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Libro Rocio Ceron. Diorama. WEB

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El Centro Editorial La Castalia y Ediciones de la Línea Imaginaria

inauguran su Colección Alfabeto del mundo


para publicar obras selectas de la poesía contemporánea.

Ha tomado su título de uno de los libros del poeta venezolano


Eugenio Montejo (1938-2008), como homenaje a una las voces
más entrañables de la poesía en lengua castellana del siglo XX.
diorama

colección Alfabeto del mundo


Rocío Cerón. (Ciudad de México, 1972). Poeta, ensayista, editora y crea-
dora transmedial. Ha publicado, entre otros, Spectio (Tresnubes-UANL,
2019), Materia oscura (Parentalia, 2018), Borealis (FCE, 2016), Nudo vor-
colección Alfabeto del mundo

tex (Literal, 2015), Diorama (UANL, 2012; segunda edición, Amargord,


España, 2013), Tiento (UANL, 2010) e Imperio (Ediciones Monte Carme-
lo, 2009). Recibió en Estados Unidos el Best Translated Book Award 2015
por su libro Diorama, en traducción de Anna Rosenwong (2015), el See
America Travel Award (2005) por sus crónicas de viaje y en México el
Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen por su primer libro, Basalto
(2000).

Es fundadora y curadora de ENCLAVE. Festival de Poesía Transdiscipli-


nar desde 2010. Desde 2008 es profesora fundadora del Programa de
Escritura Creativa (PEC) de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Es
profesora de Tránsitos. Diplomado transdisciplinario en investigación,
experimentación y producción artística del Centro Nacional de las Ar-
tes. Acciones poéticas y piezas de poesía visual y sonora suyas se han
presentado en los Institutos Cervantes de Berlín, Londres y Estocolmo;
Centro Pompidou, París, Southbank Centre, Londres, Museo Karen Blix-
en, Dinamarca, Museo de Arte Moderno, Sala de Arte Público Siqueiros,
Laboratorio Arte Alameda, Galería Biquini Wax (CdMx), entre otros. Obra
suya ha sido traducida a más de ocho idiomas. Actualmente es miembro
del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA. Su obra puede
leerse/verse/escucharse en rocioceron.com y en www.instagram.com/
laobservante
Rocío Cerón

Diorama
Diorama
© Rocío Cerón
1era edición, La Castalia / Línea imaginaria, 2020

Colección Alfabeto del mundo / Poesía contemporánea

© De esta edición
© Rocío Cerón

Fotografía de portada
© Fernando Espinosa Chauvin
El violín del diablo. Reserva Ecológica Guanderas, Carchi, Ecuador

Fotografías internas
© Dulce Pinzón

Foto de autor
© Francisco Arriaga

Colección al cuidado de
José Gregorio Vásquez
Centro Editorial La Castalia
Impresión digital
Mérida, Venezuela, 2020

Hecho el Depósito de Ley


Depósito Legal: ME2020000199
colección Alfabeto del mundo

ISBN-E-Book: 978-980-7123-29-7

Ediciones La Castalia
Centro Editorial La Castalia
Mérida, Venezuela
lacastalia@gmail.com
centro editorial lacastalia
@centroeditoriallacastalia
https://centro-editorial-la-castalia.webnode.com.ve

Ediciones de la Línea Imaginaria


Quito, Ecuador
lineaimacastalia@gmail.com
@lineaimagina
ediciones de la línea imaginaria
@lineaimaginacastalia

Reservados todos los derechos


Presentación

Julio Ortega

D iorama cita al lector en una cámara oscura donde su


mirada se ve refractada, lector, mirada y cámara con-
vertidos en milagro (que significa ver más) del lenguaje. Este libro
lo espera todo del lector. Lo convoca a recuperar el verbo desde
la acción del poema. Nos dice que la poesía es el lugar del lector
en las palabras, restada aquí por el rigor y el radicalismo de su de-
manda contra un mundo profuso y redundante. Tal proyecto de
otro libro y otro lector hace de la poesía el instrumento para forjar
una nueva sintaxis de re-habitación. "La ofrenda: lengua en tierra
propia", afinca en la materialidad emotiva y lúcida, que el poema
reorganiza con la claridad del recomienzo, allí donde la tersa enu-
meración recobra la fuerza primaria del nombre. Dolor y celebra-
ción del lenguaje, este libro refulgente despliega un horizonte de
libertad por hacerse: una fe cierta en esa margen de humanidad. 

