, FERNANDO. Ley de quiebras: (orígenes, concordancias,


jurisprudencia, circulares e informes). Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en
ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile. Profesores Informantes: Enrique Munita
Becerra director; J. Gabriel Palma R. profesor de Derecho Comercial. 1939. Santiago.

3.6 DIEZ GARCÍA, JUAN LUIS. Algunos efectos inmediatos de la declaración de Quiebra: El
desasimiento. Santiago, 1940. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias
jurídicas y sociales de la Universidad de Chile.

3.7 DROGUETT GRIMBERG, EDUARDO. La Quiebra en Chile y en Francia. Memoria de


Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de
Chile. Santiago, 1995.

3.8 DURAN NEUMANN. De la Universalidad de las Quiebras. Memoria de Prueba para optar
al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile. 1942.
Santiago.

399
3.9 GALAN VILLEGAS, CARLA. De los aspectos procesales y procedimientos del juicio de
Quiebra. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de
la Universidad Central. Profesor Guía: Sergio Lira Herrera. Santiago, 2002.

3.10 GALLARDO BARRIOS, PEDRO. La junta de acreedores en la Quiebra. Memoria de


Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de
Chile. 1939. Santiago.

3.11 GÓMEZ ROTH, CAROLINA ANDREA, y RIPETTI RETAMALES, ENZO MARCELO.


Los órganos de la Quiebra en los países integrantes del MERCOSUR. Profesor guía: María
Victoria Valencia. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y
sociales de la Universidad Central. 1997. Santiago.

3.12 GUERRA LARRAÍN, JORGE. De los derechos de los terceros sobre los bienes de la
Quiebra. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de
la Universidad de Chile. 1944. Santiago.

3.13 ITURRA, HORACIO. De algunos efectos retroactivos de la Quiebra en relación con los
acreedores. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales
de la Universidad de Chile. 1943. Santiago.

3.14 KLEIMAN BANCHIK, MOISES. Del juicio de Quiebra. Memoria de Prueba para optar al
grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile. 1943. Santiago.

3.15 LE-BERT ESPINOZA, ERNESTO. Prontuario de la Ley de Quiebras. Memoria de Prueba


para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile.
1948. Santiago.

3.16 LOPEZ AHUMADA, CRISTIAN. Del procedimiento de Quiebra. Memoria de Prueba para
optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad Central. Profesor
Guía: Roberto Ladrón de Guevara. Santiago, 2000.

400
3.17 MEZA MOLINA, JORGE. La Quiebra en las sociedades. Memoria de Prueba para optar al
grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile 1946. Santiago.

3.18 SANCHES GARRIDO, HECTOR. Algunos efectos inmediatos de la declaración de


Quiebra. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de
la Universidad de Chile. 1942. Santiago.

3.19 SLAUGHTER URBINA, TOMAS. La realización y la administración de los bienes en la


Quiebra. 1940. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y
sociales de la Universidad de Chile. Santiago.

3.20 TORREALBA CERECEDA, VICTOR. La Quiebra y la razón social en las sociedades de


responsabilidad limitada. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias
jurídicas y sociales de la Universidad de Chile. Santiago, 1957.

3.21 UGARTE, EDUARDO y VICARI, ALEJANDRO. Curso de Derecho de Obligaciones,


Responsabilidad Extracontractual del profesor Enrique Barros. 2001. Memoria de Prueba para
optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile. Profesor guía: Enrique Barros Bourie. S/p.

3.22 YAÑES CART, LILIAN. Mecanismos de la insolvencia en América Latina y su entorno:


recomendaciones. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y
sociales de la Universidad Central. Profesor Guía: María Victoria Valencia. 2003. Santiago

3.23 ZUÑIGA ESPARZA, RAMON. De la sindicatura de Quiebras y de la administración de


bienes en la Quiebra. Memoria de Prueba para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas
y sociales de la Universidad de Chile. 1945. Santiago.

4. Publicaciones Administrativas.

4.1 Boletín Informativo. Superintendencia de Quiebras. Santiago, Nº 1. 1988.

401
4.1.1 BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N °
74. Junio 2003. Observaciones del Superintendente de Quiebras a la presentación
del Representante de Libertad y Desarrollo en relación al proyecto de modificación
de la Ley de Quiebras.

4.1.2 BOLETIN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N °


74. Junio 2003. Presentación del Representante de Libertad y Desarrollo en relación
al proyecto de modificación de la Ley de Quiebras.

