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La Integracion Sensorial, Conc

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Revista de Psicología GEPU

ISSN 2145-6569, Vol. 7 No. (2) pp. 001-242

LA INTEGRACION SENSORIAL,
CONCEPTO, DIFICULTADES Y
PREVALENCIA
SENSORY INTEGRATION, CONCEPT, CHALLENGES AND PREVALENCE

Ps. Oscar A. Erazo Santander

Referencia Recomendada: Erazo- Abstract: The article seeks conceptual


Santander, O. A. (2016). La integración awareness of sensory integration
sensorial, concepto, dificultades y theoretical model described by Dr. J. Ayres
prevalencia. Revista de Psicología GEPU, 7 from the 60s and also describes his
(2), 173-193. development proposal and named
patterns of difficulty with sensory
Resumen: El articulo busca la discrimination disorder, disorder.
sensibilización conceptual del modelo modularity and sensory motor disorder
teórico en integración sensorial descrito basic sensory deficits, finished with their
por la Dra. J. Ayres desde la década de los etiology and prevalence.
60 y además describe su propuesta de
desarrollo y sus patrones de dificultad Keywords: Sensory integration, Sensory
nombradas con el trastorno de development, Sensory deficits.
discriminación sensorial, trastorno de
modularidad sensorial y trastorno de base Recibido: 13 de Marzo de 2016 / Aprobado:
motor por déficit sensorial, terminado con 30 de Noviembre de 2016
su etiología y prevalencia
Fundación Universitaria de Popayán /
Palabras Clave: Integración sensorial, Colombia
Desarrollo sensorial, Déficit sensorial.

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Introducción

El concepto de integración sensorial (IS) fue estructurado en los 60 por J. Ayres, logrando
el reconocimiento de tres líneas de investigación, a) el procesamiento de la información
sensorial, b) el desarrollo sensorial y c) disfunciones de la IS (Del Moral, Pastor y Sanz, 2013;
Zimmer y Desch, 2012). Su teoría es la consecuencia del estudio del sistema sensorial
visual, auditivo, olfativo, gustativo, táctil, vestibular y propioceptivo, con relevancia en los
tres últimos, al considerarse básicos en la maduración del sistema nervioso central (SNC) y
ser los primeros en estabilizar el desarrollo cerebral, permitiendo la interpretación e
integración de la información sensorial y la regulación y organización del desempeño
ocupacional a un nivel cognitivo, motriz, lenguaje, aprendizaje, conducta, desarrollo de
la personalidad y funcionalidad social, (Del Moral y cols. 2013; Egli y Campbell, 2014).

La Integración Sensorial

La IS es el, “proceso neurológico que organiza las sensaciones del propio cuerpo y del
medio ambiente y hace posible usar el cuerpo efectivamente en el entorno” (Ayres, 2008;
citado Del Moral y cols. 2013, p. 87), para las actividades del aprendizaje, acción motriz y
organización conductual (Santana, 2009; Zimmer y Desch, 2012). Su importancia llevó a
Ayres, a nombrarlo como el “alimento del cerebro” (Ayres, 2006, citado en Del Moral y
cols. 2013, p. 89), ya que su activación desarrolla las estructuras cerebrales que permiten
la plasticidad, habituación y aprendizaje.

Además por su importancia en el desarrollo de múltiples procesos funcionales


neurológicos y neuropsicológicos como son, (Buitendag, 2009; Del Moral y cols. 2013;
McIntosh, Miller, Shyu y Hagerman, 1999; Pollock, 2011).

- Registro, capacidad para percibir el estímulo a través de los órganos exteroceptivos


(olfato, gusto, visión, audición y tacto), propioceptivo – vestibular, e interoceptivos
(Medel y Vásquez, 2007).

- Modulación-regulación, capacidad para organizar la intensidad y naturaleza de las


respuestas al estímulo en forma gradual y manteniendo un óptimo de alerta, a través
de mecanismos de excitación e inhibición, produciendo un balance de respuesta
apropiada (Dunn, 2001, citado en Medel y Vasquez, 2007).

- Discriminación, permitiendo la interpretación del estímulo y distinguir su relevancia,


características y cualidades específicas.

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- Integración, asociando los estímulos significativos para interpretar las demandas del
entorno y las posibilidades de nuestro cuerpo para elaborar una respuesta adecuada
(Del Moral y cols. 2013).

Procesos que son posibles por la activación de los órganos sensoriales al captar y realizar
transducción a impulsos eléctricos y químicos de la estimulación exterior, generando un
umbral sináptico que activa áreas cerebrales, como el cerebro primario (tallo, ganglios,
hipotálamo, tálamo, amígdala, cerebelo, etc.), evolucionando a áreas de
decodificación e integración (parietal, temporal, occipital) y definiéndose en áreas
frontales, pre frontales y sensorio motrices, haciendo su retorno, hacia la medula espinal,
con comportamientos adaptables.

Un ejemplo es la activación a través del input sensorial de los ganglios basales y núcleos
de sustancia blanca subcortical que se conectan con lóbulos frontales y regresan al
caudado, putamen y globo pálido, incluyendo el subtalámico y la sustancia nigra,
recibiendo estímulos de la corteza cerebral, proyectados desde el área motora
suplementaria y pre frontal, permitiendo la organización cognitiva y motriz, (Ayres 1998,
citado en Kahn y Richter, 2011).

O la activación por la vía del cerebelo con proyecciones de la médula espinal e


integrándose con el tálamo que lleva información espacial (periferia), dirigidas hacia la
corteza motora y premotora, retornando a la médula por el tronco encefálico y
regulando el timing, la coordinación sinérgica y la base del tono muscular.

El lóbulo parietal que integra la información táctil y kinestésica del lado contralateral,
con la corteza somato sensorial primaria y secundaria y de asociación área 5 y 7,
recibiendo información visual e influyendo en la coordinación ojo-mano y el aprendizaje
de habilidades sobre la posición del cuerpo en el espacio. Integrándose las áreas
frontales y pre frontales, comprometidas con la atención, secuenciación y organización,
planeando el movimiento y consecuencias, estableciendo conexiones en la corteza
motora primaria, proyectándose hacia la vía tracto cortico espinal y los músculos.

