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NfA UNIVERBO
-
T
GUEKKA DEL PAC~FICO
II.
OBRAS DEL AUTOR
HISTORIA
DE LA C A M P A DEL
~ ~ A PER^ EN 1838.-
I torno en 4.O
11.
I11
IV
VI
Reorganizacion
El Gobierno i el Ministro Sotomayor anhelaban
delEjbrcito. correjir 10s vacios que se habian manifestado en
. . la campaiia de Tarapacii.
( 3 ) Puede verse sobre la importancia decisiva que ha tenido
en nuestra historia el domini0 clel mar un trabajo interesante del
capitan de fragata don Luis Langlois intitulado Influencia del
poder %aual en la historia de Chile desde 1810a IgIo.-Valparaiso-
Imprenta de la Armada-191 I .
42 GUERRA DEL PAC~FICO
Sotomayor le decia:
L~~ rifles se ({Enero 2 de 1880. Lo!: heridos i enfermos llegaban a Pisa-
pierden. gua con sus fusiles i estoi seguro que por este desgrefio se
han perdido muchos.)) ((Ya se ha puesto remedio a este mal
desde hace algun tiempo. E n Pisagua se han recojido muchos
de esos fusiles traidos por 10s soldados enfermos.))
ia.
dores a Caballo.
:oronel don Jose Doming0 su distribucion
de Marina.
,ria.
iaderos a Caballo.
xes.
La.
Lderos a Caballo.
a Intendencia en secciones
tambien de acuerdo con
;arm a cada division dos
or Jeneral para el recono-
elejir 10s lugares mas
.=LUCLU~UWS pdld Ldlllpdlllcll L W 3 . A1 LUlllUlllLdl t 3 L d h
duLulliayorle contest&
Crrtrrn
3 coiisiderar siem-
lefensivo como la
gobierno del Peru
3 jamas este gran
mbarc6 en el ~i Jenerd
cs, un batallon acepta*
o del sarjento
12 Granaderos
, Di6 el mando
don Aristides
enieros estaba
cr6quis que el
;trucciones que
ler la protec-
Jerdo con Viel,
e de ayudante
) don Federico
' la Diciembrezo.
tidas de tierra.
on lanilla para
abordaron la
$ias esperando
(5)
'"IdLLIIICL. "e," -- --- ---- -- -- b"--"'A'-"^A ~cuvuvwuv
aitierra en 110.
i era de creer que llevase la noticia de la inva-
sion a1 convoi con armas' para que se pusiese
en seguro. Stuven tom6 posesion de la maestran-
za del ferrocarril i de la oficina de teldgrafos,
donde cort6 el alambre con Moquegua, dejando a la
ciudad cabecera del territorio en condicion de no
saber lo que ocurria en la costa. El Comandante
Se va de p a w
a Moquegua.
Martinez ide6 ent6nces una espedicion de paseo a
Moquegua aprovechando dos convoyes de ferrocarril
que Stuven encontr6 en la maestranza listos para
partir, i pocas horas despues 10s alegres espedicio-
narios iban de viaje hgcia esa ciudad guiados por
Stuven que gobernaba la mAquina delantera. Tuvo
la precaucion este meritorio ciudadano de pro-
veerse de herramientas para reparar la via en cas0
de accidente, advertencia cuya prevision se com-
prender5 mas adelante. La falta de telkgrafo hacia
que en las estaciones por que pasaban 10s con-
voyes no se sospechara la condicion de 10s
viajeros, i a1 contrario a1 verlos aproximarse
luciendo sus uniformes i sus mhsicas, 10s cam-
DE TARA,PACA A LIMA b7
biadores de la via 10s tomaban por tropas
peruanas que marchar an a reforzar el interior i
subian asaludarlos i a, abrazarlos, esperimentando
una indecible sorpresa cuando se les declaraba
prisioneros de guerra i se les encerraba en un
carro-bodega. El viaj e no tuvo accidente alguno
hasta Moquegua a dolnde llegaron en la tarde de
ese dia ultimo del aiio, i encontraron en la estacion
a toda la sociedad de1 pueblo que acostumbraba
reunirse en ese sitio 13ara ver 10s pasajeros que
llegaban de la costa.
Alli se repitieron en mayor escala las picantes
escenas del camino. Lc)s peruanos abrazaban a esos
bravos compatriotas qp e llegaban a defenderlos, i
en un momento, en minutos, se produjo el espanto,
el sAlvese quien puecla, huyendo cada cual por
donde podia, mihtrar 5 las niiias se desmayaban o
daban gritos de anguistia, oyhdose dichos como
kste.
Jesus: qui afio vzuev o nos vievzen a hacer pasar ~ i i onuevo
estos malvados!
Calmadas por Martinez, que era hombre culto,
el p h i c o ces6, i se as(:gura que una de ellas vuelta
de su desmayo, por 1:i s solicitas atenciones que le
prodigara, le preguntc5:
Es Ud. soltero, sefiic)r oficial?
El Comaridante en Jefe coloc6 su tropa en ele-
vacion sobre la ciuda(d precedida poi dos caiiones
pequefios de a bordo,, que dirijia el teniente 2.0
don Albert0 Silva Palma, mozo intelijente i resuel-
to, que formaba parte: de la dotacion de la Chaca-
buco i que por disposicion de Vie1 acompafiaba a
la espedicion, i desdle alli envi6 un emisario a
El bloqueo i COmO
el plan de cam-
paiia. deMoqu
do a real
rra, par2
prkvio. C
el bloqu(
a cargo
correspo
de aquel
a la viji
sen refu
mente, c
el mejor
interior .
que sup
el plan
Viel,
de la di
mejor p
DE TARAPACA A LIMA 7=
((Diciembre 29. Ilc3 , escribia Viel, es un magnifico puerto
para desembarcar. La localidad se presta para hacer un
desembarque f k i l i organizar prestamente el ejCrcito.))
XI1
~ r alas
n
c
J W b W J despues el Almirante que no se daba
descansc) volvi6 a salir de Pisagua con el Blaizco i
m a s a hacer la misma obra de destruccion
en la mhia Independencia. El guano era el recurso
mas posit ivo que tenia el Peril para prolongar la
guerra, dc: manera que estas espediciones deben
.,
COnSlderarse corn0 medidas de agresion contra el
tpsnrn --- -__-----
de1 pnrrniyo.
Poco tiempo 5ntes de esta segunda espedicion del Peila i el ~ u d s -
car.
Blaiuo i Amazonars habia zarpado de Pisagua a hacer
un crucero frente del Callao el Hudscar ya reparado
-1 - - ___-: 1-
3 VPI I X \ ( I Y Aiimmos. mandado nor el coman-
_..- ^ ^
(IP \II\
104 GUERRA DEL PAC~FICO
XIV
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Descarga
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tos.
la
iaj e
; de
DE TARAPACA A LIMA 123
I est0 milh t r a s la caballeria hostilizaba las lineas
de Tacna i obligaba a Montero, hostigado por
esas agre:jiones, a emprender el formidable viaje
a1 punto de ubicacion de las lineas chilenas.
((Febrero 27. La campafia, decia Sotomayor a Gandarillas,
segun yo c reo, debe ser principalmente de caballeria para
barrer i quiitar a1 enemigo todos 10s recursos i obligarlo a
venir a nue stras posiciones o a abandonar Tacna i Arica.))
Sotomagor
i el EjCrcito de
Reserva.
Plan semi-ofen-
sivo de Pinto.
Sup0 en esos dias por 10s oficiales del Irnlquc
de S. M. B. Tunpmise que volvia de Arica, clonde
habian estado en relacion con el Cuartel Je neral
peruano, que el plan de Montero era esper ar el
ataque en la linea de Tacna, i enthces el Presiden-
te vikndose en presencia de lo irremediable 1 no
queriendo abandonar . complctFriente sus i deas,
escribi6 a Sotomayor sujirikndoic un procedimiiento
que calificark de semi-ofensivo. Pinto discurria
asi: si Montero se queda en T a x a conviene 1.)ajar
en Arica, dejar aqui el ejQcito de Villagran que
se puede hacer ir de TarapacA, i el grueso del
espedicionario se presentaria delante de Taciia
para obligar a1 jeneralisimo de la alianza a S d i T
de sus posiciows. Era un sistema misto: la ofer
hasta Tacna; la defensiva delante de Tacna.
((Marzo 12. Para precipitar 10s acontecimienioq, de cia n
Sotomayor, podriamos hacer lo que te indicaba en m i an-
terlor. Traer nuestro ejkrcito a Arica, ocuparla, I en segui-
da podriamos ir sobre Tacna, 1, si nos convenia, atacarla.
Bastaria para obligar a Montero a salir de sus trincheras, J:itinr
la plaza i bombardear1a.v
A Vergara le escribia.
ctMarzo 16. E n un aiaque a Tacna perderiamos la ven tajn
cle ser atacados, ventaja que consider0 de importaricia,
atendida la direction de nuestro ejkrcitoi la escasa instrucicion
I33 GUERRA DEL P A C ~ F I C O
Causa de la de-
mora en 110.
Con lo ya referido, el lector se habrA dado cuenta
de por qu6 el ejkrcito que baj6 en la playa de 110
en 10s ultimos dias de febrero tard6 mas de uii
mes en emprender la campafia que debia colocarlo
en frente de,las fuerzas Perti-bolivianas de Tacna.
No habia ido a 110 preparado para efectuar esa
gran marcha, sin0 a1 contrario, fuk a estacionarse
en un punto cercano del mar i cuando se resolvi6
a acometer aquella operacion tuvo que dar tiempo
para que se reuniesen las mulas, para que se
comprasen 10s viveres, para que se fabricaran 10s
toneles destinados a conducir el agua, etc., es decir,
un mes a lo m h o s , a pesar de la actividad emplea-
da por el Presidente que vivia totalmente consa-
grado a las necesidades de la campafia, i del Inten-
dente del Ejercito, DAvila Larrain.
Kazon de estos He espresado la causa que esplica la tenacidad
planes.
de la resistencia por parte del Presidente a la cam-
pafia ofensiva, i aqui repetirk que tanto en Sotoma-
yor como en Pinto ella influia preferentemente
a1 apreciar cualquier proyecto. Per0 aun con esta
esplicacion hai que reconocer que se marchaba
de ilusion en ilusion. Se habia adoptado el pro-
yecto de marchar contra Tacna i no contra Lima,
buscando la alianza de Bolivia, en la cual se con-
tinuaba creyendo a pesar de todos 10s desengafios
sufridos. Despues se resolvi6 el plan defensivo q u e
tambien era otro error, porque Montcro aun dese8n-
dolo ardientemente no habria podido salir de Tacna
a1 encuentro de 10s chilenos. Desde que el ej6rcito
de Escala pus0 pi6 en la playa de 110 estaba conde-
nado a ir en busca de Montero. Chile podia pro-
porcionarle por mar 10s elementos de movilidad:
136 GUERRA DEL PAC~FICO
El Huascar ha-
:e fuego a1 tren
de Tacna.
140 GUERRA DEL PAC~FICO
de 10s
delltos episodio, es que 10s delitos cometidos quedaron
tidos. impunes. El Jeneral Escala, inspirjgdose en 10s
informes de un civil de malos antecedentes, que
acompafi6 la espedicion a titulo de curioso, i deso-
yendo 10s denuncios que se le hicieron oficial-
mente, se pus0 del lado de 10s que escusaban
las faltas. Digo esto es lo mas grave, porque toda
fuerza armada puede incurrir en faltas a la dis-
ciplina i a la moral. La historia est&llena de ejem-
plos de esta clase. Esos delitos no afcctaii a1 paii
bajo cuya baiidera se cometcn, cuando son rcpri-
midos con enerjia, no asi cuando 10s encargados
de la reparacion se miaestran blandos, como
sucedi6 csta vez.
