Los Perros de Pavlov
Los Perros de Pavlov
Los Perros de Pavlov
Al inicio del siglo xx, el fisiólogo ruso Ivan Petrovitch Pavlov (1849-1936) midió en diferentes condiciones la secreción de
hormonas digestivas en perros. Pavlov practicó en los animales una desviación quirúrgica de los ductos salivales, lo que
le permitía recoger y medir la cantidad de saliva secretada.
Pavlov practicó en los animales una desviación quirúrgica de los ductos salivales, lo que le permitía recoger y medir la
cantidad de saliva secretada. Además, separó del estómago la parte superior del tracto digestivo y la reencauzó a una
apertura externa o fístula. La comida que era llevada al hocico, masticada y deglutida no llegaba nunca al estómago de
esos perros, sino que caía en un plato colocado debajo de la apertura externa. Pavlov podía luego pesar la cantidad de
comida que el perro había ingerido de manera temporal. Descubrió que, en tales condiciones, las secreciones gástricas
eran producidas a una tasa que era casi la mitad de lo normal, por lo que concluyó que algunos procesos cerebrales
desconocidos eran responsables de desencadenar la actividad digestiva, incluso en ausencia de comida en el estómago
(Pavlov, 1927, 1928).
Los primeros experimentos constaban de una serie de pasos. Primero, el experimentador presentaba un estímulo
desconocido, que se llamaba “neutral”, como el sonido de un zumbador (un metrónomo o una campana), y se medía el
nivel de salivación del perro. En esta condición inicial, era muy baja o inexistente y no se incrementaba con la
presentación del estímulo incondicionado o no aprendido (la carne). En el siguiente paso, el perro recibía la carne
inmediatamente después de que se presentaba el estímulo neutro (la campaña). De modo que los dos estímulos
(digamos, el sonido y la carne) se asociaban y la presentación de un sonido llegó a señalar el hecho posterior de que el
perro era “alimentado”. Recordarás que la comida en realidad no llegaba al estómago del perro, sino que salía por una
fístula a un recipiente externo. Durante esas ocasiones, el perro producía un mayor nivel de saliva. Después de un
número adecuado de emparejamientos del sonido y la alimentación con la carne, el experimentador empezó a
presentar el sonido sin proporcionar la carne. Los perros salivaban de nuevo aunque no se les diera comida (Pavlov,
1927, Conferencias II, III).
Cuando los receptores sensoriales del perro detectan la llegada de estímulos, la excitación de los nervios viaja al cerebro
donde las células corticales excitatorias a disparar en respuesta. Este proceso cortical es provocado cada vez que se
repite el mismo estímulo, lo que permite al perro demostrar el beneficio de esta experiencia al ser capaz de anticipar a
un estímulo a partir de la presencia del otro. En resumen, Pavlov propuso que los disparos de las células excitatorias son
la base de los reflejos condicionados positivos.
Los centros inhibitorios de la corteza funcionan para desalentar o retrasar la actividad de las células excitatorias. En
algunos casos, las células inhibitorias de hecho compiten con los procesos excitatorios.
Pavlov denominó a un tipo de inhibición inhibición externa (1927, p. 48). Un ejemplo sería el hecho de que la atención es
distraída o desviada. Un perro condicionado para salivar ante el sonido de un zumbador deja de hacerlo si de repente se
introduce un estímulo nuevo como un estallido fuerte o una persona desconocida. Pavlov supuso que el estímulo
distractor desconocido inhibe el reflejo condicionado de la salivación.
Pabló propuso un segundo tipo de inhibición, la inhibición interna. Este proceso cortical implica un desarrollo lento o
gradual de una tendencia a retener la respuesta (Pavlov, 1927, Conferencia IV). Por ejemplo, la presentación continua
del estímulo condicionado (la campana), sin que vuelva a presentarse el estímulo incondicionado (la carne), da lugar a
un cese gradual de la respuesta condicionada (la salivación). En términos más concretos, el experimentador continúa
apretando el zumbador sin proporcionar después la carne. A la larga el perro deja de salivar ante el zumbador. La
respuesta condicionada anterior ahora queda inhibida. A menudo, este proceso se considera como un ejemplo de
extinción de un reflejo condicionado. Sin embargo, Pavlov lo explicaba de una manera diferente como resultado del
aprendizaje de una nueva respuesta inhibitoria (Pavlov, 1927, p. 48).