La corteza motora y pre motora recibe información y responde a estímulos visuales y


somato sensoriales, preparando el cuerpo, cabeza y ojos para la coordinación de
actividades, haciendo uso del tono muscular basal, el equilibrio y la generación de
posturas dinámicas, ubicando partes del cuerpo, como las extremidades superiores y
sistema visual para las destrezas motoras finas que permiten el aprendizaje motor,
responde a estímulos propioceptivos, que se activan antes del inicio del movimiento o
cuando se ensaya una actividad, participa en movimientos complejos con
intencionalidad y secuencia y el habla voluntaria.

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La activación y respuesta del sistema límbico con el hipotálamo, cuerpos mamilares y


circunvoluciones cinguladas dan inicio a guardar recuerdos, aprender conductas nuevas
y permitir el orden temporal y secuenciación de conductas. La amígdala da la alerta y
modula emociones. Y el hipocampo organiza espacialmente el entorno y da uso efectivo
de estímulos exteriores. La formación reticular con su red de neuronas y fibras, en el
centro del tronco encefálico, contribuye a las funciones de control del nivel de alerta,
modula el ritmo circadiano y con el sistema límbico e hipotálamo regula la homeostasis.
También amortigua y filtra estímulos importantes y destaca los cruciales para la
sobrevivencia y novedad, (Ayres, 1998, citado en Kahn y Richter, 2011).

En sí, el input sensorial permite al cerebro activarse y desarrollarse al establecer


conexiones neurológicas que resultan en procesos neuropsicológicos, permitiéndole al
individuo sobrevivir, vivir y adaptarse, (Ayres 1972, citado en Buitendag, 2009).
Funcionalidad que depende de la capacidad del SNC para identificar, discriminar,
modular y organizar la información junto con el desarrollo complejo de condiciones
genéticas, químicas, biológicas y ambientales, (Del Moral y cols. 2013).

El Desarrollo Sensorial.

La IS, como todo proceso neuropsicológico tiene su base en las condiciones biológicas y
químicas del SNC, sin embargo estas condiciones no son suficientes e implica el desarrollo
de habilidades que permitan la integración de la múltiple información sensorial, (Ayres
2008; citado en Del Moral y cols. 2013). Para explicar este desarrollo, Lázaro (2008),
describe que Ayres (1983 citado en Lázaro, 2008), diseño una técnica didáctica
planteada en una pirámide y que perfeccionaría, Lázaro, Blasco y La granja (2010), en la
misma forma piramidal pero integrada en cuatro fases, diez niveles y dos ejes
transversales.

Desarrollo procesos superiores Condu. adaptativa 6 a 12 años


Aprendiz academc Autonom-persona
motrici fina capacidad inhibición motriz
Desarrollo Organización espacial Estructura espacio temporal
perceptivo motor Destrezas del lenguaje Habili juego simbólico Control atenció 3-6- años
Coordinavisomotri Percepción del propio cuerpo Ajuste cont.postural
Desarrollo Conciencia lateral Concienc-respiraci Capacidad IS
sensorio motor Esquema corporal 1– 3 años

Tono y relajación Equilibrio Madurez de reflejos Planificación motriz


coordinac (praxias)
Sistemas Vista Olfato Oído interocepcion 1
sensoriales Tacto Orientación laberintico –vestibular propioceptivo año
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.
Imagen 1. Pirámide del desarrollo. Fuente: Lázaro y Berruezo (2009, citado en Lazaro, Blasco y La granja 2010

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En la base está el SNC que establece el orden ascendente seguido de la primera fase
denominada sistemas sensoriales (primer año), se ubica el primer nivel de desarrollo,
táctil, vestibular y propioceptivo. El segundo nivel desarrolla los sentidos de la visión,
audición, olfato, gusto e interocepción. Con la base estructurada se da el desarrollo de la
segunda fase sensorio motor (1 a 3 años), con el tercer nivel de tono y relajación;
equilibrio y coordinación, dinámica general; madurez de reflejos; y planificación motriz
(praxis), desarrollando el cuarto nivel con el esquema corporal, conciencia lateral,
conciencia de la respiración y capacidad de IS.

La tercera fase se denomina desarrollo perceptivo–motor (3 a 6 años) e integra el quinto


nivel desarrollando la imagen corporal, coordinación viso-motriz, percepción del propio
cuerpo y el ajuste y control postural. El sexto nivel despliega las destrezas del lenguaje,
habilidades para el juego simbólico y el control de la atención. El séptimo nivel compone
la organización espacial y la estructuración espacio–temporal, abriendo el camino para
la cuarta fase que activa el desarrollo de los procesos superiores (6 a 12 años) con el
octavo nivel conformado por motricidad fina y la capacidad de inhibición motriz. El
noveno nivel conforma el aprendizaje académico y autonomía personal y el décimo
nivel, queda constituido por la conducta adaptativa. La pirámide se complementa con
dos vectores que traspasan todo el desarrollo humano y se constituyen como conductas
transversales. El de la izquierda se define como emoción a las habilidades sociales y el de
la derecha como de la Interacción al símbolo.

Se aclara que el desarrollo depende de las condiciones filogenéticas y ontogenéticas y


en las que según Ayres (1983, citado en Lazaro, 2008), ninguna de estas funciones se
desarrollan a una edad específica, en si el cerebro procesa cada nivel de la IS durante
toda la infancia. En los dos primeros meses, su sistema nervioso opera en el primer nivel de
integración, un poco menos en el segundo y no tanto en el tercero. Al año, el primer y
segundo nivel son los más importantes, mientras que el tercero empieza a serlo un poco
más. A los tres años, todavía está trabajando en el primero, segundo y tercero, y empieza
con el cuarto. A los seis años, el primer nivel debería estar completo, el segundo casi
completo, el tercero todavía activo y el cuarto empezaría a ser importante. El niño
aprende las mismas cosas una y otra vez, pero así el niño se ubique en la última etapa
seguirá desarrollando la habilidad de la IS.