Esrala. La espcdicion a Mollendo ociirrib cn 10s illti-
mos dias en que permanccici a1 frente del ejbrcito
el Jeneral Escala. Cuando cl Coroncl Barboza envi0
a1 Cuartel Jeneral su p a r k oficial aquel habia
DE TARAPACA A LIMA I55
de:jade el mando i lo reemplazaba Baquedano, el
cuial, de otro temple que su antecesor, reprob6 lo
su cedido i tambien la estratajema de las ramas,
estimkndola contraria <<a1 honor i dignidad militar.))
A consecuencia de estos hechos el pais hub0 de Protesta del
Almirante
sar por la verguenza de recibir una nota del franrrs
Fe de -1as fuerzas navales de la Repfiblica fran-
sa en e! Pacifico, el Almirante Bayane du Petit-
--iouars, dirijida a Riveros en la cual le decia
que llamaba su atencion
aa las graves consecuencias que podrian resultar para 10s
franceses i en jeneral para 10s siibditos de las potencias neu-
trales, con la repeticion de 10s actos ejecutados en Mol1endo.o
\
VI
de
Sotomayor. cion de intervenir en todos 10s preparativos, enca-
reciendo tanto a Baquedano como a Escala que el
agua i 10s viveres acompafiaran a la division, per0
sus 'advertencias no fueron atendidas. Ejemplo
de ello es la respuesta citada de Escala, en que,
contestando a un reclamo del Ministro por qu6 10s
soldados no llevaban consigo 10s viveres secos de
reglamento, el Jeneral decia que encontrarian e n
Hospicio el rancho preparado. Baquedano habia
--
la division que debe marchar esta tarde i s6 que hasta las IZ del
dia de hoi no se habia dado a1 Coronel Urrutia &den de entregar
las raciones de marcha que debe llevar la tropa. Como Ud. sabe,
se ha calculado desde el principio que el soldado en sus marchas
debe llevar viveres para dos dias i en este territorio esta precau-
cion es mas necesaria que nunca.,) Escala le contest& ctMarzo 12.
Es verdad que no se les ha dado vfveres de marcha, per0 en Hospi-
cio tienen 10s calderos i 10s viveres necesarios para hacer un buen
rancho caliente, pues el tren se ha ocupado de dos a tres dias a esta
parte de llevar viveres que he acopiado en ese lugar. Est6 Ud. con
la seguridad de que estar4 bien atendida esa tropa.,)
Sotomayor !e escribia sobre esto a1 Presidente: ({Marzo 15. El
dia IZ fijado para la salida de la infanteria i artilleria. supe por el
Coronel Urrutia que no se habian distribuido viveres dc marcha a
la tropa, agreg5ndome que no habia tenido 6rden para hacerlo.
Le previne que se fuese a1 Estado Mayor e hiciese presente a mi
nombre esa omision, pues era sabido quc en toda mxcha debian
proveerse de dos dias de viveres secos. Lc agregui: que hiciera
entregar a csa division 10s animales vacunos que hubicsen.. ..
Urrutia sabia la cantidad de vivcres trasportados a1 Hospicio
i me asegur6 quc eran pocos, i en rcalidad entre todos lmbia. para
una i media racion.. . . Aunque Escala no di6 &den de repartir 10s
vivercs se hizo cl r c p r t o qucdando sin rccibirlos cl rejimicnto
procedido
mayor esc:rima a rinro;
cMarzo I, 5. Sabiendo por Baquedano que iba a cargo de
toda la div ision, le previne con mucha insistencia que no se
fiase en 10s recursos que pudiese llevar el ferrocarril, desde que
s610 una nn6quina estaba corriente, por mas que Stuven
asegurase tlener la otra lista para uno o dos dias despues.
Le aconsej4 ir a1 Estado Mayor i que pidiese que el Coman-
5
presencia del
_.I
EL iecror se pregunrara: {que nacia aon JsaIaei
conflicto. Sotomayor? cpor quk no interponia su autoridad
para hacer cesar esa discordia? Asi lo hizo. La
segunda nota, en que el Coronel Lagos esplicaba
10s conceptos que servian de fundamento a su
renuncia, es del 25 de marzo. Ese dia Sotc
mayor aprovechando la salida de un vapor par
Valparaiso, orden6 en forma perentoria a1 Cuartc
Jeneral que Lagos i uno de sus ayudantes sL
embarcasen inmediatamente ((a disposicion del
Gobierno.)) Antes no habia podido hacerlo por-
que necesitaba que la 6rden coincidiera con el paso
de un buque para el sur. Para concluir con la dis-
puta habia que poner el mar de por medio entre
el Jeneral i el Jefe del Estado Mayor.
Lagosseem-
barca para el
Escala, que deseaba a toda costa tener a La{;os
sur. a1 alcance de su autoridad i de su castigo, obsei:V6
la 6rden ministerial, per0 Sotomayor, que sen.tia
la atm6sfera caldeada i comprendia la necesidad
de enfriarla, procedi6 como lo hacia en 1todas las
situaciones graves. Reiter6 lo dispuesto Ien forma
terminante i Lagos i su ayudante, el Capit an Argo-
medo, uno de 10s oficiales que le eran ma: ; adictos.
se embarcaron ese mismo dia en el Cofiiafid
Renuncia de
Escala.
El Jeneral, entbnces, presa de la mas violen ta
indignacion, envi6 por telkgrafo su reriuncia a
Lynch, para que .la trasmitiera por el C~ible sub-
marino, fundhdola en:
I94 GUERRA DEL PAC~FICO
IS
(16) No s610 por telCgrafo sino tambien por cartas Santa Maria
habia recomendado esta combinacion. El 26 de marzo escribia
a Sotomayor: ((Dadanuestra situacion, no nos queda mas que Vel&-
quez para jefe del Estado Mayor o Patricio Lynch. Velksquez
podria a mi juicio hasta ser el Jefe del Ejbrcito. Comprendo que
hemosllegado, segun las cartas recibidas, a1 dltimo estremo. Resuel-
ve el problema. Despucs de lo que han hecho 10s dos jefes de divi-
sion todo lo temo. No trepides.))
Pocos dias despues escribihdole a Lillo, su confidente, le pre-
guntaba qu6 le pareceria la combinacion ctVelLsquez en primer
tbrmino i Jose Francisco en segund0.o Le agregaba que Csta le
sgustaria sobre todas (las combinaciones) como garantia de acierto
i 6xito.D
d
202 GUERRA DEL PAC~FICO
e el nombre de
i o tuvo tambien
costarle mucho,
con 61 i ahorale
o con cierto apre-
i h t r a s estuvo en
, resolucion i va-
cuando el 1.0 de
a 110, el Gobier-
era adoptado en
:rtad de eleccion
:iva a Sotomayor,
; de abril:
x
No quisiera recargar de sombras el cuadro de 10s Inquietudes
en 110.
primeros meses de ocupacion del departamento de
Moquegua, porque podria creerse que he deseado
producir el contraste con 10s hechos luminosos
que le sucedieron. Per0 es lo cierto que dominaba
el ambiente del pais, del Gobierno i del propio
ejkrcito, una impresion de inquietud, que no llegaba
hasta el desaliento, per0 que hacia abrigar pro-
fundas zozobras.
El pais no se daba cuenta de la inmovilidad del Inmovilidad
del EjCrcito.
ejQcito en 110 i de la lentitud de las operaciones.
((El ejQcito va a tener un mes en Ilo, decia Ganda-
rillas, i todavia no hila nada.)) El pais no sabia,
i hasta hoi se ha ignorado, que cuando desembarc6
no llevaba el prop6sito de seguir a Tacna i, por
consiguiente, no iba preparado para hacer el viaje
hasta 10s campamentos de la Alianza. Cuando se
vi6 que el Almirante Nontero, jefe del ej4rcito
unido, manifestaba la resolucion de quedarse
donde estaba, s610 ent6nces se pidieron a1 sur 10s
elementos necesarios de movilidad. Su larga esta-
dia en 110, que se prolongark hasta principios de
abril, fu6 para dar tiempo de adquirir las mulas
GUEKRA DEL P A C I F I C 0
I. Los ejkrcitos.
11. Combate de Ics Anjeles.
111. Sorpresa de Dub16 en Locumba.
IV. Plan de la marcha de penetracion.
V. Vergara i la caballeria.
VI. Gloriosa marcha por el desierto!
VII. aPolitica bo1iviana.n
VIII. Muere repentinamente don Rafael Sotomayor. .
I
EjCcito
aliado.
Las fuerzas aliadas que defendian el depar-
tamento de Moquegua a principios de 1880 tenian
un importante n6cleo en Arica i Tacna: uno de
1,400 en el pueblo de Moquegua; i a su espalda un
ejkrcito en formacion en Arequipa de 4 a 5,000.
hombres.
El primero lo mandaba el contra-almirante
don Lizardo Montero; el de Moquegua, el coronel
don Andres Gamarra, hijo del Presidente de este
apellido que figur6 en la campafia de 1838; el de
Arequipa, el coronel don Segundo Leiva.
DE TARAPACA A LIMA ZIj
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DE TARAPACA A LIMA 2=7
p&j. 518-nota.
226 GUERRA DEL PAC~FICO
1 ~ 0 1 3 - Envio de las
mulas a1 norte.
iique
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i. La
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o con
id de
Irtan-
quea-
.esarrollar
lo exijen-
speraban
xdos, 700
severante
idente de
246 GUERRA DEL PAC~FICO
el dia de la batalla.
No habiamos tenido ocasion de dirijir UD recuerdo
a 10s Carabineros de Yungai No. I desde 10s tristes
dias del Rimac. Le habia tocado la triste suerte de
ser la victima espiatoria de un sistema de imprevi-
sion que hizo crisis a costa de 61. Enviado a1 norte
cuando se sabia que 10s buques del Perh cruzaban
en frente de Antofagasta, fu6 llevado a Arica des-
pues de su captura donde qued6 la tropa, i 10s
oficiales mandados a cumplir el duro cautiverio a
las serranias del Per6, a1 pueblo de Tarma, situado
en la altiplanicie. Los soldados quedaron entre
Arica i Tacna i una parte de ellos fu6 a Ite i Sama
euando ocupaba esos parajes la vanguardia de CA-
ceres i se les oblig6 inhumanamente a trabajar con-
tra su Patria, labrando fosos i defensas en la playa,
en prevision del desembarco de nuestro ejkrcito por
Su triste odisea ahi. ‘Lacaptura del Huhscav proporcion6 a 10sdesgra-
ciados prisioneros el canje con 10s sobrevivientes de
de Sama.
--- o---- -- - - - - - nos, i
en\% una descubierta de 20 Cazadores a ob5iervar
el pueblo de Buenavista que dibujaba su caserio
blanquecino en el fondo verde del l-alle. 1,uego
pudo observar que Albarracin tenia una f uerza
de caballeria desplegada en la pared sur de la
quebrada, i una avanzada tambien de cab; tlleria
distribuida en guerrillas cerca del pueblo, apoj-ando
una seccion de infantes i jendarnies en nitme?o
esta de 150 a zoo. Vergara se propuso flanq uear-
las i tomarles la retaguardia, pero, a1 primer
encuentro con 10s que marchaban adelante, Alba-
rracin se pus0 en fuga, disperskndose en la dila-
tada llanura perseguido por la descubierta de caba-
lleria que le mat6 cuatro hombres i le tom6 cuatro
prisioneros. El resto de la columna se pre'Ypit6
sobre 10s infantes que defendian el pueblo de E uena-
vista. Los peruanos se hallaban ocultos en 10s paj @-
VI
* n d i s ~ ~ ~ gar6
o ~ e ~ahora que la prensa no fu6 siempre discreta.
de la prensa.
