Características de Las Lenguas Caribe
Características de Las Lenguas Caribe
Características de Las Lenguas Caribe
Sistema Fonológico
Es necesario estudiar a fondo el sistema fonológico de cada lengua en particular
sobre la que vaya a elaborarse un diccionario. La pronunciación de las palabras es un
elemento de suma importancia dentro de la entrada lexical, por lo cual esta información
no debe obviarse. Derbyshire (1999) diferencia los sonidos presentes en las lenguas
caribes basándose en estudios realizados a 17 lenguas, entre las cuales se encuentran el
macushí, pemón y su variante arekuna, akawaio, ye’kuana, mapoyo, yabarana, panare y
ka’riña. Los sonidos son presentados en dos tablas: una para las consonantes y otra para
las vocales.
El sistema fonémico de las lenguas caribes comprende alrededor de 26
consonantes y 7 sonidos vocálicos; esto difiere de una lengua a otra, algunas presentan
22 consonantes y más de 8 vocales. Basándonos en tablas de Derbyshire (1999) y el
inventario de sonidos recabados de estudios de lenguas caribes como en (Mosonyi,
1982), Álvarez (2004), Oquendo (2004), Hoff (1968), Mattéi-Muller (2003, 2004)y otros,
construimos la siguiente tabla con el inventario consonántico típico de una lengua caribe:
Consonantes Bilabial Dental Alveolar Alveo-Palatal Velar Glotal
Oclusiva Sonora (b) (d) (g)
OclusivaSorda p t k, (kʷ) (ʔ)
OclusivaSordaaspirada
FricativaSorda (ɸ) s (ʃ) (x) j*
Fricativa Sonora (β) (v) (z) (ʒ)
AfricadaSorda (ʧ)
Africadasonora (ʤ)
Lateral (l)
Vibrante ɾ (ɹ)**
Nasal m n ɲ (ŋ)
Aproximante W (ʋ) y
Tabla .- Inventario consonántico de lenguas caribes
Los sonidos entre paréntesis sólo aparecen en algunas lenguas de la familia.
*Tomando como referencia el ALIV, representamos como j la fricativa glotal sorda,que básicamente suena
como la j del español, (se representa como h en la práctica internacional).
** El sonido (ɹ) es identificado por Derbyshire (1999) como vibrante alveopalatal, aunque en el AFI este
símbolo representa la aproximante alveopalatal.
La mayoría de las lenguas caribes presenta bastante similitud en el sistema
fonológico. Derbyshire (1999) señala que la estructura silábica general en la mayoría de
las lenguas caribes es: palabra- o frase inicial (C)(C) V(V)(C)
El inventario vocálico típico de las lenguas caribes, es:
Anteriores Centrales Posteriores
Altas i, i: ɨ, ɨ:, ü u, u:
Medias e: /e/ /ε:/ ö: /ø/ /ə/
Bajas a, a:
Tabla .- Inventario vocálico de las lenguas caribes
Ciertas particularidades fonológicas de esta familia de lenguas que deben
considerarse cuidadosamente a la hora de elaborar un diccionario, son las siguientes:
1.- La mayoría de las consonantes presentadas en la tabla previa están presentes en casi
todas las lenguas caribes venezolanas; sin embargo, las consonantes entre paréntesis no
aparecen dentro del inventario fonológico de algunas de las lenguas caribes. Por ejemplo,
la lengua maquiritare no exhibe la consonante p; la ɲ está ausente en ka’riña y macushí;
la j está ausente en akawayo y pemón (Derbyshire, 1999).En algunas lenguas, como
japreria, está presente la consonantev (bilabial fricativa sonora; otros autores han
llamado aproximante labiodental a este sonido)(Oquendo, 2004).
2.- Las diferencias fonéticas y fonológicas entre algunas lenguas caribes se manifiestan
fundamentalmente en el sistema consonántico yen la variación del punto de articulación
de algunasoclusivas y fricativas. Estos fenómenos que afectan las oclusivas yfricativas
del sistema corresponden a cambios muy comunes en ladiacronía de la fonología caribe
(Mattei-Muller, 2003).
3.- Muchas lenguas caribes se caracterizan por no tener oclusivassonoras; algunas
presentan los sonidos b, d, y g. Por otra parte, en la familia de lenguas caribes ocurre la
glotalización y/o fricativización de todas las oclusivas, así como la palatización de todas
las consonantes alveolares, en particular de las oclusivas y fricativas, en menor grado de
las nasales y de las vibrantes (Matéi- Müller y Henley, 1990: 50- 57).En el caso del
mapoyo, pémono y yabarana, ocurren fenómenos desonorización sistemática de la
oclusiva bilabial cuando ésta vieneprecedida por la oclusiva glotal, y que va acompañada
de una vocal centralo posterior; si la vocal es anterior, la sonorización no se da. La
nasal /m/ sonoriza las oclusivas bilabiales y alveolares (Mattei-Muller, 2003)
4.- En algunas lenguas, como el yabarana, se observa la ausencia del fonema oclusivo
glotal /ɂ/ (Méndez-Arocha, 1959). Mattéi-Muller (2003) observó en yabarana la realización
de una oclusiva glotal como alófono del fonema /h/en final de sílaba acentuada ante una
consonante nasal o antes de la fricativa faringal. Pero este fenómeno parece haber
desaparecido ya que, “durante mis dos trabajos de campo, recogí una sola ocurrencia de
unaglotal en posición intervocálica ëɂë, variante de hehe“sí, de acuerdo” (Mattéi-Muller,
2003:37). En otras lenguas caribes como el mapoyo, pémono, panare y ye´kuana sí se
observa la oclusión glotal /ɂ/, además de la fricativaglotal /h/.
