Explicación Brote Psicótico
Explicación Brote Psicótico
Explicación Brote Psicótico
Un punto importante es que los pacientes no presentan todos estos síntomas a la vez. De hecho,
la mayoría de ellos no se experimentan y muchos solo se presentan de forma transitoria, durante
los momentos de crisis o descompensación. Por otro lado, algunos síntomas —en particular los
negativos, pero también otros— se experimentan de forma crónica y son más difíciles o lentos
de cambiar, por lo que el paciente y las personas de referencia deben aprender a convivir con
ellos.
El paciente vive los delirios y las alucinaciones de forma absolutamente real, con total
convencimiento de su certeza, por lo que actúa en función de su realidad distorsionada.
Muchas veces estos síntomas pueden aparecer antes que los síntomas positivos, pero son
menos evidentes y pueden pasar inadvertidos.
Es habitual que estas personas presenten síntomas depresivos. Suele ser al inicio de la
enfermedad, con la experiencia de los primeros síntomas positivos y la extrañeza con la que se
viven. La segunda, ocurre después de los síntomas positivos que distorsionan de la realidad,
cuando la persona recibe el diagnóstico de su enfermedad y toma conciencia de ella y de las
consecuencias que debe afrontar. También puede existir cierto grado de ansiedad o
nerviosismo, irritabilidad, frustración o apatía, entre otros.
Las personas que han sufrido un brote psicótico pueden mostrar dificultades en las siguientes
capacidades cognitivas:
Las dificultades en las capacidades cognitivas pueden variar mucho según cada persona.
Casi un 40% de pacientes abandonan el tratamiento durante el primer año y el 75% durante el
segundo año. Hasta un 80% de pacientes presentan otro brote psicótico en los cinco primeros
años. De hecho, el abandono de la medicación multiplica por cinco el riesgo de sufrir otro brote.
Hoy en día sabemos que alrededor de un tercio de los pacientes padecen un único episodio
psicótico a lo largo de su vida del que se recuperan por completo, o quedan prácticamente sin
secuelas, tras un periodo de tratamiento.
- Sexo femenino.
- Inicio tardío.
- Ausencia de antecedentes familiares o historial familiar de trastornos afectivos.
- Buena adaptación previa, inicio agudo, coincidiendo con factores vitales estresantes
(cambios en la vida de la persona).
- Cuadro con predominio de síntomas positivos sobre otros síntomas.
- Ausencia de alteraciones neuroestructurales en la neuroimagen y buenos resultados en
las pruebas neuropsicológicas.
- Buena respuesta a la medicación.
- Ritmo de vida con cierta estabilidad de horarios laborales y de sueño, evitar el consumo
de sustancias, etc.
- Cumplimiento estricto de la medicación y de los controles.