Su anhelo por el buen servicio la hizo divulgar
de
Ilegaclo.
La h t l l l e r l a El g de mag-o la artillerk march6 a1 campa-
en las Yaras.
mei-ito de 12"s Yrras donde estZbp-1 rev.+dzs las
tres clivisiones de infaliteria: la de Amengual, la
de XuEoz, i !a de AniucAtegui.
Para que el ej6rcito estuviese completo faltaba
que llegase a Szma la 4. a division de Barboza, que
a fines de abril peiri-nanecia todaviz en 110. Esa
division hizo el mismo viaje que la artilleria:
desembarch en Ite i march6 a las Yaras. Su viaje
tuvo alguna andojia con el que efectuh la division
de RIufioz cuando una parte de la tropa se dispers6
poi efecto de la sed.
Marcha de la La de Barboza sufrih iguales tori-nentos i muchos
4.8 division a
Sama. soldados se botaron exaliimes en 10s arenales para
morir. La noticia fu6 coinunicada por un propio
de a caballo a1 Comandante Bdlnes, que ocupaba
la vanguardia, el que acudi6 de carrera con su
escuadron llevando toda el agua que cabia en
las caramafiolas que pudo reunir, i gracias a la
prontitud de su ausilio 10s soldados de Barboza
se evitaron desgracias que en algunas horas mas
habrian sido irreparables.
Reunido todo el ejkrcito con el Jeneral en Jefe
en las Yaras, lugarejo situado en el valle del Sama,
el RIinistro se qued6 en Ite, durante algunos dias
con el Jefe del Estado Mayor despachando la carga
que habia sido desembarcada en ese lugar, el que
ahora sustituia a 110, como centro de provision
desde el avance jeneral de las divisiones a1 interior.
Con ellos estaban 10s acazadores del desierto))manda-
DE TARAPAC.~A LIMA 271
dos por el cornandante don Jorje Wood, el que
ingres6 a1 ejkrcito tan luego como Sotomayor i
VelAsquez se marcharon a las Yaras.
Las penalidades de la guerra se olvidan pronto. Elale~ecam-
pamento del-
Cuando todo el ejkrcito se reunih en las Yaras, Yaras.
recordaba 10s padecimientos de su gloriosa marcha
con la satisfaccion mezclada de orgullo que se
esperirnenta despues de una gran dificultad feliz-
mente vencida. Se tendih el campamento a lo
largo de la ribera del Sama, por barrios o cuerpos.
El dia se dedicaba a1 ejercicio; en la tarde 10s solda-
dos distraian sus ocios con representaciones de
titeres, en que se retrataba el jenio de la raza,
en dichos aniinados i alegres, en palabras sumbonas
i de doble sentido, en alusiones a 10s incide-Ites
de la campaiia pasada, sin que escasearan alusiones
a la actitud de algun oficial o jefe, lo que provoc6
medidas disciplinarias de la superioridad militar.
Nadie habria podido pensar, a1 verlos en las alegres
enramadas de las Yaras, que estaba alzada sobre
sus cabezas la cuchilla de la muerte.
Desde Hospicio a las Yaras el ejkrcito habia Enfermedades
durante la
esperimentado muchas pkrdidas por enfermedades,
en primer lugar por la fiebre palfidica, despues por
la viruela, que se desarroll6 en Moquegua en la 2."
division. Era inevitable que eso sucediera, porque
bastaba eiitrar a 10s valles i permanecer algun
rato en ellos para adquirir la terciana. I el solda-
do tenia que eiitrar o para dar de beber a su caballo,
o para lavarse, o para llevar agua para la comida, i
las divisiones tenian que hacerlo para alojar la
tropa bajo techo, alguna vez siquiera, despues de
la5 marchas. El mal que era inevitable en cierta
proporclon Iue mayor porque no se reglamento la
ida a1 valle de 110, mikntras el ejkrcito estaba alli,
sino a medias, i numerosos soldados que no debieron
haberse enfermado pagaron su tributo a la terrible
Tercianas I dolencia. El mal adquiri6 toda su intensidad en
viruela .
10s valles que hubo que ocupar, durante la gloriosa
marcha de penetracion que he descrito. La resi-
dencia de la 2 . a division en Moquegua; la de la I . ~
i 3." en Locumba, i la del ejkrcito en Sama cost6
perdidas no menores del IO por cieiito del personal.
La caballeria exedi6 ese porcentaje en 10s ocho
primeros dias de escursion en el valle de Locumba, i
Bfilnes en sus operaciones en el de Sama.
El estado Mayor diriji6 sobre esto una nota a
Baquedano, que es la espresion sincera de 10s
defectos de que adolecia el servicio sanitario, casi
un grito de alarma dado por la autoridad responsa-
ble de la vida i de la salud del ejkrcito. Decia
Velhquez que 10s mkdicos de 10s rejimientos
eran j6venes entusiastas, pero de poca esperiencia i
que 10s buenos profesionales habian ido a1 norte
como ((aves de paso.))
VI11
Afianzamiento
de la autoridad
Este fuk el primer paso en el camino del afianza-
militar. miento de la autoridad militar en la direccion del
ejkrcito. Baquedano i Velgsquez solos se ocupa-
rgn en adelante de ultimar 10s preparativos de la
gran campafia que tocaba a su fin.
I1
I11
nadie, i resolvio examinar la cuestion en el terreno,
yendo a Sama, no con algunas personas de su con-
fianza, sino con todo el ejkrcito, a via de prueba,
lo cual, aunque parezca ihverosimil, est&confirma-
do por 61 mismo.
4,808 4,837
Hicieron fuego: g 9 6 4 5 .
Reserva.
B u m .............................. 885
3.0 de linea ................... 1,053
4.0 de linea ................... 941
Bdlnes ........................... 400
_-
3,279
Cazadores a caballo i Carabineros N.0 2, entraron en la 4."
division.
El resto de Cazadores del desierto qued6 en Yaras.
Apuntes de cartera del Coronel Ve1Lsquez.n
(firmado.- Velhsquez .)
Sumando las dos cifras se tiene un total de 11,743i dado el orijen
de 10s datos respecto del ejircito del Per6 se puede asegurar que
el ejircito aliado tenia el personal que indico en el testo.
31 0 GUERRA DEL PAC~FICO
mo el de Campero.
UL. UII ""y"'"" UAb" lU""l"
b" -"
En la derecha o sea en el oriente del Campo de
vter~.
Derecha:
la Alianza estaba el fuerte construido con sac(0%
como ya lo indiquit, provisto de cinco caiiones.
Lo defendian en la primera linea la divisi0n.N.f' I
del PerG, mandada por el Coronel DBvila, comp-c- UL.d
a Dies!))
( ~ o ) , a J u n i 6.
o Pinto n VelAsquez. Hoi nos ha. cornunica.do P.
Lynch su carta dcl 4 cn quc da dct;rlles de la batalla del 26. Ha
1lcg;ido mui a ticmpo 1)orquc ya principia.han a circular rumores
absurdos. Como pasaban 10s dias i no se daban detallcs de esa
batalla 10s mal intencionados i 10s bobos se creian autorizados para
decir que el Gobierno 10s ocultaba porque eran malos. Se decia
que la batalla de Tacnu habia sido un ~ U W J O Tarapacci, que habiamos
perdido 3,000 hombres, que el enemigo se habia retirado a Pachia
Ocupada Tacna; cerciorado Baquedano de que
-1:,.,,, --
Id d l l d l l L d 11U L U 1 1 3 C l V aba de su antiguo ejkrcito
1- ,-./,nm,*TT
L~ de
Arica.
sin0 peque5os restos Clispersos, hubo de pensar en
Arica, plaza fuerte bi en guarnecida, que obstruia
su comunicacion con Chile i volvi6 su atencion
a ella tan luego comc) regres6 Lagos de su viaje
a Pachia con la Reserva jeneral.
Un Consejo de Gueirra acord6 el ataque violento
de la plaza, porque 10s viveres escaseaban i el
ejkrcito necesitaba a la brevedad posible ponerse
en comunicacion con E:1 mar, donde estaban 10s de-
p6sitos de bastimentcE.
El Jeneral nombr6 para dirijir el ataque a1 Co-
mandante Castro, de1 Rejimiento N.0 3, desig-
nacion desgraciada, piues este jefe carecia de la
audacia impulsiva qut2 necesitaba la empresa.
Don M5ximo R. Lirat, por medio de su poderosa
influencia con el Jener sal, consigui6 que el nombra-
miento quedara sin c:fecto i que se designara a1
Coronel Lagos.
Arica era una aldea de pocos habitantes, asolada
por fiebres malignas. Los blancos eran las victi-
mas preferidas de las .tercianas, asi es que 10s prin-
cipales trabajos, especZialmente 10s de playa, 10s
__
con artilleria i bagajes, etc ., etc. Estos rumores iban produ-
ciendo cierto malestar i esto ha dado lugar para que las noticias
que contiene su carta hayan sido -celebradas como una nueva vic-
toria.))
* 358 GUERRA DEL PAC~FICO
j. L~~~~
J~~~~~~ Como tuve ocasion de referir, el 5 de junio fui:
designado jefe
del ataque. designado Lagos jefe de la division destinada a
atacar la plaza. Se dijo ent6nces i es probable
que haya sido asi, que Elmore intercedi6 con Lagos
pidihdole que Antes de intentar el asalto se hiciese
un seguiido bombardeo, mas eficaz que el anterior,
para permitir a la guarnicion tratar, dejando a
salvo su honor. De lo que no hai duda es que la
repeticion del bombardeo, se inspir6 en esa espe-
ranza. Se buscaba por segunda vez el efecto moral
i una justificacion para 10s que se rindieran. El
parte oficial de Vel6squez lo dice:
((Abrigbbamos ent6nces la esperanza de que con esa tenta-
tiva 10s peruanos desistirian del prop6sito de seguir resis-
tiendo inhtilmente, sin probabilidades de triunfo. A1 mismo
tiempo, obliggndolos a batirse, les dgbamos oportunidad para
salvar e l honor de su pais i entrar en honrosa i cuerda capitu-
lacion.))
J ~ ~ ~ ~ ~ Todo
~ G se
. s prepar6 ~ - dia 6 de junio para un
~ ~ ~ ~ ese
do bombardeo.
Peores resul- combate de artilleria mas s6rio que el anterior, con
tados que en el
anterior.
el concurso de la escuadrilla bloqueadora. Los
fuegos se rompieron simultiineamente en tierra i
mar. Los caiiones de campafia dispararon contra
DE TARAPACA A ~ 1 x 4 371
10s fuertes del alto i del bajo; el L o n lanz6 sus grana-
das por encima de la MagaZla.tzes i de la Covado.tzga.
Estas naves amagaron el Morro de mas cerca, i el
Cochvam 10s fuertes del plan; precisamente la dispo-
sicion que habia adoptado Latorre siete dias antes.
I en tierra una compafiia del Buin, desplegada en
guerrilla, se deslizaba como cautelosa serpiente
delante de 10s fuertes del bajo con el objeto de
reconocer el terreno por ese lado.
