La Mayordomia Cristiana Lec 1
La Mayordomia Cristiana Lec 1
La Mayordomia Cristiana Lec 1
LA MAYORDOMÍA CRISTIANA
Lección 01, Observaciones generales
INTRODUCCIÓN
En cualquiera sesión relacionada con la obra del Señor, sea del consejo local de una iglesia o de los
cuerpos superiores, al tratar nuevos proyectos siempre se oye el mismo refrán. “No se puede porque no
hay fondos”. “Es imposible por falta de recursos económicos”. “Pues, está muy escasa la caja”. Pero en
tales ocasiones, tal vez sería correcto decir, “ahora no hay fondos disponibles para tal obra”. Esto
significa que recursos, sí, hay. Pero, por uno u otro motivo, estos recursos no han sido entregados para los
usos del Señor. Por eso, se cree conveniente un estudio acerca de la mayordomía cristiana.
El tema de la mayordomía cristiana es muy extenso. Al principio, haremos unas observaciones generales
en cuanto a este asunto. De allí, estudiaremos la mayordomía cristiana individual, es decir, la
responsabilidad de cada cristiano de ser fiel mayordomo del Señor. Finalmente, consideraremos la
mayordomía cristiana en la congregación o iglesia.
Al desarrollar el tema, se tomará en cuenta las tres grandes divisiones arriba indicadas. Pero estas
divisiones serán divididas en secciones más breves que espreramos se presten al uso del pastor, obrero o
encargado para impartir a su iglesia o congregación. Reconocemos que el presente estudio no es el primer
esfuerzo que se ha hecho para presentar el tema de la mayordomía, ni tampoco será la “última palabra”.
Pero, por otro lado, reconocemos que unos estudios que se han publicado no se ajustan en todo a las
Escrituras. Si el presente estudio sirve para estimular a mis amados hermanos a ser fieles mayordomos del
Señor, el esfuerzo de preparar estas notas será ampliamente premiado.
LECCIÓN 01
OBSERVACIONES GENERALES
Siendo que el tema que vamos a estudiar es muy extenso, conviene al principio definir el término
“mayordomía”. Según el diccionario, la mayordomía es la carga de un mayordomo, o su trabajo. El
mayordomo es el siervo mayor de una casa grande, o de una finca. Se entiende que el mayordomo no es el
mero dueño de las cosas que cuida, sino que es un siervo. Él, sí, cuida de las cosas de su patrón, pero las
cosas no son suyas. Recibe salario tal como cualquier empleado que no tenga igual privilegio. El joven
José, hijo de Jacob, nos provee un gran ejemplo o ilustración de lo que significa la palabra “mayordomo”.
A. “Así halló José gracia en sus ojos [Potifar], y le servía. Y él [Potifar] le hizo a José mayordomo
de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía. . . . Y dejó todo lo que tenía en mano de José,
y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía” (Génesis 39:4,6). Frente a la
tentación, vemos la comprensión que José tuvo de la carga que tenía: “Y él no quiso [pecar con la
mujer], y dijo a la mujer de su amo: ‘He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay
en casa, . . .y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues,
haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios?’” (Génesis 39:8-9).
Entonces, vemos que el mayordomo (si es fiel) maneja las cosas de otro, y respeta los límites
puestos por su patrón. Y en el día señalado está en el deber de entregar cuentas a su amo de su
mayordomía. Nota: Parece que todos conocemos como es el trabajo del mayordomo de una finca,
que nos provee otra ilustración de la palabra.
1 Corintios 4:2: “Mas ahora se requiere en los administradores [dispensadores, mayordomos] que
cada uno sea hallado fiel”. El mayordomo debe mostrar fidelidad en el uso de todo lo que le es
entregado para usar. Si uno no tiene esta característica, es decir, la fidelidad, luego pierde su
empleo. El versículo arriba citado encuentra su ilustración bíblica en el ejemplo de José (Génesis
39), y en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-25). Conviene un estudio detenido de este
último pasaje.
CONCLUSIÓN:
Concluimos que nuestra mayordomía es el trabajo de cuidar y usar todo lo que el Señor nos ha dado. Esta
carga no es solamente las cosas materiales que Dios nos ha dado, sino también incluye nuestro cuerpo,
nuestra vida, nuestro tiempo, nuestra familia, y aun, el santo evangelio de nuestro Señor. Tendremos que
entregarle cuentas a nuestro Señor del uso de todo lo que él ha puesto bajo nuestro cuidado y
responsabilidad. Así vemos que el estudio de la mayordomía cristiana abarca mucho más que solamente
las ofrendas. Estamos seguros que si uno es fiel mayordomo de su cuerpo, de su tiempo, y del evangelio,
también lo será de las cosas materiales que ha recibido del Señor.