Elvio Arodo Ávila para ACASE
Elvio Arodo Ávila para ACASE
Elvio Arodo Ávila para ACASE
SU VIDA Y SU LUCHA
Biografía
Elvio Aroldo Ávila nació en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero,
el 3 de Octubre de 1923. Hijo de Nicolás Tolentino Ávila, político, jefe de policía de
La Banda, dueño de tierras en La Isla y El Polear y de un obraje en Chaupi Pozo. Su
madre, Petrona Palavecino, rosarina, se casó a los 16 años con Nicolás, veinte años
mayor, viudo de una sra. también de apellido Ávila y que muriera en el parto. De esta
manera, Petrona se hizo cargo de la crianza del pequeño Leopoldo y con el tiempo la
nueva pareja tuvo 8 hijos más: Blanca , Oscar Horacio, María Esther, Lidya, Dora
Amanda, Orlando Nicolás, Mario Alberto y el último Elvio Aroldo, un año antes de
que falleciera su padre.. La familia vivió inicialmente en Chaupi Pozo y luego en La
Banda, en una importante casona de la calle Belgrano, a metros de la Iglesia Santo
Cristo.
Allí Petrona, viuda a los 37 años y con nueve huérfanos a su cargo, puso la que fue en
su momento una importante Academia de Corte y Confección y un taller de costura,
con lo que solventó la crianza de los niños. Los hermanos mayores se recibieron de
maestros y todos fueron a vivir en Santiago, donde se afincaron en la casa nueva de la
calle Caseros, a metros de la acequia de Belgrano.
El estudio era obligación prioritaria para todos los hermanos, por lo que Elvio se
recibió de maestro normal nacional en la Escuela Normal de Profesores “Manuel
Belgrano” de la capital de Santiago del Estero, en 1942.
Muy joven se casó con Hebe Luz Regazzoni. Por aquellos años trabajaba de maestro y
era periodista en los diarios El Liberal, La Provincia y en la radio LV11..
A los pocos años recibió una importante oferta para trabajar en el diario La Verdad, en
Catamarca, a donde se trasladó la familia, ya con dos hijos pequeños, a los que dieron
sus nombres, Hebe Luz y Elvio Aroldo. En Catamarca nacerían Alicia Petrona, Blanca
del Valle y, luego de la dolorosa pérdida del hijo varón, llegó Elvio Nicolás.
En Catamarca cursó el Profesorado de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto
Nacional del Profesorado Superior de esa provincia, del que egresó con el promedio
más alto de su promoción. En esta provincia fue Director de Prensa y Difusión hasta la
caída del peronismo. A partir de entonces, militó en el peronismo de lucha, fundando y
dirigiendo periódicos combativos, como “El Soberano, en 1957; “Lealtad”, a
comienzos de 1958; y “Voz Peronista, en 1958 y 1959, todos en Catamarca, en donde
Ávila fue jefe de la Resistencia Peronista, que allí se conocía con el nombre de “Los
aviones negros”.
Tras vivir más de doce años en Catamarca, a mediados de 1960 regresó a su provincia
natal, y en Santiago del Estero participó activamente en la lucha gremial de la
docencia. Dirigió al Círculo de Profesores Diplomados y después fundó la Asociación
Santiagueña de Profesores, que dirigió ininterrumpidamente durante varios períodos,
habiendo presidido además, en numerosas oportunidades, la Intersindical Docente.
Ejerció la docencia en establecimientos de enseñanza media Santiago del Estero y La
Banda, y pronunció numerosas charlas y conferencias .
Al final de 1963 integró el Triunvirato Reorganizador del Partido Justicialista de
Santiago del Estero, en representación de la rama política y presidió después la
Comisión Pro Retorno del general Perón.
A mediados de octubre de 1975, volvió transitoriamente a Catamarca, para ocupar la
Secretaría Política de la Gobernación y cinco meses después, el 24 de marzo de 1976,
al caer el peronismo, fue detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
Primero, permaneció detenido en la cárcel de Catamarca y, después, fue llevado al
penal de Sierra Chica – por espacio de dos años - sin que se le hubiera iniciado causa
alguna, víctima de la arbitrariedad del régimen militar que azotó al país hasta fines de
1983.
Ya en libertad y reintegrado a la cátedra, como una contribución al Movimiento
Nacional y Popular, fue premiado por la Fundación Matera en un concurso nacional
realizado con motivo del centenario de la aparición de la segunda parte del “Martín
Fierro”, de José Hernández..
El profesor Elvio Ávila había fundado en Santiago, en 1962, juntamente con otros
lingüistas de la provincia, el I.S.I.L., Instituto Santiagueño de Investigaciones
Lingüísticas; a comienzos de 1964, el Consejo de Reafirmación Argentinista de
Santiago del Estero,-C.R.A.S.E.- que también fundara en Catamarca a comienzos de
1972. En diciembre de 1980 propició la segunda fundación del Consejo de
Reafirmación Argentinista de Santiago del Estero, que cumplió una intensa y fructífera
actividad comunitaria, tanto en lo cultural y docente, como en lo social, político y
económico.