Todo se realiz6 en la medida prevista, m h o s el
efecto moral,.porque el bombardeo no caus6 sin0
perjuicios insignificantes en Arica, i a1 reves 10s
disparos de la artilleria chilena quedaron cortos;
la Covadonga recibi6 a flor de agua dos proyectiles
que la atravesaron, i en el Cochvane unagranada ~~i~~~~~
peruana encendi6 un cartucho, causando la muerte P r o Y ~ ~ ~ la
ad
o dejando espantosamente quemados veinticinco
artilleros. El discreto Bolognesi di6 a su Gobierno
el parte telegrafico del dia asi:
cGran entusiasmo. No hai desgracias.))
B~Z
,os
1 ac
380 GUERRA DEL PAC~FICO
L~~ piirciidas. El enemigo perdi6 ese dia entre 700 i 750 hombres,
i 10s chilenos entre muertos i heridos 473. Los
prisioneros peruanos fueron I ,328, comprendikn-
dose IS jefes i oficiales.
Consigna Lagos en su parte oficial que a conse-
cuencia del triunfo de Arica se recuper6 el cstan-
darte que el Rejimiento N.0 2 perdi6 en Tarapacri.
Era el unico emblema de nuestro ejitrcito quc estu-
viera en poder de 10s peruanos i a su recuerdo se
vinculaba una tradicion de heroismo, como que era
la insignia que despleg6 el cuerpo que sucumbi6 en
aquella accion i en cuya defensa habian caiilo todos
10s oficiales i soldados que formaban su guardia de
honor. El descubriiniento de ese precioso trofeo se
.L)h IAKAYALA A LlMA 309
debi6 a una circunstancia casual. Un prisionero re-
vel6 a1 Capitan Munizaga, ayudante de Lagos, que Se rccupera
la bandera del
en una de la:j filtimas funciones relij iosas celebradas ReJ,mlento
N.a2.
en la iglesia de Arica se habia exhibido esa bandera
&ntes de ccmfiarla en custodia a1 pArroco de la
iglesia de SEin Ramon de Tacna. Cierto dia se jun-
taron para 1iacer el rejistro de esta iglcsia i de sus
d ependencia s, el capellan Marchant Pereira, el
Capitan Mu nizaga, el comandante del Rejimiento
N.0 2 , Can1to i un cabo de este cuerpo, llamado
don Cipriano Robles, i levantando en la sacristia
10s objetos del culto, revueltos i amontonados en
un cajon, se encontrb el estandarte.
e-
~ ~ b l ~ uUe
e bId> gl d l l U C b U C l l UL d 5 UCI UCpCLl LCL- Res&tcion
de PiPtola
mento de Moquegua, Piitrola diriji6 una proclama de cont,nuar
la luclia.
a1 Perh ofrecihdole inantener a toda costa la inte-
gridad nacional. El lenguajc i el jesto del Dictador
tenian algo de teatral que esplotaban sus enemigos
politicos, i que ridiculizaba la prensa de Chile, per0
n i l e revelaban la rewlucion iriaiiebrantable de no
396 GUERRA DEL PAC~FICO
4 .
IJ I <-- x
\ -
I11
mente autorizada i que deba ser oida por ellos como representante
del Gobierno sin menoscabo, no obstante, de las atribuciones
legales i privativas de aquellos jefes, Decwto: N6mbrase a don
Eusebio Lillo Delegado del Gobierno cerca del Jeneral e n Jefe del
EjCrcito del norte i del Comandante en Jefe de la Escuadra, con
Amplias facultades para ejercer su cargo conforme a ]as precedentes
consideraciones,))
408 GUERRA DEL PAC~FICO
LlllO 1 la
afan. Habia residido largos afios en Bolivia, luchan-
~~olitlca
holiviana
)
do por conseguir el pan de la existencia, porque era
pobre, per0 luchando en buena lid, sin dafiar a
nadie, sin dejar caer la menor sombra sobre su
reputacion de hombre de bien, i en esa lucha te-
naz habia conseguido ganarse la consideracion del
pais, que le habia proporcionado la hospitalidad.
Relacionado con la mejor sociedad de Bolivia le
llegaba ahora su turno de servirla, e impulsado
por este jeneroso anhelo, Lillo se entreg6 de Cora-
zon a la politica de aproximacion de iimbos pueblos
con la sinceridad iluminada de poeta que guiaba
todos 10s actos de su vida.
Antes de ir a Bolivia, Lillo habia hecho en Chile
dos cosas: politica i versos. Sus primeros pasos poli-
ticos no fueron felices; 10s segundos si: escribi6
buenos versos; estrofas de la sensibilidad mas
tierna i notas guerreras, como ser la Cancion Na-
cional, que es su obra. Declarada la guerra corri6
*
I_
tibilidadL de Vergara i del mismo Santa Maria i BlBLlO'TECA
recurria a esplicaciones de otro 6rden, como ser BIULIOTECA
que Lim
interior
la no eradejbdonos
la paz porque
burlados
Pikrola
en podia reti- "JOSE TORIB
la capital,
rarse a1
como lo habian hecho Laserna i Santa Cruz, etc.,
i otras r azones mas que el lector conocerg cuando
refiera 1;1. memorable lucha trabada entre la opinion
i it1 sob1re esa espedicion, nies i medio despues de
la organizacion del Ministerio RecabArren.
Por die pronto el Gabinete adopt6 un partido de Politics
titrmino medio: aumentar el ejkrcito i hablar de de engafio.
guerra t:n&rjica i tenaz, per0 hablar no mas sin
Animo Ide hacerla, sino despues que el enemigo
manifesl:ara su determinacion de no oir las propo-
siciones de paz que le insinuaria algun pais amigo.
Este era el plan del Ministerio. Garcia de la Huer-
ta escril:)ikndole a Altamirano le decia:
ccAgosto 3. En la primera carta que me dirijiste a1 hacerme
cargo d e l .Ministerio, me decias que no debiamos ir a Lima,
410 GUERRA DEL PAC~FICO
--r
I
I
-- --
cion nacional, i segur! parece hub0 conferencias
secretas entre Vergara i el jefe de este partido, no
conocidas del resto del Ministerio, en las cuales se
pusieron de acuerdo para impulsar la campafia de
Lima, conviniendo en que la oposicion la exijiria
en el Congreso i Vergara la apoyaria en el Gabine-
te. En virtud de este acuerdo, que tengo antece-
dentes para creer verdadero, uno de 10s miembros
mas oidos del partido conservador en la Ckmara de
Diputados pidi6 que se pusiera fin a1 incidente.
El conflicto con Baquedano fuit mucho mas gra- el
ve. Las declaraciones de Vergara respecto de su Cuartel Jenerd
de Tacna.
situacion personal con 61 i con Veliisquez eran exac-
tas hasta el momento en que sali6 de Tacna, per0
despues se habian producido hechos nuevos que
suscitaban ardientes protestas en el Cuartel Jeneral.
Vergara se habia retirado de Tacna profunda-
mente desencantado del kxito de la batalla, i no
se cuid6 de guardar esta impresion para si o para
el Gobierno, pues la manifest6 sin embozo en 110
a cuantos llegaron a informarse de ella, es decir Antecedentes.
a todos 10s chilenos. Yaturalmente esas mis-
mas personas se encargaban de noticiar a1 Cuartel
Jeneral de cuanto decia. Sup0 despues aquel 10s
juicios trasmitidos por Vergara des3e Iquique, la
alarma que despertaron en Santiago, Ias aprecia-
DE T A R A P A C ~A LIMA 41.5
Que, con este motivo, Baquedano como Velbquez, mas el
segundo que el primero, estaban mui exitados i recibieron
mui mal el nombramiento de Vergara, hasta el punto que
decian iban a renunciar. Que 61, Lira, se vino para evitar Mediation
que Baquedano me dirijiera un telegrama que 61 creia ino- de Lira*
portuno. Asegura tambien Lira que 61, por su parte, hizo lo
posible por calmar a Baquedan0.u
i o el Jeneral escribi6 a1
la urjencia de empren-
e no la deseaba, que la
uencias, recurri6 a1 pro-
do con Arteaga en un
con Escala. Le con- bvasl\as
plan de campafia, deta- del
Presidente.
/ales i terrestres nece-
speranza de que ante
(E)
ese cuaaro Baqueaano reaccionase. Lsaquedano le
contest6 que le bastaban 18,000 hombres, i 4,000
para defender Tacna i Arica. Sefialaba como
punto de desembarco Chala, a1 sur del Callao;
pedia 600 mulas i algunos buques de vela. Aparte
de estas ideas, mui someramente espuestas, el
plan que Pinto le pedia no se lo envi6.
Esas cifras no correspondian a1 pensamiento
del Presidente en el cas0 hipotbtico de aceptar la
operacion. Era contrario a ella i, creia que para
realizarla se necesitaban ZO,OOO soldados de com-
bate, a lo mbnos, lo que quiere decir un efectivo
de 25,000; 10,000mas para guarnecer Tacna i Arica,
i ademas Tarapacg i Antofagasta que Baquedano no
Razon
ostensit
de Pin
contra la
pafla a :
yus i i ~ v a u aa LG;IIILIIIV LVU L V U ~ I G j l i u c l a u iiv3 ucjaia ljii lji
Espedicion
En una palabra, Pinto decia que la espedicion
cars. de Lima era estdril i cara: estkril porque Pikrola
podia retirarse a la Sierra, hacihdonos el vacio en
una ciudad malsana; i cara porque exijia un desem-
bolso de millones que el pais no tenia.
El temor de que Pibrola abandonase a Lima sin
defenderla jug6 gran papel en este debate, i se
apoyaba en lo que habia sucedido en 1820, cuando
el ejitrcito chileno mandado por San Martin ocupd
esa ciudad abandonada por el Virrei, i con lo ocu-
Espedicion rrido a Biilnes en 1838, en que tuvo que retirarse
esteril.
de ella, porque Santa Cruz se situ6 en Tarma,
aguardando que el enemigo se destruyese por las
enfermedades. Per0 si el Presidente hubiera estu-
diado mas a fondo el problema hist6rico habria
visto que no tenia analojia con el actual. El Virrei
era representante de un ejitrcito estranjero, a1 cual
importaba poco la suerte de Lima, porque lo que
necesitaba era mantener intacto el nticleo de resis-
tencia aguardando recursos de Espafia, i para eso
era mejor la Sierra que la costa, porque le pro-
porcionaba soldados, alimentos i buen clima. En
la Sierra podia esperar c6modamente esos recur-
sos, no asi en Lima. El ejemplo de 1838 tambien
era distinto: Santa Cruz era un Presidente boliviano,
para el cual la defensa de Lima no significaba ni
una cuestion de dignidad nacional, ni el evitar la
desorganizacion del Estado en que se apoyaba su
poder i su ejitrcito. En cambio el Presidente del
Perii, Orbegoso, que estaba en Lima cuando B61-
nes desembarc6 en Ancon, corrid a1 desastre en la
Portada de Guia Antes que permitir que el estran-
jero penetrase en su capital. Las consideraciones de
DE TARAPACA A LIMA 421
estratejia pura tienen que subordinarse a veces
a otras mas fuertes de &den moral.
El raciocinio de Pinto era el del Ministerio, el que
- - A - L - 1A- - ---I------ -1
I-- _--- Z - z A - 3-
t 3 b L a U irL IebuelLu a CUIlLlaIIe~Lal el plupub'Lu ut:
I - _ _ _ _
VI
dicier
ao. sentia el cnoque mi sentimiento nacionai con
12 ernocion de una alma ardiente i de un gran
patriota i cuando se le veia accionar, pashdose
10s dedos entre las guedejas de su abundante
cabellera rubia, i deslizcindose de sus labios su
palabra fluida i elocuente, ent6nces el orador crecia
i el auditorio se sentia atraido i no pocas veces
dominado.