Dificultades de la Integración Sensorial

La tercera línea de profundización de la Dra. Ayres, se vincula a las disfunciones de la IS,


resultado de un procesamiento sensorial ineficaz. Según las metáforas de Ayres, es como
una “indigestión sensorial” o un “atasco de circulación” a nivel cerebral (Ayres, 2008,
citado en Del Moral y cols. 2013, p. 97), que no permite los mecanismos de plasticidad,

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habituación y sensibilización (Fisher y Murray, 1991, citados en McIntosh y cols. 1999). Este
mal procesamiento podría originarse por,

1) Producto sensorial ineficaz, cuando el SNC capta poca o demasiada información,


impidiendo una reacción significativa. Esta capacidad alta o baja de registrar
hacen al individuo híper o hipo sensible y es causante de respuestas híper o hipo
responsivas. La persona con registro bajo casi no notan los acontecimientos
sensoriales, (Dunn 2001, citado en Medel y Vasquez, 2007) y el hipersensible tiene
tan alto el registro que es difícil su regulación (Stock, 1998, citado en Medel y
Vasquez, 2007).

2) Desorganización neurológica, se puede dar cuando, a) el cerebro no recibe


estímulos sensoriales debido a una desconexión, b) el cerebro recibe mensajes
sensoriales erróneos o c) el cerebro recibe mensajes sensoriales constantemente
pero no los conecta correctamente con otros mensajes sensoriales para producir
una respuesta significativa (Stock, 1998, citado en Medel y Vasquez, 2007).

3) La respuesta motora, lenguaje o emoción es ineficiente y el cerebro no percibe el


feedback de lo que hacemos para actuar de forma adecuada.

Las causas originarían diversos problemas que Miller (2007; citado en Egli y Campbell,
2014), organizaría en tres subpatrones, (Dunn, 1997, citado en McIntosh y cols. 1999; Miller,
Anzalone, Lane, Cermak y Osten, citados en Buitendag, 2009; Pérez, 2012; Zimmer y
Desch, 2012).

Tabla 14. Clasificación del trastorno del procesamiento sensorial.

Trastorno de modulación Trastorno motor de base Trastorno de discriminación


sensorial. sensorial sensorial.
Hiperresponsivo Dispraxia Visual, audición, táctil,
vestibular, propiocepción,
Hipo responsivo Trastorno postural
gusto y olfato.
Buscador sensorial
Fuente: Miller (2007, citado en Mendel y Vásquez 2007); Pérez (2012).

A) Trastorno de discriminación sensorial, dificultad para percibir e integrar las cualidades


de la información sensorial, ocasionado por problemas físicos o del desarrollo en
habilidades sensoriales (Del Moral y cols. 2013; Egli y Campbell, 2014), produciendo
equivocadas percepciones de estímulos visuales, auditivos y táctiles, entre otros (Pollock,
2011), por ejemplo.

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A.1) Disfunción vestibular: la función se da con el sentido del propio movimiento que
provee orientación en relación a la gravedad (Hem, 1988, citado en Medel y Vasquez,
2007), estructura los niveles de alerta y activación emocional y contribuye al bienestar
físico y psíquico, buscando el control; si quiere calmarse busca mecerse y si salta y baila
desea activarse (Lázaro, 2008). Crea modelos de integración con el propioceptivo para
proveer una experiencia unificada de movimiento. Permite el control postural y la
habilidad de asumir diferentes posiciones contra gravedad y definición del tono muscular
(Montgomery, 1985, citado en Medel y Vásquez, 2007), permite el uso coordinado de
ambos lados del cuerpo y capacidad para proyectar secuencias de acciones en el
espacio y tiempo (Ayres, 1972, 1979, 1989; Fisher, 1991, citado en Medel y Vasquez, 2007),
con movimientos compensatorios del ojo y ajuste de la posición de cabeza, (Gordon,
Anzalone y Hanft, citado en Del Moral y cols. 2013), en hiporesponsividad, baja la
activación de alerta pero en buscador sensorial, se estimula con saltos, giros, movimientos
bruscos e impulsivos, en hipersensibilidad, no es capaz de modular la intensidad
generando dos subtipos: a) inseguridad gravitacional, sensible al movimiento y posición
de la cabeza y b) intolerancia o aversión al movimiento, sensible a movimientos rápidos y
con giros, resultándole muy desagradable (Egli y Campbell, 2014). Afecta las condiciones
visoespaciales, alerta, atención y concentración (Cohn, May-Benson y Teasdale, 2011).

A.2) Disfunción propioceptiva: tiene la función de informar la ubicación, articulación,


contracción, inclinación, comprensión, extensión, etc., de los músculos y tendones y
ubica cada una de las partes del cuerpo con su movimiento (Ayres, 1979, citado en
Medel y Vasquez, 2007), sus respuestas permiten la organización postural, la intensidad de
la fuerza, organización del movimiento, protección del cuerpo, genera capacidad de
tolerar las posiciones con soporte de peso y posición y articula el movimiento pasivo,
realiza respuestas integradas cuando genera discriminación y localización de partes del
cuerpo en el espacio, gradúa la fuerza en la contracción y temporalidad (timing) del
movimiento (Fisher, 1991, citado en Medel y Vasquez, 2007), retroalimenta respuestas
motoras activas y asiste en la internalización de patrones motores, contribuye en
motricidad gruesa, fina, óculo – manual y control motor – oral.

En hipo sensibilidad, provoca un tono muscular bajo, retraso en el desarrollo psicomotor,


déficit de integración entre la propiocepcion-vestibular y órganos exteroceptivos, torpeza
motriz y descoordinación. En híper, es impulsivo con desorganización corporal, evita
soportar peso y alimentos crujiente y cambios continuos de posición (Egli y Campbell,
2014), problemas para articular la proximidad, planeación motriz y el uso coordinado de
las manos y los pies con desorganización entre la mente y el cuerpo (Blanche 2005,
citado en Medel y Vasquez, 2007).

