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Sor Juana

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COLEGIO SUPERIOR “SAN MARTÍN”

PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN


LENGUA Y LITERATURA

LITERATURA
LATINOAMERICANA II
Instancia Nº2: Análisis métrico de soneto de Sor Juana
Inés de la Cruz

Profesor: Pablo, Sánchez.

Alumno: Gaetán, Ángela

Fecha de entrega: 16/09/2019


Gaetá, Ángela

LOCALIZACIÓN DEL AUTOR: SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ.


 
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como Sor Juana Inés
de la Cruz, fue una escritora mexicana que se consagró como una de las figuras más
representativas de la literatura latinoamericana del siglo XVII e incluso llegó a gozar de
una importante relevancia en Europa.
La influencia del barroco español, visible en su producción lírica y dramática, no
eclipsó el estilo personal y original de la poetisa. Su espíritu inquieto y su afán de saber
la llevaron, en varias ocasiones, a enfrentarse a los convencionalismos de aquella época,
que no aceptaba que una mujer manifestara curiosidad intelectual e independencia de
pensamiento. 
De su fecha de nacimiento existen dudas a causa de la ausencia de documentos que
confirmen el tiempo exacto: algunos estiman que fue en noviembre del año 1651,
mientras que otros sostienen que el año correcto es 1648. También se sabe poco sobre
sus progenitores: su padre se llamaba Pedro Manuel de Abaje y Machuca, y su madre
Isabel Ramírez de Santillana de Cantillana, quienes al parecer no estuvieron unidos en
matrimonio. 
Lo que sí se sabe con certeza es que la poetisa pasó su infancia en Panoayan, donde
su abuelo materno tenía una hacienda. Allí, tuvo acceso a la biblioteca de él donde
emergió su gusto por la lectura. A lo largo de su niñez se destacó por ser una pequeña
con grandes capacidades intelectuales: a los tres años ya sabía leer y escribir. Aprendió
todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y
la teología del momento. 
En 1659 se mudó junto a su familia a la Ciudad de México, donde vivió con su tía
María Ramírez y su esposo, Juan de Mata. 
Entre 1663 y 1665, gracias a sus habilidades literarias, su notable inteligencia y sus
amplios conocimientos ingresó a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo,
Marqués de Mancera, y de su esposa la virreina Leonor de Carreto, la cual se convirtió
en una de sus más importantes mecenas. La corte virreinal era uno de los lugares más
cultos e ilustrados del virreinato. Allí como dama de compañía de Leonor desarrolló,
aún más, su intelecto y sus capacidades literarias. En repetidas ocasiones escribía
sonetos, poemas y elegías que eran bien recibidos en la corte. 
Quiso entrar a la Universidad pero como las mujeres no tenían derecho a estudiar se
disfrazó de hombre en un vano intento. A finales de 1666 llamó la atención del padre
Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba
casarse, le propuso entrar en una orden religiosa. 
Después de un intento fallido con las carmelitas, cuya regla era de una rigidez
extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la Orden de San Jerónimo, donde la
disciplina era algo más relajada. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos
de la orden le permitían estudiar, escribir y recibir visitas de otros intelectuales. 
Los últimos años de vida de Sor Juana transcurrieron bajo la sombra del
fallecimiento de varias de sus amistades, las revueltas sociales de Nueva España y la
llegada de epidemias que acabaron con la vida de muchas personas.
 

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Gaetá, Ángela

Para aquél entonces había dejado la escritura a un lado para dedicarse de lleno a la
vida religiosa (se desconoce si por razones propias o ajenas). Prestó su colaboración a
sus demás compañeras del convento, con el fin de ayudar a aquellos que habían
enfermado a causa de la epidemia de cólera. 
Sor Juana Inés de la Cruz falleció el 17 de abril de 1695 en horas de la madrugada,
con 43 años de edad y a causa de la epidemia. 

