El Método de Estudio A La Hora de Estudiar
El Método de Estudio A La Hora de Estudiar
El Método de Estudio A La Hora de Estudiar
que los contenidos o materias que vayamos a estudiar por sí solos no provocan un estudio
eficaz, a no ser que busquemos un buen método que nos facilite su comprensión, asimilación
y puesta en práctica.
1. Organización del material de trabajo. “Cada cosa en su sitio y un sitio para cada
cosa”
2. Distribuir el tiempo de forma flexible, adaptada a cambios y a circunstancias.
3. Tener en cuenta las dificultades concretas de cada materia.
4. Averiguar el ritmo personal de trabajo
5. Ser realista y valorar la capacidad de comprensión, memorización, ...
6. Comenzar por los trabajos más difíciles y dejar los más fáciles para el final.
7. Memorizar datos, entenderlos y fijarlos.
8. No estudiar materias que puedan interferirse: Ej, vocabulario de ingles con el de
alemán.
El método que aquí os propongo consta de siete fases que a lo largo de las distintas
sesiones iremos analizando y practicando:
1. Prelectura
2. Notas al margen
3. Lectura comprensiva
4. Subrayado
5. Esquema
6. Resumen
7. Memorización
Prelectura:
Conviene hacerla el día anterior a la explicación del profesor pues así nos servirá para
comprenderlo mejor y aumentará nuestra atención e interés en clase.
Formar el esquema general del texto donde insertaremos los datos más
concretos obtenidos en la segunda lectura.
Además puede servirte también para dar un vistazo a tus apuntes antes de ir
a clase y así:
Ponerte de manifiesto tus dudas que aclararás en clase, y tomar los apuntes
con más facilidad.
Lectura comprensiva: que consiste en volver a leer el texto, pero más despacio,
párrafo a párrafo, reflexionando sobre lo que leemos. De esta manera entenderás
mejor el tema a estudiar, por lo que te será mucho más fácil asimilar y aprender.
Lectura comprensiva
No adoptes prejuicios frente a ciertos libros o temas que vayas a leer. Esto
te posibilita profundizar en los contenidos de forma absolutamente imparcial.
Son las palabras que escribimos al lado izquierdo del texto y que expresan las ideas
principales del mismo. A veces vienen explícitas otras tendremos que inventarlas.
El subrayado:
Consiste en poner una raya debajo de las palabras que consideramos más
importantes de un tema.
¿Qué es subrayar?
Es destacar mediante un trazo (líneas, rayas u otras señales) las frases esenciales y palabras
claves de un texto.
La idea principal, que puede estar al principio, en medio o al final de un párrafo. Hay que
buscar ideas.
Palabras técnicas o específicas del tema que estamos estudiando y algún dato relevante
que permita una mejor comprensión.
Para comprobar que hemos subrayado correctamente podemos hacernos preguntas
sobre el contenido y sí las respuestas están contenidas en las palabras subrayadas
entonces, el subrayado estará bien hecho.
Son las que dan coherencia y continuidad a la idea central del texto
Mejor con lápiz que con bolígrafo. Sólo los libros propios
Utilizar lápices de colores. Un color para destacar las ideas principales y otro distinto
para las ideas secundarias.
Sí utilizamos un lápiz de un único color podemos diferenciar el subrayado con distintos tipos de líneas
Las personas que están muy entrenadas en lectura comprensiva deberán hacerlo en la
segunda lectura.
El esquema:
¿Qué es un Esquema?
Es la expresión gráfica del subrayado que contiene de forma sintetizada las ideas
principales, las ideas secundarias y los detalles del texto.
Porque permite que de un sólo vistazo obtengamos una clara idea general del tema,
seleccionemos y profundicemos en los contenidos básicos y analicemos para fijarlos
mejor en nuestra mente.
Tipos de Esquemas
Es extraer de un texto todo aquello que nos interesa saber y queremos aprender. Se
escribe lo subrayado añadiendo las palabras que falten para que el texto escrito tenga
sentido.
Para hacer un buen resumen has de tener presente los siguientes puntos:
Memorizar:
Es grabar en la memoria los conocimientos que queremos poseer para después poder
recordarlos.
Fases De La Memorización
Una vez que percibimos algo, comienza un proceso que conduce a la memorización de
esa información. Esto se consigue con las siguientes fases:
Desarrollo de la memoria
Falta de concentración.