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Con integración propioceptiva y vestibular, genera problemas en el equilibrio, control


vestibular y motriz y las respuestas que se generan entre las asociaciones inter-sensoriales
y de adaptación temporo- espacial (yo-yo, yo-otros, yo-objeto, yo-ambientes), y de
espacio cercano (yo-distancia), abstracción, espacio y tiempo global. Además de las
respuestas que se generan en la triada vestibular – cervical – ocular, que mantienen la
posición del cuerpo en relación a la cabeza, tono y postura de alineación, organización
de receptores visuales e integración bilateral y de la respuesta de percepción espacial
con la integración de la alerta, exploración y manipulación (Medel y Vásquez, 2007),
dificultad en los procesos gráficos, vestimenta y orientación espacial (Imperatore, 2005)
que concluyen en retrasos matemáticos y secuencialidad numérica. (Lazaro, 2008;
Polatajko, Law, Miller, Schaffer y Macnab, 1991).

A.3) Disfunción táctil, en hiporesponsividad, busca estímulos, tocando, acariciando y


estando en contacto. En híper, es común la defensividad táctil ante estímulos inofensivos,
afectando la capacidad para acercarse o evita tocar y soportar ciertas texturas (arena,
agua, etc.), no reconoce su esquema corporal (Bundy, Lane, Murray, 2002, citado en
Beaudry, 2006) y provocan dificultades en la ducha, vestido, comida con un estado de
hiperalerta (Del Moral y cols. 2013).

A.4) Disfuncionalidad auditiva, en hiporesponsividad es evitativo, temeroso,


desconcentrado y sordo, pero en híper genera ansiedad e hipervigilancia, llevándolo a
no asistir a lugares con mucha gente o con ruidos fuertes, con problemas fonéticos,
conciencia fonológica (Buitendag, 2009) y retrasos en el lenguaje y la comunicación
(DeGanci, 2000, citado en Pérez, 2012; Parham, 1998, citado en Imperatore, 2005).

A.5) Déficit visual, es un sistema de alta asociación con otros sistemas y es uno de los más
afectados en la niñez, entre el 40% y el 70% de los niños en preescolar tienen deterioros
visuales (Blanche 2005, citado en Medel y Vásquez, 2007), que llevan al déficit perceptivo
visual y viso motor, con consecuencias en la localización, orientación y seguimiento,
disminuye el estado de alerta y genera perturbaciones en el movimiento ocular y la
cabeza que producen el retraso motriz fino, puede incluir estrabismo con destrezas
deficientes en lectura y matemática.

A.6) Déficit gustativo y olfativo, lleva a tener una dieta restringida con limitación en los
alimentos, preferencias obsesivas al gusto y rechazo a las texturas, (Bundy, Lane, Murray,
2002, citado en Beaudry, 2006). En olfativo muestra respuestas fuertes a perfumes,
desodorantes u olores de la cocina (Egli y Campbell, 2014).

Los problemas de discriminación sensorial alteran las posibilidades de percepción de


forma, figura y fondo y no permiten la adecuada IS (táctil-propioceptiva, táctil- visual,

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táctil- olfativo-gustativo, vestibular- propioceptivo, vestibular- visual, vestibular-auditivo,


auditivo-visual) (Smith, 1999, citado en Medel y Vasquez, 2007). Hanft, Miller y Lane (2000)
en forma de resumen elaboraron la siguiente tabla en la que explican las diferentes
características del trastorno

Tabla 15. Ejemplos de comportamientos observados en disfunción de discriminación sensorial.

S. sensorial Comportamiento
Puede tener dificultad para:
Discriminación táctil. • Diferenciar los objetos por el tacto o completar las actividades diarias sin
señales visuales, ejemplo, introducir la cuchara en la boca, no percibe si la
ropa esta torcida o desorganizada, encontrar las llaves en un bolso o en un
bolsillo.
• Identificar partes del cuerpo sin mirarlas.
• Manipulación de objetos pequeños y herramientas sin visión (ejemplo,
lápiz, objetos de plata, un destornillador).
Olfatia. • Diferenciación de olores y sabores sin señales visuales.
• Alertar a la relevancia de ciertos olores, ejemplo, quema de tostadas o
gas.
Discriminación auditiva • Diferenciar y recordar palabras y sonidos similares, ejemplo, murciélago
– lago, pino – lino.
• Después de dos o más instrucciones, puede hacer fácilmente una.
• Juzgar la fuente de sonido.
• Juzgar la distancia por el sonido y la ubicación, ejemplo, confundido por
eco en los pasillos, la dirección de donde un coche se acerca.
• Centrarse en o reconocer un sonido específico en presencia de ruido de
fondo.
Discriminación visual. • Percibir la forma y espacio y las relaciones entre objetos, ejemplo, la
distinción entre p de q.
• Reconocer el juego, y la categorización de color, textura, forma y
tamaño.
• Escaneo de imágenes secuenciales y cambiar el foco visual rápidamente.
• guiar visualmente los movimientos de motricidad fina, ejemplo, colorear
dentro de las líneas o golpear una pelota con un bate. • Reconocer los
símbolos y gestos.
• Percibir la profundidad, distancia, ubicación de los límites, y el espacio
entre los objetos.
• Diferenciar primer plano de las imágenes de fondo.
Vestibular y propioceptiva. • Mantener el equilibrio, especialmente cuando se mueve.
• El conocimiento de la posición del cuerpo en el espacio y su relación con
el entorno.
• Mantener una postura erguida al sentarse o permanecer parado por un
período de tiempo.
• Determinación de la posición al montar en atracciones de feria o durante
actividades similares (por ejemplo, boca abajo o de lado). • Determinar el
movimiento del cuerpo en comparación con el movimiento de los objetos

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y las personas en el entorno.


• Medir la fuerza correcta para usar con personas u objetos (ejemplo,
escribir con un lápiz o dar un abrazo).

Fuente: Hanft, Miller, y Lane (2000).

B) Trastorno de regulación o modulación sensorial, incapacidad que tiene el SNC, para


organizar jerárquicamente la asistencia a los estímulos, permite filtrar estímulos
innecesarios y no mantiene una óptima arousal para la estimulación pertinente (Bar-
Shalita, Vatine y Parush, 2008; Buitendag, 2009), no permitiendo la auto regulación para la
habituación y planeación sensorio-motriz. La forma en como el SNC del individuo
organiza la información ha llevado a nombrar la existencia de tres subtipos.