Obra
 
Su obra literaria está compuesta por poemas, villancicos, prosas, comedias teatrales
y demás obras religiosas. Se caracteriza por la profundidad de sus cuestionamientos, su
elocuencia, sus inferencias sobre el amor, su defensa hacia la figura femenina y se
destaca por el uso amplio de los recursos literarios, los adjetivos, los silogismos, entre
otros. 
En aquél entonces sus obras pasaron las fronteras de México y fueron publicadas y
leídas en España, donde generó gran asombro entre sus lectores gracias a su creatividad,
inteligencia y su interpretación filosófica. 
Entre las más transcendentes se destacan sus poemas: sus redondillas como
"Hombres necios…" y una gran cantidad de sonetos tales como "Detente, sombra…", el
de "Rosa Divina…" y "En perseguirme, mundo…". Su polémica "Respuesta a Sor
Filotea de la Cruz" en la cual se defiende de las recriminaciones que le hizo el obispo de
Puebla. Escribió obras de teatro como "Amor es más laberinto" y "Empeños de una
casa" y otras de carácter religioso como "El mártir del sacramento" o "El cetro de José".
 
POEMA
 
Número 145: Procura desmentir los elogios que a un retrato de la poetisa inscribió la
verdad, que llama pasión.

Este, que ves, engaño colorido,


que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;

éste, en quien la lisonja ha pretendido


excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,

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Gaetá, Ángela

es un vano artificio del cuidado,


es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado;

es una necia diligencia errada,


es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
 
LOCALIZACIÓN DEL TEXTO: El poema aparece por primera vez publicado en el
libro "Inundación castálida" en el año 1689, bajo el título: Procura desmentir los elogios
que a un retrato de la poetisa inscribió la verdad, que llama pasión.
Este fue uno de los primeros libros publicados de la obra de Sor Juana en Madrid que
reúne una cantidad extensa de poemas. 

CARÁCTER DEL TEXTO: El poema revela la actitud de enunciación lírica. Es una


poesía descriptiva o cuadro dado que se hace referencia a un objeto, en este caso, a un
retrato. A través de un tono crítico se transmite una impresión y una reflexión a raíz de
la contemplación de este elemento.
Al principio del soneto en el primer verso se produce una especie de apóstrofe lírico que
alude al lector ("que ves"). Sin embargo, no llega a ser por completo una apelación
hacia el tú: esta usado como un recurso retórico para generar mayor énfasis al introducir
el tema.
TÍTULO: El título anuncia, en cierta medida, el valor del poema. Nos aproxima al
objeto al cual se hará referencia y vislumbra la intención de la autora: desmentir los
falsos elogios de un retrato. 

FUENTES: Se deduce que las fuentes del soneto son vivenciales o extraliterarias:
probablemente la autora observó un retrato de sí misma, lo cual ocasionó en ella
profundas meditaciones que luego estampó en sus versos. 
Por otro lado, podemos decir que hay motivos básicos de la literatura barroca: el
desengaño, todo es apariencia y todo es pasajero. También se evidencia la influencia de
Luis de Góngora, poeta español, sobre todo en la construcción del último verso.
MOTIVO LÍRICO: Crítica reflexiva: resalta como los sentidos son burlados por un
vanidoso retrato que intenta retener una belleza superficial, pero que a pesar de
cualquier esfuerzo no puede contra el inminente paso del tiempo, el cual todo lo
degrada.