7
La obra nace apenas de un contacto con la material […] lo que la transforma en
expresión sólo es un soplo: soplo interior, de plenitud cósmica. Fuera de eso no hay
obra. Basta un contacto, nada más.

Hélio Oiticica
pin hole
13 formas de habitar una esquina

Huyen avestruces –hay mujeres cuyas palabras son fresnos. Sombras hilvanan
puertos de aire. Entre la estampida reposa la mano sobre el talud de una
rodilla. Habano y humo. Rojizo ciprés el sueño. El olor sigue más allá del
borde. Desde el buró –poder, sonríe destruida/ tiento ocre, cuerpo estrófico
en el quicio. Vestíbulo.

11
II

Donde los náufragos cantan apunta el ojo. Hacia el rabillo austral de la


mirada –agua de la memoria– el tono plomizo del frío. Uno podría ser
entendimiento crepuscular, avanzada furiosa de jauría humana pero el
vórtice detiene la rebelión. Gotea aún el rompevientos. Y entre el invierno de
milnovecientosetentaydos y el presagio del dosmildocefindelmundo un día
y el otro. Gramática de Babilonia. Descenso.

12
III

Caramelos y una hormiga. Breve ataque de asma. Sedosas las patas recorren
un dedo meñique. Este paisaje no es política: hueco, centro de bala o
poema. Dos muros hacen un baldío entre sí. Menta, el caramelo es sabor
menta. Huella.

13
IV

A ambos lados de la vía –párpados inestables, lozam 2 mg– la superficie de


las cosas: tubos de acero, mosaicos (opus tessellatum), textiles sintéticos de
corte abstracto. Dolor en el lenguaje. Monopolio cromático. Todo cuerpo
desnudo mata a la teoría. Rota el espacio. Cielo.

14
V

Un punto un punto en particular un punto un punto esquivando su propio


punto un punto que arroja otro punto el punto que aniquila su sombra un
punto el punto en punto:
linde.

15
VI

Lluvia sobre penumbra. Pelaje y lamido. Ensoñación y notas en brote de


murmullo. Herida que sostiene. En el trazo de un sonido veloz –cielo
abierto sobre cuerpo, lengua –partículas de azul Berlín. Desliz en el cerco
de la boca. Plexo.

16
VII

Al ojo, el vuelo, petrel negro. Caminar sobre precipicio claramente


delimitado. Colinas, nubes, bosque boreal. Mujer desvistiéndose sobre
cama helada. Bajo los pliegues de su ropa una constelación de aguanieve.
Arden las corvas. Barbera o Bonarda, fuerte sabor en boca. Filo.

17
VIII

En el cuerpo sésil de una hoja, apenas adherida, resplandece el estrato


del mundo. Flujo audible. Inflexiones sostenidas por insinuación –dosel
amazónico en medio del cuarto. Las hormigas deducen siempre el estado de las
cosas. Intensidad de una figura dentro de otra, sonoridad del bulbo de luz,
silbido en tono sordo. La cerveza cae al suelo. Tokonoma.

18
IX

Baúl en madera de fresno, motivos vegetales y geométricos en perfecta


simetría. Pies móviles para elevarlo del suelo, cerradura con llave, asas en
los costados que facilitan su transporte. Periodo: siglo xviii. Nadie olvidará
el color del brazalete. La economía a gran escala destruye voluntades. Un
hombre anuncia que desaparecerá. Trino.

19
X

Ángulos óseos, formas y cuesta donde radica el ritual. Quién teme al aire.
Fisura donde hay. Puerta pulida. Naturalezas muertas, humo de tabaco.
Cruce. Un poema es una lima un día bisiesto un 31 de marzo un esquema
mental un pinar. Retenes silenciosos demarcan umbral. Aire, pulmones
saturados. Oxígeno para abastecer el cuerpo. Cercanía de pieles ante el
viento. Jaula.

20
XI

Un punto, paraguas negro, bolígrafo de tinta azul, orden para no pensar en


la muerte, una mancha seca de sangre, garabateo cadmio en algodón, arca
con motivos repetidos sistemáticamente –clavel del monte o calta palustre.
Toda la potencialidad del mirar: herida supurante espalda nupcial de un
hombre labio bajo de grosor excitante cuerda que flota del fresno en vaivén
madreperla ópalo de fuego luz diurna sobre escena movimiento y rastros.
Cauterización.

21
XII

Júbilo y adoración en paréntesis. Sobre el cabello largo de esa mujer, vista


en Baden-Baden, sobresale una galaxia. No anillos de satélite. No corona
de santidad. Réplica. Varios tañidos de campanas (no provincia eclesiástica)
susurran una verdad a medias. Blancos y agrietados. Los labios. Se necesita
una nueva contraseña para regresar a tiempo al mundo. Mientras la palabra
aparece, ella dibuja sobre el agua una espiral. Resplandor.