Apreciaciones
En lo politico Balmaceda dijo:
politicas ’
de cLas jornadas de Tacna i Arica no nos han conducido a1
Bahaceda. tbrmino de la guerra como algiinos lo esperaban. Crei siempre
lo mismo. La paz posible est5 en Lima o n o est5 en ninguna
parte. Qui6ralo o no el Gobierno, deseelo o no el EjCrcito,
10s acontecimientos, mas poderosos que 10s hombres i que
sus preocupaciones, nos obligarAn a ponernos en m a r c h a
Lima. X o podemos permanecer con el arma a1 brazo sufriendo
todos 10s gravjmenes de la guerra, sin recojer n i n p n a de sus
ventajas. KOpodemos prolongar la contienda sin abrir ancha
huella a complicaciones irnprevistas. 21 q u e se hace para servir
a estas miras que &An en la atmbsfera del patriotism0 de
todos, en la conciencia p6blica? Hace mas de mes i medio
que postramos a 10s aliados en Tacna; hace mas de un mes
que en jornada imperecedera 10s aniquilamos en Arica, 8i qui:
hemos hecho? No penetro 10s secretos del Gobierno, per0
esta lentitud me inquieta.))
E.11 C l Ut3LJdLt: L u l l L l l l uu y1 C U U l l l l l l d l l U U I d IIU L d g uc-
rrera, la de la espedicion a Lima, sobre las obje-
ciones timidas de sus contradictores. El Ministerio,
se daba tiempo para que Pinto llamase a 10s miem-
bros de la C&mara,les manifestara la imposibilidad
de tal empresa i 10s conjurase a votar en contra
Ajitacion de ella. En efecto Pinto lo hizo asi. Per0 la influen-
publica. cia del Presidente, que era mui grande entbnces, se
estrellaba con la presion del p6blico en esos dipu-
tados, manifestada en el diario, en el club, en las
conversaciones callejeras. Donde habia dos per-
sonas hablando con calor se discutia la espedicion
de Lima i 10s emisarios del Gabinete i de Santa
Maria, que luchaba a la par con 61 o mas que 61, no
conseguian doblegar la enerjica inclinacion de la opi-
nion. El pais comprendiaque sin la destruccion del
ejQcito de la capital peruana no habria paz posible
con cesion de territorio; que si la espedicion de
Lima no era la paz, era un gran paso dado en el
camino de ella. El pais tuvo, por segunda vez,
en la campaiia la intuicion de la verdad, la pene-
tracion estratkjica de las operaciones.
Balmaceda habia terminado su discurso pidiendo
que la C&mara nombrase una comision encargada
de calcular 10s recursos que debian concederse a1
Ejecutivo cctomando en cuenta las necesidades de
la guerra.))
Jordan volvi6 a1 debate en la sesion siguiente,
diciendo que habia llegado a sus oidos el rumor de
que el Gabinete habia resuelto que el ejitrcito no
saliese de Tacna i Arica, i pidiendo que se suspen-
diera toda discusion sobre subsidios hasta c
se contestase su interpelacion.
DE TARAPACA A LIMA 425
La iiidignacion del Gobierno contra 10s que
abogab:m por la espedicion a Lima no reconocia
limites. Un hombre moderado como era Alfonso
se esprcsaba asi:
Sesiones secre-
Despues de 10s pasos dados por el Presidente
tas.Seresuelve con 10s congresales, el Gabinete se present6 a la
la espedicion a
Lima. C&marade Diputados a contestar la interpelacion i
lo hizo en tres sesiones secretas celebradas en dos
dias consecutivos En esos momentos entr6 Ver-
gara a1 Ministerio. Sangre nueva, mas caliente,
corria ahora por las venas del Gabinete.
Lo que mejor puede dar idea de lo ocurrido en
este cklebre debate es el reslimen en estracto de
10s puntos culminantes, dejando de mano otros que
no se refieren a la espedicion de-Lima.
Don Federico Err&zuriz Echgurren preguntci:
((<Ha determinado ya el Gobierno la espedicion sobre
Lima i el Callao?))
Contesta Vergara:
Declaracion
((Queaunque no podia sefialar con toda precision las opera-
de Vergara. cioxes militares que debieran emprenderse, por depender
6stas de circunstancias mui complejas, podia, sin embargo,
declarar que el Gobierno se proponia d a r a las operaciones
bdicas una direccion activa, rkpida, enbjica, persiguiendo
sin tregua a1 enemigo por todos 10s medios posibles i llevando
la guerra a donde tuviera
dado.))
En la sesion noct
necesidad de ir a Lima, aanao una razon que no
habia podido espresar en pliblico.
tDespues de haber estado en Buenos Aires i de oir las
opiniones de sus hombres de Estado creia que la intervencion
Arjentina en nuestra actual guerra podia venir en forma de
mediacion, que rechazada provocaria un conflicto.))
3rlil;a Xar a
rie UY'CJ cs una carta
. i < * < i ,1' l' ~ ' ~ ,<
': i irf- resiste hasta
el fin.
1 . . I(' pu'30 I! I\. (3 porque no es posible en
, como la Lspedicion a Lima, dejarse
arrastrar por una falsia corriente que tiene su orijen ya en
un estraviado patriot11smo ya en un interes politico, ya en
un interes privado. Ni usted ni yo podemos volvernos locos
i fb
A " "' i v 3 r e n t r e lnc lnrnc
;"'
m rnncervomnc n7iectr3 rnrThlrq - I I I ~ ~ W P
C l l L l U I"., I"Y"LI. V"AILIUI .UI.I"CI . I Y U . , C A U U"lUUlU UUll
Y=-
ella pueda ser momentheamente motejada. Es deber del
Gobierno resistir a las falsas corrientes porque sobre 61 pesa
la responsabilidad de todos 10s actos que se ejecuten i porque
a 61 aplaudirA o maldecirL la posteridad, segun sea la linea
de conducta que se trace. La paz es una necesidad para
---_- _ - _nnrniip
nnqntrnq , -- '1-1 n
r r-rn q i m i i m d n _-
---o la micrra n a d a _-_--
_--_-__--- ma.: nile nnr u a -
x-- r-- a-
nar batallas, cuando ya. hemos probado que somos capaces de
ganarlas, comprometeimos sbriamente l a suerte de este pais
para el porvenir i nos colocamos en el inminente peligro - - de
.que la Repiiblica Arjentina se nos venga encima, encontrir1-
donos enredados con nuestros vecinos. Por qu6 no desen
CAPITULO VI
no se mantenia en la resef-
Zrencias por el Per6. Rejla
:1 caracter de Dictador el
c i ~Veintimilla que habia El Jeneral
complacencia del Gobierno Veintimilla-
iaba siendo fiel, por temor
iizarse en su territorio a 10s
tendian deponerlo. Veinti-
de todo el elemento culto
to. Mandatario a lo Daza,
pa que era el hnico funda-
la cual ejercia sobre el pais
una itrapeso. En ese tiempo la
nac ia entregada a las tiranias
per. de hecho que escalaban el
m ai ion i lo perdian por otra.
c , Godoi no pudo dar cumpli-
nes en la parte que le reco-
ener del Ecuador una alian-
se limit6 a solicitar del Dic-
sus influencias en favor
CLe IlCgULlU:, ell L U l U I I l U l d ell J UlllU Ue 10I/ U .
J J
LJdllUU
Arenas.))
((En la Cgmara de Diputados, agregaba, se aprobaror
proyectos remitidos por la de Senaclores sobre compr:
arnias i de 10s dos acorazados i autorizacion a1 Gobierno
emplear hasta cuatro millones.))
((Debo advertir que en Bmbas CBmaras se indic6 q L
armamento del EjCrcito i aumeiito de 61 i de la Escu
tenia por objeto que estuviesen listos para entrar en cam1
i que el espiritu de gran parte de 10s miembros del cuerpo
lel~slativonos es del todo favorable.))
1 "
i el temor a1 Brasil.
Como lo voi a manifestar, no existia acuerdo
prkvio entr e el Brasil i Chile i m h o s alianza. Per0
cuando dos naciones ocupan la situacion jeogr%fica
de la Arjeritina i el Brasil, la una no puede ser indi-
ferente a1 c recimiento militar del vecino. Otra cosa Teiiior
11 Brasil.
seria si hulliera una tercera potencia que les sir-
viera de g arantia i de equilibrio. Estos son prin-
cipios perrnanentes de politica internacional que
det erminar6 n rumbos i corrientes, mientras 10s
pueblos noI pierdan el instinto de su seguridad. Los
politicos arqjentinos comprendian est0 en tal forma
quelos esf 'uerzos de La Torre se estrellaban con ese
obst%culo invencible de clarovidencia i de previ-
sion. ((Avellaneda, escribia La Torre, teme la guerra;
teme las complicaciones con el Brasi1.o La opinion
pfiblica, e:jcribia en otra ocasion es belicosa, per0
cces jeneral el deseo de no lanzarse a la guerra por
temor a 1;as complicaciones con el Brasi1.o
Refiriendo una entrevista con el Ministro de
Relacionec; Esteriores hacia estas apreciaciones:
((Julio 17 de 1879.-Reseraadlr.-Durante toda la conferen-
cia he podiclo notar que ha aumentado la mala voluntad para
Chile i que Ii o se tiene f6 en la palabra cle ese gobierno i que
sin el temo r de futuras complicaciones con el Brasil, temor
que no care ce de fundamento, romperian toda negociacion
con el ajen te chileno, etc.))
(29)
450 GCERRA DEL PAC~FICO
IV
I1
IV
Bolivia
Christiancv habia engaiiado a Pinto i Adams enga-
i el Peril iiaba a Bolivia. En la comunicacion citada, Carrillo
aceptan en ese
concepto. agregaba que habia solicitado la aquiescencia del
Per6 para que asistiera a Arica en la forma en
que Adams 10s invitaba.
He creido necesario relatar prolijamente 10s ante-
cedentes de las conferencias de Arica, porque espli-
can lo que ocurri6 en ellas. Desde que el Perti
i Bolivia partian del supuesto que la discusion no
DE TARAPACA A LIMA 47 9
tenia importancia i que podian exajerar sus condi-
ciones, sin correr peligro, porque en tiltimo titrmino
vendria el arbitraje impuesto por 10s Estados Uni-
dos, ?qui: les impedia levantar el blanco de sus
pretensiones i representar el papel de guardadores
inflexibles de la integridad nacional? .
Antes de continuar la relacion de la parte diplo-
mhtica de la negociacion, abririt un paritntesis so-
bre el efecto que produjo en Chile la intromision de
Christiancy.
inkdit os.
Las ideas fundamen tales que informaban esos
documentos e s t h csprcsadas 1-70' el Gohierno as?:
((1.0tTna justa comfirizcncioiz de 10s gastos I sacrificios que
Conzpcri sacioiz
ha hecho el pais para sostencr In p c r i - a n qiie file pi-ovocacllo. , ,,<,-
a ~ . ( )Garnizfin de que en 1111 ticmpo mac; o m h o s largo no ~ - a( ~ 1~ ' ( ~ r ~ ' ~
VI11
Los peruatios
Hubo algunas dificultades Antes que 10s L.uIv
sc rcsistm :I
venir a Arica.
gados se reunieran en Arica. Ofendia el amor pro-
pi0 del Perti que se celebraran en esa bahia, que
tenia recuerdos tan dolorosos para su patriotismo.