5.- La velarización de las oclusivas también constituye un fenómeno relevante en las
lenguas caribes; cuando se da este fenómeno, también afecta a la alveolar –t(Oquendo,
2004).
6.- Otro fenómeno fonológico, es la palatización de la fricativa alveopalatal, que se
presenta en yekwuana, panare y yukpa. Aunque el japreria presenta la palatización de la
fricativa alveopalatal, solamente lo exhibe en posición inicial de sílaba (Oquendo, 2004).
7.- En posición intervocálica, la fricativa glotal es muy poco frecuente en ciertas lenguas
como en mapoyo, yabarana y pémono. Mattéi-Muller (2003) señala un debilitamiento de
la oclusiónglotal en mapoyo. Francia Medina (1997, citada por Mattéi-Muller, 2003)
presenta casos en los cuales la oclusiva glotal tiende a realizarse como una fricativa
(palatal o glotal), o adesaparecer a través de un alargamiento vocálico.
8.- Gilij (1965), en su descripción de la lengua tamanaku, observa la ausencia de
fonemas fricativos en este idioma. El tamanaku tenía dos fonemas africados /ts/ y /ʤ/.
9.- Muchas lenguas caribes, como el ka’riña, pemón, panare, ye’kuana, poseen hoy en
día uno o dos fonemas africados (/tš/ y/o/ts/). En mapoyo y pémono la africada alveolo
palatal /ʤ/ está ausente. La única africada que subsistió en mapoyo es la alveolar /ts/ que
se realiza generalmente en posición inicial y sílabaacentuada como alófono de /s/ (Mattéi-
Muller, 2003). Méndez-Arocha (1959) observó también este fenómeno en yabarana. En
pémono, Mattéi-Muller (2003) no registró ninguna africada, sino unas fluctuaciones entre
fricativa alveolar /s/ y fricativa alveolopalatal /š/.
10.- Se observan diferencias en los puntos de articulación de ciertas consonantes; por
ejemplo, la consonante W es normalmente una aproximante labial ([w]) a veces no
redondeada ([V], [B]) en yukpa; en algunos casos, una realización oclusiva sonora ([b])
fue observada por Oquendo (2004), sobre todo cuando la vocal siguiente es o. Ejemplo
de Meira (2003): wonkü ‘la lengua yukpa’, donde wonkü ocurrió como [wonkˆ], [Bonkˆ] y
[bonkˆ]); para wa‘no’, la realización más frecuente es [ba]~[Ba] (Meira, 2003).
11.- En ka’riña, un morfema final n antes de p, t o k resulta en la secuencia mb, nd o la
velar nasal ŋ respectivamente. En algunos de los dialectos ka’riña se han perdido las
sílabas centrales de palabra las cuales han resultado en aspiración de la vocal en la
sílaba precedente, la cual tomaría la forma de una fricativa velar o glotal en posición final
de sílaba (Hoff, 1992 citado por Derbyshire 1999:30).
12.- Abbott (1986) observó que en lengua macushí, donde la bilabial obstruyente p posee
la variante sonora y la variante sorda. La sonora ocurre siguiendo una sílaba larga
(CVV,CVC O VC) en la cual hay una vocal larga o una nasal n final o la oclusiva glotal ɂ.
Aparte de ese caso, las demás producciones de p son sordas. Abbott (1986) señala
además que en macushí la obstruyente alveolar t también posee la variante sonora y la
sorda. La sonora ocurre siguiendo también una sílaba larga; y en el resto de los casos, la
variante es sorda. Lo mismo ocurre con la velar obstruyente k (Abbott,1986).
13.- Contrario al fenómeno de nasalidad vocálica en idiomas europeos, que se entienden
como derivadas de una consonante nasal siguiente, la nasalidad vocálica en muchas
lenguas amazónicas está relacionado con las vocales en sí mismas. De hecho, en
muchas de estas lenguas no hay ningún contraste entre consonantes orales y nasales
(e.g. b v/s m), y la nasalidad en consonantes depende de las vocales adyacentes, y no al
revés.
