Proceso para Una Pastoral de Adolescentes
Proceso para Una Pastoral de Adolescentes
Proceso para Una Pastoral de Adolescentes
Oración: 10 minutos.
Después de la oración retomaremos el tema anterior con una lluvia de idas para
contextualizar dar continuidad a los talleres.
Materiales:
Media hoja tamaño carta un muro de los lamentos.
Media hoja con la nube de los sueños.
Marcadores, plumas.
Desarrollo:
El Animador entregará a cada uno de los integrantes una media hoja tamaño
carta un muro de los lamentos, en el cual se les pedirá escriban lo que como
personas y seminaristas les duele. Al terminar se entregará la nube de los
sueños donde escribirán lo que sueñan como personas y seminaristas.
Introducción: 5 minutos
La Pastoral de Adolescentes debe ser un proceso que invita a conocer y seguir
libremente a Jesucristo como fuente de plenitud de vida y de la verdadera dignidad
humana. Este proceso debe brotar de la realidad y experiencia de vida del
adolescente y debe conducirlo a una profundización siempre creciente en el
conocimiento y seguimiento de Jesucristo y su misión lo que llevará al adolescente
a transformar su vida, desarrollar su liderazgo y encontrar su verdadera vocación
dentro y fuera de la Iglesia.
Los destinatarios de este taller conozcan que la Pastoral de Adolescentes se
organiza para acompañar al adolescente en su crecimiento como ser humano y en
el desarrollo de su compromiso cristiano así mismo sepan que toda actividad de la
Pastoral de Adolescentes tendrá un aspecto de conversión, esta conversión se
hará posible a través de un proceso que paso a paso va presentando al
adolescente retos cada vez mayores, que promuevan en ellos una experiencia
sacramental y de oración profunda, que los lleven a una vida eclesial y social, no
sólo emocional, sino, seria y comprometida
Desarrollo: 30 minutos
“Al desembarcar, vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran
como ovejas sin pastor.” Mc. 6, 34
“Los adolescentes constituyen la gran mayoría de la población en nuestra
Diócesis. Ellos representan un enorme potencial para el presente y el futuro de
nuestra Iglesia diocesana y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del
Señor Jesús…” D.A. 443