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Mi Identidad en Cristo Soy Peregrino

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MI IDENTIDAD EN CRISTO

Soy peregrino
1 Pedro 2:11
Breve repaso de las enseñanzas anteriores

Ilustración. En el 82 un director muy talentoso llamado Steven Spielberg, realizó


una película que recaudo más de 40 millones de dólares. ¿Por qué les cuento esto? Porque
la trama es sobre un ser de otro mundo, un Extra Terrestre, de hecho, se llama así: E.T.
siglas de Extra Terrestre. Sin meternos en cuestiones de vida alienígena y demás, vemos a
un ser que no está en su planeta y que quiere regresar a casa, sin embargo, el gobierno de
este mundo lo persigue.

Nuevamente ¿Qué tiene que ver esto? Nosotros somos parecidos, somos
Extranjeros y peregrinos, por lo que deseamos regresar a nuestro hogar, mientras que
somos perseguidos por aquellos que no lo comprenden.

Pero ¿Qué tan notorio es esto en nuestras vidas? ¿Será que nuestra ciudadanía
celestial es notoria?

Necesidad. Si no vivimos como ciudadanos del cielo, estamos diciendo que


valoramos más lo que nos ofrece este mundo que lo que nos ofrece el Señor.

Tema. Estaremos continuando nuestra serie de identidad en Cristo y hoy veremos


que somos “Peregrinos” basados en 1 Pedro 2:11, para lo cual les mostraré el texto en esta
versión: “Atención, amados, ya que no son de este mundo y en breve irán a su Patria
Celestial, les animo (pues urge) aléjense categóricamente de los deseos de la antigua
naturaleza caída, pues esos deseos nunca dejan de batallar contra la vida nueva que Dios
nos dio” (Traducción/Paráfrasis Propia) para evitar entrar en cosas del lenguaje y podamos
apreciar la impresión que dio a la audiencia original en el idioma original.

Panorama. Tal vez sonando un poco contradictorio, veremos tres cosas que YA
NO SOMOS: NO SOMOS DE AQUÍ, NO SOMOS LO MISMO QUE ANTES Y NO
BUSCAMOS NUESTRA GLORIA.
BOSQUEJO

BREVE CONTEXTO DEL PASAJE

A pesar de que esta carta tiene más de 30 imperativos, es una carta que proviene
del amor pastoral de Pedro. Pedro escribe esta carta desde Roma en tiempos muy
específicos, de persecución.

En el año 64 d.C. un emperador llamado Nerón, inicia un fuego en la ciudad de


Roma para poder construirla después a su gusto, pero a pesar de hacerlo en secreto, el
pueblo sospechaba que había sido, pues sus propiedades y las de sus amigos no fueron
tocadas por el fuego. Al ver esa presión, Nerón decide culpar a los cristianos, quienes ya
eran mal vistos por el imperio.

Así que, esta carta la escribe Pedro para gente de la región de Asia Menor y el
norte de Asia, advirtiéndoles que esta persecución llegará a su región pronto y necesitan
estar firmes en Cristo.

Este versículo sirve como una transición entre las bendiciones y responsabilidades
que el cristiano tiene personalmente y en su comunidad de iglesia, para pasar a la conducta
que debe guardar delante de los incrédulos. Es decir, este versículo retoma lo venía
diciendo Pedro sobre su identidad y añade una responsabilidad con base en esa identidad.

“ya que son … aléjense” (Traducción Propia)

NO SOY DE AQUÍ y NO ME QUEDARÉ AQUÍ (como a extranjeros y peregrinos)

Pedro está escribiendo a judíos y gentiles, sin embargo, los judíos son residentes
en otras partes del imperio ye entendían bien el concepto de ser extranjero.

En la Biblia estas dos palabras van de la mano, un extranjero es alguien que está
en un lugar, pero proviene de otro. Un peregrino es alguien que reside en un lugar, pero se
dirige a otro, es decir, solo está temporalmente habitando un lugar.