3 u v u yur; la 3 1 L U U L . I W l l LlLUULL y w 1 ILL f j U L L 1 C L b \ , I I L L , I I U
rcteiidian
la ver-
110 dcsca-
erpretad c)
Lie estaba
’cr rcinar
T,c cn \it)
aim i lcs
ixra tlc 61
5s rcspcc-
I >eparta-
proposi-
sc liabia
tc d o s 10s I 51’11( ,one< ‘I(
~ l l l ~ r i c c t w)orn
os T’rc4-
la media-
Inclible la
i a maiii-
i Me a
lo mismo
siguien tc,
; forzaclo.
ieiito chi-
ue la sola
q e rta clo
;egLlll SUS
lo cle lla-
1111 i i i c d i o
D E 7?ARAPACA A LIMA 505
q w lwvhhnrno.;. I<;)sifiinc-ion crn iin 1)oro pcnosa par:\ 10s
(pi(’ n o cstnnios ncostiilmlwitlos n VCI- cstas (\icciirioiics mol-a-
lcs q w ticncn s i i s ngoni ;IS como ]as matcrial(xs, pcro a1)rctaii(lo
~ I poco
Z cl corazoii, re cor-dando Ins caiisas de csta giicrra i
pensando en 10s cleberc:s que iniponcn 10s iiitercses del pais,
toda tlebilidad tlesapariecia i el gninio se mantenia inflexible.
L
in el conveiicirniento de que
ierse sino con la destruccion
era t a n enormc la diverjen-
, presentadas que el abismo
rtdo sino con la victoria defi-
1. El Perfi se prepar6 con
es a defender su suelo. En
exaltacion del sentimiento
iji6 una proclama a1 ejkrcito,
mo renunci6 i se le sustituy6
ntaba la tendencia guerrera.
ias Vega fu6 asaltada por el
pudo salvar la vida refujign-
le1 Brasil.
xedentes i consecuencias este
la guerra del Pacifico. (I)
b ~ i ~el Loa,
o niandadas, por el comalidante don
Oscar Viel, a destruir 10s elementos de carguio
en 10s puiitos nombrados. Viel quem6 10s mue-
lles, las plataformas en que se depositaba el gua-
no i las lanchas; orden6 a 10s buques a la carga
que se hiciesen a la mar i embarc6 a1 goberna-
dor i a1 capitan de puerto, 10s que condiiioJ - nresoc,
r----- _ _ I _
I1
Qiiejas guber-
El Gobierno no se manifestaha contento de la
nativas Escuadra. La encontraba remisa, dispuesta siem-
en contra
de la Escuadra. pre a postergar cualquiera operacion, alegando que
necesitaba reparar las naves, proveerse de carbon
i;Lriii I I ~ K cristot1i;i.r
L In costa
dr, inas de nucstros hiiqucs,
I)
; L C ~ ~tinrlos
I en lugarcs tle poc,a
1- ni su U'111.012 ni sus
csde quc hloquccmos,
memos a1 norte, atnrdihdolo
In dt:st:spcracion de no podcr
le scr prcntlido por nosotros el
10s cl 1111 '~["CO d ( L l Callao pro-
a1 Norte.
,,ccIo,,~~I
Sotomayor trasmiti6 a1 Almirante ]as i nstruc-
P J I < ~('1 I ) M I ~
tlPl Cnllnf,
(1 ciones que el Gobierno le habia comunicado pol-
tel(:grafo, las que disponian el l>loqncoclcl Callao;
el bombardeo i destruccion d c 10s buques p(:rimnos
siempre quc cn conccp to clcl mismo Almiraii t e fuera
posible hacerlo, sin comprometersc dcmlasiaclo;
exritar el bombardeo del Callao i TLima, operacjon
que se reservaba ordcnar el Presidente en cl
momento oportuno.
Sotomayor agrcg6 a las instruccioncs 1a reco-
meiidacion de hacer penetrar a1 pueito las lanchas
torpedos que acoinpafiaban el convoi, At 1tcs clc
notificar el bloqueo, para atacar sorpresivcLLLL,
3in , ,to
017
cc
Intento frw-
A pesar de esto el Hubscar i las lanchas se des-
trade de sor- prendieron del convoi para realizar la operacion
presn a1 Callao
a1 amanecer del dia siguiente, pero durante la nave-
gacion la Guacolda sufri6 un desperfecto en su
DE TARAPACA A LIMA 525
ctRiIayo IO (llines). A las 10.45 10s conianclantes de 10s buques !,~ayo lo,
vi nieron a bordo para arreglar el plan del bombardeo cle hoi. Segundo ata-
que.
#HI5 "'1p i el 6rclen de aiaqne de 10s buques.
L a 0'1Yiggins dirijihdose a1 lado sur de la isla (San Lorenzo)
se situarzi a 4,500 metros del fuerte de La Puiita-caiiones de
a 1,000- -para hacer iuego sobre 61. El Blanco colocado a1
frente de la factoria de la Isla tomar5 de punto de mira el
mismo f u:erte i romper& sus fuegos a 4,500 metros. Seguirbn
hbcia el norte el Angarnos, el Arnnzonas i la Pilcomayo to-
manclo p or blanco la dbrsena. El Hz~hscarcorrerb el ala hbcia
el norte i dispararb igualmente sobre la dkrsena o 10s fuer- .
tes cle es e lado.
aA las 12 XI. la O'Higgins se movi6 para ir a tomar su colo-
cacion. Pi la 1.30 rompi6 el Hzuiscar 10s fuego
gzm e m inediatamente despues la Yilcomnyo, el Angarnos i el
Ainazona s. E l Blaizco seguia avanzando hkcia las baterias de
La Punt: t . Se coloc6 el blindado como a 4,500 metros de esas
baterias i clispar6, pero el tiro a pesar de hab6rsele dado la
mayor a1Iza quec16 corto. Avanz6 un poco mas hnsta 4,000
metros dle distancia. Volvi6 a hacer fuego i siempre estos
cafioncs 1perclian en el agua sus proyectiles. M i h t r a s tanto el
fuerte cli spar6 a1 tcrcer dispnro. Sus l ~ a l n spasaron sobrc cl
Ulnnco I fueron a . w c r a retaguardia del blindado. Para quc
65te pud icra clafiar c1 luertc o cualquier otro punto de tierra
nccc\it,il ia aproximarsc, tlc modo que 10s cafiones de a I,OW
lo hab1 Id n claiiaclo gravc i i&cilmcntc. No tlcbienclo csponer el
buquc, t:1 Almirantc tom0 tlistancia suficiente para no ser
tiafiado. Sin embargo, algunos clisparos del inerte de La Punta
hechos c(imo a las 5.30 P. M. alcanzaron como a veinte metros
del buqu e que, segun cblculos de distancia mui rectificados, se
encontraba ent6nces a 5,700 metros lCjos de! fuerte. Esos
cafiones son inchidablemente de alcance mui poderoso. Dis-
paran con grandes balas esfkricas i aquel alcance lo obtieneri
por elevacion. Su carga maxima es con doscientas libras de
p6lvora.
I’apel ((LaO’Higgins que batia igualmente el mismo fuerte, habibn-
de 13s buques. dose colocado hbcia el sur pudo evitar que la daiiasen aquellos
caiiones que, a1 parecer, tienen poco Bngulo de tiro hgcia e
sur. Con todo, una o dos balas pasaron detras de lacorbeta
((El H u d s c a ~colocado, como dije antes, en el estremo nortr
de la linea se aproxim6 a tierra hasta 4,000 metros e hizc
fuego tanto con sus caiiones de retrocarga como con 10s de k
torre. La mayor parte de sus proyectiles cayeron en la drir
sena o en la poblacion.
((El A n g a m o s se mantuvo a mucha mayor distancia que lo!
demas i segun se ha asegurado cargando su cafion con carg;
sencilla por no haber hecho una pequefia variacion en su:
saquetes para su carga mAxima . . .Resulta ahora que el oidc
del famoso cafioii est& malo i que es necesario ponerle otro i
n o hai aqui de repuesto.
((LaPilcomayo hizo sobre el fuerte de a mil, despues de cesar
10s fuegos, unos cinco disparos admirablemente dirijidos.
Parece que esas punterias fueron del teiiiente 1.0 Noraga,
reputado por diestrisimo i en esto rival de Orella.
((El Hudscar sali6 con averias en su casco bajo la linea de
flotacion. Probablemente en un balance del buque ese pro-
yectil pudo penetrar bajo el blindaje i abrir una via de agua.
Por fortuna era de pieza de poco calibre. Segun el tamaiio
del agujero la bala, que no se encontrb, debia ser de un cafion
de a 40 con que dispararon desde la d8rsciia. Ademas dos
proyectiles chocaron contra ei blindaje dcjando la aboyadura
i otra rompi6 algo de la arboladura. Todo esto sin que hubiera
la menor herida.
ctCondel1 vino a dar cuenta de lo sucedido en su buque i a
pedir que se le dejase caiionear de cerca la dkrsena. El Rlmi-
rante no le dijo ni si ni nb, cosa que a1 parecer disgust6 a
Condell i aun insinu0 que estaba enfermo i coil iiecesidad de
ir a1 sur. Se hallaba visiblemente exitado.))
DE TARAPACA A LIMA 533
En esta accion 10s chilenos hicieron 418 dis-
paros. La tercera parte de ellos correspondian
a1 Hubscar'. El Limefia, el Oroya i la Union reci-
bieron algunos tiros i otros causaron perjuicios
en la pobl acion .
El Almi rante quiso renovar el ataque el 21 de
mayo, aniv ersario del combate de Iquique, a lo que'
rmes cargos
ite Pefia, e$
icer exacta-
dicial encar-
ieltemor de
a i que esta-
p e el mari-
raja el cabo
s t o su des-
misma balan-
as sobre el
.guri, futt el
'uniores que
540 GUERRA DEL PAC~FICO
1.
La superioridad de la Escuadra habia redoblado
las medidas de prelcaucion respecto de 10s torpedos
despues de la p61rdida del Loa. Imparti6 &den
a tnrlas 13s naves
"--clI -- que no se reconociese ninguna
embarcacion c;in plermiso del buque insignia i que
n ticse acercarse a ellas a ninguna,
C U d l Y U l C l d que fu era su bandera.
uien-
Idan-
1 por
lrica
548 GUERRA DEL PAC~FICO
Tacna.
Contestando a Lynch, le decia:
rieuwaies, per0 somerienao a roao el rigor ae la
guerra a 10s que se prestasen a encubrir las propie-
dades peruanas. (I)
La comision necesitaba un hombre de condicio-
nes especialisimas i con dificultad se hat)ria encon-
trado otro mas apropiado que Lynch. Suave en la
forma, de modales conciliadores, era eri el fondo
frio i rijido como el acero de su espada.
Setjenibrc4. El 4 de setiembre la espedicion partii5 de Arica
Partida de la 3 1 P I
EspedicioIl en dos trasportes llevando un batallon apt "* ni- V V I
I
si,$;ca.
era justa, si era humana, si no estaba destinada
a levantar una polvareda de protesta s indignadas
1 ..
. I . . ...
el ver a1 ejercito de un pais civiiizado paseando
ao poaer sorprenaer en tierra uii cargamento ae
armas. Chimbote es una caleta situada a1 sur del
rio Santa que nace en las montaiias del departa-
mento de Ancachs. La tropa baj6 a tierra sin encon-
trar resistencia. Stuven destruy6 el ferrocarril de
Chimbote a la cordillera i el Comandante en Jefe
impuso un cup0 de 100,000soles a una poderosa
hacienda azucarera la cual tenia un valioso injenio i
construcciones de lujo. Los duefios de la propiedad
Enerjia
cPor 10s hechos relacionad.os, decia a1 ministro de Italia,V. E.
de Lynch. puede comprender que estoi en el mas perfecto derecho para
imponer una contribdcion de guerra a la empresa protejida
por V. E., o para castigarla en enso que n o acepte mi reqzievi-
miendo.))