B.1) hiperresponsivo, caracterizado por la respuesta hipersensible a los estímulos,


manteniendo un umbral alto y generando reactividad conductual. Dunn y Bennett (2002,
citados en Pérez, Ballabriga, Doval y Caldeira, 2011) los describen temerosos, evitadores
de sonidos y de presión, afectando sus procesos de concentración. Su autorregulación se
encuadra en 2 formas: el receloso/cauteloso (síntomas de evitación a los estímulos), se
asusta con frecuencia, ansioso, y preocupado de la vista, sonido y movimiento que
puede ser abrumador (Pérez y cols. 2011) y el negativista/desafiante (respuesta
oposicionista, agresivo y de humor negativo), es exigente, enojado, y terco, defensivo
táctilmente, sobre-reactivo al dormir y con mal procesamiento auditivo.

B.2) hipo responsivo (Pérez, 2012), con baja reactividad sensorial, es pasivo, inatento y
parece absorto, con necesidad de estímulos intensos para iniciar una actividad. Y B.3)
buscador sensorial, tiene baja reactividad al igual que el hipo responsivo, pero con
necesidad de aumentar la intensidad del input sensorial, generando comportamientos
impulsivos, hiperactivos y desorganizados, (Medel y Vásquez, 2007; Parham y Mailloux,
1996, citado en McIntosh y cols. 1999; Pérez, 2012). Para resumir, Hanft y cols. (2000)
describen la siguiente tabla que contiene los elementos más notorios de este trastorno.

Tabla 16. Ejemplos de comportamientos observables en TMS.

Comportamientos hipo responsivo. Comportamiento hiperresponsivo.


Dominio sensorial: Mal funcionamiento de la modulación táctil
Disminución de las respuestas: "fuera de Respuestas exageradas: responde
contacto" con el cuerpo, incluyendo al tanto de agresivamente para tocar o toque
las manos sucias y la cara o de trenzado prendas imaginado, molesto por vestirse, bañarse,
de vestir; reacciones a dolor o contusiones y / o comer.
reducidas, comer desordenado. Se retira o evita sensación: Evita las
Busca sensación: Toques con otros con actividades del grupo, evita juego táctil.

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demasiada frecuencia o demasiado duro


(incluyendo compañeros, mascotas y objetos),
toca, bocas pelo y otros objetos constantemente.

Dominio sensorial: Mal funcionamiento de la modulación de estímulos vestibulares.


Disminución de las respuestas: Lento se marea, Respuestas exageradas: Asustado o se
no puede girar o columpiarse por largos enferma con el movimiento o cuando los
períodos de tiempo. Busca sensación: pies se despegan del suelo (es decir, no le
hiperactiva, busca continuamente movimiento, gusta el zona de juegos o paseos en
saltando y corriendo, se involucra en coche). Se retira y evita la sensación: Muy
comportamientos de riesgo incluyendo la cauteloso y dispuestos a tomar riesgos de
escalada de alturas o moviéndose demasiado movimiento; miedo a las alturas,
rápido para su seguridad. ascensores, y escaleras mecánicas.
Dominio sensorial: Disfunción en la modulación propioceptiva.
Disminución de las respuestas: Ignorante de la Respuestas exageradas: Responde de
posición del cuerpo y movimiento en el espacio, mayor forma a contacto físico tales como
derriba las bebidas y choca contra las paredes abrazos, tomados de la mano, o ayudas
y la gente; torpe cuando se viste, juega y en la físicas; incómodo en saltar, correr, o
escritura; mala postura, inconsciente de la actividades de gimnasia y muchos
aplicación de mucha fuerza en el juego, el deportes.
deporte y la interacción interpersonal. Se retira o evita sensación: Evita o le
Busca sensación: anhela saltar, rodar o en disgustan las actividades que el movimiento
actividades de choque, se palmea la cabeza, le demandan en partes del cuerpo tales
brazos y piernas; constantemente aprieta y como saltar o colgarse, insiste en una dieta
golpea objetos o chupa en las manos y la boca. de alimentos con texturas limitadas.
Discriminación sensorial: Mal funcionamiento de la modulación visual.
Disminución de las respuestas: no se da cuenta Respuestas exageradas: dificultad al
de los detalles en los alrededores o en los cambiar la mirada de uno oponerse a otro,
libros, no puede encontrar un objeto específico se cansa fácilmente o se vuelve irritable
de entre muchos en cajones y estantes. Busca cuando asiste a las tareas visuales
sensación: Premios y experiencias estimulantes complejas
visuales incluyendo jugar con linternas y Retira y evita la sensación: Evita o se siente
disfrutando de parpadeo, luces, juega incómodo en entornos visualmente
videojuegos y en las máquinas recreativas estimulantes, evita ojo contacto, le gusta la
durante horas, se pone cerca de la televisión. iluminación tenue, siempre gafas de sol.
Discriminación sensorial: Disfunción de la modulación auditiva.
Disminución de las respuestas: Dificultad para Respuestas exageradas: Dificultad para
ajustar su volumen al hablar. filtrado de ruido en un salón de clases,
Busca sensación: Prefiere los sonidos fuertes, disgustos y sobre reacciona a sonidos
televisión y radio fuerte sonido todo el tiempo; fuertes. Retira y evita la sensación: se aleja
constantemente habla, canta, o hace ruidos con de alta sonidos y pueden cubrir las orejas
la boca y las manos cuando él o ella escucha sirenas o llorando
en una multitud ruidosa o durante los
fuegos artificiales.
Discriminación sensorial: disfunción en la modularidad olfativa.
Disminución de las respuestas: no se da cuenta Respuestas exageradas: No le gustan
de los olores, incluso cuando son intensos u ciertos restaurantes, personas, o los
ofensivos, no puede distinguir entre los olores, animales domésticos porque huelen

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dice toda la comida sabe igual. "asqueroso"; evita cocinar.