No vivo como los de aquí. Un extranjero y peregrino no vive de acuerdo a las


costumbres que tienen los ciudadanos de este mundo. Muchas veces puede adoptar o
participar en las costumbres para convivir con la gente, siempre y cuando no contradiga los
principios de nuestra ciudadanía.

Un ejemplo fuerte de esto es Daniel, conocemos la historia, es un joven que fue


arrebatado de su patria, de su familia y de su gente, para ser llevado al palacio del rey
enemigo. A Daniel se le sumergió en un programa intensivo diseñado para borrar su
identidad judía, no entraremos en profundidad, pero notamos que se les quita el idioma
“Enseña a estos jóvenes el idioma y la literatura de Babilonia” (Dan 1:4b NTV), es aislado
y enseñado para vivir en otra esfera “Debían recibir entrenamiento por tres años y después
entrarían al servicio real.” (1:5b NTV), se le quita el nombre “El jefe del Estado Mayor les
dio nuevos nombres babilónicos” (1:6b NTV) intentando así borrar su vida pasada y
adoctrinarles para algo nuevo.

Pero, “Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por
el rey.” (1:8a NTV), Daniel obedeció a sus superiores, pero cuando estaban enfrentando
directamente sus principios como ciudadano del pueblo de Dios, decidió que no iba a
contaminarse.

No poseo nada aquí. Un peregrino no busca un patrimonio porque sabe que se irá
de ahí. A Israel se le recordó mas de una vez que fueron extranjeros en Egipto, que ese no
era su patrimonio (Éx 23:9), durante los casi 40 años que vagaron por el desierto, Dios les
enseñó “el peregrinaje de la vida”, ellos no eran residentes del desierto, solo era una breve
escala para llegar a la tierra que Dios les habría de dar.

Piensa en los sueños y ambiciones que tienes ¿Por qué los tienes? Como Dios le
preguntó a Adán ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? Hoy te pregunto ¿Quién te enseñó
que tienes que conseguir cierto número de logros para ser alguien?

Cuando los Israelitas comenzaron a confiar en la tierra que Dios les dio y no en el
Dios que dio la tierra y se desviaron de su libertador, Dios los entregó a naciones
extranjeras como Asiria y Babilonia, donde fueron extranjeros y añoraron su tierra.

“Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y


tomaron en serio a Dios. Entonces recordaron que Dios era su roca, que el Dios Altísimo
era su redentor.” (Sal 78:34-35 NTV)
Necesitamos recordar que no poseemos nada de este mundo, como Daniel en
aquella ocasión que el rey Belsasar hace una fiesta y usa los instrumentos del templo para
su banquete de inmorlidad e idolatría. Dios hace aparecer una escritura enigmática que
nadie puede interpretar, pero llaman a Daniel y sucede lo que dice el capítulo 5 y versos 16-
17

“Me dicen que tú puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Si


eres capaz de leer estas palabras y explicarme el significado, te haré vestir con mantos
púrpuras, propios de la realeza, y recibirás una cadena de oro en el cuello. ¡Serás el tercero
en importancia en el reino! Daniel respondió al rey: —Su Majestad, guarde sus regalos o
déselos a otra persona, igual le diré el significado de lo que está escrito en la pared.” (NTV)
A Daniel no le interesa tener posesiones glamurosas y pomposas, porque sabe que Dios es
quien pone y quita los reyes y él pertenece a el Rey supremo, Jehová.

Tengo una esperanza. El hecho de no poseer nada en esta tierra, no significa que
estoy sin esperanza, pues la Biblia dice en Filipenses “Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el
cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (3:20-21 RVR60)

Esto es especialmente importante para la audiencia original, pues la gente en


Roma lo había perdido todo, sus casa, negocios, cosas personales y símbolos religiosos,
estaban, en pocas palabras, devastados, ¿Qué esperanza habría para ellos?

Hay, en el momento que se escribe esta carta, do grupos de personas. Uno que
acaba de perder todo lo que tenía valor para ellos y en medio de su dolor no encontraban
esperanza. Otro que nació al seguir un hombre que no tenía nada, lo dio todo y recibió un
castigo que no merecía, un grupo que era perseguido y martirizado, pero se mantenía firme
en su ética e integridad con la mirada puesta en su esperanza celestial.