Pavlov desarrolló una tipología con base en el grado en que cada perro puede ser condicionado
Los perros que eran más sociables y activos resultaron ser los peores sujetos cuando se trataba de desarrollar
reflejos condicionados.
Al principio, Pavlov pensó que en los perros difíciles de condicionar predominaban los procesos corticales
excitatorios. Supuso que las células excitatorias de esos perros se agotaban con rapidez.
El segundo tipo de temperamento nervioso es predominantemente inhibitorio en las actividades conductuales
normales
Pavlov desarrolló una tipología con base en el grado en que cada perro puede ser condicionado. Basó esta tipología
en su descubrimiento de que existía una correlación entre el temperamento de un perro y su condicionabilidad. Los
perros que eran más sociables y activos resultaron ser los peores sujetos cuando se trataba de desarrollar reflejos
condicionados. Amarrados a un arnés en la cámara experimental, esos perros que regularmente eran activos se
adormilaban y a menudo se quedaban dormidos. En contraste, era fácil condicionar a los perros que fuera de la
situación experimental eran muy tranquilos (1928, p. 306).
A partir de sus resultados experimentales, Pavlov propuso cuatro tipos de sistema nervioso que resultaron ser
iguales a los tipos clásicos de temperamento.
Galeno y Kant se habrían sentido reivindicados por esta validación de sus clasificaciones. Pavlov también terminó
con el número cuatro para describir los tipos de temperamento.
Pavlov podía inducir dicha neurosis, por ejemplo, con un procedimiento de condicionamiento en que se hacían
alternar con rapidez ambos procesos corticales excitatorio e inhibitorio, los cuales se supone “chocan” en el sistema
nervioso del perro. Cualquiera que sea la explicación, cada uno de los tipos nerviosos extremos sucumbirá a una
forma diferente de lo que en términos informales se llamaría una “crisis nerviosa”
Una de las principales características distintivas de los tipos de sistema nervioso de Pavlov era el grado de susceptibi-
lidad a la conducta neurótica inducida, de manera experimental
Mediante la aplicación de un vibrador mecánico a la piel del perro, Pavlov condicionó a un perro extremadamente
excitable para que salivara ante 30 vibraciones por minuto.
Cuando el vibrador oscilaba a sólo 15 vibraciones por minuto, no se presentaba comida. De este modo, el perro
aprendía a discriminar entre 30 y 15 vibraciones. Salivaba ante 30 vibraciones, una respuesta excitatoria, y retenía la
salivación ante 15 vibraciones, una respuesta inhibitoria. Sin embargo, cuando Pavlov presentaba 15 y 30
vibraciones en rápida sucesión, los perros del tipo excitable sufrían una desorganización extrema de la conducta. Sus
débiles procesos inhibitorios no lograban llevar el ritmo de la rápida alternancia entre 15 y 30 vibraciones, por lo que
sus procesos excitatorios más fuertes asumieron el dominio en este choque con los procesos inhibitorios. El animal
se excitó de manera incontrolable, luchaba y se esforzaba por escapar del arnés y morder al experimentador. En
poco tiempo, el perro de tipo extremadamente excitable mostraba todos los signos de un ataque de ansiedad. El
efecto era duradero y a menudo requería meses de tratamiento con tranquilizantes para lograr una cura
Eysenck (1957a, pp. 111ff) advirtió deficiencias en las descripciones que hizo Pavlov de los cuatro tipos nerviosos.
