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ISSN: 0717-2257
bernardo.guerrero@unap.cl
Universidad Arturo Prat
Chile
In Idea Vilariño’s (Montevideo, 1920) poetry one finds a political and ideological
stance against injustices, abuses, and all that holds back the peoples of Latin America.
Her work explores desperation and hope as one faces the world. On the one hand, it
includes intimate reflections on human existence. On the other, there are commentaries
on a wide range of political events. As the limits of those worlds inevitably touch one
another, what results is a story of life in the Twentieth Century. Her poetry confirms
that the only path and the only decent thing to do is to rise up against the forces that
are destroying the world, and with it, all of humanity.
La casa
el mar
la tierra
y ese sol para siempre.
La casa
el mar
la tierra
y ese sol al fin nova (Vilariño, 1997: 215).
La voz poética hace un inventario de cosas que la rodean y menciona
elementos vitales. En primer lugar se refiere al sitio donde mora y en los
otros tres versos a recursos primordiales para la vida. La repetición de esos
componentes se suma a la semántica del adverbial “para siempre”. Al variar
solamente esos últimos términos en la segunda frase poética, la autora crea una
sorprendente oposición. Los elementos necesarios al entorno habían parecido
falsamente eternos hasta que el sol aparece “al fin nova”. Todo se encuentra
al borde de la destrucción.
Otros poemas de Vilariño pasan de considerar la condición humana en
general a tratar en forma específica acontecimientos y comportamientos
humanos. Los versos de “En la noche de luna” retratan la voz lírica sola, en
una playa boscosa durante la noche ocupada en la contemplación del esplendor
de la naturaleza:
En medio de esta enorme noche blanca
entre pinares médanos y luna
-hoy llegaron los rusos a la luna-
frente al mar que otra vez acuesta su ola
formidable en la playa abandonada
-hay miedo en Almería dice el diario
no encontraron aún las bombas hache
caídas en su mar por accidente-
en el silencio blanco y estruendoso
de esta soledad plena y una y pura
-ochocientos vietcongs muertos anoche
hambre en la India hambre en el Brasil-
en la melancolía y la belleza
de la noche de luna entre los pinos
con la luna ocupada y el miedo en Almería
y la aldea arrasada y con el hambre (Vilariño, 1997: 218).
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IDEA VILARIÑO: IMAGEN SOCIAL Y POLÍTICA EN LA
POESÍA URUGUAYA
que podría pasar en otras naciones del Tercer Mundo. La voz lírica registra que
los países vecinos reaccionan con un llamamiento a un futuro distinto y más
equitativo. Caracteriza a los países sudamericanos como gastados y carentes
de sueños. Sin embargo, habiendo sido testigos de los logros de Guatemala,
“volvían a muertos ideales”. Pese a ello, la segunda oración lírica revela que
esos países vecinos habían tenido dudas.
Los versos que siguen equiparan inicialmente al derrocamiento con un
secuestro, para luego no considerar ese término el apropiado. La voz lírica
decide que la situación se parece más a la de la esclavitud. La introducción de
versos como “a poner la mesa/ para que coman otros” y su repetición cerca
del final alude a las reformas agrarias frustradas.
La oración poética final cambia el enfoque retornando a la reacción de
los países vecinos, los que incrédulos niegan que la esperanza alguna vez
haya existido, dado que el papel de América Latina siempre ha sido el de
un sirviente sumiso. La obsesiva repetición que comienza hacia la mitad del
texto y culmina en los versos finales, abarca lo que se espera de Guatemala
y de sus naciones hermanas: “sí señor sí señor/ sí señor sí señor/ y lustrar los
zapatos”. Como pronunciamiento unificado del pensamiento de Vilariño, “A
Guatemala” es un ataque directo a la burguesía y una denuncia de quienes
usufructúan las prebendas de ese grupo privilegiado.
El impacto que logra la protesta es mayor al referirse a un país en particular,
al que llama por su nombre. Michael Riffaterre reconoce la eficacia de esa
estrategia literaria y explica que “citar los nombres sólo añade verosimilitud
(…) El significado del nombre de un lugar fluye así enteramente de la sintaxis
y el lector no necesita más que el contexto para sentir su poder evocador”
(Riffaterre, 1973:232). Tanto este como otros textos de Vilariño se separan
consecuentemente de los artificios. Para lograr una transmisión total de los
sentimientos excluye explicaciones, exclamaciones y oratoria. Lo que resta
es un sentimiento de maravilla al enfrentar lo más vil de la humanidad.
Roland Barthes afirma que “una vez que se suprime el mito de la necesidad
de la belleza en poesía, el lenguaje se libera. Entonces se reconocen como
instrumentos poéticos válidos el poder del idioma popular y la facultad intuitiva
-no analítica- del lenguaje hablado” (Barthes, 1975: 28, 29, 31).
