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El Dibujo Infantil

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El dibujo infantil: significado, características

y etapas
Existen varios trabajos que abordan el tema, pero es particularmente interesante el del
profesor Viktor Lowenfeld. Este investigador austríaco publicó en 1947 el libro
Desarrollo de la capacidad intelectual y creativa, que aún sigue siendo referencia para
el estudio del dibujo infantil.

Se trata de etapas que se presentan universalmente en los niños de diferentes culturas


identificándose en la evolución gráfica hasta la adolescencia 5 etapas:
 Etapa del garabateo, de 2 a 4 años.
 Etapa pre esquemática, de 4 a 7 años
 Etapa esquemática, de 7 a 9 años
 Etapa del realismo, entre los 9 y 12 años
Etapa del garabateo (de dos a cuatro años)
Constituye el primer acercamiento al dibujo. No hay una intención representativa, sino
que se trata de experimentar placer, por el resultado del movimiento manual.
Tiene lugar entre los 2 y los 4 años.
En este periodo se pueden observan tres momentos diferentes:

Garabateo descontrolado
Alrededor de los dos años el niño es capaz de sujetar el lápiz y hacer líneas y rayas.
Carece de control sobre los trazos y lo anima la curiosidad por experimentar con los
objetos.
Los dibujos no tienen significado y no hay ninguna intención previa en ellos. Es posible
que dibuje sin mirar el papel, pues su atención aún es muy dispersa, y se distrae con
facilidad. Para el niño, se trata de una actividad eminentemente física.

Garabateo controlado
Conforme adquiere una mayor coordinación óculo-manual, el niño comenzará a
identificar la relación entre sus movimientos y el dibujo en el papel. Esto sucede
alrededor de los 30 meses y significará un descubrimiento que lo animará a intentar
nuevos trazos o movimientos.

Garabateo con nombre


Entre los 3 y 4 años, el dibujo será una de las actividades preferidas del niño. Esto
sucede a la par que logra un control más preciso de sus movimientos. Aunque no hay
una intencionalidad previa en los dibujos, si es capaz de asignarle significados a
posteriori. Para el adulto sigue siendo difícil identificar las formas o figuras. Por eso es
tan importante que sea el niño quien explique qué está dibujando.
Hay un uso intencional de los colores, pero no necesariamente de manera realista.

Asimismo se observa un mayor cuidado en la distribución de los dibujos en la página.


Es frecuente que el niño intente escribir palabras en su dibujo: su nombre o el título,
por ejemplo. No son exactamente letras, sino representaciones de cómo él percibe la
escritura. Por eso, generalmente no guardan relación con la grafía de lo que desea
escribir.
Etapa pre esquemática (de cuatro a siete años)
Entre los cuatro y los siete años el niño logrará controlar los trazos y dibujar
intencionalmente objetos. La figura humana será uno de sus dibujos favoritos, aunque
de manera muy esquemática.
Conforme avanza su desarrollo el dibujo irá ganando en elementos. Así, las primeras
representaciones humanas se limitarán a un círculo con dos palitos, a modo de cabeza
y piernas. Poco a poco añadirá los brazos y hará una diferenciación con el tronco.
Hacia el final de esta etapa ya incluirá algunos rasgos, como ojos, nariz, boca y orejas.

Para el niño el dibujo se convierte en una actividad placentera, capaz de atraer su


atención por periodos de tiempo más largos. Es menos propenso a distraerse y puede
permanecer concentrado hasta media hora mientras realiza un dibujo.
Se nota una mejor organización del espacio y un uso más realista de los colores,
aunque aún pueden apreciarse elecciones arbitrarias.
Lo más importante de este período es que el dibujo tiene una intención clara y una
orientación expresiva. Es decir, se trata ya de una actividad intelectual, que nos
permite reconocer procesos cognitivos y mentales. A través del dibujo, el niño puede
expresar sus miedos o temores, o dar señales de alguna situación personal.
Etapa esquemática (de siete a nueve años)
Entre los 7 y los 9 años el niño intentará dibujar los objetos tal como los percibe. Por
eso se nota una mayor atención al uso de los colores, que será bastante cercano a la
realidad
Etapa del realismo (entre los nueve y doce años)
Los dibujos ganarán en detalles y procurarán ser una representación fiel de la realidad.
Las simples figuras geométricas no serán ya un recurso gráfico suficiente para el niño.
Se evidencia una mayor atención a la perspectiva y las proporciones.
Esta fase se sitúa en torno a los 9 a 12 años.
Etapa pseudonaturalista (de 12 a 14 años)
Entre los 12 y los 14 años el dibujo infantil se asemeja ya al adulto. Se respeta la
perspectiva y se procura alcanzar una representación fidedigna de los objetos. Se le
da mucha importancia al producto final.
Es común que la figura humana exhiba rasgos sexuales identificativos

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