Se dice que esta deficiente ya que Pavlov había identificado al tipo nervioso extremadamente excitable como una
personalidad colérica. Es de suponer que al hacer esta clasificación, Pavlov concentraba su atención en la conducta
del perro en la situación de condicionamiento, donde los tediosos procedimientos experimentales adormilaban al
animal y dificultaban su condicionamiento. Sin embargo, aunque el perro típico parece ser de un tipo sanguíneo
(sociable, amistoso y emocionalmente expresivo) cuando no está confinado o estresado de otra forma, en el sistema
pavloviano este animal habría sido clasificado como colérico. Además, en condiciones apropiadas el perro colérico
sucumbe a la ansiedad que es más característica del tipo melancólico.
La teoría de Hull (1943, 1951, 1952) se planteó para explicar un tipo de condicionamiento distinto al trabajo de
Pavlov con los perros. En lugar del condicionamiento de reflejos involuntarios, a Hull le interesaba más el
condicionamiento instrumental (operante) que tiene que ver con la conducta voluntaria
Clark L. Hull (1884-1952) desarrolló una teoría de la pulsión del aprendizaje y el desempeño que incorporaba
conceptos básicos similares a la excitación y la inhibición. La ventaja del planteamiento de Hull sobre el punto de
vista de Eysenck era su precisión al describir la interacción de la inhibición y la excitación. La premisa básica que
subyace al planteamiento de Hull era que los reforzadores son estímulos que reducen o satisfacen las pulsiones
biológicas de un organismo. Para que ocurra el aprendizaje instrumental, el organismo debe estar primero en un
estado de elevada activación motivacional, por ejemplo, muy hambriento.
Para indicar la conexión aprendida entre los estímulos de los puntos de elección del laberinto y la respuesta de girar
a la derecha, Hull empleó un símbolo de “hábito”: S HR. Si la rata no se encuentra en un estado de activación de la
pulsión (es decir, no tiene hambre), cuando es colocada en el laberinto, entonces su hábito de girar a la derecha en
un punto de elección particular tendrá una baja probabilidad de ser traducida en conducta real
La inhibición reactiva (IR) en el planteamiento de Hull es similar al concepto pavloviano de inhibición interna. En la
teoría de Hull, la inhibición reactiva es una fatiga neuronal que se desarrolla cuando se repiten las respuestas
Al final, Eysenck adoptó la idea general hulliana de que la pulsión multiplica los hábitos y que la inhibición reduce los
efectos de la pulsión positiva, y estudió la actividad de una persona que juega tenis para examinar la relación entre
el desempeño, pulsión, hábito e inhibición.
Es claro que la excelencia de su desempeño [en el tenis] dependerá de dos cosas. En primer lugar, dependerá de su
pulsión... También depende, por supuesto, de su experiencia y de la cantidad de práctica que haya invertido antes
en la tarea, en el tiempo que haya dedicado a jugar, etcétera. En otras palabras, dependerá del sistema de hábitos
corporales que ha construido en el pasado [S I R]... Su desempeño actual será una función de esas dos variables;
entre más fuerte sea la pulsión y más desarrollados sean los hábitos necesarios para realizar la tarea, mejor será su
desempeño. ¿Dónde encaja la inhibición en este cuadro? Por supuesto, la respuesta es la siguiente. Si una persona
está realizando una tarea, sobre todo en condiciones de práctica masiva, entonces la inhibición se sigue
acumulando. Al ser una pulsión negativa, se restará de la pulsión positiva con que trabaja el organismo. Por último,
cuando la inhibición se acumula hasta el grado en que es igual a la pulsión positiva con que trabaja la persona, ésta
simplemente deja de hacerlo porque ahora la pulsión es igual a la inhibición, y la pulsión menos la inhibición es igual
a cero... Por supuesto, cualquier cosa que se multiplica por cero es igual a cero y, por tanto, el desempeño cesará
(1964a, p. 73). La deducción lógica que puede hacerse a partir de esta noción de los efectos de la inhibición sobre la
pulsión es que el desempeño continuo conduce en última instancia al cese de la actividad.