Desde 1981 es vicepresidente de la Asociación Argentina de Oratoria y participa como
orador en numerosos Congresos de la misma.
En noviembre de 1987, el profesor Ávila, juntamente con otros patrióticos militantes,
constituye el Movimiento de Recuperación de la Patria, que es conducido por una
Junta de Acción Patriótica, cuya Presidencia ocupó.
El 7 de mayo de 1988, durante el plenario de dirigentes de las distintas provincias
argentinas, se constituyó el Córdoba el Movimiento Nacional de la Militancia
Peronista que es dirigido por una Junta Nacional de Conducción integrada por 5
miembros, en representación de las distintas regiones. El profesor Ávila fue designado
en representación de la zona Norte del país.
En septiembre de 1991, la Dirección de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de
La Banda otorgó al profesor Ávila el premio “Homero Manzi”, por su producción
literaria, plasmada en varios libros.
La familia, la política, la educación y la lingüística son objeto de su apasionado
accionar.
El 15 de octubre de 1994 fallece en Santiago del Estero.
Noviembre de 1979: José Hernández y el ser nacional. “Martín Fierro: Cien años de
militancia patria, , con el premio nacional de la Fundación Matera.
Julio de 1980: Santiago del Estero indo-hispanía lingüística. Cómo habla el
santiagueño.
Marzo de 1983: Viaje al país de la revancha,. Los que no desaparecieron”, publicado
por A. Pella Lillo Editor.
Diciembre de 1985: Peronismo, “quo vadis”..
Agosto de 1987: Los latidos del recuerdo. Mirando hacia atrás. Con Testimonios :
Historia de la Resistencia Peronista en Catamarca y Perspectiva
histórica del peonismo santiagueño. Ensayo autobiográfico.
30 de noviembre de 1988 (edición especial) Raíces nacionales: José Hernández y el ser
nacional. Martín Fierro: cien años de militancia patria. Ensayo
sociológico, histórico y literario.
Mayo de 1991: Cómo habla el santiagueño... y el argentino. Diccionario de voces
usuales que el diccionario oficial no registra. Adhesión al 5º
Centenario del Descubrimiento de América
Abril de 1993: Suplemento de Cómo habla el santiagueño... y el argentino. Informa
acerca de las voces incorporadas al léxico castellano en la 21º edición
del DRAE (1892)
Marzo de 1994: Hablemos bien, defendamos nuestro idioma. Con Nociones elementales
de Oratoria, de Hebe Luz Ávila.
II
Valoración de su obra
I
II
En la Presentación de la 1ª edición de Cómo habla el santiagueño, el prof. Orlando
Lázaro, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la U N de Tucumán, describe
así la tarea de Ávila:
... leyó y fichó glosarios, enciclopedias, etimologías, vocabularios, gramáticas,
libros y ensayos de historia, lingüística, folklore y etnología; comparó y seleccionó
ese material, escuchó hablar a sus comprovincianos, tomó notas; confrontó sus
opiniones con otros estudiosos interesados en una problemática similar; interpretó,
ordenó el material, e ingresó finalmente en la etapa de la exposición
El resultado de esa perseverante labor es su Santiago del Estero indo-hispanía
lingüística. Cómo habla el santiagueño.
El libro aspira a ser una contribución para lograr un conocimiento adecuado del
habla local, satisfacer la curiosidad de aquellos que, por primera vez, se enfrentan
con una serie de voces y giros desconocidos, y a entregar a los estudiosos de la
lengua elementos para ahondar en las investigaciones lingüísticas.
(...) La geografía y la historia están presentes en los estudios sobre la región y sus
habitantes; la lingüística, en los enfoques en torno al quechua en el habla regional,
en el análisis de los rasgos fonéticos, morfológicos, semánticos y expresiones
características del hablar santiagueño; la antropología cultural y la sociología en
el interesante tema referente a la idiosincrasia del santiagueño.
III
Enrique Pavón Pereyra, reconocido historiador, que escribiera más de cien libros y
fuera Director de la Biblioteca Nacional, dice en las Palabras Preliminares de José
Hernández y el Ser Nacional
(...)Elvio Aroldo Ávila transita por los andariveles de una empresa difícil,
como lo son en rigor todas aquellas responsabilidades que afligen al ser
nacional, al ejercicio pleno de esa pasión argentinista que, en Ávila, se
confunde con el dolor de la tierra, con los entresijos de un drama inmune a
los avatares de la moda, y que, por lo tanto, responde a una naturaleza
asísmica, rica en elementos genuinos, donde suele crepitar un fuego interior
“desde abajo”, como quería Marechal.
En ningún pasaje de la lectura de éste libro desciende el escoliasta, ni yerran
los dardos del intérprete (iba a decir, del agiógrafo): se diría que la
interpretación de Ávila es más interior, más profunda, más del “Martín
Fierro” que de Hernández, menos de lo formal que de lo esencial, más de lo
raigal que del antecedente literario o del precedente bibliográfico.
IV