14.- Es necesario observar los préstamos de otras lenguas a la lengua amerindia. Los
préstamos del español con fricativa glotal al inicio de palabra son adaptados en ka’riña
sin tal glotal en la misma posición: jabón > kavoono) (Álvarez, 2005).Los casos de
variación libre son muy numerosos, y sin aparente condicionamiento fonológico: nótese
que incluso préstamos al español tienen las dos pronunciaciones, como vemos en el
yukpa: piru~ peru ‘perro’ (Meira, 2003). El mismo préstamo "perro", está adaptado en
mapoyo y yabarana, es we:roro “perro” (Mattei-Muller, 2003).
15.- La reducción silábica es un fenómeno ampliamentedifundido en toda la familia
caribe, que ha generado en esta familia lingüísticadiversos cambios en laestructura
silábica: raíces que terminan en ciertos tipos de sílabas, cambios en todas las vocales
finales, produciendo secuencias nuevas entre palabras distintas, aparición de
numerosassílabas cerradas, alargamientovocálico y diptongación,nuevas combinatorias
consonánticasdando pie incluso a secuencias de tres consonantes, normalmente
ausentes en lenguas caribes(Meira, 2003).El panare (Mattéi-Muller:1981) manifiesta una
fuerte reducción silábica; por otra parte, una lengua extinta como el tamanaco no
presenta tal fenómeno; según Mattéi-Muller (2003) esto se debe a que apenas estaba
iniciando este proceso antes de su desaparición.
16.- Con respecto a los sonidos vocálicos, la realización fonética de las vocales en
lenguas caribes es muy semejante a la realización de sus correspondientes españolas,
salvo por las vocales centrales ü, ɨ o la posterior ö.
17.- En muchas lenguas amazónicas, incluyendo a las caribes, los inventarios vocálicos
presentan un contraste entre vocales orales y vocales nasalizadas. Se reporta que en
lengua yukpa hay vocales orales y nasales, en algunas variantes hay presencia de la
vocal [i] como en los hablantes yukpa de Sokorpa en Colombia (Mosonyi&Mosonyi,
2000). Gonzalo Tosantos (2006) apunta que en panare las vocales i y e parecen
posteriores o velares cuando van seguidas de una consonante nasal.Otro fenómeno
fonológico, es la palatización de la vocal -i, cuando una consonante oclusiva se encuentra
en la sílaba precedente (Oquendo, 2004).
18.- Álvarez (2004) ilustra en kari’ña un proceso fonológico al que llama Copia
de Glide por el cual una vocal alta final del tema es copiada como las semiconsonantes
wau o yod después del ataque de la primera sílaba del morfema siguiente (Álvarez,
2004). Mosonyi (1982) ha descrito este proceso que él denominó reflejo vocálico:
"consistente en la repetición de la vocal alta de una sílaba, con carácter semivocálico, en
la sílaba siguiente, cuando esta última constituye un morfema aparte que en su forma
pura no contiene dicha vocal" (Mosonyi, 1982: 5). Hall y Villalón (1988) reportan que en
panare ocurre un proceso en el cual, al haber una vocal posterior redondeada en una
sílaba, la sílaba que le sigue presenta una glide externa acompañando a una vocal
posterior no redondeada; las autoras lo atribuyen a la presencia de una consonante
bilabial, la cual absorbería el rasgo +redondeado; ejemplo: [anupʷë’].
19.- En varias lenguas caribes se observa la omisión de vocales altas, especialmente ɨ (ü)
y u, cuando éstas ocurrenal final de morfema, siguiendo una consonante no-ligada y
anterior a una vocal inicial o consonante no-ligada, siempre que el morfema resultante
CC (consonantes ligadas) esté permitido (Derbyshire, 1999: 30). En macushí, algunas
sílabas Cɨ (pɨ, tɨ, kɨ, sɨ) son débiles, y cuando ciertos afijos se añaden, la sílaba completa
puede ser eliminada o reducida a h(Derbyshire, 1999: 30).
20.- Se han reportado casos de inserción vocálica. En macushí, ocurre la inserción de y
entre un prefijo de una sola vocal (u ó a) y la vocal inicial del radical. Un proceso similar
de inserción de y ocurre en panare (Gildea, 1998 citado por Derbyshire 1999: 30).
También se observa en macushí la inserción de t entre el prefijo de 3era persona i- y la
vocal inicial de radical (Derbyshire, 1999: 31).
21.- Es importante tener en consideración las reglas de metátesis en las fronteras
morfémicas que puedan apreciarse en las distintas lenguas Caribe, como el caso del
maquiritare:
i- + t >ty>tʃ i- + k >ky>tʃ
i- + s >sy>ʃ i- + m > my > ɲ
i- + n >ny> ɲ i- + >׆ry> y
En macushí ocurre un fenómeno similar en frontera morfémica: hi y hu>ih y uh
respectivamente (Derbyshire, 1999: 31).
22.- Esta familia lingüística, al igual que otras familias amerindias venezolanas, presenta
procesos de reducción vocálica, así como también de armonía vocálica; es necesario
prestar atención a estos procesos y estudiarlos en cada lengua específica sobre la cual
se realice algún trabajo lexicográfico.