¿Qué significó esto para Pedro? Pedro vio a su maestro en manos de sus enemigos,
el máximo ejemplo, y lo vio vivo, resucitado de entre los muertos porque la muerte no
podía retenerlo. En este punto ya había muerto Jacobo, el hermano de Juan, quien fue su
socio antes de ser llamados por Jesús y que era parte de los más cercanos al maestro, un
amigo de toda la vida asesinado por el imperio romano. También había muerto el hermano
de Jesús Santiago, un maestro prominente y líder de la iglesia en Jerusalén.

Pedro había visto y sentido de cerca la persecución porque él mismo fue azotado y
encarcelado al menos dos veces, por eso anima a los hermanos a no ver esas persecuciones,
sino tener la mente en la esperanza que había en una patria celestial.

No te desanimes

1. si ves que el mundo aprieta contra ti,


2. si vez que fallas a cada que das un paso para servir a Dios
3. si ves que la gente a tu alrededor está “perdiendo” cosas.

Tenemos un futuro en el cielo asegurado y seremos redimidos de esta carne


imperfecta.

NO SOY EL MISMO (que os abstengáis de los deseos carnales que combaten contra el
alma)

Si entendemos que somos peregrinos en este mundo y algo mejor nos espera,
necesitamos tomar decisiones que dignifiquen esa esperanza.

Pedro dice “les animo (pues urge) aléjense” Pedro esta apurando a los hermanos a
que tomen su lugar en estos momentos porque la batalla no los va a esperar. Si usáramos
una traducción más mexicana y coloquial diríamos “Órale, apúrate” “Era para ayer” “Te
estás tardando”.

Nota que el mandamiento es alejarse, huir. Conocemos la historia de José cuando


la esposa de Potifar intentaba seducirlo.

“Y aunque ella insistía con José todos los días para que se acostara con ella y
estuviera a su lado, él no le hacía caso. Pero un día José entró en la casa para hacer su
trabajo y, como no había nadie allí, ella lo agarró de la ropa y le dijo: —Acuéstate conmigo.
Pero él salió corriendo y dejó su ropa en las manos de ella.”
Primero él se alejó y no la escuchaba, cuando ella continúa esta guerra, él huye, es
decir, se aleja aún más. No la reprende, no la ata espiritualmente o intenta convencerla con
argumentos persuasivos ¡El huye!

Estos deseos a los que se refiere Pedro batallan contra la nueva vida que tenemos
en Cristo, literalmente es una palabra militar. El asunto no es si entramos o no a la batalla,
el asunto es que YA ESTAMOS EN ELLA y necesitamos estar bien armados y despiertos.

Cuando Pedro habla de estos deseos de la vida pasada contra la vida nueva, puede
referirse al menos a estos tres aspectos:

No me conformo a mis deseos anteriores. Ya hemos hablado de que uno de los


cambios en la vida cristiana se ve en los deseos. Deseo cosas que antes no deseaba como la
santidad, una comunión, servicio, etc. Y dejé de desear el egoísmo, la avaricia, la mentira,
etc.

Pedro dice en 1:14 que esos deseos eran de un tiempo de ignorancia, pero ahora ya
no estamos en ignorancia, lo que quiere decir que rendirnos a esos deseos es pecar (como
iría el código penal mexicano) con premeditación, alevosía y ventaja.

Ahora no deseo eso, sino que somos como bebés, nuevas criaturas que necesitan
alimentarse y ser educados en esta nueva identidad. Pedro dijo que ahora debemos desear la
leche espiritual, es decir, la Palabra de nuestro Señor.

No me conformo a mi “cultura” y “tradición”. Ya hablamos en parte de esto,


pero es bueno retomarlo. Pedro dice que fuimos sacados de la manera inútil de vivir que
nos enseñaron nuestros antepasados. Si bien, hay cosas culturales que ayudan a la vida y a
la experiencia siempre haremos bien en prestar oído, hay mucho que debemos desechar
cuando no concuerda con el código bíblico.