22
XIII

Circulan autos en pulgada y media. Espacio hendido. Ladra un perro


al fondo. Oropel. Pastelillo de arándanos y chispas de chocolate. Píldora
sintética de felicidad. No era sólo balanceo de cumbia salsa samba. Gozne
entre realidades, “mira tu cuerpo iridiscente, azulmoradoverde iridiscente”.
Lenguaje. Territorio para la aparición de parques paisajísticos urbes
rehabilitadas laderas de casas con techo metálico piedras nucleicas espacios
sacrificiales. Cajas y capas, espacio vital de pulgada y media. Nación.

23
sobrevuelo
Anotaciones sobre bricolaje
o lo nacional telúrico

No fin sino sujeto


quizá sobre el muro habría un cuerpo
o un escarabajo veteado
atenerse a acentuar el intención y camuflaje
desfamiliarizar lo simple

slang

[Lo veraz cuenta. Aunque la veracidad sea una falsa mujer. Un


hombre aquietando mandíbula. Muérdeme océano, silencia el llanto
de la costa. Sufragar lo destituido. Y mi nombre era recital tren
paradoja. Entonces el mundo se llamaba glorificar una ak 47.]

27
II

Se ha ido, tiempo encargado de la ciénaga


−alzó la copa−
la desobediencia civil irrumpe pero los muertos siguen apilados
nombrar no es suficiente
cito:

querida, los cuerpos continúan en el portal,


¿quién quitará las huellas?

28
III

Fritura de callo de hacha y calamares, salsa romana.


Breve toque de eneldo [a tiny hint me dice].
Un sólo cambio desde el primer año.
El mesero estrena corte [forma casquete, sin patillas].
Sobre el pequeño portavasos un rosé medianamente frío*.
Alzo la vista, al frente un tentáculo se extiende:

smoked potatoes, grilled octopus, pickled red onions, tonnato.

“Ay madre mía”, susurra el ayudante de barra. Puerto Rico, Costa


del Caribe o Laustro del Ecuador. Sinfonía en castellano que
corteja la herida en el oído. –Carda, carda el telar de alpaca,
resalte el cuerpo del animal que hay en ella. Sea templo, cuerpo o
coraza para ti Miguel, Juan o Gustavo.

Un continente a pedazos.
Sol acallado en el río Bravo o el Amazonas.

Trozos de odio vuelto sobre sí.

[descienden cuerpos, descienden, franjas de sangre,


misma línea sucesoria en bolsas negras]

Al otro lado de la barra susurran de nuevo


“Ay madre mía”.

29
Y todo el castellano vuelve a ser patria, marea.
Solución emulsificante.

* Los conocedores apreciaran la delicadeza del sommelier de haberlo


enfriado unos grados más. como se templa una nación antes de ser entregada
al tirano. Corte o desuello; esté atento que aquí, si no huelen las encías del
perro, uno muere de desasosiego.

Intermedio. sobre la superficie una ballena. el enterrador


flota a su lado. la imagen se define articuladamente por
el subtítulo “suicidio en el acuario”. grisura y hallazgo.
cantaba antes, horas antes, la multitud. notas antes de la
doma. entonces el mundo se llamaba glorificar esa belleza.

30
Cumbres –tercer sector–

Pleura.

Antes incidencia.

Acaso hiel sobre vértice cresta cimera.

Pleura.

Yacimiento o ala, cuerpo afincado en montaña.

Tejido que cubre apenas el monte.

Mirto o salvia.

Nada queda sobre el césped.

Piso /alteridad y fuga.

Un misterio concluía:

sobre los cuerpos un ramillete de claveles;

entono de pasamiento.

31
Lenguamadre que acrecienta.

Pleura.

Latitud en descenso o descalabro del que llega;

zanja.

Viene o va,

campamento articulado por la ausencia.

Pleura.

Mi hermano guarda un grito que no encuentra trazo.

Golpes sobre la plaza,

pies que dan memoria.

Marcha.

No coopera, no interviene.

Corte o jaula, un niño duda si volverá su padre.

Pleura.

Nación pueblo contiguo creado por el “suyo”,

“nuestro”.

No.

No regreses.

32
Volvería si los nudillos no fueran tan de angustia,

hueso.

Preservación del apellido,

hermandad que se niega pero está.