23.- Las lenguas caribes son bifonemáticas , de modo que presentan diptongos e incluso
triptongos como es el caso del ka’riña.
24.- El inventario fonémico del macushi es muy parecido al del pemón, excepto porque
carece de la vocal central media. El inventario fonémico el panare es también muy
parecido al del pemón.
Esta sección ha sido un esbozo general de las características fonológicas
principales de la familia lingüística Caribe. Cada lengua perteneciente a la familia Caribe
presenta sus particularidades propias; en el momento en que se decida elaborar un
diccionario sobre alguna de estas lenguas, es necesario que se estudien los sonidos
característicos de la lengua en cuestión, la pronunciación de sus palabras, la acentuación
y las variantes o diferentes realizaciones que pudieran tener los morfemas: los alomorfos.
Sistema Morfosintáctico
Morfología Nominal.
La mayor parte de las lenguas amazónicas son polisintéticas y aglutinantes con
pocos elementos fusionantes. La morfosintaxis de las lenguas caribes muestra grados
variados de una sintaxis y morfología organizados ergativamente; en algunas, la
ergatividad es fuerte, mientras que en otras, es más débil. La mayoría de estas lenguas
presenta ergatividad escindida, son en parte ergativas y en parte acusativas (Derbyshire,
1999). Akawayo, pemón (arekuna) y macushí son las lenguas caribes venezolanas con
ergatividad más fuerte.
Gildea (1998:119-21) indica que la organización del sistema caribe de
nominalización es ergativa; señala, por otro lado, que la relación genitiva con respecto al
verbo nominalizado es poseída por los argumentos absolutivos nocionales del verbo (S y
O), mientras que el argumento ergativo nocional (A) sintácticamente forma una
construcción oblicua. El pemón, según Álvarez (1998), es una lengua que sigue el patrón
absolutivo-ergativo. Sin embargo, en algunas construcciones interrogativas o en
construcciones con verbos en tiempo pasado distante o futuro inmediato muestran afijos
pronominales presentes en lenguas que muestran el patrón nominativo-acusativo. Es
decir, el pemón es una lengua ergativa que presenta una intransitividad escinidida en
algunas construcciones y en algunos tiempos verbales.
Género y número.
La mayoría de las lenguas caribes establece la distinción entre singular (una sola
entidad) y plural (más de una entidad). El singular suele ser no marcado, mientras que el
plural se marca por afijación; en algunas lenguas, la marca del plural es inexistente, por lo
cual generalmente se usan el término en singular con un numeral, adjetivo o
demostrativos en plural.
Escoriaza (1959) menciona que en ye’kuana el plural gramatical es casi
inexistente, y sólo unos pocos nombres presentan desinencia de plural gramatical. La
distinción en géneros masculino o femenino no se da en panare. Existen palabras
propiamente masculinas o femeninas. Los sustantivos no tienen plurales; se colocan
numerales frente al sustantivo plural, pero este no cambia su forma. Hay términos
propiamente plurales, terminados en –chan (Tosantos, 2006).En yukpa tampoco
encontramos marcas de género en las palabras. Si lo referido es masculino, utilizan la
palabra “kupa” (hombre, macho) acompañando al sustantivo; si es femenino, lo
acompaña la palabra “oripa” (hembra, mujer). El plural es marcado con afijación.
Posesión.
La posesión en lenguas caribes se manifiesta mediante el uso de morfemas
específicos los cuales añadidos a la base nominal construyen la forma poseída (Chavier,
2008). Gildea (1998) sostiene que la posesión en lenguas caribes sigue el patrón
poseedor-poseído en una construcción de núcleo marcado y generalmente el poseído
lleva marca de posesión. Cada lengua caribe tiene su propia marca o sufijo que indica
posesión, el cual puede presentar varios alomorfos. Por supuesto, hay diferencias entre
unas lenguas y otras dentro de la familia caribe. El japreria, por ejemplo, no presenta los
mismos patrones de posesión expuestos por Gildea. En esta lengua puede ocurrir que el
núcleo de los poseídos no exhiba siempre una huella morfológica poseída (Oquendo,
2000). Incluso hay casos en los que se invierte el orden resultando así: prefijo-poseído +
poseedor o prefijo-poseedor + poseído (Chavier, 2008).
Afijos de posesión.
El orden en la frase posesiva es Poseedor-Poseído, teniendo la marca posesiva
casi siempre el nombre poseído. La marca o sufijo de posesión se adhiere casi siempre al
objeto poseído (Niño, 1999). Las lenguas caribes marcan sustantivos poseídos con un
sufijo (normalmente -rü, -tü, etc.), indicando simultáneamente el poseedor con un prefijo
de persona (1, 2, 3, 1+2) o con un prefijo de ligación o ‘relacionador’ (normalmente y- en
raíces con inicio vocálico), que identifica el sustantivo precedente como el poseedor. Hay
también un prefijo de ‘tercera persona reflexiva’, que refiere al sujeto de la oración (‘su
mismo, no de otro’).