I1
6
r
DE TARAPACk A LIMA 567
10s hechos principales que he de relatar, lo cual
no quiere decir que d6 por aceptadas estas suposi-
ciones.
El concept0 de Pinto sobre la espedicion se
manifiesta en estas apreciaciones de su correspon-
dencia.
c0ctubre 1.0. A Lillo. La canipafia que vamos a emprender Pinto exije
es la mas s6ria de toda esta larga guerra. 1.a liace siiria, n mi e l to
~ \ ~a a45,000
relejkrc
juicio, n o el enemigo que vamos a comhatir, pues consiclero llombres,
a1 ejirrcito de Lima inferior a1 q u e habia en Tacna, sino la
distancia del centro de 10s recursos en que vamos a operar i
10s estragos que en nuestra tropa pnede caiisnr el mal cliina
de Lima i siis cercanias.
K u a n d o cstkbamos en Pisagua c 110 una falta cualqiiiera
se siiplia f8cilmentc. No siiccderft lo misnio ahora i por este
niotivo sera necesaria ahoi-a inas pre\.ision que en las cam-
pafias antcriores. La campafia que vamos a cmprender por
SII trascent1cnci;i. para cl porvcnir de Chile i por Ins djlicnltades
qiie es necesario T ’ C ~ C C I - no podr5 llegnr a iin resultatlo feliz
sin la coopcracion dccidida i tlcsintcresada de t ndos 10s jcles
i 1wrsonas que dehcn intcrvcnir en ella.))
(Coma dirri ;L ustctl Vcrgara, licmos acortlatlo cspdicionar
con 25,000 homhrcs; dejar cntrc Tacna, Iquiqne i Antofagasta
iinos 10,000 i levantar aqiii 1111 cjirrcito tlc reserva de ofros
10,000 1ioml)rcs. Muclio.; tralmjo:; i grancles dificiiltstles nos
costark rcunir ianta fuerza, pcro Iinrcrnoi; totlo lo qiic sea
posiblc para coiisegnir1o.o
((Creernos que debcmos espetliciona r con ~ 5 , 0 0 0Iiombres
para prescntar a1 cncmigo en C;LSO dc comhatc iinm zo,ooo.
Ileseamos dcjar entrc Tncna, Iqiiiqiie i Antofagasta In fiierza
que he intlicado Anies, t a n t o para tlar seguritlad a 10s intereses
de esos departamentos, como para llenar las bajas q u e pueda
tencr el cjcrcito espcdicionario. Ultimamentc el objeto que
nos proponeiiios ;LI forinar aqiii 1111 ejhr-cilo de rescrva es,
t a n t o p r a tencr soltlatlos con cliii: llenar !;is bajas dc lo-;
eidrcitos del norte, conio para cl c;iso de tin fracasn.))
568 GUERRA DEL PAC~FICO
a
DE TARAPACA A LIMA 571
la comision, per0 en el 6ltimo momento no pudo
e
I11
i_
I
579
endo a
1nodo
presen-
:ro que
)re este
t usted
obier-
3 tras-
la que
:dano .
otesta V,njr
1 Sari- dc Vel,isquez
a Santi,igo.
Vel&,-
iaiiza.
edano
idoras
sta a
cbueii
)a que
te sin
dc parte
clasquez
no ustcd
clksquez
cntc con
un bucn
ann tos de la
tv' IC liagan
;t 1 ento? dc
jcf 'e la guc-
rra n a r h un
7 SI llcgada
auspicius liego vergdla a ~ a c i i ae11
D ~ J O esros
la primera quincena de octubre. Su entrevista con
el Jeneral Baquedano fu6 digna sin ser afectuosa.
Vergara la refiere asi:
IV
Campaiia de Lima.
(De Arica a Lurin.)
Octuhrc
Sabe el lector que don Josit Francisco Vergara
de 1880.
Vergara
march6 en la primera quincena de octubre a Tacna
se emharca como Ministro de Guerra en carnpafia, llevando
para Arlcn.
de secretario a don Isicloro ErrBzuriz.
En 10s mismos dias se embarc6 envalparaiso,
tambien para Tacna, don Eulojio Altamirano, con
el cariicter de Secretario jeneral del Ejkrcito
i en la misma ciudad se eiicontraba Lillo en calidad
de delegado del Gobierno. Designados 10s tres
para representar a Chile en las coiiferencias de
Arica, volvi6 cada cual a su puesto despues del fra-
cas0 de la Lacknwana. Desvanecidas las esperanzas
- -- - - - - - -
- -- - - - - - - -
. -- - -_ - - - - -
-. - - - - - - - __ - - - __ -
_I
Altamirano telegrafiaba:
((Octubre 19. A Drivila. Lo primer0 que me dicen a1 bajar
a tierra es que est6.n escasos de todo, especialmente de forra-
je. Hai jente que Cree que no podrri salir la espedicion, porque
no podrA acopiar Ucl. 10s viveres necesarios. Se hace un enor-
me consumo c1iario.o
Ve
la
el
de:
Pa
eq’
Actividad
de m(
Vergara.
do
ha
M;
SU’
PO
Vll
te:
“P
DIE TARAPACA A LIMA 593
Dlivila decia:
((La campafia an terior i en especial la penosisima marcha
wbre Yaras i Tacna, habia manifestado que el sistema de
ac'arreo cle 10s vivtxes, pertrechos i bagajes del ejCrcito por
iiicdio de carros, c omo se practica en Europa, i podria practi-
c a n e en Chile, era inaplicable a 10s caminos del Per h... Se
I
I1
IV
relacion
. de pro-
'on ella i
toclo pcnso cumplirla. LOS imormes que le di6 el
Mayor Pkrez modificaron la opinion que le habiaii
liccho coiiccbir 10s moradores dc Tambo de 'Mora i
erit6iices volvi6 a escribir ;I Gana, dicihdole que
comunicara a k q u e d a n o que ese dia, 17 de diciem-
lire, se ponia en marcha Lynch con la vanguardia;
que a1 siguiente, temprano, lo seguiria el resto de
624 GUERRA DEL P-4CiliICO
Pesadez El I
del octubrc
bloqueo.
amagac
estrict:
ciones 1
(13) 1
Canto re
N.0.2, qt
de agual
rnoidee
voyes pesados,
buque a remolqu
noche sobre buc
dados, podia te
ent6nces a la
tomase la reso
El 6xito era d
jahan protejidos
per0 la intrepid1
operacion semej
el lance el tiltimo
habria sucumbid
do las vglvulas d
cerlo poco despuc
de pocos buquf
empresa mui di
como la Uaion.
Latorre, que no
La Uiizoit
des, contest6 el
podia burlar Almirante de ey
el bloqueo.
dole que &a pc
((Elescape de dic
sucederk cuando tc
DE TARAPACh A LIMA 633
probablemente imposible impedirlo, dados 10s elementos con
que cuenta la division de mi mando.))
Efecto contra-
habria aventurado en el campo minado, lo que lo
r10 de las 1)om- condenaba a una defensiva absoluta. Est0 no tuvo
bas automi-
i m n n r t g n r i g pn l a h a t a l l a c 1 ~Chnrrillnc. ncn-cIiip i i n
II
111
Enero 12
Este empez6 a desfilar por divisiones el 12 ue
~
VI
El EjCrcito
He dado alguna idea de la situacion del Ejitrcito
peruano peruano de Reserva i de sus posiciones de Mira-
de Miraflores.
flores. Se llamaban asi porque cubrian la poblacion
de este nombre situada a seis i medio kil6metros de
Lima, sobre la via fQrea que une la capital con
Chorrillos. Entre el valle conquistado por Baque-
dano i el pueblo de Miraflores corre el casi im-
perceptible rio Surco que separaba las zonas
de 10s contendores. La Reserva guarnecia 10s
fuertes traseros i el ejkrcito de linea las tapias
delanteras. La parte de 6ste que figur6 en Mira-
flores se formaba con las tropas de DAvila i de
SuArez que se retiraron del campo de batalla, con
10s dispersos i con la mayor parte de la guarni-
cion del Callao, que acudia en la t'dtima hora a
defender la capital. Pierola ha dicho que el ej6r-
cito que combati6 en Miraflores fu6 de 11,000
hombres, de 10s cuales correspondian 6,000 a 10s
retirados de Chorrillos, 1,000 a dos batallones
del Callao i 4,000 a la Reserva. Es probable que
esta cifra se acerque a la verdad, no tomando en
cuenta 10s cinco o seis mil de la Reserva que perma-
necieron en VAsquez con Echenique i que no
concurrieron a la accion. La parte de ella que se
bati6 la mandaba Correa i Santiago; la tropa de
linea tenia SLIS jefes de Chorrillos. CAceres dirijia el
sector que enfrentaba a la brigada Barcel6; SuArez
DE TARAPACA A LIMA 683
el centro, mirando a la brigada Urriola; DAvila la
izquierda.
El punto mas interesante era el que cubria
CAceres. Por alli pasaba la via fitrrea i el camino
real de Chorrillos a Lima i tenia a su espalda a Lagos ocupa
Miraflores. Baquedano dispuso el 14 que el ejQcito la avanzada.
se estableciera a1 siguiente dia a lo largo del Surco,
en posiciones paralelas a las peruanas. Como la
division de Lagos estaba en mejor pi6 que las
demas por haber tomado poca parte en la batalla
reciente, la destin6 a la vanguardia junto con la
artilleria de campafia i la Reserva. Lagos avanz6
esa tarde hasta Barranco i aleccionado con lo que
acababa de suceder en Chorrillos le prendi6 fuego;
porque asi como era humano en su relacion con
las personas, era inflexible trathdose de sus debe-
res militares. A1 dia siguiente temprano se estableci6
de oriente a poniente por la orilla del Surco, de-
jando en el centro la via fitrrea i el camino real.
Los cuerpos tendieron sus frentes en este 6rden: el
Concepcion en la orilla del mar; el Caupolican i el
Valdivia en el centro; el Santiago en la derecha.
Esta era la brigada de Barcel6. La de Urriola a
continuacion de la anterior, a1 oriente: primero el
Aconcagua despues 10s Navales.
La artilleria con la Reserva se situ6 a cinco o
. seis cuadras a retaguardia. A la derecha de la infan-
teria habia una gran planicie por donde el enemigo
podia hacer un movimiento envolvente i tomarle
la retaguardia. Ese campo estaba reservado a las
divisiones de Lynch i de Sotomayor.
En realidad el 15 a medio dia no estaba en posi-
ciones sino la brigada Barcel6. El Aconcagua por
684 GUERRA DEL PAC~FICO
Llegan
En esos momentos, segun parece, lleg6 a incor-
las demas porarse a 10s combatientes la division de Lynch
divisiones
a1 teatro que venia corriendo desde Barranco, atropellAn-
del combate.
dose en un angosto camino. Digo segun parece,
porque no es fAcil determinar el momento en que
fueron entrando a1 fuego 10s cuerpos que estaban
ausentes a1 principio de la accion, pues 10s partes
oiiciales carecen de claridad en este punto. Los
cuerpos de Lynch penetraron a 61 unos tras otros,
haciendo un magnifico despliegue, sobre todo el
Coquimbo culo jefe, el Comandante Pinto Aguero
mereci6 un elojio especial por esa atrevida manio-
bra. Detras de Lynch avanz6 i tom6 colocacion
a su derecha el Coronel Barboza con su brigada,
i despues el Bdnes que alcanz6 a incorporarse
a la brigada de Barcel6 Antes que terminara la
accion. Merece recordarse el Quillota que habia '
llegado el dia Antes de Pisco i que se estren6 desfi-
lando impgvidamente por la linea f6rrea enfrente
de 10s cafiones contrarios para tomar su posicion
de combate.