Carbón, discada artificial, diorama de familia;

la sortija lleva inscrita la historia entera.

Pleura.

Atardecer en malva.

Rojizos haces entre nubes.

Resta, suma.

Los nombres no caben en sí.

Baldosas heridas;

iridiscencia casa o hiel sobre la plaza.

Pleura.

No hay misterio donde el huerto

/escarpada barrio colonia/

acaba.

Afinque nuestra mirada

33
en el ojo del que mata.

Nombrar lo sabido.

Nombrar lo sabido.

Nombrarlo.

Pleura.

34
Detalle de placa rotativa (sección)

¿Cómo depurar la sangre?


¿Qué desgasta lo ya advertido en patio trasero?

¿Qué muere en este frío?


Balanceo y miedo. Niebla y orilla para llegar al centro.

Cardencha.

[La espiga de hierro atraviesa al gancho que está conectado a la placa,


sujetándola; el gancho articula la placa, permitiendo que tenga movilidad.]

Después del soplo –presencia– queda mirar:


planos avanzados / paños / cinco metros de poema /
cuerdas dimensionales objetos de látex grava /
camisetas estampadas baratas células cuerpos galaxia
cápsulas vitamínicas minerales dictaduras /
serie de diapositivas sobre pantalla brillante

35
Tomillo y lavanda,
instantáneo placer,
mucílago pulsional que arredra.

Cardencha que diluye la pena.

Al cuerpo,
violáceo en zonas,
darle azul turquí,
música ambiental

(((resonancia o destino pasajero entre las sienes)))

perspectiva en muro de fondo

–liebres, las liebres corrían a lo largo del campo amarillo,

silueta definida en tierra disuelta,

300 años del olmo, y el ahorcado seguía ahí


/cima/ cabello al viento.

Restallo dispongo, obertura sometida


en tono menor.

Tensión sobre los pies, frente a ellos un puñado de tierra.


Escalera o círculo, incomprensible espacio /escorzo/ develado.

Luz al 65% sobre la palabra “nombre una planta de la Amazonía”.

36
Ejercer presión con la planta del pie izquierdo.

Insistir en la presión.

Tan ciertamente fijos los dedos, el agua de


Baden-Baden, cura de sangre y temple.
Intensidad y timbre; y la planta llevaba
por nombre Victoria regia.

[El sur no existe, decía el coro, sin embargo todavía pervive el


Paraguay]

–iñekuave’ëre aikuaa la tapé, che kü omocha’ïva castellano ha’ehina ha


ijyvymime ndo pytu’uveima–*

Conozco la angostura de la palabra “nombre de una planta de la


Amazonía”

Ejercer presión con la rodilla derecha.

–Colón hincado en la Hispaniola: la ceguera del ciervo y su astucia para


procurarse presa: Malinche, la primera Babel americana.

¿Qué muere en este frío?


Pulir los bordes; cada acorde de lenguas es una habitación posible.

Cardencha. ¿Cómo depurar la sangre?


¿Qué desgasta lo ya advertido en patio trasero?

37
¿Conoces el sur, la latitud austral del rabillo del ojo?

–Trasvasar el decorado, intercambiar las figuras, ensamblaje. Entonces todo, o


casi todo, es conspiración, almacenamiento de primeros consejos, espesura,
mano tendida, pupila que dilata siglos.

[La espiga de hierro atraviesa al gancho que está


conectado a la placa, sujetándola; el gancho articula
la placa, permitiendo que tenga movilidad.]

Más largo que el río “nombre del cauce


que trasiega entre dos países,
sangre perceptible entre ellos”
al norte de un país acribillado
(y con más muertos ni el Mapocho
o **anote aquí los ríos atravesados por la guerra**),
ninguno.

Ninguno.

Arrojarse al piso;
encender la vela situada al margen del
“nombre de una planta de la Amazonía”.

¿Escucha el pulso? ¿Disiente?

Entonces la desembocadura del río:

no las aguas de Baden-Baden


(donde acudiste por la cura),

38
no más las aguas regias del Brasil
(mirada que encontraba en flor cierta belleza):

toneladas de papel higiénico,


desperdicios fecales,
cuerpos en pedazos.

Desde este río la nación


–entera– se desgaja.

Al paso del río, entre la cauda de agua dulce,


el nombre de todos los santos decapitados,
los muslos lavados de tierra primera.

–Este fémur que aún incide en mi cabeza.

Luz al 35%. Sobre la pedacería ensangrentada “recuerde aquí a


los tres sujetos que vio morir frente a sus ojos”, sobreponer el
costado, dejarse herir /hendir/ por esa arma: otros cuerpos, lecho
o basamento de nueva patria/acantilado o sitio intacto.