En yukpa, los sufijos de posesión existen, pero parecen ser opcionales. Los
prefijos de persona casi no se usan; en su lugar, se encuentran los pronombres
personales (Meira, 2003). Además de esta forma, el yukpa posee otra estrategia para
indicar posesión, se trata de la forma independiente yemarshi, que se usa delante del
objeto poseído, en dicho caso, este último va en aposición. (Niño, 1999).
En panare se utiliza un sufijo –n o –em al final de la palabra poseída: poseedor +
palabra poseída + -n (o –em). Ejemplo: Kanawá (carro); natá (puerta); Kanawanatán>
puerta del carro. Pero también existen formas poseídas en panare que cambian
totalmente de forma; ejemplo: Cobija en panare es Kouwiya; persona panare es eñepá; la
forma poseída “cobija de un panare” es tikubí.
En cuanto a los prefijos, señala (Gildea (1988:105) que en la mayoría de las
lenguas caribes ocurre la pérdida de los prefijos posesivos, lo que deja a la 2da persona
sin prefijación (Gildea, 1988). También señala que cuando un P1 nominal precede a un
P2 que empieza por vocal, el prefijo y- ocurre entre P1 y P2. Gildea indica que Derbyshire
considera a -y- alomorfos del prefijo posesivo de tercera persona que co-ocurren con
poseedores libres, lo cual resulta consistente en las lenguas caribes.
Álvarez, citado en Gildea (ob.cit.:llO), ilustra como en la lengua pemón los prefijos
posesivos están en distribución complementaria con los pronombres personales y
sustantivos en la construcción posesiva. Oquendo (2000:4-5) muestra esta misma
secuencia para el japreria, es decir, P1 precede a P2. La lengua japreria exhibe dos
marcadores maike/yembRe indicando posesión, bajo un denominador común, donde P1,
como elemento nominal o pronominal, precede a estos indicadores de posesión
(Oquendo, 2000).
En general, Gildea (1988) expresa que 9 lenguas caribe adicionan el prefijo y- en
todos los P2 que empiezan por vocal; 3 lenguas muestran al prefijo y- en algunos
subconjuntos con P2 que empiezan por vocal y 11 lenguas no muestran evidencia del
prefijo y-. Nombres poseídos, algunos adverbios derivados y algunas posposiciones
(locativas en su mayoría) presentan prefijos que expresan al poseedor.
Afijos personales.
Debido a que la mayoría de las lenguas caribes presenta ergatividad escindida –
son en parte ergativas y en parte acusativas– los sistemas de marcaje de persona forman
cuatro distintos grupos, a saber:
- Prefijos marcadores de Sujeto Transitivo
- Prefijos marcadores de Objeto Directo Transitivo
- Prefijos marcadores de Sₐ Sujeto Intransitivo activo (en verbos activos)
- Prefijos marcadores de Sₒ Sujeto Intransitivo inactivo (experimentador, en verbos
estativos) (Derbyshire, 1999).
El akawayo, el pemón (arekuna) y el macushí son las lenguas que presentan
ergatividad más fuerte. Sus sistemas de marcación personal son algo diferentes
(Derbyshire, 1999). En cuanto al resto de las lenguas de esta familia, las cuales presenta
características de ergatividad, los prefijos personales varían dependiendo de si ocurren
cuando el Objeto es tercera persona o cuando el Sujeto Transitivo es tercera persona. En
la mayoría de las lenguas caribes, el prefijo de tercera persona n- desaparece cuando el
objeto directo precede inmediatamente al verbo.
Los marcadores de personan varían de una lengua a otra y, generalmente, uno de
los participantes es expresado mediante un pronombre personal libre (Derbyshire, 1999).
En la lengua mapoyo, reportan Villalón y Granadillo (2000), los marcadores de persona
afijados al radical verbal están transparentemente derivados de las formas pronominales
libres. El paradigma de marcadores, además, luce extremadamente simple si se le
compara con el que presentan otras lenguas caribes (cf. Hoff 1968; Hall 1988). Por esta
razón, la expresión de las funciones gramaticales que cumplen los argumentos verbales
recae sobre el orden canónico y la marca ergativa en un grado mucho mayor que en
otras lenguas caribes documentadas (Villalón y Granadillo, 2000).
La complejidad en el sistema de marcación personal amerita que el lexicógrafo
estudie este fenómeno a profundidad, para que pueda reflejarlo en su material
lexicográfico, ya sea dentro del artículo de entrada o en las secciones introductorias del
diccionario. Otras lenguas caribes (no habladas en Venezuela) presentan menor
complejidad, puesto que todos los verbos intransitivos toman los mismos prefijos.
Numerales.
Los numerales en lenguas caribes llegan en la mayoría de las lenguas hasta el
veinte (20). En época moderna, se han adoptado términos criollos para la negociación de
artículos, como la palabra “mil” (Tosantos, 2006).
Adjetivos y Adverbios.