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Gaetá, Ángela

ESTRUCTURA:
 
a. ESTRUCTURA EXTERNA: Es un poema poliestrófico suelto,
específicamente, un soneto formado por dos cuartetos y dos tercetos. La rima es
total y paroxítona, abrazada en los cuartetos y encadenada en los tercetos. El ritmo
en yámbico. El axis rítmico es isopolar (décima silaba). Las estrofas son
isométricas. Los versos son endecasílabos, es decir, versos simples de arte mayor
de once silabas cada uno.
b. ESTRUCTURA INTERNA: Se pueden distinguir tres partes en el soneto: el
primer cuarteto, el segundo y ambos tercetos. El primero nos introduce en el tema:
se hace alusión a un retrato a través de una metáfora y se lo caracteriza como falso
o engañoso. El segundo es una amplificación del primero: la falsedad está en
pretender, por medio de un retrato, burlar el paso del tiempo, que todo lo envejece
y lo destruye. Por último, los tercetos recogen seis frases paralelas, realzadas por
la anáfora inicial ("es"); cada una de ellas muestra la inutilidad del retrato hasta
llegar a la desoladora conclusión final del último verso.

NIVELES:

a. FONORRÍTMICO: Los versos son endecasílabos. El axis rítmico se encuentra


en la décima sílaba, portadora del acento estrófico. Es por esto que el ritmo en
yámbico. La rima es total y paroxítona, lo que produce una fuerte y marcada
sonoridad al leer el poema.
En el primer y el quinto verso se producen braquistiquios iniciales ("este"), los
cuales producen una pausa muy breve y sirven para hacer énfasis en esa palabra
(que se refiere al retrato). Ambos son autónomos, no forman parte de un
encabalgamiento. Con respecto a este último se produce un solo encabalgamiento
en toda la extensión del soneto: se inicia en el quinto verso (encabalgante) y
finaliza en el sexto verso (encabalgado); es un encabalgamiento versal (coincide
con la pausa final del verso simple) sirrematico suave ("ha pretendido excusar de
los años los horrores"). Este le da continuidad a la segunda estrofa del poema
produciendo variaciones rítmicas.
En relación a los acentos: hay predominio de acentos rítmicos (los pares en este
caso) lo que produce un ritmo armónico y equilibrado; resaltan los acentos
extrarítmicos al comienzo de algunos versos (sobre todo en los que se presenta la
anáfora "es"), que generan una variación en el ritmo ("éste", "es"). En el último
verso hay varios acentos antirrítmicos, aparte de que se producen pausas internas y
un braquistiquio final; estos sirven como recursos para generar mayor énfasis, se
logra un efecto en "crescendo" hasta la conclusión final.
b. MORFOSINTÁCTICO: La mayoría de las oraciones son enunciativas
afirmativas. Se resalta el empleo del pronombre demostrativo "este" (hace
referencia al retrato) que nos posiciona delante del objeto, acompañando al yo

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lírico (que alude a nosotros a través de "que ves"). El uso del tiempo verbal
presente ("es", "ves") le da un valor afirmativo y sentencioso al poema. Se utiliza
en un solo momento el pretérito perfecto compuesto ("ha pretendido") para hacer
referencia a una acción pasada pero muy cercana al presente. Hay variación en el
uso de artículos determinados e indeterminados, que objetivan o subjetivizan.
También se emplean epítetos y sustantivos que por su contenido semántico se
desarrollaran después.