Baden-Baden sólo queda en la memoria. Ningún agua salvará tu


lengua costilla frente. Lenguaje de un sonido que bate vientos.
Promesa.

Lavanda brasa blanco del ojo pan de mañana triturado: molienda

39
Como se bastan los anfibios, solo, un día nació. Sujeto hombre carne de
cañón. Experiencia de color, renovación del núcleo: larga estaca móvil sobre
tierra, Estudi per nucli.

Y el Paraguay seguía en el fondo:

–iñekuave’ëre aikuaa la tapé, che kü omocha’ïva castellano ha’ehina ha


ijyvymime ndo pytu’uveima–

Sin enigma entre agaves,


ante la descoyuntada (muerte madre, santa que merodea cunas y burdeles)
resta indicar camino:

Paraguay existe, también Tampico y El Petén.

Geografía o corrosión. Región blanca por sitiada. Y la organza


tiende velo. Abastece al pueblo de nueces, que brote el dócil por
vasallo. Raíces a estrujar; tiende el puente, esclarece dónde, cómo.

No duele el insulto, hiere / aguanal estría o rodera / la ignorancia


del óbolo.

Luz al 65% sobre la palabra “nombre una planta de la Amazonía”.

Ejercer presión con la planta del pie izquierdo.

Insistir en la presión.

40
[El sur no existe, decía el coro,
sin embargo todavía pervive el Paraguay]

Conozco el camino por la ofrenda, la ofrenda es mi lengua que estruja el


castellano y no descansa ya en tierra propia. La ofrenda es mi lengua, descansa
ya en tierra propia. Conozco el camino, el castellano, la ofrenda: mi lengua en
tierra propia. El camino en tierra propia, la ofrenda, el castellano, mi lengua
ya descansa.

* Conozco el camino por la ofrenda, la ofrenda es mi lengua que estruja el castellano y


no descansa ya en tierra propia. Traducción del español al guaraní de Cristino Bogado.

41
ciento doce
I

Ciento doce escalones como escape,


aptitud del que conoce largos inviernos del oído/

Trastabillo de vocal; rizoma desdoblado en hoja fugitiva;


qué otro modo tendría de hablar el odio/

Cara o cruz de un alfabeto zanjado por desgarradura;


partida doble, juego en puntos suspendidos/

Reza, no el Padre nuestro o el Ave María,


nombra por su acento lo que hay;

encima del cuero la dura anatomía, sin escolta


ya de pecho: el pavor embadurna al hombro/

Reíamos en la playa La Herradura esclarecidos


los miedos;
de pedazo en pedazo la geografía marcaba los toletes tallados a mano/
boca de pozo francotiro órgano;

45
siglo xx, tallado a mano en relieve, sin bisagras,
espejo central biselado, patas macizas, algo adusto
el decorado,
mármol negro de la época; dígase reliquia para entendidos/

Entonces la risa desvanecía todo oropel, falla y angustia,


nombrábamos la letra N para contradecir hora
y censuras;

desciende del ojo de luz –tracería radial, que los santos devoren tus años/

Gira el carrusel horadado de balas, ni la hojarasca


o el rayo solar hablan de voces cautivas;

atrás de lo inmóvil los amos y un par de viejos ciegos:


aire sofocante en trono/

Gira la espuma/

Cáscaras de pijuayos, arazás,


restos mudos donde se ha fundado la palabra certeza/

Golpea la puerta, desciende, aprieta;


pulpa argolla nudo profético, trituración donde gravita el odio/

los pájaros entonces dormitaban/

46
Aguarda la boca una intensa geografía de espigas;
no carcelero no verdugo no deudor no quien oprime el petálico pecho del
infante/

Levanta la noche, sábado o viernes, cordaje que adecúa la potencia del golpe/

Hosanna Hosanna Hosanna/

La notación servía de medio, retícula de lo informe,


partituras o esbozo donde brota caligráfica la hoja/

ramazón verdinegro donde apenas,


fuga rendija orificios secretos donde la edad apremia: ojos/

Le explico, el orden alfabético terminará por desaparecer/

Largos otoños pentagonales del pecho;


bisagra entre gesto y sonido, ar-ti-cu-la-ción,

sobre la montaña negra se comparte el mismo telón oscurecido por la sangre,


da lo mismo si proviene de mar, río, cordillera o público festín de trozos,
cadáver/

Aquí, el público tiene la libertad de salir cuando quiera;


al hartazgo del espectáculo se le confiere el nacimiento de la desmemoria,
periodicidad histórica, dirá el entendido/

47
Desvencijado lenguaje aristocrático, dolido hasta el tuétano,
balbucea transoceánico, deambula entre casas
de tormenta y brama;

la letra más ebria del castellano


–N nuclear metronómica ad líbitum insolada– ya dicta:

“un yunque sonoro abate la caja timpánica,


ejercitado acorde de negrísimo espanto
donde se guarda el siglo”.