Se ha dicho que los adjetivos en lenguas caribes suelen presentar dos formas
básicas: la forma atributiva (acompañando a sustantivo) y la forma predicativa (utilizada
con la mediación de un verbo ser o estar). Sin embargo, con el paso del tiempo y nuevos
estudios desarrollados, se ha determinado que las palabras tipo adjetivo observadas en
estas lenguas no son tales. Derbyshire (1979, 1985) refiere que las modernas
descripciones de lenguas caribes han argumentado que no hay ninguna categoría
"adjetivo" dentro de estas lenguas, sino que los conceptos de propiedad están divididos
entre las categorías léxicas de "sustantivo" y "adverbio" (Abbott, 1991, para Makushi;
Meira, 1999 para Tiriyó; para el wayana, Tavares 2005).
García (2008) refiere que no se tiene claro la existencia o no de la clase adjetivo
en las lenguas caribes. En las lenguas indoeuropeas, los adjetivos están relacionados
con la función de modificación y tienenla capacidad de concurrir en co-constituyencia con
el nombre; con el fin de lograr un mayor enriquecimiento del significado del nombre. En
las lenguas caribes, este tipo de construcción (adjetivo-nombre o nombre-adjetivo) no
existe. Sin embargo la predicación nominal puede aparecer como dos tipos de
construcciones: una con un elemento copular y una sin una marca evidente o
yuxtapuesta, denominada construcciones arremáticas (García, 2008:49).
Dietrich (1997), citado por Niño (1999:45), con relación a los adjetivos en las
lenguas caribes, también propone que esta clase de palabra no existe, lo que ocurre es
un proceso morfológico derivacional que transforma los temas sustantivos o verbales
mediante el empleo de sufijos. Pachano (1997) también indica que en las lenguas caribes
no debe considerarse la categoría independiente adjetivo, por tratarse de casos de
nominalización o frases posposicionales, tal como lo explica el uso frecuente de éstas
últimas. Al respecto, Socorro (1997) concuerda con pachano al considerar que los
llamados "adjetivos" son realmente frases posposicionales, donde la posposición sigue a
un nombre con el prefijo de posesión t- lo que d lugar a una sola palabra que expresará
un sentido instrumental, modal, temporal o causal. La autora identificó ocho (8) morfemas
con interpretación adjetiva en ka’riña, a saber: -me, -pe, -sha, -ne, -ke, -se, -yye, y -re, las
primeras dos de ellas poseen alomorfos.
Señala Oquendo (2000) que en japreria, el proceso de formación de adjetivos a
partir de bases nominales o verbales cobra mayor fuerza que la existencia de esta clase
gramatical como tal. En este sentido, la marca semántica del atributivo, es el resultado de
un proceso de sufijación adjetival, de la cual se pudiese hablar en dos sentidos:
adjetivización denominal cuando la base es un nombre, o adjetivización deverbal cuando
la base es un verbo o forma verbal derivada. Esto nos lleva a pensar más en un proceso
de sufijación adjetival que en la existencia de esta clase gramatical como una categoría
lexical sin que intervengan en ella procesos morfosintácticos.
Contrario a lo que se ha observado, Mosonyi y Mosonyi (2000: 515) asumen la
existencia de una categoría diferenciada en el pemón. Establecen la distinción entre
adjetivos primarios y derivados. Los primeros son pocos: tanno ‘grande’, chi’rö’kö
‘pequeño’, komik ‘frío’, a’nek ‘caliente’, nosan ‘alto’, rora ‘azul’, wakü ‘bueno’, sorü ‘agrio’ y
chuyu ‘rojo’. Los otros se derivan, principalmente de nombres; pero también de adverbios,
verbos, postposiciones, interjecciones, partículas e incluso sintagmas completos (García
2008). Por otra parte, Escoriaza (1959) advierte que en ye’kuana existen adjetivos
derivados de nombres que se forman con ciertos sufijos (-hano, -ahto), dando sentido
positivo de cualidad y en algunos casos de intensidad. Indica que el sufijo –da o la
particula –mhuene dan al nombre, al verbo o al adjetivo un sentido de privación o falta.
Escoriaza (1959) ilustra su explicación con listas de palabras tipo adjetivo presentes en
ye’kuana (maquiritare), entre los cuales tenemos los determinados y los indefinidos,
además de colores, calificativos, comparativos y numerales. El autor señala que en esta
lengua hay tres grados de determinación según la distancia. Estos adjetivos, sin cambio
alguno, se convierten en los pronombres correspondientes. A veces llevan el sufijo –
komo para formar el plural.
En cuanto a los adverbios en las lenguas caribes, la mayoría de los autores
coinciden en identificar palabras tipo adverbio, o palabras que influyen en el sentido del
verbo al que acompañan. Oquendo (2000) señala que para expresar inclusión con
respecto a una acción, evento o estado, en japreria se emplea la postposición -tka. Esta
lexía es equivalente al adverbio "también" que se usa en español para indicar que el
hablante, alguien o algoestán incluidos, por ejemplo, en el evento. El Padre Tosantos
identifica en panare una serie de palabras que califica de adverbios, las cuales
acompañan al verbo e influyen en el sentido del mismo. El autor menciona adverbios
afirmativos y negativos, así como de cantidad, de tiempo, de modo y de lugar (Tosantos,
2006).