Busca sensación: Prefiere gustos fuertes y Se está preparando la cena; encuentra la
distintos olores en los alimentos, utiliza el mayoría de los olores ofensivos. Se retira y
sentido del olfato de manera inadecuada, evita la sensación: Puede negarse a comer
olfatea personas. de todo o no probar nuevos alimentos.
Fuente: Hanft, Miller y Lane (2000).

C) Trastorno motor con base sensorial, déficit en la estructura corporal y la capacidad


para la praxis organizada. Se divide en dos subtipos, a) dificultad de la coordinación y
control postural, caracterizado por un tono disminuido, mala estabilidad de base y
equilibrio, problemas en ajustes posturales, disminución en el control motor bilateral y
ocular y estabilidad motriz, poca resistencia, se apoya en objetos, puede parecer
pérezoso, débil, sin motivación, falta de atención y b) dispraxia, dificultad para planear y
organizar el comportamiento y el movimiento, siendo de alta complejidad al tener
relación entre la mente y el cuerpo y el uso de objetos, herramientas y resolución de
problemas, con déficit para organizar la información y formular planes que incluya
secuencias, tiempo y ejecución del movimiento además de reconocer lo que se debe
hacer, qué hacer y cómo hacerlo (Loux, 1984; citado en Diaz, 2006).

Respecto a la praxis, se debe mencionar que esta se desarrolla en tres procesos, 1)


ideación o conceptualización, es la organización de la información para cumplir con una
intencionalidad e integra habilidades de abstracción, organización y funcionalidad
cognitiva. 2) planificación de un plan de acción o planificación motora, es un plan
interno consciente que se produce antes de la ejecución del acto motor, ordenando y
jerarquizando con condiciones sensoriales y mentales para su uso y creando una
estrategia para el logro del objetivo y 3) ejecución del acto motor, es la etapa final de la
praxis y depende de las dos etapas iniciales (Ayres, citado en Buitendag, 2009).

Estos procedimientos dependen de habilidades previas en la organización de procesos


del desarrollo motriz (Singer, 1980, citado en Díaz, 2006) enfocados en condiciones
cognitivas y aprendidas y de coordinación en funciones ejecutivas y motrices, (Cohn y
cols. 2011), por lo general su déficit estructura retrasos cognitivos generales (DeGanci,
2000, citado en Pérez, 2012; Polatajko y cols. 1991).

Kahn y Richter (2011), describen que el niño con TIS es desordenado con déficit de
motricidad fina, alteraciones en la organización del juego, tareas y coordinación de
conductas de la vida diaria. Buitendag K. (2009), los nombra con déficit para el uso de
cremalleras, definir la lateralidad, uso de tijeras y torpeza motriz (DeGangi, 2000 citado en
Pérez, 2012), déficit en secuencias, operaciones, desarrollo del pensamiento e
inteligencia (Beaudry, 2006), aspectos notorios en dislexia y discalculia (Lazaro, 2008) y

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común en el buscador sensorial, que se nota impulsivo, agitado y descontrolado, no mide


el peligro y buscando desenfrenadamente el input sensorial (Imperatore, 2005).

Según Murray y Slutsky (citado en Buitendag, 2009), existen cuatro tipos de desarrollo
dispráxico:

1) somatodispraxia, reconocida por la torpeza motriz, mala discriminación táctil,


esquema corporal pobre, pobre motricidad fina y problemas en las habilidades
motoras gruesas y del motor oral.

2) déficit de integración bilateral y secuenciación, ocurre cuando los niños tienen


dificultad para identificar los dos lados del cuerpo juntos de manera coordinada.
No desarrollan un dominio de la mano hábil, evitan cruzar la línea media del
cuerpo y la experiencia de dificultad con los movimientos impacientes. Se cree
que es un trastorno de la praxis debido al procesamiento alterado en el sistema
vestibular- propioceptivo.

3) dispraxia de orden verbal, son niños que no pueden físicamente asumir posturas en
el orden verbal.

4) dispraxia de IS, que se muestra según el órgano sensorial en déficit y su mala


integración, como la visiodispraxia, que altera la percepción de forma y espacio,
transformando los movimientos visual- motor y proyectándose en problemas de
coordinación y construcción visual. Se puede dar una somatodispraxia, con déficit
en la planificación motora que dependen del esquema corporal o de un modelo
interno del cuerpo en acción que es referenciado por la conciencia táctil en
asociación con la sensación propioceptiva y vestibular del movimiento activo
(Ayres, citado en Buitendag K. 2009).

La dispraxia también depende de la forma en que el niño module la información, en


buscador sensorial, es desorganizado y altamente impulsivo, pero en hiperresponsividad,
la tendencia es a evitar o huir de la estimulación estresante, afectando sus condiciones
de adaptabilidad (Buitendag, 2009). Para resumir, Hanft y cols. (2000), propusieron la
siguiente tabla.

Tabla 17. Ejemplos de comportamientos observables en dispraxia.

Componentes Cognitivo - comportamiento


Pueden tener las siguientes dificultades.
Ideación.

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• Decidir qué hacer y cómo hacerlo (Eje. hacer una cometa con cuerda, pegamento, papel y
pintura).
• Creativamente determinar cómo armar objetos y materiales para actividades de juego y
proyectos de la escuela o de trabajo. • La traducción de ideas o imágenes al lenguaje o
acciones para el juego, la escuela y el trabajo. • Originar nuevas ideas acerca de qué hacer o
tomar el papel de líder. • La espontaneidad durante el juego, actividades de escuela o trabajo.
Planificación
• La organización de una serie de acciones o actividades para producir un movimiento
intencional. • Encontrar otra manera de jugar un nuevo juego o incorporar nuevas acciones,
(Eje. patinar hacia atrás).
Secuenciación
-Combinación de varios pasos en una actividad, podría completar cada pieza por separado.
Componente. Motor
Dificultades en el comportamiento.
Motor grueso
• Aprender movimientos gruesos y suaves en la ejecución de actividades motrices, aprender
nuevos comportamientos que requieren grandes movimientos (Eje. andar en bicicleta, bombeo
de un columpio). • La transición de una posición del cuerpo a otra con secuenciación y
momento adecuado.
Movimiento fino.
• Aprender a organizar suavemente la ejecución de actividades motrices nuevas que requieren
de la mano y movimientos de los dedos (Eje. ensartar agujas).
• movimientos de la mano dirigido por la vista (ejemplo, el corte de una foto de una revista)
Motor oral.
• La coordinación de la respiración con movimientos de la boca y de la lengua para chupar,
masticar, y soplar. • El uso de gestos faciales adecuados durante las interacciones.
Motor visual.
• La coordinación ojo-mano (en, escribir, colorear dentro de las líneas, atarse los zapatos).
• Replicación de estructuras tridimensionales (Eje. edificio con Legos).
Fuente: Hanft, Miller y Lane (2000).