Barcel6 toma Una nueva i vigorosa embestida de Barcel6 abri6
la ~ f e n s ~ v a un claro en la estrema derecha de Ciiceres, el que
Es herido
i 10 reemplaza qued6 flanqueado, i aunque en ella el valeroso jefe
Fuenzalida.
chileno fuit herido por un proyectil que lo dej6 fuera
de combate, fuit a1 punto reemplazado por Fuen-
zalida, quien condujo su brigada vencedora hasta
el pueblo de Miraflores de que se apoder6. Esta
maniobra decisiva fui: hecha en combinacion con
Lynch.
La division
La division de Lynch habia entrado con la
Lyncli. mayor gallardia a apoyar a Urriola i a la Reserva.
Envi6 adelante a1 Rejimiento N.0 2, despues a
DE TARAPACk A LIMA 689
Amunktegui con el N.0 4 i Chacabuco i en seguida
el Coquimbo, despues el Colchagua, el Atacama i el
Talca. Agrupadas esas fuerzas en la estrema dere-
cha barrieron la resistencia de su frente i empujaron
a 10s cuerpos peruanos, hacihdolos desistir defini-
tivamente del flanqueo que perseguian vigorosa-
mente desde hacia hora i media. Barboza con su
brigada contribuy6 a1 kxito alcanzado por esa
parte.
Pikrola, que habia permanecido en las forti-
ficaciones de VAsquez durante lo mas rkcio del
ataque, orden6 a su caballeria entrar en accion
por ese costado i le sali6 a1 encuentro Bulnes con
10s Carabineros de Yungai. Se espaciaron 10s jine-
tes chilenos por la ancha llanura llevando una Carabineros
de Yungai.
avanzada de tiradores a cargo del teniente don Ani-
bal Godoi, visto lo cual por 10s contrarios se reti-
raron perseguidos hasta cerca de Lima, de donde
Bulnes tuvo que regresar porque las tapias i zan-
jones le cerraban el paso.
La batalla estaba ganada. La enkrjica resistencia
de Lagos habia dado tiempo para que se reuniese
la mayor parte del ejkrcito.
Fuenzalida, duefio ya de Miraflores, carg6 con Ultimo ataque
toda su brigada sobre 10s cuerpos que se habian de I.'uenzahda.
amontonado cerca de 10s reductos mas inmediatos
i ausiliado por soldados de otras unidades se apo-
der6 de 10s cuatro fuertes de la derecha peruana,
de treinta cafiones i diez ametralladoras. En ese
ataque muri6 el 2.0 jefe del Caupolican, Mayor
Dardignac, dejando gran reputacion de valiente,
i se distingui6 el teniente don Vicente Palacios. Asi
(44)
690 GUERRA DEL PAC~FICO
'VI1
la
queciudad.
ocupe tase del Jeneral Baquedaiio la ocupacion de la
ciudad.
Entre tanto 10s sufridos vencedores de Chorrillos i
de Miraflores estaban tranquilos en sus campamen-
tos. Ni uno solo habia intentado burlar la consigna
acercAndose a Lima; a esa Lima que era el premio
codiciado de sus mas ardientes fantasias.
El Callao era victima de iguales excesos. El jefe
Des6rdenes
en el C a a o . de la plaza, el Comandante Astete, haciendo gala
El Cornandante
,4stete. de un heroism0 de parada, telegrafiaba a la capital
ofreciendo renovar las batallas con unos mil hom-
bres que le quedaban i repitiendo la frase: Yo no me
rindo a nadie! En vez de aprovechar esos mil hom-
. bres para evitar el saqueo, envi6 trescientos a Lima
DE TARAPACA A LIMA 695
que recorrieron kbrios, disparando balazos, las calles
de la aterrada capital, i el resto se dispers6, dejando
el Callao entregado a su suerte, es decir, a la chus-
ma i a 10s soldados fujitivos de Miraflores, que a
semejanza de 10s de Lima forzaban las puertas de
las casas, saqueaban 10s almacenes e incendiaban
10s edificios. Aqui, como en Lima, fui: necesario
que 10s comerciantes europeos se armaran i se repar-
tieran en grupos por la poblacion. Esos estranjeros
tuvieron que batirse, matar i morir. Se calculan
en 150 10s peruanos que perecieron en las cal'es i
varios estranjeros corrieron la misma suerte, entre
ellos dos jefes de casas de comercio. Esta situacion
se mantuvo hasta el 17 por la maiiana.
Este dia se consum6 la hecatombe de la escuadra
i de las fortificaciones del Callao.
El gobernador Astete, prepar6 todo el 16 para
quemar 10s buques i hacer volar 10s fuertes. Los
cafiones se cargaron con dinamita, las fortificacio-
nes fueron minadas con esplosivos, i las guias se
comunicaban con la oficina del Jefe de la plaza,
que aspiraba a la gloria del que incendi6 a Moscou
ante la invasion de Napoleon. I m i h t r a s hacia
ese aparatoso amago de defensa, telegrafiaba a
Lima ofreciendo siempre sus mil hombres para
derrotar a 10s vencedores de treinta mil!
ern;;:
de Astete.
I.-Tentativas de paz.
IT.-Desacuertlos entre el Rlinistro i cl Jeneral. Regreso de
Raquedann~
I~T.-Considcr;rcioncs.
coiisiimar L I acto
~ de perfidia, que es dudoso encuentre scme-
j m t e aun entre las tribus semi-salvajes del Africa o de la
AraL1cania.o
nLos soIdaclos de una nacion que, coin0 Chilc acaba de hacer-
lo con muchos clc nucstros jefcs i oficialcs prisioncros, fusilan
a k t o s fria .i cobarclemcntc, ascsinan a nucstros hcriclos iner-
mcs en el campo de lsatalla e inccnclian cn su totaliclad i clcs-
pucs clc ocupar a poblaciones como Chorrillos, Barranco i
Niraflores, tenian, siguienclo csa 16jica fatal cle la barbarie,
que saltar por enciina clc todo rcspeto moral i compromiso
mi1itar.o
Pinto le contestaba:
708 GUERRA DEL PAC~FICO
Dcsencanto
El resultado de estos trabajos fuit un profundo
de 10s Pleni- desencanto en 10s plenipotenciarios de Chile, 10s
potenciarios
cliilenos. cuales creyeron fracasada su mision. Altamirano
regres6 a Valparaiso, diciendo que nada le apuraba
para volver a Lima, i que habia mucho tiempo por
delante para ocuparse de la paz. Vergara envi6 su
renuncia de Plenipotenciario.
La parte del Perfi adicta a la dictadura se pro-
nunci6 en contra de Garcia Calderon. Piitrola lo
declar6 traidor a la Patria, lo mismo a sus minis-
tros i a 10s que lo habian elejido, disponiendo que
se les juzgase en Consejo de Guerra verbal, cuando
se les pudiese aprehender. Sus tenientes en las tres
zonas del pais hicieron lo mismo.
En resfimen, la eleccion de Garcia Calderon se
realiz6 sin ninguna intervencion de Chile i si le fuit
simpktica en el primer momento, creyendo que lo
Fracaso animaba un prop6sito skrio de poller fin a la co11-
d e la paz. tienda, fu6 mui poco despues un desengafio. Esa
eleccion no aproximaba a la paz i en cambio hizo
prender en el Peru la mecha de la guerra civil.
Esta era la situacion en 10s dos primeros meses de
DE TARAPACA A LIMA 711
I la ocupacion de Lima. El nuevo gobierno peruano,
sus peripecias i su prematuro fin serAn materia del
voliimen que siga a1 presente, del que reuna 10;
esfuerzos de tres afios para obtener la suscripcion
de tratados en que el Per6 i Bolivia se resolvieran
a reconocer 10s hechos consumados, 10s triunfos i
sacrificios del vencedor. ( 2 )
I1
Grandioso
El recihimiento de Santiago no fui. m h o s gran-
recibimiento dioso Baquedano vestido de gran uniforme, con
en el Viejo
Chile. espada en mano, desfil6 el 14 de marzo a la cabeza
de 10s cuerpos que batian sus gloriosas banderas
mutiladas, por el centro de la avenida principal de
ia ciudad, en medio de dos filas de palcos colocados
entre 10s Brboles, llenos con las familias mas impor-
tantes de la capital que sembraban de flores el
camino que pisaba su caballo; m i h t r a s las bandas
de 10s cuerpos de la guarnicion tocabaii las cancio-
nes de guerra, 10s cafiones disparaban sus salvas
de honor i el aplauso brotaba fren6tico de todos 10s
pechos como una irrupcion. Seria in6til referir las
manifestaciones de aquellos dias en las salas de
banquetes, en la Iglesia, en las calles, porque 10s
entusiasmos populares se asemejan en lo bueno i
en lo malo; en su aplauso caluroso a1 vencedor, i
en su olvido a 10s preparadores de la victoria.
Escenas mas tiernas que estos lejftimos entu-
siasmos se desarrollaron en las capitales de provin-
cias, donde fueron a licenciarse 10s cuerpos que
habian llevado su nombre, 10s que habian paseado
por 10s desiertos el orgullo de sus pueblos nata-
les. Aquello tenia 10s caractkres de una tierna fiesta
de familia: el abrazo para 10s que vuelven, el llanto
para 10s que all& quedaban.
Dispersion La labor puramente militar del ejkrcito est&
de 10s
principales
virtualmente concluida. Desde ese dia sus grandes
personajes protagonistas se empiezan a dispersar. Baquedano
de la camparla.
ha regresado a su hogar de que no volverB a salir.
Lynch est5 de viaje para la capital a donde llega
sin estrkpito. VelBsquez, a raiz de 10s sucesos re-
coydados, se embarc6 para el sur, Antes del regreso
DE TARAPACA A LIMA 721
del Ministro a Lima, para allanar las dificultades;
Lagos, el jefe impertkrrito de Arica i de Miraflores,
queda a1 mando del ejitrcito de Lima, en reem-
plazo de Baquedano, i por renuncia de Saavedra.
Altamirano ha regresado a1 sur, Diivila Larrain
tambien, i el glorioso adalid civil de la campaiia
de Lima don Josit Francisco Vergara permanecerj
algun tiempo mas en la capital del Perti; Riveros
vuelve con sus buques ((a1 departamentoo, i La-
torre i Condell continuarkn a bordo de las naves,
soportando una campafia que serA mas dura que
la anterior porque carece de gloria i de compensa-
ciones.
111
(46)
722 GUERRA DEL PAC~FICO
CAPITULO I.
PLJS.
CAPITtTI,O 11.
PAJS.
-.
CAPTTULO 111.
CAPITULO V
C.4PITUL.O IX.
PAJS.
~~
CAPITULO X.
DE LIMA:.
CAMPA~~A . .. .... . . . ..... . .. . . . . .. . . . . .. .... .. . ... .. . .. . . 588-638
C A P I T U L O XI.
CAPITTJLO XII.
rnciones. .
IIcgrcso de Raqiicclano.--III. Consitlc-
-I-
_-
COSTAS DEL P E R U