QUISTES
QUISTES
QUISTES
CARRERA DE MEDICINA
Trabajo de investigación
Estudiantes:
Weverton da Silva 59039
Materia: Ginecología I
Docente: Dr. Oscar Canseco
Grupo: G
En uno de los primeros grupos en los que se utilizó la conducta expectante en los quistes de
ovario fue en las gestantes, ante el riesgo que presentaba la cirugía en estas pacientes,
comprobándose que muchos de ellos desaparecían. Después se han realizado algunos
trabajos tratando de precisar el número de resoluciones espontáneas en quistes
ecográficamente benignos. Sin embargo, distan mucho de ser abundantes estos estudios,
difieren ampliamente en las características de selección y comunican unas tasas de
desaparición espontánea que parecen elevadas al ginecólogo práctico y que van del 44 al
84% de resoluciones. Por otro lado, son escasos los que intentan averiguar algún marcador
que nos indique qué quistes van a remitir.
El quiste de ovario es uno de los que aparece con más frecuencia en las mujeres.
Pueden aparecer a cualquier edad, incluso en el feto dentro del vientre materno.
Dependiendo de factores como la edad y las características que presenta el quiste, puede ser
benigno o maligno.
Todos los ciclos se produce el crecimiento de folículos y finalmente la salida del ovulo, si
no tiene las condiciones adecuadas, este folículo no se rompe, se puede mantener del
mismo tamaño o crecer, Esto da lugar al tipo de quistes más comunes:
folicular persistente
cuerpo lúteo
hemorrágico, si tiene sangre en su interior.
Estos quistes usualmente no requieren tratamiento quirúrgico, sino solo observación, ya que
lo normal es que desaparezcan por si solos en uno o dos meses
Los tumores anexiales benignos o malignos, aparecen sobre todo en edad reproductiva (20-
45 años), son la cuarta causa de ingreso hospitalario, los más frecuentes durante la edad
fértil son los funcionales, suelen ser asintomáticos, en premenárquicas y menopáusicas
debe ser objeto de estudio inmediato, la anticoncepción hormonal oral reduce su
aparición[ CITATION SBe16 \l 3082 ].
La ecografía pélvica puede ser realizada por vía transabdominal o transvaginal. Esta última
brinda imágenes más claras en la mayoría de las pacientes. La exploración transabdominal
está indicada para los tumores grandes; cuando el acceso vaginal es difícil (como en las
pacientes vírgenes o con atrofia vaginal) o, cuando el tumor está fuera de la distancia focal
de la sonda vaginal.
El tamaño por sí solo no puede ser utilizado para distinguir entre las lesiones benignas y
malignas. Los quistes simples hasta 10 cm. tienen más probabilidad de ser benignos,
independientemente del estado de la menopausia. Sin embargo, en los casos de tumores
complejos o sólidos, el tamaño se correlaciona algo con la posibilidad de malignidad, con
excepciones notables, como los famosos fibromas sólidos de gran tamaño o los
cistoadenomas mucinosos. Por otra parte, el tamaño puede correlacionarse con el riesgo de
otras complicaciones como la torsión o la ruptura sintomáticas[ CITATION Dur17 \l 3082 ].
Estos pacientes deben ser atendidos por un ginecólogo. Los estudios adicionales ayudarán a
estratificar el riesgo de malignidad. Esto puede incluir el análisis de sangre, los marcadores
tumorales, la RM o la TC, la ecografía Doppler o la ecografía 3D, las ecografías seriadas o
la exploración quirúrgica.
En el caso de un quiste >6 cm. de aspecto benigno se debe pensar en la probabilidad de que
se rompa o se tuerza. La ruptura de un quiste grande puede provocar dolor y en algunos
casos hemorragia. El contenido de un quiste dermoide roto puede causar peritonitis
química. La torsión de un ovario puede resultar en la pérdida del ovario debido al
compromiso de la perfusión. Un ginecólogo general puede decidir con el paciente si está
indicada la cirugía preventiva.
Los quistes ováricos durante el embarazo suelen ser benignos, pero la malignidad es
siempre una posibilidad. Los quistes funcionales y dermoides son los más comunes. Los
dermoides pueden permanecer asintomáticos o romperse, torcerse o causar dificultad en el
parto. La Intervención quirúrgica, si es necesaria, se debe realizar en el segundo trimestre,
siempre que sea posible. Se aconseja un enfoque multidisciplinario y la derivación a un
perinatótologo y un oncólogo ginecólogo
Los quistes ováricos sintomáticos que pueden necesitar la intervención quirúrgica son del
ámbito del ginecólogo general. Si se considera que el riesgo de una emergencia quirúrgica
es bajo, las pacientes sintomáticas pueden recibir medicamentos para el dolor y ser
vigiladas en forma ambulatoria. Si la paciente presenta signos de toxicidad es apropiado
hacer la consulta quirúrgica inmediata. Dependiendo del cuadro clínico puede haberse
producido la ruptura de un absceso o tubo-ovárico, de un embarazo ectópico, o un quiste
hemorrágico o la torsión de un quiste de ovario. Cualquiera de estos casos puede necesitar
una intervención quirúrgica inmediata. Si un tumor sintomático es altamente sospechoso de
cáncer, se debe consultar un ginecólogo oncólogo.