Poca o mala compresión de lo estudiado.
Ausencia de repasos o repasos tardíos y acumulados.
Estudio superficial y pasivo, con poca reflexión y esfuerzo (no hay manejo
de la información en resúmenes, esquemas, subrayados)
Técnicas de estudio
Mentalízate
Antes de nada, recordar que no existen píldoras mágicas para aprobar. Todo requiere
un esfuerzo por nuestra parte.
Asegúrate:
Perdiendo los nervios ante el examen: "los nervios no sirven para nada
sirven y para todo estorban"
Procura relajarte. Parctica las técnicas de relajación.
No te comas los libros ante del examen inmediatamente antes del examen
No hables con los compañeros antes de realizarlo, te parecerá que no
recuerdas nada y aumentará tu nerviosismo.
No intentes comprobar si recuerdas todos los temas, antes del examen tu
mente está en tensión, ya no puedes reforzar tu memoria, así que
concéntrate en lo que vas a hacer.
Estando en plena forma física y mentalmente: Debes dormir bien y
descansar lo suficiente antes del examen
No dejes todo para el último momento, si lo haces le das tiempo a la
memoria para asentar la información que recibe, la memoria necesita reposo
y el recuerdo será más fácil si existe orden.
El contenido: asegúrate de que has contestado todas las preguntas, que las
respuestas estén completas, que no haya errores de contenido y de que no
recordamos nada nuevo.
La forma: la presentación (que esté sin borrones, ni tachaduras), la letra
clara y legible, las líneas rectas. Procura dejar un espacio en blanco, por sí al
repasar surgen ideas nuevas. Corrige las faltas de ortografía y los posibles
errores de estilo.
Técnicas de relajación:
Es muy aconsejable para alumnos nerviosos y preocupados. Se recomienda practicar cada día una o
dos sesiones de relajación de diez o quince minutos aproximadamente.
Ejercicios de Relajación
Evita cualquier prenda de ropa que pueda oprimirte: cinturón, cuellos, corbatas, zapatos...
Túmbate sobre una superficie rígida, pero que no sea ni muy dura ni muy blanda. Es bueno
hacerlo sobre una alfombra.
Coloca el cuerpo boca arriba. Las piernas ligeramente entreabiertas y los brazos extendidos a lo
largo del cuerpo.
Cierra los ojos sin apretar mucho los párpados y quédate totalmente inmóvil.
Pasa revista a todos los músculos de tu cuerpo concentrando sucesivamente tu atención en
cada uno y alejando la tensión que pueda haber acumulada en alguno de ellos.
La mente: que hasta ahora ha estado dirigiendo su atención a los miembros del cuerpo, una vez
que éstos se hallan en calma, debe relajarse ella misma sumergiéndose en la imaginación,
visualizando escenas agradables, placenteras... (por ejemplo, la contemplación de una hermosa
puesta de sol desde una verde colina; tumbado sobre la limpia arena de una playa recibiendo la
brisa del mar y el murmullo de las olas; etc.).
Ejercicios de respiración
El cansancio y la fatiga en el estudio provienen muchas veces de una mala ventilación. Para mejorar
puedes realizar el siguiente ejercicio de respiración:
Túmbate de espaldas con la nuca apoyada en el suelo, las rodillas flexionadas y los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo. Cierra los ojos, entreabre la mandíbula y relaja la lengua y los
labios. Concéntrate sólo en tu respiración durante tres o cuatro minutos.
Inspira por la nariz lenta y profundamente contando hasta cinco. Contén la respiración tan sólo un
segundo, y espira despacio por la nariz contando de nuevo hasta cinco.
Dormir bien
El estudiante debe aprovechar las horas del día sin tener que quitar horas al sueño. Tu trabajo
intelectual (clases o estudio) no puede ser eficaz si antes no satisfaces la necesidad de descanso.
Para favorecer la relajación antes de acostarse es bueno un baño de agua tibia pero no es
aconsejable permanecer más de diez minutos dentro del agua.
Dos horas antes de acostarte debes ir abandonando tu actividad normal para dar paso a un
reposo gradual. la lectura relajada y una música serena son buenos preludios para un dulce
sueño.
No dejes nada para consultar con la almohada». Al concluir la jornada, se acabaron los
problemas.
Adopta por costumbre una hora fija para acostarte y otra fija para levantarte.