Hay dos ejemplos tristes en la Biblia de este principio. El primero, el pueblo de


Israel a punto de entrar a la tierra prometida, cuando 10 espías desaniman al pueblo y ellos
deciden que quieren regresar a la vida en Egipto, preferían volver a la esclavitud que tomar
la tierra que Dios les había dado. Querían volver a la vida antigua y Dios los castigó.
El segundo es una experiencia personal del autor Pedro, cuando él y otros
discípulos esperaban a Jesús en Galilea, decide que está cansado de esperar y se vuelve a
pescar, no para comer, sino para abandonar el discipulado. Dios trata con ellos y aleja todos
los peces, de modo que el esfuerzo de toda una noche no resultó para nada.

Vivo el amor de Dios. Ya no somos los mismos que buscaban lo que el mundo
ofrece y lo que nos enseñaron que debíamos buscar para ser alguien. Ahora que
experimentamos el amor verdadero de Dios, somos capaces de amar.

De hecho, no solo somos capaces, sino que somos llamados a vivir de esta manera,
amando con “amor fraternal, no fingido, entrañable y de corazón puro” (1:22 RVR60)

NO BUSCO MI GLORIA (os ruego… para que en lo que murmuran de vosotros como
de malhechores, glorifiquen a Dios)

Somos susceptibles a perder el rumbo y guardar esta imagen para ser vistos y
alabados por los demás hombres, pero Jesús reprende fuertemente esto al decir “¡Qué mal
les va a ir, hipócritas! Parecen buena gente, pero en realidad son malos, no ayudan a nadie,
y roban a los demás. ¡Tontos! Sean buenos de verdad, porque si no lo hacen, serán como un
vaso o un plato limpio por fuera, pero lleno de suciedad por dentro. Pero si el vaso o el
plato se limpian por dentro, todo estará limpio de verdad.” (Mt 23:25-26 TLA)

En este mundo lleno de redes sociales, fotos retocadas y perfectas, centramos todo
en nosotros. Algunos dicen que vivimos en una era “individualista” que no había antes.
Pero Pedro enseña que esto es para la Gloria de Dios, no la nuestra.

Busco anunciar sus virtudes (2:9). El propósito de hacernos “linaje escogido,


real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” es “para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”

Busco glorificarlo (1:7). Las pruebas que experimentamos son una manera de
enseñarnos si nuestra fe es auténtica o “pirata”, y usando el viejo slogan: “una fe pirata se
ve mal, pero tú como cristiano, te ves mucho peor”.
El día que Cristo regrese encontrará nuestra fe “en alabanza, gloria y honra” No
estaremos alabando a la iglesia, al hermano Pastor o predicador, al seminario, etc,
estaremos alabando a Dios y dando toda la gloria a Él.

Busco que los demás le glorifiquen por mi testimonio (2:12). Algo muy
poderoso en este pasaje es el resultado de esta vida de Peregrinos Firmes en nuestra
identidad celestial. El verso 2:12 dice: “Mantengan entre los incrédulos una conducta tan
ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes
y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.” (NVI) ¿Qué quiere decir? Algo parecido a lo
que después habla a las mujeres que tienen esposos inconversos. Vive una vida recta,
aunque te acusen de ser un criminal, porque puede haber un día que Dios los alcance para
salvación y glorificarán a Dios por su conducta, que reflejó el carácter de su Dios.

CONCLUSIÓN.

Vives, vivimos, en este mundo, pero no eres, no somos de este mundo ¿Quiere
decir que podemos vivir como queramos? Al contrario, quiere decir que debemos vivir
como corresponde a nuestra verdadera patria. Dios quiera, un día, esa conducta que refleja
de donde venimos y a donde vamos, sea un medio, una herramienta que Dios use para
acercar más gente a Él. ¡Qué bendición y privilegio! Y ¡Qué responsabilidad!

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