48
II

Ciento doce escalones con olor a llegada,


aptitud del que vive largos veranos debajo
de la lengua/

Anidación de petreles para evitar la r∫esurrección; causa


primera para mirar por encima de escombros/

Recuerdos anidan (sobreviven) en lugares: realidades táctiles,


llaga / verbaliza el color, el brillo de la fisura/

Supercuerdas –topoi– filamento vibracional en neuronas –sin


puertas, sin foco de luz, sin eje fijo: sólo espacios mentales al
fondo/

Quema tus pertenencias. Desciende al lago salival de las masas.


Dientes y mejillas sucias/

49
Observa: escalones calles laberintos favelas zonas donde la pupila
se desmaterializa/
manos en-tin-ta-das/

Depredación del boscaje auroral: “mañana habrá agua para


lavar los cuerpos pero no comida, la fruta llegará tres días
después”

A párpado, la noche no es más que una cerca de días pálidos;


brocal hogaza plantío, el sabor del agua es algodón sobre la
frente/

Cuerpo pulsar, fina flor de Jamaica o palmera de mangle: belleza


de la miseria en residuo/

Ahí había profusion de voces. Reemplazables. Partículas de


espectros vistiendo a la moda/

Tanto griterío tanta cabeza girando tanto dictador en acecho


a ojos cerrados;

suda la multitud en el metro, sudan las manos del hombre


que extiende el cheque: estrellada avispa en radiador/

Depredación. Minutos antes la tormenta.

Fiesta patronal, fuegos y cohetes: testigos, anestesiada


conducta. –Lebrel, sobre el lebrel la sal/

50
Medida exacta de lo que se tenga a mano, gramos, en el bolsillo
se guardan monedas del Ministerio: estación de servicio cámara
de seguridad banco, proteínas en alta cantidad para el hurto/

Sabía de los lugares de sol sin sol, de hombres sentados que


hunden los cuerpos entre cuerpos/

Sabía de las construcciones sin techos, cerrados a los ojos, sabía.


Y que todo sólo incumbe al oído/

Sabía de la voluntad de crear de nuevo Roma, del fuego


vocablo golpe matadero. Sabía/

Flores blancas y rosas del África, en las aguas del lago no hay
Báltico ni Pacífico. Hay serpientes/

Círculo abierto: adentro filamentos hilvanando espectros para


decir un nombre, Juan o Gustavo, cardencha/

Cuerpo migrado a alteridad; boreal, la boca era aurora boreal,


negriverde o rojinegro amarillolila: potencia del soplo dentro
de, en/

Devenires para liberar a, –infección viral, hartazgo de


presente, “el café no tiene ya carga, deséchalo, desecha todo”,

camuflaje:

51
oído fino para escuchar sonidos inarticulados, viento rompeolas
canciones de cuna gritería de hordas palpitaciones ultra
rápidas 2507 petaflop cuchillo picando cebolla vía láctea
transcurriendo/

suspensión, sangre en suspensión/

después de todo, ¿qué otro modo tendría de hablar el odio?

52
cuerpo vibrátil
Sonata mandala al ave penumbra

Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de fuerzas.
Vibración. (((( ))))

Olor sobre el tapete


(urdimbre y trama,
sin nudos, afgano,
antigüedad: 135 años),
pista o souvenir.

Olor hiperboreal: almizcle de civet, silvestre, atomizado.

Paisaje simple de cuerpo, aura dérmica,


muerte.

Olor de té y puntas de estrella.


Se tiene como algia una astilla.
Asedio. Asedio. –Ese espacio dejarlo intacto.

57
Olor de tierra y raza. Sacar la tapa, ver lo suficiente.
Contracción: “cuente los segundos, respire poco
a poco”.

A esta hora, en este olor, cualquier hombre se perdería.

Cortical. Subcortical.
Una vez tras otra cayendo.
Tentativa y miel sobre los labios.

Sobre el césped, las hojas. Encima de ella penden astros.


Esa mujer (vista en Baden-Baden) enreda cada pliegue de piel para que
otros entren.