Eysenck proponía que los psicólogos de la personalidad y los experimentales unieran fuerzas para investigar
una variable que a menudo se había considerado sólo de interés para los segundos
La excitación y la inhibición ahora debían entenderse como fundamentales para cualquier comprensión de
las diferencias de personalidad.
una especificación relativamente precisa de esas diferencias de personalidad en relación con los procesos de
excitación e inhibición, su postulado tipológico:
Propuso que en el tipo melancólico la activación cortical extrema se asocia a una elevada reactividad emocional. En
consecuencia, la persona melancólica se siente abrumada intelectual y emocionalmente incluso por la estimulación
social y física leve, por lo que tiende a retirarse de sus alrededores. En la personalidad flemática, esta misma excitación
cortical y sensibilidad alta dan lugar al retraimiento en la forma de una actitud apática. La persona flemática carece del
alto nivel de reactividad emocional del melancólico, y por ende se mantiene libre de ansiedad neurótica y
desesperación. Eysenck clasificó a ambos tipos como introvertidos, pero sólo al melancólico como neurótico. Dado que
ambos tipos de personalidad, flemática y melancólica, tienen procesos corticales con una elevada activación, la
propiedad que define a la introversión en el esquema de Eysenck, debería condicionarse con facilidad.
Pavlov había desarrollado una tipología que relacionaba rasgos conductuales observables con procesos subyacentes de
inhibición y excitación del sistema nervioso. Luego trató de coordinar la teoría clásica del temperamento con sus
resultados.
Recuperadode: https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv
%3Dbvkv9cfFvAo&psig=AOvVaw29Lxvgz2e52AiwFE1rIvmB&ust=1617593306809000&source=images&cd=vfe&ved=
0CAIQjRxqFwoTCMDlounS4-8CFQAAAAAdAAAAABAD
La clara implicación de la propuesta de Eysenck de que los individuos difieren en su equilibrio de excitación-
inhibición es que esta diferencia es mediada por algo en el sistema nervioso central.
En 1967, Eysenck revisó y amplió su teoría básica de la introversión-excitación mediante el planteamiento de
relaciones específicas entre esas dimensiones de personalidad y el sistema de activación reticular
ascendente (SARA) del cerebro.
la dimensión de normalidad-neuroticismo en estructuras del sistema nervioso central.
La teoría de Eysenck se basaba en investigaciones previas. Tres décadas antes, James Papez (1937) había
especificado que un grupo de estructuras subcorticales (que incluían al hipotálamo, el giro cingulado, el hipocampo
y sus interconexiones) estaban relacionadas con la activación emocional. Revisó evidencia de que esas estructuras
son responsables de los cambios en la frecuencia cardiaca, la respiración, la presión sanguínea y otros indicadores de
activación emocional. En conjunto, las estructuras se conocen como el cerebro visceral o sistema límbico.
El SARA es una red de fi bras que se extienden de la médula espinal al tálamo en la parte inferior de la corteza
cerebral.
Eysenck supone que esta dimensión consiste en gran medida en diferencias en la activación emocional, tales como
el hecho de que los neuróticos presentan una reactividad emocional mucho mayor de lo normal. Se considera que
las estructuras del sistema límbico o cerebro visceral (CV) son las mediadoras de esta reactividad. El hipotálamo y
otras partes del CV tienen efecto en el sistema nervioso autónomo o involuntario, que a su vez afecta una amplia
variedad de órganos y funciones finales. Las glándulas, músculos, frecuencia cardiaca, respiración y transpiración se
encuentran entre las diversas áreas controladas, al menos en parte, por el sistema nervioso autónomo. Se cree que
los individuos en quienes se activa el CV más fácilmente son más susceptibles al trastorno neurótico.
TRANSFORMACIÓN DE LA EXCITACIÓNINHIBICIÓN EN CONCEPTOS DE ACTIVACIÓN
Para hacer clara la transición de la teoría de Eysenck de 1957 sobre la excitación-inhibición a su teoría de 1967 sobre
las funciones biológicas, es necesario distinguir cuatro tipos extremos de personalidad.