La maldad del género humano es el tema central primario de “Playa Girón”.
Solamente el título hace referencia textual al lugar:
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IDEA VILARIÑO: IMAGEN SOCIAL Y POLÍTICA EN LA
POESÍA URUGUAYA
Conociste a Mauricio
me decías
e irías a Vietnam pronto
tal vez.
Al rato
mirándote dormido en tu rincón
tan poco más que un niño
yo te envidié tu vida.
Y fue en Vietnam y fue
poco después.
Los yanquis
tuvieron también algo para ti
no más que unos fragmentos de una bomba
y ahora tú
tus veinte años
tu corazón tu vida
tu amor portorriqueño
--lo dice el diario de hoy—
por allá están tirados
José Varona
muertos (Vilariño, 1988: 61-62).
Si no fuera por la tan personal descripción de este joven, el nombre
especificado en el título no nos diría nada. Aun sus particulares sueños
sobre el mundo, sueños de un futuro mejor para Puerto Rico, podrían no ser
compartidos por muchos lectores que no hayan tenido las mismas vivencias.
Sin embargo, los versos están dichos con tanta ternura que uno no puede menos
que identificarse con el dolor de la voz lírica. Los recuerdos de lo que esos
jóvenes ojos le enseñaron a ver de un lugar en particular o la forma en que
dormía y cómo ella envidiaba su juventud son infinitamente más importantes
que esos detalles imposibles de recordar de sus conversiones. Vilariño logra
crear un personaje con el que los lectores se identifican. El poema constituye
un retrato lírico del soldado desconocido universal. Lo que fenece junto con
el joven cuerpo de José Varona, es una parte de ese amor a la humanidad y
de esa esperanza de un mundo mejor. De ese modo, todos morimos un poco
cuando alguien muere.
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quien portaba “esa bota” no debilita el apremio con el cual la voz lírica suplica
que nadie olvide jamás ese hecho fatal.
La autora insiste en no aceptar la muerte del revolucionario argentino
aunque la confirmen fuentes confiables, “aunque lo afirme el mismo Fidel
Castro”. Lo que la voz lírica se rehúsa a aceptar es la muerte del ideal que el
Che corporizaba. La “bota”, que usa el perpetrador y apoya sobre el cadáver,
simboliza agresión y opresión como en otros versos de Vilariño.
Este no es el único poema de la autora que menciona al Che. Es el primero
de una serie de nombres textuales de héroes caídos que celebran los versos de
“Agradecimiento”. Esa composición extensa, que contiene ciento tres versos,
es la más larga jamás publicada por Vilariño. También tiene la singularidad de
ser la única en toda su obra lírica que comienza con una nota. Su contenido
lleva a la comprensión sobre lo que inspiró esos versos y también les pone
fecha: “Esto, que de poema tiene sólo la forma, es un agradecimiento a quienes
nos están enviando folletos con las fotos de los cadáveres de los guerrilleros
muertos en Bolivia, enmarcadas, eso sí, por textos falaces y torpes que, como
siempre, como hacen en Vietnam a cada rato, erran el blanco (1968)” (Vilariño,
1997: 225). La embajada de los Estados Unidos fue la responsable de la
difusión de esas imágenes horrorosas. En el poema, la voz lírica agradece las
fotos porque antes los caídos “no habían tenido/ sino un rostro/ el del Che”.
Los autores de la máquina de propaganda que de acuerdo a la nota del texto
distribuyen “textos falaces y torpes” juntos a las fotografías en verdad han
servido a la causa que esperaban aplastar, ya que “erran en blanco”.
La voz poética de “Agradecimiento” lamenta no haber tenido la posibilidad
de mandar algunas fotografías de los muchos que han perecido bajo distintas
circunstancias. Entre las fotos que le gustaría mandar, están las de aquellos
“veinte mil muchachos/ también agujerados también rotos/ también quemados/
muertos/ mientras los ocupaban en destruir Vietnam”. También valdría la pena
enviar los retratos de “el lindo Kennedy/ y el pobre pastor King/ sin que nunca
hayan hecho la guerrilla”. Le gustaría además incluir fotos de otros porque
“si nacen negros y en Estados Unidos/ o en países así/ a veces son matados
como perros”. Un destino similar le espera a alguien “si por acaso se nació
en Vietnam”. Quien enuncia los versos querría recibir más fotografías, ya que
“nadie se asusta de un muerte al sol/ cuando se da la vida por un sueño”. Un
comentario entre paréntesis nombra al prócer uruguayo “(Artigas -no lo saben-
fue un jefe guerrillero)”. Afirma el tema central del poema en estos versos:
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POESÍA URUGUAYA
BIBLIOGRAFÍA
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ZAVALETA MERCADO, René. La revolución boliviana y la cuestión del poder. La Paz:
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Enviado: julio 2006