Curiosidad intensa: ¿hacia dónde se mueve la imposibilidad,


el interior arenoso de un hombre, el vórtice solar, la visión, el autismo, la mano
posada sobre la nubile rodilla, el cuerpo celeste no identificado, la ostra, el
tiempo, el soplo que agita apenas el mar Báltico, el cuerpo herido, el progreso,
las violetas, el romero? ¿A dónde se mueven las intensas partículas de azul
Berlín?

Gotea aún el rompevientos. Tejido que cubre apenas el monte.


Nada queda sobre el césped. Acaso hiel sobre vértice cresta cimera.

Cardencha.

58
Entonces la desembocadura del río:
Camuflaje. Suspensión, sangre en suspensión.

Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de olores.
Espectro luminoso de presente.

Galoxolide.
Plasma artificial. Campo de gravitación aérea.
Millones de metros cúbicos de aire por una sola partícula –Ciervo.
Sexual, Fétida. Sintética.

Pleura.

Entre la estampida reposa la mano sobre el talud


de una rodilla.

Linde.

Oxígeno para abastecer el cerco. Cercanía de pieles ante el viento.

Jaula.

59
(((( ))))

Lo suficiente, lo implícito. Éramos tres huérfanos radiantes. Todo el cielo


acampaba en nuestros ojos. Refracción de rayo de luz. Saciedad a los pies
del lenguaje –Ave penumbra.

Sonata que retumba en dormitorios: ylospájarosentra ronenloslabios,


mandala aural. Ave fauce. Hipodérmica. Ave espacio. Aurora boreal. Sistema.
El más hermoso. Ave celofán. Erguida. Macizo de calta palustra. Ave foso.
Metal vajilla. Ave ópalo. Ovillo púrpura. Red y plumaje enterrados en sangre.

Guirnaldas y fósforos. Sobre tu cuerpo mi dedo índice: el pensamiento hiende


hígado cerviz pleura pulmonar; todo es transitorio me repito: imágenes: repito:
imágenes. Repito: Todo es transitorio.

Abierto al cielo. Seco, suave, untoso. Púrpura; amargo a la lengua.


Persistente. Olor.

Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de rastros. Pulsación de rastros. Pulsación de rastros.

Pulsación.

60
Marcas en el plato
(tallarín con cebollitas chinas)

1. Soplo (a margen izquierdo). 2. Tempestad (sobre resto de tallarín con


salsa). 3. Figura (pedazo de res dejado en orilla). 4. Superficie (mancha de
labial en servilleta). 5. Contenedor (bocado aún en plato). 6. Tapiz (nube
de fritura en puño).

Movimiento aleatorio de mirada (o al barquero sonreírle


sin afán de lucro).

61
3.

No lo que parecía. Ave oculta mientras reluce el cuerpo.


Tan cerca como eso o haber cruzado el contorno.

Finísima película, casi pelo, no pelaje. –Antillas.

Diminuto espacio donde se tocan dos gotas de sudor.


Al medio de la espalda un lunar. Metros.
Punta de piel donde tono y musculatura sobreviven.
Hábito.
Nacimiento de mancha o sol adquirido a la intemperie –Desertar, ante la
crecida oceánica, desertar.

Sobre el hombro /destino alevosía del aro matrimonial/


contractura. Desde ahí hasta el horizonte de una costilla.

Lóbulo izquierdo. Carnoso. Lunar a margen de epidermis.

62
Monte de sombras música y convite.

Reluce el cuerpo. Metal y aire en punta de lengua.


Presencia de lo que siempre hiende en superficie primitiva.

Criba. Roseta basal. Marcas.

¿Qué telar nuca o lóbulo es cuerpo vertido en peso y forma sin marcas?
No lo que parecía. Mapa de hilos para decir “aquel tiempo veloz donde los
lobos depredan”.

Esquivar el lance. Nuca o marcas –Cantaba el hombre en un teatro.


Noviciado. Paisaje de estalactitas y escalones, circulación mayor del tiempo.
Madre acampa sobre
su pecho. Cerebelo donde se esconde el grito. Corvas. Estaciones para
descifrar el límite.

Epidérmico, el miedo es siempre epidérmico.

Manchas.

63
1.