Es de anotar que según Ayres (1998, citado en Medel y Vasquez, 2007), nadie puede
tener una IS perfecta, ni tampoco tan mal estructurada, de ahí que la disfunción puede
ser sutil y causar una variedad desconcertante de síntomas. Incluso un individuo podría
tener un amplio espectro de síntomas en el que integre problemas de discriminación,
modularidad y dispraxia o podría tener niveles más altos en un déficit que otro (Hanft,
Miller, y Lane, 2000). Situación que ha llevado a Egli y Campbell (2014) a nombrar un
modelo de reactividad mixto que muestra diferentes patrones cognitivos y conductuales
y dependiente de la sensibilidad a los estímulos.

El TIS y otras dificultades.

La literatura nombra que el problema de IS, afecta las condiciones afectivas,


conductuales y sociales, (Fisher, Murray y Bundy, citados en Buitendag, 2009; Medel y
Vasquez, 2007), en donde es comun la ansiedad, depresión, labilidad emocional y estrés

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(Ben-Sasson, Cermak, Orsmond, Carter y Fogg, 2007; Briggs-Gowan 2006, citados en


Pérez, 2012; Cohn y Cermak, 1998; Cohn y cols. 2011; Imperatore, 2005), que dependen
de la modularidad sensorial; por ejemplo, en el hipo responsivo, es comun el
ensimismamiento, evitación y dificultades de regulación con temperamento difícil (Dale,
O´Hara y Schein, 2011; Dunn, 2001, citados en Pérez, 2012).

El niño con problemas de IS, tiene dificultad para lograr condiciones de adaptabilidad y
retroalimentación apropiada. Sus problemas generan respuestas en los adultos quienes
responden con pautas de crianza negativas, que estructuran ideas irracionales sobre la
autoestima y el autoconcepto (Polatajko y cols. 1991). Lazaro (2008) señala que los niños
con problemas motores, atención o sensorialidad en la adolescencia son menos
competentes, con menor apoyo social, alta ansiedad y menor estima personal y
dificultades en la regulación emocional (Dewey, Kaplan, Crawford y Wilson, 2002 citados
en Bar-Shalita y cols. 2008).

La mala praxis no permite la adaptabilidad y genera discriminación y rechazo de los


otros, afectando el aprendizaje de habilidades en auto regulación y motivación (Lazaro,
2008) e interviniendo en la estructuración de problemas emocionales y la dificultad para
aprender a desarrollar positivas relaciones, estos procesos terminan con problemas de la
conducta en el 73%, (Gouze, 2009, citado en Pérez y cols. 2011) y el 95% de niños con TIS
(DeGangi, 2000, citado en Pérez, 2012).

La continua relación entre TIS, dispraxia y problemas de conducta ha llevado a Cohn,


May-Benson y Teasdale, 2011) a nombrar que en los programas de evaluación de niños
con desorden sensorial, se deben incluir instrumentos entre escalas y test de valoración
de factores internalizantes y externalizantes, como el child behavior checklist
(Achenbach y Edelbrock, 1991, citado en Cohn y cols. 2011), la escala revisada de
Conners (Conners, 1997, citado en Cohn y cols. 2011) y el cuestionario de situaciones de
casa-revisado (DuPaul y Barkley, 1992, citado en Cohn y cols. 2011).

Y es que la adaptabilidad es primordial, de ahí que Parham y Mailloux (1996, citado en


Cohn y cols. 2011; p. 107), dentro de su programa de intervencion para niños con TIS, lo
incluyan como uno de sus objetivos principales,

a) el aumento de la frecuencia o duración de las respuestas de adaptación; b) el


desarrollo de respuestas de adaptación cada vez más complejas; c) aumento de
autoconfianza y autoestima, d) mejora de las habilidades motoras gruesas y finas; e)
mejoramiento de la vida diaria y las habilidades personales – sociales y f) mejora en el
plano cognitivo, el lenguaje y el rendimiento académico.

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El logro adaptativo tiene alcances amplios en el desarrollo cognitivo y afectivo del niño
por ejemplo, si logra sentarse a comer tranquilo y auto regulado en una mesa por un
poco más de tiempo, puede disfrutar de la compañía, la comunicación y la cercanía de
su familia, lo que hace aumentar su afectividad y mejora su personalidad.

Al afectarse la conducta del niño, también se afectan las relaciones sociales. Beaudry
(2006), explica que el comportamiento descontrolado o inatento, crea dificultades de
adaptabilidad, generando condiciones inadecuadas con las relaciones sociales en
especial con sus cuidadores (Consejo Interdisciplinario de Desarrollo y Trastornos del
Aprendizaje, 2005; Miller, Nielson, Schoen, y Brett-Green, 2009, citados en Cohn y cols.
2011). Y es por que la regulación entre la relación del niño y el adulto es controlada por
este último, quien nombra las reglas de retroalimentación. Reglas que no pueden ser
cumplidas por el niño con el desorden, generando conflictos y siendo etiquetado como
indisciplinado, sordo y desobediente. Denominaciones que aumentan la frecuencia de
consultas a psicólogos y psiquiatras, sobre los problemas de inquietud, molestia o poca
capacidad de auto regulación del estudiante (Medel y Vásquez, 2007).