En pemón, se pueden identificar dos tipos de adverbios: los mono-morfémicos que
forman un grupo bastante limitado y los derivados que son la mayoría de la lista. Mosonyi
y Mosonyi (2000) confirman la tesis planteada por la mayoría de los caribanistas y
afirman que la lengua “dispone de una buena dotación de adverbios, sobre todo si se
toma en cuenta que la mayoría no son morfemas simples sino formas
derivadas, compuestas y frases adverbiales, entre las cuales se dan radicales verbales
con posposición y expresiones aun más complejas” (Mosonyi y Mosonyi, 2000: 525).
A diferencia de los sustantivos y verbos, los adverbios en lenguas caribes no
presentan morfología flexiva: no se observa ningún afijo marcador de persona, número o
tiempo-aspecto en estas lenguas. Su única posibilidad morfológica es la nominalización.
Sintácticamente, los adverbios suelen tener la misma distribución que las frases
posposicionales, sirviendo como complemento de la cópula o como modificadores de
predicados verbales (Meira y Gildea, 2009). Los verbos pueden convertirse directamente
a sustantivos o adverbios, los sustantivos pueden convertirse directamente en verbos o
adverbios, y los adverbios pueden convertirse directamente en sustantivos.
Preposiciones o posposiciones.
Postposiciones, partículas e ideófonos son relativamente grandes clases cerradas
que no son aumentadas por la morfología derivativa productiva, o lo son sólo
marginalmente (Meira y Gildea, 2009). Posposiciones son palabras que pospuestas a
sustantivos y pronombres les añaden una connotación especial. Según Meira (2001), en
las lenguas caribes, las posposiciones cumplen con los siguientes criterios: a) forman
frases posposicionales, b) toman marcas de número y persona, c) pueden ser
nominalizadas y d) ocurren como complemento en una cláusula copular y como adjunto
en una cláusula no copular.
En el pemón, Armellada y Olza (1999) establecen las características básicas de
las posposiciones, las cuales se pueden resumir de la siguiente manera:
1. El término de posposición puede ser un nombre (absoluto o relativo), un pronombre
(forma libre, un afijo personal, pronombre reflexivo o recíproco) o quizás un adverbio.
3. Las posposiciones pueden nominalizar, formando adjetivos, que en algunos casos
mantienen el término de posposición.
4. Algunas posposiciones se vuelven conjunciones.
5. Dos o más posposiciones se pueden unir y formar posposiciones compuestas.
Mosonyi y Mosonyi (2000) señalan que en pemón las posposiciones cumplen
doble función, como la posposición dau, que puede significar ‘en’ y pök ’en o por’. Para
los autores, estas partículas pueden ser llamadas posposiciones verbales (Mosonyi y
Mosonyi, 2000: 526-527).
Meira y Gildea (2009) indican que las posposiciones en lenguas caribes pueden
ser utilizadas como construcciones comparativas, aunque no sean específicamente
construcciones gramaticalizadas. Tendrían la forma de morfemas específicos con
significado de “más que”, “más fuerte o más grande que”, “superior a”, “demasiado para”,
etc. Estas posposiciones a menudo encierran un significado locativo en otros contextos,
como en la lengua caribe hixkaryana, donde la posposición oho significa ’encima’.
Meira y Gildea (2009) añaden que ciertas posposiciones ocurren sólo como
complementos de la cópula y nunca como adjuntos verbales. Las posposiciones pueden
incluir significados adjetivales o verbales, tales como los pertenecientes a áreas
semánticas de “estado mental”, “inclinación hacia o predisposición hacia”; ejemplos en la
lengua tiriyó: se ‘deseoso de’, pɨnə ‘protector de’, ino ‘temeroso de’, etc.
En muchas lenguas caribes encontramos la posposición locativa poko, p´k´. Su
uso locativo, indicando ‘contacto con superficie no horizontal, o mantenido por
adherencia’, es bien conocido, y también su uso metafórico, en el sentido ‘ocupándose
con’, ‘trabajando con’, ‘interesado en’ (Meira, 2003).
Escoriaza (1959) reporta que en ye’kuana, todas las funciones del nombre se
expresan por medio de posposiciones. Chavier (2005: 2) señala el uso de partículas
(posposiciones o clíticos) en la lengua ye’kuana. La autora reporta tres coordinadores: el
conjuntivo maja ‘y’, el disyuntivo ne ‘o’ y el adversativo mane ‘pero’. Estas posposiciones
pueden unir nombres, frases y cláusulas. Oquendo y Palencia (1999c:13), al caracterizar
el sistema verbal del yukpa y del japreria, señalan que ambas lenguas son
posposicionales. Las posposiciones encontradas en japreria son: -ya ‘hacia’, -ye ‘sobre
de, encima de’ (no implica movimiento), -po ‘sobre de, encima de’ (implicando
movimiento, también la posee el panare), -ya ‘dentro de’.