(objeto transformable para posicionamiento en reposo)

Ciudad talismánica habitada por mujer que desdobla la piel. Aire entre
fresnosbaobabsecuoyasahuehuetes –Entonces arrojar piedritas al agua era
picar papel arroz para anudarse los ojos. –Entonces andar a ciegas por la
niebla rompía en sonidos agudos. (Ocurría que hordas de patos se arrojaban
al acantilado). Vasija de tres asas con motivos antropomórficos. Al otro lado
del barro los motivos se repiten: casa habitada pájaros huyendo triángulos
rojos en vuelo por bloque celeste: de este cuerpo a tu cuerpo cómo construir
el progreso el futuro. Culto solar. Cada mañana (siglos/entonaciones/señal
clavada a pecho) una luz gramatical cuida los restos. Al paso. Esta práctica
ritual dejarla sólo a los muertos.

64
5.

(fotografía en blanco y negro. s/t. 1972.)

Al salir de casa /esquina/ parece que todo es tanto. Y tan poco. Algo tibio:
costra cicatrices. Meteoro y arena luminosas. Agujero en el muro donde se
deduce la medida. Soplo cósmico. Junto a la niña un hombre señala un punto:
petrel negro espiando a través de la ventana. Ópalo de fuego o cardencha.
Oscuridad en medio de dosel amazónico. Estar allí en esplendor.

65
2, 4 y 6.

Bricolaje –Trasvasar decorados, intercambiar figuras,


ensamble. Entonces todo, o casi todo, es almacenamiento,
territorio de pulgada y media, espesura, pupila que dilata siglos,
simultaneidad.

Transitorio, todo es transitorio.

Estar allí en esplendor.

66
agradecimientos

A la visión de Hélio Oiticica, a las conversaciones con Helena


López, José Springer y Gabriela Galindo que ampararon los
(trans)cursos de este libro, a los ensayos de Suely Rolnik y John Berger, a
las enseñanzas de aire de Ana Pizarro, al diálogo con Bishop, Natalia Pérez
Turner, Nómada y Alejandra Hernández, cómplices de las galaxias sonoras
y visuales de Diorama, a Cristino Bogado por su Paraguay constante y
a la aparición del ave, fotografía de Dulce Pinzón. A la complicidad (y
paciencia) de Amanda de la Garza, Magui Pizarro y Rodrigo Castillo.

Este libro debe, en gran manera, tono y tesitura a las palabras de


Constanza Eudora, quien me ha enseñado nuevas y múltiples formas de mirar
al mundo.

67
FOTÓGRAFO INVITADO

Fernando Espinosa Chauvin


colección Alfabeto del mundo

Comenzó su carrera de fotografía profesional en Nueva York trabajando


como fotógrafo de moda para agencias de modelos internacionales, como
Ford, Elite y Next. Por su conocimiento de iluminación dio talleres de ilu-
minación en Nueva York y en Quito.
Su trabajo ha sido expuesto en Australia, Corea, Qatar, Ecuador,
Nueva Zelanda, Croacia Estados Unidos y Canada. También ha publica-
do varios libros, incluyendo: Afrodisiaco, que combina cocina gourmet,
sensualidad y recetas. Split, sobre la fabulosa ciudad y palacio romano de
Croacia. Dubrovnik, en el que captura la magia de la ciudad del Adriático.
Galápagos Surreal, interpretación en blanco y negro para poder mostrar
las islas en todo su contexto y composición. Galápagos Azul, experimen-
to digital a color sobre las Islas. Ecuador Tierra del Cacao, libro sobre el
recorrido del Cacao desde su producción hasta los grandes chocolateros.
Sus últimas exhibiciones: 'Dream Lights of the City' en Nueva
York, utilizando técnicas experimentales de fotografía infrarroja para
capturar paisajes urbanos aéreos, Apetite of the Senses, donde ganó
el premio Leonardo de Medici en Miami, en Quito exhibición junto con
Maurice Montero crearon la exhibición *A Duo” actualmente su obra
Tropicalia esta expuesta en la Galeria “Studio Anise” en Nueva York.

www.fernandoespinosart.com
Índice

Presentación 7
Julio Ortega 2

Pin hole 9

13 formas de habitar una esquina 11


I 11
II 12
III 13
IV 14
V 15
VI 16
VII 17
VIII 18
IX 19
X 20
XI 21
XII 22
XIII 23

69
Sobrevuelo 25

Anotaciones sobre bricolaje o lo nacional telúrico 27


I 28
II 29
III 30
Cumbres –tercer sector– 31
Detalle de placa rotativa (sección) 35

Ciento doce 43

I 45
II 49

Cuerpo vibrátil 53

Sonata mandala al ave penumbra 57


Marcas en el plato (tallarín con cebollitas chinas) 61
3. 62
1. 64
5. 65
2, 4 y 6. 66

70
colección Alfabeto del mundo

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