c. SEMÁNTICO: Al comienzo del poema, el pronombre "este" nos sitúa al frente


de un objeto, luego la autora nos introduce "que ves": genera una sensación de
compañía como si estuviésemos al lado de la poeta durante su escrutinio. La
metáfora "engaño colorido" tiene un valor semántico importante: desde el
comienzo se define al objeto como algo falso, pero "colorido" lo que produce que
sea atractivo o estimulante a la vista.
A continuación se utiliza un hipérbaton (recurso característico de la estética
barroca) que ordenado sintácticamente sería: "que ostentando los primores del
arte, es cauteloso engaño del sentido con falsos silogismos de colores". Ostentar
tiene un valor negativo, se refiere a exhibir algo de forma vanidosa; el retrato
presenta de esa manera "los primores del arte": una belleza presumida. Luego,
nuevamente se reafirma su condición de "engaño", pero se lo caracteriza como una
mentira astuta, es prevenido ("cauteloso"): aquellos colores y esa belleza retratada
son tan fascinantes que no reparamos en que es solo un idealismo. ¿Cómo hace
para engañarnos? A través de silogismos de colores (un silogismo es un
razonamiento deductivo, que se realiza mediante inferencias): ese cuadro que se
nos presenta no está retratando lo real, esos colores solo tienen aquél carisma en el
lienzo, no en la realidad.
En la segunda estrofa se repite el uso del pronombre "este" y luego se produce un
hipérbaton que acomodado queda: "la lisonja ha pretendido triunfar de la vejez y
del olvido, y excusar los horrores de los años venciendo los rigores de los
tiempos". Se entiende por lisonja una alabanza interesada que se hace para
conseguir algo: aquí la autora clasifica la labor del pintor de esta forma, como si
hubiese querido elogiarla para beneficiarse. El uso del pret. Perfecto compuesto
("ha pretendido") se refiere a una acción pasada pero inmediata al presente: nos
hace sentir que el cuadro sigue fresco cuando la poetisa realiza este análisis. A
través del cuadro, el artista intenta vencer a la vejez (plasma una belleza jovial)
pero también al olvido (desea inmortalizar esa hermosura); también procura evitar
"los horrores de los años" (aquí particularmente se hace referencia al desgaste del
cuerpo) y por último, "el rigor del tiempo" se refiere a la dureza del paso infinito
del mismo.
En los dos tercetos se muestra la inutilidad del retrato; es decir, se refuta todo lo
que pretende el artista del cuadro (en la segunda estrofa) a través de enunciados
afirmativos. El uso continuo (anáfora) de tiempo presente le da un valor innegable
a lo que se dice: sea cual sea el momento en el que leemos el soneto, las

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Gaetá, Ángela

aseveraciones de la autora siguen vigentes; su presente, es el nuestro. Aquí se


define al cuadro de maneras que resultan metafóricas, las cuales son:

 Vano artificio del cuidado: es una elaboración inútil del cuidado estético.
 Flor al viento delicada: es frágil al paso del tiempo.
 Resguardo inútil para el hado: es un intento de amparo o protección contra el
destino (la vejez, la muerte).
 Necia diligencia errada: es una actividad obstinada, que se realiza con
demasiado esmero. Con errada intenta decir que el interés está puesto en un
aspecto superfluo, intrascendente.
 Afán caduco: una paradoja. Es el deseo intenso por inmortalizar una belleza que
resulta transitoria.

Vale destacar que cada una de estas reflexiones está precedida por un artículo
indeterminado, es decir, que genera una imprecisión; no están delimitados.
Por último, en el anteúltimo verso, se produce una pausa en "bien mirado": es como si
nos reclináramos sobre el cuadro para distinguir algo más esencial; esto nos introduce al
último verso que es una gradación/ clímax en el cual se concluye el poema.
Debemos reparar en el punto culminante que se alcanza: el retrato, como todas las cosas
humanas, será un día: cadáver, polvo, sombra, nada. La degradación se da de forma
descendente: desde lo corporal (cadáver) a lo terrenal (polvo), para luego volverse
intangible (sombra) y al final metafísico, abstracto (nada). Vale destacar que los
sustantivos no están precedidos de artículos, dado que no se está haciendo referencia a
la existencia o ubicación de esta palabra sino a la esencia de la misma: su significado.  

CONCLUSIÓN: 

A través de un lenguaje complejo y de una construcción sintáctica que corresponde


a la estética del barroco, la autora desarrolla una reflexión filosófica que resulta
contemporánea.
El paso del tiempo, la degradación de la belleza, el aferro desesperado y errado del
ser humano en valores superficiales, la llegada inminente de la muerte y, más adelante,
la inevitable desaparición de nuestra esencia.
Sor Juana no tiene reparos a la hora de decirnos crueles verdades (que deseamos
ignorar), pero lo hace de una manera tan bella que resulta estimulante y, entonces, uno
se encuentra volviendo a leer este poema una y otra vez. 

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