Conjunciones e interjecciones.
En algunas lenguas caribes existen diversos marcadores que se utilizan para
enlazar cláusulas. En kari’ña se observa el uso de este tipo de conectores, como las
conjunciones iy:ome:ro ‘y’, ka:tü ‘o’ y iy:ompo ‘pero’ (Beria, 2001), las cuales se colocan
entre las cláusulas a unir, como en español. Según Mosonyi y Mosonyi (2000), en pemón,
la mayoría de los conectivos inter-clausales, conjunciones o partículas conjuntivas, van
pospuestas. Este mecanismo es típico de la lengua y se usa para formar las oraciones
subordinadas de carácter adverbial: causales, temporales, condicionales, comparativas y
concesivas. Muchas partículas conjuntivas cumplen funciones tanto de posposición como
de conectivo inter-clausal (Mosonyi y Mosonyi, 2000).
Gutiérrez (2001: 147-149) observa en pemón pocas conjunciones copulativas,
pero sí bastantes expresiones que se usan con los mismos fines. El autor menciona el
conmitativo dare y la partícula –re, mientras que la única conjunción disyuntiva
considerada por el autor es kari, la cual se usa sólo en interrogativas. Para las
adversativas se usan tese, tise y algunas otras expresiones que tienen ese oficio: nawa
tise ‘no obstante’ ynawa para ‘al contrario’.
En algunas lenguas caribes, como el panare, se observan conjunciones así como
gran número de expresiones onomatopéyicas, interjecciones e ideófonos. Las primeras
son palabras más o menos espontáneas que lanza el ser humano ante la observación de
los fenómenos de la naturaleza; se pueden clasificar en interjecciones de movimiento u
onomatopeyas cinéticas, las palabras onomatopéyicas de ruido, o las de imitación de
ruido.
Morfología Verbal.
Las lenguas caribes son, por lo general, aglutinantes y medianamente
polisintéticas y admiten alrededor de 2 a 7 afijos por verbo. La categoría verbal es fácil de
identificar en lenguas caribes por sus propiedades morfológicas y los afijos de carácter
verbal.
Orden de los constituyentes.
Para Gildea (1998), el orden de constituyentes en lenguas caribes puede
ser: OVS, SOV, SVO, VSO.
Tipos de Verbos.
Los verbos en lenguas caribes son morfológicamente complejos. Existe la
oposición de verbos activos y estativos, al igual que en lenguas arahuacas. Verbos
nominales y adverbiales exhiben cantidad de prefijos y sufijos, tanto derivativos como
flexivos. Los verbos presentan numerosos afijos que son característicos de los verbos; el
número de afijos varía de una lengua a otra dentro de la familia, pero incluye al menos
marcadores de imperativo, prefijos marcadores de persona y afijos de cambio de valencia
como los adverbializadores (nominalizadores referentes a sujeto de verbo transitivo,
objeto de verbo transitivo y sujeto de verbo intransitivo, circunstancia o instrumento)
(Meira y Gildea, 2009). La mayoría de las categorías verbales (tiempo, modo, aspecto,
etc) son expresadas por medio de sufijos (Aikhenvald, 1999).
Gildea (1998) señala que la morfología de las lenguas caribes es flexiva. Sin
embargo, según Oquendo (2006) la tendencia de las lenguas caribes es hacia la
derivación, aunque se evidencian algunos rasgos de flexión. En su estudio inflexión o
derivación en las lenguas caribes, Oquendo (2006) señaló que mientras las lenguas
caribes yukpa, japreria y ye’kuana tienden hacia la derivación, las lenguas ka’riña y
pemón tienden hacia la flexión.
Gildea presenta las propiedades morfosintácticas de siete sistemas verbales, para
un total de 22 lenguas caribes. El autor identificó siete tipos diferentes de cláusula en
toda la familia Caribe; uno de estos tiene un conjunto único de prefijos marcadores de
persona y sufijos marcadores de tiempo-aspecto-modo-número, pero los otros seis tipos
de cláusula comparten su morfología flexiva con nombres y adverbios (posposiciones)
(Meira y Gildea, 2009).
Oquendo y Palencia (1999:13), al caracterizar el sistema verbal del yukpa y del
japreria, señalan que si un verbo intransitivo es empleado con dos argumentos, uno de
ellos está marcado por la posposición y si un verbo emplea tres argumentos, a excepción
del sujeto, por lo menos uno de los dos argumentos estará igualmente marcado por ella.
Estructura del Verbo.
Los elementos de morfología verbal están dados por marcadores de persona,
tiempo y número, además de acercamiento aspectual. La estructura del verbo en la
mayoría de las lenguas caribes es:
Prefijo de + prefijo + raíz + sufijo + sufijo de
persona destransitivizador derivativo tiempo/aspecto/
modo/número