Los problemas entre el niño y sus padres, fueron analizados por Cohn y cols. (2011),
utilizando el instrumento de evaluación del procesamiento sensorial (ESP) y la escala de
padres de crianza y competencia, con el fin de obtener relaciones entre las dos
variables, en sus resultados describen que los padres de hijos con TIS, son incompetentes
en la capacidad para tratar al niño, manejan un alto nivel de stress y presentan
problemas emocionales siendo la frustración la más común. Esta incompetencia también
es nombrada en Medel y Vásquez (2007), en Santiago de Chile, los cuales analizaron los
factores de riesgo de presentar TDAH y déficit de IS y encontraron que presentan mayor
riesgo de tener déficit de IS los hijos que tenían padres con dificultades socioeconómicas,
que no interaccionaban con los niños y tenían pocas experiencias de juego y
exploración, los autores concluyen que hay una estrecha relación entre la forma de
crianza y de ofrecer estimulación y afecto en el fenómeno del déficit de IS. Incluso Kahn y
Richter (2011), consideran que el riesgo es del 50% de padecer el TIS, si la madre es
soltera, con padres adolescentes o con poco tiempo de interacción y juego.

Diagnóstico y prevalencia.

Si bien la disfunción de IS fue definida en los años 60 (Ayres, 1963, citado en Pérez, 2012),
este no hace parte del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-
IVTR (Apa, 2002), pero si aparece en los textos de paidopsiquiatria como en la
clasificación del DC: 0-3R (Zero to three, 2005, citado en Pérez, 2012) y se conoce como
trastorno de regulación del procesamiento sensorial. En el DC: 0-3R (Zero to Three, 2005,
citado en Pérez, 2012) es una categoría clínica primaria, en la clasificación multiaxial y

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que se diagnostica cuando existe, “dificultades sensoriales, motoras, de procesamiento,


organización o integración de la información, que se asientan sobre una base
constitucional o madurativa y que se asocian a patrones de comportamiento y
emocionales poco adaptativos, observables independientemente de la existencia de
otros síntomas particulares” (Zero to Three, 2005, citado en Pérez R. 2012, p. 109). Estas
dificultades deben ser suficientemente intensas como para interferir en las rutinas diarias y
darse en contextos y relaciones diferentes pudiendo ser diagnosticado a partir de los 6
meses.

Las causas del trastorno no han sido identificadas con claridad siendo considerado
multicausal y en el que se nombran factores de riesgo genético, parto prematuro,
factores pre-peri y posnatales (problemas de salud materna, infecciones, estrés,
medicamentos), trauma del nacimiento, ictericia, problemas de salud infantil, exposición
a toxinas (nicotina, alcohol, drogas, metales pesados) y desarrollo en ambientes hostiles
como orfanatos, privación sensorial, exposición a situaciones traumáticas, negligencia y
abuso (Egli y Campbell, 2014).

La prevalencia del trastorno depende de su metodología y población por ejemplo en


Estados Unidos la prevalencia es del 10 al 12% (Ayres 1989, Ermer y Dunn 1998, citado en
McIntosh y cols. 1999), pero Baranek (1997, citado en McIntosh y cols. 1999), lo nombra en
30%. Y Bar-Shalita y cols. (2008), considera la prevalencia del 3% al 15%, este último
también es nombrado en los estudios de Kimball (1997); Dunn (1997); Parham y Mailloux
(2001) (citados en Bar-Shalita y cols. 2008), sin embargo en estudios de Franklin, Deitz,
Jirikowic y Astley (2008) es del 68% y en Hutton (2012), del 55%.

En etapa preescolar, Ahn (2004, citado en Kahn y Richter, 2011), lo describe entre el 5% y
el 13% y Ben-Sasson (2009; citado en Kahn y Richter, 2011), encontró un 16.5% de niños
con hiperresponsividad. Pérez (2012), describe que en Europa el diagnostico de trastorno
de regulación del procesamiento sensorial (TRPS), definido con parámetros del DC: 03R
(Zero to theree,) es del 7%, pero con criterios de trastorno de modulación sensorial común
en estudios Norteamericanos, lo nombra entre un 3,4% y un 13.7% (Ahn, Miller, Milberger y
Mclntosh, 2004 citado en Pérez, 2012), similar situación describen, Pérez y cols. (2011), que
lo ubican entre un 3,4% y el 15.6% en la población preescolar Norteamericana.

En Sur América en Santiago de Chile, Medel y Vasquez (2007), describe la prevalencia del
35%, siendo frecuente en estratos socioeconómicos bajos y Kahn y Richter (2011),
también en Chile, lo nombran en el 34%. En Colombia, Erazo (2015), en una muestra de
niños entre 7 y 10 años de estratos socioeconómicos 1 y 2 y población vulnerable,
perteneciente a una institución oficial del municipio de Popayán – Cauca, encontró la
existencia de un 64% de niños con el déficit.

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Conclusión

La IS es un proceso neuropsicológico fundamental en el desarrollo de los seres humanos


el cual requiere condición biológicas de base pero también del desarrollo de habilidades
en modulación y organización de la múltiple información sensorial que proviene del
sistema exteroceptivo (visión, audición, tacto, olfato, gusto), interoceptivo y vestibular-
propioceptivo.

La falta de habilidades para organizar y modular información sensorial es la causante de


problemas en el procesamiento de la información (atención, memoria), percepción,
problemas en la lectura, escritura, grafía y cálculo matemático y desarrollo de la
inteligencia, además de problemas de control y autorregulación de las emociones y la
conducta.

Las formas de modular la acción sensorio motriz llevaría a la generación de respuestas no


adaptables como la hiperresponsividad, hiporesponsividad y buscador sensorial, las
cuales también estructuran formas desordenas en la praxis conductual. La mala
reactividad conductual y su déficit en la organización conductual generan conflictos en
la interacción entre el niño con el déficit y los cuidadores. Estos últimos en algunos casos
pueden utilizar maltrato o técnicas coercitivas para intentar controlar el comportamiento
del niño aumentando la gravedad del déficit generando problemas afectivos,
personalidad y conducta.

Es necesario continuar con la educación y capacitación de la IS y sus problemas en


contextos clínicos y escolares, ya que según la prevalencia parece ser un fenómeno
frecuente y podría estar siendo mal comprendido e intervenido de forma inadecuada.

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