Los tumores de ovario suelen plantear dilemas diagnósticos y terapéuticos. Se puede llevar
tranquilidad a las mujeres con quistes simples pequeños. La ecografía seriada a intervalos
es apropiada para los quistes con mayor probabilidad de ser benignos. Si los hallazgos
hacen sospechar malignidad está indicado realizar otras imágenes, análisis de sangre o
solicitar la opinión de expertos, o derivar a un cirujano ginecólogo o a un oncólogo
ginecológico. Si existe sospecha de malignidad, la derivación directa a un oncólogo
ginecólogo ofrece la mejor oportunidad de supervivencia, cuando realmente se trata de un
cáncer[ CITATION Dra201 \l 3082 ].
El tratamiento depende de la edad, del tipo y tamaño del quiste y de los síntomas. El
médico te puede sugerir:
Conducta expectante. En muchos casos, puedes esperar y volver a hacerte el examen para
ver si el quiste desaparece en unos pocos meses. Esto es por lo general una opción, sin
importar la edad, si no tienes síntomas y una ecografía indica que tienes un quiste simple y
pequeño lleno de líquido.
Algunos quistes pueden extraerse sin extraer el ovario (cistectomía ovárica). En algunos
casos, el médico podría sugerir extraer el ovario afectado y dejar el otro intacto
(ooforectomía).
Algunas mujeres presentan tipos de quistes menos frecuentes que el médico puede
encontrar durante un examen pélvico. Las masas ováricas quísticas que se producen
después de la menopausia pueden ser cancerosas (malignas). Por eso es importante hacerse
exámenes pélvicos con regularidad.
Las complicaciones poco frecuentes que se relacionan con los quistes ováricos comprenden
las siguientes:
Torsión ovárica. Los quistes que se agrandan pueden hacer que el ovario se mueva, lo que
aumenta la posibilidad de que se produzca una torsión dolorosa del ovario (torsión ovárica).
Los síntomas comprenden la aparición abrupta de dolor intenso en la pelvis, náuseas y
vómitos. La torsión ovárica también puede disminuir o detener el flujo de sangre a los
ovarios.
Rotura. La rotura de un quiste puede provocar dolor intenso y sangrado interno. Cuanto
más grande es el quiste, el riesgo de rotura es mayor. La actividad vigorosa que afecta la
pelvis, como el acto sexual vaginal, también aumenta el riesgo.
Cuándo tranquilizar
Derivar
A un ginecólogo para los quistes sintomáticos, los quistes >6 cm. y los quistes que
requieren pruebas complementarias
A un ginecólogo oncólogo cuando los hallazgos despiertan la sospecha de cáncer,
como los tabiques gruesos, las áreas sólidas vascularizadas, la ascitis, la evidencia
de metástasis o el nivel de C125 elevado.
Muchas mujeres tienen quistes ováricos que no son complejos. La rotura de un quiste que
no es complejo puede tratarse con medicamentos analgésicos. Puede que le digan que vigile
sus síntomas a lo largo del tiempo. En algunos casos, es posible que necesite otras
ecografías de control. Puede que no necesite ningún otro tratamiento.
Si el quiste es complejo, sus cuidados pueden ser diferentes. Los quistes complejos pueden
causar lo siguiente:
Pérdida de sangre que provoca baja presión arterial o frecuencia cardíaca acelerada
Fiebre
Vigilancia del nivel de glóbulos rojos (hematocrito) para ver la capacidad que tiene la
sangre de transportar oxígeno
Varias ecografías para comprobar si hay sangrado dentro del abdomen
Hable con su médico acerca de cuál es el tipo de tratamiento que funciona mejor en su caso.
Si se le ha roto un quiste ovárico complejo, puede que deba quedarse en el hospital un día o
más. Si su quiste ya no sangra, quizás le permitan regresar a su casa. Puede usar
medicamentos analgésicos para calmar el dolor según sea necesario. Puede que necesite
pruebas de diagnóstico por imágenes de control para asegurarse de que ya no haya
sangrado.
En algunos casos poco frecuentes, una rotura de quiste ovárico puede deberse a un cáncer.
De ser así, necesitará continuar con un tratamiento indicado por un proveedor de atención
médica especializado en el tratamiento contra el cáncer. Puede que necesite una cirugía y
otros tratamientos.
Algunas mujeres tienen más de un quiste ovárico. Puede colaborar con su proveedor de
atención médica para planificar un tratamiento si tiene varios quistes. Un quiste que no se
ha roto puede necesitar observación a lo largo del tiempo. En otros casos, puede que sea
necesario extirpar el quiste mediante una cirugía[ CITATION Nat16 \l 3082 ].
CONCLUSION
Sería adecuado que el médico al enfrentar una paciente en edad fértil con ciclos ovulatorios
normales y con un quiste ovárico de aspecto benigno a la ecografía transvaginal,
considerase el manejo expectante como una opción válida durante al menos por dos meses.
Si luego de este tiempo no se observa resolución del quiste, podría realizarse una
laparoscopía exploratoria para determinar la naturaleza exacta de la lesión, ya que lo más
probable es que ésta no corresponda a un quiste ovárico funcional.
Tienden a desaparecer con más frecuencia los quistes de menor tamaño, generalmente por
debajo de 5,5 centimétros. Las pacientes con quistes que se resuelven espontáneamente
suelen tener más metrorragias, refieren más raramente aumento de volumen abdominal y
apenas coinciden con otros procesos ginecológicos.
Los quistes que desaparecen tienden a disminuir de tamaño con el tiempo, en tanto que los
que persisten suelen mantener sus dimensiones.
Bibliografía
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