4.1.3 DIARIO ESTRATEGIA. Entrevista concedida por el Fiscal Nacional de Quiebras,


señor Diego Lira Silva. Edición del día 21 de diciembre de 2002. EN: BOLETIN
INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRA N ° 69, Marzo
2002.

4.1.4 NAVARRETE ARIS, HECTOR PATRICIO. Las Juntas de Acreedores y su rol en


la Quiebra. EN: BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE
QUIEBRAS. N ° 63. Abril 2002.

4.1.5 PRICE RAMÍREZ, GUSTAVO, RAMÍREZ ALVARADO, RODRIGO, y


MIRANDA, JUAN CARLOS. La Fiscalía Nacional de Quiebras. EN: BOLETÍN
INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS. N ° 77, Abril
de 1998.

4.1.6 ROMAN RODRIGUEZ, JUAN PABLO. Informe en derecho sobre las facultades de
la Superintendencia de Quiebras para fiscalizar a los síndicos. EN: BOLETÍN
INFORMATIVO DE LA FISCALIA NACIONAL DE QUIEBRAS N ° 75,
Septiembre de 2003.

4.1.7 VALENCIA MERCADO, MARÍA VICTORIA. Los órganos de la quiebra. Su


administración y Control. EN: BOLETÍN INFORMATIVO DE LA FISCALIA
NACIONAL DE QUIEBRAS. 1996. N ° 54.

402
5. Documentos de Tramitación y Discusión Parlamentaria.

5.1 Informe Final del proyecto de la Ley N ° 18.175 de la Comisión Conjunta a la Junta
de Gobierno de fecha 07 de septiembre de 1982.

5.2 Boletín N ° 3180-03. Informe de la Comisión de economía, fomento y desarrollo


recaído en el proyecto de ley que modifica la Ley N ° 18.175, en materia de
fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortalecimiento de la labor de los síndicos, y de la Superintendencia de Quiebras.

5.3 Boletín N ° 3.180-03. Segundo informe de la comisión de economía, recaído en el


proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley N ° 18.175, en
materia de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las
quiebras, fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia de Quiebras.

5.4 Boletín N ° 3.180-03. Informe de la Comisión de Economía. recaído en el proyecto


de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley Nº 18.175, en materia
de fortalecimiento de la transparencia en la administración privada de las quiebras,
fortaleciendo la labor de los síndicos y de la Superintendencia de Quiebras.

5.5 Primer Trámite Constitucional. Sesión N ° 1, legislatura 350. Intervención del


Ministro de Justicia, Luis Bates. Documento: diar4473.

5.6 MENSAJE DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA CON EL QUE SE


INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA LEY N° 18.175, DE
QUIEBRA, EN MATERIA DE CONVENIOS CONCURSALES, N ° 359-351, de 10
de noviembre de 2005.

6. Jurisprudencia.

403
6.1 Gaceta Jurídica, Marzo 2000. Casación en el fondo. Corte Suprema. 20.3.2000. N °
237.

6.2 Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo 32, sec. 1ª, pp: 489-494

6.3 Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo LXIX, secc: 4ª, pp: 181. Sentencia de 6
de noviembre de 1972.

6.4 Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo 30. Segunda Parte. Secc: 1ª, pp: 373-385.

7. Cuerpos legales y constitucionales.

7.1 Ley sobre Juicio Ejecutivo de 8 de febrero de 1837.

7.2 Código de Comercio de 1865. Libro IV: “De las Quiebras”.

7.3 Código de Procedimiento Civil de 1902. Libro III, Título XVI: “Los Juicios de Comercio”.

7.4 Ley N ° 4.558 de 4 de febrero de 1929.

7.5 Decreto Ley N ° 248, de 20 de mayo de 1931.

7.6 Decreto Ley N ° 1.509 de 1976.

7.7 Decreto Ley N ° 1.687 de 1977.

7.8 Ley N ° 20.004, publicada en el Diario Oficial el 8 de marzo de 2005.

7.9 Ley N ° 20.073, publicada en el Diario Oficial el 20 de noviembre de 2005.

7.10 Ley N ° 18.175, publicada en el Diario Oficial de 28 de octubre de 1992.

404
7.11 Decreto Supremo N ° 3.538 del Ministerio de Hacienda, que crea la Superintendencia de
Valores y Seguros. Publicado en el Diario Oficial de 23 de diciembre de 1980.

7.12 Ley N ° 18.046, publicada en el Diario Oficial de 22 de octubre de 1981.

405

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