Confiabilidad y Lealtad
Confiabilidad y Lealtad
Confiabilidad y Lealtad
¿Qué significa ser confiables para Dios? ¿A quiénes debemos volvernos leales en la
vida? ¿Qué implica ser leales?
El rey David logró comprender que su capacidad de ser leal podría afectar su
conexión con Dios.
1 Samuel 26:22-25 Y David respondió y dijo: He aquí la lanza del rey; pase acá uno
de los criados y tómela. (23) Y Jehová pagué a cada uno su justicia y su lealtad;
pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, más yo no quise extender mi
mano contra el ungido de Jehová. (24) Y he aquí, como tu vida ha sido estimada
preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda
aflicción. (25) Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda
emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su
camino, y Saúl se volvió a su lugar.
David había entendido que Dios le dio la posibilidad de matar a Saúl, para probar
su corazón. De esa manera, David vio su lealtad como una siembra. Es
absolutamente incoherente esperar lealtad de otros si nosotros mismos no la
hemos sembrado.
Muchos cristianos piden a Dios cosas, como quien anhela soluciones o bienes
materiales, pero nunca se interesan en volverse confiables para administrar
sabiamente lo que piden. Es por ese motivo que, alcanzando lugares de autoridad
u obteniendo bienes materiales, terminan siendo gobernados por las cosas
incorrectas y alejados de la realidad del Propósito Eterno de Dios.
Mateo 25:20-21dice: “Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros
cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he
ganado otros cinco talentos sobre ellos. (21) Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y
fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
Veamos que el Señor les repartió talentos, por un lado, dado que los considero
confiables, pero al mismo tiempo, para evaluar su confiabilidad y lealtad en la
administración de lo que les estaba confiando. Y cuando les llamó para pedirles
cuentas, su halago sobre los que administraron bien, fue acerca de su fidelidad,
que aquí es similar a confiabilidad o lealtad.
Ante una decisión a tomar, los oficiales deciden consultar al Señor a través del
profeta Jeremías, presentándose a sí mismos como confiables, y alegando lealtad al
pretender que obedecerían el consejo que Dios les diera por medio del profeta.
Lamentablemente su presunción era mucha, y no se conocían a sí mismos, pues
terminaron siguiendo su propio corazón, y no el consejo del Señor, para su propia
destrucción y muerte.
Esto nos enseña que solo el Espíritu de Dios puede guiar a la verdad y habilitarnos
para ser leales al cumplimiento de la palabra de Dios.
Romanos 8:3-4 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne; (4) para que la justicia de la ley se
cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu.
Estando bajo la ley era imposible obedecer a Dios, por causa de la carne, pero en la
vida del Espíritu, estamos capacitados para caminar en la justicia de la ley, y cumplir
la palabra de Dios.
De forma muy interesante, el Señor Jesús enseñó que para que la ofrenda fuera
recibida por Dios, debíamos demostrar ser confiables, y la manera de hacer esto,
era ser leales a nuestros hermanos, al procurar la paz y la reconciliación con ellos,
demostrándoles que estamos interesados en su bienestar.
Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú
y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. (16) Mas si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
(17) Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil
y publicano.
Apocalipsis 2:13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de
Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que
Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Una de las maneras en que la lealtad se demuestra, es no tener temor de sufrir por
causa de Cristo y del evangelio, dar un testimonio de la verdad por medio de no
negar al Señor aún en medio de la persecución, siempre ha sido una herramienta
que Dios ha usado para tocar el corazón de otros que han sido testigos de la
fuerza de la fe que permanece firme aún medio del fuego de la prueba.
Renuncia a los criterios personales a la hora de edificar, entendiendo que el
diseño pertenece a Aquel que nos llamó.
1 Pedro 5:12 dice: “Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he
escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia
de Dios, en la cual estáis”.
Pedro se refiere a Silvano como fiel, quien se considera como el secretario escritor
de la carta y portador de la misma a los destinatarios. Es decir, tiene la lealtad y
confiabilidad necesaria, para registrar las palabras tal como el apóstol se las estaba
dictando, y por lo mismo el apóstol Pedro da fe de estarles amonestando e
instruyendo en la gracia a través de ella.
3 Juan 1:5-6 dice: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a
los hermanos, especialmente a los desconocidos, (6) los cuales han dado ante la
iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su
servicio a Dios, para que continúen su viaje”.
En carta a Gayo, el apóstol Juan también le alaba por conducirse con lealtad y
fidelidad, pues ha sido evidente cuando él ha recibido y hospedado a misioneros
que no conocía, pero a quienes a tratado con amor y les ha provisto lo necesario
para continuar con su viaje.