Ugusto Pinochet Ugarte
Ugusto Pinochet Ugarte
Ugusto Pinochet Ugarte
Augusto Pinochet
Augusto Pinochet salió de la escuela militar en 1936 con el grado de teniente de infantería y
continuó sus estudios en la especialidad de geopolítica. Fue encargado de realizar misiones de
relativa importancia hasta que en 1956 formó parte de la delegación militar chilena en Estados
Unidos. Diez años más tarde había alcanzado el grado de coronel y poco después se le confió el
mando de la IV División. A partir de ese momento su prestigio dentro de las Fuerzas Armadas
fue en aumento. En 1969 alcanzó el generalato y la jefatura del estado mayor del ejército.
Tras el triunfo de la Unidad Popular (UP) encabezada por Salvador Allende en 1970, catalizó el
malestar de los sectores más conservadores del ejército y de la sociedad chilena ante el avance
de la izquierda. En el contexto de una campaña de desestabilización de las instituciones
estatales, en 1973 el legalista general Carlos Prats fue obligado por sus compañeros a
renunciar a sus cargos de ministro de Defensa y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas;
fue sustituido por el general Pinochet, quien, con el apoyo de Estados Unidos, el 11 de
septiembre encabezó el golpe de Estado que derrocó el régimen de Allende. El Palacio de la
Moneda fue bombardeado y el presidente Salvador Allende, que se encontraba en su interior,
se negó a rendirse y murió en el palacio presidencial.
Pinochet desencadenó una dura represión con el objetivo de eliminar a la oposición política y
concentró en su persona casi la totalidad de los poderes del Estado. Los servicios de
inteligencia, la DINA y el Centro Nacional de Información (CNI), creado en 1977, tuvieron un
importante papel en la represión y en el régimen autoritario que instauró. La persecución de
los opositores al régimen traspasó incluso las fronteras nacionales, como lo demuestran, entre
otros, los atentados que costaron la vida al general Prats en Buenos Aires y a Orlando Letelier
en Washington, en 1974 y 1976 respectivamente.
Tras la promulgación de varias actas constitucionales, en 1980 aprobó una nueva Constitución
de carácter autoritario, que aseguró su permanencia en el gobierno hasta 1989. Eliminada
toda oposición política y sindical, su régimen instituyó una nueva política económica basada en
los principios neoliberales y monetaristas. Su severo plan de ajuste supuso un drástico recorte
de los salarios y la privatización de las empresas públicas.
Tras las recesiones de 1975, 1976, 1982 y 1983, la economía diseñada por su régimen comenzó
a dar rendimientos y a experimentar una gran expansión, hasta el punto de que fue tenida
como modélica en América Latina. Seguro de sus logros políticos y económicos y de su
autoridad e influencia en el país, en 1988 convocó un referéndum dentro del marco previsto
por la Constitución. Las urnas no le fueron favorables, y con el triunfo de la oposición política
coaligada en Concertación Democrática (CD), se inició el proceso de transición a la democracia,
marcada por la moderación y por el enorme poder que conservaba Pinochet.
Las elecciones convocadas a continuación para sucederle fueron ganadas por CD, y en 1990
cedió la presidencia al democristiano Patricio Aylwin. No obstante, conservó la jefatura de las
Fuerzas Armadas hasta marzo de 1998, cuando entró en el Congreso como senador vitalicio.
Inquietado en sus últimos años por la justicia, viajó a Gran Bretaña para una intervención
quirúrgica, y debió hacer frente a una orden de detención que lo retuvo en Londres durante
varios meses. Intervino en el proceso el juez español Baltasar Garzón, por la responsabilidad
que tendría Pinochet en la muerte de ciudadanos españoles en el período de la dictadura
militar que él presidió.
Volvió a Chile el 3 de marzo del 2000. A pesar de que intentó alejarse de la vida pública, se
mantuvo en el centro de la actualidad por la infinidad de demandas presentadas en su contra
por los atropellos a los derechos humanos cometidos durante su gobierno: detenciones ilícitas,
apremios ilegítimos, asesinatos e incluso terrorismo de Estado; muchos de esos delitos fueron
llevados a cabo en el extranjero, como los ya citados atentados a Carlos Prats, Bernardo
Leighton y Orlando Letelier. Tras su muerte, ocurrida el 10 de diciembre de 2006, fue velado
en la Escuela Militar de Santiago, pero sin que se le rindieran honores de Estado. La dictadura
militar chilena, también denominada Régimen Militar,1 fue el régimen dictatorial establecido
en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, y por extensión se
conoce así al período de la historia chilena en que dicho régimen estuvo vigente.
Este período se inició con el golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático del
presidente Salvador Allende. Las fuerzas armadas y de orden establecieron una Junta Militar
de Gobierno presidida por el comandante en jefe del Ejército, Augusto Pinochet, quien se
convertiría en el líder de la dictadura durante toda su extensión. El resto de la Junta estuvo
conformada en sus primeros años por José Toribio Merino, Gustavo Leigh y César Mendoza, en
representación de la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros respectivamente. Aunque
originalmente tuvo un neto carácter militar, con el paso de los años fueron incorporándose
colaboradores civiles al gobierno.
Durante este periodo, Chile experimentó una notoria transformación económica, social y
cultural. En lo estrictamente económico, significó un cambio radical de orientación del papel
del Estado, de un rol productor e interventor a uno de tipo subsidiario, inspirado en las
doctrinas económicas neoliberales. En lo social, significó el dominio sin contrapeso de los
sectores empresariales, el aumento sostenido de la desigualdad de ingreso,1011 junto con un
incremento en la precariedad e inestabilidad laboral de los sectores asalariados. En lo cultural,
dio lugar al denominado «apagón cultural», caracterizado por la represión y censura de ciertas
manifestaciones culturales consideradas contrarias a la línea oficial.12
En 1980, tras un irregular plebiscito,1314 fue aprobada una nueva constitución en la que
Pinochet reafirmó su cargo como Presidente de la República, mientras la Junta de Gobierno se
limitaba al poder legislativo. El texto constitucional estableció también una serie de
disposiciones que, eventualmente, permitirían el retorno a la democracia como consecuencia
del resultado del plebiscito del 5 de octubre de 1988. En dicho referéndum, el pueblo chileno
le denegó a Pinochet un nuevo mandato y, en consecuencia, se celebraron elecciones
presidenciales democráticas al año siguiente. La dictadura militar acabó en 1990 con la entrega
de mando de Augusto Pinochet al nuevo presidente Patricio Aylwin, iniciándose así un nuevo
período histórico conocido como Transición a la democracia.